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5 Nov 1999
es.charla.religion
puedas asimilar de golpe tanta claridad... No pierdes nada de todas formas con
probarlo: te aseguro que pocas obras de temtica cristolgica (de la que se
publican cientos de volmenes todos los das) es capaz de seguir en candelero
al cabo de ms de diez aos y con la frescura de ese verdadero testamento
espiritual.
Creo haberte sido ms til as que machacando pblica e inmisericordemente
todos esos balbuceos tuyos, je, je... Est claro que con la edad todos nos
volvemos ms sensibles a las circunstancias ajenas... O ser que yo tambin
me estoy convirtiendo en la reencarnacin de Avalokitesvara, el boddhisatva de
la Compasin?
;-)
Y, ya fuera de coas, recibe un fraternal saludo de bienvenida.
INVITACIN A LA ESPERANZA
El hombre estaba convencido hasta no hace mucho tiempo de su finitud. Se
vea rodeado de misterios y carencias. Casi se consideraba como un juguete
de la Naturaleza que l no era capaz de controlar.
Tena entonces que buscar fuera de s mismo la razn de su esperanza, sin
la que es imposible vivir. La vida sobre la tierra resultaba frustrante;
marchitaba todas sus ilusiones y hasta sus ms firmes esperanzas.
Por esta razn, segn creen muchos, el cristianismo que abre horizontes de
trascendencia y ofrece una salvacin eterna y definitiva como
compensacin y superacin de todas las limitaciones terrenas arraig en
las multitudes.
Las investigaciones cientficas y tcnicas han puesto en manos de los
hombres, al parecer, todos los resortes de la Naturaleza y todos los
misterios de la vida. El hombre cree ahora que se basta a s mismo; se
considera casi omnipotente. El mundo puede llegar a la perfeccin sin
ayudas extraas. La esperanza que ofreca el cristianismo ya no hace falta;
es una esperanza alienante. Es el hombre, con su esfuerzo, el que ha de
conseguir la felicidad.
Pero la verdad es que el hombre contina inquieto y desasosegado. Los
progresos cientficos y tcnicos son ambiguos. El dominio del hombre sobre
la Naturaleza o sobre la vida puede convertirse en un elemento destructor.
El futuro contina apareciendo incierto, incluso amenazador. Y nuestra
sociedad actual se siente angustiada e insegura porque van frustrndose sus
esperanzas: las que haba puesto en el desarrollo indefinido, en la bondad y
altruismo del hombre, en el convencimiento de que era posible -incluso que