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La esposa del alcalde de Villanueva construye un chalet ilegal junto al pantano

de Orellana

(Fuente: Hoy)

PENAS Y LEYES:
Leyes infringidas, según la Guardia Civil: La Ley 9/2006 de la Conservación de la Naturaleza y los
Espacios Naturales de Extremadura; ley 15/2001 del Suelo y Ordenación del Territorio de
Extremadura; y Ley de Aguas.

Penas que se contemplan: El artículo 319 del Código Penal dice que se impondrán penas de
prisión de seis meses a tres años, multa de 12 a 24 meses e inhabilitación para profesión u oficio de
seis meses a tres años, a los promotores, constructores o técnicos que lleven a cabo una
construcción no autorizada en viales, zonas verdes, bienes de dominio público o lugares de
reconocido valor paisajístico, ecológico, histórico o cultural.

Art. 319.3: Los jueces, motivadamente, podrán ordenar, a cargo del autor del hecho, la demolición
de la obra.

El levantamiento de la vivienda se ha realizado después de que la Guardia Civil advirtiera a


Gallardo de que construir en la zona era un delito.

El SEPRONA ha enviado la denuncia a la Confederación del Guadiana, el director de medio


Ambiente de la Junta y los juzgados de Villanueva.

La primera denuncia fue cuando se hacían los cimientos, la segunda, al levantar la casa.

Los juzgados de Villanueva tramitan más de medio centenar de casos por chalés ilegales.

La esposa del alcalde de Villanueva de la Serena, Montserrat Manchado, es la propietaria de uno de


los chalés ilegales levantados en el entorno del embalse de Orellana, en una zona de interés regional
y donde está prohibida cualquier tipo de construcción. Este asunto está siendo investigando por los
juzgados de instrucción de Villanueva de la Serena. En estos juzgados se tramitan más de medio
centenar de denuncias por un presunto delito urbanístico contra los propietarios de esos chalés, tal
como publicó HOY el pasado 3 de enero. Algunos de los imputados ya han sido llamados a declarar
por los jueces.

Una de esas denuncias tiene como protagonista a la esposa de Miguel Ángel Gallardo, el alcalde
socialista de Villanueva de la Serena.

La denuncia, que ha sido ampliada, partió, como en otros muchos casos, del SEPRONA (Servicio
de Protección de la Naturaleza) dependiente de la Comandancia de Badajoz, que tiene encargada la
misión de vigilar las construcciones ilegales.

Un cabo y un guardia de este servicio visitaron el pasado 2 de octubre la zona conocida como 'El
Tamujar de los Muertos', en el término de Orellana de la Sierra. Allí observaron que se estaba
realizando un movimiento de tierras y una explanación para construir los cimientos. También había
una fosa séptica y una valla. Ambas están dentro de la llamada zona de policía del embalse, que no
puede ser invadida.
Según el detallado relato que se hace en la denuncia, los guardias identificaron a uno de los obreros
y le preguntaron por el propietario. Como no lo sabía, los agentes llamaron a la empresa
constructora, que tiene su domicilio en Torreorgaz. Ésta les dijo que el dueño era Miguel Ángel
Gallardo Miranda y les facilitó el móvil del alcalde villanovense.

El alcalde al habla

El SEPRONA habló con Miguel Ángel Gallardo el 6 y 7 de octubre. El alcalde villanovense les
explicó que la parcela era de su esposa y que tenía intención de instalar allí una casa prefabricada de
madera. Los guardias le informaron de que, dado que no tenía licencia urbanística ni autorización
de la Confederación del Guadiana, iban a redactar una denuncia. «Se le da conocimiento de los
hechos que se van a denunciar en la presente (...), así como advertirle de que en el caso de que
construya o instale una edificación en dicho lugar se procedería a instruir unas diligencias por
presunto delito contra la ordenación del territorio», se recoge textualmente en la denuncia.

«El citado Miguel Ángel se comprometió a facilitar los datos personales de su esposa, sin que hasta
la fecha lo haya hecho», apostillan los agentes.

Esta denuncia fue firmada por el SEPRONA el 14 de octubre. Pero la investigación de la Guardia
Civil no acabó ahí. Esa denuncia fue ampliada con otra que tiene fecha del 21 de noviembre. La
segunda se deriva de la visita realizada al mismo lugar el 27 de octubre. Los agentes comprobaron
que, a pesar de la advertencia hecha al alcalde, la casa ya estaba en construcción.

«Se constata que se estaba procediendo a la construcción e instalación de una casa prefabricada de
madera de una sola planta, de unos 144 metros cuadrados de superficie construida (incluido porche
de 12 x 12 metros) y de unos cuatro metros de altura máxima. La casa ha sido instalada sobre los
cimientos que en su día se denunciaron», se afirma textualmente en la denuncia.

Los guardias relatan en el escrito que la propietaria de la parcela reconoce que carece de licencia de
obras y de autorización medioambiental y alega que creía que se podía construir, porque ya existen
otras edificaciones en la zona. El constructor, que también es denunciado, asegura a los agentes que
pensaba que la dueña tenía todas las autorizaciones.

Diligencias al juzgado

El SEPRONA estima que esta construcción vulnera la Ley del Suelo de Extremadura e informa de
estos hechos al director general de Medio Natural de la Junta de Extremadura y al presidente de la
Confederación Hidrográfica del Guadiana.

También señala en la denuncia que ha instruido unas diligencias por un presunto delito contra la
ordenación del territorio y las ha enviado al juzgado de guardia de Villanueva de la Serena. En estas
diligencias figuran como imputados Montserrat Manchado Acedo, la esposa de Miguel Ángel
Gallardo, y el responsable de la empresa constructora.

Ambas denuncias se acompañan de fotografías en las que se ve a los trabajadores levantando la casa
y se detalla con imágenes la situación de la valla y la fosa séptica.

Estas diligencias de la Guardia Civil, muy bien documentadas con fotos y planos, constituyen la
base de la investigación que los juzgados de Villanueva llevan a cabo contra las construcciones
ilegales en el paraje Los Tercios, junto al embalse de Orellana.

Según publicó HOY el pasado 3 de enero, estos hechos pueden ser tipificados como un delito contra
la ordenación del territorio, o delito urbanístico. El Código Penal establece penas de seis meses a
tres años de cárcel para los promotores o constructores de viviendas en suelo protegido. A esta pena
hay que añadirle multas de 12 a 24 meses e inhabilitación especial para la profesión u oficio. La ley
también indica que los jueces pueden ordenar la demolición de la obra.

En declaraciones a HOY realizadas el pasado mes de enero, el fiscal delegado de Medio Ambiente,
Agustín Manzano, mostró su intención de pedir la demolición de estas construcciones para
conseguir que la protección del medio ambiente sea efectiva.

La casa que se ha construido la esposa del alcalde de Villanueva está aparentemente terminada. Las
puertas con los tiradores, las ventanas con sus persianas y sus rejas... Hay que tener en cuenta que se
trata de una casa prefabricada. Se hace la explanación y los cimientos y en pocos días la empresa
instala la vivienda completa. La casa, que cuesta 63.000 euros, según el alcalde, se encuentra en una
zona alta, en una pequeña península que se adentra en el pantano y que le proporciona unas
excelentes vistas sobre el agua. Frente a la casa, una isla separada de la orilla por una vía de agua
poco profunda. El pasado miércoles, unos pescadores vadeaban el lugar.

Junto a la casa permanecen apilados unos palés de materiales de construcción, por lo que no parece
que se haya concluido toda la obra de adecuación del entorno. Una valla metálica que el SEPRONA
considera que tampoco se ajusta a la ley, puesto que no tiene la condición de cinegética, rodea la
parcela.

Según la información catastral la parcela tiene una extensión de 2.804 metros cuadrados. En la
misma zona, otras viviendas, algunas más grandes y más antiguas, se asientan en las orillas del
pantano. No sólo en el término de Orellanita han florecido los chalés ilegales.

También en Navalvillar de Pela hay denuncias por obras. Muchas son construcciones levantadas
cuando las autoridades hacían la vista gorda ante la proliferación de casas. Desde hace unos años
los agentes del SEPRONA, con la inestimable ayuda de los satélites chivatos, están empezando a
poner en aprietos a los propietarios de estas segundas residencias.

Hasta la obra más pequeña y escondida acaba siendo retratada por el SigPac, el sistema de
información geográfica de parcelas agrícolas. Miguel Ángel Gallardo, alcalde de Villanueva desde
2003, reconoció ayer que su esposa posee una vivienda junto al pantano de Orellana, pero duda de
que ese hecho constituya un delito. «Tengo duda de que montar una vivienda prefabricada sea un
delito, porque no va anclada al suelo. Se puede desmontar», declaró a HOY el alcalde villanovense.
«Si yo hubiera entendido que podía incurrir en un delito le hubiera aconsejado a mi mujer que no la
hiciera».

Gallardo insiste en que en ningún momento ha actuado de mala fe y niega que fuera advertido por la
Guardia Civil de que el movimiento de tierras y posterior montaje de la vivienda fuesen ilegales. «A
mí no me ha comunicado nada el SEPRONA», explica Gallardo cuando se le pregunta por la
conversación que aparece en la denuncia. «A mi mujer le avisaron cuando la vivienda ya estaba
montada, fue hace un mes cuando recibió la notificación para que fuera a declarar. Son casas de
placas que se construyen en tres semanas», explica el alcalde.

«¿Tú te crees que si yo fuera consciente de un delito hubiera seguido? No somos masocas ni nos
creemos que estemos por encima de la ley», añade Gallardo.

Otros cargos públicos

El alcalde villanovense explica que la vivienda de su mujer es una de las 400 que hay en la zona,
algunas muy antiguas, y nunca se ha pedido licencia para construirlas, como ocurre con las casas de
campo en toda España. «Es una costumbre social que hay. Si es delito o deja de serlo se verá, lo
dirán los jueces. No hay jurisprudencia sobre ese tipo de viviendas», argumenta Gallardo.

El alcalde asegura que no tiene nada que ocultar y avanza que entre los propietarios de viviendas en
la zona hay alcaldes y cargos públicos de todos los colores políticos, y algunos tienen la casa desde
hace muchos años. «Mi mujer no es la única persona que tiene una vivienda». Miguel Ángel
Gallardo pide que a su esposa se le trate como a cualquier otra ciudadana, no de manera diferente
por estar casada con él. El alcalde afirma que su mujer compró la parcela antes de casarse con
él.Gallardo explica que existe una asociación de propietarios que está gestionando la regularización
de las viviendas. Pretende que se pueda construir en la zona respetando unos límites de
edificabilidad y construyendo depuradoras. «Es que ahora hay hasta bungalows», afirma. «Los
alcaldes de la zona quieren que se pueda construir. Lo que no se puede permitir es un volumen
excesivo».

Cuando se le plantea si es consciente de que estas construcciones pueden ser penadas con cárcel el
alcalde insiste en que no era consciente de la situación. «No soy tan tonto como para decirle a mi
mujer que construya si pienso que puede ir a la cárcel por ello», insiste.

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