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INTRODUCCION Linda MANZANILLA TIA UNAM {Quién no ha escuchado en las tiltimas décadas el término “patron de asentamiento”? En sus diversas connotaciones y desarrollos, la posicién que generé este termino pretende dar significado a las unidades espaciales procedentes del re- gistro arqueologico. La interpretacién del modo de vida de las sociedades én el pasado requiere el conocimiento de las limitantes de este registro y también de su exploraci6n sis- tematica. En un primer intento de sistematizacion de esta labor ha sido propuesia una serie de niveles progresivamente més amplios, que buscan ser reflejo de componentes sociales especificos. Flannery (1976:5-6), entre otros, ha enunciado algunos de ellos 1. El primer nivel de anidlisis es, segiin Struever, el area de actividad, que representa la unidad minima con contenido social, dentro del registro arqueologico. Implica una © varias actividades estrechamente ligadas a procesos de trabajo o funciones especfficas, 2. El segundo nivel nos pone frente a la unidad habita- cional, es decir, la residencia de la unidad basica de produc- cién que generalmente es la familia, especialmente para las sociedades precapitalistas. Este nivel requiere la incorpo- racién de las diversas dreas de actividad (del nivel anterior) que estan asociadas.a la casa-habitacién, constituyendo lo que Winter (1976:25) ha denominado “‘el conjunto doméstico” (household cluster). 3. Una categoria mas amplia es la agrupacién de casas que testimonian actividades compartidas entre las diversas fami- lias, desde el grupo de residencias alrededor de un patio, en el que el parentesco pudo haber sido el principal factor de integracion, hasta el barrio, en que posiblemente el oficio fue el vinculo basico, 10 LINDA MANZANILLA 4. El cuarto nivel implica el estudio del sitio arqueolégi- co en su totalidad, cuyo equivalente antropoldgico es la comunidad, es decir. los grupos de personas que viven nor- malmente en asociacion, frente a frente como Murdock sefialaba (en Trigger 1968:21). Struever ha propuesto una unidad un poco mas amplia, que incluye a todas las personas que conforman el funciona- miento de un sistema de subsistencia y asentamiento, es de- cir, aquellos que. sin pertenecer a un mismo lugar de residen- cia. participan del sistema de abastecimiento de alimentos 0 de la distribucién de bienes. Se ha sefialado que quienes for- man parte de un sistema redistributivo estan en este caso. Consideramos que los grupos de personas que realizan ac- tividades estacionales y que. por lo tanto, se convierten en el elemento seminémada del grupo, deben incluirse en un andli- sis de comunidad, atin cuando sus campamentos se localicen fuera del ambito espacial del sitio de habitacion permanente. Quizd la categoria de Struever sea aplicable en estos casos. No debemos olvidar que en el andlisis del asentamiento como unidad se debe incluir el area de sustentacién (o de carga), es decir. aquella region inmediata que proporciona los recursos basicos para la subsistencia de la comunidad. 5. El ultimo nivel pone en juego los diversos sitios de una region en relaciones intercomunitarias de diversa indole: eco- nomica, social o politica. A una escala macrorregional, estos mismos tipos de relaciones vincularfan a sociedades distintas, A diferencia de la estrategia comtin en los estudios de “patron de asentamiento”, dedicados al andlisis tinico o pre- ferencial de la informacion procedente de reconocimientos de superficie, en este trabajo se pondra énfasis en el estudio de contextos procedentes de una excavacién, pues los prime- ros niveles ya mencionados solo pueden analizarse conforme aeste tipo de datos. Michael Schiffer y otros arqueélogos han destacado el he- cho de que el registro arqueoldgico es el producto de proce- sos de cardcter diverso: —los que intervinieron mientras la sociedad en cuestion estaba en funcionamiento. y que implican actividades de produccion, distribucién. almacenamiento, uso o consu- mo. desecho. etcétera. hee ee ee SUES EEEEREEnntiEee ree INTRODUCCION 1 --los de tipo natural, es decir, los fenémenos de deposi- cién y sedimentacién, acarreo o transporte, intemperismo y erosion, y también los factores quimicos y fisicos que influyen en la conservacion o destruccién de los materia- les; —las condiciones de abandono de un sitio, mismas que producen tipos distintos de desperdicios: —la accion de otras sociedades posteriores a la de nuestro interés, incluyendo la nuestra, sobre los depésitos mis- mos. Para determinar estas diversas instancias es necesario con- tar con excavaciones extensivas encaminadas a detectar dis- tintos contextos de deposicidn, de caracter especifico. En este libro nos interesa abordar los primeros dos niveles del andlisis mencionado, es decir, tanto el rea de actividad como la unidad habitacional, para el caso especifico de Mesoamérica, a sabiendas de que la informacion es escasa. Sin embargo, hemos considerado importante sintetizar los datos procedentes de las excavaciones para los distintos aspectos y regiones implicados en el andlisis, asi como proponer lineas definidas de estudio para abordar estos problemas. Esbozare- mos brevemente los aspectos que consideramos relevantes para el andlisis de cada uno de estos dos niveles. El area de actividad Podemos considerar que un area de actividad es la con- centracion y asociacién de materias primas, instrumentos o desechos en superficies o volimenes especificos, que reflejen actividades particulares. Generalmente estas dreas se encuen- tran delimitadas espacialmente por clementos constructivos. Para los fines de nuestro estudio, el rea de actividad es la unidad bdasica de andlisis del registro arqueolégico, ya que es teflejo de acciones particulares repetidas, de cardcter social, con un trasfondo funcional especifico. Estas actividades pueden dividirse en varios tipos, se- gun pertenezcan a cuatro grandes categorfas susceptibles de, andlisis arqueoldgico: la produccién, el uso o consumo, el al- macenamiento y la evacuaci6n. 12 LINDA MANZANILLA. 1. Produccién. Las areas de actividad que estan relacio- nadas con las diversas etapas de la produccién, tanto para la subsistencia como para el trabajo artesanal y la construccién, pueden referirse a los siguientes aspectos: a) Aprovisionamiento de materias primas, como serian yacimientos, canteras y minas, y sus desechos, para aquellos procesos de trabajo preliminares que corresponden a la extraccién y quizds al desprendimiento de los fragmentos que no son ttiles, y que ocasionan un gasto de transporte. b) Preparacién:, dentro de este rubro estan incluidos los diversos procesos de trabajo representados en contextos de preparacién de alimentos (como la molienda) y en talle- res de distinta indole, si se trata de procesos continuos a es- cala relativamente amplia (o de simples areas de trabajo, en el caso de actividades ocasionales). Generalmente ambos tipos de dreas de actividad son di- ficiles de detectar en el registro arqueolégico, ya que en mu- chos casos se encuentran a distancias variables de los asenta- mientos 0, por otro lado, el tipo de abandono no deja trazas de ellos en los locus agendi, es decir, los sitios donde la ac- cion tuvo lugar. 2. Uso o consumo. Los contextos que se refieren al uso y al consumo pueden subdividirse de acuerdo con la siguiente serie de elementos (Manzanilla 1979): a) Subsistencia familiar, dentro de los ordenes de: —alimentacion, como serfan los hogares, zonas de destazamiento y areas de consumo de alimentos: —produccion artesanal, que involucra el uso de distiutos instrumentos y herramientas domésticos, asi como de vestimentas: —construccion, fundamentalmente en lo que res- pecta a la casa-habitacion. b) Circulacion e intercambio: de nuevo podriamos hablar de los contextos donde estas actividades se llevan a cabo. como es el caso de mercados y plazas, asi como el uso de elementos de cambio y de propiedad (como serian los sellos del Cercano Oriente). INTRODUCCION 13 c) Esfera politica: los contextos que se refieren a es- te rubro no sélo abarcan las construcciones caracteristicas de tipo palacio o fortaleza, sino el uso de objetos como ar-~ mas y simbolos de mando. d) Esfera ideologica: generalmente se reconoce en la forma de santuarios, templos y tumbas. Sin embargo, es nece- sario tomar en cuenta que cierta porcién de la produccién ar- tesanal puede canalizarse hacia la esfera ideologica, por ejem- plo, para servir de recipiente de ofrendas. 3. Almacenamiento. Los contextos de almacenamiento pueden adoptar la forma de cavidades en el terreno (hoyos, troncoc6nicos, cuevas), de construcciones aéreas (cuexco- mates, graneros, almacenes), o de recipientes muebles (ollas de almacenamiento, cajas, etcétera). Excepto en casos de abandono sibito, es dificil hallar traza macroscopica del contenido de los almacenes, ya que normalmente los bienes depositados en ellos se agotan o se canalizan hacia otras actividades. En estos casos los anilisis quimicos pueden ser de gran ayuda. 4. Evacuacion. Los basureros y las zonas de acumulacién de desechos generalmente corresponden a lo que Schiffer (1972:162) ha denominado desperdicios secundarios, ya que los materiales no fueron abandonados en el sitio mismo don- de se emplearon. En los basureros podemos esperar una mez- cla de desechos pertenecientes a varias actividades, cuya con- temporaneidad absoluta es imposible establecer. Mas alia de estas consideraciones, proponemos que un area de actividad- particular sea descrita teniendo en cuenta los siguientes aspectos: su ubicacién y contexto, sus dimen- siones, su forma, su contenido y su asociacién con elementos vecinos. Estos datos nos permitiran, posteriormente, determi- nar la funcidn para la que fue destinada. La unidad habitacional El estudio de la unidad residencial, junto con sus diversas areas de actividad, nos permite abordar el tema del grupo do- méstico. Segtin Wilk y Rathje (1982:617) hay varias razones 14 LINDA MANZANILLA practicas y teéricas para que éste se torne en el foco del andli- sis arqueologico de nuestros tiempos. Es posible que una teo- ria del cambio en la organizaci6n del grupo doméstico se con- vierta en la “teoria del rango medio”’ hasta ahora inexistente en arqueologia, que yace a medio camino entre los materiales arqueoldégicos en si y las teorias generales del cambio social. 1. Definicién de grupo doméstico. Para Lastell (1972: 24-25), un grupo doméstico consiste en los individuos que comparten el mismo espacio fisico para comer, dormir, descansar, crecer, procrear, etcétera. En épocas tempranas, es- te mismo espacio era también aquel en el que el grupo traba- jaba conjuntamente. Existen tres criterios para definir, pues, al grupo doméstico: el de la residencia, el de las actividades compartidas y el del parentesco. Los dos primeros son de ca- racter universal, mientras que el ultimo no lo es, particular- mente en el caso de la existencia de sirvientes, visitantes, y huéspedes. 2. La unidad residencial. Desde el punto de vista ar- queologico, Wilk y Rathje adaptan algunas de las ideas esbozadas anteriormente, a pesar de que ponen énfasis en el aspecto econdmico, al sefialar que el grupo doméstico es el componente social mas comin de la subsistencia. Puede ser descompuesto en tres elementos: a) El social, es decir, el nimero de miembros y sus relaciones. b) EI material, por cuanto respecta a las viviendas, las areas de actividad y las posesioncs. c) El del comportamiento, es decir, las actividades que el grupo realiza: produccién, distribucién, transmision y reproduccion. A nivel de registro arqueolégico, tratamos fundamental- con las viviendas y con aquellas areas de actividad que na través del tiempo como asociaciones homogéneas cas de materiales relativos a una determinada serie s de trabajo interrelacionados. Muchos arquedlogos de abordar el primero de los elementos que Wilk INTRODUCCION 15 y Rathje enuncian, a través del calculo del area de la residen- cia o de la superficie techada. Sin embargo, en lugar de elabo- rar célculos demograficos, generalmente a partir de indices modernos, quizd convenga mas bien comparar directamente los datos de las superficies techadas. EF] nimero de personas que comparten un drea determinada de dormitorio puede va- riar considerablemente segtin se trate de tipos diversos de fa- milias 0 de habitos varios de residencia. El segundo de los elementos citados por Wilk y Rathje atafie especificamente a las construcciones de vivienda. Se ha puesto énfasis en que la casa es la unidad minima para el es- tudio de patrones de asentamiento. Es necesario, pues, abor- dar la determinacién funcional de las construcciones que uno observa en el registro arqueologico, ya que, ademds de las reas de estancia y dormitorio, existen estructuras que fungie- ron como almacenes, cocinas, corrales, etcétera. Clark (1952) define una casa como el abrigo para una fa- milia (y los individuos que estén relacionados con ella), y se- fiala que su planta debe estar determinada por la estructura de la familia. Kramer (1982:84) comparte la idea de que las riaciones en forma o tamajfio de la casa nos Ilevardn a espe- cificar las relaciones entre la arquitectura residencial, el tama- de la unidad doméstica y los patrones de residencia. Por otro lado, Robbins (en Parsons 1972:137) ha estable- cido una correlaci6n entre la forma de la casa y la permanen- cia relativa. Al analizar la literatura etnogrdafica, establecié la yinculacién entre casas circuiares y campamentos de cara ter temporal, por un lado, y entre casas rectangulares y ocu- pacién sedentaria, por el otro. Para casos arqueoldgicos, se ha observado también un cambio de casas circulares a rectangu- ares en diferentes partes de Estados Unidos, acompafiando la transicion de Ja caza-recoleccién a una subsistencia total- mente agricola. Por otra parte, Flannery (1972) estipula no sélo factores econdmicos en estos cambios, sino factores re- lacionados con el numero de individuos y la composicién del grupo familiar, para explicar el cambio de aldeas con estruc- turas circulares a asentamientos con casas rectangulares, en el Cercano Oriente y en Mesoamérica. En relacién al nimero de estructuras que conviene tomar cuenta para analizar la unidad habitacional, Marcus (1983) destaca que podemos tener desde estructuras aisladas hasta 16 LINDA MANZANILLA grupos de construcciones alrededor de patios o plazuelas (ejemplo tipicamente mesoamericano), en cuyo caso las varia- bles serian no sdlo el tamafio de la unidad doméstica, sino el grado de cooperacién entre los miembros de ésta y el grado de especializacion de las actividades. Para fines comparativos, las unidades de residencia pue- den describirse tomando en cuenta los siguientes factores: las dimensiones, los materiales constructivos, la orientaci6n, la ubicacion, la forma, las distancias con otras residencias y el arreglo de las actividades, tanto al interior como al exterior de las estructuras. Mas alla de los aspectos arriba enunciados, de la compara- cion entre las distintas unidades residenciales, asf como de la confrontacién entre los sectores de produccién y de consu- mo, se pueden abordar temas tales como el grado de especiali- zacion del trabajo, los niveles varios de estratificacién social, los tipos de circulacién de bienes y el grado de acceso a recur- sos basicos. A continuaci6n presentamos una serie de trabajos referen- tes, por un lado, a diversos tipos de dreas de actividad, desde las que atafien a la manufactura de herramientas y bienes de uso, hasta las que se refieren a bienes de Prestigio. Asimismo, hemos respetado las definiciones particulares de cada autor con respecto al concepto de drea de actividad, ya que asf se enriquece la discusién sobre el tema. Ademas hemos afiadido un capitulo sobre indicadores quimicos, con el fin de propo- net otros caminos de indagacion, complementarios a la ar- queologia. Por otro lado, la segunda parte estd dedicada a la unidad habitacional en diferentes regiones de México. Debido a la gran cantidad de informacién sobre la Cuenca de México, hemos optado por separar la informacién de cada horizonte. Los datos procedentes de los acantilados de Chihuahua nos ofrecen material comparativo muy valioso, especialmente por el grado de conservacién de los restos arqueolégicos.

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