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CARTAS A UN AMOR UTOPICO

Hace ya mucho tiempo que esperaba un momento como este, fue como un día de
eclipse, en el que la luna tenue y brillante se interpone al sol opacándolo, así llegaste a
mi vida opacando toda mi semblanza de frialdad para convertirla en amor, aquella
palabra tan triada por poetas, y tocada por muchos indiferentes, pero hoy entiendo
más que nadie aquella palabra, tan solo pude divisar una apresurada mirada tuya, y
basto para cautivarme, tus suave cabello, aunque no los haya deslizado entre mis
dedos, imagino utópicamente que deben ser así, aquellos ojos que parecen ser
extendidos por una afinidad a los costados y tu ceño medio fruncido me dicen que si
no los miro y descubro cual es su color, podría enloquecer de tan solo imaginarme que
tanta magia habría al tenerlos frente, la noche taciturna en la que te escribo quiere
caerse y dar paso a la alborada, te siento en cada palabra que nace desde la raíz del
fragor de mi alma, te siento cuando estoy pensando, porque pienso que tu mejilla esta
junto a la mía, que tus labios están a punto de abatirme en cada suspiro y entrelazarse
con el mío, te siento cuando cojo tus manos en mis sueños desvelados y muchas
veces interrumpidos, cuando esa mirada acelera cada vez mas mis pulsaciones y
latidos al punto que me tomo el pecho aludiendo que este corazón se irá contigo, día y
noche trato de desvelarme y pensar en ti, porque el masoquismo de pensar en tu
infinita e imposible deidad malversan mis sentidos, los afinan, los destrozan quedando
como un acorralado de mis propios sentimientos que hoy yacen contigo, quiero
quererte, quiero confiarte la eternidad de mis palabras, quiero poseerte, porque quiero
ser yo también el que este siempre en tus pensamientos, con el que sueñes despierta,
con el que te mira en tus sueños y te acaricia con la ternura de una mariposa en
primavera, desdichados aquellos que tienen que conformarse en vivir una falacia tan
grande llamada amor por muchos, pero que en realidad es querer por otros, el amor es
más grande, es infinito, inexplicable, milagroso, ni mil páginas bastarían para definirlo
porque puede variar en intensidad, hoy te confieso ante estas palabras que sin tu
existencia todo seria llano, la vida seria nula, mis palabras antes puestas de intermedio
serian mentiras sino estuvieras para tan solo regalarme esa sonrisa que aunque a
veces no me pertenece, me da el elipsir eterno para escribirte estas frases que quizás
nunca lleguen a tus manos.

Cartas a un amor utópico 8 de octubre del 2008 10:45 pm

Viernes 10 de octubre del 2008 01:57 am


Ayer no pude escribirte porque me quede perplejo con tu mirada, y tu voz, si! Por fin
pude verte, era indescriptible tus pupilas se embarullaban con tu acaramelada voz, un
sendero tortuoso se manifestaba en mí, no supe que responder, las tormentas
personales conocedoras de mi ilusión y mis desgracias estaban presentándose, miles
de palabras formaron una aglomeración en mi cabeza , y no sabía cuál de ellas
pronunciar? Hoy fue como una triste novela de aquellas en el que la oportunidad se te
va de las manos, aquella que cuando está por llegar al final, y se torna opaco, cierras
el libro y prefieres quedar ignorante al desenlace.

Estuve leyendo poesía de pablo Neruda, “me gustas cuando callas porque estas
como ausente…

Me gustas, así no calles, así alardees tu belleza en cada paso, así volteen a verte
cuando derrochas frescura e hidalguía, porque en noches de delirio tengo la seguridad
que tu alma busca lo mismo, y que viene a posar en mi cama, me abraza, me colma
de caricias, y la magia nuevamente se apodera de nuestros delirios, indudablemente
un paraje tuyo está conmigo, ¡ahora en este momento! Cuando te escribo siento que
tus manos me acarician el rostro áspero por la barba, quisiera que sepas que es
conmigo con quien sueñas, que soy yo el que te rapta cada noche para traerte a mi
lecho, el que suspira con cada respiración tuya, el que adormece el dolor de no tenerte
físicamente, sin embargo, estoy aquí enalteciendo tu personalidad, abrumándote de
existencia.

“Me oyes desde lejos………… que bella frase, me identifico tanto con esta parte… sé
que me oyes desde lejos, ahí donde juegas como niña con tu cabello, cuando volteas
pensando que alguien te observa, y asientes la cabeza una vez más resignándote a no
imaginarme, estoy ahí! Contemplándote como un centinela rebalsando de cafeína, con
los ojos prendidos en tu belleza, ahora sé que estos pensamientos llegaran algún día
en forma de cartas a tus manos, cuando todas se han de juntar, y en un unísono
reflejen la demencia de este escritor que está sometido a tus deseos convirtiéndome
en tu escribiente.
Sábado 11 de octubre del 2008

Hoy no quise girar el rostro para verte, pues tu desgano y la manera como evadiste mi
intento de acercarme terminaron por fulminar la poca decisión que tenía, intentos
fallidos de querer dar respuesta… ¿que tiene tus rostro? Que me domina, me seduce,
me aprehende como la primavera al otoño como el suave manto del sereno a las
noches frías de invierno.

Jamás pensé que terminaría enclaustrado en mi propia cárcel de pensamientos vanos


y dementes, tratando de apaciguar las aguas de mi alma, que se conmueven
turbulentas de ellas mismas... De ver como se estropean. En las noches de bohemio
fantaseo que estoy musitándote al oído, que tus pestañas rizadas se cierran
levantando el rostro esperando que mis labios se atrevan a derribar esa barrera de
complejos de inferioridad y te tome de la cintura, que intente fusionar tu cuerpo con el
mío y te musite al oído que sino pruebo el néctar de tus labios quedaría privado de
toda satisfacción en la vida.

Toque el tema bohemio…. No me refería al bohemio alcohólico. No!

Basta con oler tu perfume sobrio para convertirme en un adicto a tu respiración,

¿Porque tuvo que ser así? ¿Porque tuve que llegar tarde? ¿Donde estuve? ¿Porque
busque tan lejos si te tenía cerca? Y la pregunta más enigmática de nuestra doctrina
de amor, porque no me esperaste, si te revele en sueños mi presencia, describí en tus
fantasías como seria cuando llegue, te tomaría de las manos y te llevaría desde el
mismo infierno hasta el cielo, para que conozcas la extrema sensación de mi poesía,
que puede robarte una lagrima, como un deseo desesperado de amar.

Sé que prometí que jamás dejaría de escribirte, que siempre estarías reflejándote en
cada anotación de las yemas de mis dedos, que serias mi guía divina y tu sendero no
tendría inicio ni fin, aunque otras crucen por mi lecho tu serás el alma de las sabanas,
la titiritera de mis pensares, motivaciones y movimientos, y también te dije, se que tu
cuerpo puede no pertenecerme, tus delirios de grandeza puedan más que tu concepto
de amor, pero nunca olvides, nunca! Que el amor de tu alma me juro amor perenne, y
ahora esta transformada en musa de inspiración, cada noche de desvelo, se que
dijimos todas esas cosas en sueños colectivos, pero hoy rompo mi promesa, prometo
jurarme no confundirte, dejarte ser libre, y amarte sin límites...

Domingo 12 de octubre
Sé que rompí mi promesa, en palabras entrecortadas me jure no escribirte, te lo
susurre al oído, y parece… que mis cartas no te estimulaban en lo mínimo, fue como si
todo mi mundo creado por mi fantasiosa cabeza se hubiera amilanado, te vi seguir, te
vi caminar, pero cuando intente correr y seguirte, llego de manera inesperada, con su
porte de grandeza al tenerte entre sus brazos, contemple la escena, el seguía
abrazándote, te sujetaba cada vez más fuerte, y presuroso te dio un beso, regrese por
donde vine, camine y camine, cada vez más lento como imaginando que vendrías tras
de mí al darte cuenta que te había visto, pero no! seguías con él, no quise saber nada
mas de ti en ese momento maldije tu belleza, tu divinidad, y esos ojos que tanto me
habían inspirado en noches de enajenación, porque solo de esa manera puedo
llamarle, como pude idear y tejer toda una historia falsa de amor, donde el único que
amaba, sentía y se expresaba era yo.

Cogí una vez más los cuadernos viejos, increíblemente están intactos, como si el
tiempo no hubiese pasado por ellos, tenia poemas de amor de alguna niña que me
habría inspirado en aquellos momentos, en el que pensaba que el amor siempre seria
correspondido, y leí uno de ellos:

Noche inmortal

Aviste una increíble ave de colores laucos

Ella lucia resplandeciente y tu rostro se reflejaba

Quería verte, pero tu luz me enajenaba y cegaba

Te veía cada vez más cerca y con llanto

Suplique una vez más, “amor no te vayas”

Quédate a mi lado que la noche se nos quede

Entre las manos y deliremos tenues

Con pasión, recordando nostalgias

Accediste, sentí tus labios rebalsando de divinidad

Cegué mis ojos aludiendo percatar tu deidad

Y te ame esa noche como ninguna noche de nuestra existencia

Te cubrí de caricias sin dejar un paraje de tu cuerpo libre

Obvié cualquier pesar o sentir que habría de herirme

Y te jure, que en cada palabra que describa estaría tu esencia

Caíste entre mis brazos, te tuve como nunca, musite muchas veces

Eres tú la niña de mis ojos, la esperanza de mi alma y vida de seres

Como yo, que solo viven para amar, y te aman para vivir.
Volví a girar las páginas, y en ella me encontré con un poema, pero el titulo me llamo
mucho la atención, “mariposa de la noche”, este poema lo habría escrito cuando
desperté con la realidad que aquella niña no habría de ser la misma que yo asumía en
mis pensamientos, y continué leyendo:

Mariposa de la noche

Te vi desfallecer en brazos de otro, eras tú sin duda

Tú eras mi musa, mi muñeca de porcelana y cristal

La que debía estar eternamente como ave pura

Pero te divertiste cruelmente como en bacanal

Con mis pesares y sensibilidad de poeta

Dirigiste una mirada de asombro y corriste

Huiste hacia mí, abrazaste hasta mis huesos

Ya era tarde, estaba frio como los sepulcros

Solo me quedo partir a mi lecho solitario y triste

Ahora todo ha cambiado, tus llamadas son en vano

Te quise es cierto, pero también te ame, y llano

Esta ahora mi corazón, que te deplora sin descanso

¡No se amilanara no! Estuvo desértico y maltratado

Es madrugada, y contemplo tu alma en cada verso

En cada palabra estas tú, sin darme tregua para pensar

En algo más que no sea mi muñeca y su universo

Juro relegarme de mí, renunciar a tu mar y zarpar.


Este último poema, se quedo impregnado en mi cabeza, no lo pude sacar por muchas
horas, seguía pensando en aquel beso, en sus ojos de amor cuando miraba aquel
personaje, todo se me alborotaba y mis pensamientos se aletargaban, quería correr y
decirle que mi corazón le pertenecía, y que nunca se alejaría de ella, que sus besos
me hacían soñar, que me volvería en un animoso personaje, pero la cobardía se
apoderaba de mi, la única manera de desfogar todos esos sentimientos profundos
seria escribiendo, así que busque “el cuaderno de sucesos” cada cuaderno de
muchos que había escrito, habría tenido un nombre en particular, aquel no estaba, era
lo más personal que tenia, no podía caer en manos de nadie!! Busque y rebusque por
horas, pero fue en vano.

Al día siguiente era como si todos esos sentimientos reprimidos estuvieran


mariposeando tratando de liberarse en alguna espontaneidad, estaba decidido a callar
para siempre, ella era mi musa es cierto, pero también lo era de otro, este concepto
empezaba a raerme todas las entrañas, sentí una mano tras de mi hombro, era ella,
si!! Mi musa estaba hablándome, saco de su mochila un cuaderno, que se me hacia
familiar; y me dijo ayer lo encontré, cuando saliste medio despavorido, yo balbucee,
los colores se me subieron al rostro, estaba entre el calor y el frio, el éxtasis y la
quietud, y escuche esa tierna voz diciéndome;

-¿te sucede algo?

Como era de costumbre no tenía palabras, y lo primero que se me vino a la mente


fue,

-¿donde encontraste esto?

- Ya te lo dije se te cayo al salir, repitió ella,

Y la segunda pregunta, quizás la más importante,

- ¿leíste algo de este cuaderno?

- La verdad que si, respondió ella,

-son cosas muy lindas las que escribes, ¿desde cuándo lo haces? Pregunto
nuevamente,

- hace tiempo……. Una respuesta muy tonta,

-bueno que te parece si nos tomamos un café, dijo nuevamente señalando una
cafetería cercana,

- no puedo tengo que… y después… ella se dio cuenta de mi negación y dijo;

- no hay problema,

Que estaba pasando por mi cabeza en ese momento, ella sabía lo que yo sentía, lo
había leído, no habría que ser lo suficientemente inteligente como para no darse
cuenta que la describía en cada párrafo, la del fruncido entrecejo, la de los ojos
extendidos por una afinidad a los costados.
ahora que mi gran secreto se vino abajo, que iba hacer con mis sentimientos?, esa
noche empecé a leer nuevamente poesía, en cada verso que leía la tenía entre mis
brazos, la soñaba, era indescriptible aquel sentimiento, todo tenía que cambiar, tenía
que dejar de ser el niño cauteloso y miedoso, para convertirme en el hombre galante
que conquiste a una chica, no sabía si mandarle alguno de mis poemas, puesto que
esta manera de conquistar era muy antigua, muchas personas copian poemas, y esto
ha perdido su valor, una carta sería lo más sensato, pero como enviarla? Primero tenía
que observarla, y saber más de ella, porque mi carta tenía que ser perfecta, no debía
ser tan densa y tampoco tan simple, esa misma noche en la madrugada, la llame por
teléfono, eran casi las 11 y me respondió una voz medio grave, no era su papa, yo
conocía muy bien la voz de su padre, cuando venía a la universidad a recogerla, era
él, sin duda alguna, ¿que hacía en su casa a esa hora? Colgué el teléfono sin decirle
siquiera mi nombre, pero esa voz hirió mi corazón como una daga cargada de veneno,
empecé nuevamente con la poesía pesimista, estaba una vez mas de luto, y sentía
que mi muñeca de cristal, aquella que no debía ser tocada por nadie, estaba yéndose
de mis manos, y partiendo a otro sendero, seguí escribiendo, y culmine las últimas
líneas:

“dama de la Noche ven a recogerme y llévame al lecho de mi amada amante”

22 de octubre de 2008

He pasado más de una semana, tratando de meditar, es cierto deje un poco de


escribir estas memorias pasajeras, pero nunca te saque de mi mente, estas en cada
espacio al cual voy, tu mirada me persigue como sombra, no sé si algún día podre
sacar estos vanos pensamientos que me atormentan día a día, juegan con mi mente,
me hacen crear días primaverales, e inviernos duros, ahora mismo estoy en una de
esas etapas, queriendo resarcir todo el daño que le hice a mi alma, y queriendo
pasar la página del dolor, cuando te veo no sé si estas cerca o lejos, no sé si eres
como materia viva que me enciende los poros, o eres como poesía sin fines que solo
viene en noches de incesante desvelo, pero estas siempre impregnada en cada
lumbral de mis paredes, en cada viento que cruza por la ventana trayéndome tu
aroma, estas como reflejada en el agua que bebo, estas ahí!! Cerca a mí y no te
puedo tocar….

Hoy estuve caminando, como es de costumbre dibujando algo, o tratando de encajar


alguna métrica de mis poemas, pero lo más importante que hice hoy fue admirar tu
belleza, y es que para admirarla hay que ser un conocedor de maravillas, de
encantos personales, de candidez divina, de cariños exorbitantes. Aun cuando se
que no me perteneces, y que otro ha de admirar tu belleza, por supuesto no como
yo, ¡nadie lo hará como yo! Porque me he vuelto en perseguidor de tus inquietudes,
en un centinela de tus actos, en tu poeta custodio, ¡sí! Jamás te dejare ser libre,
porque estas en mis sueños, aunque en la dura realidad, te deje volar como ave
buscando su nido.

¿El te ama? Fue una de las preguntas que estuve tratando de responderme, ¿él en
verdad te ama? Como quisiera que no fuese cierto, pero el amor se les veía en los
ojos, yo sentía que te amaba, yo vivía su amor por ti, y me resignaba, como quisiera
que no fuese cierto, es verdad aunque te viera sufrir quería que no se amaran, y yo
darte consuelo.

Presuroso tome un taxi, persigue aquel auto le dije, y así fue como empezó…

Jamás pensé que mis sospechas fueran ciertas, el no le era fiel, estaba feliz, basto
de alegría, al verlo en brazos de otras, pero también entre en ira, no era justo, ella es
un ángel, y si alguien se atreviese a cortarle las alas para que no conozca el
verdadera amor, ahí encajaba yo, para dárselas.

Pero algo me hacía sentir ruin, algo me impedía decírselo, en otras conclusiones,
cuan verdadero seria el desenmascaro, si ella me tiene como a un admirador más
que haría lo imposible por separarlos, hubiera querido que nunca se entere de mi
secreto, pero es tarde, ahora solo tengo que quitarle las vendas, y enseñarle el
verdadero amor, pero ya mañana decidiré eso, ahora solo me queda esperar que
caiga la noche, y si dios me bendice soñar contigo.

Al día siguiente…

Tal vez le diga que… no mejor le digo… o podría tomar ciertas…

Todo se me venía a la cabeza, fueron pensamientos pasajeros, que tan rápido


venían, como se iban.

Entonces tome una decisión, debería ser yo el que desenmascare a ese patán, le
dije;

-quisiera hablar contigo saliendo de clases,

al verla a los ojos note que una lagrima recorría su rostro y desembocaba en sus
labios, me conmovió, en ese momento no pude resistir mis impulsos, tenía ganas
locas de abrazarla, no pude contener ese sentimiento que estuvo reprimido por
mucho tiempo, le seque las lagrimas con la yema de mis dedos, le acaricie el rostro
mirándole a los ojos, mientras que ella me miraba, rápidamente giro el rostro y salió
casi corriendo, pretendía no entrar a la clase, sabe dios que pasaba por su cabeza
en ese momento…

La deje ir es cierto, ella indudablemente quería tener un momento de soledad, en el


que se pueda contemplar a sí misma, sospechaba que se había enterado de la
infidelidad, ya no era necesario que yo interceda, pero lo que más me preocupaba
era como lo había tomado, fue en vano entrar a esa clase, puesto que todos mis
pensamientos estaban en ese bus, el que ella tomo para retirarse de la clase.

Sin mediar palabra alguna con mis compañeros, Salí del salón casi a zancadas, tenía
que acompañarla, contrastando mi pensamiento anterior, debía buscarla y decirle
que en mi tenía un apoyo, que nunca la apartaría de mi corazón, que una vez sobre
mi alma se poso su ternura y nunca se iría.

Entonces era el momento de escribir aquella carta, lo había pensado antes, y en


lugar de acompañarla físicamente, esa noche creí en la magia, imagine que mis
palabras que se estaban impregnado en un papel, se dirigían hacia ella, y la
reconfortaban, la animaban, la hacían sentir amada.
Sé que me quieres, porque te digo te quiero…

Reconozco esta noche, imprecisa para escribir, puesto que hoy vi recorrer lagrimas
sobre tu rostro, quizás imagine el motivo, quizás me pierda en tu compleja cabeza,
pero hoy no encontraron día más ligero mis dedos, para empezar a escribir y
componer tu silueta de fantasía en cada estrofa, en cada palabra que obedece a mi
imaginación de poeta.

Hoy pude tocar tu rostro, suave como el sereno cuando arremete contra el rostro y
hace sentir su frío y terso cuerpo, divise tus ojos como nunca, brillaban al mirarme,
como brillan las estrellas en las noches despejadas, como cuando un anciano astro
está a punto de desaparecer, y fue lo más inolvidable, porque te pude sentir más
cerca que nunca, sobre todo sentí tu energía queriendo decirme que me quiere…

Y si mi lunática cabeza se equivocara, seria definitivamente lunática, pero no me


equivoco al ver a los ojos, con ello puedo concluir que aquellas palabras escritas en
noches funestas y en noches de algarabía, todas llegaban a tus sueños, y soñaste
con esta carta, y soñé con que la recibieras, y sepas que te quiero, por encima de
cualquier pero. Y sé que me quieres porque te digo te quiero….

Decidí terminar esa carta en aquella frase, no quería escribir una oda entera, solo
quería que se enterara que la amo, que la siento por sobre todos mis sentidos,
entonces vi caer otra vez la noche por mi ventana, mientras que ideaba como se la
entregaría.

Al día siguiente, pensé muchas maneras de dársela, seria cobarde simplemente


dejar la carta e irme, pero se vería un poco romántico también, entonces la espere
ese día pero fue en vano, nunca llego, aquella noche de invierno empezó a caer la
lluvia como torrente, por lo menos así lo imaginaba, porque mis sentimientos, no
pudieron expresarse aquel día.

Pero no debería de esperar más, aquella niña tenía que ser mía, lo vi en sus ojos, en
aquellos ojos noche que siendo oscuros me iluminaban el camino hacia el amor,

Entonces presuroso la visite, me presente con respeto ante sus padres, y le explique
que tenía que entregarle algo muy importante, ellos la llamaron, se demoro un poco,
pero llego, estuvimos en la sala de su casa, platicando por horas, claro yo empecé a
tocar el tema, del porque de sus lagrimas, y solo hablábamos en términos generales,
pero sin una idea exacta de lo que en verdad le sucedía, palabras como “la vida a
veces nos enseña a dejar fluir esos sentimientos encontrados, que nos oprimen y
que pueden liberarnos”

Esa fue la idea que se me ocurrió, sospechando que podría ayudarla a esclarecer un
poco sus pensamientos confundidos, y al final llego la hora de mostrarnos
transparentes ambos, quise hablar pero ella interrumpió, y dijo: sabes agradezco
mucho que te preocuparas por mí, pero mis lágrimas fueron porque estoy muy
confundida, bien sabes que tengo un enamorado,

-entonces ya te enteraste le dije;


- ¿enterarme de qué? Respondió ella, no supe que decir en ese momento, y ella
empezó con sus interrogatorios, no pude librarme de ese problema, y le conté todo lo
que había visto, pensé que echaría en llanto, entonces sonrió un poco, me cogió el
rostro y me beso, me dijo:

- si es cierto lo que me dices te lo agradezco por ser sincero, si es falso, te felicito


por querer hacer cualquier cosa por tenerme cerca, entonces quise decirle que era
cierto pero volvió a cerrar mis labios con otro beso.

-entonces porque tenias esa congoja en la mañana, pregunte. Pero en mi cabeza


seguía aquel beso imprevisto y fenomenal que había recibido

Voy a ser sincera, y espero que tu también lo seas me dijo,

- desde aquel día que empecé a leer aquel cuaderno tuyo, me sentí muy reflejada en
lo que escribías, hasta llegue a pensar que era yo, y solo de imaginarme que fuera
yo la que describes, me hizo sentir diferente, como muy especial.

-Eres tú sin duda, replique

-Pero estaba muy triste porque no sabía cómo decirle que ya no lo quería, bien
sabes que tengo años con él, pensaba que era alguien muy especial pero estos
últimos meses se ha notado algo frio y lejano, y desconfiado sobre todo, ahora
entiendo el porqué de su cambio dijo ella.

-entonces me apresure para no perder ese momento mágico en el que los dos nos
desvestimos de todo prejuicio y dejamos que el corazón triunfe sobre la razón.

En realidad yo vine hasta acá para entregarte esto le dije, y saque el sobre, cogí una
mano y puse el sobre entre las dos, y cubrí ambas manos con las mías, es algo
especial para ti, quisiera que desde este día todo sea diferente, yo quiero vivir algo
especial, en el que nuestro mundo parezca fantasioso, utópico agregue, pero
perfecto, y hagámoslo realidad no me importa si hoy los amores duran un santiamén
o si los corazones están cegados y solo viven del exterior, yo siento que eres un
fragmento que un día lejano se separo de mi y hoy regresa para devolverme la vida y
las esperanzas.

Corrieron otra vez lagrimas sobre su rostro, y ella me miraba con los ojitos brillantes,
esa noche fue como si los dos estuviéramos apartados de este mundo, ella con su
cuerpo sobre mi regazo mirándome fijamente a los ojos y yo acariciándole el rostro
los labios, y el cabello como lo había soñado antes, fue en ese momento que
descubrí que ella era en realidad la musa tan esperada.

Al día siguiente teníamos clases de literatura, ella siempre se sentaba adelante, era
muy aplicada, sobre todo para este curso que sentía, la apasionaba, pero hoy note
que giraba siempre el rostro para mirarme, y yo le devolvía la mirada, como
diciéndole que mi interés por verla era reciproco, al finalizar la clase la invite a tomar
un café, ambos conversábamos nos reíamos y yo asumía la pasábamos muy bien,
todo parecía como hechizado hasta que levante la mirada y estaba él, como un león
cauteloso esperando la gacela para ir a su caza, ella detuvo el paso y me dijo
-por favor, hablamos luego, tengo que conversar con él

Sólo me quedo recoger mis palabras y abrirme paso, camine firme sin voltear la
mirada, yo confiaba en ella, y sabia que haría lo correcto, pero por otra parte tenía
que saber que estaba sucediendo, seguí el paso, decidí amilanar mi curiosidad y
confiar en ella.

Tuvieron que pasar quince largas horas para enterarme algo de ella, si bien es cierto
los celos corrompían la idea de dulzura que tenia de ella, mas debía ser paciente,
fue cuando recibí una llamada algo extraña, con la voz melódica diciéndome;

-te quiero mucho, ahora nada me detiene, y solo te pertenezco a ti, como deploras
en tus poemas, esa frase estremeció mis huesos, por primera vez en mi vida estuve
tan seguro que algo me pertenecía, que era mío, y que nadie me alejaría de aquello.

Al día siguiente era de costumbre encontrarnos en la universidad, pero hoy quise


darle una sorpresa y fui a su casa, lucia hermosa, tenía glamur en la sangre si duda,
y en la forma de caminar, el solo hecho de verla me hizo entender porque aquella
muchacha me causaba los sentimientos más atemorizantes, porque no sabía que
me sucedía, pero el solo sentir de su cuerpo junto al mío armaban ese
rompecabezas tan complejo y me daban respuestas fugases de ternura y amor, al
llegar a la universidad soltó una carcajada, -te la has pasado mirándome todo el
camino sin pronunciar palabra alguna me dijo. Sonreí mirándola a los ojos y ella
replico, eres el loro mas loro que he conocido, ¿cómo es posible esto? No quería
sonar adulador pero había quedado absorto con su belleza aquel día.

Entre esa mirada absorta estaban todas las ideas revolcándose con las ansias locas
de tomarla, abrazarla tan fuerte, quizás este sentimiento de abrazarla tan fuerte
como pueda, se explique porque aduces que la puedes perder, y eso! El sentimiento
de perderla es lo que estuvo rondando por mi cabeza, como podía pensar en
perderla?, cuando la sentía más cerca que nunca, empezó con sus juegos de niña, y
la seguía con la misma inocencia mientras que la contemplaba y en cada pasaje su
rostro permanecía perpetuo, como si hubiera sido creado a partir de ella. El juego de
miradas las rompió ella, claro, yo no pude ser capaz de perderla por algún segundo
aunque fuera con la mirada, y esos ojitos tantas veces aludidos a estrellas y noches
oscuras, empezaron a brillar de nuevo, que es lo que te aflige; le pregunte.

- siento que cada vez me enamoro más de ti, pero esa mirada tuya tan perdida, tan
extraña, a veces me frenan, me inmovilizan y me confunden también.

-entiendo que a veces mi mente empieza a fantasear y va a parar por lugares


lejanos, pero está contigo, no entiendo cual es el motivo de tu confusión.

-olvídalo, solo quiero que me prometas que me entenderás siempre, pase lo que
pase, respondió ella.

-prometo entenderte pase lo que pase, pero quiero que me prometas que me harás
recordar esta promesa, y si la olvido me des otra oportunidad, sonrió y sus ojitos otra
vez se hacían finos mientras apresurábamos el paso.
José Enrique Benito Saavedra

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