La Sra. Jeanne de Salzmann realiza un acercamiento muy preciso y nos invita a experimentar la respiración como el ritmo a establecerse entre dos corrientes de manifestación aparentemente opuestas que provienen; una de ellas de mis sentimientos y pensamientos y la otra de otro lugar más profundo en nosotros mismos.
La Sra. Jeanne de Salzmann realiza un acercamiento muy preciso y nos invita a experimentar la respiración como el ritmo a establecerse entre dos corrientes de manifestación aparentemente opuestas que provienen; una de ellas de mis sentimientos y pensamientos y la otra de otro lugar más profundo en nosotros mismos.
La Sra. Jeanne de Salzmann realiza un acercamiento muy preciso y nos invita a experimentar la respiración como el ritmo a establecerse entre dos corrientes de manifestación aparentemente opuestas que provienen; una de ellas de mis sentimientos y pensamientos y la otra de otro lugar más profundo en nosotros mismos.
Aprendo a distinguir dos corrientes de vibración. Una viene de los
pensamientos y emociones y me retiene en un nivel inferior. La otra es una corriente más sutil que puede despertar y animar otras zonas de pensamiento y sentimiento. No puedo acceder a una nueva comprensión a no ser que haya experimentado por un largo tiempo la diferencia entre estas dos corrientes y su influencia sobre mí ser. Su acción sobre mí depende de la pasiva tolerancia que le doy a la primera corriente o, por el contrario, debido a la vigilancia consciente que le doy a la segunda. Mediante la respiración, abriéndome voluntariamente a ésta fuerza misteriosa dadora de vida puede hacerme consciente a esta corriente más fina que abre las posibilidades latentes en mí.
Participo en la vida mediante la respiración. Siento que estoy respirando.
Esa es la forma en que existo. Pero no confío en ella. No me permito respirar naturalmente. Inhalo pero nunca exhalo completamente. Quiero intervenir, incapaz de aceptar éste movimiento de vida tal cual es.
Necesito observar si respiro desde el pecho o desde más abajo, desde el
diafragma, y ver qué es lo que no está bien con mi respiración. No dejo que la respiración se manifieste libremente: me resisto o la fuerzo a ser más completa. En ambos casos hay una intervención. Y aún percibiendo lo que es necesario y tratando, nunca soy completamente exitoso en permitir que ella se exprese. Aún cuando creo que estoy simplemente observándola, estoy interviniendo. Es mi forma de observar la que no esta correcta. No puedo evitar que mi “yo” crea que es más inteligente que la fuerza de vida contenida en mi respiración. -2-
Yo no conozco qué es lo que soy cuando respiro. No veo que el acto de
respirar siempre está siendo modificado por imágenes, ideas y emociones que provienen del ego. Debo aprender a permitir que mi respiración tome lugar de tal manera que su ritmo no sea modificado. Debo acceder a un estado en el que mi “yo” habitual no interfiera. Nunca tendré éxito en esto si no siento que mi centro de gravedad se encuentra en mi abdomen. Es un evento real permitir que mi respiración se manifieste por sí misma, sola. Participo en algo más grande. Soy parte de ésta experiencia que me transforma.
La respiración perceptible no es la verdadera respiración, esto es, la
corriente que anima la inhalación y la exhalación. Estamos conscientes del aire pero no así de la corriente, que es imperceptible. Es un tipo de magnetismo que produce la acción y toca las partes esenciales de nuestro ser. Inhalar y Exhalar no se manifiestan en una línea recta. Es como un círculo, una rueda con radiaciones que toca todas las partes del cuerpo. No vemos la acción de la respiración sobre el cuerpo, esa radiación. En realidad, ésta corriente pone al cuerpo en contacto con todos los niveles del ser. En la medida en que sienta unidad experimentaré una necesidad de respirar más conscientemente.
Riesco Chueca, Pascual (2020) Acción Verbal y Cultura Campesina en Los Nombres de Lugar Zamoranos. Anuario 34, Año 2019, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, Pp. 499-594.