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Reseña Dinámica de Historia de Suramérica (siglo XIX).

Lic. María Celeste Gigli Box.

Podemos sintetizar lo expuesto en el primer encuentro próximo pasado, como el


comienzo de los sucesos que terminarán con la crisis del orden colonial, transitando por la
sociedad posterior a la Independencia hasta el esbozo del Estado Nacional y la sociedad
civil incipiente de mediados/fines del s. XIX. En lo tocante, presentaremos este panorama
contenido dentro de esquemas historiográfico-teóricos para organizar la dinámica en que
los hechos acontecieron. Como aclaración de forma-, dichos esquemas serán presentados
en negrita para distinguirse de los sucesos. Demás está mencionar, el estricto ajuste a la
bibliografía recomendada por la cátedra. Así:
Tomando criterios que pertenecen a Eric Hosbsbawn pensaremos un largo siglo
XIX (que comienza en 1780, donde el orden colonial comienza ser interdicto. Este
panorama asiste al “golpe coyuntural” con la ocupación francesa de 1808 en la península
ibérica que desencadenará su progresivo final futuro. Por fin, el siglo XIX concluye en la
tardía Revolución mexicana de 1910 –que produce una “onda expansiva” que permitirá
comenzar a pensar la democracia en Uruguay, Chile y Argentina especialmente. En el caso
de Venezuela, debemos aclarar que el ingreso al siglo XX se producirá recién 1936 con la
muerte de Gómez, dictador oligárquico que gobernó en base a seis constituciones en menos
de veinte años).1
América latina estaba bajo el ejido de tres metrópolis europeas: Francia, España y
Portugal. En el caso de la primera, Haití -su perla-, inicia la tendencia, y el primer día de
1804, dicta su constitución republicana. Es necesario aclarar que este suceso, arraiga en la
Revolución Francesa, donde los negros adquieren derechos, lo que complica la situación de
los labradores. Ante esto, Napoleón a restituye la esclavitud en 1802; pero el Santo
Domingo francés ya poseía cierto nacionalismo. Esto relevante teóricamente ya que la
oposición también es social, lo que permite –Vg. la guerra de guerrillas negra-, la derrota
gálica. Existe una cadencia anticolonial y sienta las bases de lo que luego será reiterado en
el sur de América.2 La relevancia teórica, hace a las condiciones internas también, ya
que presenta el éxito de una clase emancipándose a sí misma, (algo poco común en
perspectiva histórica). Para el caso de España y Portugal, debemos usar el esquema teórico
que nos remite a la Escuela Francesa de los Annales, para ver tres niveles de análisis: el
acontecimental (el que, inserto en coyunturas particulares, puede producir la suficiente
presión que lleve al orden de los hechos a tramitarse a través de un cambio que
descomprima la situación que su aparición dictó. Estos acontecimientos se
articulan/acomodan/ suceden en una coyuntura dada –que abarca cerca de 50 años-;
período que a su vez estará incluido en una estructura aún más extensa que comprenderá
una centena de años. Es en éste nivel más amplio donde se produce la crisis del orden

1
En cualquier caso, debemos saber que lo que sería la segunda mitad de este siglo largo ser pensado en clave
de gobierno de ellite o bien oligarquías. Claro que los esbozos democratizantes hacia el comienzo del corto
s. XX, no implicaron la desaparición de las clases dominantes oligárquicas que tradicionalmente habían
tenido el poder, que resiste (como en el caso de la “Generación del ´28” venezolana). Si bien la amplitud de
participación se dio en diferentes modos y períodos, no podemos verla como la concesión graciosa de la
oligarquía, ni de una clase media “que le ganó” a la oligarquía gobernante. Además, el capitalismo
latinoamericano es de base agraria, eso implica que los actores no Sean “clase media vs. Oligarquía”, sino
“terrateientes vs. [Un 75% de población de] Campesinos!. Allí estaban las tensiones sociales!!!)
2
Claro que los historiadores franceses no exponen de este modo la pérdida de su colonia, sino que llegan
hasta alegan “falta de adaptación” de los europeos en aquellas latitudes, hasta casos numerosos de paludismo,
entre otras.
[colonial]. Así, la invasión francesa en noviembre de 1807 (que en marzo del 1808 llega a
España), produce la coyuntura que hace viable la independencia SI Y SÓLO SI, se
produce con ésta la crisis del orden estructural del sistema colonial. Es necesario
detener el alcance del análisis, para no caer en la exageración de pensar que el orden
resquebrajado, implique que la sociedad deje de ser colonial. La supervivencia de
imaginarios, institutos, y hasta actores –a veces, con nombre y apellido-, son un hecho.
Pero esto tampoco implica poner la revolución en clave gramsciana y decir que fue
“pasiva” (=sin jacobinismo): la agonía del orden llega hasta su muerte en 1860/80. Esto
también evita cierto mecanicismo: que Napoleón invada Europa, no implica la
independencia directamente, sino que deben también existir otros actores que
compartan ese momento histórico y precipiten la situación. Es la combinación, y no
sólo la existencia de los actores. Sin la resistencia anticolonial (no necesariamente
independentista) que cundía en América (desde la acción de Tupac Amaru, hasta la acción
de Chirino por el movimiento haitiano en la Capitanía General de Venezuela debían estar
presentes). Esta confluencia, sumada al juntismo europeo como factor externo vis à vis
las tensiones sociales en las colonias como factor interno, producen la crisis estructural
y desencadenan la independencia.
Claro que la resistencia americana no era mera rebeldía: los sistemas de explotación
(de los recursos y los esclavos), cuanto una alta presión fiscal, motivan las revueltas. Y es
necesario ser cautos al ver a éstas en idéntico sentido que Lynch (en tanto que proceso
teleológicamente independentista. En el caso de Tupac Amaru, su causa aversa a las
instituciones coloniales, no implica motivos de identidad “nacional /indígena”3. Tal
afirmación, implicaría que revisemos las identidades de cada actor, en clave de las tres que
J.C. Chiaramonte nos señala: “hispanoamericano”, “local” y “nacional”, lo que no procede
a estas líneas.) Incluso –sólo para nombrarlo-, podemos mencionar la hipótesis de la suerte
de “lucha nacional” entre los criollos versus los peninsulares, en clave de guerra civil. Lo
concreto, es que no nos aporta tanto posicionarnos en una u otra postura. El caso está
en saber que si en 1810 no había “conciencia de independencia”, el independentismo
sí era moneda corriente en 1825. De hecho, las reformas borbónicas dan cuenta de esto:
su pragmatismo y eclecticismo estaba apuntado a amentar el poder de los virreyes que
“acataban pero no cumplían”, junto con la situación española de aumento poblacional y
decaimiento de producción agrícola. No olvidemos en el s. XVII, los flujos a España eran
mineros, tipo de explotación que sigue la ley ricardiana de los rendimientos decrecientes,
lo que hace que este sistema –tarde o temprano-, entre en escasez (Esto cambiará en el
futuro al desarrollo de la economía de plantación)4.
En este punto procede cotejar las similitudes y diferencias que nos dan Lynch junto
con Guerra. Mientras el primero tiene un análisis económico, político y social; el segundo
3
Es el caso de los pasquines (en las puertas de las iglesias, los anónimos y las publicaciones clandestinas,
que rezaban “viva el rey, muera el mal gobierno”. Lo que no implica independencia en lo absoluto. También
es improcedente concebir las sublevaciones esclavas sólo como acción directa: la no reproducción, la huída a
los quilombos brasileños, las malas condiciones de vida hacían que hubiese mayoría de población femenina,
implicaban complicaciones al sistema. Pero no eran acciones directas dirigidas a la reforma de la
administración del poder.
4
En este contexto es que Carlos III, el rey que logró recuperar espacios a España en el concierto de naciones;
vio una Inglaterra que reformaba su sociedad; mientras los nobles castizos continuarían siendo una carga
parasitaria y numerosa que interfería en el cambio a una sociedad nueva. Se necesitaba “una revolución
burguesa”, pero nadie quería hacer el personaje del burgués en la obra... por cierto, no olvidemos una
posible fuga en el análisis: Si sólo por la “riqueza directa” nos guiamos, podríamos decir que sólo importaban
las posesiones de Perú y Nueva México, pero no debemos olvidar que áreas vacías cisplatinas era
importantes geopolíticamente para contener el avance lusitano.
se sitúa más en el aspecto de legitimación política, en cuanto a su dimensión simbólica y
hasta mitológica (en donde se debía justificar el cambio de la forma de poder ante el
pueblo. Entes abstractos como “pactismo”, “nación”, germinados en la Revolución
Francesa serían corrientes). Tal vez la mayor diferencia entre ellos (por ser la más
abarcativa y con mayores consecuencias teóricas) es la que nos plantea una independencia
hispanoamericana (=todo el continente) a modo de evolución teleológica en clave de
Lynch, por diferencia a la ruptura que muestra Guerra desde 1808. Allende toda posición
teórica, veamos que el proceso independentista tiene dos núcleos marginales: Caracas y
Buenos Aires (o bien: San Martín y Bolívar; o bien: Alto y Bajo Perú y Nueva España). En
la primera ciudad, caen las tres repúblicas y se produce una violenta guerra, con un Bolívar
más poderoso políticamente que San Martín (ya que si bien su estrategia era militar, y
política, pudo incorporar a sectores populares, generando la nación en armas), tuvo costos
altos. Ante el comienzo del juntismo peninsular –Juntas regionales que asumen en nombre
del Rey cautivo, siguiendo la teoría de la retroversión del poder al pueblo-, en América se
producen iguales sucesos el 19 de abril en Caracas y el 25 de mayo de 1810 en Buenos
Aires. Esto prosigue con los avances militares para consolidar el poder en el nuevo
gobierno provisional, la prueba de diferentes esbozos de gobiernos con alcances más
pretendidos que reales, junto con la amenaza de un peligro inminente: hasta 1816, toda
América latina era reconquistable. Y todos lo sabían… Claro que Europa continuaba en
evollución, y luego del Congreso de Viena de 1815, las monarquías europeas ven la
necesidad de asegurar el absolutismo y los de ultramar (desde Cerdeña hasta América).
Corona esta idea la Santa Alianza (“Santa” gracias a la presencia de la Iglesia). Así
llegamos al primer factor externo señalable: la sublevación del Gral. Riego, contra
Fernando VII, que restaura por tres años la Constitución liberal de 1812, y adecua que no
se envíen tropas al nuevo continente para restaurar el orden 5. El decurso de la Santa
Alianza sigue con el retiro de Inglaterra (que así reconoce la independencia de los nuevos
estados), y se combina con dos factores externos más: el memorandum Polignac (1807) en
el que Francia se compromete a no intervenir en América. El segundo, es el informe de
1823 ante el Congreso del presidente estadounidense Monroe, que puede sintetizarse en la
fórmula “América para los americanos”. Ninguno de estos factores es determinante,
pero si dan un marco coyuntural externo a los factores que se daban en lo interno (las
acciones militares independentistas). Para “pintar” la dinámica del tratado, pensemos en el
modelo ricardiano clásico de comercio exterior.6 Esto implicaba una diferencia a nivel
peninsular (España no se guarecía en otra nación) y a nivel colonial (Brasil presentaba una
doble dependencia). El factor interno está dado por la estructura de clases (Señores
dirigentes, clero y la clase media; y por último esclavos y artesanos). La esclavitud,
instituto muy grande en Brasil desde el s. XVI, implicaba también una mayor dominación
de clase. El segundo factor interno es cierta preferencia identitaria (es un exceso llamarla
“sentimiento nacional”) entre “brasileños” y “portugueses”.La coyuntura de la invasión
napoleónica tiene un efecto particular: los Braganza huyen para Brasil protegidos por
Inglaterra (en base a los tratados firmados en Londres en 1802 y 1807).
Brasil comienza a ser la sede de la metrópoli. Esto implicó la apertura de sus
puertos (fomentados en los Tratados de Comercio y Navegación y el de Alianza y Amistad)
en donde se dan ventajas aduaneras de las “naciones amigas” con la contraprestación luso
brasileña de bajar el tráfico de esclavo y el empleo de este tipo de mano de obra (que si
5
Aquí es importante destacar que la situación no se resuelve gracias a un liberalismo que pretende la
extensión de derechos (compartido por San Martín y Bolívar), sino que la decisión parte del alto clero y la
elite que pretenden independizarse para no ser parte de una metrópoli liberal!.
6
Sólo por mencionarlo, Portugal era una nación pequeña, y ser protegida por una nación como Gran Bretaña,
era la opción entre el menor de dos males. Pero era más que nada.
bien durante largo tiempo fue fomentada por los mismos ingleses, –según las
interpretaciones existentes- el viraje de postura de éstos puede tener causas morales desde
la Revolución Francesa en adelante, hasta en el tipo de mano de obra que necesita el
capitalismo (libre y asalariada). Sumemos los ataques de Smith en cuanto a la distorsión en
la competencia y la falta de dinamismo de la economía mundial en un sistema esclavista.
Por todas estas causas –o por alguna de ellas-, Inglaterra prohíbe el tráfico, luego da
libertad de vientres, y por último exige la abolición. En Brasil, la prohibición data de 1850,
aunque ilegalmente sigue hasta 1855. Pero es necesario mencionar que el fin del sistema se
da recién en 1888. Lo último necesario para destacar, es que al contrario de lo que opinan
muchos historiadores, la independencia brasileña tuvo presencia de sangre, y no una
transición regia, que pasa por el imperio, para concluir en una democracia
“aceitada”. Pero comencemos con los sucesos: a conjura carioca en 1794 como efecto del
jacobinismo peninsular. A conjura dos suassunas (Pernambuco) en 1801, tan insignificante
que ni la corona inició proceso. A incomfidência mineira, un movimiento antiportugués,
con el liderazgo de “O Tiradentes”. Y por último, A conjuração dos alfayates, hacia 1798.
No olvidemos algo fundamental en Brasil (que también sucede en otras latitudes de la
América hispánica) como son las “identidades guionadas”; es decir, los “afro-
brasileiros”, etc.
En lo que hace a la cúpula de los Braganza, tenemos dos sucesos uimportantes
mencionados en clase: el primero es la partida de Don João VI a Portugal, mientras que su
hijo Pedro permanece en Brasil. El 9 de enero de 1822, en respuesta a 8000 firmas, Pedro
en claro acto de desobediencia, anuncia que se queda (“eu fico”). Hacia el 7 de septiembre
de 1822, se lo obliga (ante numerosos choques en cuanto a su concepción política con
Bonifacio) a retornar a Europa. Pero en el 12 de octubre de 1822, cuando cumplía 24 años,
fue declarado emperador y defensor perpetuo de Brasil (Sólo cuando abdica en Pedro II
hacia 1831, se termina el proiceso de separación de Brasil de la península). En los externo,
Inglaterra no tarde en reconocer la independencia (recordemos su interés en derribar la
esclavitud), hasta que llegamos al último suceso mencionado en clase: los dos hechos que
marcan la mitad del siglo XIX: la aprobación de la prohibición de la trata de esclavos y la
ley de posesiones. Ésta última es importante porque antes las tierras se obtenían por
ocupación, con el cambio, se establece la compra. Así los productores comienzan a
apropiarse de ella.

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