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El ataque fue tan sorpresivo como demoledor.

Enrique Zapata muri aplastado por el alud de cajas y ninguna parte de su cuerpo escap al castigo de los libros. La polica lo encontr tendido de bruces bajo un montn de cajas y volmenes que lo cubran a manera de tumba. El detective de turno, tras una breve pesquisa, atribuy el deceso a un accidente y envi el cadver a la morgue. El certificado de defuncin afirma, en efecto, que Zapata muri por aplastamiento de libros debido a una falla en la colocacin de las cajas, pero no relata nada de la sorpresa que se llev el mdico del anfiteatro al practicar la autopsia. Todo el cuerpo del editor pirata tena extraas cicatrices de heridas de espada, pual y hacha, y magulladuras semejantes a las ocasionadas por puetazos de hombre, rasguos de mujer y patadas de caballo. No obstante, estas heridas eran demasiado viejas, apenas visibles, y resultaba evidente que ninguna de ellas haba sido la causa de la muerte. Las piernas tenan algunas lesiones ya curadas que haban sido hechas con el filo de un tambor de hojalata y seales profundas que el galeno se demor en reconocer como mordeduras de ballena blanca y dentelladas de tiburn. La espalda y el pecho presentaban laceraciones de diferentes tipos provocadas por golpes con armas contundentes y cortantes, pero haba una que llam especialmente la atencin del facultativo. La herida estaba perfectamente cerrada y al parecer haba sanado por completo antes del fallecimiento de la vctima. El forense se sorprendi de que Zapata no hubiese muerto por este motivo, porque al abrir la cicatriz, descubri que un objeto de punta redonda le haba atravesado el corazn. La clase de arma que ocasion esta herida fue un misterio para el galeno por largo tiempo. Solo dos aos ms tarde descubri la respuesta por casualidad en un libro de ilustraciones antiguas. El hallazgo lo dej perplejo y un temblor le sacudi las entraas cuando supo que se trataba de una especie de lanza de uso comn en los torneos que se celebraban en pocas de los grandes caballeros andantes, hace ms de siete siglos.

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