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la Ley marcial a toda persona que se sorprenda con armas explosivas. Se aada: Ser ejecutada en el acto.
Las bombas caan ya sobre el Palacio de la Moneda. Salvador Allende se suicidaba. Una parte, esencial, de la historia
de Chile se culminaba en la tragedia. El presidente, que
apostaba por la muerte y por el honor, tena 65 aos. El
Ejrcito de Pinochet asuma todos los poderes. El caos y
la muerte coronaban el inicio de la dictadura. All, en el
palacio de la presidencia, se suicid.
El presidente Echeverra enviaba de inmediatoun avin a Santiago para salvar a la familia de Allende.
El embajador de Mxico, admirable fue su tarea de
salvamento a los perseguidos- sin una duda, se reuna
con los Allende. La decisin era difcil. Beatriz, la hija
predilecta de Allende, embarazada, decidi marcharse
a Cuba porque su marido, Luis Fernando, era diplomtico cubano. La familia, en el dolor, se escinda. Tencha
Allende vino a Mxico donde fue recibida con cario y
fervor. Me pidi que la ayudara a hacer el primer texto
de agradecimiento.
La dictadura pinochetista se trag una generacin. Entre los Allende el dolor y el exilio produjo tragedias dolorosas. Beatriz Allende Tati- en octubre de 1977 se suicid
en su exilio en La Habana. Nadie supo por qu. Dolor
seco y duro. Laura Allende, hermana de Salvador Allende, se arroj, desde su habitacin, en el cuarto piso del
Habana Rivera, junto al mar. El golpe, en el dramatismo
de la historia contempornea, nos dejaba
esas huellas dolorosas y trgicas del exilio.
Una familia y un pas lo sufrieron. Cuando se restableci la democracia se honr al
embajador de Mxico que hizo una memorable defensa y apoyo a los perseguidos.
En esos primeros das, das de un nuevo
comienzo, com, en el Palacio de la Monda, an con las huellas de los bombazos,
con Tencha Allende. Era una comida de
la reconciliacin. Frente a ella, as no
ms, estaba una representacin de los carabineros. Los primeros que se sublevaron
contra Allende. Ella, serena, admirable,
asumi ese momento con generosas palabras. Su mirada a las fachadas bombardeadas fue nica. Chile de Allende sobrevivi
y vivi. Los desaparecidos no volvieron. Su
recuerdo es la memoria viva. En estos das
han sonado bombas en Santiago. La vida,
implacable, nos deja sin rencor, pero con
la memoria vida, alertadora, despierta para
el nunca jams.