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ESCRITOS REALIZADOS

POR LEONARDO

• Contenidos E s una lástima, pero a pesar de que Leonardo hable de libros suyos,
no sobrevive ningún libro escrito por él, excepto el que se llama “Tratado
• Fábulas de la pintura”. Sobre él dice George Sarton:
• Cuentos
• Sobre sus dibujos de
“Era una realidad en el sentido de que Leonardo tenía una gran cantidad
anatomía
de notas, algunas de ellas muy bien verbalizadas, pero las notas no
• Frases célebres
• Sobre la ciudad ideal se ordenaron, y el tratado no se completó. Después de su muerte,
los manuscritos que fueron legados a Francesco Melzi tal vez fueron
analizados por éste o por otra persona; unos 944 extractos fueron toma-
dos de los diez y ocho manuscritos y fueron agrupados en un manuscrito del siglo XVI que está ahora en
la Biblioteca Vaticana (Códice Urbinas, no. 1270). Ese manuscrito fue la fuente indirecta del libro Trattato
della Pittura di Leonardo da Vinci novamente dato in luce, dedicado a Cristina, la anterior reina de Suecia
(Paris, 1651). No sabemos quién “compuso” ese libro, pero no hay razón para dudar de la autenticidad de
su contenido. Los detalles son leonardescos en su expresión, pero muchos de ellos representan viejas
tradiciones.

La perspectiva lineal había sido discutida por Filippo Brunelleschi, Leon Battista Alberti, Paolo Uccello,
Piero della Francesca y podemos casi decir que por todo artista del Renacimiento; lo que sucede es que
la mayoría de estos artistas no eran muy claros y pensaban sobre los temas menos con palabras que con
imágenes, o, si pensaban con las palabras, éstas hace mucho que desaparecieron.”

Por lo tanto, si quiere conocer lo que investigó Leonardo da Vinci, es conveniente leer sus propias
anotaciones en sus códices. ¿Sabe lo que es un códice? Es un libro escrito a mano que no fue impreso.
Los códices de Leonardo entre los que se encuentran el códice Leicester, el códice Arundel y el Códice
Atlántico, son muchos y están repartidos en varios países del mundo, pero se han hecho ediciones de
ellos para los estudiosos. En realidad los originales son carísimos, por ejemplo, Bill Gates pagó cerca a 25
millones de dólares por uno de ellos hace poco más de un lustro.

Como Leonardo era italiano, lo mejor es leer sus escritos en italiano. Inclusive si usted no domina esa
lengua de todos modos puede leer en ella a Leonardo, que no escribía textos muy extensos y, como el
español y el italiano se parecen mucho (ambas vienen del latín) entonces puede acercarse a lo que dijo.
Si esto no le atrae, hay muchas antologías de sus escritos en lengua española como el libro de “Textos
escogidos de Leonardo da Vinci” de próxima aparición en la Editorial de la Universidad de Antioquia de
Medellín.
Esta es una selección de los escritos del propio Leonardo que se encuentran desperdigados en sus códices:

• Fábulas

1. “Los tordos se alegraron muchísimo viendo cómo un hombre tomaba presa a la lechuza y la privaba de
su libertad y cómo la asía con fuertes légamos de sus pies. Después esta lechuza fue, mediante el uso
de la goma para atrapar aves, causa de que los tordos perdieran no sólo la libertad sino su propia vida.
Esto se dice de aquellos países que se alegran de ver perder la libertad a sus gobernantes si con ello
pueden perder el socorro que los gobernantes les daban, y quedan atados al poder de sus enemigos,
perdiendo la libertad y a menudo la vida”.

2. “La polilla, revoloteando ociosa, no satisfecha con su capacidad de volar adondequiera que se le
antojase por el aire, quedó cautivada por la seductora llama de la vela y decidió volar hacia ella. Sin
embargo, este alegre movimiento fue motivo de inmediato lamento. Pues sus alas se consumieron
en la llama y la desdichada polilla cayó a los pies de la vela, completamente quemada, y tras mucho
llorar con gran arrepentimiento, se limpió las lágrimas de los ojos y, alzando la cara, exclamó: “¡Falsa
luz, a cuántos como yo has engañado miserablemente en el pasado! ¡Ay de mí! Si mi único deseo era
contemplar la luz, ¿no debería haber distinguido el sol de la falsa luz trémula del sucio sebo?”

3. “El jilguero es un pájaro del que cuenta que, cuando es llevado en presencia de una persona enferma,
si el enfermo va a morir, el pájaro vuelve la cabeza y no lo mira nunca, mientras que si el enfermo se
va a salvar, el pájaro no le quita la vista de encima y lo cura de todos sus males. Lo mismo ocurre
con el amor de la virtud. Nunca mira ninguna cosa vil o ruin, sino que siempre se aferra a las cosas
puras y virtuosas, y erige su morada en un corazón noble, del mismo modo que los pájaros lo hacen
en bosques verdes, sobre ramas floridas. Y este amor se muestra más en la adversidad que en la
prosperidad, como la luz, que donde más brilla es en el lugar más oscuro”.

4. El halcón, incapaz de resistir pacientemente el modo en que el pato se escondía de él y se sumergía


debajo del agua, quiso también continuar la persecución debajo del agua. Con sus alas mojadas, el
halcón se quedó en el agua, mientras el pato alzó el vuelo, burlándose del halcón, que se ahogaba.

5. “La alheña, al sentir sus tiernas ramas cargadas de nuevos frutos atacadas por las afiladas garras
y el pico del molesto mirlo, se quejó con lastimosos reproches, suplicándole que, aunque arrancase
sus deliciosos frutos, no la privase de sus hojas, que la protegían de los abrasadores rayos del sol,
y que no desgarrase ni desnudase su tierna corteza con sus afiladas garras. Pero el mirlo respondió
insolentemente: “!Silencio, zarza maleducada! ¿Acaso no sabes que la naturaleza te ha hecho para
producir esos frutos para mi sustento? ¿No ves que viniste al mundo para proporcionarme estos
alimentos? ¿No sabes, ruin, que el próximo invierno servirás como sustento y alimento del fuego?”.
El arbusto escuchó estas palabras pacientemente y no sin lágrimas. Poco después, el mirlo quedó
atrapado en una red y cortaron algunas ramas para hacer una jaula donde encerrarlo, entre las cuales
se utilizaron algunas ramas de la tierna alheña como barrotes. Éstas, al observar que serían la causa
de la privación de libertad del mirlo, se alegraron y pronunciaron las siguientes palabras: <<Aquí
estamos, oh mirlo, todavía no consumidas por el fuego, como dijiste; te veremos a ti enjaulado antes
de que tú nos veas a nosotras quemadas”.
6. “Érase una vez una hoja de afeitar que salió del mango que le hacía las veces de funda y, al colocarse
al sol, vio sus rayos reflejados sobre su superficie, cosa que le hizo enorgullecerse. Reflexionando
al respecto empezó a decirse a sí misma: “¿Voy a volver a esa tienda de la que acabo de salir?
¡De ningún modo! No puede ser la voluntad de los dioses que una belleza tan radiante se rebaje a
unos usos tan viles. ¿Qué locura podría inducirme a afeitar las barbillas enjabonadas de campesinos
rústicos y prestar tan bajos servicios? ¿Acaso está este cuerpo hecho para ese tipo de acciones?
¡Por supuesto que no! Me marcharé y me esconderé en algún lugar remoto y allí pasaré mi vida
tranquilamente”. Así, tras permanecer oculta unos meses, un día regresó a la luz y, al salir de su funda,
constató que había adquirido el aspecto de una sierra oxidada y que su superficie ya no reflejaba el
brillo del sol. En vano, con un arrepentimiento inútil, se lamentaba de su daño irreparable, mientras
se decía: ““!Ah! ¡Cuánto mejor habría sido dejar que el barbero usara mi borde, ahora perdido, con su
agudeza tan poco frecuente! ¿Dónde está ahora aquella superficie resplandeciente? Cierto es que el
nauseabundo e insidioso óxido la ha consumido>>. Lo mismo ocurre con las mentes que, en lugar de
ejercitarse, se abandonan a la pereza, pues, como la hoja de afeitar, pierden su agudeza y el óxido de
la ignorancia destruye su forma.”

7. “Unas llamas llevaban ya un mes viviendo en un horno de vidrio cuando vieron acercarse una vela,
en un hermoso y resplandeciente candelero. Forcejearon con gran anhelo por alcanzarla; una de
ellas dejó su curso natural y se enrolló a un hierro sin quemar del que se alimentó hasta pasar al otro
extremo por una pequeña rendija hasta la vela, que estaba cerca; saltó sobre ella, la devoró con suma
voracidad y avidez, y la consumió casi por completo; entonces, deseosa de prolongar su propia vida,
luchó en vano por regresar al horno que había abandonado, pero se vio obligada a apagarse y morir
junto con la vela. Así, finalmente, entre lamentos y arrepentimientos, se transformó en humo infecto,
mientras sus hermanas brillaban y conservaban la vida y la belleza”.

• Cuentos:

“De como un fraile chasquea a un mercader

Suelen en ciertas épocas los frailes menores guardar unos ayunos o abstinencias que les vedan el comer
carne en sus conventos; mas si van de viaje, como viven de limosna, tienen dispensa para comer de lo
que les sirvan. De esta suerte sucedió que habiendo salido un día de viaje dos de estos frailes, llegado que
hubieron a una hostería, se alojaron en ella y compartieron la mesa con cierto mercader que de paso se
hallaba. Como la pobreza de la posada era mucha, sólo les fue presentado un pollo para todos, con lo que
el mercader, viendo que apenas llegaría para calmar su apetito, dirigiéndose a los fraile dijo:

- Si no me engaño, creo que por estos días no comen vuestras mercedes carne de ninguna clase.

A los que los hermanos, forzados por la Regla, no tuvieron más remedio que decir que sí, que cierto era que
por aquellos días no podían comerla en sus conventos. Por esta argucia logró el mercader manducarse
todo el pollo, mientras que ellos hubieron de resignarse a la abstinencia.

Más después que comieron, frailes y mercader volvieron a emprender el camino juntos, y como a poco se
viesen obligados a cruzar un río bastante ancho y profundo y todos fuesen a pie – por pobreza los frailes y
el mercader por avaricia - uno de aquéllos, por no faltar a las prácticas de la Orden, hubo de tomar sobre
sus hombros al mercader, en cuyas manos puso antes sus sandalias. Así que se vieron en el centro del río,
vino otra vez el recuerdo de la Regla a asaltar al fraile, el cual, parándose como San Cristóbal, volviendo
la cabeza al mercader, le dijo:

- ¿Lleváis acaso algún dinero encima?

¿Cómo? ¿Supone vuestra merced que un mercader como yo iba a venir desprovisto de dinero? – repuso
con arrogancia el traficante.

- ¡Pobre de mí! – exclamó el fraile entonces -, porque habéis de saber que nuestra Regla nos prohibe llevar
dinero encima.

Y no bien hubo pronunciado estas palabras, dio con la carga en el agua.

El mercader, viendo que el fraile había sabido tomar muy airosamente desquite de la burla que en el
albergue les había hecho, tomó con resignación comprensiva la pulla, aunque ligeramente corrido de
verse aventajado.”

Otro cuento escrito por Leonardo:

“Un sacerdote hacía la ronda de su parroquia el sábado antes de Pascua para rociar las casas con agua
bendita, como era su costumbre. Cuando llegó al estudio de un pintor y empezó a rociar algunos de sus
cuadros con el agua, el pintor se giró con cierta contrariedad y le preguntó por qué rociaba sus cuadros
de aquel modo. El sacerdote le contestó que era la costumbre y que era su deber actuar así, que estaba
haciendo una buena obra y que quienquiera que hiciese una buena obra podía esperar una recompensa
igual o incluso más grande, pues Dios prometió que por toda buena obra que hagamos sobre la tierra,
el cielo nos recompensará cien veces. Entonces, el pintor, tras esperar a que el sacerdote saliera, se
asomó por la ventana superior y le lanzó un cubo de agua por encima, exclamando: <<¿Ve? Ahí está
la recompensa del cielo multiplicada por cien, tal como dijo, por la buena obra que me hizo con su agua
bendita, con la que medio arruinó mis cuadros.”

Otro cuento escrito por Leonardo:

“Un hombre deseaba probar sobre la autoridd de Pitágoras que ya había estado en el mundo en una
ocasión anterior; cuando otro no le dejó concluir su argumento, el primer hombre dijo al segundo: <<Y
esto es una señal de que estuve aquí en una ocasión anterior, recuerdo que tú eras un molinero>>. Éste,
sintiéndose provocado por sus palabras, admitió que era cierto, pues él también recordaba como señal que
el que hablaba había sido el asno que le había transportado la harina.”
• Sobre sus dibujos de anatomía

“Quisiera hacer milagros; - puede ser que yo posea menos que otros hombres que tienen vidas más
apacibles, o que aquellos que quieren enriquecerse en un día. Puede que viva en una gran pobreza
por mucho tiempo, como siempre sucede, y sucederá hasta la eternidad, a los alquimistas, los diz que
creadores de oro y plata, y a los ingenieros que quisieran ver el agua estancada agitarse a la vida y al
movimiento perpetuo, y a aquellos supremos imbéciles tontos, el nigromante y el encantador.

Y a vos, que sostenéis que sería mejor observar a un anatomista trabajando que ver estos dibujos, tendríais
razón, si fuera posible observar todas las cosas que se muestran en tales dibujos en una sola figura, en la
cual vos, con toda vuestra sagacidad, no veréis ni obtendréis conocimiento sino de algunas venas, para
obtener un conocimiento verdadero y perfecto de los mas de diez cuerpos humanos que he disecado,
destruyendo todos los demás miembros, y removiendo las partículas mas diminutas de carne de las que
están rodeadas estas venas, sin hacerlas sangrar, excepto el sangrado insensible de las venas capilares;
y que como un solo cuerpo no dura tanto tiempo, se hizo necesario proceder de esta forma con varios
cuerpos gradualmente hasta que llegué a un final y conseguí un conocimiento completo; esto lo repetí dos
veces para poder aprehender las diferencias.

Y si tuviéreis amor por tales cosas tal vez os lo impediría el asco, y si eso no os lo impidió, quizás os detuvo
el miedo de vivir en horas nocturnas en la compañía de aquellos cadáveres, descuartizados y destrozados
y horribles de ver; y, si esto no os lo impidió, entonces quizás no sois tan buen dibujante como se necesita
para realizar una demostración tal; o, si tenéis la habilidad para dibujar, tal vez no esté combinaba con
el conocimiento de la perspectiva; y si es así, entonces tal vez pudiera ser que no comprendiérais los
métodos de la demostración geométrica y el método del cálculo de las fuerzas y de la fuerza de los
músculos; también puede ser que no tuviérais paciencia, de modo que careciérais de perseverancia. En
cuanto a si todas estas cosas podrían hallarse en mí o no, los ciento veinte libros que he compuesto darán
su veredicto: sí o no. En éstos no han sido impedimento ni la avaricia ni la negligencia, sino simplemente
la falta de tiempo. Hasta pronto”.

• Sobre la ciudad ideal

“La primera fama se hará eterna también para los habitantes de la ciudad que ha sido edificada y ha
crecido gracias a él

Todos los pueblos obedecen y son guiados por sus magnates, y estos magnates se alían con los señores
y los subyugan de dos maneras: o por medio de la consanguinidad, o mediante las posesiones; por la
consanguinidad cuando sus hijos son semejantes a rehenes, y una seguridad y un voto de su sospechada
fidelidad; mediante las posesiones cuando tu haces que cada uno de ellos construya una casa o dos
dentro de tu ciudad que pueda rendir alguna ganancia y él pueda tener...; 10 ciudades, cinco mil casas con
treinta mil habitantes, y usted dispersará esta gran congregación de pueblos que se asemejan a las cabras
una tras la otra, llenando cada lugar con olores fétidos y que siembran semillas de muerte pestilente.

Y la ciudad obtendrá belleza digna de su nombre y a ti será útil por sus ganancias y por la eterna fama de
su crecimiento.
Para producir la ciencia exacta del movimiento de los pájaros en el aire es necesario primero proporcionar
la ciencia de los vientos, y esta la probaremos mediante los movimientos del agua. Esta ciencia por sí
misma es capaz de ser recibida por los sentidos: servirá como una escalera para llegar al conocimiento de
las cosas voladoras en el aire y en el viento”.

• Frases Célebres

• “Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada
causa una dulce muerte”.

• “Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo”.

• “ Cuando la fortuna viene, tómala a mansalva y por delante, pues por detrás es calva”.

• “La adquisición de cualquier conocimiento es siempre útil para el intelecto, ya que puede
dejar de lado las cosas inútiles y retener las buenas. Pues nada puede ser amado o
odiado a menos que sea conocido”.

• “La fuerza motriz es la causa de toda la vida”.

• “He ofendido a Dios y a la humanidad porque mi trabajo no tuvo la calidad que debía
haber tenido”.

• “La necesidad es la maestra y guía de la naturaleza”.

• “La sabiduría es la hija de la experiencia”.

• “Mediocre alumno el que no sobrepasa a su maestro”.

• “La experiencia de lado y pasar de las quejas que a nuestra ignorancia nos causan a
llevar por necio y vano deseo de promesa a nosotros mismos, en su nombre, cosas
que no están en su poder, diciendo que ella es una falacia. Los hombres son injustas
quejas de inocentes en la experiencia, acusándola constantemente de error y de falso
testimonio”.

• “Nada nos engaña tanto como nuestro propio juicio”.

• “Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz”.

• “Si estás solo, serás todo tuyo, y si estás acompañado por una sola persona, serás
medio” tuyo.

• “La mecánica es el paraíso de la ciencia matemática, porque aquí llegamos a los frutos
de la matemática”.
• Son vanas y están plagadas de errores las ciencias que no han nacido del experimento,
madre de toda certidumbre.

• El hombre que culpa a la suprema certeza de las matemáticas se alimenta de la


confusión, y no puede nunca silenciar las contradicciones de las ciencias sofísticas que
conducen a una eterna charlatanería.

• Si alguien desea ver cómo habita el alma en su cuerpo, deberá observar cómo dicho
cuerpo usa su habitación cotidiana. Esto es, si carece de orden y es confusa, el alma
mantendrá el cuerpo en desorden y confusión.

• El movimiento cesará antes de que nos cansemos de ser útiles.


El movimiento fallará antes que la utilidad.
La muerte, antes que el cansancio.
En servir a los demás, no puedo hacer bastante.
Ningún trabajo es suficiente para cansarme.
Las manos en las que caen ducados y piedras preciosas como la nieve nunca se cansan
de servir, pero este servicio es sólo por su utilidad y no para nuestro propio beneficio.
La naturaleza me ha dispuesto así naturalmente.
Nunca me canso de ser útil.

• Los hombres se equivocan cuando lamentan el paso del tiempo, acusándolo de ser
demasiado rápido, sin percibir que es suficiente cuando pasa; pero la buena memoria
con la que nos ha dotado la naturaleza hace que las cosas acaecidas en un pasado
lejano nos parezcan presentes.

• Y tú hombre, que consideras en esta mi obra la obra maravillosa de la naturaleza, si


consideras que fuera cosa nefanda el destruirla, entonces piensa que es cosa nefandísima
tomar la vida del hombre; del cual, si su composición te parece de un artificio maravilloso,
piensa que es nada respecto al ánima que en tal arquitectura habita, y verdaderamente,
sea lo que sea, ella es cosa divina, así que dejadle habitar en su obra a su beneplácito,
y no permitas que tu ira o malignidad destruya una vida tal, pues verdaderamente, quien
no la estima no la amerita.

• Uno empuja al otro. Estos bloques son la vida y los estudios de los hombres.

• “La tierra no está en el centro de la órbita del Sol ni en el centro del universo, pero en el
centro de su compañero de elementos, y unidos con ellos. Y un pie en la luna, cuando
el sol y son a la vez debajo de nosotros, ver que esta nuestra tierra y el elemento de
agua”.

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