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Al pueblo mexicano:
Después de la queja que el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) interpuso contra el gobierno
mexicano, por la violación de los convenios 87 y 98 relativos a la libertad sindical y al derecho a la
negociación colectiva, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) emprenderá una investigación
que puede derivar en la inclusión de México en la lista de países donde menos se respetan las
garantías laborales.
Durante tal investigación, el gobierno de Felipe Calderón --incluso sin haber aún ratificado el
Convenio 98-- tendrá que responder ante el organismo internacional por las acusaciones del SME y,
más aún, enfrentar la posible recomendación de "reinsertar" a los trabajadores a sus fuentes de
empleo.
Así lo informó Beatriz Vacotto, experta de la OIT en asuntos laborales, en una entrevista telefónica
con Apro desde Ginebra, Suiza, sede de la organización.
El pasado 26 de noviembre, los secretarios del Interior y de Fomento a la Salud del SME, Humberto
Montes de Oca y Pipino Cuevas, respectivamente, ingresaron la mencionada demanda, la cual fue
dirigida al Consejo de Administración y al Comité de Libertad Sindical de la OIT, y de modo personal
a Karen Curtis, la directora adjunta del Departamento de Normas Internacionales del mismo
organismo.
La queja, que consta de 12 páginas --y cuya copia obtuvo este reportero--, la promueven Eduardo
Bobadilla Zarza y José Antonio Miranda Sánchez, como representantes legales del SME.
El documento expone, en 29 puntos, la evolución histórica y jurídica del sector eléctrico en México
desde 1902, el proceso de conformación del SME y de Luz y Fuerza del Centro (LFC), así como su
versión de los hechos en torno al decreto de extinción de esta empresa la noche del pasado 11 de
octubre, que dejó de un día a otro sin empleo a 44 mil trabajadores.
Entre los seis razonamientos con los que a continuación argumentan las violaciones a los convenios
87 y 98, el SME destaca que "la forma, auténticamente intimidatoria y subrepticia en que se llevó a
cabo el proceso de emisión y ejecución sumaria del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro,
no guarda congruencia alguna con los principios angulares (...) que deben regir cualquier actuación
en materia laboral".
Lo anterior, y "el hecho público y notorio", menciona el documento, del "vínculo de subordinación o
dependencia política y organizacional" de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) con la
Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), constituyen, según el SME, un "desvío de poder",
"de carácter faccioso", cuyo objetivo es "aplastar a toda costa al cuerpo gremial de los electricistas".
Así, el SME solicita a la OIT que abra una investigación del caso y, "una vez agotados los
procedimientos correspondientes, instar (al gobierno de Calderón) a que dé cumplimiento estricto a
las obligaciones y principios laborales", que "proceda a la inmediata revocación del decreto de
extinción" y que "facilite el regreso a la brevedad de los trabajadores a su fuente de trabajo".
El caso mexicano
Como dictan sus normas, la OIT ya solicitó al gobierno calderonista una respuesta a la queja de los
electricistas.
De acuerdo con Vacotto, los gobiernos se toman "por lo menos" dos o tres meses para enviar una
respuesta, que debe estudiar el Comité de Libertad Sindical de la OIT.
El procedimiento para desahogar la queja podría durar 11 meses, explica la funcionaria, aunque
podría tratarse como un "caso urgente", pues existe el riesgo de disolución del sindicato.
No está previsto el envío de una misión de contactos preliminares, como se llegó a publicar en la
prensa mexicana, pues se trata de una medida "excepcional" que se aplica únicamente cuando un
gobierno niega de forma totalmente contradictoria los hechos por los que se le acusa y, por tanto,
la OIT necesita recabar información in situ.
"El Comité de Libertad Sindical se reúne tres veces al año --refiere Vacotto. La próxima reunión es
en marzo--. Es probable que ahí se examine el caso mexicano, siempre y cuando el gobierno haya
respondido; si no, entonces habría que esperar a la reunión de junio".
Agrega: "En muchos casos nuestras recomendaciones llegan tarde. Pero eventualmente el Comité
de Libertad Sindical puede pedir la recontratación de los trabajadores; y si la institución ya ha sido
disuelta, es problema del gobierno encontrar la manera en que lo puede hacer. Seguramente lo que
también decidirá el comité en este caso es pedirle al gobierno que en el futuro evite este tipo de
medidas sin haber consultado a los trabajadores. Este es el elemento más grave en el expediente".
La experta subraya que la OIT no se puede pronunciar sobre la "disolución administrativa" de LFC,
ya que es una prerrogativa del gobierno mexicano, "pero sí puede hacerlo sobre la forma en que se
llevó a cabo: el sindicato tuvo que haber sido informado, implicado y consultado a tiempo".
--No, para nada, según la información que tenemos. La respuesta del gobierno puede ser distinta,
pero tendrá que aportar elementos para demostrar que informó y consultó al sindicato sobre el
decreto.
Refiere que "es muy probable" que la OIT solicite al gobierno de México que le mantenga informado
cada tres meses sobre la situación y la implementación de las recomendaciones.
--¿México ameritaría estar en esa lista negra de probarse las violaciones de las que se le acusa?
Fuente:
http://www.tribunadeloscabos.com.mx/newpage/index.cfm?op=por&recordID=89541&seccion=Opinion
http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/75848
Fraternalmente