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Época: Novena Época


Registro: 174761
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXIV, Julio de 2006
Materia(s): Civil
Tesis: III.2o.C.118 C
Página: 1176

CONTRATOS MERCANTILES. FORMA DE ESTABLECER QUE SE ESTÁ EN PRESENCIA DE OBLIGACIONES DE TAL


NATURALEZA.

Para poder definir cuándo un contrato es de naturaleza civil o mercantil, debe tenerse en cuenta que el
Código de Comercio define al derecho mercantil desde una concepción objetivista, esto es, lo define a partir
de los actos que la propia norma cataloga como comerciales y no necesariamente en función de los sujetos
que los desarrollan (comerciantes). El mencionado cuerpo de leyes, en su artículo 75, enumera en
veinticuatro fracciones, los actos que considera mercantiles, a los que clasifica como tales ya sea por el
objeto, por los sujetos que intervienen o por la finalidad que se persigue con su realización, y, en su fracción
XXV, precisa que serán mercantiles cualesquiera otros actos de naturaleza análoga a los expresados en ese
código, concluyendo que, en caso de duda, la naturaleza comercial del acto será fijada por arbitrio judicial.
La enumeración que se hace en el artículo 75 del Código de Comercio, comprende una gran variedad de
actos cuya naturaleza deriva de distintas razones, por lo cual, no es posible obtener una definición única de
acto de comercio, al igual que tampoco puede darse un concepto unitario de contrato mercantil; luego,
dado que el único rasgo que identifica a los actos de comercio, es que lo son, por disposición expresa del
legislador, para establecer cuándo se está en presencia de obligaciones de esa naturaleza, deberá indagarse
si el acto jurídico en cuestión encuadra en aquellos que el legislador catalogó expresamente como actos de
comercio. De donde se sigue, que deben calificarse como contratos mercantiles todas las relaciones jurídicas
sometidas a la ley comercial; lo que implica, que serán mercantiles los contratos, aun cuando el acto sea
comercial sólo para una de las partes, tal como se preceptúa en el artículo 1050 del código en consulta.

Amparo directo 50/2006. Desarrollos Turísticos de Manzanillo, S.A. de C.V. 17 de febrero de 2006.
Unanimidad de votos. Ponente: Gerardo Domínguez. Secretario: Jair David Escobar Magaña.

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Época: Décima Época


Registro: 2008077
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 13, Diciembre de 2014, Tomo I
Materia(s): Civil
Tesis: 1a./J. 72/2014 (10a.)
Página: 123

COMPRAVENTA DE INMUEBLES. EL CONTRATO CELEBRADO ENTRE UNA PERSONA DEDICADA AL COMERCIO


DE BIENES RAÍCES Y UN PARTICULAR QUE ADQUIERE EL BIEN PARA SU USO, TIENE UNA NATURALEZA MIXTA,
AL TRATARSE DE UN ACTO DE COMERCIO PARA EL PRIMERO Y UNO CIVIL PARA EL SEGUNDO.

De la legislación mercantil deriva la existencia de relaciones unilateralmente mercantiles, también


denominadas por la doctrina como actos de naturaleza mixta, las cuales se actualizan cuando, al surgir el
acuerdo de voluntades entre las partes, el acto es mercantil para una y civil para la otra. A ese tipo de actos
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corresponde el supuesto previsto en el artículo 75, fracción II, del Código de Comercio, que prevé que la ley
reputa actos de comercio las compras y ventas de bienes inmuebles cuando se realizan con el propósito de
especulación comercial, en aquellos casos en los que sólo uno de los contratantes busca esa finalidad. En
efecto, la distinción entre la "compra" y la "venta" de inmuebles, aunada al elemento subjetivo, relativo al
propósito de los que intervienen en el acto, permite afirmar, por un lado, que dicho acuerdo de voluntades
puede ser para uno de los contratantes un acto mercantil, si acaso su celebración tuvo el propósito de una
especulación comercial para la obtención de un lucro y, para el otro, civil, si su suscripción se verificó para
satisfacer una necesidad personal, sin que dicho acto jurídico, como unidad, deba encuadrarse en una u otra
clasificación. Consecuentemente, el contrato de compraventa de inmuebles celebrado entre una persona
dedicada al comercio de bienes raíces y un particular que adquiere el bien para su uso, tiene una naturaleza
mixta, al tratarse de un acto de comercio para el primero y uno civil para el segundo.

Contradicción de tesis 170/2014. Entre las sustentadas por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Segundo Circuito y el Primer Tribunal Colegiado del Décimo Quinto Circuito. 15 de octubre de 2014. La
votación se dividió en dos partes: mayoría de tres votos por la competencia. Disidente: José Ramón Cossío
Díaz. Unanimidad de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz,
Jorge Mario Pardo Rebolledo y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, en cuanto al fondo. Ausente: Olga Sánchez
Cordero de García Villegas. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Mireya Meléndez Almaraz.
Tesis y/o criterios contendientes:
El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito, al resolver el juicio de amparo directo
435/2012, que dio origen a la tesis aislada II.3o.C.5 C (10a.), de rubro: "COMPRAVENTA. LA VÍA PROCEDENTE
PARA VENTILAR LA CONTROVERSIA DERIVA DE DICHO CONTRATO, CUANDO LA VENDEDORA DECLARA SER
UNA PERSONA MORAL CON ACTIVIDAD EMPRESARIAL, ES LA ORDINARIA MERCANTIL, AUNQUE PARA UNA
DE LAS PARTES SEA UN ACTO CIVIL.", publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Décima Época, Libro XX, Tomo 3, mayo de 2013, página 1758, con número de registro digital: 2003505, y el
Primer Tribunal Colegiado del Décimo Quinto Circuito, al resolver el juicio de amparo directo 74/2012, que
dio origen a la tesis aislada XV.1o.1 C (10a.), de rubro: "COMPRAVENTA DE INMUEBLES. SI LA ADQUISICIÓN
TIENE COMO FIN SU USO, DEBE CONSIDERARSE DE NATURALEZA CIVIL, CON INDEPENDENCIA DE QUE EL
VENDEDOR SE DEDIQUE AL COMERCIO DE ESE TIPO DE BIENES.", publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XV, Tomo 2, diciembre de 2012, página 1293, con número de
registro digital: 2002253.
Tesis de jurisprudencia 72/2014 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
fecha cinco de noviembre de dos mil catorce.
Esta tesis se publicó el viernes 05 de diciembre de 2014 a las 10:05 horas en el Semanario Judicial de la
Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 08 de diciembre de 2014,
para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

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Época: Novena Época


Registro: 174773
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXIV, Julio de 2006
Materia(s): Civil
Tesis: III.2o.C.119 C
Página: 1169

COMPRAVENTA MERCANTIL. PARA CONSIDERARLA ASÍ, NO ES NECESARIO QUE EN EL ACTO JURÍDICO SE


REVELE EL FIN O PROPÓSITO DE ESPECULACIÓN COMERCIAL A QUE ALUDEN LOS ARTÍCULOS 75,
FRACCIONES I Y II, Y 371 DEL CÓDIGO DE COMERCIO, YA QUE ELLO PUEDE DEMOSTRARSE EN JUICIO POR
TODOS LOS MEDIOS PERMITIDOS POR LA LEGISLACIÓN COMERCIAL.
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Cuando el Código de Comercio en sus artículos 75, fracciones I y II, y 371, establece que serán mercantiles
las compraventas que se hagan con el fin o propósito de especulación comercial, no se refiere al fin directo e
inmediato que las partes se proponen alcanzar obligándose (causa final), pues es indefectible que con ello
no podría establecerse la mercantilidad del acto jurídico, pues sin importar la naturaleza civil o mercantil de
la compraventa, éste será siempre idéntico para ambos contratos. Así, cuando la ley habla de que una venta
o una compra "se haga" con el fin o propósito de especulación comercial, debemos colegir que se refiere a la
causa impulsiva, esto es, a la razón contingente y subjetiva que induce a cada parte a contratar, pues esa
razón al variar en cada individuo, es la que nos permitirá distinguir entre una compraventa mercantil de otra
de naturaleza civil, pues, mientras que para unos el motivo que los induce a contratar es obtener el objeto
del contrato para especular comercialmente con él, para otros, el motivo que los induce a celebrar el acto
jurídico puede ser satisfacer una necesidad de vivienda. Por tanto, dado que el fin o propósito de
especulación comercial constituye un aspecto interno (psicológico) de cada contratante, es obvio que el
mismo por regla general no formará parte del acuerdo de voluntades, por lo que, para efecto de poder
considerar que una compraventa es de naturaleza mercantil, no es requisito que en el contrato mismo se
tenga que revelar, de manera clara, que el fin que motivó el acuerdo de voluntades es el de adquirir el bien
objeto del contrato para especular comercialmente con él; ya que además de que no existe norma alguna
que así lo exija, si el propio Código de Comercio, cuando establece la presunción de que un acto es
mercantil, acepta la posibilidad de que pueda negarse tal carácter probando su naturaleza civil, es obvio que
también puede admitirse prueba que demuestre la mercantilidad del acto, cuando alguien quiera someterlo
al imperio de la ley especial.

Amparo directo 50/2006. Desarrollos Turísticos de Manzanillo, S.A. de C.V. 17 de febrero de 2006.
Unanimidad de votos. Ponente: Gerardo Domínguez. Secretario: Jair David Escobar Magaña.

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Época: Novena Época


Registro: 170875
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXVI, Diciembre de 2007
Materia(s): Civil
Tesis: VI.2o.C.588 C
Página: 1666

ACTOS DE COMERCIO. TIENEN ESE CARÁCTER LOS CONTRATOS CELEBRADOS POR SOCIEDADES ANÓNIMAS,
SI LOS DERECHOS Y OBLIGACIONES PACTADOS COINCIDEN CON SU OBJETO SOCIAL.

La naturaleza mercantil de un acto jurídico contenido en un contrato celebrado entre una sociedad anónima
y un particular que no ejerce el comercio, resulta de la coincidencia existente entre los derechos y
obligaciones que derivan de ese convenio y las actividades que se establecieron como preponderantes en la
identificación del objeto social pactado al constituirse aquélla con ese carácter. En efecto, si los accionistas
de una empresa deciden afectar su patrimonio para con él constituir una negociación mercantil, y para ello
determinan cuáles son las actividades que conforman el giro de su actuación como comerciantes,
adoptando una de las figuras contempladas en la Ley General de Sociedades Mercantiles, es inconcuso que
los actos jurídicos que coincidan con la actividad que motivó su agrupación están excluidos de la aplicación
de leyes, tanto sustantivas como procesales, distintas de las especialmente expedidas para la regulación de
los actos y procedimientos de naturaleza mercantil, de conformidad con lo establecido en el artículo 1049
del Código de Comercio, aun cuando éstos pudieran tener afinidad con alguno de los contratos
específicamente regulados en la legislación civil. Además, atento a lo establecido en el artículo 2o. del citado
ordenamiento, en lo relativo a cuestiones de carácter sustantivo, resulta aplicable supletoriamente el
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Código Civil Federal, y esto permite que un acuerdo entre particulares, en el cual uno de ellos ejerce el
comercio a través de la celebración habitual de contratos que tradicionalmente pudieran conceptuarse
como eminentemente civiles, pueda ser considerado como de naturaleza mercantil, precisamente por la
afinidad existente entre su objeto social y los derechos y obligaciones pactados en dicho acuerdo de
voluntades; sin que a lo anterior sea óbice el elemento "especulación mercantil", previsto por las fracciones
I y II del artículo 75 del Código de Comercio, ya que la naturaleza mercantil de un contrato celebrado por
una sociedad anónima, en términos generales, no se determina atendiendo al ingreso económico derivado
del establecimiento de una contraprestación monetaria, o bien, de la ausencia de esa finalidad en uno de los
contratantes.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.


Amparo directo 338/2007. Alda Consultores en Informática, S.A. de C.V. 5 de octubre de 2007. Unanimidad
de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Juan Carlos Cortés Salgado.

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Época: Décima Época


Registro: 2008337
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 14, Enero de 2015, Tomo III
Materia(s): Civil
Tesis: VI.1o.C.67 C (10a.)
Página: 1883

CONTRATO DE SERVICIOS PRIVADOS DE SEGURIDAD Y VIGILANCIA. AUN CUANDO SE CELEBRE ENTRE DOS
SOCIEDADES ANÓNIMAS DE CAPITAL VARIABLE, NO CONSTITUYE UN ACTO DE COMERCIO Y, POR TANTO, LA
VÍA MERCANTIL ES IMPROCEDENTE PARA RECLAMAR LAS PRESTACIONES ADEUDADAS.

Aun cuando un contrato de servicios privados de seguridad y vigilancia se celebre entre dos sociedades
anónimas de capital variable, no puede considerarse que se esté frente a actos de comercio, pues éstos sólo
los constituyen los que se encuentran previstos en el artículo 75 del Código de Comercio, sin que pueda
ubicarse como un caso análogo a los previstos en las primeras veinticuatro fracciones, por ello, la retribución
que se pacta por la prestación del servicio de vigilancia y protección, de ninguna manera puede estimarse
que sea de especulación comercial, pues respecto de tal concepto en las dos primeras fracciones de ese
precepto, sólo se precisan las adquisiciones, enajenaciones y alquileres verificados con propósito de
especulación comercial, de mantenimientos, artículos, muebles o mercaderías, sea en estado natural, sea
después de trabajados o labrados, y las compras y ventas de bienes inmuebles, cuando se hagan con dicho
propósito. De ahí que resulte incuestionable que el contrato de prestación de servicios privados de
seguridad y vigilancia, pueda considerarse, ni aun por analogía, en alguno de los supuestos señalados en las
fracciones I y II del citado dispositivo legal, lo que hace improcedente la vía mercantil para reclamar las
prestaciones adeudadas.

Amparo directo 75/2014. 2 de mayo de 2014. Mayoría de votos. Disidente: Rosa María Temblador Vidrio.
Ponente: Eric Roberto Santos Partido. Secretario: Martín Amador Ibarra.
Esta tesis se publicó el viernes 30 de enero de 2015 a las 09:20 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.
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Época: Décima Época


Registro: 2003836
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Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito


Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XXI, Junio de 2013, Tomo 2
Materia(s): Civil
Tesis: XVI.3o.C.T.11 C (10a.)
Página: 1251

CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS PROFESIONALES (ABOGACÍA). AL NO TENER LA NATURALEZA DE


UN ACTO DE COMERCIO, LA VÍA PROCESAL PARA RESOLVER LA CONTROVERSIA QUE SE SUSCITE CON AQUÉL
ES LA CIVIL.

El artículo 1049 del Código de Comercio dispone que son juicios mercantiles los que tienen por objeto
ventilar y decidir las controversias que se deriven de actos comerciales, de conformidad con los artículos
4o., 75 y 76 de ese ordenamiento. En este sentido, el contrato en el que se convenga la prestación de
servicios de ejercicio profesional de la abogacía no es un acto de comercio, al no encuadrar en alguna de las
hipótesis contenidas en los referidos preceptos, ni expresamente ni con un contenido que pudiera hacerse
derivar de dichos supuestos; por tanto, la vía procesal para decidir sobre la controversia suscitada con
motivo de un contrato de esa naturaleza es la civil.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS CIVIL Y DE TRABAJO DEL DÉCIMO SEXTO CIRCUITO.
Amparo directo 786/2012. Federico Francisco Bermúdez González o Federico Bermúdez González. 21 de
febrero de 2013. Unanimidad de votos. Ponente: Francisco González Chávez. Secretaria: María Guadalupe
Mendiola Ruiz.

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Época: Novena Época


Registro: 179697
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XX, Diciembre de 2004
Materia(s): Civil
Tesis: IX.1o.81 C
Página: 1473

VÍA MERCANTIL. ES IMPROCEDENTE, AUN CUANDO LA ACTORA SEA UNA SOCIEDAD MERCANTIL, SI EL
DEMANDADO NO ES COMERCIANTE Y EL CONTRATO CELEBRADO NO PUEDE ESTIMARSE COMO ACTO DE
COMERCIO.

No procede la vía mercantil, aun cuando la parte actora sea una sociedad que deba estimarse comerciante,
conforme al artículo 3o., fracción II, del Código de Comercio, si el demandado no lo es y el contrato base de
la acción no es acto de comercio, porque no se llevó a cabo con el propósito de especulación comercial, ni se
encuentra dentro de las actividades que por su naturaleza corresponden a la persona moral demandante.

Amparo directo 486/2004. Rubén Martínez González. 21 de octubre de 2004. Unanimidad de votos.
Ponente: Enrique Arizpe Narro. Secretario: Francisco Eduardo Rubio Guerrero.

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