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ANNGWYN ST. JUST Trauma: una cuestién de equilibrio Un abordaje sistémico para la comprensi6n y resolucién St Just, Anngwyn Hashes Una cuestin de aquillo. Un abordaiesstémico para ls Com proton yraolacion / Aanguyn St Just, age por Tis Bozrann coors coer er Gracie Lauro ira exiion = Buena Ales: Ama Lepik, 2010. 478 p. 5 20x14 om, | Tiu, die Laur, Graciela, coord. I Fecha de catalogacin: 14/08/2010 Copyurigth 2008 Anngwyn St. ust ‘Copyurigth 2oxo Alma Lepik “amb de Anngiyn St. ist Equilibrio eat en un und inesable: una ivestigaion vpbreEducalén de TaumasyRecupeacn.2007, Ama Lepik Edi, Buenos Ares, Directora; Tiu Bolzmann Traductora: Rosi Steudel ce Coordinacién E ise “Imprenta: Look impresores st Primera edicién: mayo de 2010 ro no puede reproduce forma qu os autores y/ ol editorial Impreso en Argentina IN: 978-987-1522-101 Actuner Lepile Quito 423s Buenos Alres gerencia@almalepik.com sworwalmalepik.com Para Richard... Ningén hombre es una isla Nadie es una isla completa por sf mismo; todo hombre es una parte del continente, una parte del conjunto. Siel mar se llevara una porcién de tierra, Europa quedaria reducida, igual que quedaria un promontorio, la casa de uno de tus amigos o la tuya propia. La muerte de cualquier persona me empequefiece porque estoy unido a la humanidad. Por eso nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti John Donne Meditacién XVII (1624) INDICE Introduccién Capitulo 1 - Preguntas Capitulo 2 - Guerra en Colorado: una de la tragedia de Columbine Capitulo 3 - Secuelas Capitulo 4 - Implicaciones cuanticas y campo de informacién Capitulo 5 - El modelo mas grande Capitulo 6 - Conectando con los recursos Capitulo 7 - Victimas y perpetradores Capitulo 8 - Sintomas y ecologia de la intervencién Conelusi6n n sistémica iografia Acerca de la autora 3 2 a 6 79 95 307 423 345 359 165 167 INTRODUCCION Sucede que, cuando persistimos en indagar mds alld de una cierta profundidad, salimos fuera del campo de las categorias psicolégicas y nos introducimos en la esfera de los maximos misterios de la vida. Bruno Schulz (1892-1942) Puedo entender que los enfoques sistémicos para comprender los traumas y resolverlos no sean t6picos cotidianos. Sin em- argo, se da la circunstancia de que es un tema de gran im- portancia para todos nosotros, que no sélo somos seres humanos, sino también seres sociales. Los estudios humanis- ticos y la atenci6n dedicada a la historia revelan que ese tipo ntos agobiantes que experimentamos como siempre nos han venido acompafiando de una manera o de otra, Mucho antes del advenimiento de ta psico- logia o de la psiquiatria, el trauma fue comprendido y tratado por los hombres de la medicina y por las mujeres sabias, mu- chas de las cuales también eran chamanes. Dentro de esas tra- diciones arcaicas se entendia im siempre tenia que ver con alguna forma de volver a unir partes desconectadas con un todo mas grande, Esa sabidurfa antigua contindia siendo relevante para aque- los de nosotros que nos encontramos con muchos niveles de fragmentacién inherentes dentro de la experiencia traumética, Estas fragmentaciones incluyen desorientacin en el en el espacio, y “conexiones rotas” con uno mismo, con otros y con la matriz mayor que sustenta la vida humana. Esto es si- milar a lo que Martin Buber llamaba “una herida en el orden de ser”. Dentro de estos patrones de fragmentacién se pueden encontrar patrones de estrés emocional y de comporta jan directamente en el comportamiento de los humanos como seres sociales a lo largo de todo el ciclo de la vida. Por esa raz6n es importante tomar en cuenta tanto el im- pacto directo como el impacto indirecto del traum mente en los individuos sino también en sus fai cualquier otra persona que tenga una relaci6n cercana con per- sonas que se han visto traumatizadas. Esta preocupacién se extiende al campo mas amplio del trauma social, que incluye guerras, terrorismo, hambrunas, epidemias, colapsos econé- mmicos, terremotos, tsunamis, y cualquier otro desastre natu- ral 0 provocado por el hombre. Sabemos que muchas, que ingentes cantidades de personas se vuelven vulnerable ante la desorientacién y los estados de agobio y fragmentacidn. La evidencia acerca de esta cruda real ivulga diariamente en los medios de comunicacién internacionales y locales. En esencia, mi enfoque de orientacién sistémica para com- prendery resolver el trauma vuelve la de aquellos métodos que dan valor a la importancia de la relacién de una parte con el todo. Dentro de ese contexto uso la palabra sistema como derivada del griego synhistanai (untar, unit) para significarun todo integrado cuyas propiedades esenciales surgen de la relacidn entre sus partes. Un enfoque sistémico también po- io como la comprensién de un fenémeno en el con- texto de un todo més grande. Esta visién concuerda con laidea de 16 aque la verdadera naturaleza del Universo es la completud, y que todo lo que se encuentra dentro de &l esta intrinsecamente co- nectado. No obstante, para aquellos que sufren un trauma, si6n de estar separados resulta muy real en sus experiencias de isociaci6n, de dolor cr6nico emocional yfsico, de desesperanza existencial y de profundo sentido de enajenacién. Mi primer libro, Equilibrio relativo en un mundo inestable: una biisqueda de nuevos modelos de educacién y recuperacién de traumas, describié un proceso personal que, ademés de la comprensién médico-quirtirgica del shock y del trauma en los tejidos, trascendia hacia una comprensién mas amplia de los componentes cuerpo-mente de experiencias de vida abruma- doras. Con el tiempo llegué a darme cuenta de que también existen dimensiones sociales y culturales del trauma que se ex- tienden a las familias, a la comunidad, a las naciones y, mas alli, a la maltrecha biosfera de nuestro hogar planetario. Poco después, un misterio persistente y una serie de cues- tionamientos me llevaron a escribir este segundo libro que co- mienza en Colorado. En los afios que alli pasé como asesora de trauma en una clinica médica para fami cidentes de trafico. En poco tiemp: manifiesto que mi trabajo de orientacién somética para resta- blecer el equilibrio en aquellos sistemas nerviosos saturados no era suficiente para explicar, interrumpir 0 resolver esos pa- trones progresivos que salfan a la luz. se fue poniendo de Era necesario un nuevo paradigma. Comencé mirando mas all del sistema nervioso individual y me fijé en el papel que des- empefiaban las familias y otros sistemas respecto a la genera- 15 ci6n de patrones de agobio y conexiones rotas. Por el estudio del trauma social ya sabia que los traumas a menudo se produ- cen en los aniversarios de otros traumas. Ademds, esas fechas aniversario muchas veces revelan temas no resueltos relacio- nados con separaciones y otras formas de conexiones rotas. Los terroristas, los pe josos y los medios de comunica~ ci6n, por ejemplo, prestan mucha atencién al significado de temas no concluidos que tienen que ver con aniversarios. Por ‘eso pensé que podria ser productivo contemplar la posibilidad de que existiera alguna relacidn entre esos accidentes repetit vos y fechas aniversario relacionadas con separaciones y cone- xiones que se rompieron. Gracias a mis pacientes descubri un patrén claro que relacionaba separaciones y conexiones rotas {ano s6lo en la historia individual sino también en la familia) con fechas de accidentes repetitivos. Ain asi seguia haciéndome preguntas respecto a cémo y por qué eso podia darse y como encontrar un sendero hacia una solucion. Alrededor de esa época descubrf el trabajo de Anne Ancelin Schiitzenberger, una psiquiatra francesa. Ella habia documen tado muchos casos de traumas repetitivos que ocurrian en fe~ chas determinadas, fechas que eran aniversarios de traumas anteriores, Ademés, la Dra Schiitzenberger habia rastreado esas “coincidencias” a través de muchas generaciones de fa- mmilias francesas. Alentada por sus descubrimientos resolvi continuar con mi propia investigacién dentro del contexto de mi practica clinica, A pesar de estar ya familiarizada con las teorias de Rupert Sheldrake acerca de los campos morfogenéticos y la resonan- mérfica que se dan en el tiempo y en el espacio, no vefa atin cémo aplicar esas licidas visiones al campo de la traumatolo~ gia. Esto comenz6 a cambiar cuando presencié por primera vez el trabajo sistémico con Constelaciones y apliqué ese método al trabajo en forma individual y a varias generaciones de famil dentro de los campos informativos Poco después, las ideas pro- puestas por Schiitzenberger, Sheldrake, H reunirfan de una manera novedosa cuando comencé a investi- gar sobre las causas y las secuelas que iba a dejar ta masacre en la escuela secundaria de Columbine en Littleton, Colorado. Los capitulos tres y cuatro contemplan ese vergonzoso trauma social norteamericano. Comenzamos con la mafiana del 20 de abril de 1999, momento en que ocurre el suceso, y conti- uamos a través de un despliegue tragico de otras réplicas hasta y durante todo el afio 2007. Casi una década de averiguaciones, respecto a preguntas que atin siguen sin respuesta descubrieron posibles y relevantes puntos ciegos culturales con relacién alas ‘causas que provocaron esa masacre. Aparecieron varias claves importantes alrededor de la escena del crimen relacionadas con conexiones no lineales de la historia de la regi6n, asf como un pufiado de fechas significativas conectadas con traumas socia- les previos que incluyen terrorismo y otras formas de viole como protesta frente a los valores culturales de una mayoria. ‘Aparecieron més claves alrededor de practicas presentes y pa- sadas de racismo y genocidio, practicas altamente influyentes para las generaciones que vivieron la guerra, Otro aspecto de esta tragedia Se manifiesta a través de las tensiones actuales que produce la exclusi6n, por parte de la comunidad, de los per- petradores y sus familias, que han quedado apartados del duelo y-de cualquier otra manifestacién reconciliadora. El capitulo cuatro continda explorando la posil patrones repetitivos y conexiones no lineales, tanto en la his- toria como en las secuelas que dejé la tragedia de Columbine, estuvieran relacionados de alguna manera con implicaciones 7 inconscientes y campos de informacién que yo habfa obser- vado durante el trabajo sistémico con Constelaciones. En el ca- pitulo cinco llevo esa exploracién a mi préctica clinica, sobre todo a medida que la basqueda de patrones més amplios re- lacionados con traumas individuales pasa a formar parte inte- gral de mi trabi El capitulo seis se centra en las aplicaciones clfnicas de mis nuevas comprensiones referidas a la necesidad de un contexto al trabajar con traumas individuales y sociales. Todo el énfasis est puesto en reconocer el potencial de recursos tan podero- sos de que disponen quienes estén dispuestos a sanar cone- nes rotas con su familia de origen, con generaciones previas y con toda la etnia y las rafces cutturales e hist6ricas propias. Todo trabajo con traumas conduce inevitablemente a temas re- feridos a victimas y perpetradores, eje del séptimo capitulo. En el octavo y dltimo volvemos a revisar la relaci6n de una parte conel todo en el tratamiento del trauma. Aqui es donde se en- cuentran las profundas diferencias de filosoffa entre las tera- pias de poder orientadas al sintoma (EMDR*, TFT**, etc.) y los enfoques con orientacién sistémica y somatica a la hora de re- solver las complejidades de los fendmenos traumaticos. Este libro fue escrito para toda persona interesada en shock, trauma, historia cultural y sistemas. Los médicos cl busquen un tratamiento mas centrado en los aspectos psico- biolégicos del trauma y de la personalidad encontrardn un re~ curso excelente en The Haunted Self: Structural Dissociation + N.de.£.: Desensibilizacin y eprocesamiento por movimientos oculares 0 EMDR, acrSnimo en inglés de Eye Movement Desensitization and Repro- cessin. ‘+ N.de.E. En espafol, THCR, Terapia Holistica del Campo del Pensamiento. 42 and the Treatment of Chronic Traurnatizarion (El Yo atormen- tado. La disociacién estructural y el tratamiento de la trouma- tizaci6n crénica) de Onno van der Hart, Ellert Steele. Quienes busquen una visién mas amplia de los aspec- tos sométicos del trauma encuentran material muy valioso en las extensas publicaciones de Bessel Van der Kolk y sus cola- boradores. Otras opciones para explorarlas conexiones entre el cuerpo y la mente aparecen en Waking the Tiger: Healing Trauma (Despertando al tigre, Curando el trauma) de Peter Le- vine, The Body Bears the Burden: Trauma Dissociation and Die: sease (El cuerpo soporta la carga: trauma, disociacién y enfermedad) de Robert Scaer y Somatoform Dissociation Phe- nomena, Measurement and Theoretical Issues (Fenémenos de han sido modificados para mantener la confidencialidad. El dolor crénico y el sufrimiento, inherentes ambos a la ex- miante para encontrar respuestas a nuestras preguntas existenciales mas profundas. nes rotas que también podian ser tanto la causa come ele: witade de desequilbrios. on el tiempo también descubri que los accidentes, en general, suelen acontecer en aniversarios dde esas separaciones y conexiones rotas. Estas dltimas put den incluir embarazos incompletos y muchas otras separaclo- mes, como (a muerte de un ser querido, un dlvorcio, la ruptura ide ana relacién y otras experiencias de abandon. Cuando comencé a mirar estos traumas individuales desde una perspectiva sistémica, me di cuenta de que muchos tenfan que ver también con desconexiones transgeneracionales. Con see nuevo entendimiento me quedé claro que la dfiultad en resolver ciertos traumas individuales a menudo indicaba ta presencia de un tema sistémico noresuelto, Esta comprensién resred el comienzo de mi trabajo de trauma con orientaci6n si temica y, asimismo, un cambio profundo en el enfoque PWN que empecé a dar 2 los accidentes y a otros incidentes abru: arsdores y conexiones rotas. Esta nueva fase comenz6 con fa tipétesis ya mencionada, es decir que muchos traumas 10 rrttos tienen un trasfondo sistémico, Si esto resultaba ver adero para traumas individuales, Zpor qué no serfa también aplicable al trauma social?. Mas tarde, en 1999, tendrfa ta oportunidad de explorar es perspectva sistémica del trauma individual y del aunt i tral al seguir el despliegue de la masacre de Columbine, en Lit tletown, Colorado. NOTAS. +. Gendlin, Eugene (1986) The Gendlin, Eugene (1986) The et Sense Chiron Publishers, a: Lei, eter 6957) Waki ing the Tiger: Heal iin tera ating he Ts ale, Noth Atn 5. Sehittenberg ane Sehr ee 99 Tat fom hoy ne Tere csr Snes, sagen! heya amily re Routledge, Londo 4. Shelrate Rupr, Shutenbergr ne hcl Henge Ber 1390) Re Venn Asunpions hatch rromena Our Word View, Catv Auee s.wonnobelprearg Amis arth (008) The 3 Second Pane: Septembe aoe Prone: September, 20082007, Joe: 7. Roy Aunt, "Not Again: Nt Again: September, 1922 to Sete Speech en at Stanford Universi Palo Al, Ctfoias 92002, vel Hellnget et lenge: A Dialogue About Phe- 8, Heidelberg, Germany. « aaa G Soe untml-43k) a Bruce Ge Sid edton Harbors Dictionary of at 9. Hellinger, Bert (2 ier, Bert (2006) No Waves without the Ocean, translated From The German by jutta ten Herkel and sally T German by at id sally Tombleson, Carl Auer Verlag, Heil 38 CAPITULO 2 GUERRA EN COLORADO. Una visi6n sistémica de la tragedia de Columbine Eluso directo de la fuerza es una solucién muy pobre para cualquier tipo de problema; en general es empleada por los nifios pequeiios y las grandes naciones. David Friedman Una mafiana fresca y primaveral, en mi hogar de Lyons, Colo- rado, reciby por teléfono un mensaje urgente para que encen: diera la televisién. Me contaban algo sobre una masacre en la escuela secundaria de Columbine, una localidad cercana aLi tleton. Como la mayorfa de los norteamericanos, ya tenia mas ‘0 menos costumbre de ver muchas formas de desastre des- plegandose en la pantalla, pero ésta me conmovié mucho. En- seguida sintonicé con la lucha frenética de los medios para encontrarle un sentido a lo que serfa la tragedia mas relevante relacionada con un instituto en Estados Unidos. Casi un mes més tarde, el presidente Clinton visitaba la comunidad de Lit- tleton para decir a los estudiantes de Columbine que: Esto que les ha sucedido ha traspasado el alma de Amé- rica... Esas fuerzas oscuras que se apoderan de las personas y las llevan a asesinar son la manifestacién extrema del miedo y de la ira que cada ser humano debe combatir®. Ahora, cuando ya ha pasado casi una década de esa trage- la masacre de Columbine sigue fascinando a los medios norteamericanos. Esa cruel locura sigue sirviendo como inspi racién para acontecimientos similares. ¢Por qué esa atracci6n que perdura, esa necesidad de repeticin? Qué elementos no explorados pueden haber contribuido a la tragedia? La res- puesta puede tener algo que ver con la historia violenta del lugar geogréfico, con la eleccién estratégica de la fecha, con drogas psicotrépicas y con la fascinacién que tenemos los nor- teamericanos por las armas. Sin embargo, también podria ser que esas “fuerzas oscuras” que Clinton esgrimia como mévil de la matanza estuvieran relacionadas con un modelo mucho mas grande que involucrase otras formas mas externas de “combate”, como una relacién inconclusa de nuestra nacién con la guerra. 3 martes 20 de abril de 1999, poco antes del almuerzo, . alumnos Eric Harrisy Dylan Klebold abrieron fuego con Pistolas yexplosivos en la cafeteria de la escuela durante la hora pune del almuerzo. Luego siguieron camino hacia a biblioteca, dont mataron a 12 estudiantes y a un profesor hieron 23 pers: nas més durante los 46 minutos que duré ta uerga de la Ma tanza, Luego, el déo homicida apunt6 sus armas contra eles mismo Irumpieron en escena equipos de ataque en rope cama, polica, personal médica de emergencia, ecCPie, ros ytepresentantes de los medios, Personal de a escuela y det condado se reunié para esperar junto alos padres desesperatos que trataban de obtener informacién sobre sus hijos.Adotes; centes presa del terror eran evacuados de su escuela. 5 ae a uno y con los brazos en alto cuando ta poicia se precipitate hacia el interior para buscarlos. Desde cualquier punto de vs reinaba la confusion y esas escenas de pesadilla continuaban desplegéndose en una atmésfera de caos absoluto. Después de esa masacte, el Colorado State Board of ae cation* publicé una declaracén: "Lo que debe hacerse 25 5%: car el significado en nuestra tragedia, Mientras indagamos acerca del POR QUE detrés de este acontecimientoinfames pemos encontrar respuestas més alld de lo facily lo 0 oa, Algunas explicaciones filles y obvias de esa masacre comer» zafon a emerger casi al mismo tiempo que los sucesos 38h se desplegaban, Como suele suceder con las tragedias pal cas norteamericanas,ciertos grupos de interés aprovechaton la oportunidad para promover sus Pro} is conclsione oe neficio propio. Pronto aparecieron en escena politicos. £0, mentaristas, lideres religiosos, profesionales de la +Nde.£. Consejo de Educacién del Estado de Cotorado, mental y portavoces de la comunidad dando explicaciones li- neales que aducian a una sola causa. Asi, pronto se empez6 a hablar del culto gético de la “Trench Coat Mafia” (Mafia de la gabardina), de persona: satisfechas, de intimidaciones, de la falta de control sobre las armas, de la violencia que aparece en los medios, de que ya no se reza en las escuelas, de la ineficaz supervision de los pa- dres y su escasa implicacién, de medicaciones psicotrépicas, de racismo, de las maldades de Internet, de la violencia de los videojuegos y de mucha otra jerga joven. Un articulo publicado en el Time Magazine agregé el ansia por la fama a la creciente lista de causas probables®. pesar de que aquellos j6venes habfan descrit mente planeada masacre como un “operativo a cabo con armas semiautomaticas y bombas, nadie parecia dispuesto a examinar la posibilidad de que aquella violencia tuviera algo que ver con guerras anteriores o actuales. Por la enormidad del shock que produjo dicho aconteci- miento trégico y el impacto inmediato y a largo plazo que tuvo en toda la nacién, yo dudaba seriamente de que alguna de esas causas aisladas o alguna de esas explicaciones lineales ofrecieran suficiente comprensién en lo que claramente se es- taba desplegando como un trauma social complejo. Ala luz de mi reciente descubrimiento de que los traumas tienden a su- ceder en los aniversarios de otros traumas y de que quienes pretenden cometer atentados terroristas a menudo aprove- chan esas fechas, pensé que seria atil buscar factores sisté- micos, transgeneracionales e hist6ricos que pudieran indicar la presencia de un modelo mas grande. Comencé mirando mas de cerca varios factores que comenzaron a surgir del aparente caos y también observé la naturaleze del caos mismo. 45 Segtin explican John Briggs y David Peat en su libro Seven Life Lessons of Chaos (Las siete leyes del caos), el término ientifico caos se refiere a la interconexién que existe entre su- cesos aparentemente casuales. La Teorfa del caos y la causa- lidad no lineal se aplica actualmente en campos como la medicina o la economia, en contiendas militares y de dinémica social. A medida que la Teor'a del caos emerge como una nueva perspectiva cultural, se nos presenta el desaffo de cuestionar huestras estimadas suposiciones acerca de la causalidad. Las conexiones no lineales de ta Teorfa del caos pueden servir para abrir nuestro pensar hacia formas radicalmente nuevas para explorar realidades aparentemente conocidas". “A non linear connection, though non linear is still a connection” (Una co- nexién no lineal, aun siendo no lineal, sigue siendo una cone- xidn). {Cémo comenzar entonces a explorar esas conexiones no lineales y su relacién con la tragedia de Columbine?. presién es que valia la pena examinar ese caos apa- rente desplegado alrededor del suceso con la esperanza de en- contrar alguna comprensién sobre algin posible orden. Dentro de ese paradigma, se podria especular con que ese aconteci- miento aparentemente azaroso pudiera formar parte de un pa- trén que fluye desde el pasado, a través del presente, hacia el futuro, como parte de un sistema atin en evolucién. Los estu- diosos de la teorfa del caos sostienen que si un acontecimiento es parte de un patrén que se repite dentro de un sistema, en- tonces ese sistema tiene al menos uno o mas de un “atractor que favorecen la tendencia a que comportamientos 0 sucesos tomen una determinada forma o se repitan a lo largo del mismo tema o de temas similares. Comencé a buscar esos atractores estableciendo gradualmente las conexiones no li- reales entre los muchos elementos que contribuyeron a la tra~ gedia, Ast fue como se empez6 a armar una especie de collage 46 que encontr6 en la ubicaci6n geogréfica yen la fecha a sus dos primeros atractores. Con relaci6n a la ubicacién geografica, tas investig: con campos mérficos y la resonancia mérfica de Rupert Shel drake pueden ofrecer claves importantes en ese enigmatico rompecabezas. El término morfo procede de la palabra griega morph, que significa forma. Un campo mérfico es, pues, un también configuran otras formas no vivientes como cristales y moléculas. Los campos mérficos son inherentemente ho os y no pueden ser segmentados en partes 0 reducidos a cual: quier tipo de unidad atomistica. El autor describe estos campos como “campos de informacién” que s6lo se pueden detectar por el efecto que producen en el sistema. Sheldrake lad de que los lugares también tengan “cam: inte de la expresién latina genius loci espiritu del lugar. Las culturas indigenas mantie- nen creencias similares en todo el mundo. Los aborigenes aus ralianos, por ejemplo, creen que toda actividad 0 proceso significativo que sucede en un lugar concreto deja un residuo vibracional en la tierra. Desde esa perspectiva, los paisajes mantienen y reflejan vibraciones que resuenan con los acon- tecimientos que alli tuvieron lugar. ‘Sheldrake se interesé en este tema porque cerca de su casa en Gran Bretafia habia un peligroso punto negro en la auto- pista, En estos puntos donde se han producido un gran nimero de accidentes se suelen colocar sefiales que advierten de la pe- ligrosidad de la carretera. Investigando ese lugar en particular, Sheldrake descubrié que, siglos atrés, aquel habia sido el es- a7 cenario de una batalla muy cruenta. Luego se interesé por la historia de otras zonas con puntos negros. En lo siguiente qu® pens6 era en si era posible hacer algo para reequilibrar lan fatividad latente de esas areas. Mientras esa cuestion seg sbierta, Sheldrake sugiri6 que se colocaran en esos puntos It pidas u otros indicadores para reconocer el sufrimiento de Fodos los que se vieron involucrados en aquellos tragicos su- (esos. Esa idea de tener en cuenta a fodos los involucrados en tina tragedia para incluirlos en ceremonias, servicios y otras conmemoraciones se volvera un foco de conficto en Littleton, que continda excluyendo a los asesinos y a sus fam Segin esta investigacién de Sheldrake sobre lugares con puntos negros, cabe decir que en las inmediaciones de Little von se encuentra Lockheed, el mayor fabricante mundial de srmas para juegos de guerra y asesinatos en masa. El hecho de que Lockheed dé trabajo a mas de diez mil habitantes dela gona sugiere [a idea de que la comunidad acepta la violencia ‘nstitucionalizada para solucionar los conflictos, encuadre que podiia tener algo que ver con el “operativo militar” de Ericy Dylan, Si ademas tenemos en cuenta una perspectiva hist6- rica, vemos que la tragedia y ta masacre tampaco son nuevas en esa area geografica a la que pertenece Littleton. Cuando tuvo lugar la masacre en ta escuela de secundaria la ciudad mantenia una pagina en Internet con informacién sobre los stivos Americanos en la historia de Litleton”. Ese articulo con- tenfa un relato sobre la famosa y controvertida masacre de Sand Creek, acontecida el 29 de noviembre de 1864. Un total de 137 Pa cfieos indios americanos, en su mayor'a mujeres y nifios, fueron matados en su campamento durante un ataque de madrugada Sand creek se encuentra a doscientas millas de Littleton, por (0 Gueme preguntaba, desconcertada, por qué la noticia iguraba en | la pgina de esa comunidad. Como respuesta a mis pesquisas, auien mantenf a pagina meexplicé que esa masacre aparece i Iapdeinadeitletonporeuetenva que ver con los rapahoes, que tambin habian sido en aegign de itletn,yporaue Litton esti tfeicamenteubcada en elcondado de rapahoe. Desde una perspectiva no lineal, hay varios elementos de atrocidad vivida en Sand Creek que resuenan con los sucesos de la escuela de Columbine, por ejemplo el racismo y las i tenciones genocidas, comunes en ambas masactes. Los regis- tros hist6ricos revelan que el gobernador de Colorado, John Evans, empetiado en mostrar que la paz con los indios no era posible, buscaba una excusa pata aniquilarlos y cuantos mas, mejor. Evans envi a Sand Creek al héroe de la Guerra Cli, el coronel John Chivington, y a sus tropas, impacientes por el nar al pacifico jefe Black Kettle y al jefe Left Hand y con ellos a muchos indios Cheyennes y Arapahoe. Las milicias de Colorado responsables de la matanza y de la mutilacién de personas ino- centes e indefensas describieron su misién como un “operative itar"*, El desprecio por las victimas y el asesinato de ino- centes también fue eje central en a masacre de Columbine, __ Pudimos saber que los asesinos de Columbine también cre fan que el suyo era un “operativo militar” desplegado por mo- tivos de indole racial y genocida. Ast lo explican en sus diarios, que revelan su gran fascinacin por una ideotogfa nazi venge. tiva e impulsada por el odio. Por ejemplo, en los diarios de Eric Harris, escritos en una mezcla de inglés y aleman y en los que aparecen cruces esvasticas por doquier, se puede leer lo si- ‘Si se mueve, matalo, sino se mueve, quémalo. iKein mo resuena con cién que pueden los sentimientos de impotencia y hu haber atormentado a estos dos parias. 49 ‘Ademés del racismo y el genocidio, ta evidente fascinacién por bombas, artilugios militares y demas elementos de guerra es esencial para comprender los méviles de Eric y Dylan. Ast lo demuestra el hecho de que el operativo militar emprendido contra la escuela no estaba pensado en principio como un ti roteo. Estos pistoleros tenfan la intencién de lanzar un bom- bardeo a gran escala. Su plan original era hacer estallar la cafeteria durante la hora punta del almuerzo, disparar a los su- pervivientes que trataran de hur y luego matar alas personas que acudieran al rescate segin fueran llegando. Al ver que sus bombas caseras fallaron, entonces es cuando abrieron fuego. Alobservar mas detalladamente es cuando emergen varios elementos militares como integrantes de este operativo mor- tal. El padre de Eric Harris era un piloto retirado de la Fuerza ‘Rérea que habfa participado en la primera Guerra del Golfo y que fue condecorado con una Medalta al Mérito por su servicio ‘al mando de bombarderos B-1. Ademas, Eric habia intentado alistarse en el cuerpo de marines poco antes de la masacre. Cuando se descubrié que tomaba Luvox (maleato de fluvoxa- mina), un antidepresivo recetado habitualmente para el de- sorden obsesivo compulsivo, fue rechazado por razones psiquidtricas. Eric habfa contado a sus amigos que queria combatir en Kosovo. Resulta digno de mencién que en sus dia- ros también revela un plan de fuga realmente loco: contem- plaba secuestrar un avién en el aeropuerto internacional de Denver y estrellarlo contra un edificio en Nueva York. Asf, pues, la medicaci6n psicotrépica también es un factor esencial ya no solo en la masacre de Columbine, sino en otros tiroteos que tuvieron lugar en escuelas posteriormente. El momento en el tiempo, el cuando, juega igualmente un papel esencial si seguimos mirando los acontecimientos en Lit- 50 { | tleton desde una perspectiva cadtica y sistémica. Asi es como descubrimos una combinacién de sincronias intencionales y no intencionales en lo que respecta a las fechas. Eric y Dylan planearon cuidadosamente el momento de su operativo mili- tar. Como ya sabemos ahora, e igual que sucede en muchos atentados terroristas, en el presente caso se tenfa la intencién de que las fechas desempefiaran un papel pr El2ode abril cumplia afios Adolf Hitler, el {dolo elegido por estos ex- cluidos movidos por el odio, Tanto Harris como Klebold esta- ban fascinados por la tradicién nazi , ast lo revela la historia, subié al poder movilizando el sentido nacional de de- rota, humillacién, aislamiento e impotencia. Puesto que ambos estudiantes eran unos desplazados que sufrfan con mucho enfado el dolor de la exclusién, es facil entender por Segunda Guerra Mundial y/o el holocausto. Dylan Klebold tenia antepasados judios. El padre y el abuelo de Eric tenfan carreras militares. Desde una perspectiva mas amplia, esta fas- cinacién obsesiva de los dos jévenes podria haber tenido algo que ver con la idea de que nuestro pais necesita que Alemania cargue con esa sombra, para minimizar asf los asuntos pen- dientes de la nacién con el fascismo, el racismo y el genaci en particular respecto alos nativos americanos y las personas de color. Las consecuencias del 20 de abril seguian teniendo una ‘an cobertura en los medios, asi que continué armando el “co- ge de Littleton” con otros elementos que iban apareciendo de forma intermitente en la televisin. Durante ese tiempo, ob- servé el recibimiento entusiasta que se daba a los helicépteros Apache, que iban a ser destinados a operaciones de bombar- 52

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