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EL PROCESO DE SUBURBANIZACIÓN EN VIÑA DEL MAR A FINES DEL

1
SIGLO XIX.

Andrés Urtubia R.*

Resumen
El artículo que a continuación se presenta, tiene relación con el proceso de
suburbanización de Viña del Mar y su paso de villa de descanso a balneario
internacional. Forma parte de un trabajo de investigación que abarca desde mediados
del siglo XIX hasta la década de 1930.
En el presente apartado se revisa el desarrollo industrial y los primeros pasos del
balneario de Miramar, a fines del siglo XIX y comienzos del XX

Abstract
This article has relation with the process of suburbanization of Viña del Mar and its
transition from a villa for vacations to an international resort. It forms part of a research
work that covers from middle of the 19th century up to 1930.
The industrial development and the first steps of the Miramar's beach area, at the end of
the 19th century and beginning of the 20th century, are reviewed.

El paso de villa de descanso a balneario internacional de Viña del Mar, estuvo ligado
al proceso de suburbanización. “Usualmente entendida como la dispersión horizontal en
baja densidad de conjuntos unifamiliares, la suburbanización residencial aparece muchas
veces relacionada con las aspiraciones de grupos sociales emergentes, ansiosos de crear
una identidad social y territorial que les permita “construir” una tradición nueva de sí
mismos. Movido por preferencias culturales y también socio-económicas, el más que
bicentenario patrón suburbano pervive gracias a la exitosa reproducción de un imagen de
ciudad “desparramada” entre aquellos sectores dispuestos a preferir, para su primera
vivienda, una casa con jardín, uniformidad social y localización de un área que, en el futuro,
predominantemente no vaya a ser comprometida su zonificación por usos distintos de los
residenciales”.2
Es interesante revisar en estos cambios de Viña del Mar, la atracción que logró
desde diversos puntos de vista en comparación a Valparaíso, lo que trajo consigo esta
modificación del uso de suelo. Acompañado de la necesidad de contar con un lugar de
descanso acogedor distinto al estilo victoriano porteño, “la ciudad jardín” presentaba
espacio y forma del terreno perfecto para vivir y además para trabajar; esto, porque al contar
con terrenos planos, se convirtió en el ideal para poder desarrollar la industria.
A continuación se presenta un catastro de las industrias que estaban en Viña del
Mar, y luego una breve introducción al desarrollo del balneario. Trabajo, entretenimiento y
descanso: tres premisas que fomentó Viña del Mar a fines del siglo XIX y comienzos del XX.

1. Este artículo forma parte de un trabajo mayor pronto a publicar (Viña del Mar. 1850-1930. De villa
suburbana a balneario internacional)
* Licenciado en Historia con mención en Ciencia Política y Profesor de Historia, Geografía y Ciencias
Sociales por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
2. CÁCERES, Gonzalo; BOOTH, Rodrigo y SABATINI Francisco; “Suburbanización y suburbio en el Chile: Una
mirada al Gran Valparaíso Decimonónico (1820-1970)”, en: Archivum, Año III, Nº4, Revista Archivo Histórico
Patrimonial de Viña del Mar, Viña del Mar, 2002, p.151, citado a MANCUSO, Franco; “Las experiencias del
zoning, G.Gili, Barcelona, 1980.

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1. Polo de atracción industrial.


Viña del Mar experimentó un gran desarrollo industrial, especialmente en el sector
de El Salto, al este de la estación de Viña del Mar, el cual albergó centros de producción
importantes. A esto se suma el polo que fue el sector de Cerro Castillo, tanto con el Matadero
en primer lugar, en el sector de calle Valparaíso, y segundo, con la Maestranza Lever &
Murphy a los pies del cerro, al oeste, en el sector de Caleta Abarca.
Hacia el Norte de la línea del ferrocarril, se desarrolló el sector de Población Vergara
por la costa, en el lugar donde se emplazó el Muelle Vergara. Con la creación de Sociedad
Balneario de Viña del Mar, se logró la salida al mar en ese sector, ya en la segunda década
del siglo XX.
Desde el tiempo del ferrocarril hasta el comienzos del siglo XX, Viña del Mar no
miraba al mar. Pero tampoco miraba hacia el Norte de la Plaza central, donde se ubicaba la
estación de tren y también la Parroquia. Esto demuestra que Viña del Mar en sus comienzos
como pueblo y posterior ciudad, se dedicó exclusivamente a la búsqueda de descanso y
emprendimiento industrial por parte de la élite, pero que, hasta la llegada de los baños de
Miramar, estará ausente el regocijo del mar en los habitantes, ya que desde 1883, un año
antes de la llegada de Von Schroeders, estaba ocupada por la Maestranza la playa
disponible en Caleta Abarca. “Proponemos que fue la constitución suburbana de Viña del
Mar, lo que determinó el emplazamiento de la villa a relativa distancia del mar. La búsqueda
del verde ornamental y el simulacro de vida campestre por el que optaban los porteños que
se establecían o visitaban Viña del Mar, los indujo a ocupar el interior mucho antes que la
costa”.3 La importancia de Viña del Mar como centro de paseos y días de campo estuvo
marcado hasta por lo menos los inicios de la década de 1920, concentrando a la élite
viñamarina en el sector del interior del fundo Las Salinas, perteneciente a la Armada.
Es importante revisar el catastro general de los primeros establecimientos
industriales hasta por lo menos fines del siglo XIX. Desde el estudio de María Ximena Urbina4
5
y Álbum Valparaíso Panorámico de 1924, dedicado a la colonia italiana residente en Chile,
se puede hacer un pequeño pero significativo catastro. Desde un orden cronológico, pero
6
con la importancia que requieren, se puede señalar a la Refinería de Azúcar de Viña del Mar,
“El protocolo del contrato de arrendamiento entre Dolores Pérez de Alvarez y Julio Bernstein,
se firmó en Valparaíso ante el notario Julio César Escala, el 31 de Agosto de 1870. La fábrica
de azúcar se instalaría en un sector plano y despoblado, junto a la estación de ferrocarriles
yfrente al curso de agua del estero, separada de la población de chalets por la línea férrea,
mientras que el estero la separaba del incipiente doblamiento a lo largo del camino a
Quillota, donde también estaba la quinta de la hacienda de Viña del Mar (actual Quinta
7 8
Rioja)”. El 26 de Febrero de 1873 se inauguró con la asistencia del Presidente Errázuriz. La

3. BOOTH, Rodrigo; “El Estado Ausente: la paradójica configuración balnearia del Gran Valparaíso (1850-
1925)” , en: Revista EURE, v.28, n.83, Santiago, mayo 2002, p. 9.
4. URBINA, Ximena; “Chalets y Chimeneas: Los primeros establecimientos industriales viñamarinos, 1870-
1920”, en: Archivum, Archivo Histórico Patrimonial de Viña del Mar, Año IV, Nº5, 2003, pp.173-196.
5. HERNÁNDEZ, Roberto; Álbum Valparaíso panorámico : precedido de un resumen histórico de Valparaíso
en el siglo de la Independencia (sin datos de editorial), Valparaíso, 1924, 104 pp.
6. Véase SANTA MARÍA, Raúl; 50 Años. Cía. de Refinería de Azúcar de Viña del Mar. 1887-1937, Imprenta
Universo, Valparaíso, 1937, 58 pp.
7. URBINA, Ximena; Op. cit., Pp.177-178.

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El proceso de suburbanización en Viña del Mar a fines del siglo XIX

grandiosidad de la refinería resulta tema de otro estudio, el cual ya fue realizado. 9


También resultó de importancia el Matadero. “El segundo establecimiento fabril fue
el Matadero, fruto del contrato de arriendo entre Dolores Pérez de Alvarez, representada
por Juan de Dios Arlegui, y Jorge Goodwin, el 28 de Noviembre de 1870.” 10La superficie
arrendada por el interesado era de 15.900 metros “al oriente del cerro llamado de la
caleta”, y que en el trazado actual correspondería a la vertiente oriental del cerro Castillo,
frente a la calle Valparaíso.11 (En la actualidad los edificios orientados desde Avenida Marina
hacia el Casino de Viña del Mar).
En tercer lugar, se encontraba la Barraca de Berger. “No conocemos su fecha de
instalación, pero ocurrió en algún momento entre 1872 y 1874, porque figura en el plano
que ese año levantó José Francisco Vergara para la fundación de la ciudad. La barraca
estaba situada frente a “La laguna”, a los pies del Fuerte Callao, en el cerro Castillo (también
llamado “cerro de Berger”). Allí... ...compartió vecindad con la Maestranza instalada en
1883, al otro lado del cerro. Sin embargo, cuando esta última industria obligó al abandono
del balneario de caleta Abarca e impulsó a Von Schroeders a habilitar otro, en playa
Miramar, la Barraca permaneció justo a su lado, al menos hasta 1902, como lo muestra un
plano de ese año. Los bañistas se encontraban en una playa cercada por la gran
maestranza hacia el Sur y por la barraca hacia el Norte.” 12
Luego, la Fábrica de Pólvora.“La única referencia sobre ésta la proporciona Luis
13
Pomar en 1876. Pertenecía a la casa Gevelot y Cía. y elaboraba en ella “mixtos
pirotécnicos, cohetes, pólvora, etc.” en un lugar indeterminado de la ciudad.” 14
Seguía en el listado la Fábrica de Cerveza, que para 1876 ya existía cerca de la
estación del tren de El Salto. También La Fábrica de Ladrillos y Tejas, que se ubicaba detrás
de la calle Álvarez hacia 1880. La empresa The Viña del Mar Electric Company, tuvo su
origen en 1882, cuando la refinería obtuvo la concesión del suministro de gas para el
alumbrado de la población (con el antecedente de la iluminación del Gran Hotel desde
1882). Las Bodegas de Viña del Mar, que se instaló en 1882 por iniciativa de Antonio
Subercaseaux Vicuña, con dirección Alvarez 30. La Fábrica de Licores Viña del Mar,
propiedad de Teófilo Reszka. La Fábrica de Ladrillos ubicada en Las Salinas. La Fábrica de
Ladrillos de Alfredo Weber. La Fábrica Nacional de Ladrillos, que se ubicó en Población
Miramar y que funcionó desde 1898. Siguen en el listado la Maestranza de Lever & Murphy
en Caleta Abarca, fundada en Valparaíso en 1860 y que en 1884 comenzó funciones en
Viña del Mar. La Compañía de Gas de Viña del Mar, donde el 22 de Octubre de 1888 fue
celebrado el contrato entre la Municipalidad y Andrés Wallace y que se ubicaba en calle
Álvarez. La Fábrica de Baldosas, en Población Vergara, ya estaba presente en 1894. Por

8. SILVA BIJIT, Roberto; Me llamo Viña del Mar, Editorial Talleres gráficos de Edeval, Valparaíso, 1974, p. 69.
9. Véase SANTA MARÍA, Raúl; Op. cit., 58 pp.
10. Archivo Histórico Patrimonial de Viña del Mar, Documentos Notariales, Fondo Mercedes Alvarez de
Vergara (1886-1894), en URBINA, Ximena; Op. cit., p. 185.
11. Idem.
12. Ibidem, p. 186.
13. POMAR, Luis; “Reconociendo la parte del litoral de Chile, emprendido entre Viña del Mar y la caleta de
Maitencillo por el transporte nacional Ancud”, en: Anales de la Universidad de Chile, XLVIII, Santiago, 1876.
14. URBINA, Ximena; Op. cit., p. 186.

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último, Fábrica de aceite de Coco, de 1893, emplazada cerca de la Refinería de Azúcar.
Esta amplia variedad de fábricas e industrias demostraron el empuje, las
facilidades y, sobre todo, las influencias que tuvieron los inmigrantes en la Ciudad de Viña
del Mar.
Los negocios italianos conformaron el comercio de productos al por mayor y detalle,
desarrollado en Viña del Mar, trayendo un importante aporte a la ciudad. Como por ejemplo,
La Mercería Porteña de 1888 en calle Valparaíso, negocio de mercería y ferretería
principalmente. Le sigue Solari, Peirano y Cía. Bodega de Vinos y Licores que se ubicó en
calle Peñablanca. Ratto y Bozzo, importación y exportación de abarrotes, de 1892,
establecida en calle Valparaíso.16
Se puede además, señalar la publicidad de los diarios de la época en la ciudad,
como “El Cochoa” y “La Estación” donde publicaban sus avisos los locales comerciales. La
17
Imprenta La Comercial, que se instaló en calle de Traslaviña. La Gran tienda La Reforma, en
calle Valparaíso, que vendía ropa francesa e inglesa; El Almacén Santiaguino, en calle
Valparaíso, esquina Libertad; Hotel Central, frente a la estación de Viña del Mar; La Botica de
Viña del Mar, en calle Valparaíso esquina La Quinta; la Panadería Hamburguesa,18 la tienda
de ropa La Joven de América y La Sastrería Italiana,19 todas ubicadas en calle Valparaíso.
La significativa lista de establecimientos industriales y comerciales de Viña del Mar
antes del 1900 reflejan lo avanzado del proceso de urbanización, comercialización e
industrialización que estaba alcanzando el antiguo suburbio de Valparaíso, haciendo que
Viña del mar entrara en el siglo XX como ciudad y que se identificara como una urbe para el
descanso, paseo, comercio e industria, todo esto expresado en lo que significó calle
Valparaíso, con la inmensa oferta de locales comerciales para los habitantes y visitantes, lo
cual hizo que cada vez fuera menos necesaria la visita al puerto en busca de algún producto.
También el crecimiento se vio reflejado en la variedad de ofertas de hoteles para el visitante,
quedando demostrado (en conjunto con todos sus elementos) cómo Viña del Mar se formó,
siendo algo más que una villa de descanso, pero que aún se visualizaba débil en el aspecto
de llegar a ser un gran balneario, ya que recién en la década de 1880, se inauguraron los
baños de Miramar, los cuales fueron claves en la búsqueda de esas nuevas perspectivas de
esparcimiento, ocio y lucro.
Centrado en la idea anterior, es importante, entender que de la cantidad de
personas que vivían en la nueva ciudad, la mitad era gente de bajos recursos, compuesta en
general por los trabajadores del ferrocarril y a los que posteriormente, se sumaron los
empleados de las industrias, quienes se agruparon generalmente en el sector de El Salto, en
especial en la Refinería de Azúcar de Viña del Mar, que se ubicaba poco antes del sector
20
señalado. La convivencia entre estos dos grupos sociales (empresarios y trabajadores) fue

15. Ibidem, pp. 173-196.


16. Cfr HERNÁNDEZ , Roberto; Op. cit., 104 pp.
17. El Cochoa, Domingo 18 de junio de 1882 Nº 25, Año I, Diario de Viña del Mar. En Biblioteca Nacional,
colección diarios y revistas. Mic. 379-380.
18. La Estación, Periódico literario y noticioso, Año I, Nº 4, Viña del Mar, 21 de Noviembre de 1892, Diario de
Viña del Mar. en Biblioteca Nacional, colección diarios y revistas. PCH 163.
19. La Estación, 7 de Diciembre de 1893.
20. Cfr. SANTA MARÍA, Raúl; Op. cit., p. 7 Ubicada en el sector nororiente del barracón que servía de estación
paradero al ferrocarril en Viña del Mar.

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armoniosa, debido a que para realizar las actividades de la ciudad, era necesaria la mano de
obra para distintos tipos de trabajos industriales, comerciales y de servicio doméstico,
requeridos por la élite viñamarina que comenzó a asentarse.
“Intensificado por la instalación de estas industrias en 1870, la élite viñamarina
compartió la villa con una nutrida población obrera, mostrando una progresiva
heterogeneidad social distribuida en su trama urbana, formada de grupos populares y
elíticos residentes en calles de ricos y pobres, compartiendo espacios comunes, como la
parroquia, la estación, la plaza y la calle Valparaíso como centro comercial. Sin embargo, el
surgimiento de viviendas populares -ranchos, cuartos de alquiler, conventillos y ciudadelas- 21
“no es una consecuencia directa de la instalación de fábricas, sino que a los contingentes
de los sectores populares preexistentes desde los tiempos en que se construía la línea
férrea, más los que se fueron instalando en la villa proveniente del interior del valle o desde
Valparaíso, en un desplazamiento facilitado por el ferrocarril”.22
Es importante recalcar lo señalado en la cita anterior, respecto a la importancia que
jugó el rol del trabajador, proletario o como quiera llamársele, a las personas que vivieron de
su labor en el ferrocarril, primero; luego en las fábricas e industrias y como gente de servicio
en las residencias viñamarinas. Por esto, es necesario subrayar esta buena convivencia
entre el empleador y el empleado que se dio en Viña del Mar, por esta necesidad mutua de
cooperación. Por un lado, la naciente ciudad que necesitó trabajadores y por otro, la de
poder ejercer y encontrar nuevas expectativas, para un sector que vio cómo en Valparaíso se
agotaron las oportunidades, sumando todo ello a lo grato de la villa de descanso que ofreció
ser Viña del Mar. 23

2. Necesidades para los habitantes de Viña del Mar


“Tal como ocurrió en otras ciudades latinoamericanas, la segunda mitad del siglo
XIX fue testigo de la paulatina integración entre actividades marítimas y vida urbana.
Temido y respetado, el Océano Pacífico y sus áreas de contacto con el continente
experimentaron una progresiva recalificación que para el caso de Valparaíso significaron el
florecimiento de usos alternativos a los asociados al trasbordo de carga y pasajeros.
Provistos de instalaciones las más de las veces provisorias, un ramillete de balnearios se
ubicó en varios puntos de la línea de costa, compitiendo estacionalmente por localizaciones
antes dominadas por las faenas portuarias, el quehacer de los pescadores y, más tarde, el
febril trajín ferroviario.
Superiores en número a lo que imaginaríamos y seguramente demandados por una
diversidad de grupos sociales, hacia 1880 la lista de lo que un autor recientemente ha dado
en llamar “sectores de playa”, era relativamente extensa: La Cabritería, baños de La Caleta
(la prolongación hasta la costa de la Avenida Argentina), baños de Pacífico Álvarez (actual
estación Bellavista), baños de la calle del Cabo (proximidades de la Plaza Echaurren), baños
de los Almacenes Fiscales y playa San Mateo.

21. La ciudadela está referida a la creada por Julio Bernstein para los trabajadores de su Refinería de
Azúcar. Cfr SANTA MARÍA, Raúl; Op. cit., 58 pp.
22. URBINA, Ximena; Op. cit., p. 175.
23. Cfr. PASTORIZA Elisa (editora); Las puertas al mar. Consumo, ocio y política en Mar del Plata,
Montevideo y Viña del Mar, Editorial Biblos, Universidad Nacional de Mar del Plata, Buenos Aires, 2002, 207
pp. y URBINA, Ximena; Op. cit., Pp. 173-196.

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motorizados por una clientela en busca de baño y esparcimiento, una parte de los
balnearios porteños ubicados al interior de la ciudad consolidada vio dificultada la
obtención de su respectiva concesión, debido a la prolongación del ferrocarril que avanzó
desde estación Barón hacia estación Puerto. Devenida en una actividad disfuncional para el
desarrollo del área, los balnearios debieron desplazarse hacia las nuevas localizaciones
balnearias adyacentes a Viña del Mar.” 24
Valparaíso fue el antecedente inmediato de la creación de balnearios en Viña del
Mar. Tras la materialización de la conexión ferroviaria entre Valparaíso y Santiago en 1863,
las visitas veraniegas de los capitalinos siguieron concentrándose preferentemente en la
ciudad-puerto, antes que en su aún exclusiva villa de descanso viñamarina. Al mismo tiempo
que facilitaba el acceso de veraneantes, la vía férrea constituyó, desde la década de 1870,
un punto de inflexión que modificó el acercamiento de los porteños al mar. 25 “La extensión
del tendido desde la estación Barón hacia el centro de la ciudad, además de generar un
límite simbólico y material con el mar, provocó que una serie de instalaciones entre las que
contamos: bodegas, galpones, patios de maniobras, viviendas para los trabajadores de la
empresa y la construcción de dos estaciones, que acapararán la costa y dificultarán el
mantenimiento de los antiguos balnearios.”26 Devenida en una externalidad negativa para
los usos balnearios, la vía férrea resultó determinante en el lento proceso de expulsión de los
usos recreativos del mar más allá de los márgenes de la ciudad.27 Se debe entender que la
cita señalada responde al concepto de balneario, y no al de la formación de Viña del Mar
como suburbio ferroviario y villa de descanso. Desde el momento que Viña del Mar fue una
ciudad emergente, que creció con gran rapidez, se debió también considerar las
necesidades de los habitantes que llegaban a Viña del Mar. Este punto de la investigación
está centrado en el sector con poder adquisitivo que llegó a la ciudad, al suburbio ferroviario
formado en 1855, y que se centró en la construcción de lugares y espacios acordes con su
nivel de vida. Antes de la creación de la Municipalidad, en Viña ya se habían formado
industrias, clubes de reunión, playas, además de los puntos de encuentro como la Parroquia
de Viña del Mar. “Desde el último tercio del siglo XIX, la constitución de Viña del Mar como
suburbio ferroviario y desahogo residencial de Valparaíso promovió la atracción de
actividades balnearias que habían sido expulsados de la vecina rada portuaria.
Beneficiados por la relativa lejanía del puerto, el tradicional esquema de concesiones 28

24. CÁCERES, Gonzalo y SABATINI Francisco; “Para entender la urbanización del litoral: el balneario en la
conformación del Gran Valparaíso (siglos XIX y XX)”, en: Eure, Revista Arquitectura, Stgo, N. 55, 2003, p.52.
25. Cfr. BOOTH, Rodrigo; Op. cit. El estado ..., pp. 107-123.
26. TORNERO, Recaredo; Chile Ilustrado. Guía descriptiva del territorio de Chile, de las capitales de
provincia, de los puertos principales, Editorial Librerías y Agencias del Mercurio, Valpo, 1872, pp. 147-148.
27. BOOTH, Rodrigo; Op. cit. “El estado...”, Pp.107-123. Esto lo corrobora la imagen del borde costero de
Valparaíso hacia 1880, en VÁSQUEZ Nelson; IGLESIAS, Ricardo y MOLINA, Mauricio; Cartografía histórica de
Valparaíso, Ediciones Universidad Católica de Valparaíso, Viña del Mar, 1999, p. 90. Incluido en sección
mapas, número dos.
28. El usufructo del negocio de los balnearios ubicados en la bahía de Valparaíso, correspondía en principio
a privados que obtenían una concesión estatal para cobrar entradas que financiaran las inversiones que
habían comprometido. Desde el momento de la extensión ferroviaria por el frente de mar, entre 1870 y
1876, la decisión de otorgar las concesiones también pasó por una autorización del superintendente del
Ferrocarril Central, y la necesaria aprobación dependía de que los establecimientos no perjudicaran el
normal funcionamiento del tren.

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El proceso de suburbanización en Viña del Mar a fines del siglo XIX

potenció la instalación de balnearios privados en Viña del Mar. La principal característica de


éstos era la ausencia de aquella compleja infraestructura que distinguió a sus símiles
marplatenses, donde recursos públicos financiaron las primeras ramblas por donde
paseaba la alta sociedad”.29
Para la década de 1880-90, Viña del Mar ya se había conformado como ciudad y
comenzó a crecer en habitantes, industrial y urbanísticamente; con las nuevas
construcciones, y las fábricas que muy bien María Ximena Urbina señala.30 Desde este punto
de vista, la ciudad debió responder a las nuevas necesidades de sus habitantes. Primero,
fue como consecuencia de la construcción de la vía ferroviaria, la creación de la villa de
descanso, pero posteriormente se comenzó a dar la exigencia de balneario, como centro de
baño para la élite y el proletariado. Inicialmente fue Caleta Abarca, y posteriormente Mira
Mar, donde quedó plasmada toda la búsqueda de glamour por los verdaderos desfiles de
moda frente a la playa.
Caleta Abarca pasó a segundo plano con el arribo en 1884 de la Maestranza Lever &
Murphy y Cía.31 La llegada de la Maestranza provocó la huida de la élite en búsqueda de otro
recinto para su expansión, el cual fue en el sector de Mira Mar, metros más al Norte, por la
misma playa de Caleta Abarca, obra de don Teodoro Von Schroeders, el visionario que
entregó los primero baños termales o hidroterápicos, y que luego la transformó en el centro
de reunión de la alta sociedad viñamarina.
La creación de esta playa recién en la década de 1884 (Febrero 4), a casi diez años
de la fundación del pueblo de Viña del Mar, comprobó dos importantes hipótesis. Primero,
confirmó que la suburbanización de esta Hacienda estaba proyectada en la búsqueda de
suburbio tipo americano, donde la gente obtenía viviendas de primera o segunda
residencia, proyectando muchas de ellas a grandes construcciones como palacios, castillos
y el chalet, lo cual demostró la idea de crear una villa de descanso entre pares, y que con el
tiempo el contacto con la naturaleza, el jardín, la tranquilidad del lugar y la conectividad que
ofrecía al mismo tiempo respecto a la gran ciudad puerto, hizo de Viña del Mar un verdadero
paraíso. “A este paraíso le faltaba el mar, la playa, que en los inicios de la ciudad nunca fue
contada para ello Y así como aquí no hay viña no hay tampoco mar, porque el ingeniero que
delineara la moderna planta de la actual población dejó al Pacífico olvidado tras una punta
de cerro.” 32
Teodoro Von Schroeders tuvo la visión necesaria para abrir Viña del Mar hacia un
balneario que se transformó en exclusivo. “Pero el ocio placentero y la moda superaron las

29. BOOTH, Rodrigo; Op cit., “El estado...”, p. 83.


30. Idem. Además podemos señalar como excelente estudio respecto a los trabajadores que llegan a Viña
del Mar, en URBINA, María Ximena; “Viña del Mar popular a fines del siglo XX”, Notas Históricas y
Geográficas, Nº 13, 2003, (En prensa)
31. Cfr. URBINA, Ximena; Op. cit.“Chalets ...”, pp. 173-196. ; GARRIDO, Eugenia, “Los orígenes de Viña del
Mar y su proceso de industrialización, un caso específico: Lever, Murphy y Cía”, en Archivum, Revista del
Archivo Histórico Patrimonial de Viña del Mar, Año V, Nº 6, Viña del Mar, 2004, pp. 74-86 y CASTAGNETO,
Piero; “La empresa Lever y Cía. y la Defensa Nacional 1865-1901”, en Archivum, Revista del Archivo
Histórico Patrimonial de Viña del Mar, Año V, Nº6, Viña del Mar, 2004, pp. 58-72.
32. VICUÑA MACKENNA, Benjamín; Crónicas Viñamarinas, Editorial Talleres Gráficos Salesianos,
Valparaíso, 1931, p. 107.

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deficiencias materiales de Miramar e hicieron de esta playa uno de los lugares más
33
elegantes de Chile.”
Respecto a la publicidad que alcanzó en un comienzo el balneario, se encuentran
los avisos de los diarios viñamarinos.
Baños de Mira Mar
Están a disposición del público desde el primero del actual.34
En otra publicidad se señalaba:
Baños de Viña del Mar
Esta desde la fecha, este cómodo y bonito establecimiento, entregado al público.
Tarifa
Baños en el mar sin ropa 0,05
Id id id con ropa 0,20
Coches: Hay una línea de coches para los baños a 10 centavos.35
La última cita expone el pudor que había entre la élite viñamarina al bañarse con
ropa o sin ropa, lo que daría para un estudio exclusivo respecto a las costumbres y la
evolución del baño de mar.
“Al tiempo que más familias, no todas ellas adscritas a la elite, comenzaron a
instalarse en Viña del Mar, comenzó a apreciarse una clara expansión del rectángulo
urbano original hacia el sur y hacia el este. Mientras las quintas marcaban con su presencia
el sector oriente denominado El Salto, los cerros que bordeaban Viña del Mar por el sur,
fueron el destino privilegiado de chalets y villas que sin pausa poblaron sus laderas en busca
de mejores vistas y descanso contemplativo.
La preferencia por un modo de vida aristocratizante de fuerte reminiscencia
hacendal, refractario, por lo tanto, a la vida higiénica y al despliegue "impúdico" de los
cuerpos, parece explicar el retraimiento espacial y cultural de los primeros viñamarinos
respecto de la franja litoral que bordeaba todo el margen oeste del suburbio. El poblamiento
de los cerros en contraposición a la ausencia de interés por urbanizar la extensa franja
costera que se abre al norte del poblamiento original y del estero Marga-Marga, pareciera
refrendar el carácter campestre de los primeros habitantes y la distancia psicológica de los
residentes para con la playa y la posibilidad de bañarse en las frías aguas del Pacífico.” 36

33. CÁCERES Gonzalo, BOOTH, Rodrigo y SABATINI, Francisco; “La suburbanización de Valparaíso y el origen
de Viña del Mar: entre la villa balneario y el suburbio de ferrocarril (18870-1910)”, en: Pastoriza Elisa
(editora); Las puertas al mar. Consumo, ocio y política en Mar del Plata, Montevideo y Viña del Mar, Editorial
Biblos, Universidad Nacional de Mar del Plata, Buenos Aires, 2002, p.42.
34. La Estación, 7 de Diciembre de 1893
35. El Cochoa, Domingo 22 de Enero, Nº 4, Año I (Diario de Viña del Mar. En Biblioteca Nacional, colección
diarios y revistas. Mic. 379-380)
36. CÁCERES, Gonzalo; “Viña del Mar, de suburbio ferroviario a ciudad balneario: momentos de un itinerario
(1860-1935)”, PUC, 2002 en Relics and Selves Iconographies of the National in Argentina, Brazil and Chile
1880-1890. Birkbeck, College University of London, disponible en :
http://www.bbk.ac.uk/ibamuseum/texts/Caceres01a.htm#top

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El proceso de suburbanización en Viña del Mar a fines del siglo XIX

Esas primeras ideas respecto al mar y los baños, fueron algo lejano aún para los
primeros habitantes de la villa de descanso, los que buscaron principalmente tranquilidad y
similitud a la vida campestre.
Si bien la disposición del primer trazado de la villa no estaba orientada hacia el
borde costero, no significó que los habitantes y visitantes que llegaron a este lugar en la
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década de 1870 y 1880 hayan olvidado la presencia del océano Pacífico. “Aun cuando éste
no era el eje de referencias, los primeros “Viñamarinos” mantuvieron una cercanía
psicológica al mar, llegando a formular nuevas comparaciones, esta vez con Chorrillos,
suburbio de la elite limeña.” 38 “Tanto por la elegancia de sus casas y chalets como por su
situación a orillas del mar y tan cerca del principal puerto de la República y del Pacífico en
Sud- América”.39
Acerca del tema sobre el esparcimiento y la entretención de la élite viñamarina
antes del siglo XX, junto a la incipiente playa de Miramar, se puede indicar, que ya en 1882
comenzó a funcionar la Parroquia de Viña del Mar,40 centrado los días domingo las miradas,
de la gente que asistía y que la transformó en verdaderos desfiles de moda, que
posteriormente por la tarde, continuaba en la Playa de Miramar, el paseo por la calle
Valparaíso o el camping en Las Salinas.
También empezó a funcionar, para el año 1882, el Valparaíso Sporting Club. “En el
año 1882, Juan Jackson, mi hermano, y los socios del Club de Cricket acordaron fundar el
Valparaíso Sporting Club y el 1º de Julio de ese año, arrendaban el potrero “Las Rosas”, de
propiedad de don José Vergara, en dos mil pesos anuales, potrero que es hoy el hipódromo
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viñamarino.”
Se contó entonces, al entrar al siglo XX, con tres hitos importantes respecto al ocio,
esparcimiento, entretención y exhibición de la élite viñamarina: el Sporting Club como centro
de eventos deportivos; La Playa de Miramar, como centro de baños, y, por último, La
Parroquia, que era punto de encuentro obligado de la élite los días Domingo.
A estos tres centros importantes de convocatoria, se sumó El Gran Hotel,
inaugurado en 1874 en Álvarez con calle Quillota.42 Este establecimiento fue un gran centro
de encuentros de la élite viñamarina, que convocó desde Benjamín Vicuña Mackenna hasta
el presidente de la Nación de turno, y que, en el siglo XX, acogió las reuniones de un grupo de
amigos, que más tarde se transformó en El Club de Viña del Mar,43 convirtiéndose en el
máximo exponente de los clubes y sociedades que se fundaron. El Gran Hotel contó con una

37. Cfr. BOOTH, Rodrigo; Op. cit. “El estado ...”, pp. 107-123.
38. CÁCERES Gonzalo; BOOTH, Rodrigo y SABATINI, Francisco; Op. cit. “La suburbanización...”, p. 40.
39. El Cochoa, 8 de Enero 1882. (Diario de Viña del Mar. En Biblioteca Nacional, colección diarios y revistas.
Mic. 379-380).
40. Para una mayor comprensión del desarrollo de la Parroquia de Viña del Mar, Véase SALOMÓ FLORES,
Jorge; “La parroquia de Viña del Mar, su Historia y Estilo Artístico”, en Archivum, Revista del Archivo Histórico
Patrimonial de Viña del Mar, Año 1, Nº 1, Viña del Mar, Diciembre 1999, pp. 61-70.
41. BASULTO, Renato; 75 de Viña del Mar 1879-1954, Talleres de la imprenta litografía Sanchez, Viña del
mar, 1954.
42. Cfr. SILVA BIJIT, Roberto; Op cit., p. 69
43. Para mayor información respecto al Club de Viña del Mar, Véase SALOMÓ FLORES, Jorge; “El Club de
Viña, una tradición centenaria”, en Archivum, Revista del Archivo Histórico Patrimonial de Viña del Mar, Año
II, Nº 2-3, pp. 61-70.

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Andrés Urtubia R. - Revista Archivum año VIII nº 9

importante participación de la alta sociedad, al ser el más exclusivo de Viña del Mar hasta
después de 1910, y que invertía grandes cantidades de dinero en publicidad, por ejemplo,
en la “Revista Sucesos” 44 (en el siglo XX.) A fines del siglo XIX se publicitaba en el diario “El
Cochoa” “como un hotel de primera clase” 45 y en el diario “La Estación” como un
ªestablecimiento de primer orden”. 46

44. Revista Sucesos. Semanario ilustrado de actualidades. Propiedad de Gustavo y A. Helfmann. (En 1902
comenzó su distribución, anterior a Revista Zig-Zag, que es similar en el contenido)
45. El Cochoa, 22 de Enero Nº 4, Año I (Diario de Viña del Mar. En Biblioteca Nacional, colección diarios y
revistas. Mic. 379-380)
46. La Estación, Periódico literario y noticioso, Año I, Nº 4, Viña del Mar, 21 de Noviembre de 1892 (Diario de
Viña del Mar. En: Biblioteca Nacional, colección diarios y revistas. PCH 163)

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