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ámbitos visuales

SORIA Ilaria Bernardi-Eva García Pascual


ILARIA BERNARDI - EVA GARCÍA PASCUAL

Soria ámbitos visuales 03

textos
KESSLER Mathieu 04

GREGOTTI Vittorio 06

GERMANO Angela 08

KESSLER Mathieu 10

CALVINO Italo 12

QUETGLAS Josep 16

ARAÚJO Joaquín 18

CLEMÉNT Gilles 20

2
Soria
in
ámbitos visuales

Partimos de la base del desconocimiento de la región


de Soria. Olvidada, poco conocida, se nos presenta
como un enclave por descubrir. Ante la duda de qué
será lo que encontraremos, ahora mismo nos empe-
zamos a sumergir en un territorio indeterminado para
nosotras.

Nuestros textos intentan expresar nuestras intenciones


de imaginar, de aventurarnos en este lugar no_cono-
cido, no_habitado, no_densificado, no_explotado.
Queremos abstraernos para poder construir nuestro
propio territorio donde los aspectos menos pensados
se pongan en valor.
Andamos a ciegas, pero con los otros sentidos dis-
puestos a captar la totalidad de las sensaciones con
las que nos iremos encontrando.

Celia Mattos, el sueño de Morgana


3
KESSLER Mathieu
“El paisaje y su sombra”
idea universitaria, París 2000, pp. 15-16

“¿no es ya el paisaje una especie de dios, sabio or- retrato. Su equilibrio no expresa en absoluto ni la des-
denador sin religión necesaria? Hacer de la natura- mesura de la extensión marítima (que se derrama con
leza el símbolo que Dios muestra a los hombres para amplitud infinita) ni la desproporción provocada por
reunirlos no equivale a sacralizarla. la verticalidad que domina el retrato, como un más
El paisaje, por el contrario, es un favor sin causa y allá del mundo físico- el formato del retrato permite
sin objeto, el libre favor de una belleza pura, vaga, evocar la proporción del espacio gótico.
de una presencia armoniosa sin concepto. Cuando En cambio, el paisaje tiene que permanecer en la
toma a veces un sesgo religioso o laborioso, cuan- circunspección de un espacio geográfico y de una
do describe los trabajos del campo o bien se lanza tierra. Por esto es por lo que el verdadero paisaje es
hacia el mar o hacia el cielo, en un asalto sublime, bello. Es la visión estética desinteresada de un espa-
puede estarse seguro de que nos hallamos ante un cio geográfico, de un ecúmene, de una residencia
espacio geográfico vivo, activo, que recuerda la ne- autárquica, protegida, apacible, orden sin finalidad
cesidad de los hombres o bien, con el pretexto arti- externa. Así pues, las formas de representación su-
ficioso de un espacio geográfico desarraigado, que blime del paisaje señalan más bien su fin. Anuncia
se dirige más al alma que a los sentidos: en suma, su próxima muerte en una subjetividad convertida en
ante un infrapaisaje o un supraespacio geográfico. argumento esencial de la representación. El paisaje
Ahora bien, para que aparezca un auténtico paisaje sublime es la forma histórica principal de su decaden-
asentado sobre tierra firme no hay que disociar esta cia. Se convierte entonces en un pretexto para contar
díada casi contradictoria del espacio geográfico y el una historia que lo trasciende. Otra forma e su ocaso
paisaje. Su formato idóneo se opone a la marina y al es su confusión con el suelo, a partir del cual la
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mirada hacia el paisaje se eleva para contemplar el
espacio vernáculo. Las Materiologías (1959) y las
Texturologías (1958) de Jean Dubuffet son un llama-
tivo ejemplo de ello. Partiendo de una materializa-
ción acentuada del paisaje, esa evolución raya con
la abstracción de una localidad que se verticaliza y
se aplana cada vez más, hasta formar un bajorrelie-
ve donde la pintura se confunde con la escultura de
manera asombrosa. Este primer itinerario, de forma
preliminar, privilegia la visión del espectador sobre la
aprehensión concreta del lugar por el viajero, para
mostrar su pura belleza. “

5
GREGOTTI Vittorio
“Il territorio dell’architettura”
Feltrinelli, Milano, 2008, pp. 62-63

« ¿En que manera nuestra (de los arquitectos) percep- «In qual modo la nostra (di noi architetti) percezi-
ción del paisaje se hace percepción estética, es decir one del paesaggio diviene percezione estetica,
en que manera aquerimos conciencia de las calida- in quale modo si acquista cioè coscienza della
des figuradas del paisaje? qualità figurale del paesaggio.
Principalmente, según mi opinión, dos son las mane- Essenzialmente, a nostro avviso, in due diversi
ras. A la primera, poco frecuente, partenecen todos modi. Al primo, assai raro, appartengono tutti i
los métodos directos que se pueden resumir a través modi diretti che possono venire riassunti dall’idea
de la idea del mito: o sea, cada vez que un grupo so- di mito: ogni qualvolta cioè un gruppo sociale
cial elige un sitio como lugar simbólico, reconoce en elegge un sito a luogo simbolico, vi riconosce un
esto un valor y el lugar va a devenir un objecto y se va valore […] che avvia il luogo a divenire oggetto, a
definiendo como figura. definirsi come figura circostante. […]
La segunda manera es de tipo indirecto y está consti- Un secondo modo è quello indiretto costituito
tuidas de indicios que, sacando partes del contexto y dalle testimonianze che, estraendo pezzi dal con-
comunicandolo a través de especiales herramientos, testo, comunicandolo attraverso particolari stru-
le confieren una casi objetualidad y por eso nosotros mentazioni, lo caricano di una quasi - oggettualità
podemos reconcerle como imagen. En este caso, nos che ce lo fa riconoscere come figura. Ci riferi-
referimos a la función que juega la representación
amo qui al ruolo che gioca la rappresentazione
del paisaje como calidad, es decir lo que aparece, y
del paesaggio come qualità e quindi evidenza, e
como cantidad, es decir conocimiento común.»
come quantità e quindi comune conoscenza.»
6
7
GERMANO Angela (a cura di)
“BOLLES + WILSON Opere e progetti”
Mondadori Electa, Venezia, 2004, pp. 296-297

Hay una velocidad de crescimiento de las ciudades Este caos ordenado es la frontera urbana de hoy. […]
dentro de un territorio que al final del desarollo casi
no tiene una identidad. Contra esta velocidad hay to-
davía la posibilidad de plantear algo (en este caso un La ausencia del lugar ha producido hoy un continuo
arquitectura) que tiene una diferente velocidad, más “en otra parte - por todas partes”, un general “ni aquí
lento que se enfrenta con el tiempo sin escapar de el. – ni allí”. Esta continua alfombra es la tendencia, el
escenario de la experiencia y de los eventos contem-
«Aunque no tenendo ninguna aparente conciencia, la poranoes. […]
nueva ciudad no es casual. Al contrario es presumible
que esta partenezca a un orden superior por comple-
jidad y que, por lo tanto, tenga que estar colocada En su calidad de evento bastante poco difuso, el
dentro de un cuadro de la movilidad contemporánea objecto consciente de sí mismo (es decir el objec-
donde el tiempo ha sustituido la distancia fisica, […]. to arquitectonico) tiene la posibilidad de simular la
Esta nueva geografía fluida e inestable escapa de la transparencia y la complejidad del campo en el que
garra de la entidad urbana tradicional y cerrada por se plantea. Por el contrario, existe la alternativa para
lo lado administrativo. Los centros minores se espe- moderar, para solidificar, para sedimentar, para con-
cializan, […], cada porción con su especifica progra- vertirse en una isla fija en relación de la cual se pue-
mación y con su estructura física, […], componen la dan medir las fluctuaciones de las mareas alredor.»
ciudad. . […].

8
«Pur essendo priva di ogni coscienza apparente, la Nella sua qualità di evento relativamente raro […],
nuova città non è casuale. E’ verosimile, piuttosto, l’oggetto autocosciente (i.e. l’oggetto architet-
che essa appartenga a un ordine superiore di comp- tonico) ha la possibilità di simulare la trasparenza
lessità e che, pertanto, debba essere disseminata o la complessità inconsistente del campo su cui si
all’interno di un quadro generale della mobilità posa. Viceversa, esiste l’alternativa di rallentare, di
contemporanea dove il tempo ha sostituito la dis- solidificare, di sedimentare, di diventare un’isola fissa
tanza fisica, […]. Questa nuova geografia fluida e rispetto alla quale si possano misurare le fluttuazioni
instabile sfugge alla presa dell’entità urbana tradiz- della marea circostante.»
ionale e amministrativamente chiusa. I centri minori
si specializzano, […], ogni pezzo con il suo specifico
programma e la sua specifica struttura fisica, […],
compongono la città. […]. Questo caos ordinato è
l’odierna frontiera urbana. […]

L’assenza di luogo oggi ha prodotto un “altrove -


ovunque” continuo, ubiquo, un “né lì - né là” gen-
eralizzato. Questo tappeto continuo è il campo, lo
scenario dell’esperienza e degli eventi contempora-
nei. […]
9
KESSLER Mathieu
“El paisaje y su sombra”
idea universitaria, París 2000, pp. 17-22

Segundo itinerario: Hacia una genealogía del pai- El paisaje es la densidad visual de lo que se podría lla-
saje: el viajero, el turista, el explorador, el aventurero mar <<la menor entidad macroscópica posible>>.
y el conquistador Se la puede denominar así porque es, en definitiva, lo
que engloba dos microcosmos: el hombre y la ciudad,
A diferencia del espacio geográfico, el paisaje no que son inviables sin espacio geográfico; pero, des-
ha existido siempre. La mayoría de los historiadores de luego, representa también el macrocosmos más
de la pintura occidental conjeturan su nacimiento pequeño, simple esquema para una unidad-cualidad
en Flandes, en el siglo XVI, como prolongación del no cuantificable- respecto a todo el universo. La me-
Renacimiento (como una ampliación y una autono- dida del paisaje es a la vez física y final, en el sentido
mización de las vedute del siglo XV). En efecto, raros kantiano de una finalidad sin fin determinado. Física:
son los testimonios de una sensibilidad más precoz el paisaje como punto de vista sobre la región no
por la pura contemplación de un espacio geográ- debe estar ni demasiado cerca, porque nos arries-
fico reducido a la abstracción de su imagen inde- garíamos a aislar y privilegiar una parte de la misma
pendiente de toda estimación utilitaria y de cualquier sin autarquía, ni demasiado lejos, porque el espacio
intención práctica respecto al mismo. La invención geográfico se anonada entonces y se dispersa en una
de una perspectiva nueva del mundo parece la con- inmensidad sin vínculos con el hombre que la con-
dición necesaria de su invención. El paisaje no es templa y puebla. Final: porque el paisaje es el asunto
una realidad en sí, separada de la mirada de quien de una intención sin proyecto.
lo contempla; es la medida subjetiva de un espacio Consecuentemente, conviene observar con la mirada
geográfico. suspicaz del genealogista la diversidad de los enfo-
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ques subjetivos sobre el espacio geográfico, a fin de Una primera definición de las propiedades del paisaje
poner en evidencia los más propicios a la manifesta- deja adivinar que sólo el viajero es verdaderamen-
ción del paisaje y, por contraste, los más refractarios a te digno de él. Acaricia su dualidad alternativamente
la recepción de esta singular visión. ¿se puede reducir <<desinteresada>> y carnal, visual y táctil. Fecunda
el paisaje a una simple visión? Sin duda sería esto el su aspecto externo mediante su contemplación reno-
fruto de un enfoque perceptivo superficial y reductor. vada, extática, ardiente. Al atravesar el paisaje para
El paisaje se muestra tan pronto desencarnado, debi- la felicidad, para la dicha de su situación, se abre
do a la lejanía e inaccesibilidad de sus dimensiones, camino sin método preciso y descubre un itinerario,
como el colmo del enfoque perceptivo concreto, por una perspectiva singular. Su intención es eudemónica:
la larga e indefinida andadura reservada al paseante el viajero parece guiado por un demonio divino que
que lo atraviesa. Su único propósito, prorrogado in- ofrece una mejor participación en la vida. El paisaje
cansablemente, es captar mejor el enigma de su visi- es como una gracia constante del espíritu perceptor,
bilidad compleja. Una genealogía del paisaje permite da lo que no necesita dividirse para ser distribuido.
establecer los diversos tipos antropológicos suscepti-
bles de aproximarse a él de forma auténtica o inau- En cambio, el turista toma la pista completamente tra-
téntica, y aun de no percibirlo en modo alguno. zada de una vía racionalmente determinada, donde
La indagación que anunciamos permite mostrar en todo está regulado lo mejor posible para sus impre-
qué sentido se revela insuficiente una estética de sim- siones. Hablando con propiedad, no viaja, no busca,
ple espectador para dar cuenta de una relación esté- no vive el espacio geográfico en el paisaje. El turista
tica con el lugar concreto. Si lo consideramos exclu- da una vuelta (hace un tour) con ayuda de una lógica
sivamente fuera de las salas de exposición reservadas artificialmente importada al espacio geográfico, que a
para este fin, el paisaje parece exigir algo más que menudo daña el paisaje. Se contenta con confirmar in
una perspectiva de simple espectador. Requiere una situ una localidad prevista en el mapa de carreteras o
estética de la impureza, es decir, una actitud en la que en una postal. Desflora el paisaje con su mirada, a la
la contemplación significa sabiduría, y la percepción vez pasiva y apresurada, almacena imágenes y, para
relación íntima con la física del espacio geográfico. El terminar, vuelve a su casa sin haber perdido nunca
principal objeto de esta meditación sobre el espacio ni sus costumbres ni su confort. El turista observa el
geográfico considerado como una imagen y sobre el espacio geográfico subyugado, sobornado y vencido
paisaje encarnado en un espacio geográfico es ob- por la imagen, la hermosa imagen del paisaje doma-
tener una perspectiva estética concreta de un objeto do, dividido, pisoteado a veces.”
real, y no de una simple representación en el espacio
restringido de un museo.
11
CALVINO Italo
“Le città invisibili”
Oscar Mondadori, Trento, 2008, pp. 13-14

Este libro fu escrito de Italo Calvino en el milnove- LAS CIUDADES Y LOS RASTROS
cientosetentados. Es una serie de cuentos de viajes
que Marco Polo hace a el imperator Kublai Kan des-
cendiente de Gengis Khan. Los viajes hablan de ciu- «El hombre camina por vias entre los arboles y las
dades, que se llaman con nombres de mujeres, im- piedras. Raramente el ojo se para sobre una cosa y
possibles, de ciudades constituidas de varias cosas: es cuando la ha reconicida por el rastro de una otra
de memoria, de deseos, de rastros del lenguaje. cosa: una huella sobre la arena indica el pasaje de
la tigre, un pantano anuncia una vena de agua, la
flor del hibisco, la fin del invierno. Todo el resto está
mudo y intercambiable; arboles y piedras son sólo lo
que son.

Finalmente el viaje conduce a la ciudad de Tamara.


Se va por vias llenas de carteles que se asoman de
los muros. El ojo no vee cosas pero figuras de cosas
que significan otras cosas: la tenaza indica la casa
del cavadientes, la jarra la taberna, las alabardas el
cuerpo de guardia, la balanza la verdulera. Estatuas
y escudos representan leones delfines torres estrellas:
rastro de algo - quizás cosa - tiene por rastro un león
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o delfín o torre o estrella. Otras huellas advierten de escritas: la ciudad dice todo lo que tienes que pensar,
que un lugar está prohibido - entrar en el callejón te hace repeter su dicurso, y mientras crees de visi-
con los perritos, orinar detrás del quiosco, pescar con tar Tamara no haces que grabar los nombres con los
la caña de pescar desde el puente - y de lo que está cuales define a sí misma y a todas sus partes.
permitido - dar de beber a las cebras, jugar con las
bochas, quemar los cadáveres de los familiares. Des- Como la ciudad sea de verdad de bajo de todo ese
de la puerta de los tiempos se ven las estatuas de los involucro de rastros, que contenga u oculte, el hom-
dioses, representandos cada uno con sus atribudos: la bre sale de Tamara sin saberlo. Fuera se extiende la
cornucopia, la clepsidra, la medusa, y de eso el fidel tierra vacía hasta el horizonte, se abre el cielo donde
puede reconocerlos y dirigir las oraciones oportunas. corren las nubes. En la forma que el caso y el viento
Si un edifcio no lleva ningún cartel o figura, su misma dan a las nubes el hombre ya está listo para recono-
forma y el lugar que ocupa en el orden de la ciudad cer figuras: un velero, una mano, un elefante, … »
bastan a indicar la función: el palacio real, la casa de
la moneda, la escuela pitagórica, el burdel. Aunque
las mercancias que los vendedores enseñan en los
mostradores valen no por sí mismas pero como ras-
tros de otras cosas: la venda bordada para la fruente
quiere decir elegancia, el palanguín dorado poder,
los libros de Averroé sabiduría, la joya para los tovi-
llos deseo. La mirada recorre las vías como páginas
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LE CITTA’ E I SEGNI

«L’uomo cammina per giornate tra gli alberi e le pie- Anche le mercanzie che i venditori mettono in mostra
tre. Raramente l’occhio si ferma su una cosa, ed è sui banchi valgono non per sé stesse ma come segni
quando la ha riconosciuta per il segno d’un altra da’altre cose: la benda ricamata per la fronte vuol
cosa: un’impronta sulla sabbia indica il passaggio dire eleganza, la portantina dorata potere, i volumi di
della tigre, un pantano annuncia una vena d’acqua, Averroé sapienza, il monile per la caviglia voluttà. Lo
il fiore dell’ibisco la fine dell’inverno. Tutto il resto è sguardo percorre le vie come pagine scritte: la città
muto e intercambiabile; alberi e pietre sono soltanto dice tutto quello che devi pensare, ti fa ripetere il suo
ciò che sono. discorso, e mentre credi di visitare Tamara non fai che
Finalmente il viaggio conduca alla città di Tamara. registrare nomi con cui essa definisce se stessa e tutte
Ci si addentra per vie fitte d’insegne che sporgono le sua parti.
dai muri. L’occhio non vede cose ma figure di cose Come veramente sia la città sotto questo fitto invo-
che significano altre cose: la tenaglia indica la casa lucro di segni, cosa contenga o nasconda, l’uomo
del cavadenti, il boccale la taverna, le alabarde il esce da Tamara senza averlo saputo. Fuori s’estende
corpo di guardia, la stadera l’erbivendola. la terra vuota fino all’orizzonte, s’apre il cielo dove
Statue e scudi rappresentano leoni delfini torri e ste- corrono le nuvole. Nella forma che il caso e il vento
lle: segno che qualcosa - chissà cosa - ha per segno danno alle nuvole l’uomo è già intento a riconoscere
un leone o delfino o torre o stella. Altri segnali avver- figure: un veliero, una mano un elefante …»
tono di ciò che in un luogo è proibito - entrare nel vi-
colo cono i carretti, orinare dietro l’edicole, pescare
con la canna dal ponte - e di ciò che è lecito - abbe-
verare le zebre, giocare a bocce, bruciare i cadaveri
dei parenti. Dalla porta dei templi si vedono le statue
degli dei, raffigurati ognuno con i suoi attributi: la
cornucopia, la clessidra, la medusa, per cui il fedele
può riconoscerli rivolgere loro le preghiere giuste. Se
un edificio non porta nessuna insegna o figura, la sua
stessa forma e il posto che occupa nell’ordine della
città bastano ad indicarne la funzione: la reggia, la
prigione, la zecca,la scuola pitagorica, il bordello.
14
Gustave Doré, London: A Pilgrimage (1872)
15
QUETGLAS Josep
“Cometas de seda en rafagas de viento”
en “Arquitectura de la Indeterminación”, ACTAR, 2000, pp.19 -20

VIVIMOS EN UN MUNDO INHÓSPITO Un mundo sin apoyos, resbaladizo, de escamas, de


escudos; una disgregación desasistida, sin gente, por
Vivimos en un mundo inhóspito. donde se despeña nuestra mirada, hasta venir al sue-
Aquí inhóspito no quiere decir yermo. No estamos lo.
en un desierto, a nuestro alrededor no hay ningún A ese caer a tierra, a ese mundo que nunca nos reci-
campo de ruinas, ningún montón de escombros va be, le llamamos “moderno”.
creciendo ante nuestros pies. No somos románticos,
al contrario: nos sabemos viviendo en un paraíso
inagotable, incolmable de objetos y maravillas. Da
gozo cuanto hay.
Inhóspito quiere decir inhospitalario.
Las cosas que hay a nuestro alrededor no nos aco-
gen, no permiten que vayamos hasta ellas para po-
yarnos. Son riquísimas, hermosas vivas, pero no nos
aceptan. Cézanne decía de las cosas que eran “es-
féricas”. Él veía esferas, conos y cilindros por todas
partes, en cualquier sitio donde enviara su mirada.
Un mundo hecho todo él de superficies convexas, de
objetos puestos de espaldas, donde no hay abierta
ninguna concavidad para recoger la mirada.
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17
ARAÚJO Joaquín
“Las raíces de la tierra”
El País, 24 de junio de 2002

“Cuando la aridez haya tensado sobre la tierra su suelo humillado. Y uso deliberada y redundantemen-
piel de asna... anunciará el rojo final de los te derivados de humus, es decir, de lo que ocupa la
imperios” fracción más elevada de los suelos, porque también
Saint-John Perse humano, sin duda la palabra más conmovedora, tie-
ne el mismo origen. Escribir sabiendo el sentido más
[…] Los ministros de medio ambiente de la UE se profundo de las palabras es acercarse a una com-
han acordado de lo que nos sostiene. Han pues- prensión más amplia y generosa de lo que nombra-
to encima de la mesa lo que normalmente queda mos. Cuando alguien igualó verbalmente a la tierra y
debajo de nuestras pisadas. Nos referimos al suelo. lo que produce la tierra -humus, humanos, humildad-
Al soporte de absolutamente todo lo que nos atañe se atuvo a la coherencia. Fuera del agua, en efecto,
como seres vivos terrestres. La tardía preocupación todo está vinculado a las raíces que escarban en los
aflora porque si de algo podemos estar seguros, suelos. Y establecer ese parentesco resulta oportuno
[…], es que el planeta encoge. Porque se amplía la a la hora valorar qué estamos perdiendo cuando los
superficie baldía del mismo. Crecen los desiertos. La sepultamos o roemos...
erosión de las tierras cultivadas se acelera. Aumen- […] No otras pueden ser las consideraciones cuando
tan con verdadero desenfreno las infraestructuras y pretendemos asomarnos a nuestros cimientos, a la
lo urbanizado. Se descapitaliza la biosfera, el único base de lo que nos sostiene, no sólo en pie, como
verdadero productor de este planeta. seres erguidos, sino también como último eslabón
Por todo ello, […], esa tierra de la que brota y a la de varias cadenas que invariablemente surgen de
que va a parar toda vida terrestre, está desmantela- los suelos. De esa tierra en la que hunden sus raíces
da en demasiadas partes, incluso en su más honda nuestros hogares y alimentos, nuestra historia y nues-
intimidad. tro porvenir, pero sobre todo la salud del conjunto de
[…] acaso sea prudente recordar qué es el humilde lo viviente, que, por cierto, resulta inseparable de la
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de cualquiera de sus componentes, por mucho que suelos se corresponde con un ufano incremento de
se considere alejado de lo que se pisa, le alimenta y su potencialidad. Crece al tiempo que constante de
le cohesiona. las posibilidades de futuro. El envejecer natural de los
En los suelos pasa tanto y tan decisivo que no po- suelos es un ir ganándole constantemente la partida
demos por menos que intentar estar de acuerdo con al tiempo, que aquí no consigue desgastarlo todo,
la vocación de las raíces. Sustentadoras no sólo de sino que queda atrapado y hasta felizmente enga-
árboles y casas, sino sobre todo de la comprensión. ñado por la vida que ciertamente se asegura una in-
[…]. Porque en el suelo y lejos de la mirada directa gente despensa para garantizar su propio porvenir.
sucede que surge la piel verde de los paisajes, que […] Lo orgánico y los procesos que forman la fer-
nuestro mundo, el terrestre, se viste de vida. Por tanto tilidad del suelo son el mejor modelo conocido de
se embellece, se asegura y crece. Porque el suelo se economía sin especulación, sin desmayos: sostenida
acrecienta a sí mismo a la par que consigue que arre- y sostenible.
cie todo lo vivo que puebla nuestro solar. Cuando nos planteamos la desaparición de los sue-
En los suelos convive mucho. En primer lugar, lo min- los, lo primero que debemos intentar comprender
eral con lo vivo, el agua con la roca, ésta con el aire. es la velocidad con la que los elementos naturales,
Allí lo inerte es la base de lo dinámico. La comunidad clima, roca y vegetación crean los suelos. Muchos de
de seres vivos que se despliega en los suelos es una ellos han costado cientos y hasta miles de siglos de
de las más completas, complejas y trascendentales de lenta tarea.
este planeta. […]. El suelo fértil en realidad palpita, […]. No se trata de no crear nuevos usos del suelo.
contiene todas las cadenas de la energía y como resul- Pero sí de ajustarse a lo preciso. Porque se construye
tado permite que la vida vegetal sea posible y crezca. cinco veces más de lo necesario […]. Se usa el au-
Pero sobre todo es lo más aliviante que conocemos tomóvil cien veces más […]. La planificación territo-
porque ese mundo subterráneo es el único ámbito rial, la lucha contra la erosión y la desertificación, la
donde se consigue doblar la flecha del tiempo. conservación, en suma, de los suelos es, además de
Sí. Porque en algunos suelos, y esto no sólo es metá- una coherente estrategia económica, social y política,
fora, sino también ciencia, se da el que algo llegue a una forma de humanizarnos, de ser solidarios con
ser cada día que pasa más joven. Los procesos que quien trabaja y vela por nosotros desde mucho an-
desembocan en la fertilidad natural, o su prolongación tes de que el primero de nuestra especie brotara. Del
a través de las técnicas de la agricultura ecológica, suelo, por supuesto.
consiguen que el envejecimiento del mundo se con-
vierta en renacimiento constante. La madurez de los
19
CLEMÉNT Gilles
“el Jardín Planetario”
22 publishing, 2008, pp.61, 64-67

El encuentro con un sitio desconocido añade una cumplir una reflexión? Establecer una teoría, definir
imagen a la colección de paisajes presentes en la un vocabulario, pasar sus conclusiones a la verdad?
memoria. Sensible al contexto. Interpretación libre. El diseñador está al proyectista como el jardinero
Esta fase corresponde a la emoción sin la cual se- está al paisajista..
ría inútil esperar de tener una idea para concebir La condición del jardinero tiene poco que ver con la
cualquier proyecto. No se puede hablar propiamen- concepción. O eso dicen. El jardinero hace jardine-
te de un sitio sin haber estado allí. Los documentos, ría. El jardinero no llena hojas. O muy pocos. El jar-
la iconografía - fotografías, dibujos, mapas – las dinero tiene las manos ocupadas y el espíritu libre.
películas, los reportajes no sustituyen la inmersión Conciente del comportamiento de la especie, ví la
directa de la que surge la primera impresión. No hay discrepancia enorme entre la actitud natural del de-
que subestimar este momento porque esto contiene sarrollo, de la reproducción, de la pausa, y nuestro
las semillas del proyecto. Selleado, sedimentado en deseo de embellecer. Imposible conciliar las dos po-
el aire y, por el momento, inaprensible aunque pre- siciones, hasta que estamos ligados a la estética del
sente. El proyecto resulta de la comparación entre “arte del jardín. ¿Cómo encontrar una solución para
el medio ambiente, emisor complejo, y el hombre, hacer compatible la biología y la escenografía?
receptor complejo. Si suponemos que la biología dirija la jardinería, sólo
¿Al llegar a un lugar desconocido, el paisajista res- queda una manera de actuar: sotometer a la jardi-
ponderá a su función suprema es decir crear un con- nería una escenografía y declararla válida porque
cepto? Tendrá una indiferencia suficiente para libe- corecta. Es posible aceptar la aparición y la desapari-
rarse de los sentimientos que le unen al lugar? Para ción de especies cuando uno podría esperar la inmu-
20
tabilidad de la forma? Haciendo esta reflexión , tuve
que admitir que el movimiento y sólo el movimiento -
adquirido en su significado físico y biológico - permite
resolver un problema difícil: lo de aceptar el mundo
que vive sin que las formas mutables dejen el jardi-
nero en el desconsuelo.
Y (esta flexibilidad) permite disfrutar de un momento
muy prolífico de la naturaleza - sea cual sea su legibi-
lidad formal – estando complacido por el espectáculo
no porque es hermoso, sino porque se entiende.
Disfrutar de la diversidad sino destruirla, implica la
obra del mundo viviente y la presencia del jardinero
(el director de las obras) para ver, modificar o con-
trarrestar las eventuales capacidades del movimiento.
Preservar las diversidades en sus lugar, incrementar y
emplear el uso de la energía que pertenece a cada
especie, no disipar las energías contrarias y al final
comprobar lo que repito cada vez que ocure: hacer
todo lo posible “por” y lo meno posible “en contra”.
Caspar David Friedrich, El caminante sobre el mar de nubes, 1818

21
PLIEGUE

Concepto que acuña Deluze, sustituyendo el signi-


ficado de una palabra que captura y transforma...

El pliegue supone según Deluze un continuo en la


naturaleza donde las variaciones que configuran las
diferencias se dan por acumulaciones de informa-
ción.

Así la superposición de un continuo con


modificaciones de disposición o con alteraciones
de información va configurando una individualidad,
que siempre es relativa a la estabilidad de estos
liegues, a las redes de relación que estos
casuísticamente establezcan en las diferentes
superposiciones y a otros pliegues a los que
naturalmente pertenecen por formar parte del mismo
continuo.

22
23

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