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Comunicacion, poder y “comunidad imaginada” Carlos Ossandén 1. Se ha dicho que la humanidad esta hoy atrapada en un enjambre de excesos, vértigos € hiperrealidades, Que estos torrentes han instalado a nuestra especie en un escenario inédito ue abre la posibilidad (mas terrorifica que liberadora) de pensar el mundo sin ella. Que el trfico sin norte de las comuunicaciones o el imperio desmedido de la virtualidad o de los simulacros son algunas de las condiciones que explican este desvanecimiento: el de la propia centralidad del hombre en el mundo, Como si un nuevo y mas decisivo atentado a la arrogancia de creer que el hombre es el centro y la "medida de todas las cosas’ estuviese ocurriendo ahora, sin aparente drama, delante de nuestros ojos. Esta suerte de expurgacion antropolégica se viene llevando a cabo a partir de correlaciones mas 0 menos precisas. Ya no se vincula, como en la década de 1960, con la critica a un ‘sujeto soberano dispensador de sentidos, ni con la descripcién de unas estructuras que no tiene a éste como foco ultimo de explicacién. Ahora son, sobre todo, las nuevas arremetidas 0 colonizaciones operantes en los actuales escenarios massmediaticos, sin ser el Unico factor, las que proporcionan el marco. Ha contribuido a hacer efectiva dicha expurgacién el énfasis que se pone en el dominio sin contrapeso de la materialidad de los signos 0 en la “objetividad” maxima limite de determinados constructos. El cinematografico y baboso Alien ha sido un buen motivo para examinar la potencialidad, el caracter todopoderoso y perfecto, de unos dispositivos técnicos y signicos que se imponen precisamente debido a un derroche de visibilidad y también de inhumanidad’. Junto a los excesos de una especie de ‘pansemios's", tan infiita como camavalesca, no son cos los autores que, por otro lado, buscan examinar las nuevas relaciones que se entablan hoy entre las esferas publica y privada; unas inaiferenciaciones (esa “esfera social” que inquieto a Hannah Arendt) que estarian desestabilizando aquellos espacios mediadores y discutidores que interesaron a Jirgen Habermas en su célebre Historia y critica de la opinién publica, Sin necesariamente adherira estos tltimos aiagnésticos, aunque dentro de esta perspectiva general, 4 Me estoy siviendo de parte de lo que se serialé en el IV Congreso Intemacional de la Federacion Latinoa- mericana de Semidtica que two lugar entre el 27 de septiembre y el 2 de octubre de 1999 en Galicia, Esparia, y que cont6 con la partcipacién de Jean Baucrilard, Umberto Eco, Eliseo Verén, Frangois Jost y Rafael del Villar, entre otros. -253- Carlos Ossandon autores tales como Richard Sennett o Gilles Lipovetsky han venido resaltando los cambios 0 las nuevas geografias que se aprecian en estos dominios y, sobre todo, la preponderancia 0 la sobre exposicion que estarian teniendo los factores “intimos” o “psicolégicos”. Un reciente libro de la argentina Leonor Arfuch puede leerse a su vez como un contrapunto critico respecto de unas concepciones que mantienen la division clasica entre piblico y privado, trayendo a colacién unas mediaciones comunicacionales cuyos entrecruzamientos y heterogeneidades obligan a replantear el espacio de construccién de la subjetividad contemporanea?. Il. Tendriamos, entonces, por un lado, unos procesos de semiologizacién, de artificialidad © simulacion y, por el otro, unos procesos de psicologizacion y de superposicion de ambitos. No es claro, sin embargo, que esos torrentes como estos desequilibrios, por destacar solo estos dos procesos, hayan sido capaces de disolver las propias bases del proyecto moderno. ‘Aunque si habria que aceptar que las transformaciones que tensionan o complejizan los nuevos scenarios, aun cuando no son totales, al menos exigen revisar determinadas formas de pensar y diagnésticos® . De lo contrario, se hace cuesta arriba captar bajo sus propias complejidades © “méritos", digamoslo asi, las importantes reorganizaciones que, siguiendo a Beatriz Sarlo, estaria experimentando el campo cultural en América Latina a partir de la esfera audiovisual. Estas reorganizaciones no se expresan tan solo en nuevas tecnologias y formatos comunicacionales. Serian mas bien las nuevas mediaciones, apropiaciones o mixturas, modos de signficacion y de circulacién de los signos, en el marco de la expansion del capitalismo globalizado o multinacional, ode una ‘hiperindustria cultural’ de alcance planetario, segun Alvaro Cuadira, lo que estaria representando una mutacion en las matrices cognitivas o de comprension del mundo, en las experiencias cotidianas del tiempo y del espacio, como en los procesos de construccién de identidades. El investigador Alvaro Cuadra, que se acaba de citar, viene precisamente insistiendo que, en el paso de aquela “ciudad letrada” examinada por Angel Rama ala “ciudad virtual’, lo que se juega es un “nuevo disefio socio-cultural’ que trae un igualmente ‘nuevo “régimen de signiicaci6n’, una ampliacién sin precedentes de una “reproducibilidad’ que va mas alla del diagnéstico benjaminiano (la ‘hiperreproducibilidad’-un concepto de B. Stiegler- 2 Leonor Arfuch: El espacio biogréfico. Dilemas de la subjtividad contemporinea. Fondo de Cultura Econémica, Argentina, 2002. 3 René Jara, Claudio Salinas y Hans Stange han llamado la atencién sobre los desalustes que se constatan, en este plano, en algunos estudios en comunicacion. Si bien lo autores no buscan un nuevo vademécum, st incentivan interesantes desplazamientos o reorientaciones conceptuales. Ver “Las interpretaciones violentas: hegemonia, critica y estudios en comunicacién’, en Mapocho, Dibam, Chile, n. 58, segundo semestre de 2006. 4 Beatriz Sarfo: “En la cultura del zapping’, entrevista de Faride Zerén en diario La Epoca, Santiago de Chile, 15 de junio de 1997, Carlos Ossandén entendida como una ‘practica social generalizada’), una desestabilizacion de los registros o de los sistemas de retenciones, otras experiencias, un nuevo “sensorium” de masas* Como quiera que sea, sin desconocer las matizaciones, complejizaciones o especificaciones que una mirada historica 0 socio-cultural se veria obligada a introducir, con el advenimiento de la llamada “sociedad de los medios”, un siglo después de la llamada “sociedad de masas”, con la consolidacién, excesos o privatizaciones caracteristicas del modelo neoliberal, ha ido apareciendo ante nuestros ojos un horizonte que exhibe no pocas pérdidas, inequidades, desfiguraciones 0 cesantias de distinto tipo. Desde las historicas desigualdades sociales que ‘se proyectan en el ambito tecnolégico y sus usos, el descentramiento de unas instituciones (la escuela, por ejemplo) que ven decrecer la significacién de sus competencias y disciplinamientos, los compulsivos apegos de una sociedad de deseantes, hasta la marginacién que experimentan ciertos ethos culturales, o la precariedad o falta de espesor (y también readecuaciones) que ante las novedades modernas parece mostrar ahora mas nitidamente un cierto “ser nacional” (sise me permite la expresién). Esta ultima constatacién se conecta con preocupaciones recientes, tal como la manifestada por el flésofo Marcos Garcia de la Huerta respecto de “unas naciones asediadas y acaso en vias de disolucién, ante las exigencias impuestas por las estrategias del poder global", mas todavia -dice- cuando la viabilidad de éstas como entidades autonomas ha estado siempre en duda. Sila constatacién que hicimos es basicamente cultural, la preocupacién de Garcia de la Huerta es basicamente politica: tiene que ver con la nacién y su poder soberano, y sobre todo con la preeminencia que adquiere el oikos griego, como otras fuerzas e imposiciones, que han tetminado por invisibilizar al demos, y principalmente al ‘pueblo de la soberania’ ala polis como espacio comiin, discursivo y plural’ . De un modo parecido, es esta escena una de las razones a partir de la cual Grinor Rojo, Alicia Salomone y Claudia Zapata organizan su respuesta “a la embestida de que viene siendo objeto durante los titimos afios el concepto de nacién’, alertando respecto de los riesgos de disolucion de una dimension historica, eminentemente cultural y plural, probablemente no exenta de pactos, que precede al Estado, ‘si es que no cronolégica / haciendo aqui un guifo a la conocida tesis del historiador Mario Géngora / en 5 Estos iltimos alcances provienen de un trabajo inédito, préximo a publicarse, bastante notable, del profesor Cuadra. Su titulo: Hiperindustria Cultural Un resumen de este trabajo se encuentra en: La obra de arte ‘en la época de su hiperreproducibiidad digital’, Revista Re-presentaciones, Usach, Facultad de Humanidades, Escuela de Periocismo, Aro |r. 2, Chile, eneto-julio 2007. Me he servido igualmente de su texto: De la ciudad letrada a la ciudad virtual, Lom, Chile, 2008. 6 Jean-Marc Ferry: “Las transformaciones de la publicidad politica’, en Jean-Marc Ferry, Dominique Wolton y otros: El nuevo espacio piblco, Gedisa editorial, Coleccién El Mamifero Parante, Espatia, 1998, p. 19, ‘Marcos Garcia de la Huerta: La construccién del imaginario republicano en la historiogratia conservadora’, ‘en Mapocho, Dibam, Chile, n. 62, segundo semestre de 2007, p. 299 y otras, Del mismo autor no se puede dejar de consultar Pensarlapofitica, Editorial Sudamericana, Chile, 2003, La referencia que hacemos mas adelante a Mario Géngora y a Vicente Huidobro nos fue inspirada por estos textos de Garcia de la Huerta. -255- Carlos Ossandon cualquier caso éticamente’, siendo éste el lugar, el espacio comunitario de la nacién, donde -sefialan- se deposita la soberania?® II Quisiera, a continuacién, hacer brevemente dos alcances quiz no muy alejados de la dimensién politico-cultural de! topico recién subrayado. Siguiendo libremente el texto Saberes académicos y modemizacién, del profesor chileno Carlos Ossa, se podria sostener que nuestro presente exterioriza una extrafia lengua, que subsume y permite el desarrollo simulténeo y combinado de distintas lenguas: modemizacion con globalizacin, transicién politica con prudencia o verdad, massmediatizacin con vida cotidiana, sin ser éstas las Unicas combinaciones que posibilitan estos factores. Se trata de unas tramas que exhiben poderosos hilos de coser y no de una nueva “ideologfa” ya que en estos escenarios estan abolidas las “distancias’, al punto que dichas relaciones y expansiones se hacen pasar por “época’, dice Ossa®; tampoco, agregamos, éstas tienen que ver con ‘visiones de mundo” o con “filosofias” ya que la especificidad de estas redes no esta ni en las “grandes ideas’ ni en las coherencias 0 encadenamientos racionales sino antes bien en las contigiiidades o conexiones naturalizadas quelas constituyen; tampoco habria que concebirlas como una suerte de backgroundo “subtexto" capaz de articular 0 reinar desde las sombras, ya que el nivel en el cual estas redes se definen es més bien “exterior” o “prosopografico” y no “sustantivo”, y son pues los aparatos, los gestos, las narraciones insulsas 0 las “actualidades’ televisivas las que constituyen su elemento. Digamos, para terminar esta enumeracion, que esta nueva lengua no se confunde con la proyeccién o capacidad de absorcién de uno de los distintos “campos” que ha venido liberando la modemidad, tal como denuncia Pierre Bourdieu respecto de la extension del “campo periodistico” con las consiguientes crisis que esto genera en otros espacios, particularmente en la politica’, y tal como Habermas denuncié a su vez respecto de las extralimitaciones de un sistema econémico y administrativo, con las consecuencias que esto tiene para la propia realizacion del proyecto modemo"'. Lo que se quiere decir no se asimila del todo a estas perspectivas porque los distintos componentes que integran esas tramas o hilos, en lugar de ser reabsorbidos o impregnados, se hallan mas bien relocalizados y sobre todo resignificados dentro de las nuevas condiciones. 8 Grinor Rojo, Alicia Salomone, Claudia Zapata: Postoolonialidad y nacién, Lom, Chile, 2003. Ver especialmente el capitulo: "Nacién, Estado y globalizacién’. 9Carlos Ossa: Saberes académicos y modemizacion, Grupo Editorial Norma, Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicacion, Colombia, 2003 10 Pierre Bourdieu: Sura télévision, Liber, Raisons d’Agir, Paris, 1996. 11 Jirgen Habermas: “La modernidad, un proyecto incompletc Exitorial Kairés, Colofbn S.A, México, 1988. en La posmodemidad de Hal Foster et al., Carlos Ossandén La recurrencia a ese ya lejano dispositive cultural fundacional, que comprometié al propio ‘Andrés Bello en las primeras décadas de vida republicana, y que tuvo el proposito a través de un esfuerzo ingente, multiple, eminentemente discursivo, de sentar las bases de una “razon publica” (lustrada-letrada-oligarquica-masculina), sirve para marcar, en esta cruda y desigual comparacion, las diferencias con el presente. Es claro, desde la perspectiva que estamos desarrollando, que las nuevas formas de validacién no sélo apelan a recursos o apoyaturas muy distintas: estas tienden a obnubilar aquellas “distancias’, deciamos recién, a partir de las cuales se podia objetivar 0 reconocer lo dado, precipitandose asi unas dinamicas de integracion, de co-participacién y sobre todo de co-enunciacién que no permiten u obstruyen la asuncién reflexiva, politica e intersubjetiva de las cosas. Sin pagar los costos que supone un poder identificable, situado en las alturas, que se ha desprendido de lo social y cuya defensa es la represi6n fisica 0 simbdlica, los nuevos poderes coligados a una serie de facticidades distintas, a presentes perpetuos o a un devenir que no conduce a ninguna parusfa, instituyen unos modos de produccién o de significacion de lo real que aparentemente ya no necesitan de centros enunciativos, de relatos, de actores sociales ni tampoco de autores para perpetuar su hegemonia. Digo aparentemente para no contradecir el rol que se le concedera, en seguida, a la television. En el contexto, entonces, de un tipo de existencia residual y cooperativa, dislocados del sentido de nuestras experiencias, en la dificultad de precision de un Jocus, las actuales condiciones parecen arrebatarnos hasta el nombre de las cosas, muy a pesat de las funciones que para la inteligencia fj6 en sus Eternidades Juan Ramon Jiménez. Esta es la primera cuestion que deseaba plantear. He aqui la segunda. Desde la perspectiva que hemos venido ensefiando, la politica, lejos de desaparecer 0 de ver negados sus fueros, mas bien extiende su haz, colandose por cualquiera de los parajes que definen hoy la modernizaci6n ola cultura mediatica. Ella es ahora diffcimente disociable de ese hilo de coser y de esos tejidos que mencionabamos mas alras a propésito del texto de Carlos Ossa. Menos tributaria de una cierta institucionalidad y de ciertas practicas como las elecciones, més cercana a unas administraciones del habla, a unas incorporaciones (© modelaciones subjetivas y microfisicas que superan los viejos abismos entre emisores y receptores, lo politico se integraria a unos soportes, a unos géneros, a unos codigos, a unas expectativas y ajetreos que naturalizan o transforman en “sentido comin" las nuevas condiciones de la globalizacién, del capital o de la transicion democratica en Chile, de un modo tal que tienden a hacer dificil la diferencia o el contraste entre lo que los individuos creen como propio y lo que se teje o enmarafia dia a dia. Enla linea de lo que ha venido proponiendo Juan Pablo Arancibia, no son los lamados "medios” los canales principales a través de los cuales el “mensaje” politico se manifiesta, antes bien es la propia trama destacada la que exterioriza unos procesos de significacion y de pertenencia, unas curvas muy activas de visibilidad y de enunciacién en el lenguaje de Gilles Deleuze, -257- Carlos Ossandon unas selecciones o combinaciones en el Ambito de los significantes al decir de Eliseo Veron ((a propia reubicacién que sufre la palabra o el logos es significativo en este sentido), unas jerarquias y subalternidades, unos consensos y disensos, unas inclusiones y exclusiones, unas subjetividades, ‘polic/as” o normalizaciones, cuyas regularidades u obstinaciones definen, no una racionalidad en general, sino un determinado e histdrico régimen de poliicidad, que no coincide exactamente con anteriores regimenes en Chile"? En estos escenarios, la television, 0 lo que quede de ella (segin Veron ya habria comenzado el declive de la “television hist6rica’), es algo asi como el texto o la urdimbre, no la “ventana al mundo”, donde se realiza o se visibiliza la simbiosis entre la politica y los demas simbiontes destacados. Se podria decir mas especificamente, sirviéndome ahora de las investigaciones que ha venido realizando Eduardo Santa Cruz, que la television opera como un “actor sociocultural”, que se sitiia en una compleja trama de interacciones culturales, que no es ajeno ni ala historicidad nia los cambios ni a los procesos de creacién o refuerzo de imaginarios colectivos. Bajo estas coordenadas, mas alla de una vision meramente instrumental, la television hecha en Chile ha sido capaz, en el marco de determinaciones que van en una y otra direccién, de concertar, de enlazar aspectos dispersos, de crear sentidos de pertenencia y al limite de actuar como una renovada o sui generis ‘matriz’ de la “nacionalidad’ - un nuevo guitio a Mario Géngora - aunque no de un modo exterior o extrafio a la sociedad. En esta direccién ha podido fabular respecto de un “nosotros” que se proyecta en una modemidad que también requiere de narraciones o de mitos, por estereotipados que estos sean" Puestas las cosas de esta manera, una alternativa seria adherir al conocido Balance Patrotico (1925) de Vicente Huidobro para concluir que lo que se ha venido destacando, aquellas tramas como estas narraciones, no son lo suficientemente enérgicas 0 estables en el tiempo como para dibujar un alma’, que es precisamente lo que nos ha faltado, ya que para nuestro poeta “una nacién no es una tienda, ni un presupuesto una Biblia" y de la “mera comunién de vientres no resulta una patria’, ast como decir “socios’ no es lo mismo que decir “ciudadanos”". Otra altermativa seria aceptar, desde una mirada mas historica, que han sido distintos los engranajes, agentes y acciones a parr de los cuales se ha administrado el “alma” nacional y que, en un juego complejo de tradiciones y novedades, estos han dejado algunas huellas". En el caso 42Cft. Juan Pablo Arancibia: Comunicacién Politica. Fragmentos para una genealogia de la meaiatizaciin en Chile, Universidad Arcs, Chile, 2006. 18 Cfr. Eduardo Santa Cruz A: Las telenovelas puertas adentro. El discurso social de la telenovela chilena, Lom, Chile, 2003. 14 Vicente Huidobro: Balance patridtico, incluido como anexo en el Ensayo hist6rico sobre la nocién de Estado en Chile en los sigs XIX y XX (Eaitoral Universitaria, Coleccion Imagen de Chile, Chie, 1992) de Mario Géngora 415 Sobre estos terias se puede consultar con provecho el artioulo de Ménica Quiada: ",Qué nacién? Dinamicas y dicotomias de la nacion en el imaginario hispanoamericano del siglo XIX’, en Imaginar la Naci6n, -258- Carlos Ossandén de continuar con esta linea de reflexion, se puede postular que los nuevos operadores, soportes, lenguajes y publicos que definen nuestra actualidad, en lugar de confirmar nuestra inveterada falta de “alma’, para retomar la expresién y el diagnéstico del poeta, mas bien alientan unas fuerzas de integraciin y de cooperacién que, compensando muy importantes défi, instauran, después de muy duros golpes, y sin que la violencia abandone su cotidianidad, una cierta “comunidad imaginada’ (Benedict Anderson), REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS + Anderson, Benedict: Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusién del rnacionalismo, Fondo de Cultura Econdmica, México, 1993. + Arancibia, Juan Pablo: Comunicacién Politica. Fragmentos para una genealogia de la mediatizacion en Chile, Universidad Arcis, Chile, 2006 + Arfuch, Leonor: El espacio biografico. Dilemas de la subjetividad contemporénea, Fondo de Cultura Econémica, Argentina, 2002. + Bourdieu, Pierre: Sur a télévision, Liber, Raisons d’Agir, Paris, 1996 * Cuadra, Alvaro: ‘La obra de arte en la época de su hiperreproducibilidad digital’, Revista Re- presentaciones, Usach, Facultad de Humanidades, Escuela de Periodismo, Aro I, n. 2, Chile, enero-ulio 2007. * Cuadra, Alvaro: De la cludad letrada a la ciudad virtual, Lom, Chile, 2003. + Ferry, Jean-Marc: “Las transformaciones de la publicidad politica’, en Jean-Marc Ferry, Dominique Wolton y otros: El nuevo espacio piiblico, Gedisa editorial, Coleccién El Mamifero Parlante, Espafia, 1998 * Garcia de la Huerta, Marcos: “La construccién del imaginario republicano en la historiogratia conservadora’, en Mapocho, Dibam, Chile, n. 62, segundo semestre de 2007. + Garcia de la Huerta, Marcos: Pensar la politica, Editorial Sudamericana, Chile, 2003 + Habermas, Jirgen: ‘La modemidad, un proyecto incompleto’, en La posmodernidad de Hal Foster ef a, Editorial Kairés, Colofén S.A., México, 1988. + Huidobro, Vicente: Balance patriétco, incluido como anexo en el Ensayo histérico sobre la rnocién de Estado en Chile en los siglos XIX y XX (Editorial Universitaria, Coleccion Imagen de Chile, Chile, 1992) de Mario Géngora. Cuadernos de Historia Latinoamericana, Ahila, n. 2, Hamburg, 1994, Cuademos de Historia Latinoamericana, Anila, n. 2, Hamburg, 1994. -259- Carlos Ossandon + Jara, René | Salinas, Claudio / Stange, Hans: “Las interpretaciones violentas: hegemonia, critica y estudios en comunicacién’, en Mapocho, Dibam, Chile, n. 58, segundo semestre de 2005 + Ossa, Carlos: Saberes académicos y modernizacién, Grupo Editorial Norma, Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicacién, Colombia, 2003. * Quijada, Monica: "Qué nacién? Dinamicas y dicotomias de la nacién en el imaginario hispanoamericano del siglo XIX’, en Imaginarla Nacién, Cuadernos de Historia Latinoamericana, Anila, n. 2, Hamburg, 1994. + Rojo, Grinor / Salomone, Alicia / Zapata, Claudia: Posteolonialidad y nacién, Lom, Chile, 2008. + Santa Cruz A., Eduardo: Las telenovelas puertas adentyo, El discurso social de la telenovela chilena, Lom, Chile, 2003 + Sarlo, Beatriz: “En la cultura del zapping’, entrevista de Faride Zerdn en diario La Epoca, Santiago de Chile, 15 de junio de 1997. -260-

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