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pS ICT er) Jon Elster TUERCAS Y TORNILLOS UNA INTRODUCCION A LOS CONCEPTOS BASICOS DE LAS CIENCIAS SOCIALES. TUERCAS Y TORNILLOS Una introduccién a los conceptos basicos de las ciencias sociales por Jon Elster gedisa ‘Nuts and Bots © hy Jon Ester, published by the Press Syndicate of the University of Cambridge, 1989 Traduccién: Antonio Bonanno Disero de eubierta: Gustavo Macri Segunda reimpresidn, septiembre de 1996, Barcelona Introduccién.......... al Derechos para todas las ediciones en castellano ag 205 én humana .. Deseos y oportunidades .. © by Bitorial Gedisa, 8. eeci6a raciomal. nn Mananer eal. ‘uando fracasa la racionalidad . (08006 - Bareetona, Espaiia 5, Miopia y previsi6n.. 6. Egoismo y altruismo, 7. Emociones.. 8, Seleccién natural y social ISBN; 84-7432-396-7 Depésito legal: B-36.443/1996 9, Refuerzo, teraceién Yonsecuencias no intencionales .... 1. Equilibrio. 12, Normas sociales.. 13, Accién colectiva 14, Negociacién, 16, Instituciones sociales, 16. Cambio social. Impreso en Liberduplex Constitucis, 19 - 08014 Barcelona Iinpreso en Espatia, Printed in Spain ENSAYO BIBLIOGRAPICO snes ida prohibida la reproduccién total o parcial por cualquier medio de im- n,n forma idéntica, extractada o modificada, en castellano 0 cual- ‘tro idioma, INDICE TEMATICO ssn Prefacio y reconocimientos Hace muchos afios escuché sobre un libro de un matemético ‘alomdn del siglo x0x, Félix Klein, titulado Elementary Mathe- ‘matics from an Advanced Standpoint (Matemdtica elemental des- de un punto de vista avanzado}. Nunea lo let, pero el titulo se gra- ‘b6 on mi mente, El presente tal vez pudiera subtitularse Ciencias ‘wociales elementales desde un punto de vista avanzado. {40 debiera ser al rovés: ciencias sociales avanzadas desde un \to de vista elemental? En ese caso, mi modelo debiera ser un li- breve y magnifico de Richard Feynman, QED, una introduc- ‘dn a la electrodinamica cusntica para el publico general. La com- puracién no es tan presuntuosa como pudiera pensarse. Por una parte, la capacidad de Feynman para llegar al meollo de un tema, fin tecnicismos pero ademds sin perder rigor, puede ser insupera- ble en Ia historia de la ciencia y, en todo caso, supera la mia, Por la ‘otra, Iaelectrodindmica eudntiea es mas misteriosa que cualquiera de Ios temas que aqui se discuten. En suma, entonces, el lector puede hallar mi exposicin tan exacta como inteligibl El propésito del libro se refleja en el titulo: introducir al lee- tor en los mecanismos causales que sirven como unidades bésicas de las ciencias sociales. Si bien no es un conjunto de normas del ti- po “hagalo usted mismo”, si puede servir como equipo completo de Méalo usted mismo” para promover el estudio. El lector debe ser cauto con el eapitulo sobre el refuerzo, un tema sobre el cual sé po- 0 pero que es demasiado importante para dejarlo de lado. Confio fen que cuanto digo sea correcto, pero quienes saben més al respec- to pueden estimarlo superficial. Una palabra sobre el estilo. He tratado de evitar insistencias sobre lo que ya no esta en vigencia o elaboraciones de lo obvio; ser honesto en cuanto a las simplificaciones inevitables; eseribir de ‘manera sencilla y sin jerga técnica; respetar la inteligencia del lec- tor asi como su ignorancia, Me apoyo en ejemplos, diagramas y ex- posiciones sin tecnicismos ya que, con una sola excepeién, no creo ‘que se necesite mas. La excepcién es el capitulo sobre la negocia- 9 cidn, que ha quedado en relacién con la actual investigacién como el dibujo de un nifio comparado con una fotografia. Mi esperanza es que los otros capitulos sean como cuadros impresionistas en los que luz.y sombra compensan la falta de foco. Las muchas notas al pie cumplen diferentes funciones. incipalmente, como recordatorios de que las cosas son més com= plicadas de cuanto puede sugerirlo el texto principal. Sefialan vvineulos entre los eapitulos que de otra manera pueden pasar inad- vertidos. O discuten paradjas y curiosidades de la clase que en- canta a los cientificos sociales, a menudo en exceso. En alemén “Elster” significa “urraca’, alguien que roba el di- nero de otra gente. Dado que no hay referencias ni se hace men- cign de la obra de otras personas en al libro, se puede entender que las ideas qu se expresan son mas. El Ensayo biblingrficointenta en parte disipar esa impresién, en parte servir como lectura para otros estudios, Como algunos de mis otros libros, éste se inieié en forma de conferencias en la Universidad de Chicago. Les estoy agradecido a ‘mis alumnos por acorralarme contra la pared cada vez que tenfan la sospecha de una ambigiedad, de una inconsistencia o directa- mente de un error, También agradezeo a George Ainslie, Ingrid Creppell, Stephen Holmes, Arthur Stinchcombe y Cass Sunstein por sus comentarios acerca de una versién anterior. Introduccién 1 Mecanismos En este libro se ha puesto el acento en la explicacién me- diante mecanismos. Ofrece una variedad de mecanismos —tuercas ¥y tomnillos, dientes y ruedas— que se pueden emplear para expli- ‘ar complejos fendmenos sociales. ‘Las cioneias sociales, como otras ciencias empfricas, tratan de ‘explicar dos clases de fenémenos: acontecimientos y hechos. La ‘leecién de George Bush como presidente es un acontecimiento. La presencia en el electorado de una mayoria de votantes republica ‘nos es un hecho o un estado de cosas. Se puede explicar muy plau- siblemente la victoria de Bush mediante la mayoria republicana. Se puede explicar también, no menos plausiblemente la mayoria republicana como el resultado de una serie de acontecimientos, ea- da uno de los cuales se delineé como la formacién de creencia por parte de un votante individual. La segunda perspectiva es la mas fundamental: explicar los acontecimientos es lgicamente previo a Ja explicacién de los hechos. Un hecho es una instantdnea tempo- ral de una corriente de acontecimientos o una serie de tales instan- tneas. En las ciencias sociales los acontecimientos elementales son las acciones humanas individuales, ineluidos los actos menta- les como la formacién de creencia. Explicar un acontecimiento es dar un relato de por qué suce- id. Por lo general y siempre wltimamentet esto adopta la forma de citar un acontecimiento anterior como la eausa del acontecimiento que se desea explicar, junto con algtin relato del mecanismo causal que relaciona los dos acontecimientos. Aqui se tiene un ejemplo simple, paradigmatic. Deseamos saber por qué alguien cambié de opinién en cuanto a un empleo que anteriormente consideraba 1 A veces Ia gente explicn los acontecimiontos citando otros acontacimientos ‘que se producon més tarde y no antes en el tempo, Cuando son validas tales expl- caciones sltimamente concverdan con el modele principal. #l tema se discute cn ‘mayer extensién en ls capitulo 8y 9, 13 — muy deseable pero que ahora le resulta carente por completo de in- torés, La explicacién posee dos elementos. Primero, antes de cam- biar de opinién se enterd él de que no tenfa ninguna probabilidad de obtener el empleo. Segundo, hay un mecanismo causal, al que se suele hacer referencia como la reduecién de disonancia cogniti- va, que hace que la gente deje de desear lo que no puede obtener como en la historia de la zorra y las uvas. Un acontecimiento mas complejo podria ser una caida en el promedio de tenencia de em- pleos. El acontecimiento anterior fue una legislacién ideada para aumentar la seguridad de los empleos, requiriendo que los emplea- dores dieran tenencia del cargo a todos cuantos habfan estado em- pleados, digamos, por més de dos aos. El mecanismo causal es la ‘adaptacién racional a la legislacién por parte de los empleadores, ‘que descubren que es en su interés despedir a los trabajadores an- tes de que expire el perfodo de dos afios. ‘Las declaraciones que pretenden explicar un acontecimien- tom deben ser distinguidas cuidadosamente de varios otros tipos de declaracién. Primero, se deben distinguir las explicaciones cau- sales de las declaraciones causales acertadas. No basta citar la causa: también se debe proporcionar el mecanismo causal o al me- nos se lo debe sugerir. En el idioma eotidiano, en la mayoria de los escritos histéricos y en muchos andlisis de las ciencias sociales el mecanismo no es eitado explicitamente. En cambio se lo sugiere mediante el modo en que se describe la causa. Todo acontecimiento dado puede ser descrito de muchas maneras. En las explicaciones narrativas se presupone técitamente que sélo las caracteristicas relevantes del acontecimiento en lo causal son las que se emplean para identificarlo. Si se nos dice que una persona murié como con- secuencia de haber ingerido alimentos putrefactos, suponemos que el mecanismo fue el envenenamiento con comida. Si se nos dice ‘que murié como consecuencia de ingerir comida a la que era alérgi- ca suponemos que el mecanismo fue una reaccién alérgica. Supongamos ahora que la persona murié realmente por envenena- miento con comida pero que también era alérgica a la comida en cuestién, langosta. Decir que murié por comer un alimento a la que ‘era alérgica seria correcto pero poco orientador. Puede sugerir el ‘mecanismo causal equivoeado, Decir que murié por comer langosta puede ser cierto pero poco informativo. Ello no sugiere ningan me- tanismo causal en absoluto y exeluye muy pocos. En verdad, el mecanismo real puode sor casi cualquiera, desde que lo arrollé un coche a que fue aleanzado por una bala, si algunos de esos aconte- cimientos fue desencadenado por el hecho de que la persona comie- ra langosta. ‘Segundo, las explicaciones causales deben distinguirse de las 4 ; sstamos en condiciones locit que un acontecimiento de cierto tipo es seguido invariable © habitualmente por un acontecimiento de otra clase. Esto no nos permite decir que los acontecimientos del primer tipo causen acon- {ecimientos del segundo porque existe otra posibilidad: los dos pue- den ser efectos comunes de un tercer acontecimiento. Considérese Jn conclusién de que los hijos en casos de teneneia disputada su- fren mas que los hijos cuyos padres han Hegado a un acuerdo pri- vyado respecto de la custodia. Puede ser que el mismo juicio por la custodia explique la diferencia al causar dolor y culpa en los hijos. Pero también puede ser que las disputas por la custodia tengan més probabilidades de presentarse cuando los padres sienten una gran hostilidad mutua y que los hijos de esos padres tiendan a ser més infelices. Para distinguir entre las dos interpretaciones se de- be medir el sufrimiento antes y después del divorcio. Aqui tenemos un ejemplo mds complejo, en verdad mi ejem- plo favorito de esta clase de ambigdedad. En Demoeracy in Ame- rica, Alexis de Tocqueville discute la pretendida conexisn causal entre casarse por amor y tener un matrimonio infeliz. El sostiene que esta conexién se presenta sélo en las sociedades donde tales ‘matrimonios son la excepeién y los matrimonios convenidos son la regla. Sélo la gente obstinada suele ir contra la corriente y es im- probable que dos personas obstinadas tengén un matrimonio muy feliz:2 Ademés la gente que va contra la corriente suele recibir un trato malo por parte de sus pares més conformistas, lo que induce a la amargura y a més infelicidad. De estos arguments, el prime- ro se apoya en una correlacién no causal entre easarse por amor € infelicidad. El segundo sefiala una conexién causal acertada, pero no la que tenfan en la mente los eriticos de los matrimonios por amor a los que de Tocqueville dirigia su argumento. Casarse por amor causa infelieidad sélo en un contexto donde esta practica es excepcional. Los bidlogos a menudo se refieren a tales efectos como « “dependientes de la freeuenea”. Discuto esta nocién en el eapitu- loll. ‘Tercero, las explicaciones causales deben distinguirse de las aseveraciones acerca de las condiciones necesarias. Expliear un acontecimiento es dar un relato acerca dle por qué sucedié como su- cedi6, El hecho de que hubiera podido suceder también de alguna 2 Agus el ercer factor no xn acontecmiento sno un rasgo del cardcter: In obatinacin. Boro pare explce un range dal eraser ve dabon invecar acontee= tenon ences ieee el pt nnn ancien do uelep 3 scontecimento sobre lo hochos be prsest Siamen ‘no inmediatamente, ne a 15 otra manera y habria sucedido de otra manera si no hubiese suce- dido como lo hizo, no es ni una cosa ni la otra. Considérese a una persona que sufre de una forma de céneer incurable, que con segu ridad la haré morir dentro de un afio. Pero la persona muere en un accidente automovilistico. Para explicar por qué murié dentro de cierto periodo no tiene sentido decir que debfa morir en ese periodo porque tenia eéncer. Si todo To que sabemos del caso es el comienzo del eéncer, la extensién limitada de la vida de las personas con ese tipo de cfncer y la muerte de la persona, es plausible inferir que murié debido al céncer. Tenemos el acontecimiento anterior y un ‘mecanismo causal suficiente para producir el acontecimiento pos- terior. Pero el mecanismo no es necesario: puede ser anticipado por otro. Para descubrir qué sucedié realmente necesitamos un conoci- miento més fino. La busqueda nunca termina: hasta el ultimo se- gundo otra cosa puede anticiparse al céncer. Sin embargo cuanto mas sabemos mds confiados estamos en poseer la explicacién co- rrecta.s Los dos problemas que aeabamos de discutir equivalen a una debilidad on la teoria mas famosa de la explicacién cientifica, la propuesta por Carl Hempel. El sostiene que la explicacién equivale ala deduccién légica del acontecimiento a explicar, con leyes ge- nerales y declaraciones de las condiciones iniciales como las pre- misas, Una objecién es que las leyes generales pueden reflejar correlacién pero no causa, Otra es que las leyes, aunque sean ge- nuinamente causales pueden ser anticipadas por otros mecanis- ‘mos, Bs por eso que aqui he puesto el acento en los mecanismos, no cn las leyes. Esto no es un profundo desacuerdo filosofico. Un me- canismo causal tiene un nimero finito de eslabones, Cada eslabén se debe deseribir mediante una ley general y en ese sentido por una “caja negra’ acerca de cuyos engranajes internos permanece- ‘mos en Ia ignorancia, Pero para los fines précticos —los fines del cientifico social en accién— es importante el lugar del acento. Mediante la concentracién en los mecanismos, se capta el aspecto dindmico de la explicacién cientifica: e] impulso a produecir explica- ciones cada vez. més finas. Cuarto, las explicaciones causales deben distinguirse de la narracién de historias. Una explicacién genuina da cuenta de 3 La anticipacion causal debe distinguirse de Ia aobredeterminacion causal sta sition se usta con una persona a Ia que hieren simulténeamento dos belas, cada une de lat cdalos hubjese sido suficiente para matarie. La primers se lust ‘con una persona a la que hiere ung balay como conoceuencia eee evitando asi que Tnaleance otra bela, que de lo eontraro la hubiese matado, 16 Jo que sucedid, e6mo ello sucedié, Narrar una historia es dar euen- Jo que sulcedié como podria haber sucedido (quizas haya suce- ido), Acubo de sostener que las explicaciones genuinas difieren de i relatos de lo que debi6 suceder. Ahora digo que también difie~ ‘fon do los relatos de lo que puede haber sucedido. El punto puede Parecer trivial o extrafio. {Por qué puede desear alguien presentar ‘wn relato meramente conjetural de un acontecimiento? {Hay en la tioncia algin lugar para especulaciones de esta clase? La respues- {a 08 que sf, pero su lugar no debe ser confundido con el de las ex- plicaciones. La narracién de historias puede sugerir explicaciones nuevas, diseretas. Supéngase que alguien afirma que la conducta abnegada {0 servicial es prueba concluyente de que no toda la accién es egots- {w o que la conducta emocional es prueba coneluyente de que no to- da la accién es racional.t Se puede concluir que hay tres formas de Conducta irreductiblemente diferentes: racional y egofsta, racional ¥ ho egoista e irracional. El impulso a la prudeneia que caracteriza i In buena ciencia deberfa llevarnos a cuestionar esta visién.s {No ‘puede ser en el interés propio que se ayuda a los otros? {No puede fir racional que uno se sienta dominado por sus emociones? El pri- jer paso en la busqueda de una respuesta positiva es decir una historia plausible para demostrar eémo pueden realizarse estas po- hibilidades. Por ejemplo, puede ser que la gente ayude a otros por- ‘que espera una condueta de reciprocidad o que se enoje porque eso Jn ayuda a obtener lo que desea. Mediante la narracién de una his- toria se puede transformar una cuestion de motafisiea en otra que fos susceptible de investigacion empirica. La cuestién ahora es si las premisas de la historia son ciertas, no si es posible o imposible explicar una variedad de fonémenos en términos de otros fenéme- ‘nos menos complejos. ‘Al mismo tiempo narrar historias puede ser perjudicial si se Jo confunde con la cosa real. Buena parte de las ciencias sociales ‘esta impulsada por la idea de que “todo tiene una funcién”, Ineluso se debe demostrar que la condueta que parece ser perjudieial y mal ‘adaptada es util y, ademés, se Ia debe explicar en términos de su utilidad. Para demostrar la funcién y Ia utilidad los estudiosos re- ‘ Un conacido ejemplo de otro émbito lo proporcionan Tos rtumerosos bidlogos ‘que han afimado que los organismos vvientea no pueden scr explicadoe mediante tcorfas quimieas laces. Sin embargo el sentido del realismo que también caracteriza a la buena elen- cin debe hacernos cautos en cuanto a le tendencia simplista a creer que todos le in- tontos reduecionistas dan buenos rerultados, 7 curren a menudo a 1a narracién de histori rable cantidad de recursos a su disposicién, La conducta que ahora no es éptima pudo haberlo sido en otras circunstancias del pasado. La conducta que no es éptima tomada aisladamente puede ser un ingrediente necesario en una solucién de paquete éptima. Lo que es mal adaptado para el individuo puede ser bueno para la socie- dad. Con cierto ingenio —y muchos estudiosos poseen abundan- cia— siempre se puede contar una historia en que las cosas son puestas en posicién invertida. Pero eso no prueba realmente que sean asf, como tampoco Historias ast no mas de Kipling explica e6- ‘mo obtuvo sus manchas el leopardo o el etiope su color. Finalmente se deben distinguir las explicaciones causales de las predicciones. A veces podemos explicar sin ser eapaces de pre- decir y a veces predecimos sin ser eapaces de explicar. Es verdad que en muchos casos una y la misma teorfa nos permite hacer am- bas eosas, pero creo que en las ciencias sociales ésta es la excepeién antes que la regla. Para ver por qué podemos tener poder explicativo sin poder predictivo, consideremos una vez més la reduecién de la disonancia cognitiva. En muchas personas este mecanismo coexiste con el exacto opuesto, captado en dichos eotidianos tales como “La hierba siempre esta mas verde del otro lado del cereo” y “La fruta prohibi- da sabe mejor”. A veces da la impresién de que la gente quiere ser infeliz deseando objetos demostrablemente fuera del aleance, sim- plemente porque estan fuera del aleance. Se construye un cerco al- rededor de una persona y ésta. enseguida desea salir, mientras antes no tenia tal pensamiento en la mente. Por cuanto s¢ no po- seemos teorias que nos digan cuando operard uno u otro de estos, meeanismos. Cuando opera uno de ellos lo reconocemos de inmo- diato y asi podemos explicar la conducta que genera. Pero no pode- mos predecir eonfiablemente cuando operard. ‘Otro ejemplo nos ayudaré a aclarar el punto. Cuando la gente trata de decidir su participacién en una empresa cooperativa, como recoger los residuos del prado o votar en una eleccién nacional, a ‘menudo intenta ver qué hacen los otros. Algunos piensan de esta ‘manera: “Si la mayoria de los otros cooperan yo deberia hacer mi parte, pero si no lo hacen yo no tengo ninguna obligacién de hacer- Jo”. Otros razonan de la mianera exactamente opuesta: “Si la mayo- ria de los otros cooperan no hay ninguna necesidad de que yo lo haga. Si otros pocos cooperan seré mayor mi obligacién de hacer- Jo”. De hecho la mayoria de los individuos estén sujetos a esos dos mecanismos psiquieos yes dif! saber por anteipado eudl se im- pondré. ‘A-veces se dice que lo opuesto de una verdad profunda es otra 18 ayer verdad profunda.' Las cioncias sociales ofrecen una cantidad de Hlustraciones de esta profunda verdad. Pueden aislar tendencias, propensiones y mecanismos y demostrar que tienen consecuencias, mara Ta condueta que a menudo son sorprendentes y contrarias a la Eiatelin, Lo que meace frecuentemente son capaces de hacer es ‘oxpresar las condiciones necesarias y suficientes en las cuales se ponen en funcionamiento los diversos mecanismos. Hay otro moti- vo para acentuar los mecanismos antes que las leyes. Por su natu- raleza las leyes son generales y no sufren excepciones. No se puede tener una ley en el sentido de que “si p, entonces q’.” En contraste, Jos mecanismos no tienen ninguna pretensién de generalidad. Cuando hemos identifieado un mecanismo por el cual p conduce a 4g, ha progresado el conocimiento porque hemos agregado un nuevo {tem a nuestro repertorio de modos en los cuales suceden las cosa: A la inversa, podemos tener poder predictivo sin poder expli- cativo. Predecir que se comprar menos de un bien cuando suba su precio no requiere la formacién de una hipétesis sobre la conducta del consumidor. Sean cuales fueren las fuentes de la accién indivi- dual —racional, tradicional o simplemente al azar— podemos pre- decir que la gente compraré menos.del bien sencillamente porque puede permitirse menos de ese bien. Aqui hay varios mecanismos que por fuerza deben condueir al mismo resultado, de modo que con fines predictivos no hay ninguna necesidad de decidir entre ellos. No obstante a los fines explicativos lo que importa es el me- canismo. Proporciona comprensién mientras que la prediccién a lo sumo ofrece control.* ‘Ademés a los fines predictivos pierde sentido la distincién en- tre correlacién, condicién necesaria y explicacién, Si existe una re- gularidad como de ley entre un tipo de acontecimiento y otro no importa que se deba a una relacién causal entre ellos o que sean los efectos comunes de una tercera causa. En cualquier caso pode- ‘mos emplear la presentacién del primer tipo de acontecimiento pa- ra predecir la presentacién del segundo. Nadie cree que los prime- © “Opoosto” debe interpretareo on ol sentido de negeclén interns antes que ox: ema, La negacin interna de ‘Le gente prefiere lo que puede tener sobre lo que no ‘puede toner” ea “La gento prefiere le que no puede tener sobre lo que puede tener”. ‘Arbas declaraciones proporcionan nociones eiertas ¢ importantes, La negacién ex: ‘tena do la primera declaracién es simplemente que “La gente no prefiere lo que puede tener sobre lo que no puede tener, declaracién que no sugiere ninguna no- ion importante "Aunque Sidney Morgenbesser he sugerido como la “primera ley de la légica Judie" sp, gpor qué noq? 5 +h lo sume" por razones que se discuten en el capitulo 2. 19 ros sintomas de una enfermedad letal causen la muerte posterior, sin embargo se los emplea regularmente para predecir ese aconte- cimiento, Del mismo modo, a los fines predictivos no importa si un ‘mecanismo necesario puede ser anticipado por otro. Saber que una persona tiene un edncer incurable nos permite predecir que va a morir aunque de hecho muera ono de eéncer. II Accién humana 2 Deseos y oportunidades La unidad elemental de la vida social es la accién humana in- dividual. Explicar las instituciones y-el cambio social es demostrar de qué manera surgen como el resultado de la accién y la inter- tecién de los individuos. Esta vision a la que se suele hacer refe- Fencia como individualismo metodolégico es en mi opinién trivial- ‘mente cierta. Pero son muchos los que piensan de otra manera y algunos de sus argumentos serén encarados en el eapitulo 15. Aqui deseo sefialar que las acciones individuales en si mismas requieren explicacién.t Una manera simple de explicar una acci6n es verla como el producto final de dos operaciones sucesivas de filtracién. Empeza- ‘mos con un conjunto grande de todas las acciones abstractamente posibles que puede realizar un individuo. El primer filtro est4 com- puesto por todas las restricciones fisicas, econémicas, legales y psi- colégieas que enfrenta el individuo. Las acciones coherentes con esas restrieciones forman su conjunto de oportunidad. El segundo filtro es un mecanismo que determina qué accién que esta dentro del conjunto de oportunidad sera realizada realmente. En esta ex- posicién los principales mecanismos a considerar son la eleccién racional (capitulo 3) y las normas sociales (capitulo 12).2 Aqui me coneentraré en los mecanismos generados por eleccién, principal- mente por comodidad de exposicién pero también porque creo que son més fundamentales que los generados por norma, 1B] término “individual” gerd empleado en un sentido extendido que también incuye « los que toman deeisiones en forma eorporativa, como firmas 0 goblernos, (ease capitulo 15). 2 Se puede sostener en cambio que las normas sociales estén entre las restric. ciones que debe enfrentar el individuo. Me results méa util pensar en Ins restrccio- ‘nes como ereadoras de una clare dstincién entre lo que es factible ylo que nolo en. Una persona no puede gastar més de cuanto gana, suspender Ia gravedad o volar cuando no hay elecciones pero puede volar Ie norma que indica que 40 deben lucie ‘rapatos marrones con ropa formal Is norma de devalver los favores, 23, En esta perspectiva las aeciones son explicadas por las oportu: nidades y los deseos, por lo que la gente puede hacer y por lo que desea hacer. La conducta del consumidor es un ejemplo simple. Si voy a.un comereio con veinte délares en el bolsillo y la firme inten- cidn de gastarlos (de lo contrario hardin un agujero en el bolsllo) s6- Jo hay otras tantas combinaciones de bienes que puedo adquirir. Cudll de éstas termino comprando realmente depende de mis de se0s, preferencias y necesidades. La conducta delictiva proporciona tun ejemplo més complejo, B1 efecto de las restricciones legales no es hacer imposibles sino mas costosas las acciones delictivas. Sin esas restricciones el robo sin riesgo serfa una de mis oportunidades. las restricciones mi eleecién es entre la conducta respetuosa y y sin riesgos y el robo riesgoso. Depende de las ganancias seguras y las pérdidas posibles relacionadas con las alternativas y como la ganancia derivada del robo es inmediata y segura mientras que la pérdida es demorada e insegura, depende de mis preferen- cias de tiempo (capitulo 5) y mi actitud hacia elriesgo* Buena parte de las ciencias sociales consiste en variaciones interminablemente elaboradas sobre el tema de las oportunidades y los deseos. 'Trataré de imponer alguna estructura a esta apabu- ante variedad de précticas. Ello también me permitiré diseutir algunas de las razones —buenas y no tan buenas— aducidas por la ‘gente para sostener que las oportunidades son mds fundamentales que las preferencias. 4 Para comenzar podemos observar que no siempre es necesa- rio apelar a oportunidades y preferencias. A veces las restricciones, son tan rigurosas que no queda espacio para la operacién del se~ gundo filtro. El conjunto de oportunidad se reduce a una tinica accién en cuya explicacién no tienen cabida las elecciones (0 las normas).‘ Rieos y pobres por igusl tienen la oportunidad de dormir bajo los puentes de Paris, pero los pobres pueden no tener ninguna otra oportunidad. También hay casos en que la naturaleza del se- 4 Ademés las norman socinls internalizadas pueden impedirme robar aun cuando no existe rage de deteccin y east. ‘T'Hay exuclas de tora social laa que se sacle denominar“estraturalistas” «que sostienen cue ton explicacion de In condveta tara esta forma, Los maristas x Shenudo sostienen, por eemple, que los trebajadores se ven obligaos por las cit- Chores vendor sora als cpa nt cecum tins Sven be {nos porn competencia a explotar alo trabejadore. Pera ver a flla en el argu {onto baste obearvar que nadie nove cbigado nso capitalist; siempre est Ia Op {ion deconverire en tabajder. "Ann pode existir une elccn no trivial en cuanto debajo de qué puente ormirt el pobre, El punto es amy general: el eonjunto de oportunidad rara vor 80 ‘reduce ltereimente ona opel fen Py nde filtro no afoeta el resultado, Como se observé on ol capitulo hecho de que la gente (en el agregado) compre menos de un blen cuando sube su precio puede explicarse con independencia de Jo que motiva a la gente (como individuos) a comprar o no, Si sus ingresos se mantienen iguales compran menos del bien sencilla- ‘mente porque pueden permitirse menos de ese bien. Los estudiosos no concuerdan acerca de la importancia relati- ‘ya de las preferencias y las oportunidades al explicar la conducta. ;nos economistas sostienen que toda la gente tiene en esencia Is mismas preferencias y deseos: s6lo difieren las oportunidades. Aunque suelen ser firmes defensores de la teoria de la eleccién ra- tional, paradgjicamente se ven llevados a sostener que la eleccién asi no importa porque toda variacién en la conducta debe expli- fearse por las variaciones en las oportunidades. Pero la mayoria de Jos cientifieos sociales ereen que la gente difiere en sus deseos ts to como en sus oportunidades y esta opinién me parece tan obvia- mente correcta que no requiere mayor defensa. Pero en casos particulares queda lugar para el debate. Los historiadores de la esclavitud en la antigtiedad cldsica o en el sur norteamerieano han sugerido dos explicaciones diferentes de la ta- fia baja de inversién en esas sociedades. Algunos han afirmado que los propietarios de esclavos carecian de oportunidades para la in- version, Los esclavos trataban tan mal a sus herramientas que la inversién en la produccién mecanizada no era una opeién valida. Otros han sostenido que los propietarios de esclavos carecfan de motivacién para invertir porque preferian una vida de consumo lu- oso y conspicuo. (Los hijes de familias de clase trabajadora aban- donan temprano la escuela porque no pueden permitirse continuar sus estudios 0 porque sus valores difieren de aquellos de los alum- nos con antecedentes de clase media? Estas cuestiones no pueden resolverse sobre bases metodolégicas. Se las debe dirimir caso por caso considerando las pruebas empfricas. Sin embargo se las for- mula a menudo pero erréneamente como cuestiones metodolégicas. Las oportunidades son més bésicas que los deseos en un as- pecto: son mas ficiles de observar, no sélo por el eientifico social no también por otros individuos de la sociedad. En la estrategia nilitar un aforismo basico es que se deben hacer los propios planes sobre la base de la capacidad (verificable) del oponente, no de sus intenciones (inverificables). A menudo esto significa planificar se- fin la suposicién del peor easo: el oponente nos perjudicara si pue- de hacerlo, Si cada lado planifiea sobre la base de la capacidad del otro lado y sabe que éste estd haciendo otro tanto, las reales prefe- rencias de cada lado pueden no importar demasiado. Inclusive otra razén por la cual las oportunidades pueden pa- 25 — recer mas fundamentales que los deseos tiene que ver con la posi- ilidad de influir en la conducta. Suele ser mds fécil cambiar las circunstancias y las oportunidades de la gente que su manera de pensar Este es un argumento de costo-beneficio sobre la efectivi- dad del dolar de politicas alternativas, no un argumento sobre la capacidad explicativa relativa. Aun cuando el gobierno posee una ‘buena teoria que tiene en cuenta la explicacién y la prediccién, ella puede no dejar espacio para un gran control. Los factores que es- tan bajo el control del gobierno no son siempre los eausalmente im- ortantes. Supdngase que un rendimiento econémico malo pueda ‘emitirse a empresarios enemigos del riesgo y a los sindicatos fuer- tes. El gobierno puede estar plenamente convencido de que la acti- ‘tud mental de los directivos es la causa mas importante y no obs- tante puede ser incapaz de hacer nada al respecto, En contraste, Jos sindicatos pueden ser controlados en alguna medida por medio de las politicas salariales. Hasta acd he estado argumentando como si deseos y oportu- nidades se dieran con independencia unos de otros y pueden variar con independencia unos de otras. Ahora paso a casos en que ambos estan influidos por un tercer factor y luego a casos en que puedan influirse mutuamente en forma directa (véase Fig. I.1). Para las ilustraciones del caso A en la Fig. II.1, primero me remito a de Tocqueville. Democracy in America abunda en instan- Deseos aso > hecion a) Oportunidades Deseos fe Leg iae (8) oportunidades — Desere iy a teat © Opertunidades Figura IL 6 Ademfs como se sostuvo luego el mejor modo de eambiar su manera de pen- sar puedo sor cembiar sus cirounstancias, Pero éate es un angomento separado, 26 que He Fastrean deseos y oportunidades hasta una causa co- ‘iin. A veces ambos actian en concierto. Seguin de ‘Tocqueville la ‘selavitud no s6lo impide que los hombres blaneos hagan fortana fino que incluso los desvia del deseo de hacer fortuna. En Estados Unidos de Norteamérica los votantes nunca eligen a hombres dis- Ninguidos para el cargo publico, en parte porque no tienen oportu- id de hacerlo (los hombres distinguidos no desean dedicarse a In politica) y en parte porque no desearian elegir a candidatos su- Periores si éstos aparecieran, De Tocqueville sostiene que en otros fsos el efecto sobre los deseos y el efecto sobre las oportunidades fuckin en direcciones opuestas. No hay ningun momento en la vi- dda de ellos, sostiene é1, en que los norteamericanos tengan el tiem- oy Ia inclinacién a estudiar, de ahi la ausencia de norteameri nos bien educados. En Estados Unidos de Norteamérica la religién sen s{ misma un efecto de la democracia— quita el deseo de hacer Toque la demoeracia permite a la gente que haga. Hay un dicho que dice que la necesidad es ia madre de la in- voncién. Andlogamente, los historiadores sociales a menudo dan Por descontado que las penurias son Ia madre de la revuelta y de tras formas de accién colectiva. Ninguna de estas afirmaciones es ‘obviamente valida. Lo cierto es que cuando la gente esta en malas fondiciones es alta su motivacién para innovar o para rebelarse, Pero su capacidad u oportunidad para hacerlo es la mas baja cuan- do se encuentra en circunstancias dificiles. La innovacién requiere Tecursos, tiempo, inversiones costosas con un rendimiento demora- ido e incierto y esto es exactamente lo que no pueden permitirse las firmas que estén al borde de la bancarrota. Las firmas présperas pueden permitirse innovar pero ellas pueden no molestarse en ha- erlo, La participacién en la accién colectiva requiere capacidad para tomar parte del tiempo dedicado directamente a actividades Productivas, pero eso es exactamente lo que no puede permitirse el trabajador 0 el eampesino empobrecido. Bl eampesino y el trabaj dor medio que han logrado ahorrar algo pueden permitirse partici- par de una rebelién o una huelga, pero su motivacién es menos faguda. Como la innovacién real y la participacién real dependen tanto de los deseos como de las oportunidades y dado que éstos va- rian en direcciones opuestas en circunstancias de penurias, no podemos sefialar a priori qué nivel de penuria tiene mas probabili- dades de favorecer el efecto en cuestién. Marx sostenia que la civilizacién surgié en las zonas templadas porque s6lo en ellas la necesidad de progreso se encontraba con las oportunidades para el progreso. Donde la naturaleza es demasiado prédiga no hay ne- cesidad y donde es demasiado eseasa no hay oportunidades. Deseos y oportunidades pueden afectarse mutuamente en 27 forma directa, Considérese primero el mecanismo indicado por el caso B en la Fig. 11.1. El capitulo 1 se refirié a algunos modos en que las oportunidades pueden afectar los deseos: cla gente puede terminar descando mas de lo que puede obtener” Nuevamente po- demos citar a de Tocqueville acerca de la esclavitud: “ZEs una ben- dicién de Dios o la tiltima maldicién esta disposicién del alma que da a los hombres una especie de gusto depravado por la causa de sus aflicciones?” Esto proporciona mayor razén para considerar las oportunidades més basicas que las preferencias. Oportunidades y deseos conjuntamente son las causas préximas de la accién pero a tancia mayor sélo importan las oportunidades, ya que ellas también modelan los deseos. Pero este modo de expresar el asunto es demasiado fuerte, El mecanismo de las “uvas verdes” asegura ‘que no haya ninguna opeién fuera del conjunto de oportunidad que se prefiere a la opeién mas preferida dentro de él, pero esto no hace que alguna opcidn factible particular sea la mas preferida, ‘También puede operar el mecanismo opuesto, el del caso C en la Figura II.1. A veces el conjunto de oportunidad es modelado de- Iberadamente por los deseos de una persona. No tengo en cuenta acd el deseo practicamente importante pero baladi en lo teGrico de expandir el propio conjunto de oportunidad, sino los casos mas sor- prendentes en gue la gente halla que es de su interés reducir el conjunto de opciones de que dispone. Diseutiré dos razones por las cuales la gente puede mostrar esa conducta autolimitadora. Primero estd la debilidad de la voluntad. Discuto més extensamente este fenémeno en los capitulos 4 y 5 pero también acd os relevante. Como lo ilustra la historia de Ulises y las sirenas, Ja gente no siempre confia en que actuard racionalmente. Si puede prever la clase de situacién en que puede perder la cabeza, pue- de actuar estratégieamente para impedir que surja la oportunidad de hacerlo. Puedo decidir no ir a Ja fiesta de la oficina si temo que hharé algo tonto. El 1° de enero puedo pedirle a mi dentista que me cobre sus honorarios completos si el 20 de enero cancelo mi cita pa- ra el 21 de enero. Un gobierno puede pasar el control de la politica econémica al Fondo Monetario Internacional para impedirse ceder a las demandas populares de incrementos salariales. Luego esta la interaccién estratégica. A veces uno puede me- jorar sus resultados eliminando ciertas opciones del conjunto de oportunidad. Para comprenderlo consideremos un juego entre dos agentes o jugadores, Ly II (Fig. IL2). En este juego es I el que se mueve primero, El puede concluir el juego moviéndose a la izquier- 1 0 mas perversamente o que no pueden cbtener. 28 steer heeirmeniaataiiteeaiiiiiininitiaialiiiiii 4a, eaxo on el que ambos obtienen una recompensa de 3, moverse 4 la derecha, easo en que II tiene el movimiento siguiente. En ese caso II puede asegurarse 2 para sf y 4 moviéndose a la izquierda ‘mientras que si se mueve a la derecha ambos obtienen 1. Bs obvio que si II es racional se moverd a la izquierda, También si I es ra- cional y sabe que puede estar soguro de la racionalidad de Il se moverd a la derecha. Pero debe observarse que el resultado (4:2) no es lo que Il proferird. Bl preferiré que I se mueva a la izquierda con el resultado (3:3). Un modo en que II puede lograr este objetivo es eliminar su opcidn de ir a la izquierda en la segunda etapa. En ese caso I sabe que el resultado de ir a la derecha serd (1;1). Pero ara evitar oso él va a la izquierda. Mas concretamente suponga- ‘mos que Ly II son dos ejércitos enemigos. El primer movimiento de 1 eorresponde a la eleccién entre abrir las negociaciones y atacar. Si Topta por atacar entonces Il tiene la opeisn entre retirarse y lu- char, Como una guerra ser demasiado destructiva sera de interés de II retirarse. Pero II puede usar su estratagema elésica de que ‘mar sus puentes haciendo fisicamente imposible la retirada y He- vando asi a Ia la mesa de negociaciones.* Figura 12 ___ En términos estrictos, hay algo incongruente en la explica- cidn de una accién en raz6n de oportunidades y deseos. Las oportu- nidades son objetivas y externas a una persona. Los deseos son subjetivos e internos. No tenemos ningun problema para entender ‘c6mo los objetos externos pueden actuar unos sobre otros produ- 41 jugudor Il también puede quemar us puentes si prev que la debiided de Ja vountad puede impedine hacher gi ene otra slides 29 a a ciendo un resultado, ni en captar la nocién de Ia eausalidad pura- mente psfquica. Es menos claro eémo pueden interactuar los elementos objetivos y subjetivos para producir una aecién, En rea- lidad lo que explica ia aceién son los deseos de Ia persona junto con sus ereencias acerca de las oportunidades. Como las ereencias pue- den ser erradas la distineién no es trivial. La persona puede no te- ner conciencia de ciertas oportunidades y por lo mismo no elegir el ‘medio mejor disponible para realizar su deseo. Por el contrario, si ‘erréneamente cree que cier‘as opciones no factibles son factibles Ia accién puede tener resultados desastrosos. Serd ingonuo pensar, por ejemplo, que la politica publica puede explicarse mediante los objetivos del gobierno y las oportunidades que objetivamente estén abiertas para él. Antes bien, los objetivos interactuan con las creencias —teorias altamente controvertidas, en realidad— acerea de lo que son politicas econdmicas factibles. 3 Elecci6n racional ‘Cuando enfrenta varios cursos de accién la gente suele hacer lo que cree que es probable que tenga el mejor resultado general. Esta oracion engafosamente sencilla resume la teoria de la elec- cin racional. En este capitulo (y en el siguiente) trato de transmi- tirel tono de las complejidades ocultas detrés de esta formulacién, La eleccién racional es instrumental: esté guiada por el resul- tado de la accién. Las acciones son evaluadas y elegidas no por st ‘mismas sino como un medio més o menos effe tro fin. Un ejemplo simple es el empresario que desea maximizar la ga- nancia, Para lograr ese fin considera cuidadosamente qué produc- tos debe ofrecer, cudntos de ellos produeir y. o6mo producirlos. Un ejemplo mas complejo es el general al que Te han ordenado que de- rrote al ejército enemigo a cualquier costo para él. Antes de desple- gar sus tropas debe formarse una opinién de los planes del enemi- go. Como sabe que los generales enemigos tienen conciencia de ess efleulos y de hecho estén dedicados también ellos al mismo razonamiento, debe tratar de superarlos en sus conjeturas y sus ardides. Un ejemplo més controvertido es el del artista que ests experimentando con diferentes bocetos hasta que “Io consigue”. Esté considerando medios alternativos para el mismo fin, que es la creacién de una obra que posea valor estético, rechazando la mayo- ria de los medios para aceptar finalmente uno. ‘A veces parece carecer de sentido la distincién entre medios y fin, Si cuando se me ofrece elegir entre una naranja y una manza: 1a tomo la naranja, no es por ningtin resultado que deseo producir, No es como si tomara la naranja para crear cierta sensacién en mi paladar.? La tomo porque prefiero una naranja a una manzana. 1 Bn contraste, la conducta guiada por Tas normas sociales no se preocopa por Jos resultados, Este contraste ae explora en el eapftulo 13. "Bevo mi eloceion de la naranja obviamente tiene aigo que ver con el palader, ‘como veremos en el eapstul 9. 31 Cuando decido que prefiero pasar el tiempo con igo antes anode dc au tre atl So on un ani ant ‘un objetivo comin para el cual ambas acciones sean medios alter. nativos. Supongamos que sencillamente es mas importante para ‘mi estar con mi amigo que terminar mi trabajo. Si bien estas elec. cionos no pertenecen a la categoria de medios para un fin, no hay ningtin motivo para decidir que no sean racionales. ‘ Pero hay un modo con el cual se pueden asimilar esas eleccio- nes a la accién instrumental, Pregunténdole al individuo u obser- yando su conducta podemos descubrir e6mo eategoriza las opeio- nes.* Una persona puede preferir tres naranjas a cuatro manzanas ppero elegir cinco manzanas sobre tres naranjas, Una lista de esas comparaciones apareadas se denomina ordenamiento de preferen- cia de la persona, Empleando una treta matemética se puede con- vertir el ordenamiento de preferoncia en una funcién de utilidad, que es un modo de asignar nimeros a opciones de modo que las op. ciones més preferidas reciban ntimeros mas altos.« Entonces pode- mos decir que la persona acta de manera que se maximice la uti- lidad en tanto tengamos presente que eso no es mas que un mado conveniente de decir que la persona hace lo que prefiere. No hay ninguna consecuencia de hedonismo, De hecho su opcidn preferida puede ser aquella que les da placer a los otros y ninguno a sf mis- at La preocupacisn por los resultados puede ser contraproducen- te. $i bien In aesion racional eg instrumental, algunas, frees ae accién instrumental son decididamente irracionales, El insomnio, la impotencia y la tartamudez empeoran si se trata de hacer algo ara remediarlos, Es més probable que desaparezcan si se deja de pensar en ello, pero es0 no es algo que pueda ser el resultado de tuna aceién. La espontaneidad nos elude si tratamos de actuar os Ponténeamente. No podemos creer a voluntad u olvidar a volun- sual Bt Bolen sr opciones qu estan dentro oer du conjta de ports 4 te paso dels preferencia sas funcionos do utilidad toon pile a preference so “ie endian Deben mafcc es eae ona debe poder comprar ds oponescaalenqoirs entre at Deb pefent usa oa our pneras igusment ena La tuna dae ser ohrent nnn Peo encias ft prefere una naranja'e una madtaae y Una iaansane a Une pert tems Sin debe preferr a naranja In prn. (2) La peitonn debe poler compart lores entre si, Para expires condi ov mn fuel woar'vn empl we a ln tn tanto califiea lo eandidaton icamentesegin su dean ashe pice {ribatria salvo cuando tienen In mlsmn psiion acerca de oo auto, en cv caso Jos califica segiin sus ideas sobre el desarme. 5" Enel capitulo @ me entendo mas sobre exo. 32, ‘al menos no podemos en el sentido en que se puede levantar 40 n voluntad, No podemos hacernos cosquillas, sorprender- © engafiarnos deliberadamente por mucho que lo deseemos. wos dosenr ser estimados y admirados por los otros pero las ue nosotros o los otros realizamos con el solo efecto de ‘ese fin se autodestruyen. Un importante ejemplo de politi- ‘de In eroacién de empleos con cl fin de aumentar la autoes- Ta gente, Es verdad que tener un empleo regular es una importante de autoestima, pero sélo a condieién de que el ido principal del empleo sea producir un bien o un servicio por {gue los consumidores o los contribuyentes estén dispuestos a pa- que lo valoran en medida suficiente, La autoestima es en incia un subproducto de acciones-realizadas con otros fines: no le ser el tinico propésito de la politica. O t6mese la opinién da- ‘por de Tocqueville de que el valor principal de la democracia po- lea es que genera actividad incesante y energia superabundante In sociedad, con lo que hace a ésta mas prOspera. Si bien posi- mente sea cierta, la aseveracién no puede ser argumento sufi- te para introdueir las instituciones democraticas. Para que la mmoeracia tenga prosperidad como subproducto primero debe ser mada seriamente como una forma de gobierno. La eleccidn racional se ocupa de hallar el mejor medio para fi- wes dados. Es un modo de adaptarse de manera éptima a las cir- instancias. La adaptacién inmejorable también puede lograrse mediante otros mecanismos aparte de la eleccién racional. Estos fon considerados en los eapitulos 8 y 9. Aqui debemos observar que Jn cleccién racional no es un mecanismo infalible ya que la persona facional puede elegir sélo lo que cree que es el mejor medio. Como te explieé al final del eapitulo 2, esta creencia puede muy bien ser frt6nea, La persona puode perderse algunas oportunidades 0 no ‘acortar por error, No sélo es humano errar: también puede ser ra- tional hacerlo si todas las pruchas sefialan en la direccién errada. En el capitulo siguiente discuto algunas maneras en que la forma- tin de creencia puede no ser racional. Lo que deseo decir acd es simplemente que el proceso puede ser racional y no obstante no al- canzar la verdad. La verdad es una relacién entre una ereencia y faquello sobre lo cual es Ia verdad. Cuando Otelo cree que Desdé- mona lo est engafiando y ella no lo esta haciendo, él tiene una creencia falsa, En contraste, la racionalidad es una relacién entre ‘una creencia y los fundamentos en que ésta se basa. A la luz de las pruebas que lago le presenta, Ia creencia de Otelo podria ser racio- nal Pero este ejemplo sugiere la necesidad de profundizar en el tema porque realmente no pensamos que la ereencia de Otelo fue- 33, ra racional, Como mfnimo él debi¢ haber averiguado mejor sobre lo que habia hecho Desdémona. En un sentido mas general, debemos Tequerir no s6lo que las creencias sean racionales con respecto a la pruebas disponibles sino también que la cantidad de pruebas reu- nidas sea éptima en cierto sentido. Por una parte esté el riesgo de reunir muy pocas pruebas. El médieo debe examinar al paciente antes de operarlo para no cortar en el lugar equivocado. Por otra arte, existe el riesgo de reunir excesivas pruebas. Si el examen del médico es exhaustivo el paciente puede morir. Permitaseme elaborar el segundo de estos peligros. Es probable que una decisién sea mejor cuantas mas pruebas reunimos y cuanto més las consideramos si las otras son iguales, ppero las otras cosas no siempre son iguales. Para el momento en que hemos llegado a una decisién puede haberse perdido la ocasién de actuar. El paciente puede estar muerto, la firma estar en banca- rota o Ia batalla perdida. De manera menos dramatica, los costos de Ia consideracién pueden exceder los beneficios. Los casos de disputa por la tenencia de un hijo proporcionan una buena ilustra- cin, En la mayoria de los pafses occidentales en la actualidad esos casos se deciden segiin “los mejores intereses del hijo”, es decir, se Je da la eustodia al padre al que la corte estima més adecuado para hhacerse cargo del hijo, Este principio requiere prolongadas y afina- das comparaciones entre los padres para decidir cudl es el més adecuado. Supongamos que al final se elige un gran dafio emocio- nal para el hijo, lo que se puede argumentar en caso de que se le dé la custodia al padre menos adecuado, Se deberia preguntar si es en el mejor interés del hijo permitir que la custodia busque los mejo- res intereses del hijo. La decisién que puede ser la mejor si se la encuentra de manera instanténea y sin costos puede no ser la me- Jor, si se considera absolutamente todo, si se tienen en cuenta los ‘ostos de la toma de decisién.* El lugar de la ereencia en la eleceién racional requiere una discusin més cuidadosa, Hasta ahora he argumentado como si las creencias fueran una cuestién de blanco o negro; 0 creemos en que algo es el caso 0 creemos que no lo es.” A menudo tomamos decisio- nes de esta manera y a menudo seria pedante hacerlo de otra ma- En lod casos de la custodia del hijo In prolongada inveetigacén de hechos también puede modificar eudles el intorée del hijo, Como las caries wiclen poner faertemente el acento en la continuidad de In relacion padre-hijo hay una prosun. ‘in, que ae consolida a medida que ol proceso contin, en favor del padre que ies ne la custodiatemparari. 1 Bato no debe confundirse con la siguiente verdad légica. O creemos que algo cseleaso 0 no lo creemos (la distincion entre Ta negacion interna externa), 4 nora, Pero en principio todas las creencias basadas en hechos se ci fran en probabilidades. Para todos los fines précticos puedo cont on que no me aleanzard un meteoro mientras escribo este capi- tulo, pero existe una pequefia probabilidad de que ello sueeda. En muchas situaciones de eleccién se deben tomar seriamente las pro- babilidades. Cuando se eligen entre siembras, los agricultores de ben considerar la probabilidad de la esearcha temprana en otofo © Jas luvias escasas en primavera o excesivas en verano, A menudo protegen sus decisiones eligiendo una siembra que les dé un buen endimiento con independencia del clima. Puede servir un ejemplo numérico. Hay dos siembras, Ay B y dos posibles estados del tiempo, bueno y malo, de los que se supone que son igualmente probables. El ingreso proveniente de las siem- bras en las dos condiciones se dan en la tabulacién siguiente. Los niimeros entre paréntesis indican la utilidad que deriva el agricul- tor de los diversos niveles de ingresos. Se los ha elegido para que reflejen la tendencia casi universal a que cada délar extra de in- greso dé incrementos en utilidad cada vez menores (el principio de Ja utilidad marginal decreciente).* Aw Ba) 10.000 (10) 15.000 (36) 30.000 (60) 20.000 (50) A largo plazo el agricultor ganaré més con Ia siembra A que con la siembra B ya que posee un promedio de rendimiento més al- to. Pero en los afios malos le iré peor con A que con B. Por esa ra- z6n preferird a B sobre A? Si se elige la siembra A el ingreso pro- medio es de $ 20.000 con un nivel de utilidad correspondiente de 50. La utilidad promedio es de 35. Por lo tanto la utilidad del in- gteso promedio de la siembra B es 45 mientras que el promedio de utilidad es 43. Bl ingreso promedio (y por lo tanto la utilidad del ingreso promedio) es més alto con A. Pero no hay ningtin afio en La honestidad inteloctual mo obliga a sedalar que el concepto de wtiidad em- pleado aqut es menos inocente que aquello «lo que me referf anteriormente como “nada mas quo" la expresisn de preforencias. El alcance de le presente exposicién, ime impide entrar en detalles. 9” Ast no hay ninguna necesided de estipular ol conservadorismo campesino pa ra explicar Ie resistencia a algunas de las siembras de alto rendimienta introducl- das por In Revoluein Verde, Si estos eultivos también tuvioren une variacién més amplia la resistencia habria podido ser perfeciamente racional, 35 Gue se realicen el ingreso promedio y el corespondiente nivel de uitilidad. El agricaltor no puede vivir de su ingreso promedio!® co- mo no puede tener una familia promedio de 2,2 hijos. Lo que cuen- ta es el promedio de los niveles de utilidad realizada. Como la utilidad promedio es mds alta con B, ésta es la siembra que se elige. La teorfa de la toma de decisiones bajo riesgo indica a la gon- te que maximice la utilidad esperada. En casos como el que acabo de discutir esto significa lo mismo que utilidad promediada sobre muchos perfodos. Pero la teoria ha sido extendida para que eubra situaciones de opcién que no se repiten dia tras dia 0 atio tras afto. En ese caso se le pide a quien toma las deeisiones que contfie en sus “probabilidades subjetivas” o, en un lenguaje menos formal, en sus pélpitos informados. La utilidad de cada posible resultado de una ‘aceign es gravada por la probebilidad estimada de esa accion de rendir la esperada utilidad de la accién. La teorfa nos dice que adoptemos la accién a la que se asocia la mas alta utilidad espera- da, En el eapitulo siguiente expreso mis razones para ser eseéptico en cuanto a esta extensién de la teoria. AActuar racionalmente es hacer lo mejor posible por uno mis- mo. Cuando interactiian dos o més individuos racionales pueden hacerse mucho més mal a sf mismos de cuanto hubieran podido hacer. Esta visién tal vez sea el principal logro préctico de la teorfa del juego o la teoria de las decisiones interdependientes. Pero la teoria también es «til en varios otros sentidos, Una vez que se ha llegado a apreciarla plenamente parece no ser una teoria en el sentido comiin sino el sistema natural e indispensable para en- tender la interaccién humana. En ese respecto es mas afin a la I6- ica que a una disciplina empirica, Se convierte en una teoria em- Piriea una ver que agregamos principios de conducta que pueden Ser sometidos a prueba y estimados verdaderos o falsos, pero no se yergue ni cae con las pruebas empfricas, Los principios basicos de la teoria del juego estén ilustrados en la Fig. 11.2. Los ingredientes de este ejemplo son comunes a to- dos los juegos. Hay dos o més jugadores. Cada uno de ellos tiene la, opeién entre dos 0 mas estrategias. Cada conjunto de opciones ge- 19 Bl podria hacerlo ei ahorrare en los aios buenos. 11 El lector puede preguntar jstificablementa at la aversion ol riesgo no puede evar al ngricutor & tener también en cuenta la diferencia entre los‘nivelen do lidad en los aos buenos y malos. Como la noeién do wtilidad que ee emplen agut es. ‘4 definida do una manera que ya incoryora las acitudes heci el riesgo, eat pro. puesta implicard el computa doble 36 { Se ey pee SUNN San ESs Fase ee ee ora un eonjunto de recompensas, La recompensa de cada jugador dopende de las opciones de todos los otros, no solo de su propia de- |. cisién, Se supone que los jugadores hacen sus opciones de manera‘, independiente, en el sentido de que no pueden hacer acuerdos vin- culantes para coordinar sus decisiones. Pero en otro sentido sus opeiones son interdependientes porque eada uno debe tomar su de- cisién sobre la base de su previsién de lo que hard(n) el(los) otro(s). Enel partido de la Fig, 11.2 el jugador I debe ponerse en la posicion de I antes de poder tomar su decisién. Por el contrario la deci- sign de II de quemar sus puentes se basard en su andlisis de lo que haria I si se viera forzado a elegir entre negociar y combatir. En el mAs conocido de todos los juegos, “El dilema del prisio- nero”,# los dos jugadores tienen una estrategia dominante, es de- cir, una estrategia que es la mejor respuesta a todos los movimien- tos del oponente: Denominemos a; y by las estrategias cooperantes y as y bs las estrategias no cooperantes. Vemos que para cada jugador la no co0- " peracién domina la cooperacién. Un jugador racional elige la es- trategia no cooperante al saber perfectamente que el otro haré lo mismo y que el resultado producido por sus acciones sera peor pa- ra ambos de cuanto hubiesen podido lograr cooperando. II capitulo 12 estd dedicado a una discusién mAs amplia de esta disyuntiva que es omnipresente en la vida social. Aqui simplemente deseo ad- vertir en contra de la tentacién de sostener que como los jugadores a sabiendas hacen menos por si mismos de cuanto hubieran podido hacer, realmente no pusden ser racionales, Si lon dos jugadores ac juaran como uno, este argumento seria eorrecto, pero como no lo_ eee alan yale ated geen acne est4 definida ~] para un individuo, mo para una colectividad de dos o més indivi- | 12 Bl clea devin a ncn on kn ir rerltadonisrtdon: Dos pisiceros dees que ve oypsha quo han clara (Sit loon ports uci pparaden i pita eden cade uno ge ed ‘teredo 4) i denonci a ote yl oe no lo evn Si ambos ve denunclen mu mre, abostandran res Ades Ge crcl 3 no denna or pre trols Sort pees a da ac os GS ctagens/ cine a in plca ooe proche susene como pare envar a cada ono ala cael por un mea 37 —o, 2~2o-= «duos. Si un individuo tiene una opeién que es superior a sus otras opciones con independencia de lo que haga otra gente, él seria irra- ional si no la adoptara, El hecho de que todos se beneficiaran si todos actuaran irracionalmente no est4 ni acd ni all. 4 Cuando fracasa la racionalidad La teoria de la eleccién racional trata de explicar la conducta humana. Para lograr ese fin en cualquier caso debe proceder en dos pasos. El primer paso es determinar qué hard una persona ra- sional en las circunstancias. EI segundo paso es verificar si es eso _ Jo que hizo realmente la persona. Si la persona hizo lo que la teoria predijo que harfa, puede agregar el caso al lado correspondiente a fu crédito Del mismo modo la teoria puede fracasar en cualquiera de los dos pasos. Primero puede no dar predicciones determinadas. Segundo, la gente puede no conformarse segin sus predicciones, puede comportarse irracionalment Para explicar emo surgen estos problemas permftaseme 1 sumir primero el argumento principal del capitulo 3. Para que sea racional una accién debe ser el resultado final de tres decisiones 6ptimas. Primero debe ser el mejor medio para realizar el deseo de luna persona dadas sus ereenvias. Luego esas creencias en sf mis- mas deben ser optimas dada la prueba de que dispone Ta persona. Finalmente la persona debe reunir una cantidad éptima de prue- bas, ni demasiadas ni muy poeas. Esa cantidad depende tanto de sus deseos —de la importancia que le asigna a la decisién— y de ssus ereeneias acerea de los costos y los beneficios de reunir més in- formacién. Entonees todo el proceso puede visualizarse como se lo representa en la Fig. IV. Aart log daseos ton el nico elemento independiente a] cus! estén subordinados:todos-los.otros..Segxin eseribié David Hume, “Lartaz6n es y s6lo deberia ser la esclava de las pasiones”. Estoy seguro de que no intentaba decir que la razén deberia ceder a cada capricho de las pasiones. En particular él no hubiese legislado el 2 Como sshemos por el espttulo 1 18 explicacién correcta puede ser diferente [La eleoeién racional puede scr superada por otro mecaniamo. O aunque Ia persona no Se rconl por aodente pds hace equ Ie racionalidad puede rues aque bags. 39 a ee “~~ Acolén Deseos —___|__» Creenclas sia vlal nant di poder de las pasiones para actuar direetamente sobre las creencias de uno, como en la expresién de deseo, (En la figura esto esta indi- cado por la flecha quebrada.)* Seguin lo ha expresado el historiador francés Paul Veyne, las ereencias surgidas de la pasién sirven mal ala pasién; para que los esclavos sirvan bien a sus amos deben te: ner algiin grado de independencia y de autonomia de ejecucién. ‘Antes de seguir adelante veamos més atentamente la decla- racién de Hume, Implica que la nocién de deseos racionales carece de sentido. La razén no puede dictar a las pasiones cudles deberian 2 ser sus objetos. Sin duda Hume habria concedido que la razén pue- ( de ser stil para eliminar los deseos légicamente incoherentes como puede ser querer tener una torta y comerla al mismo tiempo, pero por otra parte las pasiones no son sometidas a la evaluacién racio- nal. Uno puede no gustar de un deseo e incluso pensar que es in- ‘moral, pero no tiene ningiin sentido condenarlo como irracional. Esta idea también es la dominante en la ciencia social contempord- nea, Para la mayoria de los economistas en particular los deseos y preferencias son tal como los gustos y “de gustibus non est dispu- tandum”, Luego cuestionaré esta nocién. Primero explicaré cémo puede fracasar por indeterminacién la teoria de la eleccién racional. En general hay dos formas de in- determinacién. Puede haber varias que sean igual y éptimamente buenas. O puede no haber ninguna accién que sea al menos tan buena como todas las otras. Considérese primero la indeterminacién de la accién dados los deseos y creencias de uno, A menudo surgen multiples optimos. Soy trivialmente indiferente entre dos latas idénticas de sopa Campbell's en el supermercado. Deseo una de ellas pero no impor- ta cual, De manera menos trivial un gerente puede maximizar las Figura 1V.1 2 Voremos que alipnos efectos de los deseos sobre el proceso de reeoleeion de prueba son ilgitimos por razones semejentes, 40 inancins de dos maneras diferentes: mediante un bajo volumen je ventas con altas ganancias por venta o un alto volumen de ven- ‘as con bajas ganancias por venta, Lo que haga puede ser muy im- portante para los trabajadores que serdn despedidos si elige la op- ign del volumen bajo, pero si todo lo que le interesa son las ganan- ‘ias nosotros no podremos explicar por qué elige una opeién antes {que la otra. Pero tales casos sélo surgen por accidente, Puede suce- der facilmente que una persona sea indiferente entre dos opciones ualitativamente diferentes pero sélo por aeeidente que éstas estén también en la clasificacién superior en el conjunto de oportunidad. No hay situaciones de eleceién en que los éptimos multiples tien. dan a surgir sistemdticamente.* Surgen casos en que no hay ninguna opeién éptima para creencias y deseos dados cuando la gente no puede comparar y cla- sificar todas las opciones.« Si hay varias acciones de las cuales nin- guna es mejor puedo ser incapaz de decir cul prefiero entre ellas ¥ también incapaz de decir que son igualmente buenas. Esto es incomensurabilidad y no indiferencia. Una prueba sencilla nos per- mite distinguir entre ambas. Supongamos que entre las dos opeio- nes x ey no tengo ninguna preferencia. Si soy indiferente en cuan- to a ambas deberia preferir siempre x junto con un délar extra sobre y. Pero si no prefiero x més un délar respecto de y ello de- muestra que x e y son inconmensurables. Las decisiones importantes a menudo implican opciones in- conmensurables. Por ejemplo la eleccién entre ir a una escuela de derecho o a una escuela forestal, suponiendo que ambas me atrai- gan mucho, es una eleccién de carrera y de estilo de vida. Si yo hu- biera probado ambas por toda una vida habria podido hacer una éleccién informada entre ellas. Tal como son las cosas s¢ muy poco acerca de ambas para tomar una decisién racional. Lo que sucede con frecuencia en tales casos es que las consideraciones periféricas pasan al centro. En mi ignorancia acerea del primer decimal —si mi vida seré mejor eomo abogado que como forestador— considero 1 segundo decimal. Tal vez opte por la escuela de derecho porque ello me hara més facil visitar a mis padres los fines de semana. 3 Una excepcién es la conducte equiibrada con cloeién al azar de oxtratogia. sta tema se diseute en ol expito 1 “También pueden eurgiren casos extratioa como ol siguiente: mo dicen que si ‘eseribo wn nero positive (eatrictamente mayor que cero) cbtendré una recompen- ten ddlares igual al dvidide por eso aimero. Es abvio que por todo nimero que yo pueda “eseribie hay Un nomere menor que puede darme una recompense mayor. ‘jun euando no pueda comparar = ¢ y no tengo difcultades en comparar un Alarcon ningén dalar 41 Esto modo de decidir es tan bueno como cualquiera pero no es tal que pueda ser suscrito por la teorfa de la eleceién racional como su- periox, digamos, a arrojar simplemente una moneda. Las ereencias son indeterminadas cuando la prueba es insufi- ciente para justificar un juicio sobre la probabilidad de los diversos resultados de la accién, Esto puede suceder de dos maneras princi- pales: por la incertidumbre, en especial sobre el futuro, y por la interaccién estratégica. Considérese la decisién de una firma acerca de cudnto inver- tir en investigacién y desarrollo. Para decidir racionalmente la fir- ‘ma debe estimar el resultado probable de la inversién —qué proba- bilidades hay de que sus actividades innovadoras conduzcan a una innovacién provechosa— asi como las inversiones hechas por otras firmas y el probable resultado de esas inversiones. Ahora el resul- tado de las actividades innovadoras es inherentemente incierto. La firma no puede prever con ninguna precisién si obtendra buenos resultados o saldré con las manos vacfas. Con el trasfondo de una tecnologia en cambio constante los registros pasados no sirven pa- ta predecir los buenos resultados futuros. Aun en el caso de que la firma pudiera estimar las probabili- dades de hacer una innovaeién provechosa, tampoco puede estar segura de encontrarla antes que otras firmas. En condiciones de “el ganador se lleva todo” esto es crucial. Cuanto mds invierte una firma en investigacion y desarrollo mayores son sus probabilidades de legar primero. Si las otras firmas invierten una suma grande auestra firma tiene magras probabilidades de ganar. La decisién racional podria ser la de no invertir en absoluto, Pero es presumi- ble que otras firmas estén realizando los mismos edleulos. Si todas ellas deciden invertir poco, nuestra firma deberia invertir mucho. Pero una ver mds este razonamiento conviene igualmente a las, otras firmas y si todas invierten mucho nuestra firma deberia abandonar, Estamos avanzando en efreulos: cada firma deberia in- vertir mucho si y s6lo si las otras invierten poco. No hay aqui nin- guna base para la formacién de creencia racional y por lo tanto ninguna base firme para la accién.’ Para explicar las decisiones 5 stmalirmacién se mantiene aunque la incertiduumbre sobre el futuro 20s im pid decir aad sere do cud grande on ls probabldades en varios niveles Ge 1’ Bsto no es perfectamente certo, Hey un equilibrio en el que todas las firms uusan un recurso del azar para decidir cudnto gastar en investigacién y desarrollo (Como se expica en el capitulo 11 el problema e& que ol eqiliorie os atamenta ines. table, Empiricamente no abservamos firmes que usen Tuedas de lterfa o dados pa. ratomarsus decislones de inversin, 42 ‘aceren do invertir nos convendria seguir a Keynes ¢ invocar los “es- piritus animales" de los empresarios. Hay algunos —son denominados tedricos de la decision baye- siana— que no concordarian con cuanto acabo de decir. Ellos s08- tienen que como siempre tenemos algtin conocimiento acerca de la situacién de eleccién debe ser mejor usarlo para formar estimacio- nes de probabilidad subjetiva que no usarlo en absoluto. El argu- ‘mento es seductor pero no me parece que sea vélido. Si bien es mu- cho lo que sabemos acerea del conflicto en el golfo Pérsico, no hay ‘modo de que podamos reunir nuestra informacién para lograr una probabilidad subjetiva confiable del estallido de una guerra entre Irén y los Estados Unidos dentro de los préximos seis meses.* ‘Tomado en si mismo el conocimiento acerea del segundo décimo de un mimero es estrietamente inti. Esto no significa negar que puedan deducirse tales probabili- dades sino s6lo que sean confiables y que sea racional emplearlas ‘como base para la accién. Podemos ofrecerle a una persona una eleccién entre dos apuestas. Una apuesta dice que si hay una gue- rra obtendré mil délares, de lo contrario nada. La otra apuesta di- ‘ce que obtendré mil délares con una probabilidad del p por ciento y nada con una probabilidad de 100-p por ciento. El valor de p por el cual es indiferente entre las dos apuestas es la probabilidad subje- tiva que la persona le asigna a Ia guerra, Pero resulta que este va- lor depende mucho del proceso empleado para deducirlo. Si comen- zamos con un valor bajo de p y ascendemos el valor es mucho mas io de cuanto pudiera ser si comenz4ramos con un valor alto de p y descendiéramos. Pero si de verdad estamos midiendo algo en la mente de la persona el resultado no debiera depender del metodo de medicién. Pero como depende la probabilidad es un producto del procedimiento, Puede tener riesgos decidir eudnta prueba reunir. Si la situa- cin es altamente estereotipada como suele serlo un diagndstico ‘médico, sabemos muy bien los costos y los beneficios de la informa- cién adicional.# En situaciones que son tinicas, nuevas y urgentes ‘como librar una batalla o ayudar a la vietima de un accidente auto- ® Pecha en que se escrbié:oetubre do 1987. "Para detactar el edncer intestinal se he hecho comin realizar una serie de ssi teats sencllos y econémicos... Los beneicios de los dos primeros vests son sig Rifeetives: Pero cumndo se hacen los ediculos para cada tnd de los sltimos cuatro teats para determinar el eoato de In detoceién de un easo do céncor (ni siquiera cu Tarlo) ae deseubre que loa costoa en délares son de 49.160, 469.634, 4.724.095 y ‘47107214 respectivamenta” 2 Menzel: Medical Costs, Moral Choices, New Haven, Conn, Yale University Pross, 1983, p. 6) 43 movilistico, tanto los costos como los beneficios son altamente in: ciertos, Esté el riesgo de actuar demasiado pronto con muy poca informacién y el riesgo de demorar tanto que es demasiado tarde, Si supiéramos decir cuAl riesgo es el mayor, pero no tenemos nin- guna base para decidir racionalmente si se debe correr el riesgo ara adquirir ese conocimiento. Asi es como debemos actuar mas 0 ‘menos arbitrariamente, Entre estos dos extremos suelen estar la mayoria de las situaciones de eleccién de la vida cotidiana. Si salgo fa recoger hongos sé que deberia dediear algsin tiempo a la busque- da de un buen sitio y también que no tiene sentido seguir buseando hasta que oscurezea. Yo deberia busear por un rato y luego dejar de buscar y empezar a recoger, donde un “rato” puede ser cualquier lapso entre diez minutos y un par de horas. Dentro de esta ampli tud hay indeterminacién, Como no puedo esperar tomar una deci- sign éptima deberé arreglarme con una que sea “bastante buena”, Cuando la opeién racional es indeterminada algtin otro meca- nismo debe cubrir el vacfo, Puede ser el principio de In “satisfac- cidn’, de elegir algo que sea bastante bueno. La carga explicativa se pasa entonees a la nocidn de un nivel de aspiracién que determi- na To que cuenta como bastante bueno. Hasta tanto se sepa més acerea del motivo por el cual difieren los niveles de aspiracion de las personas, la tooria de la satisfaccién resulta insatisfactoria.1* En un sentido més general no tenemos una teoria de lo que hace la gente cuando le agrada actuar racionalmente pero Ia eleccién ra- ional es indeterminada. Una cosa que a veces hace es negar la in- determinacién. Los seres humanos sienten un fuerte deseo de tener razones para lo que hacen y les resulta duro aceptar la inde- terminacién, Tienden a eludir los procedimientos de decisién suge- idos por la indeterminacién, como tomar una resolucién arrojando una moneda. En cambio pueden poner su confianza en probabilida- des subjetivas ficticias. O como en el caso de la custodia del hijo discutido en el capitulo 3 siguen hasta encontrar la decision que hhubiese sido éptima en el caso de halldrsela de manera instanté- nea y sin costos. O deciden sobre la base del segundo decimal aun- que ignoran el primero. Estas précticas representan una creencia irracional en el poder de la racionalidad. La primera misién de una teoria de la eleccién racional es ser clara acerea de sus propios li- mites. Como dijo Pascal a veces nada es mds racional que Ia abdi- cacién dela razén, 10 Bl vacio también puede ser ocupado por alg como Ins normas sociales que se itn en el eapstalo 13. Pero ahi considero las normes sociales como una alteraa- ‘iva ala eleceén racional y no como un mero suplemento 44 eee iniahdniiietaieiels Otvas formas do irracionalidad pueden ger colocadas a varios niveles on la Big. [V.1, A veces la gente no elige lo que eree que es ‘el mejor medio para realizar sus deseos, Si ello sucede por error —por oprimir el botdn incorrecto— no es irracional. Lo es si la gen- te actiia a sabiendas y deliberadamente. Supongamos que mo ofre- cen un cigarrillo cuando estoy tratando de dejar de fumar. Mis deseos me dicen que lo rechace pero no obstante lo acepto, El eul- pable aqui es la debilidad de la voluntad, la vulnerabilidad a de- eos que reconezeo como mas débiles que los deseos que sefialan en la direecién opuesta. Cuando triunfan los deseos mas débiles debe ser porque en cierto sentido son més fuertes, no més fuertes como razones sino més fuertes como mera turbulencia psfquica. En el capitulo siguiente discuto un caso especial de debilidad de volun- tad que es causada por la mayor inmediatez del presente y la efica- cia correspondientemente menor del futuro. Pero la debilidad de Ia yoluntad puede adoptar muchas otras formas. Puedo ceder al fegoismo cuando creo que las pretensiones de otras personas son re- almente més fuertes. Por el contrario puedo pensar en una oca- sign dada que mis preocupaciones orientadas hacia el presente 0 egofstas superan las pretensiones del futuro o de otra gente y sin embargo ser incapaz de darme un descanso. El atesoramiento com- pulsivo puede ser una muestra de debilidad de la voluntad tanto como los gastos impulsivos." a ‘La sondueta Trracional tambien puede derivar de creencias irracionales. Més conspicuamente las creencias pueden ser subver- tidas por las pasiones a las que supuestamente sirven. La expre- sign de deseo —Ia tendencia a creer que los hechos son como a uno le agrada que sean— es un fenémeno difundido cuya importancia en los asuntos humanos nunca se acentiia en medida suficiente. Freud la explicaba en relacién con el “principio del placer”, la ten- dencia de la mente a buscar la gratificacién inmediata.1? Me siento ‘mejor si creo que las cosas son como deseo que sean aun enando ui timamente me hard mejor creer que son lo que en realidad son.13 econ eal eh aL aS antes ipemn ea gel nla nage Psp de See ee ee ee ese eee er agg rece nde a ts cere ae a aE gin een ce ne cle les lb er a et sa eee ee Cie a i ee aes a ee Lampe enna ee ee ee ee eee 45 La exprosién de deseo puede operar directamente a través de In flocha quebrada de la Fig. IV.1 0 indirectamente por medio de In recoleccién de pruebas, Este tltimo mecanismo, més suti), opera como sigue, Supongamos que inicialmente la evidencia no apoya la ‘ereencia que yo deseo que sea cierta. Entonces procedo a reunir ‘més pruebas ajustando y actualizando mis ereencias a medida que ‘avanzo. Si en algun punto la suma total de las pruebas reunidas hasta ese momento apoya mi creencia preferida, me detengo. Entonces de verdad puedo decirme a mi mismo y a otros que mi creencia est4 apoyada por las pruebas disponibles a diferencia de In cruda expresién de deseo que simplemente va en la superficie de las pruebas. Si bien la expresién de deseo es indeseabe en si misma a ve- ces va junto con otras cosas que no deseamos perder. Un deprimen- te descubrimiento de la psicologia social es que los individuos que tienen el mejor juicio —los que son més capaces de ser guiados por el principio de In realidad antes que por el principio del placer— son personas clinicamente deprimidas. Son més tristes pero mas sensatos. Por el contrario los individuos en un estado normal de placer —que no son ni manfacos ni depresivos— tienden a sobrees- timar sus capacidades y creer que otra gente tiene una mds alta opinién de ellos de cuanto es el caso, Si es que debemos lograr algo debemos ereer que podemos hacer mas de cuanto en realidad nos es posible. Un grado de irracional expresién de deseo es el precio que pagamos por la motivacién para seguir con el asunto de vivir. Si bien nuestras pasiones pueden estar mal atendidas por las creencias que generan, a nosotros nos conviene preocuparnos tanto por algunas cosas por las cuales perdemos la cabeza. Tengo algo mas que decir sobre las emociones en el capitulo 7. La formacién de ereencia también puede ir mal sin ningin impulso de las pasiones. En especial al tratar asuntos estadisticos nuestras mentes estén sometidas a ilusiones y falacias cognitivas que han sido diagramadas en fascinante detalle sobre los ultimos diez o quince afios. Muchas fueron demostradas primero en experi- ‘mentos y reconocidas luego en situaciones de la vida real. Un error comin consiste en darles excesiva importancia a la experiencia ‘tendencia, mencionada en el capitulo 1, « desear lo que no se puede ebtener silo porque no se Io puedo obtener. No conozco ningune explicecién satisfactria de os: {as propensiones autodestructivas. YO" la Fig IV deberss haber entonces una Nechs quebrads de loa dessos a la prucba ademés de la flecha que indica la influencia jusificada de loe deteos sabre Ie decision acerca de cuantas procbas reanir. 46 a eT personal y a tos aeontecimientos corrientes a expensas de las fuen- tes impersonales y de los acontecimientos pasados. Por ejemplo los precios de las acciones se ven excesivamente influidos por el de- ‘sempefio corriente de las firmas e insuficientemente por sus regis- tros pasados. En la campafia presidencial de 1972 los periodistas informados predijeron que McGovern no podia perder por mas de diez puntos. Sabian que McGovern se rezagaba en veinte puntos en las encuestas y que en veinticuatro afios ni una sola encuesta importante se habia equivocado en més del tres por ciento, pero I multitudes sumamente entusiasmadas a las que habfan visto con sus propios ojos contaban més. La ignorancia acerea de los principios elementales de la infe- roneia estadistica es otra causa comtin de error. La fuerza aérea is- racli observ6 en una oportunidad que cuando se criticaba a los pi- lotos después de un desempefio deficiente habitualmente rendian ‘mejor en la ocasién siguiente. Cuando se los elogiaba por un buen servicio tendian a no hacerlo tan bien en la ocasién siguiente. Los instructores concluyeron que 1a critica es efectiva en el entrena- riento de los pilotos presumiblemente porque los obliga a concen- trarse mientras que el elogio, que presumiblemente los consiente, tiene el efecto opuesto, Ellos no tenfan en cuenta el simple princi pio estadistico de que un desemperio muy bueno tiendo a ser segui- do por uno menos eficiente, mientras que un désemperio deficiente tiende a ser seguido por otro mejor. Los jugadores de béisbol que después de una temporada notablemente buena no rinden lo mis- mo en la siguiente a menudo son injustamente critieados por los entrenadores o los fandticos que piensan que el éxito los ha estro- peado. También la gente tiene dificultad para entender la nocién del azar. Por ejemplo tienden a subestimar la cantidad de apifia- miento en un proceso al azar. Durante los bombardeos los londi- nenses observaban que las bombas ca‘an apifiadamente ¢ inferian de manera incorrecta que ése era un disefio intencional del bom- bardeo alemén. Finalmente nuestra vida puede irnos mal debido a que nues- tros deseos son irracionales. Dado que se discute la nocién misma de deseos racionales e irracionales comienzo con un ejemplo que es relativamente poco controvertido. Si mis deseos se centran mucho en el presente de modo que no realizo una planificacién de largo plazo, es probable que sufra a la larga.1¢ Este ejemplo sugiere una 16 No me estoy refiriendo aqua la debilidad doe voluntad. Como die anterior mente y To explienré en el préximo capttale, puede haber impulsividad sin debiided de la volunted. 47 definicién de los deseos racionales: son tales deseos que dai nuestras oportunidades nos hacen tan felices como es posible, Para luna persona con una constitucién de hierro, una gran fortuna y un ‘buen abogado, los deseos orientados hacia el presente pueden ser racionales, pero aquellos con menos oportunidades deben preocu: parse un tanto por el futuro. Pero si se lo piensa, la definicién propuesta no es adecuada. Considérese a la gente que vive en regi- menes totalitarios estables. Si hay una oposicién interna de disi- dentes ellos tienden a ser infelices. Su mayor deseo es Ia libertad politica que es exactamente lo que no pueden obtener. Por el con- trario mucha gente ser4 relativamente feliz porque no tiene nin- grin deseo de libertad y encuentra todo tipo de defectos en las sociedades que la ofrecen. Creo que seria absurdo decir que los pri- ‘meros son irracionales y los segundos racionales. Si bien los gober- nantes de los regfmenes totalitarios suelen encerrar a los disiden- tes en hospitales psiquidtrieos, nosotros no deberfamos aceptar el diagnéstico de ellos. Podemos enmendar en parte la definicién distinguiendo entre dos mecanismos que tienen aproximadamente el mismo resultado, Por una parte esta la adaptacion y el ajuste inconseiente al conjun- to de oportunidad que se jlustra en la fébula de la zorra y las uvas verdes. Tipieamente esto toma la forma no de exaltar lo que se puede obtener como la dulzura de las fresas (o los limones) sino de despreciar lo que no se puede obtener. Este es el método de Ia pla- nifieacién racional del eardeter propuesto en el budismo, por los estoicos y por Spinoza.%? En esta interpretacién de los deseos racio- nales no nos sentiremos obligados a decir que los que apoyan los regimenes totalitarios son racionales. Pero si deberiamos decir que los disidentes son irracionales y contrarios a las nociones intuiti- vas preanaliticas de lo que es ser racional. No s6 o6mo resolver este acertijo. Se puede decir plausible- ‘mente que los deseos altamente impulsivos son irracionales porque son contraproducentes. Si cedo hoy a la espontaneidad reduzco el niimero de ocasiones del futuro en las que podré comportarme es- ponténeamente. La espontaneidad es un valor que debe ser prote- gido mediante preocupaciones no esponténeas por el futuro. ‘También esta el argumento para decir que son irracionales los de- 16 Acé estoy suponiendo que su incapacidad para conseguirlo no es la exusa de quo lo dosoon. 17 Lo que propone el budismo es en realidad algo diferente. Aconsefa redutt Tos sos propios para contentarse con poco aun cuando se pueda fener mucho, porque Jos deseos aun satisfechos producon més dolor que placer. 48 4008 que #0 originan mediante mecanismos causales desdefiables que operan a espaldas de una persona de tal modo que ésta se hu- biese avergonzado en el caso de haber tenido conciencia de ello.i# Estos ejemplos no equivalen a una definicién pero sugieren que el lugar de la razén puede ser mas importante de cuanto puede indi- carlo una interpretacién literal del aforismo de Hume 18 Cuando deseo algo simplemente porque no puedo obtenerlo el deseo es con- traprodueento y producto de un mocaniemo causal deedesable, El mecanisme de laa “avas verdes” no es contraproducente 49 5 Miopia y prevision En el estado de naturaleza —un estado ficticio muy discutido por los filésofos y que recuerda algo de Ia isla de Hl senior de tas ‘moscas de William Golding— la gente vive en el presente y sélo se preocupa por sf misma. En consecuencia y como en la memorable frase de Hobbes sus vidas son “solitarias, pobres, desagradables, brutales y breves”. Ninguna sociedad de la que se tenga noticia es asi. Los ik de Uganda —tal como los describe un antropélogo social que vivié entre ellos algin tiempo— probablemente estén tan pro- ximos al estado de naturaleza como cualquier grupo humano cono- cido, pero incluso ellos exhiben formas minimas de dominio de sf mismos.! Una tarea importante de las ciencias sociales es explicar por qué no estamos en el estado de naturaleza.? Aqui consideraré Ja previsién —la capacidad para ser motivado por las consecuen- cias a largo plazo de la accién— como una explicacién posible del dominio de si mismo. Otras explicaciones se diseuten luego. Como dije en el Capitulo 3 la opeién racional se ocupa del re- sultado de las acciones. A menudo es util pensar en una accién como generadora de una corriente de resultados 0 consecuencias (intentados 0 esperados).* Supongamos que después de obtener un diploma en el college en economia un individuo tiene la opcién en- tre estudiar para un doctorado y tomar un puesto en un banco. 1 Cita del préximo capttalo, 2 Esto puode eignificar dos cosas, Primoro, si nosotros (0 nuestros ancestros animales) alguna ver estuvimes en el estado de naturaleza, Sm salimos de 6? ‘Segundo, gqué nos impide doslizarnos en él o volver a él? La primers pregunta 65 ‘ratada brevemente en el capitulo 8 pero el foco principal est en Ia segunda, > Enel préximo eaptal me ocupo del eltruism y de semejentes motivaciones no egoistas yen el capitulo 12 del elusivo fenémeno de as normas sociales. En el Copftolo 13 las diveraaaexplicaciones se resnen en una exposicisn més uniiends, “4 Las consecuencias imprevistas eon el tems del eapftalo 10, 50 Uutdad det ingroso $70.000 __— Dectorado $60.00 '$50.000 ——____— Baneo $40.000 $30.00 $20.00 10.000 Figura V1 Cada opeién est asociada con un perfil de ingresos en el tiempo® y cada nivel de ingresos est asociado con cierto nivel de utilidad 0 bienestar (Figura V.1).¢ Suponemos por simplicidad que al indivi- ‘duo sélo lo motivan los ingresos de modo que el estudio de posgra- do no ofrece ninguna recompensa intrinseca que pueda compensar ‘al menos parcialmente cl ingreso bajo. En estas circunstancias {qué elegiré el individuo? Obviamen- ‘te depende de cusnta importancia (actualmente) le da al bienestar en tiempos diferentes, Si es un individuo totalmente orientado ha- cia el presente tomard el puesto en el banco. Estudiar para un doc- torado es una estrategia indirecta del tipo “Un paso atrés, dos pasos adelante”, Requiere cierta capacidad para posponer la grati- ficacién, En el otro extremo supongamos que les da igual impor- tancia a todos los afios de su vida.’ Entonees puede parecer que deberia optar por el doctorado ya que le da mayor bienestar total sobre el periodo que abarea de los veinte a los sesenta y cineo afios, EI problema es que él puede no vivir hasta los sesenta y cinco afios. Bl bienestar en los afios sucesivos debe ser desestimado en- tonces por la probabilidad de que él esté muerto. De modo que si hay un 10 por ciento de probabilidad de que esté muerto a los 6 senta afios, el valor presente del bienestar a los sesenta es sélo © Por una evestion de simplicidad supongemes que después de Ios seaenta y cineo afios 90 hay ninguna diferencia entre laa opcionos. También suponemos que ‘no es posible pedir eontra futures ingros ' 'Aqu( suponemos que lat funciones de utlidad oo mantienen constantes en el ‘tiempo, Sila gente joven obtiene més (0 menos) bienestar de un dar que los anc nos, el argumento se debe reformular de manera correspondienta, °F Bn realidad en el otro extremo esiard una persona que piensa que el bienes- ter futuro et de importaneia crucial y que no le da ningin valor al bienestar en el presente 51 90 por ciento del bienestar que experimentara si vive hasta los sonta afios. Al parecer el procedimiento correcto es el siguiente, Para cada opcién y para cada afio del futuro calcular el valor p sonte del bienestar que tendré bajo esa opcién en ese afio, Para ca- da opeién agregar luego los valores presentes para todos los atios del futuro, Finalmente elegir la opcién con la suma mas amplia de valor presente. La condueta real esté en alguna parte entre estos extremos. La gente desestima el futuro en mayor medida de cuanto pueda Justificarse sobre la base de las tablas de mortalidad aunque sin duda le otorga cierto peso. Creo que esta actitud es irracional. Desestimar el futuro sencillamente porque el futuro se asemeja mucho a la formacién de creencia irracional que le otorga excesiva importancia a los eventos corrientes a expensas de los registros pa- sados. Como el pasado, el futuro no esta acd y es por eso que cuen- ta menos de cuanto deberia, Ahorrar demasiado poco para la pro- pia vejez suele ser a menudo el resultado de una falla de la imaginacién, En otros casos el presente nos abruma ofreciéndonos tentaciones que no podemos resistir. Cuando tomo mi segunda por- cidn de torta de crema a veces es como si mi yo racional hubiese perdido el control. Veo que es mi mano la que toma la torta, pero lo hace sin ninguna ayuda mfa, Otros efectos més debilitantes son la bebida, fumar cigarrillos, la adiccién a las drogas, el adulterio y el juego. En el capitulo 13'veremos que la conducta no cooperativa puede explicarse en parte mediante el mismo mecanismo. Puede esperarse que una persona ala que no conmueven en absoluto las consecuencias futuras de su conducta presente estropee su vida asf como la de otros. La condueta autodestructiva no es en sf un signo de debilidad de la voluntad. Una persona a la que no le importa el futuro 0 le importa eoherentemente menos de cuanto le importa el presente no sufre la frustrante experiencia de hacer lo que, todo considera- do, no doberfa hacer. Esa experiencia surge cuando la desestima- ® Agu{ hay un problema el que no 30 Je ost prestando atencién. Considérese el anélogo interpersonal de esta problema de decsign personel. Stun gobierno enfren- {a dos opeiqnos pare clogir le quo maximico al bionestar social Bato es el andlogo del principio de decision adoptado en el texto. Pero el gobierno también puede clegir J opeiin que meximiza ol bienestar del grupo on peores condiciones do la sociedad, proteger alos dabiles antes que promover “el mayor bien para el mimero maa gran 4c", Enel problema de decsién personal el analogo seria elegir In opcién que leva ‘itociado el mAs alto bienestar minimo, es decir tomar el empleo en el banco. (Notose que acd ne seré correctodoseatimar le probabilidad do le muerte) Est eri terio de dacs noes menos (i mas) rcinal que el de masimizar el ienotar de. 52. cidn del futuro adopta una forma especial que nos impide aferrar- nos coherentemente a decisiones pasadas. Supongamos que el 1* de enero hago una cita con mi dentista para el 21 de enero, no porque tenga dolor de muelas sino porque pienso que es una buena idea controlar regularmente mis dientes. Espero que el dentista halle una o dos caries y que realice algunas obturaciones dolorosas, pero decido que los beneficios a largo plazo para la salud compensen ampliamente ese agudo sufrimiento tem- porario, El 20 de enero llamo al dentista para eancelar la cita por ninguna otra razén que el hecho de que ahora es mds inminente que cuando la hiee. (Aunque probablemente le diga al dentista que debo ir a un funeral.) {Qué sucedié para que cambiara de idea? Consideremos otro ejemplo, Mi-tio abuelo muere inesperada- mente y me deja un millén de délares. Decido emplear la mitad de la suma en diversiones variadas durante el primer afio y luego vi- vir de los intereses de los 600.000 délares restantes. Al final del primer afio, cambio de idea. Ahora decido gastar 250.000 délares en diversiones algo menores en el segundo afio y guardar el resto en el banco para épocas de necesidad. Al final del segundo afio cambio de idea nuevamente y sigo asi hasta que es poco lo que que- da de Ia herencia. ¢Por qué no pude atenerme a mis decisiones? Estos son ejemplos de debilidad de la voluntad. Decido hacer algo pero cuando llega el momento de realizar la decisién hago otra cosa. Este fenémeno no puede reducirse a una tendencia a favorecer l presente respecto del futuro o el futuro préximo sobre el futuro distante. Esa tendencia puede explicar el hecho de que nunca haga tuna cita con el dentista en primer lugar pero no que la haga y luego la cancele, Puedo explicar por qué gasté la mayor parte de mi heren- cia en el primer aio pero no por qué hago un plan que Iuego no Tlevo ala préctica de usar con mayor prudencia el resto de la herencia. La explicacién de esta conducta incoherente es que el futuro no decae —es devir, no pierde su valor desde el punto de vista del presente— ‘una razén constante a medida que se va alejando del presente. La Figura V2 permite expresar esto més precisamente. En los diagramas una persona tiene la opeién entre una pe- quefia y temprana recompensa A y una recompensa B mayor y de- morada. La eleceién debe hacerse en el momento en que A se hace disponible. Las curvas representan el valor de A y B en diversos tiempos antes de que se conviertan en disponibles. Cuanto més distante es el tiempo futuro en que se hacen disponibles menor es su valor presente. Las preferencias de la persona en un tiempo © Bn los diagramas esto es representado por el “presente” que se mueve ha: cia Ia Saquierda. De manera equivalonte puede ser representade por los aconteci- 53. Figura V2 dado derivan de una comparacién de los valores presentes de las opciones en ese tiempo: prefiere la que tiene el mayor valor prosen- te, Su intencién en ese momento acerca de qué elegir luego se basa tn esa preferencia: plensa ahora hacer entonces lo que prefiere ahora. En el diagrama A el futuro decae a una razén constante: Valor resonte de un délar hoy __Valor prosonte do un délar mafiana valor presente de un délar ‘valor presente de un délar ‘mafana pasado mafiana En este caso el presente tiene el mismo status respecto del fu- turo préximo que el futuro préximo respecto del futuro més distan- te, Una consecuencia es que si se prefiere una opeién a otra en al- gin tiempo antes del tiempo de la eleccién, se la prefiere a la otra en todos los tiempos. En otras palabras: la persona no cambia de idea cuando se acerca el tiempo de consumar la opcién. Aunque se Sons fs aie eh ek pee en ee ee meee S io a ee ee dea es bec se en ae eee ee ea 54 Retiperatpbvam iss eat sometida a la debilidad de ta vo- luntad, Bn el diagrama B el futuro decae primero répidamente y Tue- go mas lentamen Valor presente den délar hoy Valor presente de un délar mafiana Valor presente de un délar Valor presente de un délar ‘masana ‘pasado mafiana ‘Aqui el presente cuenta més respeeto del futuro préximo que 1 futuro préximo respecto del futuro distante. Debido a esto puede producirse una inversién de preferencia, En el tiempo ¢* B deja de ser la opeién preferida y la opeién A empieza a parecer més atrac- tiva hasta el tiempo de la opcién. Esto es debilidad de la voluntad jineapacidad para hacer lo que uno cree que debe hacer después de considerar todas las cosas, Los estudios de la conducta de animales —ratas y palomas— domuestran que ellos desestiman el futuro del modo representado por el diagrama B.! Hay pruebas aunque menos concluyentes de que los seres humanos se comportan del mismo modo. En la medi- da en que lo hacen, tienen un problema. Las buenas intenciones pierden su capacidad para motivar cuando se acerca la tentaciér ‘La esperanza estd en el aprendizaje de la experiencia. Ser irre nal y saberlo es un gran adelanto respecto de ser ingenua e impen- sadamente irracional. Si enfrento racionalmente mi conocida pro- pensién a conducirme irracionalmente puede irme mejor que si me ‘comporto como la victima pasiva de la propensién. Pero las técni- cas para superar la propensi6n no carecen de costos y = veces. el re- ‘medio es peor que la enfermedad. ‘Un modo de solucionar la propensién es actuar segin el con- junto de oportunidad como se explied en el capitulo 211 Cuando ha- ‘go una cita con el dentista puedo autorizarlo a que me pase su ‘cuenta completa si la cancelo.!2 Si heredo un millén de délares 10 Vease eaptla 9, 11 Pare superar le debilided de la volunted también se puede actuar segin los propos deseos para hacer que Ia tantaciin parezca menos atractiva cuando 8 pre- ente, Los que vgilan au poso siguen religiotamente el principio “Nunes compres fon el estomego vacto". Alguna gente pide que se la hipootice para adquirir una versin al cigarrll. Si bien menos costes que ctras, esta téeniea también ex mu cho menos eplicable. “Por lp que tengo entendido los psicoanalistes, coyo tratamiento pede ser ‘aun més doloroso que el del dentista, siguen esa préctica pero no porque sas pe- lentes Io pidan. 55. puedo colocar la mitad on un banco a interés y asegurarme de que ho pueda tocar el capital. Tal vez desee ahorrar algo de dinero pero me veo frustrado por mi tendencia a gastar inmediatamente mis horros. Puedo solucionar el problema ingresando en un club de horros para Navidad que no me permitird retirar mis depésitos hhasta fin de afio.1° Si deseo dejar de fumar puedo anunciar mi deci- ‘sin al mundo de modo que la recaida en el vicio se vea disuadida or el temor de perder prestigio. Para evitar beber puedo tomar pastillas que me harén sentir enfermo si bebo. Si temo hacer algo estipido en la fiesta de Navidad de la oficina puedo no ir. Para evi- tar el impulso de comprar en el supermercado puedo llevar el dine- ro suficiente para comprar sélo los articulos que figuran en la lista que he preparado. En algunos paises una persona puede hacer un contrato de fuerza legal con una clinica para drogadictos por el ‘cual no le permitirdn salir en tres semanas aunque la persona lo Tuegue. Si un gobierno teme ceder a las presiones populares para Jn devaluacién o los inerementos de salarios puede abdicar su re ponsabilidad a una junta de reserva federal o al Fondo Monetario Internacional, Los padres fundadores pueden asegurar que la constitucién que crean sea dificil de cambiar para impedir que las generaciones posteriores cedan a la demagogia. Estas estratagemas pueden ser costosas. Acontecimientos im- previstos pueden hacerme desear que no deberia haber bloqueado ciertas oportunidades. Ulises podré lamentar estar atado al mastil si su nave llega a aguas peligrosas que sus hombres no saben na- vegar solos. El dinero que he ahorrado pero no puedo tocar puede ser necesario para una operacién importante, A menos que me per- titan salir do Ia elfniea para adictos por unos pocos dias, mi firma quebrard. La junta de reserva federal puede eonvertirse én un bas. tin de irresponsable conservadorismo monetario. La constitucién puede convertirse en la tirania del pasado sobre el presente al os- torbar a futuras generaciones con leyes que hace tiempo han perdi- do su utilidad, Idealmente Ulises deseard estar flojamente atado al ‘maéstil, con sogas bastante fuertes como para impedirle actuar con- tra su buen juicio pero no tan fuertes que Ie impidan intervenir en una emergencia. Lamentablemente rara vez se pueden tener las dos cosas. No se pueden prever todas las excepciones legitimas a los contratos.con los que nos obligamos y entre las excepciones pre- 18 Las cuentas de los clubes de Navidad suclen pagar interés més bajo que las cuentas normales, lo que demuestra que In gente esta dispuesta a pagar por exe Suotituto del autocontrol. Pero también so pueden tener Ins dos cosss depostanda 1 dinero eo una cuenta de interés alto que penalise los retinos frecuentes 66 uuole ser imposible para Ia parte que debe vigilar ¢] cumpl- rmiento del contrato distinguir entre las excepciones legitimas y las que fueron la razén de ser del eontrato. ‘También se puede superar la debilidad de la voluntad me- diante In creacién de nuevos principios para la contaduria mental sin la intervencién del mundo exterior. El asunto consiste en po- nerse en un estado de énimo en que una violacién de la regla le permite a uno predecir violaciones de la regla en todas las ocasio- nes posteriores. “Si me sirvo hoy una segunda porcién de torta me estey engatiando si pienso que nolo haré la ver. préxima, Como no hay nada especial on esta ocasisn las causas que me hacen ceder hoy a la tentacién tendran el mismo efecto en la préxima ocasién. Estableciendo este efecto dominé, levanto las barreras. Un cigarri- Mo —s6lo uno— inevitablemente me Tlevard a fumar de nuevo un paquete por dia. Un trago y estoy en la resbalosa pendiente que es- tropea mi vida. Si bion esta estratagema de “arracimar” las op- ciones es un poco como el pensamiento magico —como si yo pudie- ra cambiar la causa actuando segiin los sintomas—8 puede ser rete pce costosa en relacién con lo que signifi- én puede ser muy sn relacién con lo que ca perutlensaciery aan alssadoia gente. Aquellos que son disuadidos de la conducta impulsiva por el inquietante espectro de lo que puede suceder si siempre actuaran impulsivamente tienden a ser rigidos y compulsivos. No derivan mucho goce de la vida por- que no se atreven a concederse un intervalo aun cuando éste sera ‘manifiestamente inofensivo.!® A menudo se suele hacer referencia a ellos como a tipos de caréeter victoriano aeosados por el deber, duros consigo mismos y con los otros. William James deseribfa 1a ‘maxima de ellos como “Nunca permitas una sola excepeién”. Freud acufé el término “superyé” para deseribir las prohibiciones y las preseripeiones que nos mantienen en linea euando enfrentamos la tentacién, En la division tripartita de la mente segin Freud el yo el yo auténomo— esta ocupado en una guerra bifrontal contra las fuerzas totalmente miopes del “ello” y las directivas eompulsi- Jn. En ek 14 Bate facto dabo disingirse do oa axpcto corporal do la act. alcohlicareformado un sl tag puede toner un fet purementefiilqic ave {steeho davoncadona ua irresistible dosn do mas bebidn El feta daring et to- woe hse ae explica de manera més completa en ol captslo 13 donde ao discte stat nterpersnal el rata Me Como se meseiod on el capia& elon ante pueden wie do eid ‘dela volunted pero de una manera muy diferente. 87 vas del supery6.!7 El individuo auténomo trata de arracimar flojas ‘mente lo que le permite gratificarse un poco sin temor de descuidar una defensa cuidadosamente construida contra su lado més os euro, ‘A menudo se dice que el ello pertenece a la parte inconscien- te de la mente, El nvicleo de verdad en la nocién es que la motiva- cién inconsciente est4 orientada hacia el presente y es incapaz del célealoestratégco de largo plaze. Para que el foturo influya en la accién en el presente de alguna manera debe ser previsto en el pre- sente por el medio de la concieneia. No hay ninguna prueba de que seamos capaces de formar representaciones inconscientes del futu- ro. Bl inconsciente no puede esperar o usar estrategias indirectas de la forma “un paso atrés, dos pasos adelante”. Como el agua que busca el nivel més bajo, gravita hacia las acciones que rinden el placer inmediato mayor por funestas que sean las consecuencias & largo plazo. Por ejemplo la expresiGn de deseo de una gratificacion a corto plazo que puede resultar irresistible. Este argumento tiene consecuencias para la psicoterapia. Supongamos que un hijo euyos padres rifien con frecuencia empie- 2a. actuar de manera rara, Es razonable pensar que la tensién in- feliz en la familia tenga algo que ver con los problemas del hijo. Un terapeuta puede explicar la conducta del hijo como motivada por el deseo inconseiente de unir a los padres. “Si me enfermo ellos se reocupardn por mf y olvidardn sus propios problemas.” Pero si yo tengo razén el psicoterapeuta deberia estar equivocado. Bl incons- iente nunca puede comportarse de este modo estratégico, Los sin- tomas del hijo pueden ser causados por la infelicidad pero no por el deseo inconsciente de remediarla. 1 Prend erefa que la socalizaién parental eres on nosotros el superyé, El ar- ‘gomento del texto augiere que también puede sor un creador puramente individual, 58 6 Egoismo y altruismo En el estado de naturaleza nadie se preocupa por los demés. Por fortuna no vivimos en oste triste estado, A veces tenemos en cuenta el éxito y el bienestar de otra gente y estamos dispuestos sacrificar parte de lo propio por los demés." O asi parece. Pero qui- 74 la conducta altruista derive en realidad del propio interés. Por ejemplo, gno es en mi propio interés a largo plazo ayudar a los otros para poder yo recibir ayuda a cambio cuando la necesite? La persona que realiza una caridad, jno est motivada por su propio prestigio antes que por las necesidades de los beneficiarios? Lo que le importa a la persona es que sus donaciones sean visibles y reci- ban publicidad y no quién se beneficia con ellas2 Algunos pueden sostener (véase capitulo 2) que la gente siempre y en todas partes ‘est motivada por el interés propio y que las diferencias en la con- ducta se deben sélo a las diferencias en las oportunidades. Segtin ‘esta visién Ia sociedad civilizada depende de la posesién de insti- tuciones que hacen que sea en el propio interés racional de la gente decir la verdad, cumplir sus promesas y ayudar a otros, no de que snte tenga buenas motivaciones. : Je orion ane enta ergumento es encillamente erréncoyexplcaré 1 porqué en un momento. Pero primero eliminemos unas pocas ¢o- fsa8 del coming, La proposicidn de que el interés propio es funda- ‘mental se puede entender de dos maneras aparte de la que acaba- 1 La sogunda parte do ota oracion le agroge algo «In primera. Puodo tener en cuenta el interes de otra gente aélo en la eleccién entre dos aeciones que sirven lmeate bien am intoés. aa En reslidad a veces la fuerza motivadora parece ser el deseo de dar y ser co- nocido come el quo da me que Tor otros donates. Por primera vez me lam le ‘Moncton eta rastvacia eno Art Toate de Chicago dande el tamato de las pl fan que honren els donates be asta euldedaanmente a1 monto de a dons {i que parece conduct ellrusta hacia el publco en reaided puede derivar de In ‘ctodlacin yn envida de otros denantes. 59. —— " + - ‘mos de exponer.’ Puede significar que toda In accién se realiza liltimamente por el placer del agente y que el interés propio tiene ierta prioridad metodoldgica. Nuevamente la primera visién es ncillamente errénea. La segunda es correcta pero no sirve como guia para la comprensién de la conducta. Consideremos primero la visién de que toda Ia accién racional debe ser por el interés propio ya que iltimamente esté motivada por el placer que le da al agente, Una ilustracién puede ser el amor, a menudo definido como tener placer en el placer de otra persona. Si le doy un regalo a alguien a quien amo, {no estoy usan- do simplemente a esa persona como medio para mi propia satisf cidn? Contra esta nocién es suficiente sefialar que no todas las ac- ciones altruistas se realizan por amor. Algunas se hacen por un sentido del deber y no es necesario que den ninguna clase de pla- cer, Una persona motivada por la eélida satisfaccién que proviene de haber cumplido el propio deber no esta actuando por deber sino practicando un narcicista desempetio de roles. ¥ en todo caso la ‘teoria del medio-fin del amor es inadecuada, Elijo un regalo para satisfacer el deseo de otra persona y mi propia satisfaccién es sim- plemente un subproducto.* oro hay un sentido en el cual el interés propio es més funda- ‘mental que el altruismo, El estado de naturaleza, si bien un expe- rimento del pensamiento, es una situacién logicamente coherente. Pero no podemos imaginar de manera coherente un mundo en el cual todos tengan motivaciones exclusivamente altruistas.¢ El ob- jetivo del altruista es brindar a los otros la ocasién de placeres ego- {stas: el placer de leer un libro o de beber una botella de vino que se ha recibido como obsequio.* Si nadie tuviera placeres egoistas de primer orden tampoco nadie podria tener motivos altruistas de un orden superior. Algunos de los excesos de la revolucién cultural 4 dems cath In vnin dncutida ene cata 8 de que In motivacion altrus- ta yuo eplearn enlaces penta’ ‘Bl amor no esl contrario verdadero de eacor. Uae persone rencorosa acta para frustrar lon descos de otros porque la frustreclon de oto I hace sentir bien [Be silent nnn Menor Bl eradee cata de ela ei erin pron gu porque le guna ver caras flees seu al CHa na che ser necesarinmente certo, Una persona puede ayadar @ gu nie- to por el que slate Inferencia para date pincer (oo eqotta)a a hi, Per eat ‘mone ge hj driv placer de placer eget dl ait. "Cando un aio pequeto compre va regalo pare wus padres Gon » menudo se sienten mks conmovis por el ate de dar que complacidot con el regal, eros Sha cnnovios slo gue aon gene ent somplcros mts qu oe. 60 china ilustran el absurdo del altruismo universal. A todos tos ci dadanos chinos se les dijo que sacrificaran sus intereses egoistas ‘por los intereses del pueblo, como si el pueblo fuera algo que esta- tba por encima de la totalidad de los ciudadanos chinos.” El punto ¢ logico. Si algunos deben ser altruistas otros deben ser egoistas ‘al menos parte del tiempo, pero todos pueden ser egosstas todo el tiempo. La suposicién do que toda la conducta es egofsta es el mo- do mas sucinto de expresarlo y a los eientificos siempre les agrada explicar mucho con poeo. Pero no podemos concluir ni en general ni fen una ocasién dada que el egoismo sea la motivacién mAs difun da A veces el mundo es complejo y la explicacién mds sucinta es errénea. ‘La idea de que el interés propio hace girar el mundo se ve re- futada por unos pocos hechos familiares, Algunas formas de con- ducta servicial no obtienen devolucién y entonces no pueden ser explicadas por el interés propio a largo plazo. Los padres tienen un interés egofsta de ayudar a sus hijos suponiendo que los hijos se preocupardn por los padres en la vejez, pero no estd en el interés egofsta de los hijos proporcionar tal cuidado.® ¥ sin embargo mu- chos lo hacen. Algunas personas que contribuyen a obras de cari- dad lo hacen anénimamente y por lo tanto no pueden estar motiva- das por el prestigio.° Algunas formas de redistribucién del ingreso tal vez sean en interés de los ricos. Si ellos no les dan a los pobres, Jos pobres podrian matarlos. Pero nadie nunea fue asesinado por tun cuadripléjico.\! Desde un punto de vista del interés propio el costo de votar en una eleccién nacional es mayor que el beneficio esperado, Puedo obtener una reduecién de impuestos de unos pocos cientos de délares si triunfa mi candidato pero esa ganancia debe ser multiplicada por la probabilidad muy pequefia de que mi voto 50a decisivo, mucho menor que la probabilidad de que yo muera en ‘un aceidente automovilistico en camino al lugar de la votacién. Y sin embargo un gran mimero de personas votan. Muchas person informan acerca de sus ingresos gravables y sus dedueciones libres 1 La historia do Garrison Keillor citada en el capitulo 18 se puede emplear po- ra ilustrar el mismo punt. 5 Se puede nocositar slo uns persons egotsta y todas las otras pueden derivar todo as placer de observarla wellay a cada persone. 2A mayen a eine on neon pe m0 ‘muoden deshe edar a fos hijos. 10 ‘Sin duda & muchos lee gusterd més toner Is torta y comérsela también: sor ‘bien conocido como donante anéaime, 1B incluso cuando Ia redstribucin del Ingreao es en el interés de los donates noes necetario que esté motivada por ese interés. a de impuestos correetamente aun cunndo In evasién fiseal ensi no prosenta riesgos. Algunos de estos ejemplos originan un argumento contrario, Eg en el interés propio racional de los hijos ayudar a los padres que si no lo hicieran sus amigos los criticarian llegando tal vex ‘tabandonarlos. Es egofsta y racional votar, porque si uno no lo hie era se convertiria en el blanco de sanciones sociales informales que van de las cejas enarcadas al ostracismo social. Contesto a tas afirmaciones en el capitulo 12, Aqui simplemente deseo hacer ddos aclaraciones. No es claro que sea en el propio interés de otra gente imponer esas sanciones. Y en todo caso el argumento no co- rresponde a la conducta que no puede ser observada por otros, A esta categoria pertenecen las contribuciones anénimas tanto como vyotar en muchos sistemas electorales. La condueta no egofsta pura est representada por las contri- buciones andnimas a las caridades impersonales. Los regalos a personas especificas pueden explicarse (aunque realmente no pien- 0 ast) por el placer del donante de dar placer. Los regalos publica- mente visibles pueden explicarse por el prestigio de donar o por las sanciones sociales impuestas a los que no donan. Sélo los obsequios de desconocido a deseonocido son coneretamente no egoistas. En promedio suman alrededor del 1 por ciento del ingreso de la gente, Jo que no es bastante como para hacer girar el mundo pero tampo- 0 desdeftable si son pocos los que reciben. Cuando agregamos la abstencién de la evasién fiscal sin riesgos, se incrementa la canti- dad, Las transferencias ambiguamente no egofstas son muy gran- des. Como en mi opinién la ambigiedad a menudo puede resolver- se en favor de la interpretacién del no egofsmo, esto hace que la suma sea aun mayor. ‘Veamos el meollo de la motivacién altruista. Ayadar y dar por amor es una conducta instrumental, es decir, una conducta intere- sada en las consecuencias, Si ayudo a mi hijo busco el mejor medio para hacerlo feliz. El concepto de deber es més ambiguo: puede ser instrumental o coneretamente no instramental. Para comenzar con este tiltimo, consideremos el “imperativo categérico” de Kant que en lineas generales corresponde a la pregunta: “,Pero qué si todos hicieran eso?” {Qué si todo el mundo engafiara con sus impuestos? {Qué si todo el mundo se quedara en su casa el dia de elecciones 0 se rehusara a ayudar a los pobres? Este poderoso estimulo no tiene que ver con las consecuencias reales, con lo que puede suceder si ‘yo adoptara cierto curso de accién. Esta relacionado con lo que su- cederia hipotéticamente si todos lo adoptaran. Supongamos que ‘me impulsa el imperative categorico y trato de decidir cudinto debo contribuir a una earidad. Decido acerca de la eantidad total de con- 62 tribucionos caritativas necesarias y divido por el nuimero de donan- tos potencinles y dono la suma que resulta. Si todo e] mundo hicie- a eso las cosas estarfan bien. Pero en el mundo real no todos van a hacer eso. Mucha gente no da nada. Sabiendo eso algunos sostendrdn que es su deber dar ‘mas de cuanto seria necesario si todos hicieran lo mismo, Son mo- tivados por las consecuencias reales de la accién en circunstancias reales, no por las consecuencias en condiciones hipotéticas. Como son sensibles a las consecuencias y a las circunstancias dan més 0 ‘menos lo que dan otros. Por el contrario si otros dan mucho ellos redueen su contribucién. Para entender por qué recuérdese la utili- dad marginal decreciente del dinero (capitulo 3). Si muchos ya han dado mucho los que reciben tienen un ingreso relativamente alto, a Jo cual otro délar agrega menos a su bienestar que a niveles infe- riores, Si uno se preocupa por la eficacia instrumental de dar se re- duce la motivacién a dar. i Los kantianos no se interesan ni en las consecuencias ni en las circunstancias. Las personas discutidas en el parrafo preceden- te —a menudo se los denomina utilitarios— se interesan en ambas cosas, La gente de una tereera categoria se interesa en las cireuns- tancias pero no en las consecuencias. Observan lo que hacen los otros y siguen a la mayoria. Si otros dan poco ellos hacen lo mismo y hacen otro tanto si los demas dan mucho, La motivacién subya- ‘ente es una norma de justicia.\? Uno debe hacer su parte pero sélo si los otros estan haciendo la que les corresponde. Esta motivacién ¢s insensible a las consecuencias, como lo demuestra el hecho de que conduce exactamente al modelo opuesto de utilitarismo orien- tado hacia las consecuencias. Supongamos que tenemos una gran fiesta y que al otro dia es mucho lo que hay que limpiar. Todo el ‘mundo colabora aunque la cocina es reducida y nos estamos pisan- do los pies unos a otros, de modo que la tarea se realiza con menos eficiencia de cuanto seria el caso si algunos de nosotros nos senté- ramos en el porche posterior. Pero la norma de la justicia prohibe Ta exencién de algunos aun cuando todos puedan beneficiarse con ellos Dar y ayudar se supone que son en interés de los que reciben © beneficiarios. {Pero cémo sabemos que es en beneficio de ellos? La respuesta parece obvia: lo sabemos pregunténdoles. Pero a ve- 12 Beta norma junto con el imperativo categéric y otras normas sociales ae dis cuten més en los eapitalos 12913, 8 Por una euestién de simplicidad estoy suponiendo que no tenemos ningtin placer intrinacco on eatar junto. 63 9s ellos no pueden responder: Los infantes y las personas mental- inte incompetentes no pueden decirnos si desean nuestra ayuda. Debemos confiar en alguna nocién de interés objetivo y en general ‘40 no es demasiado dificil. Los easos dificiles surgen cuando el in= torés expresado por las personas difiere de lo que nosotros, los do nantes, pensamos que es su interés real. El interés expresado pue do reflejar una preocupacién excesiva con el presente mientras que nosotros, los donantes, deseamos mejorar la vida de ellos en su to- talidad. Tal Paternalismo es relativamente facil de justificar cuan- do la relacién es literalmente la de un padre con un hijo, pero mas dificil cuando los que reciben son adultos con plenos derechos efvi- 0s ineluido el derecho de voto. Dar estampillas para alimentos en lugar de dinero es un ejemplo. Si los que reciben hubieran votado por esa modalidad de transferencia serfa una forma inobjetable de autopaternalismo como se discutis en el eapitulo precedente, pero no es asi como se toman estas decisiones, Las toma la burocracia del bienestar social. Las decisiones paternalistas no deben ser tomadas a la ligera. Porque la oportunidad de elegir —ineluido el derecho a hacer las elecciones ineorreetas— es un medio valioso, en realidad indispen- sable, de perfeccionamiento personal. También porque existe la presuncién de que las personas son los mejores jueces de su propio interés, Desde el punto de vista del funcionario de bienestar de cla- se media, los valores y prioridades de los pobres pueden parecer alocados pero eso no es asunto suyo. Su estilo de vida probable- mente les parezea Jo mismo a ellos. El paternalismo es apropiado solo cuando es probable que la libertad de elegir sea gravemente autodestructiva y en especial cuando también perjudica a los otros. El paternatismo, aun cuando no esté bien orientado, se preo- cupa del bienestar del que recibe. Pero los regalos también pueden ser una técnica para dominar y manipular. Pueden servir a los in- tereses del donante en contra de —y no por— los intereses de los que reciben. Aqui no puedo hacer nada mejor que citar en cierta extensién el relato que hace Colin Turnbull sobre los regalos y sa- crificios entre los ik: Estas no son expresiones de la tonta creencia de que el altruismo ces tanto posible como deseable: son armas, agudas y agresivas, que puoden ser empleadas con fines diversos. Pero el propésito para el cual se ha pensado el regalo puede ser frustrado mediante la no ‘aceptacién del obsequio y es mucho el ingenio ik dedicado a frustrar al probable frustrador. Por supuesto que el objetivo es crear toda ‘una serie de obligaciones de modo que en los momentos de crisis uno ‘tonga una cantidad de cuentas a cobrar y con suerte puede ser que 64 ‘una woa pagada, Bn tas eircunstancias de la vida ik se justfiew un tacrfico considerable para ove fin, hasta te Vmites del nivel de su- pervivenda minimo, Pero un sacrifcio que puede ser rechazado es Thu y aaf so Gene el extrafo fendmeno de que esas gentos, singu- Tarmente egofstas, se eofuerzan por “ayudarse” unos a otros. Bn. realidad se estén ayudando a s{ isms y su ayuda puede causar ex- {remo malestar pero se la ha dado de tal modo que no puede recho- Taraela porque ya ha sido dada, Sin que nadie se lo pida alguien puede carpitle el campo a otro en atisencia de ésteo reconstruirle el Eereo‘ participar en la construccion de una casa que fécilmente pu- {do haber aldo hecha per el hombre y la esposa solos. En uta oportu- ‘dad vi a tantos hombres techando con paja tna casa que todo el {acho corria serio riesgo de derrumbarse ye nada servien las pro- {estas del dueho Hl trabajo realizado era una deuda que se creabe [Ere otra buena razin para tener eautala con los vecinos, Certo indi- vidue siempre ee hacfa impopular porque aceptaba la ayuda y la pa- {gabe en el ecto con comida (que el astuto z0rr0 viejo sabfa que ellos fo potion resist) lo que inmediatamente negaba le deuda. (Phe ‘Mountain People, Nuova York, Simon & Schuster, 1972, p. 146.) No seria posible manipular la norma de la reciprocidad si és- ta no tuviera peso entre la gente ya que de lo contrario nada ha- bria que manipular. El relato de ‘Turnbull demuestra tanto la fra- gilidad como la robustez del altruismo. : El egoismo tiene mala reputacién pero comparado con algu- nas otras motivaciones puede parecer positivamente benévolo, Cuando la gente esta motivada por la envidia, el desprecio y los ce- Jos tiene un incentivo para reducir el bienestar de otra gente. El modo duro en que a uno le puede ir mejor que a los otros es mej rar el propio desempefio, El modo facil es eliminar la competencia, Derivar placer del infortunio de los otros probablemente sea més ‘comin que promoverlo de manera activa'* pero a veces la gente se esfuerza por perjudicar a otros sin ninguna ventaja directa para s{ misma. Cuando un bien —como en el caso de la custodia de un jo—no puede ser dividido entre los que lo pretenden, una respues- ta es “Si yo no puedo tenerlo que no Io tenga nadie”. Un hecho de primente acerca de muchas sociedades campesinas es que a la gen- te a la que le va mejor que a los demas a menudo se la acusa de brujeria y de ese modo se la rebaja al nivel de los otros o en verdad 1 Bo plantea un enigin para Ia teorfa de Ie elon racional. Supongamos ‘que profiero el extado xen el que se frustran sus descos al extadoy'¢n que se los infec. Sime ofvcioren una ocasiin de frustrar sus deseos yo la tomarfa inciuso ‘on alsin costo para mi Sino lo hago, 0y irrcionel? {0 estoy encarando racional- ‘enta‘un deseo irracional al rekusarme a seguirl? 65 NS ee ee mas abajo. Contra este trasfondo el egotsmo di ner un efecto liberador. Pero el egoismo actiia mejor cuando se lo combina con una. porcién de honestidad. No se debe confundir honestidad con al- truismo. Cumplo mi promesa contigo no porque me preocupe tu bienestar sino porque me preocupa mi reputacién como persona de honor. La competencia despiadada en el mercado puede coexistir con normas de honestidad y de cumplimiento de promesas.!6 A me- nos que esté restringido por las normas sociales y eédigos mfnimos de honor el egoismo se convierte en oportunismo. Es una fea cria- tura, no menos desagradable que la envidia en apariencia y en con- 5 i las sociedades tradicionales donde hay envidia estan impregnadas de acusaciones de brujeria, muchas sociedades tran- sicionales estén sometidas al rampante oportunismo, la corrupeién y el cinismo, 15 Véase el eapttulo 12 para una discasién de las normas sociales. 66 if Emociones Las emociones son la materia de la vida. La ira, la vergiienza, cl temor, la alegria y el amor son estados de énimo sumamente po- derosos. Subjetivamente se los experimenta como dominantes. No tlegimos tenerlos; antes bien, estamos en poder de ellos. Nuestras emociones mas fuertes nos mantienen despiertos de noche, aflojan nuestros intestinos —Ie dan una agudeza sobrenatural o una lo- breguez profunda a nuestra pereepeién del mundo y nos ayudan a Jograr maravillas cuando no nos paralizan. Otras emociones son mas sutiles y menos violentas pero no menos centrales para nues- tra vida. La esperanza y la sorpresa, la decepcin y el remordi- miento, la avidez y el deseo, la envidia y la malicia, el orgullo y el : 6stos son los matices de la vida cotidiana. Una experien- cia afectivamente neutral, si es que se la puede imaginar, careceria de sentido. Las criaturas sin emociones no tienen razones para vi- vir ni tampoco para suicidarse. ‘La importancia de las emociones en la vida humana se puede ‘equiparar solamente con el descuido que han sufrido en manos de fil6sofos y cientificos sociales. La naturaleza, las causas y las con- seeuencias de las emociones estén entre los aspectos menos enten- didos de la conducta humana, igualados sélo con nuestro escaso entendimiento de las normas sociales (capitulo 12) con las que es- ‘tan estrechamente relacionados. Ha habido més especulacién que cuidadosa atencién respecto de estos fenémenos. Las emociones hhan sido explicadas en funcién de sus supuestos beneficios para la supervivencia biol6giea, Ia cohesién social o el progreso personal pero no han sido estudiadas en su intensidad inmediata. O la aten- ‘ign se centra en el aspecto cognitivo de las emociones una voz mas ‘a exponsas de su poder motivacional puro. A menudo se suelen ver las emociones como fuentes de irracionalidad y como obstéculos para una vida bien ordenada desatendiéndose el hecho de que una ‘vida sin emociones sera estiipida y como dije sin sentido. Para en- tender las emociones no debemos dirigimnos a las ciencias sociales sino a la literatura mundial o a nosotros mismos. 67 — - ‘Tendré més que decir sobre la relacién entre racionalidad y ‘emociones pero primero convendré una breve tipologia. Ciertas ex periencias emocionales son inherentemente placenteras y desi bles. Surgen del goce de vistas hermosas, gustos y sonidos; del amor y la amistad; del uso y el desarrollo de los propios potencial y capacidades; del reconocimiento de los propios logros por parte de otras personas competentes. Estas emociones tienen una especi- fica estructura personal, temporal y modal. Derivan de mis expe- tiencias, no de las de los demds, Ademés estén relacionadas con mis experiencias corrientes y no con las pasadas o las futuras. Finalmente derivan de mis experiencias reales y no de aquella que puedo tener 0 pude haber tenido. Podemos considerar las emocio- nes con estas cualidades como emociones nucleo. Aunque he citado s6lo las emociones niicleo inherentemente positivas, estén también las inherentemente indeseables: el disgusto, el miedo, el odio, la vergienza, la angustia. La ira también pertenece a las emociones niicleo pero no es ni inherentemente placentera ni displacentera. Las otras emociones son de distintas maneras parasitarias de Jas emociones micleo. Surgen de la contemplacién de ocasiones anteriores, futuras o posibles para las emociones miicleo, de la pér- dida o carencia de tales ocasiones o de las experiencias de otras personas. Las emocioness de expectacién o de esperanza estén dirigidas hacia el futuro cierto o posible como lo estan las del temor y la an- siedad. Emociones semejantes se dirigen hacia el pasado. Siendo iguales otras cosas, estas emociones dirigidas hacia el pasado o el futuro tienen el mismo signo de las emociones niicleo a las que ha- cen referencia, El recuerdo de una mala experiencia es un recuerdo triste. La esperanza es una experiencia placentera porque es la es- peranza de una experiencia placentera, algo que preferimos tener ‘ano tener, Pero a veces las cosas no son iguales. Una comida en el ‘mejor restaurante francés del mundo puede ser una experiencia ‘magnifica que se atesora en la memoria por un largo tiempo.! Pero también puede tener el efecto de devaluar comidas posteriores en decentes restaurantes franceses al establecer una nueva pauta para la comparacién. Por lo tanto no es claro que siempre me con- venga tener una comida extraordinariamente buena si no puedo permitirme mas que una. Contra lo expresado por Tennyson en el sentido de que “Es mejor haber amado y perdido que no haber Ty, Comte con “Sloe que sha peride puodeporeree para same” de 68 a ee eee ee mado nunca” podemos poner la idea de John Donne: “Es menos pena ser vil que haber sido honrado” + Consideremos luego las emociones “eontrafactuales” que s gen de cuanto pudo haber sucedido pero no sucedis, Incluyen el vio, el remordimiento, la avidez, eteétera. También incluyen mu- chas de las emociones estéticas derivadas de la experiencia vicaria de leer una novela o ser espectador de una obra teatral. Dada la infinidad de cosas que pudieron haber sucedido, eémo particulari- zamos algunas de ellas como el objeto de una emocién contrafac- tual? Si la ocasién depende de un acontecimiento casual me preo- cupan mas los mundos posibles que se dividieron en el pasado reciente que aquellos que pudieron haber comenzado en el pasa- do Iejano. Si esto requiere una coincidencia muy improbable? me preoeupa menos que si puedo eontar una historia plausible acerca de o6mo pudo haber sucedido. Si la ocasién pudo producirse por mi intervencién mis sentimientos de remordimiento son mas agudos que sino hubiera habido nada que yo pudiera hacer al respect. Los sentimientos generados por las experiencias de otros no ficticios incluyen reneor, envidia, piedad y comprensién, Las expe- riencias buenas y 0 malas de otros pueden hacernos sentir bien o ‘mal. (Por reflexién est también el sentimiento mas complejo de gozar la envidia que otra gente siente por uno.) Nuevamente estas emociones pueden descomponerse en efectos de dotacién y efectos de contraste. A mi puede afectarme simplemente lo que poseen ‘otros 0 la diferencia entre lo que ellos poseen y lo que tengo yo. Como en el easo de la comida francesa podemos preguntar acerca del efecto neto: el placer derivado de su goce de la vida geompensa ‘el sufrimiento de envidia que experimenté por el hecho de que us ted gozara la vida mas que yo? 7 ‘Un elemento importante on muchas instancias de las emocio- nes orientadas hacia los otros es la creencia de que “pude haber si do yo". En otras palabras, hay un elemento contrafactual en las emociones desencadenadas por las experiencias de los otros. Par: ‘que el experimento del pensamiento tenga peso emocional uno no debe ser demasiado diferente de la otra persona. De Tocqueville ob- servé que no sentimos envidia de aquellos que estan muy por enci- ‘ma de nosotros en la escala social sino de nuestros superiores inmediatos. 2 La parodia de Tennyson de Samuel Butler agrega otra dimensién: “Ea mejor haber amado y perdido que no haber perdido nunca” ‘Por ejemplo Middlemarch de George Eliot depende de uns coinideneia masi- ‘ya queen alguna medida le qulta placer ala lectura del libro 69 El sentimiento relacionado de ser tratado injustamente mere: ce una mencién especial. Las condiciones suficientes para que s@ presente esta emocién poderosa son las siguientes. Primero, la sie tuacién es percibida como moralmente equivocada; segundo, ha sido producida intencionalmente y no como el subproducto de una causalidad natural o de la mano ‘invisible de la causalidad social; tercero, puede ser rectificada mediante la intervencién social. Ast 1 sentimiento de injusticia se basa en la combinacién de “Debiera ser de otra manera”, “Es culpa de alguien que no sea de otra mane- ra” y “Puede lograrse que sea de otra manera”, ademds de la condi- ion eontrafactual general: “Pudo haber sido de otra manera’, ‘Cuando falta una de las condiciones puede surgir en cambio la en- vidia o el resentimiento. Otra clase de emociones es generada por la pérdida antes que por Ia carencia y se experimenta pena y decepeién si la emocién miicleo es positiva y alivio si es negativa.* La cesacién de un estado ‘emocional —sea positivo 0 negativo—no nos devuelve simplemen- teal plano emocional anterior. Antes bien tiende a generar otro es- tado emocional de signo opuesto. Consideremos a una persona que acaba de descubrir un bulto en su pecho y esta sumamente ansio- sa, Cuando el médico le dice que no hay ninguna posibilidad de céneer su estado de Animo se vuelve euforico por un tiempo antes de retomar a un estado afectivamente neutral. Por el contrario la interrupeién de una buena experiencia sexual puede crear frustra- cién aguda antes de que la persona retorne a un estado neutral. a reiteracién de tales acontetimientos puede intensificar el ‘efecto de contraste. Por ejemplo, la drogadiecién se caracteriza por los beneficios decrecientesé el consumo real y la ereciente gravedad de los sintomas de retiro. Las personas que han estado casadas por ‘mucho tiempo pueden no tener ya sentimientos mutuos muy inten- s0$ pero un eényuge siente un pesar profundo y prolongado si mue- re el otro. Por el contrario informan los paracaidistas que con el tiempo disminuye la ansiedad previa al salto (aunque nunca desa- parece por completo) mientras que los efectos posteriores de eufo- ria se incrementan en intensidad. Una pauta semejante se presen- ta si comparamos los placeres del consumo y los placeres de la 4+ BL lenguaje no siompre es adocuado pare doseribir nuestras emaciones. Si bion tenemos sentimlentas diferentes cuando nos salvamos milagrosamente de un sate, cuando no se material un probable dossstre y cuando cesa un estado de ‘cosas desagradables, la sola palabra “alivio” los cubre a todos. En contraste las ‘emocionee sorrspondientos dofinidan con respecto a emociones nucleo positivas se distinguen verbalmente camo remordimiento, decepcién y pesar 5" Comparedos on le linea de base preadictiva 10 ‘atlsfacclén, tiempo salistacolén Consumo: después / demuchtsve2e* ___ dempo ‘atlstacelén sallstacctén Avtorrealizaclén: ‘espués de muchas veces —~ tiempo Figura VILI srrealizacién, En la Figura VIIA se muestran los placeres y do- Innes detivados de episodios singulares de consumo y autorrealiza- ign como dependiendo del tiempo dentro de los episodios y a tra: de los episodios. wes ae Nauta de consumo se ilustra de manera notable en la oon ictiva pero con ciertas variaciones sat acs vonepal, Por certo los placeres positives del consumo de tun tipo de comida dada se diluyen con el tiempo. La pauta de auto- Trealizacién se encuentra en la construccién de un bote, eseribir un articulo o leer un libro. El carpintero principiante halla su tarea ‘aburrida y dificil e incluso para el artesano experimentado el acto de concentracién inicial requiere un esfuerzo. Para muchos estu- Giosos escribir el primer articulo fue sumamente desagradable, a ssensacién s6lo mitigada por el alivio que experimentaron cuando trabajo fue aceptado para su publicacién, Luego pueden llegar sentir que sin su trabajo la vida no mereceria ser vividat pero Ii ttapa inicial de todo escrito puede ser atin tan dolorosa que d comprometerse (capitulo 5) a escribir para una fecha fija. La mayos ria de las novelas son dificiles de penetrar hasta que uno se hace el habito de leer novelas. ¥ las primeras péginas de Madame Bova= ry probablemente sean dificiles incluso para los lectores veteranos, En el corto plazo nuestras pautas emocionales estén dada, En el largo plazo estén al menos parcialmente bajo nuestro con trol, En la medida en que estén bajo nuestro control podemos inda gar las pautas emocionales que sirven a una buena vida. Y aun cuando no estén bajo nuestro control de todos modos podemos di sear saber por qué alguna gente goza mas de la vida que otro ¢Bxiste por asi decirlo un conjunto éptimo de disposiciones emocio- nales que puede lograrse mediante la elecciGn o la suerte? Si te, no puede ser independiente de las circunstancias externas. Si mi vida en general va bien, una capacidad estoica para soportar la adversidad no sélo carece de sentido sino que es indeseable. Para entender por qué, obsérvese que uno no puede elegir las emociones ala carte o, de manera més general, que las disposiciones emocio- rales no varian independientemente unas de otras. Pedir la capa- cidad de amar sin ser vulnerable al dolor es pedir la luna como el deseo de gozar la cuforia de la esperanza sin sentirse decepcionado sino se produce el acontecimiento esperado. Sin duda “todo est en la mente” pero la mente no es como un tablero de control con una Mave para cada emocién. Debido al hecho de que existen uniones entre las emociones la actitud estoica se presenta al costo de una vida emocional més chata en general. Las uniones se producen dentro del conjunto de emociones ricleo, entre emociones miicleo y emociones no niicleo y dentro de estas tiltimas, Consideremos primero las uniones dentro del ni- cleo. Las emociones positivas y negativas del nicleo estén clara- mente correlacionadas entre si. ¢Las propensiones a sentir orgullo © Pero a veces sn le direccién opuesta. Algunos estudiosos lle gan a sentive mono con su trabajo cuando se hace més scabado, Guento més saben sobre su tema también saben més sobre la medida de sa igno- rancia. Cuando se expande ol eirulo de luz otro tanto sucedo con el érva de som- ‘bras que lo rodea. Refiriéndose la naturaleza escribe Emily Dickinson (The (Complete Poems of Emily Dickinson, 1400, Londres, Faber & Faber): “Compade ‘er lot que ne la conocen / ayudados por la'revelaciéa/ de los que ln conecen, sa- ‘bon que / més cerca do elle estan menos Ia conocen.” (Trad. de Silvina Ocampo, ‘Tusquets Eaitores.] R y vergitenza o euforia y depresién tienden a aumentar y a menguar juntas?’ Pueden presentarse relaciones semejantes entre emocio hes que estén fuera del micleo, por ejemplo entre esperanza y te- mor 0 entre envidia y malicia. Esta idea de sentido comin de que no se pueden tener picos emocionales sin exponerse también a las depresiones emocionales se ajusta ademés a la nocién budista de Ja planificacién del caracter. Para los budistas el objetivo es libe- rrarse de todas las emociones, no sélodelas desagradables. | Consideremos luego las uniones entre las emociones del ma- cleo y las que estén fuera de él, No se puede sentir esperanza ante el pensamiento de X si no se siente alegria ante la realidad de X ni temor de X si nunca se siente angustia en su presencia. Al menos ste suele ser el caso. En casos no comunes una persona puede de- sear que suceda un acontecimiento pero no ser eapaz de gozarlo cuando sueede. Pero aun en estos casos la esperanza serd Iogica- mente parasitaria de la emocién nécleo ya que su objetivo seguira ‘iendo la presentacién de esta viltima. No puedo esperar X si sé que no lo gozaré, Gertas formas de amor ilustran el easo no eomiin. Segin se lo concibe tradicionslmente el amor s6lo puede fortalecerse si es correspondido porque el objetivo del enamorado es ser amado. En ‘Andromaque de Racine, Hermione formula la pregunta retéric “Je t'aimais inconstant, qu‘aurais.je fait fidéle?"* Obviamente la respuesta implicita es que su amor hubiese sido mucho més inten- ‘0, Los escritores modernos suelen dar la respuesta contraria. La relacion de Julien Sorel con Mathilde de la Mole en Rojo y negro 0 Ja relacién del narrador con Albertine en En. busca del tiempo per- dido es como un columpio de balancin; cuando uno esta alto el otro cestd bajo; el amor correspondido es amor extinguido. El odio ofreee una paradoja semejante, bellamente captada en “La prohibicién” de John Donne: “Cutdate de odiarme, /O de triunfar con exceso en la victoria /No ces que quiera defenderme, /Y devolver odio por odio./ Mas perders tu hdbito de conquistador /Si yo, tu conquista, perezeo por tu odio. / Entonces, para que mi nulidad no te disminuya, / Si me odias, eufda- te de odiarme.”* + Trad. de Alberto Giri y Wiliam Shand, Edicones Cultures Argent: as fT ex ex ona gran snplifcacin No ties os press sn manta dete sr Mechs prt go on oes tines J vrenn re Sento onulben de ned AIR lone fine inconstate;jqv6 no haba echo sits hubleras ao fut 3 ———— . — El odio visceral puede Hegar a ser tan central en la vida de ‘una persona que ésta perderia todo significado si se destruyera el ‘objeto del odio, Los anticomunistas fandticos necesitan comunistas para alimentar su odio sin el cual no son nada” La eleccién de *épater la bourgeoisie” como estilo de vida del mismo modo implica ‘una dependencia del propio enemigo que este ultimo pude percibir como un halago més sineero de cuanto puede serlo una imitacién, Un grupo central de emociones —orgullo, verguenza, envir dia— esta relacionado con la necesidad de creer en el propio valor. Cuando intentamos evaluarnos el primer impulso es mirar a los otros. Es rara Ia serenidad de énimo que nos permite determinar si somos felices sin compararnos con otros, Si la comparacicn es desfavorable tenemos un dolor de angustia, una ira pasajera. El primer impulso de envidia no es “Deseo lo que él posee” si- no ‘Quiero que él no tenga lo que posee porque me hace sentir que soy menos”. Hay diferentes clases de envidia. Una forma débil es *Si yo no puedo tenerlo nadie debe tenerlo”, Una forma més malig- na implica la disposicién a cortarse la nariz para estropearse el propio rostro, aceptar menos para uno si de esa manera los otros son descendidos al nivel de uno. Los habitantes de pequefios pue- los de todas partes reconoceran la “Ley de Jante”, eserita (en 1933) por uno que se marché: Nocreerée queers algo, No crocrds que ere tan busno como nosotros. Nec rar pers ur more ote immpinardemelor que nastron Noctoerda que aabes maa que nevtrs. No crecrds que eres ms grande gue novotro Nocreerts que tt algnca algo, No to rurts de nosotros Nocrara ae gino resup ro n (A. Sandemose, A Fugitive Crosses His Track, ‘Nuova Yorks Knopf, 1898, pgs, 7-8), Estas emociones intensamente sociales tienen un rol impor- tante en Ia operacién de las normas sociales (capitulo 12). Cuando la violacidh de una norma puede provocar envidia el temor de ser envidiado mantiene en linea a los desviantes, un temor que a su vez entra imperceptiblemente en las emociones de vergiienza y cul- 9 Soyiin una interpretacin el comsniemo coriente mismo ae reduce en buena ‘medida al entioceldentaliam ain ningun contenido positive propio, m4 Pa que son on general los prineipales soportes de las normas so- ciales, Las emociones importan porque nos eonmueven y perturban ¥ porque mediante sus vinculos con las normas sociales estabilizan Ja vida social. Tambien interfieren con nuestros procesos de pensa~ miento, haciéndolos menos racionales de cuanto pueden serlo de otra manera, En particular inducen expectativas poco realistas en cuanto a lo que podemos hacer y lograr y creencias poco realistas acerea de las opiniones de otra gente sobre nosotros. En si mismo este efecto es deplorable. Seria bueno si pudiéramos aislar de algu- na manera nuestras pasiones de nuestra capacidad de razona- miento; y en alguna medida podemos. Alguna gente es muy buena en la tarea de separar sus emociones. Pero a menudo ellos no tie- nen emociones muy fuertes. Pueden obtener lo que desean pero no desean mucho. Pueden lograr concederle importancia suprema ala racionalidad cognitiva al costo de no tener mucho por lo cual se de- see ser racional. Por el contrario la falta de realismo acerca de nuestras capacidades y sobre el medio adecuado para el logro de nuestros fines puede ser el precio que pagamos la mayorfa por interesarnos en la vida, el conocimiento u otra gente. Cuando esta- ‘mos bajo el impulso de emoeiones fuertes fécilmente podemos caer en la expresin de deseo, como la ereeneia de que todas las cosas buenas van juntas y que no hay ninguna necesidad de efectuar di- ficiles opciones. La creencia de que uno puede tener el poder moti- vador de las emociones sin su poder distorsionador es en si misma una instancia de la misma falacia. Las emociones proporcionan un significado y un sentido de direceién a la vida pero también nos im- iden ir firmemente on esa direccién. 6 8 Selecci6n natural y social Para explicar por qué la conducta de la gente se adapta a sus circunstancias se puede sostener que la gente que no se adapta no sobrevive. La seleccién del mejor antes que la eleccién racional os Jo que asegura un pufio firme entre la conducta y las demandas del! ambiente. Bstos dos mecanismos difieren en una variedad de m neras, ‘La eleccién racionall se interesa en los resultados previstos de la accién, Los mecanismos de seleccién operan mediante los resul- tados reales En las explicaciones de la conducta animal, donde Jos resultados reales tienen a lo sumo un Iugar-minimo, los resul- tados reales deben soportar la mayor parte de la carga explicativa. Es més eontrovertido qué mecanismo es el mas importante en el, estudio de la accién humana, Como se explieé en el eapitulo 3, la racionalidad no es ningu- na garantia de éxito. Cuando enfreritan un conjunto de sintomas los médicos aetian racionalmente al usar cuanto han aprendido en la escuela de medicina para diagnosticar y tratar a sus pacientes. Si una enfermedad es nueva ellos pueden equivocarse por comple- to. Sus frustrados pacientes tal vez vayan a ver a un curandero, que clige sus tratamientos mds 0 menos al azar, Un eurandero puede dar accidentalmente con un tratamiento que sirva. Finalmente todos los pacientes reciben ese tratamiento 0 porque el feliz curandero domina el mereado 0 porque otros empiezan a imi- tarlo, En cualquier caso el éxito del tratamiento nada le debe a Ia racionalidad y todo al accidente y a la seleccién. Para su éxito Ia seleccién depende de la materia prima con la que debe trabajar. Si el accidente oportuno no se produce 0 se pro- duce en el momento inadecuado el resultado puede distar de ser 6ptimo. Aqui esta mejor colocada la eleceién racional. Cuando hago 1 Come se expliard en el eapitulo siguiente los resultados reales también puc- den mantanero eliminer Ia conducta mediante el mecanismo del rfuerzo 6 Uutidad, adaptacién, adecuacién,etcétera kus ner Cg rear ni ie Figura VILI una eleccién deliberada puedo estudiar una amplia variedad de al- temativas, ineluidas muchas aeciones que no fueron nunca proba- das por nadie. Tengo una probebilidad real de dar con la mejor al- ternativa de todo el conjunto factible. En contraste los procesos de seleceién estén restringidos a las alternativas que presenta el azar. ‘A menudo éstas difieren sélo en detalle del statu quo. Si una alter- nativa es mejor que el stata quo se la selecciona; sino, se la recha- za. Tarde o temprano el proceso llega a un alto, a un punto donde ‘cualquier otro cambio pequefio es perjudicial, pero ese punto puede ser muy inferior a la mejor alternativa del conjunto factible como se ilustra en la Figura VIII ‘Supongamos que estamos tratando alguna entidad —un ani- mal, una herramienta, una unidad militar o una firma— cuyo desempefio depende de alguna caracterfstica medible de su estruc- tura de conducta. El desempefio mismo se mide en utilidad, adap- tacién, aptitud o lo que fuera relovante para la supervivencia. Para fijar nuestras ideas por un momento supongamos que nos estamos ‘ocupando de un objeto volador (un avién.o un pajaro), que la carac- teristica en cuestién es la longitud de sus alas y que el desemperio se mide en velocidad. Se supone que la relacidn entre,la longitud de] ala y la velocidad es como en la Figura VIII.1. Un constructor de aviones racional elegiré la longitud de ala C que rinde la veloci- 7 dad mayor Un proceso de seleccién podria no llegar tan lejos 81.86 viese obligado a moverse dando pequefios pasos y a rechazar todos Jos cambios que reducen Ia velocidad. Si la longitud de ala de un pajaro esta inicialmente a la izquierda de A toda reduccién acci- dental en la longitud de ala sera rechazada. ‘Todo incremento accis dental ser seleccionado como superior a las alternativas en tanto ‘nos mantengamos a la izquierda de A. Pero una vez que se llega & Anno puede producirse ninguna otra evolucién por pequefios pasos. Para aleanzar el maximo global en C el proceso de seleccién debe ‘pasar por el minimo en B pero eso es imposible ya que s6lo pueden seleccionarse los cambios favorables. La seleccién se detiene en tuna “trampa de méximo local” mientras que la eleccién racional puede ir directamente hacia el maximo global. Hasta aed el argumento ha sido altamente abstracto y gene- ral porque se intenta que sea vélido para un nimero de mecanis- mos de seleccién. Corresponde a la teoria biolégica de la seleccion natural que es donde surgié pero también a la teorfa de la compe. tencia econémica, la teoria de la motivacién inconsciente y la teo- ria de los programas de ajedrez por computadora.* Antes de consi- aes bts ae Fisica Figura VILE 2 Para simplificer, desationdo las consideraciones de costo. 2 Sesigue de evento se dij al final del capttlo 5 que debido a sa obeiencis al principio del placer la voluntad inconsciente siempre queda en un maximo local. EL problema con los programas de ajedrez con ordenador (al menos en las versiones 8 derar las dos primeras en mayor detalle haré una pequefia digre- sién acerca de la relacién entre la biologia y las ciencias sociales. En términos generales las disciplinas cientificas pueden estar cen dos clases de relacién entre si: reduecidn y analogia. La reduc- cién adopta la forma de explicar fenémenos en un nivel en la jerar- quia de las ciencias en funeién de fenémenos de nivel inferior (Bigura VIIL2). Los programas de investigacién reduccionistas tienden a ser controvertidos. Por un largo tiempo muchos afirma- ron con vehemencia que la reduceién de la biologia a quimica no podia ser, pero fue, Muchos sostienen que la sociologia no puede ser Feducida —al menos hoy— a psicologia. Como insisto en que la accién humana individual es Ia unidad basica de explicacién de las ciencias sociales, estoy comprometido con esta reduccién.* Otro pa- 0 ¢6 la reduccién de las ciencias sociales —economia, socialogia psicologia— a biologia evolutiva. La disciplina que trata de real zar esta reduccién se llama sociobiologfa. Tendré algo que decir s0- bre el aleance y los limites de esta disciplina. La reduccién esta en el nuicleo del progreso en la ciencia. La analogia es una operacién mucho més dudosa. En realidad la ten- tacién a argumentar por analogia tal vez. sea el mayor obstaculo para el progreso cientifico, Las ciencias sociales en particular co- ‘menzaron tarde porque buscaban modelos conceptuales en la fisiea y la biologia en lugar de buscar conceptos adecuados a su asunto. La biologia en particular tavo una influencia fuerte, duradera y en general desastrosa. La analogia entre organismo y sociedad sugirié seudo explicaciones® y condujo a una gran pérdida de tiempo en la discusién de seudoproblemas.© Absurda de una manera menos transparente y por lo tanto mucho mds peligrosa fue la inferencia de que las sociedades son inhorentemente estables porque como cualquier otro organismo poseen meeanismos incorporados de de- fensa y ajuste. La modelacién de la competencia econémica como ‘ads ampranes) era que un buen jugador siempre podta explotar In codici ola ten ‘Eencia de los programos a ire sna genancia rapida poryve habia un limite superior pars el admero de “pasos hecin atrés” que podian dar “Pero también ereo que en mivehos casos podria ser impracticable intentar re- alizaria. Para entender In interaccién entre un gren aximero de firmas probable- ‘beute tno debe treter cada firma como tl fuera un sgente indivisible sunque aus decisionos son en residad el resultado de complejo procesosinternos. Por ejemplo comperando Lee revelveiones con la febre o Ia histeriao afir~ mando que tno es un ectidente que" Ine ineas del telgrafo corran parslelamente a Jos ferrocerrlesaai come los nerviee son pavalelos a Ins arteries, Por ejemplo ol debate de ai el individu o la familia ese] andlogo social de 1a Atul, 9 lun mecanismo semejante a In seleccidn bioldgiea se basa en una analogia diferente. Se ve a las firmas como andlogas a los organis= ‘mos y luchando por la superviveneia en el mereado competitivo, Como veremos, esta analogia también puede ser gravemente deso- rientadora, La teoria bioldgica de la evolucién por seleccién natural se ba- ssa en dos mecanismos. Primero requicre un mecanismo que genere variedad: materia prima para la seleccién. Ultimamente? toda va riedad es generada por una sblida corriente de cambios al azar 0 ‘mutaciones en los genes, al azar en un sentido en que lo son los. errores tipograficos.* Como la mayoria de los tipos Ia mayoria de Jas mutaciones son perjudiciales. Luego requiere un mecanismo para seleccionar y retener las pocas mutaciones que resultan titi Jes.* La seleccién natural retiene una mutacién si el organismo en que se ha presentado puede esperarse que deje més vastagos que otros de la misma especie y en la misma poblacién.19 Como la mu- ign se produce en los genes se pasa a los vastagos. Una muta- cién que favorece un mimero mayor de vastagos se eneuentra na- turalmente en una mayor proporeién de la préxima generacién de organismos. Finalmente se la encuentra en todos los organismos.! tras mutaciones pueden incrementar més la capacidad reproduc- tiva de los organismos hasta que se lega a un méximo local. Pero puede no ser un maximo global por razones ilustradas en los dia- gramas A y B de la Figura VIIL. 3. La figura ilustra el hecho que desde un estado genético dado no todos los otros estados pueden ser aleanzados por una tinica 17 Bn el corto plazo Ia variedad tambien es generada por la mercla de genes de ‘coda uno de les doa padres 5 Ta Tlustracién en realidad es muy precisa ya que In mayorta de las mutacio- nos gon rrores anal proceso de copiar el material genetic. 3° Sopongammos que un libro coatiene algunas eatadisticas dessctuslizadas y ‘quo un error de composcién aocidentalmenta laa pone al dia, (Aqut ao detiene Ia fanalogfa ya que no hay ningtin mecanismo por el eval el afortueda accidents inere- ‘mente laa ventas del bro) 10" Beta oracién y Tn precedente desatienden un par de hechos importantes. ‘Primero las mutaciones pueden ser neutrales, es decir, ni perjudiciales ni stiles. Las mutaciones neutrates crean In posihilidnd de derion genética al azar: Sogundo Inco una miutaci iti puede no conservarse si au primor portador tiene Ia mela suerte de sor matado antes de que pueda reproducise, Por estas razones aqut hay fzar no ablo en la produceién de mutacionce sino también en ol proceso que deter- rina que sean conservadas o rechezadas. 1 ‘A. menos que el efecto de Ia mutaci6n dopenda del mimero de organismos en ‘que esté presente, Bn ese caso podemos tener Ia forma vieja yle nueva coexistiendo ‘de manera estable en “equilibrio dependiente de le freeuencia® (ver también capftulo 11), 80 leet w ag es a) (B) Figura VIIL3 mutacién, ya que hay restrieciones sobre Jo que cuenta como una Instruceldn genética coherente.!# Las fleshas no quebradas indican Jos movimientos factibles en un paso y las flechas quebradas los no factibles. Los estados superiores estdn colocados sobre los inferio- res, En el diagrama A supongamos que los organismos estén ini- Gaimente en X. Pueden aleanzar el maximo local Z pero no el ma. Ximo glabal W. El sendero directo de X a W esta bloqueado. El Sendero indiresto a través de ¥ no es factible ya que se verén ex: pulsados todos los organismos en que se produce esa mutacin des- Favorable. Los organismos que dan un paso hacia atrés no dejan deseendientes que puedan dar a los otros dos pasos adelante. En el diagrama B los organismos esi4n inicialmente en T desde donds pueden ir o al maximo local UJ, donde quedarén atrapados, o a Indximo global V. Si se produce primero la mutacin a U los orga nismos no pueden “aguardar” la mutacién més favorable a V. Ls seleccion natural opera en el presente, a diferencia de Ia elesis “onal que puede ser guiada por el futuro. ee ei i apna re sme ar un a nc oa cette bg este tka suing a sme bee eet ot tance cag cna Fee ca tate 2a Notae sn ember Ge gas ncn Saracen ve Fr Fa rer vcacn Be porde prowamar aun depredaior pare que apse seinrpa onemtaanaat sare esiitieeaeta cain EE ——— ductiva—l4 del organismo individual, (En el parrafo siguiente se discute una excepeién,) Puede muy bien tener resultados desastro- 08 para la poblacién en su conjunto, Considérense los cardimenes Ia tendencia de los peces a nadar en formaciones compactas Supongamos que inieialmente el pez nada de manera més esparci- da pero que se produce una mutacién que conduce a su portador a buscar el centro de su grupo. Esta es una mutacién itil ya que ese pie recibe mayor protecsion de los depredadores, Cuantos mis son los peces que se comportan de esa manera la formacién se hace ‘mis y mas compacta ya que cada pez intenta estar en el centro, En consecuencia se facilitard la tarea de los depredadores. Serdn mas los peces apresados como consecuencia de una mutacién que redujo ‘1 riesgo para cada pez individual comparado con las perspectivas de otros que carecieron de la mutacién.1® Lo que cuenta en la selec- ign natural es el éxito relativo y no el éxito absoluto. Hay amplia eabida para la condueta maliciosa, Pero también hay espacio para el altruismo: tendencias de base genética a sacrificarse. Por ejemplo, los péjaros a veces dan {gritos de advertencia que ayudan a huir a los otros aun cuando el jaro que emite la advertencia estd corriendo un riesgo al llamar ln atencién sobre sf mismo. Esa conducta altruista se ve favorecida los otros pajaros son parientes portadores del mismo gene para conducta altruista, Al sacrificarse el péjaro promueve la presen- tia del gene del sacrificio propio en la poblacién. En un sentido am- plio puede decirse que rinde sacrificar la propia vida si uno puede salvar a mas de dos hermanos, cuatro medio hermanos u ocho pri- ‘mos hermanos.1¢ La teoria de la seleceién natural ha logrado explicar muy bien detalles de la fisiologia animal y humana como el color protector o In intrigante persistencia de la anemia de base genética. Ha habi- ilo ciertos logros en la explicacién de la conducta animal pero muy Poco hasta ahora que explique la conducta humana. El principal obstdculo de la sociobiologia es que la gente no se comporta de la manera rigida y estereotipada en que lo hacen la mayoria de los 44 Observee quo aptited no elo mimo que edaptaion al ambient. Eat si Ina como cla ale yor oman or a dado rovita de aie pure main seo tniandovéstagos ya que Ia eranza de hjosroquiereFeursbe que os ‘tires pueden dedicar a s{ mismos. Me a nn oo Dilema del Pritonero. Hay cra teria evative del lruimo que tent exper alkraiamo ha- los extras o incluso hace miembros de cepts diferente, Eas Yello ea o> mente relacioado con la orf de In inperacin en repetidos Dilemas del onero que se disci maa ampliemonis en el captlo 13 We ‘animales, Ellox no tienen incorporadas en sus genes instrueciones para lo que deben hacer en cada ocasién que es probable que se les presente, Antes bien lo que ellos hacen es el resultado de predispo- siciones genéticas que interactiian con el ambiente de modos que no entendemos muy bien. No sabemos qué limites pone, en el caso de que los ponga, la *naturaleza humana” al grado de calma, al- truismo 0 monogamia que puede ser fomentado por instituciones sociales adecuadas. Ademas buena parte del pensamiento sociol6- gico deseuida una earacteristica de importancia masiva de los se- res humanos: su creatividad o su capacidad general para solucio- nar problemas. Toda conducta humana particular debe ser entendida primero como una aplicacién de esta capacidad al pro- blema que se tiene entre manos segiin las Iineas discutidas en el capitulo 3. La base evolutiva de esa eapacidad se entiende sélo os- curamente y en todo caso no es algo de lo que deban ocuparse los cientificos sociales. Los sociobislogos no ofrecen una explicacién ri- val sino una suplementaria, Si bien la biologia evolutiva ofrece una explicacién de la con- ducta éptima, no se refiere a ninguna intencién de optimizar. Esto hizo que paréciera un buen modelo para solucionar un problema que los economistas encuentran en su estudio de la firma. Por una parte las firmas parecen ajustarse y adaptarse de manera dptima a sus ambientes. Por la otra parte los estudios profundos de la con- ducta de firmas muestran pocas pruebas de que conseientemente intenten maximizar las ganancias. Antes bien emplean principios de amplia aplicacion que no son estrictamente precisos: accidentes congelados de la historia o tal ver el resultado de procesos de nego- cincién interna, Las dos conclusiones pueden coneiliarse si la com- petencia econémica es vista como un proceso de seleccién. Una firma se caracteriza por un conjunto de rutinas as{ como un orga- nismo por sus genes. Las firmas que emplean ratinas para maxi- mizar la ganancia obtienen mejores resultados que las otras. En consecuencia, estas rutinas se difunden en la poblacién de firmas ‘mediante tomas 0 imitaciones. ‘Nosotros podemos tratar de explicar el eambio técnico en esta perspectiva. En un nivel la técnica de una firma es una rutina, En un nivel superior las firmas tienen rutinas para innovar, para cambiar de téenicas, Supongamos que inicialmente a una firma le va muy bien. Como obedece la rutina de alto nivel “No cambiar nunea un equipo ganador” no tiene ningiin ineentivo para cambiar de téenieas. De pronto las ganancias deseienden por debajo de un nivel eritico definido por el nivel de aspiracién de la firma o por el concepto de “ganador”. En consecuencia decide buscar métodos nuevos y mas eficientes de produecién. Parte del esfuerzo de bus- 83, queda simplemente implica observar lo que estén haciendo I otras firmas y parte implica una actividad genuinamente innov: dora. Después de un tiempo se encuentra una téenica que rinde ga. nancias por encima del nivel eritico y se cierra la busqued: Ultimamente todas las otras firmas adoptan Ia nueva técnica. El proceso difiere con respecto a la evolucién biolégica ya que la firma no produce una corriente firme de mutaciones. Antes bien 1a co- rriente de “mutaciones” es puesta en funcionamiento o detenida so- min las necesidades. El proceso también puede conducir a un eambio en las ruti- nas de nivel alto. La antigua rutina “No cambiar nunea un equipo ganador” refleja la idea de que la necesidad es la madre de la in- veneién, No innovar hasta tanto y a menos que sea necesario. Pero como lo meneioné en el capitulo 2 ésta es una estrategia riesgosa porque enando las ganancias caen, la firma puede no poseer recur- 0s para innovar. Las firmas que siguen esta rutina tienden a reti rarse de los negocios o al menos les va mal en promedio. Las firmas que sobreviven y prosperan siguen otra rutina. Innovan cuando estén adelantadas y poseen los recursos para hacerlo y no cuando se estén rezagando, ara ver dénde fracasa esta clase de argumento es necesario introducir una compilacién desatendida hasta ahora. Se trata del hecho de que todo proceso de seleccién tiene lugar en un ambiente cambiante. Como la aptitud es siempre aptitud respecto del am- biente, un organismo 0 una firma puede volverse inepta simple- ‘mente por permanecer inmévil en un mundo cambiante.!7 En otras, palabras hay dos procesos que se producen al mismo tiempo. Por tuna parte el ambiente est cambiando. Por el otro las unidades de seleccién —genes, organismos, rutinas o firmas— estén adaptén- dose al ambiente.'® La seleccién tiene un blanco mévil. Bs un he- cho crudo de la seleccién natural que el ambiente orgénico cambie Ientamente respecto del proceso de adaptacién. Por lo tanto el juste puede ser afinado y préximo al éptimo tedrico, En la compe- tencia econémica el ambiente cambia con mucha rapidez, mucho ‘mas répidamente que el proceso por el cual las firmas que no tie- nen éxito van a la bancarrota y las firmas de éxito se expanden, Antes que un firme progreso hacia un estado de adaptacién éptima 17 Up ejompl so dio on ol capitulo 4: la firma dobe invertir poco en investi én y desarrlla a otras firmaas inviertan mucho y macho st ella inverten poco. hhay Binguna estrategia que sea mejor todas Ins veces, ‘Los doa procesos estén relacionados ya que el ambiente en parte ests com- ‘puesto por otras unidades en evolucién. El jomplo do la nota precodente proporcic pe tina flvstracion 84 wars Paes rT an ee en vay ee Ja geleceién econémica parece producir un curso en zigzag que en ningun punto est muy préximo a lo dptimo en ese momento, El ‘argumento de la seleecin social puede servir en sociedades campe- sinas de lento cambio en las que hay tiempo para que herramien- tas y rutinas leguen a la perfeccién local. Es improbable que posea fran poder expietivo en economias complejas en répida evolu- eign, Combinado con el del capitulo 4 este argumento sugiere que Ja adaptacién éptima es una excepeién antes que la regla. En gene- ral no puede confiarse en que los mecanismos subjetivos o los obje- tivos hagan hacer a la gente lo que le conviene. La eleccién racio- nal a menudo es indeterminada y no puede contarse con que rinda una condueta éptima aun suponiendo que la gente se libere de sus tendencias actuar irracionalmente. Los procesos de seleccién ac- ‘tian demasiado lentamente para producir conducta que se adapte de manera éptima a un ambiente en répido cambio. El eapstulo si- guiente sugiere que el mecanismo de refuerzo no tiene mayores robabilidades de forzar una condueta éptima, 85 a Refuerzo ‘Al final del capitulo 2 mencioné eémo un hijo podia presentar sintomas nerviosos como consecuencia de las peleas de sus padres. ‘También discuti la idea no plausible de que hubiera adoptado i conscientemente esos sintomas para hacer que los padres dejaran de reftir. Pero hay otra posibilidad. Supongamos que los padres cefectivamente dejan de reftir cuando yen que hacen infeliz. al hijo. Desde Ia perspectiva del hijo, se lo estd recompensando por sus sin- tomas. Si bien los sintomas surgieron con independencia de todo efecto intencional sobre la conducta de los padres, su efecto real tiende a reforzarlos. Debido a esto la funcidn de los sintomas es im- pedir que los padres rifian.t i Este ejemplo particular de refuerzo puede ser o no plausible pero hay abundantes casos en que este mecanismo es la mejor ex- plicacién de la conduta. Conocemos personas mas o menos al azar y cultivamos como amigos a aquellos cuya compaiiia nos agrada. Probamos recetas de cocina mas 0 menos al azar y conservamos ‘aquellas que agradan a nuestro ednyuge. A menudo no hacemos co- sas por placer sino porque nos dan placer. En estos casos cierta for- ma de conducta tiene consecuencias valiosas o placenteras y nues- tra percepeién o registro de ese hecho fortalece o refuerza nuestra tendencia a practicarl Las consecuencias no necesariamente son el objetivo eons- ciente de una accién. De hecho para distinguir el refuerzo de la eleccién racional es util definirlo estipulando que no se busquen deliberadamente las consecuencias del refuerzo. Si los berrinches de un muchacho se ven reforzados por la ateneién que le reportan en general seria falso decir que llamar la atencién es el objetivo de su condueta. Subjetivamente es mds probable que el joven experi- ‘mente la situacién eomo aquella en que no obtiene lo que desea y 1 Bate toma general —que las consecuencias no intencionsles de la conduct poeden mantener la conducta—se dscate en el capitol siguiente. 86 iat aie es asialean ean ‘por lo tanto se enoja.? Un pintor puede sentirse alentado por la es- tima de sus pares pero sera igualmente falso decir que el desco de ‘estima es lo que lo motiva cuando pinta. Lo que lo motiva es el de- #0 de “hacerlo bien” aunque Ja estima de otros puede entrar en luna explicacién de la fuerza de esa motivacién.s El acontecimiento reforzador —puede ser una recompensa 0 tun eastigo— es més probable que modele la conducta cuanto més pronto se produce, cuanto més seguramente se produce y euanto ds freeuentemente se produce. La satisfaccién de la sed bebiendo es inmediata, segura y frecuente y por lo tanto capaz de modelar condueta de la manera mds directa imaginable. Tener céncer de painereas por beber café es una consecuencia que es muy improba- ble que refuerce la condueta. Si uno tiene céncer por el café hay una demora de varias décadas; s6lo unos pocos tienen efincer; y vi- vven sélo una vez. Un ejemplo menos extremo: considérese el riesgo del embarazo. Sélo en los wiltimos cineuenta atios aproximadamen- te se ha sabido que la mayor probabilidad de embarazo se presenta en el tiempo entre dos menstruaciones. Si cada relacién condujera al embarazo esta nocién pudo haberse tenido anteriormente, Del ‘mismo modo pudo haberse tenido anteriormente si los primeros sintomas de embarazo se presentaran dentro de la hora de la con- Cepeign asi cada mujer se embarazara cientoso miles de veoes en su vida, La mayoria de la situaciones sociales son de esta clase, Tie- nen demasiada poca regularidad y demasiado ruido para que el re- fuerzo modele la conducta afinadamente. La principal excepcién os la gratificacién o la privacién emocional que la gente que vive es- trechamente unida puede ofrecerse mutuamente. Los padres mo- delan la conducta de los hijos mostrando su placer o su disgusto. Los esposos se recompensan y castigan mutuamente de innumer bles maneras que modelan su relacién, En los matrimonios infeli- ces estables cada esposo se siente recompensado por la dicha mo- menténea que deriva de provocar al otro para que exhiba su peor condueta. En los matrimonios felices estables la recompensa de tuno es la recompensa del otro, Pero si deseamos explicar la conduc- ta de votacién en el Congreso, la politica de las firmas al contratar empleados o los modelos de la movilidad geogréfica, el refuerzo no es un mecanismo plausible. Las consecuencias intencionales pue- 2 Situviora un berrinche con ela de reir atensén pobublemente na ln ob- 3 Los pintores« los que les importa més el aprecio de los otros que hacer bien su obra ara ver harn bien su abray ne sera muy spreciados tempor 87 den tener mucho peso pero las consecuencias reales no son sufi- cientemente regulares como para realimentar Ia conducta. ‘Cémo las consecuencias pueden reforzar exactamente la moti- vvacién sin ser parte de ella es algo un tanto misterioso, pero el he- tho es que pueden hacerlo. La conducta animal no esté animada por intenciones conscientes* pero sin duda est guiada por las con- Becueneias, De hecho casi todo cuanto se gabe acerca del refuerzo procede del estudio del aprendizaje y la adaptacién animal: el resto es principalmente extrapolacién y especulacién. ‘En los estudios del refuerzo al animal —generalmente una rata o una paloma— se le da una eleccién entre dos actividades ‘que son recompensadas de manera diferente. Una analogia seme- Jante a la realidad es la busqueda de alimento en cada uno de va- Hos embientes. La tarea es explicar cudnto se ocupa el animal en juno u otro, Tipicamente cada actividad (0 respuesta) adopta la for- tna de picotear una llave u oprimir una palanea. Hay dos maneras ‘basicas de otorgar recompensas a las respuestas. Por una parte po- demos establecer una probabilidad constante de recompensa para ada respuesta, La variedad del bandido manco de Las Vegas ilus- tra este mecanismo de recompensa, Es un mecanismo que no tiene memoria: si ganamos el premio en una ocasién las probabilidades de volver a ganarlo en la ocasidn siguiente no se ven modifieadas. Por otra parte podemos establecer un mecanismo con memoria de ‘modo que cada respuesta no recompensada sumente la probabili- dad de que la préxima respuesta se vea recompensada. En térmi- nos préeticos esto podria fancionar de la manera siguiente. En ‘cada periodo el examinador emplea un recurso casual con probabi- Jidades constantes para decidir si hace que la comida esté disponi- ble Una vez que la haya hecho disponible se mantiene disponible, Supongamos que después del primer periodo hay una probabilidad del 20 por ciento de que el alimento esté disponible; después del se- gundo una probabilidad del 36 por ciento; después del tercero una Probabilidad del 49 por ciento, eteétera.* Pero al animal no sabe si wettpnesporo no, que yo sepe para alan pelomos que son log animales estudia- {don me extensivamente por los e6ricos del refuerzo, Para ver como procedo este célevlo considérese la probabilidad de que al lt ‘mento no eaté dlaponitle al final del segundo periodo, Esto requlere dos nconteci- waemoe casualea cade uno de le casles de una probabilided del 80%: que l ali aeries ostarf laponible en el primer periodo y que no estar disponible en el se- 88. a descubrirlo y obtener el alimento r faspuetta apropiada (prestnar Ta palanen opicotear ln lave) Puede cometer dos clases de errores: responder antes de que el ali- ‘mento esté disponible y no responder cuando esté disponible. La pregunta ceniral en la teoria del refuerzo es si los anima- les asignan éptimamente sus respuestas entre las dos actividades, es decir, si actdan de tal modo que se maximicen sus recompensas, Resulta que la respuesta depende de los mecanismos de recompen- ssa asociados con las dos actividades. Si ambos mecanismos de re- compensa son dl tipo del bandido mance los animales a menudo en lo racional y asignan toda su atencién a la actividad con probabilidad mds alta de recompensa. Pero a veces eeteas “alacia del jugador” de distribuir las apuestas en proporcién con Jas probabilidades. Si ambos mecanismos son de la otra clase las conclusions también son ambiguas, Con un mecanismo de cada lase como en la Fig, IX.1 los anim tual imi. oa ig, IX.1 los animales habitualmente no optimi- _ El animal puede asignar entre 0 y el 100 por ci ae ence nismo RV (raz6n-variable): éste es el bandido manco, La otra es re- Porcenisje det tiempo dedicedo a V Figura IX.1 ‘rondo, Le probebilidad de que so produzcan estas dos cosas os cl producto do sus Drobabilidadieso ol 64%. Por lo tanto, la pro pe eal ieee la probabilidad de que el alimento estédispo- 89 compensada con un mecanismo IV (intervalo-variabl ‘mecanismo con memoria, La curva IV muestra la recompensa total do la actividad IV como una funcién de la proporeién del tiempo isignado a ella, Su forma refleja el hecho de que la recompensa e+ porada de cada respuesta extra decrece con el mimero de respues- tas, Si el animal responde muy raramente en IV las probabilidades de que sea recompensado son muy altas en cada ocasién ya que ha- bra pasado un tiempo largo desde la ultima visita. Si responde muy frecuentemente son menores las probabilidades. La curva RV sso debe leer de derecha a izquierda. Cuando el animal asigna el 100 por ciento a TV no le asigna nada a RV. Cuanto menos se d ea a IV mas se dedica a RV. La recompensa esperada por esta acti- vidad es simplemente proporcional al nimero de respuestas RV ya que toda respuesta tiene la misma probabilidad de ganar y ser re- compensada. Un animal racional debe pasar la mayor parte de su tiempo trabajando continuadamente en la actividad RV y visitar ocasio- nalmente Ja alternativa IV para buscar toda recompensa que pudiera haberse verificado desde su ultima visita. Esta idea plau- siblemente intuitiva puede expresarse con més precisién con la ayuda de la Fig. IX1 Obviamente el interés del animal es elegir ‘una proporcin que maximice la suma de las recompensas IV y RV. Esto sucede cuando dedica un porcentaje p de su tiempo a IV y el resto a RY. Una manera alternativa de expresar la misma idea es 4que ¢l animal debe elegir una combinacién IV-RV en que ambas ac- tividades tengan el mismo valor miarginal.* Supongamos que el animal responde 1000 veces a IV y 2000 veces a RV. El valor mar- ginal de IV —es decir el valor de una respuesta extra a IV—es la diferencia entre la recompensa a 1001 respuestas y la recompensa 121000 respuestas. Contra esta ganancia debemos poner la pérdida de responder 1999 en lugar de 2000 veces a RV. Si la ganancia ex- code la pérdida el animal no esté optimizando: le irfa mejor si cam- biara su respuesta combinada. Por el contrario un animal que opti- miza emplea una respuesta combinada que no puede ser mejorada. Pero sucede que los animales no se comportan dptimamente. En lugar de dedicar el porcentaje éptimo p a IV dedican un porcen- taje q. En lugar de igualar los valores marginales de las dos acti dades igualan los valores promedios.’ El valor promedio de RV es © RV tieae un valor marginal constante en el diagrams. El valor marginal de IV bo muestra on el punto p y correaponde a ln pendiente dela tangente a la curva TVen ese punto. Cuando el animal optimiza le pendiente guala ela de la linea RV. Hsto principio so denomins “Ley de jguslacién”. 90 constante ¢ igual a su valor marginal. El valor promedio de un ticular de IV est dado por la pendiente de esa linea des- unto en la curva IV hasta el origen. Con la actividad com- binada que corresponde a q el valor promedio de IV iguala e! de RY, Cuando los animales igualan los valores promedio es como si olvidaran que la mayor parte de las recompensas IV proceden de lunas pocas respuestas y que realmente no es provechoso seguir presténdole atencién a esta actividad. No ven que la recompensa a cada unidad de la actividad IV depende de la cantidad total de esta actividad a la que se estén dedicando. No es claro si esta desviacién de lo 6ptimo se encuentra en la condueta humana. Los experimentos controlados con sujetos hu- ‘manos son dificiles. Ademds la capacidad humana para la eleccién consciente y la complejidad de los asuntos humanos tienden a re- ducir la importancia del refuerzo puramente mecénico. Pero en la medida en que la conducta humana esta modelada por el refuerzo como lo sugieren algunos ejemplos anteriores es dable esperar efectos semejantes. Los experimentos relativos al refuerzo también dan impor- tante informacién sobre la desestimacién del tiempo. Supongamos que si una paloma pica una Have roja obtiene acceso inmediato al alimento por 2 segundos, Si se abstiene de picar tiene aeceso por 4 segundos pero con una demora de 3 segundos. Las palomas son vidas e invariablemente prefieren la recompensa anterior més pe- quefia. Pero supongamos que la lave se enciende con color verde or 12 segundos antes de que se encienda en rojo. Al picar la tecla verde la paloma puede impedir que se encienda en rojo eliminando as{la oportunidad de ser dvida. Algunas palomas adoptan esta op- cién. Bvahian el futuro como en el diagrama B de la Fig. V.28 com- prometiéndose a librarse de la tentacien, 8 De hecho esta evaluscién puede derivarse do Ia ley de igualacisn, a1 Ill Interaccién 10 Consecuencias no intencionales Las cosas no siempre resultan como esperamos. Muchos acon- tecimientos se producen sin ninguna inteneién, Segin la memora- ble frase de Adam Ferguson “La historia es el resultado de la ac- cién humana y no de la intencién humana”. Su contempordneo Adam Smith se referia a una “mano invisible” que modela los asuntos humanos. Medio siglo més tarde, Hegel invocaba la “astu- cia de la Razén” y treinta afios después de él Marx hablaba de la “alienacién” de la gente respecto de su propia accién, Bl tema de Jas consecuencias no intencionales de la accién era uno de dos inte- roses centrales de las emergentes ciencias sociales en este periodo, siendo el otro la visi6n de la sociedad como unidad orgénica. Estas dos imagenes siguen con nosotros. Por una parte esté la idea de las acciones individuales que interfieren unas con otras produciendo un resultado no intencional. Por otra parte esté la idea —diseutida més plenamente en el capitulo siguiente— del ajuste mutuo entre planes individuales que permite que todos se realicen sin distor- sion, Antes de considerar las consecuencias no intencionales que surgen de la interaccién y la interfereneia social deseo sefialar al- gunos de los mecanismos que operan dentro de la mente, Como se explieé anteriormente una accidn es el resultado de deseos y opor- ‘tunidades. Pero la accién también puede modelar deseos y oportu- nidades de manera no intencionales (Fig. 10.1), ‘Ademas del resultado intencional de una accién a veces hay otro no intencional: un eambio de deseo. La adiecin es un ejemplo sencillo, Lo que deseo puede ser otra copa pero lo que obtengo pue- de ser la copa y un deseo més intenso, Si lo hubiese sabido tal vez no hubiera tomado la copa. Los desoos también pueden verse afeetados de la manera opuesta mediante un impulso por la nove- dad. En la historia de H. C. Andersen “What Father Does Is Always Right” un agricultor va al mereado por la mafiana para vonder 0 cambiar su caballo, Primero encuentra a un hombre con tuna vaea y este animal le gusta tanto que lo eambia por el caballo 95 se i Descos Cambio no intenctonal de deseos: SS ‘Aeoion —> Resultado Intentado en SS cambio no Intenctonal do oportunidades Figura X.1 ‘i é a in sucesivas transacciones la vaea es cambiada por una oveja, oveja por un ganso y el ganso por una gallina que es trocada finel- mente por una bolsa de manzanas podridas. El camino del agricul- tor a la raina esta formado por graduales mejoras.1 Cada vez que el hombre eree estar mejor con el eambio pero el resultado neto de todos los eambios es desastroso# Lo que va mal es qué con cada ob- jeto nuevo 61 adquiere un inespérado gusto nuevo. Si hubiese podi- do prever la pendiente resbaladiza no habria empezado a transi- tarla, Aunque la historia no lo diee es probable que el agricultor se hhubiera negado a cambiar el caballo por una bolsa de manzanas podridas. La curiosidad y la sed de novedad son deseneadenadas por opeiones que no son ni demasiado semejantes ni demasiado de- semejantes del estado corriente. 7 Nontes Las aeciones también pueden tener un impacto no inteneional sobre las oportunidades. S¢ que beber afecta mi bolsillo pero ésa es una de las eonsecuencias esperadas que forman parte de mi deci- sign. Pero puedo no saber que también afecta mi salud y asi mi fu- tura capacidad para derivar placer de otras actividades. En cual. quier momento dado beber puede parecer una buena idea pero si aprovecho todas las ocasiones para beber puedo terminar en muy mala forma, La interferencia entre las elecciones de una persona 1 Bn realidad él no ext arruinado yorque uo par do crits ingles hacen sue ayciny serden onal onda do que inerpon te enajardcon el cosnderegre- secon an maneanae 3 fas formalmont imaginemos vos pertona que regularmente(aanave ne cenaceteens) ssa so een ema spelen mas intend in chants fase ewe, Supengasos uc ext expsto «a siguiente ne enc de grape de Gos bienes 2 92) (1, 102), 0, (0), ang ais moments dad consume rp nen ln seruetsiny pars poedo Sipene sl ee in open eat el grupo my egrapo n+ slempre clit ee {Sik goers mas dl ben fol qe alent nse seo, Pr te Secnunia converge en cro estas meres redial properen el eam Irs. 96 on puntos diferentes del tiempo es un poco como la interferencia, entire Ias eleeciones de personas diferentes. Si siempre hago lo que parece mejor en el momento puedo terminar peor todas las veces. Si cada persona hace lo que es racional todos pueden perder. Pasando ahora a las consecuencias no intencionales que sur- fen por Ia interaccién entre varias personas permitaseme comen- ar con un famoso ejemplo de la teoria econémiea, la “telaratia”, también Iamada “ciclo del puerco* porque fue presentado por pri ‘mera vez como una explicacién de las fluctuaciones eiclicas en la produecién de cerdos. Pero tiene una aplicacién mucho més am- plia. Las fluctuaciones en la industria naviera presentaron un mo- delo muy semejante en décadas recientes, con un mercado vende- dor seguido por la inversién excesiva y la saturacién, Los criadores de cerdos deben decidir con un afio de anticipa cién cuanto desean comercializar el afio siguiente, una decisién de- terminada por el precio que se espera que obtengan los cerdos y por el costo de producirlos, Un ineremento en el precio esperado in- duce a los eriadores a produeir mas. como lo refleja la curva de pro- visin con pendiente hacia arriba en la Fig. X24 El precio real de venta de los cerdos determina cudnto compran los consumidores, segtin se refleja en la curva descendente- Si al esperar un precio los productores comercializan mas de cuanto los consumidores compran a ese precio, la competencia entre los productores fuerza a bajar el precio hasta que el mercado se nivela. Si comercializan ‘menos de cuanto compran los consumidores la competencia entre los consumidores fuerza al aumento de precio hasta que el merca- do se nivela, Bl equilibrio —sefialado con asteriscos en la figura— 2 ato no pose ser Itaralmente era poraueen cl momento de a primera co: be gut tants J i bbida orm de boone slug Bn un momento dudo‘dl tompo "ae persone puede sufrir dato ado por lo qe hs hes en momentos aneroren fo ‘We puta hacer Iueg win no puede datate, Peo una porsona pucde vor canada qor lo qu hacen tad on ore. 4 Beta core dealers on realmente Ta sma de muchas carves de fer inv ales una para cada agricalton Cada punto en ln carve Ge feta individual mus. tena vlumen mmxiizador de a gennnci aun precio dado, En oxo vlumon a costo maryioal (leo de produ ua eerdo ma) igual el proce de un ceo. (Caando steel precio I profcrn se expende eta pono en que el oto mare ginal ex asevamente igual preci. El costo margoal a cleva porque cada gran Sere conn equipo dada qu no converte en vn cull do otal cuando se span, a ik producin, 8 bon algunas pert dl equipo elifcoy ecsar) poeden x= andi feciimeaia sn perdi do often, ote om expec la capaci doc. i) za pueden expends. Bal mise modo ex carve cs uma de muchas curva de demande ndivi- duales para cordoe.Deseenden porque ls consumsdores pasen a aon products ‘ond len cerdon oe hacen mec 97 ‘Oferta Figura X2 se produce cuando el precio esperado iguala el precio realizado y los productores venden todo lo que producen al precio que los indu- joaproducirlo, El modo mas simple de formar una expectativa de precio es suponer que el del ario préximo séra como el precio de este ario, En la Fig. X.2 supongamos que el precio del afio 1 es p. Esperando que ‘este precio rija también en el afio 2 los productores ofrecen el volu- men @ en el afio 2. Pero los consumidores no estén dispuestos a comprar esta cantidad a ese precio y el precio es forzado a bajar aq. Actuando sobre la suposicién de que el precio se mantendré constante del affo 2 al aflo 3 los productores ofrecen el volumen ben el afio 3. Bn consecuencia el precio realizado r excede el precio esperado. Esperando que r rija en el afio 4 los productores ofrecen el volumen ¢ pero para venderlo deben aceptar el bajo precio s. El ‘movimiento de precios y vohimenes forma una especie de telarafia que forma una espiral hacia afuuera partiendo del equilibrio.¢ Los precios y los ingresos son alternadamente més altos y mas bajos que los esperados. Las sorpresas gratas se alternan con las ingra- tas. Nunea se verifica el resultado esperado La condueta en las votaciones puede ilustrar el mismo meca- nismo. Las encuestas publicadas antes del dia de votacién pueden influir en la votacién real de diversas maneras. Algunos votantes desean adherir a la causa popular y pasan su voto al candidato con las mayores probabilidades en las encuestas. Otros favorecen al Con pendientes diferentes de las curves de oferta y demands el movimiento Inubiese sido una espiral hacia adentro que converge en el equilibic 98 perdidoso 0 18 import aipon damage. erpens ut 8 importante que el perdedor no pier: dlidato perdidoso suponiendo que serdn pocos los tue ve pasen, tie- nen problemas. Colectivamente pueden te Tl nen problema a rminar Ilevando al cargo evultads oecnande individualmente sélo deseaban asegurarle un Las mds notables consecuencias no intenci ecuencias jonales hacen ese fl mundo es por ‘Jean-Paul Sartre se refera a esto como a afinalidad” utilizando la erosis jem agrcultores tratan do obtener mas tierra dersante ohne gan ambas cosas: que todas y cada una de las firmas sean las tni- fens on pagar salarios bajos a sus trabajadores.* Pero las consecuencias no intencionales también pueden hacer que todos estén en mejores condiciones, Esta es Ia mano in- visible de Adam Smith: la persecucién del interés propio sirve al {interés comin. Una firma que introduce nueva tecnologia esta mo- tivada exlusivamente por sus propias ganancias pero al hacer me- nos caros los productos de consumo (0 los insumos empleados por ‘tras firmas) sirve indirectamente al interés comin. El consumo para el beneficio privade crea empleo —y de esa manera oportuni- Aades de consumo— para otra gente. La gente pinta su casa para protegerla del mal tiempo y al hacerlo también puede ofrecer a btros el beneficio de una vista placentera, Si todos los miembros de ‘una comunidad vigilan a sus propios hijos mientras estén afuera jugando no pueden dejar de observar también a los hijos de los ‘otros. En consecuencia los hijos de todos reciben una mayor protec- «ign, La contrafinalidad y la mano invisible tienen una estructura comin. Una persona actia para beneficiarse. Al hacerlo también fafecta a otra gente (y a menudo a si misma)! de manera secunda- ria, TYpicamente el impacto secundario, sea negativo o positivo, es ‘muy pequefio comparado con el beneficio primario ¢ intentado, Pe- ro cuando todos actian de esta manera cada persona se convierte ‘en el blanco de muchos pequefios beneficios o de muchos pequefios dafios. (Bstos pequefios efectos secundarios suelen denominarse exterioridades,) Si el efecto secundario es positive tenemos un me- ‘canismo de mano invisible. Si es negativo hay dos posibilidades. O Ja suma total de los muchos pequefios dasios exceden el beneficio primario (esto es la contrafinalidad) o el beneficio primario excede fl dafio acumulativo. Todo el mundo esta en mejores condiciones La ereeneta de lo que puede ser clerto para cualquier vnidad tomada vepare- damente puode también ser certo para todas las Unidades tomadas simulténes- ‘mente se denomina a veces In Tulacia de le composiidn’. La cometemos cuando ‘plicamos la tasa imporitive marginal para calcula el costo real de todos Jos toms Aedueibos do los impaestas,olvidando ast que s6lo un dolar puede ser el lsimo dé- Ine 4 Bstayera una idea fomentada por el precursor de Adam Smith, Bernard Mandeville, coyo eslogan *Vicos privados, beneficios pvblicos' tal vex sen la més {empraos expreein del mecanismo de la mano invisible. 1D Una firma ge ve algo dada al reducir los salarios de sus propios trabajado- rea ya que ellos gustan parte de fs ingresos, aunque tipicamente una parte muy Tedaclda, en productos de la firma, O considérese una empresa de ordenadores que ‘rea un zuevo diseto. El beneieo primario para la firma es que logra ganancias Sondlendo el nuevo ordenador, Un segundo benefiio es que puede usar el ordens- dor en sus propias oporaciones. 100 ‘actuando de Ia manera especifieada pero menos bien de cuanto es- peraban estar, Algunos ejemplos de contrafinalidad sugeridos an- leriormente y en forma modificada también pueden ilustrar este aso. En estas ilustraciones las personas euyas acciones tienen eon- seeuencias no intencionales son también las que sufren o se benef cian con ellas. Tgualmente importantes y numerosos son los casos fen que las consecuencias son pereibidas por otra gente. En la China tradicional muchas familias pobres practicaban ol infantici- dio de nifias. El resultado era un excedente de muchachos y un nii- mero sustancial de jévenes solteros que eran un material excelente para el reclutamiento de los bandidos. Las victimas del bandidaje eran principalmente terratenientes y campesinos acomodados que no practicaban el infanticidio de nifias en la misma medida. La de. predacién de los rieos era una conseeuencia no intencional de la autodefensa de los pobres.'2 Cuando los gremios insisten en la se- guridad de empleo para sus miembros no tienen en cuenta los inte- reses de la firma. Pero como una consecuencia no intencional las tasas mas bajas de renovacién del personal incrementan la produc- tividad al disminuir los costos del entrenamiento y reclutamien- 038 Los mecanismos como éstos son la materia de la ciencia social. Un antiguo enigma de la filosofia de la explicacién social es si la consecuencias no intencionales pueden entrar en la explicacién de la accién o las acciones que las causaron. En un sentido obvio no pueden entrar. Para expliear una accién debemos remitirnos a al- ‘in acontecimiento que la precedié en el tiempo. El futuro no pue- de causar el pasado, Podemos formular la pregunta de manera di- ferente con respecto a un modelo o secuencia de acciones antes que luna nica accién. En ese caso las consecuencias no intencionales de algo que hago hoy, gexplican por qué también lo hago mafiana?i« La variacién casual con la seleccién siguiente es un modo en 1 Supongamos que acto del desmonte ls campesinos tenianenatro mil hect&- syd kr deal aad beer, Depa dt doment Setas hataroas bo plrden gor eel pron canted de err calvabe ha a cred doy ls oncogene "2" Se puade dose quo los ros ve daiaron con su propio petardo ya que la po- breza se debfaen gran medida In explotacén por part dole terratenintes, Fue ‘nfo dela expotain que yor pre soidentegenrd una cotraparin alae sac 18 Noes claro qu lan frmasreciban de buen grado a es gremios yu qu éios spin htenr sre mas los pe so miembros "2" Podeman resting ln eonsswenting que son en ign eaide bene ios. Pero los benefono ‘isbn sr ncretiente para le agate nism, ‘como lo demuestra el ejemplo de los fondos para la investigacién en texto, i 101 que esto puede suceder: Kn la vida social la seleccién artificial an- tes que la natural, Por ejemplo el modelo de las actividades de la investigacién se explica en gran medida por los beneficios deseados por las instituciones que dan los fondos pero no intentados por los cientifieos. Rutinariamente muchos cientificos busean el apoyo eco- némico dei Departamento de Defensa para realizar trabajos moti- vados por intereses puramente intelectuales.is El Departamento de Defensa presumiblemente da dinero a las solicitudes que se consi- dera que poseen el mayor potencial militar. La resultante asigna- cin de fondos para la investigacién se explica por consecuencias que son incidentales desde el punto de vista de los cientificos. El refuerzo proporciona otro mecanismo por el cual las conse- cuencias no intencionales pueden explicar la persistencia de la condueta que las causa. Supongamos que el primer berrinche se produce porque el chico se ve frustrado al no obtener algo que de- sea, por ejemplo helado. Después de un rato obtiene el helado que es lo que deseaba, También obtiene algo més importante que no era parte de su intencién: la ateneién de sus padres. De alguna ‘manera —no sabemos eSmo— la gratificacién de recibir atencién queda asociada con la condueta del berrinche y la refuerza. Sin embargo recibir atencién nunca se convierte en el objetivo intencio- nal de la conducta del chico. Cuando los socislogos explican la condusta mediante conse- cuencias no intencionales generalmente no tienen presente ni Ia seleccién ni el refuerzo, Lamentablemente es dificil saber qué es lo que tienen presente. Un ejemplo muy discutido es la danza de la lluvia que se realiza en ciertas sociedades. La danza no trae Ilu- via pero si algo més importante: cohesién social y solidaridad. En nuestras sociedades acudir a la iglesia puede tener en gran medida el mismo efecto 0, como afirman muchos socislogos, la misma fun- cién. Decir que la funcién del ritual es mantener la cohesién social ‘es decir mAs que expresar que ese ritual tiene ese efecto. Es afir- mar que el efecto explica el ritual. Ahora es dificil llegar a la ver. dad en tales casos. La cohesidn social es difieil de medir, Pero supo- niendo que de alguna manera podamos establecer que la cohesién social se amplia mediante esos rituales, geémo podemos proceder al paso siguiente que es explicar el ritual en funcidn de la contribu- cién no intencional a la cohesién social? Pero como la nocién de cohesién social es tan elusiva, otro ejemplo puede ser més wtil. Se puede pensar que el conflicto abier- 18 Por eiemplo una buena centidad de trabe) finaneiados por el Cuerpo de Senales de la Marina de los Estados Unidos. 102 snciadiinieietateieee einen ldindeen i eee iid aa to dentro de una organizaeién 8 malo para su eficiencia. Pero la falternativa puede ser peor. Si se suprime todo el conflicto se acu- ‘mula la tension hasta que un dia se derrumba la organizacién. Bs mucho mejor si los miembros pueden emitir pequefias vaharadas de vapor a intervalos regulares que hacer que explote toda Ia ma- quinaria, {Podemos concluir entonces que la funeién del conflieto es mantener la organizacién en buena forma y que el conflicto se explica por esa consecuencia no intencional? EI mecanismo siguiente puede soportar una respuesta afir- mativa, Una organizacién que no permite el conflicto es inestable. Después de un tiempo se derrumba y surge de una manera nueva y modificada. La nueva forma permite el eonflicto o no. Si lo permi- te es viable y puede esperarse que se mantenga por aigiin tiempo. Si no lo permite volverd a derrumbarse, Tarde o temprano surge una forma estable, Si descubrimos que la mayorfa de las organiza- ciones existentes permiten el conflicto la explicacién es que las que no Io permiten son inestables y tienen pocas probabilidades de estar representadas on forma numerosa en la poblacién de organi- zaciones, El argumento no explica por qué alguna organizacién particular permite el conflicto, pero explica por qué lo permite la mayoria de las organizaciones. Y explica ese hecho en funcién de tuna consecuencia no intencional y util del conflieto. Este argumento se parece un poco al argumento de la selec- cin social discutido en el capitulo 8 y susceptible de una objecién semojante. Para que funcione el proceso de adaptacién debe ser muy répido comparado con la raz6n de cambio del ambiente. Este ultimo depende de dos cosas: la razén a la cual se estén creando nuevas organizaciones y la raz6n a la cual las viejas organizaci nes se tornan obsoletas. La velocidad de adaptacién también depende de dos factores: el tiempo que le lleva a una organizacién inestable derrumbarse y la probabilidad de que la sucesora de una organizacién inestable sea estable. En, las sociedades complejas ‘modernas el ambiente puede muy bien cambiar con tanta rapidex que el proceso de adaptacién tenga pocas probabilidades de poner- se a la par. 103 ahl Equilibrio Anteriormente dije que las ciencias sociales deben explicar por qué no estamos en el estado de naturaleza. Otro desafio es ex- plicar por qué las sociedades poseen un poco de orden, por qué no ofrecen “un cuento narrado por un idiota, leno de sonido y de fu- ria, que no significa nada”, Esta frase de Macbeth evoca una clase de ‘anarqufa diferente de 1a sugerida por la descripcién hecha por Hobbes de la vida en el estado de naturaleza como “solitarias, po- bres, desagradables, brutales y breves”. Transmite una falta de co- ordinacién antes que de cooperacién, caos antes que sordidez. En el capitulo precedente vimos algunas maneras en las cuales se pue- den frustrar los planes de la gente. Pero ninguna sociedad podria funcionar si los planes de todo el mundo se frustraran todo el tiem- po. La frustracion universal de los planes significa el caos. Cada problema —por qué no estamos en el estado de natura- Jeza y por qué no estamos en el estado de eaos— puede resolverse de dos maneras. Por una parte la cooperacién y la evordinacién pueden surgir mediante la accién descentralizada y no forzada. Este es el tema de este capitulo y de los dos siguientes. Por otra parte la ecooperacién y la coordinacién pueden ser impuestas cen- tralmente por institiuciones sociales respaldadas por la fuerza. Este es el tema del capitulo 15 donde también me refiero al hecho de que la distincién es menos definida de cuanto puede parecer. El significado de equilibrio en las ciencias sociales es un esta- do en que los planes de las personas son coherentes entre si. En general pero no invariablemente esto también asegura que no se produzcan consecuencias no intencionales. En la Fig. X.2 el equili- brio estédonde se cruzan las curvas de la oferta y la demanda. Si los criadores de cerdos esperan que él afio préximo se logre el pre- cio de equilibrio tomarén decisiones (acerca de cudnto producir) que hacen que el precio se realice. Un ejemplo mas simple lo proporcionan las reglas de la ruta. Si espero que todos los demas eonduzean del lado derecho de la ru- taes en mi interés hacerlo también yo, Esto sugiere una definicién 104 de equilibrio, Consideremos cierto niimero de personas todas las cuales tienen sus deseos y oportunidades y supongamos que cada tuna decide emprender cierta accién. Cuando todos han puesto en préctica sus decisiones cada persona puede formularse la pregunta siguiente: dado lo que hicieron los otros gpude haber hecho algo ‘mejor para mi actuando de otra manera? En el equilibrio cada per- sona responderd que no. Todos conduciendo por el lado derecho de la ruta es un equilibrio porque nadie tiene un incentivo para ac- tuar de otra manera. Del mismo modo cuando todos los agriculto- res actiian segiin la suposicidn de que el precio de equilibrio puede realizarse, ninguno lo lament El equilibrio del trénsito tiene algunas caracteristicas de las cuales carecen otros equilibrios. Si cada uno conduce del lado dere- cho de la ruta yo no tengo ningiin incentivo para actuar de otra ‘manera, ni deseo que otro actiie de otra menera. Muchos equili- brios no poseen la segunda earacterfstiea. A cada agricultor le agrada que sus rivales produzcan menos que el volumen de equili- brio porque eso eleva los precios y sus ganancias personales.! Los ‘equilibrios con la propiedad por la que ninguno desea que nadie ae- tée de otra manera se denominan equilibrios de convencidn, Las convenciones lingtistieas son un ejemplo prominente. Como desco ser entendido tengo un incentivo para hablar correctamente y co- mo deseo entender lo que dicen otros deseo que también ellos ha- len correctamente, Entre los Ideres de la Mafia de Nueva York ‘existe la convencién de comer afuera con la propia amante los vier- nes y con la propia esposa los sabados para evitar eneuentros em- barazosos, Sabiendo que los otros siguen esta practica yo también Jo hago para evitar encontrarme con las esposas de ellos cuando co- ‘mo fuera con mi amante y vieeversa. Por la misma razon deseo que también ellos sigan la regla. Una vez establecidos esos equilibrios son sumanente robustos. La eleceién entre conducir por la mano derecha o la mano iz- quierda de la ruta es con equilibrios multiples ya que los paises donde todos conducen por la izquierda también estén en equilibrio. (En contraste los produetores de cerdos sélo tienen un equilibrio.) Ahora no es realmente importante qué equilibrio es el elegido en la ruta. En tanto todos hagan lo mismo no importa lo que hagan. En otros easos puede importar mucho qué equilibrio se realiza. En los casos féciles tun equilibrio es preferido por todos. En los casos difi- ciles algunos prefieren uno mientras otros desean que se produzea otro, 1 Pero silo hacon 61 lamentard no hebor prodcide més 105 Figura XL Para ilustrarlo yuelvo al ejemplo del desmonte (Fig. XI). Hay una cantidad de lotes de campesinos en torno de un lago. Contaré tres historias acerca de elecciones diferentes que los cam- pesinos pueden estar enfrentando, En la primera historia se ha realizado el desmonte y la erosién esté en camino, Pero se la puede detener en un lote individual como el A si y s6lo si se plantan arbo- les en ese lote y en los dos lotes adyacentes B y C. Hay dos equili- brios. En uno no se plantan Arboles y la tierra se pierde en favor del lago. Ningin campesino individual puede hacer nada para im- pedirlo. En el otro se plantan arboles en todos los lotes y se detiene la erosién. Como los otros cooperan en la reforestacién es en el interés de cada uno hacerlo. Si bien es mejor para todos que el pri- ‘mero, este equilibrio puede no ser realizado. Los campesinos pue- den no saber que su situacién es la que he descrito, Pero si lo ha- cen (y saben que otros los hacen) se pondrén de acuerdo en cuanto una politica de reforestacién.2 En la segunda historia el acuerdo es més dificil de lograr. En. esta historia estipulamos que la erosién se produce en un lote dado 2 Baot 0 son egultriae de coavencié. Bl caso de dos equlbrioe de conven- cin dels cusles uno ex preferido a otra por todos ee iantre con el problema do {ue hacer ando wo itarampe in lnmado tlic, Si amnbes pants intentan Yolver a lemar ls os recfrdn una seal de oeupado, Si ninguna fo intenta el re Fullado os igulmente melo. Cuslqulers de Ine doe convenciones puede esegurar el cul: In parte que hic el prsmer nmado puede tr Gesigandn coca la us do Bevolver a ismaro we pide dsignr ets prte que ees llamado. De - la piers es superior ya que a parte qe hizo el primer lnmado con seguridad ‘the. quémimoro lamer mioneras gue In parte que feb el llamado poede uo an ber ede ut nimer ns Inars, Po Io ue no erste ninguna convecia ee regulate toacion 106 si y s6lo si we talan los drboles en ese lote y en ambos lotes adya- centes, Ahora hay tres equilibrios. Cada uno de ellos requiere que Jos campesinos de cada tercer lote —por ejemplo todos los lotes con asteriscos en la Fig. XI.1— se abstengan de talar Arboles. Los cam- pesinos de los lotes con asteriscos no tienen un incentivo para talar firboles porque en ese caso pueden causar la erosién en su propio Jote. Los campesinos de los lotes sin asterisco no tienen un incenti- vo para abstenerse ya que no arriesgan nada al talar los érboles de su lote, Todos los campesinos estén en mejores condiciones si se re- aliza uno de estos equilibrios en lugar de que se produzea el des- monte en todos los Totes. La pregunta es: ja quién se le debe permi- tir que obtenga mas tierra y quiénes se deben sacrificar por los otros? La informacién no es suficiente y se hace necesaria la nego- ciacién o la coercién. La segunda historia difiere de las reglas de la ruta también de otra manera. Cada equilibrio del trénsito requiere que todos se comporten de Ia misma manera: todos deben conducir por la mano derecha 0 todos deben conducir por la izquierda. Cada equilibrio de la segunda historia require que alguna gente se comporte de manera diferente de los otros, no porque difieran sus deseos u oportunidades sino porque hay un desequilibrio ineorporado en su interaccién. Existe también una earacteristica de “equilibrios de- pendientes de la frecuencia” a la que me roferi en el capitulo 1. Considérese el problema de si conviene comportarse honestamente para formarse una reputacién de honestidad. En una poblacién que consistiera casi por completo en personas honestas no convie- ne reunir informacion sobre la reputacién de la gente. Como la estafa puede pasar sin que se la detecte y castigue, a un solo esta fador puede irle mucho mejor que a las personas honestas. Pero si se produjeran muchas estafas a una persona le convendria hacerse una reputacién de honestidad. En el equilibrio algunos se compor- tan honestamente y otros deshonestamente. Una vez més el ar- gumento no es que las personas difieran entre si de maneras in- teinseeas sino slo que en el equlbrio se comportan de manera iferente. Cada equilibrio del trénsito es mejor para todos que cualquier otro modelo de condueta. En la primera historia de la erosién un equilibrio es peor para todos, aquel en que no se emprende ningu- na reforestacién, Por fortuna hay también otro equilibrio que es preferido por todos a cualquier otra cosa que pudieran hacer. En el Dilema del Prisionero hay s6lo un equilibrio que es peor para todos que un modelo cooperativo (falto de equilibrio). Podemos ilustrar este caso mediante una tercera historia de la erosién en que supo- rnemos que se produce la erosién en un lote dado si y sélo si se ta- 107 _—_————— Jan Jos drboles en ambos lotes adyacentes. Hagan lo que hicieren los otros es en el interés del campesino individual talar los arboles de su lote ya que al hacerlo perjudica sélo a sus vecinos y no a si mismo. La consecuencia del equilibrio es que la tierra se pierde en favor del lago a menos que se encuentre una solucién politica. E] equilibrio del Dilema del Prisionero difiere de todos los otros equilibrios mencionados hasta ahora porque esta compuesto por aeciones que de por sf son la mejor respuesta a algo que los ‘otros pueden hacer y no sélo para su conducta de equilibrio. El ‘equilibrio entonces no requiere que una persona tenga expectati- vvas correetas acerea de lo que harén los otros ya que la persona realizaré la misma accién sea lo que fuere que espera que hagan los otros, (Una accién de este tipo se denomina estrategia domi- nante.) Si esté equivocado en lo que espera se sorprendera e inclu- 80 desagradablemente pero no lamentaré lo que hizo. En esos ca- sos puede haber consecuencias no intencionales en el equilibrio. Pero habitualmente la sorpresa y el pesar van juntos. Los equilibrios discutidos en el pérrafo precedente son muy robustos. Lo tinico que puede perturbarlos es alguna accién irracio- nal. En el otro extremo hay una clase de equilibrios muy fragiles, tan frdgiles en verdad que es improbable que se realicen. Tienen la propiedad peculiar de que cada persona puede elegir cualquier ac- cin como la mejor respuesta a la conducta de equilibrio de los de- més, Todas las respuestas son las mejores respuestas. No importa lo que la persona haga en tanto los otros se cifian al equilibrio. ¢Pero por qué deberian hacerlo? La teoria de la eleccién racional se determina en el equilibrio. —- Para explicar estas clases de equilibrio debemos refinar el coneepto de accién racional. Hasta aqui actuar racionalmente se ha entendido como realizar una accién bien definida que maximiza Ja utilidad del agente. Pero a veces es racional actuar al azar: esta- blecer un recurso casual que se le asigne una probabilidad bien definida a cada aceién del conjunto de oportunidad y luego permi- tir que el lanzamiento de una moneda o de un dado decida cual se evard a cabo realmente, Lo que se maximiza aeé no es la utilidad de la accion que finalmente se ejecuta sino la utilidad promedio de todas las aeciones. Considérese el juego del “gallina” que es un famoso ritual de Ja cultura juvenil norteamericana. Dos muchachos conducen sus coches uno hacia el otro y el primero que se desvia o “se acobarda” ha perdido, Supongamos que los resultados son como sigue: TESS “ERS Paul Sedesvia Nose deavia Se desvia 33. O68 No wo desvia, De inmediato vemos dos equilibrios. En eada uno un jugador se desvfa y el otro no, Ademds hay un tercer equilibrio on que cada jugador decide desviarse con una probabilidad de 2/3. Veamos la si- tuacién desde el punto de vista de Paul, Espera que Peter se desvie con una probabilidad de 2/3. ¢Cuél es su mejor respuesta? Con qué probabildad p debe decidir él desviarse?* Su esperada utilidad depende de su utilidad en los cuatro resultados posibles estimados por su probabilidad de verificarse. La probabilidad de que ambos se desvien es 2/3 + p.« La probabilidad de que Paul se desvie y de ‘que Peter no se desvie es 1/3 -p. La probabilidad de que Paul no se desvie y de que Peter se desvie es 2/3 (1 — p). La probabilidad de ‘que ninguno de los dos se desvie es 1/3 (1 ~ p). Igualando las pro- babilidades con las utilidades la utilidad esperada de Paul es igual a23-p.3+131p-0 +231 —p). 6 + 1/3 (lp) --6 =2. Si Peter se desvia con la probabilidad de equilibrio 23, jPaul obi 2 haga lo que hiciere'* En particular obtiene 2 si se desvia con la probabilidad de equilibrio 2/3. @Pero por qué deberia hacerlo? Como la condueta racional es indeterminada el equilibrio no puede sostenerse mediante conside- raciones racionales.* Y es dificil entender qué otra cosa puede sos- tenerla. Es altamente frégil. No es infrecuente que todos los equili- brios sean de esta clase. Fl juego de la investigacién y el desarrollo discutido en el capitulo 4 es una ilustracién. En equilibrio todas las Bato inchuye In posibilidad de que piguale 41 60. 4 Bata invoea un principio emplondo anteriormento do que Ja prebabilidad de ‘que sucodan dos acontecimientes independientes es el producto de la probabilidad de wuceder de cada ono de ello. ' El teorema general ilustrado act es que ai la conducta de equiibrio de un agente es elegir una de varias accones con probebilidad no cere, no puede inle poor (y por definicién do oquiibrio ni melon ligiendo cualquier otra mezsla de probabi- lidad de esas miamas acciones inchiyendo el caso de elogir uns de ella con un 100% do probebilided. © Por supuesto Paul sabo que el mismo angumento 20 aplica « Peter. De modo «que realmente no hey ninguna razén para que él espere que Peter use la probabil ‘dad del equilibric. ¥ eso ace que tenga san menos sentido para él el adherirse 8 al, 109 ———— firmas usan un recurso azarificador para decidir cuanto invertir en investigacién y desarrollo. No se requiere gran conocimiento de fi mas reales para desacreditar esa idea como una deseripeién de 1o que hacen. Las firmas deben tomar una decisién de una u otra ma- nera pero no podemos esperar que sus decisiones sean las mejores respuestas para cada una. He discutido lo que significa estar en equilibrio y estudiado varios tipos de equilibrio. Pero hasta ahora no he dado ninguna ra- 26n para esperar que surja un equilibrio salvo en el caso especial de los equilibrios eompuestos por estrategias dominantes. Se deben encarar varias preguntas. Si comenzamos fuera del equilibrio, gexiste un mecanismo que antes 0 después nos lleve a un equili- brio? Si hay varios equilibrios, (eudl, si es que alguno se realiza, serd el realizado? Si se realiza un equilibrio, es estable respecto de pequefias perturbaciones? Respecto de las perturbacion grandes? _ En el ciclo de Ja telarafia representado en la Figura X2 el equilibrio es inestable, Toda pequefia perturbacién establece un ci- clo en continuada expansién. Del mismo modo si los agrieultores comienzan fuera del equilibrio nunca se aproximarén a él. Si tra- zamos el diagrama de otra manera con la curva de la oferta mas mareada que la curva de la demanda se verifica lo opuesto. Después de un tiempo los agricultores convergen en el equilibrio y ‘vuelven a él después de toda perturbacién accidental. Una eoneli- sidn preliminar puede ser que la realizacién de un equilibrio de- ppende de los detalles de la interaccién. Algunas de las desviaciones el equilibrio se corrigen a s{ mismas mientras otras se eseapan de Jas manos, __ Pero esta conclusidn ha sido desafiada. Considérese el explo- sivo ciclo de la telaratia. Una linea de argumentos es que después de un tiempo los agricultores comienzan a formar sus expectativas de precio de manera més sofisticada. En lugar de limitarse a ob- servar el precio del afio tienen también en cuenta el precio del afto pasado, prediciendo que el del afio préximo serd un promedio de los precios corriente y pasado. Este mecanismo de aprendizaje al que se suele hacer referencia como expectativas adaptivas hace mis probable el logro del equilibrio.” Pero entonces hallamos un viejo problema: en un mundo en répido cambio el aprendizaje y la adaptacin pueden ser un mecanismo ineficiente para obtener el equilibrio. Para'el momento en que los agricultores descubren qué 7 Bato no es evidento pero se lo puede demastrar 110 a ‘std sucediondo la tecnologia y lon gustos de} consumidor pueden haber eambiado tanto que los precios pasados son irrelevantes. Otra linea de argumento es estipular expectativas racionales. Jin esencia esto significa que las personas que viven en una socie- dad emplean los mismos modelos y la misma informacién que el tientifico social que los estudia, Si él puede prever lo que sucederd también pueden ellas. Para lograr el equilibrio los agricultores no deben pasar por una larga secuencia de ciclos y de aprendizaje. Utilizando el modelo de la telarafia instanténeamente perciben ual debe ser el precio de equilibrio y actiian en consecuencia. Hay muchos argumentos para la hipétesis de las expectativas racionales. En el sencillo ciclo de la telarafia ¢ incluso con las ex- pectativas adaptivas debemos suponer que eada agente cree ser el \inico que se ajusta racionalmente a Jas circunstancias y que los ‘otros actian de un modo més o menos mecénico. Pero ésta es una creencia irracional que no debiéramos imputarle a la gente sin pruebas, Es seguramente més plausible suponer que la gente cree que los otros son tan racionales como ella misma. Ademds en un mundo en répido cambio la gente seria tonta si prestara mucha atencién al pasado, Cuando en 1973 se cuadruplicaron los precios del petréleo, los precios del petrdleo previos a 1973 perdieron toda relevancia como guia para precios futuros. Y si la gente comtin en- tendiera mucho menos de la economia que los economistas seria de esperar que estos tltimos ganaran mucho més dinero de cuanto de hecho ganan. La raz6n de que los economistas no hagan una enor- ‘me ganancia superando al mereado es que el mercado tiene acceso 1 toda la informacion que ellos poseen y pueden usarla con igual ficiencia® Una obvia objecion a estas afirmaciones es que frente al de- sempleo y a las quicbras de la Bolsa, otestera, resulta sumamente no plausible decir que la gente esta haciendo conjeturas correctas sobre To que sucederd. Sin duda esas consecuencias no pueden ha- ber sido plenamente previstas. Los tedricos de la expectativa racio- nal responden diciendo que las previsiones son més complejas. La et eence enn Saar eee aera er eae eoeea rae can eee area Soe ee anaes pen a ee sae ees een ree a oe a Bee ee ES m1 gente no prevé acontecimientos futuros como si fueran a suced con seguridad. Antes bien se forman estimaciones de probabili sobre los muchos acontecimientos futuros que pueden sucede! Estas estimaciones son racionales en el sentido de que tienen ‘cuenta toda la informacién disponible y de que no estén sometidl ‘8 sesgos sisteméticos, pero no son infalibles. Si se produce un acon: tecimiento de baja probabilidad la gente se sorprende y tal ven decepciona pero no es como si el resultado fuera totalmente impré visto. De hecho el acontecimiento mds improbable sera que nunea sucedan acontecimientos improbables. El desempleo y las quiebras de la Bolsa son fenémenos de equilibrio ya que nadie al mirar ha. cia atrés a las acciones que los eausaron puede decir que hizo algo que a la luz de lo que sabia en ese momento no debié haber hecho, Pero esta respuesta presupone que el proceso de formar probabilic dades subjetivas es confiable. He sostenido en el capitulo 4 que a ‘menudo nolo es, Los equilibrios multiples plantean un problema formidable para el argumento de las expectativas racionales. Un equilibrio de convencién como las reglas de la ruta no puede surgir mediante ex: pectativas racionales si la situacién no ofrece ningyin indicio en cuanto a lo que hardn los dem4s.#° (Luego tendré mas que decir acerea de los indicios.) Los equilibrios multiples con diferentes ga- nadores y perdedores como en Ia segunda versién de la historia de Ja erosién son aun menos hospitalarios con las expectativas racio- nales, En esta circunstancia pueden suceder muchas cosas. La si- tuacién puede mantenerse indefinidamente fuera de equilibrio. La realizacién de un equilibrio antes que otro puede suceder por acci- dente, Un conjunto de individuos puede ser lo bastante poderoso como para imponer el equilibrio que los favorece a ellos sobre otras personas. Lo que puede desecharse es la realizacién de un equili- brio mediante coordinacién técita y previsién racional, Si més alld de las expectativas racionales buseamos los in cios psicolégicos se hace més facil la coordinacién tacita. Por Iogica no hay ninguna diferencia entre izquierda y derecha. En realidad la derecha tiene un predominio o relieve psicolégico porque la ma- yoria de las personas son diestras. Si a dos personas se les dice que deben designar o la derecha o la izquierda y que ambas serén re- 40 Ba contraste la convencidn de que la persona que hizo el primer llamado tale. {nico debe ser In que llamo do nuevo sila converaacién ce iaterrumpe puede sorgir de expectativas racionales. El hecho de que no exinta tal eonvencion cueate én com. ‘trade la teoria de es expectativas racionales, pero como el problema no es my fi portante no resulta un elemplocontrario de gran fuerza m2 compensadas ai hacen ta misma eleceidn ambas elegirdn ta dere- tha aun eunndo no haya ninguna posibilidad de comunicacién, O supongamos que se les dice que pueden ganar mil délares si pre- hientan reclamos sobre esa suma que aleanzan exactamente esa ‘antidad, easo en el que cada una obtendré lo que reclamé, Cual- {quier par de mimeros que suman mil es un equilibrio. Pero un par te destaca: cada uno reclama quinientos. Casi todos hacen esta eleceién cuando se les da la ocasin, Dije que los equilibrios pueden surgir por accidente. Supon- gamos que hay dos convenciones concurrentes para regular la con- ducta en los cruces, Una dice que los conductores que vienen de la izquierda deben ceder el paso y la otra que los que conducen en ra- tas menores deben ceder el paso." Si sucede que hay més conduc- tores que adhieren a la primera conyencién que a la segunda, los que siguen la primera en promedio tendrén menos accidentes.12 Algunos seguidores de la segunda observardn esto y pasarén a la primera haciéndola asi més ventajosa (y haciendo que sus ventajas tengan aun més probabilidades de ser observadas) hasta que al fin todos siguen la primera. (O el mecanismo puede surgir por acei- dente en un sentido mAs literal y més horrible si la gente que si- gue la segunda convencién es eliminada en los actidentes de trén- sito a los que son desproporcionadamente proclives.) Pero también la segunda convencién pudo haberse tornado dominante si hubiese sido seguida con mas frecuencia en primer lugar. Finalmente un equilibrio puede ser impuesto por aquellos que tienen més probabilidades de beneficiarse con él. Para hacerlo necesitan poder sobre los que prefieren otro equilibrio. A menudo el poder es que los que tienen mas que ganar también tienen me- nos que perder. Esta afirmacién es menos paradéjiea de cuanto puede parecer ya que hay dos comparaciones implicadas. Para los débiles la ley y el orden son muy importantes aunque estén fuerte- mente sesgados en contra de ellos. Sin ley y orden —en el estado de naturaleza— no sobrevivirian. Los fuertes también prefieren la ley y el orden al estado de naturaleza, y naturalmente prefieren la ley y ol orden sesgados en su favor antes que la ley y el orden que favorezean a los pobres. De todos modos como son fuertes pue- den sobrevivir en estado de naturaleza. Hay menos en juego para 11 Supongo que sempre es claro qué ruta os menor y cules mayor. {2 low que iguoa coakuier convencién los va mejor que ale gente que munca code el pas. Si atbasconvenciones tienen Ua amerosustancial do oouidares & ellos fow'va peor que ala gente que sempre cede el pas. Para superar ene dice {nt podemor suponer ques migofa daa personas son rraconelmene mpacien ‘ony powo dlopetasavear In etratogla de ceder sempre el pasa 3 ton fuertog ave es otro modo de deci quo ello tienen més poder hnogociar que pueden emplear para imponer su equilibrio pre- Fer, Digo mas sore entoenelenntulo ri Un desastroso legado del enfoque biolégico de In sociedad (ca- pitulo 8) es In suposicion de que las sociedades son estables. Seguin ‘esta vision todo desvio del equilibrio pone en movimiento fucrzas que lo restablecen en buena medida como toda desviacién de la temperatura corporal normal desencadena procesos (transpiracién, © estremecimientos) que Ia devuelven a la normalidad. Considére- fe el ciclo de la telarafia en esta perspectiva. Aleunos desequil brios son eliminados mediante la simple convergeneia en el ‘equilibrio, Si el proceso no converge (como en la Fig. X-2) las expec- tativas adaptivas lo estabilizan. Si tampoco eso resulta, lo logra la accién politica. Pero las sociedades no son como los organismos. No hay ningtin motivo para considerarlas tan magnificamente disefia- das que todo desvio del equilibrio se cancele automaticamente. a 12 Normas sociales La accién racional —esté o no motivada econémica o mente— se interesa en los resultados. La racionalidad dice: “Si se desea lograr Y se debe hacer X”. La accién guiada por las normas sociales no est orientada hacia los resultados. Las normas socia- Tes mas simples son del tipo “Hacer X” 0 “No hacer X. Las normas ‘més complejas tienen una forma condicional: ‘Si se hace Y, enton- ces hacer X” o “Si otros hacen Y, entonces hacer X”. Una norma ‘aun més compleja dice: “Si fuera bueno que todos hicioran X, en- tonces hacer X"! Para que tales normas scan sociales deben ser compartidas por otras personas y en parte sostenidas por su apro- bacion y desaprobacién. Tipicamente también. son sostenidas por ls emociones que se desencadenan euando se las viola: turbacién, culpa y vergienza en el violador; ira e indignacién en los observa’ dores. Con frecuencia la norma de hacer X va acompafiada de una norma de nivel superior de castigar a aquellos que violan la norma de primer orden, donde el eastigo puede variar de las cejas enarca- das al ostracismo soci Esta earacterizacion de las normas sociales es controvertida, tal vez mds que otros argumentos de este libro. Discutiré Iuego las objeciones pero primero necesitamos algunas ilustraciones de lo que tengo presente cuando hablo de normas sociales. Me centraré en la cuestién relativa a si las normas sociales sirven a un propési- to ulterior, es decir, si en algiin sentido son titiles para el individuo o para la Sociedad. Cuando lo son no debiéramos concluir sin ma- yor argumentacin que existen porque sirven a ese propésito. Algunas normas son un poco como las convenciones salvo que no es claro que se esté sirviendo a algiin propésito ulterior. Normas de vestimenta, reglas de etiqueta y reglas dietarins perte- nnecen a esta categoria. A veces esas normas son comparadas con las reglas del trénsito pero la reflexién de un momento demuestra que la analogia es desorientadora. Si yo violo una regla del trénsi- to pueden sucederme dos cosas malas, Puedo tener un accidente y puedo ser culpado por los eircunstantes porque a ellos pueden sti- 115

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