You are on page 1of 8
La, pug LUOUNMU Ch SHE8I00 Maria ELisa VeLAzauez GurierRez* Las personas originarias de Africa y sus descendientes son un pilar fun- damental de la historia mexicana. La doctora Velazquez rescata parte de ‘su pasado, que se identifica desde la llegada de los espajioles a estas tierras, asi como su legado y presencia en nuestra sociedad hasta la fe- cha. A pesar del olvido o desdén hacia esta poblacién tan rica en cultura como en tradiciones, es innegable el gran valor de sus aportaciones para la construccién de la nacién lestro pais comparte con varias culturas de Africa un pasado casi desconocido por los mexicanos. A pesar de las muchas investi- gaciones que se han Ilevado a cabo en las tiltimas dos décadas, del trabajo pionero del antropélogo Gonzalo Aguirre Beltrén con su libro La poblacién negra en México, publicado en 1946, asi como de los esfuerzos de divulgaci6n de algunas instituciones, poco se sigue conociendo sobre la importancia de las africanas y los = Doctora on Antropologia por la ENA. Es Investigadora de a Direc clon de Etnologia y Aniropotogia Socal del ney profescra en la ENA (Coorenadora nacional de Anropologia del Ny presidente dal Comité Cientiico del proyecto intoracional La uta dol Esclaver resistencia bert y patrimonio de Uno. Es autora de Mujeres de origan afi ‘no en la capital novehispana, sigs xu y av (2006), entre otas obras, Coordin’ a bro Debates histévices contemparineos: aficanas y afto- ‘escendiantes en Mixico 2011) y es coautora de Alrodescencientes an Mexico: une histori de silencio y cscrminacién (2012). En 2011 rocibié la Modalla Gonzalo Aguire Bolan del Gobierno de Veracruz africanos en la construccién econémica, social y cul- tural de México. Por ejemplo, no muchos saben que Juan Correa, tuno de los mas importantes pintores barrocos de la Nueva Espaia, fue mulato, hijo de Pascuala de Santo- yo, muy posiblemente oriunda de Africa, y un criollo barbero-cirujano de la Inquisicién, y que entre sus obras podemos admirar el mural del Sagrario Metro. politano en la Catedral de la Ciudad de México, el cual pinto junto con Cristébal de Villalpando, Tampoco es sabido que José Maria Morelos y Vicente Guerrero, I deres del movimiento de independencia, fueron mu Iatos, es decir, afrodescendientes; 0 que hoy en dia en varias regiones de México siguen estando presentes rasgos fisicos y culturales de aquellas miles de per- sonas que arribaron de manera forzada a la entonces Nueva Espana durante practicamente todo el periodo virreinal. elas eMISTORIAS en isco feos eHISTORIAS on eco En casi todo el territorio mexicano podemos identificar la presencia de po- blacion de origen africano; en regiones ‘como Guerrero, Oaxaca, Morelos, Mi choacan, Guanajuato, Tabasco y Ve~ racruz, por diversas causas historicas, las comunidades conservan fenotipos y expresiones culturales de origen africano mucho més notables que en otras zonas de México. No obstante, en ciudades tan grandes y diversas como la de México podriamos distinguir, si miréramos con atencién, rasgos fisicos que recuerdan que en el pasado miles de hombres y mujeres mandingos, wo- Jofs o banties formaron parte de nues- tra sociedad. Tradicionalmente, alos descen- dientes de africanos se les conoce en México y paises de América Latina 0 el Caribe como negros, mulatos, prietos © morenos. De esta forma fueron nombrados durante la época colonial, negando con ello su origen y caracteristicas singulares. A partir de 2001 y en el marco de la Con: ferencia Internacional contra el Racismo, la Discrimi- nacién Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, llevada a cabo en Durban, Sudéfrica, las comunidades de Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecua dor, Peri, entre otras, decidieron ser nombradas afro- descendientes, como un acto de reivindicacion a su pasado africano, el cual hace referencia no sélo a su color de piel y rasgos fenotipicos, cultural aiuto y pow qué legaron? Los primeros africanos legaron con los exploradores ¥y conquistadores de América. Por ejemplo, con las tro- pas de Hernan Cortés, segiin lo atestiguan crénicas € imagenes del periodo, venta uno de ellos. Algunos de los africanos que arribaron con los conquistadores recibieron como recompensa encor dades por su participacién en el sometimiento de los pueblos indigenas. La esclavizacion de seres humanos se remontaba a muchos afios antes; sin embargo, el comercio de africanos comenzé a tener importancia para Europa en el siglo Xv. Pocos afios después de la Conquista empezaron a llegar de manera forzada miles de hombres y mujeres para trabajar en las nuevas empresas coloniales como Ja minerfa, al igual que en haciendas agricolas y gana- no a su herencia indas 0 propie- 30 En algunos odctous puode cbsenarse a persongjes de orgonaficano ‘acompafendo & los Conquistadores. En esta enagen se representa ;posblamente a Juan Gardo unto @ Hemén Corts y la Manche. deras, en oficios artesanales y servicio doméstico. La catastrofe demografica que sufrié la poblacién nativa a partir de la Conquista ~debido a las epidemias ante las nuevas enfermedades, los malos tratos y los tras tornos culturales-, asi como la prohibicion de escla- vizar a los indigenas, fueron causas que propiciaron y “justificaron’ la demanda de personas esclavizadas de distintas regiones de Africa a Nueva Espaiia. Es- tudiosos del tema calculan que alrededor de 250 mil personas esclavizadas arribaron a México de manera legal, sin contar las que llegaron por contrabando, ci- fra dificil de estimar. Los puertos autorizados para el comercio fueron Veracruz y mas tarde Campeche, aunque se sabe que a Acapulco llegaron esclavos y esclavas con la nao de China, procedentes de Africa Oriental o Nueva Guinea. Del puerto de Veracruz eran Hevados a la ciudad de Mexico para ser distribuidos a distintas regiones del centro, norte y sur, Guanajuato, San Luis Potosf, Zaca- tecas, Puebla, Hidalgo, Monterrey, Sinaloa, Chiapas, Ta- basco, Yucatan y practicamente todos los hoy estados de México recibieron africanos y africanas durante el periodo virreinal, especialmente entre los anos 1580 y 1650, cuando los reinos de Espaiia y Portugal se unie- ron y el comercio tom6 mayor importancia las eHISTORIAS cn Misr Hacia mediados del siglo xvilt dejaron de llegar personas esclavizadas a la Nueva Espana dado que la poblacién indigena y mestiza, resultado de la unién entre los distintos grupos, se habia incrementado y, por lo tanto, la esclavitud ya no era tan rentable como en épocas anteriores. Otras migraciones de africanos, pero sobre todo de afrodescendientes, se sucedieron en el siglo x1x. Al: ‘gunos llegaron a México de Estados Unidos, huyendo de la esclavitud, y otros de Centroamérica, buscando mejores condiciones de vida. Por ejemplo, ademas de los africanos que Hegaron a Veracruz a lo largo del pe- iodo colonial, al puerto arribaron en el siglo XIX trax bajadores de origen africano llevados por las compa- ‘hias inglesas y francesas dedicadas a la construccion y, en el siglo xX, trabajadores afrodescendientes de las companias petroleras estadunidenses. Ello, entre otras cosas, explica que esta region mantenga, todavia hoy, rasgos de herencia africana en varias expresiones culturales como fiestas, miisica, bailes y comida (pre- paracién de guisos con platano, yuca, arroz 0 pesca- do}, ademas de los apelativos de varios pueblos como Mandinga, Matosa 0 Mozomboa. Gl qué se dedicabaa? Las personas esclavizadas oriundas de varias regio. nes de Africa, un continente diverso y rico en expre siones culturales como la orfebreria, los textiles y las lenguas, desempenaron distintas actividades en la Nueva Espafta, Muchas de ellas realizaron tareas en las haciendas agricolas, especialmente en las caieras de zonas como Veracruz y Morelos; otras trabajaron en las minas y la ganaderia, Es importante recordar que los pueblos indigenas no conocian el ganado y los africanos tenian amplia experiencia en la domestica ci6n de estos animales, por lo tanto fueron solicitados Gracias a muchos dolos cuados de castes dl siglo nn es posible ackertr la fuerte presencia de arocescenctertes entre la pblasion dela Nueva Eapana, ce al aibiniabii hie Negto,¥ India ; Prods: Lobo. 38 eo eMISTORIAS on sco como vaqueros o capataces, asi como para la arrieria, el transporte de mercancias y, a partir del siglo Xvi, en las milicias. En ciudades como México, Puebla, Xalapa o Guanajuato, los africanos y afrodescendientes se de semperiaron como herreros, talabarteros, zapateros, sastres y pintores. También trabajaron en los obrajes yen el servicio doméstico como cocheros o sirvientes, Debe hacerse notar que muchas mujeres de origen africano fueron ocupadas para el servicio doméstico en casas particulares 0 conventos, haciéndose cargo de tareas como lavar, cocinar 0 criar y, en su caso, ama: mantar a los ninos de espanolas, eriollas 0 mestizas. Muchas de ellas lograron obtener su libertad por agra- decimiento de sus amos, quienes expresaban asi su carifio 0 reconocimiento por “haberlos criado” 0 cui- dacio durante su ninez vejez Con el tiempo, varias personas de origen africano lograron obtener su libertad y con ello mejores condi- ciones de vida. La libertad se obtenia por varias vias; podia ser dada por los amos a través de testamentos 0 cartas de libertad, 0 podian comprarla en caso de ha ber tenido la posibilidad de reunir dinero por trabajos extras 0 apoyo de familiares o amigos. Es importan- te destacar que en la Nueva Espana los matrimonios entre distintos grupos no fueron prohibidos por la Iglesia catélica y que muchas uniones se realizaron fuera de este sacramento, lo que también propicié el mestizaie. Para el siglo xvi, México contaba con una pobla- cin afrodescendiente significativa en todo el territo- Cee URN ss een ae ee a ool Beet ee ec Sees Se eee ee er ee re oars osa Be Ra eer) Pee ee aoc! 3 y casas en todo el terrtorio novohispano, las reaciones destacan las pintur Remy cere 32 ‘ubosMISTORIAS on eco rio; algunas de estas personas habian logrado obtener iertos recursos econémicos a través de las milicias, el comercio 0 los oficios, mientras otras seguian su- friendo pobreza y marginacién como otros muchos grupos, especialmente los indigenas. éDénde estia ahora? El intercambio entre indigenas nahuas, otomfes 0 ma- yas con espanoles, andaluces 0 madrilenos, asi como con africanos wolofs, mandingos o bantiies, propicié una cultura novohispana con influencias y aportes de diversos origenes. El intercambio no solo fue cultural; las relaciones entre distintos grupos fue una préctica cotidiana a lo largo de la historia de México. A partir de la Independencia, las diferencias por el color de piel o el estatus social y econémico fueron prohibidas. A lo largo del siglo XIX se promovieron las ideas de la “nacién mestiza’ que consideraban al mexicano como resultado sélo de la unién entre in- digenas y espanoles. Ademés, las ideas racistas ~pre- sentes de manera mas evidente desde mediados del siglo xviit— que explicaban pseudocientificamente la existencia de “razas” superiores ¢ inferiores para justi ficar el sometimiento de unos seres humanos a otros, promovieron discriminacién y negacién de la presen- cia y participacién africana en México. A partir de mediados del siglo xvitl y a lo largo del XIX la historia e importancia de las africanas, africa- nos y sus descendientes en México fue silenciandose for cada vez més. No obstante, esta poblacién sigui mando parte de la sociedad mexicana y contribuy en los procesos de su formacién social, econémica y cultural Hoy en dfa existen comunidades y personas afro- descendientes en muchas areas de México. En Coahut la se encuentran los mascogos, un grupo que arribé al norte del territorio en el siglo x1X, proveniente de Estados Unidos y con mestizaje de africanos e indi- xgenas. También existen pueblos afrodescendientes en ‘Veracruz, Michoacan, Morelos, Guanajuato, Tabasco y Puebla, Una zona especialmente interesante es la conocida ‘como Costa Chica, ubicada en los litorales de los esta dos de Guerrero y Oaxaca. Esclavos y libres al mando de espanoles y criollos llegaron a esta region duran- te el periodo colonial para establecer haciendas de cultivo y ganaderfa. Con el tiempo muchos esclavos obtuvieron su libertad convirtiéndose en capataces, arrieros, pescadores y vaqueros, y junto con los escla- vos que hufan de otras regiones poblaron signi ‘Vicente Guerrero ‘yJosé Marl Morelos, dos dos prncipales, Tider de a revolucin de Independencia tenn ascendencia afreana, pues fran muato. tivamente dicha franja costera. Por distintas eireuns- tancias, los indigenas de la zona fueron diezmados y desplazados hacia territorios de dificil acceso y menos productivo: fueron convirtiendo en propietarios de tierras fértiles cercanas al mar y establecieron pueblos con porcenta jes muy altos de esa poblacién. Por este proceso historico, distinto al de otras re- giones de México, en la Costa Chica pueden apreciar se varias expresiones de herencia africana, recreadas allo largo del tiempo por el intercambio y las transfor ‘maciones culturales. El uso de casas habitacion cono- cidas como “redondos’, actualmente casi en extincién, asi como ciertas formas de organizacién social y de practicas 0 rituales, podrian ser de origen africano. ‘También instrumentos musicales como el cajén (per cusién que se toca con las manos y palos}, el bote (se- mejante a un tambor con una vara sujeta en el centro que emite un sonido que imita el rugido de un tigre) y la charasca (quijada de burro a manera de sonaja) han sido reconocidos por estudiosos del tema como , mientras que los afrodescendientes se 33 eos eMISTORIAS on sso 1 ibujante y vjero alan Chaucio Lina {ef6 Constance no sin Gertaidoatzacion, ‘came en a mayors Sus duos de la presencia de atrogesoendentos 21s primeros hos de Moo Independiente de herencia africana. Danzas como la de diablos y el son de la artesa, asf como la tradicién de la narracién oral, también son propias de las comunidades afro: descendientes de esta regién. Deudas hist 4 poeseates La divulgacién sobre la participacién de miles de per sonas de origen africano en México y sus aportacio- nes en el trabajo, los movimientos sociales, la crianza de los ninos y el cuidado de los ancianos, asi como su contribucién al arte, la masica, la medicina tradicio- nal, la comida, entre otros muchos ambitos, es una tarea pendiente. Faltan también investigaciones en archivos de varias regiones y estudios sobre su situa ci6n actual La discriminacién y el racismo siguen afectando a comunidades y pueblos afromexicanos que, ademas, viven en situaciones de pobreza y marginacién. El si- lencio sobre este pasado impide que las comunidades y los colectivos afrodescendientes se sientan orgullo- sos de su historia y se beneficien de politicas publicas que les posibiliten ejercer sus derechos. Por ejemplo, algunos afromexicanos de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca han sido detenidos por la policia, que argu menta que en México ‘no hay negros’, y hasta exis- ten casos de deportacién a Centroamérica, En medios de comunicacién como radio y televisién también se So estina que durante iaetapa colonial legaren a nusstotertoio orca ie 250 mi excevos, acanos, sn conta el treo lal Ya onal siglo >axlas compas inclesas ‘ran a mieméros de ‘esa misma poblacion ara tra en fa ‘constnucelsn. 34 el eMISTORIA o> siguen refiriendo a ellos de manera despectiva y deni- sgrante, y continuamente se hacen burlas que revelan la ignorancia, los prejuicios y estereotipos que existen sobre esta poblacién, Desde hace veinte anos comunidades de afrodes- cendientes en la Costa Chica luchan por que sean re- conocidos por el Estado y la sociedad mexicana. Sus demandas parten de la conviccién de que la diversi dad no divide; por el contrario, enriquece y promue ve el respeto y el orgullo cultural. Por ello, esperamos que muy pronto la hist mujeres y nifios esté presente en museos y libros de texto, y también que se realice una campana de infor macién y prevencién de la discriminacién, asi como beneficio.h oria de estos miles de hombres, politicas puiblicas en s Para conocer més: ‘+ Gonzalo Aguire Beta, La poblacén negra en Méico, México, roe, 1984 qi Cuil, México, roe, 1885 * a; Bsa Velizquce Gabriela turalde, Arodescenctantes ‘7 México, Una Pistoia de sienci y alscrminacten, Mésico, ‘conarnen / a, 2012 ‘Ma. Elsa Veldzquez (coord), Dabates histéricos contemporéneas. ‘Ateanes y arosesconclints en Mico y Cantroameica, ‘Méico, ai / ceva Uv / 0, 2011 + Luz Ma. Mertinez (coord), Presenciaaficana an México, Mésico, convcttts, 1992 ‘= Gabrel Moedano, Soy l negro de la Costa, co, Mésico, 1998 ‘+ Ma. Cristina Diaz’ Queridato, matiocaidad y cranea entre ios aromestizes dela Costa Chica, México, concur, 2008 + Garlos uz, versos, misica y bale de atesa de la Costa Chica, Mésico, El Colegio de México, 2004 ‘+ Actlana Naveda, Esclavos negros en las haclendas azucareras de Cordoba, Veracruz, 1680-1830, México, Universidad Veracruzana, 2008 En buena parte da tertorio mexicano ‘e puodeIdentcar la presencia ‘de afodesoonclentes, quienes han fenrquecdo notablomente la vids nacional con su cutura ytracciones. Las costas do Pactioo mexicano Comprencias ‘entre los estados de (Guster y Oaxaca han sido ‘radlonalmente una reg}0 habitada por pobiacién aodescendonte 35 elas eHISTORIAS on Meso

You might also like