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JUAN balvdy i) i CENTURION SEGUNDA EDIcion ASUNCION Yop. de oA DEMOCRACTAs—Calles Oliva y 2 da Diciembre isse6 CONFERENCIA DADA EN EL AVAMAD PARABTALO LD In fl 1 | AW al PA ah te ! En la noche del 28 de Enerode 1885 y otras publioactanes relativas a instruccion publica en tiempo de los Lopez POR JUAN CRISOSTONO CENTURION ‘SEGUNDA EDICION ASUNCION Imp. de «LA DEMOCRACTA»—Calles Oliva y 25 de Diciembre 1886 Ree erh CONFERENGIA DADA EN EL ATENEO PARAGUAYO, EN LA NOCHE DEL 28 DE ENERO Du 1885 Por, JUAN CRISOSTOMO CENTURION SrSorus: Impulsado por el entusiasmo que inspiran los nobles y eleva‘los propésitos de este naciente centro de ilustracion, no he vacilado en venir & tomar parte con mi grano de arena en el trabajo que ha emprendido con la plausible y patridtica idea de mejorar las condiciones morales é inte- lectnales del Paraguay. Todo esfuerzo que tienda 4 desarraigar de la conciencia del pueblo los errores politicos y los vicios sociales que una dictadura no interrum- pida de mas de medio siglo ha podido inculearle, debe ser acogido, nolo dudo, con aprobacion é indulgencia por vosotros y por todos los que sienten un verdadero interés en promoyer el bien de su patria. En un pais como el nuestro, donde, por una fatalidad inconcebible, los hombres han estado desde un principio sometidos 4 la arbitrariedad y al despotismo; donde la voluntad del gobernan- te ha sido mirada constantemente como la ley suprema; donde la influencia de la religion se ha utilizado para reducirlos 4 la mas ciega obedien- cia; naturalmente deben existir preocupaciones politicas y sociales, y costumbres y habitos vi- ciosos, engendrailos por estas mismas que con- tribuyen no poco 4 entorpecer y retardar la mar- cha de sucivilizacion. Esta cireunstancia pone en evidencia el deber que tenemos de adoptar los medios que deban operar gradualmente la refor- ma y trasformacion de nuestra sociedad, y la necesidad, por consiguiente, de reaccionar con- tra nuestro pasado, lo cual constituye el tema de esta conferencia Alguien ha dicho: dime el sistema de gobierno bajo el cual vive un pueblo, y te diré la educa- cion de ese pueblo, Quien asi ha discurride no ha podido ménos que estar profundamente con- vencido de lainfluencia inmensa que ejerce sobre las favultades morales é intelectuales de los aso- ciados el régimen politico & que estos s¢ hayan so- metido, ora voluntariamente, ora por la fuerza 6 la imposicion. Por eso no hay filésofo que, al ocuparse de las diferentes formas 6 sistemas de gobierno inventados por el ingénio humano, ha- ya dejado de consignar, como resultado de la ex- a= periencia, las virtudes y los vicios peculiares 4 cada uno, 6 sea los efectos mas é ménos prove- chosos, 6 mas 6 ménos perjudiciales al desarrollo de los principios que promueven el perfecciona- miento y la felicidad del hombre. A la verdad, el valor moral 6 seala educacion de un pueblo no se forma solo de los elementos que se ensefian en las academias, en las escuelas y en los cole- gios, sino tambien, en gran parte, de las impre- siones que recibe desde su infancia del ejercicio del poder que se ha constituido para dirijir su destino y labrar su bienestar y prosperidad. No entra en mi propésito hacer la historia 6 la anatomia de los caractéres constitutivos de ca- da uno de ellos, lo que seria un trabajo superior 4 mis fuerzas; sino simplemente hacer algunas reflecciones acerea de los efectos perniciosos del despotismo sobre las facultades morales ¢ inte- lectuales del hombre, donde quiera que éste ha- ya tenido la desgracia de vivir bajo su domina- cion; pero particularmente aqui en nuestro pais en la 6poca en que gobernaba el doctor Francia. eQué es el despotismo? Puede definirsele di- ciendo que es el poder politico que reposa sobre Ja base de la esclavitud del espiritu. Asi, pues, solo puede existir & costa del aniquilamiento del hombre. anes De ahi resulta que donde quiera que se esta- dlezea se fomenta la ignorancia, se combaten las ideas, y se deprime el pensamiento, empleindose para el efecto el mas refinado arte en acostum- brar & los ciudadanos & la presion de una disci- plina fisica y moral que no les permite 4 lalarga hacer otra cosa que concebir las ideas y creen- cias que se les trasmiten sin que tengan la facul- tad 6 el derecho de juzgarlas. Uno delos efectos mas terribles é inmediatos del sistema despético esel terror, que, 4 su vez, engendra una larga serie de vicios repugnantes que degradan y en- vilecen el cardcter del hombre:—la mentira, la calumnia, la falsedad, la hipocresia, la ma- lafé y la suspicacia, reemplazan silos senti- mientos mas nobles y generosos de que es capaz el corazon humano, debida y convenientemente educado.—Lord Brougham constata en su Filoso fia Politica con datos irrecusables el hecho de que donde existen ménos franqueza y dignidad entre los hombres en sus relaciones ordinarias es on los paises acostumbrados 4 la tirania y al despotismo, y que, desta razon, enninguna par- tees mas dificil descubrir la verdad, tanto en los procedimientos judiciales como en las cosas que se relacionan con la vida social y politica, que en los paises asidticos y sobre todo en la China y en la Turquia. Pero gpara qué ir tan Iéjos ni generalizar tan to la materia? Basta estudiar los efectos terribles que ha pro ducido el reinado del terror entre los habitantes del Paraguay; basta hacerse cargo de los hechos que se habian desarrollado paulatinamente en todas las esferas de la accion social é individual, para quedarnos penetrados de la necesidad de reaccionar constantemente contra los errores que habia cimentado el mas extravagante y ab- surdo sistema dictatorial que concebirse pueda. Cuando el Paraguay, como una de las conse- euencias generales de la revolucion del afio 10, llegé a ser independiente, el gobierno que se did bajola forma republicana no sabia cudles eran las condiciones del nuevo sistema, (como no lo supieron tampoco en otras partes), y en lugar de adoptar una administracion basada sobre los principios representativos, lo que hizo fué conti- nuar las tradiciones dela autoridad arbitraria que conocia como tinico modelo, las cuales ense- naban que el Estado era el todo. La consecuen: cia fué que el nuevo gobierno republicano, como depositario de la soberania absoluta del pueblo, se habia creido tambien con derecho 4 dominar Sey =e Jas acciones de los ciudadanos en todas las esfe- ras, y de reglar la conciencia, el pensamiento y los intereses de los individuos. El resultado de semejante gobierno necesaria- mente tenia que ser lo que fué: que el pueblo lleg64 ser enteramente dependiente de él que lo abarcaba todo, suprimiendo toda iniciativa indi- yidual, y que las poblaciones erecian y vegeta- ban en la mas profunda ignorancia; lo unico que sabian era respelar y someterse, acostumbrando- se 4 no tener mas conciencia ni opinion de nada, esperando tranquilamente recibir todo del go- bierno que era mirado y acatado como la imégen de Ja Providencia Los medios que se han puesto en practica para dominar la inteligencia y el corazon, para em- botar los sentidos y convertir a séres racionales en autématas, fueron los mas terribles, conce- bidos 6 inventados por las elueubraciones fati- dicas de hombres encerrados en los claustros bajo la dominacion del fanatismo religioso del siglo VI y VII. EI terrorismo de la época de Francia por eso desafia toda descripcion; el cuadro trazado por el pincel del mas habil pintor, por vivos que fue- sen los colores, no seria sino un pélido reflejo de ja realidad. +4 Biblioteca Digital ser ey A la verdad, seftores! se necesita la len- gua de un Ciceron, la imaginacion de un Caste- Jar y la pluma de un Tito Livio para poder pin- tar con exactitud el efecto que cl terrorismo pro- dujo entre los habitantes del Paraguay. Los hom- bres y las familias, una vez puesto en planta el espantoso sistema del espionage, principiaron & temerse unos d otros, condenindose al aislamien- to y al mutismo; hubo, pues, aislamiento nacio nal y aislamiento individual. De suerte que Ile- yaban una vida sofiolienta, aparentemente tran- quila, pero en el fondo el corazon derramaba san- gre de sufrimiento y de dolor, porque no podia desahogarse nidar espansion 4 aquellos senti- mientos 6 impresiones propios y naturales dla condicion social del sér humano. En las inmediaciones de esta capital que era donde naturalmente se hacia sentir con todo su furor la fuerza de la tirania, no se ofa una pala- bra ni se vela una sonrisa, porque faltaban el reposo y la tranquilidad del alma, escepto los niios, como dice Shakspeare, porque estos tier- nos vastagos ignoraban, en medio de su inocen- cia, sus desgraci: Elllanto angustioso de los padres, el sollozo de las _viudas, el gemido de los hijos y de los hermanos que yacian en la miseria y los gritos aterradores del miedo y de la deses- —10— peracion de todos, producian écos en todos los émbitos del pais, aun en las cuevas y soledades mas apartadas de sus montafias!.... . Mas tarde, acostumbrados ya los hombres al mutismo pro- ducido por el pavor, degenerados ya por Ia fuer- zay laignorancia una especie de indiferentis- mo y pusilanimidad, llegaron 4 ser dltimamente insensibles 4 sus propias desgracias y 4 las de los otros; miraban y observaban lo que pasaba en su alrededor al parecer sin importarse de ello, y esto aun respecto de los actos mas birbaros y crueles del déspota. gPor qué? Porque estaban convenci dos que ei menor gesto, el mas leve movimiento que indique algo sospechoso, y aun el mas ligero pensamiento que hiciese descubrir una espre sion imprudente eseapada involuntariamente de su boea, les llegaba a ser funesto. iCudn triste y conmovedor era el especticulo que presentaba este pueblo! Todos los resortes que le daban vida y actividad se ha aban paralizados; sus facultades morales é inte- Jectuales, comprimidas por la sujecion férrea de su déspota, se habian estrechado dentro de una esfera tan reducida que parecian haber dejado de funcionar. Sus manifestaciones, semejantes 4 los ultimos reflejos de una limpara préxima apagarse, no iban mas alli de los umbrales de la ae Digital see Digital ser ey —i vida doméstieca, y aun alli, se limitaban 4 lo es tricto necesario, 4 fin de evitar los terribles efec- tos dela calumnia que habia conseguido pene- trar hasta en el seno de las familias. Llegada la noche, toda la ciudad se convertia en un sepulero; porque ninguno de sus morado- res se atrevia 4 poner los piés fuera de su casa ni para ir donde el yecino de al lado, y como complemento de la lugubridad tétrica de aquel cuadro, solo se percibian, en la profundidad del silencio, el chillido de las lechuzas y el ruido de las armas de las patrullas que, cuales hambrien- tos gavilanes que se lanzan contra la timida pa loma, aprehendian y conducian 4 sablazos 4 la edreel 4 cualquier inocente que encontraban en su via 4 deshoras. Los vecinos y amigos que se encontraban por las calles, segun nos refieren Longchamps y Rengger, se saludaban de paso en voz baja, por que ninguno tenia valor bastante para cambiar mas palabras que buenos dias y buenas tardes 6 el simple adios. ..Cesaron por completo las reu- niones de familias; los bailes y las tertulias que ofrecen tan agradable pasatiempo, tan suave alivio alas penalidades de la vida y del trabajo, estaban desterrados por el terrorismo, y de con- siguiente, segun los mismos autores, el «arpay == la guitarra, compafieras inseparables de los pa- raguayos», yacian mudas, descordadas, en los rincones de las habitacicne mas 4 servir de juguetes a los ninos. Reinaban las Furias y fuerza era que Apolo guardase silencio. Pero nol. .tambien el do- lor tiene su poesfa, y las Musas templaban su lira en la soledad del retiro, en medio de las aparta- das selvas, no por supuesto para cantar la dicha ni hacer sonreir & los céfiros en alas del amor 6 de la felicidad, sino para acompafar con su pa- tético y tierno concento los melancélicos suspi- ros que exhalaban los corazones sumergidos en un mar de tristeza, en un océano deamargos su- frimientos!.......

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