Professional Documents
Culture Documents
Es tan importante creer en la Resurreccin del Seor que bien vale la pena
hacer todo lo posible para demostrar que se trata de un hecho verdico, no
simblico, y de un evento fundamental para los creyentes. Los evangelistas
saben de su importancia y, con razn, nos recopilan el mayor nmero de
testimonios posibles. Principalmente de quienes han visto, odo y tocado,
con sus propias manos, a Jess resucitado. El episodio de Emas, por cierto
muy rico de teologa, es uno de ellos. Se trata del segundo testimonio de la
Resurreccin de Jess relatado por el evangelista Lucas. Es con mucha
emocin, en efecto, que se relata cmo Jess aparece a dos discpulos, por
cierto desconocidos, y no pertenecientes al crculo de los once. Para
Jess, en efecto, todos son importantes y destinatarios de sus atenciones.
Lo que sobresale, de arranque, en este relato, es el desconcierto de los
discpulos y la angustia por el fracaso del viernes santo. Teman,
lgicamente, que ya todo iba a volver como antes y que Cristo haba sido
otro falso profeta ms: Jess, profeta poderoso en hacer y hablar delante
de Dios y del pueblo, se haba desaparecido. El dilogo entre los dos
peregrinos, en efecto, revela con claridad el caos interior predominante en
sus corazones y, sobre todo, marca la decepcin de quienes se sintieron
frustrados y engaados por tantas promesas incumplidas de liberacin
poltica y de bienestar econmico. La idea del mesianismo, en efecto,
estaba an dentro de los lmites de la mentalidad juda: Nosotros
esperbamos que l sera el libertador de Israel. Un dilogo que refleja,
desde luego, lo difcil que es, para los hombres de todos los tiempos,
reconocer la verdadera identidad de Jess; aceptar el espesor
trascendente de su persona y comprender el carcter salvador de su vida y
glorificacin.
En esta ocasin, a diferencia de otras, Jess, antes de darse a reconocer por
los caminantes, los prepara, poco a poco, con la explicacin de las
Escrituras. En ese momento, en efecto, se poda acceder a Jess slo por fe;
ya no, por visin, no obstante que algunas mujeres del grupo los haban
desconcertados. La probabilidad de que Jess hubiese vuelto a la vida,
gracias al testimonio poco creble de las mujeres, no haba sido
descartada totalmente por los discpulos. En efecto, permaneca, en ellos,
un leve brillo de esperanza que Jess, de facto, aprovecha y que hace que
los peregrinos digan: con razn nuestro corazn arda.
1