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¿REFORMAS EDUCATIVAS?

¡OTRA VEZ, VA DE NUEZ!


LA EDUCACIÓN PÚBLICA EN EL RÉGIMEN DEL PORFIRIATO

Por el Prof. JOEL NEGRETE HERNÁNDEZ

En México, durante el régimen de Porfirio Díaz, se logró integrar un sistema de


instrucción oficial en el distrito y territorios federales, que abarca desde el jardín de
niños hasta la universidad. Este sistema, con los elementos heredados de los
gobiernos de Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada, se preocupó por formar un
hombre individualista y al servicio del sistema que prevaleció durante más de tres
décadas. No se atendió nunca la instrucción popular en los sectores rural, técnico,
agrícola o de cualquier otra índole.

Con esas acciones en materia educativa, el Porfiriato se manifestó como la


figura de un régimen además; de opresor y tirano, también socialmente selectivo,
continuador de una educación heredada desde los tiempos de la Colonia. La realidad
se puede percibir en estas y otras tantas prácticas políticas del gobierno. La cual sólo
se ejercía dentro de las grandes zonas urbanas. Además había pocos intentos para
desarrollar la educación en zonas marginadas. De ahí que aquella época fuera de una
enorme ignorancia, fanatismo y prejuicios, de una población que sin cultura no podía
integrarse al tren del desarrollo económico de un Estado en vías de la modernidad.1

El 78% de los mexicanos eran analfabetos, esto es alrededor de 11 millones y


medio habitantes, de los 15 millones registrados en el censo de 1910, México era un
país de muchas carencias en materia de educación2. Ello significó, no sólo un simple
problema escolar, sino en realidad un grave problema causado por las políticas
económicas, hasta entonces practicada por los gobiernos de México. Para resolverlo,
o en su caso intentar combatirlo, hacía falta una auténtica revolución, donde se
efectuará una verdadera transformación de las estructuras políticas, económicas y
sociales, para que de esa manera se contara con las condiciones mínimas y

1
Término acuñado dentro del Porfiriato que pretendió indicar el comienzo de un desarrollo económico,
el cual como sabemos nunca se dio en México en los niveles de las potencias europeas.
2
François - Xavier Guerra, Del antiguo régimen a la revolución, FCE, México, p.p. 397-419.
necesarias, para desarrollar un sistema educativo con apertura de toda la población
con carencias educativas.

El día esperado llegó, el dictador y el vicepresidente renunciaron ante el


Congreso, impulsados por los movimientos revolucionarios. El 26 de mayo asumió
provisionalmente la presidencia de la república, Francisco León de la Barra, y en las
mismas fechas el Congreso porfirista continuó legislando sobre el proyecto de
instrucción pública. El 30 de mayo de 1911 el mismo Congreso Federal aprobó y
expidió un decreto sobre la nueva ley en materia de educación, lo trascendental se
expresó en los artículos 2º, 5º y 6º donde se resume, que las escuelas de instrucción
elemental tendrán como objetivo principalmente; enseñar a los individuos de la raza
indígena a hablar, leer y escribir el castellano; y a ejecutar las operaciones
fundamentales y más usuales de la aritmética. Asimismo se da la autorización de
fundar escuelas privadas3. La enseñanza que se impartiría sería conforme a la ley, sin
ser de carácter obligatorio; y se daría a cuantos analfabetos concurrieran a las
escuelas, sin distinción de sexos ni edades.4

Con esta nueva ley, el porfiriato legaba al gobierno federal, dos orientaciones
bien definidas en cuanto a la enseñanza primaria: la primera configurada
jurídicamente por la Ley de Educación Primaria para el distrito y territorios federales
en 1908, y la segunda fue aquella que se trabajó al vapor por el Congreso, en
momentos de transición del gobierno porfirista, al nuevo gobierno de Madero.

En el anterior caso, no podemos hablar de educación propiamente dicho,


menos aún darle el sentido riguroso de la palabra, como la conocemos hoy en día.
Por lo tanto, sí podemos concebir el término sólo como instrucción, ya que la
tendencia fue desarrollar solamente una parte del proceso educativo como tal. Con
ello no hubo beneficio alguno para; los trabajadores de las industrias, para los
campesinos, para los indígenas y tampoco hubo esa preocupación por sus
necesidades educativas y sociales; por esa razón, a la obra educativa de Porfirio

3
Fernando Solana, et. al, Historia de la educación pública en México, FCE, México, p.p. 127-136.
4
4 Estructura jurídica del proceso educativo, Trayectoria de la legislación sobre educación pública en
México, ( s. d. )
Díaz, se le ha calificado como demagógica, dado que: No podía haberse desarrollo
integralmente en los estudiantes, en un régimen político al servicio de latifundistas y
de los intereses capitalistas nacionales, así como también de los intereses del
extranjero. Dicha ley no creó reformas educativas, sólo fue elaborada debido a una
actitud de oportunismo por parte de los seguidores del porfiriato, ante las presiones de
las fuerzas revolucionarias.

Para finalizar este ensayo, plantearemos dos reflexiones, que solamente en la


actualidad nosotros los profesores podemos dar respuesta: ¿Esa etapa de la
educación en México, tiene parecido de alguna manera a nuestra época? ¿La
Reforma educativa que hoy comenzó, solucionará los problemas más agudos de la
educación en México?.

DICIEMBRE DEL 2007.

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