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Damos gracias a Dios por permitirnos continuar compartiendo este estudio que hemos preparado con

mucho amor para todos aquellos que aman a Dios el Padre y a Jesucristo señor nuestro. Recordemos
que en nuestra primera parte vimos que nos enseñan las escrituras acerca de la descendencia de
nuestro señor Jesús y partimos con la base que nos presentan las escrituras en los libros de Mateo Cáp.
1: 1 y también en Lucas Cáp. 3: 23, en estos pasajes encontramos la genealogía de Jesús la cual
hemos tomado como nuestra base para compartir este estudio, y vimos en nuestra primera parte a
“Jesús hijo Abraham”. En esta segunda parte y al continuar nuestro estudio acerca de la identidad de
“Jesús el cristo el ungido del Padre”, veremos en cuanto a genealogía se refiere, a “Jesús el hijo de
David”.
Le invitamos a ser participes de la enseñanza y de la revelación que Dios el padre esta dando en este
tiempo postrero y que a su vez usted pueda compartir con otros esta verdad con la única finalidad que
esta tiene y que es primeramente OBEDIENCIA al creador de todo lo que vemos y por consecuencia
SALVACION del alma. Al único y sabio Dios damos gloria y honra por medio de nuestro amado
señor Jesucristo. Así sea

“Jesús hijo de David”

Recordemos un poco el contexto histórico en que se desarrolla el llamado de David y por que razón
este es llamado por Dios a ser Rey de Israel y del pacto que Dios termina haciendo con el que es donde
vamos a profundizar. Israel la nación o pueblo escogido por Dios, desde el día que sale del cautiverio
en que se encontraba en Egipto, nunca fue gobernada por hombre alguno en lo que a orden jerárquico
se refiere, ósea, no había Reyes que lo gobernasen si no que solamente había en un inicio un profeta
(Moisés) y el sacerdote (Aarón), mas Israel se revelo contra Dios, cayendo sobre ellos sus enemigos;
entonces ellos clamaron y Dios les levanto jueces. Dentro de este grupo los llamados jueces al ultimo
que encontramos es a Samuel el profeta quien es el encargado de levantar un nuevo orden jerárquico,
el orden de los reyes. Todas las naciones de aquel entonces ya contaban con estos (reyes) y a partir de
esto es que Israel pide uno para ellos. Dios en su propósito eterno accede a ello como esta escrito en 1ª
de Samuel Cáp. 8: 4-7. Leamos: “Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá
para ver a Samuel, y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por
tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones. Pero no agradó a
Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová
a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me
han desechado, para que no reine sobre ellos”.
Es entonces que Dios levanta al primer Rey de Israel que fue Saúl. Mas este no anduvo en obediencia
al Dios de Israel y por ello fue desechado tanto el como su descendencia y esto lo vemos en 1ª de
Samuel Cáp. 15: 10-11. Leamos: “Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo: Me pesa haber puesto
por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras”. Y también en 1ª
de Samuel Cáp. 15: 22-23: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas,
como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los
sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es
la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él
también te ha desechado para que no seas rey”.
Pero lo más relevante de este relato es que aquí vemos a Dios hablar de aquel que le iba a suceder en
el trono, 1ª de Samuel Cáp. 15: 27-29 nos dice lo siguiente: “Y volviéndose Samuel para irse, él se
asió de la punta de su manto, y éste se rasgó. Entonces Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el
reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú. Además, el que es la Gloria de Israel no
mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta”.
Ahora nos vamos a adentrar en el punto que nos corresponde que es el rey David, hijo de Isaí, como lo
vemos en el siguiente pasaje de 1ª de Samuel Cáp. 16: 11-13. Leamos: “Entonces dijo Samuel a Isaí:
¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo
Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. Envió, pues,
por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo:
Levántate y úngelo, porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus
hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego
Samuel, y se volvió a Ramá”.
Como ya lo habíamos mencionado antes nos vamos a centrar en el pacto de Dios con David, mas antes
recordemos lo que hemos dicho; el pueblo de Israel pide un rey para que los juzgue y el les levanto a
Saúl, vale decir Dios les da un rey conforme a sus corazones. Este es desechado por Dios a causa de su
desobediencia y es ahí donde entra en escena el hijo de Isai, David, el rey conforme al corazón de
Dios. Ahora vamos a ver el pacto que Dios hace con el y con sus generaciones, además de la promesa
del cristo el rey de todas las naciones.
Habiendo visto el próspero reinado de David, y luego la decadencia bajo el gobierno de sus hijos, se
esperaba la venida de un rey que tuviese su trono «para siempre», el cual volvería a traer paz y
prosperidad al pueblo de Israel.
El relato que a continuación revisaremos, el cual nos da a conocer este hecho se encuentra en 2ª de
Samuel Cáp. 7: 8-16 y también en 1ª de crónicas Cáp. 17: 7-14. Leamos: “Ahora, pues, dirás así a mi
siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para
que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; y he estado contigo en todo cuanto has andado, y
delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los
grandes que hay en la tierra. Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite
en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio, desde el día en
que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo
Jehová te hace saber que él te hará casa. Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres,
yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El
edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él
me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de
hombres; pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de
ti. Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable
eternamente”.
Claramente aquí se nos esta dando a conocer el Mesías. Ahora, que quiere decir Mesías: este es el
Título dado a Jesús y transliteración del vocablo hebreo mashiakh (o sea, ) que se
traduce jristos (en griego, ,). En tiempos bíblicos se ungía al rey, al sacerdote y al
profeta, y de ahí el término «ungido» se llegó a usar para mostrar que Dios había designado a una
persona para algún trabajo especial La designación destacaba el hecho de que Dios actuaba a través
del electo. Alentado por los profetas escritores, el pueblo hebreo esperaba durante cada crisis política a
un hombre (el ungido); alguien que traería la liberación y ante quien cualquier resistencia, por parte de
sus enemigos, sería anulada por ser el Mesías invencible. Es realmente grande el poder de nuestro
Dios que nos hace entender los tiempos desde antes que estos se cumplan, Alabado sea su nombre por
siempre. Dios había desechado el sacerdocio perpetuo sobre los hijos de levi como lo vemos en 1ª de
Samuel Cáp.
2: 27-36, mas específicamente en el verso 35 de este pasaje. Leamos: “Y vino un varón de Dios a Elí,
y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿No me manifesté yo claramente a la casa de tu padre, cuando estaban
en Egipto en casa de Faraón? Y yo le escogí por mi sacerdote entre todas las tribus de Israel, para que
ofreciese sobre mi altar, y quemase incienso, y llevase efod delante de mí; y di a la casa de tu padre
todas las ofrendas de los hijos de Israel. ¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas, que yo
mandé ofrecer en el tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándoos de lo principal
de todas las ofrendas de mi pueblo Israel? Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que
tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca
yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco. He
aquí, vienen días en que cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya
anciano en tu casa. Verás tu casa humillada, mientras Dios colma de bienes a Israel; y en ningún
tiempo habrá anciano en tu casa. El varón de los tuyos que yo no corte de mi altar, será para consumir
tus ojos y llenar tu alma de dolor; y todos los nacidos en tu casa morirán en la edad viril. Y te será por
señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Finees: ambos morirán en un día. Y yo me suscitaré
un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará
delante de mí ungido todos los días. Y el que hubiere quedado en tu casa vendrá a postrarse delante de
él por una moneda de plata y un bocado de pan, diciéndole: Te ruego que me agregues a alguno de los
ministerios, para que pueda comer un bocado de pan”.
Es imposible no poder alabar a nuestro Dios y Padre ante tan grande, maravilloso, perfecto y hermoso
plan, tanto para su pueblo Israel, como para nuestra vidas llamadas por el para conformar el reino de
Dios en la tierra. Aquí en este pasaje vemos claramente hablar a Dios acerca de ese nuevo sacerdocio
que por supuesto vemos en nuestro señor Jesús, leamos lo que nos dice el libro de hebreos Cáp. 4:14.

Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos
nuestra profesión”. Y también nos dice en este libro en el Cáp.5: 5-6. Leamos: “Así tampoco Cristo se
glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he
engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de
Melquisedec”.
Entonces ya tenemos la restauración del sacerdocio no del orden levítico sino como bien lo dice la
escritura según el orden de melquisedec, que significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de
Salem, esto es, Rey de paz; sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin
de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. Y aun cuando no
existía el orden de los reyes en Israel si hubo quien profetizara acerca de este y de cómo seria, nos
referimos a Ana. Leamos en 1ª de Samuel Cáp. 2: 10. “Delante de Jehová serán quebrantados sus
adversarios, Y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra, Dará poder
a su Rey, Y exaltará el poderío de su Ungido”.
Ahora volviendo al pacto de Dios con David es necesario entender primero que aquí Dios no esta
hablando de Salomón como muchos predicadores y aun teólogos (“eruditos”) afirman, es mas aun el
mismo Salomón lo declara así, veamos en 1ª de reyes Cáp. 8: 18-21: “Pero Jehová dijo a David mi
padre: Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre, bien has hecho en tener tal
deseo. Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre.
Y Jehová ha cumplido su palabra que había dicho; porque yo me he levantado en lugar de David mi
padre, y me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado la casa al
nombre de Jehová Dios de Israel. Y he puesto en ella lugar para el arca, en la cual está el pacto de
Jehová que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto”.
Es sorprendente como Dios puede dar a conocer un misterio o simplemente ocultarlo, el es Dios. Si
nosotros repasamos la historia de Salomón y de su reinado nos damos cuenta que con todo lo que Dios
le permitió alcanzar su vida término en apostasía, ósea sirviendo a otros dioses; por lo tanto vemos que
Dios no se refería a el. Ahora es muy importante destacar que Dios esta hablando de un trono mas no
de su trono, que quiere decir esto, lo que ahí escrito “el trono de David su padre”. Dios es Dios por
sobre todo el universo y el reina desde su trono establecido en los cielos de los cielos, Aleluya. Así es.
Leamos:
Salmos 11:4 dice:
“4
Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados
examinan a los hijos de los hombres”.
Isaías 6: 1-4 dice:
1
En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas
llenaban el templo. 2Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus
rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo,
santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. 4Y los quiciales de las puertas
se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
Daniel 7: 9-14:
“9
Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era
blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas
del mismo, fuego ardiente. 10Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le
servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos”.
Apocalipsis 4:1-5 dice:
“1
Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de
trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de
estas. 2Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono,
uno sentado. 3Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y
había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda. 4Y alrededor del trono
había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas
blancas, con coronas de oro en sus cabezas. 5Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y
delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios”.
Y esto es solo por mencionar algunos ya que también es necesario entender este punto importante
como lo es cual trono es el que ha tomado nuestro Rey y Señor Jesucristo. Muchos son los que han
errado en este punto diciendo que Jesús esta en su trono, aun muchas de las canciones que se cantan
dentro de los templos así lo declaran también, pero amados la escritura dice que “el que tiene oído,
oiga lo que el espíritu dice a la iglesia”. Y aun cuando las escrituras han sido tan manoseadas por el
hombre (es lo vemos en cada traducción que hoy tenemos, y que cada vez desvirtúan mas lo que
realmente ahí esta impreso). Más Dios no nos permitirá caer en la trampa, sino que nos dará más de su
Espíritu para poder entender. Pero veamos a continuación que nos dicen las escrituras acerca del trono
que el Padre a dado a su Cristo, nuestro señor Jesús. Leamos:
Génesis 49: 10-11 nos dice:
“10
No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se
congregarán los pueblos. 11Atando a la vid su pollino, Y a la cepa el hijo de su asna, Lavó en el vino su
vestido, Y en la sangre de uvas su manto”.
2ª de Samuel 7: 12-13 nos dice:
“12
Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu
linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. 13El edificará casa a mi nombre, y yo
afirmaré para siempre el trono de su reino”.
Mateo 25:31-32 nos dice:
“31
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se
sentará en su trono de gloria, 32y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de
los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos”.
Lucas 1:30-33 nos dice:
“30
Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31Y ahora,
concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32Este será grande, y será
llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33y reinará sobre la casa
de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”.
Hechos 2: 29-36 nos dice:
“29
Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y
su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. 30Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento
Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se
sentase en su trono”.
Por ultimo el libro de Apocalipsis Cáp. 11:15 dice:

El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del
mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”.
Se que quizás aparentemente con este punto nos hemos desviado del tema central, mas no es así ya que
este punto es muy importante dentro de lo que estamos viendo, pero sigamos. Dios confirma en su
palabra lo dicho por los profetas a través de todos los tiempos acerca de su pueblo y con ello también
lo que viene para este mundo, Satanás ha sabido esto desde siempre y es por ello que ha cegado al
hombre en cuanto a este punto tan importante como lo es la naturaleza del cristo, es por ello que
nosotros como siervos de Dios nos vemos en la obligación de tener que hacer este estudio para que tu
puedas despertar ya del sueño en que ha permanecido la “iglesia” en todos esto años. Como ministerio
apostólico y profético no nos interesa el crear una nueva empresa templaría, ni mucho menos
queremos hacernos de adeptos a nuestra creencia, tan solo queremos anunciar lo que al Padre esta
hablando hoy para todo este mundo ya que el es señor por sobre todos los que creen y los que no. Dios
promete a David un rey el cual iba a proceder de sus entrañas, que quiere decir esto, tan simple como
le hemos visto a lo largo de este estudio, su árbol genealógico y es por ello que los hombres de Dios
nos dejaron estas escrituras, ya que fueron inspirados por Dios; de sus entrañas nos esta hablando
como lo veremos en distintos versos según su carne. La palabra dice que Dios no es hombre para
mentir ni hijo de hombre para arrepentirse, por lo tanto el ha de cumplir su palabra dada por medio de
sus profetas y además ha de cumplir la promesa hecha a Abraham, a David y a José que es de quien
halaremos en nuestra tercera parte. De David nos resta tan solo resaltar algunos puntos que no
podemos dejar de lado, veamos lo que nos dice el profeta Isaías en en el Cáp. 11:1 “1Saldrá una vara
del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. 2Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová;
espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de
temor de Jehová”. y también el verso 10 en cuanto al origen genealógico del Mesías: 10Acontecerá en
aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las
gentes; y su habitación será gloriosa.
Al hablar de linaje, descendencia, raíz estamos hablando de familiaridad y aunque los hombres
insistan en adornar la naturaleza de nuestro señor Jesús (diciendo que es divina) no agradaran al padre
con ello. Repetir una vez mas Jesús no es un Dios encarnado como la han venido enseñando tantos
hombres a lo largo de la historia y la escritura nos muestra que todo aquel que no confiese que Jesús
vino como hombre verdadero no tiene el Espíritu de Dios, mas ese pasaje lo dejaremos para más
adelante. Añadir por ultimo que cuando usamos el término Hijo de, este también destaca la pertenencia
a un linaje o especie determinados Génesis 11: 5 dice lo siguiente: “Y descendió Jehová para ver la
ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres”; y también en Isaías 19.11 dice:
“Ciertamente son necios los príncipes de Zoán; el consejo de los prudentes consejeros de Faraón se ha
desvanecido. ¿Cómo diréis a Faraón: Yo soy hijo de los sabios, e hijo de los reyes antiguos?”.
Creemos firmemente que lo que hemos escrito acerca de David ha de provocar en ti un despertar y es
por ello que queremos que sepas que estamos constantemente orando por cada uno de aquellos que
han de leer este estudio, que la bendición de Dios el Padre y el amor de Jesús sea sobre tu vida,
esperamos que las citas bíblicas que hemos escrito (y que por supuesto son tan solo algunas) en esta
segunda parte sean útiles para seguir conociendo “La identidad de Jesús el cristo, el escogido del
Padre”.

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