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IDENTIDADES INVISIBLES
INTRODUCCIÓN
1. IDENTIDAD DE IDENTIDADES
guerras, nos interesa saber "quiénes somos ahora". A pesar de las dificultades que
contrae cualquier intento por asir o definir una identidad colectiva, la interpelación no
difundido una diversidad de ideas sobre lo que consideran que es ahora la identidad
Desde 1970, en El Salvador se han producido cambios muy drásticos que atañen
guerra civil, la más grave y cruenta de todas las que se han vivido en el país. La guerra
puso de manifiesto la existencia de un "doble poder" entre dos fuerzas que gozaban de
que había dominado al país por sesenta años cedió el espacio al surgimiento de
hacia la cultura porvenir, el más importante resultado del acuerdo firmado por los
artistas. Con aquellas luchas irrumpieron nuevos actores sociales, políticos y culturales
que han sido portadores de una variada cantidad de interpretaciones sobre el país. No
sólo las organizaciones campesinas, que fueron las más visibles a lo largo del proceso
mitad del siglo XX, volvieron a ganar visibilidad y se constituyeron, por primera vez
Nueva York, se enriquece con nuevas realidades, historias e identidades. Estas nuevas
la salvadoreñidad. Las historias y memorias de los salvadoreños que cruzaron las tres
fronteras para asentarse en Los Angeles, San Francisco, o las comunidades cristianas de
los alrededores del embalse del Cerrón Grande que participaron en el proceso
distinta respecto de la de los pescadores del Golfo de Fonseca, las cofradías indígenas
historias y memorias.
asombrosa del surgimiento, como un volcán sobre el horizonte, de una entidad cultural.
Primero, porque pareciera que son fuerzas completamente fuera del control de la mano
humana las que se mueven y prestan condiciones para que en un determinado espacio se
originen los relieves que llegarán a constituirse en una sociedad identificada consigo
el papel que juegan los grupos sociales y las personas en encaminar al conjunto social
en una dirección, tanto para delinear sus apetencias como para establecer sus
Nadie nace con una determinada identidad cultural. Las identidades, ante todo,
enseñanza se encargan las madres y las abuelas, también los padres, los hermanos, el
indagada.
memorias como también con el peso del silencio y el olvido. Existen dimensiones de la
historia por tanto tiempo silenciadas que han provocado un efecto distorsionante sobre
la idea de país, con efectos directos en el análisis social y la acción política8. Y otras, a
fuerza de ser repetidas, han llegado a convertirse en sordas tapias que nos impiden
escuchar y visibilizar otros sujetos, otras presencias, otras acciones, otras necesidades.
caprichosas entre unos y otros. ¿Cómo sacar de los sepulcros y de los armarios esas
reconocimiento para los héroes de unos y otros, los comunes y los propios, los de mi
grupo, los de mi simpatía, y que ellos nos vinculen de manera virtual y afectiva a un
identidad no es una trascendencia sino una convergencia, una pregunta que vuelve
permanentemente sobre sí misma, y nunca una afirmación inalterable, como una estatua.
Aunque los discursos de identidad suelen imponer referencias simples destinadas a ser
En este trabajo emprendo una serie de indagaciones que echan mano tanto del
inseparables de "la lucha por el poder o por la vida".10 Es muy difícil entender el país
del cual somos originarios si no somos capaces de vernos en él, no tanto desde la altura
que otorgan las estanterías de libros y las veleidades "cosmopolitas" de algunos de sus
hijos más privilegiados, sino desde la experiencia de haber tenido a ese país, el país real
y el país mental, como un inevitable punto de referencia. Ser salvadoreño es sólo una
manera de ser, entre muchas; pero como lo ha probado nuestra historia, también una
invisibles.
leer. Por muchos años, los poetas tuvieron allí uno de sus motivos principales de
más allá del mero placer visual y llegó a convertirse en algo culturalmente significativo.
El Salvador, primero territorio físico, comenzó a ser también un territorio mental, algo a
lo que millones de personas creen pertenecer y le profesan afecto. Año con año, desde
hace casi 90 años, en todas las escuelas y colegios del país los estudiantes repiten, con
monótona entonación.
"Dios te salve patria sagrada. En tu seno hemos nacido y amado. Eres el aire que
respiramos. La tierra que nos sustenta, la familia que amamos, la libertad que nos
defiende, la religión que nos consuela...".12
La identidades también son rutinas, a toda escala. El corredor litoral que cruza al
país longitudinalmente, es una antiquísima vía de circulación desde el norte del istmo al
sur y viceversa. Esta ruta también fue usada por los españoles en las primeras décadas
de la Conquista13. Sus pobladores se han asentado desde hace miles de años en los
el norte, una franja montañosa y poco fértil forma una escarpada barrera en cuyo filo
comienza a nacer el país de Honduras. Por la región occidental de esa Montaña frontera
penetra el río padre y madre de la cultura salvadoreña, que serpentea a lo largo de 294
Podría decirse que El Salvador se hizo país en la cuenca de ese río. En el pasado, el
Lempa fue una reconocida frontera natural entre el norte y el sur mesoamericano; en la
hace trabajar las turbinas de las tres centrales hidroeléctricas que producen la mayor
parte de la energía del país. En la literatura escrita no hay rastros de mitos asociados al
poder que este río ha ejercido desde el pasado remoto sobre la agricultura, el clima, las
migraciones, las guerras. Pero entre los habitantes ribereños existe una memoria que
intermedio entre las grandes civilizaciones precolombinas y un lugar de mezcla entre las
especies vegetales y animales del norte y del sur del continente americano15; por su
ubicación también ha sido un espacio dominado por cuatro imperios: azteca, español,
Ser periferia es, pues, una noción muy arraigada en el "alma nacional". Ser
relacionarlos con esa condición geopolítica y con las lógicas imperiales, particularmente
de los Estados Unidos que, en diversos grados, han socavado su soberanía y moldeado
su identidad.
En el texto que sigue he intentado correlacionar los horizontes que han servido
violencia y las armas; y, finalmente, pero no por ello menos importante, las migraciones
en su doble papel de fuga y retorno. Estos planos se ven cruzados con reflexiones en
centroamericana, ha sido escrito con cierto apremio presentista. Dicho apremio parte de
una consideración básica: escarbar en la historia y en las fuerzas que condicionan a esta
sociedad tan marcada por la opresión material y espiritual, sólo tiene sentido si se toma
HACE 180 AÑOS El Salvador tal y como le conocemos ahora no existía. Por tres siglos,
su actual territorio fue solamente una porción provincial del remoto Reino de Guatemala
en el centro de América. Este reino que alguna vez soñó con ser pujante y rico17, se
extendía sobre un largo eje volcánico y una cadena montañosa flanqueada por tierras
bajas descendiendo abruptamente hacia las costas de los dos océanos. Comprendía lo
que hoy en día son las cinco repúblicas de Centroamérica y el estado mexicano de
Chiapas. No era un reino pequeño. Hace doscientos años, era una tercera parte mayor
que España, el poderoso país de donde llegaron los ejércitos que vencieron a los
español. El resto estaba compuesto por "mestizos" (mezcla racial española e indígena)
pardos y mulatos --lo que comúnmente se llamaban "castas"--, "criollos" (hijos e hijas
cuyas manos se concentraba el poder. El tribunal real español fundado en 1542 con
jurisdicción sobre estos territorios se llamó, de manera indicativa, la Audiencia de los
Confines.
cuarto del siglo XIX con algunos de los territorios demarcados por el sistema colonial,
pobladores lanzaban piedras contra las casas de los españoles19. De esta forma, la
había larvado a lo largo de tres siglos entre dos sectores privilegiados del orden
presos políticos. En los años que siguieron, el temido jefe del reino agrandó su fuerza
historia oficial-- ha pasado a ser uno de los mayores motivos de orgullo nacional: aparte
de ser la chispa que desató las luchas y maniobras que culminaron con la Independencia
de España once años más tarde, también fue una muestra de la fuerza y la eficacia de la
que se integraron con notable rapidez al nuevo esquema de poder-- que encabezaron el
México. La oposición de San Salvador levantó en armas a unos cinco mil hombres en la
región. Las guerras civiles que siguieron rápidamente duplicaron esa cantidad. La
como su escenario principal. Para 1830 un informe del Secretario de Estado Mariano
que correspondía a una indeterminada idea de país. Indeterminada, porque las pugnas
entre facciones políticas rivales y la carga del pasado colonial, no permitían despejar el
"el estado de San Salvador parece estar exhausto y en ruinas debido a los efectos de la
larga y continua guerra civil. Todo tipo de industria está casi en las últimas"26.
aquella época convulsa, advirtió que los salvadoreños, al mismo tiempo que guerreaban
contra Guatemala y resistían a las tropas hondureñas que marchaban sobre la ciudad,
"Los voluntarios (para ir al combate) aparecían por todas partes con la firme resolución
de sostener a toda costa la federación o morir bajo las ruinas de San Salvador (...) Esta
fue la vez primera que me sentí contagiado de entusiasmo. En todas las revueltas
presenciadas por mí, no había notado ningún rastro de heroísmo ni amor ardiente por la
patria".27
1856.
nación se piensa, se define y se nombra desde el "centro": San Salvador; los criollos (y
para dirimir los conflictos de intereses. Estos factores se constituyeron en puntales para
capital del Reino colonial, en segundo término. Esto es, tener una identidad.
Estos factores, debo adelantarme a decir, no deben ser vistos como nocivos. Se
desempeño en la vida social. Pero aunque las personas por ellos determinadas actúan
y actúan sobre ellas. Si bien no tienen poder para modificar su pasado, son enteramente
responsables por lo que deciden y por la manera en que actúan, hacen o dejan de hacer.
ideológica. Pero por otra parte, el silencio en torno a la opinión de los miles de
jornaleros que sirvieron como carne de cañón en todas las guerras habidas en el país,
nos da una muestra flagrante de la ausencia de las voces de las "clases subalternas" en la
historia escrita.
3. ANFORAS ROTAS
cívicas del siglo XX.30 A través de una revista que reunía lo más granado de la elite
una típico intento de cristalizar una idea de país y formar un panteón de campeones
--un cura que murió excomulgado por el Papa-- y a Manuel José Arce --quien murió
Pero, ¿será así de simple la historia? ¿O no será más bien que la historia de la
veremos, con los años pasó a ser asimilado por la más eficaz aunque difusa categoría del
porque "no hay indígenas". El discurso dominante que define a El Salvador como una
siglo, el discurso del mestizaje amortiguó las expresiones racistas del liberalismo y
prestó condiciones para la incorporación de algunos grupos subalternos a la idea de
los intelectuales rescataban y publicaban los documentos que legitimaban a los criollos
como los arquitectos del nuevo país y exaltaban sus vidas azarosas contra el poder
aquella tinta y cuánto de los actos rituales en las escuelas públicas y las plazas, fueron
campesino de 1932, sería fácil concluir que aquella idea estereotipada de "la Patria
amada"35 fue un producto del cual estuvieron ajenos al menos dos grandes sectores de la
una identidad imaginada casi exclusivamente desde una parte del país?
Todavía es muy pronto para llegar a conclusiones terminantes. En este país las
corrientes humanas y las transformaciones que han tenido lugar en su paisaje cultural y
llegaron a estas tierras provenientes de México en el año 1200 antes de nuestra era37.
expediciones desde el sur del continente americano,38 que eran consideradas como
"extranjeras".
Entre el siglo XIV y el XX de nuestra era, nuevas oleadas humanas constituidas
Extranjería de 1921, incluyó entre los extranjeros perniciosos a los individuos de raza
gitanos40.
Se trata de un país que alberga tantas identidades como historias hayan; historias
que provienen de los individuos, clases, sectores y comunidades que le han dado forma
- es algo que nadie puede explicar satisfactoriamente. Ahora que la palabra identidad se
encuentra por todas partes y se le vincula a tantas cosas, ¿es posible hablar de la
indígenas y ladinos, para los habitantes de la ciudad y del campo, para desempleados y
mujeres?
¿Puede la identidad ser una entelequia que atraviesa transversalmente a la
simbólicos y al poder?
ahora capaz de dar una explicación última del perfil cultural del salvadoreño?
que llegó a convertirse en la Guerra civil de once años41? ¿Juega algún papel en la
agregaríamos, lo que juzgamos que sucedió es sólo una parte del inmenso mosaico de
representaciones posibles que pueden hacerse sobre una sociedad. Me resulta irresistible
Historia --con mayúscula-- sin duda nos provee los datos que fijan, como con alfileres,
sólo de estos hombres y mujeres termina arrojando siempre una piedra en ese espejo de
aguas movedizas. Desearía que esta confesión se entendiera ante todo como una
muestra de respeto por esa disciplina que arroja tanta luz sobre el mundo humano como
lo hacen las novelas, el arte o la poesía. Por lo tanto, para responder aquellas preguntas,
creo que también debe echarse mano de las herramientas de la intuición, convirtiendo en
nuevas preguntas y problemas la vivencia del quién soy, o la más ambigua de los
quiénes somos.
del labrador, y no sólo los signos, tenían un alto valor en la narración de los grandes
acontecimientos del reino: la escama de un pez alado o la espiral formada por una
serpiente explicaban, por ejemplo, un estado del alma o una emoción intensa. Cuando
alguna de estas ánforas se rompía, dice el O-Yarkandal, los eruditos hacían esfuerzos
colocación de una pieza daba lugar a nuevas historias que, a lo largo de mucho tiempo,
eran tomadas por verdaderas. Tras casi doscientos años de ánforas rotas y vueltas a
reconstruir, ¿quién se atreve a decir que conoce la verdadera historia de este pueblo?
II
MESTIZAJE:
HIJOS DE LA "RAZA CÓSMICA"
"Dígase lo que se quiera, los rojos, los ilustres atlantes de quienes viene el indio, se durmieron hace
millares de años para no despertar. En la Historia no hay retornos porque toda ella es transformación y
novedad. Ninguna raza vuelve; cada una plantea su misión, la cumple y se va. [...] El indio no tiene otra
puerta hacia el porvenir que la puerta de la cultura moderna, ni otro camino que el camino ya desbrozado
de la civilización latina".
José Vasconcelos. La raza cósmica42.
"Se fueron los indios, en su éxodo enlutado hacia los grandes parajes del olvido... Todo se fue. Hombres y
pueblos. Sólo faltó que emigraran las montañas...".
Miguel Angel Espino. Mitología de Cuscatlán43
1. IDENTIDADES IMPRESCIDIBLES
El Salvador es un país "mestizo". Esta idea tan arraigada entre la población salvadoreña
Salvador contaba con un número de habitantes que casi doblaba a los que existían en su
territorio cuando los españoles iniciaron su guerra de conquista. Dicha población estaba
indígenas. "El Salvador" --afirma Rodolfo Barón Castro-- "sale del dominio español
población48. Con todo, los indígenas todavía representaban casi la mitad de la población
en un número casi igual al que había en estas tierras en el momento de la llegada de los
españoles49.
población indígena ha dado lugar a uno de los mitos culturales salvadoreños: "En El
evita la incorporación de su potencial a la idea de país o Nación. Estos son los temas
humano salvadoreño. Desde los primeros años de la Colonia, el mestizaje fue creciendo
mezclas con etnias provenientes de Africa, las que vinieron a sumarse a mezclas
ocurridas entre los mismos indígenas. Los contingentes tlaxcaltecas y mexicas que
llegaron como aliados del conquistador Alvarado, se asentaron en tres lugares del
demográfica provocada por las pestes que aquejaron los poblados indígenas de toda la
como nuevos jefes de familia casados con viudas y abandonadas, terminando como
dueños de los cacaotales55. Estos ejemplos ilustran la complejidad de los cruces raciales
poco han contribuido a establecer la riqueza de las vertientes humanas que han venido a
culturales que otorguen reconocimiento a sus propias memorias, y para que informen las
inicios del mestizaje suelen asociarse con las violaciones ocurridas en la guerra de
Conquista, documentos dan cuenta que en no pocas ocasiones los mismos principales
indígenas ofrecían a sus mujeres a las huestes ibéricas. Gonzalo de Alvarado, hermano
del "muy cruel" Pedro de Alvarado, refiere en un documento del año 1570 que en
Tecpán Izalco, los caciques no sólo vendían a sus propios vasallos como esclavos sino
que también "...les entregaban sus mujeres".58 El primer acto formal de mestizaje en El
Salvador tuvo lugar hace 475 años, en la antigua villa de San Salvador, en los
mestizaje62. El término "criollo" se empleó inicialmente para designar a los hijos de los
españoles le fue dando nuevas significaciones. Los criollos heredaron las instituciones
tuvieron lugar en la región en las primeras décadas del siglo XIX, y hasta principios del
temprana Colonia a los indígenas que habían aprendido el idioma castellano. A finales
del siglo XVII, el término designaba al conjunto de población española, mestiza, negros
Los africanos constituyeron un tercer elemento racial que se asentó en las tierras
Fueron traídos para los trabajos más duros y vivían apartados de la población indígena -
-la cual fue considerada por la legislación española como desvalida y necesitada de
que formaban parte del patrimonio de la hacienda privada, pero también se dio el caso
de negro amotinados, como en el año 1622, cuando esclavos de comarcas
un cura franciscano del año 1586, da cuenta de la existencia de una estancia en los
alrededores de Izalco que poseía esclavos de origen africano, con los cuales el
civilización maya que hacia los años 900 y 1350 de nuestra Era fueron desplazados por
localizado se encuentra en Chalchuapa, y data del año 1200 a.E. (Periodo preclásico).
Su estructura ceremonial conocida como El trapiche debió ser en su época uno de los
edificios más grandes de Mesoamérica. Chalchuapa fue uno de los grandes sitios del
También poseían una considerable fuerza guerrera. En uno de los montículos de este
sacrificados65.
Existen pruebas fósiles que establecen que entre los años 400 a.E. al 250 a.E. en
conectada con el sur de las tierras altas guatemaltecas; la otra se extendía por el oriente
la historia antigua tuvo lugar hacia el final de dicho periodo, con la erupción del volcán
Caldera de Ilopango en el centro del país. Aquella catástrofe partió en dos la antigüedad
salvadoreña. La ceniza de la erupción cubrió los suelos agrícolas en un radio de 77 Km
dejando despoblados unos 10 mil kilómetros cuadrados66, que equivalen a la mitad del
actual territorio salvadoreño. Tuvieron que pasar varias generaciones para que el área
más afectada se recuperara, lo que ocurrió mediante las olas migratorias de grupos
Conquista. Los grupos nahua pipiles ocupaban el occidente y el centro del país. Sus
fronteras estaban delimitadas por los ríos Lempa, al oriente, y Paz, al occidente. Sin
en el curso medio del Paz, que pudo asentarse hacia la primera mitad del siglo XV.
Al este del Lempa se encontraba la región Lenca, que se extendía hasta el río
encontraban habitadas por lencas y nahuas68. Sus vínculos políticos con tierra firme aun
pipil en dos "provincias", Izalco y Cuscatlán. En los escritos españoles, la región lenca
explicar que en nuestros días algunos intelectuales y líderes indígenas sostengan la idea
de que en la antigüedad americana la tierra era de todos71 y que imperaba un sistema de
igualdad social. Las sociedades pipiles se dividían en tres segmentos muy marcados:
era hereditaria. Las posiciones de alto rango requerían ser legitimadas y la movilidad
social vertical era posible por méritos. Un indígena común podía destacarse en la guerra
y alcanzar un título de nobleza. De igual forma, un noble podía perder sus privilegios
como sanción a una falta grave. Un indio común podía venderse a sí mismo o a sus
asesor que aconsejaba a los "señores" o "caciques", términos usados en las crónicas
españolas para indicar al "tecti", y los capitanes de guerra. Estos oficiales estaban al
jerarquía sumamente vertical, en alerta constante frente a sus vecinos. Todo este
entre la elite y el común puede apreciarse, por ejemplo, en el sitio conocido como San
Andrés, uno de los centros prehispánicos más grandes de El Salvador, habitado entre los
años 600 a 900 d.E. Los edificios en que moraban los nobles constituyen un centro
monumental. Aunque la zona residencial común ha sido poco excavada, se sabe que las
casas eran de bahareque, barro y adobe, no muy diferentes a las que fueron habitadas en
el lugar conocido como Joya de Cerén (300 a 900 d.E.), ubicado a cinco kilómetros al
otorgaban los terrenos a los principales de cada linaje, quienes, a su vez, distribuían esta
especie de tierras comunales entre sus miembros. El esclavo capturado en batalla estaba
destinado fatalmente al sacrificio, y sus hijos, de tenerlos, nacían también esclavos. Los
memorables, ritos y límites de tierras, así mismo llevaban la voz cantante en los
sacrificios humanos.
diferentes a los que algunos suelen caracteriza como reinos de una inocencia sin
unos 20 mil soldados se habrían levantado en armas contra España en las comarcas
pipiles.73
Uno de los elementos más notables del proceso de mestizaje tiene que ver con
los préstamos de la lengua nahua al idioma castellano. Ninguna otra lengua aborigen ha
conquista del resto de Mesoamérica. El azteca, escrito con caracteres latinos, se usó en
los registros oficiales relacionados con los indígenas y en el siglo XVII fue utilizado
los aborígenes ya tenían una larga y compleja historia. Formaban parte de una
una "ciudad" en el sentido que él atribuía a un cuerpo cívico que gobernaba a una
región; es decir, la capital de una provincia nativa, equiparándola con los tres centros
españoles, es posible establecer que la provincia de Cuscatlán tendría unos siete mil
kilómetros cuadrados, el tamaño promedio de las provincias nahuas del México central,
y estaría constituido por unos cuarenta y nueve pueblos que tributaban a los principales
indígenas maíz, frijol, chile, cacao algodón, ropa, pavos, sal, pescado, miel, obsidiana,
ocote, cerámica, fruta, añil, bálsamos y yuca78. Una elite "cosmopolita" gobernante
consistía en artículos de prestigio, tales como piezas de jade, telas de algodón, cerámica
concentraba en las zonas agrícolas y fue precisamente allí en donde los indígenas
movimiento independentista, a principios del siglo XIX, casi todos los indígenas eran
manteniendo bastante intacta parte de su estructura social y política. Hasta mediados del
siglo XIX, esas comunidades aún conservaban su propio idioma, sus formas
cambios que el nuevo gobierno poscolonial introducía. Para David Browning no resulta
tierra, a finales del siglo diecinueve, estuviera en el sudoeste (occidente del país), o que
informe indica que para el año 1957 en el occidente salvadoreño todavía existían
En las zonas del centro y norte del país, así como al oriente del Lempa, tuvo
lugar un proceso muy diferente. Los españoles convirtieron el cultivo del añil en una
"He visto grandes poblaciones indígenas... casi destruidas después de que se instalaron
cerca de ellas molinos [obrajes] de añil... varias veces he confesado a un gran número de
indios con fiebre y he estado allí cuando los llevan de los molinos para enterrarlos...
como la mayoría de estos infelices han sido forzados a dejar sus hogares y milpas,
muchas de sus mujeres e hijos mueren también"87.
nuevo. En la primera mitad del siglo XVI, pocos años después de la llegada de los
existen documentos que registran las quejas de los colonizadores que, a raíz de la
30 mil a poco más de 8 mil habitantes90. Hacia finales del siglo XVIII, ante el empuje
el extremo nororiental del país, en zonas elevadas semimontañosas, con alturas arriba de
Pero el golpe más rudo para las comunidades indígenas sobrevino después de la
atravesaba por una crisis: no sólo los precios del añil sufrían una depresión, sino que
también la población y el país habían sido sangrados por una nueva ronda de guerras; se
habían producido cuatro golpes de Estado, una revuelta indígena y el cónsul inglés, por
abatieron sobre el país: una plaga de chapulín y un terremoto. El año de 1854 pasó a la
historia como un año de hambruna. Al año siguiente, como ya se anotó, los soldados
que regresaron al país después de pelear contra Walker, portaban una epidemia de
cólera que diezmó la fuerza laboral97. Para entonces, aunque las exportaciones
Rica ayudaron a convencer al Estado de que otorgase incentivos para el cultivo de aquel
producto que mostraba un potencial superior al del añil. Las leyes eximieron del
servicio militar a los hombres que laboraban en los cafetales; también los medios de
transporte, tales como caballos, mulas y bueyes que eran utilizados en las fincas
cafetaleras, quedaron fuera de las habituales requisas para operaciones militares. El café
Hacia el último cuarto del siglo XIX, junto a los generosos incentivos a la
producción cafetalera, sólo destaca por su magnitud el presupuesto militar que consumía
una quinta parte del erario nacional98. El Estado se empeñó en la creación de una fuerza
militar permanente que sustituyera los ejércitos circunstanciales que fueron integrados
principalmente por indígenas y campesinos pobres, e impuso una legislación laboral que
establecía un estricto control sobre la mano de obra99. Fue en ese contexto que se
produjo la privatización de las tierras comunales. Un corte que resultó mortal para la
identidad indígena.
La ley convirtió en vagos a los indígenas sin tierra o sin capacidad económica
para recomprar sus propias tierras. De esta manera se inició un proceso radical tendiente
a quitarles a los indígenas los últimos vestigios de poder. En el pasado, los indígenas
habían sido "los mejores compañeros de batalla" de las facciones oligárquicas que
luchaban por el control del poder. Participaron como combatientes en los improvisados
los indígenas de Izalco buenos soldados que le apoyaron en sus numerosas campañas100.
liderados por el general José María Rivas, prestaron un importante servicio al gobierno
del ejército permanente puso fin a ese tipo de alianzas del Estado y de la etnia
ejército representaron un "nunca más" a los juegos de poder con los indígenas.
Entre el final del siglo XIX y principios del XX, la enriquecida región cafetalera
celebración de alianzas políticas que incluían la posesión de armas. Diez años antes de
soslayada por los análisis políticos; pero visto desde esa perspectiva, el acto aislado de
revolucionarios, fue la primera alianza indígena desde la Colonia con un sector mestizo
poder ladino salvadoreño, los indígenas también lucharon al lado de una u otra de las
poderosos, sino de una alianza celebrada contra todos ellos al lado de su gran
pelea indígena tras la disolución de sus últimas palancas de poder (tierra y armas), fue
aplastante.
historia de una familia indígena que va siendo acorralada por las tropas del gobierno105.
Lo que Salarrué escribe no es muy distinto a lo que la tradición oral ha hecho llegar
hasta nuestros días: la guardia batía sin misericordia los cantones y los escondrijos
montañeros. Lalo Chután, el personaje central del cuento, sólo se salva de la matancinga
simulando ser un espantajo. Aferrado a la cruz del espantajo lo encuentran los guardias,
quienes creyéndolo un muñeco le disparan sin conseguir pegarle, pero al retirarse uno
apropiada para comprender la condición del indígena en la sociedad que surge tras la
discriminación que dio fundamento a la empresa colonial contra la cual habían luchado
los fundadores del país. El mestizo adquirió carta de ciudadanía, a costa de sumir en el
basurero de la historia a los indígenas vivos que habitan El Salvador, que siguen
considerándose indígenas y que son vistos como tales por sus vecinos.
Aunque los indígenas del pasado aparecen en las historias escolares, los
argumenta que la matanza que siguió al alzamiento indígena ocurrido en enero de 1932
eliminó los últimos vestigios de población indígena. Investigaciones realizadas en
diferentes momentos del siglo XX prueban que los indígenas existen y en un número
marcas ominosas de la cultura salvadoreña en el siglo XX. Los estudios pioneros sobre
el tema han sido hasta ahora silenciados por el peso de una tradición fundada en las
idea de identidad mestiza que produjera una cultura nacional. El indígena fue el gran
ausente de los mitos de la invención nacional. Siguió siendo un ser degradado, incapaz
destinado a entregar veinticinco hectáreas de tierras altas por cada inmigrante adulto y
sesenta por cada familia de cuatro personas107. Años más tarde, el aventurero Federico
a formar parte de la elite "blanca". Por el contrario, los inmigrantes chinos, árabes y
negros, eran indeseables. Los chinos, que llegaron como trabajadores de las haciendas
antiétnicas. 109
bandera, exaltan ideas de progreso y libertad sobre la base imaginaria de una población
étnicamente homogénea. Como veremos más adelante, entre finales del siglo XIX y la
citada propuesta de una identidad fundada en el desprecio por las etnias no blancas
indígena como la utopía imposible de unidad entre religión, vida y poesía (Pedro
Geoffroy Rivas).112
A partir de los años 60, con la revitalización de las ideas revolucionarias de cuño
marxista, se produce una nueva ola de interpretaciones del tema indígena. Alejando
etnográfica y política de los indígenas. El indígena apareció como una respuesta contra
mágico, como en la obra poética de José Roberto Cea,115 o su rebeldía, tomando como
prototipo a la figura del líder indígena Anastasio Aquino (Matilde Elena López116 y
Pedro Geoffroy Rivas117 o la obra musical Cuatro danzas para Aquino Rey de Ezequiel
Nunfio. Los sucesos de 1932 pasaron a convertirse en un tópico obligado. Por cierto, es
matanza. En general, desde la segunda mitad del siglo XX, el discurso estético tuvo un
aquellas cenizas, no tuvo nada que decir sobre el componente indígena en su proyecto
redentor. Los indígenas integran ese sector que se ha denominado el de "los más pobres
de los pobres". Apenas el 1% de la población indígena cubre sus necesidades básicas.
Su pobreza es tal que les impide saltar sus fronteras más inmediatas: entre los migrantes
existe un discurso que reconoce el legado indígena pero la idea de país poco o nada
toma en consideración al componente indígena. M. Chapin los describe así: "No tienen
punzan desde que nace, el indígena debe salir de su lugar natal, cortar sus raíces y
radicarse en una ciudad donde pueda pasar desapercibido. No basta amasar una fortuna
para escaparse del sello étnico: literalmente hay que huir. En pocos lugares como en El
Salvador han adquirido un tono tan dramático el augurio de Vasconcelos. "Ninguna raza
Los hijos de la raza cósmica se apropiaron de los gestos del poder colonial para
habitantes del país siguieron siendo interpelados por las construcciones culturales
articularon diversas trayectorias históricas entre experiencias culturales que nunca antes
unos en superiores y a otros en vasallos: los vencedores ejercen el poder; los dominados
deben apropiarse de los gestos del poder. Este factor es importante para entender, tras la
población vencida. Los sujetos del orden colonial provenían y se produjeron desde
historias diferentes, desde poderes diferentes. Y ese guión siguió determinando la vida
Pero los procesos culturales se producen en más de una dirección. Las relaciones
primero a los nativos, pero luego también a sus sucesores criollos y mestizos.119 Los
dichos planes se vieron facilitados por las competencias internas entre los estados
nativos. Las sociedades con un sistema tributario diversificado y definido, como fue el
voraz por parte de los españoles. Pero los indígenas siguieron allí.
nudos de resistencia contra los españoles y luego contra los gobernantes republicanos,
arraigadas en sus mundos de siglos, y fue precisamente esa fortaleza la que propició
respuestas altamente represivas. Dicha relación impactó, a su vez, la naturaleza de los
autoritarios en los que el racismo echó raíces muy virulentas. No todo fue "resistencia"
de parte de los indígenas: a lo largo del período colonial, los "principales" indígenas,
la creación cultural del país. O, para decirlo de la manera como ahora se acostumbra,
1
En la preparación de este borrador ha sido fundamental el entorno que ha propiciado el Centro de
Investigaciones Regionales de Mesoamérica (CIRMA), en Antigua Guatemala. Quiero dejar constancia
de agradecimiento a los inestimables aportes de Arturo Taracena, Richard Adams y Tani Adams, de
CIRMA; a Galio Gurdián, Marvin Barahona, Jeffrey Gould y Marie-Louise Pratt. La investigación que
sirve de base a este texto ha sido posible por la Beca de Humanidades de la Fundación Rockefeller.
2
Véase: Escobar Galindo, Mayor Zaragoza, Cristiani y otros: Foro Nacional de reflexión sobre
educación y cultura de paz, Ministerio de Educación, San Salvador 1993.
3
Sobre el doble poder, ver Zamora, Rubén: Tendencias 15, 1992, pp. 22 y ss.
4
Walter, Knut: Las Fuerzas Armadas y los Acuerdos de Paz: la transformación necesaria del ejército
salvadoreño. Borrador final, mecanuscrito, Flacso, San Salvador, 1996.
5
Son cifras que provienen de los censos oficiales, citados por Oscar Armando Morales, El Salvador al fin
del siglo, p. 139
6
Cifras sobre la importancia de la migración: El Salvador recibe el 7% de las remesas mundiales y los
migrantes salvadoreños representan el 1 por ciento de la población migrante a escala mundial.
www.laprensa.com.sv
7
Ibid.
8
El discurso hegemónico establece la inexistencia de diferencias étnicas en el país. Gould, Jeffrey:
"Revolutionary nacionalism and local memories in Central America" (mecanuscrito, Indiana University).
9
Aunque la formulación ha sido recogida por Joaquín Villalobos (El Diario de Hoy, 7 de junio de 2000)
es frecuentemente repetida por líderes políticos y de opinión.
10
Le Goff: El orden de la memoria. El tiempo como imaginario, Paidós, Buenos Aires, 1991.
11
La cita proviene del poema "Cantemos lo nuestro", de Alfredo Espino: Jícaras tristes, Dirección de
Publicaciones e Impresos, CONCULTURA, 1996, p 11.
12
Son los primeros versos de la "Oración a la bandera", de David J. Guzmán. La actual bandera
salvadoreña fue adoptada el 17 de mayo de 1912, bajo la administración del presidente Manuel Enrique
Araujo, y se izó por primera vez el 15 de septiembre de ese mismo año en un acto celebrado en el Campo
de Marte de San Salvador. Su diseño está basado en el de la bandera de la Federación Centroamericana
(1823). Espinoza, Francisco: Los símbolos patrios, 11a. edición, Dirección de Publicaciones e Impresos,
CONCULTURA, 1996, p. 10.
13
Demyk, Noelle: "Los territorios del Estado-Nación en América Central. Una problemática regional", en
Identidades nacionales y Estado moderno en Centroamérica, Arturo Taracena y Jean Piel (Comp.),
Editorial de la Universidad de Costa Rica, San José, 1995
14
Historia natural y ecológica de El Salvador. Tomo I, Ministerio de Educación de El Salvador, 1995,
pp. 140-41.
15
Demyk, Noelle: "Los territorios del Estado-Nación..." Op. cit., p. 15.
16
Carmack: "Perspectivas sobre la Historia antigua de Centroamérica", Tomo I Historia Antigua, Historia
general de Centroamérica, FLACSO, Madrid, 1993, p. 310.
17
Apuntamientos, citado por M. Rodríguez, El experimento de Cádiz, p. 27
18
Remitir a Peccorini, Barón Castro y otros...
19
Citar a Barón Castro: Delgado... pp. 145 y ss.
20
Se trata de las localidades de San Vicente y San Miguel. En esta última, el verdugo quemó la proclama
insurgente en la plaza pública. Ibid.: Véase también: Turcios, Los primeros patriotas...Op. cit.
21
Barón Castro, Delgado... p. 139. De hecho el tema de la soberanía, como lo apuntan diversos autores,
aun estaba distante. El movimiento buscaba instalar nuevas autoridades sin romper con la forma de
gobierno. De fondo fue un desconocimiento a las autoridades españolas generadoras de tensiones y un
reconocimiento a las autoridades mestizas y criollas. La proclama rebelde de San Salvador era clara al
decir: "sólo debemos obedecer a nuestros alcaldes y al rey Fernando VII". Eugenia López V: La
intendencia de SS... p. 60.
22
Citar a Rodríguez, El experimento de Cádiz...
23
Eugenia López: La intendencia..., p. 60-65.
24
Pinto Soria, Ibid., p.20-21
25
Pinto Soria, "El intento de unidad...", Mesoamérica 13, p. 20
26
Dunlop, Rogert Glasgow: Travels in Central America. London, Longman, Brown, Green, and
Longmans, 1847. Citado en: Lindo, Héctor, Op. cit., p. 62. La visita de Dunlop tuvo lugar entre los años
1844 y 1846
27
Stephens, citado por Pinto Soria, "El intento de la unidad...", p. 45
28
Domínguez Sosa, Julio Alberto: Ensayo histórico sobre las tribus nonualcas y su caudillo Anastasio
Aquino, Dirección General de Publicaciones, Ministerio de Educación, San Salvador, 1964. Se trata
probablemente del último alzamiento fundamentalmente indígena. Posteriormente, la participación
armada de los indígenas se ligó a proyectos de las elites blancas. Merece destacarse que a finales del siglo
XIX los indígenas cuscatlecos fueron liderados por el Gral. Rivas, un caudillo veterano de las guerras
contra Guatemala. Sus dotes militares y su liderazgo moral lo llevaron a dirigir un ejército irregular que
llegó a tener en plantilla unos 10 mil hombres. Rivas fue un elemento clave para el establecimiento de una
alianza entre los indígenas cuscatlecos y el grupo liberal que triunfó en 1885. En 1890 Rivas se enfrentó
con las armas a Ezeta, el golpista que dio marcha atrás a la revolución liberal, y mantuvo control de la
capital por dos días; sin embargo, esta vez los liberales del 85 se aliaron con Ezeta. Para expulsarlos de la
ciudad, de acuerdo con un informe del cónsul norteamericano Mr. Myers, los ezetistas bombardearon
indiscriminadamente la ciudad por 42 horas. Ver: Alvarenga, P.: Cultura y ética... p. 50 y ss.
29
Pinto, Julio César: "El intento de la unidad: la República Federal de Centroamérica, 1823-1840", en
Mesoamérica 13, Vermont, 1986, pp. 3-86.
30
Uno de los aspectos visibles de la jornada consistió en la publicación de la revista Próceres.
31
También hay que decir que la naturaleza del alzamiento del 11, si fue acción organizada o espontánea,
sigue siendo objeto de polémica entre los historiadores.
32
Citar texto de Tani Adams...
33
En lo que corresponde al tema del mestizaje en este apartado sigo en lo fundamental las ideas de Jeffrey
Gould en sus manuscritos todavía inéditos: "Revolutionary nacionalism and local memories in Central
America" (mecanuscrito, Indiana University) y "Hacia un marco comparativo para el estudio del
mestizaje en El Salvador, Honduras y Nicaragua" (mecanuscrito)
34
Alvarenga, Patricia: Cultura y ética de la violencia, EDUCA, San José, 1996. Especialmente el capítulo
3, p. 97 y ss.
35
Próceres, Notas editoriales, Vol. I, No.1, San Salvador, 1911, p. 3
36
William R.: The Cultural Evolution of Ancient Nahua Civilizations. The Pipil-Nicarao of Central
America, University of Oklahoma Press, 1989.
37
Historia de El Salvador, Vol. I, Ministerio de Educación de El Salvador, p. 22 y ss
38
Robert M. Carmack "Centroamérica aborigen en su contexto histórico y geográfico" y "Perspectivas
sobre la Historia antigua de Centroamérica", Tomo I Historia Antigua, Historia general de
Centroamérica, FLACSO, Madrid, 1993., Fowler, Op.cit., Amaroli: "Geografía económica de
Cuscatlán", Mesoamérica 21, CIRMA, Guatemala, 1991.
39
Esa prohibición fue derogada nueve años más tarde. Escalante Arce: Ibid.
40
Las fobias étnicas se juntan con las fobias políticas. Después de 1932 los rusos, lituanos y polacos,
entre otros, estaban sometidos a un régimen especial por su pertenencia al mundo comunista. Algo similar
ocurre con los cubanos.
41
Me refiero a la guerra civil abierta el 10 de enero de 1981 con la primera ofensiva guerrillera, y
terminada el 16 de enero de 1992 con la firma de la paz en el Palacio de Chapultepec, México.
42
Vasconcelos, José: La raza cósmica. Edición bilingüe. The John Hopkins University Press, Los
Angeles, 1979.
43
Espino, Miguel Angel: Mitología de Cuscatlán/ Como cantan allá. Dirección de Publicaciones e
Impresos, CONCULTURA, San Salvador, 1996.
44
El acuse de recibo firmado por González Saravia dice textualmente. "En este laborioso trabajo, el
primero de su clase que se ha hecho en el Reyno, desde el establecimiento de Ytendencias [...] reconozco
el eficaz zelo de V.S. y su amor al Real servicio y al exacto desempeño de sus deveres...". Citado en:
Barón Castro, Op.cit. p. 267. Antes de 1811, el informe fue actualizado a solicitud de José Bustamante y
Guerra, nuevo capitán general.
45
Ver: Gutiérrez y Ulloa, Antonio: Estado general de la provincia de San Salvador, Reyno de Guatemala
(Año de 1807), Dirección General de Publicaciones, Ministerio de Educación, San Salvador, 1962. El
informe fue enviado originalmente al capitán general Antonio González Saravia. Véase: Barón Castro,
Rodolfo: La población de El Salvador, UCA editores, San Salvador, 1978, p 267-268.
46
En diversas partes del Estado general... pueden leerse referencias a esas pérdidas, tal es el caso de los
planos correspondientes a los Partidos de Chalatenango y Santa Ana, entre otros. Dichas partes están
calzadas con la rúbrica del intendente, acompañadas de la nota: "Extraviado el plano en la Rebolución"
(sic). Véanse páginas 80, 85 y 91, de la edición citada.
47
Las estadísticas de Gutiérrez no incluyen, desde luego, a la alcaldía mayor de Sonsonate que para
entonces pertenecía a Guatemala. Para establecer un número más exacto sobre la población salvadoreña
de la época, Barón Castro, Op.cit. p. 277., combina los datos del intendente con los de Juarros:
Compendio de la Historia de la Ciudad de Guatemala, Guatemala, 1857.
48
Barón Castro observa que en dicho informe se emplea de manera equívoca la voz "mulatos" para
referirse a la raza mezclada. Sin embargo, del examen de los datos, Barón Castro establece que el
intendente usaba indistintamente las voces "mulato" y "mestizo" como sinónimas, un error en el que
incurren posteriormente otros historiadores. Barón Castro: Op. cit. p. 273.
49
De acuerdo con los datos tabulados por Barón Castro, en las primeras décadas del siglo XIX los
mestizos constituían el 54.1% de la población, los indígenas el 43.1% y los blancos el 2.8%.
50
Gould, Jeffrey: "Revolutionary Nationalism and local Memories in Central America", avance de
investigación multicopiado, inédito, Indiana University, 2000.
51
Diversos autores han documentado la presencia indígena. Véanse: Adams, Richard N.: Cultural
Surveys of Panama, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras. Washington, 1957; Chapin, Mac:
"La población indígena de El Salvador", Mesoamérica No. 21, CIRMA/PMS, Antigua Guatemala, 1991;
Marroquín, Dagoberto: Panchimalco, Dirección de Publicaciones del Ministerio de Educación, 3a. ed.,
San Salvador 1980. Más recientemente, se ha llamado la atención sobre el tema: Castellanos, Juan Mario:
El Salvador 1930-1960. Antecedentes políticos de la guerra civil, Dirección de Publicaciones e Impresos,
CONCULTURA, San Salvador, 2000, p. 240.
52
Escalante Arce, Pedro: "Apuntes sobre mestizaje y transculturización en las provincias hispano-
salvadoreñas", en Cultura y desarrollo en El Salvador, Steffan Roggenbuck, editor, Fundación Konrad
Adenauer, San Salvador, 1994, p. 20
53
Estos tres asentamientos mexicanos se ubicaron en el actual municipio de Mejicanos de San Salvador,
el segundo en Sonsonate y el tercero, ya desaparecido, en la antigua villa de San Miguel. Escalante Arce,
Op. cit. p. 20.
54
Para una visión sobre el impacto de las epidemias ocurridas en el área centroamericana en 'las seis
décadas trágicas' (1520-1582), consúltese: Lutz, Christopher y otros: "La conquista española en
Centroamérica", en Historia general de Centroamérica, Tomo II, Madrid, 1993, p. 71 y ss.
55
Escalante Arce, Op. cit. p. 21
56
La conquista de Centroamérica inició en febrero de 1524 con la entrada de Pedro de Alvarado y su
ejército español-mexicano al territorio guatemalteco. La conquista de El Salvador, más específicamente
en el sector occidental del Lempa, inició ese mismo año con una campaña de "tierra arrasada" de quema
de aldeas y esclavización de indígenas, incluyendo a los caciques. La conquista de la franja ultralempina
tuvo lugar casi cinco años más tarde mediante una incursión española desde Honduras. Véase: Lutz y
otros, Op. cit. p. 36 y ss.
57
El lienzo de Tlaxcala contiene representaciones de batallas celebradas en el actual territorio
salvadoreño, entre ellas las de Acajutla y Tecpán Izalco.
58
"Pleitos seguidos por el señor Fiscal de la Audiencia de Goathemala contra Dn. Diego de Guzmán...",
Archivo General de Indias, Escribanía de Cámara 331-A, citado en Escalante Arce: "Apuntes sobre
mestizaje...", Op. cit. , p. 19.
59
El matrimonio ha sido documentado por el antropólogo W. Fowler __________________.
60
Gutiérrez y Ulloa, "siguiendo el órden (sic) común de esta parte de América", establece cinco tipos de
población para la Provincia salvadoreña: españoles, mestizos, indios, mulatos y negros. Añade que la falta
de educación, la "débil clase" de sus pobladores, los poquísimos brazos dispuestos al trabajo agrícola y
mecánico, "y la necesidad desgraciada de tolerar el de (sic) desorden civil [...] tienen constituidos en total
abatimiento sus vecindarios". En lo que respecta a los "españoles", Gutiérrez y Ulloa distingue al menos
dos tipos: chapetones y criollos. "Casa una de estas se subdivide" --dice--"esencialmente en Españoles de
primer órden, y en los de condición común".Op. cit. pp. 10-11.
61
Si nos atenemos a los datos de Barón Castro, los blancos aparecen en los cálculos poblacionales
salvadoreños hasta el año 1837. En ese año el número de blancos correspondería al 20% de la población,
contra un 22.5% de indios y un 57.5% de mestizos. Barón C. no le da credibilidad a esos datos.
62
Martínez Pelaez, Severo: La patria del criollo, Editorial universitaria, Guatemala, 1971
63
Para conocer la evolución del término "ladino", véase: Taracena Arriola, Arturo: "Contribución al
vocablo "ladino" en Guatemala (S. XVI-XIX)", en Homenaje a Daniel Contreras, FH, Universidad de
San Carlos, Guatemala, 1982, p. 89-104.
64
Escalante Arce: Op. cit. p. 22-23
65
Historia de El Salvador, Ministerio de Educación, Tomo I, San Salvador, 1994, pp. 26-27
66
Sheet, P.: "The Prehistory of El Salvador: An Interpretative Summary", en F. Lange y Stone, 1984.
Citado por Hasemann, George y Lara Pinto, Gloria: "La Zona Central: regionalismo e interacción",
Historia general de Centroamérica, Tomo I, Madid, 1996, p. 159-61.
67
Fowler, W. y Earnest, H.: "Settlement Patterns and Prehistory of the Paraiso Basin of El Salvador",
Journal of Field Archaeology, vol. 12, 1985. Citado por Hasemann y Lara, Ibid.
68
Hasemann y Lara, Op. cit. p. 182 y ss.
69
Para un detalle de los cultivos y la economía de la época, véase: Amaroli, Paul: "Linderos y geografía
económica de Cuscatlán, provincia pipil del territorio de El Salvador, en Mesoamérica 21, CIRMA/PMS,
Antigua Guatemala, 1991, pp. 41-70.
70
Hasemann y Lara, Op. cit. p. 196-199
71
El dirigente indígena Israel Bolaños, por ejemplo, dice: "las tierras eran de todos antes de que viniera
la maldición dirigida por el diablo que protegió a las clases privilegiadas de la colonia, que tenían su base
económica en la propiedad de nuestras tierras..." (destacado del autor). Véase: "Reivindicación de tierras
y procesos jurídicos en El Salvador", Memoria de la Segunda Jornada Indígena Centroamericana sobre
Tierra, Medio Ambiente y Cultura, San Salvador, 2000, p. 336 y ss.
72
De acuerdo con las informaciones de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural de
CONCULTURA, San Andrés habría sido una capital regional que llegó a dominar el fértil valle de
Zapotitán y algunas zonas vecinas, como el valle de las Hamacas, donde tiene su asiento la capital
salvadoreña. Fue descubierta en el año 1910. Las excavaciones iniciales iniciaron en 1940 bajo la
dirección de Maurice Ries y John Dimick. Posteriormente, nuevas excavaciones fueron supervisadas por
Stanley Boggs. La excavación de Boggs en la cima de la Acrópolis descubrió cimientos de aposentos. En
la zona existen al menos unos 350 sitios arqueológicos. Uno de ellos es el mencionado Joya de Cerén, que
ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco. El sitio de Joya fue descubierto en
1976. Las primeras excavaciones iniciadas en 1978 por Payton Sheets, sacaron a luz un conjunto
habitacional de pobladores comunes, extraordinariamente preservado por la acción de la ceniza volcánica
de la erupción del Caldera, hace unos mil cuatrocientos años.
73
Ibid., p. 201
74
Véase: Geoffroy Rivas, Pedro: Toponimia náhuat de Cuscatlán, Dirección de Publicaciones, Ministerio
de Educación, San Salvador, 19__. El nahuat, desde luego, no es el único caso. En el periodo del
descubrimiento americano, los navegantes españoles adoptaron numerosas voces caribes que fueron
incorporándose al vocabulario castellano de principios del siglo XVI. La evolución misma del castellano
se vio tempranamente nutrido de formas americanas. Ver: Geoffroy Rivas, P.: La lengua salvadoreña/ El
español que hablamos en El Salvador, Dirección de Publicaciones e Impresos, CONCULTURA, San
Salvador 1998, p. 11-15.
75
Carmack, Op. cit., p. 290 y ss.
76
Amaroli, Paul: Op. cit., 42 y ss.
77
La segunda carta de Alvarado a Cortés data del 24 de julio de 1524 y fue enviada desde Iximché,
después de su incursión a Cuscatlán. Véase: Cartas de relación y otros documentos, Pedro de Alvarado,
Diego García de Palacio y Antonio Ciudad Real, Dirección de Publicaciones e Impresos, San Salvador,
2000
78
Amaroli: Op. cit. El autor sugiere que Izalco formó una unidad aparte frente al mundo nahuas
cuscatleco.
79
Carmack, Op. cit. p. 291
80
Carmack, Ibid., p. 288
81
Chapin, Mac: "La población indígena de El Salvador", Mesoamérica No. 21, CIRMA/PMS, Antigua
Guatemala, 1991.
82
Fowler, William R.: The Cultural Evolution of Ancient Nahua Civilizations. The Pipil-Nicarao of
Central America, University of Oklahoma Press, 1989, p. 165.
83
Ibid. p. 91
84
Browning, David: Op. cit, p. 123
85
Adams, Richard N.: Cultural Surveys of Panama, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Honduras.
Washington, 1957, p. 509.
86
Chapin, Mac: "La población indígena de El Salvador", Mesoamérica No. 21, CIRMA/PMS, Antigua
Guatemala, 1991, p. 7
87
Citado por Browning: Op. cit., p. 136.
88
Lutz: "La conquista española en Centroamérica", en Historia general de Centroamérica, Tomo II,
Madrid, 1993, p. 71 y ss. También: Figueroa Marroquín, Horacio: Enfermedades de los conquistadores,
Departamento editorial, Ministerio de Cultura, San Salvador, 1957.
89
Chapin: Ibid.
90
Citado por Chapin: Op. cit., p. 8.
91
Chapin: Ibid. p. 9
92
Browning hace un detallado recuento de los diferentes decretos que abolieron la tenencia comunal de la
tierra y la manera en que se pasó a legislar sobre ella, Op. cit., p. 334 y ss.
93
Alvarenga: Cultura y ética... p. 35
94
Samper, Mario K.: "El significado social de la caficultura costarricense y salvadoreña: análisis histórico
comparado a partir de los censos cafetaleros", en Tierra, café y sociedad. Ensayos sobre la historia
agraria centroamericana, H. Pérez Brignoli y M. Samper (Comp.), FLACSO, San José, 1994, pp. 117-
225; Lauria-Santiago, Aldo A.: An agrarian Republic. Commercial Agriculture and the Politics of
Peasant Communities in El Salvador, 1823-1914. University of Pittsburgh Press, 1999.
95
Lindo Fuentes, Héctor: Lindo Fuentes, Héctor: "La introducción del café en El Salvador", en Tierra,
café y sociedad, Héctor Pérez Brignoli y Mario Samper (Comp.), FLACSO, San José, 1994.
96
Lindo Fuentes, Op. cit. p. 71.
97
Lindo, Ibid. p. 72.
98
Alvarenga, Op. cit. p. 38
99
Alvarenga, Ibid.
100
Lardé y Larín, Jorge: El Salvador, historia de sus pueblos, villas y ciudades, Departamento Editorial
del Ministerio de Educación, San Salvador, 1957.
101
Lardé y Larín, Jorge: Op.cit.
102
Alvarenga, P.: Op.cit. p. 50 y ss.
103
Sobre las alianzas políticas de los indígenas en la primera mitad del siglo XX, consúltense los dos
trabajos de Alvarenga, Patricia: "Los indígenas y el Estado. Alianzas y estrategias políticas en la
construcción del poder local (1920-1944)" (multicopiado), y "La reinvención del indio. El Salvador,
1932", Boletín del Centro de Investigaciones históricas de América Central, San José, 1996.
104
A modo de ilustración sobre este asunto, mencionaré los ya citados trabajos de Carmack:
"Centroamérica aborigen..." y "Perspectivas ...", en Historia general de Centroamérica, FLACSO,
Madrid, 1993; así como la investigación de Arnauld sobre las estrategias de poder las elites mayas y
españolas en los primeros siglos de la Colonia. Ver: Arnauld, Charlotte: "Estrategias políticas...", en
Poder y desviaciones... Siglo XXI editores, México 1998, p. 21-62.
105
Salarrué: "El espantajo", Narrativa completa, Vol. I, Dirección de Publicaciones e Impresos,
CONCULTURA, 1999, p.473 y ss.
106
Me refiero a los ya citados trabajos de Alejandro Dagoberto Marroquín, Richard Adams y Mac
Chapin, así como a los de Concepción Clará: Exploración etnográfica. Departamento de Sonsonate,
Dirección de Publicaciones, Ministerio de Educación, San Salvador, 1975, todos publicados entre las
décadas de los años 50 y los 80. En los años 90, se han producido los citados escritos de Patricia
Alvarenga, Jeff Gould y Erick Ching [TITULO]
107
Véase: David Browning, El Salvador, la tierra y el hombre, Dirección de Publicaciones e Impresos,
San Salvador, 1998, p. 259
108
Véase: Pedro Escalante Arce: "Las inmigraciones selectivas y las fobias étnicas", Tendencias 77, San
Salvador, p. 30 y ss. Estos planes no tuvieron el efecto migratorio esperado.
109
Escalante, Ibid. Ante la notable presencia de chinos, David J. Guzmán, el intelectual más destacado del
período, escribió: "¡Adiós al mejoramiento físico y moral que anhelamos para nuestra raza!".
110
Gavidia, Francisco: Obras Completas, Tomo II, Dirección de Publicaciones, Ministerio de Educación,
San Salvador, 1976. Lara Martínez ha realizado toda una exégesis de la obra gavideana, tendiente a
probar que la concepción de la historia de El Salvador en Gavidia "ha de concebirse como la
manifestación cíclica [del mito] de 'La Serpiente Emplumada' o, si se prefiere, de la Divinidad (...) en el
desarrollo político del país". Ver: Historia sagrada e Historia profana. El sentido de la historia
salvadoreña en la obra de Francisco Gavidia, Dirección de Publicaciones e Impresos, CONCULTURA,
San Salvador, 1991.
111
Espino, Miguel Angel: Op. cit.
112
Rivas, Pedro Geoffroy: La mágica raíz. Antología de ensayos. Luis Alvarenga (Comp.), Dirección de
Publicaciones e Impresos, CONCULTURA, 1998, p. 65.
113
Sus obras ya han sido citadas.
114
Su obra ya ha sido citada.
115
Cea, José Roberto: Todo el códice, Dirección de Publicaciones e Impresos, CONCULTURA, San
Salvador, 1998.
116
López, Matilde Elena: La balada de Anastasio Aquino, Ed. Universitaria, San Salvador, 1978.
117
Geoffroy Rivas, Pedro: Los nietos del jaguar, Dirección de Publicaciones e Impresos,
CONCULTURA, San Salvador, 1996.
118
Chapin: Op. cit.
119
Carmack, Op.cit.
120
Arnauld, Charlotte: "Estrategias políticas mayas y españolas en Guatemala (siglos XV y XVI)", en
Poder y desviaciones: génesis de una sociedad mestiza en Mesoamérica (Georges Baudot, coordinador)",
Siglo XXI editores, México 1998.
121
En el caso salvadoreño, Amaroli ha establecido la existencia de una continuidad entre el régimen de
tributos de los indígenas hacia sus principales y el tributo a la Corona española. Amaroli: "Linderos y
geografía económica...", Op. cit.