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C 6 Cultura

LA VOZ DEL INTERIOR


CÓRDOBA. JUEVES 12 DE MAYO DE 2005

AP

LIBROS PUBLICACIONES

La perspicacia
REVISTA

“Malvario. Revista monográfi-


ca de literatura y arte”, Nº 2,
febrero 2005, 137 páginas. (Nú-
mero dedicado al poeta chileno

en acción Luis Omar Cáceres).

ANTONIO OVIEDO ENSAYOS Crusoe, del cual Defoe, su autor,


ESPECIAL señala Coetzee, fue virtualmen-
“Costas extrañas. Ensayos te expulsado por un personaje
El premio Nobel de Literatura 1986-1999”, por J.M. Coetzee, indómito que, cabe decirlo, en-
otorgado en 2003 al sudafricano Editorial Debate, Buenos Aires, carna la feroz rapacidad capita-
J.M. Coetzee (1940) sin duda per- 2005, 363 páginas. lista.
mitió que los libros de un escri- El examen de los grandes au-
tor casi desconocido hasta en- tores de la literatura occidental,
tonces obtuvieran la repercusión Dostoievski, Rilke, Musil, Kaf-
que contribuyó a su reconoci- ka, se realiza con un manifiesto
miento. Traducida hace muy po- desdén hacia los caminos trilla-
co, Costas extrañas participa dos que se venían arrogando la
del mismo fenómeno con la sal- autoridad de ser los únicos. En
vedad de que ahora el campo todo momento un ejercicio tenaz
donde Coetzee efectúa sus in- de su perspicacia le brinda a Co- Luis Omar Cáceres nació en Chile
cursiones no es el de la ficción o etzee la posibilidad de hallar ma- en 1904 y murió, también en Chi-
la autobiografía. tices que singularizan las obras, le en 1945. Su obra se reduce a
Diversos autores son en este por ejemplo, de los holandeses un solo libro, Defensa del ídolo,
caso el objeto de unos ensayos Cees Nooteboom o Harry Mu- publicado en la Argentina. Su au-
(cuya forma inicial fue la de con- lisch; algo semejante sucede con tor, al comprobar que el libro
ferencias, prólogos, notas para la del egipcio Naguib Mahfuz. tenía múltiples erratas, quemó la
diarios y revistas, etcétera) que Sin embargo, la inconsisten- mayor parte de los ejemplares.
tienen en la brevedad su punto cia de una novela de Salman Pero un hermano del poeta res-
de coincidencia más evidente. Rushdie recibe sin contempla- J.M. Coetzee se aleja de los caminos trillados del ensayo. guardó algunos pocos ejempla-
Dado que entre ellos se encuen- ciones esa definición tajante. res y de allí los tomó Malvario pa-
tra Borges, no lograría ocultar cias poéticas de este conjunto de Ante la autobiografía de Doris menos crucial en la Sudáfrica costas extrañas que busca. Y so- ra publicarlo de manera íntegra
su decepción quien leyera antes textos puede, en cambio, ser lí- Lessing, Coetzee postula una del apartheid. bre esos bordes angostos que son en este segundo número de su
que ningún otro el enfoque de citamente aplicado a muchos de distinción clave entre las ver- Por último, en el marco de la las costas, Coetzee articula ob- revista. Luis Omar Cáceres sería
Coetzee dedicado al autor de El los 26 reunidos aquí. Si es una dades surgidas del recuerdo y civilización europea, la sagaz in- servaciones muy ceñidas, re- un perfecto desconocido sin esta
Aleph. Contiene una suma de novela epistolar del siglo XVIII las que afloran con igual énfa- dagación de Coetzee acerca de lampagueantes en su fugacidad, empresa de salvataje. Para co-
obviedades que también se pue- inglés como Clarissa de Samuel sis desde la esfera de la ficción. qué es un clásico (a partir del tí- que gracias a su concisión abren municarse con la revista y solici-
den considerar ingenuidades ca- Richardson, los temas de la vir- La confluencia de Nadime Gor- tulo homónimo de T.S. liot y de lo que parecía cerrado de un mo- tarla, se puede escribir a al co-
si calcadas de las que también ginidad y la violación son es- dimer y el Turgueniev de Pa- sus correlatos en la obra musi- do definitivo, cuando en reali- rreo electrónico: revistamalva-
supo escribir, con alcances aná- crutados desde perspectivas que dres e hijos (hito fundamental cal de J.S. Bach) reafirman nue- dad acaso aguardaban una mi- rio@yahoo.com.ar
logos, Marguerite Yourcenar irrumpen en un fluir narrativo del nihilismo político más drás- vamente que es un sutil registro rada aguzada que intenta serlo
acerca de Borges. proclive a no admitirlas. Otro tico del siglo XIX ruso) es pro- de su sensibilidad el que siem- en cualquier circunstancia y an-
El bello título con resonan- tanto ocurre con el Robinson picia para trazar un paralelo no pre se encamina a descubrir las te cualquier obstáculo. REVISTA

El Jabalí. Revista ilustrada de

Voces de una El “backstage” del poesía”, Buenos Aires, Año X, Nº


15, 2004, 103 páginas.

historia de amor libro de Marco Polo


GUSTAVO PABLOS CARLOS SCHILLING NOVELA vaivenes emocionales adquieren
DE NUESTRA REDACCIÓN DE NUESTRA REDACCIÓN demasiado relieve. Ése es el pro-
cultura@lavozdelinterior.com.ar cschilling@lavozdelinterior.com.ar “El turno del escriba”, por Gra- blema mayor de la invención de
ciela Montes y Ema Wolf, Alfaguara, Montes y Wolf: la monotonía de
Las dos piezas que componen El libro de los viajes de Marco Po- Buenos Aires, 2005, 260 páginas. lo que cuentan, una trama mí-
este libro dan lugar, al menos, lo es uno de los textos más fasci- nima que apenas sobrevive
a dos lecturas. Una de ellas per- nantes surgido de la Edad Media aplastada por los párrafos des-
mite rastrear los temas y las pre- y las historias contenidas en él criptivos de las actividades en el
ocupaciones que Marguerite Du- todavía nutren la imaginación de puerto de Génova, los procesos
ras abordó en casi toda su obra: miles de personas. Fue decisiva judiciales y burocráticos, los edi-
el encuentro y desencuentro su influencia en la manera en que ficios públicos, las vestimentas,
amoroso, la evocación resigna- Occidente concibió a Oriente du- la caligrafía y las costumbres de
da del amor perdido –o signado rante cientos de años y por eso una época lejana, pero cuyo exo-
por la imposibilidad–, y el ma- puede llamarse un clásico, una tismo retrospectivo no resiste a Esta es una de las revistas más
lentendido que conduce a que obra que sigue viva cada vez que tanta minuciosidad. Se trata de heterodoxas de las letras ar-
la pasión por el otro se trans- un lector recorre sus páginas. un cuento alargado hasta alcan- gentinas. Capaz de reunir en
forme en un conflicto de ribetes Graciela Montes y Ema Wolf zar la dimensión de una novela. sus páginas a las estéticas más
trágicos y difícil resolución. idearon una ficción en la que La imaginación que tanto Mon- diversas y extrañas, El jabalí es
La otra lectura permite ver Marguerite Duras. cuentan cómo se escribió ese gran tes como Wolf han desplegado en una interesante publicación pa-
cómo algunos procedimientos libro y con ella ganaron el último sus libros infantiles se desvanece ra conocer en qué andan los po-
y recursos del cine, el teatro y premio Alfaguara de Novela, do- en las frases de esta novela, como etas contemporáneos pero tam-
la literatura dialogaron en su NOVELA tado con 175 mil euros. Recons- si las autoras hubieran refrena- bién para recordar aquellos de-
vasta producción. Así lo de- truyen la relación entre Marco y do las posibilidades de la historia talles que hacen de la Argentina
muestra el hecho de que sus his- “India Song. La música”, por el escriba Rustichello, en una cár- más que eso: el relato de las pe- a los estrechos límites de una ve- una tierra de poetas importan-
torias descansan, básicamente, Marguerite Duras, traducción de cel de Génova, no desde la pers- ripecias de Rustichello para con- rosimilitud que traiciona el espí- tes. En este último número: Jor-
en la creación de climas, atmós- Silvio Mattoni, Editorial El cuen- pectiva del viajero veneciano si- cluir su trabajo, dónde consigue ritu de sueño de los viajes de Mar- ge Isaías desde Rosario y Euge-
feras y diálogos que esconden co de plata, Buenos Aires, 2005, no desde la del hombre que puso el papel y la tinta, dónde guarda co Polo. nia Cabral desde Córdoba pre-
más de lo que revelan; una bús- 208 páginas. en palabras la travesía de los Po- los folios, cómo memoriza el flu- Si bien el capítulo inicial y el sentan algunas de las estéticas
queda impulsada, en gran me- lo, una aventura que duró casi 20 jo de historias plagadas de deta- final son plasmados con una pro- recurrentes en la cultura actual
dida, por el cine francés de los años y que abarcó miles de kiló- lles que le cuenta en voz alta to- sa perfecta, casi poética en su de estas ciudades. Se puede so-
‘60 y ‘70 (de la cual fue contem- metros por las tierras de Asia. das las noches el veneciano, qué elegancia y precisión, el resto licitar El jabalí escribiendo al
poránea y también contribuyó Ahora que tanto en los DVD incluye y que desecha para com- parece sólo correctamente re- correo electrónico: eljabali@fi-
a crear), y que le permitió pro- como en la televisión es habitual pletar su relato. dactado, con detallismo y pa- bertel.com.ar.
longar en la literatura ciertas exhibir el proceso de producción La palabra “peripecia” tal vez ciencia, pero con una falta de
cadencias y modalidades de de una película o una obra de te- sea demasiado intensa para des- gracia sorprendente en una no-
aquel. atro, podría decirse que lo que cribir los avatares cotidianos de vela que obtuvo semejante pre- REVISTA
India Song fue escrita en hacen Montes y Wolf es mostrar Rustichello, que no tienen nada mio y que no es compensada en
1972 como obra de teatro por el backstage de la escritura del li- de épico y tampoco de picaresco, absoluto por el enorme trabajo “Oliverio”, Buenos Aires, Año 2,
encargo, y dos años después se bro de los viajes de Marco Polo. sino que se resuelve en un me- de reconstrucción histórica re- número 8, marzo de 2005, 50 pá-
convertiría en película. La obra El turno del escriba es eso y no dio tono donde ni siquiera los alizado por las autoras. ginas
retoma personajes de una de
sus principales novelas, El vi-
cecónsul, pero el texto no es
una adaptación teatral ni ci-
nematográfica de la misma.
Uno de los ejes es el perso-
Bailarín en la oscuridad
naje de Anne-Marie Stretter, EMANUEL RODRÍGUEZ POESÍA dar”, pregunta “¿qué haremos /
mujer nacida en Venecia y que tiempo. Unas la recuerdan me- ESPECIAL para aceptarlo? ¿bailaremos?”, re-
de muy joven se casa con un jor que otras. Pero ninguna la “¡Río Arriba!”, por Martín Suel- vela “y bailé / olvidando / cuán-
funcionario colonial. A este recuerda por completo, tam- Pequeños relatos desarmados en do, Editorial La Creciente, Córdo- to duele / la vergüenza”, y con-
hombre la mujer le será arre- poco ninguna la olvidó del to- versos, los poemas de ¡Río Arri- ba, 2005, 22 páginas y un mini cd cluye “bailaré vacío, otra vez / en-
batada por un diplomático (20 do”. En esta trama de versio- ba! invitan a situaciones de éxta- de audio. tre flores”. La danza deshabita los
años antes del suceso princi- nes y desplazamientos se cifra sis, de danza y erotismo, van en cuerpos: “nazco para eliminar /
pal que se relata en India el valor de la pieza. busca de un estadio pretérito y tri- memorias / que me aturdan”.
Song), quien con los años se La música presenta, como bal, y encuentran intemperie, un Antes de ese momento libera-
convierte en embajador francés la anterior, una historia donde río seco, un hogar que no es ho- dor y perturbador hay un sexo
en la India. En este nuevo pai- literatura, teatro y cine se en- gar. que indaga en las oscuridades del
saje y atmósfera, la mujer de- contraron y se alimentaron mu- El breve poemario incluye un pecado, del tabú: “no vengo para
sencadenará nuevas pasiones. tuamente. Primero escrita pa- mini CD con la lectura de tres po- apostar / sino a tomar ginebra /
La obra evoca dos días, co- ra la televisión, después pasó al emas en la voz del poeta con un y espiar el escote / a la mujer de Esta es, quizá, la más literaria de
mo aclara la misma autora, de libro, y de ahí surgió la obra te- acompañamiento musical que re- mi prójimo”, dice en “Hipocam- todas las revistas que circulan
esa historia de amor que suce- atral. Finalmente, otra versión, fuerza la idea de lo tribal, y en don- po (envidia)”, un poema narrati- por las librerías del país. Desde su
de en la India en la temporada con variaciones, para el cine. de la lectura y el canto son una vo que también ejemplifica en al- formato, pasando por sus crite-
del monzón de verano, pero lo Una pareja separada se en- misma búsqueda hacia lo primi- gunos pasajes cómo la escritura rios editoriales, Oliverio intenta
más interesante es la forma ele- cuentra para el juicio de divor- tivo. de Sueldo va en busca de la des- sin duda imponer una estética.
gida para narrarla. Cuatro vo- cio, y mantiene un extenso diá- La yapa –en una edición de cripción definitiva, a la caza del Montada sobre la figura del escri-
ces presentan su visión de la logo en una pieza de hotel. Ya ol- muy bajo precio de venta, $4, co- adjetivo cardinal de la escena: tor Tom Lupo, con un nombre que
historia, y en el resumen que vidados de las formas del amor, mo todos los títulos de La Cre- “Volví al hipódromo / endureci- remite al canon contra-hegemóni-
Duras escribe y presenta como en el diálogo ambos descubren ciente– no es un capricho: prime- do / por tanta lencería cruel”. co de la literatura, los integrantes
único texto válido para la re- que, a pesar de todo, no saben ro porque disociar la poesía de Recorrer río arriba este poe- de la revista proponen un punto
presentación de la obra, acla- muy bien qué sucedió, porqué Martín Sueldo de la música por mario –leerlo, escucharlo, com- de vista para leer la literatura.
ra: “Las VOCES no se dirigen fueron arrancados uno del otro. lo menos empobrece la experien- de Lucrecia”, incluye una estro- pletarlo– depara la satisfacción Una juventud teñida de cierto to-
al espectador o al lector. Tie- La conversación gira alrededor cia de la lectura y luego porque el fa que juega a desmentirse con el de quien viaja por paisajes no maldito se respira en cada una
nen una autonomía total. Ha- de ese enigma, de ese núcleo os- recorrido por el libro tiene mu- resto del poemario: “en realidad, sombríos con “ojos de niño” sa- de sus páginas. Para solicitar Oli-
blan entre ellas. No saben que curo en el cual ninguno de los cho que ver con el baile, con po- no sé bailar. / Tampoco quiero biendo que allí, en las sombras, verio se puede escribir al correo
son escuchadas. Las VOCES dos puede o quiere ingresar to- ner el cuerpo a merced de los aprender”. En el poema que da tí- hay algo que remite al lugar al electrónico: oliverio@deloscua-
han conocido, han leído la his- talmente, pero del que tampoco tambores. tulo al libro, el poeta sugiere “Aís- que todos, alguna vez, deseamos trovientos.com.ar.
toria de ese amor hace mucho saben alejarse para siempre. El primer poema, “La violación la tus oídos / y baila / para olvi- regresar.

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