soamos tambin con nuestra grandeza personal, cuando nos consideramos indispensables para la iglesia, y cuando sentimos que somos pilares de la causa y cimientos del templo de Dios. No somos nada ni somos alguien, pero es muy evidente que no lo consideramos as, pues tan pronto como somos arrumbados, comenzamos a preguntarnos ansiosamente: Cmo progresar el trabajo sin m? Es como si la mosca que viaja en el coche del correo preguntara: Cmo sern transportadas las cartas sin m? Hombres mucho mejores han sido depositados en la tumba sin haber llevado la obra del Seor a su culminacin, y, nos vamos a enojar e irritar porque por un breve tiempo debemos permanecer sobre el lecho de la languidez? Si furamos arrinconados solamente cuando se puede prescindir de nosotros, no constituira ninguna reprensin para nuestro orgullo; pero si nuestra fuerza se debilita en el camino en la precisa ocasin en que nuestra presencia pareciera ser ms necesaria, es la manera ms segura de ensearnos que no somos necesarios para la obra de Dios, y que cuando somos ms tiles, l puede fcilmente prescindir de nosotros. Si esta es la leccin prctica, la aspereza de la enseanza puede ser soportada fcilmente, pues, con toda seguridad, es ms que deseable que el ego sea humillado y nicamente el Seor sea engrandecido. - Charles Spurgeon Sherlockholmes1234 --> clave de facebook. (todo en minscula) Youtube123 --> clave de youtube (la y, esta en mayscula.. el resto en minscula)