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Filosofía 29/Mayo/2010

DESPERTANDO A LA VIDA

Esta película me parece realmente interesante y llamativa desde el punto de vista


visual como el del contenido y los temas que son tratados a lo largo de toda la trama.
Puede que resulte complicada para ciertas personas y hasta aburrida por la misma
razón de no comprenderla, pero, al observarla con una visión que va más allá de las
caricaturas y su estética podremos notar que los temas ahí tratados resultan realmente
sorprendentes porque de cierta forma se discute la mismísima fibra de la humanidad y
de su pensamiento, aunque ya había pensado en ellos anteriormente, se tratan de una
forma mucho más detallada y bien orientada ayudándose también de las ilustraciones
ya que mientras ocurren los diálogos las imágenes y personajes comienzan a
transformarse congruentemente con el tema de las conversaciones.

Lo primero que llamó mi atención es que algunos personajes cambiaban de color según
los sentimientos y emociones por los que estaban pasando así como se transformaba
todo el entorno según el tema que trataban y su manera de hablar. Un ejemplo de esto
se puede observar desde las primeras escenas cuando en el auto-bote el patito de hule
imitaba los gestos del marinero-conductor que se encontraba dialogando con el
personaje principal. Se puede encontrar también un chimpancé analizando
profundamente las situaciones sociales y humanas de manera precisa y realmente
filosófica terminando su discurso con un mordisco a los escritos en los cuales lo basaba.

Todo comienza cuando el personaje principal en una etapa de mayor juventud se


encuentra jugando con una amiga suya un juego que, según los niños, puede predecir
ciertas cosas sobre la vida. Después de terminar el proceso predictivo, el mensaje
resultante es: “Sueño es destino”. El niño sorprendido no deja de pensar en la
predicción que su amiga le regaló, después de esto se ve como, cuando va camino a
alguna parte, el niño comienza a elevarse de pronto y este resuelve la situación
sosteniéndose de la manija de un auto estacionado.

Esta escena puede ser una metáfora de que la mayoría de los seres humanos son
incapaces de elevar su conciencia y pensamiento y en vez de eso se sujetan temerosos
a la realidad común y simple generalizada por todos sin permitirse llegar mucho más
allá de los que sus ojos ven, dando por terminada, completa y hecha una realidad
basada puramente en las apariencias, con eso se sienten cómodos, aunque muy dentro
de ellos existe la noción de que están realmente equivocados.

Se tratan bastantes temas de diferentes índoles y puntos de vista todos enfocados


principalmente en la idea de vivir, en como individualmente se crean realidades
privadas pero que a la vez son complementadas o viciadas por los demás individuos.

Aquí la realidad, el tiempo, la muerte, la conciencia, entre otras más cosas se


transportan a un plano completamente abstracto en el cual las palabras y su significado
se separan y pueden ser analizadas y vistas desde todos los ángulos sin dejarse llevar
por prejuicios inútiles ni normas sociales. Es como encontrarse en el nivel máximo de
lucidez y conciencia donde, en vez de ver las cosas materialmente, son diseccionadas y
Filosofía 29/Mayo/2010
analizadas desde todos los puntos de vista posibles si ningún tipo de discriminación o
restricción.

La experiencia al ver esta obra de arte resulta bastante análoga a la experiencia del
buen uso del LSD cuando la pantalla social, las apariencias y lo material se tornan
completamente inútiles e irreales y nos permitimos caminar sobre concepciones y
sensaciones absolutamente irreales pensando aceleradamente y con cierto grado de
desesperación en todas las vueltas que se le puede dar a algo, buscando todas las
salidas y entradas, observando las posibilidades como si tuviéramos un mapa de todos
los caminos del razonamiento para, por fin llegar a encontrarnos, salir de este sueño
eterno al que comúnmente llamamos “vida” y empezar de una vez por todas a vivir
realmente con una visión mucho más libre de las cosas, una mente sin limitantes
exteriores aunque siempre inmersa en la “realidad” de nuestra rutina.

La película invita a las personas a salir de su realidad, romperla, o por lo menos


estirarla, es una obra que permite una gran abertura de percepciones dejan bien claro
que nada es absoluto y que pocas cosas son verdaderamente reales (como se han
establecido). Nos pone en frente la tarea de descifrar los paradigmas humanos y deja
en claro que la desmoralización, la ignorancia, la apatía y los excesos son el principio
del caos y la desnaturalización. Comunica la necesidad de una libertad basada en el
respeto de las leyes universales y la conciencia manteniendo siempre una congruencia
individual para así evitar nuestra autodestrucción.

A partir de esto surge la pregunta: ¿Cuánta realidad contiene la “realidad”? ¿Cuándo


algo es verdaderamente real? Y sé que la respuesta solo se puede encontrar en los
confines de mi propio pensamiento, mientras tanto aparentare que me muevo en lo real
(como todos lo hacen) y desarrollaré una obsesión por prender y apagar la luz a ver si
algún día logro que esta se mantenga inerte ante mis actos sobre el interruptor.

Se rompen percepciones y se unen opuestos, porque al fin y al cabo los opuestos


siempre serán la misma cosa, sólo que toman otros matices y muchas veces, los
matices se sienten más reales que la misma realidad.

Habla de la vida como una repetición infinita y que la importancia de vivirla reside en la
originalidad con la que las repeticiones tomen efecto, de ahí también se logra el
cambio, de la diferencia.

Una expresión artística realmente útil para el ritmo de la vida actual que permite por un
momento quedarse sentado en ese pedazo de nada que todos deseamos, abrir puertas
que mucha gente ni siquiera considera como tangibles y trascender no en la eternidad
sino en el infinito.

Lo único que queda para la humanidad es…despertar, salir de la sala de espera y


comenzar, por fin, a construir su vida.
Filosofía 29/Mayo/2010

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