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MARIA FERNANDA GARRIDO LASTRA

REPORTE DE LECTURA: METODOS DE POLÍTICA COMPARADA

TEORÍAS Y VARIABLES DEL ANÁLISIS

PÁGINAS 60-94

Descartar el pasado científico conduce a derribar una investigación y a caer


en errores de interpretación, quien ignora el pasado emprende otro
recorrido o se sitúa en otro registro, en el de la mera recopilación de la
información. La ignorancia de los conceptos de la comparación impide la
clara expresión respecto a las interrogantes mismas del tema así como
identificar sus aspectos específicos, en otras palabras; uno debe estudiar
para el caso específico pues, como ya sabemos, las ciencias sociales son
entes cambiantes.

AUTORES DE LA COMPARACION. Los teóricos de la política comparada


inician con Platón y Aristóteles, el primero con una comparación de tipo
orgánica, además de dedicarse a la comparación entre la ciudad y el cuerpo
humano, Aristóteles sienta las bases del derecho constitucional comparado,
y hace su estudio en las formas de gobierno. En el siglo XIV Ibn Jaldún,
historiador árabe, su práctica comparativa es desde luego sistemática y es
más sustancial que institucional.

Entre el siglo XV y XVI los ingleses Fortescue y Thomas Smith tienen una
comparación normativa aplicándola a instituciones y modos de gobierno de
manera homogénea. Tres siglos después, Montesquieu con su libro: “el
espíritu de las leyes”, dirige su comparación al conocimiento y ya no a la
normatividad como todos los autores anteriores, habla de las leyes y los
sistemas jurídicos, y es considerado el inventor de la política comparada.
Hobbes prosigue la búsqueda del buen régimen, Locke enuncia las nuevas
reglas del gobierno no despótico, y Rousseau regresa a lo prescriptivo y
etnocéntrico (helvética) propia de la filosofía.

Por último Alexis de Toqueville, se preocupa por la situación política de


Francia, “la democracia en América” es el fruto de esta investigación
comparativa. Inicia el análisis comparativo moderno hablando de los
regímenes democráticos.

LAS ESCUELAS DE LA COMPARACION. Marx, contemporáneo de Toqueville,


abre el camino para otra comprensión de lo político, ya no culturalista sino
fundada en el determinismo del modo de producción de lo económico, la
escuela Weberiana fue la segunda escuela que incorpora la comparación a
un sistema sociológico de acción social. La tercera escuela, la modernista o
desarrollista, es una variante del anti marxismo.

LAS VARIABLES CULTURALES. La variable cultural goza de una especie de


prioridad porque plantea la comparación, inscrita en la oposición
universalidad / particularismo. La comparación sólo cumple su propósito
heurístico cuando no tiende a acumular información, sino a comprenderla
progresivamente.
MARIA FERNANDA GARRIDO LASTRA

Las variables culturales son divididas entre los aspectos religiosos, es decir,
la esfera de lo sagrado y lo temporal, así como a funcionado como aparato
ideológico como es el caso del catolicismo en México, por otro lado los
aspectos no religiosos está: el derecho y el ejercicio de la justicia, las formas
de relación social y los modos de autoridad en la comunidad (estructuras
familiares).

LAS VARIABLES ECONÓMICAS. Surgen más bien, como el parámetro de sus


homologías o de la reproducibilidad de los procesos. En estas variables
están la soberanía alimenticia, la agricultura, que es un aspecto muy bien
definido en las comunidades y, las elites y la dominación económicamente
hablando.

VARIABLES POLÍTICAS DE LO POLÍTICO. Ya que las variables culturales y


económicas no resuelven todas las categorías de la comparación, son
necesarias las variables políticas de lo político como el aspecto de la
demografía o incluso las etnias, dependiendo de la homogenización de la
determinada población a estudiar. Otro aspecto importante es la acción de
los agentes políticos, es decir, los sistemas, el tipo de régimen, la
organización, las limitaciones de espacio o el tiempo mundial.

VARIABLES DE LA ACCION. Por último es también importante considerar


como una de las grandes variables que permiten la comparación política, a
las variables de la acción: la de lo propiamente político, es decir, los
principales elementos culturales, materiales y productivos, espaciales o
temporales que orientan la dinámica del poder y de su impugnación, regidos
por dos intervenciones estrictamente políticas, una la adquisición histórica o
institucional y por la otra, la que se debe a la acción personal o colectiva de
los gobernantes o de los agentes políticos en general.

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