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Este departamento fue creado durante la presidencia de Antonio José de Sucre, mediante
Decreto Supremo del 23 de enero de 1826.
La capital del departamento es la ciudad de Cochabamba, que fue fundada la primera vez
por los capitanes Jerónimo de Osorio y Ruy Diaz de Melgarejo el 2 de agosto de 1571, con
el nombre de “Leal y valerosa Villa de Oropeza”. La segunda vez en el valle de Kanata y al
pie del Tunari, por Sebastián Barba de Padilla.
Asimismo, Cochabamba se destaca por su agradable clima, aunque éste varía con la altitud:
frío en la cordillera, templado en los valles y cálido en la región del trópico.
Muchas zonas cuyas calles eran de tierra, en la actualidad tienen pavimento rígido o
asfaltado. No obstante, aún hay trabajo por hacer puesto que muchos barrios siguen en el
olvido, sin acceso a los servicios básicos, etc.
Las plantas industriales como por ejemplo: PIL, FINO, COBOCE, MANACO, junto a la
actividad agrícola constituyen el puntal económico del departamento.
Asimismo, se destaca la actividad artística con grupos como Kjarkas, Proyección, Amaru,
etc., además de pintores, escultores y escritores galardonados con varios premios.
Entre los lugares para ir de paseo podemos mencionar: el Parque Tunari, con hermosos
bosques de pinos y especies nativas, creado como parte del esfuerzo de contar con un
cinturón ecológico para proteger a la ciudad de la erosión y las inundaciones, así como de
mejorar el clima y el paisaje de la zona.
Cochabamba, como toda ciudad tiene su paseo tradicional llamado El Prado (Avenida
Ballivián), en el que se encuentran restaurantes, salteñerías, discotecas,etc.
Un amplio panorama de la ciudad se puede apreciar desde la colina de San Sebastián (La
Coronilla), sitio de uno de los hechos más heroicos durante la Guerra de la Independencia.
La Plaza 14 de Septiembre, más conocida como Plaza Principal constituye otro atractivo.
En ella se encuentran: la Gobernación (ex Prefectura), el Concejo Municipal, entre otros.
Entre los valores histórico – arquitectónicos se encuentran templos construidos durante los
siglos XVI y XVII: Iglesia Matriz o Catedral, Santo Domingo, San Francisco, San Juan de
Dios y Compañía de Jesús. En ellos también apreciará algunas piezas de arte sacro en
pintura y escultura.
De particular interés son las ruinas de Incallajta, de Incarracay (en Sipe Sipe) y de
Incachaca (en la provincia Chapare).
Otros lugares son: Quillacollo, Sipe Sipe, Pairumani (Granja agrícola –ganadera y
mausoleo de la familia Patiño), Colcapirhua, Sacaba.
El Chapare, una de las provincias que más turismo atrae, tiene uno de los poblados más
bellos de Cochabamba: Villa Tunari. Aquí puede disfrutar del trópico con las dulces aguas
de los ríos San Mateo y Espíritu Santo y saboreando algún plato de pescado, jochi, etc.
HISTORIA DEL CARNAVAL COCHABAMBINO DE ANTAÑO
En su libro “Diccionario del Folklore Boliviano” el escritor José Costas Arguedas, relata
las tradiciones del Carnaval valluno de las décadas pasadas.
Los vehículos solían estar adornados con gracia y el municipio premiaba a los mejores
presentados. Los días de Carnaval, lunes y martes; se reducía a la celebración a
intervenciones individuales, una que otra persona paseaba por las calles y recibía duchas
desde alguno que otro balcón.
Las pandillas, formadas por mozos y mozas, cantaban y bailaban acompañadas por
orquestas integradas por músicos armados de violines, mandolinas, guitarras y charangos.
Costas recuerda algunas de las coplas que las pandillas se cantaban a contrapunto al
encontrarse: “Estos carnavales ¿quién inventaría? Un hijo de p… sería”.
Según un artículo escrito por el periodista Wilson García, un alemán llamado Adolfo
Shultze fue el promotor del consumo modernizante de la cerveza y quien organizó en
marzo de 1887 la primera “Entrada de Carnaval”, que se registra en la historia urbana de
Cochabamba.
“Ese primer `corso´ que se registra en la historia de la ciudad tiene como finalidad
fortalecer y modernizar la fiesta para dar paso al consumo `civilizatorio´ de la cerveza,
bebida que comienza a disputarse los espacios urbanos con la tradicional chicha punateña”.
La celebración de la fiesta en marzo de 1887 fue histórica, porque dio origen al primer
Corso carnavalero que hizo su “Entrada” en un rodeo de Sur a Norte de la ciudad.
Por ello, opina Rodríguez “el Corso de Corsos revitalizó un Carnaval a punto de
desaparecer y que a partir de entonces fue fortaleciéndose”.
CORSO INFANTIL
En el Corso Infantil, que se realiza el domingo de tentación, participan niños, niñas, bebés,
entre otros. La alegría de los niños, la diversión y mucha mojazón caracterizan al Corso.
En esta Entrada infantil, que ya tiene más de diez años tradición en Cochabamba, los niños
son acompañados por sus padres y desfilan por el recorrido con coloridos trajes y carrozas.
Las comparsas de los niños sorprenden a los espectadores, por la creatividad de los
disfraces, hechos muchas veces por sus propios padres.
Materiales simples como cartón, hojas de papel, plásticos o plastoformo son suficientes
para hacer un lindo disfraz.
Al igual que en el Corso de la Concordia, es muy esperado el paso de la Reina del Carnaval
Infantil en su carroza, quien con una sonrisa radiante enviará besos al público que se
apuesta en el recorrido del Corso.
Cabe mencionar que el recorrido del Corso Infantil es menor que el Corso de Corsos,
precisamente por la participación de los pequeños.
El martes desde muy temprano comienzan a tronar petardos en varias zonas de la ciudad.
La Pachamama tiene su día. Las ch`allas y k´oas, el encuentro con lo mítico y ritual, está
presente en calles, centros comerciales y domicilios.
El estruendo de los cohetillos para espantar las malas energías caracteriza la jornada, así
como el elevado consumo de bebidas alcohólicas.
Las familias ch`allan sus domicilios y centros de trabajo, en una tradicional que se extiende
cada vez más en los centros urbanos. Los mercados ofrecieron serpentina, mixtura, confites,
alcohol, vino de la tierra y la tradicional “mesa” (k`oa, incienso, copal y mirra) y flores con
confites (dulces de azúcar) para agradecer a la Pachamama y pedir prosperidad.
En las calles, los comercios, tiendas y otros centros se ch`alla cerca o pasado el medio día,
en las puertas de sus negocios o bien dentro de los mismos.
El sociólogo David Mendoza, explica que “la tradición de la ch`alla en las ciudades
reproduce la celebración que realizan los aimaras y quechuas por su reencuentro con la
naturaleza, por la buena producción agrícola principalmente de papa.
En casi todas las zonas de la ciudad, las familias se esmeran en adornar sus viviendas con
serpentinas y globos. Otros aprovechan para jugar con agua usando baldes, chisguetes y
globos.
Jóvenes y adultos participan del armado de las “mesas” con confites, pétalos de flores,
pedazos de lujmas, arroz, azúcar y almendras. Otras mesas incorporan un sullo (feto) de
llama para atraer el dinero y la fortuna.
Se cree que si el ritual se realiza con fe y devoción, la Pachamama cumplirá con el pedido.
Luego la gente se dedica a bailar algunos ritmos nacionales, se sirve comida y consume
algunas bebidas como cerveza.
El pollo al horno, el lechón y el puchero son los principales platos que las familias
cochabambinas degustan.
Está por demás decir, que cualquier plato está acompañado por la infaltable llajua.
El juego con agua no falta. Se moja a cuantas personas circulan por la calle.
MIÉRCOLES DE CENIZA
En la actualidad, las actividades de este día se centran por lo general, en los distintos
mercados del centro de la ciudad y de los barrios populares. Entonces las “caseritas”,
cierran sus puestos de venta y se disponen a divertirse, bailar, mojar, echar con espuma,
etc., a cualquier persona que merodee por el mercado “San Antonio”, “La Pampa”, “La
Paz”, etc.
Por otra parte, en las parroquias se cumple con el rito de pintar con ceniza una cruz en la
frente de los feligreses, como símbolo del inicio de la cuaresma.
Inclusive ese día se puede apreciar como el mismo centro de la ciudad humea e impregna
del olor dulzón del incienso y la quema de dulces, y otras hierbas que forman parte de la
q`oa que practican tradicionalmente los seguidores de estas costumbres.
LA GASTRONOMÍA COCHABAMBINA
Probablemente, Ud. Puede comer en Cochabamba mejor que en otras ciudades. La cocina
cochabambina tiene variedad, colorido y riqueza de condimentos y aderezos.
Es una cocina cuyo sabor nace en la tradición, en las manos de las cochabambinas y las
hierbas nativas que, como el perejil, suico y quilquiña, concentran buena parte del aroma y
la esencia de esta tierra.
En quintas y bares se encuentra un buen repertorio para los placeres gastronómicos con
platos típicos como el ch´ajchu, la chanqa, el charque y los picantes. La papa, el maíz y el
infalible arroz, son elementos básicos de la alimentación popular. Del maíz, así como del
trigo y la quinua, se obtiene una serie de sopas y laguas exquisitas y nutritivas.
El Corso de Corsos que renovó el Carnaval cochabambino se creó en 1974, por iniciativa
de Radio Centro. Hasta entonces nuestro Carnaval, en opinión del historiador Gustavo
Rodríguez, carecía de alma e identidad.
Los caporales de San Simón, bailaron por primera vez en el Corso de Corsos de 1979. La
danza del caporal fue la punta de lanza de la folklorización del Carnaval cochabambino.
Desde entonces cientos de danzarines tomaron sin tregua el ritmo de la fiesta. A ellos se
sumaron los conscriptos de las guarniciones militares, que cada año cambian de disfraz y de
carros alegóricos con originalidad, las comparsas, los danzantes de otros departamentos o
los disfrazados individuales que frecuentemente caricaturizan la difícil situación económica
o se burlan de políticos famosos.
El orden de salida es por bloques, que generalmente es encabezado por las guarniciones
militares. El recorrido de 3 kilómetros aproximadamente, empieza en el parque La Torre y
finaliza en la avenida Ramón Rivero.
Al Corso llegan grupos folklóricos de cada rincón del país, para exponer sus danzas y
vestimentas. Este evento es una mezcla de cultura, folklore, tradición y modernidad.
La diablada, es una danza que atrae la atención de muchos por su colorido, fuerza en el
baile y el gran despliegue de humo de color y fuegos artificiales.
Las bandas de música, hacen las delicias del público, porque implementan coreografías
especiales; además, muchos de ellos están elegantemente vestidos.
Sin embargo, se debe tomar previsión con los aspectos negativos del Corso: el excesivo
consumo de bebidas alcohólicas, el descuido de los niños, las peleas, caída de graderías, la
especulación de los precios, los destrozos en las jardineras, etc.
Empero, el lado negativo es el descontrolado juego con globos, espuma, pintura y otros
elementos que pueden causar daño a los espectadores.
LAS COMPARSAS Y CARROS ALEGÓRICOS DE LOS CONSCRIPTOS
Desde hace años atrás, los soldados y los premilitares, damas y varones, son el principal
atractivo del Corso de la Concordia. Las diferentes unidades del Ejército, la Naval y la
Fuerza Aérea cada año cambian de disfraz y de carros alegóricos con originalidad.
Durante varias semanas, los soldados ensayan los pasos del baile elegido y elaboran sus
disfraces con mucho talento.
Para el diseño de sus ingeniosos carros alegóricos, usarán todo tipo de materiales como:
caña hueca, bolsas vacías de cemento, cartón, etc.
La habilidad e ingenio de los conscriptos, se expresa en los diferentes disfraces con los que
bailan al ritmo de sus propias bandas musicales. Con mucho empeño y picardía, los reclutas
muestran a personajes de películas, series televisivas o sacados de la imaginación, como
ser: Avatar, Super Mario Bros., Hulk, El Señor de los Anillos, El Zorro, Cholo Juanito, etc.
Disfraces como los Transformers, por ejemplo, permiten imaginarse como un robot se
puede transformar en un automóvil. Ni qué decir de los carros alegóricos, que son hechos
con gran invención, como por ejemplo: dragones, King Kong, etc.
Por todo esto, el paso de las diferentes unidades militares llama la atención de los niños y
gusta a los más grandes.
Asimismo, su creatividad, fuerza y juventud son utilizadas en el baile (que van desde
danzas folklóricas hasta ritmos modernos como la cumbia y reggaeton) durante el
recorrido.
El Carnaval en las distintas provincias de Cochabamba tiene sus propias características. Así
por ejemplo, en Sacaba o Quillacollo participan grupos de amigos, comparsas de sindicatos,
asociaciones, etc. Muchos de ellos hacen satirizan a diferentes actores de nuestra sociedad.
El entusiasmo de los jóvenes, la música, el baile y el juego con agua, se apoderan de las
calles tornando en ambiente festivo la cotidianidad. Por unos días, se olvida todo: los
conflictos políticos y sociales, la difícil situación económica, etc., no en vano cuando llega
el Miércoles de Ceniza dando fin al Carnaval, muchos con añoranza cantan: “lindo
Carnaval porque no te quedas unos días más”.