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SER UN BUEN LÍDER

¿Cuándo es una persona un líder? Una de las maneras de responder a esta pregunta es
observar a la persona y ver quién le sigue. Así pues, en este proceso de influencia, están
presentes el líder y los seguidores. Para conseguir los mejores resultados el líder debe tomar
en cuenta por un lado su personalidad, experiencia, conocimientos, pero también debe
considerar el historial, preparación y expectativas de sus seguidores y ser capaz de evaluar el
contexto organizacional en que le toca actuar. Así, el líder de éxito es aquel capaz de
comportarse en forma apropiada a las circunstancias, si lo que se necesita es dirección, es
capaz de dirigir; si se requiere de libertad de participación, también es capaz de darla. En esta
clase profundizaremos en la naturaleza del liderazgo a través de los principales modelos de
liderazgo, que se han planteado en la literatura.

Modelos de Liderazgo

Los estudios sobre liderazgo han puesto el acento en tres grandes temas. En primer lugar se
identifica al líder efectivo con el “líder carismático”, que sobresale por sus características
personales. Alternativamente se puede reconocer un buen líder no por lo que es, sino por lo
que hace. Lo importante, en este caso, son las conductas del líder. Por último, un líder no tiene
por qué comportarse igual en todas las circunstancias. Un líder verdaderamente efectivo es el
que tiene la capacidad de reconocer las distintas situaciones y adaptar su respuesta a ellas (el
líder situacional).

El líder carismático de hoy: Rasgos que sobresalen

Resulta sorprendente constatar que, no obstante que la teoría de los rasgos no parece explicar
el liderazgo, volvemos recurrentemente a ella. Hemos llegado a esperar demasiado de
nuestros líderes, estos deben tener una gran capacidad intelectual, ser muy visionarios para
imaginar el futuro y con suficientes habilidades interpersonales para entusiasmar a sus
seguidores, construir ambientes de confianza y compromiso. Pero, ¿es posible encontrar todos
estos atributos en una misma persona? En la actualidad se ha puesto de moda el liderazgo
emocional1, que dice, en términos simples, que un líder exitoso se caracteriza por su
“inteligencia emocional”. Esta no es más que un conjunto de disposiciones que hacen que una
persona tenga control y conocimiento de si misma, a la vez que una capacidad de relacionarse
con otras personas, basada en su empatía y habilidades sociales. En el mundo de hoy, el
trabajo del ejecutivo se basa en cultivar y coordinar las acciones de los demás. Precisamente
es ahí donde más vale que los líderes sepan tanto de sus fortalezas como de sus debilidades
para darle la importancia que tiene el confiar en los demás, complementando las habilidades
que les faltan.

Modificación del comportamiento

En todas partes se tiene el mismo problema: no se puede ser exitoso sin cambiar el
comportamiento de las personas. Los líderes deben lograr que la gente modifique su
comportamiento, pero todos sabemos lo difícil que es esta tarea. Piense por un momento si Ud.
estaría dispuesto a cambiar, si el cambio propuesto fuera realmente importante. Lo más
probable es que su respuesta sea afirmativa. Pero, de acuerdo a los estudios en el tema, la
probabilidad de que usted cambie es de 1 sobre 10, y la de que no lo haga es de 9 sobre 10. A
veces como individuos deseamos cambiar, por ejemplo en la forma en que trabajamos y no lo
podemos hacer.

Se dice que la crisis es un gran impulsor del cambio. Sin embargo, una crisis tan fuerte como
un ataque al corazón no es suficiente para garantizar un cambio en los hábitos de la persona.
Ornish propone darle un sentido positivo al cambio, convenciendo a sus pacientes de que
pueden vivir mejor y disfrutar más de las cosas de la vida. Frecuentemente, los pacientes
después de un ataque cardíaco están tan asustados que parecen dispuestos a hacer todo lo
que le indiquen, pero con el tiempo vuelven a sus hábitos. Los médicos asustan al paciente con
el miedo a la muerte porque se considera que el miedo puede motivar al cambio, pero eso se
ha visto que no sirve. En este mismo sentido muchas investigaciones muestran la importancia
de darle a las personas un marco de referencia, es decir estructuras mentales que configuren
su forma de ver el mundo. Antes de intentar que las personas modifiquen su comportamiento,
hay que considerar el marco de referencia del que ellos están partiendo.

¿Por qué nos resulta tan difícil cambiar?

Es claro que cambiar demanda mucho esfuerzo, pero ahora gracias a la integración
de la psicología y la neurociencia, hemos empezado a entender por qué.
Al parecer, la naturaleza fisiológica del cerebro predispone a las personas a resistirse
a ciertos estilos de liderazgos y a aceptar otros. Esto explica tanto el fracaso como el
éxito de muchas iniciativas de cambio. Alguna consideraciones que deberían tenerse
en cuenta.

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