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Primera edición: septiembre de 2003

Segunda edición: agosto de 2005


D.R. © Suprema Corte de Justicia de la Nación
Av. José María Pino Suárez Núm. 2
C.P. 06065, México, D.F.

ISBN-970-712-506-3

Impreso en México
Printed in Mexico

La edición de esta obra estuvo al cuidado de la Dirección General


de la Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Las garantías
de igualdad
Colección Garantías individuales, Núm. 3
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Ministro Mariano Azuela Güitrón


Presidente

Primera Sala
Ministra Olga María Sánchez Cordero de García Villegas
Presidenta
Ministro José Ramón Cossío Díaz
Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo
Ministro Juan N. Silva Meza
Ministro Sergio A. Valls Hernández

Segunda Sala
Ministro Juan Díaz Romero
Presidente
Ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano
Ministro Genaro David Góngora Pimentel
Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos
Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia

Comité de Publicaciones y Promoción Educativa


Ministro Mariano Azuela Güitrón
Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos
Ministra Olga María Sánchez Cordero de García Villegas

Comité Editorial
Dr. Armando de Luna Ávila
Secretario Ejecutivo de Administración

Dr. Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot


Secretario Ejecutivo Jurídico Administrativo

Mtra. Cielito Bolívar Galindo


Directora General de la Coordinación de
Compilación y Sistematización de Tesis

Lic. Laura Verónica Camacho Squivias


Directora General de Difusión

Dr. Lucio Cabrera Acevedo


Director de Estudios Históricos
CONTENIDO

Presentación .................................................... 9

I. Concepto de igualdad ............................... 11

1. La igualdad a través de la historia ..... 15


a) Grecia y Roma ............................... 15
b) Edad Media .................................... 20
c) Renacimiento .................................. 23
d) Ilustración ...................................... 26
e) La igualdad en México ................. 30

II. Concepto de garantías de igualdad ...... 33

III. Artículos constitucionales que contie-


nen las garantías de igualdad ..................... 35

IV. Las garantías del artículo 1o. constitu-


cional ................................................................ 39
5
6 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

1. Todo individuo goza de las garan-


tías que otorga la Constitución ........... 43
2. Prohibición de la esclavitud ............ 47
3. Prohibición de la discriminación ... 56

V. La garantía del artículo 2o., Apartado B,


constitucional ................................................. 61

VI. Las garantías del artículo 4o. constitu-


cional ................................................................ 65

1. Igualdad del varón y de la mujer ante


la ley ......................................................... 66
2. Derecho a la protección de la salud ... 70
3. Derecho a un medio ambiente ade-
cuado ........................................................ 77
4. Derechos de los niños y los adoles-
centes ........................................................ 85

VII. Las garantías del artículo 5o., primer


párrafo, constitucional .................................. 93

VIII. La garantía del artículo 12 constitu-


cional ................................................................ 99
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 7

1. Prohibición de conceder títulos de no-


bleza, prerrogativas u honores heredi-
tarios ......................................................... 99

IX. Las garantías del artículo 13 constitu-


cional ................................................................ 107

1. Prohibición de procesar mediante


leyes privativas y tribunales espe-
ciales ......................................................... 109
2. Prohibición de fueros ....................... 116

X. La garantía del artículo 31, fracción IV


consticucional ................................................. 125

1. Equidad de las leyes fiscales ........... 126

Bibliografía ...................................................... 133

Normativa nacional e internacional .......... 141


PRESENTACIÓN

El fundamento del principio de igualdad ante


la ley, se encuentra, en el artículo 1o. de la Cons-
titución Política de los Estados Unidos Mexica-
nos, en cuyo texto se señala que toda persona
dentro del territorio nacional goza de las garan-
tías establecidas en ella, lo cual significa que a
ninguna persona que se encuentre en México se
le negará el goce de los referidos derechos pú-
blicos subjetivos.

Además de abordar el principio de igualdad


legal, en esta obra se da cuenta de muchos as-
pectos de la igualdad alcanzada por las etnias
mexicanas a partir del año 2000; la igualdad
jurídica del varón y la mujer; los derechos a la
salud, a un medio ambiente adecuado y los co-
rrespondientes a la niñez; la libertad de comercio
e industria; la prohibición de conceder títulos
9
10 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

de nobleza, prerrogativas y honores heredita-


rios, así como de procesar mediante leyes pri-
vativas o tribunales especiales, y el principio
de equidad tributaria, previsto en la fracción
IV del artículo 31 constitucional.

Esta segunda edición de Las garantías de


igualdad, número 3 de la Colección Garantías
individuales, se ha elaborado con base en cri-
terios bibliográficos, legales y jurisprudenciales,
con el propósito de que el lector cuente con ele-
mentos suficientes que le permitan profundizar
en el conocimiento de los derechos de igualdad.
Con un lenguaje llano y numerosas referencias
bibliográficas y de tesis generadas en las Épo-
cas Quinta a Novena del Semanario Judicial de
la Federación, la obra se dirige al público en
general y actualiza la pasada edición, lo que
facilitará sin duda su mejor comprensión.

Comité de Publicaciones y Promoción Educativa


de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

Ministro Mariano Azuela Güitrón


Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas
Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos
I. CONCEPTO DE IGUALDAD

Según el Diccionario de la lengua española, la


palabra "igualdad",1 derivada del latín æqua-
litas, -atis, significa "conformidad de algo con
otra cosa en naturaleza, forma, calidad o canti-
dad", así como "correspondencia y proporción
que resulta de muchas partes que uniforme-

1
ÁLVAREZ VIGNOLE DE DEMICHELI, Sofía, Igualdad jurídica de la mujer,
Buenos Aires, Depalma, 1973, pp. 21-22; ARISTÓTELES, Política, trad., prólogo
y notas de Carlos García Gual y Aurelio Pérez Jiménez, Madrid, Alianza Edi-
torial, 1986, pp. 122 y 231; AZUELA GÜITRÓN, Mariano, Derecho, sociedad y
Estado, México, Universidad Iberoamericana, 1995, pp. 91-92; BOBBIO, Nor-
berto, Igualdad y libertad, trad. Pedro Aragón Rincón, Barcelona, Paidós, 1993,
pp. 53-55, 60, 64-65, 69, 72-73, 75, 79, 92-93; BURGOA, Ignacio, Las garantías
individuales, 34a. ed. actualizada, México, Porrúa, 2002, pp. 251-254; CASTRO
Y CASTRO, Juventino V., Garantías y amparo, 11a. ed., México, Porrúa, 2000,
pp. 227-231; DWORKIN, Ronald, Los derechos en serio, trad. Marta Guastavino,
Barcelona, Ariel, 1997, pp. 295 y 332; HÄBERLE, Peter, Libertad, igualdad, frater-
nidad. 1789 como historia, actualidad y futuro del Estado constitucional, trad. Ignacio
Gutiérrez Gutiérrez, Madrid, Minima Trotta, 1998, pp. 39, 49, 58 y 76-77;
TAMAYO Y SALMORÁN, Rolando, "Igualdad jurídica", en VV.AA., Nuevo
diccionario jurídico mexicano, t. III, México, Porrúa/UNAM, 2001, pp. 1905-1908;
MONTIEL Y DUARTE, Isidro, Estudio sobre garantías individuales, 2a. ed. facsi-
milar, México, Porrúa, 1972, p. 63; RECASÉNS SICHES, Luis, Filosofía del derecho,
15a. ed., México, Porrúa, 2001, pp. 589-592; ZIPPELIUS, Reinhold, Teoría general
del Estado. Ciencia de la política, trad. Héctor Fix-Fierro, 3a. ed., México, Porrúa/
UNAM, 1998, pp. 317 y 323-325.

11
12 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

mente componen un todo". 2 Ahora bien, el


propio diccionario alude a la igualdad ante
la ley, y señala que es el "principio que reco-
noce a todos los ciudadanos capacidad para los
mismos derechos".3

El tema de las garantías individuales im-


plica necesariamente relacionar a la igualdad con
la ley. La igualdad mencionada en diversos
artículos de la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos es jurídica, y se traduce
en el tratamiento igualitario que deben recibir
las personas que se encuentren en una deter-
minada situación, regulada por cuerpos norma-
tivos. Así, puede decirse que la igualdad jurídica
es la posibilidad de que gozan las personas
colocadas en un supuesto legal determinado,
de adquirir los mismos derechos y contraer las
mismas obligaciones, es decir, de ser trata-
das de la misma manera.

2
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua española, t. II,
22a. ed., Madrid, Espasa Calpe, 2001, p. 1248.
3
Idem.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 13

Sobre el tema, la Primera Sala de la Supre-


ma Corte de Justicia se pronunció en los si-
guientes términos:

El principio de igualdad o equidad se confi-


gura como uno de los valores superiores del
orden jurídico, lo que significa que ha de ser-
vir de criterio básico para la producción
normativa y su posterior interpretación y
aplicación, de manera que opera para que
los poderes públicos tengan en cuenta que los
particulares que se encuentran en igual situa-
ción de hecho deben ser tratados de la misma
forma, sin privilegio alguno. Es decir, a través
de la equidad se busca colocar a los particu-
lares en condiciones de poder acceder a
derechos superiores, protegidos constitucio-
nalmente, lo que implica eliminar situa-
ciones de desigualdad manifiesta, aunque
ello no significa que todos los individuos se
encuentren siempre y en todo momento y
ante cualquier circunstancia, en condiciones
de absoluta igualdad, pues dicho principio
se refiere a la igualdad jurídica que debe tra-
ducirse en la seguridad de no tener que
soportar un perjuicio o privarse de un bene-
ficio desigual o injustificado.4

4
Tesis 1a. LXXXI/2002, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, t. XVI, diciembre de 2002, p. 226.
14 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

Reconocer la igualdad de los hombres ante


la ley ha preocupado a numerosas culturas a lo
largo de los siglos. En virtud de movimientos
revolucionarios, los órdenes jurídicos se modifi-
caron para asegurar la igualdad entre quienes
se ubican en los supuestos regulados por nor-
mas determinadas.

Pero la igualdad no puede ser absoluta.


Las innegables diferencias que acusan entre
sí los miembros de una sociedad obligan a la
legislación a adecuar su contenido a aquéllas.
Por ejemplo, no sería posible que a todas las per-
sonas se les cobraran exactamente los mismos
impuestos, pues ello conculcaría el principio
de equidad tributaria, que según el Pleno de la
Corte "implica que las normas tributarias de-
ben tratar de manera igual a quienes se en-
cuentren en una misma situación y de manera
desigual a los sujetos de gravamen que se
ubiquen en una situación diversa".5 Por ello,
cuando un juzgador resuelve un caso que
obliga a dar a las partes un trato en apariencia
desigual, es necesario que jurídicamente se

5
Tesis P./J. 50/2002, ibidem, p. 6.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 15

justifique la aplicación de una ley de modo


diferente para dos o más personas.

En síntesis, el derecho toma en cuenta las


diferencias que deben considerarse para re-
gular ciertas situaciones jurídicas. Esto origina
la actualización del principio aristotélico que
dispone tratar a los iguales de modo igual, y
desigualmente a los desiguales. Por lo demás,
los fines de la justicia no deben soslayar la
igualdad esencial de los hombres, radicada en
la dignidad que todos ellos tienen y por cuya
causa se les han reconocido numerosos dere-
chos fundamentales.

1. La igualdad a través de la historia6

a) Grecia y Roma

Del siglo VII a principios del V a.C., la sociedad


griega estuvo dominada por clanes donde se

6
ENCYCLOPÆDIA BRITANNICA PUBLISHERS, LTD., Enciclopedia
Hispánica, vols. 6 y 7, Estados Unidos de América, Encyclopædia Britannica
Publishers, Ltd., 1991-1992, pp. 17-18 y 177; GIERKE, Otto Von, Teorías políticas
de la Edad Media, trad. Piedad García Escudero, Madrid, Centro de Estudios
Constitucionales, 1995, pp. 72-73, 124-125 y 127-128; MORINEAU IDUARTE,
Marta y Román Iglesias González, Derecho romano, 4a. ed., México, Oxford
University Press, 2002, pp. 40 y 44; PIJOAN, José, Historia universal, t. IV, México,
16 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

agrupaban familias poderosas con un supuesto


antepasado mítico. En muchos lugares apare-
cieron las polis, ciudades-Estado con unidad
política soberana donde desde el principio se
establecieron diferencias entre unos grupos
sociales y otros. Así, el rey y los nobles se encar-
gaban de la tierra y el ganado e integraban un
consejo, mientras que el pueblo, formado por
campesinos y artesanos, se hallaba represen-
tado por la asamblea, que normalmente no
hacía más que ratificar las decisiones del conse-
jo; por último, los siervos y los esclavos no
podían intervenir en la vida política. La legis-
lación griega determinó que los esclavos no
podían ser soldados ni participar en las asam-
bleas; asimismo, podían ser vendidos como
cosas y sólo tenían autorización para participar
en actividades comerciales y religiosas.

Salvat Mexicana de Ediciones, 1980, pp. 37-38; SOT, Michel, Anita Guerreau-
Jalabert y Jean-Patrice Boudet, "Lo extraño medieval", en RIOUX, Jean-Pierre y
Jean François Sirinelli (coords.), Para una historia cultural, México, Taurus, 1999,
pp. 177, 181-182, 187-192; TRUYOL Y SERRA, Antonio, Historia de la filosofía del
derecho y del Estado. 2. Del Renacimiento a Kant, 2a. ed., Madrid, Alianza Univer-
sidad Textos, 1982, pp. 3-4, 25-26, 28, 62, 75, 113, 120, 132, 151-152, 154, 273,
275-276, 279, 288-289, 291-292, 297-299, 307-308 y 310; VILLORO TORANZO,
Miguel, Lecciones de filosofía del derecho, 4a. ed., México, Porrúa, 1999, pp. 127-136
y 138-139.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 17

A principios del siglo VIII, los griegos co-


menzaron a conquistar las costas del Medite-
rráneo, de ahí que su civilización se expandiera
hasta instaurar imperios culturales y económi-
cos. El desarrollo económico conllevó el sur-
gimiento de una clase de hombres libres que
se enriquecían gracias al comercio. En conse-
cuencia, la aristocracia se debilitó, pero no dejó
de gozar de numerosos privilegios que, a la
larga, produjeron revueltas por parte del pue-
blo bajo. Esas revueltas no implicaron el fin de
la sociedad griega estratificada, sino que sólo
inclinaron a Solón, legislador ateniense, a pro-
mover reformas sociales y económicas para
estabilizar las relaciones entre los diversos esta-
mentos existentes; así, por ejemplo, promulgó
una ley que prohibía hipotecar a las personas
y vender a los deudores como esclavos, lo que
marcó el principio de la igualdad civil.

En su Política, Aristóteles se pronunció a


favor de la esclavitud, si bien apoyó el gobierno
democrático y observó que "igualdad es lo
justo, y lo es, pero no para todos, sino para los
iguales. Y lo desigual parece que es justo, y lo
18 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

es, pero para los desiguales".7 Por su parte, los


filósofos estoicos reputaban a la igualdad un
ideal ético que debía perseguir la humanidad.

En cuanto a Roma, el servus (esclavo) era


tomado por una cosa, de ahí que no pudiera
sostener relaciones jurídicas ni gozar de dere-
chos políticos. La sociedad romana se dividía
en dos clases de ciudadanos: patricios y ple-
beyos; los primeros tenían "padres o ascen-
dencia conocida", mientras que los segundos
constituían la gran masa de la población. Am-
bas clases formaban el populus y se reunían en
asambleas llamadas comicios, cuyos Magistra-
dos, en un principio, sólo podían elegirse de
entre los patricios. Los plebeyos solían aban-
donar la ciudad y refugiarse en algún lado para
hacer sentir su ausencia, costumbre que, a la
larga, permitió la existencia de Magistrados
plebeyos —tribunos de la plebe— en los co-
micios. Poco a poco, los plebeyos conquistaron
ciertos derechos, como contraer matrimonio
con patricios.

7
ARISTÓTELES, op. cit., pp. 122 y 231.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 19

Sin embargo, las ventajas obtenidas por los


plebeyos no implicaron que la igualdad privara
entre todos los romanos. Había que ser libre,
ciudadano y jefe de familia para adquirir perso-
nalidad jurídica. La pérdida de alguna de esas
características acarreaba una disminución en
la capacidad. En cuanto a los extranjeros, no eran
considerados ciudadanos, de manera que su
situación jurídica no se regía por el derecho
civil romano, sino por el ius gentium.

Gracias a la expansión de la filosofía es-


toica y a las ideas de Cicerón, se concibió la
existencia de principios éticos referidos al dere-
cho; la idea era que debía existir un mismo
derecho para todos los hombres, lo que entra-
ñaría instaurar un Estado republicano que
asegurara la igualdad. Finalmente, durante la
época tardía —comenzada en el siglo III d.C.—
del derecho romano, la influencia del cristia-
nismo, postulante de la igualdad entre los
hombres, hizo decaer a instituciones como la
esclavitud.
20 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

b) Edad Media

De los siglos V a XV de nuestra era, la visión del


mundo y del universo fue teocéntrica. La con-
cepción de la vida y del destino de la huma-
nidad se fundaban en Dios y, en concreto, en
la Revelación Cristiana. El desarrollo de la cul-
tura estuvo en manos de la Iglesia. Esta época
ha sido clasificada en Alta Edad Media, Edad
Media Central y Baja Edad Media; la primera
tuvo lugar de los siglos V a X, en tanto que la
segunda ocurrió del siglo XI al XIII; por último,
la tercera comprendió los siglos XIII a XV, para
ser superada por el Renacimiento. Aunque se
considere a la Edad Media como un periodo
oscuro, en ella sucedieron importantes avances
culturales; por ejemplo, durante la Edad Media
Central proliferaron las escuelas y se creó la
universidad, progresó la escritura y el enri-
quecimiento de las ideas cultas originó la es-
colástica, representada por Anselmo, Pedro
Abelardo y Tomás de Aquino, entre otros.

El pensamiento político medieval era de-


ductivo, y la creencia absoluta en los dogmas
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 21

y las tradiciones religiosas impedía hacer críti-


cas agudas y rigurosas sobre muchos temas.
Se concebía al universo como un todo articulado,
y a cada ente colectivo e individual como una
parte de ese todo, determinada por el fin del
universo y, a su vez, con un fin propio. Al mis-
mo tiempo, el fin del individuo debía, directa
o indirectamente, influir en el de la comunidad
a la que pertenecía. Como creían que el mundo
es un único organismo regido por la ley divina,
los principios que lo conforman deben repro-
ducirse en la constitución de cada parte
integrante. Por tanto, cada ser concreto es una
copia reducida del mundo, un microcosmos, con-
cepción aplicable no sólo a los individuos aisla-
damente considerados, sino también a los grupos
humanos en general.

Bajo esta línea de pensamiento, diversos


filósofos crearon teorías donde se manifiesta
cierta preocupación por la igualdad humana.
Por ejemplo, Juan de Salisbury se pronunció en
favor de un adecuado reparto de funciones entre
los miembros de la comunidad, y de la adecua-
da composición, fuerza y condición de cada
22 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

uno de ellos. Por su parte, Egidio Colonna dis-


tinguió entre la justicia conmutativa, tendiente
a regular las relaciones entre los miembros y
asegurar así su equilibrio, y la distributiva, que
permite distribuir entre los miembros, propor-
cionalmente, fuerza vital y movimiento, para
impedir el fin del equilibrio.8

No obstante, como era imposible la existen-


cia aislada de algún individuo, se hizo necesa-
rio que hubiera diferencias sociales, profesionales
y de estado, de ahí que quienes pertenecían al
cuerpo político o al eclesiástico no fueran
iguales entre sí, lo que los obligaba a integrarse
a agrupaciones determinadas. La sociedad
medieval se dividió en tres clases sociales pri-
vilegiadas: clero, nobleza y oligarquía urba-
na. De ellas estaban excluidos los siervos o
vasallos, quienes debían sufrir la dominación
de los terratenientes y rendirles homenaje y
obediencia, manifestación del régimen de
servidumbre.

8
TRUYOL Y SERRA, Antonio, op. cit., p. 125.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 23

c) Renacimiento

Las características típicas del Renacimiento


empezaron a percibirse desde el siglo XV y con-
tinuaron hasta el XVII. Su rasgo peculiar es el
individualismo. El interés del hombre se aparta
de lo trascendente y se dirige a lo inmanente;
la cultura se secularizó, pues el teocentrismo
propio del medioevo fue sustituido por el an-
tropocentrismo. Por lo demás, se dio un nuevo
sentido al papel del hombre en la configuración
del mundo social e histórico.

Para los renacentistas, los problemas del


hombre cobran una importancia inusitada. Los
valores terrenos y la personalidad humana fueron
exaltados y criticados, pero de un modo riguroso
y agudo, no coartado por dogmas o creencias
religiosos, como ocurría en la Edad Media. Se esti-
maba que el hombre necesita vivir en un Estado
cuyas condiciones sean justas, de modo que a
menudo se debatía sobre las posibles formas que
debía asumir el Estado.9

9
VILLORO TORANZO, Miguel, op. cit., pp. 127-136 y 138-139.
24 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

El pensamiento renacentista denota la in-


fluencia de las grandes corrientes filosóficas de
la antigüedad, tales como el aristotelismo, el pla-
tonismo y el estoicismo. Deja de ser un pen-
samiento deductivo y se vuelve inductivo, de
ahí que, antes de alcanzar conclusiones gene-
rales, se ocupe de cuestiones particulares. Así,
diversos pensadores desarrollaron teorías donde
se percibe la preocupación por la igualdad hu-
mana.10 Juan Luis Vives, por ejemplo, se mostró
partidario de la equidad como medio para hacer
más justa la aplicación de las leyes, y señaló
que la adecuada distribución de la riqueza era
necesaria para asegurar la paz de los pueblos.11
Por su lado, Thomas More, autor de Utopía,12
advirtió que las leyes parecían haber sido he-
chas para que los ricos explotaran a los pobres
y criticó el abandono en que vivían las masas.
Su oposición a la desigualdad se reflejó en la
organización de Utopía, la isla que describe en
la más famosa de sus obras, y donde existe la
comunidad de bienes complementada con la exi-

10
Idem.
11
TRUYOL Y SERRA, Antonio, op. cit., p. 26.
12
Ibidem, p. 28.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 25

gencia de que todos sus habitantes trabajen du-


rante cierto tiempo, para que puedan dedicarse
también al cultivo del espíritu y al ocio. Ade-
más, en Utopía existe un régimen concreto de la
propiedad, planeado según lo que más conven-
ga a la comunidad. Ese ideal igualitario se mini-
miza por aceptarse instituciones como la
eutanasia y la esclavitud, que More estableció
en su Utopía por la influencia de la filosofía
griega. Jean Bodin, uno de los principales teóri-
cos del Estado durante el Renacimiento, ob-
servó que la desigualdad de la propiedad
generaba sediciones y cambios de repúblicas, de
ahí que abogara por la estabilidad de las leyes
y la justa distribución de la riqueza.13 Por últi-
mo, Luis de Molina se preocupó especialmente
por los problemas de la propiedad y la esclavi-
tud. Aunque no estigmatizaba esta última,
consideraba que el dominio ejercido por el
señor sobre su esclavo no lo autorizaba a dispo-
ner de su vida, integridad o salud. Ante todo,
Molina quiso conciliar la esclavitud con las
exigencias éticas del cristianismo.

13
Idem, p. 113.
26 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

d) Ilustración

Durante el siglo XVII surgió una "filosofía


moderna" caracterizada por el racionalismo y
el individualismo. Se intentó aplicar a los pro-
blemas políticos y jurídicos el método mate-
mático desarrollado por Copérnico, Kepler y
Galileo, a fin de llegar a un sistema racional de
preceptos universalmente válidos. Asimismo,
la idea del contrato se consideró un elemento
constitutivo de la sociedad.

La escuela filosófica de la Ilustración es


eminentemente práctica. Las luchas políticas y
religiosas la movieron a fundamentar un go-
bierno temporal que atemperara el pluralismo
ideológico, así como uno espiritual fragmen-
tado por la Reforma protestante.14 Por tanto, se
favoreció al absolutismo y al despotismo ilus-
trado, además de que se propugnó la sumisión
de la Iglesia al poder civil. Para imponer límites

14
La Reforma fue un movimiento radical surgido en la Iglesia de Occidente
a lo largo del siglo XVI. Planteó problemas doctrinales trascendentes para
el cristianismo, dando lugar a la separación de algunas iglesias, conocidas con el
nombre de protestantes. ENCYCLOPÆDIA BRITANNICA PUBLISHERS, LTD.,
op. cit., vol. 12, p. 262.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 27

al absolutismo, fue preciso instaurar el equi-


librio de poderes, afirmar los derechos natura-
les del hombre, lograr la separación entre la
Iglesia y el Estado —base de la tolerancia reli-
giosa— y, por último, exaltar el principio de
soberanía popular, germen de movimientos
revolucionarios.

La formulación de los derechos naturales


del hombre tuvo como máximo representante
a Jean Jacques Rousseau, quien, por haber
nacido con un estatus que lo hizo víctima de
muchas injusticias, desde pequeño ansió que
la igualdad privara entre los hombres. Según
Rousseau, la desigualdad es de dos tipos: a) na-
tural o física, consistente en las diferencias
inevitables de edad, salud o aptitudes que hay
entre los hombres, y b) moral o política, tradu-
cida en que unos tengan privilegios de los que
otros carecen. Esta segunda desigualdad es hu-
mana y entraña la problemática de cómo hacer-
la desaparecer.

Rousseau suponía que todos los hombres


eran naturalmente buenos, libres e iguales entre
28 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

sí —aunque desiguales físicamente—, y consi-


deraba que la institución de la propiedad pri-
vada había desatado la desigualdad y la
codicia. La desigualdad entre ricos y pobres se
agudizó con la existente entre señores y escla-
vos, hasta que, en las sociedades modernas, se
"niveló" la servidumbre. Con base en esta desi-
gualdad, Rousseau desarrolló la doctrina de
que la ley es la expresión de la voluntad general
y tiene validez para todos. Luego, todas las
personas deben ser iguales ante la ley, de modo
que se obtenga una igualdad jurídica gene-
ral que motive el interés de todos en que la ley
se cumpla. Estas ideas influyeron en el estallido
de la Revolución francesa y se reflejaron en
la Declaración de los derechos del hombre y del ciuda-
dano (1789), cuyo artículo primero establece
la libertad e igualdad de derechos para todos
los hombres.

Después de Rousseau, las ideas sobre el


contrato social y la igualdad ante la ley se refle-
jaron en otras ideologías. Así, en el Bill of Rights
(Carta de Derechos) de Virginia se estableció
que los hombres gozan de idéntica libertad
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 29

natural y originaria, así como de derechos inna-


tos. Por su parte, James Wilson ponderó que el
Estado es un pacto entre los ciudadanos en aras
del bien común, a fin de que cada cual goce
pacíficamente de lo suyo y actúe con justicia
respecto de los demás; que la ley tenga un fun-
damento contractual se justifica porque los
hombres son naturalmente libres e iguales, así
que no pueden ser obligados a nada sin su con-
sentimiento. Thomas Jefferson también defen-
dió la igualdad natural y los derechos innatos
de los hombres, y su pensamiento influyó en el
contenido de la Declaración de Independencia
de las colonias inglesas en América.

En Europa, el marqués de Condorcet indi-


có que la desigualdad nace del hecho de que
los bienes y la instrucción no estén al alcance
de todos; condenó los privilegios de la nobleza
y se manifestó en favor de la igualdad jurídica
de los sexos, lo que entrañaba el derecho de
sufragio para la mujer.15

15
Estas consideraciones feministas fueron tratadas en Inglaterra por Mary
Wollstonecraft, quien abogó por la dignidad, la educación y la independencia
económica de las mujeres.
30 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

La Declaración de los derechos del hombre y


del ciudadano estableció que los hombres nacen
y permanecen iguales, y que la sociedad debe
conservar los derechos naturales del hombre,
a saber, "la libertad, la propiedad, la seguridad
y la resistencia a la opresión"; en esa declara-
ción no se habló específicamente de la igualdad.
En la propia Francia, la codificación napoleónica
contempló la igualdad civil y la libertad
individual, en documentos como el Código
Civil (1804) —o "Código Napoleón"—, el Códi-
go de Comercio (1806) y el Código Penal (1810).

e) La igualdad en México

Antes de la Conquista, la situación social de


los habitantes de México era de una profunda
desigualdad. Existían diversas clases sociales
—nobleza, sacerdocio y pueblo— jerarquizadas
y la esclavitud. Esto no mejoró a causa de la
dominación española, pues solamente los espa-
ñoles podían desempeñar puestos gubernati-
vos. Pese a que, sobre la base de consideraciones
cristianas, se dictaron medidas protectoras en
favor de los indios, la desigualdad que éstos
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 31

sufrían rayaba en la esclavitud, sobre todo por


instituciones como la encomienda.16 Aun cuan-
do la esclavitud propiamente dicha no se
extendió en la Colonia, prevaleció durante la
dominación española y se contrajo a los negros,
quienes eran traídos de África para desempe-
ñar labores no aptas para los indios. Por otra
parte, la administración de justicia no era impar-
tida para todos por los mismos Jueces. La com-
petencia jurisdiccional se limitaba en razón de
la calidad de las partes. Existían los fueros
personales, en cuya virtud un sujeto de cierta
categoría profesional —eclesiástico o militar,
por ejemplo— sólo podía ser juzgado por sus
pares.

La igualdad jurídica se estableció al abo-


lirse la esclavitud. En las postrimerías del
gobierno virreinal se expidieron cédulas ten-
dientes a suprimirla. El 6 de diciembre de 1810,
Miguel Hidalgo y Costilla emitió una proclama

16
Por medio de la encomienda, algunas comunidades indígenas quedaban
a cargo de un conquistador o colonizador; éste realizaba obligaciones tutelares,
militares y religiosas a favor de los indígenas, quienes, a su vez, debían dar a
cambio trabajo y tributos. BERNAL, Beatriz, "Encomienda", en VV.AA., Nuevo
diccionario jurídico mexicano, t. II, op. cit., p. 1508.
32 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

donde ordenó que los dueños de esclavos de-


bían liberarlos so pena de muerte. En 1812, la
Constitución de Cádiz proscribió la esclavitud
en su artículo 5o., que reputaba españoles a "to-
dos los hombres libres nacidos y avecindados
en los domicilios de las Españas y los hijos de
éstos". Por su parte, la Constitución de Apatzin-
gán declaró, en su artículo 13, que "todos los na-
cidos en América se reputan ciudadanos",
mientras que el diverso 24 dispuso: "La felicidad
del pueblo y de cada uno de sus ciudadanos
consiste en el goce de la igualdad, seguridad,
propiedad y libertad".

Las Constituciones posteriores, incluyendo


la vigente, estipularon la igualdad jurídica del
hombre en varios aspectos. Así, por ejemplo,
la Constitución de 1824 proscribió los fueros
personales, mientras que la centralista de 1836
abolió la esclavitud. En síntesis, desde los co-
mienzos de la independencia nacional trató de
establecerse la igualdad jurídica en favor de to-
dos los mexicanos.
II. CONCEPTO DE GARANTÍAS DE
IGUALDAD

Las garantías de igualdad pueden definirse


17

como los derechos públicos subjetivos que toda


persona puede oponer a los órganos del Estado,
a fin de recibir un trato acorde con la situación
jurídica en que se encuentren, evitando así
situaciones discriminatorias, basadas en
características irrelevantes para los supuestos
contemplados por las leyes.

Demostrada por la experiencia histórica la


necesidad de garantizar, entre otros derechos,
la igualdad de los hombres ante la ley, el cons-
titucionalismo mexicano se dedicó a proteger
la igualdad existente entre todos los mexicanos.

17
BURGOA, Ignacio, op. cit., pp. 254-256; CARPIZO, Jorge, La Constitución
mexicana de 1917, 9a. ed., México, Porrúa, 1995, pp. 144-145; LARA PONTE,
Rodolfo, Los derechos humanos en el constitucionalismo mexicano, México, Porrúa/
UNAM, 1997, pp. 44 y 166-167.

33
34 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

Para lograr la convivencia social en el marco


del imperio de las leyes y el rechazo a la discri-
minación por motivos como la raza, el sexo o
la religión, entre otros, el Poder Constituyente,
sin olvidar la evolución que en el plano inter-
nacional ha tenido el principio de igualdad, se
ha dedicado a velar por la igualdad jurídica
mediante reformas y adiciones al texto constitu-
cional, a fin de garantizar el justo trato iguali-
tario que los hombres merecen.
III. ARTÍCULOS CONSTITUCIONALES
QUE CONTIENEN LAS GARANTÍAS
DE IGUALDAD

Las garantías de igualdad se encuentran esta-


blecidas por los artículos 1o.; 2o., Apartado B;
4o.; 5o., primer párrafo; 12; 13 y 31, fracción
IV, todos de la Constitución Política de los Esta-
dos Unidos Mexicanos.18

El artículo 1o. dispone que todos los indivi-


duos que se encuentren en los Estados Unidos
Mexicanos gocen de las garantías que otorga
la Constitución; es decir, establece el principio
de igualdad legal para cualquier persona ubi-
cada en el territorio de la República. Más aún,
proscribe la esclavitud y la discriminación

18
CARPIZO, Jorge, op. cit., p. 143, y Estudios constitucionales, 7a. ed., México,
Porrúa/UNAM, 1999, p. 485; CASTRO, Juventino V., op. cit., p. 228; FIX-ZAMU-
DIO, Héctor y Salvador Valencia Carmona, op. cit., p. 418; VV.AA., Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos. Comentada y concordada, t. I, 17a. ed.,
México, Porrúa/UNAM, 2003, pp. 1-15, 67-112 y 174-193.

35
36 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

nacida de motivos étnicos, religiosos, políticos


o de género, entre otros.

Por su parte, el Apartado B del artículo


2o. constitucional aborda lo relativo a las con-
diciones de igualdad que deben privar en las
comunidades indígenas, así como las acciones
que debe ejecutar el Estado para promover la
igualdad de oportunidades de los indígenas y
eliminar la discriminación.

El artículo 4o. contiene una serie de dere-


chos garantizados. En primer lugar, indica la
igualdad jurídica del varón y de la mujer. Ade-
más, contempla los derechos a la salud, a un
medio ambiente adecuado y a que los niños
cuenten con todos los elementos necesarios para
su debido desarrollo.

El primer párrafo del artículo 5o. consagra


el libre ejercicio de cualquier comercio o indus-
tria a todas las personas, sin distinciones basa-
das en nacionalidad, raza, sexo, etcétera.

Por otro lado, el artículo 12, uno de los po-


cos preceptos que no ha sufrido cambio alguno
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 37

desde la expedición de la actual Constitución


Federal, impide la concesión de títulos de no-
bleza, prerrogativas y honores hereditarios.

Finalmente, el artículo 13 prohíbe el pro-


cesamiento por leyes privativas o tribunales
especiales y declara abolidos los fueros, con la
salvedad del militar.

Aun cuando la doctrina no suela situarla


dentro de las garantías de igualdad, la fracción
IV del artículo 31 prevé el principio de equidad
tributaria, tratado profusamente por la juris-
prudencia del Poder Judicial de la Federación,
que lo ha considerado una garantía de igualdad.
IV. LAS GARANTÍAS DEL ARTÍCULO
1O. CONSTITUCIONAL

Originalmente, el artículo 1o. de la Constitu-


ción Federal tenía un solo párrafo; el 14 de
agosto de 2001 se adicionaron otros dos, para
quedar así:

Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexica-


nos todo individuo gozará de las garantías
que otorga esta Constitución, las cuales no po-
drán restringirse ni suspenderse, sino en los
casos y con las condiciones que ella misma
establece.
Está prohibida la esclavitud en los Estados
Unidos Mexicanos. Los esclavos del extran-
jero que entren al territorio nacional alcanza-
rán, por este solo hecho, su libertad y la
protección de las leyes.
Queda prohibida toda discriminación moti-
vada por origen étnico o nacional, el género,
la edad, las capacidades diferentes, la con-
dición social, las condiciones de salud, la
39
40 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

religión, las opiniones, las preferencias, el es-


tado civil o cualquier otra que atente contra
la dignidad humana y tenga por objeto anular
o menoscabar los derechos y libertades de
las personas.

En estas líneas se establece el principio de


igualdad, incompatible con la esclavitud y la
discriminación, prohibidas terminantemente
por los últimos dos párrafos del precepto.19 Esta
garantía debe respetarse desde que se elabo-
ra la ley, de ahí que el legislador deba atenerse
a ciertos criterios, como lo indicó la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia:

La igualdad en nuestro texto constitucional


constituye un principio complejo que no sólo
otorga a las personas la garantía de que serán
iguales ante la ley (en su condición de des-
tinatarios de las normas y de usuarios del
sistema de administración de justicia), sino

19
ARISTÓTELES, op. cit., pp. 46-49 y 51; BADILLO, Elisa et al., Los derechos
humanos en México (Breve introducción), México, Porrúa/CNDH, 2001, pp. 18-19
y 21; BURGOA, Ignacio, op. cit., pp. 261-262 y 265-272; CASTRO, Juventino V.,
op. cit., pp. 229; DOCKÉS, Pierre, La liberación medieval, trad. María C. Díaz, 2a.
ed., México, FCE, 1995, pp. 12-14 y 17-19; GÓMEZ-ROBLEDO VERDUZCO,
Alonso, "Discriminación", en VV.AA., Nuevo diccionario jurídico mexicano, t. II,
op. cit., pp. 1365-1366; y VV.AA., Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Comentada y concordada, t. I, op. cit., pp. 5-9 y 11-14.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 41

también en la ley (en relación con su conte-


nido). El principio de igualdad debe enten-
derse como la exigencia constitucional de
tratar igual a los iguales y desigual a los desi-
guales, de ahí que en algunas ocasiones
hacer distinciones estará vedado, mientras
que en otras estará permitido o, incluso,
constitucionalmente exigido. En ese tenor,
cuando la Suprema Corte de Justicia de la
Nación conoce de un caso en el cual la ley
distingue entre dos o varios hechos, sucesos,
personas o colectivos, debe analizar si dicha
distinción descansa en una base objetiva y
razonable o si, por el contrario, constituye una
discriminación constitucionalmente vedada.
Para ello es necesario determinar, en primer
lugar, si la distinción legislativa obedece a
una finalidad objetiva y constitucionalmente
válida: el legislador no puede introducir
tratos desiguales de manera arbitraria, sino
que debe hacerlo con el fin de avanzar en la
consecución de objetivos admisibles dentro
de los límites marcados por las previsiones
constitucionales, o expresamente incluidos
en ellas. En segundo lugar, es necesario exa-
minar la racionalidad o adecuación de la dis-
tinción hecha por el legislador: es necesario
que la introducción de una distinción cons-
tituya un medio apto para conducir al fin u
42 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

objetivo que el legislador quiere alcanzar, es


decir, que exista una relación de instrumen-
talidad entre la medida clasificatoria y el fin
pretendido. En tercer lugar, debe cumplirse
con el requisito de la proporcionalidad: el
legislador no puede tratar de alcanzar obje-
tivos constitucionalmente legítimos de un
modo abiertamente desproporcional, de ma-
nera que el juzgador debe determinar si la
distinción legislativa se encuentra dentro del
abanico de tratamientos que pueden consi-
derarse proporcionales, habida cuenta de la
situación de hecho, la finalidad de la ley y
los bienes y derechos constitucionales afec-
tados por ella; la persecución de un objetivo
constitucional no puede hacerse a costa de una
afectación innecesaria o desmedida de otros
bienes y derechos constitucionalmente pro-
tegidos. Por último, es de gran importancia
determinar en cada caso respecto de qué se
está predicando con la igualdad, porque esta
última constituye un principio y un derecho
de carácter fundamentalmente adjetivo que
se predica siempre de algo, y este referente es
relevante al momento de realizar el control
de constitucionalidad de las leyes, porque la
Norma Fundamental permite que en algunos
ámbitos el legislador tenga más amplitud
para desarrollar su labor normativa, mien-
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 43

tras que en otros insta al Juez a ser especial-


mente exigente cuando deba determinar si
el legislador ha respetado las exigencias
derivadas del principio mencionado.20

1. Todo individuo goza de las garantías que


otorga la Constitución

La primera parte del artículo en comento esta-


blece el principio de igualdad; al señalar que
"todo individuo" gozará de las garantías conte-
nidas en la Norma Suprema, significa que a nin-
guna persona —ni aun los extranjeros, para
quienes, sin embargo, hay ciertas limitacio-
nes—21 que se encuentre en México se le negará
el goce de las garantías individuales. La expre-
sión "todo individuo" se refiere no sólo a las
personas físicas —incluso las que se hallan su-
jetas a un proceso o privadas de la libertad—,
sino también a las morales, tanto privadas
como oficiales y de derecho social, tales como
los organismos descentralizados.

20
Tesis 1a. CXXXII/2004, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, t. XX, diciembre de 2004, p. 362.
21
Consúltese, por ejemplo, el artículo 8o. constitucional.
44 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

En torno a quiénes son los titulares de las


garantías individuales, el Pleno de la Suprema
Corte de Justicia expresó:

Al establecer el artículo 1o., párrafo primero,


de la Ley Fundamental, que todo individuo
gozará de las garantías individuales que en
ella se consagran, no hace distinción alguna
respecto de quiénes serán los titulares, desti-
natarios o sujetos beneficiados con dichas
garantías, y ni siquiera distingue si se trata
de un indiciado, procesado o condenado
por un delito.22

La segunda parte del primer párrafo indica


que las garantías individuales sólo pueden res-
tringirse o suspenderse en los casos y con las
condiciones establecidas por la propia Carta
Fundamental. La restricción de las garantías
puede ejemplificarse con lo dispuesto por los ar-
tículos 8o. y 11 constitucionales. El primero
contempla el derecho de petición, consistente
en que las personas pueden hacer peticiones a
la autoridad, siempre que se formulen por es-

22
Tesis P. XX/2001, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, t. XIV, octubre de 2001, p. 23.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 45

crito y respetuosamente; sin embargo, en mate-


ria política, los extranjeros no pueden hacer uso
de este derecho. Por su parte, el artículo 11 otor-
ga la libertad de tránsito, traducida en que todo
hombre puede entrar y salir de la República
o viajar por ella sin necesidad de requisito
alguno; aun así, "el ejercicio de este derecho es-
tará subordinado a las facultades de la auto-
ridad judicial, en los casos de responsabilidad
criminal o civil, y a las de la autoridad adminis-
trativa, por lo que toca a las limitaciones que
impongan las leyes sobre emigración, inmigra-
ción y salubridad general de la República, o sobre
extranjeros perniciosos residentes en el país".

La suspensión de las garantías sólo pro-


cede al presentarse alguna de las circunstancias
previstas en el artículo 29 constitucional. Esta
suspensión no puede decretarse en contra de
un individuo en particular ni puede durar
indefinidamente.

Que las garantías individuales no puedan


restringirse ni suspenderse sino en los casos y
con las condiciones que la Constitución Federal
46 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

establece, evidencia la voluntad constitucio-


nal de asegurar ampliamente el goce de los
derechos fundamentales, y de que sus limita-
ciones sean concebidas restrictivamente, de
acuerdo con el carácter excepcional que les atri-
buye la Constitución. Así, cuando la acción
legislativa incida en los derechos funda-
mentales, deberá aplicar con especial intensi-
dad las exigencias derivadas de los principios
de igualdad y de no discriminación.23

El principio de igualdad previsto en este


artículo cobró relevancia desde su primitiva
inserción en la Declaración de los derechos del
hombre y del ciudadano, cuyo artículo 1o. indi-
caba: "Los hombres nacen libres y permanecen
libres e iguales en derechos. Las diferencias
sociales no pueden tener otro fundamento que
la utilidad común." Durante el siglo XX, diver-
sos instrumentos internacionales recogieron el
principio para darle validez universal; así, por
ejemplo, la Declaración Universal de los Dere-
chos Humanos, aprobada por la Organización

23
Tesis 1a. CXXXIII/2004, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, t. XX, diciembre de 2004, p. 361.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 47

de las Naciones Unidas (ONU) el 10 de diciem-


bre de 1948, dispone en su artículo 1o.: "Todos
los seres humanos nacen libres e iguales en dig-
nidad y derechos y, dotados como están de
razón y conciencia, deben comportarse frater-
nalmente los unos con los otros." Asimismo, el
artículo 24 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (1969) señala: "Todas las
personas son iguales ante la ley. En consecuen-
cia, tienen derecho, sin discriminación, a igual
protección de la ley."

2. Prohibición de la esclavitud

El segundo párrafo del actual artículo 1o. cons-


titucional era el contenido del artículo 2o. de la
propia Ley Suprema hasta antes del 14 de
agosto de 2001. Este segundo párrafo prohíbe
la existencia de la esclavitud24 en los Estados

24
"Esclavitud", en DE PINA, Rafael y Rafael de Pina Vara, Diccionario de derecho,
31a. ed., México, Porrúa, 2003, p. 272; BERNAL, Beatriz, "Esclavitud", en VV.AA.,
Nuevo diccionario jurídico mexicano, t. II, op. cit., pp. 1536-1538; ENCYCLOPÆDIA
BRITANNICA PUBLISHERS, LTD., op. cit., vol. 6, pp. 244-246; FINLEY, M. I.,
La economía de la antigüedad, trad. Juan José Utrilla, 2a. ed., México, FCE, 1986,
pp. 68-69, 71-72 y 77-79; LÉVÊQUE, P., "Las diferenciaciones sociales en el seno
de la democracia ateniense del siglo V", en LABROUSSE, C. E. et al., Órdenes,
estamentos y clases, trad. Pilar López Mañez, España, Siglo XXI, 1978, p. 7;
VIDAL-NAQUEL, P., "¿Eran los esclavos una clase?", ibidem, pp. 27-28 y 32.
48 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

Unidos Mexicanos, a fin de no hacer nugatorio


el principio de igualdad; en la tesis XCIX/92, el
Pleno de la Corte indicó: "El artículo 2o. de
la Constitución proscribe la esclavitud en los
Estados Unidos Mexicanos. El fin de dicho pre-
cepto consiste en garantizar la libertad del indi-
viduo de cualquier intento de imponer sobre su
persona todo tipo de servidumbre o poder
ilimitado (…)."25

La palabra esclavitud tiene las siguientes


acepciones: "Estado de esclavo" y "Sujeción
excesiva por la cual se ve sometida una persona
a otra, o a un trabajo u obligación."26 La escla-
vitud se ha regulado jurídicamente a través de
los siglos, pues ha sido concebida como una
relación jurídica, en cuya virtud una perso-
na se convierte en una cosa y puede integrar
las propiedades de alguien más. La esclavitud
se ha presentado en numerosas culturas du-
rante toda la historia de la humanidad. Los
pueblos orientales la hicieron parte de sus vidas

25
Tesis P. XCIX/92, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Octava
Época, No. 60, diciembre de 1992, p. 27.
26
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, op. cit., t. I, p. 957.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 49

por razones bélicas y religiosas. Por su parte,


Grecia y Roma, caracterizadas por mantener
largas tradiciones esclavistas, obtenían esclavos
a través de victorias militares. Los prisione-
ros de guerra eran sometidos a la esclavitud,
de modo que sirvieran para labores producti-
vas. La importancia de esta institución en la
antigüedad radicaba en los provechos econó-
micos que podían obtenerse de ella; surgió así
el esclavismo, que, sobre todo en la época
romana, fue profusamente tratado por los
jurisconsultos.

La esclavitud per se consiste en ejercer un


poder de dominio sobre una persona, para efec-
tos que no necesariamente han de entrañar
ganancias económicas, pues puede tener fines
sexuales, por ejemplo. Por su lado, el esclavis-
mo se presenta cuando el esclavo se considera
un recurso indispensable para fines producti-
vos. Para Aristóteles, el esclavo era un "instru-
mento animado", tal como un animal, pero, a
diferencia de éste, era "eficaz"; el propio Estagi-
rita veía en la esclavitud una cuestión determi-
nada por la naturaleza: "El que siendo hombre
50 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

no se pertenece por naturaleza a sí mismo, sino


que es un hombre de otro, ése es, por naturale-
za, esclavo. Y es hombre de otro el que, siendo
hombre, es una posesión, y una posesión como
instrumento activo y distinto."27 Incluso estima-
ba que el estado físico de cada cual suponía que
unos fueran libres y otros, esclavos:

Aquellos cuyo trabajo consiste en el uso de


su cuerpo, y éste es lo mejor de ellos, son
esclavos por naturaleza. Les resulta mejor es-
tar sometidos al poder de otro. Es esclavo
por naturaleza el que puede depender de
otro (por eso es de otro) y el que participa
de la razón en tal grado como para recono-
cerla, pero no para poseerla. La naturaleza
intenta incluso hacer diferentes los cuer-
pos de los esclavos y los de los libres. A los
unos, fuertes para su obligado servicio, y a
los otros débiles e inhábiles para tales me-
nesteres, pero capaces para la vida política.28

A partir del siglo II a.C., Roma se convirtió


en una sociedad eminentemente esclavista,
pues sus conquistas le permitieron adueñarse

27
ARISTÓTELES, op. cit., pp. 48-49.
28
Idem.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 51

de múltiples esclavos, cuyo trabajo se convir-


tió en la base de la economía romana. Esta
situación implicó que las leyes regularan minu-
ciosamente a la esclavitud. Como los esclavos
eran normalmente maltratados, se produjeron
revueltas como la encabezada por el gladiador
tracio Espartaco. Estas situaciones provocaron
el surgimiento de una legislación proteccio-
nista, complementada con el principio romano
del favor libertatis;29 pero ello no impidió que la
institución continuara hasta que, durante el Bajo
Imperio, la falta de conquistas y la influencia
del cristianismo causaran la desaparición
paulatina de la tendencia a esclavizar a otros
pueblos.

Al culminar el poderío romano, se sustitu-


yeron las relaciones políticas entre Estado y
ciudadanos por la vinculación personal en-
tre señores y vasallos. Ello originó el feuda-

29
"Favor de la libertad" o In dubio pro libertate, significaba que, cuando
hubiera duda respecto del modo de manumitir a un esclavo, había que resolver
a favor de la libertad absoluta de éste. Actualmente se refiere a que la interpre-
tación y aplicación de las normas reguladoras de la prisión provisional deben
hacerse con carácter restrictivo y a favor del derecho a la libertad (véase
Sentencia del tribunal constitucional español 98/2002, en Revista Electrónica de
Ciencia Penal y Criminología, http://criminet.ugr.es/recpc).
52 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

lismo, sistema social, económico y político


desarrollado en Europa entre los siglos IX y XII.
El feudalismo partía de la relación de vasallaje,
por la que se instituían obligaciones mutuas
entre un señor y un vasallo. Esta relación se
reproducía en todos los niveles de la sociedad.
A cambio de protección y beneficio, el vasallo
prestaba servicios a su señor. La sociedad
feudal era jerarquizada. En la cúspide figuraban
el rey, el emperador o el papa. En la base, las
clases inferiores, compuestas por campesinos
libres y siervos, sobre quienes recaía el peso de
pagar impuestos. Había también estratos inter-
medios, integrados por nobles, caballeros y
clérigos. La economía era de subsistencia y se
basaba en la agricultura y la ganadería. La esca-
sez de moneda y la inseguridad de los caminos
limitaban el comercio. Las clases más bajas eran
los campesinos y siervos de la gleba, quienes
debían trabajar las tierras. Ahora bien, mien-
tras los campesinos eran hombres libres que
podían ser dueños de algunas tierras, los sier-
vos eran prácticamente esclavos, pues perte-
necían al señor y no tenían propiedades ni
derechos.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 53

Más adelante, algunas potencias mun-


diales vieron en la esclavitud una forma
conveniente de explotar sus tierras. Conquis-
tada América, los españoles esclavizaron a los
naturales; como los indios no contaban con
los atributos físicos necesarios para desempeñar
ciertas labores, los conquistadores prefirieron
importar esclavos negros de África. Sin embar-
go, ello no conllevó la libertad de los indígenas;
antes bien, aparecieron instituciones como la
encomienda30 y el requerimiento,31 meras varia-
ciones de la esclavitud. Los misioneros espa-
ñoles proveyeron a que, con el paso del tiempo,
la Corona dictara medidas proteccionistas en
favor de los indios esclavizados. Con todo, la
esclavitud prevaleció hasta el comienzo de
la independencia mexicana; en 1810, el cura
Miguel Hidalgo y Costilla emitió un bando en
el que ordenó que los dueños de esclavos

30
Véase nota 16.
31
Era un documento en el que se exponía a los indígenas la existencia de
un Dios único, el papado como su representación en la Tierra, la donación hecha
a los Reyes Católicos, el derecho de éstos de ocupar las Indias y el deber de los
indígenas de someterse a la soberanía real y aceptar la fe de Cristo. Debía leerse
a los indígenas antes de hacerles la guerra, lo que les daba la oportunidad de
que aceptaran voluntariamente su situación. Si los indígenas no estaban de acuer-
do, el propio texto establecía que se les haría la guerra, se les quitarían sus
bienes, mujeres e hijos y se les esclavizaría. CRUZ BARNEY, Óscar, Historia del
derecho en México, México, Oxford University Press, 1999, p. 122.
54 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

debían, so pena de muerte, dejarlos libres. Desde


entonces, diversas disposiciones constituciona-
les abogaron por el fin de la esclavitud en todas
sus formas; después de la proclama de Hidalgo,
este interés se mostró en los siguientes docu-
mentos: los Elementos Constitucionales (1811) de
Ignacio López Rayón; la Constitución de Cádiz
(1812); los Sentimientos de la Nación Mexicana
(1813), de Morelos; la Constitución de Apatzin-
gán (1814); el Plan de Iguala (1821); y el Regla-
mento Provisional Político del Imperio Mexicano
(1822). Por último, un decreto de 13 de julio de
1824 declaró abolida por siempre la esclavitud
en México, al prohibir el tráfico de esclavos y
señalar que, al pisar el territorio nacional, los
esclavos del extranjero quedarían libres.

Esta abolición fue reafirmada por las si-


guientes constituciones de México, tales como
las Bases Orgánicas de 1843 y el Estatuto Orgá-
nico Provisional de 15 de mayo de 1856. El
artículo 2o. de la Constitución de 1857 señalaba:
"En la República todos nacen libres. Los esclavos
que pisen el territorio nacional recobran, por
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 55

ese solo hecho, su libertad, y tienen derecho á


la protección de las leyes." El espíritu de este
precepto se mantuvo en la Constitución de
1917, vigente hasta nuestros días.

Como lo ha indicado el Pleno de la Corte,


el fin del segundo párrafo del artículo en co-
mento es "…garantizar la libertad del individuo
de cualquier intento de imponer sobre su per-
sona todo tipo de servidumbre o poder ilimi-
tado".32 Es una garantía congruente con el texto
del primer párrafo del propio artículo; para que
todos los individuos gocen por igual de las
garantías individuales, deben ser libres, pues
hallarse en un estado de subordinación respec-
to de otra persona les impediría ejercer volun-
tariamente sus derechos.

En el plano internacional, el rechazo a la


esclavitud se ha reflejado en varios convenios,
pactos y tratados. En su artículo 6o., la Con-
vención Americana sobre Derechos Humanos
indica: "Nadie puede ser sometido a esclavitud

32
Véase nota 25.
56 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

o servidumbre, y tanto éstas, como la trata de


esclavos y la trata de mujeres están prohibidas
en todas sus formas." Por su parte, el artículo
8o. del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Políticos —en vigor desde el 23 de marzo de
1976— prevé: "Nadie estará sometido a escla-
vitud. La esclavitud y la trata de esclavos estarán
prohibidas en todas sus formas." Esta dispo-
sición se repite en el artículo 4o. de la Declara-
ción Universal de los Derechos Humanos.

3. Prohibición de la discriminación

El 14 de agosto de 2001, al artículo 1o. constitu-


cional se le añadió un tercer párrafo, referido a
la prohibición de la discriminación fundada en
motivos étnicos, de género, de edad, etcétera.
Este principio de no discriminación obliga a no
tratar desigualmente a las personas en razón
de circunstancias accidentales o que ameriten
tolerancia por parte de los demás. Es una rea-
firmación del principio de igualdad contenido
en el primer párrafo del artículo en estudio.

La Primera Sala del más Alto Tribunal ex-


plicó así la no discriminación:
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 57

La Constitución Política de los Estados Uni-


dos Mexicanos establece que todos los hom-
bres son iguales ante la ley, sin que pueda
prevalecer discriminación alguna por razón
de nacionalidad, raza, sexo, religión o cual-
quier otra condición o circunstancia perso-
nal o social, de manera que los poderes
públicos han de tener en cuenta que los par-
ticulares que se encuentren en la misma
situación deben ser tratados igualmente, sin
privilegio ni favor.33

La palabra discriminación, derivada del


latín discriminatio, -onis, significa "acción y efec-
to de discriminar". A su vez, discriminar —de
discriminare— implica "seleccionar excluyen-
do", así como "dar trato de inferioridad a una
persona o colectividad por motivos raciales,
religiosos, políticos, etcétera".34 La discriminación
se presenta cuando, por cuestiones raciales, espi-
rituales o de convicción, el trato dado a las per-
sonas se diversifica, normalmente para ser más
benévolo respecto de unas que de otras.

33
Tesis 1a. C/2001, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, t. XIV, diciembre de 2001, p. 192.
34
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, op. cit., t. I, p. 833.
58 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

Un sector de la doctrina35 ha observado que


este tercer párrafo podría considerarse implí-
cito en el primero; el hecho de que el artículo
en comento diga, en primer lugar, que todos
deben gozar de las garantías, deja de lado la
posibilidad de que, con fundamento en motivos
accidentales, se produzcan tratos no igualita-
rios. Sin embargo, clarificar los detalles que
deben pasarse por alto al tratar a las personas
quizá haya respondido a una necesidad de
especificación; es de observar, a este respecto,
que el señalamiento de casos que no dan lugar
a la discriminación no es limitativo, lo que se
desprende de la frase "o cualquier otra"; es decir,
una persona podría alegar, ante los órganos
competentes del Poder Judicial de la Federación,
que se viola en su perjuicio el artículo 1o. cons-
titucional por haber sido discriminada por
motivos diversos del origen étnico o nacional,
el género, la edad, las capacidades diferen-
tes, la condición social, las condiciones de
salud, la religión, las opiniones, las preferen-
cias y el estado civil.

35
CASTRO, Juventino V., op. cit., p. 229.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 59

Por otra parte, este principio muestra la vo-


luntad de extender la garantía de igualdad a
ámbitos exorbitantes al campo delimitado por
el respeto a los derechos fundamentales otorga-
dos por la Constitución, pues prohíbe que el
legislador incurra en prácticas discriminatorias
por motivos accidentales o cualquier otro que
atente contra la dignidad humana y propenda
a menoscabar los derechos de las personas. En-
tonces, la Constitución pretende extender las
garantías implícitas en el principio de igualdad
al ámbito de las acciones legislativas que im-
pactan la libertad y la dignidad humanas, de
modo que el control de las leyes exige que el
juzgador someta la labor legislativa a un escru-
tinio especialmente cuidadoso desde la pers-
pectiva del respeto a la garantía de igualdad.36

Más allá de lo establecido por el texto cons-


titucional y de la Ley Federal para Prevenir y
Eliminar la Discriminación,37 el Estado mexi-
cano, en atención al artículo 133 de la Ley Fun-

36
Tesis 1a. CXXXIII/2004, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, t. XX, diciembre de 2004, p. 361.
37
Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de junio de 2003.
60 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

damental, ha incorporado a su ordenamiento


interno diversos instrumentos internacionales
relativos a la no discriminación. Entre ellos pue-
den mencionarse los siguientes: el Convenio
111 de la Organización Internacional del Tra-
bajo, Relativo a la Discriminación en Materia
de Empleo y Ocupación (1962), la Convención
Internacional sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación Racial (1975) y la
Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer
(1981).
V. LA GARANTÍA DEL ARTÍCULO 2O.,
APARTADO B, CONSTITUCIONAL

Durante mucho tiempo, las numerosas etnias


autóctonas del país habían sido soslayadas por
el orden jurídico.38 A lo largo de la segunda mi-
tad del siglo XX, el desarrollo del derecho inter-
nacional39 y del interno determinó poner un alto
a la marginación sufrida por los indígenas. Así,
el 14 de agosto de 2001 se reformó el artículo
2o. constitucional para establecer, en dos apar-
tados, los derechos de autodeterminación y de
igualdad de las etnias del país.40

El Apartado A se refiere a los derechos a la


libre determinación y a la autonomía, recono-

38
BADILLO, Elisa et al., op. cit., pp. 121-122; VV.AA., Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos. Comentada y concordada, t. I, op. cit., pp. 40-42 y 45.
39
Gracias a la promulgación de instrumentos como el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, el Convenio número 169 de la OIT sobre Pueblos
indígenas y tribales en países independientes y el Convenio número 107 de la OIT
sobre Poblaciones indígenas y tribales.
40
Esta reforma también incluyó a los artículos 1o., 4o., 18 y 115, por lo que
fue llamada "reforma en materia indígena".

61
62 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

cidos y garantizados por la Constitución en favor


de los indígenas. El fin del segundo de los apar-
tados radica en reconocer y garantizar el de-
recho a la igualdad de oportunidades para los
indígenas, en condiciones que impidan la
discriminación.

El primer párrafo del Apartado B de este


artículo indica:

La Federación, los Estados y los Municipios,


para promover la igualdad de oportuni-
dades de los indígenas y eliminar cualquier
práctica discriminatoria, establecerán las
instituciones y determinarán las políticas nece-
sarias para garantizar la vigencia de los
derechos de los indígenas y el desarrollo
integral de sus pueblos y comunidades, las
cuales deberán ser diseñadas y operadas con-
juntamente con ellos.

Está previsto que las actividades tendentes


a satisfacer las necesidades de igualdad de los
pueblos indígenas sean concurrentes, en el sen-
tido de incluir a la Federación, los Estados y los
Municipios. A fin de crear y asegurar las con-
diciones necesarias para que los derechos de
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 63

los indígenas no sean vulnerados, las autori-


dades de los niveles de gobierno señalados
deberán, entre otras cosas:

1) Impulsar el desarrollo regional de las


zonas indígenas con el propósito de forta-
lecer las economías locales y mejorar las con-
diciones de vida de sus pueblos, mediante
acciones coordinadas entre los tres órdenes
de gobierno, con la participación de las comu-
nidades. Las autoridades municipales deter-
minarán equitativamente las asignaciones
presupuestales que las comunidades admi-
nistrarán directamente para fines específicos;
2) Garantizar e incrementar los niveles de
escolaridad, favoreciendo la educación
bilingüe e intercultural, la alfabetización, la
conclusión de la educación básica, la capaci-
tación productiva y la educación media supe-
rior y superior. Establecer un sistema de becas
para los estudiantes indígenas en todos los
niveles. Definir y desarrollar programas edu-
cativos de contenido regional que reconozcan
la herencia cultural de sus pueblos, de
acuerdo con las leyes de la materia y en con-
sulta con las comunidades indígenas. Impul-
sar el respeto y conocimiento de las diversas
culturas existentes en la nación;
3) Asegurar el acceso efectivo a los servicios
de salud mediante la ampliación de la
64 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

cobertura del sistema nacional, aprove-


chando debidamente la medicina tradicio-
nal, así como apoyar la nutrición de los
indígenas mediante programas de alimenta-
ción, en especial para la población infantil;
4) Mejorar las condiciones de las comunidades
indígenas y de sus espacios para la convi-
vencia y recreación, mediante acciones que
faciliten el acceso al financiamiento público
y privado para la construcción y mejo-
ramiento de vivienda, así como ampliar la
cobertura de los servicios sociales básicos; y
5) Propiciar la incorporación de las mujeres
indígenas al desarrollo, mediante el apoyo
a los proyectos productivos, la protección de
su salud, el otorgamiento de estímulos para
favorecer su educación y su participación en
la toma de decisiones relacionadas con la vida
comunitaria.
VI. LAS GARANTÍAS DEL ARTÍCULO
4O. CONSTITUCIONAL

El artículo 4o. constitucional protege una gama


de derechos fundados en el principio de igual-
dad entre las personas. En primer término,
declara la igualdad del varón y de la mujer ante
la ley; además da derecho a la protección de la
salud, a un medio ambiente sano y a que la ni-
ñez cuente con los elementos necesarios para
su adecuado desarrollo.41 Dentro de este con-
junto de derechos se hallan algunos que

41
AZUELA GÜITRÓN, Mariano, op. cit., pp. 129-130; BADILLO, Elisa et al.,
op. cit., pp. 23, 26, 124-125, 127, 129 y 131; BURGOA, Ignacio, op. cit., pp. 273-278;
CABRERA ACEVEDO, Lucio, El amparo colectivo protector del derecho al ambiente
y de otros derechos humanos, México, Porrúa, 2000, pp. 67-73; CASTRO, Juventino
V., op. cit., pp. 229-230; FIX-ZAMUDIO, Héctor y Salvador Valencia Carmona,
Derecho constitucional mexicano y comparado, 2a. ed., México, Porrúa/UNAM,
2001, pp. 414-416; MUÑOZ DE ALBA MEDRANO, Marcia, "Derecho a la
protección de la salud", en VV.AA., Nuevo diccionario jurídico mexicano, t. II, op.
cit., pp. 1102-1104; GALINDO GARFIAS, Ignacio, Derecho civil, 14a. ed., México,
Porrúa, 1995, pp. 447-450; GÁMIZ PARRAL, Máximo N., Derecho constitucional
y administrativo de las entidades federativas, 2a. ed., México, UNAM, 2000, pp.
266-267; VV.AA., Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Comentada
y concordada, t. I, op. cit., pp. 67-71, 73-74, 76-79, 80-81, 95-99, 101, 104-107;
SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS, Olga, El derecho constitucional
a la protección de la salud, Colección Discursos Núm. 6, México, Suprema Corte de
Justicia de la Nación, 2000, pp. 6-8, 10-11, 16-21, 23, 24 y 29.

65
66 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

pertenecen a los llamados "de tercera genera-


ción", traducidos en el reconocimiento de in-
tereses difusos o colectivos, que deben ser
respetados por consideraciones de solidaridad,
así como para no comprometer el futuro de las
generaciones venideras. Se consideran de ter-
cera generación derechos tales como a la protec-
ción de la salud y a un medio ambiente sano.

1. Igualdad del varón y de la mujer ante la ley

El primer párrafo del artículo en comento se-


ñala: "El varón y la mujer son iguales ante la
ley. Esta protegerá la organización y el desarro-
llo de la familia." El Tercer Tribunal Colegiado
en Materia de Trabajo del Cuarto Circuito, al
referirse al texto transcrito, ha señalado que la
igualdad de los sexos ante la ley "significa que
ésta debe aplicarse por igual a todos los gober-
nados sin consideración de sexo".42

Esta previsión se desprendía ya del conte-


nido del artículo 1o. constitucional, que, al esta-

42
Tesis IV.3o.T.119 L, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, t. XVII, marzo de 2003, p. 1736.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 67

blecer que todos los gobernados gozan de las


garantías individuales, suprime distinciones
basadas en cuestiones de género. No obstante,
la especificación contenida en el párrafo comen-
tado pudo haber respondido a la necesidad de
que el legislador secundario y otras autori-
dades no olvidaran que deben abstenerse de
tratar desigualmente a las personas en función
de su sexo.

La igualdad entre hombres y mujeres no


puede ser absoluta, pues cuentan con diferen-
cias psicosomáticas y fisiológicas que han con-
ducido a que se legisle exclusivamente en favor
de éstas. Así, por ejemplo, la legislación
laboral y la penal contienen disposiciones
protectoras de los derechos femeninos en razón
de características físicas e incluso psicológicas
que los hombres no poseen. En el ámbito
laboral —con arreglo a la fracción V del Aparta-
do A del artículo 123 de la Constitución, así
como a la fracción XI, inciso c) del Apartado B,
del mismo ordenamiento— se prohíbe que, du-
rante el embarazo, la mujer realice trabajos
68 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

comprometedores para su salud en relación con


la gestación.

Pero esas muestras de trato desigual entre


hombres y mujeres no son arbitrarias. El legis-
lador las elabora con base en argumentos jurí-
dicos que justifican la existencia de un trato
desigual. Violaría la Carta Fundamental el
legislador que estableciera discriminaciones
directas, basadas en la pertenencia a un sexo o
al otro; o indirectas, que responden a desigual-
dades fácticas. Es la sola dignidad de las per-
sonas, invariable con independencia del sexo
al que se pertenezca, la que obliga a reconocer-
les constitucionalmente su igualdad ante la ley.

Reconocer esta igualdad no se ha circuns-


crito a la Constitución Política. El artículo 2o.
del Código Civil Federal prevé: "La capacidad
jurídica es igual para el hombre y la mujer; en
consecuencia, la mujer no queda sometida, por
razón de su sexo, a restricción alguna en la
adquisición y ejercicio de sus derechos civiles."
En el ámbito local, el artículo 2o. del Código
Civil para el Distrito Federal estatuye:
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 69

La capacidad jurídica es igual para el hom-


bre y la mujer. A ninguna persona por razón
de edad, sexo, embarazo, estado civil, raza,
idioma, religión, ideología, orientación sexual,
color de piel, nacionalidad, origen o posición
social, trabajo o profesión, posición econó-
mica, carácter físico, discapacidad o estado
de salud, se le podrá negar un servicio o pres-
tación a la que tenga derecho, ni restringir
el ejercicio de sus derechos cualquiera que
sea la naturaleza de éstos.

Además, en los ámbitos federal y local se


han creado los institutos de las mujeres, cuyos
objetivos consisten en fomentar y promover
condiciones que posibiliten la no discrimi-
nación y la igualdad de oportunidades entre
los géneros.

Más allá de la legislación nacional, en el


ámbito internacional se han celebrado tratados,
convenios y pactos relativos a la igualdad ju-
rídica de los sexos. El artículo 3o. del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
por ejemplo, dispone: "Los Estados Partes en el
presente Pacto se comprometen a garantizar a
hombres y mujeres la igualdad en el goce de
70 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

todos los derechos civiles y políticos enuncia-


dos en el presente Pacto."

México ha suscrito muchos documentos


para asegurar la igualdad jurídica y la no discri-
minación de la mujer; entre ellos cabe mencio-
nar los siguientes: Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Vio-
lencia contra la Mujer —Convención de Belem
do Pará—; Convención sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación Contra la
Mujer; Convención Interamericana sobre
Concesión de los Derechos Políticos a la Mujer;
y Convención sobre la Nacionalidad de la
Mujer Casada.

2. Derecho a la protección de la salud

El tercer párrafo del artículo 4o. constitucional


reza:

Toda persona tiene derecho a la protección


de la salud. La ley definirá las bases y mo-
dalidades para el acceso a los servicios de
salud y establecerá la concurrencia de la
Federación y las entidades federativas en
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 71

materia de salubridad general, conforme a


lo que dispone la fracción XVI del artículo
73 de esta Constitución.

Este párrafo se adicionó el 3 de febrero de


1983, a fin de elevar a rango constitucional el
derecho a la protección de la salud. Se trata de
un derecho del que gozan toda persona y toda
colectividad que se encuentren en el territorio
nacional. Correlativamente, impone al Estado
la obligación de promover leyes que aseguren
una adecuada atención a los servicios de salud.
En sí, lo que este párrafo protege no es la sa-
lud per se, sino la posibilidad de acceder, en
condiciones de igualdad, a servicios dignos que
la atiendan en cualquier caso y bajo cualquier
circunstancia. Aun cuando haya sido deno-
minado social,43 es un derecho al que puede
hacerse extensiva la previsión de igualdad con-
tenida en el artículo 1o. de la Constitución Fe-
deral.44 Su violación puede relacionarse con el
contenido de ese artículo, baluarte de la igualdad
de todas las personas ante la ley.

43
SÁNCHEZ CORDERO, Olga, op. cit., pp. 10-11; Exposición de motivos
de la reforma a diversos artículos de la Constitución Política de los Estados Uni-
dos Mexicanos, de 22 de diciembre de 1982.
44
Véase nota 17.
72 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

Regular la protección de la salud resultó


de eventos ocurridos a lo largo del tiempo. Tras
la expedición de las Leyes de Reforma (1859),
que abolieron los fueros eclesiásticos y desco-
nocieron a las órdenes religiosas, correspondió
al Estado mexicano velar por la salud de sus
habitantes. En 1891 se expidió el primer Código
Sanitario del México Independiente, que
cambió en contenido y denominación paula-
tinamente, hasta convertirse en la actual Ley
General de Salud. En virtud de la Revolución
de 1910, el derecho a la protección de la salud
adoptó un carácter social, dado que su regula-
ción se puso en manos del Congreso de la Unión.

En torno a este derecho, el Pleno de la Su-


prema Corte de Justicia se ha expresado así:

(…) el derecho a la protección de la salud tiene,


entre otras finalidades, el disfrute de servicios
de salud y de asistencia social que satisfaga
las necesidades de la población; (…) por ser-
vicios de salud se entienden las acciones diri-
gidas a proteger, promover y restaurar la
salud de la persona y de la colectividad; (…)
los servicios de salud se clasifican en tres
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 73

tipos: de atención médica, de salud pública


y de asistencia social; (…) son servicios bási-
cos de salud, entre otros, los consistentes
en: a) la atención médica, que comprende
actividades preventivas, curativas y de reha-
bilitación, incluyendo la atención de
urgencias, definiéndose a las actividades
curativas como aquellas que tienen como fin
efectuar un diagnóstico temprano y propor-
cionar tratamiento oportuno; y b) la dispo-
nibilidad de medicamentos y otros insumos
esenciales para la salud, para cuyo efecto
habrá un cuadro básico de insumos del sec-
tor salud.45

El derecho a la protección de la salud in-


volucra garantías tanto individuales como
sociales, por cuanto que requiere, para ser
efectivo, la participación del individuo, de la
sociedad y del Estado. Las características espe-
cíficas de este derecho son:

1) Sobresale del concepto de garantías


individuales.
2) Sus titulares pueden ejercerlo libremente.

45
Tesis P. XIX/2000, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, t. XI, marzo de 2000, p. 112.
74 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

3) Es un derecho universal, pues protege a


todo ser humano.
4) Su parte medular consiste en el acceso a
los servicios de salud.

Gozar de una adecuada protección de la


salud dependerá, como lo señala la propia Cons-
titución, de bases y modalidades que al efecto
defina la ley. La fracción XVI, primer párra-
fo del artículo 73 constitucional, relativo a las
facultades del Congreso de la Unión, indica que
éste debe "dictar leyes sobre nacionalidad, con-
dición jurídica de los extranjeros, ciudadanía,
naturalización, colonización, emigración e
inmigración y salubridad general de la Repú-
blica". La ley reglamentaria del párrafo tercero
del artículo 4o. constitucional es la Ley Gene-
ral de Salud. Su artículo 5o. se refiere al Sistema
Nacional de Salud, que, bajo la coordinación
de la Secretaría de Salud, existe para hacer
frente a los problemas de salubridad que aque-
jen a la población. Según el precepto indicado,
el Sistema Nacional de Salud "está constitui-
do por las dependencias y entidades de la
Administración Pública, tanto federal como
local, y las personas físicas o morales de los
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 75

sectores social y privado, que presten servicios


de salud, así como por los mecanismos de
coordinación de acciones, y tiene por objeto dar
cumplimiento al derecho a la protección de la
salud".

Los fines del Sistema son enumerados por


el artículo 6o. de la ley señalada, y de entre ellos
son destacables:

I. Proporcionar servicios de salud a toda la


población y mejorar la calidad de los mis-
mos, atendiendo a los problemas sanitarios
prioritarios y a los factores que condicionen
y causen daños a la salud, con especial inte-
rés en las acciones preventivas;
II. Contribuir al desarrollo demográfico ar-
mónico del país;
III. Colaborar al bienestar social de la
población mediante servicios de asistencia
social, principalmente a menores en estado
de abandono, ancianos desamparados y mi-
nusválidos, para fomentar su bienestar y
propiciar su incorporación a una vida equi-
librada en lo económico y social;
IV. Dar impulso al desarrollo de la familia y
de la comunidad, así como a la integración
social y al crecimiento físico y mental de la
niñez, y
76 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

V. Apoyar el mejoramiento de las condi-


ciones sanitarias del medio ambiente que
propicien el desarrollo satisfactorio de la
vida.

Otras leyes que regulan este derecho son


la Ley de los Institutos Nacionales de Salud, la
Ley de Salud para el Distrito Federal y el Esta-
tuto Orgánico de Servicios de Salud Pública del
Distrito Federal, sin olvidar que los Estados
también pueden legislar en la materia, dado
que la protección de la salud supone —como lo
indica la propia Ley Suprema— una actividad
concurrente; es decir, requiere la intervención
tanto de la Federación como de las entidades
federativas y los Municipios,46 en aras del régi-
men federalista de la República Mexicana.

La legislación ha dado lugar a organismos


que en gran medida participan en favor de la
protección de la salud. Tal es el caso, por ejem-
plo, del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios

46
Véase el inciso i) de la fracción III del artículo 115 constitucional.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 77

Sociales de los Trabajadores al Servicio del Es-


tado (ISSSTE).

En el plano internacional se han producido


tratados y convenios destinados a proteger este
derecho; entre ellos sobresalen la Declaración
Universal de los Derechos Humanos; el Conve-
nio Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales; la Convención Americana
de Derechos Humanos; la Carta de los Dere-
chos Humanos de los Pueblos Africanos y el
Convenio sobre los Derechos del Niño.

Su calidad de garantía individual permite


que el derecho a la protección de la salud sea
reclamable a través del juicio de amparo.

3. Derecho a un medio ambiente adecuado

El cuarto párrafo del artículo 4o. constitucional


dispone que "toda persona tiene derecho a un
medio ambiente adecuado para su desarrollo
y bienestar". Estas líneas se adicionaron al
Código Político el 28 de junio de 1999. Como en
el caso del derecho a la protección de la salud,
78 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

esta previsión dirigida a proteger el ambiente es


considerada un derecho social o de tercera ge-
neración, pero ello no implica que no pueda
tacharse de garantía de igualdad, pues su vio-
lación puede ser relacionada con el espíritu del
artículo 1o. constitucional.

Conviene considerar si era necesario hacer


mención de las palabras medio ambiente, o bien,
si bastaba con referir una u otra de modo indis-
tinto. El Diccionario de la lengua española señala
que la palabra ambiente —del latín ambiens,
-entis, que rodea o cerca— significa "aire o atmós-
fera", así como "condiciones o circunstancias
físicas, sociales, económicas, etc., de un lugar,
de una reunión, de una colectividad o de una
época".47 Por otra parte, la misma fuente indica
que el vocablo medio —de medius— alude al
"conjunto de circunstancias culturales, econó-
micas y sociales en que vive una persona".48 Si se
tiene en cuenta que una persona siempre estará
relacionada con un lugar, una colectividad o
una época, quizá hubiera sido lo mismo que la

47
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, op. cit., t. I, p. 134.
48
Ibidem, t. II, p. 1478.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 79

Constitución Federal ordenara proteger el me-


dio, o bien, el ambiente, sin hacer mención de
ambos términos.

Más allá de las cuestiones gramaticales,


cabe mencionar que la ley secundaria utiliza
el término ambiente, definido en la fracción I
del artículo 3o. de la Ley General del Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente como "el
conjunto de elementos naturales y artificiales
o inducidos por el hombre que hacen posible
la existencia y desarrollo de los seres humanos
y demás organismos vivos que interactúan en
un espacio y tiempo determinados".

En el ámbito del estudio de las garantías


de igualdad, el derecho a gozar de un ambiente
sano se traduce en la obligación de las autori-
dades públicas de implementar medidas
tendientes a salvaguardar el conjunto de condi-
ciones sociales, económicas y culturales en que
se desarrolla la vida de los seres humanos, con
base en criterios inclusivos. La importancia de
este derecho es singular porque su desatención
causa efectos nocivos en otras libertades funda-
80 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

mentales de los hombres, tales como la de trán-


sito, la de residencia y la de reunión.

De la mano con el derecho a un ambiente


adecuado se encuentra el concepto de desarrollo
sustentable; ambas cuestiones son comple-
mentarias. El artículo 3o., fracción XI, de la
propia Ley General del Equilibrio Ecológico y
la Protección al Ambiente, define así al desarro-
llo sustentable:

El proceso evaluable mediante criterios e in-


dicadores del carácter ambiental, económico
y social que tiende a mejorar la calidad de
vida y la productividad de las personas, que
se funda en medidas apropiadas de preser-
vación del equilibrio ecológico, protección
del ambiente y aprovechamiento de recursos
naturales, de manera que no se comprometa
la satisfacción de las necesidades de las ge-
neraciones futuras.

La protección ambiental entraña una espe-


cie de contrato entre generaciones, que se cum-
ple cuando quienes hoy habitan el planeta lo
cuidan para que tanto ellos como las generacio-
nes futuras vivan en condiciones propicias para
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 81

su bienestar. Un sector de la doctrina49 ha esti-


mado que este derecho se caracteriza por lo
siguiente:

1) Se ubica preferentemente en el derecho


público, aunque también en el privado. Pero,
a diferencia del derecho agrario y del laboral,
que se apoyan en grupos organizados, se
sustenta, sobre todo, en sectores desor-
ganizados cuyos miembros pueden desco-
nocerse entre sí.
2) Es de muy difícil o imposible codificación
en la mayoría de los casos, por lo menos en su
etapa actual. De aquí que se encuentre dis-
perso en numerosas leyes y reglamentos
federales, estatales y municipales, así como
en tratados y acuerdos internacionales.
3) Puede contener intereses patrimoniales,
pero que a veces no son cuantificables en
dinero ni susceptibles de apropiación. Antes
bien, protege valores culturales, la salud, el
agua, el aire, etcétera.
4) En el derecho mexicano, formalmente per-
tenece –la mayor parte de las veces– al dere-
cho administrativo. La consecuencia es que
su tutela se ha encomendado a organismos
administrativos o político-administrativos de

49
CABRERA ACEVEDO, Lucio, op. cit., pp. 71-73.
82 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

diverso nivel, aun cuando sea digno de la


protección judicial de tribunales federales
administrativos y, excepcionalmente, de tri-
bunales civiles y penales.
5) Resulta muy difícil definir las relaciones
entre acreedor y deudor, o sea, entre sujetos
activos y pasivos. En el derecho ambiental,
el sujeto pasivo o deudor es el agente que
contamina, mientras que el sujeto activo o
acreedor es la víctima de la contaminación;
esta relación se extiende en el espacio y en el
tiempo. Hasta ahora, en México se ha tendi-
do a considerar al Estado como el único sujeto
pasivo o el sujeto pasivo por excelencia, es
decir, el encargado de proteger, reparar y
restaurar el ambiente, de ahí que los ciuda-
danos, teóricamente, se lo puedan exigir,
pese a la carga política y económica que ello
supone.

Como sucede con el derecho a la protec-


ción de la salud, dictar normas protectoras del
ambiente constituye una facultad concurrente.
Federación, Estados y Municipios deben expe-
dir las disposiciones necesarias para salva-
guardar el equilibrio ecológico. La fracción
XXIX-G del artículo 73 constitucional, que enu-
mera las facultades del Congreso General de
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 83

la República, establece que éste puede "expedir


leyes que establezcan la concurrencia del Go-
bierno Federal, de los gobiernos de los Estados
y de los Municipios, en el ámbito de sus respec-
tivas competencias, en materia de protección
al ambiente y de preservación y restauración
del equilibrio ecológico". Esto es refrendado
por el primer párrafo del artículo 4o. de la Ley
General del Equilibrio Ecológico y la Protección
al Ambiente: "La Federación, los Estados, el
Distrito Federal y los Municipios ejercerán sus
atribuciones en materia de preservación y
restauración del equilibrio ecológico y la pro-
tección al ambiente, de conformidad con la
distribución de competencias prevista en esta
Ley y en otros ordenamientos legales."

En el caso específico de la Federación, sus


atribuciones para proteger el ambiente están
plasmadas en el artículo 5o. de la ley citada;
entre ellas cabe señalar: (1) la formulación y
conducción de la política ambiental nacional;
(2) la aplicación de los instrumentos de la polí-
tica ambiental previstos en la ley, así como la
regulación de las acciones para la preservación
84 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

y restauración del equilibrio ecológico y la


protección al ambiente, realizadas en bienes y
zonas de jurisdicción federal; (3) la atención de
los asuntos que afecten el equilibrio ecológico
en el territorio nacional o en las zonas sujetas a
la soberanía y jurisdicción de la nación, origi-
nados en el territorio o zonas sujetas a la sobe-
ranía o jurisdicción de otros Estados, o en zonas
que estén más allá de la jurisdicción de cualquier
Estado; (4) la atención de los asuntos que, ori-
ginados en el territorio nacional o las zonas
sujetas a la soberanía o jurisdicción de la na-
ción, afecten el equilibrio ecológico del territo-
rio o de las zonas sujetas a la soberanía o
jurisdicción de otros Estados, o a las zonas que
estén más allá de la jurisdicción de cualquier
Estado, y (5) la expedición de las normas ofi-
ciales mexicanas y la vigilancia de su cum-
plimiento en las materias previstas en la ley.

El Ejecutivo Federal ejerce estas atribu-


ciones a través de la Secretaría de Medio Am-
biente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

En el ámbito local, el Distrito Federal cuenta


con una Ley Ambiental que fue publicada el 13
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 85

de enero de 2000 en la Gaceta Oficial del Dis-


trito Federal.

Toda vez que la materia ambiental ha


tenido una notable repercusión en el plano inter-
nacional, México ha firmado tratados y con-
venios tendientes a defender el ambiente y el
consecuente desarrollo sustentable de la comu-
nidad internacional. De entre esos instrumentos
destacan el Acuerdo de Cooperación en Mate-
ria de Medio Ambiente (1990), el Acuerdo sobre
Cooperación para la Protección y Mejoramiento
del Medio Ambiente en la Zona Metropolita-
na de la Ciudad de México (1989) y el Convenio
Número 155 sobre Seguridad y Salud de los Tra-
bajadores y Medio Ambiente de Trabajo (1981).

4. Derechos de los niños y los adolescentes

A partir del 7 de abril de 2000, los tres últimos


párrafos del artículo en comento se han referido
a los derechos correspondientes a los niños, así
como a los deberes de los padres y del Estado
para hacerlos efectivos. Los párrafos aludidos
señalan:
86 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

Los niños y las niñas tienen derecho a la sa-


tisfacción de sus necesidades de alimenta-
ción, salud, educación y sano esparcimiento
para su desarrollo integral.
Los ascendientes, tutores y custodios tienen
el deber de preservar estos derechos. El Esta-
do proveerá lo necesario para propiciar el
respeto a la dignidad de la niñez y el ejer-
cicio pleno de sus derechos.
El Estado otorgará facilidades a los particu-
lares para que se coadyuven al cumplimien-
to de los derechos de la niñez.

Se dispone que los niños cuenten, gracias


a la injerencia de quienes se encargan de ellos
y del Estado, con todos los elementos necesa-
rios para subsistir y crecer. El objetivo de pro-
teger estos derechos consiste en asegurar a los
niños "un desarrollo pleno e integral, lo que
implica la oportunidad de formarse física,
mental, emocional, social y moralmente en
condiciones de igualdad", según el artículo 3o.
de la Ley para la Protección de los Derechos de
Niñas, Niños y Adolescentes, reglamentaria
del párrafo sexto del artículo 4o. constitucional.

Hay discrepancias en cuanto a los requisi-


tos de edad que debe cubrir una persona para
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 87

ser considerada niño o niña. En primer lugar,


el Diccionario de la lengua española se limita a
decir que niño —de la voz infantil ninno— sig-
nifica "que está en la niñez", "que tiene pocos
años" y "que tiene poca experiencia".50 Por su
parte, la Ley para la Protección de los Derechos
de Niñas, Niños y Adolescentes considera, en su
artículo 2o., que "son niñas y niños las personas
de hasta 12 años incompletos (sic)". Más aún,
el artículo 1o. de la Convención sobre los Dere-
chos del Niño señala que "…se entiende por
niño todo ser humano menor de dieciocho años
de edad…", con lo que concuerda la fracción
XVII del artículo 3o. de la Ley de los Derechos
de las Niñas y los Niños en el Distrito Federal,
a cuyo juicio un niño es "todo ser humano me-
nor de 18 años de edad".

En atención a la jerarquía de los tratados in-


ternacionales dentro del ordenamiento mexi-
cano, quizá bastaría con considerar que un niño
es quien no ha alcanzado los 18 años de edad;
sin embargo, esto no dejaría de contradecir la

50
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, op. cit., t. II, p. 1582.
88 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

Ley para la Protección de los Derechos de Niñas,


Niños y Adolescentes que estima adolescente
a quien tiene entre 12 y 18 años cumplidos.

Para armonizar estas discrepancias, acaso


convendría quedarse con la acepción señalada
por la Real Academia Española, y darle el título
de niño a quien tiene pocos años de vida y, por
tanto, carece de la capacidad suficiente como
para procurarse todos los elementos que re-
quiere para su adecuada subsistencia.

Básicamente, un niño tiene derecho a la


salud, la educación, la alimentación y el sano
esparcimiento, además de que no debe ser so-
metido a cierta clase de trabajos. Por lo demás,
las infracciones que cometa deben juzgarse a
través de procedimientos especiales que origi-
nen sanciones específicas para un menor. Con
arreglo al texto constitucional, la preserva-
ción de tales derechos es responsabilidad de los
ascendientes, tutores y custodios de los ni-
ños. El artículo 11 de la Ley para la Protección
de los Derechos de Niñas, Niños y Adoles-
centes dispone que todas las personas que
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 89

tengan a su cuidado niños o adolescentes están


obligadas, entre otras cosas, a proporcionarles
una vida digna y protegerlos contra toda forma
de maltrato. Para que los particulares lleven
cabalmente a cabo esas obligaciones, el Estado
debe darles ciertas facilidades.

Procurar los elementos necesarios para que


los niños vean respetados sus derechos in-
volucra la actividad concurrente de la Federa-
ción, el Distrito Federal, los Estados y los
Municipios. A ellos les corresponde implemen-
tar mecanismos para impulsar la cultura de
protección de los derechos de los niños.51 Según
el artículo 7o. de la Ley para la Protección de los
Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, al
gobierno federal compete promover "la adop-
ción de un Programa Nacional Para la Atención
de los Derechos de la Infancia y Adolescen-
cia, en el que se involucre la participación de
las entidades federativas y municipios, en el ám-
bito de sus respectivas competencias, así como

51
Véase el artículo 5o. de la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas,
Niños y Adolescentes.
90 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

del sector privado y social", para instrumentar


políticas y estrategias tendientes a mejorar la
condición social de la niñez.

Las leyes de la materia son muy específicas


en cuanto a los derechos de niños y adoles-
centes; entre ellos destacan: no ser discrimina-
dos; vivir en condiciones de bienestar y lograr
un sano desarrollo psicofísico; ser protegidos en
su integridad, su libertad y contra el maltrato
y el abuso sexual; y gozar de identidad.

La trascendencia mundial de la protección


de los derechos de la niñez se refleja no sólo en
la Convención sobre los Derechos del Niño.
Otros instrumentos internacionales los han pre-
visto; por ejemplo, la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, cuyo artículo 19
dispone: "Todo niño tiene derecho a las medi-
das de protección que su condición de menor
requieren (sic) por parte de su familia, de la
sociedad y del Estado." A su vez, el diverso 24
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos establece:
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 91

1) Todo niño tiene derecho, sin discrimi-


nación alguna por motivos de raza, color,
sexo, idioma, religión, origen nacional o
social, posición económica o nacimiento, a las
medidas de protección que su condición de
menor requiere, tanto por parte de su familia
como de la sociedad y del Estado.
2) Todo niño será inscrito inmediatamente
después de su nacimiento y deberá tener un
nombre.
3) Todo niño tiene derecho a adquirir una
nacionalidad.
VII. LAS GARANTÍAS DEL ARTÍCULO
5O., PRIMER PÁRRAFO,
CONSTITUCIONAL

El primer párrafo del artículo 5o. constitucio-


nal señala: "A ninguna persona podrá impedirse
que se dedique a la profesión, industria, co-
mercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos.
El ejercicio de esta libertad sólo podrá vedarse
por determinación judicial, cuando se ataquen
los derechos de tercero, o por resolución guber-
nativa, dictada en los términos que marque la
ley, cuando se ofendan los derechos de la socie-
dad. Nadie puede ser privado del producto de
su trabajo, sino por resolución judicial."

Este párrafo otorga las libertades de comer-


cio y de trabajo. Garantiza que toda persona, sin
distinción, se dedique al ejercicio del comercio
o del trabajo que más le agrade, siempre que
sean lícitos. Estas libertades sólo pueden coar-
tarse si perjudican los derechos de terceros u
93
94 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

ofenden los derechos de la sociedad; en el pri-


mer caso, la restricción deberá provenir de una
resolución judicial, en tanto que, en el segundo,
obedecerá a una resolución gubernativa.

Se trata de una garantía restringida por


razones que el Pleno de la Suprema Corte de Jus-
ticia indicó en los siguientes términos:

La garantía individual de libertad de trabajo


que consagra el artículo 5o., primer párrafo,
de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos no es absoluta, irrestricta
e ilimitada, sino que, con base en los prin-
cipios fundamentales que deben atenderse,
su ejercicio se condiciona a la satisfacción
de los siguientes presupuestos: 1) que no se
trate de una actividad ilícita; 2) que no se afec-
ten derechos de terceros; y, 3) que no se
afecten derechos de la sociedad en general.
En lo referente al primer presupuesto, la
garantía constitucional cobra vigencia en
la medida que se refiera a una actividad lícita,
esto es, que esté permitida por la ley. El se-
gundo presupuesto normativo implica que
la garantía no podrá ser exigida si la acti-
vidad a la que pretende dedicarse la persona
conlleva a su vez la afectación de un derecho
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 95

preferente tutelado por la ley en favor de


otro. Finalmente, el tercer presupuesto im-
plica que la garantía será exigible siempre y
cuando la actividad, aunque lícita, no afecte
el derecho de la sociedad, esto es, existe un
imperativo que subyace frente al derecho de
los gobernados en lo individual, en tanto
que existe un valor que se pondera y asegu-
ra, que se traduce en la convivencia y bienestar
social, lo que significa que se protege el inte-
rés de la sociedad por encima del particular
y, en aras de ese interés mayor se limita o
condiciona el individual cuando con éste
puede afectarse aquél en una proporción
mayor del beneficio que obtendría el
gobernado.52

El contenido del párrafo en comento fuerza


a considerar que lleva implícito el principio de
igualdad ante la ley, pues al decir que a nadie
podrá impedírsele el ejercicio de la libertad
de comercio y de trabajo, significa que las dife-
rencias basadas en la nacionalidad, la raza, el
sexo, el credo, etcétera, no podrán tomarse en
cuenta para restringir los derechos otorgados
por la Constitución en este numeral.

52
Tesis P./J. 28/99, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, t. IX, abril de 1999, p. 260.
96 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

A este respecto, el Pleno del Máximo Tri-


bunal expresó:

El análisis del primer párrafo del artículo 5o.


constitucional, que establece: ‘A ninguna
persona podrá impedirse que se dedique a
la profesión, industria, comercio o trabajo
que le acomode, siendo lícitos. ...’, permite
constatar, en principio, que este precepto ga-
rantiza a todos los gobernados, entre otras
cosas, el ejercicio de las libertades de comer-
cio y de industria que sean lícitas y, en se-
gundo término, que esa facultad se otorga a
todas las personas sin distinción alguna, es
decir, sin hacer diferencias de nacionalidad,
raza, religión o sexo, ya que su contenido
no establece salvedad alguna al respecto; cir-
cunstancia que constituye un fundamento
importante de la garantía de libertad de
comercio, ya que el artículo 5o. constitucio-
nal, al permitir a todas las personas ejercer
el comercio o la industria que les acomode,
siempre y cuando sean lícitos y no opere al-
guna de las limitantes a que alude el mismo
numeral, excluye implícitamente de tal
prerrogativa todo trato desigual que no pue-
da ser justificado constitucionalmente o apo-
yado en el interés público, puesto que no
debe soslayarse que el disfrute pleno de la
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 97

garantía otorgada por la Carta Magna en el


imperativo de cuenta exige necesariamente
la actualización del principio de igualdad
material o real entre los titulares de esa ga-
rantía, dado que jurídicamente la igualdad
se traduce en que varias personas, cuyo nú-
mero es indeterminado, que participen de la
misma situación, tengan la posibilidad y
la capacidad de ser titulares cualitativa-
mente de los mismos derechos y obligacio-
nes que emanen de la ley aplicable frente al
Estado, lo cual estará en función de sus cir-
cunstancias particulares. En este sentido, el
numeral 5o. constitucional prevé sustancial-
mente ese principio fundamental de igualdad,
en virtud de que tiene como finalidad colo-
car a todos los gobernados, cualquiera que
sea su categoría o condición social, en igual-
dad de condiciones frente a la necesidad de
vida de escoger el comercio, el oficio, el tra-
bajo o la industria que les acomode, con las
únicas salvedades de que éstos sean lícitos
y de que no ataquen los derechos de terce-
ros ni ofendan los intereses de la sociedad.53

Por tanto, coartar las libertades de comer-


cio y de trabajo nunca dependerá de motivos

53
Tesis P. XC/2000, ibidem, t. XI, junio de 2000, p. 26.
98 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

diversos de los señalados expresamente en la


Constitución Federal, lo que supone la igual-
dad de condiciones para que todos los indi-
viduos se dediquen al comercio o al trabajo que
deseen.
VIII. LA GARANTÍA DEL ARTÍCULO
12 CONSTITUCIONAL

Desde su aprobación por el Constituyente de


1917, el artículo 12 de la Constitución Federal
no ha sufrido reformas ni adiciones. Su texto
ordena que nadie cuente con títulos nobiliarios
o prerrogativas que lo coloquen en situación de
privilegio respecto de los demás, dado que ello
conculcaría el principio de igualdad ante la ley.54

1. Prohibición de conceder títulos de nobleza,


prerrogativas u honores hereditarios

El artículo 12 constitucional determina que "en


los Estados Unidos Mexicanos no se concede-

54
BADILLO, Elisa et al., op. cit., p. 43; BURGOA, Ignacio, op. cit., pp. 278-280;
CASTRO, Juventino V., op. cit., pp. 230-231; VV.AA., Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos. Comentada y concordada, t. I, op. cit., pp. 174-182; LOZA-
NO, José María, Estudio del derecho constitucional patrio en lo relativo a los derechos
del hombre, 4a. ed. facsimilar, México, Porrúa, 1987, pp. 219-221; MONTIEL Y
DUARTE, Isidro, Estudio sobre garantías individuales, 2a. ed. facsimilar, México,
Porrúa, 1972, pp. 95 y 98.

99
100 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

rán títulos de nobleza, ni prerrogativas y hono-


res hereditarios, ni se dará efecto alguno a los
otorgados por cualquier otro país". Se pretende
impedir que las condiciones de igualdad natu-
ral y capacidad jurídica entre los mexicanos se
rompan por una artificiosa jerarquía social. Si el
otorgamiento de títulos nobiliarios u honores
hereditarios se hiciera permisible, la igualdad
ante la ley se destruiría, dado que la existencia
de títulos u otros reconocimientos análogos
daría pauta al surgimiento de clases sociales de-
terminadas que, tal vez por su pretendido
rango, decidieran estar sometidas a leyes espe-
cíficas, distintas de las que regulan la vida de
los demás.

Un título —del latín titulus— es una "dig-


nidad nobiliaria, como la de conde, marqués o
duque".55 Jurídicamente, los títulos nobiliarios
han sido definidos como "mercedes honorí-
ficas que con carácter perpetuo otorgaron los
monarcas a ciertos vasallos en recompensa a
valiosos servicios prestados a la Corona; ello

55
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, op. cit., t. II, p. 2148.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 101

además implicaba un estatuto jurídico personal


privilegiado, por lo cual, las personas posee-
doras de un título nobiliario constituían un
estamento social".56 El surgimiento de los títulos
nobiliarios se debió al poder de los reyes, quie-
nes, para premiar hazañas de algunos de sus
súbditos, se acostumbraron a entregarles reco-
nocimientos nobiliarios; eventualmente, esos
títulos se volvieron hereditarios, de ahí que, al
morir el recompensado, sus descendientes
ostentaran el título recibido, sin importar que
lo merecieran o no.

Por otra parte, una prerrogativa —del latín


prærogativa— se define como "privilegio, gracia
o exención que se concede a alguien para que
goce de ello, anejo regularmente a una digni-
dad, empleo o cargo".57 Jurídicamente, las pre-
rrogativas son privilegios concedidos por el
Estado a ciertos individuos para que manten-
gan una condición de superioridad frente al
resto de la sociedad. Esos privilegios consisten

56
SOBERANES FERNÁNDEZ, José Luis, "Títulos nobiliarios", en VV.AA.,
Nuevo diccionario jurídico mexicano, t. IV, op. cit., p. 3682.
57
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, op. cit., t. II, p. 1825.
102 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

en ventajas exclusivas para quien los tiene y sus


descendientes, no para toda la población.

Antes de la aparición del Estado contem-


poráneo, surgido a raíz de revoluciones ocurri-
das en Inglaterra (1688), en las colonias inglesas
en América (1787) y en Francia (1789), la entre-
ga de títulos nobiliarios y otros honores heredi-
tarios se hallaba reconocida por las autoridades
estatales. Durante siglos, en numerosas socie-
dades hubo una delimitación precisa entre
clases de individuos. Las revoluciones señala-
das respondieron a ideas liberales, que conlle-
varon el reconocimiento de los derechos naturales
del hombre, inherentes a toda persona por
naturaleza y por ley, y susceptibles de ser he-
chos valer frente al Estado. Esta situación acabó
con la tendencia a otorgar títulos nobiliarios,
prerrogativas u honores hereditarios.

En México, la igualdad legal se reconoció


en consonancia con la Independencia. Antes de
la Conquista, la sociedad estaba jerarquizada,
y durante la Colonia se basó en castas; así hubo
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 103

clases favorecidas, dueñas de títulos y prerro-


gativas, y otras sin privilegios. Además, la mez-
cla de razas causó desigualdades, pues había
masas de gente de distintos niveles que care-
cían de ciertos derechos. Al comenzar la lucha
independentista hubo preocupación por garan-
tizar la igualdad de todos los mexicanos ante
la ley. Diversas Constituciones buscaron que la
igualdad fuera inherente a la sociedad mexica-
na surgida de la Independencia. Por ejemplo,
el artículo 24 del Decreto Constitucional para la
Libertad de la América Mexicana (1814) dispo-
nía: "La felicidad del pueblo y de cada uno de
los ciudadanos consiste en el goce de la igual-
dad, seguridad, propiedad y libertad. La íntegra
conservación de estos derechos es el objeto de
la institución de los gobiernos y el único fin
de las asociaciones políticas." Relacionado con
el artículo que nos ocupa se hallaba el diverso
25 del propio Decreto: "Ningún ciudadano po-
drá obtener más ventajas que las que haya me-
recido por servicios hechos al Estado. Estos no
son títulos comunicables ni hereditarios; y así
es contraria a la razón la idea de un hombre
104 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

nacido legislador o magistrado."58 La Constitu-


ción de 1857 expresó en su artículo 12: "No hay
ni se reconocen en la República títulos de
nobleza ni prerrogativas ni honores heredita-
rios. Solo el pueblo, legítimamente represen-
tado, puede decretar recompensas en honor de
los que hayan prestado ó prestaren servicios
eminentes á la patria ó á la humanidad."59

Los términos en que está redactado el actual


artículo 12 constitucional aún se refieren a la
prohibición de introducir diferencias entre los
miembros de la sociedad a causa de la entrega
de títulos, prerrogativas u honores hereditarios.
Más aún, con independencia de no reconocer
privilegios de ninguna especie, el propio Códi-
go Político indica qué sanciones se aplicarán a
quienes acepten títulos nobiliarios de gobiernos
extranjeros. La fracción II del Apartado A del
artículo 37 sanciona con la pérdida de la nacio-
nalidad a quien acepte títulos nobiliarios que
impliquen someterse a un Estado extranjero.

58
La Suprema Corte de Justicia. Sus leyes y sus hombres, México, Suprema Corte
de Justicia de la Nación, 1985, p. 31.
59
MONTIEL Y DUARTE, Isidro, op. cit., p. 95 (ortografía del original).
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 105

Por su lado, la fracción I del apartado B del


mismo artículo indica que la ciudadanía se
pierde al aceptarse títulos nobiliarios de gobier-
nos extranjeros —aun cuando no impliquen
someterse a un gobierno del exterior—.

El artículo 17 de la Ley de Nacionalización,


Reglamentaria de los Artículos 30, 32 y 37, Apar-
tados A y B, de la Constitución Federal, permite
que un mexicano por nacimiento, a quien un
Estado extranjero considere su nacional, solicite
un certificado de nacionalidad mexicana para
acceder a algún cargo o alguna función en
México; sin embargo, para obtener ese certifi-
cado es preciso renunciar expresamente a la
nacionalidad atribuida, así como a toda sumi-
sión, obediencia y fidelidad a cualquier Estado
extranjero. Esta disposición daría pie a renun-
ciar a títulos nobiliarios obtenidos en otros
países, a fin de salvaguardar el principio de
igualdad ante la ley. En todo caso, del extran-
jero pueden recibirse reconocimientos o preseas
de tipo cultural u honorario; no obstante, para
que un mexicano reciba uno de esos recono-
cimientos, necesita permiso del Congreso de la
Unión.
106 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

Que en México no se den títulos de nobleza


no implica ignorar la destacada labor de sus
habitantes. La Constitución permite otorgar
menciones honoríficas a un mexicano que haya
prestado servicios relevantes a la nación. La Ley
de Premios, Estímulos y Recompensas Civi-
les, de carácter federal, tiene por objeto "deter-
minar las normas que regulan el reconocimiento
público que haga el Estado, de aquellas perso-
nas que por su conducta, actos u obras, merez-
can los premios, estímulos o recompensas" que
establece. Según el artículo 3o. de esa ley, los
premios se otorgan "por el reconocimiento pú-
blico de una conducta o trayectoria vital sin-
gularmente ejemplares como también de
determinados actos u obras valiosos o relevan-
tes, realizados en beneficio de la humanidad,
del país o de cualesquiera personas". Algunos de
los premios a otorgar son la Condecoración Mi-
guel Hidalgo, el Premio Nacional de Ciencias
y Artes y el Premio Nacional de Administración
Pública.60

60
Artículo 6o. de la Ley de Premios, Estímulos y Recompensas Civiles.
IX. LAS GARANTÍAS DEL ARTÍCULO
13 CONSTITUCIONAL

El artículo 13 de la Constitución Federal 61

establece:

Nadie puede ser juzgado por leyes privati-


vas ni por tribunales especiales. Ninguna
persona o corporación puede tener fuero, ni
gozar más emolumentos que los que sean
compensación de servicios públicos y estén
fijados por la ley. Subsiste el fuero de guerra
para los delitos y faltas contra la discipli-
na militar; pero los tribunales militares en
ningún caso y por ningún motivo podrán
extender su jurisdicción sobre personas que
no pertenezcan al Ejército. Cuando en un
delito o falta del orden militar estuviese
complicado un paisano, conocerá del caso
la autoridad civil que corresponda.

61
BADILLO, Elisa et al., op. cit., pp. 44-46; BURGOA, Ignacio, op. cit., pp.
281-299 y 301-302; CASTRO, Juventino V., op. cit., p. 229; VV.AA., Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos. Comentada y concordada, t. I, op. cit., pp.
185-189, 191-192; MONTIEL Y DUARTE, Isidro, op. cit., pp. 77-79; LOZANO,
José María, op. cit., pp. 224-233 y 235.

107
108 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

Sobre este precepto, el Pleno del Máximo


Tribunal estimó:

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha


sostenido el criterio de que el artículo 13 de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos eleva a rango de garantía indivi-
dual la igualdad ante la ley, al prohibir la
existencia de leyes privativas y de tribunales
especiales y al consagrar, por el contrario, el
derecho del que gozan todas las personas de
ser juzgadas por las mismas leyes, es decir,
por las normas de derecho común, las que
deben fundarse en reglas generales y no en
prescripciones especiales de privilegio; de
manera que las leyes privativas prohibidas
por el indicado precepto son aquellas que
desaparecen después de aplicarse a una
hipótesis concreta y determinada de ante-
mano, y que se aplican en consideración a
la especie o la persona, esto es, que carecen
de los atributos de generalidad, abstracción e
impersonalidad que debe revestir toda dis-
posición jurídica (…).62

62
Tesis 1a. LXXIV/2002, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, t. XVI, octubre de 2002, p. 191.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 109

1. Prohibición de procesar mediante leyes priva-


tivas y tribunales especiales

La primera parte del artículo 13 constitucional


estatuye que nadie puede ser juzgado por leyes
privativas ni por tribunales especiales; es decir,
ninguna persona deberá ser procesada en ra-
zón de una ley destinada a regular una situación
determinada, ni podrá ser juzgada por un tri-
bunal creado ex profeso para conocer de un solo
asunto. Es claro que esta previsión está referida
al aspecto jurisdiccional, en cuanto proscribe
tanto la aplicación de leyes que no sean gene-
rales, abstractas y permanentes, como que el
gobernado pueda ser juzgado por tribunales
creados exclusivamente para conocer de deter-
minados hechos y personas.63

Se dice que algo es privativo —del latín


privatus— cuando "causa privación o la signi-
fica", o bien, cuando es "propio y peculiar sin-
gularmente de alguien o algo, y no de otros".64

63
Tesis 1a. LXXV/2003, ibidem, t. XVIII, diciembre de 2003, p. 75.
64
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, op. cit., t. II, p. 1836.
110 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

En el ámbito jurídico, una ley privativa es la


aplicable exclusivamente a una persona, en aten-
ción a una situación jurídica singular —concre-
ta— en la que se encuentre.

Lo que prohíbe la Constitución es que


existan leyes que no se apliquen por igual a
todas las personas; ello contraviene las carac-
terísticas típicas de toda ley: la generalidad,
consistente en que debe ser de observancia para
toda la población; la impersonalidad, traducida
en que no debe haber leyes generadas en aten-
ción a una persona específica; y la abstracción,
notable en el hecho de que las leyes no deben
prever, de antemano, casos concretos a los que
vayan a aplicarse.

Respecto de lo anterior, la entonces Tercera


Sala de la Suprema Corte de Justicia observó:
"La ley privativa se caracteriza no por sus efec-
tos en cuanto a que restringe derechos, sino
porque pugna con el sistema de generalidad en
cuanto a su observancia, que rige en nuestra
legislación, y sólo se contrae a determinadas
personas y cosas individualmente considera-
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 111

das."65 El elemento de individualidad no debe


presentarse en ninguna ley. Sobre la falta de
generalidad y abstracción de las disposiciones
jurídicas, el Pleno del más Alto Tribunal del
país señaló:

Es carácter constante de las leyes que sean de


aplicación general y abstracta; es decir, que
deben contener una disposición que no desa-
parezca después de aplicarse a un caso pre-
visto y determinado de antemano, sino que
sobreviva a esta aplicación y se aplique sin
consideración de especie o de persona a
todos los casos idénticos al que previenen,
en tanto no sean abrogadas. Una ley que
carece de esos caracteres, va en contra del
principio de igualdad, garantizado por el ar-
tículo 13 constitucional, y aun deja de ser
una disposición legislativa, en el sentido ma-
terial, puesto que le falta algo que pertenece
a su esencia. Estas leyes pueden considerarse
como privativas, tanto las dictadas en el
orden civil como en cualquier otro orden,
pues el carácter de generalidad se refiere a
las leyes de todas las especies, y contra la
aplicación de las leyes privativas protege
el ya expresado artículo 13 constitucional.66

65
Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, t. XLVIII, p. 1494.
66
Tesis 347, Apéndice 2000, t. I, Const., Jurisprudencia SCJN, p. 401.
112 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

En su Estudio del derecho constitucional patrio


en lo relativo a los derechos del hombre, José María
Lozano escribió: "D. Agustín de Iturbide juz-
gado, sentenciado y ejecutado en Padilla con-
forme á ley del congreso que le prohibia bajo
la pena de muerte, regresar á su patria, fue juz-
gado conforme á una ley privativa…"67 Es decir,
el Congreso expidió una ley particular, personal
y concreta, que desaparecería al llevarse a efecto
su previsión, consistente en ejecutar a Iturbide si
regresaba a la patria.

Es preciso señalar que no debe confundirse


una ley privativa con una especial. Esta última
participa de las características de toda ley en
sentido formal y material —es impersonal, ge-
neral y abstracta—, pero se expide para regular
situaciones jurídicas determinadas donde am-
plios grupos de personas —nunca una sola—
pueden involucrarse. Sobre estas leyes, el Pleno
del Máximo Tribunal resolvió:

Las leyes privativas se caracterizan porque


se refieren a personas nominalmente desig-

67
LOZANO, José María, op. cit., p. 226 (ortografía del original).
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 113

nadas, atendiendo a criterios subjetivos y por


el hecho de que después de aplicarse al caso
previsto y determinado de antemano pier-
den su vigencia, encontrándose prohibidas
por el artículo 13 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, debido a
que atentan contra el principio de igualdad
jurídica; mientras que las leyes especiales,
aun cuando se aplican a una o a varias cate-
gorías de personas relacionadas con hechos,
situaciones o actividades específicas, sí se
encuentran investidas de las características
de generalidad, abstracción y permanencia,
dado que se aplican a todas las personas que
se colocan dentro de las hipótesis que prevén
y no están dirigidas a una persona o grupo
de ellas individualmente determinado, ade-
más de que su vigencia jurídica pervive des-
pués de aplicarse a un caso concreto para
regular los casos posteriores en que se actua-
licen los supuestos contenidos en ellas, no
transgrediendo, por tanto, el citado precepto
constitucional.68

Por ejemplo, son leyes especiales la Ley


Federal del Trabajo y la Ley del Impuesto sobre
la Renta.

68
Tesis P./J. 18/98, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, t. VII, marzo de 1998, p. 7.
114 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

En cuanto a los tribunales especiales, el


mandato constitucional en comento impone
una abstención a cargo del Estado, en el sentido
de que no deberá establecer más tribunales que
los ordinarios, es decir, los creados para cono-
cer asuntos indeterminados sobre cualquier
materia. En contraposición a los tribunales
ordinarios, los especiales se erigen para conocer
de uno o varios casos específicos, y desapa-
recen una vez cumplida su misión. Suelen pre-
verse en decretos o decisiones administrativas
o legislativas.

En septiembre de 2000, el Pleno de la Su-


prema Corte de Justicia emitió un criterio rela-
tivo a los tribunales especiales:

Los tribunales especiales prohibidos por el


precepto constitucional citado, son aquellos
órganos jurisdiccionales creados exclusiva-
mente para conocer de hechos y personas
determinados, por lo que una vez que reali-
zan el juzgamiento que les ha sido enco-
mendado, se extinguen, es decir, no han sido
creados por la ley con carácter permanente,
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 115

ni establecidos antes de que se susciten los


hechos materia de su competencia (…).69

En apariencia, los tribunales especiales sólo


se erigirían para conocer de causas penales; no
obstante, la Constitución utiliza únicamente el
término "tribunales", que comprende tanto a los
órganos jurisdiccionales del Poder Judicial co-
mo a los diversos tribunales administrativos o
del trabajo. Esto movió a creer que las Juntas de
Conciliación y Arbitraje eran tribunales espe-
ciales; no obstante, la entonces Cuarta Sala de la
Suprema Corte de Justicia emitió, a ese res-
pecto, la siguiente tesis aislada:

No es exacto que las Juntas de Conciliación


y Arbitraje constituyan tribunales especia-
les, porque dichas Juntas fueron establecidas
por el artículo 123 constitucional para re-
solver conflictos, colectivos e individuales,
que surjan entre el capital y el trabajo, y no
para una contienda especial y determinada,
que es lo que caracteriza a los tribunales espe-
ciales cuyo funcionamiento es violatorio de
garantías.70

69
Tesis P. CXXIX/2000, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, t. XII, septiembre de 2000, p. 18.
70
Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, t. XLIII, p. 520.
116 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

Además, los llamados tribunales especiali-


zados tampoco deben confundirse con tribu-
nales especiales, puesto que aquéllos pueden
conocer de un número indeterminado de asun-
tos que se refieren a una misma materia. Por
ejemplo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial
de la Federación es un tribunal especializado en
materia electoral. El primer párrafo del artículo
99 constitucional dispone: "El Tribunal Elec-
toral será (…) la máxima autoridad jurisdic-
cional en la materia y órgano especializado
del Poder Judicial de la Federación."

2. Prohibición de fueros

La segunda parte del artículo 13 se refiere a los


fueros. Prohíbe que el Estado otorgue fueros a
alguna persona o corporación, así como más
emolumentos de los que basten para compen-
sar servicios públicos y estén fijados por la ley.
Adicionalmente, señala que el fuero de guerra
subsiste para los delitos y las faltas cometidos
contra la disciplina militar.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 117

La Real Academia Española sostiene que la


palabra fuero deriva del latín forum —foro— y
significa "cada uno de los privilegios y exencio-
nes que se conceden a una provincia, a una
ciudad o a una persona", así como "privilegio,
prerrogativa o derecho moral que se reconoce
a ciertas actividades, principios, virtudes, etc.,
por su propia naturaleza".71

En materia jurídica, el término alude a una


diversidad de cosas. Puede usarse para referir-
se a compilaciones o conjuntos de leyes —Fuero
Juzgo, Fuero Real, etcétera—; señalar situacio-
nes de privilegio derivadas de la condición
social de las personas; y aludir al conjunto de
órganos jurisdiccionales que se crean en bene-
ficio de círculos cerrados de personas, quienes
quedarían fuera de la jurisdicción de los tribu-
nales ordinarios. Es evidente que el artículo en
estudio prohíbe los fueros que implican privi-
legios y los que remiten a órganos jurisdiccio-
nales creados en atención a ciertas personas o
corporaciones.

71
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, op. cit., t. I, p. 1095.
118 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

Sobre el fuero, el Pleno de la Suprema


Corte de Justicia estimó:

No obstante que la palabra fuero tiene varias


acepciones, la interpretación histórica y sis-
temática del artículo 13 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos,
permite concluir que la proscripción que rea-
liza de los fueros se refiere a la prohibición
del establecimiento de jurisdicciones o
esferas competenciales en función a la situa-
ción social de determinada persona o
corporación.72

Este criterio involucra las dos acepciones


de fuero que la Constitución toma en cuenta.
Cuando recae sobre un número determinado
de personas, el fuero se denomina personal,
mientras que, al traer a colación a los órganos
jurisdiccionales creados para atender los recla-
mos de justicia de un grupo específico de indi-
viduos, recibe el nombre de real. Cuando la
Constitución dice que ninguna persona o cor-
poración puede tener fuero, significa que

72
Tesis P. CXXXVI/97, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, t. VI, septiembre de 1997, p. 204.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 119

ninguna corporación gozará de un conjunto de


privilegios exclusivos, así como que no será
juzgada sino por tribunales ordinarios, es decir,
los que imparten justicia sin distingos entre los
justiciables. Luego, el artículo 13 prohíbe los fue-
ros tanto reales como personales.

No obstante, este mandato constitucional


tiene excepciones de rango constitucional. El ar-
tículo 61, por ejemplo, indica:

Los diputados y senadores son inviolables


por las opiniones que manifiesten en el
desempeño de sus cargos y jamás podrán ser
reconvenidos por ellas.
El presidente de cada Cámara velará por el
respeto al fuero constitucional de los miem-
bros de la misma y por la inviolabilidad del
recinto donde se reúnan a sesionar.

Este artículo contiene la "garantía de invio-


labilidad", que permite a diputados y senadores
emitir opiniones sin temor de ser reconvenidos,
siempre que lo hagan en el ejercicio de sus fun-
ciones. Es decir, no podrán ser sometidos a
proceso en razón de las opiniones que expresen
120 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

mientras desempeñan sus labores.73 Sobre el


fuero constitucional, en el Nuevo diccionario jurí-
dico mexicano74 se lee: "Fuero constitucional era el
derecho que tenían los llamados altos funcio-
narios de la Federación para que, antes de ser
juzgados por la comisión de un delito ordina-
rio, la Cámara de Diputados del Congreso de
la Unión resolviera sobre la procedencia del
mencionado proceso penal." Este fuero subsiste
y se traduce en que diputados y senadores, así
como los demás sujetos de responsabilidad po-
lítica,75 sólo podrán ser juzgados penalmente
previa declaratoria de procedencia, es decir, una
declaración emitida por la Cámara de Dipu-
tados de que procede ejercer acción penal contra
alguno de los individuos que gozan de este
fuero.

Aparte de no poder tener fueros, ninguna


persona o corporación debe "gozar más emolu-

73
Véase 100 decisiones relevantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(Novena Época), 2a. ed., México, Suprema Corte de Justicia de la Nación, 2000,
pp. 232-234.
74
SOBERANES FERNÁNDEZ, José Luis, "Fuero constitucional", en VV.AA.,
Nuevo diccionario jurídico mexicano, t. II, op. cit., p. 1757.
75
Véase el Título Cuarto de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 121

mentos que los que sean compensación de


servicios públicos y estén penados por la ley".
El Estado debe abstenerse de que sus autori-
dades remuneren a una o varias personas, sin
que éstas hayan dado una contraprestación que
importe beneficios públicos y sin que los emolu-
mentos a pagar se encuentren fijados en una ley.

El único fuero real autorizado por la Consti-


tución Federal es el de guerra, que alude a un
conjunto de órganos jurisdiccionales erigidos
para juzgar casos específicos, y en los que estén
involucrados los militares. La Primera Sala de
la Suprema Corte de Justicia ha considerado que:

(…) la subsistencia del fuero de guerra a que


se contrae el artículo 13 constitucional, es
una excepción que no se basa en considera-
ciones especiales a la persona militar ni a su
jerarquía, sino de orden público y de espe-
cial disciplina, que tiende a garantizar la paz
y el bienestar nacional y que exige una vio-
lenta y rápida intervención de quien tiene
mayor conocimiento y capacidad para su
preparación adecuada, para juzgar a los que
rige la ley militar; por tanto, el fuero y el tri-
bunal no son en favor del acusado, sino en
122 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

bien de las instituciones y de la sociedad per-


turbadas por el acto trasgresor (sic).76

Los tribunales militares son competentes


para conocer de delitos del orden militar que,
adicionalmente, sean cometidos por miembros
del ejército. El artículo 57 del Código de Justicia
Militar indica cuáles son los delitos cometidos
contra la disciplina militar, y especifica que,
en el orden común o federal, son delitos, entre
otros, los cometidos por militares al estar en
servicio o con motivo de actos relativos; en terri-
torio declarado en estado de sitio o sujeto a ley
marcial; y frente a tropa formada o ante la
bandera.

La jurisdicción de los tribunales militares no


puede hacerse extensiva a los civiles. Cuando
en la comisión de un delito del orden militar
estuvieran implicados un soldado y un civil, este
último no será juzgado por un tribunal militar,
sino por uno civil que, en virtud del carácter
federal de los delitos militares, sería un Juzgado

76
Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, t. LXI, p. 3760.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 123

de Distrito. En torno a esto, el Pleno del más Alto


Tribunal expresó:

(…) I. el artículo 13 constitucional prohíbe


que los civiles sean juzgados por los tribunales
militares, en todo caso; II. manda que las
personas que pertenezcan al ejército, deben
ser enjuiciadas ante los tribunales del fuero
de guerra, cuando se trata de delitos del orden
militar, y III. que cuando en la comisión de
un delito del orden militar concurran mili-
tares y civiles, la autoridad civil debe conocer
del proceso, por lo que toca a los civiles, y
los tribunales del fuero de guerra, del que
se instruya a los militares.77

77
Idem, t. XXXIX, p. 240.
X. LA GARANTÍA DEL ARTÍCULO 31,
FRACCIÓN IV CONSTITUCIONAL

La doctrina no suele considerar garantía de


igualdad a la fracción IV del artículo 31 cons-
titucional; antes bien, tiende a tratarse el
contenido de esta disposición al referirse a las
garantías individuales no contenidas en la par-
te dogmática de la Ley Suprema. Sin embargo,
como esta fracción contiene el principio de
equidad de las leyes fiscales, con fundamento
en la necesidad de que las personas sean trata-
das por la ley en condiciones de igualdad,
conviene explicar tal principio, sobre todo a la
vista de que, durante todas las Épocas del Sema-
nario Judicial de la Federación, la Suprema Corte
de Justicia ha emitido numerosas tesis aisladas
y jurisprudenciales referidas a la necesaria
equidad de las leyes fiscales.

125
126 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

1. Equidad de las leyes fiscales

El artículo 31 se ubica en el Capítulo II del Tí-


tulo Primero de la Constitución Federal, tocante
a los mexicanos y sus obligaciones. La fracción
IV del precepto califica de obligación del mexi-
cano "contribuir para los gastos públicos, así
de la Federación, como del Distrito Federal o del
Estado y Municipio en que residan, de la ma-
nera proporcional y equitativa que dispongan
las leyes". Contribuir para los gastos públicos
se traduce en pagar impuestos. Según la frac-
ción I del artículo 2o. del Código Fiscal de la
Federación, los impuestos "son las contribu-
ciones establecidas en Ley que deben pagar las
personas físicas y morales que se encuentren
en la situación jurídica o de hecho prevista por
la misma…" La "situación jurídica o de hecho"
a que se refiere la fracción citada se relaciona
con el principio de igualdad.

La equidad tributaria es un baluarte de la


igualdad real de las personas, es decir, la igual-
dad jurídica. Habrá equidad en el pago de
impuestos cuando el legislador reconozca desi-
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 127

gualdades surgidas de situaciones de hecho


que atraviesen los gobernados, en la inteligen-
cia de que algunos de éstos no podrán pagar
impuestos como podrían hacerlo otros.

El principio de equidad tributaria está carac-


terizado por varios elementos:

El principio de equidad no implica la nece-


sidad de que los sujetos se encuentren, en
todo momento y ante cualquier circunstan-
cia, en condiciones de absoluta igualdad,
sino que, sin perjuicio del deber de los Poderes
públicos de procurar la igualdad real, dicho
principio se refiere a la igualdad jurídica,
es decir, al derecho de todos los goberna-
dos de recibir el mismo trato que quienes se
ubican en similar situación de hecho porque
la igualdad a que se refiere el artículo 31,
fracción IV, constitucional, lo es ante la ley
y ante la aplicación de la ley. De lo anterior
derivan los siguientes elementos objetivos,
que permiten delimitar al principio de equi-
dad tributaria: 1) no toda desigualdad de
trato por la ley supone una violación al ar-
tículo 31, fracción IV, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos,
sino que dicha violación se configura úni-
128 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

camente si aquella desigualdad produce


distinción entre situaciones tributarias que
pueden considerarse iguales sin que exista
para ello una justificación objetiva y razona-
ble; 2) a iguales supuestos de hecho deben
corresponder idénticas consecuencias jurídi-
cas; 3) no se prohíbe al legislador contemplar
la desigualdad de trato, sino sólo en los casos
en que resulta artificiosa o injustificada la
distinción; y 4) para que la diferenciación
tributaria resulte acorde con las garantías de
igualdad, las consecuencias jurídicas que
resultan de la ley, deben ser adecuadas y
proporcionadas, para conseguir el trato
equitativo, de manera que la relación entre
la medida adoptada, el resultado que pro-
duce y el fin pretendido por el legislador,
superen un juicio de equilibrio en sede
constitucional.78

El principio de equidad debe analizarse


siempre en relación con la vigencia de las nor-
mas que establecen los impuestos, como lo esta-
bleció la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia:

78
Tesis P./J. 41/97, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, t. V, junio de 1997, p. 43.
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 129

El principio de equidad tributaria que se


consagra en el artículo 31, fracción IV, de
la Constitución Política de los Estados Uni-
dos Mexicanos, consiste en la igualdad ante
la misma ley tributaria de los sujetos pasivos
de un tributo, quienes deben recibir un tra-
tamiento idéntico en lo concerniente a hipó-
tesis de causación, acumulación de ingresos
gravables, deducciones o plazos de pago.
Ahora bien, ese principio debe analizarse en
un ámbito temporal de validez de las nor-
mas tributarias, es decir, durante la vigencia
de los preceptos que regulan un impuesto y
sus condiciones de pago, pues de otro modo,
si se intenta comparar un precepto vigente
con otro que ya no lo está, no podría consi-
derarse que los sujetos del impuesto están
sometidos a un tratamiento distinto, sino
únicamente que la hipótesis en que se ubican
tenía atribuida una consecuencia y luego
otra, lo cual puede justificarse, entre otras cau-
sas, por el cambio de la situación económica
y social del país o el estímulo de una rama
industrial, comercial o cultural.79

Para asegurar la observancia del principio


de equidad, las leyes fiscales deben ser precisas

79
Tesis 2a. LVI/99, ibidem, t. IX, mayo de 1999, p. 503.
130 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

en cuanto a la categorización de los contribu-


yentes; es decir, debe indicar cuidadosamente
a qué personas les tocará pagar un determinado
impuesto, para que no quepa duda de que quie-
nes no figuran en una categoría determinada
no pagarán ese tributo. A este respecto, el Pleno
del más Alto Tribunal señaló:

El Tribunal Pleno de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, en múltiples criterios,
ha sostenido que el aludido principio consti-
tucional radica, medularmente, en la igualdad
ante la misma ley fiscal de todos los sujetos
pasivos de un mismo tributo, quienes, en
consecuencia, deben recibir un mismo trato,
lo que implica que las normas tributarias
deben tratar de manera igual a quienes se
encuentren en una misma situación y de
manera desigual a los sujetos de gravamen
que se ubiquen en una situación diversa; en
otros términos, el principio de equidad obliga
a que no exista distinción entre situaciones
tributarias que pueden considerarse igua-
les, sin que para ello haya una justificación
objetiva y razonable, por lo que el valor
superior que persigue consiste en evitar que
existan normas que, destinadas a proyec-
tarse sobre situaciones de igualdad de hecho,
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 131

produzcan desigualdad como efecto de su


aplicación, al generar un trato distinto en
situaciones análogas o al propiciar efectos
iguales sobre sujetos que se ubican en situa-
ciones dispares; además, el propio Máximo
Tribunal de la República ha sostenido que
para cumplir con el citado principio, el legis-
lador no sólo está facultado, sino que tiene la
obligación de crear categorías o clasifi-
caciones de contribuyentes a condición de
que éstas no sean caprichosas o arbitrarias,
es decir, que se sustenten en bases objeti-
vas que justifiquen el tratamiento diferente
entre una y otra categoría, y que pueden
responder a finalidades económicas o
sociales, razones de política fiscal o incluso
extrafiscales (…).80

80
Tesis P./J. 50/2002, idem, t. XVI, diciembre de 2002, p. 6.
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NORMATIVA NACIONAL
E INTERNACIONAL

• Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos
• Código Civil Federal
• Código Civil para el Distrito Federal
• Código de Justicia Militar
• Código Fiscal de la Federación
• Estatuto Orgánico del Instituto Nacional de
las Mujeres
• Estatuto Orgánico del Sistema Nacional para
el Desarrollo Integral de la Familia
• Estatuto Orgánico del Sistema para el
Desarrollo Integral de la Familia del Distrito
Federal
• Ley de Amparo
• Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación
• Ley General de Salud
141
142 SUPREMA CORTE DE J USTICIA DE LA NACIÓN

• Ley General del Equilibrio Ecológico y la


Protección al Ambiente
• Ley Orgánica de la Administración Pública
Federal
• Ley para la Protección de los Derechos de
Niñas, Niños y Adolescentes
• Ley de Premios, Estímulos y Recompensas
Civiles
• Ley Federal del Trabajo
• Ley Federal para Prevenir y Eliminar la
Discriminación
• Ley de Nacionalidad
• Ley del Instituto Nacional de las Mujeres
• Ley de los Derechos de las Niñas y los Niños
en el Distrito Federal
• Ley del Instituto Nacional de las Mujeres del
Distrito Federal
• Ley Orgánica de la Administración Pública
del Distrito Federal
• Declaración de los Derechos del Hombre y
del Ciudadano (1789)
• Declaración Universal de los Derechos Hu-
manos (1948)
• Convención Americana sobre Derechos Hu-
manos (1969)
LAS GARANTÍAS DE IGUALDAD 143

• Pacto Internacional de Derechos Civiles y


Políticos (1976)
• Convención sobre los Derechos del Niño
(1991)
Esta obra se terminó de imprimir y en-
cuadernar en junio de 2005 en los talle-
res de Gama Sucesores, S.A. de C.V. Se
utilizaron tipos Book Antiqua de 8, 12, y
14 puntos y CG Omega de 14 y 22 pun-
tos. La edición consta de 7,000 ejempla-
res impresos en papel bond de 75 grs.

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