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1. El rbol de la vida.
El Gnesis, utilizando un simbolo corriente en la
mitologa
mesopotmica, coloca en el *Paraso primitivo un
rbol de la *vida,
cuyo fruto comunica la inmortalidad (Gn 2,9;
3,22). En conexin con
este primer smbolo, la falsa sabidura que usurpa
el hombre
atribuyndose el conocimiento del bien y del mal
se representa
tambin como un rbol de fruto prohibido (Gn
2,16s). El hombre,
seducido por la apariencia engaosa de este rbol,
comi de su fruto
(Gn 3,2-6). A consecuencia de esto tiene ahora
cortado el camino
del rbol de la vida (Gn 3,22ss). Pero todo el
desarrollo de la
historia sagrada va a mostrar cmo Dios le
restituye su acceso. En la
escatologa proftica se describe la *tierra santa
en los ltimos
tiempos como un paraso nuevamente hallado,
cuyos rboles
maravillosos proporcionarn a los hombres
alimento y remedio (Ez
47, 12). Ahora ya la *sabidura es para el hombre
que la capta un
rbol de la vida que da la felicidad (Prov 3, 18;
11,30; cf. Eclo
24,12-22). Y finalmente, en el NT promete Cristo a
los que le
permanezcan fieles, comer del rbol de la vida que
est en el paraso
de Dios (Ap 2,7).
3. El rbol de la cruz.
El rbol puede llegar a ser signo de maldicin
cuando se utiliza
como patbulo para los condenados a muerte (Gn
40,19; Jos 8,29;
10,26; Est 2,23; 5,14): el ahorcado, que de l
pende, mancilla la
tierra santa, pues es una maldicin de Dios (Dt
21,22s). Ahora bien.
Jess quiso tomar sobre si esta maldicin (Gl
3,13). Llev nuestras
culpas en su cuerpo en el leo de la *cruz (IPe
2,24), y en l clav la
sentencia de muerte que se haba dictado contra
nosotros (Col 2,14)
Por el hecho mismo, el rbol de la cruz vino a ser
el leo que salva
(cf. Sab 14,7): est abierto el camino que conduce
al paraso hallado
y nosotros comeremos del rbol de la vida (Ap
22,2.14). El mismo
antiguo signo de maldicin se ha convertido en
este rbol de la vida:
Crux fidelis, nter omnes Arbor una nobilis: nulla
silva talem profert,
fronde, flore, germine (liturgia del vienes santo).