You are on page 1of 5

El Árbol de la Ciencia - Pío Baroja

COMENTARIO 1

Mediante un brevísimo paseo por los ambientes de la sociedad española de finales del diecinueve, y sin
desaprovechar la ocasión de recrearnos en torno a sus características y aspectos referenciadores (... pobreza
económica y social extremas…), Pío Baroja esparce su estilo narrativo sencillo, claro y directo.

El Árbol de la Ciencia es el retrato de un entorno histórico y social utilizado como escenario de fondo,
como catalizador inerte, sin cuestionar siquiera sus aspectos trascendentales, cuya profundización queda a
merced del lector en su caso, pero que para el autor es eso, sólo un marco liviano de adornos pero suficiente en
matices.

Con dicho trasfondo, más que mera ambientación, Baroja entra y sale con profusión y sin empachos, de
los recovecos de un espíritu singular, sensible y crítico. El rechazo del protagonista a lo vulgar, a las patologías
crónicas de una sociedad caduca y derrotada de sí misma, fusiona el análisis singular del personaje -del sujeto-
con su propio contexto social en una mezcla argumental y combinación narrativa de gran valor literario.

El resultado, páginas con suaves y sencillas emociones literarias bien entretejidas. La agudeza
intelectual de Pío Baroja, le permite trasladar al bastidor de su imaginación ese tejido argumental sobre el cual
borda con magisterio, dibuja, los rasgos psicológicos de un personaje central cuya hipersensibilidad se convierte
en un fuerte lastre para la convivencia; entendida ésta como mera sucesión de convencionalismos e incultura.
Todo lo cual convierte a Hurtado en un precursor a su tiempo, que rechaza un esquema de valores sociales
incapaz de servir de palanca impulsora de mejora para el individuo y de cambios y evolución sociales.

Describiendo los universos emocionales del personaje -fobias, miedos, alardes de carácter-, Pío Baroja
nos relata todo un posicionamiento generacional de intelectuales, también como nuestro médico, incapaces de
aceptar el retraso socia…. e incapaces de cambiarlo; más de héroes de la sensación, que de amantes de la
acción, más de precursores de futuro por rechazo al mundo que les tocó vivir, que por confianza en el hombre y
en su capacidad de progreso.

A través de Iturrioz -tío y colega de Hurtado-, el autor desarrolla un apasionante contraste de opiniones
-intergeneracionales-, de almas que sólo el desgaste espiritual inseparable a la experiencia, pueden permitirse,
dada su oculta pero subyacente identidad: intelectuales de vuelta a la desesperanza desde un viaje a las
profundidades del hombre y de su contexto social.

La fusión de las dos vertientes analizadas por el autor, la individual y la sociológica, por lo acertado de las
proporciones, por la habilidad en el encadenamiento narrativo, hacen de El Árbol de la Ciencia un texto de
lectura muy cómoda y agradable, y ello a pesar del trasfondo profundamente amargo de ambos dramas, el
individual y el colectivo.

Finalmente, no puede quedar inmune el lector, sin duda así lo pretendió el autor, a un final agudamente
dramático, trágico como el mundo a su través dibujado, a los males y sufrimientos eternos de la especie humana.
Final este que, volviéndose sobre sí mismo, nos empuja a una cierta recreación de la desesperanza que como
savia, rezuma desde sus raíces, por todas las ramas y hojas de El Árbol… de la Vida.

http://www.litterarius.com.es/el_arbol_de_la_ciencia.htm

COMENTARIO 2.

Sorprende al leer esta novela el comprender que la sociedad española no ha avanzado nada, más de un
siglo después desde la época que la obra describe: el mismo desprecio por la educación y por la investigación
científica, la misma pleitesía al dinero, el mismo culto a las apariencias, el mismo espíritu de sumisión que
agacha la cabeza en vez de erguirse ante la injusticia social. Se echa en falta en nuestros días un escritor que se
comprometa con su época y describa la realidad de nuestra sociedad como lo hizo Pío Baroja con las suyas.
¿QUÉ HACER ANTE LA INJUSTICIA?

1 de Noviembre de 2007

Después de releer, “El árbol de la ciencia” de Pío Baroja, he llegado a la misma conclusión que otros años: Andrés
Hurtado, como el propio autor de la novela, es un personaje solitario, amargado y, en cierto modo, enfermo, a causa de su
excesiva sensibilidad. Esto explica su pesimismo ante la vida, pero también su sentimiento de solidaridad hacia los seres
oprimidos y marginados. Su vida es una sucesión de experiencias negativas: en la universidad, se encuentra con profesores
que desprecian la ciencia y la investigación; en su casa, discute continuamente con su padre y su hermano mayor por las
cosas más insignificantes; en el hospital general, domina la inmoralidad; en el ambiente de miseria que rodea la casa de Lulú,
Don Martín, el prestamista, se aprovecha de todos; en Alcolea, los habitantes carecen de sentido social y los políticos son
unos corruptos; etc. Ante esta sucesión de desengaños, la ciencia no le da respuestas, al contrario, agudiza su dolor de vivir,
pues le demuestra que la vida carece de sentido, que está basada en el engaño, que es absurda. En un pasaje de la novela se
dice “La vida es una lucha constante, una caería cruel en que nos vamos devorando unos a otros”. Andrés le plantea sus dudas
a su tío Iturrioz y éste le explica que ante la vida sólo hay dos soluciones prácticas: la abstención e indiferencia ante todo, o la
acción limitada a círculos pequeños. El protagonista de “El árbol de la ciencia” intenta la primera de estas vías y, también, en
algunos momentos puntuales de su vida, la segunda. ¿Qué actitud adoptaríais vosotros ante situaciones de injusticia
social, como las que se describen en la novela? ¿Actuaríais como Andrés? ¿Pensáis que sólo son posibles las dos
soluciones, que le da su tío Iturrioz? ¿Y la justicia universal? ¿No podrían llegar a un acuerdo todos los países para
acabar, por ejemplo, con el hambre en el mundo, o con la discriminación de las personas por razones de sexo, raza o
edad? En fin, os dejo estas preguntas en el aire para orientar vuestras intervenciones.

28 Respuestas a “¿QUÉ HACER ANTE LA INJUSTICIA?”

1. a 2 de Noviembre de 2007 a las 4:57 pm2 Ana E. Rodríguez

Me ha gustado mucho la novela “El árbol de la ciencia”, pero hay varios aspectos en los que no estoy de acuerdo con
Andrés Hurtado, sobre todo en los relacionados con las injusticias.
Yo no adoptaría la misma postura que Andrés, el cual, en lugar de buscar una solución a los problemas existentes, se frustra.
Yo, en su lugar, intentaría buscar alguna solución a estas injusticias y, además, intentaría concienciar a las personas de mi
entorno.
Por otra parte, con respecto a las soluciones que le propone su tío, Iturrioz, creo que no son las únicas existentes, aunque sí
que son las más habituales y, quizás, también las más eficaces. Todas estas injusticias se pueden relacionar con el tema de la
justicia universal, la cual debería tomar medidas para garantizar los derechos fundamentales e inalienables de las personas,
evitando, de este modo, el hambre en el mundo y las discriminaciones, entre otros muchos problemas.
En la novela, ha habido un pasaje que me ha llamado mucho la atención. Se trata del último pasaje, en el que Iturrioz dice
que había algo de precursor en el recién fallecido, Andrés Hurtado. Esto se debe a que Andrés confiaba plenamente en la
ciencia. Él creía que la ciencia podía llegar a explicarlo todo. Quizás, si el protagonista hubiera vivido en una época más
cercana a la actualidad, no se hubiera sentido defraudado.
Además me ha llamado mucho la atención el desenlace de la novela aunque, por otra parte, era evidente, puesto que la
decisión de suicidarse que toma Andrés se debe al impacto que le había provocado la muerte de su esposa, Lulú, y de su bebé,
lo que hace que no sólo se sienta defraudado por el árbol de la vida, sino también por el árbol de la ciencia.

2. a 5 de Noviembre de 2007 a las 4:00 pm15 Victoria María Castro

¿Qué hacer ante una injusticia? Como se dice en la novela hay dos caminos entre los que elegir, la abstención e
indiferencia o la acción. A lo largo del relato Andrés Hurtado, el protagonista, ante las diferentes situaciones de injusticia que
se le presentan decide cual de ellos tomar. Cuando Manolo “El Chafandín” va a casa de Lulú para pedirle explicaciones sobre
el altercado ocurrido entre su mujer y ella Andrés decide actuar y salir en su defensa, y con ello corre el riesgo de salir
perjudicado, pues Manolo posee un fuerte y violento carácter.
No obstante, también hay momentos en los que aplica la abstinencia e indiferencia como por ejemplo, durante su estancia en
Alcolea del Campo. A pesar de que en el pueblo se sabía que el Ayuntamiento llevaba a cabo una malversación de fondos,
este actuaba con indiferencia, incluso Dorotea afirma que es peor robar a un particular que a la comunidad, a pesar de que
Andrés intenta convencerla de lo contrario, siendo el único acto que realiza para combatir dicha injusticia.
Cada persona, ante una injusticia, decide qué camino, seguir según su propio criterio, al igual que Andrés a lo largo de la
novela. Personalmente se valoran las posibles repercusiones de nuestra actuación y, dependiendo de las conclusiones a las
que se lleguen, se toma uno u otro.
El árbol de la ciencia - El árbol de la vida.
Estos conceptos aparecen en un dialogo entre Iturrioz y Hurtado. Estaban hablando sobre la importancia de la
ciencia para los hombres. Según Hurtado la ciencia es básica para la evolución humana, pero Iturrioz afirma que
la verdad en bloque es mala para la vida. Por lo que la vida es peor cuanto más se sabe.
Dice Iturrioz que en el génesis se habla de que en el paraíso había dos árboles; el de la vida y el de la ciencia del
bien y del mal. Explica que Dios le dijo a Adán que podía comer de todos los frutos, pero que tuviera cuidado con
el árbol de la ciencia, ya que el día en que comiera de ese fruto moriría .
Iturrioz dice que lo que realmente pasa con el árbol de la ciencia, es que si se prueba algún fruto, éste provoca
un afán de superación en la persona y que al final la destruye. Iturrioz cree en la ciencia, pero cree en una
ciencia medida, coexistente con la vida y por lo tanto con la ignorancia que esta conlleva. No cree que la razón
deba ser el elemento clave de la felicidad. En cambio Andrés cree que para que la vida sea agradable debemos
apoyarnos en la razón y en la experimentación de las cosas.

Temas o planteamientos filosóficos del libro .


Kant: En su libro “crítica de la razón pura” demuestra que los grandes problemas de la metafísica (Dios, libertad
e inmortalidad) no se pueden resolver por la razón especulativa. No obstante en su tratado de ética crítica de la
razón práctica, llega a la conclusión de que toda cuestión ética, parte de una creencia en la existencia de Dios, la
libertad y la inmortalidad. Así es que son necesarias para que haya leyes morales.
Schopenhauer. Pone la ciencia sobre una base más segura, porque la inteligencia y el conocimiento están
limitados a la experiencia humana y no tiene nada que ver con abstracciones como justicia, moral, Dios. La única
verdad se halla en la concordancia de nuestras experiencias con nuestros conocimientos prácticos. La otra idea
es la del pesimismo existencial.
Nietzsche. Descarta la posibilidad de una creencia (religiosa moral, política) a la que el hombre pueda agarrarse
sino es una incontrolada voluntad de dominio y una suerte de activismo nihista.

You might also like