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2} primero: 3 —{Cusl eres i, guerrero valentisimo, ‘mortales hombres? Jamis te vi en las batallas, donde qos varones adquieren gloria, pero al presente & to dos los vences en audacla cuando te atreves a esperar imi fornida lanza, (Inflices de aquellos cuyos hijos #e foponen ami furor. Mas si fueses inmortal y hubleses descendido del cielo, no quisiera yo luchat con doses ‘celetinles. Poco vis al fuerte Licurgo, hijo de Dian: te, que contendin con las celestes deidades: tn los sacros montes de Nisa a 1as nodrizas de Dionisio, aque estaba agitado por el delirio béquico, Yas cuales firacon al suclo 18 trtos al yer que el homicida Licur {0 law acometin con la aguijada; el dios, expantad, se Srrojé sl mar, y Teta le Tecibi6 en su regazo, despavo- tidy agitado” por fuerte temblor por Ia amenaza de Tguel hombre; pero Jos felices dioses se irrtaron contra Licurgo, cegéle el hijo de Cronos y su vida no fue lar- ‘ta, porque se habla hecho odioso a los inmortales todos. Con los bienaventurados dioses no quisiera combatir; pero si eres uno de los mortales que comen los frutos Se la tierra, acéreate para que més pronto Tegues all érmpino de tu perdicién. +4 Respondidle el preclare hijo de Hipéloco: «: —iMagndnimo Tididal gPor qué me interrogas 5? Cual la generacion de las hojas, ast el aboleny >, y la selva, reverdeciendo, produce otras al Hlegar 1 primavera: de igual suerte, una generacién humana nce y otra perece. Pero ya que deseas saberlo, te diré 4c mi linaje, de muchos conocido. Hay una ciudad lamade ffira en el rifién de Ta Argélide, criadora de y en ella vivia Sisifo Bélida, que fue el més Jino de Tos hombres. Sisifo engendré a Glauco, ¥ {e al eximio Belerofonte, 2 quien los dioses concedic- vilezay envidiable valor, Mas Preto, que era oso entre los argives, pues Zeus 1os habla 0, hizole blanco de sus maquinacio- ciudad. La divina Antea, mujer de Preto, haba desesdo con locura juntarse. clandestina- ne com Belerofonte; pero no pudo persuadir al pru- sélo pensaba en cosas onestas, y F i BEE inline biel jad ne Batece ee todo matara a ta ineluctable wer ‘no humana, sino divina, con cabeza de deagén y etiorpo de cabra, que respirtba horribles Mamas; y aquél le dio muerte dlivinales indicacones. Lego, tavo que afamados s6limos, y decia que éste fue combate que con hombres sostuvo. -quit6 Ja vide a tes varoniles amazonas. Saba a Ia ciudad, el rey, urdiendo otre dolosa tr frméle un celada con Ls varones més fwertes que iS en ta expaciosa Licia: y ninguno de éstoe volvis su cass, porgue a todos les dio muerte el eximio Bele- rofonte, Comprendis el rey que el héroc era wistago Hasire de alguna deidad y Je rotuvo ali, Je cax6 com su hie y comparié con ét la dignided rogia: 1s Ticios, heel HEE still ‘atrajo ef odio de todas Ins deidades, vagaba solo por los campos de Ale, royendo su ane téindose de los hombres; Ares, insaciable de pelea, hizo ‘morir a Isandro en un combate con los afamados séli- mf me engendré Hipsloco (de éste, io) y enviime a Troy, recomendindoms In mio ears yea see ere 70 dashontae el lnee de mls antpansce, qua fueron Nos hombres mis valientes de Eiray Ia extensa Licia, Tal aleurnia y tal sangre me glorio de tener. 24 Ast dijo. Alegréee Diomedes, valine en el com- be; y clevanda in pica en el also suck, ropondlé im ci abana pu de tre De =—-Pas eres mi ang hulopel. eterno, por qve el diving neo horpeds en su palacio al eximio ‘obsequiaron con magnificos presentes de hospit io wn vistoso tahalf tefiido de parpura, y Belero- tuna furea copa de doble asa, que en mi casa que- ‘vine, A Tideo no lo recuerdo; dejéme aE it a ‘muy nifo al salir para Tebas, donde pereci6 el ejéreito ‘aqueo. Soy, por consiguiente, tu caro huésped en el centro de Argos, y ti lo seris mio en la Licia cuando ‘vaya a tu pueblo, En adelante no nos acometamos con In lanza por entre Ja turbe, Muchos troyanos y aliados ilustres me restan, para matar a quien, por la voluntad de un dios, alcance en la carrera; y asimismo te quedan ‘muchos aqueos, pera quitar la vida a quien te sea po- sible, Y ahora troquemos la armadura, a fin de que se- ‘pan todos quo de ser huéspedes paternos nos gloriamos. 2 Habiendo hablado asf, descendieron de los ce mos y se estrecharon Ia mano en prucba de amistad. Entonces Zous Cronida hizo perder la razén 4 Glauco; [pues permut sus armas por las de Diomedes Tidide, Tas do oro por las de bronce, las yaloradas en cien bbueyes por las que en nueve ee apreciaban. ey

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