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ARTE GÓTICO
Introducción
El momento histórico
La estética del Gótico
Artistas y comitentes
Textos
Bibliografía
Arturo Caballero 1
Arte Gótico
INTRODUCCIÓN
EL MOMENTO HISTÓRICO
Como en tantas otras ocasiones, el término gótico resulta de la aplicación
renacentista de un concepto peyorativo; tendremos que esperar hasta el
siglo XIX para que, con el auge político de la burguesía, sea valorado
positivamente e incluso propuesto como modelo a imitar. Podemos
convenir en que el arte gótico -el que más se aparta de la tradición clásica
de todos los movimientos artísticos generados en occidente- tiene su cuna
en Francia a mediados del XII después de una serie de tanteos inconexos
que se producen a lo largo de ese mismo siglo. Nace en la época de
Bernardo de Claraval (+1153), de Averroes (1126-98), Maimónides (1135-
1204), de las Cruzadas, que permitieron el flujo de metales preciosos hacia
occidente y reactivan la economía monetaria. Desde el punto de vista
filosófico es el momento en el que surge la escolástica gracias a la
recepción aristotélica que habían propiciado los musulmanes a través de
España y de Italia; la enseñanza comienza a salir del estrecho marco de los
monasterios y, gracias a obispos y monarcas, comienza a instalarse en las
ciudades que comienzan a despertar después del letargo feudal. Así
surgirán las universidades de Bolonia, París, Montpellier, Nápoles, Oxford,
Cambridge, Toulouse...
Quizá sea la vinculación entre el gótico y la ciudad lo que más
llame la atención. Aunque se trata de un lento renacer que no conviene
centrar sólo en el siglo XII, lo que resulta claro es que se produce en esa
época un aumento del peso relativo de la economía urbana dentro de los
reinos medievales. El origen de las ciudades fue muy variado puesto que
en ocasiones eran la consecuencia del acrecentamiento de un núcleo
preexistente, en otras surgían como centro "ex novo" para la colonización
de nuevas tierras, podía tratarse de un núcleo económico de intercambio o
de exportación; desde luego que se beneficiaron de un cambio climático, de
un aumento de la población, de una mejora en el rendimiento agrícola, de
un deseo por parte de los monarcas de acentuar su dominio sobre el
reino... sea como fuere, la ciudad pronto se convirtió en una cuña que
molestaba la estructura feudal porque no se ajustaba a la división tripartita
del mundo que el feudalismo proponía como paradigma; el aire de las
ciudades era libre y hacía libres a los hombres, tal como rezaba un viejo
proverbio alemán. Por otra parte, pronto se vio que la ciudad exigía unas
formas diferentes de cristianización (lo que determinó el nacimiento de las
órdenes mendicantes -franciscanos y dominicos- que pueden construir sus
edificios dentro de las murallas), gobierno y de articulación social en la que
los gremios jugaron un papel muy destacado. Los reyes se apoyan en el
nuevo grupo social emergente -la burguesía- para contrarrestar la fuerza
de los nobles. El arte sigue siendo por encima de todo religioso aunque
progresivamente se note una dulcificación de las figuras y temas que
preludiará el humanismo renacentista (lo que no excluye la tendencia al
patetismo en época de crisis). Esta nueva sensibilidad influyó en las
costumbres sociales y en la valoración del papel de la mujer como puede
apreciarse en las fórmulas del amor cortés y en la lírica de los trovadores.
El desarrollo económico se mantuvo estable hasta el s. XIV aunque
se podía detectar un excesivo aumento de población en ciertos núcleos y
graves desequilibrios económicos; si a eso le añadimos la deficiencia de los
sistemas higiénicos podemos entender cómo la peste, y la recesión general
subsiguiente, pusieron en un fuerte aprieto a la vida urbana. El gótico, que
había nacido casi al mismo tiempo que la ciudad, tomará en esos
momentos otros derroteros estilísticos.
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Arte Gótico
ARTISTAS Y COMITENTES
Aunque la iglesia sigue siendo el cliente principal de los artistas del
momento, con el desarrollo urbano se ampliarán el número de encargos y
de comitentes como ocurre con las nuevas órdenes surgidas en aquella
época (franciscanos, dominicos) que plantean su actividad dentro del
ambiente urbano.
Los reyes y la alta nobleza engrandecieron y decoraron
espléndidamente sus mansiones y continuaron dotando a los edificios
religiosos (texto 4). También la pequeña nobleza, especialmente la urbana,
entró a formar parte de aquellos que podían rodearse de objetos de lujo y
adquirir el patronazgo de alguna capilla bien fuese en las catedrales, en las
iglesias o en los monasterios. A medida en que la alta burguesía pudo
disponer de numerario fue adoptando los modos de vida de la nobleza y, en
consecuencia, se convirtió en mecenas; aunque se construyeron edificios
para determinadas funciones urbanas y se decoraron las viviendas
burguesas, este mecenazgo terminaba, en la mayoría de los casos,
revirtiendo en la iglesia que veía como sus construcciones se ampliaban y
enriquecían. La pequeña burguesía y el resto de los trabajadores urbanos
podían ejercitar una actividad semejante a través de los gremios y las
diferentes cofradías que tienen en los edificios religiosos capillas para sus
santos patronos.
Este aumento de la clientela mejoró la actividad de los artistas que
comienzan su lento despegue desde el artesanado a una consideración
social más alta.
El constructor de los edificios góticos era algo más que un cantero;
propiamente podría denominársele arquitecto puesto que su papel está tan
dignificado que puede llegar a enterrarse en su obra, a la que no está
totalmente ligado ya que no es raro que trabaje en varias al mismo tiempo.
Posee una formación teórica, con rudimentos de matemáticas y geometría,
aunque su celo a la hora de guardar sus conocimientos ha llevado a crear
en torno a su actividad todo tipo de leyendas que llevan a hablar de un
"misterio de las catedrales". Ha de ser un experto dibujante; se conserva el
cuaderno de un francés viajero, Villard de Honnecourt, un álbum de 33
hojitas, por el que sabemos que estuvo en Cambrai, Laon, Reims,
Chartres, Lausanne y Hungría y que nos ilustra respecto a la forma de
trabajar y diseñar en su tiempo por el que vemos, además, que las
actividades del arquitecto y del escultor seguían estando ligadas. En
muchas ocasiones el diseño arquitectónico no era una actividad puramente
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Arte Gótico
mental sino que se hacía sobre la marcha encima de la propia obra, a
tamaño real; debía contar con una serie de ayudantes, aparejadores, que
se encargaban de vigilar los diferentes y complejos trabajos que implicaba
la construcción de un edificio de estas características: extracción y
transporte desde las canteras, talla y ubicación definitiva. Tareas que,
unidas al cálculo de gastos que todo generaba, obligaban al conocimiento
de algo más que rudimentos de economía.
Más problemas tuvieron los escultores a quienes, salvo en el caso
de que pudiesen trabajar como constructores, se les seguía considerando
miembros del artesanado.
El caso de los pintores -a no ser que se tratase de miembros de
órdenes religiosas lo que comienza a ser algo más que anecdótico- era, por
lo general, más semejante a los segundos que a los primeros; la falta de
formación literaria de escultores y pintores les obligaba a una dependencia
excesiva respecto a los comitentes quienes determinan las iconografías y
los contenidos aunque algunos comienzan a marcar distancias. Giotto fue
alabado en vida por sus conciudadanos y figuró en la literatura coetánea,
como Jan van Eyck, pudieron ejercer alguna tarea diplomática en las
cortes nobiliarias aunque ambos casos son excepcionales.
EL MONASTERIO CISTERCIENSE
Resulta curioso, casi un contrasentido, que los difusores de
algunos elementos que van a caracterizar al gótico sean unos monjes, los
cistercienses, que, nacidos como manifestación rigorista de Cluny, hagan
del abandono del mundo y del descampado un signo de identidad. Los
monasterios europeos siguen mayoritariamente la regla de San Benito
(texto 5) y fueron articulando sus dependencias en la dirección que hoy los
conocemos. A partir de 1075, en el que se funda Molesmes se
desencadenó una renovación espiritual con centro en Citeaux que iba a dar
origen, entre 1113 y 1115, a La Ferté, Pontigny, Morimond y Clairvaux (del
que iba a ser abad San Bernardo)..
A los edificios que construyeron se les suele denominar como
protogóticos. Sus señas de identidad eran la reducción en altura que
conllevaba la supresión de la tribuna e incluso del nartex (que ya no se
necesitan al no estar abierta la iglesia a gente ajena a la comunidad), el
arco apuntado, la bóveda de crucería - u ojival- que suele descansar sus
nervios en soportes volados, el rosetón en la fachada e incluso en la
cabecera; su austeridad y economía constructiva han hecho de ella un
buen ejemplo de arquitectura espiritual y ascética (texto 6).
El monasterio tiene unas dependencias fijas entre las que destacan
la sala capitular, con un sitial para el abad y un banco corrido para los
profesos; dos dormitorios, generalmente corridos con arcos apuntados; un
refectorio perpendicular a un lado del claustro, con un lavabo a la entrada y
un púlpito para las lecturas; una cocina conectada con el refectorio; un
armarium (librería); un parlatorium (muy pequño dado que había poco de lo
que hablar); un calefactorium (usado en casos de extrema necesidad) y
uno o varios salones para trabajos.
Ejemplos en España del arte cisterciense los tenemos en
Moreruela (Zamora), Poblet (Tarragona), Fitero (Navarra), Veruela
(Zaragoza), Oliva (Navarra), Santas Creus (Tarragona) y Las Huelgas
(Burgos). Hay un núcleo interesantísimo de monasterios cistercienses en
Galicia como los de Oya, Meira (Lugo) Armenteira y Acibeiro (Pontevedra)
y Osera y Melón (Orense). En Valladolid los de Retuerta, Valbuena, la
Espina, Palazuelos y Matallana.
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1.- 2ª mitad del siglo XII
Entre 1140 y 1144 el abad Sugger mandó construir la girola de
Saint Denis en la que se usaba el arco apuntado y la bóveda de crucería;
esta innovación permitía una elegante solución a la cubierta de los espacios
trapezoidales al mismo tiempo que suponía un notable ahorro dado que la
cimbra sólo se usaba para los nervios; ello determinaba, a su vez, que el
aparejo de los plementos fuera regular, no concrecionado.
A finales del siglo XII numerosas catedrales han asimilado estas
ideas (Sens, Senlis, Chalons-sur-Marne) o han llegado por sí mismas a
estas soluciones (Noyon, Laon, París); todas tienen una cabecera muy
desarrollada, fruto de la necesidad de capillas.
Un buen ejemplo de ello es la catedral de Laon, iniciada hacia
1160; su alzado interior presenta cuatro alturas, por lo que es denominada,
también, iglesia de cuatro plantas: arcadas de las naves laterales, tribuna,
corredor -andito o triforio- y ventanales. Utiliza bóvedas sexpartitas con
alternancias de soportes simples (arco fajón) y triples (arco fajón y nervios);
de cualquier forma se produce en ella, y en las demás de su especie, una
cierta indefinición que impide que sea más esbelta que Cluny o las
construcciones del Camino de Santiago. Animaban su silueta exterior con
numerosas torres. La decoración era muy rica en escultura al exterior con
tres puertas llenas de altorrelieves en el tímpano, las arquivoltas y el
derrame; al interior presentaban muy poca ornamentación escultórica y
pictórica puesto que las vidrieras jugaban un papel fundamental. En el
último cuarto del siglo XII, un maestro francés, Guillermo de Sens, inicia la
reconstrucción del coro de Canterbury pudiendo ser considerado este
edificio como el primero puramente gótico dentro de Inglaterra.
4.- Siglo XV
La última fase del gótico se caracteriza por su exuberancia
decorativa, apreciable también en la multiplicidad de arcos -carpaneles,
escarzanos, tudor, conopiales-, a la que se someten las aportaciones
estructurales y espaciales, incluso las cubiertas complican sus nervios
dando origen a las bóvedas estrelladas. Se denominan de distintas formas
según los países. en Francia, estilo flamígeo con buenos ejemplos en
Saint-Maclou, Rouen, y Notre Dame de L'Epine, cerca de Nancy. En
Portugal se llama Manuelino destacando la Torre de Belen y el monasterio
de Batalha. En Alemania y Bohemia veremos aparecer la bóvedas
reticuladas mientras que en Inglaterra, donde quizá se encuentre el origen
de tanta decoración, se difunden la bóvedas en abanico (King's College de
Cambridge).
CARACTERISTICAS GENERALES
El desarrollo de la arquitectura gótica española está condicionada
por la división en reinos diversos de los territorios que componían la
península; los diferentes intereses socioeconómicos generan variadas
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Arte Gótico
influencias culturales. Así podremos comprobar cómo la arquitectura gótica
castellana (en la que el peso de la aristocracia y la iglesia es muy
importante) estará condicionada en los siglos XIII y XIV por la francesa
(modelos que serán sustituidos por los flamencos en el XV) mientras que la
Corona de Aragón (en la que lo burgués tiene más posibilidades de
expresión) presenta más semejanzas con las obras provenzales que darán
origen a una especie de gótico mediterráneo de características propias y
bien definidas como veremos. Los edificios españoles apenas muestran
interés por la excesiva elevación, lo que aún es más evidente en las obras
catalano-aragonesas, especialmente preocupadas por la economía de
medios lo que les permite construir con un notable pragmatismo.
LOS INICIOS
Las primeras catedrales españolas que muestran elementos
góticos son las de Tarragona, Lérida, Ávila y Cuenca. Las dos primeras
recogen muchas influencias de los monasterios catalanes; la de Ávila, obra
del maestro Fruchel todavía posee características románicas; bastante
diferente es la de Cuenca, iniciada a finales del siglo XII y en la que
aparecen influencias anglonormandas -derivadas a su vez de Laon- que
resultan muy extrañas para estas tierras, además del notable
pintoresquismo con que se realizó el andito.
EL SIGLO XIII
Los monumentos fundamentales del XIII son tres grandes
catedrales castellanas: Burgos (a partir de 1221), Toledo (a partir de 1226)
y León (a partir de 1254). Algunos de sus arquitectos, maestro Enrique,
trabajaron tanto en Burgos y como en León.
La catedral de Burgos, construida a instancias de Fernando III el
Santo, tiene tres naves y girola con capillas aunque quizá en origen pudiese
tener cabecera con ábsides; su estructura parece derivar de las de Bourges
o Reims aunque manifiesta también dependencias del estilo normando y
una evidente falta de altura y unidad debido a las constantes intervenciones
en ella. A mediados del s. XIII se encargó de la dirección el maestro
Enrique que continuaría (también en León) hasta su muerte en 1277; a él
se debe lo fundamental de la cabecera (lo más original del edificio) que
tiene puntos de contacto con Noyon, Reims y Limoges; en cuanto a la
estructura parece inspirarse en Coutances y respecto al alzado en Bourges.
Con Juan Pérez (+1296) se alcanza la fachada con dos torres que no se
concluirán hasta el XVI; la ligadura central que unifica sus bóvedas será
modelo a seguir en muchos edificios castellanos.
La de Toledo (con primeros intentos de construcción en 1222 pero
no iniciada hasta 1226), obra auspiciada -también- por Fernando III y en la
que tuvo una importancia extraordinaria el obispo Rodrigo Ximénez de
Rada, se considera, por sus características formales, en especial por sus
naves escalonadas, como la más española de todas. Su traza se debió al
maestro Martín (activo 1227-1234); también trabajó en ella, a partir de
mediados de siglo, Petrus Petri (+1291); presenta cinco naves, coro corto,
crucero señalado en planta por un tramo de mayor anchura y una girola en
la que se alternan los tramos rectangulares con los triangulares y capillas
radiales, cuadradas y semicirculares; son muy peculiares los arquillos
polilobulados y cruzados en el triforio.
La de León (en la que trabajaron -como en Burgos- el maestro
Enrique y Juan Pérez) es la más francesa de todas, no en vano es su
coetánea, inspirándose en la de Reims (se mantuvo, no obstante,
pendiente de las diferentes innovaciones francesas que parece ir
incorporando), aunque haciéndola algo más pequeña y con bóvedas que
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Arte Gótico
podrían tener su origen en Amiens y Beauvais; posee un espléndido triforio
y un conjunto de vidrieras de las más importantes de Europa.
Toda Castilla se llena de edificios que recogen, con mayor o menor
fortuna, las características del protogótico o del clasicismo: Burgo de Osma
(Soria), colegiata de Covarrubias (Burgos), Villalcázar de Sirga (Palencia) o
Sta. María de Castro Urdiales (Cantabria) son buenos ejemplos de ello.
En la Corona catalano-aragonesa el edificio más notable es la
catedral de Tarragona, comenzada en 1174 y que en 1215 tenía ya
construida la cabecera y el crucero; un paso más en la evolución hacia un
gótico más pleno se da en la catedral de Lérida, consagrada en 1278.
EL SIGLO XIV
A lo largo del siglo XIV, las mayores innovaciones desde el punto
de vista arquitectónico proceden de la corona catalano-aragonesa y no de
la castellana. Una característica de la arquitectura levantina es la tendencia
a nave única con capillas entre contrafuertes mientras que los triforios y los
arbotantes son muy escasos por lo que los interiores son bastante oscuros;
además, quizá por influencia cisterciense, se produce una consciente
reducción de los elementos escultóricos que son sustituidos por
características puramente arquitectónicas. Las tres grandes catedrales
levantinas son las de Barcelona, Gerona y Palma de Mallorca.
La de Barcelona se inició en 1298 pero la dirección de las obras
cambió en 1317; es de tres naves, de planta de salón, girola con 9 capillas,
triforio muy reducido y torres campanario proyectadas para los brazos del
crucero y otra cercana a los pies. Se puede relacionar con ejemplos del
Midi francés.
Más interesante es la catedral de Gerona, iniciada en 1312
realizándose a semejanza de la de Barcelona; como el resultado hubiera
sido un edificio muy oscuro, en 1386 se iniciaron los estudios para convertir
las tres naves proyectadas en una sóla, a cuyo efecto llegó a convocarse
una reunión de arquitectos (interesantísima para conocer los métodos de
trabajo de la época) que terminan por aceptar, en 1416, las tesis del
maestro Guillermo Bofill a quien se da por ayudante, en 1417, a Antonio
Canet; como resultado se realizaron profundas innovaciones suprimiendo
las naves laterales y realizando una amplísima nave de 23 m. de ancho por
34 de alto.
Otra obra digna de mención es la colegiata de Sta. María del Mar
(Barcelona), iniciada en 1329, quizá el más científico y armonioso de los
edificios de la época, con tres naves de cuatro tramos, cada uno de tres
capillas entre contrafuertes, y girola con nueve capillas; está ambientado,
además, en un espléndido y elegantísimo conjunto urbano.
La catedral de Palma se consagró en 1346, no tiene girola, sin
embargo poseen gran número de contrafuertes y de arbotantes siendo una
excepción respecto al resto de la corona puesto que es el edificio gótico
más alto de Europa después de Beauvais.
Otros edificios interesantes son Sta. Mª de la Aurora de Manresa y
las catedrales de Valencia, y Tortosa.
En la Corona de Castilla la actividad es algo menor aunque en
1321 se inicia la catedral de Palencia y en 1388 la de Oviedo. Se podrían
citar algunos ejemplos notables como los de San Hipólito de Támara
(Palencia), S. Francisco de Betanzos (La Coruña) y Sta Mª de Vitoria.
EL SIGLO XV
La Corona de Aragón entraba en una etapa de decadencia
económica que iba a notarse en su vitalidad constructiva (además de que
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en el siglo anterior se había realizado una ingente tarea) aunque se
levanten notables obras civiles en especial sus lonjas como la de Palma de
Mallorca, en la que trabajó Guillermo Sagrera, y la de Valencia, realizada
por Pedro Compte, interesante por el efecto de columnas torsas que se
proyectan en los nervios de las bóvedas. También merecen recordarse las
Atarazanas, el Salon de Tinell y el Palacio de la Generalitat, todos en
Barcelona.
La arquitectura realizada en la corona castellana recobra su tono
desde los primeros momentos con la realización de la catedral de Sevilla,
que se comenzaba en el año 1402, y que fue una ingente obra,
considerada como tal por el propio cabildo que era consciente de que los
tiempos venideros habían de tomarlos por locos (texto 8), de cinco naves
que manifestaba una clara tendencia a la igualdad de alturas y presentaba
una cabecera plana; en ella se iban a experimentar no pocas de las
técnicas y formas que iban a caracterizar el siglo XV.
En los años treinta del siglo, coincidiendo con la intensificación de
los contactos comerciales con los Países Bajos, se introduce el gótico
flamígero que terminará fundiéndose con las peculiaridades autóctonas y
con los restos mudéjares produciéndose la amalgama que denominamos
estilo hispanoflamenco, llamado también isabelino o Reyes Católicos. Se
distinguen dos focos fundamentales para el desarrollo del estilo: Toledo y
Burgos.
En Toledo trabaja Hanequin de Bruselas (+1471), llegado hacia
1448 a Toledo, donde fue nombrado maestro de obras de la catedral para
la que realizó de la Capilla de don Álvaro de Luna, el segundo cuerpo de la
torre de las campanas e inició la Puerta de los Leones; las formas usadas
son de procedencia flamenca.
Su discípulo Juan Guas (1420-1496), llegó a ser arquitecto de los
Reyes Católicos; es quien funde las influencias foráneas con las autóctonas
como se puede comprobar en el claustro del Paular (Segovia); en 1475 fue
nombrado arquitecto de los Mendoza para quienes construyó el castillo de
Manzanares el Real y, en 1483, el palacio del Infantado (Guadalajara). En
1477 dio las trazas para el monasterio de San Juan de los Reyes (Toledo).
Su continuador, Enrique Egas (+1534), mantiene el estilo de Guas
acentuando los aspectos ornamentales tal como puede verse en la Capilla
Real (Granada) o en la conclusión de San Juan de Los Reyes de Toledo;
junto con su hermano Antón es el creador de los hospitales de planta de
cruz, como puede verse en Santa Cruz (Toledo) y los reales de Santiago
de Compostela y Granada.
En Burgos el gótico flamígero es introducido por un alemán, Juan
de Colonia, hacia 1445 en las agujas caladas de la catedral, que influirán
en las de las realizadas para León y Oviedo; su hijo Simón de Colonia,
quien trabajo -también- para los Reyes Católicos, supo integrar el sustrato
nacional con las formas foráneas; a él o a su círculo inmediato se adjudican
San Pablo y San Gregorio (Valladolid), Sta. María de Aranda de Duero
(Burgos) y la capilla del Condestable de la catedral de Burgos.
A este periodo corresponden las últimas catedrales que podemos
calificar como góticas. Muchas obras de la catedral de Palencia son del XV
y todavía en las primeras décadas del XVI comienzan a levantarse las de
Salamanca (1512) que sigue el modelo toledano siendo el realizador de las
obras Juan Gil de Hontañón y la de Segovia, que se inicia en 1525,
semejante a la anterior aunque el arquitecto fuese Rodrigo Gil de
Hontañón.
Hay muchísima arquitectura civil en la Corona de Castilla (Casa de
las Conchas en Salamanca, Casa de los picos en Segovia) siendo muy
típica la portada de arco de medio punto de gran dovelaje encuadrado por
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Arte Gótico
un alfiz y ornamentado con bolas.
ESCULTURA GÓTICA
LAS PORTADAS
Las esculturas monumentales aparecen subordinadas a la
arquitectura. El gótico supone una desaparición de las variadas
representaciones de los capiteles románicos que quedan reducidas a
escuetas formas vegetales que en algunas ocasiones se mezclan con
temas animados. Las portadas de las catedrales tanto las de los pies,
occidente, como las que se abren en los brazos del crucero son los lugares
más adecuados para estos grandes programas. En los primeros momentos
del XIII todavía se sitúan en estructuras románicas, con su mismo
esquema: tímpano, derrame, parteluz; a lo largo de este siglo evolucionarán
en una dirección naturalista. Aparecen figuras de bulto redondo,
generalmente de apóstoles y profetas, en las jambas, en el derrame (en
Saint-Denis aparecieron las primeras estatuas-columnas góticas,
desgraciadamente han desaparecido) y en el parteluz o mainel; el tímpano
aparece dividido en franjas y con representaciones, por lo general, del
Juicio Final, la vida de la Virgen o Jesús o de vidas de santos; en las
arquivoltas, y bajo doseletes, se disponen ángeles o ancianos del
Apocalipsis que se adaptan a la curvatura de los arcos. También se sitúan
esculturas exentas en las esquinas y en las torres, incluso en Francia
aparecen a lo largo de los muros galerías corridas llenas de esculturas. En
general sólo presentan tres portadas en el imafronte aunque tengan cinco
naves (salvo en Bourges). Para llenar el vacío entre las portadas y el
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rosetón se dispusieron galerías de reyes de Judá (París, desaparecidas)
que se identificaron pronto como reyes de Francia; en Amiens fue
necesario doblar la galería y en Reims, ya reyes de Francia, se sitúan sobre
el rosetón y ocupan las bases de las torres.
Las mejores manifestaciones las encontramos en Senlis, Laon y,
en especial, en Chartres, cuyas portadas se realizan entre 1210 y 1230, y
donde aparecen reflejados el Juicio Final, la Coronación de la Virgen o la
Natividad; cada una de las tres presenta peculiaridades propias en las que
puede observarse la evolución del estilo. Entre 1220 y 1240 se realizan las
esculturas de la catedral de Amiens, con su notable Portal de la Virgen
Dorada. Reims resulta un poco menos homogénea que Amiens, se nota el
trabajo de varios artistas y son apreciables en ella tanto el clasicismo
(Visitación) como la naturalidad (Ángel de la sonrisa). Entre 1230 y 1260 se
esculpen las de Notre Dâme de París, especialmente las que recogen
escenas de la Vida de la Virgen (Presentación en el templo) y la de San
Esteban con escenas de la vida estudiantil.
Los ejemplos alemanes se caracterizan por su expresividad;
algunos ejemplos extraordinarios los tenemos en las catedrales de
Bamberg y Naumburgo donde hacia 1250 se dispusieron en el coro
occidental, como si se tratase de imágenes religiosas, doce excepcionales
figuras de los fundadores y primeros benefactores de la catedral,
destacando los retratos del Margrave Ekkerhard y de la Condesa Uta en la
que el escultor ha sido capaz de reflejar la belleza y la coquetería del
modelo.
En España, en 1225 se producen los primeros ejemplos góticos en
la catedral de Tuy, con escenas de la Natividad, la Adoración y la
Anunciación. Por aquellas mismas fechas se tallan las imágenes de la
Colegiata de Toro.
De un gótico más pleno es la Portada del Sarmental en la catedral
de Burgos, fechada entre 1230 y 1240 y en la que se detecta la mano de
dos artistas diferentes (Maiestas y Tetramorfos versus Apostolado) que se
han relacionado con escultores que habían trabajado en Amiens y Reims
respectivamente. En la Portada de la Coronería, desaparece todo resto
románico centrando su iconografía en el tema de Cristo Varón de Dolores
ante el que interceden la Virgen y San Juan; en la Puerta del claustro y a lo
largo de todo él se conservan algunas imágenes interesantísimas, en
especial los retratos de Alfonso X y Doña Violante y los temas de la
Anunciación y de la Adoración de los Magos.
La Portada occidental de León es la más coherente de todo el
gótico español; se realizó hacia 1253-1270 y continúa modelos franceses
situando a Cristo con las insignias de la pasión en el tímpano. Son muy
interesantes los relieves relativos a la entrada en el Paraíso y a los castigos
del infierno situados en el dintel. Se han querido detectar en ella las manos,
entre otros, de un escultor que trabajó en la Puerta de la Coronería de la
catedral de Burgos. La Puerta de San Juan tiene por temas la Adoración de
los Magos, la Huida a Egipto y la Matanza de los inocentes.
Toledo posee una interesantísima decoración gótica; de esta
primera etapa destaca la Virgen Blanca, traída seguramente de Francia
(hay ejemplos allí tan notables como la Virgen de la Sainte-Chapelle)
siendo un tipo que sigue la iconografía de Virgen Elousa (Virgen del Tierno
Amor sería su nombre correcto en castellano) bizantina; generó una
notable influencia en toda la zona e incluso en el norte. En la Puerta del
Reloj se narran historias evangélicas distribuidas en cuatro franjas, se
realizaron a fines del XIII y principios del XIV; las de la portada sur las
realizan Juan Alemán, Francisco de las Cuevas, Egas Cueman y su
hermano -y director de la obra- Hanequín de Bruselas a mediados del s.
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Arte Gótico
XV, sus relieves son interesantísimos, entre otras razones por tener un
tema poco común: el de los judíos a quienes se pegan las manos al
sarcófago de la Virgen cuando intentan derribarlo.
También por aquellas fechas había llegado a Sevilla Lorenzo
Mercadante de Bretaña, maestro en la técnica del barro cocido, quien dejó
en su catedral numerosas piezas funerarias y de bulto redondo además de
intervenir (1464-1467) en las Portadas del Nacimiento y, especialmente, del
Bautismo; un continuador de su obra y de su estilo fue Pedro Millán.
LOS RETABLOS
Comenzaron a usarse en occidente en el siglo XIII; en un principio
eran pequeños y de una sola figura, aunque pronto comenzaron a crecer y
desarrollar mayor número de imágenes. En los retablos se suele combinar
la escultura y la pintura, ésta última se realizaba sobre maderas duras
(ébano, arce, haya, fresno, plátano, olmo, acacia, nogal, peral y castaño),
blandas (pino, abeto, chopo, abedul) o muy blandas (tilo, álamo, sauce)
imprimadas. La imprimación proporciona espesor y solidez aunque
presenta inconvenientes debido a la variación térmica. Se preparaba el
fondo a base de una primera capa de encolado de creta o yeso en capas
delgadas, después se aplicaban, alternando la dirección de los brochazos,
cinco o seis capas muy delgadas de una mezcla formada por yeso, blanco
de cinc y cola; la pintura propiamente dicha se aplicaba al temple
(pigmento, clara de huevo y cola) o, a partir del XV, al óleo.
También era labor del pintor el policromado de la escultura que se
realizaba después de recubiertas las piezas con una capa de pan de oro
que se hacía aparecer debajo del color por medio de esgrafiados; en la
mayoría de los casos esta labor de policromía era muchísimo más costosa
para el comitente que la propia talla. El retablo exigía, por tanto, la
intervención de entalladores, imagineros, doradores, pintores y
ensambladores, pudiendo actuar como tracista cualquiera de ellos y los
mismos arquitectos.
Las partes principales del retablo son: predela o banco, calles (en
vertical) siendo la central más importante, cuerpos (en horizontal),
guardapolvos y calvario.
Hay ejemplos excelentes repartidos por toda Europa aunque es a
lo largo del XV cuando consiguen la mayor calidad en los Países Bajos,
Alemania ( Tilman Riemenscheider) y Centroeuropa.
En España, aunque los hay anteriores, los mejores son también del
XV y aparecen asociados a artistas cuya obra y personalidad podemos
determinar. Pere Johan trabaja en la corona catalano-aragonesa donde
nadie le arrebata la consideración de mejor escultor; además del
espléndido San Jorge de la Generalitat (Barcelona) realizado en 1418, se
encarga del Retablo mayor de la catedral de Tarragona, en cuyo banco
-dedicado a Santa Tecla- es capaz del extraer del alabastro un gran
repertorio de calidades; También inició el Retablo de la Seo de Zaragoza
del que se conserva su parte del trabajo en piedra ubicado en el banco, fue
terminado por Hans Piet (Adoración de los Reyes, Transfiguración y
Ascensión) y Gil Morlanes.
En Castilla será Gil de Siloé quien, a finales del XV, introduzca los
nuevos modelos. Realizó el Retablo del Árbol de Jessé en la capilla de
Santa Ana de la catedral de Burgos (1486-88); su obra más conocida y
espectacular es el Retablo mayor de la cartuja de Miraflores (Burgos) entre
1496 y 1499 donde son apreciables las influencias alemanas; en ambos
contó con la colaboración de Diego de la Cruz. Las diferencias en la talla,
siempre exuberante, se deben a la ingente cantidad de oficiales que debió
dirigir para realizar todos los encargos que le llegaban.
14 Arturo Caballero
Arte Gótico
No debemos olvidar que algunos arquitectos como Simón y
Francisco de Colonia también desarrollaban una activa faceta plástica en
aquellas obras en las que trabajaban aunque centrándola, eso sí, más en lo
ornamental que en lo propiamente escultórico.
Toda la corona de Castilla se llena de estas manifestaciones de las
que algunas se piensa que puedan ser importadas -como el Retablo de la
Adoración de los Reyes de la colegiata de Covarrubias (Burgos)- en
cualquier caso es apreciable el despegue del género con hitos
fundamentales como el Retablo mayor de la catedral de Toledo (1498) que
desarrolla temas de la vida de Jesús en las calles laterales dejando la
central para la Natividad de Cristo y la Asunción de la Virgen mientras que
en el banco aparecen representados relieves relacionados con la vida de
San Ildefonso; en él trabajan Diego Copin de Holanda, Felipe Vigarny,
Petijuán, Sebastián de Almonacid y Rodrigo Alemán con trazas de
Enrique Egas; en algunas figuras puede notarse, ya, la evolución hacia
formas renacentistas.
Otra obra de extraordinaria complejidad fue el Retablo mayor de la
catedral de Sevilla, iniciado en 1482 bajo la dirección de Pierre Dancart y
en el que trabajó, entre otros, Jorge Fernández Alemán. A pesar de
tratarse de una obra compuesta por veintiocho relieves del Nuevo
Testamento insertos en un esquema geométrico, la riqueza ornamental
actúa de elemento unificador; en ellos puede observarse una fusión entre el
naturalismo más radical y el idealismo procedente de la época anterior.
Todas ellas sirvieron de modelo para el enorme conjunto de obras
de esta época que decora nuestras iglesias.
LAS SILLERÍAS
En la segunda mitad del siglo XV las colegiatas y las catedrales
comienzan a enriquecerse con ellas. Se tallan brazos, respaldos y
misericordias, generalmente en nogal y no se policroman. Suelen tener
asiento en ellas los reyes o los nobles protectores. El sitial del centro se
reservaba para el obispo o para el abad. Pueden ser de dos tipos; en unas
predomina lo arquitectónico y en otras lo escultórico; en cualquier caso
puede apreciarse en ellas el "horror vacui" y resultan especialmente
curiosos los relieves de las misericordias en los que se incluyen temas de
carácter satírico y moralizante.
Hay algunas que sólo tienen decoración geométrica (Sto. Tomás
de Ávila, Celanova, Sigüenza), sin embargo resultan mucho más atractivos
los historiados.
De ellas, las mejores manifestaciones se encuentran en el reino
castellano-leonés destacando las de León (en la que trabajaba, 1480,
Diego Copin de Holanda), Zamora (iniciada en 1503 por Juan de
Bruselas, vecino de León cuya sillería parece servirle de modelo), Toledo
(obra realizada entre 1489 y 1495 por Rodrigo Alemán quien sabe narrar
con amenidad y lujo de detalles diversos episodios de la Guerra de
Granada) y Plasencia (de 1497, muy interesante por su repertorio de
misericordias).
LOS SEPULCROS
En cuanto a los sepulcros podemos distinguir dos grandes grupos,
los cobijados por arcosalio y los exentos. Podemos encontrar tres subtipos:
los yacentes, los orantes y aquellos en los que se puede apreciar una
actitud naturalista.
Los yacentes suelen aparecer con dosel y ángeles; a sus pies
suelen aparecer algunos restos relacionables con la actividad desarrollada
en vida; en los frentes pueden aparecer escenas de la viuda o plañideras.
Arturo Caballero 15
Arte Gótico
El realismo se acentúa en el norte; a partir del siglo XIV se refleja la muerte
física y los propios horrores de la muerte. En Borgoña, concretamente en la
Cartuja de Champmol, trabaja Claus Sluter allí realiza el sepulcro de
Felipe el Atrevido donde aparece un cortejo de figuras cubiertas y
descubiertas que tendrán gran difusión en toda Europa; encontraremos
restos de esta iconografía en el sepulcro de Carlos el Noble (catedral de
Pamplona) realizado entre 1413 y 1420 por un escultor francés, Janin de
Lomne.
En Castilla el origen de la escultura gótica funeraria es posible que
se encuentre en el monasterio de las Huelgas, Burgos, (Alfonso VIII y
Leonor Plantagenet y -especialmente- el de doña Berenguela con diversos
temas de la vida de la Virgen y Cristo); también en el XIII encontramos
excelentes ejemplos en Villarcázar de Sirga (Palencia) con los sepulcros de
Felipe y Leonor Rodríguez de Castro. A lo largo del siglo XIV el modelo
predominante es el yacente y las innovaciones debemos buscarlas en los
temas figurados que pueden aparecer en ellos.
En la segunda mitad del XIV la estatuaria fúnebre catalano-
aragonesa funde las influencias de origen francés con las italianas
(sepultura de la condesa Ermesindis debida a Guillermo Morell) aunque
desgraciadamente el conjunto que mejor podía ilustrarnos al respecto
(tumbas reales de Poblet) se encuentra muy deteriorado.
A lo largo del XV la influencia flamenca es notable. En 1467, Egas
Cueman introduce la modalidad del sepulcro orante (ya no muerto o
dormido sino arrodillado y rezando) en Castilla la Nueva y Extremadura con
una obra en Guadalupe (Cáceres), los retratos funerarios de Alfonso de
Velasco y de su mujer en los que es apreciable la evolución hacia el
naturalismo también perceptible en otros como los sepulcros yacentes de la
Capilla de don Álvaro de Luna (catedral de Toledo, 1489) debidos a
Sebastián de Toledo. Gil de Siloé realiza otra obra maestra, los sepulcros
de Juan II e Isabel de Portugal (1489-1494) en la cartuja de Miraflores
(Burgos) siendo él quien lleva a toda su perfección el preciosismo
hispanoflamenco en la escultura orante del príncipe Alfonso, realizada para
el mismo lugar por aquellos mismos años.
Algunas obras pueden relacionarse con esta tendencia hacia lo
naturalista aunque lo superan con creces acercándose a planteamientos
renacentistas como podemos apreciar en el célebre Doncel de Sigüenza,
Martín Vázquez de Arce, realizado hacia 1491 por algún artista de la órbita
de Sebastián de Toledo capaz de plasmar toda la melancolía de una
muerte juvenil equiparable a la poética recogida en las coplas de Jorge
Manrique.
LA PINTURA GÓTICA
ETAPAS
Debido a la estructura de los templos góticos, era muy difícil el
16 Arturo Caballero
Arte Gótico
desarrollo de la pintura monumental salvo en Italia por lo que los primeros
ejemplos de imágenes góticas los tenemos en las vidrieras y en los
manuscritos miniados. Sin embargo, el desarrollo de los retablos vino a
solucionar este problema.
En Europa occidental se desarrolla la pintura a través de las
siguientes etapas.
PRIMITIVOS ITALIANOS
Ducento
Uno de los artistas más destacados del momento fue Cenni di
Pepi (d. 1272-1302), llamado Cimabue; aunque trabajó como mosaísta en
sus inicios (Catedral de Pisa) también lo hizo en tabla demostrando
grandes dotes para ello pues las dimensiones de su Maestà (Ufizzi) pintada
h. 1280 para la Trinidad son considerables (3,85 por 2,23); en esta obra son
evidentes aún los ecos bizantinos en las poses, los ropajes y, sobre todo,
en los profetas. La Crucifixión, de ser suya, es un buen ejemplo del
dramatismo, hasta cierto punto convencional, que posee esta tendencia.
Duccio de Bonisegna (d. 1260-1320) es el mejor representante
de la escuela sienesa. También sufre la influencia bizantina pero su Virgen
en Majestad o su Madonna Rucellai (h. 1285) denotan una preocupación
por la belleza ajena a otros pintores de su tiempo. Era un maestro en la
técnica del temple, para la que era necesario recubrir la base de madera
con diversas capas, cada vez más finas, de yeso mezclado con cola animal
(gesso); el acabado se pulía pues de su brillantez iba a depender el
resultado final de la obra. El dibujo se hacía, primero con carbón y luego
con pintura negra, muy detallado, incluso se repasaban los contornos con
un punzón; en muchas ocasiones los fondos se doraban; los vestidos y las
encarnaduras se pintaban con pigmentos minerales mezclados con clara
de huevo disponiéndolos sobre la base desde los más oscuros a los más
claros. No se mezclaban, con lo que las diferencias entre luz y sombra se
obtenían mediante plumeados muy finos que proporcionan la sensación de
volumen.
Trecento
Simone Martini (1283-1344) continúa la obra de Duccio
acentuando el carácter elegante de las figuras y la composición, como
puede apreciarse en la Anunciación de los Ufizzi (1333) realizada en
colaboración con Lippo Memmi. Fue también un gran pintor al fresco
destacando sus obras en el Palacio Comunal de Siena y en la Capilla de
San Martín en Asís (1316). Su viaje a Avignon explica la influencia que
ejerció en la pintura europea del XIV.
Pietro y Ambrosio Lorenzetti se forman en la escuela de Simone
Martini aunque sufren la influencia de los florentinos; el segundo realiza la
Decoración del Palacio Comunal de Siena, con interesantes alegorías
sobre el buen y el mal gobierno donde se recogen, además, detalles de la
vida cotidiana de la Italia del momento.
Giotto
A Giotto di Bondone (1266-1337), florentino, se le considera
como antecesor directo del Renacimiento italiano. Fue objeto de veneración
entre sus contemporáneos y en épocas posteriores, alabándose el
naturalismo de sus obras (texto 10). Se formó con Cimabue y luego en
Roma, donde se encontraba hacia el 1300. Sus pinturas están realizadas al
fresco, lo que le obliga a simplificar los volúmenes y a trabajar con rapidez,
con lo que consigue una notable monumentalidad.
La pintura al fresco, conocida desde la antigüedad, fue cultivada
con éxito a lo largo de la Edad Media. Su resultado ofrecía unos colores un
tanto mortecinos pero de una duración notable puesto que, en esencia, el
fresco consiste en la producción de carbonato cálcico coloreado. Para la
realización de un "buon fresco" es necesario preparar la pared extendiendo
sobre ella varias capas de cal y arena ("arriccio") cada vez más ligeras;
luego se dibuja o transfiere la composición, generalmente con carbón o con
18 Arturo Caballero
Arte Gótico
un pigmento rojo denominado sinopia, por último se extendía una cpa aún
más ligera de cal y arena ("intonacco") en la superficie que fuese a pintarse
en el día (jornada). Cuando no se usaba toda esta capa se raspaba, pues
la calidad del fresco dependía de que los colores disueltos en agua se
diesen mientras el "intonaco" estuviese húmedo. Si era necesario retocar
algunas zonas se hacía ya en seco pero el resultado era de menor calidad y
duración.
Se discute mucho respecto a sus trabajos de juventud, aunque
además de Florencia y Roma trabajó en Asís alcanzando reconocimiento y
un numeroso taller, lo que le permite realizar, a comienzos del s. XIV, obras
en Rímini y Padua (Capilla votiva de Enrico Scrovegni) donde realiza
diversas escenas con la vida de la Virgen y Cristo, las alegorías del vicio y
la virtud y el Juicio Final; todo el conjunto está considerado como una de
sus mejores obras por la fuerza plástica de las figuras, el volumen de las
construcciones espaciales y la sobriedad e intensidad dramática que
proporciona a los temas, todo ello presente, en germen, en sus primeras
obras de Asís. En su época de madurez realiza retablos y vuelve a trabajar
en Asís, donde experimenta con la pintura en seco sobre el muro, y en las
capillas Bardi (1316) y Peruzzi de Santa Croce en Florencia; entre 1321 y
1322 decoró la Capilla del Podestá en Florencia. Entre 1328 y 1333 trabaja
en Nápoles al servicio de Roberto de Anjou, aunque no quedan muchos
restos de sus obras. A su vuelta a Florencia se hace cargo de diversas
tareas arquitectónicas, entre ellas el levantamiento del campanille de la
catedral, su taller seguía a pleno rendimiento pictórico e incluso se requería
su colaboración desde Milán, donde trabajó para Azzone Visconti.
Pocos años después de su muerte, Bocaccio le hacía protagonista
de una de sus novelas y dejaba para la posteridad un juicio sobre su obra:
"Nada que la Naturaleza (madre y raíz de cuantas cosas hay bajo el
continuo girar del cielo) hubiera creado, sabía Giotto dejar de traducir con
su buril, pincel o pluma, dándole tal semejanza que cosa natural parecía y
no copiada".
Sus continuadores y discípulos son legión pero no todos están a su
altura. Citamos algunos de ellos y otros artistas contrarios a su estética:
Andrea de Cione, llamado Orcagna (h. 1343-1368), Andrea de Firenze
(h. 1343-1377), Lorenzo Mónaco (h. 1370-1424), Gentile da Fabriano (h.
1370-1427) y Paolo Veneciano (h. 1300-1362)
Van Eyck
Tradicionalmente se ha atribuido a Jan van Eyck (h. 1390-1441) la
mejora, junto a su hermano Hubert, de la calidad técnica de la pintura al
óleo, estableciendo una notabilísima relación entre los medios usados y el
producto final. Comenzó iluminando breviarios y sus servicios fueron
utilizados en tareas diplomáticas cuando era ayuda de cámara de Felipe el
Bueno que le tiene en gran consideración tanto en vida como después de
muerto. De su alta autoestima baste decir que fue el primero en firmar sus
obras e incluso en crear un lema personal "lo mejor que puedo"; aunque no
puede considerársele un intelectual, debió tener conocimientos de teología,
literatura y astrología como puede apreciarse en muchos detalles de sus
obras. En 1429 se instala en Brujas. Las obras maestras van a sucederse.
en 1432 termina la Políptico de San Bavón, en Gante, con la colaboración
de su hermano Hubert, en el que destacan la tabla central y su Adán y
Eva. En 1433 pinta Hombre con turbante rojo; en 1434 realiza el
Matrimonio Arnolfini, ejemplo genial de la técnica al óleo donde se glosa,
además, la fidelidad conyugal. De 1436 es la Virgen del canónigo Van der
Paele. Entre otras obras, se le atribuye con seguridad la Virgen del canciller
Rolin, fechable hacia 1430. En todas ellas destaca su capacidad para
transmitir con veracidad el aspecto de los objetos y de las personas y su
ubicación en espacios arquitectónicos y naturales aunque no utilizase la
perspectiva lineal y todavía utilizase convencionalismos arcaicos respecto
al tamaño de las imágenes.
Tuvo numerosos seguidores aunque sólo puede considerarse
discípulo suyo a Petrus Christus.
El Bosco
Una pintura de difícil ubicación histórico-artística es la de
Hierónimus Bosch (h. 1453-1516) natural de Bois-le-Duc o
Hertohenbosch, de donde deriva su nombre; era hijo de un pintor aunque
resulta imposible rastrear la procedencia de su arte. Es original, ácido,
crítico con el espíritu humano, caricaturesco. Es posible que se inspire en
tradiciones y refranes populares. En su obra parece como si quisiera
retratar el interior de los hombres, detectándose en él unas profundas dotes
para la observación y el análisis de la naturaleza y el género humano. No se
descarta un carácetr admonitorio seglar en su pintura, aunque otros lo han
querido relacionar con la alquimia, lo demoníaco y el caos. Según Huizinga,
"El Bosco mezcla el aire sulfuroso del infierno con las ventosidades de la
bufonada". Algunas de sus obras más significativas son: la Mesa de los
pecados capitales (1475-80), El carro del heno (1500-1502), El jardín de las
delicias (1503-1505) y Los improperios (1510).
LA PINTURA HISPANOFLAMENCA
Concepto
Denominamos pintura hispanoflamenca la pintura gótica realizada
por artistas hispanos durante los dos últimos tercios del siglo XV y primero
del XVI que añade al substrato del gótico internacional en su versión
hispánica las novedades técnicas (óleo y posibilidades de luces y sombras)
y conceptuales (naturalismo, cierto tipo de perspectiva) incorporadas por
los artistas de los Países Bajos.
Vías de recepción
La influencia de los pintores flamencos es visible en España desde
principios del s. XV. Existen diversas vías de penetración que podríamos
concretar de la siguiente forma:
1.- Presencia directa de artistas en la Península, como es el caso de Jan
Van Eyck, Luis Alimbrot que trabaja en Valencia entre 1439 y 1460 o
Juan de Flandes, de quien se conservan excelentes ejemplos en el
Arturo Caballero 21
Arte Gótico
Retablo de la Catedral de Palencia.
2.- Presencia de obras flamencas en España, motivadas por las relaciones
económicas entre la Península y los Países Bajos.
3.- Posibilidad de formación flamenca de algún artista hispano, que no es
comprobable documentalmente pero que algunos historiadores insinúan
para Fernando Gallego o Luis Dalmau, que está en Flandes en 1431
para comprar tapices.
Implantación
Algunos de los monarcas hispánicos de siglo XV mostraron su
aprecio por el arte flamenco. Es el caso de Alfonso V de Aragón que debió
adquirir en 1444 obras de Van Eyck, o de la reina Isabel que tuvo entre sus
artistas de corte a pintores flamencos. Estos gustos estaban presentes
entre las altas dignidades laicas y eclesiásticas, como la familia Mendoza
en Castilla, y entre la pujante burguesía del momento lo que permitió que
España se viese inundada por la pintura flamenca (en la que debemos
incluir, como en escultura, a ejemplos alemanes realizados bajo su
influencia) y que resultase costosa su sustitución por el estilo renacentista.
Escuelas regionales
a) Corona de Aragón
Valencia.- El pintor más representativo es, sin duda, Luis Dalmau (+1462),
activo en Valencia y Barcelona; su primera obra conservada es la
extraordinaria Virgen de los Consellers, encargada en 1443 porque era "el
mejor pintor que podía encontrarse", en ella se refleja la influencia directa
de Van Eyck. Hay otros maestros importantes como Jaime Baço Jacomart
(h.1413-1461) y su colaborador Juan Reixach
Arturo Caballero 23
Arte Gótico
TEXTOS
Texto 1
Es preciso saber que los escritos se pueden entender y se deben exponer
principalmente en cuatro sentidos. El primero se llama literal, siendo aquel que no se extiende
más allá de la propia letra; (...) el segundo se llema alegórico, siendo aquel que se esconde
bajo el manto de las fábulas, consistiendo en una verdad oculta bajo una bella mentira (...) El
tercer sentido se llama moral, siendo éste el que los lectores deben atentamente andar
buscando en los escritos, para su utilidad y la de sus discípulos (...) El cuarto sentido se llama
anagógico, esto es, sentido superior, y éste se da cuando se expone espiritualmente un
escrito, el cual, aunque también (se entienda) en el sentido literal, por las cosas significadas
significa aquellas cosas sublimes de la eterna gloria.
DANTE.- Convivio
Texto 2
El León se recrea viendo al ciervo y oyendo su voz, porque será su alimento. En
cambio, el hombre no sólo disfruta por eso, sino también por la armonía que capta cada
sentido.
TOMÁS DE AQUINO.- Summa Theologiae
Texto 3
El arte imita a la naturaleza; ahora bien, puesto que el arte imita a la naturaleza, es
lógico que el principio de la acción sea la cognición artística. Por eso el arte puede imitar los
elementos naturales, pues un principio intelectivo ordena toda la naturaleza hacia su finalidad,
de modo que la obra de la naturaleza parece obra de la inteligencia, al proceder por
determinados medios para fines concretos, porque también en la manera de actuar el arte
imita a la naturaleza.
TOMÁS DE AQUINO.- In Physica
Texto 4
Quién puede hacer iglesias
Por bienaventurado se puede tener todo hombre que pueda hacer una iglesia en la
que se ha de consagrar una cosa tan santa, como es el cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo; y
como quiera que todo hombre y toda mujer lo pueda hacer a servicio y honra de Dios, aunque
con un mandamiento del obispo, tal como se dice en la segunda ley de este título. Mas con
todo eso, debe probar dos cosas aquel que la hiciera, que la haga completa y apuesta; y ello
tanto en la obra, como en los libros y la vestimenta y los cálices y en todas las demás cosas,
que fueran menester para honra y para servicio de aquella; quien obrara de otra manera,
parecería hacerlo por escarnio y por desprecio más que en su servicio y honra.
ALFONSO X.- Partida I, Ley VI, Título X (h. 1265)
Texto 5
Como dice el profeta: "Siete veces al día cantaré tus alabanzas" Cumpliremos con
este septenario sagrado número, si pagáremos a Dios el oficio debido de nuestra servidumbre
a las horas de Laudes, Prima, Tercia, Nona, Vísperas y Completas. Porque de estas horas
dijo el profeta: "Siete veces al día te alabé" Que de las Vigilias de la noche dice el mismo
profeta: "A medianoche me levantaba a alabarte" Alabemos, pues, a nuestro creador por los
juicios de su justicia, en las referidas horas.
REGLA DE SAN BENITO, Cap. XVI. (d. 534)
Texto 6
Cap. I.- Ninguno de nuestros monasterios debe levantarse en ciudades, castillos o aldeas,
sino en lugares apartados, lejos del tráfico de la gente.
Cap. XII.- Doce monjes, con el abad trece, deberán ser enviados a un nuevo monasterio. pero
no deberán ser destinados allí, hasta que el lugar (...) esté provisto de edificios, con oratorio,
refectorio, dormitorio, celda de huéspedes y celda de portero...
Cap. XX.- Prohibimos que en nuestras iglesias o en cualquiera de las dependencias del
24 Arturo Caballero
Arte Gótico
monasterio haya cuadros o esculturas, pues precisamente a estas cosas dirige uno su
atención, con lo que a menudo queda perjudicado el provecho de una buena meditación y se
descuida la educación de la seriedad religiosa. Sin embargo, tenemos cruces pintadas,
hechas de madera.
Cap. XXI.- No es correcto que fuera de la puerta monasterial se construya una casa para ser
habitada, excepto para animales, pues así podría nacer un peligro para las almas.
CAPÍTULO GENERAL DEL CISTER (1134 y posterior)
Texto 7
Los pilares de la antigua y de la nueva obra son semejantes en forma y grosor pero
tienen longitudes distintas. Pues los nuevos se han alargado al menos 12 pies. El trabajo de
los antiguos capiteles era sencillo, en los nuevos la talla es exquisita. En aquella el coro tenía
22 pilares y en ésta hay 28. En aquella los arcos y todo lo demás eran lisos o estaban
esculpidos con hachón y no con cincel. En cambio ahora casi todo es verdadera escultura. En
la anterior no había columnas de mármol y ahora hay muchas. Las bóvedas del deambulatorio
de aquella eran lisas mientras que las de ésta están reforzadas con nervaduras y tienen
piedras de clave. En la antigua un muro montado sobre pilastras separaba el crucero del coro,
mientras que aquí el crucero no se separa del coro por medio de ninguna partición semejante
y ambos convergen bajo una piedra de clave situada en el centro de la gran bóveda que
descansa sobre los cuatro pilares principales. Había en aquella un techo de madera decorado
con excelentes pinturas, en cambio ahora hay una bella bóveda construida en piedra y toba
ligera.
GERVASIO DE CANTERBURY.- Comparación entre la antigua y la nueva iglesia de
Canterbury, finales del s. XII.
Texto 8
Y así el 8 de julio de 1401, vacante la iglesia por el arzobispo don Gonzalo, los
beneficiados de Sevilla, juntos en su cabildo (...) dijeron que por cuanto la iglesia de Sevilla
amenazaba caida y ruina, por las tormentas que ha habido y está por caer por muchas partes,
que se labre otra iglesia tal e tan buena que no haya otra su igual y que se considere y atienda
a la grandeza y autoridad de Sevilla y su iglesia, como manda la razón y que si para ello no
bastase la renta de la obra dijeron todos que se tome de sus rentas de cada uno lo que
bastase, que ellos lo daban en servicio de Dios y mandáronlo firmar dos canónigos (...)
Proporción la más bien lograda que han visto los siglos y en que no es ajeno de la gravedad
de la historia, lo que se refiere a uno de los prebendados que se hallaron presentes, que dijo:
Hagamos una iglesia tan grande, que los que la vieren nos tengan por locos.
ORTIZ DE ZÚÑIGA.- Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de
Sevilla, desde el año 1246 hasta 1671. (1677)
Texto 9
Sigue la disposición del retablo que el señor Jean de Montagnac encarga al
maestro Enguerrand, pintor, para colocarlo en la iglesia de los cartujos de Villeneuve-lez-
Avignon, en lo alto del altar de las Ciudad Santa. En primer lugar debe estar la representación
del paraíso y en este paraíso debe encontrarse la Santísima Trinidad, y entre el Padre y el Hijo
no debe existir ninguna diferencia, y el Espíritu Santo en forma de paloma y, delante, Nuestra
Señora, según le parezca mejor al citado maestro Enguerrand; y a Nuestra Señora, la
Santísima Trinidad colocará una corona en la cabeza. Además, los vestidos deberán ser ricos;
el de Nuestra Señora será de damasco blanco con dibujos (...) y alrededor de la Santísima
Trinidad se representarán Querubines y Serafines.
(...) Además (de los santos) deben estar en el referido paraíso todas las condiciones
de la vida del mundo, según disposición del citado maestro Enguerrand.
Y, debajo del citado paraíso debe encontarse el cielo, en el cual estarán el sol y la
luna, a juicio del citado maestro Enguerrand.
Y, después del cielo, el mundo, en el que se representará una parte de la ciudad de
Roma (...)
Arturo Caballero 25
Arte Gótico
Y, saliendo de Roma, debe mostrarse el Tíber, que desemboca en el mar y que
tendrá cierto número de galeras y naves.
Y, más allá del mar, estará una parte de Jerusalén; sobre el monte de los Olivos,
donde estará la cruz de Nuestro Señor y al pie de ésta se situará un cartujo orando (...)
Además, a la izquierda estará el infierno y tras el purgatorio y el infierno habrá una
montaña (...)
Y, en el purgatorio y en el infierno, estarán todas las condiciones de vida, a juicio del
citado maestro Enguerrand.
Y, el citado retablo debe realizarse con finos colores al óleo y el azul tiene que ser
azul fino de Acre, excepto el que se ponga en la cornisa, el cual será azul fino de Alemania; y
el oro que se usará, ya sea para la cornisa ya para el entorno del retablo, será oro fino y
bruñido.
Y, el mencionado maestro Enguerrand demostrará toda su capacidad en la
Santísima Trinidad y en la bendita Virgen María, y lo restante lo realizará según su conciencia.
CONTRATO PARA UN RETABLO DE LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN (1453).
Texto 10
Giotto (...) poseía un ingenio tan excelente, que nada hay de la naturaleza, madre y
artífice de todas las cosas que hay bajo el continuo girar de los cielos, que no pintase con su
buril, su pincel o su pluma de manera tan parecida que, más que una copia, parecía ella
misma; hasta tal punto que, muchas veces, en las cosas hechas por él ocurre el caso de que
los hombres caen en el error de creer verdadero aquello que está pintado
BOCACCIO.- Decamerón (h. 1355)
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