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TERMINALES
Gracias a los avances de la ciencia se ha logrado que las expectativas de vida de una
persona cada día sean mayores; no obstante, ello ha provocado el incremento de
pacientes en etapas terminales debido a enfermedades crónicas, para quienes la
medicina paliativa tiene importante área de acción.
México, en pañales
Paliar proviene del latín palliare, cuyo significado es tapar, encubrir o disimular, de
manera que la medicina paliativa se encarga de mitigar y moderar el dolor que se
puede presentar en un paciente. De ahí que pueda decirse que el objetivo de la
medicina paliativa es el estudio y manejo del hombre enfermo y la preservación de su
dignidad.
Fue así como se construyeron edificios especiales para internar a los enfermos que
demandaban cuidados intensivos, pero muy pronto las autoridades se dieron cuenta de
que se debería igualmente contemplar a otro grupo de pacientes que recibían
tratamiento y atención en su propio hogar, que es donde la mayoría desea estar. En
poco tiempo se observó que las unidades de medicina paliativa podían atender, por
ejemplo, a 200 personas, 20 de las cuales estaban internadas mientras el resto se
encontraba en su casa.
Al respecto, Argentina es el país con más adelanto en América Latina, al que le sigue
México, que inició funciones asistenciales en mayo de 1992 en la Unidad de Cuidados
Paliativos del Nuevo Hospital Civil de Guadalajara.
• Consulta externa.
• Hospitalización.
• Visita domiciliaria.
• Asesoría telefónica.
• Consejería familiar.
Los cuidados paliativos no acortan ni alargan la vida; a través de ellos se busca que los
síntomas presentes por la enfermedad sean más llevaderos, como son: dolor,
angustia, vómito, estreñimiento, diarrea, insomnio, culpa, resentimiento, miedo o falta
de apetito, entre otros.
No cualquier médico
De ahí el auge en Europa de una nueva corriente de facultativos que se han dedicado a
esta rama poco desarrollada de la Medicina. Pero, como es de entenderse, no es una
tarea fácil, pues ayudar a una persona que sabe que va a morir pronto a enfrentarse a
ese inevitable destino es una tarea que excede a la ciencia. Asimismo, mitigar el dolor
de pacientes que sufren enfermedades terminales requiere de fortaleza de espíritu y de
carácter propio de quienes han tenido logros sólidos en otros campos de la vida
personal y profesional.
En otras palabras, una persona que está debilitada por el dolor no quiere seguir
viviendo así pero, al mismo tiempo se aferra a la vida. "Nuestra perspectiva como
individuos sanos es diferente a la de la persona que está pasando por tal situación",
acota el especialista inglés.
En países como Holanda y Bélgica los pacientes que experimentan dolor extremo
cuentan con la opción de la eutanasia (sólo en estas naciones está legalizada),
mediante la cual terminan con su vida por voluntad propia.
"Algunos de los médicos holandeses que hace unos años apoyaban la eutanasia, han
cambiado ahora su postura y reconocen que hoy por hoy la mejor opción disponible
son los cuidados paliativos -acota el Dr. Twycross, quien trabaja en esta rama de la
Medicina desde hace más de 30 años-. La mayoría de las personas que están
atravesando por gran sufrimiento debido a enfermedades terminales y que solicitan la
eutanasia cambian su postura si reciben adecuado alivio a su dolor y síntomas; muy
pocos insisten en su actitud una vez que son aliviados en su dolor".
Finalmente, cabe destacar que parte importante de los buenos resultados obtenidos en
países como Inglaterra y que comienzan a emprenderse en México y el resto de
Latinoamérica, radica en que el equipo profesional no deja de lado a la familia del
enfermo, sino que, precisamente, fomenta su participación y función cuidadora
creando una atmósfera en donde el paciente se siente aliviado en sus síntomas
mientras que a sus seres queridos les resulta más fácil cuidarlo.