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BOHEMIA: LIBRO DE JHON FERNANDO ESCOBAR GIRALDO

TITULO: EL EREDERO DE VERSOS


El fue el hijo único del mejor coplero,
De aquel hombre que soñaba
Que sus metas ya habían sido logradas
De aquel ducho bohemio
Que en sus versos declaraba
Que la vida es un permiso
Con una fecha marcada
Y el amor, indispensable
Para poder disfrutarla.
El fue el fruto de un amor puro,
Y la más grande alegría que hubiera sentido
La mujer que lo trajo al mundo.
Una razón más para que su padre
A Dios le diera gracias p0r haberle permitido
Que su primer hijo fuera un varoncito.
I lo criaron como tal,
A su debido tiempo, hablaron le de estudio,
El fue muy inteligente y llego a ser de todos, el mejor alumno
Un día soleado, celebraron sus doce eneros,
Y todos los presentes, brindaron con un refresco
Luego, al caer la tarde, su padre entusiasmado
Lo invitó a dar un paseo
“vamos”, le dijo sonriendo;
Que mis amigos y yo queremos para ti
Declamar hoy unos versos.
En un momento habían llegado
Al sitio donde estaban ellos;
Un viejo lugar llamado “escondite de bohemios”
Allí estaban todos, formando un círculo con una mesa en medio
Donde reposaba una botella de ajenjo.
“hermanos”, dijo tomando al niño de un brazo
Es este mi gran orgullo, es este el heredero
De todo lo que no tengo,
Pues solo hay a my nombre, una mujer a quien amo,
Un traje que ya está viejo, mi alma de bohemio
Y este que es mi heredero.
Y ustedes mis amigos, que son los hermanos que tengo,
Pues mis padres y hermanos son ya solo un recuerdo
Por eso a Dios le agradezco que me permite
Ser padre de este pequeño.
Porque el prolongara la dinastía, que yo creí, estaba muriendo.
El hombre inclino su cabeza, y por todos al tiempo
Un aplauso se escucho en aquel escondite viejo.
Bien venidos, dijo Aurelio
Un amigo tan sincero y tan serio, que le decían “confidente”
Simplemente porque en el confiaban todos sus secretos;
Ofreció al niño su mano y al padre una copa de ajenjo
¡Brindo ¡, dijo alguien de entre los bohemios,
Por doce años que hoy, un día de enero
Está cumpliendo este niño que es tu orgullo y también el nuestro
Porque es para nosotros el junior de el mejor coplero
Y porque quizá un día podamos de sus labios
Escuchar también sus versos
Brindemos por la vida que para el comienza,
Que disfrute de el permiso que como su padre dice,
Ya tiene marcada una fecha.
¡Brindo¡, dijo de todos los bohemios, el más viejo
“por una vida que de verdad envidio, por la vida de este niño”.
Porque para él comienza y la mía dentro de poco estará rota;
Porque aun no tiene problemas ni ha sentido las penas
Que sentimos cuando un amor nos deja;
Porque al mirarse al espejo, por ser un niño,
Vera un ángel bello; y no al espectro que se refleja en mi rostro
Ahora que me he mirado en el brillo de sus ojos”.
El viejo bebió su copa, y lo mismo haría el que estaba a su derecha
Luego de declamar su poesía, verso o copla.
El niño pudo entender lo que decían con sus versos
Y se dio cuenta de que ese día era él, el tema expuesto.
Un día como todos, al realizar sus tareas;
Le dijo a su padre “llévame al escondite de bohemios”
Pero este sonrió y le dijo: es que aun eres muy pequeño”.
Pero el niño insistió:”llévame, porque quiero aprender
A decir las cosas que dices tú y también ellos;
Y así, debes en cuando, su padre lo llevaba
Cada vez que quería regresar temprano a su lecho,
Fue así como poco a poco, llego a ser de el niño,
Más que su padre, su único amigo y compañero.
Pero con el tiempo el niño fue creciendo,
Y al llegar su adolescencia no se comporto igual
Que los que con él fueron al colegio,
Porque desde niño se enrolo con aquellos bohemios
Y ya empezaba a comportarse tal como lo hacían ellos;
No bailaba rock, ni se bestia como los que en su misma fecha nacieron,
Porque como su padre, pero por su propio gusto,
Poco apoco iba convirtíendose en un legitimo bohemio.
¡Y sus versos enpesaron a conquistar el corazón de las más bellas!
Pero fue realmente su madre el motivo de inspiración que lo hizo volver poeta.
Como la de todos los poetas, su alma era noble y sencilla,
Sus palabras, discretas y sinséras;
Como bohemio, en ocasiones inundaba sus sentimientos
Con el más sabroso ajenjo como tal también soñaba,
Y en sus sueños inventaba una vida libre de problemas y tropiezos.
¡Todo esto le gusto más que las ya avanzadas clases de el colegio!
Porque allí se sentía extraño, no era su ambiente perfecto,
Y ya no regreso porque decía perder el tiempo
Aunque su padre insistiera en que no debería hacerlo.
Pero no transcurrió mucho tiempo desde aquí al día que voy a narrarles luego;
Llego el muchacho, como siempre, al escondite
Donde se reunían los bohemios de aquel pueblo,
Y en su rostro reflejaba un amargo sentimiento;
Pero tan pronto escucho el tema que habían expuesto,
Como cada día lo hacían para declamar sus versos,
De sus ojos brotaron muchas lágrimas que rodaron por su rostro.
¡Y todas las miradas hacia él se dirigieron!
Se puso de pie a quien le tocaba declamar a la muerte y le dijo:
Las lágrimas que en esta noche ruedan por tu rostro,
Parecen decirnos que has perdido un amor,
O quizá que la muerte lo ha sacado de tu casa por un roto
Interrumpiendo, exclamo Aurelio él amigo sincero y de todos confidente:
“no te alijas muchacho, di lo que sientes,
Di porque estas llorando, di que tienes en tu mente;
Dentro de poco vendrá tu padre para que el té aconseje,
O quieres contarme a mí, quizá yo pueda ayudarte.
Pero estas palabras solo lograron que él llanto aumentara;
Y Aurelio insistió de nuevo, porque no solo él, sino todos,
Querían a su tristeza dar un poco de consuelo, y le dijo:
“pibe, cálmate un poco, y canta, porque yo sé que si cantas
Alegraras tu espíritu, y entonces saldrá a flote todo cuanto quieras decir;
Canta al amor ¡a la vida!, mira bien que si lo haces
Tendrás para siempre deseos de vivir
En tus labios hay una copla, y tu mente está repleta de divina inspiración,
En tu mano, una copa llena en la que quizá queras ahogar
Las secuelas de una vana ilusión.
Deja escapar tus versos, para que al escucharlos
Nos contagiemos de lo que tu estas sintiendo hoy,
Porque con tu nostalgia, pondrás un poco de armonía a esta reunión;
Y se inspiraran los pechos, y todos declamaremos poesías al amor,
Y brindaremos contigo, y buscaremos a tu problema
Entre coplas y versos, una solución.
Nunca te hemos visto así y por ello nos extrañamos,
Por favor, cálmate un poco y dinos ¿Qué te está pasando?
El joven los miro a todos y apretó fuerte sus manos,
Quizá los veía borrosos, porque de sus ojos
Muchas lágrimas habían brotado;
Pero hiso un suspiro para contener el llanto y su cuerpo tembló,
Y sus palabras rompieron un silencio que por un momento parecía de espanto.
“Bohemios”, dijo él muchacho; yo soy como ustedes
Pues bohemia tengo él alma
Pero no he sido tan fuerte porque aunque desde niño
No emanaba de mis ojos una lágrima, mírenme aquí llorando
Y es por amor la causa.
Se bien que ustedes no han llorado por un amor ni por nada,
Y aunque los he visto afligidos cuando sus amadas les fallan,
También he visto que entre vino, poesías y versos han logrado olvidarlas
Tal vez en este momento a ninguno de ustedes
Lo esté atormentando nada, y me brindan una ayuda
Que yo no puedo aceptarla porque no creo que haya un verso
Que alivie el dolor que llevo en el alma.
Hoy quería desahogar un sentimiento in menso,
Y me encuentro con que ustedes, armoniosos le declaman a la muerte,
Y tú me dices, Aurelio que mi padre vendrá pronto
Para que con su experiencia pueda darme un consejo,
¡Pero el ya no volverá a estar aquí con nosotros!
Por ello es que hoy las lágrimas mojan mi rostro;
Ninguno de ustedes podrá ayudarme a solucionar esto,
Porque ¿con que poesía, copla o verso
Le devolverán la vida a él que ustedes aseguran
Ha sido el mejor coplero?
El joven no dijo más, y para todos fue en menso él asombro
Pero aparte de la nostalgia que sintieron,
De los labios de él muchacho, todos los oídos escucharon
La vos del bohemio que había muerto.
ANEGDOTA
JHON FERNANDO ESCOBAR GIRALDO.
El amor para nosotros, de repente un día llega,
Una mañana o una tarde de invierno o primavera;
Aunque ya se tenga uno, aunque la cuota de amores
Que quisiste un dia tener, este repleta.
Es entonces cuando sientes que se te callo la venda
Y podrás ver que jamás lo habías lo habías sentido siquiera.
Porque desde ese instante romperás cualquier barrera,
Aunque sea un imposible, aunque parezca más fácil
Bajar de dl cielo una estrella.
Pues no hay cosas imposibles que el amor no incite a hacerlas,
Ni personas que dispuestas a lograrlo no lo puedan;
Y aunque existan diferencias entre esas dos personas,
Cuando llega hasta nosotros, el amor, no puede verlas.
¡Y podrás irlo a buscar hasta el último rincón de el cielo o de la tierra!
Pero un día llegara a ti, y quizá sea el primero o el ultimo que tengas,
O quizá cuando deseos de amar y que te amen, ya no sientas.
Ese dia sentiras que en ti hay una fuerza extraña
Que lucha por arrastrarte hasta un abismo sin fondo,
Pero tu has de aferrarte de un suspiro de aliento
Y te quedaras perplejo en lo que miran tus ojos.
Siempre he dicho que los ojos delatan lo que hace el alma
Un buen día llego mi amor, ¡o el que creí que era el mío!
Porque, porque no puede saberse si es el que has escogido;
Y en ellos, reflejos, pleno mi prototipo,
Porque eran de un color, igual que gota de aceite;
Y me transmitió ese verde, la paz que emana del campo,
Y mi suspiro, igual que imán que hace contacto,
Permitió que su suspiro se escapara como lo hace una hoja
Cuando el viento la separa de su tallo.
Sin verla más, transcurrió el tiempo,
Y a muchas otras dije : te amo
Pero ese rostro en mi silencio
Por siempre lleve grabado.
Un día,! vaya si me sucedió algo extraño;!
Vi unos ojos color miel, y recordé el sabor
De el néctar con el cual me embriago,
Los llevaba un lindo rostro que no se me hiso extraño,
Y este, posaba arriba de un cuerpo algo gastado;
Y recordé el rostro de mi silencio guardado,
Aquel mismo que guardaba como algo terso y blando,
¡porque yo lo conservé intacto!,
Porque lo veía igual aunque el mío había cambiado
Por el largo transcurrir de las rutinas de los años.
Yo creí volver a verla, pero le faltaba algo,
Después de quedar perplejo me di cuenta al poco rato
Que aquellos ojos eran verdes, más los que estaba mirando
Eran cafés no es ese el color de mi agrado.
“Si tus ojos fueran verdes” dijeron tensos mis labios,
“gritaría a los presentes que desde siempre te amo”.
“Y tampoco son cafés,” me respondió de inmediato
Y su vos me transmitió la tierna melodía de las aves de él campo;
“Nací con los ojos negros y Dios los conserva intactos”.
Yo soy quien estas pensando,
Desde ese día yo también te amo,
Solo que de amarte tanto no quise hacerte daño
Y opte por ya no usar el verde piedra de mis lentes de contacto.,

LA CUNA DEL MALEBAJE


JHON FERNANDO ESCOBAR GIRALDO
Hare un bosquejo con las cosas que tanto daño nos hacen
Y que llegan a causar la muerte:
En un lugar subjetivo, imagínenlo en sus mentes
Eran calles entrecortadas, que el lodo las inundaba
Cada vez que había invierno,
Y el que más riquezas tenia, a su casa construía
Uno o dos muros de cemento
Yo no lo vi, pero lo cuento porque me lo conto mi padre
Y a él le conto su abuelo, haberlo visto en su sueño;
Que para nadie había paga por mucho que trabajara,
Y que niños, jóvenes y viejos se acostaban sin comer nada
Porque eran escasos los alimentos.
Pero así sobrevivían, y confiaban en un Dios piadoso;
Aunque eran tantas las amarguras,
Que le escuchaban decir a una señora en sus rezos:
“dime señor, te lo ruego, porque nos ha tocado esta suerte,
De tanto que hemos sufrido ya no sabemos si estamos vivos o muertos”
Fue quizá esa plegaria la que hiso que un día llegara hasta aquel pueblo,
Un hombre de traje negro y sombrero redondo.
Quizá enviado por Dios o quizá por el demonio.
Lo cierto es que les dijo: “les he traído regalos,
Y el que quiera trabajar, venga para contratarlo;
Ganaran buena comida y cincuenta pesos diarios”
Y todos se emocionaron, algunos decían “esto es un milagro”
Pero otros se preguntaban: ¿quien seria ese hombre
Y de donde habría llegado?
Entonses desde aquel día, todo ese sufrimiento paso a la historia,
Porque ya había semilla suficiente para sembrar con alegría toda aquella tierra
Aunque no fuera alimento el fruto que esa semilla diera.
Y siguió llegando gente nueva a aquel pueblo
Pero ya no hacían casuchas como las que hacían los viejos;
Construían grandes mansiones forradas en mármol fino,
Y tenían lujos tan estrávagantes que jamás alguien de los de allí había visto.
Pero era el interrogante en los hombres que allí nacieron
¿Quién sería esa gente que los estaba invadiendo
Y porque ahora habían ido si nunca antes lo habían echo?
¡Toda aquella alegría, parecía convertirse en miedo!
Pronto creció la semilla que trajo el hombre de traje negro
Y crecieron también los niños que mamaban cuando sus madres sentían
Queque se desgarraban sus pechos.
Fue así transcurriendo el tiempo y hubo algunos cambios serios.
En las calles que el lodo inundaba cada vez que había invierno,
Construyeron grandes avenidas que no imaginaron ni en sueño.
Ya había colegio, y medico, y un párroco que protestaba
Por la forma como vestían las niñas que allí crecieron
Y por los lugares donde luego del colegio
Irían a divertirse con sus compañeros.
Un dia, luego de la jornada, llego a casa un joven con raro aliento;
Obraba un poco extraño, como nunca lo había echo
Sus padres le preguntaron:¿Qué te está sucediendo?
Pero el no respondió nada y se retiro a su lecho.
Siguió portándose de forma extraña, se coloco un arete, se dejo crecer el pelo
Y al colegio ya no iba por estar con sus amigos
Los mismos que se portaban peor que como él lo estaba haciendo.
Poro un dia en su cuarto, su padre encontró cigarros,
Y en una bolsa, un poco de aquel fruto extraño.
Se fueron muriendo los años, había rencores y envidias
Entre los que allí seguían llegando.
Se creó una guerra entre ellos por las ganancias que daba aquel fruto malvado.
Contrataban especialistas a los que llamaban “sicarios”
Para matar a cualquiera que les estuviera estorbando.
Se volvieron malevos los que antes eran buenos,
¡Muchos otros se volvieron millonarios!
Y no respetaban la vida ni los derechos humanos
De aquellos que por dignidad, siempre pobres se quedaron.
También me conto mi padre, la forma como murió uno de nuestros ancestros:
Que aunque estaba casado y tenía un hijo para criarlo,
Se enamoro de una chica de las que reprochaba el párroco;
Que abandono a su esposa, ¡a su hijo!, y dejo todo por irse a su lado;
Pero tarde se dio cuenta de que la muchacha
No solo entregaba su cuerpo a él, sino a barios.
Y ya no pudo remediarlo, porque en una de esas calles
Donde se escuchaba milonga, fox y tango,
Donde en cada portón de hoteles para un rato Había un amor esperando,
Le dijeron que su amada había muerto víctima de un virus raro.
El ya no regreso a casa a buscar los que había dejado,
Porque el también murió, y ¡todos los que la amaron!
Porque aunque profesionalmente, el médico era bien calificado
La ciencia aún no tenía el remedio para curar ese contagio.
Siento tristeza al decirlo, pero ahora en estos tiempos
Todas esas cosas las estamos viviendo
Como si se hubiera hecho real el sueño de mi ancestro;
Porque ahora hablamos de el sida, como el flagelo de el mundo,
De las niñas prostitutas y los jóvenes adictos.
De la guerra del gobierno contra carteles y capos
Y contra aquellas personas que quizá el hambre, ha hecho volver sicarios.
¿Cómo poder remediarlo? Quizá elevando una plegaria al cielo
Como lo hiciera la señora en sus rezos
Para que venga otro hombre a librarnos de todo esto;
Pero no como el que trajo las semillas y regalos
Porque más bien parece enviado por el demonio;
Sería más bien como el que prometió venir a cualquier momento,
Aquel que vendrá a juzgarnos, aunque estemos vivos, o muertos.

TRIANGULO PERPETU
Sintiendo en mí pecho alegría,
De divina inspiración, estoy repleto;
Reposa en mi mente la hermosura
De tus ojos, de tus labios, de tu cuerpo.
Eres tú, del creador, la más hermosa escultura,
Y es él quien te regala mis más hermosos versos.
Solo para ti, prenda divina, hay inspiración en mi pecho;
El Señor me nombro, tu esclavo dándome así mi más valioso premio
Y hoy como siempre, de ti me acuerdo,
Y te imagino sonriéndole a la vida,
A las aves que libre mente vuelan en el cielo,
Al anciano que mira con aprecio tu ternura,
O al escuchar la música con que suavizas tu aliento.
¡En este tu dia lleno de deliciosa armonía;
Estos versos te regalo para aumentar tu alegría!
Y en versos, un consejo quiero darte
De acuerdo a la experiencia de mi vida;
Te quiero pedir que lo aceptes como aceptas el pan de cada dia,
Como el agua que te baña, el aire que respiras;
Como un bonito regalo que conservas hasta el final de tus días.
Es mi consejo, que siempre, disfrutes de lo que Dios te brinda;
De el sol, el viento, la noche, el dia.
Disfruta de mis versos, ¡de tu vida!
De las palabras dulces que a tu paso, elogien tu hermosura.
No permitas la amistad de él que pretenda
Enseñarte a practicar la hipocresía
Al mal tiempo, ponle buena cara,
¡Y siéntete orgullosa de ti misma!
Siéntete orgullosa de tus padres
Y diles que los amas dia a dia
Y si acaso te reprochan lo que hiciste
Piensa siempre que lo hacen por el bien de tu vida.
En este tu dia lleno, de deliciosa armonía
Te aconsejó porque te amo más que a mi vida misma
Y no quiero que la tuya este llena de amargura;
De odio, miedo, pena, silenció
Que no haya paz en tu interior ni alegría en tu rostro
Porque Dios, triste estaría y no habría alegría en mi pecho
Y para aumentar tu alegría, tampoco en mis labios, versos.
“Amor,” mira que estamos nuestro Dios y nosotros,
En un triangulo de amor perpetuo;
Quizá el te ame más que yo, o quizá menos,
Porque no imaginas lo mucho que te amo;
Pero de amarte tanto, te juro que ciento miedo,
Pues no puedo disputarte con quien ha creado la tierra y el cielo;
Con quien te creo a ti, a mí y todo lo que con nuestros ojos vemos.
Que me perdone Dios si lo ofendo;
¡Pero nunca sentí tantos celos!
Aunque debo agradecerle que en mi camino te haya puesto.
Siento celos porque te ama como solo yo debería,
Aunque su amor es más puro porque él no es de el mundo;
¡Pero también siento miedo!, siento miedo al pensar que a juicio
Nos va a llamar un dia y que separarnos pueda ser mi castigo.
¡Amor!, en este, tu dia, lleno de deliciosa armonía
Elévale una plegaria a cambio de un juramento;
Yo te ruego que lo hagas porque a ti te escucharía,
Es que yo tanto le temo que ¡mira! Siento miedo de hacerlo.
Pídele que te ayude a amarme siquiera un poco
Y que a mí me permita amarte como lo he hecho
Dile que si no tengo tu amor, me muero
¡y que me ayude a entender este amor extraño y necio!;
Júrale que el dia en que llegue nuestro juicio
Y a ti te toque el cielo y yo baya al infierno,
Para que te los regale como siempre lo ha hecho,
Yo seguiré creando mis más hermosos versos.
Serán estos, para ti, inspirados por el Dios nuestro,
Porque así como para el hombre, pone el pan y el pez como alimento,
El traje para vestirnos, lo vello de el firmamento,
El aroma de las flores, el campo como recreo,
La brisa que nos refresca, las luces que iluminan,
Las ciencias que nos enseñan, ¡su extraña filosofía!,
En la mente, inteligencia, en el corazón amor,
Arrepentimiento en la conciencia y la esperanza de él perdón.
Así también para ti, puso en mi mente y mi pecho
La más divina inspiración, el concejo que te he dado,
¡Mis más bellos sentimientos!,
La esperanza de tenerte, la forma como te hablo.
Me hiso bohemio, soñador, ¡me hiso ser lo que soy!
Mira reina de mi vida, el Señor me ha hecho tu esclavo.
En este, tu dia lleno, de deliciosa armonía
Para ti, penda divina, una promesa tengo:
Cuando se termine el último instante de mi vida
Y valla al infierno, porque de Dios sentí celos,
Cuando sienta que mi cuerpo se lo está comiendo el fuego,
Cuando se cierren mis ojos, cuando solo tenga ya el último aliento,
Cuando sienta que en mis labios solo hay cenizas y juego
Y sienta en mi garganta el horrible desespero;
Que me perdone Dios si de nuevo lo ofendo
Pero he de gritar: ¡te quiero, te quiero y ye seguiré queriendo!
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AMOR A PRIMERA VISTA


Era triste aquella tarde en el diario transcurrir del tiempo;
Por primera vez fijaba mis pupilas a las tuyas,
Era hermoso el paisaje y muy claro el cielo
Fresco y suave Hera el campo, igual que el aroma fresco
Que el viento de ti robara, para obsequiarme luego.
Y sabes, aun con migo lo tengo, porque este de ti a robado
Todos los más bellos sentimientos
Y se bien que no podrás retener la suave brisa
Que al pasar te deja el viento;
Mas, yo si podre hacerlo, podre conservar con migo
¡Lo que de ti este robara, podre en mi tenerlo preso!
Primero, por invadir un gran espacio en mi mente y mi cuerpo,
Y luego, por ser culpable de que por ti yo suspirara
Y en mis suspiros flotaran, hasta ti mis más hermosos sentimientos.
Pero pensándolo bien, los dos salimos perdiendo;
Porque en mi guarde tu aroma y se me impregno tu rostro,
Porque lo guarde con celo y floto mi sentimiento,
¡Porque de ti me encuentro preso!, porque deseo el dulce beso
Que fue mío al divagar en la dimensión extraña a la que me llevó tu aliento.
Ya que un dia, quizá pronto, o quizá en mi sueño obseso
He de ver como tus labios, que dejan que dejan mis ojos yertos
Cada vez que te inmiscuyes en todos mis pensamientos,
Se acerquen hasta los míos para obsequiarme un beso
¡Porque al recordarlos, siento que un dia he de beber
De el manantial. Que hay en ellos!
Pues recuerdo tus palabras en la tarde fresca y triste
Que ahora tengo en mi recuerdo:”buenas tardes y hasta luego”.
Escuche tu tierna vos, y sentí tu aroma fresco.
¡Observe tu rostro esbelto y viví mi hermoso sueño! ;
Y al soñar besar tus labios, llegue a sentir envidia del escultor de tu cuerpo.
Pero elevé mi plegaria, agradeciéndole el premio,
Me dejo que te observara, aunque corto fuera el tiempo;
¡Me dejo escuchar la vos de la más hermosa rosa
De su jardín predilecto!
Y tierno es mi recuerdo; como también lo es el rose
Que al dejar en mi, tu aroma, yo sintiera en mi cuerpo
Con el paso de el viento.
Más, no lo es el momento en el que ahora me encuentro,
Todo en mi es tempestad, arrepentimiento y miedo;
A Dios le pido en las noches, pero en las penumbras, peco.
Al amanecer despierto, para verte en mi recuerdo;
Para balbucear tú nombre, aunque con los labios quietos,
Para elevar mi plegaria en pro de arrepentimiento
Y así volver a tenerte en todos mis pensamientos.
Tú me haces ameno el tiempo, aunque de ti solo conservo
El más bonito recuerdo,
Y tu nombre no lo sé, pero te di uno en mi sueño.
Te llame “la rosa de mi desierto”.
Porque sabes bien que un jardín, si no es por la lluvia, muere;
Pues jamás vivirá la rosa sin el néctar exquisito
Que al remojar sus hojas, más suave y tersa vuelve.
Eres tu cual esa rosa, y yo soy desierto que gran sed posee;
Eres tu manantial fresco en la sequedad inmensa,
Yo soy sediento que busca, calmar con afán su sed
En tus frescos labios de nieve.

ACROSTICO: ME GUSTAS
Merodeando en los jardines de los más hermosos campo
Y aspirando con ternura el aroma que hay en ellos;
Empecé a oler muy suave, las rosas y las azaleas,
Las flores y los jazmines, los claveles y los nardos.
Guiándome por el sol dorado, divague, aunque despierto;
Y llegue al más hermoso de los jardines andados.
Una vez estando allí eleve al cielo un suspiro,
Y le di a Dios, mil gracias por todo lo que ha creado.
Solo el pudo crear las gardenias que allí habían,
Y el perfume con el cual, de amor, embriague mi vida,
También le brindó al poeta el don de hacer poesías,
Y a ti el honor de ser la más hermosa escultura,
Al pintor, inspiración al plasmar su rosa amada
Y al artista, una razón, para así, inmortalizarla.
Solo Dios, cual el pintor, te ha plasmado en mi memoria,
Para así darme valor de decirte que me “gustas”

ACROSTICO: CAROLINA
Cada noche, cuando a solas, me quedo con tu recuerdo
Acaricio con mi mente el paisaje que hay en tu rostro;
Ruego al cielo y a Dios que me permitan
Orgulloso, para ti, escribir mis versos;
Llega hasta mí, la inspiración buscada,
Inmediata mente brotan de mis labios, los más bellos.
No pienses nunca que con mis letras te miento,
Aunque nada de poeta tengo, solo para ti, Dios me permite hacerlo.

ENIGMA
El hombre es el, lo que es, lo que deseas creer,
Lo que crees tú que fue, lo que no crees que es,
Lo que ves y no lo crees
Lo que tú crees saber, lo que sabes y no es,
Lo que bien sabes que fue, lo que desees saber.
Porque sabes y no crees, porque no crees saber,
Porque sabes lo que crees, porque creer no es saber.
No se sabe sin creer, nadie cree si no ve,
Hay quien ve i no lo cree y quien sabe y cree sin ver.
¿Crees saber quién es?,
¿Sabes bien lo que es?,
¿Ya viste bien para poder creer?
No te fíes de lo que creíste ver,
¡Porque no lo has visto bien!
Y podrás saber lo que viste,
Pero en su interior se encuentra lo que deseas saber.
¿Crees poderlo ver? , ¿Podrás saber lo que es?
¿Podrás tu conocerte bien?
¿Crees saber lo que tú misma puedes ser?
Yo creo que eso, ni tú ni él lo podrán ver, ni él en ti, ni tú en él;
Porque el corazón es algo que solo Dios lo puede ver,
Por ello te aconsejo que pienses:
Si podrás creer, saber o conocer
Los impulsos que tu corazón te manda.

TU DUEÑO
Debajo de la carpa donde un dia
Llene tu corazón de tentaciones,
Con un frio algo extraño me cubría
De la lluvia que hacia espeluznar mi cuerpo.
Y me acorde de ti, y de aquel dia en que te vi exponer tu rostro esbelto,
Al oleaje intenso, a aquel frio siniestro, aquel frio siniestro
Que lograba hacer estremecer mis impulsos de hombre necio.
Bailarina y coqueta me mirabas, y sintió de mi, celos, la lluvia;
¡Porque vi como celosa empapaba el cristal bello!
Pero también logre observar que un azul igual que el cielo,
Luchaba porque los míos te miraran con deseo,
A la vez que despojabas tu espeluznante cuerpo
Y al suelo ibas tirando toditos tus atuendos.
Y pude sentir el mismo, húmedo calor de tu cuerpo;
Y se ruborizo el mío, pes mi frio se perdía
Como el agua entre los dedos o el viento en tu lecho.
Pero no estaba en tu lecho y por ello te extrañaba,
Es que estaba igual que el dia que a mi oído susurraste,
Es que estaba igual que el dia que aunque no pude escucharlo,
Por mi mismo me di cuenta de que nunca a alguien amaste.
¡Mas ahora no te tengo, y la lluvia me da miedo!,
El viento ha compenetrado mi umbral de carne y hueso
Y la lluvia siente celos porque aún yo te recuerdo,
Y ha vuelto a sentir mi cuerpo lo que tu cuerpo
Lo que tu cuerpo sintiera la ve de nuestro primer encuentro.
Pero ya no habrá segundo, y hasta ahora lo entiendo.
Porque nací entre la escoria de una sociedad perdida;
¡Porque te ame como a nadie, porque te entregue mi vida!
Porque te ha cambiado el tiempo y ya no eres la misma.
Pues tu amor ya tiene precio, y yo sé bien la tarifa
Pero no puedo tenerte porque no hay con que cubrirla.
DIOS Y MADRE
Aun más que el alimento que da fortaleza al alma,
Existen para mi vida, dos seres indispensables;
Pero en épocas pasadas, de esto no me daba cuenta,
Quizá porque era un niño, y por lo tanto, ignorante.
Un dia quise averiguar el porqué existía vida,
Y empecé a escudriñar los más grandes pensamientos
Y entre libros y conceptos, me encontré de pronto un dia,
Con que arriba de nosotros existía un ser supremo.
Entonces algo me dijo que él era la clave,
Y las santas escrituras empezaron a gustarme,
De pronto empecé a leerlas para conocerlo un poco
Y entonces me di cuenta de que es indispensable.
Y sé que tú también lo sabes, ¡porque de ti aprendí a orar y a plegarias elevarl
e!
Pero la inocencia es ciega y hasta ahora lo descubro
Aunque tú en realidad de niño me lo enseñaste.
Hoy yo quiero darte gracias por esto y por muchas cosas,
Porque gracias a ti es que tengo la vida de que hoy disfruto;
Y si nunca te lo dije, hoy te ruego, me disculpes,
Pero es que aún pienso que “gracias” es muy poco para darte.
¡Que Dios te bendiga, madre!
Porque se que es mi ausencia, para ti, un cruel suplicio,
Porque se que asta en tus sueños, a Dios imploras, me proteja,
Por haberme inculcado “amor, ternura y cariño.
Tu vida ha estado llena de momentos muy amargos,
Pero siempre los soportas con arrojo y valentía
Fue asa como soportaste por mí el dolor de tu parto,
Por ello vuelvo ha decirte:” que el Dios de el cielo te bendiga.
¡Porque eres santa, madre!,
Pues tu devoción ha sido devolver el bien por el mal,
Tú de mí, no has recibido más que tristezas y llanto
Porque siempre estas pensando en lo que me podrá pasar;
Y a cambio, siempre me brindas un verídico concejo,
Y cada dia que llega sé que me amas aun más.
¿Quién sería yo sin ti?, vendita seas por siempre;
¿Qué mal o buen pensamiento, si no es por ti habría en mi mente?
Es por ello que en mi vida, tú eres indispensable,
Porque tú eres la causa por la que yo estoy viviendo
Y si llegas a faltarme, yo te juro madrecita,
Que ya no tendría sentido vivir siquiera un momento.
Seria como encontrarme en medio del mar profundo
Con las esperanzas puestas en pronto anclar en tierra;
Y de repente llegara con rigor el cruel invierno
Y las olas golpearan el barco hasta hundirlo.
O aun más. Que sin pensarlo, mi ruta se perdiera.
Como podría conservar, aun así la esperanza
Si tratando de encontrarla, se perdería mi vida,
Porque aunque haya voluntad y ganas de conservarla,
No podría resistir, naufragando a la deriva.
Dos seres indispensables, existen para mi vida:
Tu, porque eres la causa por la que yo estoy viviendo,
Y Dios, Dios porque me permite amarte más que a mi vida,
Y entregarte estos versos como prueba de mi afecto.
Le escuche al cantor, decir que aunque no era poeta
Los versos para su madre se los inspiraba Dios;
Y yo tampoco lo soy, pero me atrevo a decirte que debido a que eres santa,
Es el señor quien te habla, aunque tú escuches mi vos.
Y cualquiera pensaría que profano su grandeza,
Porque con estas palabras me estaría creyendo Dios;
Pero solo él puede o no, permitir que a si me exprese,
Pues yo lo amo, lo respeto y le temo a su rigor
Y al que así piense, le digo que yo solo no podría
Mover tan siquiera un dedo ni decir la palabra “amor”.
Pero como podría hacerlo, si ya estoy convencido
De que si él no lo permite, tu,” madre”,
Jamás hubieras sido parte de su creación.
Y es obvio que tampoco existiría mi vida,
Pero tú me la brindaste y esa fue su voluntad
Y si a ti te dio el permiso para procrear mi vida,
A mí para darte gracias, me dio esta forma de hablar.
Es por ello que te digo que de el son estos versos,
Y los ha puesto en mis labios para que yo te los de
Porque para mí eres santa por tu nobleza infinita;
Y si él te los regala, lo eres para el también.
Pero a barios versos juntos, yo les llamo “poesía”
Y sé que toda poesía trata un tema especial,
Por ello, invito a cualquiera que como yo, ame la vida
A pensar si para esta, “Dios y Madre” no es el titulo ideal.
Menciono a Dios porque pienso que sin él no habría vida,
Ni amor, ni llanto, ni ruegos, ni sueños por realizar;
Ni seres superdotados de divina inteligencia,
Ni luna, cielo, ni estrellas, ni peces, agua ni mar.
Porque siempre está en mi mente,
Porque bien me incita a obrar,
Porque perdona mis culpas,
Porque es mi amigo leal.
Oh, Dios, a ti que puedes permitirme Que me exprese de esta forma,
Te suplico que me enseñes Un lenguaje especial
Porque tengo las palabras con que alabo tu grandeza,
Pero quiero tener unas para con tigo hablar.
Es que estas son muy simples, tú mereces mucho más,
Dime ¿Qué vocabulario crees que debo utilizar?
Te suplico por tu hijo que concedas mi plegaria,
Pero igual que él lo dijo. Antes que mi plegaria que se haga tu voluntad.
Yo quisiera entender el por qué así actúas.
Amor y misericordia, son tu más preciado don
Y nos llamas, hijos tuyos para darnos alegría
Aunque tengamos colmado de pecado el corazón.
Pero, padre ¿crees tú que haya alguien que no te ame y te respete?
¿Qué mendigo no da gracias por el pan que tú le brindas?
¿Qué demente en su inconsciencia no ha orado un” padre nuestro”?
O ¿qué conciencia ya manchada, ante ti no se arrodilla?
Bendito seas señor, ¡bendito seas por siempre!
Porque das el alimento que mendiga todo hombre,
Porque me has dado la vida, porque cuidas a mi madre,
Porque ella me engendro, porque sin ti y sin ella no soy nadie.
Oh patria, perdóname si tus suelos con mis lágrimas se manchan;
O si acaso tu armonía, la sal de ellas amarga.
Pero déjame llorar, y que enjugue con mi llanto
La nostalgia de aquellos que el más grande amor les falta.
De aquellos que de tano llorar, no tienen lágrimas,
Y de tanto añorarlo, ya no tienen esperanzas.
Porque es fácil esperar a que un amor regrese
O en un santiamén, cambiarlo por otro que su amor nos guarda
Pero ese es el amor que el joven por su novia siente
Y yo te hablo, oh venerada patria, de el incita a todo niño
A decir “mamá” en su primer palabra.
Es esa la viva muestra de que si viene de el alma,
O quien en tu hidalga tierra en momentos de peligro no ha gritado ¡madre santa!
Es justo entonces, sentir lo que aquellos que la extrañan,
Aunque tengo la gran fortuna de tener la mía en casa
Porque he visto en cada pueblo de tu expansión inmensa
Muchos hombres y mujeres con sus perspectivas muertas,
Porque he visto mil bohemios, embriagarse por su ausencia,
Y mil hombres calaveras, que solo los controlaba ella.
Y yo, como aventurero, ausente me encuentro de ella,
Pero lloro es por aquéllos que tienen su madre muerta.
Por eso, quiero pedirte, bella patria, que me brindes
Una fosa donde pueda descansar yo antes que ella,
Porque no resistiría el peso de mi conciencia,
Pues por mí, mucho ha sufrido, y yo prefiero morir, antes que saberla muerta.

DIALOGANDO CON MÍ SUEÑO


A ti, debo agradecerte porque me enseñaste a amar,
Ya que mi vida antes era, solo un torrente de sueños
Y solo veía obstáculos para llegar a alcanzar
La felicidad que un dia llegue a tener sin quererlo.
En mis sueños, nunca obtuve la felicidad buscada,
Aunque llegue a ser mendigo, para implorárselo al cielo,
Aunque robe de mi mismo, amores que no dan besos;
Amores hechos tan frágiles, que se los llevaba el viento,
Amores de los que nunca se puede esperar cariño,
Amores que nunca obtuve, por ser de mi propio invento.
Y mi vida divagaba, como un barco sin destino
Pero un dia desperté queriendo encontrar su rumbo.
Y cansado de buscarlo, perdía las esperanzas
De encontrar el amor en algún puerto escondido
Fue entonces, cuando en mi pecho, sentí la más cruel tormenta
Y de repente, creció el mar de mis sentimientos;
En el cielo no veía para mi, ninguna estrella
Porque muchas nubes grises, lo habían todo cubierto.
Este rostro se inundo con las más cobardes lágrimas,
Con lagrimas en las cuales, naufragara mi esperanza;
El miedo me hiso elevar, al señor, una plegaria
Que se que me concedió, porque pronto sentí calma.
Entonces tuve valor, para seguirlo buscando,
Y luche como un pirata para vencer todo eso;
Como el pirata que lucha contra tormentas y vientos
Que vence a su enemigo, aunque con espada y fuego,
Que su tesoro busca, aunque ya no tenga alientos
Y que encuentra un amor al llegar a cada puerto.
Era pues, indispensable, un amor para mi vida;
Porque como todo hombre, necesitaba de ello.
Así como todo niño, necesita de su madre el pecho.
Como lo que es el antídoto, para el que ingirió veneno;
Como el agua para el pez o una mano para el ciego,
¡Como Dios para el mundo, como es el alimento!
Opte entonces por soñar para inventar un amor nuevo,
Pero pronto desperté, para no vivir de sueños.
Aunque desperté muy tarde porque ya lo había inventado
Y mi necia imaginación lo dibujo en el viento.
¡Era esplendido su rostro!, no había otro como ese.
Pues ningún ángel del cielo, podría tener su belleza,
No había rosas en el campo que adornaran su cabello;
Ni en el cielo habían estrellas mas hermosas que sus ojos
Ni Dios había creado, como ese, otro cuerpo.
Ya estando en tierra firme, quise seguirlo buscando;
Y tropecé con algunas que me brindaron sus besos,
Pero nunca me detuve, como lo hace el pirata,
Porque ya solo quería, encontrar el de mi invento.
Habiendo pasado el tiempo, volví a tener desconfianza;
Porque no eras más que un sueño, grabado en mi pensamiento.
Y volví a llorar de nuevo, al ver que me hacia viejo,
Al ver que solo amargura y dolor había en mi alma,
Al ver que por ser feliz, se había frustrado mi intento,
Al ver que todos amaban, y yo nunca lo había echo.
¡Entonces quise perderme, y naufrague en el vicio
Y brindaba por mi suerte con las más tiernas nostalgias!
Le ofrecí a mi corazón amores de alto precio,
Amores seleccionados para gustos exquisitos;
Amores que nunca aman, pero que fingen hacerlo,
Amores para saciar del hombre, cualquier instinto.
Pero el los rechazó, quizá porque eran de esos
Y no queriendo forzarlo, yo me deshice de ellos;
Pero a cambio me pidió que llenara muchas copas
Y que en ellas ahogara las penas de mi conciencia.
Y yo quise complacerlo, por ser mi único amigo,
Pero en mi copa observé otra vez tu rostro esplendido.
La bebí, entonces con ansias para no seguirte viendo,
Para acabar de una vez con este imposible sueño;
Para embriagar mi mente y mi corazón necio
Y ya no seguir sufriendo como siempre lo había hecho.
Más, algo me hiso salir de aquel viejo desván
Y luego volví a mirarte bailando al son del viento
Y muy ebria, ya mi mente, me hiso verte real
Para probar por vez primera, el dulce sabor de tus besos.
A ti debo agradecerte que me hayas enseñado a amar
Porque desde ese instante solo hay amor en mi pecho;
Más amor que al principio pero menos que al final,
Mas deseos de amarte, más que a nadie! mucho más!
Pero como no habría de hacerlo, si me llevaste contigo
Al oasis prohibido para flotar en tu cuerpo,
Si me sacaste del fondo del mar de mis sentimientos
Y dejaste que mi mente te dibujara en el viento.
Si mi vida ya no vaga, si confió en mi mismo,
Si amo como lo hacen todos, si todo tu amor es mío.
A Dios también le agradezco porque de él lo es todo,
Pues él fue quien me hiso hombre para sentir lo que siento;
Porque en mi creo tu imagen, porque a nadie más deseo
Porque te tengo en mi mente, porque todo esto fue un sueño.
Por hacerme despertar y sobria, sentir mi mente,
Porque aún te sigo amando, aunque sé que nada es cierto;
Porque hasta el fin del mundo, yo he de ir a buscarte,
Porque me ayudara a encontrarte, porque veo que aún no soy viejo.

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