Astronomia ¥ Paisase RITuaL: Et CALENDARIO DE Horizonte DE
Curcuico-Zacarerent!
Johanna Broda
Instituto de Investigaciones Hstéricos. UNAM
Division de Estudios de Posgrado, ENAH
Et paisase RMUAL DE LA CUENCA
En este trabajo se presentan algunos resultados de una serie de investiga-
cones que he llevado a cabo en afios recientes sobre el paisaje ritual
de la Cuenca de México en el siglo XVI. Mis estudios sobre este tema
pretenden, a partir del andlisis de las fiestas del calendario, reconstruit
la visién mexica de los lugares sagrados de la Cuenca en los que se
Cconjugaban una serie de factores ecolégicos, climéticos, e histérico-
culturales. Aunque el principal centro religioso era, sin duda, el Templo
Mayor de Tenochtitlan, sin embargo, los mexicas incorporaron el paisaje
mismo a su culto. Mediante la celebracién de ritos en clertos cantuarios
"Este wabajo fue presentado orginalmente en la Reunién Anual de la American Society for
Ethnofstry, noviembre de 1997, México, D.F y se basa en anteriores publlcaciones en
inglés de la autora (1991b, 19931; fue revsado y ampliado sustancialmente para la
presente puBICacIén. Se inchy@ aqut por la relacin temética que establece con los
‘Semés capftulos, particularmente de la parte ll, Agradezco a Arturo Montero la
factualzacin digital de los mapas.Nasrone wup.0*
Johanna Broda:
de la periferia, tomaron posesi6n ritualmente del espacio politico de los
territorios conquistados que pertenecian antafio a otros grupos étnicos.
Esta toma de posesi6n ritual del espacio geogréfico expresaba relaciones
de dominio, de sincretismo e integraci6n, as{ como la fuerte vigencia de
una tradici6n cultural que conectaba a los mexicas con las culturas
anteriores a ellos.
ESTUDIOS INTERDISCIPLNARIOS
La investigaci6n sobre la geograffa cultural de la Cuenca de México
incluye trabajo de campo, recorridos, prospeccién arqueolégica de
ie, as{ como observaciones arqueoastronémicas de las salidas y
ficativas sobre el horizonte local. Estas
observaciones se confrontan no s6lo con la informacién histérica
correspondiente sino también con mapas y fotografias aéreas (¢f. Aveni,
1980; Tichy, 1991a; Robles, 1995).
En estas investigaciones he aplicado un enfoque y una metodologia
interdisciplinarios que combinan la etnohistoria, la arqueologfa, la
arqueoastronomfa, la iconografia, la etnografia y la geograffa cultural,
partiendo del estudio de la observacién de la naturaleza y del culto de
la lluvia y de los cerros en el México prehispénico. A partir de la lectura
de los cronistas del siglo XVI y de la reconstruccién de un “material
etnogréfico prehispénico* (1971, 1991b), he ido incorporando al andlisis
aspectos climaticos y de ciclos agricolas (1983), etnograficos (1991a,
1997b), arqueolégicos (1987), de arqueoastronomia (1993) y de geografia
cultural (1996, 1997a). En este sentido me estoy refiriendo al conjunto
de mis investigaciones; en el presente trabajo, sin embargo, s6lo tocaré
algunos puntos de este estudio mas amplio” (Fig. |).
Alaplicar esta gama de métodos del andlisis interdisciplinario, se
ha pretendido confrontar el dato histérico con la evidencia de estas
El punto de partida para esta investigactén son varios estudios excelentes sobre la
arqueologia a historia y la geografia cultural de la Cuenca de México (Gonzélez Aparicio,
1973; Wolf ed. 1976; Sanders, Parsons y Santley 1979; Parsons 1971; Parsons et al. 1982,
1983; Tichy 1983, 1991 a,b: er tambien Lorenzo, 1957: Ponce de Leén, 1983; waniszewski,
1986, 1993; Montero, 1988; Aven, Hartung y Calnek, 1988; Aveni, 1991; Zimbrén, 1992: y
Morante, 1997)‘Astronomia y Pasaje Rituat: 1 Colendario de Hottzonte de Cuiculco-Zocatepett
otras disciplinas y trascender asf el estrecho marco del estudio puramente
hist6rico, Los resultados obtenidos se complementan en muchos casos
yabren nuevas perspectivas para el estudio de los lugares de culto y
del paisaje ritual de la Cuenca de México, y zonas aledafias; lo cual era
imposible de obtener con base en la informacién de los cronistas o de
los cédices, Gnicamente. Estos no describen con claridad los temas
investigados en el presente trabajo. Aunque nos interesan principalmente
los siglos XV y XVI, cabe sefialar que los santuarios estudiados se derivan,
4 Figura 1. La Cuenco de
‘México con los principales
‘sentomientos del periodo
‘mexica y los cons sogrados:
1.Cerro San Miguel, 2.0
Coconetia 3.Cerro del Juco.
4Alusco, 5.Coro de Lot
Remedios, 6.Quauhtepetl
(Pico Tres Pactes).7-Yonuatte-
cat (Corro EI Guerrero),
B.epeyac. 9-lepetzinti,
10.lenochtitian, 11.Cer1o de
la Estrelia, 12.Culcuileo-
Zocatepet! @acatepeti a lo
lequietday con el centro més
‘clao).13:Xochimilco, 14San-
ta Cruz Acalpixca, 18.Cer10
Tout, 16.Tetzcoco, 17.Chi-
‘mathuacan, 18 Nopacoya ol
su, 19.Xico, 20.Tecomit
2i.Tetzcotzingo, 22.Coatl
cchan, 23.Chalco, 24.Cocot-
tian, 25.Tenango del Aire.
26.Tlalmanalco. 27.Ladera al
sur del Cerro Tlomacos,
28.Cex10 Thaloc, 29.Telopon,
'30.Papayo, 31.!ztaccihuatl,
32.Popocatepel! (Broda,
‘bosado en el mapa de Por-
sons, 1971: 4 adaptacion de
‘Alejandro Robles)
178 -PartesCop.8 +176+Parte lsCop.8 +
Johanne Broda
‘a Fqura2. Visto o6recde as
‘tins del Cerro Zacotepett
{A Figura3, Ampilacién de tos
mmismas (Cia. Mexicana de
Aéreofot0, SA. 1941).
Da Fgura 4. Croquis del stio
+ Tocatepot(sogin Parsons ef
+ al 1982:238, fg. 3.
en la mayorfa de los casos, de tradiciones de lugares sagrados que se
remontan siglos atrés, algunos de ellos al Preclésico. Asimismo, en
muchos casos, continuan siendo lugares de culto hasta nuestros dias.
EL SANTUARIO MEXICA EN EL ZACATEPETL
Un ejemplo particularmente interesante lo constituye el Zacatepetl, un
pequefio cerro de 2, 360 m situado en medio del paisaje de lava del
Pedregal de San Angel, donde sorprendentemente se han conservado
las ruinas de un santuario mexica, s6lo comparables en importancia a
las del Cerro Tlaloc (Figs. 2, 3).
El primer informe acerca del Zacatepetl fue publicado en 1934 por
Pablo Martinez del Rio. La Gnica excavaci6n parcial fue realizada por
Eduardo Noguera a fines de los afios 30s (Noguera 1940). Posteriormente,
las ruinas del Zacatepetl fueron incluidas en los reconocimientos del
Valley of Mexico Survey que llevaron a cabo Jeffrey Parsons et al. en los
afios 70s? (Fig. 4).
Un aspecto interesante acerca del Zacatepetl es que atin es posible
visualizar, hasta cierto punto, la vegetacién que antafio cubria la 4spera
zona de lava que lo rodea. El cerro mismo sobresale de este flujo
volcénico y all ctecfan encinos, arbustos y abundante zacate del monte.
Al parecer, para los mexicas, este tipo de vegctacién simbolizaba
“tertitorio chichimeca”, esto es, las risticas e inhéspitas tierras habitadas
por los guerreros y cazadores chichimecas.
El templo mexica en el Zacatepetl estaba dedicado al dios
chichimeca de la caza, Mixcoatl (Serpiente de nubes). Segtin informan
detalladamente los cronistas fray Bemardino de Sahagtin y fray Diego
Durén,* en este lugar, durante noviembre, los mexicas celebraban su
fiesta de Quecholl, Los ritos, dedicados a Mixcoatl y a la antigua diosa
de la tierra, Coatlicue, consistfan en una cacerfa ritual colectiva, en
encender grandes lumbradas y en la sangrienta decapitacién de venados
Para mas detalles acerca de sito arqueol6gico, véase Parsons etal. (1982:237, 238.fig 39)
(SitioXo-Az-91) Quiero agradecer a Phil Amold por haberme procurado las notas de campo
Inéditas de Parsons (, acerca del Zacatepetl
* Sahagén (1950-82,L.I25,26,124-129,204), Durén (1967, Vol.1: 71-80,281,282); véase
también el andlisis detallado de estos cronistas en Graulich (1979-80,V01.2: 468-86) que
ito ampliamente en Broda (19916).
ti
i
ttyen analogia con ellos, de victimas que representaban diosas teliricas.
He propuesto la hipétesis de que desde el punto de vista de su discurso
ideol6gico sobre la historia, en estos ritos los mexicas reactualizaban y
reinterpretaban el pasado de su grupo étnico, invocando su pais de
origen, los inhéspitos territorios chichimecas del norte. La tierra
chichimeca lleg6 a ser simbolizada por el paisaje de los alrededores del
santuario, el Pedregal. El lugar era llamado “el ombligo de nuestra madre
(ixillan tonan) y se consideraba como la entrada al interior de la tierra,
quizés también el lugar de los ancestros.
En términos de la geografia del Valle, observé (Broda, 1991b, 1993)
que el santuario de la antigua diosa madre en el Zacatepetl, formaba un
eje N-S, desviado 26,5° del N al E®, con el otro importante lugar de culto
de la diosa de la tierra Toci-Yohualticit! que se ubicaba en el Tepeyac-
<4 Figura 5. Linea sotsticial ae
Culcullco-Zacatepet! (12)
hacia el Popocatepet (32): y
linea antisolsticial conectan-
‘dol Zacatepet con Yona
tecatl (7), Tepeyac (8) hacia
21 norte, y Xitle-Ajusco(4)
hacia el sur (Broda, basado
fen el mapa de Parsons,
1971:4; adaptacién de A.
Robles).
177 Parte teCap. 8»178 Poste
*Cop.8 +
Figura 6. La piémide dep
CCuicuico, oprorimadamente
600.0. C. (foto J. Broda)
Yohualtecatl, en la Sierra de Cuauhtepec, al norte de la isla de
Tenochtitlan. La linea Zacatepetl-Yohualtecatl, de hecho, era “un eje
antisolsticial", perpendicular a la Iinea que sefiala el punto de la salida del
sol en el solsticio de invierno sobre el Popocatepetl, observado desde
Cuicuilco-Zacatepetl (Fig. 5). Tal vez lo més interesante es que este eje
pasaba casi exactamente por el Templo Mayor de ‘lenochtitlan
Otra circunstancia notoria acerca del Zacatepetl es su localizacin
al lado de Cuicuilco, las ruinas de la primera pirémide monumental
construida durante el Preclésico Medio en el Valle de México, alrededor
de 600 a.C. (Fig. 6).° Mientras que Cuicuilco fue destruido por la erupci6n
del volcn Xitle alrededor del 200 a.C.,” la formaci6n rocosa del cercano
Zacatepetl se salv6 de las corrientes de lava. Ahf, segén hemos visto,
unos 1700 afios después, los mexicas levantaron su santuario a la diosa
madre y al ancestral dios chichimeca, Mixcoatl. La orientaci6n de la
estructura principal del Zacatepet!, muy destruida hoy en dfa, al parecer
repetfa el alineamiento de la enorme pirémide preclésica de Cuicuilco.*
» Acimut 206°35', medicién de mapa, cortesta de Ivin Spraic, julio de 1991
Dato proporcionado por el arqueélogo Mario Pérez Campa en entrevista con la revista
Proceso el 18 de mayo 1997, nim. 1072, p. 60.
* Pérez Campa (op. cil), Sin embargo, nuevos estudios vulcanolégicos podrian colocar
esta erupcién més tarde, hasta aproximadamente 200 dC. (fr Barba, 1995)El Zacatepet!, con su gran plaza y sus tres pirdmides en la cima
(Parsons et al. 1982: 238) (ff. Fig. 4), constitufa un excelente punto de
observacién. Desde ahi se podian hacer exactamente las mismas
observaciones hacia el este que desde la pirdmide de Cuicuilco.
Dificilmente podemos pensar que esta coincidencia fuese casual.
EL CALENDARIO DE HORIZONTE DE CUICULCO
Ccurre que desde Cuicuilco la observacién de las principales cumbres
del horizonte oriental era particularmente significativa. Arturo Ponce de
Leén® fue el primero en sefialar que desde Cuicuilco podia observarse el
solsticio de invierno (con un acimut de 116° 30) tras la pendiente norte
del Popocatepetl, precisamente en el sitio posclésico del Collado de
Nexpayantla (Figs. 7, 8, 9).
Ponce de Leén también habfa notado que los equinoccios, o més
bien los dias de la mitad del afio, estaban marcados sobre el horizonte
por la conspicua elevacién del Cerro Papayo (Figs. 10,1 1)" Este pequefio
" Aparentemente tenfa Ia orientacin de 26.4° al E del N (acimut 26°37’: medicién con
teodolito, cortesia de |. Spraic), al menos en algunas partes de lo que parece haber sido
una construccién mas bien compleja (dr. Parsons et al. 1982: 238; Parsons s.£; véase
también Martinez del Rio 1934; Noguera 1940). (Figs.2,3.4).
* Ponce de Ledn (1983-90, 91) ycomunicacién personal véanse tambiénostestimonios fotogsficos
de este evento de Ponce de Les, (1982); Morante (1986) y Broda (1990, 1993) Fig. 7.
"Ponce de Lesn 1983: 79, nota 20, mapa |: éanse también Tichy 1983, ig. 4, 19913; Bods,
cbservaciones de campo (23/3/1991) Fg. 1)
“4 Fgura 7. Salida det sot en
el soliticio de invierno, ladera
norte del Popecatepetlvsta
desde Cuicuilco (foto, A.
Ponce de Le6n 21/12/1982).
179 Parte Iscop. 8+180-Porte IsCop. 8 +
Figure 8. Soida del sol en ot
solsticlo de invierno, vista
desde Cuicuileo (foto, J.
Brod 21/12/1990),
Figuro 9. El sitio de»
Nexpayantia, collado dal
Popocatepett: vista hacia ot
Iztaccinuatl (foto A. Ponce
de Le6n, 1984.
Figura 10. Salida det sol p
dotrés del Popayo, vista
desde Culcullco (foto, J
Broda, 23/3/1991).ponununms y rome minwut eF CureruunY Ge MUNCIE Ge LUICUICS-LaCaTeper
ono volc4nico, por su forma y tamaiio, es particularmente idéneo para
observar las salidas del sol (Fig. 0) y su ligero desplazamiento anual dentro
del ciclo cuatrienal, después del cual hay que aftadir un dia para que el sol
vuelva a aparecer exactamente en la misma posicién, Esta observacién
pudo haber constituido una manera sencilla y eficiente para constatar la
verdadera duracién del ano solar, que necesitaba de la correccién de un
dia cada cuatro afios.
“4 Figura 11. Lineas visuales
desde Culculco-Zacatepett
hhocla los solsticios. los fas de
Ja mitad del ato y puntos
Intermedios (13.5%) (Br0da,
‘bosado en e! mapa de Par
sons, 1971: 4: adaptacién de
‘A. Robies).
‘A.(12) Zocatepet-Cuiculco,
Q)"Ceno de lastelo".(17)
Chimatnuacén. (22) Coatin-
chan, (27) Ladera sur de!
‘Coto Traces.
8. (12) Zacatepet-Cuicuilco,
(@8CerV0 aloe.
€.(12)ZocatepettCuiculco-
Topacoya-(30)Papayo.
0. (12) ZocatepettCuiculco,
(@4) Cocotitian, (26) Thaima-
nnalco, (31) ltaccihuat
E. (12) Zocatepet-Cuiculco,
(13) Xochimiico, (14) Acalpix-
(60. (15) Teuntit 20) Tecomit,
(@25) Tenango del Aire, (32)
PopocotepetSin embargo, examinando con mas cuidado el perfil de! horizonte
visto desde Zacatepetl-Cuicuilco,"" descubri otras particularidades
lamativas (Fig. 12). A la mitad de la distancia entre los equinoccios y los
solsticios, encontramos: (1) el Iztaccihuat! hacia el sur, ubicado a la misma
distancia (de 13,5% entre el Popocatepetl y el Cerro Papayo: y (2) el cerro
Tlaloc al norte de la linea equinoccial, aproximadamente a la misma
distancia (de 14°) entre los cerros Papayo y Tlamacas. La salida del sol
en el solsticio de verano ocurre al sur del Cerro Tlamacas, que con un
acimut de 28° constituye la tiltima cumbre conspicua sobre el horizonte
este (Figs. 11,12, y Tabla 1).
En la Tabla | hemos procurado presentar de la manera més clara
posible, los datos sobre las observaciones de horizonte que podian
hacerse desde Cuicuilco. En la Fig. 12 se muestra el perfil del horizonte
"Este andlisis se hizo con base en el mapa de Tichy (1983, Fig.) (Broda 1993).
"2 Quiero agradecer a Franz Tichy (octubre de 1990) por haberme proporcionado los
célculos sobre la elevacién del horizonte, los acimuts, la altitud y la distancia de las
montafiascitadas en esta Tabla. Debido a la elevacién del horizonte visto desde Cuicuilco
(2, 300 m) existen las siguientes diferencias entre el acimut de las cumbres (A) y el
correspondiente acimut del orto, Ao): C. Tamacas 0.16%, C. Tlaloc 061°, C. Papayo 0.38°,
lataccihuat 0.91°, Popocatepetl 0.83°.Este, como se ve desde Cuicuilco tomando en cuenta la elevacién
montafiosa y destacando los principales cerros, la correspondencia con
las fechas solares asf como con los meses del calendario mexica.
Comentaremos este iiltimo punto en un apartado més adelante.
Pueden hacerse varios otros comentarios acerca del horizonte de
Cuicuilco. Hemos visto que las cumbres mas imponentes de este
horizonte no solamente marcan los solsticios y los dfas de la mitad del
afio sino también los cuartos del horizonte (de 13.5). Respecto al Cerro
Tlaloc y al Iztaccihuatl; estos marcadores naturales delimitaban casi
exactamente dos periodos de 260 dias: (1) entre el 12 de febrero y el 30
de octubre; y (2) entre el 13 de agosto y el 30 de abril, sefialados por el
Itaccihuatl y por el Cerro Tlaloc, respectivamente. Esto quiere decir
que el horizonte de Cuicuilco permitia hacer observaciones solares que
delimitaban perlodos fijos de 260 dfas, dos veces al afio, en los recornidos
del sol hacia los lados sur y norte de la linea equinoccial. De esta manera
era posible observar desde Cuicuilco los periodos de tiempo sefialados
por los intervalos entre febrero 12, abril 30, agosto13 y octubre 30 y los
alineamientos de 15°-16°, t6pico arqueoastronémico y calendérico que
discuto con més detalle en otras publicaciones (1993, 2000) y sobre el
cual existe una
Lineas visuates Des Curcutco—ZACATEPET.
Otra circunstancia llamativa es el hecho de que se perciben lineas
visuales que conectan Cuicuilco con estas cumbres montafiosas. Estas
Sltimas, y particularmente las dos Ifneas solsticiales, pasan a través de
varios lugares prominentes (asentamientos, cerros y templos), (Fig. 1).
La linea del solsticio de invierno pasa por Xochimilco, Acalpixca, la
montafia sagrada Teutli, y por dos antiguas comunidades, Tecomitl y
Tenango de! Aire. Esto quiere decir que desde todos estos lugares se
observa la salida del sol durante el solsticio de invierno, sobre el
Popocatepetl, aunque la posicién exacta de la salida depende de la
elevacién del horizonte en cada lugar.
' Aigunos aspectos de este polémico tema se abordan en Aveni 1980; Tichy, 1982, 19912;
Iwaniszewski, 1991; Galindo, 1990, 1994; Morante, 1996; Spraje, 1997. Cf la bibliografia
‘mds amplia citada en Brods, 2000.
ve ee onmecreuconupet
“4
§
:31ed+Porte Cap. 8 +
Johenna Broda
Figura 12. Elcalendario dem
horizonte de Cuicullco-
Zocotepatt, con os principa-
les fechas solares. Fechos
ciisianes y meses mexicos
(ofr, Broda, 1993, perf de
hotizonte cortesia de Franz
wenyp.
Salsticio de
febrero 12. <——
mano 28
<— ovtiso +
Ponce sous Solstcio de
Ss
Fecias emoros verano (21/6) ——P agosto 13
(Minao et Ano
Inviemo @2it2y
‘octubre 30 —>
—
septiembre 21
—
XVI Atemostt
XIl Tepelinat
2
7
WV Hueylozozt
XXecotihue‘Astronomia y Pokoje Rituat EI Colendio de Hotonte de Culculce-Zocotepett
Por otra parte, la linea del solsticio de verano apuntaba hacia
Culhuacan, el Cerro de la Estrella, Chimalhuacan, Coatlichan yfinalmente
la ladera sur del cerro Tlamacas."*
El alineamiento Cuicuilco-Iztaccihuatl pasaba por Tulyehualco,
Tialmanalco y Cocotitlan, un conspicuo cerro cerca de Chalco donde
los mexicas ofrecian sacrificios de nifios durante el primer mes del afio,
| Aticahualo (Broda, 1991b, 1993). En la cumbre de este cerro de poca
elevacién, artificialmente nivelada, atin se encuentran los tenues vestigios
del sitio arqueolégico mexica. Hemos podido comprobar que el 12 de
febrero, inicio del afio mexica, cuando el sol salfa detrés del Iztaccihuatl
visto desde Cuicuilco, los mismos efectos visuales espectaculares se
producfan también desde Cocotitlan (Fig, 13).
Mientras que la mayorfa de los lugares situados sobre estas Iineas
visuales estan documentados. para el siglo XV, lo que quiere decir que
fueron contempordneos con los mexicas, la linea equinoccial Cuicuilco-
Cerro Papayo pasaba directamente por Tlapacoya, que fue uno de los
principales asentamientos del Preclésico. Asi puede inferirse un
alineamiento intencional con Tlapacoya para el periodo de la
construcci6n de la pirémide de Cuicuilco.”
"Es de notar que si se prolonga esta linea solsticial desde Culeulco hacia el SW, ésta
conduce més alé de la Cuenca hasta el importante sitio arqueol6gico de Teotenango del
Valle (Toluca), con ocupacién desde el Epiclésico hasta el Posclésico. Los primeros en
sefialar esta circunstancia fueron Ponce de Leén (1983: Planol, notas 16 y 20) y Tichy
(19910, mapa 3),
4 Figure 13. Salida de! sot
Getrde del etoceinuot 12
Cocotition (foto, J. Broda,
12/2/1998)
185 short IsCap, 8»EL CALENDARIO DE HORIZONTE DE ZACATEPETL-CUICUILCO Y LAS FIESTAS DEL
CALENDARIO. MEXICA
Sibien estoy proponiendo que desde la monumental pirémide de Cuicuilco
se hacfan este tipo de observaciones que constituyeron el origen del
desarrollo calendarico en la Cuenca, la otra hipétesis que manejo es que
los mexicas continuaron estas observaciones, unos dos mil afios después,
desde el cercano Zacatepetl. No s6lo la existencia del templo en el Zaca-
tepetl me induce a formular esta hipétesis sino que se observa también
una notable correspondencia entre el simbolismo de las fiestas del
calendario mexica y las fechas de las salidas del sol sobre el horizonte de
Cuicuilco-Zacatepetl. Esta correspondencia es considerablemente mayor
que en el caso del horizonte que podia ser observado desde el Templo
Mayor de Tenochtitlan, Veamios nuevamente estas fechas significativas,
Alinicio del afio mexica, el 12 de febrero, visto desde el Zacatepetl,
el sol surefa detrés del Iztaccihuatl;* éste era el mes de los sacrificios de
nifios a los tlaloque (Broda, 1971, 1983, 1991b). Segtin hemos sefialado
arriba, uno de los lugares de sacrificio era el Cerro Cocotl en las cercanias
de Chalco, que se encuentra precisamente sobre la linea visual
Zacatepetl-Iztaccihuat! que corresponde a esta fecha. Se trata, de hecho,
de una circunstancia notable (cf. Fig. 13).
El sol volvia a aparecer detras del Iztacciluat! 260 dias despues, el
30 de octubre, cuando se celebraba Xill Tepeilhuit, “la fiesta de los cerros”
De acuerdo con los cronistas, una de las principales montafias que se
adoraban durante este mes era precisamente “La Mujer Blanca”
(Iztaccihuat!), quizé nada menos que la diosa Cihuacoatl, que también es
mencionada entre las deidades de los cerros y siempre vestia de blanco.
La hipétesis de una seleccién deliberada de los asentamientos parece corroborarse en
cl cazo de Tlapacoya. Ect zitio tiene alincamientos particularmente interecantes. Doede
aqut la imponente cadena montafiosa al este se encuentra muy cerca: en el solsticio de
inviemo el sol surge detrés del Iztaccihuatl (observaciones de campo R. Morante, diciembre
de 1990) el orto del solsticio de verano tiene lugar en el paso entre el C.Telapén y el C
Tlaloc, mientras que el eje de la pirémide de Tlapacoya (20.5%al N del E) apunta ala cima
del C. Telapén (Tichy, 1991),
'* Su ancho perfil provee un periodo relativamente protongado para las salidas del sol
Sobte el ltaccihuatl han sido lacalizados al menos siete sitios arqueolégicos, adoratorios
de alta montafia de época mexica 0 tolteca.(f. Lorenzo, 1957; Iwaniszewski 1986:256-
59, fig. 4: Montero, 1988: Zimbr6n, 1992).
-
&
“h
cy
feAstronomia y Palsoje Ritual: £1 Calendario de Horzonte de CuicuicoZacatepet
El nombre del mes, XVI Atemoztli significaba “el agua desciende* o
“os tlaloque descienden*. Durante esta fiesta mexica ocurtia el solsticio
de invierno, cuando el sol despuntaba tras el Popocatepetl. Entre los dioses
festejados en Tenochtitlan, estaban el Popocatepetl y el Iztaccihuatl
Pasemos ahora al horizonte ubicado al norte de la linea equinoccial.
Cuando la aurora tenfa lugar detrés del Cerro Tlalo, vista desde Cuicuilco,
la estaci6n més calurosa y seca del afio haba llegado. Era a fines de abril;
se celebraba entonces la fiesta de IV Huey tozoztli y la culminacién de los
sactificios de nifios a los dioses de la lluvia."* En esta ocasi6n, los reyes de
la Triple Alianza ascendian al santuario enclavado en la cima del Cerro Tlaloc,
tro lugar prominente cuyas ruinas se conservan en la actualidad (Fig. 14). La
disposicién de aquel sitio tiene una semejanza sorprendente con las ruinas
mexicas y la via ceremonial del Cerro Zacatepet! (fr Figs. 2, 3, 4).
‘Concwsiones
nte: considera
A manera de conclusiones quisiera anotar lo sigui
significativo el hecho de que el calendario de horizonte de Cuicuilco
permitiera fijar un periodo de 260 dfas entre el 12 de febrero y el 30 de
‘octubre sobre la pendiente sur del Iztaccihuatl, por un lado, y entre el
13 de agosto y el 30 de abril sobre el Cerro Tlaloc por el otro (Fig. 12).
1 Gfe, mi artieulo sobre “Ritos mexicas en los cerros de la cuenca: Los sactificios de
105" incluido en este volumen.
4 Figura 14, Los ruinas
‘mexicas en la cumbre del
Cerro Taloc. vista aereo
(Cia. Mexicana Aéreofoto,
S.A. 1941).
187 +Porte tecap. 8+188 Porto leap. 8 +
Asi, en el Altiplano Central Cuicuilco parece constituir la mas temprana
evidencia de la construccién de un calendario de horizonte de 260 dfas,
delimitado por las fechas mencionadas y por el alineamiento de
aproximadamente + 15.5°, que era relevante en términos de la estructura
interna del calendario mesoamericano (en su combinacién del ciclo de
260 dias con el afio de 365 dfas), y que de esta manera, bien podria
remontarse a origenes precldsicos en la Cuenca de México.
Las notables propiedades naturales del horizonte oriental,
contemplado desde Cuicuilco, nos inducen a pensar que el sitio pudo
haber sido seleccionado deliberadamente para desarrollar estas
observaciones, y que éstas estuvieron en el origen mismo de la préctica
calendarica y la construccién de la base geométrica del sistema
calendérico mesoamericano durante el primer milenio a.C. Los grandes
voleanes se usaron, en este caso, como marcadores naturales en el
horizonte. Cuicuilco no es cualquier sitio arqueol6gico, sino que es
considerado el primer asentamiento protourbano, con la primera
pirémide verdaderamente monumental, en la Cuenca de México antes
‘de Teotihuacan.
En este estudio hemos investigado la sorprendente peculiaridad de
Cuicuilco que se refiere al hecho de que casi dos milenios después en la
compleja historia del paisaje cultural de la Cuenca, los mexicas atin
atribufan una importancia particular a este punto gcogréfico. La
exploracién del calendario de horizonte de Cuicuilco, incluyendo los
asentamientos por los cuales pasaban las lineas visuales hacia las
principales cumbres montafiosas, ha revelado que estas orientaciones y
lugares eran atin significativos para los mexicas en el siglo XV, En este
sentido resulta particularmente relevante que las fechas de las principales
fiestas mexicas a los dioses de la Iluvia y a los cerros, al observarse
desde Cuicuilco-Zacatepetl, coincidieran con las salidas del sol tras el
Popocatepetl, el Iztaccihuatl y el Cerro Tlaloc de una forma mucho més
perfecta que desde, por ejemplo, el Templo Mayor de Tenochtitlan.
Las investigaciones aqui resefiadas nos han permitido descubrir una
de las muchas maneras en que los mexicas se convirtieron en los herederos
de las civilizaciones que les habfan precedido en la regi6n de vieja
raigambre cultural, que era la Cuenca de México. Esto nos hace comprender
que en tiempos prehispSnicos operé una conciencia hist6rica respecto aJos “lugares sagrados” que se manifest6 en la existencia de ciertos
santuarios importantes. Estos estaban intimamente ligados a la
observacién astronémica, por medio de calendarios de horizonte, y atin
hoy es posible per
significativos que establecen una conexién entre estos sitios
Un creciente cdimulo de datos nos muestra cémo los mexicas se
insertaron deliberadamente en el antiguo paisaje cultural de la Cuenca,
reinterpretndolo y reutilizando los santuarios tradicionales dentro de
su propio esquema de "geografia sagrada” que crearon en el coraz6n de
su dominio politico. Un cuadro altamente complejo y peculiar esté
emergiendo de estas investigaciones. Sin embargo, esto no debe
sorprendernos ya que en el caso de la Cuenca de México estamos
tratando con mas de 3 000 afios de historia cultural prehispénica y con
el principal centro de dominio politico del Altiplano Central, si no es
que de Mesoamérica en su conjunto.
ir las “Iineas visuales” de los alineamientos mas
Pospata
Las conclusiones del presente capitulo se ven reforzadas por la
interesante investigacién arqueoastronémica que presentan Jestis
Galindo y César Esteban en este volumen (fr. capitulo 9). De acuerdo
con estos autores, ciertas puestas del sol observadas en el horizonte
occidental de Cuicuilco, también parecen haber sido significativas
(Galindo y Esteban op. cit., Fig. 5).
El 12 de febrero (y 29 de octubre), el sol se pone detrés de la pared
rocosa de la Coconetla y el 17 de febrero (23 de octubre) alcanza el
Cerro San Miguel, la elevacién mds destacada del cercano horizonte
‘occidental (aproximadamente a 15 km de distancia) (Galindo y Esteban
cap. 9). De acuerdo con Alejandro Robles (1995: 335-347), se trata de
dos importantes cumbres de la zona de Contreras donde el culto catélico
se ha sobrepuesto a lugares de culto prehispanico (Fig. 15).
Abundantes tepalcates dan testimonio de esta antigua tradici6n cul-
tural. La Coconetla (quizés Acoconetla, “lugar de los hijos del agua” o
Coconetla, “lugar de nifios"), se llamaba también "Cerro de los Mufiecos”
(Robles op.cit.: 342) por los vestigios de ofrendas en miniatura y entierros
de huesos (éde nifios?) que los lugarefios encontraban profusamente
189 *Parte il*Cop, 6 :Figura 15, La catada yp
pored de la Coconetio, M,
Contreras, México, D.F (foto,
A Robles, 1993)
Figura 16. Celebracion de fa
fiesta de la Santa Cruz en la
Coconetla (foto, A. Robles,
21511993).
en este sitio."® Hoy en dia se rinde culto a la Santa Cruz (Fig. 16) en lo
alto de la cafiada de la Coconetla a 3, 350 %/,,, (Robles, 1995, 1997),
mientras que en el Cerro San Miguel (3, 800 "/,,,) existe una interesante
capilla construida por los carmelitas en el siglo XVIIl, al parecer encima
de unas estructuras prehispénicas. El Cerro San Miguel se Ilamaba
antiguamente Coliuca, o también "Cerro de los Idolos (Madre de Dios
1986: 281, 287; citado por Galindo y Esteban, en este volumen).
Galindo y Esteban sefialan que el sitio de la Coconetla, visto desde
la pirdmide de Cuicuilco, marca la puesta del sol en las fechas importantes
del 12 de febrero y el 30 de octubre, cuando el sol sale detrés del
lztaccihuatl. Esto refuerza nuestra hipétesis de que los habitantes
preclasicos de Cuicuilco ya pudieron haber observado un calendario de
horizonte que marcaba un ciclo fijo de 260 dias entre el 12 de febrero y
e130 de octubre y entre el 13 de agosto y el 30 de abril, respectivamente
(Broda 1993, 2000)
Sin embargo, estos datos también nos indican que desde los sitios
de la Coconetla y del Cerro San Miguel (habria que constatar
arqueolégicamente si no se trata m4s bien de sitios posclésicos con/ 0
sin antecedentes més antiguos), se observaba, en el siglo XVI, la salida
' Suglero la hip6tesis de que la Coconetla podtia ser identificada tentativamente con el
Yiauhqueme, cerro de la Sierra de las Cruces no localizado hasta ahora, donde, de acuerdo
‘con Sahagtn, los sacerdotes mexicas hacian sacrificios de nifios en el mes de Aticahualo,
ue iniciaba el 12 de febrero (Broda, 1991b, 1993, 1997b, en este volumen),del sol sobre el Cerro Tlaloc el dia 30 de abril, fecha principal cuando
Jos mexicas hacfan sacrificios de nifios en lo alto de esta montafia. Dicha
circunstancia se comprueba al prolongar la linea Cuicuilco-Cerro Tlaloc
hacfa el SW: resulta que ésta pasa precisamente por las cumbres de la
Coconetlay del Cerro San Miguel, conectando de esta manera dos lugares
prominentes donde se hacfan sacrificios de nifios, uno al oriente y el
‘ole al uccidente de la Cuenca (Fig. 17).
Por el otro lado, si prolongamos la linea Cuicuilco-Iztaccihuatl (Fig
17) hacfa el SW ésta pasa casi exactamente por la cumbre del Cerro del
Judfo, otro destacado promontorio de la Sierra de las Cruces (2 700 "/
an): donde, visto desde Cuicuilco, el sol se pone el 30 de abril y el 13 de
agosto. Estas fechas marcaban otro periodo de 260 dfas sobre el
horizonte, hecho significativo ya sefialado en este trabajo. Ademas, desde
4 Figure 17. Lneas visuaies
que conectan el sitio de
Culcuiico y su colendatio de
hhorlzonte (al oriente) con los
sitios del Corto San Miguel, Lo
Coconetia y el Cerro del
Judio (al poniente) (Broda,
basado en el mapa de Por
sons, 1971: 4: adoptacion de.
‘A, Robles),
191 +Parte Iecap. 8»192+Parte IeCap. 8+
Figura 18, Salida del sol en pe
el Pecho de Iztaccinuatl
vista desde ol Mazatepett o
Corto del Judio (foto. J
Broda 16/2/2001).
el templo mexica que existia en este lugar se contemplaba la salida de!
sol sobre el Iztaccihuatl el 12 de febrero y el 30 de octubre, al igual que
desde Cuicuilco. Estos datos se desprenden perfectamente de las figuras
11 y 17 presentadas en este capitulo, y se complementan con la
investigaci6n sobre el calendario del horizonte occidental expuesta por
Galindo y Esteban en este volumen.
He sefialado en trabajos anteriores (1993, 1997a) que el Cerro del
Judio o Mazatepet! (Cerro del Venado), era un sitio muy importante en la
época mexica. Ahi se encontraba un santuario dedicado al culto de Tlaloc
(y quizés a Mixcoatl), que parece haber funcionado en coordinacién con
el Zacatepetl. En este cerro se conservan hoy en dia vestigios
arqueol6gicos de consideracién, entre ellos un conjunto de maquetas
talladas en las rocas de la cumbre y una efigie del dios Tlaloc esculpida
en la roca viva. Por el otro lado, también es notable que desde el
Mazatepet! se observa, en el solsticio de invierno, surgir el sol casi
exactamente en el mismo punto de la ladera norte del Popocatepetl,
que desde Cuicuilco."” Si afiadimos a este dato que el sitio se encuentra
"Registro fotografico Francisco Rivas, 21/12/2000.
® Sin embargo, es necesario apuntar que en el Cerro del Judio, el orto solar mas
espectacular no se produce el dfa 12 sino et 16 de febrero cuando el so sale exactamente
ten el pecho del Iztaccihuat! (fig. 18, registro J. Broda 16/2/01), mientras que el 12 de
febrero y el 30 de octubre sale a los pies del amplio perfil (registro F. Rivas 30/10/2000).
Porel otro lado, hemos registrado el orto solar sobre el Pecho, visto desde la Pirdmide de
Cuicuilco, para el 24 de octubre (24/10/1997). Estas diferencias requieren de futuras,
Investigaciones.en la misma linea visual que Cuicuilco para la salida del sol el 12 de
febrero y el 30 de octubre, esta ubicacién convierte al Mazatepet! en
uno de los santuarios mexicas més interesantes de la Cuenca (fig. 18).
Es de notar que posterioremente a la redaccién de este trabajo, se
inici6 en julio 2000 la excavacién de este sitio, bajo los auspicios de!
INAH y de la Delegacién Magdalena Contreras. Esta excavaci6n esté a
cargo del arquedlogo Francisco Rivas” y hasta noviembre 2000, los
resultados de ella han sido extraordinarios. Se han liberado el monticulo
principal y su plaza adyacente. Se trata de una piramide de grandes
dimensiones,” con una plataforma y el'desplante de la escalinata
excavada en la roca viva, es decir, el Mazatepet! era un santuario de
montaiia comparable a Malinalco, Tepoztlén y el Tetzcutzingo,
Los ejemplos que hemos afadido en esta POSDATA, documentan
las raices milenarias de la vigorosa tradicién del paisaje cultural de la
Cuenca, que permanece vigente hasta nuestros dias.
Obras citaDas
Aveni, Anthony F
1980 Skywatchers of Ancient Mexico, Aust
1991 Mapping the ritual landscape: Debt payment to Tlaloc during the month
of Atlcahualon, en To Change Place: Aztec Ceremonial Landscapes (Carrasco,
David editor), Niwot, University Press of Colorado, pp. 58-73.
|. University of Texas Press
Aveni, Anthony F,, Horst Hartung and Edward Calnek
1988.