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Nacional para las Migraciones en

Guatemala

Año 8 Guatemala, Octubre 2009 No. 87

Las dinámicas migratorias en Centroamérica: De sur a norte


Álvaro Caballeros

Los países de la región de Centro América, experimentan altas tasas de


movilidad humana. Las migraciones se dirigen principalmente hacia los países
desarrollados en el norte, como Estados Unidos, México, Canadá, España,
Australia y otros en Europa.

Prácticamente todos los países de la región son origen, tránsito, destino y


retorno de migraciones con diferentes intensidades, determinadas por factores
económicos, sociales, políticos y ambientales, como de seguridad ciudadana y
en el caso de las mujeres por violencia intrafamiliar.

La migración internacional de guatemaltecos se dirige principalmente a los


Estados Unidos, según estimaciones de la OIM, más de un millón y medio de
connacionales radican en Estados como California, Texas, Illinois, Florida, New
York, Rhode Island y Arizona. El 98% de la emigración guatemalteca.

En el caso de los Salvadoreños, para el año 2009, las estimaciones indican que
más de dos millones y medio residen fuera de su país, lo que implica que uno de
cada cuatro salvadoreños está radicado allende de las fronteras nacionales. Los
cálculos del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, indican, un 94%
de la población salvadoreña en el exterior, reside en los Estados Unidos
concentrándose principalmente en los estados de California, Texas, Nueva York,
Maryland y el Distrito de Columbia.

De los 850,000 hondureños que viven en otros países, unos 800,000 están en
Estados Unidos. Los hondureños más antiguos emigraron principalmente a
Nueva Orleáns y Boston aprovechando relaciones laborales que mantenían con
las compañías bananeras y después familiares que ampliaron los ya emigrados.

Según diversas estimaciones, entre 1,5 y 2 millones de nicaragüenses viven


fuera de su país concentrándose principalmente en Costa Rica y Estados Unidos
y crecientemente en El Salvador y Guatemala. Fuentes extraoficiales estiman
700,000 nicaragüenses en Estados Unidos en Miami y otras ciudades de la
Florida, también en la ciudad de Los Ángeles.

1
Los costarricenses también migran hacia los Estados Unidos, según algunas
estimaciones, entre 75 mil y 120 mil ticos viven principalmente en los Estados de
California, Florida, New York, New Jersey y Texas. Aunque el saldo migratorio
en aquel país está más como destino de inmigración.

Migraciones intrarregionales

La dinámica migratoria centroamericana hasta la década de los setenta se


caracterizaba por el movimiento intrarregional; a raíz de la crisis política, social,
económica y conflictos armados centroamericanos en 1980, acaecidos por la
mala distribución de la tierra, alto costo de la vida, represión militar para acallar
las protestas sociales, procesos electorales fraudulentos, deuda externa,
desempleo, escasez de alimentos, entre otros factores; contribuyeron a que el
movimiento poblacional centroamericano se incrementara.

Actualmente, la migración intrarregional, está determinada más por factores


económicos, y es otro de los flujos significativos que experimenta la población
centroamericana que representan aproximadamente un millón de personas.

Costa Rica, es el país con mayor tasa de inmigración de la región,


principalmente de nicaragüenses. Aunque esta migración no es nueva, pues
existe desde finales del siglo XIX, los factores políticos y económicos que
experimenta Nicaragua, en los últimos 30 años, han sido determinantes en el
incremento de los flujos migratorios provenientes del vecino país que
actualmente llega a aproximadamente 600 mil nicaragüenses, una tasa de
inmigración menor del 10%. De estos, más del 40% se encuentra en situación
de indocumentación, por lo que experimentan dificultades en el acceso a
educación, justicia, trabajo y salud.

Los y las nicaragüenses, se ocupan principalmente en actividades de servicios,


construcción, agricultura y trabajos domésticos y contribuyen considerablemente
en ambas economías, la de acogida y la de origen.

Sin embargo, debido a un manejo mediático altamente excluyente, en aquel país


se han generado una serie de actitudes y mentalidades xenófobas e intolerantes
que consideran la inmigración nicaragüense como una amenaza o riesgo al
estilo de vida costarricense. Los y las nicaragüenses sufren la discriminación y
los abusos cotidianamente.

La crisis económica que golpea a Nicaragua fomenta más migraciones. Seis de


cada diez nicaragüenses están dispuestos a irse del país, principalmente por
razones económicas, con destino a Estados Unidos, Costa Rica o España,
según una encuesta publicada por la prensa local. (DCA 14/10/09)

Un 59.4% de los ciudadanos nicaragüenses consultados dijo estar dispuesto a


irse de ese país centroamericano, un 39.5% no se iría y un 1.1% no respondió,

2
de acuerdo con un sondeo efectuado por la firma M&R Consultores y encargado
por el diario La Prensa, de Managua. Los destinos favoritos para los
nicaragüenses que quieren emigrar hacia otro país son Estados Unidos (39.5%),
Costa Rica (26.8%) y España (22.7%), (DCA 14/10/09)

El segundo país de la región que experimenta tasas crecientes de inmigración


procedentes de países como El Salvador, Honduras y Nicaragua es Guatemala.
Se estima que en Guatemala viven aproximadamente 250 mil inmigrantes, la
mayoría procedente de los países que conforman la región del CA-4.

Estos grupos de población por lo regular viven en este país de manera


indocumentada y por esta causa han resultado víctimas de una serie de abusos
perpetrados por autoridades migratorias, policíacas y otras personas que se
aprovechan de su condición, ya sea pagándoles menos salario y prestaciones
por su trabajo o forzándolos a realizar cualquier tipo de trabajo indigno,
especialmente a las niñas, niños y mujeres que son fácilmente engañados y
caen en redes de tratantes de menores y tráfico de personas.

Actualmente, derivado de la crisis política que atraviesa Honduras, se han


incrementando las migraciones provenientes de dicho país, que transita por
territorio guatemalteco o que tienen como destino Guatemala o El Salvador.

La crisis política también ha provocado que los hondureños busquen refugio y


asilo en el país. Doce personas pertenecientes a la etnia lenca, que vive en el
occidente de Honduras, pidieron asilo político en la embajada de Guatemala en
Tegucigalpa tras denunciar “persecución” por parte del Gobierno de facto
hondureño, según se constató.

El Gobierno de Guatemala dará trámite al pedido de asilo político que solicitaron


12 indígenas lencas hondureños que denuncian persecución en su país, informó
una fuente oficial. (DCA 07/10/09)

El Salvador es el tercer país de acogida de migración intrarregional. Debido a la


emigración de su población, ciertas actividades económicas han requerido de
fuerza de trabajo que llega principalmente de Honduras y Nicaragua. También
en menor escala, miles de guatemaltecos se ocupan laboralmente en las
principales ciudades de El Salvador, o establecen pequeños negocios de
verduras, tiendas y venta de productos artesanales.

La región oriental es uno de los destinos de los nicaragüenses, que se ocupan


en la agricultura y la ganadería, en el corte de café y en actividades terciarias
(servicios) especialmente en San Miguel, La Unión, Pasaquina y Santa Rosa de
Lima.

En Honduras también se experimentan procesos de inmigración, especialmente


en los tiempos de conflicto. En 1990 la población inmigrante centroamericana en

3
Honduras eran aproximadamente 34,387 personas de las cuales el 71%
provenía de Centroamérica, de acuerdo a información publicada por la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2002).

Para el censo de 2001, según datos del Instituto Nacional de Estadística de


Honduras, el 58% de los inmigrantes radicados en Honduras son de origen
centroamericano, siendo los salvadoreños los de mayor presencia seguidos de
los nicaragüenses con 22% y 20% respectivamente (INE, 2001)

Necesidad de establecer procesos de regularización

Debido a los factores arriba señalados, un alto porcentaje de inmigrantes


centroamericanos radicados en la región sufren las consecuencias de vivir sin
documentos de residencia o permisos laborales. Esta situación provoca que los
y las migrantes queden en el último escalón de la cadena de explotación.

A la vez los grupos de población inmigrante en los países de la región, tienen


severas dificultades para acceder a servicios de salud, educación, recreación,
justicia y atención social, lo que los margina y los excluye. Prácticamente viven
en una especie de apartheid social.

Ante este contexto y considerando que la mayoría de países de la región


(excepto Costa Rica) han ratificado la Convención Internacional para la
Protección de todos los Trabajadores migratorios y sus Familiares es
fundamental modificar las legislaciones migratorias en la región y asumir los
procesos de regularización para favorecer a más de medio millón de inmigrantes
de la región que radican en un país vecino.

En Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, entonces, la armonización


de la legislación migratoria con el contenido de la Convención de 1990, se
constituye en un horizonte de posibilidades que debe ir reconociendo y
construyendo estratégicamente la sociedad civil.

La Edad del Exilio: Guatemaltecos Deportados desde los Estados Unidos


Tanya Golash, Universidad de Kansas1

Estamos en una edad del exilio – los agentes migratorios de los Estados Unidos
están deportando más personas cada día. Algunas de esas personas son
capturadas en la frontera. Pero, muchos de ellos son personas que han vivido
años en los Estados Unidos, que tienen familias en los Estados Unidos, y que
tiene muy pocos lazos con sus países de origen.

1
MENAMIG agradece y valora el aporte de la Profa. Tania Golash Boza, de la Universidad de Kansas, por
las notas que redactó y la presentación que hizo durante la Asamblea de MENAMIG en octubre 2009.

4
¿Qué es lo que sabemos?

Cada día, más de mil personas son deportadas de los Estados Unidos.
Aproximadamente 77 de esas personas son de origen guatemalteco. Después
de México y Honduras, Guatemala es el país donde llega el número más grande
de deportados de los Estados Unidos. En el año 2008, fueron deportados
358,886 personas de los EEUU: 246,851 mexicanos, 28,851 hondureños y
27,594 guatemaltecos. Más de 90 por ciento de los deportados fueron de origen
mexicano y centroamericano.

Tabla 1: Los Diez Países que Recibieron la Cantidad Más Grande de


Deportados

País Total
Deportados 2008 358,886
México 246,851
Honduras 28,851
Guatemala 27,594
El Salvador 20,031
Brasil 3,814
República
Dominicana 3,258
Colombia 2,480
Ecuador 2,320
Nicaragua 2,250
Jamaica 1,641
FUENTE: Department of Homeland Security

Figura 1: Cantidad de Personas Deportadas de los Estados Unidos desde


1993

400,000

350,000

300,000

250,000
Deportados

200,000

150,000

100,000

50,000

0
1993 1994 199 5 19 96 1 997 1998 1999 2000 2001 2002 20 03 20 04 2 005 2006 2007 2008
Año

FUENTE: Department of Homeland Security

5
En la Figura 1, se observa que el primer incremento de deportados desde los
EEUU ocurrió después del año 1996. El segundo incremento ocurrió en el año
2003. Esos dos años – 1996 y 2003 – marcaron cambios importantes en los
Estados Unidos. En 1996, el Presidente Bill Clinton firmó dos leyes que
provocaron un aumento de la cantidad de personas deportadas de los Estados
Unidos. En el 2003, se formó el Department of Homeland Security (DHS),
remplazando el antiguo INS. La formación del DHS resultó en más fondos
dirigidos al cumplimiento de leyes migratorias. Lo importante aquí es que las
leyes han sido vigentes desde 1996. En el 2003, en la sombra de los ataques
terroristas del 11 de septiembre del 2001, el Congreso aprobó que se dirija más
fondos al cumplimiento de las leyes existentes. La ley más pertinente es la ley
Illegal Immigration Reform and Immigrant Responsibility Act of 1996 (IIRAIRA).

En 1996, se firmó la ley IIRAIRA, lo cual volvieron muchos inmigrantes sujetos a


deportación y expandió los poderes de los agentes de migración. Con el
IIRAIRA, los inmigrantes que tienen la residencia permanente en los Estados
Unidos pueden ser deportados por cualquier crimen con una sentencia mayor a
un año. Las leyes en los EEUU son bastante estrictas, lo que significa que
personas de larga estadía en los EEUU han sido deportados por el robo de ropa
de una tienda, por escribir cheques falsos, y por posesión de marihuana. Hasta
personas con padres norteamericanos adoptivos han sido deportadas por sus
crímenes. Lo más reprochable de esa ley es que se eliminó el proceso judicial.
La deportación es una consecuencia automática de una sentencia mayor a un
año. En los casos de deportación por motivos criminales, los jueces no pueden
ver los años que una persona ha vivido en los EEUU, tampoco si la persona
tiene lazos o no en su país de origen. Al pasar esa ley en 1996, se incrementó la
deportación de personas en 1997 a 114,432 - dos veces más que los que fueron
deportados en el año 1995. En 1998, esta cifra llegó a 174,813. Ahí se mantuvo
hasta 2003, con la creación del DHS y la inserción de grandes sumas de dinero
en el cumplimiento de las leyes migratorias.

El presupuesto actual del DHS es enorme – US $50.5 mil millones en 2009. Eso
representa un incremento de más de 50 por ciento desde su creación en el
20032. De esos US $50.5 mil millones, 10.9 mil millones van a la Patrulla
Fronteriza y 5.7 mil millones al Immigration and Customs Enforcement – el
famoso ICE. El presupuesto amplio de ICE significa que, por primera vez,
cantidades de dinero muy significantes están siendo invertidos en el
cumplimiento de las leyes al interior del país, específicamente en el
cumplimiento de IIRAIRA. El presupuesto actual de ICE es igual que el
presupuesto de todo el departamento de migraciones (INS) en su ultimo año de
existencia en el 2002. En el 2002, ICE tenía un presupuesto de US $6.2 mil
millones de dólares. Menos del 10 por ciento de ese presupuesto fue dirigido al
cumplimiento de las leyes al interior del país – el trabajo actual de ICE. Hoy día,
el diez por ciento del presupuesto de DHS va al cumplimiento interior; DHS es

2
“Homeland Security: Budget in Brief. Fiscal Year 2005” Department of Homeland Security. Available
online at: http://www.dhs.gov/xlibrary/assets/FY_2005_BIB_4.pdf Accessed 15 July 2009.

6
una agencia mucho mayor que el antiguo INS. DHS incluye, por ejemplo, el
Servicio Secreto, el Servicio Federal de los Marshalls, y la Guardia Costal –
agencias que no fueron incluidos en el INS. Actualmente, se ve una inserción de
fondos en el cumplimiento de las leyes mucho mayor en términos reales y
relativos que lo que se ha visto antes de la creación del DHS.

Guatemala ha visto los resultados de los incrementos de deportados en años


recientes – desde 7,029 en 2004 hasta 28,051 en 2008.3 La gran mayoría - 85
por ciento - de los deportados son hombres. Algunos de los deportados son
personas encontradas en la zona fronteriza, mientras otras son personas que
han vivido muchos años en los Estados Unidos. En el 2006, el 24 por ciento de
los deportados habían vivido más de un año en los EEUU, y un 12 por ciento
habían vivido más de cinco años en los Estados Unidos.4 El incremento de
personas devueltas por la Patrulla Fronteriza se debe a la inserción de fondos en
la seguridad de la frontera. En cambio, el aumento de deportados que tienen
más de un año en los Estados Unidos es resultado de la inserción de mas
fondos en el cumplimiento de las leyes al interior del país.

Hay varias programas del ICE que enfocan en la seguridad interior y que llevan
a más deportaciones. Esas programas incluyen el 287 (g), el Criminal Alien
Program (CAP), y el National Fugitive Operations Program (NFOP). El 287 (g) es
una parte de IIRAIRA que permite que los policías civiles entren en acuerdo con
ICE. Esa cooperación permite a los policiales locales e estatales a informar a
ICE cuando encuentren una persona que sospechen ser inmigrante
indocumentado. Por ejemplo, si una policía para un carro por que pasó el limite
de velocidad, puede arrestar la persona para averiguar su estatus migratorio.
También, si una persona es arrestado por haber sido acusado de un crimen, la
policía que ha firmado el acuerdo de 287 (g) puede llamar a ICE para que
averigüe su estatus migratorio. El CAP permite los policías llamar a ICE cuando
una persona haya completado su sentencia en la cárcel. Con el NFOP, agentes
de ICE van a las casas de las personas que tienen orden de deportación y les
arrestan, detienen, y luego deportan.

¿Qué es lo que no sabemos?

La gran mayoría de las personas deportadas a Guatemala son deportadas por


falta de estatus legal en los Estados Unidos. Por lo tanto, algunos son residentes
legales permanentes que cometen algún crimen y, por consecuencia, se les
quitan los papeles. No sabemos cuántos de los deportados han sido residentes
legales permanentes.

Muchas de las personas deportadas de los Estados Unidos son obligadas a


dejar a niños en dicho país. Siendo algunos hijos con el estatus de ciudadanos
norteamericanos, mientras que otros son indocumentados o residentes. En

3
FUENTE: Control Migratorio. Guatemala. Elaborado por el Departamento de Estadìstica.
4
EMIF 2006. FLACSO. Colegio de la Frontera, México

7
algunos casos, los niños son dejados sin sus padres y son sometidos a la carga
del estado. En otros casos, se quedan con tíos y tías u otros familiares. Y en
otros casos los niños son enviados a Guatemala para reunirse con sus padres
deportados. No se sabe cuántos hijos son dejados allá con familiares, ni cuántos
quedan como huérfanos ni cuántos son traídos aquí a Guatemala.

Muchos deportados se regresan luego a los Estados Unidos. No se sabe


cuántos deciden quedarse en Guatemala, ni cuáles son las características de
dichas personas. Puede ser que las personas que fueron devueltas en la
frontera, como las personas que vivieron muchos años se sientan obligadas a
regresar. Es posible que las personas deportadas intenten hacer su vida aquí y,
al ver que no pueden, se regresan. También puede que haya personas que
regresan por la violencia que se da en los centros urbanos. Asimismo no se
sabe quién se queda ni quién se va. Por eso, es sumamente difícil hacer un
perfil de los deportados en Guatemala.

Desde el 15 de agosto de 2009 hasta el 15 de noviembre del mismo año, he


realizado un estudio de deportados en Guatemala. Mi meta ha sido entrevistar a
deportados en la capital para entender tanto su proceso de incorporación en la
capital como los obstáculos que enfrenten al re-incorporarse en su nueva vida.
Aspiraba que la muestra de deportados refleje más o menos una muestra
general de deportados en Guatemala. Pero, con el tiempo, me di cuenta que: 1)
no sabemos cual es el perfil del deportado en Guatemala y 2) no es una tarea
fácil encontrar a personas deportadas. Así que realice 35 entrevistas con
personas deportadas y conocí que es lo que se puede aprender de ellos.

¿Qué les pasa a los deportados?

Algunos deportados enfrentan violencia urbana y tienen que huir.


“Chris” es un joven que fue deportado de los Estados Unidos por su estatus
indocumentado, después de haber vivido en los EEUU desde la edad de 11
años. Cuando llegó a Guatemala, tenía 24 años, y se reunió con su madre, que
no había visto desde que se fue a los EEUU. La madre de Chris estaba viviendo
en una zona roja de la capital. Su familia lo recibió con mucho cariño. Después
de un mes en el barrio, Chris encontró una nota en su casa que indicó que ellos
tenían que pagar Q10,000. Chris no tenía el dinero y no lo pagó.

Algunos días después, cuando Chris estaba en camino a su casa, dos jóvenes
se acercaron en un carro y le dispararon. Chris se echó en el suelo y se hizo
como si había muerto. Se escapó. No había sido disparado, pero si, asustado.
Chris se fue a Xela a vivir con unos amigos. Se quedó allá durante cuatro
meses. Mientras tanto, la familia de Chris se cambió de casa por lo que sucedió
y Chris se pudo reunir con su familia en un nuevo barrio.

Llegando a la capital de nuevo, Chris consiguió un trabajo en un Call Center,


donde su habilidad en inglés le permite desarrollarse en ese trabajo.

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Algunos deportados dejan niños en los EEUU y no pueden tener contacto con
ellos.

La madre de “Alberto” lo dejó con sus abuelos cuando él tenía ocho años a
buscarse una vida mejor en los Estados Unidos. A la edad de 20 años, Alberto
decidió viajar a los Estados Unidos, ya que su madre seguía allá y ella no había
podido arreglar sus papeles. En el año 2000, Alberto llegó a Miami, donde
consiguió trabajo cortando pasto, y luego en una planta de reciclaje.

Poco a poco, Alberto fue mejorando su calidad de vida en los EEUU. Aprendió
manejar equipos grandes de reciclaje, y ganaba un buen sueldo. Alberto se casó
con una mujer Cubana que es residente de los EEUU. Tuvieron dos niños
juntos. El primero nació en 2006 y el segundo en 2007. Alberto y su esposa
trabajaron bastante para poder alcanzar las necesidades de su familia.

Un día, Alberto fue al hospital para visitar a su madre, que estaba muy enferma.
Al llegar al hospital, un carro chocó a su carro en el lote de estacionamiento.
Cuando llegó la policía, preguntaron a Alberto si tenía papeles legales para estar
en el país. Cuando Alberto admitió que no los tenía, el policía llamó a la Patrulla
Fronteriza y lo llevaron a Alberto. Dos meses después, lo deportaron a
Guatemala, por falta de papeles. Alberto había vivido nueve años en los EEUU.

Al llegar a Guatemala, Alberto empezó a ver cómo podía traer sus hijos a
Guatemala. Su esposa tiene problemas con el alcohol y drogas; por eso, los
niños están en la casa de su prima de Alberto. Su esposa de Alberto no quiere
que los niños se vayan a Guatemala. Por ese motivo, es muy difícil, si no
imposible, para Alberto poderse reunir con sus hijos. Por el momento, eso es su
preocupación mayor.

Su caso no es único. He hablado con varias personas deportadas que han


perdido el contacto con sus hijos, cuyos hijos están a la carga del estado, y
cuyos hijos están con un familiar y no les pueden ver.

Algunos deportados han sido residentes permanentes legales de los EEUU


y son deportados por delitos menores

“Melvin” viajó a los Estados Unidos a la edad de 18 años para reunirse con su
papá que lo había dejado de tres años y su abuela que lo había dejado de 12
años. Melvin llegó a los EEUU con una tarjeta de residencia permanente, ya que
su padre tenía su residencia. En los EEUU, Melvin aprendió a hacer pisos de
madera, y, con el tiempo, estableció un negocio haciendo tales pisos.

El negocio de Melvin iba muy bien, alcanzando ingresos de US $15,000 a la


semana. Se casó con una ciudadana norteamericana y tuvieron dos niños
juntos. Llevaban una vida muy bien – compraron una casa, varios carros, y

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salían de paseo muy seguido. Un día en 2005, resurgieron sus problemas del
pasado y su vida cambió para siempre.

En 1995, Melvin estaba manejando su carro en Virginia. Vio una persona echada
en la carretera, y regreso en reverso para ver mejor. Al retroceder, sin querer, su
carro atropello la persona. Asustado, Melvin se corrió. El día siguiente, llegó la
policía a su casa y lo arrestaron. Resultó que la persona había sido muerta
cuando Melvin lo atropelló. Pero, le pusieron cargas de haber salido del
accidente sin llamar a la policía. Melvin recibió una sentencia de seis años en la
cárcel. Estuvo un año preso, y suspendieron el resto de su sentencia. Cuando
salió de la cárcel, Melvin pensó que había pagado por sus crímenes y siguió con
su vida. Armó su negocio y se casó con su mujer.

En junio de 2005, agentes de la migra llegaron a su casa y le dijeron que tenia


orden de deportación por el crimen de 1995. Melvin no lo podía creer. No había
tenido ningún problema con la policía desde 1995 y todo le iba bien en los
EEUU. Tenía su tarjeta de residente permanente, y pensó que eso era
permanente. Pero, resulta que él podía ser deportado por su delito de 1995 y lo
deportaron a Guatemala.

En Guatemala, además de vivir lejos de su esposa y sus hijos, Melvin vive con
miedo. Él tiene tatuajes artísticos en sus brazos y su cuello. En su cuello, tiene
un tatuaje de una araña y en sus codos, dos telas de araña. Su brazo derecho
está cubierto con tatuajes. En los EEUU, el los hizo por que le gustó. Aquí,
piensen que es marero por motivo de los tatuajes. Una vez, unos pandilleros lo
dispararon por motivo de la araña en su cuello. Pensaron que el era de otra
pandilla. Tuvo que huir de ese barrio. Ahora, vive en un barrio mas tranquilo,
pero no puede salir a pasear, por motivo de sus tatuajes.

En los Estados Unidos, Melvin llevaba junto a su familia una buena vida. Aquí en
Guatemala, trabaja en un Call Center y gana lo suficiente para sobrevivir. Pero,
al estar lejos de su familia y al saber que su familia esta sufriendo allá, no puede
vivir feliz en Guatemala.

Algunos deportados tienen éxito en Guatemala, por lo que pueden usar lo que
aprendieron en los EEUU para conseguir trabajo aquí.
Algunos de los deportados que entrevisté tienen una vida mejor aquí en
Guatemala que tuvieron en los Estados Unidos. Esas personas han sido
drogadictos u alcohólicos en los Estados Unidos y vinieron aquí a sanarse, a
través de centros de rehabilitación en Guatemala. Después de haberse
recuperado aquí, han conseguido trabajos en Call Centers, por lo que hablan
ingles. Nuevamente en su país, encuentran esposas y se re-establecen.

A las personas que no tuvieron hijos en los Estados Unidos, o que no vivían con
sus hijos, se les hace más fácil readaptarse a la vida en Guatemala. Los que
vivieron allá por muchos años y que establecieron familias y los que fueron de

10
muy temprana edad tienen más dificultades en re-adaptarse. Por eso, son más
dispuestos a regresar a los Estados Unidos, aunque sea indocumentados. Por lo
mismo, los Estados Unidos debería de tomar en cuenta los lazos familiares en
los Estados Unidos. Aparte de ser una violación a sus derechos de estar con sus
familias, deportar a personas con lazos muy fuertes en los Estados Unidos es un
desperdicio de recursos. Sus familias pierden el apoyo económico que sostiene
la familia y ellos son más dispuestos a intentar regresar.

Conclusiones

El proceso de deportaciones de los EEUU no reconoce a los derechos humanos.


En la Declaración Universal de Derechos Humanos, las personas tienen el
derecho de estar con sus familias. Según la Declaración, “La familia es el
elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección
de la sociedad y del Estado.” En los casos de deportaciones, los tribunales de
los Estados Unidos no toman en cuenta la vida familiar de las personas. Esto
consiste en una violación del derecho del migrante de estar con su familia.
Además, consiste en una violación del derecho de su familia de estar con el
deportado o la deportada.

Algunas personas son llevadas a los Estados Unidos de muy temprana edad por
sus padres. Crecen en los Estados Unidos y adaptan a la sociedad allá. Cuando
son menores llevados por sus padres, no van de su propia voluntad; van por que
sus padres lo llevan. En algunos casos, sus padres los llevan indocumentados a
los Estados Unidos. Luego, en las leyes migratorias de los Estados Unidos, ellos
tienen que pagar por ese crimen de cruzar la frontera sin permiso. No tiene
sentido castigar a personas por ese delito que cometieron sus padres. En otros
casos, sus padres los llevan a los Estados Unidos como residentes legales
permanentes. Después de cinco años en los Estados Unidos, tienen el derecho
de volverse ciudadanos. En algunos casos, esos niños cumplen los cinco años
en los Estados Unidos cuando aún son menores y sus padres no les llevan a
sacar su ciudadanía. Cómo residentes legales permanentes, son sujetos a
deportación cuando cometen un crimen. En efecto, pagan por el hecho de que
sus padres no les sacaron la ciudadanía.

Muchas personas son deportadas por delitos menores, después de haber vivido
la mayor parte de su vida en los EEUU. No es difícil entender por qué un país
devolvería personas criminales que llegan a sus fronteras – se trate de una
cuestión de seguridad nacional. En cambio, es difícil entender como un país
puede devolver personas que han crecido en tal país y que han aprendido su
criminalidad en tal país. Un niño que sale de Guatemala a los 8 años y que
comete un crimen a la edad de 23 años no aprendió sus hábitos criminales en
Guatemala. Los aprendió en los Estados Unidos. Por eso, no tiene sentido
devolverlo a Guatemala.

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El deportado que llega a Guatemala y que no ve opciones en su país, en
muchos casos, va a hacer el intento de regresar a los Estados Unidos. En
muchos casos, su intento de regreso es exitoso. En otros casos, es capturado,
metido preso y deportado de nuevo. El que más va a regresar es él que se fue
muy joven o el que tiene familia en los Estados Unidos. Por ese motivo, debe de
haber un proceso judicial en los Estados Unidos que reconozca que el
inmigrante es una persona que no vive solo, sino vive con sus conexiones a su
familia y a su comunidad. Las personas que tienen lazos muy fuertes con los
Estados Unidos y que no tienen lazos con Guatemala mayormente van a intentar
regresar. Ignorar eso no solamente ignorar los derechos humanos de la persona,
también resulta en una gran pérdida de recursos y afecta severamente a las
familias dejadas en los Estados Unidos.

Finalmente, es importante reconocer que algunos deportados llegan con


recursos que podrían ayudar a Guatemala, y que ellos podrían beneficiar de
alguna orientación al llegar a Guatemala. Muchas personas, una vez deportada
de los Estados Unidos, desean hacer su vida aquí en Guatemala. Llegan con
recursos obtenidos en los Estados Unidos – dinero, lazos fuertes al país,
educación universitaria, el idioma ingles, buenos hábitos de trabajo, nuevas
ideas y visiones, y el deseo de mejorarse. Así que le conviene al país de
Guatemala ayudar a tales personas a reincorporarse al país. Hay que brindarles
oportunidades de trabajo; hay que facilitarles la opción de abrir negocios. A la
vez, hay que darles una orientación acerca del país al que llegan.

Muchos deportados llegan sin un conocimiento de los riesgos que pueden


enfrentar en Guatemala. Por eso, se encuentran sujetos a extorsión, disparados
por pandilleros, robados por ladrones, o invirtiendo su dinero en negocios que no
sirven. Así, resulta en una perdida para todos. Pero, con una buena orientación y
con acceso a recursos aquí, algunos deportados pueden tener éxito en el país y
ayudar a mover el país para adelante.

MESA NACIONAL PARA LAS MIGRACIONES EN GUATEMALA


–MENAMIG-
9a. avenida 0-19 zona 2, oficina 303, Edificio Isabel La Católica, Ciudad de Guatemala.
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