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PROLOGO
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no son burgueses, ni de la realeza, ni de
familias enemigas.
Hace un tiempo, me toco ser testigo de una de
esas historias de amor. Una de esas que
merecían ser contadas. Y así, sin pensarlo
mucho, tome el lápiz y el papel, y comencé a
escribir.
Esta historia de amor, puede no ser una historia
feliz. Puede no ser una historia con príncipes,
con magia, o con muertes dramáticas en los
brazos del ser amado. Aún así, me enseño
bastante sobre lo que realmente debo aprender
del amor. Me enseño a entregar, a recibir, a
saber que soy alguien importante, y que si
merezco ser amado y feliz. Pero sobre todo, me
enseño que el amor es eterno, que el amor no
muere, sino que siempre vuelve a renacer...
La historia de Marcelo e Ignacia, es una historia
de amor adolescente. Ese primer amor, que te
obsesiona, que te consume, y te hace sentir
único. Es la historia del primer amor de
Marcelo, y de su relación con Ignacia.
Es una historia llena de ilusiones, y entrega...
una historia que le puede pasar a cualquiera.
Una historia sin efectos especiales, ni colores
brillantes, es solo, otra historia de amor.
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PARTE 1
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"Cuando Marcelo conoció a Ignacia"
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aunque no lo demostraba... sentimental, y de
vez en cuando lloraba con una que otra
película...
Ignacia era una chica de esas que no encuentras
fácilmente por la vida; Tenia 18 años, tenia
metas, amaba la vida y a su familia, y siempre
veía la mitad del vaso lleno; no fumaba, tomaba
solo cuando la ocasión lo a ameritaba, y nunca
se excedía, era amable, educada, correcta y una
muy buena persona.
Sus vidas se cruzaron por casualidad, se
conocieron mientras Ignacia esperaba a una
amiga en el casino de una Universidad, la cual
ya parecía que no llegaría, Marcelo la vio, no
pudo evitar acercarse...
- Hola...!
- Hola - respondió sin ánimos Ignacia
- ¿Me puedo sentar?
- Claro, adelante... ya me voy.
- ¿Esperas a alguien?, a lo mejor te puedo
ayudar...
- No, no te preocupes... creo que ya no llego...
- Déjame invitarte un helado... mientras
esperamos a tu cita, yo estudio aquí, y tengo
que hacer tiempo, tengo una ventana, tu sabes...
- Esta bien...- respondió Ignacia, a quien no
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dejo de llamarle la atención Marcelo, de todas
formas, le pareció un chico interesante- ... en
todo caso, no es una cita, solo esperaba una
amiga para entregarle unos cuadernos...
- Estudias aquí también?
- No... - respondió Ignacia - ...es que ayer fue a
mi casa, y se le quedaron allá...
- Ah Ok, espérame, voy por los helados...
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por la personalidad de esta chica... es que para
que una chica invite a un chico a salir,
realmente le debe gustar. Marcelo recibía
poemas, palabras bonitas, y cartas de seudo-
declaración de una Ignacia que parecía no saber
muy bien que hacia, de una que es mas bien una
niña... que lucha por lo que quiere, y no siente
vergüenza por lo que siente.
Un día Marcelo se conecto a MSN, e Ignacia le
hablo...
- Hola Marcelo!
- Hola Ignacia, como estas?
- Muy bien, pues aquí, descansando después de
un agotador día de colegio...
- Ah muy bien, jajaja, pues yo vendo de algo
parecido, pero en la U...
- Si entiendo, Marcelo, quería decirte algo...
- Si claro, dígame...
- Pues, quiero que no te asustes con tanto mail,
mensaje de texto, y cosas por el estilo que te
mando, en verdad, te quiero mucho si, pero
como amigo nada mas, ok? lo digo pues, para
que no te asuste...
- Ok Ignacia, no hay problema, pero no tenias
porque explicarme, la verdad no me molesta... -
dijo Marcelo agregando un emoticono
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sonriente.
- Ok, igual disculpa, no tienes porque aguantas
a esta cabra chica...
- No nada que ver... me agradas.
-Perdón Marcelo, me tengo que ir yendo ya,
disculpa
- Ok, no te preocupes...
- Ok, nos vemos, espero, un abrazo! adiós!
- Adiós.
Marcelo:
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contigo, conocerte, si conocerte, que ganas de
conocerte.
Siempre te veo distante, con una alegría tal vez
disimulada hacia mi, no se, tal vez este
equivocada.
Y es así como necesito contarte que lo que
siento por ti es raro… es amargo y dulce, pero
ni siquiera eso se queda en la boca.
Yo para ti debo ser una cabra chica, que se hizo
ilusiones sola, sólo ese contacto del MSN que te
habla cosas sin sentido, cosas que se que no te
llegarán.
Mira se que esto debe ser muy fome y latero…
tu tienes una vida, y no creo que dejes entrar tan
simplemente a una pendeja así nada mas.
Quiero darte las gracias por hacerme sentir
estas cosas... se que quizás lo que siento no será
correspondido, pero nunca había sentido esto, y
te doy gracias a ti por hacerme sentir ese
calorcito especial cada vez que tengo una
noticia de ti...
Espero que con este mail no te sientas mal,
total, siempre te he dicho… esto fue desde un
principio una fantasía mía, una fantasía que
decidí seguir. Y pues… eso… ojalá estés bien,
de seguro que si lo estas. Y recuerda! Siempre
sonriendo! Ahí hablamos en el MSN otro día
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Nos vemos!
Ignacia.
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PARTE 2
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"Si te hace tan feliz... no puede ser tan malo"
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puntualmente a Ignacia en la entrada del mall, y
ella, llego con un poco de atraso, con la excusa
de que había ido a su casa primero para
cambiarse de ropa (le dijo a Marcelo que no
quería que la viera de escolar...), pero a Marcelo
le daba lo mismo, caminaron largo rato por un
parque...
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- A ver... tengo 17 años...
- Ah... eres una niña! - dijo riendo mas relajado
Marcelo - cuando los cumpliste?
- El 2 de mayo...
- Ah muy bien, cuéntame mas.
- Me gusta el deporte, bailar, escuchar música,
y relajarme en mi pieza sola, con una vela, un
buen incienso, y un buen tema en la radio...
- Ah muy bien, que mas?! - preguntó interesado
Marcelo.
- Heeeem... he vivido toda mi vida en el norte,
en La Ligua, no conozco mucho Santiago,
llegue hace poco, colegio nuevo, amigos
nuevos, todo nuevo!
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Llegaron a unas bancas y se sentaron,
conversaron de las familias, ovnis, perros, del
colegio, de todo... rieron toda la tarde, Marcelo
le compro un helado a Ignacia, y cada uno
probo del sabor del helado del otro... nada podía
salir mal.
Cuando estaba obscureciendo, ambos estaban
impacientes en su interior... no querían que
llegara la hora de irse, no sin antes saciar esas
ocultas, pero evidentes, ganas de besarse que
tenían...
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fuertes deseos de besar a Ignacia... e Ignacia,
fuera de lo que hubiera pensado Marcelo, se
veía muy nerviosa... Marcelo se acerco a su
oído, y le hablo...
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Marcelo se levanto, sin decir nada... acerco sus
labios a los de Ignacia, cerro los ojos... y la
beso.
Dicen que si no hay química en el primer beso,
la relación no funcionaria... Este primer beso,
no fue así, fue increíble... Marcelo sentía la
respiración nerviosa y agitada de Ignacia, sus
labios en contacto, suaves, mordiéndose,
encontrándose, besándose... las manos de
Marcelo recorrían la cintura y el pelo de
Ignacia, impacientes, recorrían su cuello, su
cara, con las ganas y el deseo de un niño que
abre y disfruta de un regalo de navidad, el
mejor de su vida... Las manos de Ignacia se
posaban tímidas en los hombros de Marcelo,
abrazándolo... no le importaba nada, la gente,
los niños, los autos, nada... el tiempo se había
detenido, y ya podían regresar tranquilos a casa.
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- Fue exactamente, como me imaginaba... mi
primer beso de amor... Gracias.
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PARTE 3
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"¿Quieres pololear conmigo?"
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Marcelo se quedo sin palabras, pensó mil cosas,
pensó por ejemplo, que ella nunca lo olvidará...
o que quizás, todo esto... era demasiada
responsabilidad para el, era su primer beso,
quizás hubiera preferido haberlo sabido para
preparase sicológicamente antes, la cabeza de
Marcelo era un lío.
No pudo dejar de recordar su primer beso, en
ese sentido, pensó Marcelo, envidiaba a
Ignacia... su primer beso fue muy poco
romántico...
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Ivette, la amiga de Marcelo, invito a una
compañera de colegio, Cristina, Marcelo la vio,
y se enamoro, ese amor de niño, tímido, su
primer amor... Cristina era rubia, ojos verdes, y
personalidad extrovertida (Marcelo ya esta
convencido, de que lo suyo, eran las mujeres
con personalidad), hubo onda, compartían
desde los helados que tomaban, hasta los
asientos de la micro, todo; siempre con la
iniciativa de ella, claro. Cuando la atracción ya
fue obvia, todos los amigos de Marcelo, lo
molestaban y le decían que hiciera algo!, que la
besara!, que no sea tonto... que se gustaban. El
lo sabía, pero no podía evitar tener miedo al
rechazo, siempre ha tenido miedo al rechazo,
sin dejar atrás su nerviosismo, mas que mal, era
su primer beso...
- Heeeem... oye...
- Que?! - contesto Cristina pareciendo muy
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interesada.
- Te tinca si vamos al lado de la cancha... esta
mas, oscuro. - Desde ese momento, cada vez
que Marcelo recordaba esa frase, no lo podía
creer... como había dicho eso?!, que vergüenza.
Ahí quedaba en evidencia su niñez.
- Esta bien - Contesto tranquila Cristina, que
comenzó a caminar. Marcelo la siguió,
rascándose la nariz como nunca, en ese
momento, pensaba que si hicieran un concurso,
de quien era el niño mas tonto del mundo, de
seguro perdería, por tonto.
- Heeeem... sabes, nunca antes he dado un
beso... este... va a ser mi primer beso... - Dijo
Marcelo tartamudeando.
- En serio?! - dijo sorprendida Cristina, lo que
no ayudo mucho a Marcelo, y lo incomodo aún
más.
- Si... - Respondió Marcelo rojo de vergüenza.
- Bueno, no te preocupes... - Ella se acerco
lentamente a Marcelo, y lo beso...
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no dijo nada, y Cristina, a los 14 años de edad,
se convirtió en su primera polola, obviamente,
los besos con el tiempo mejoraron.
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yo 'toy lejos de eso, weon! 'toy mas guatón!, la
mina podría tener a quien quisiera si se lo
propusiera, pero me eligió a mi... lo mejor de
ella, es que es muy hermosa, y no lo sabe...
- Loco mira, siendo objetivo, naaah que ver
weon!, si igual tiras pinta, además, teni' otros
atributos... no pensi weas po' weon. Si la mina
no te quisiera, no hubiera estado ya casi dos
meses weon, webiando contigo... osea weon!,
dos dedos!, dos dedos!.
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para el, eran muchas, Marcelo no lo podía creer
cuando lo vio. Aún así, no se creía digno de
recibir tanto amor, pero ya no la quería dejar
ir... ya no podía.
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- Ya po' weon en serio, me ayudaras o no?
- Obvio que si po' perrito! - dijo riendo
Cristóbal - pero, especial?, como eso?
- No se, onda, fuera de lo común... cachai'?
- Bueno, en verdad no te cacho, pero filo, allá
tú, otro día calentamos las neuronas weon, que
yo ahora me voy a bañar, porque ya van a llegar
mis tíos, y va a quedar la cagá en mi casa, vo
cachai' po'... cuídate weon, 'tamos hablando.
- Ok washo, nos vemos en MSN.
- Ok, chao weon, te quiero perrito.
- Chao washo!
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Que es esto?! - pregunto sorprendida.
- Dale, sin preguntas, responde, hay opciones,
aquí tienes un lápiz. - Marcelo le entrego un
lápiz, e Ignacia vio las opciones...
1.- Te gusto
2.- Me quieres
3.- Me quieres mucho!
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Alemán.
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esperando este momento, las tres palabras que
venían en la foto, decían así:
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PARTE 4
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"No todo lo que brilla es oro..."
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y menos aun, como otras antes de ella, lo
habían dejado escapar... Marcelo disfrutaba
dejarse llevar por las palabras de Ignacia, y
comenzó sin darse cuenta, a caer en las redes
del amor. Se comenzó a enamorar de esta chica
que hacía que todo fuera perfecto... incluso el
era perfecto junto a ella... se comenzó
irremediablemente a enamorar de Ignacia.
Nunca antes Marcelo había pololeado tan
seriamente,. Nunca antes había pensado que el
amor lo hacia feliz, o hiciera que todo alrededor
estaba bien gracias a el, al contrario, el amor
siempre le traía solo penas y lagrimas, esta vez
era diferente.
Como casi todos los miércoles y viernes en la
tarde, Marcelo iba a casa de Ignacia, y estaban
juntos hasta el anochecer, escuchaban música
en la pieza de Ignacia, a la luz de las velas,
conversaban, reían, se besaban, dormitaban
abrazados, y de vez en cuando comían algo rico
que Ignacia tenia en casa. Era lo que ellos
llamaban "Miércoles felices" y "Viernes
felices". Marcelo se iba de esa casa feliz, sentía
su pecho lleno, lleno de lo que el decía era
amor, Ignacia lo llenaba, se iba saciado de
cariño, y con todo el cariño que Ignacia le daba,
podía aguantar hasta la próxima vez que se
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verían, así lo veía Marcelo.
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bajamos las escaleras juntos, pero no tenia idea
que ella era la Ignacia!. Hola Ignacia, mucho
gusto, Cristóbal - agrego Cristóbal saludando a
Ignacia.
- Hola - dijo tímida Ignacia, saludando a
Cristóbal y a Javiera.
- Así que al fin conocemos a la famosa Ignacia -
dijo riendo Javiera
- Famosa?, porque? - pregunto Ignacia...
- Haaay tu que crees ñoña - le dijo Marcelo - los
tengo chatos hablándoles de ti todo el día...
- Ah muy bien - dijo Ignacia sonriendo coqueta,
y abrazando a Marcelo... - Espero que hayan
sido cosas buenas...
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paseo, y no había nadie, todos estaban de
acuerdo, y Marcelo pensaba que todo estaba
saliendo muy bien ese día.
Tomaron el metro, y se bajaron en la estación
donde vivía Ignacia. Cristóbal y Marcelo
conversaban, y notaban alegres que Javiera e
Ignacia se estaban haciendo muy buenas
amigas. Fueron al supermercado, y decidieron
comprar pizza para comer esa noche.
Compraron un par de botellas de ron, bebidas, y
se dirigieron a la casa de Ignacia...
Marcelo en ese momento se detuvo a analizar la
escena: el con su mejor amigo, y las pololas de
ambos comprado en el supermercado para hacer
un carrete piola. Tomo a Ignacia de la mano, y
pensó "Podría vivir así por el resto de mis
días..."
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Marcelo estaba feliz, no podía estarlo mas.
Conversaban sobre temas en común, cada uno
abrazado de su pareja. De vez en cuando en la
radio se escuchaba un tema que les gustaba, y
se paraban en grupos de a 2 o 3, a bailar.
Mientras conversaban distraídamente, Marcelo
escucho una canción a la que no pudo ignorar
en ese momento. Era un tema romántico del
grupo mexicano "Café Tacuba". Tomo a
Ignacia de una mano, la rodeo por la cintura, y
comenzaron a bailar... fue el momento mas
romántico que habían vivido juntos. El
ambiente era perfecto, la música era excelente,
y Marcelo no podía pedir una mejor compañía
que la de Ignacia.
Los segundos pasaban suaves al son de la
música, y Marcelo le cantaba a Ignacia al oído...
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Marcelo a veces sentía que se ahogaba de tanto
amor.
Una vez terminado el tema, Ignacia tomo a
Marcelo por el rostro, y lo beso tiernamente en
los labios. Acto seguido, lo miro a los ojos y le
dijo "Te amo". No era el primer "te amo" que
Marcelo recibía de Ignacia, aún así, el no se
sentía listo para responderle de la misma forma.
Sin embargo, ese día, esa noche, Marcelo había
formado un sentimiento sólido, puro, y que lo
convencía de que esto podía ser para siempre,
quizás esas palabras que tantas veces había
reprimido en sus labios por miedo a
equivocarse, ahora tímidamente tomaban
fuerza, y querían definitivamente salir.
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Marcelo siempre evitaba la situación, no quería
que Ignacia se sintiera incomoda, solo quería
que ella estuviera bien, pero ahora era ella, la
que quería que Marcelo estuviera bien.
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deseo. El deseo de ambos de amarse, de ser del
otro, de entregarse y de recibir lo mas hermoso
que han tenido alguna vez, amor. Lentamente
sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo de
la persona que amaba, tocando con dulzura cada
parte de su ser, saboreando la suavidad de su
piel, llevándola a sentir un éxtasis de lujuria con
cada roce. El podía sentir su aroma, el aroma de
su pelo, de sus labios, de sus pechos, de su
vientre, de su cuerpo... un aroma que lo
trasportaba a lugares lejanos en el cielo, los
cuales nunca había visitado. Poco a poco
comenzaron a despojarse de sus ropas, las
prendas caían una a una sobre el suelo, y
dejaban sus cuerpos desnudos al descubierto.
Piel contra piel, el deseo, la pasión, la lujuria,
aumentaron mas aún... los besos eran grandes
bocados que se alimentaban del alma, los
brazos rodeaban y tocaban el cuerpo del otro, y
la mente estaba ya en latitudes recién
descubiertas... El pregunto, "Estas segura"?...
Una sonrisa le respondió, una mirada penetrante
que le llego al alma, y lo hizo sentir seguro...
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expresión de felicidad completa, se dio cuenta
de que todo había sido realidad, nada había sido
un sueño... fue tan maravilloso, que Marcelo
creía estar soñando, pero aún mas maravilloso
fue darse cuenta, de que todo era realidad...
Bajo la mirada, y con los ojos fijos en los de
Ignacia, la beso, acaricio su suave piel, y le dijo
suavemente, pero con un tono firme y seguro...
"Te amo..."
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PARTE 5
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"Después el sol, viene la tormenta..."
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- Gracias... - Le dijo Ignacia a Marcelo.
- Gracias por que?... gracias a ti amor...
- No, gracias a ti... - dijo Ignacia mirando
directo a sus ojos... - Gracias a ti por darme esta
felicidad que nunca había experimentado...
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el...
- Siempre cuando quiero pensar, o me siento
sola, o simplemente salgo a caminar en las
noches, miro la luna... siempre esta ahí
conmigo... - le dijo Ignacia mirándolo fijamente
con sus ojos negros, que hoy tenían una
profundidad especial, que lo invitaba a
internarse en ellos... - Quiero que... cada vez
que mires la luna, pienses en mi. Cada noche
cuando no estemos juntos, sal y mira la luna... y
sabrás que yo estaré acompañándote, siempre,
igual que la luna...
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momento si ella se lo pedía, darle lo que ella
quisiera, y hacerla feliz... Solo le importaba
disfrutar a concho cada momento junto a ella,
disfrutar sus días felices, y esperar que el futuro
le regale muchos años de su vida junto a esa
mujer, que le estaba enseñando a amar, y a ser
amado...
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cumpleaños de un amigo de Marcelo, iba a ser
la fiesta del año, habría música, luces, y lo mas
importante, cerveza gratis... Marcelo invito a
Ignacia, quien ya era conocida por la mayoría
de los amigos de Marcelo, y obviamente el
cumpleañero, Patricio, no tendría problemas en
que ella asistiera.
Se juntó todo el grupo de amigos en un metro
cercano al lugar donde sería la fiesta, algunos
con sus parejas (la mayoría), y otros que
estaban dispuestos a lanzarse a lo que sería la
mejor noche de soltero. Estaban ahí también
Cristóbal y Javiera, quienes eran los amigos
mas cercanos que tenían Marcelo e Ignacia.
La noche llego, y todos lo pasaron muy bien, la
música era buena, las luces estaban bien, y
habían litros y litros de cerveza gratis en barril,
que un amigo del cumpleañero había dispuesto
para la ocasión. Los cuatro amigos bailaron, se
rieron, se tomaron fotos, conversaron, hicieron
tonterías, y se dejaron llevar por el momento, y
en el caso de Marcelo y Cristóbal... la cerveza.
Llegadas altas horas de la noche los amigos
estaban definitivamente "arriba de la pelota"... y
Cristóbal invito a Marcelo a comer algo en una
plaza cercana, las chicas estaban en el baño, así
que no se molestaron en avisarles, solo salieron,
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y fueron a comprar.
Lo único que había abierto a esa hora, era un
local de pollos asados, así que Cristóbal decidió
comprar uno, "Peor es mascar lauchas..." le
había dicho a Marcelo.
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complementaria tan bien conmigo...
- Tai' bien cagao' weon... la dura... mírate la
cara de pavo que poní' cuando hablai' de la
Ignacia...
- No weon, pero es que en serio...
- Si perro!, si no lo digo en mala onda... a mi de
verdad me alegra esa wea weon, porque tu te lo
merecí'... la mina, en serio así, objetivamente,
es la raja... y se nota que te hace bien... así que
mientras no le haga nada malo a mi perro, too'
pasando con la Nacha... - Termino la frase
Cristóbal en una carcajada...
- Vale perro, la dura, no podría estar mejor...
tengo a la mejor polola, y al mejor amigo weon,
te pasaste...
- Obvio perro, si ute' sabe que yo siempre voy a
estar aquí para ute po'...
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ponerse de pie, sintió que se tambaleo' un poco,
pero se enderezó rápidamente, obvio, "tengo
que pasar piola..." pensó.
Una vez adentro de la fiesta, lo primero que vio,
fue una imagen de Patricio, el cumpleañero
acercándose rápidamente a el...
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Marcelo no dijo nada, y salió del local... ahí
estaba Ignacia, sentada en una silla junto a la
puerta, agachada con las manos en la cabeza.
Marcelo se acerco lentamente...
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preguntándole a todo el mundo donde estabas, y
nadie sabía nada! ni siquiera la Javiera!, de
verdad debiste pensarlo antes! no sabes como
estaba de preocupada, ahora ándate! no quiero
estar contigo! Ándate! déjame sola!... - Dijo
cortante Javiera, sus palabras fueron duras y
golpearon a Marcelo como un martillo...
Marcelo se sintió mal, horrible! debía haberle
avisado, lo sabía, pero la noche, todo, estaba tan
bien... nunca pensó que un error tan pequeño
causaría tales consecuencias... De pronto
Marcelo sintió que no podía mas, estaba a punto
de caer en llanto, se sentía mal, por lo que había
hecho, por la manera en que Ignacia le habló...
y todo lo que había tomado en la noche, no
ayudaba en nada mas, sino que en aumentar su
pena... Hasta que no aguantó mas, y callo de
rodillas llorando en las piernas de Ignacia, que
aún permanecía sentada...
- Discúlpame amor! - Decía llorando Marcelo -
...discúlpame! debí avisarte lo sé! discúlpame
por ser tan mal pololo!, tu te mereces alguien
mejor, alguien que te haga feliz, que no te de
preocupaciones!, discúlpame amor!... - Lloraba
Marcelo claramente afectado, la respiración
entrecortada interfería con el entendimiento de
sus palabras, y el sabor salado de sus lágrimas
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ya llegaba hasta su boca... - Disculparme amor,
en serio, yo no quería preocuparla, te juro que
voy a cambiar!, te lo juro!, tu te mereces
alguien mejor que yo... perdóname amor...
Ignacia de pronto parecía estar en shock,
claramente esta no era la clase de reacción que
había esperado, sus ojos quedaron en blanco, y
tomando en sus manos el rostro de Marcelo
llorando y suplicando... no pudo aguantar mas,
y rompió en llanto de igual forma, pero sus
motivos... eran mucho mas diferentes.
- Marcelo... Marcelo!, Marcelo para porfa', no
llores mas, porfa', por favor!... - Pero Marcelo
estaba mal, apenas la escuchaba, e Ignacia cada
vez lloraba mas y mas fuerte... - Amor, para en
serio, usted es un buen pololo, discúlpeme, no
quise que se sintiera así... perdóneme!
discúlpeme amor discúlpeme!... - Marcelo
comenzó a calmar su llanto, sin embargo aun
lloraba en las piernas de Ignacia, mientras el
llanto de Ignacia aumentaba y aumentaba cada
vez mas... Marcelo comenzó a notar la
situación, y trato de contener sus lagrimas...
- Amor...? porque esta llorando?... no llore
amor, le prometo que nunca mas volveré a
hacer algo así... - Le dijo Marcelo a Ignacia...
acariciándole el rostro, pero ella alejo su rostro
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de la caricia de Marcelo, y bajo la mirada,
mientras seguía llorando... - Amor que le pasa?
no llore mas...
- No amor, escúchame... - Le dijo Ignacia a
Marcelo... - Usted es el mejor pololo del
mundo, la que es mala polola, soy yo...
- Que?, pero de que esta hablando amor -
Marcelo no entendía nada, ya estaba mas
tranquilo, pero Ignacia no dejaba de llorar... -
Porque me dice que usted es mala polola?...
- Si Marcelo, eres tu quien debe perdonarme,
porque yo te he mentido, te he mentido todo
este tiempo, te mentí sobre quien soy, de donde
vengo, y otras cosas mas, y me siento terrible...
se que debí decírtelo antes, pero no pude!...
solo... no pude hacerlo, discúlpame...
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PARTE 6
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"Lo que no nos mata, nos hace mas fuertes..."
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supiera lo ocurrido esa noche. Por la simple
razón, de que no quería que nadie la juzgara, sin
saber lo maravillosa que había sido con el...
Se juntaría con Cristóbal en el parque forestal,
Marcelo ya lo tenía todo en mente, conversaría
un poco de otras cosas, se fumarían unos
cigarros, y llegado el momento, le contaría todo
a Cristóbal. Marcelo no esperaba un consejo,
esperaba una opinión... la opinión de su mejor
amigo. Entre ellos, tenían la regla de nunca
intermediar en las decisiones del otro, pero si,
eran libres de dar su opinión cuando esta sea
requerida, siempre con respeto... y eso, era lo
que Marcelo esperaba esa tarde de Cristóbal.
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problema...
- Si, de algo me di cuenta, como que después de
que llegamos de comer, como que no se
pescaron mucho, pero nada mas... fue eso?, por
eso se enojo?...
- No, no... nada que ver, es por otra cosa, de
hecho, el que esta enojado soy yo...
- Mmm..... yia... eso no lo sabía! porque?, que
onda?! Que paso?! - Pregunto ya mas
interesado Cristóbal, y Marcelo le contó con
cuidados detalles, todo lo sucedido esa noche, y
lo que había estado pensando en esos días...
- ...Y no se que hacer... - Decía Marcelo - Me
ha mandado mensajes, pidiéndome perdón,
diciéndome que nunca quiso hacerme daño, que
nunca se lo perdonaría... que se quiere juntar
conmigo para explicarme porque lo hizo, y en
verdad, no se que hacer, en serio... estoy, no se,
confundido, estoy mal, y por eso me quise
juntar contigo hoy... para saber que pensai'...
quizás me ayude un poco tu opinión... -
Cristóbal se quedo mirándolo fijamente por
unos segundos, que para Marcelo fueron
eternos... estaba como analizando la situación,
hasta que finalmente se decidió a hablar.
- No se!... - Dijo finalmente Cristóbal...
- Lo se... es difícil, yo tampoco se que hacer...
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- Pero es que... no se, tu la amas cierto?...
- Obvio!, y lo sabes!...
- Pero, aún la amas?, incluso después de eso...?
- Si po'... y eso es lo que mas me caga... no
quiero dejarla, pero... como te dije, me siento
engañado... totalmente...
- Bueno, no se... pienso que si aún la amas, y
estas confundido, quizás "sí" debas juntarte con
ella, para ver que es lo que tiene que decirte... -
Marcelo miraba el suelo en silencio, no decía
nada. - No crees que sería lo mejor?...
- Si puede ser... ella me ha pedido todos los días
que nos juntemos, y yo, bueno, tenía miedo...
no se, cuando la vea... que voy a sentir, no se...
- Pero dale! atrévete...! el que no se atreve no
cruza el río...! - Dijo con una sonrisa Cristóbal,
tratando de levantarle el ánimo a Marcelo.
- Mmm... Claro... OK, lo haré... vale perrito,
por escucharme...
- Pa' eso 'tamos los amigos po' washo... - Y se
abrazaron apretadamente los dos amigos.
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vueltas y vueltas... que haría?... como debía
tomar la decisión... aún no podía olvidar la
conversación de aquella noche...
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Santiago, yo te lleve a conocer muchos
lugares!... fuimos juntos!...
- Lo se!... - Respondió Ignacia con los ojos
húmedos... - pero no, era mentira, yo no soy de
La Ligua... tengo familiares allá, pero siempre
he vivido en Santiago... - Decía Ignacia
llorando, lloraba desconsoladamente...
- Y tu amigo?... Cristian!... lo conocí! converse
con el! el me dijo que eras de La Ligua
también!... y tu estabas ahí... - Dijo Marcelo
tratando de encontrar una explicación...
- Es mi amigo... el sabe toda la verdad... le pedí
que te mintiera ese día... - Respondió Ignacia
mientras las lágrimas ya llegaban al final de su
rostro.
- Y el colegio?... tus compañeros eran nuevos!...
no los conocías!!... yo te daba consejos para que
te llevaras mejor en un colegio nuevo!... era
todo eso mentira también?...
- Si... - respondió Ignacia afectada... - Llevo
muchos años en el mismo colegio... te mentí
sobre eso también... - Hablaba Ignacia entre
sollozos apenas entendibles...
- Y que mas tienes que decirme?... dímelo
ahora!... - Exigió Marcelo, ya no había pena en
su corazón, sino rabia... una rabia que no podía
explicar...
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- Mi cumpleaños... - Dijo Ignacia muy
despacio... - No estoy de cumpleaños el día en
que te dije... yo estoy de cumpleaños en
Febrero... - Dijo Ignacia, y rompió en llanto...
- Que?!... pero!... porque?!... porque lo hiciste?!
- Grito Marcelo...
62
- Si, en mi Universidad, yo me acerque a ti... -
Dijo en forma seca Marcelo
- Bueno, entenderás... que no es normal que
alguien desconocido se acerque a hablarte de
esa manera... y... quizás como un modo de
protección, te mentí sobre algunos detalles de
mi vida... solo, que nunca encontré el momento
correcto de decírtelo. No creas que esto no me
hizo daño a mí... cada vez que me hablabas y
me aconsejabas sobre la escuela, sentía un dolor
tremendo en mi interior, cada vez que contabas
los días para mi cumpleaños, y cuando me
saludaste en la fecha falsa que te dí... me sentía
terrible! - Marcelo la escuchaba en silencio... no
decía nada - Cada vez que hacías referencia al
lugar de donde "supuestamente" yo venía... me
rompías el alma. Y sin darme cuenta, me
comencé a enamorar de ti... y no quería
decírtelo!, porque simplemente, no quería que
este sueño se acabara, no quería que te alejaras
de mi!... tenía miedo de perderte!... de que lo
maravilloso que has hecho sentir, se esfumara
de un momento a otro... - Decía Ignacia
entrecortadamente... - perdóname...
- Pero Ignacia!... hemos estado el suficiente
tiempo juntos...! podrías haberlo hecho antes de
que el sentimiento me consumiera!... antes de
63
que el sentimiento creciera!... - Dijo Marcelo ya
mas afectado y triste
- Lo sé... perdóname por eso... fui una cabra
chica... no supe reaccionar... - Respondió
Ignacia, y agacho su cabeza en un llanto...
64
ser débil...
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sus mejillas... era la mirada que le gustaba a
Marcelo, esa mirada que lo envolvía, que lo
invitaba a conocer el alma de Ignacia, esa
mirada sincera... esa mirada que encontraba en
los ojos de Ignacia, cada vez que ella le decía
cuanto lo amaba, cuando lo había echado de
menos, y cuan importante era el para ella.
Marcelo pudo darse cuenta, que eso era lo
realmente importante... ella lo amaba de verdad,
y el la amaba de verdad... entonces supo lo que
tenía que hacer...
66
Marcelo tomo a Ignacia y la besó, fue un beso
lento, con amor, con verdadero amor, donde
nada importa más que aquellas dos personas
que se aman... Marcelo limpió las lágrimas de
Ignacia y la abrazo fuertemente...
67
PARTE 7
68
"Todas las cosas buenas, llegan a un final"
69
Había pasado el tiempo, y Marcelo continuaba
visitando la casa de Ignacia. Cada momento
juntos era mágico... Ignacia lo esperaba ansiosa,
esperaba un largo rato sentada junto a la
ventana del segundo piso, hasta que veía a
Marcelo venir caminando a lo lejos. Corría a su
habitación, y prendía velas, incienso, cerraba
las ventanas, y ponía música.
Marcelo llegaba, y cada una de las veces que
veía la sorpresa de Ignacia, sentía lo mismo que
sintió la primera vez... se sentía privilegiado,
amado, importante, se sentía el hombre mas
feliz del mundo. Ignacia lo llevaba de la mano
hasta su habitación, mientras se besaban y se
decían te amo... una vez adentro, el mundo
dejaba de existir, el tiempo se expandía y se
contraía a merced de ambos. Podían pasar horas
recostados mirándose a los ojos, podían pasar
toda la tarde durmiendo abrazados, en silencio,
solo acompañados por su respiración, hacían el
amor, se besaban y se acariciaban por horas,
Marcelo no podía exigirle nada, no se sentía
con derecho de nada, todo lo que podía recibir,
lo recibía de ella...
70
pensamiento común, de que con el correr del
tiempo, el amor va bajando la intensidad. "Las
personas se acostumbran", dice la gente,
Marcelo no... no podía concebir la idea de que
el encantamiento que lo había hechizado
disminuyera con el tiempo, cada día era una
experiencia nueva, en la que el necesitaba amar,
necesitaba entregarse, y necesitaba recibir amor
de la otra persona. Se supone que el
encantamiento del principio es limitado, y con
el tiempo, si las parejas son capaces de
atravesar la barrera entre el encantamiento y el
enamoramiento, son capaces de seguir con el
sueño, de conocerse y enamorarse de quienes
realmente son, al parecer, Ignacia era
demasiado ingenua para entenderlo...
Al pasar los días y las semanas, Marcelo
comenzó a comprender que estaban atravesando
por ese critico momento, ese momento donde el
tiempo casi se detiene, y los días casi no
avanzan... al menos para Marcelo todo comenzó
a congelarse. Comenzó a sentir de parte de
Ignacia que las cosas ya no eran las misma, no
podría haberlo explicado, pero sentía que
Ignacia se alejaba cada vez mas de aquella niña
que alguna vez conoció, se alejaba cada vez
mas de aquella niña que le enseño a amar, y que
71
con cada beso le entregaba toneladas de amor.
Sus besos comenzaron a ser mas fríos, ya no
eran toneladas, eran kilos... ya no lo llenaba
como antes, ya no lo sentía como antes.
72
- Pero que onda?, que pasa?!, ese animo...! - Le
pregunto Marcelo mientras saludaba a Javiera
con un beso que venia con el... - Hola Javiera
- No nada... - Dijo Cristóbal... - es que todos
arrugaron, hasta la Ignacia!...
- Ha filo!, lo vamos a pasar de lujo igual!... pero
quien mas va a venir?
- Unos compañeros de colegio, mi prima con el
amigo, unos compañeros de U...
- Haa... viste, 'tai sobrao' de cariño!, no alegui’
por leseras, y partamos a la Oti!
- Hablai' puras weas... - Respondió Cristóbal
riendo...
73
Ya era la hora de abandonar el parque, y solo
quedaron ahí Marcelo, Cristóbal y Javiera. Los
mismos del principio. Marcelo y Cristóbal
estaban definitivamente arriba de la pelota,
mientras Javiera, sobria (ella no bebe alcohol)
estaba cuidándolos, y riéndose de las payasadas
que hacían el par.
Caminaron, rieron, se besaron, jugaron y se
tiraron al suelo, parecían cabros chicos antes de
navidad, estaban felices!, estaban celebrado la
amistad que los une, mientras Javiera reía con
cada frase que soltaban. Llegaron al paradero de
la micro, pero antes, decidieron comer algo en
un local de la esquina. Cada uno se compro un
completo, y luego se fueron.
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- No, no quiero decirle nada, me da miedo, me
da terror que me diga que ya no es lo mismo,
que ya no me quiere!, y que me mande a la
mierda... no puedo...
- Pero hermano, si estas cosas pasan...! - Le
decía con animo Cristóbal - Las parejas parecen
chape al principio, pero después se acostumbran
y las cosas cambian!... - Decía Cristóbal
mientras acariciaba la espalda de Marcelo... -
Mírame a mi con la Javiera!, antes tenían que
tirarnos agua fría para que nos separáramos! -
Dijo riendo Cristóbal, y Marcelo esbozo una
sonrisa también... - Y ahora, ya estamos bien,
seguros... no estamos juntos todo el día, pero no
significa que nos amemos menos... - Tomo la
mano de Javiera que miraba despreocupada por
la ventana y la besó...
- Si, pero no se, tengo un mal presentimiento...
la dura que prefiero tenerla así, a no tenerla...
Además, no entiendo eso de acostumbrarse, yo
la sigo queriendo igual, y quiero recibir el
mismo cariño de parte de ella, no entiendo su
cambio de actitud... - Marcelo se veía triste,
durante el día había olvidado todo el asunto que
lo agobiaba este ultimo tiempo, pero solo le
basto un minuto de tranquilidad en la micro
para recordar lo que estaba pasando...
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- No seai' ñoño perro... dale, conversa con ella,
yo se que todo va a estar bien...
- Bueno... de todas formas no puedo arrancar de
mis problemas, y es mejor ser sincero no?... -
Dijo con un tono de esperanza en los ojos
Marcelo...
- Así es!... así que mejor prepárate, porque
Ignacia nos va a estar esperando a la bajadita de
la micro, y quiero que le des tu mejor cara...! -
Ambos amigos rieron, y se abrazaron...
- Gracias perro por el animo... te pasaste -
Agradeció Marcelo...
- Para eso estamos mi pana...!
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comportándose raro, pero esa noche fue
evidente no solo para el, sino que para todos.
Ignacia fue, y se sentó sola en un sillón del
local, Marcelo la siguió a los pocos minutos, y
se sentó a su lado.
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mirando el suelo, no se atrevía a mirarla a los
ojos, la respuesta que Ignacia diera a esa
respuesta podría causar en Marcelo dos efectos,
o le confirmaba lo que ha estado pensando todo
este ultimo tiempo, o le devolvía la fe en el
amor que se tenían.
- No se... - El alma de Marcelo vivía cada
segundo, cada palabra como una eternidad,
como si presintiera lo que iba a pasar, y quería
disfrutar los últimos momentos, en que todo
aún era una duda, una duda estúpida en la
mente de un joven enamorado... - No se, en
serio, no me preguntes esas cosas ahora, que
estoy en otra... - Marcelo vio venir
inevitablemente el momento, vio venir el
momento en que sentía que debía decirle a
Ignacia todo lo que pensaba, todo lo que
sentía... todo lo que había estado guardando en
su corazón durante todo este tiempo... sentía
que había llegado la hora, de saber que era lo
que estaba sucediendo.
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PARTE 8
79
"Cuando Marcelo lloró a Ignacia..."
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que verse obligado a vivir todo esto. - Que te
pasa Ignacia, dime... porfa...- Susurro Marcelo,
no estaba seguro de que Ignacia lo había
escuchado esta última vez, ya que sus palabras
se ahogaron en un sollozo que termino en una
lagrima de desahogo que callo por mejilla de
Marcelo. - No entiendes que me hace daño ver
cuanto has cambiado?, ya no puedo
acostumbrarme a que no me ames igual!, ya
no... - Marcelo no sabía que decir... lloraba
mirando el suelo y rodeando a Ignacia con un
brazo. Ignacia estaba estática, con la mirada fija
en el montón de gente que bailaba en la pista...
de pronto, rompió el silencio.
- Para Marcelo... por favor no te hagas esto, no
me hagas esto a mi... - Termino Ignacia en
calma, sus palabras sonaron frías, pero no pudo
evitar sentir una lagrima cayendo por sus ojos.
- Pero Ignacia!, estoy mal! tu no entiendes, tu
me lo diste todo! todo lo que podía recibir, y
todo lo que pensaba que no merecía!... ahora,
me lo quitas sin explicación!, no puedo mas
Ignacia, no puedo seguir fingiendo que estoy
feliz, porque no lo estoy! Al menos dime que
hice mal... o, en que me equivoque! Yo puedo
hacer lo que sea para que volvamos a ser como
antes!, Ignacia, amor, te amo... - Marcelo
81
sonaba suplicante, casi humillante... llorando
desconsoladamente, mientras Ignacia soltaba
lagrimas silenciosas mirando al resto de los
amigos que saludaban inocentes desde la pista
de baile. La música retumbaba en el cuerpo de
Marcelo, su piel vibraba y sentía que sus sienes
explotarían en cualquier momento.
- Nada Marcelo, no has hecho nada malo, y no
hay nada que se pueda hacer, lo siento...
- Pero amor!, cualquier cosa! - Suplico por
segunda vez Marcelo. - ...cualquier cosa, lo que
ute me diga!, si quiere adelgazo mas!, me tiño
el pelo!, me vuelvo vegetariano, lo que
quiera!... - Dijo Marcelo quien estaba
claramente desesperado. Le habían dado el
cielo, y ahora se lo estaban quitando sin
explicación alguna. Ni siquiera el encontraba el
sentido en sus palabras en ese momento...
- Marcelo para!... por favor! - Insistía Ignacia---
- Ya se!, ya se amor... mire, la dejare solita el
tiempo que quiera, para que piense... y después
volvemos amor, y vamos a ser felices de
nuevo... - Marcelo termino y rompió a llorar sin
poder controlarse... "Vamos a ser felices de
nuevo", su frase le sonaba estúpida incluso a el
en ese momento, y fue eso lo que le quebró el
corazón, ya no volvería a ser feliz con Ignacia,
82
era algo que de a poco se perdía en la mente de
Marcelo, en los recuerdos. Parecían ahora tan
lejanos y anhelados los momentos felices de
ambos... pero aún así, se desvanecían... como
un sueño al despertar se desvanece, y se
olvida...
- Marcelo... - Susurro Ignacia, tratando de
levantar con una mano el húmedo rostro de
Marcelo que estaba a su lado, tratando de
buscar su mirada... - Marcelo, mírame!
- Dime, dígame amor... - Marcelo trataba de
limpiarse sus lagrimas y parecer mas digno
frente a la mirada de Ignacia, "ya he llorado
mucho" pensó, y Cristóbal había estado
mirando mucho en esa dirección. Marcelo lo
último que quería en ese momento era hablar
con alguien, quería estas solo, prefirió parecer
normal...
- Mañana, a las 2, en mi casa... ahí hablamos. -
Ignacia lo miraba fijo en sus ojos, en sus
mejillas estaba marcado el camino que habían
recorrido sus lagrimas. - ...lo siento, me tengo
que ir...
83
que tomaría un taxi hasta su casa. Mientras se
iba quedando solo, y miraba a Ignacia alejarse,
Marcelo quiso estar ahí, solo... sin nadie que lo
moleste por un buen rato... pensando, solo toda
la noche, quería pensar en un porque... porque
el estaba viviendo eso...? Por mas que buscó
una explicación, no la encontró. "No me lo
merezco...", dijo finalmente para si y en voz
alta. Acostado en el sillón de cuero del local, y
bajo una luz ultravioleta que lo alumbraba
penumbrosamente, "No... no me lo merezco"...
repitió una vez mas. Nadie estaba ahí para
escucharlo, la música ahogo sus palabras, y
cerró sus ojos húmedos...
Marcelo se transporto a un lugar mas tranquilo.
Se sintió en paz, y sus lagrimas dejaron de caer.
Debía aceptar lo que Ignacia quería, todo lo que
ella quisiera. Siempre había dicho, "Si alguien
no quiere estar conmigo, no la puedo obligar"...
y era justo lo que no estaba haciendo. Nunca
pensó que sería todo tan difícil, cuando uno es
el protagonista...
84
encendidas... - Marcelo, termino la disco,
tenemos que irnos...
- Ok. - Dijo Marcelo automáticamente mientras
se ponía de pie... - Pero primero quiero ir al
baño...
- Anda dale, apúrate si, te esperamos afuera..
- Oka, no me demoro nada...
85
- Si... de hecho, si... gracias. Vale perro, la
dura.. - Respondió con mas soltura Marcelo.
- De nada. - Su amigo sonó mas tranquilo esta
vez. Quizás Cristóbal sabía lo importante que
era para Marcelo hablar con el, y eso lo llenaba
de orgullo. - Entonces, ya no están juntos
cierto?. - Pregunto Cristóbal luego de un rato de
silencio, que pudieron ser minutos...
- Aún si, mañana a las 2, tendré la respuesta... -
Marcelo sonaba pesimista al respecto, y
Cristóbal, obviamente lo notó.
- Bueno, y... te dijo porque ha estado rara?
- No, no me dijo absolutamente nada... -
Respondió Marcelo en un tono de enojo. - Tu
cachaste ahora que estaba rara cierto?
- Si, conmigo no, pero se notaba mas fría
contigo...
- Mmm... - Asintió Marcelo moviendo la
cabeza. - Hoy fue lo peor...
- Ya perro!, pero tranquilo!... - Grito Cristóbal
levantándole el animo. - Si con la Javiera
cachamos que la volá de la Ignacia es mala
onda. La mina es pendeja, y las pendejas son
así... quieren pasarlo bien y eso, tu lo sabías...
86
subió solo a su micro. Sin embargo las palabras
de Cristóbal quedaron en su mente: "Las
pendejas son así... quieren pasarlo bien y
eso...", Marcelo lo sabía. Ya había sido victima
de otra "cabra chica", por suerte no fue tan
terrible. Sin embargo, Ignacia no era así. Ella
era diferente, "Al menos a sus ojos", pensó
Marcelo, a veces las personas enamoradas
confunden el juicio de la razón, e idealizan a las
personas. De todas formas, ella nunca fue
mucho de salir, disfrutar con amigos en
carretes, conocer chicos, y tener aventuras
pasajeras. De hecho, ella nunca había ido a una
disco antes de estar pololeando con el. La única
explicación que podía justificar aquella
hipótesis, llego a Marcelo mas tarde, cuando
estaba acostado ya en su cama, "Yo abrí sus
ojos, al mundo que no conocía"... no parecía
probable, pero no pensaba en otra cosa que
podría haber gatillado que Ignacia matara su
amor repentinamente, y de esa manera. Así
cerro sus ojos esa noche, y se durmió, con la
mente en un infierno... y un nudo en la garganta
87
inminente, que el no podía detener. Quizás, no
porque no se sentía seguro de hacerlo, sino,
porque nunca se tuvo la confianza a si mismo
en aquellas situaciones, y en ese momento mas
que nunca, su confianza era un recuerdo basto
de algunas semanas atrás. A las 2 de la tarde, lo
sabría todo...
Ese día Marcelo se levanto, se baño, fue a la
universidad como lo hacia todos los días. Solo
que en este día, Marcelo llevaba consigo una
expresión ausente, tenía la mirada perdida, y el
pensamiento hundido en el desconcierto, no
tenía idea como reaccionar, que hacer, que
venía después... seguirían siendo amigos?,
seguirían viéndose?... la mente de Marcelo era
un mar de dudas sin respuestas, que lo
mantuvieron alejado de todos durante toda la
mañana.
Llegada la hora, Marcelo tomó el metro, y se
dirigió a la casa de Ignacia. No podía dejar de
pensar en cuantas veces había recorrido ese
camino. Normalmente, desde su casa a la casa
de Ignacia, el viaje dura mas de una hora,
tiempo que pasaba volando... Marcelo solía
recorrer el tramo feliz, sabía que estaría con
Ignacia. Como olvidaría los "miércoles felices",
los "viernes felices"... conocía cada casa,
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departamento y negocio que había en el camino
a donde Ignacia, y amaba cada parte de el. Esta
vez, el camino le supo amargo. Cada metro que
lo acercaba a la casa de Ignacia, lo acercaba
mas al fin... por mas que evitaba pensar en
aquello, no podía sacar de su mente el
pensamiento, de que hubiera dado cualquier
cosa, por no estar realizando ese viaje.
89
- Quiero saber que me tienes que decir,
mientras antes lo digas, mejor. - Marcelo de
pronto se sintió nervioso, sus palabras le
sonaron aturdidas, y la cabeza le daba vueltas,
estaba mareado... tomo una bocanada de aire
que lo relajo un poco.
- No quieres algo para tomar antes?, te traigo un
jugo? - Dijo Ignacia, quien parecía estar
escapando de la situación...
- Ok, dale... - Asintió Marcelo, esperando
calmarse, y enfriar un poco sus pensamientos
durante ese momento. "Debo estar tranquilo,
mantener la calma...", se decía una y otra vez...
mientras Ignacia estaba en la cocina buscando
unos vasos de jugo.
- Había solo de manzana! - Escucho Marcelo
cuando Ignacia estaba por entrar a la habitación.
- Ok, esta bien... - "Lo que menos me importa
en este momento, es el sabor del jugo", pensó
Marcelo.
- Bueno - Dijo Ignacia con una voz firme,
mientras se sentaba en la cama. Marcelo estaba
sentado en el suelo, con las piernas cruzadas, a
un costado... - Quieres que te lo diga ahora,
no?...
90
- Así es... - Afirmo Marcelo, con una voz que
aun, haciendo su mayor esfuerzo, no lograba
eliminar la angustia en su expresión.
- Solo quiero que sepas una cosa... solo una
cosa... - Ignacia miraba a la pared, no parecía
capaz de terminar la frase o de mirar a Marcelo
a los ojos. Marcelo sintió que ese momento era
eterno. Las ideas volaban a mil por hora en su
mente. En un segundo se vio llorando, solo, sin
nadie que limpiara las lagrimas nunca mas... y
al siguiente su mente dio un vuelco, e imagino a
Ignacia, diciéndole que lo amaba, que la
perdonara... que su confusión había acabado y
que podían ser felices... se imagino besando a
Ignacia como lo hacia cuando juntaban sus
cuerpos, tocando su pelo, su piel... pero solo era
su imaginación, sin esperarlo, Ignacia rompió el
silencio... - Nunca, nunca Marcelo, dudes, de la
intensidad con la cual te amé...
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momento que estuvo esperando durante días, y
sin embargo no se sentía preparado para
afrontarlo... Que debía hacer?, que debía decir?,
lo único que Marcelo podía pensar en ese
momento, era su futuro, que pasaría ahora?, que
haría ahora?, que sentido tenía seguir
intentando ser alguien mejor cada día, si la
persona con la que debía estar lo estaba
dejando...?, que sería de sus días, de sus horas
libres, de sus ganas de abrazar a Ignacia, de
besarla... debería reprimirlos?, debería aguantar
dolorosamente ese deseo, aún cuando el no lo
decidió así?... Pensó en cuan Injusta era la vida,
y cuan cruel el amor, cuan cruel podían ser las
personas, prometiendo felicidad, amor eterno,
entregando alegría, entregando vida... y de un
momento a otro, todo se desmoronaba. El amor
prometido, la felicidad recibida, la entrega,
todo... se convertía en algo sin sentido, algo
falso... recordaba las palabras de Ignacia
cuando estaban solos: "Prométeme que nunca
me vas a dejar"... "Siempre estaré contigo,
siempre te amaré...". Marcelo creyó en todas y
cada una de las palabras que Ignacia le decía.
Marcelo se dejo llevar por todas y cada una de
sus palabras. Marcelo se sentía engañado por
todas y cada una de ellas. No podía dejar de
92
pensar en lo horrible que era que las personas
dejaran todo lo que habían vivido en nada. No
podía dejar de sentir un poco de odio, por el
sufrimiento sin sentido que estaba
experimentando...
93
- Que va a ser de mi?, dime... que va a ser de mi
ahora?!... - Marcelo lloraba, e Ignacia comenzó
a limpiar sus lagrimas. Marcelo no podía mas...
no podía aguantar mas. Se puso de pie, e
Ignacia quedo en el suelo, llorando, sola... con
la cabeza entre las rodillas, Marcelo se sentó a
los pies de la cama... - Dime que va a ser de
mi?!, porque me haces esto?, dime porque me
haces esto?! - Marcelo lloraba y ya no se podía
controlar, Ignacia aún mantenía la cabeza entre
medio de las rodillas flexionadas...
- No Marcelo, no me preguntes eso... - Ignacia
lloraba mas despacio, y sus lagrimas
comenzaron a mojar la alfombra.
- Por que me dijiste que me amabas
entonces...?!, por que me dijiste que íbamos a
estar juntos siempre?!, por que me engañaste?!,
por que?!... yo te creí todo... yo confiaba en ti
Ignacia, porque me hiciste esto?... - Marcelo
apenas podía hablar, las lagrimas caían cada vez
con mas fuerza de su cara, y llegaban a su boca
dándole aun mas amargura al momento...
Marcelo solo buscaba por una explicación,
quería saber porque, porque Ignacia lo había
hecho vivir por todo esto. Porque Ignacia lo
había elevado al lugar maravilloso, y ahora lo
dejaba caer en seco, sin ninguna explicación... -
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Ignacia... respóndeme... por que?, solo quiero
saber porque... - Las palabras de Marcelo cada
vez perdían mas intensidad, cada vez se
consumían mas por el llanto, y por la pena. Al
notar que Ignacia no respondía sus preguntas,
Marcelo calmó un poco sus lagrimas, y se fijo
mas detenidamente en ella. Ignacia permanecía
agachada, inmóvil, con la cabeza entre las
rodillas, y llorando... Marcelo se acercó, y vio
que estaba afectada, muy afectada por la
situación... y llorando... - Ignacia que te pasa...?
- Vete!...
- Pero Ignacia dime que te pasa...? - Marcelo
estaba comenzó a preocuparse... nunca la había
visto así... intento tocarla, pero ella se alejo de
su mano bruscamente...
- No me toques! déjame sola!... - Marcelo no
sabia como tomar la reacción de Ignacia. Su
estado paso de preocupación a desconcierto.
Porque reaccionaba así?... de a poco sus
lagrimas comenzaron a cesar, y siguió
intentando llegar a Ignacia..
- Ignacia, dime que onda?... que te pasa?, me
estas preocupando... - Ignacia comenzó a llorar,
ahora mas fuerte, al fin parecía estar soltando
todo lo que estuvo aguantando durante todo el
momento, y su llanto parecía desconsolado, sin
95
embargo a Marcelo le parecía innecesario, por
que lloraba?, pensaba Marcelo, si ella esta
haciendo lo que quiere... ella me esta pateando.
- Porque lloras?. - Dijo Marcelo - Es lo que
querías no?, por que lloras?...
- Déjame Marcelo por favor, ándate! déjame
sola!... - Ignacia se puso de pie, y se arrincono
en el espacio que había entre la base de cama y
la pared, ahí se arrodillo, escondiéndose de
Marcelo..
- Pero Ignacia que onda?... debería ser yo el que
reaccione así, no tu!... - Marcelo ya había
calmado sus lagrimas, tenía toda la atención
puesta en Ignacia.. - Ya po' Ignacia, deja de
llorar, era esto lo que querías no?... - Marcelo
intento tocarla nuevamente, pero ella una vez
mas, esquivo su mano...
- No!, no era lo que quería!... nunca quise
hacerte daño!. Por primera vez en mi vida amé
a alguien!, por primera vez en mi vida sentí
estas cosas!, y lo arruine! lo arruine todo... lo
último que habría querido era dañar lo mas
importante que he tenido, y lo acabo de hacer...
- Ignacia lloraba ahora sin poder controlarse,
Marcelo se acerco, y por fin ella lo dejo
abrazarla y acercarse a ella... - Te hice daño
Marcelo, mucho daño... perdóname... - Marcelo
96
tomó a Ignacia y sin decir nada, la llevo a la
cama, y la acostó. El se sentó a su lado,
mirándola mientras lloraba. Marcelo en un
segundo pensó... "Quien debería estar llorando
soy yo, que situación mas estúpida", sin
embargo aun se preocupaba por Ignacia, y
quería que estuviera bien... - Soy mala... soy
una persona mala...
- Ignacia, tranquila... no eres mala, no digas eso.
- Dijo Marcelo con la mente fría, y las lagrimas
ya detenidas completamente...
- Si, lo soy... mira lo que acabo de hacer... -
Marcelo acariciaba a Ignacia suavemente, y
trataba de calmarla...
- No Ignacia, no lo eres, estas cosas pasan todos
los días. Todos los días alguien termina una
relación, y una de las dos personas resulta mas
afectada que la otra, todos los días alguien hace
el papel que estas haciendo tu, y alguien el
papel que estoy jugando yo. - Ignacia comenzó
a calmarse, y miraba ahora a Marcelo
detenidamente, mientras el le seguía hablando...
- Algún día a ti te va a tocar vivir lo que estoy
viviendo yo ahora, y a mi lo que estas viviendo
tu. Son cosas que pasan Ignacia, y no significan
que seas mala... - Ignacia lo acaricio en el
rostro, y lo miro directo a los ojos...
97
- Gracias...
- Además!, mírame... - Dijo Marcelo. - Estoy
bien... en serio, estaré bien... - Mintió de nuevo
Marcelo, sabia que no estaría bien, pero el
prefería que Ignacia estuviera mejor... Ignacia
le ofreció una sonrisa... - Viste?!... ahora solo tu
debes estar bien...
- Si, gracias... estoy bien. - Por un momento,
Marcelo pensó dejar las cosas así, e irse lo mas
rápido posible de la casa de Ignacia. Sin
embargo, antes, debía saber algo...
- Ignacia, solo... quiero molestarte con una
pregunta...
- Dime...
- Por que?... por que me hiciste pasar por
esto...? - Ignacia lo miro a los ojos, y le dijo...
- No lo se Marcelo, simplemente sucedió... -
Marcelo no podía conformarse con una
respuesta así... y volvió a insistir una ultima
vez...
- Ignacia, necesito saberlo... quiero saber que
hice mal. Quiero saber que es lo que motivo
esto, para no volver a cometer el mismo error. -
Ignacia bajo la mirada... y le respondió...
- Lo siento Marcelo, pero no tengo la
respuesta... no lo sé.
98
Marcelo apretó los labios, hasta sentir un leve
dolor... agacho la mirada, y beso a Ignacia por
última vez en los labios. No estaba seguro si
seria la ultima o no, pero si era suficiente para
el. Ya no tenía nada que hacer ahí, Ignacia ya
no era su polola, ya no era el invitado especial,
ya no le brindarían mas momentos felices. Se
levanto de la cama, tomo su mochila, se puso su
gorro, y se fue..
99
sido los días mas felices de su vida... nunca se
había dejado amar de esa forma, siempre tuvo
miedo de ser victima del juego cruel que mas de
una vez el amor puso en su camino... nunca lo
habían amado de esa forma. Marcelo había
construido un camino con muchos senderos,
todos lo llevaban a la felicidad, de la mano de la
persona que amaba, que lo hacia feliz, de la
persona que a el lo amaba, y a quien el hacía
feliz... o al menos eso creía el hasta hace unas
semanas. Ahora, todos sus planes, eran nada...
100
EPILOGO
102
La historia de Marcelo me enseño muchas
cosas, me enseño que soy alguien valorable,
que no importa si mi autoestima se mide a 3
metros bajo la tierra, merezco ser amado,
merezco ser feliz... Me enseño que puedo ser
feliz, y que de cualquier manera, hay alguien
ahí afuera que esta hecho para mi, y para
hacerme feliz...
La historia de Marcelo me enseño también, que
el amor es como el mar... va y viene... hasta que
llega esa ola grande, que te rodea y te arrastra,
te da vueltas y te vuelve loco!... ahora bien,
puedes irte con el mar, o puedes ser lanzado a la
orilla. La decisión puede estar en tus manos, o
puedo no estarlo.
Lo importante es saber que siempre puedes
levantarte, si es q fuiste lanzado de vuelta a la
orilla. Nunca es definitiva la caída...
103
mano con una chica... otra chica, no pude evitar
preguntarle...
Me dijo que estaba feliz, que cuando Ignacia lo
dejo, pensó que pasaría mucho tiempo para
volver a entregarse a alguien, sin embargo, unos
6 meses después, cayo en las redes del amor
nuevamente. Me dijo que el amor nunca murió!,
que el amor siempre estuvo en su corazón...
esperando a salir. Me dijo que aprendió a ser
valorado por lo que es, y que conoció a una
persona maravillosa, que le dio motivos para
volver a sonreír. Una persona que le enseño que
la vida no se acaba, que aun tenía mucho por
entregar, una persona dispuesta a entregarse
entera con tal de verlo sonreír. Marcelo conoció
a una persona que tenia fe en el...
A pesar de que Marcelo quizás ya no crea en el
amor verdadero, si cree que hay personas que lo
hacen feliz, y a las que el puede hacer feliz...
que el ocaso de un amor, a pesar del dolor que
nos trae, con el tiempo se supera, y podemos
volver a darnos otra oportunidad... no podemos
ser mezquinos con nuestra propia felicidad... y
quizás algún día, seamos viejos, y nos demos
cuenta que hemos entregado nuestra vida a otra
persona, y hemos sido felices... eso es amor, no
es tiempo, no hay "para siempre" en el amor,
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solo hay entrega... entrega y felicidad, que con
un poco de suerte, paciencia, sabiduría y
perseverancia, nos puede durar para toda la
vida...
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