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Semillemos campos y montes

Se calcula que cerca del 80% de la Pennsula Ibrica estuvo cubierta por bosques del gnero Quercus (encinas, robles, quejigos, etc.). La culpa de su destruccin se la echamos a generaciones pasadas. Pero lo cierto es que an seguimos destruyendo lo poco que se ha salvado de esos bosques. Nosotros tenemos la capacidad de invertir ese proceso. Basta con poner algo de empeo, salir al campo, recoger sus semillas y hundirlas un poco en la tierra. Su siembra no requiere esfuerzo. No hay que llevar herramientas ni cavar la tierra. Basta con hacer un pequeo agujero con un palo u otro instrumento punzante y meter la bellota. Tambin se la puede presionar con el dedo pulgar e introducirla un poco en la tierra.

Dnde plantarlas?

Cerca o en el interior de arbustos o matorrales. Para que su sombra y ramas defiendan los nuevos arbolitos del sol y los animales. Al lado o entre grandes piedras. Donde el hocico y pezuas de algunos animales no puedan hozar ni escarbar. Debajo de manojos de hierbas tumbadas. Para que sean ms difciles de encontrar por animales. Al mismo tiempo que conserva durante ms tiempo la humedad del suelo. Alrededor de una masa ya formada, con el objetivo de ampliarla. As las semillas tendrn nutrientes con la descomposicin de la hojarasca cada, algo de sombra y un aporte adicional de agua por escorrenta. En vaguadas. Por ser estas ms hmedas y recibir una menor insolacin debido a su inclinacin. Con nuestra accin slo pretendemos ayudar a la naturaleza a recuperar parte de su dominio perdido. Os invitamos a colaborar en esta campaa. Para que el prximo ao podamos disfrutar del nacimiento de miles de nuevas encinas, melojos, robles, quejigos, coscojas

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