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CHACO PARAGUAYO MBMORIA PRESENTADA AL ARBITRO pe Benjamin Aceval E.E.y Miaetre Phestpetanetarte del Paraguay tn Weshlogten, APENDICE DOCUMENTOS ANEXOS Y FALLO ARBITRAL ASUNCION Taurens Nacorsuas pe. KRAUE-Ostizs Pata ¥ 14.90 sv 1896, Yee roves entre la Repiaiea det Pardguay y iq Argentina. ato, SERoR; Como Enviado Extracrdinario y Ministro Plenipoten- ciario, en Mision Especial dela. Republica del Paraguay, acreditado cerca del Gobierno de V. B., y on cumplimien- fo de lo estipalado en el articalo VIII del Tratado de L{- miteg entre la Reptiblica del Paraguay y Ia Argentina, fir- mado el 8 de Febrero de 1876 en la ciudad de Buenos Ai- res (1) y detitro del plazo en él fijadv, que es el de doce meses &contar desde Ia aceptacién dél cargo, que tavo logar con fecha 28 de Marso 1877, segdn Carta Autégrafa de V.E. al Presidente del Paragaay, (2) vengo & presentar Ia Memoria y documentos ete: en quo constan los derechos evidentes que el Paraguay tiene al territorio en cucatién. Bila es muy deficiente tanto por Ia escasés de conoci- mientos y la ninguna preparacién que tengo para trabajos de esta naturalesa, cuanto por lo limitado del tiempo de que he podido disponer en los estadios previos indispen. sabl Bid etto ve ‘agrega, que tantos y tan.preciosos documen- tos que eran mas conclayentes atin sobre los derechos del Berar —4- Paraguay han desaparecido de los Archivos de la Asun- cién (1) en el torbellino de 1a desastrosa guerra de cinco afios que ha consumido & mi Patria sin dejar, puede de- cirse, piedra sobre piedra, y & consecuencia de la cual sus cireunstancias actuales no le han permitido enviar comi- nados & revisar los Archivos de Kspafia donde tal vex existan otros iguales; V. E. comprenderé cuan léjos esta 16 esta Memoria de contener todos 61a mayor parte de los documentos que pudiera haberse presentado en la defensa, do los may claros & incontestables derechos que el Para— guay tiene al territorio en cuestiGn, Mi posiciOn es mas dificil atu, por cuanto puede decirse que esta es la primera ver quesedilucida cnestion tan im- portante, si se esceptiia el Memorandum del Seftor General Mitro, Miniatro Plenipotenciario Argentino en In Asancin en el aflo 1878, y el Contra-Memorandum del Ministro Pa- reguayo, Sefior Miranda; pucs la Repiblica Argeutina en ningdin tiempo ba discutido, ni menos pretendido offcial- mente derechos al Chaco Paragaayo, hasta el famoso Tra- tado de Aliansa del 1° de Mayo de 1865.—Si alguna ves tales pretensiones se han dejado traslucir, no han pasado do simples escritos, espretando opiniones patticulares 6 de articalos de diarios que ninguna imp7rtancia pueden te- ner entre naciones, Con todo, los documentos que se han salvado de la gran catéstrofe que ha desolado al Pareguay y cuyos testimonios van anexos, asf como los mapas y autores que se citan, son 4 mi juieio mas que suficientes para evar al ilustrado y recto criterio de V. E, la sufciente lus y el convencimien to de sus innegables derechos, 1 Mate de Dn Jos Balt, Ota dt Areva Nason OM, 8) Aanei, Mar- may Stee ‘Tanto mas me afirmo en esta creencia cuanto que he visto que, & pesar de que el Gobierno de Buenos Aires ha enviado 4 un ilustrado Biblidgraf», el Dr. Q tesade, & co- leccionar documentos en el Archivo General de Indias en Bevilla y Depésito Hidrogréfico de Madrid (1), que el im- portante Archivo de Buenos Aires esié intacto y que el Gobierno Argentino, con Ia anticipacién necesaria, ha en- comendado la redaccién de In Memoria & persona muy competente, & pesar de todo eato, repito, no ha podido en- contrarse un solo documento que pudiera, no digo ya pro. bar, lo que seria imposible, pero siquiera dar fuerza & Ins pretensiones de Ja Reptiblicn Argentina sobre la parte del Chaco Paraguayo sometido & arbitraje, Lejos de esto, algunos de los documentos del Apéndice de esm Memoria sirven también para probar os derechos del Paraguay, como en su lagar lo demostraré, Entretanto, y antes de entrar 6 tratar de leno la cues- tién, me permitiré precederia de un lijero bosquejo histé- rico para eu mayor claridad y mejor inteligencia, 0 Descubierto ol Rio de la Pinta por Juan Dias de Solis en 1615, Sebastian Gaboto y desenbrid el Rio Paraguay en 1528,—Pedro de Mendoza fundé Bue- nos Aires en 1536 y Juan de Ayolas la Ciadad de la Asan, cidn en 1586, sobre la orilla isquierda del Rio Paraguay. Los Conquistadores tavieron qua abandonar Ia poblacién de Buenos Aires y reunirse todos en la Asuncién, siendo, puede decirse, su primer Gobernador Don Domingo Mat- eer a ms ine Mt te oy pins ants Rea bites trac Ee -6— tines de Irala, quiéa por mayorfa de votos habla sido elec+ to Gefe & la muerte de Juan de Ayolas. Deesta Ciudad de la Asaneién slieron los que repobla- ron en 1580 4 Buenos Aires ast como también los que funda, ron la Concepeién de Buena Esperanza del Bermejo en 1886 y las Ciudades de Corrientes, Santa Fé, 1a de Guairé, Villa Rica, la de Santiago de Jeres ete, segiin el historiador Don Felix de Azara. Ella fué la Capital 6 residencia de los Gobernadores de toda aquella parte de las poses‘ones es- paftolas denominadas «Provincias del Rio do Ia Plata», hasta que el Rey encontr6 por conveniente dividir por C6. du'a de 1617 estos vastos dominics en dos Provincias 6 Gobernaciones 4 saber: In Provincia del Rio de Ia Plata con Buenos Aires por Capital y la del Gusiré (6 Para gay) con la Asuncién por Capital. Alla primera Provincia, la del Rio de Ia Plata, le adjn- died cuatro ciudades que fueron: la de Buenos Aires, San- ta-F6, Corrientes y Buena Esperanza del Bermejo. Ala segunda, la del Paraguay, otras cuatro, & saber: Ia Asun- cin, ls del Guairé, Villa Rica del Espfritu Santo y Santia- go de Jeres De esta manera, deade aquzila época, ambos Gobiernos subsistieron independientes uno de otro y cada cual con 4u jurisdiceién propia. En 1776 Buenos Aires lleg6 & ser el asiento de un Virey, tin que este hecho alterase en nada el estado de cosas subsistente, y asi marcharon hasta que la Revolucién del 20 de Mayo de 1810, independizé de la Metr6poli & la Pro- vineia del Rio de Ia Plats, hoy Reptiblica Argentina, y la del 14 de Mayo de 1811 4 la del Paraguay, ij 1a & grandes rasgos los prin- cipales acontecimientos de aquellos paises hasta su eman- cipacién: tratemos ahora del chaco, -1- Ut Como he dicho anteriormente, la Asuncién, Capital del Paraguay, faé también 1a Capital de aquellos vastos do- minios antos de la division de 1617, realizada en 1618, La nueva Provincia, con la denominacién de Rio de la Plata, fa6, pues, separada del euerpo principal y de consiguiente era de derecho que la antigua quedara, como quedé, en poesia de todos los territorios que expresamente no hu- bieran sido adjudicados & la que se le segregabs. Si pudiers haber algana duda respecto 6 que fué la Pro- vincia de Buenos Aires Ia que se separé de Ia otra, no ha bria sino leer el acta de 17 de Noviembre de 1618, en que Don Diego de Géngora toma posesién del mando de la nueva provincia; en esa acta se usa de estas phlabras: «Por «el cual se nombra 6 provee por su Gobernador é Capitén «General de estas Provincias del Rio de la Plata, y Pueblos «del Gobierno que se ha separado, 6 manda que sea recibi- «do del dicho cargo &» (1), que confirman plenamente nues- tra afirmacién. 8i, puee, se adjudicé 4 la nueva Provincia hasta la Cia dad de 1a Concepcién de Buena Esperanza del Rio Berme- Jo, que tenfa su asiento 4 Ia derecha de este Rio, 6 lo que ea lo mismo, al Sur de él, es nataral suponer que su juris- diceién espiraba en el Rfo Bermejo y que no atravesaba ua rio caudaloso para extenderse caprichosamente al Norte. Pero todavia quisiera admitir, aunque no faera sino por mera hipdtesis, que hubiera podido extenderse mas al Norte, gpor qué razén, entonces, habia de pasar el Pileomayo, rfo también caudaloso y hasta donde hoy Ile- alte G7 Soviet ta Yeas anode pase be tne ae gan los dominios argentinos por el artical I del Tratado de Limites de 18767 ‘No hay, ni puede haber rasén plausible para suponer semejante cosa, Por el contrario, el espfrita bien marcado del tnico documento (cédula divisoria de 1617) que Ia Re- pablica Argentina ba exhibido en la Memoria del Minis- terio de Relaciones Exteriores, correspondiente al afio de 1877 y donde est incluida 1a Memoria que en defensa de los supuestos derechos argentinos debe ser presentada al Arbitro, es que el Chaco, del Rfo Bermejo al Norte, quedé siempre dentro de Ja jurisdiccién de la Provincia del Pa- raguay. Para hacerlo notar mejor, voy & trascribir algunos pé- rrafos de ella, donde dice: «Por cuanto, habiendo enten- «did que algunas de las ciudades de las Provincias del «Rio dela Plata, se hallaban en gran peligro de ser des~ «tuuidas de los Indios Guicurts, Payagués, naciones que cesthn rebéldes y aunadas y que hacen grandes dafios y ‘que para remedio y reparo desto convenia se dividiera saquel Gobierno &......y mas adelante: «que siendo, ceomo era, cosa forzosa que el Gobernador asista lo mas cdel tiempo en el Puerto de Buenos Aires para sa guarda y edefensa, queda todo lo de arriba desamparado y que, «reapecto de lo sobredicho, es cosa conveniente y necesa— sria que la dicha Provincia del Guairé (6 Paraguay) so shaga Gobierno de por sf, para que el que la taviero & ‘scargy, procure reducir & 1a {6 gran ntimero de indios in- fides que hay en ella &». De esto se desprende rectamente que la causa 6 raz6n dela divisién de Jauna Provincia en dos era, por una parte, el temor de que algunas de gus Ciudades fueran des- traidas por los Indios Guaiourtis y Payaguds, lo que no oda rernediarse en oportunidad por su Ctobernador, no solo por Ia gran distancia que separaba unas Cindades de otras, siné porque 6! mismo, (atin enando In Asuncién era Ja Capital) se vein obligado, enténces, 4 residir lo mas del tiempo en Baenos Aires para atendet & su guarda y defen- 93 y por otra parte la conveniencia y necesidad de que la Provincia del Guairé (6 Paraguay) formando un Gobier- 20 & parte, procurase reducir & la {6 4.gran mimero de in- dios infieles que habia en ella. Y yo preganto ahora & una persona en posesin de la topografia de aquellos lugares ; epodia habeise alcanzsdo el objeto de In divisiGn ti el territorio del Chaco, hoy die- cntido, hubiers sido comprendido en {a jurisdiccién dela nueva Proviricia del Rfo de la Plata, hoy Reptblica At- gentina? Logica y necesariamento tiene que responderme que n6, porque precisamente Ia mas amenazada de dichos Indios era la ciudad de 1a Aeuncién, puesto que los eal- vajes Guaicurtis, sus enemigos, habitaban y habitan ain el Chaco, frente & dicha Capital, y los Payagués todo el Rio Paragaay, y que la nica manera de amedrentarlos y sujelarlos era por medio de incursiones 6 expediciones militares al interior de sus tierras, como se hizo después en repetidas ocasiones. De consiguieate, mal pod{a el Rey decir 6 la Provincia del Paraguay: 08 quito gran parte de vuestro territorio para dieminuir vuestras atenciones y para que podais as{ defender vuestras Ciudades; pero el territorio que ocupan vuestros enemigos los Guaicurds y que esté muy carca de vosotros, lo declaro fuera de vaes= tra jurisdiceién y en tal virtud os impido el que penetrefs & 61 & persegairlos, Y hago este raciocinio, porque tal era ta letra de las leyes espaftolas en vigencia, quo prohibfa la entrada tierras de extrafia jurisdicci6n, como may bien lohace notar Ia Memoria Argentina antes'citada, en la referencia que hace de las Leyes de Indias Pag. 691 y & ella me remito, -10-— Adems, si, como se deduce de lo que sostiene el Go- bierno Argentino, Ie vigilancia de los Guaicurds, que ha. bitan el Chaco frente & la Asuncién, segin puede verse en cualquier mapay muy claramente en el de Mouches y Olmedilia, hubiera sido encomendada al Gubernador de Ja nueva Provincia, euya residencia iba é ser Buenos Aires, que se encuentra & tan gran distancia de estas tri- bus salvajes, resaltarfa que la divisibn de la Provincia, Iéjos do curar el mal, como era sa propésito, lo hubiera ahondado; pues el nuevo Gobernador que después de la separacién ge iba & encontrar Iéjos de los indios Guaicu- ra, muchos menos hubiera podido vigilarlos, sobre todo traténidose ya de amenasas y perjuisios que iban & infe- rirse 6 Ciudades de ajena jurisdicci6n. Serta, pués, soste- ner un absurdo y la cédula se contradirfa consigo misma. La total destraccién por los indios comareanos de la ciudad de la Concepeién de Buena Esperanza, que su en 1681, es decir, treco afios después de la divisién, tuvo precisamente por causa principal el error que cometié el Rey enhaberla adjadicado & 1a nueva Proviacia, y por que esa ciudad se encontraba & may gran distancia de #1 Gobernador, Sostener que el Chaco Paraguayo, del que el territorio en cucstién es ana parte (puesto que otra, la porcién com- prendida entre los Rios Bermejo y Pileomayo, ha sido ya cedida & Ja Repiblica Argentina, no por Ia fuerza dein razén sin6 por Ia raz6n de la fuerza}, fu6 adjudicado 4 la nueva Provincia, y que, al mismo tiempo, seaduzca como motivo de dicha division la conveniencia y necesidad que abfa en que el Gobierno de Ia Provincia del Paraguay se esforsara en reducir & la {6 & gran némero de indios infle- Jes que la habitan (pérrafos antes transcriptos), es también ineurrir en una contradiccién manifiesta, porque precisa- -u- mente ese gran ntmero de indios infieles que hay en ella, esth en &l territorié del Chaco, Y mal podia el Rey quitarle ese territorip y al mismo tiempo encargarle In reduccion & Ia £6 cristiana de loa indios sus habitantes, Pero estadiemos Ia razén que se aduce para sostener que , too el Chaco fué adjudicado 4 la nueva Provincia, hoy Reptblica Argentina, ‘Ain cuando el Rey nada dijo sobre territorio y solo adjadied cuatro Cindades & cada una delas dos Provin- cine, se argaye por la parte contraria que, habiéodosé ad. jedicado & Buenos Aires la Ciudad de Ia Concepeién de anza, se debe entender que también le adj iccién y que esta comprendia todo el Chass, fe lo que el Parngaay sostiene como suyo. que las palabras «la cual Ciudad y asien- «to confina eon todos los confines que son eu comarca es- stén de todo el Rio Bermejo y por confines y términos los «de la Ciudad de Ia Asunci6n.y Santa-F6 y Santiago del «Beteror d, usadas en el acta de fundacion de : de la Concepeién, no praeban semejanté derech 1 Porque esas palabras son tan vagas, tai inffi tan ininteligibles, que no solo no las entiendo, 5 ficulto que alguien las entiensla; y qué pre exorbitante por -parte dela Repiblica Argenting Yvems: contradiccién manifiesta con los hechos, como} rags Jante lo demon apoyo semejante ambigtedad, que se presta 4 tahfas jn terpretaciones, que el autor dela Memoria Argenti - les atribaye que sigaifican abrazac dentro de su jurisdic ci6n todo el Chaco; 82 Porque diciéndose en ellas que Ilegan hasta los tér- sinos dela Cindad dela Asuncién y no probéndose que ~~ eatos se detenian en el Rio Paraguay, es no decir nada. —Pués, habiéndose fundado la Asuncién, la primera da todas Ins Cindades del Rio de la Plata, serfs muy peregri no suponer siquiera que solo por hberss fundado & I quierda del Rio Parag .ay, sus 16-miaos no bab(in de ex- tenderse también al Occidente, para comprender dentro de ello & un rfo navegable, propiedad que entre los pueblos es considerada como de inapreciable valor, y por consi- guiente tal suposicién chocaria hasta con el sentido comu 8: Que atin admitiondo la interpretacién argentina y consintiendo por un momento hipoléticamente que los tér- minos dela Concepcién de Buena Esperanza abrazaran todo el Chaen, es preciso tener presente que dicha Ciudad fa8 destraida en 1681, trece aflos después de In division, quedando ese vasto territorio completamente desierto, y que mas de un siglo después de estar ast abandonado, el Paraguay con ens propios recursos establecié en él varias Reduceiones 5 pueblos de indios con expresa aprobacién del Rey, entonces tinico duefio capas de dar y quitar los te- rritorios de su dominio, Lo que basta y sobra, ain guiendo en el terreno dela hipétesis, para haberle sido devuelta Ia propiedad de ellas; 4.° Porque, segéia consta del Real Despacho (Documento del anexo C.N*, 41) que crea 1a intendeneia dela Provincia del Paragaay fijéndole sus I{mites, 6 Ia extensién de Ia jarisdiccién del nuevo intendente, ose territorio del Chaco esté dentro de ella, puesto que el Rey le dice que com- prenderd todo el territorio del Obispado del Paraguay, & enyo Obispado justamente pertenecian y de él depend{an Jas varias Reducciones que existian en esa misma fecha ‘en el Chaco, como mas adelante lo demostraré, Esta dis- posicién del Rey, como posterior, tiene que destruir 6 anu- lar coalquiera otra anterior que & ella se opusi —13— iltimo Gobernador espaol, Don Bernardo de Velasco, ten{a precitamente el titulo de Gobernador 6 [atendente de Ia Provineia del Paraguay. I.uego, atin siguiendo bajo In presin do la hipétesis antes hecha, es otra ves induda- ble que el territorio del Chaco pertenece al Paraguay; pues este, al separarse de Kspafia, se emancip6, como es natu— .ral, con toda Ia extensién que (enfa como tal Provincia & Intendencia. Puesto que hasta ahora estoy batiendo al cortrario eon las minmas armas que ‘ha credo conveniente esgrimir, creo Hegada Ia oportunidad, antes de pasar adelante, de Mamar la atencién de V. E. sobre las que se publi- can desde la pagina 729 & 783 de las antes citada Memoria Argentina de 1877 y que pongo 41a disposicion de V. E. Ellas constatan que, mucho después dela division, ef Gobierno del Paraguay se ocupaba de Reducciones en el Chaco 6 territorio ahora discatido, es decir, de formar pueblos de los Indios eus habitantes con saerdotes para- gusyos y & costa 6 con donativos de los paraguayos, como mas adelante lo demostraré hasta la evidencia, El Gobier- node la Provincia del Paraguay tenia, pnée, posesion de ese territorio y ejercia jurisdiceién en él, Estas Reducciones no son sind el cumplimiento de lo que #2 habia encargado al Gobierno de 1a Provinea del Guairé (Paraguay) en Ia antes citada Cédula de 1617, de que redujera dla fé 4 gran wimero de Indios quehayen ate; pués Reduccién significa precisamente pueblos de in- formados para, por medio de sacerdotes hébiles, ser aide 4 la religién catdlica y 4 la vida civilizada, Ade- més estas Réducciones, como esas pienas lo indiean, eran hechas con conocimientoy aprobacién del Rey y del Vi- Rey resideate en Buenos Aires, lo que por tanto destruye completamente las afirmaciones de los que sostienen que —-“u— ios en que 68 establecieron estaban bajo Ia de- pendencia de Ia nueva Provincia del Rio de la Plata; pués, de otra manera, no solo no hubiera sido aprobada Ia fun- dacién de esas poblaciones, sino que el Gobierno de Bue- nos Aires se hubiera apresurado 4 reclamar contra an avanee de lo que crefa ser de su jurisdiccién, Liamo muy especialmente in atencién de V.E, sobre el documento inserto en Ia pagina 733, suacrito por el Dr. ‘Lorenzo Suares de Cantillana, cuyos términos derouestran claramente que el Chaco Paraguayo 6 territorio discutido erade la Provincia del Paraguay y estaba bajo ou juris diecién, el que, como documento emanado del contrariv, es muy importante para mi derecho. En él, refiriéndose & una Reduecién que el Gobernador de! Paraguay Don Pedro Melo de Portugal estaba por fundar en el Chaco, en el paraje llamado «Los Remolinoss, algunas leguas mas abajo dela Asuncién, y que establecié, como después lo demostraré, usa de estas textuales pala- bras: «reprodusco el informe que con esta fecha tengo hecho en expediente separado relativo & otro igual inten- «to del fando de nueva Reduccién en las fronteras de la «Provincia de Tacumén, de la propia nacién Mocovi, sin «que esta pueda impedie Ia ereccién de la otra en 1a del Pa- «raguay, pués esta nacién es numerosa, anda diepersa por «todo el Chaco y tiene acometido en una y otra Provinci Como he dicho ya, la Reduccién de Remolinos que ea: taba entonces por establecer e! Gobernador del Paraguay, Don Pedro Melo de Portugal, y queen efecto es'ablecié, era en Ia parts del Chaco; y ai como sostiene el Gobierno Argentino, aquel territorio uo hubiera sido de la Provin- cia del Paraguay, no se comprende comoel Dr. Cantilla- na, Candnigo de Cordoba (Repiiblica Argentina) y hombre vereado en e808 negocios, puesto que el Vi-Rey Cevailos le — 15 — pedia informes al respecto, dice literalmente que esa eree: cin iba & ser hecha en ln Provincia de! Paraguar. Luego no puede dejar de reconocerse que dicho territorio estaba dentro de au jurisdiceién. Como V. E sabe, el Chacoabrasa una gran extension de tierras y el Paraguay no ha poseido, ni jamés preten- dido derecho, sind & una parte de él, la que esté situnda al Norte del Rio Bermejo, pertzneciendo lo demés & Ins Reptiblicas Argentina y Boliviana respectivamente, Iv ‘Trataré ahora de demostrar 4 V. Econ documentos febacientes, la larga, pacifica y continuada posesién que el Paraguay ba tenido siempre y sin contradicci6n alguna sobre el Chaco Paraguayo, desde Ia couquista de aquellos ises, hasta su emancipacién politica realisada en 1811; asi como desde esta fecha, hasta queen 1869 un General Argentino, valido de Ia victoria y en virtud dela razén del mas fuerte, tomé violenta posesién de aquellos terri- torios, & pesar de la digna oposicién del Gobierno del Pa- raguay, que vencido y aniquilado por Ia Alianza, no podia hacer otra cosa para impedir el atropello cometido por uno de sus vencedores contra eu legitima propiedad 6 in. contestables derechos. Los Espafioles que desenbrieron aquellos vastos domi- nios estableciéndose en la Asuncién, como Capital, no Jimitaron ciertamente su accién de conquista reduciendo 4 los ind{genas que habitaban Ins tierras de la izquierda del Rio Paragaay, sino que la extendieron & los que ocu- paban In derecha 6 territorio llamado «EI Chaco», fon- dando con paraguayos y & expensas de ellos en 1685 la Cindad de la Concepeién de Buena Eeperanza al Sur del —16— Rio Bermejo; y mas tarde, siempre & on propia costa y sin gravar en nada al Real Erario, las Reducciones de San Bernardo, Santiago de Cangayé y Nuestra Sefiora de Do- lores, en la margen isquierda 6 al Norte del mismo rfo Ber- mejo. Sibien'la indole suave de fos indigenas guaranis que ocupaban la parte oriental del Rio Paraguay, permitié & Jos conquistadores aflanzarse en ella y reducirlos répida- mente 4 Ia vida civilizada, tio por eso deseuidaron, desde Jos primeros tiempos, la parte occidental, tratando por medio de poblaciones y de expediciones militares, costea- das por contribuciones voluntarias de los paraguayos, de snmeter & las distintas (ribus belicosas 6 indémitas que Ja poblaban y Ia pueblan atin, Es cierto que muchas de estas Reducciones no pudieron permanecer mucho tiempo 4 causa de los repetidos ate- ues que las arruinaban; pero no por 80 ee prueba menos las tentativas y esfuersos que los paraguayos hicieron en todos tiempos, con grandes sacrificios de sus vidas y for- tunas, para poblar esas regiones desiertas. Fi Anexo,C contiene cuarenta y siete documentos refe- rentes todos & la posesién del Chaco por el Paraguay, an- tes, durante y después de su emancipacién politica de 1811. Los del Anexo D demuestran también esas posesiones y no eon sind una parte de treinta deposiciones de testigos que se tomé en 1782 Geolicicitud del Procarador de la Ciudad'de 1a Asuncién, Don Juan de Machain, bajo el Gobierno de Don Pedro Melo de Portagal, con el objeto de pedir al Rey los recursos necesarios para sostener tan - tas Redueciones qus se habian fundado y mantenido siem- pre con los donativos de los paraguayos, -1-— F Por no ser demasiado extento, no he creido conveniente incluir en ese Anexo todas las deposiciones; pero ella constan del expediente original de aque! afio que se me hha facilitado en el Archivé de la Asancién y que entre- g0 también & V. E. para su estudio en caso n Sin embargo, voy 4 tratar de ellas con algana individualidad. Destraida completamente por los Indios 1a Ciudad de In Concepeién de Buena Esperanza del Rio Bermejo en 1631, troce afios después de la division de las Provincias del Rfo de Ia Plata en dos, como antes lo dije, quedé desierto el territorio que ocapaba, sin que entonces ni después hu- biera el Gobierno de Ia nueva Provincia, & quien esta Cindad habia tocado, hecho tentativas de ningén género pararepoblaria 6 eatablecer algunas Redacciones, que- dando asi sin fruto alguno tantos sacrificios hechos ante~ riormente por la Provincia del Paraguay. Corea de un siglo y medio después de Ia divisiGn, el Go- berador del Paraguay, Don José Martines Fontes, co- lebré en 1763 tratados de pas con los Indios Abipones de! Chaco, que habitaban las mArgenes del Rio Bermejo, y convino con sa cacique «Degaachi> establecerles una Re- duecién, como la establecié en el paraje del Chaco Il do «Timbé», sobre el Rio Paragaay y 4 poca distancia de In desembocadura del Rio Bermejo. Esta Reduccién, con Jn denominacién de «Nuestra Sefiora del Rosarioy y «San Carlos del Timbé», se fandd con los donativos de los Pa- raguayos y con sus esfuerzos exclusivos; fueron sus doctri- neroe los padres Jesuitas Don Lorenzo de la Torre y Don Martin Debruhoger, (Véase sobre este punto el Anexo @ NN, 2, 8,4 6). Para convencerse mejor de que el tarritorio del Chaco Paraguayo estaba comprendido dentro de la Provincia del Paraguay y sometido & on jurisdicci6n, véaso en el Anexo — 18 -- ©. Ne, 4 lo que dispone & 20 de Marzo de 1768 su Goberna- dor Don José Martinex Fontes, en una parte dice: «Yew cesta atenciin en consecuencia de lo que sobre las nuevas ‘TReducciones disponen las Leyes de Indias, en nombre de Sw ‘Majestad, declara 4 dicha nueva Reduccién de Indios Abi- . Pregunto: gComo, sila Provincia del Paraguay Do te- nia jurisdiccién en el Chaco, se pedia, sin embargo, a ‘cooperacién para las expediciones & ély ella prestaba eu ‘concurso al efecto tan voluntariamente y & su propia cos- ta? Pero mas adelante, én el mismo documento existe la siguiente frase: she resuelto entre otras cosas, que no se ha- «ga novedad en cuanto 41s apertura del camino por e Rio 19 «Bermejo al dela Plata». Pregunto: gSiel Chaco no per teneefa al Paraguay, qué necesidad tenia el Rey de preve- nir 6 su Gobernador que no hiciera novedad 4 la apertara del camino por el Rio Bermeji? Estos son documentos con- clayentes sobre los derechos del Paraguay que ahora se pretende negar, Pido & V. B tenga presente que el Chaco es un territo- rio vastiamo y que en 61 tenfan su porcin Buenos Aires: y Tacamén, ambas parte integrante dela Reptiblica Ar- gentina, aunque hoy subdivididas en otras Provincias, ‘Ademés, es preciso contiderar que, aunque el Paraguay ha limitada Ia defensa de sus derechos al Chaco has- ta ol Rio Bermejo, en aguel tiempo poseia ese territo- rio hasta la confluencia del Rfo Paraguay con el Parané, que tiene logar un poco més al Sur; de manera que el Bermejo entonces pertenecia de costa & costa & Ja Pro- vincia del Paraguay, Alfin del importante documento del Anexo C. N°. 4, eonsta que el Gobernador del Pareguay habia resuelto dar cuenta de toco su M.el Rey, como efectivamente Ia 4i6; y su conducta fué aprobada segiin se desprende Cédula Real de 29 de Enero de 1765 (Anexo C. N°. Pero si atin, después de lo expuesto, 60 necesitara ma- yor prueba para saber que les Reducciones establecidas enel Chaco por el Gobernador del Paraguay estaban dentro de su provincia, basta leer Ia sumade la Cédula citada al fival del Anexo C. N*, 7, donde se usa de estas textuales palabras: «AI Gobernador det Paraguay con noti- «cia de lo que se ha de observar yara la svbsistencia de las «Reduccicnes de Indios Mbayds y Abipones establecidas en ‘saquella Provincia» gCémo si las Reducciones de Indios Mbsyés y Abipones establecidas en el Chaco no estaban en Ia Provincia del Paraguay, se haba de usar en una 9 Cédula Real de las palabras establecidas on aquella Pro- mua Pero ai se quiere mas, véase la cédula de 15 de Julio de 1769 (Anexo C. N°. 8) en Ia que no solamente'se aprueba el proceder del Gobernador del Paraguay en las citadas Re- dueciones, sind donde consta que ellas se hicieron & espen- 08 de los vecinos del Paraguay. Los documentos del Anexo C. N'*, 9, 10y 11 que son actas del Cabildo de la Asuncién de los afios 1762, 1766 y 1767, dan bastante Inz sobre las Reducciones del Paraguay en eu territorio del Chaco, asf como que ellas se costearon ‘con los donativos de sus habitantes, Pasemos mas al Norte y tratemos sobre varias otras Reduceiones en el Chaco Paraguayo, En 1776, bajo el Gobierno de Don Agustin Fernando de Pinedo, se formé una Reduceién de Indios Mbocobis, que no doré mucho tiempo; pues los Indios se dispersaron & Ia muerte de su principal cacique Etasurin Naxac. Esta fanducién consta del documento C. N°, 12. Pero dos afios mes tarde, on 1778,en ocasion que el nuevo Gobernador del Paraguay, Don Pedro Melo de Por- tagal, iba & tomar posesién de su puesto, le pidieron nuevamente Reduccién los mismos Indios Mbocobis. El Seftor Melo de Portugal hizo todos lop esfuerzos deseables para lograr ese objeto; y en efecto les fandé una Reduc- cién & la derecha del Rio Paragaay enel Chaco, poco mas, 6 menos 4 los 26+y 16" segdn Mouches, frente & Remolinos, poblacién que ya existia 61a izquierda del mismo rio, La Reduccién de Mbocobis tenia una Iglesia con In advo- cacién de San Francisco Solano, por euya ras6i era lla mada «Reduccién de San Francisco Solano de Remolinos», ‘Panto interés se tomaba en estas Reducciones el nuevo Gobernador Don Pedro Melo de Portugal, que pasé é! en persona & establecerla, haciendo construir dentro de ella —-1— ‘un fuerte parasu mayor seguridad, (Véanse sobre este nuevo establecimiento los documentos del anexo 0, N~. 18, 14, 15, 88, 34 y 85; como también los del anexo D). Bi atin después de esto se necesitara mayor esclareci- miento sobre In fundacién y existencia de esta Reduccién en el Chaco, bastar! el estado (1) presentado en 1782 por el Procurador General Don Juan de Machain que, en In foja 14 del expediente original que entrego & V. E., dice al respecto lo siguiente: «En frente de Remolinos &la «banda del Chaco se halla 1a poblacién de Ia nueva Re- «duceién de Indios Mbocobis, que.fundé el presente Se- , cuyo sitio se les ha destinado para su poblacién, buscar la pox, yusar dela atenciénde V.E., no transcribo otros pasajes del mismo expediente, pero pueden verse al reapecto las declaraciones de los treinta testigos.en sus respuestas & la 8* pregunta, y especialmente In del 2° tee— tigo Don José Gregorio de Leon 4 fojas 87 vuelta y Ia del testigo Don Vicente Anselmo de Fleitas & fojas 80 vuelta. Como consta de los documentos citados, erta Reduceiéa 0 llev6 & cabo con los donativos de lop vecinos del Pi guay y sus exclusivos esfuerzos, proporcionéndose & los Indios alimentos, habitaciones, herramientas para trabajar 1s tierra y todos los enseres indiapensables & In fandacién de un pueblo. Fueron sns doctrineros Fray Ramén Alva- res, Fray Justo Fleitas y otros, ‘Tantos esfuerzos se hicieron por conservar esta Redue- cidn que, é pesar del cardcter inconstante de los Indios y de sus continaas sublevaciones, permanecié hasta 1817. Fué, pues, ya el Dictador Francia quien después de esta- blecer en el Chaco los varios fuertes de que hablaré mas adelante, ordend que so trasledaran dichos Indios & In parte oriental del Rio Paraguay. Bajo el Gobierno de Don Pedro Melo de Portugal en 1788, la Provincia del Paragaay establecié en el Chaco otra Reduecién, 1a de los Indios Tobas, frente al paraje hoy denominado «San Antonio» como & los 25 80" de la titad, segdu Moucher. Esta fundacién hecha siempre con os donativos del vecindario, tuvo como la.anterior su Iglesia, habitaciones, herramientas etc, habiendo sido su Doetrinero Fray Antonio Bogarfo, (Véanse sobre ella los documentos del anexo C. N. 16, 17, 18 y 19, asf como los del anexo D). Estos Indios abandonaron Ia Reduceién en 1790, aun- que por corto tiempo, pues volvieron & ella on 1791, siene do Gobernador del Paraguay Don Joaquin Aloz, y per- manecieron en ella por muchos «fos, 4 pesar de ru incons- taneia y de su maniflesta tendencia hécia Ia vida salvaje de sus impenetrables bosques. En la parte del Chaco, frente mismo 4 I Asuncién, el pareguayo Asencio Flecha tuvo por muchos afios una es tancia 6 establecimiento de cria de ganado vacano y ca- ballar, dedicdndose también 4 Ia agricultara en una scar In importante, con sus correspondientes poblaciones, has- ta que persegaido por los repetidos ataques de los Guai- curtis se vid obligado en 17984 trasladarse 4 la banda oriental del Rio Paraguay. ‘Atta cuando los muchos documentos que antes de In guerra existian en el Archivo han desaparecido, sin em- bargo, los del Anexo C, N", 20, 21 y 22 que felismente than quedado, instruyen suflcientemente sobre tal ves Ia mas importante de tas Reducciones que la Provincia del Pasaguay establecié en el Chaco, y es 1a que estaba sitna- da como & seis leguas al Norte de la Asuncién, con el bre de «Reduceién de Melodia», proximamente 4 los 26°,10' de latitud y enel mismo paraje donde en 1865 el Presidente Don Carlos Antonio Lopes fondé la «Nueva Burdeos», después «Villa Occidental», que existe hasta ab Esta Reduccién, establecida en 1786 bajo el Gobierno de Don Pedro Melo de Portugal, con donativos 6 por medio de contribueién de los Paragusyos, fué puesta & cargo y bajo Ja direocién de un rico sacerdote paraguayo, Don Francisco Amancio Gonzdles Escobar, quien habla ya dado principio & ella con aus propios recurve, Aceato sacerdote se entregaron esos donativos y él sie ‘s0i6 después sosteniondo Ia Reducciéa con su propio pe- culio, habiendo conseguido hacerla tan importante que reunié en ella varias naciones de Indios, como Lenguas, Cocolothes, Machicuts, Enimogas, Cochabotes, Pitilagas y ‘Tobas. Esto establecimiento permanecid en muy buen e&- tado durante diez y seis aos, en que la fortuna del elé- rigo babia sido notablemente disminuida; y 4 pesar de que al cabo de este periodo se disperearon algunas de las éri- —-u— bus que Ia compo:fan, otras permanecieron en la Reduc- cin hasta ol término de treinta afios en que fallecié ou doctrinero y principal sostenedor el padre Gonséles Ke cobar. Tengo on mi poder un legajo de 120 fojas que es un diario escrito de pufioy letra del expresado eacerdote, Don Amancio Gonséles, que comprende desde el afio 1786 a! afio 1800, y donde estén consignadas todas las ocurren- cias dela «precisamente estaba dentro de sus términos, ¥ como tal procedimiento fué plenament bado por el Rey en Oddulas (Anexo 0. N°, 7 y 8), 0 sigue que la Redaccién de Melodia te: {aya Iaaprobacién del Bay quien podia haber excusado el repetirla. Bayo e} Gubierno de Don Joaquin Aléz, en 1792, la Pro- vincia de! Paraguay, con el debido conocimiento del Vi- Rey del Riode In Plata, mandS construir en el Chaco, mas al Norte, abajo de In desembocadora del Rio Blanco, 4 los 21° de latitud, el fuerte Borbén, no solo para conte ner In invasin de los Portogueses territorios espafioles, sino también para dematcar con un monumento impere- cedero que le pertenecan de hecho y de derecho tanto los territorios de Ia izquierde, como los dela derecha del Rio Paragaay, sin pensar, sin embargo, jamés, que fuera sa hermana Ia Provincia de Buenos Aires (después Repibh- ca Argentine) la que posteriormente debia manifestar pro- tenstones sobre ellos. El Gobernador Alos fué quién hizo constrair et fuerte «Borbén», después «. Se tomaba esta actitad prudente, ain cuando las ideas revolucionarins germinaban en todas las cabezas, no solo en atencign al aprecio personal que gosaba el Sefior Ve- Jasco por su condusta recta y gobierno moderado, sind —31— principalmente porque el pueblo paragaayo, celaso de'us, legitimos derechos, ito queria, al escudir el yago del Colo- niage, hacerlo en condiciones de quedar como Provincia de Buenos Aires, pues tales era las tendeucias desu Junta. La resolucion de la Asamblen fué comunicada& la Jun- ta de Buenos Aires el 27 de Julio; quien inmedintamente, puesto que elio importaba y& una eeparacién, trat6 de 06- meterla & su autoridad por ia faersa, confiando al General Belgrano un ejército quo, en el mismo ado de 1810, inva- dié Ia Provincia del Paraguay. Batido este General en dos eneuenteos, evacué ou territorio, repasando el Parané, Estos argumentos de hecho hicieron comprender 41a Junta de Baenos Aires que el Paraguay no estaba dis- puesto & soportar el tutelage que pretendia imponerle; lo que le hizo variar de conducta, aunque solo en apariencia, puos obraba de manera & despertar en el dnimo del pueblo Paraguayo una sensible, pero justifleada descontanaa do ‘sus actos. =f La posterior reserva, ‘Sa ’igiphncia que el Pa- efoltcién Argentina, verdaderos motivos éatele América, El Paeblo Paraguayth Gi,eate tnt ‘crey6 Megadoel momento oportuno de pr jar'ah &pAncipacién politica, cayo efecto una Revoluci fo costé una sola gota de sangre, 60 Ilev6 & cabo el 14 de Mayo de 1811, instalén- dose el 16 del mismo mes;un Gobierno Provisorio com- Pueato de tres miembros bajo la, Presidencia de Velasco y que solo'debia durar hasta la reagién de.una Asamblea’ General de la Proviacis, que resolverfa sobre su form.a de Gobierno y todo lo relativo 4 su régimen politico. At dia siguiente 17, ol nuevo Gobierno publicé un ban- do 6 decreto en el que se decia: «que sus miras é intencio- «nes benéficas y pacificas son dirijidas solamente & pro- emover la mayor felicidad de la Provincia y no ha tenido «por causa y objeto entregar 6 dejar esta Provincia al «mando, autoridad 6 disposicién de la de Buenos Aires «ni de otra alguna, y macho menos, el svjetarla 4 ninguna «Potencia extrafin;y todos los nominados, rauy distantes de «somejantes ideas, no han tenido ni tienen otra que Ia de Tom. I Pie 11 y 18. Fn viata de esto se negocié Jas bases del Acuerdo y ee firmé, en 12 de Octubre de 1811, un Tratado de Alianza y mitua proteceién entre ambos nuevos Gobiernos. (Véase el Anexo C, Ne 47) Beo tratado en eu artfenlo IV, & mas de lo que se refie- real Partido lamado «Pedro Gonsélez», que es especial, usa de las siguientes palabras; «debiendo, en lo demés «quedar también por ahora Jos Ifmites de esta Provincia | Paraguay en la forma en que actualmente se hallan, cencargandose contiguientemente su gobierno de custo- «diar el Departamento de Candelaria», Por estas estipulnciones, se ve que se le reconocian al Paraguay los limites que tenia y se reapetaban consigaien- temente sus posesiones sobre el Chaco Paraguayo, que es- taban dentro de su jnrisdicci6n formando parte de an terri- torio, como siempre lo habia estado, por la larga y conti- nuada posesion que ejercia sobre él desde Ia Conquista y en virtad del mismo t{talo que todo lo demés que poseia posee hasta ahora, El art. 6° dice: «Por consecuencia de la indepen . Estas espresiones de uno de los hombres ilustres de la Repablica Argentina y que en aquel tiempo dirigia 6 destinos, es 1a mas plena prueba de la conciencia que te- nia el pueblo argentino sobre los derechos del Paraguay & —ad su territorio del Chaco, que hoy tan infundadamentese le dispatan. El Ministro de Relaciones Exteriores de la mismaa Con- federacién, sefior don Luis J. de la Pefia, en nota de 20 de Agosto de 1852 (Anexo E, Ne 8) no se expresa menos cate- Goricamente; pues, reriendose al sefior Director dela Confederacién Argentina, dice; «Considera que el tratado scelebrado es de grande importancia para ambos paises y «lo ha ratificado & nombre dela Confederacién Argentina», YY mas adelante: «Zi tratado, pues; que reglamenta los de- evechos de ambas Reptiblicas, es de le mayor importancia «considerado bajo todos aspectos. Fortifica los lazos que «ligan & ambos Gobiernos, y esto dé ventajas inmensas & «Jos interesea mereantiles 6 indastriales que son Ia base de dla felicidad fatora de estos paises.» «Ese paso dado por el Gobierno Argentino tiene simpa- « son precisamente Jos que habitaban y habitan aun el Chaco, frente & la Asuncién, sin que 0 les encuentre en otra parte, ni ma- Yr tana te Pi Pag, Ree Pay Tavnlan pro Pe Speier ieee ene U ca — 50 — cho menos é la izquierda del Rio Paraguay.—Puede verse sobre Io que afirmo, cualquier mapa de aquellos paises, donde se designe el lugar que ocapan los Indios, y entre muchos, el importante de Mouches y el antiguo de Olme- dilla, que se encuontra en la Biblioteca del Departamento de Estado, Siendo ast pues, y combinando lo que cl Padre Lozano dice on su obra citada, pégina 12, donde espresamente se- fials el Rio Bermejo como Imite de la Provincia del Rio dela Plata (hoy Reptblica Argentina) con lo que el mis- ‘mo autor refiere en Ja pégina 381, «que la nacién guaicwrd, esté dentro de la Provincia del Paraguay» resulta clara- mente que el Chaco formaba también parte de ella y per- tenocia consigaientemente & 1a Goberaucién del Paraguay (hoy Repiiblica del Paraguay). Heraos consoltado Ias obras de, Don Félix de Axara, que la Memoria Argentina dntes citada dé como favorable 4 sus pretensiones; veamos lo que dice: en el Tomo I, Cap: XIV, Pég. 291 do su obra sobre el Paraguay, (1) ercon- tramos lo sigaiente: «De lo que resultaba en 1620, se for- «maron des, el del Paraguay y el de Buen: «raites, largo tiempo indeterminados, se fijaron en el cur- «to del Rio Parand quedando aun sin asignarse en la parte del Chaco». : Como te v6, esto I6jos de ser favorable & Ia Repdblica, Argentina, dé claramente & entender que el Paraguay tie~ ne parte en el territorio del Chaco, pues si asi no fuera, no tendifan sentido alguno las palabrrs . Y¥ mas adelante— +A 1 1/2 legaas hallamos an rancho y 4 las 5 de Remoli- mos, la Estancia de Ia Nueva Reduccién de Tobas que Ila- «man Naranjay, tambien nueva fundacién del actual Go- «bernador, que se halla 4 la otra banda en el Chaco frente de «Remolinos.» Y luego despues, dice: «Caminamos y toma- «mos caballos signiendo por caminos idénticos & los de la ¢mafiana y 4 1/2 legoa hallamos la Estancia de la Reduc- scion de Indios Godiré que parece ser de Mbocovis, fam- bien fundacién del actual Gobernador en eb Chaco » De esta manera dejo demostrado, también por la auto- ridad del mismo Aséra, que el Paraguay tenia efectiva- mente Reduceiones en el Chaco, 6 lo que es lo mismo, pue- blos de Indios, y de consiguienta, que poseia ese territorio. “Bras dl a Pm, rin me de Bie Linus de Amin, Barer are Sa mel T taps ace at Qa! Bete ee —58— Un autor moderno el sefior L, Alfredo Demersay, en una obra histrica sobre el Paraguay (1), reconoce tam- bien expresamente los derechos del Paraguay & su territo- rio del Chaco, En el Tomo I, Cap. I, pag. 8, dice: «E1 Paro. «guay tiene derechos incontestables sobre el Chaco; son. «los que ha heredado de Ia Met: poli.» ¥ luego: «Las pre- «tensiones de la Republica Boliviana no nos son conoci- «das; Ins del antiguo Vireynato del Plata estén expucstas «en una obra habilaiente compilnda por un Ingeniero Ar- ‘ Otro autor moderno, el sefior Poncel en su obra sobre el Paraguay (1) C4 en sa cap. 6° exactos y luminosos datos sobre sus derechos al territorio cuestionado, espresandose en Is pagina 141 en estas palabras: (1) Le Paraguay modern pr Dejania Poscs}-Merslle 1047, — 6 — 4¥ sin embargo, si hay una seceion de las ex-colonias cespafiolus cvyos limites reposan en docamentos aaténti- cos y numerosos, es la del Paraguay » Y¥ mas adelante, refiriéndoso & Ia division de 1617 que, como todos los historiadores, fja erradamente en 1620, dice: «Desde entonces, lar fronteras del Paraguay fueron «trazadas por el Gobierno Espafiol, tales como el Para— eguay los reclama hoy dio de sus vecinoe.—Que este tftu= slo auténtico sea disputado por el Brasil er, en cierta ma- enera, una tradicion Logica do las incerantes querellas de «Espafia y Portugal; pero no sé comprenie Ia resistencia ede Buenos Aires hacia el Paraguay, & menos de entrar cen otro drden de ideas, y hélo aqui ete, etc.» Pero no es esto todo; un ilnstrado hombre pablico, el yé antes citado Don Luis L. Domingues, en su obra «His- toria Argentina», que sirve de texto en las escuelas y co- legion pablicos de ln Nacién Argentina, dice, en In Sec, IIL, Cap I, refiriéndose al primer gobernador que tuvo la Provincia de Buenos Aires, lo siguiente «Don Diego de Géngora se recibié del mando el 17 de «Noviembre de 1618, antes de hacerse la yn admi dtrativa que los cronistas djan en 1620.» «1.08 listites de esta Provincia eran, por el Norte, el dis- trito de Cérdoba del Tucuman, limitado al Este por el Rio Salado; et territorio det Chaco hasta el Bermejo; el de Corrientes hasta Ja banda austral del Parané; In Guairé y los estabiecimientos portagueses. Por el Este, el Oceano ‘Alléntico, Por el Sur, las tierras Magallénicas, ¥ por el Oeste, el desierto que los separa de Cuyo, (1) (Hy Temade da fia de Dea. Pde Poh, Pa, 10, — 56 — Queda asi constatada Ia opision de may notables his~ toriadores, entre ellos argentinos, sobre los derechos del Paraguay 4 su territorio del Chaco, al Norte del Bermejo, vi Los documentos del anexo C, como V. E. verd al final de ellos, son copias sacadas de los que existen en el Ar- chivo de la Asancién, por ol Escribano Mayor de Gobier no, cuya firma ha sido sucesivamente legalizada por los Sefiores Ministros del Interior, Ministro de Relaciones Ex” teriores y Eneargado de Negocios de Italin en Is Asun- cidn, quien, & pedido del Senior Secretario de Estado en el Departamento de Relaciones Exteriores del Paragaay, co- mo consta de los documentos de! anexo B, cotejé Ins eb pins sacades con los originales del Archivo, que fueron puestos & eu disposicién para el efecto, y asl lo certifica bajo su firma y sello de In Legacién & fojas 123 del espe- diente que entrego & V. E; cuya firma, & Ia ves, ha sido legate por el Seflor Marques de Spinola, Ministro de in Buenos Aires, y la do este Diplomético por el Benor Tomas 0. Osborne, Ministro de los Estados Unidos de América en la Repiblica Argentina; déndoles asl todo el eardcter de autenticidad requerido. Los otros, docamentos de esta Memoria, como los del Anexo D, constan on eapedientes que originales entrego & V.E, y los otros mas modernos, en libros que, como «El Paragaayo Independienter, fueron impresos hacen veinte afios, & mas de que, por ser may conocidor, no eabe sobre ellos dada algana, En Ia exporici6n que he hecho, he demostrado con citas y con docamentos fehacientes y conclayentes sobre Ia materia: 1e—Que la Asunciéa, actual capital de la Repiblica del —a— Paraguay, fo6 la primer ciudad que los Espaftoles fanda~ ron en aquellas regiones; habiendo salido de ella lus que repoblaron Buenos Aires y fondaron Ias otras cindades. %—Que el Paraguay no limit6 su dominio y sus esfuer- s08 de conquista sobre los Indios, sus primitivos morado- res, & Ia region comprendida al oriente del Rio Paragasy, ‘sino que tambien la estendié & 1a del Occidente 6 pais lla mado +E! Gran Chaco», fundando, en 1585, Ia ciudad de Ja Concepcion de Baeva Esperanza al Sud del Rio Berme- 40; poco despues, al Norte de este mismo Rio, las Reda ciones de «Ban Bernardo», «Santiago de Cangayé» y Ia de «Nuestra Senora de Dolores» 8*— Que al dividirse, en 1617, Is Provincia del Paraguay yeerearze la nueva de Buenos Aires, se adjadicaron desta cuatro cindades, entre ellas, Ia de Ia Concepcién que es— taba al Sor del Bermejo; y que, no habiéndose dicho nada sobre territorio, es justo comprender que sus I{mites no pasaban del expresado Rio Bermejo; maxime cuando en ia misma Cédula Divisoria se encarga al Gobierno dela Provincia del Paraguay que tratara de reducir & Ia {6 riatiana 4 gran néimero de indios infleles que Ia habitan; y que, ocupando estos precisamente las regiones del Cha- €0, forsoso es ecnrenir en que el espiritu de ese Real Dee pacho es que los territorios al Norte del Bermejo queda- ban siempre & Ia antigua Provincia del Paragaay; vinien- do 6 confirmar esta interpretacion las muchas Reduccio- nes qué el Paraguay llev6 & cabo en ese territorio, con aprobacion del Rey, despues de la citada Cédula Divisoria de 1617. 4°—Que destraida completamente Is Ciudad dela Con+ cepeiéa del Rio Bermejo, en 1681, trece afios después de la division de la Provinein del Paruguay, el Gobierno de la ‘Nueva Provincia de Buenos Aires no hizo tentativa alga- — 5 — na para repoblaria, 6 fandar algana otra poblacién, por insignificante que fuer; quedando ese territorio comple- tamente desierto por mas de un sigio, hasta que la Provin- cia del Paraguay volvié nuevamente 4 poblarlo estable- ciendo en él en diversas épocas y en distintos pantos, va- rias Reduceiones de Indios, formadas con el producto de Jas contribuciones voluntarias de sus propios vecinos y con Ia competente aprobacién del Rey, tales como: En 1762, bajo el Gobierno de Don José Martinez Fon- tes, In Reducci6n del «Timb6> de Indios Abipones, poco distanta de la desembocadura del Bermejo en el Paraguay. En 1776, siendo Gobernador Don Agustin Fernando de Pinedo, la Reduccion de «Ban Francisco Solano de Remo- Tinos» de Indios Mbocobis, frente & lo que hoy ee llama Villa Franca»; la cual, no habiéndose establecido con fir- meza por falta de recursor, lo fué en 1778, bajo el Gobi no de Don Pedro Melo de Portugal, y permanecié hasta 1817, en que ya gobernaba al Paraguay el Dictador Fran- En 1782, también bajo el Gobierno de Don Pedro Melo de Portugal, Is Redaccin de Tobas, frente & lo que hoy ¢8 «Ban Antonio». En 1186, la Reduccion de «Melodia» que permanecié por espacio de treinta afios, seis leguas al Norte de Ia ‘Asuncion, en el paraje donde actualmente existe ia pobla- cidn paraguaya llamada «Villa Occitentals. En 1792, bajo el Gobierno de don Joaquin Alos, el faer- te «Borbon», hoy «Olimpo», é los 21° de latitad, casi frente 4 In desembocadara del Rio Blanco, 5e—Que, & mas de estas pobiaciones, realizé también en todos tiempos varias espediciones al interior de los terri- torios del Chaco, unas para esplorarlo y reconocerlo, en- tre las que se encuentran 1a de los Padres Patifto y Nie~ bia, en 1721, que partieron del puerto de Ia Asuncién en dos embarcaciones y subieron el Rio Pilcomayo mas de doscientas Jeguas;—la que, en 1794, realiz6 el Coronel don Joré Bapinols, crosando todo el territorio del Chaco y Feconociéndolo, acompafindo de una numerosa escolta hasta salir 4 la Provincia Argentina de Salta, volviendo por el mismo Chaco y reconociéndolo por otros puntoe, todo 4 costa de los paragoayos;—también Ja que el mismo Ezpinola habia ya realisado poco dntes, cruzando el Chaco, desde In Reduccibn de Remolinos hasta el Rio Bermejo, con objeto de abrir un camino 4 Salta;—otras con objeto de castigar y someter &, los indios salvajes, en— tre las que se citan: 1a que realiz6, bajo el gobierno de Don Pedro Melo de Portugal, el Cabo Mayor Don Alonzo Ortis de Zérate y las dos efectuadas por el Sargento Me- yor Don Roque Gensales;—igualmente, que en aquellos tiempos los paraguayos tenian establecimientos particu- ares en el Chaco, como el citado de Asencio Fiechs, fren- te mismo & I Asuncién. 6°,—Que el Paraguay poseyé y ejercié derechos de sobe- rania en el Chaco, despues de sa emancipacion politica, como lo habia ejercido siendo Provincia espafiola, de- mostrandolo con Jos cuatro fuertes Ilamados «Santa Ele- na», con inmigrantes franceses, contratados espresamente en Enropa, dando al efecto una ley donde se dispone el modo y forma de ven— der las tierras y todo lo relativo 4 ou administracion; que, aunque los colonos nopermanecieron mucho tiewpo, la po- Dlacion no se abandoné, sino que siguié adelante con po- bladores paragaayos y con el nombre de «Villa Osciden- tals 1a que existe hasta ahors. T—Que & mas de todas las posesiones enumeradas, os Preciso fijarse muy atentamente en el Real Despacho de 1788, documento importantisimo, en que se nombra 4 Jon Pedro Melo de Portugal Gobernador Intendente de la Provincia del Paraguay, comprendiendo su jariedicciéa todo el territorio de su Obispado;, y que, como enaquel tiempo precisamente existian en el Chaco varias reduccio- nes & cargo de sacerdotes paraguayos y por consiguiente dependientes de su obispado, es forz0so convenir queel tado Real Despacho abraza tambien dentro de la jurisdi cidn asignada al Gobeinador Intendente, Don Pedro Melo de Portugal, el tersitorio del Chaco; caya disposicién, co- mo emaneda del Rey, derogaria cualquiera otra anterior que pudiera oponérsele, constitayendo de esta manera otro titolo legitimo para el Paraguay 4 su territorio del Chaco; puesto que bajo cata demarcacién jurisdiccional se eman- —61— cipé de la madre patria, heredando todo lo que habia te- nido como Provincia. Con todo lo espuesto,, pues, se deja claramente demos— trado que los derechos del ‘Paraguay 4 su territorio del ‘Chaco son legitimoe, perfeetos 6 innegables. Bn efecto, el Paraguay ha poseido el territorio del Cha- co, al Norte del Bermejo, desde Is conquista; es decir, por masde tres siglos costéndole inmensos eacrificios de vi- das y baciendas, sin que jamés ha; contradicho, ni privado de ese derecho, ‘Hay que considerar que los pueblos que fandé y sostu- vo en él, deede la Reducci6n de Abipones en 1763, si bien todos io permanecen hasta ahora, sin embargo praeban suficienteménte que desde aquella épcca remota jamés estavo ese territorio sin poblaciones paraguayas; unas eran destruidas habia ya otras iuevamenfs- blecidas, como lo demuestran’ las fechas de las f nes de las varias Rédueciones que quedan enumeihdas, los Foertes y' Villas que sucesivamente han ido ciéndose; debiendo, ademas, tenerge presente que de ellas, como Ia de «Ban Francisco Solano de Rey nos» que, establecida Ia 2 vex en él Chaco on 1778 Don Pedro Melo de Portugal, duré hasta 1817, es ‘cir, 89 afios; Ia de «Melodia que tavo principio en 1786 permaneciendo mas de treinta afios, y el Fuerte Botbén, (hoy Olimpo) que, desde 1792, dara hasta el presente, Hechos eon estos que por mas esfuersos que se haga no podrén ser negados, porque estén constatados en los ad- juntos documentos, que demuestran con tods lucides, que no. eran poblaciones efimeras las que se fundaron en el Chaco, como asevera la Memoria Argentina, sino formaa— Jes eetablecimientos que & pesar de no haber tenido todo” el éxito deseado, prucban bastantemente los derechos det —6— Paraguay A ese territorio y los esfuerzos que en todos tiempos h’cieron los paraguayos para poseerlo y dominar 4 los Indios salvajes que lo ocupan, De lo expuesto hasta ahora se deduce que los titulos del Paraguay & eu territorio del Chaco se basa 1° Enel derecho que emana de la conquista y de su ca- lidad de primer ocupante, demostrado por sus mass anti- ion no interrumpida, con aprobacion del Rey, de territorios desiertos durante mas de an siglo, des- pues de la Division de 1617. 8 En el Real Despacho de 1788, que fija Ia extension ter- ritorial y jorisdiccional de la Provincia del Paraguay, es- tando con toda evidencia comprendido dentro de ella el territorio del Chaco: 4 En el derecho de usucapion 6 preseripcion que ha adquirido segun el Derecho de Gentes por su pasifica y continuada posesion desde la conquista y especialmente desde 1762; derecho que invoco & su favor. Quedando los tres primeros puntos suficientemente es- playados, me permitiré solo decir algunas palabras sobre el tiltimo. Las posesiones que el Paraguay ha mantenido constan- temente en el Chaco, desde 1762, sin interrupcién alguna, Jas formalidades con que esas posesiones se llevaron & abo, el silencio completo y técita aprobatién de Buenos Aires, ast eomo el tiempo transcarrido, Ilenan preci mente todos los requisitos exigidos en el Derecho de Gen- tes para Ia usucapion del dominio y prescripci6n de los ahora pretendidos derechos argentinos al territorio del Chaco, ain prescindiendo momenténeamente de los otros titalos en que el Paraguay funda sus derechos. Puede verse sobre esta materia el Libro Il, Cap, Xl de Ja obra de Wattel «Le Droit des Gens», donde ests moy bien tratada, y Wheaton, P. II. Cap. IV § 4, como igas mente Bello, «Principios de Derecho Internacional, Parte 1, Cap. II, § 6, donde se usa do estas palabras: (1). Se equivecaba, sin embargo, el Ministro Paraguayo; pues el Gobierno Argentino, léjos de atender ous may jus tas exposiciones, aprobé plenamenie el proceder de su General en Gefe y asi se lo participé en oficio de 27 de Diciembre del mismo afio. El Gobierno Paraguayo en nota de 12 de Enero de 1870, al contestar 4 esta siltima comunicacién, terminaba di- ciendo: «Dejando ast contestada la nola de V. E.y salvo tam- «bien el derecho de la Republica del Paraguay al dominio «que, desde Ia fundacién de esta Provincia, ba ejercido hasta hoy en el territorio sltimamente ocupado por las «fuerzas dela Reptblicn Argentina, tiene el abajo firma- edo Ia satisfaccién de saludar ete. «tc.» Es de esta manera que el Gobierno Argentino se upode- 16 de hecho y por Ia fuerza del Chaco paraguayo que ja- més habia ni pretendido siquiera hasta el Tratado de Alianza, Constituido, mas tarde, el Gobierno Permanente de Ia Reptibliea, los Poderes Alindos envivron sus reapectivos (0) Blane Rela, Pig. 146, +49, -—n-— Plenipotenciarios para los arreglos definitivos de pas y limites, Moy pronto, sin embargo, se retir6 el Plenipotenciario Argentino, porque 4 causa de sns exageradas pretensio- nes sobre territorio paraguayo, no pndo arribar & ningun arregio.--Entrotanto el Plenipotenciario Boasilero firma- baen Ja Asuncién los tratados definitivos en Enero de 1872, A pesar de todo 1o eapuesto el Gobierno Argentino, abu- sando del estado de debilidad y postracién material & que Ja guerra habia reducido al Paraguay, y con flagrante des- conocimiento de los i nacional adoptado entre Ins naciones civilizadar, dié en 81 de Enero de 1872 un Decreto creando un Gobernador que sustitayera 4a ocupacién militar que seguia en la Villa Occidental. ‘Tan pronto como el gobierno de! Paraguay tuvo cono- cimiento de semejante atentado & sus derechos de nacién soberana, protesté oportuna y energicamente en los si- guientes (érminos «El Gobierno de la Reptiblica del Paraguay, en el deber «de salvar los legitimos derechos de Is patria, usarpados «por un acto arbitrario del Gobierno Argentino, en que, «por medio de un Deereto, se apodera del territorio del «Chaco, apelando & las fuersas de Ins armas qiie emplea «contra quien no puede resistir, hace su protesta ante el «mundo civilizado y ante todas Ins naciones amigas contra cel proceder incalificable del Gobierno Argentino, +E! Paraguay, al aceptar en sn fondo el Tratado de la «Triple Aliansa, por el Protocolo de 2 de Junio, se reser- «vel derecho de dirimir sus limites con los aliados, se «gain los Uitalos que cada una de Ins potencias presentara. +81 Paraguay, darante el Provisoriato en que qued6 des- —nNH «pugs de Ia guerra y habiéndose constituido 'y dédose un gobierno pérmariente, cada dia esperaba tranduilo 4 os «Plesipotenciarius de la “Alianza con objeto de celebrar sloa alaates defitivos de prs, comercio, navegucion y I~ emites. \Rélinmente ve dia desendo por Ia Reptblica para «Ahora bier, el territorio del Chaco incontestablemente cha pertenecido al Paraguay de tres siglos atras, sin que «la Repdblica Argentina jamés pretendiese semejante ter— atitorio, La 1* vex que salié & lux In pretension de ese do- «minio, fad cuando aparecié publicado el tratado de In «triple alianza que Aja la frontera de la Repdblica Argen- «tina en Ia Babia Negra. «Los Diplométicos do la Aliansa, deseando salvar un «principio internacional, modificaron el tratado primitivo «y celebraron con el Gobierno Provisorio de la Repdblien alos tratados preliminares de pas y los protocolos del 2 «de Junio, en donde se concede al Paraguay el derecho ede discusion y de Ia presentacion de sus titul «gC6mo pués el Gobierno Argentino sin oir al Paraguay «da la sentencin & eu favor declarando territerio nacional +al Chaco, cuando ese territorio esté disputado, y avan— exando 60 injusticia hasta nombrar Gobernador? «Claro esté que ha violado los solemnes pactos inter- «nacional «El Gobierno ‘le la Repdblica del Paraguay ve en el «Deereto del Gobierno Argentino ana amenasa & su exis- «tencia politica; un desconocimfento de sus derechos como enaci6u soberana, independiente y libre; nn ataque direc «to & su integridad territorial; y por dltimo, mira como eona conquista que hace, prevelido de Ia fuerza, & falta edo titulos legitimos, «Bl Paraguay, en presencia de sus documentos indispu- «tables de propiedad, scficrio y dominio que tiene sobre el «territorio del Chaco, esperaba de la ilustracién del Go- «bierno Argentino, que la cucetién de limites fucra resue!~ —B- ta en el terreno de una discusién ¢ranquila, ventilada F la diplomacia en la region serena de los principios. «Pero ante semejante Decreto ya no queda dada al pueblo paraguayo de las ideas de absorcion que tiene Ia «Repiblica Argentina sobre el Paragaay, y es por esta ra— «z6n que el Gobierno campliendo sa deber, protesta y no «reconoceré el Chaco por territorio Argentino, hasta que «, En Maizo de 1873 el Gobierno Argentino acredité cerca del Gobierno Paraguayo al General Don Bartolomé Mi tre, en el carécter ce Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario, en misién especial, con objeto de arre- glarla cuestin de Mmites pendiente y celebrar los otr tratadas definitivos, Lilenadas Jas formalidades de préctica y nombrado el Plenipotenciario Paraguayo, Ins conferencias empezaron bajo los mejores auspicios, siendo prestada al Ministro Argentino, en virtud del Acuerdo de 19 de Noviembre de 1872, Ia cooperaciéa moral por el Plenipotenciario Bi lero que habia sido acreditado al efecto. Sintetizando las pretensiones del Plenipotenciario Ar gentino manifestadas en las conferencias confidenciales (forma en que se ivicié y siguié In negociacién) fueron hasta exigir que el Plenipotenciario del Paraguay recono- ciese como argentino Ia parte del territorio paraguayo de Ins Misiones, situudo 4 Ia izquierda 6 al Sud del Rio Para- né;—Ia isla del Cerrito 6 Atajo situada en Ia confluencia -b— del Rio Paraguay con el Parané, y el Chaco Paraguayo hasta el bras» del Pilcomayo que desemboca en el Rio Pareguay casi frente & la Asunci6n; debiendo lo demas de eve territorio, desde el Pilcomayo & Bahia Negro, ser. de cidido por Comisarios nombrados de comun acuerdo, y-en ‘iltimo caso, sometido 4 arbitrage. El Plenipotenciario Paraguayo atendiendo & las cir- crnstancias especiales en que se ercontraba el Paraguay en ou calidad de vencido y destruido por la Alianza, des- pues de muchas hesitaciones, y aunque firmemente con- vencido de los derechos del Paraguey 4-todo el territorio que siempre habia poseido, se considers obligado 4 hacer las may ores conceriones posiblee en obsequio 4 Ia paz y armonia con sus vecinos, y ae resiged, con el dolor del par triota, &acordar|a cerion é In Repablica Argentina: 1° del territorio de las Misiones & la izquierda del Parand; % de la isla del Atajo 6 Cerrito; 8° de la parte del Chaco pa- ragusyo comprendido desde el Bermejo hasta el Rio Pile comayo, en el brazo que desemboca ensi en frente dela Asunci6n, debiendo quedar lo'demas de! Chaco, al Norte de etto rio basta Bohia Negra, reconocido como paregaa- yo;y para el caso deno arreglaree as{ por transaccién, ‘propuso que se sometiera al arbitrage de una 6 mas poten- cing amigas todo el territorio de! Chaco discutido, desde el Berinejo hasta Bahia Negra, FiMinietro Argentino Genera! Mitre, uno de los hombres piblicos mas eminentes de aquel pafs, que habin sido Pre~ sidente de la Repdblica Argentina en el periodo anteriory firmante del Tratade de Alianza, que se habia realizado durante ou gobierno, asf como el que mand6 en gefe los ejércitos aliados en In gnerra del Paraguay: conocedor por tanto, mas que ningun otro, de las pretensiones y verda- deras conveniencias argentina, no pudo responder inme~ — 6 — diatamenta en su eardeter oficial por falta de instrucciones esplicitas, aunque se mostr6 decidido sostenedor de In con= veniencia de aceptar Ia generosa oferta del Peraguay ven- ido; porque comprendié que era un verdadero sacrificio que hects este pais, y que las ambiciones argentinas, aun despues de Ia victoria, estaban satisfechas, sin que por ningan conoepto pudieran ir mas lejoe, & no ser que se les quisiera imprimir un cardcter de conquiat Sus comunicaciones al respecto con el Ministro de Re- laciones Exteriores de su pais son de la mayor importan- cia y dan tanta luz sobre los derechos del Paraguay al ter- ritorio que ahora esté sometido al arbitrage de V.E., que Hamo sobre elias may particularmente su atencién.—Di- chas comunicsciones constan de la Memoria Argentina del Departamento de Relaciones Exteriores del afto de 1874, que tambien entrego & V. E., sin que por eso deje de transcribir los siguientes pérrafoe: Nota Confidencial de 30 de Juniode 1873—Pég. 95. «Como signatario del Tratado de Alianza, puedo decir ‘que las pretensiones de Ia Repdblica Argentina parecian «no ir mas allé del Pileomayo, que colmaban Ins aspira- «ciones nacionales, cuadrando nuestro territorio. teritando euestiones y guerras faturas con nuestros lim{- «trofes por desierios que no necesitamos, ee. «Dada esta sitaacion creo que las pretensiones que ante cella podemos sostener.. 47 en las que reremos efleazmente apoyados por el Bresil, Ofiio de Julio 9 de 1873 -Pag. 126 «No siendo posible obtener del Gobierno del Para; renuncia & todo el territorio del Chaco que se ede al Norte del Pileomayo, respecto del cual V. E. mo prevecia on mis instiucciones uo habia diffcultad en con- «cederle dominio; dependiendo el éxito de Ia negociacion een Jo restante dela Villa Occidental que se halla al Nor- le del Pileomayo, y sobre lo cual V. E. me prevenia en las mismas que en tal caso consultaée dando ua informe, 4y esto diltimo es lo que he hecho fundando ini opinion «en consideraciones politicas y geogrdficas, mientras con «mejores datos pueda suministrar 4 V. E, ottos conodi- emientos, ‘inicss combinaciones & que se- «gan mi consulta anterior se prestaria este Gobierno: «Diacasién general de los i{tuloa al dominio del Chaco so- ‘emetiendo en ultimo caso Ia cuestiOn & arbitrage, compren- «diendo todo el territorio en cuestiGn—2* Adoprién def- «nitiva de la Iinea del Pileomayo como limite dela Repi- ablica Argentina con el Paraguay por el Chaco, salvando en todo caso los derechos de Bolivia. «De conformidad 4 lo ya manifestado en mi nota de 8 «del corriente y con sujecién & estas bases que son Iss ini. — 9 — «cas aceptables por este Gobierno, espero las instrucéio- enes precisas y las érdenes definitivas de V.B., sea para «del dominio de la Replica Argentina; debiendo ser de- 6 «Cerrito», situada en In conflaencia de los Rios Paraguay y Parané, Por el articulo 4° se deja al Paragaay una parte de 6a territorio del Chaco, Ia comprend'da: desde Bahia Negra al Norte, hasta el Rio Verde al Sud, que se halls & 103 28° 10’ delatitad segun Mouches, Por el mismo articulo se somete & la decision defnitiva de un fallo arbitral ia parte del territorio del Chaco que se estiende desde ol Rio Verde al Norte hasta el Pileomayo ‘al Sud, caya porcion comprende la Villa Occidental, sien- do V. B, elegido drbitro por el articalo 6, para resolver sobre el dominio de esta seccion, Como los términos en que esté concebida la redaccion del artfeulo 2, en que usa la palabra reconocido, pareciera indicar quo el Ministro Paraguayo no tenia ta conciencia, de los derechos del Paraguay al territorio cedido é 1a Re- pibliea Argentina, conviene hacer notar 4 V. E, que si (4) Anne ay He, consintié en qie se usaran tales palabras, fué solo por cl deseo de concluir los teatadas definitivos y por la presion moral del vencedor y fuerta sobre el vencido y débil, como patentemente se traslace de toda e:a negociacion. Sobre todo esa parte fué salvada en las conferencias, comprome- tiéndose el negociador argentino 4 no aducirla como ar- gumento 4 su favor, segun consta en el Protocolo de la 4* conferencia (1) en los siguientes términos: «Rn cuanto al stomor manifestado por 8. E el Sefior Machain de que el «reconocimiento hasta el Pileomayo por parte del Para- «gaay, colocase & esa Republica en una situacion desven- «lajosa &nte el Arbitro, manifest6 8. B. el Sefior Irigoyen «que salvaba toda duda declarando que el Gobierno Ar egentino no alegaria ésto como un argumento & su favor, cobligéndose el Paraguay 4 no aducir por su parte argu- «mento andlogo, por renuncia de derechos territoriales «que pudiers hacer el Gobierno Argentino.» ‘A fin de que V. B. se forme una ides exacta de los in- meneos 6 importantes territorios que el Paraguay, en su calidad de vencido, se ba vista obligado 4 ceder & los aliados victoriosos, es decir, al Brasil y & la Republica Argentina,—al 1° por el Tratado de 1872 y al 2° por el de 1876,—cesiones que han disminuido notablemente la exten- sion territorial de mi patria, me permito entregarle un mapa, de los mas exactos, que he separado de Ia obra de Benjamin Poucel, éntss citada, donde estén marcadas esas desmembraciones de territorio con fajas de colores. Esto daré 6 V.E, nociones de los sacrificios inmensos & que se ha sometido una nacion casi totalmente arruina- da en una larga guerra de cinco afios en qua se le corté toda comunicacion con el exterior. Mee Meinl de adone Rere de Repn Argan he —4— eNo reré esto bastante? gNo babré aun llegado el Para- guay al (érmino de sus infortonios? gSerd posible que se le quite aun ete territorio sometido & arbitrage, que le es indispensable para ou vida de Nacion Independiente, ou pas interna y la conservacion de la buena armonia con sus vecinos; mucho mas, enando el Estado que to ambiciona, no tione ningun derecho é é!, como queda demostrado, ni lo necesita bajo ningun punto de vista? No, no lo creo, y estoy tranquilo en le conciencia de mi buena causn; por que sometido el asunto 4 Ia decision de un hombre imparcial, digno Magistrado de una Nacion grande y poderora, sabré hacer cumplida justicia en favor de un pueblo debilitado por el resultado adverso do las ‘armas, pero que ne presenta fuerte en su derech> y confia~ do en la iluetracion y rectitud de V, E. Ix En el deseo de no abusar de In atencion de Y. &., no he demostrado tambien detalladamente, en el curso de esta, Memoria, 10s derechos del Paragaay al territorio de Ins Misiones sobre la inquierda 6al Sud del Rio Parané, que se ha cedido Ala Republica Argentina, como ya lo dejo dicho. Pero en el Anexo C. manuserito, desde el ném, 48 hhasta el mim. 76, constan los documentos relativos 4 los derechos del Paraguay sobre esa parte de su territorio, los que ademas et\én ya suficientemente esplicados en el Con- tra-Memorandum del Ministro Paraguayo en 1878, que va como apéndice; documento que se serviré considerar o0- mo parte integrante de la Memoria, tanto por Ia eireuns- tancia espresada cuanto por la referencin que & eu respec to se hace en el art, 9 del Tratado de Limites de 1876. Ademés de los innegables derechos que por tantos Iftu- los tiene el Paraguay, como ya queda demostrado, al ter- ritorio sometido & arbitrage, en que esté comprendida la, Villa Occidental: he dicho tambien que ese territorio le era necesnrio para el mantenimiento de eu independencia, de su pas interna y exteina, y para la existencia de un sistema econémico indispensable al sosten de su adminis- tracion piblica, - Tan importantes consideraciones que sin duda deben pesar tambien en el énimo de V.&. para dar el fallo arbi- tral de Ia manera mas equitativa y justa, merece. ser mas explicador, asi es que me permito entrar en algunas bre- ves consideraciones al respecto, Autes de terminar mi tre bajo. El Paragaay por su situncion geogréfica cs una nacion meditorrdnes, & la que el Rio Parané sirve como tinicn via flavin! de comunicacion con el exterior, y por dond> se hace sa comercio de exportacion de productos 6 impor tacion de géneros exirangeror Como dicho Rfo Parané, desde su confluencia con el Rio Paraguay basta su desembocadura en el Rio de Ia Plata, os exclusivainenta arge.tino, resulta que el Para- gusy esté obligado & hacer su trAfico por la Repdblica Ar- gentina: cuya circunstancia agregadu & que las produc ciones paraguayas actualmente no son bastante abun- dantes para que el pais pueda estender s1v relaciones y transaceiones mereantiles & los grandes contros de Amé- rica y Baropa, lo oblizan 4 limitarse & hacerlo cast ex- clusivamente con la Repdblica Argentina, que es al pro- sente, puede decirse, ou tinico mercado de consumo, Su posicion econdmicamente hablando es pues, muy es pecial; porque limiténdose las rentas del Paraguay -al producto de sus impuestos de Aduana, tiene que evitar en lo posible el contrabando, lo que no puede material uente hacer, si la Repablica Argentina fuese duefia del territorio al Norte del Pilcomayo, que es fronterizo 4 la parte mas — 6 — poblada de! Paraguay y de la que lo separa solo nn rio de Quinientos metros de anchura, que puede crusarse & cada momento, burlando cualquier vigilancia, que por otra par to costaria demasiado caro al Paraguay sostener. Bi se tiene en cuenta lo que acabo de esponer, y queen el estado provisorio presente Ia posesion argentina de la Villa Occidental ba ocasiona lo ya repetidas y justas qua jas del Gobierno del Paraguay sobre los frecuentes con- trabandos que porella se practican y que entibian cier- tamente Ia buena armonfa que debe conservarse entre ve- cinos, V.E:comprenderé Ia gravedad del peligro econd- mico que implica para mi pa(s ese territorioen poder de la Repibiiea Argentina, Pero no es esto lo principal, Ha sucadido y sucode des graciadamente que Ia proximidad en que Ia Villa Qeci- dental se encuentra de in Capital del Paraguay, Ia ba con: vertido, en poder de los Argentinos, en lngar de refugio, desde donde conspiran los malos paraguayos que aten- impanidad,—No me reflero de ninguna manera al Gobierno Argentino, & quien conside- ro digno 6 incapas de proteger & criminales; pero sf & balternos suyos, que muchas veces no guardan hicia el Paraguay consideracion alguna, dando lugar asf é eter nas quejas y desavenencias, que puelen ocasionar conse- cuencias deplorabies, hiriendo Iq susceptibilidad de am- bos pueblos, No hace mucho, cuando el asesinatu del Presidente del Paraguay, Don Joan Bautista Gill, algunos de los compli- cados en ese acto infame fueron sorprendidos en momen- tos que atravesaban el rio. I. policia fluvial lis persi- guid y aprehendi6 unc de ellos en el mismo rio, logrando Jos otros alcanzar tierra y escapar internéndore en el Chaco, De aypi euigieron protestas y reclamaciones de —9— ‘satisfaccion, que atin estén pendientes, por supuesta vio~ Jacion de territorio argentino, Sin embargo, el Paraguay por su estado de debilidad ha tenido que soportar resig- riado que en la Villa Occidental 20 diera hospitalidad & fos autores y cémplices de ese crimen, desde cuyo punto lian segaido conspirando contra el Srden piblico y las autoridades legalmente constituidas, Al escribir estas Mneas recibo diarios de la Asun- ion, y en un articulo editorial de «la Reforma nim, 682, de fecha 24 de Noviembre de 1877, que entrego 4 V.E., leo Jo siguiente, sin que pueda garantir su exactitud. «Segun una carta recibida en este por el Sefior Ministro «del Interior, General Don Bernardino Caballero, de una ‘persona reapetable de Ia ciudad de Corrientes, Nicanor «s y positivas que hemos demos- trado mae arrib Dice tambien (sin razon alguna) el Sefior Plenipotencia- rio Argentiny que «el Paraguay por si solo no podia pre~ tender 4 resolver esta cnestion nacional.......++ +» Este argumento tambien carece de fuerza y valor porque el Paraguay, habiendo entrado en el ejercicio de su sobera- nin & independencia, wsume la eficucia de dieponer de to- dos los dominios bajo los limites que e! Gobierno colonial de In Provincia ten{a y gobernabn; y es esta eficrcia de ejercer tal soberania 6 independencia, que el Paraguay ha demostrado con hechos pricticos por mas de medio siglo. Bi mundo es testigo de esta verdnd En restimen, de Ia cuestion de Misiones resulta que el Paraguay tiene el mejor derecho: Primero, porqno ape~ str 401las alternativas de dominio & que el territorio de — 123 = Misiones ha estado svjeto, por disposicion final del Rey de Espafia de 1806, faé unido y reconcentrado el Gobier- no militar y politico de Misiones & la Provincia del Para— guay,y en tal estado pronuncié éete cu independencia, adquiriendo con tal hecho los mismos derechos que otros pueblos de! miemo origen han tenido 6 invocado & su fa- vor, en identidad de casos, produciendo los efectos lega- Jes en los derechos internacionales, Segundo, porque en el Tratado de 1811, Buenos Aires reconociendo nuestra independencia, reeonocia tambien nuestros {mites en la forma en que estaban en aquel'a retualidad. Tercero, porque lo reauelto en el mismo Tratado para ser acor- dado en el Congreso Gene:al de las Provincias Argen- finas, no ha sido sobre Misiones, sind la cuestion sobre el Partido da Pedro Goraales, y esta cuestion, ipso facto, 20 vé por los hechos précticos, faé resuelta de la manera mas s6lida y estable 4 favor del Paraguay, y aunque ha- ya sido eldstico aque! pacto sobre otros limites (‘o que no fué asf); en todo caso se yobreentiende que cualquiera, resolucion.de tal Congreso, para causar efectos legnles, requeria la asistencia de los representantes del Paraguay ¥ otras formalidades imprescindibles que deben mediar, ‘evando se resuelve sobre limites con una nacion ya enol ejercicio de su soberan{a, y no habiendo sucedido asi xunque Ia disposicion del Congreso que ee invoca ba- ya existido, ella, como es natural y légico, ha caducado por falta de valor y fuerza en el principio del derecho de genter, puesto que el Paraguay ba ejercido siem- pre su soberania en tod s los territories hoy en cues tion, De suerte que para poder tener solucion Ia cu pendiente sobre Misiones y quedar por linea divisuria el Rio Parané, setfa tnicamente en virtud del protocolo ain Dig — 129 — de 7 de Mayo del corriente afto, en el que la Repiblica del Paraguay, consecuente con Ia buena politien de hacer Ia pas con Ia Repiblica Argentina, resolvié condicional- mente establecer Ia linen del mismo Rio Parané como di- visoria de ambas Repiblicas, Nora: El Plenipotenciario Paraguayo pasa en seguida A tratar la cuestion de la Isla del Atnjo 6 Cerrito, cuya po- sesion era tambien rcclamada por Ia Repiblica Argenti- na, y deapues de haber demostrado el perfecto derecho Que asistin al Paraguny sobre dicha isla, por el dominio ex- elusivo que babia ejercido siempre en elia, muchos afos antes de In guerra y sin contradiccion alguna ror parte de In Repdblica Argentina, entra & tratar la— CUESTION DEL CHACO, Para poder ser apreciado el incuestionable derecho que tiene el Paraguay subre el territorio del Chaco desde la mérgen isquierda de! Rio Bermejo hasta In Babla Negra, es necesario primeramente tener & la.vista y en conside- racion los hechos bist6ricos, asf como 108 titulos relativoe; por tanto, nos proponemos ilustrar Ia euestion en tal sen tido, pars despues deducir los derechos que resultan 6 fa- vor del Paraguay en virtud de los mismos hechos y titalos. La ciudad de 1a Asurcion, capital de In Republica del Paraguay y Rio dela Plata, fud fun lada por los espano- Jes en 1586 Los esp*fioles consiguientemente & Ia fanda- cion de Ia Asuncion procedieron & extenler sus domini J por medio de erfuerzos y sacrificios poblaron otras Vi- Mas 4 In izquierda del Rio Paraguay, ‘obrando de In ma manera &'la mérgen derecha del mismo rio; y desde quella époea no han cesado los conquistadores de pro- curdr con inmensos sacrificios de los vccinos de la Asune ‘cion, 1educir & los eilvajes moradores del Chaco en'Ia {6 — 130 — cristiana, y tambien con no menos sacrificios hacian les ex- pediciones al “ haco, ya para impedir el asalto de los In- dios, 6 ya para procerar por los medios pacificcs atrner- los, inepindndoles evnflasiza y est{mulo al trabajo, «La poblacin mas antigua que ha tenido el Paraguay en'su territorio'del Chaco, ha sido Ia ciudad de Ia Con- ecepcion de la Buena Esperanza del Bermejo, poblada en cel ato de 1585 4 In derechs del rio de ests nombre & la caltura de-treinta leguas de eu embocadura al Rio Para- per el Capitan Alonzo de Vera y Aragon; que al, dich Villa, partié de la Asuncion con «los vecinos de ella, llevando armas, municiones, ganados cvacunos, éaballar y toda clasede viveres costeados por cellos misifios y con el auzilio de los donativos que daban «los demas vecinos para dicha empresa, como sin gravar «en nada al Real Erario. «En 1a epsta izquierda del mismo Rio Bermejo y no muy, edistante de In ciudad de Buena Esperanza, fueron ° det, por los mismos vecinos de la Atuncion, «gunas redneciones de ios Indios del Chago, encomenda-. das & Jos propics, vecinos, tales como In de San Bernardo, tla de Santiago de Cunayé y la de Nuestra Seficra de Do- lores. . «El Procurador de la ciudad de la Asuncion, Don Ber- «nardo de Esp{noln, con el fn de hacer constar y perpetuar la memoria de la fundacion de In citada ciudad de Ja «Coneepeion en el, alto, 1606, rolicité por sf'y en nombre «del Cabildo de In Asuncion, que representabs, vertir una sinformacion de teatigos fdedignor, 6 probanaas verdade- «ros ad-perpetuam, de 1a citada fundscion, asf como de slos méritos. y servicios que & su pronio costo hat evecinos y moradores del Paraguay en | «diversas publaciones que se hab{an hecho,

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