You are on page 1of 8

LA BÚSQUEDA

“Déjate encontrar por Dios”.


(Juana Marín)

“Hay hombres que luchan un día, y son buenos.


Hay hombres que luchan una semana, y son muy buenos.
Hay hombres que luchan un año, y son excepcionales.
Hay hombres que luchan toda la vida, y son imprescindibles”.
(Bertol Bretch)

Hay un peligro cuando uno se plantea la Búsqueda,


y es buscar tener razón en vez de buscar la verdad.

“Nada perturba con mayor eficacia la integridad de un hombre, ni arruina


con más solvencia su alma, que la pasividad y la satisfacción apresurada.
Un hombre que cree haber alcanzado su objetivo, se ha perdido de vista”.
(Basilio Baltasar)

“Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar, indefectiblemente te


encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más
amarga de tus horas.”
(Neruda)

“Una búsqueda comienza siempre con la suerte del principiante


y termina siempre con la prueba del conquistador. “
(Paulo Coelho)

“La verdadera búsqueda de todas las personas es Dios.


Pueden pensar que buscan otras cosas,
pero a la larga deben admitir que es Dios a quien buscan.”
(Charles Fillmore)

Cada paso que da un buscador, sea cual sea la dirección,


es un paso hacia Dios.

La Búsqueda personal es un acto tan grandioso, tan


admirable, que se merece las letras mayúsculas.

Francisco de Sales
LA BÚSQUEDA

Llevas mucho tiempo sintiendo algo dentro de ti que te


sugiere que deberías cambiar, que no quieres seguir así…
quieres encontrarte con otro que no es el que eres ahora.
No sabes quién es, ni cómo, pero lo intuyes. Una inquietud
indescriptible te lo confirma.
Es la voz del Ser interior quien reclama tu atención, y lo
hace manifestándose en forma de insatisfacción o
intranquilidad.
Hay algo más, tiene que ser otra cosa…
No las oyes con claridad, pero sabes que dentro de ti se
hacen preguntas… se plantea la posibilidad de otra forma
de vivir.
Buscas, pero no sabes qué, no sabes cómo, no sabes
dónde. Desalentador.
Otra gente acepta ser como es y sufrir las
consecuencias.
Tú, no.
No tienes que hacer lo que haga todo el mundo: vas a
emprender el solitario camino de averiguar primero quién
eres, y después ya decidirás.
La Búsqueda es personal e intransferible. Sí es
compartible y comunicable, tanto el proceso como las
inquietudes que van surgiendo.
Pero es importante que sepas qué estás haciendo: ¡¡te
estás buscando!!
Pero, atención, no te equivoques de objetivo, porque
sitios donde buscarte hay muchos. Donde encontrarte,
menos.

Francisco de Sales
LA BÚSQUEDA

Puedes buscar en los libros, por ejemplo. Pero no olvides


preguntarte ¿busco conocimientos para elaborar
suposiciones, la pobre sabiduría del que sólo sabe repetir
frases profundas o célebres, biografías difícilmente
repetibles, o me estoy buscando?
Buscarte en cursos: ¿busco conocimientos o me estoy
buscando?
Buscarte en charlas: ¿busco nuevas teorías o me estoy
buscando?
Ten clara siempre la respuesta a esas preguntas.
No pierdas la vida ni el rumbo. No malgastes el escaso
tiempo, ni te distraigas con el cebo de las cosas fáciles.
Haz lo que tu intuición te indique, o lo que te sugiera
alguna persona que te merezca toda la confianza, porque
hay muchos caminos para llegar al mismo sitio, y cada
persona se siente más cómoda en uno de ellos.
Lo que te voy a sugerir es que el comienzo sea conocerte
tal y como eres, del modo más honrado y sincero, de la
forma más inquisitiva posible, a través de la psicología,
de la auto-observación, del conocimiento del origen de tu
forma de actuar y de pensar, con procesos de auto-
realización, o a través del Análisis Transaccional.
Una tendencia común es la de buscarse en el mundo de la
espiritualidad. Ten cuidado y no te busques en la
espiritualidad simplemente porque parezca más bonito y
más elevado. Búscate donde estés, y cuando te
encuentres, si quieres, llévate a la espiritualidad.
Y métete en todo lo que quieras, en cualquier cosa que te
pueda dar una pista de cómo llegar a ti.

Francisco de Sales
LA BÚSQUEDA

Evita las sectas extrañas, los maestrillos, los Gurús que


te piden mucho a cambio de nada, quien te exija que seas
un adepto incondicional, quien te diga lo que tienes que
pensar, quien te deje la más leve inquietud o duda, quien
te ofrezca lo imposible, los panfletos llenos de palabras y
vacíos de contenido… cree en tu intuición, en las
personas modestas que no alardean de que saben, en
quien te ofrezca trabajo y esfuerzo para realizar el
Ccamino, en quien pretenda alumbrarte en vez de
deslumbrarte, en quien veas un corazón sincero y unos
ojos que te confirme que realmente él sí ha llegado a la
auto-realización.

En la Búsqueda vas a encontrar muchas cosas de ti que no


te van a gustar nada, y querrás renegar de ellas, o no las
vas a querer aceptar; son cosas que han permanecido
mucho tiempo cubiertas, y a veces desearás que hubieran
seguido así, pero negar las cosas no las elimina ni las
cambia.
A pesar de que las primeras cosas que encuentres en tu
Búsqueda no te gusten, sigue.
Sigue adelante y hasta el fondo.
Nunca mantengas una relación de rivalidad con lo que
vaya apareciendo: no a las zancadillas, no al auto-castigo,
no a las ideas de que tiene que ser luchando, no a las
metas fáciles o rápidas…
Repite continuamente: no sé cuánto voy a tardar en
llegar, pero voy a hacerlo.
¡Seguro que tiene que haber algo bueno¡

Francisco de Sales
LA BÚSQUEDA

La Búsqueda es el motivo primordial, el objetivo, no


puede ser simple curiosidad.
Busca. Si no buscas, no encontrarás.

El fin de la Búsqueda no es otro que llegar a llevarse bien


con Uno Mismo. No conflictos, sí paz.

DESDE UN PUNTO DE VISTA MÁS ESPIRITUAL


Desde que se tienen noticias escritas de la
Humanidad, y aún mucho antes cuando las cosas
eran transmitidas oralmente, se sabe que los seres
humanos siempre han estado en la Búsqueda.
Buscar buscándose.
Según el tiempo, y la religión o la doctrina, se ha
llamado de un modo concreto, o se ha cambiado la
palabra de llamar a lo mismo, pero todos buscaban:
el gurú hindú, el roshi zen, el sabio taoísta, el rabino
judío, el monje cristiano, el místico sufí… han
buscado los grandes maestros, los filósofos, los
ciudadanos cultos y los menos ilustrados…
Unos decían estar buscando a su Dios o su Guía,
otros decían buscarse a sí mismos, otros decían
buscar la paz, o la trascendencia, o la iluminación, o
su alma…
Yo creo que todos buscamos lo mismo: nos
buscamos a nosotros mismos, a quien intuimos que
somos pero no estamos siendo, y buscamos la paz.
Una paz que contiene mucho más de lo que cabe en
la palabra. Es el estado que se alcanza cuando se
tiene la conciencia en armonía, una tranquilidad
interior difícil de alterar, un estado de acuerdo

Francisco de Sales
LA BÚSQUEDA

consigo mismo, conformidad con la situación que a


uno le ha correspondido, una amistad
inquebrantable con las partes rebeldes de cada uno,
el amor actualizado, la generosidad rebosante, y
unos ojos de ver en calma las cosas, sin que se
alteren por los pequeños conflictos cotidianos.
Y a Dios. Uno busca a Dios porque le necesita.
Porque uno sabe que es Dios, pero como no se
atreve a reconocerlo abiertamente, le deja ese
puesto a Otro y es a ese Otro a quien busca para
integrarlo dentro de sí, para ser consciente de la
unificación del espíritu y la materia, del alma y el
cuerpo, de lo divino y lo humano.
La reconciliación buscada tan afanosamente se
presenta al reconciliar los opuestos y los dispersos,
los desconocidos y los enemigos, los que plantean
dudas y los que ya lo saben todo.
Uno se siente en esa paz que ha buscado cuando
nota que desaparecen los boicots internos, cuando
las cosas que antes le alteraban adquieren ahora
distancia y pierden toda su parte desequilibradora y
agresiva, cuando es capaz de mirarse serenamente
al espejo, se siente tranquilo, inalterado; sabe
muchas cosas, pero sabe que eso no es importante
porque va dejando de prestar atención a la vivencia
cotidiana, ya que uno se sorprende con visiones
nuevas y propias de las cosas. La capacidad de
comprender se engrandece, y la capacidad de ver a
los otros humanos adquiere una nueva dimensión
porque se les ve de otro modo distinto, como si
fueran más cercanos, más íntimos, más uno mismo.
Si se presta atención, siente una tranquilidad interior
inusual, muy agradable, y se sorprende de la falta de

Francisco de Sales
LA BÚSQUEDA

los conflictos que casi siempre le han tenido como


en son de guerra.
Se siente la paz, y uno se da cuenta de que ya no
quiere otra cosa. Esto es todo. Seguir así, dejándose
llenar de las cosas que van apareciendo poco a
poco. Encontrando una mente de aguas mansas que
es capaz de pensar con su propio corazón;
escuchándose en su sabiduría, en vez de
entrometerse, y de enredarse con sus
razonamientos.

SOLUCIONES Y SUGERENCIAS
Hay muchos modos de iniciar un proceso de
Búsqueda: hacerse preguntas y esperar
inocentemente las respuestas, hacer preguntas a
alguien que nos lleve delantera en esto mismo, leer
libros de auto-ayuda o que lleven la palabra despertar
u otras similares en el título, interesarse en la
filosofía de algunas disciplinas orientales, a través de
la pura psicología, por la observación… y muchos
más.
Yo recomiendo, como primer paso, la voluntad y el
deseo, la atención, la observación, y estar despierto.
Muy atento y despierto.
Creo que uno de los modos adecuados es seguir los
pasos en el mismo orden que se indican en esta serie
de artículos. Por supuesto que son admisibles otras
opciones, y puede que hasta sean recomendables,
pero aquí reflejo lo que me enseña mi propia
experiencia y la de otras personas que he ido
conociendo con los mismos intereses.
Hacer esto mismo, pero en otro orden, hace que el
avance sea más lento, más inseguro, que las dudas
persistan durante más tiempo, y que se siga adelante

Francisco de Sales
LA BÚSQUEDA

pero con la sensación de que falta algo sólido en la


base.

RESUMIENDO
Este también es un proceso inevitable por el que hay que pasar. Es
enriquecedor porque el premio es Uno Mismo. Lo que se
encuentra, si se busca bien y se llega hasta el fondo, es una
maravilla. Porque todos somos maravillas en esencia. Porque
Dios hizo bien a cada uno de sus hijos, y en los ingredientes
aparecen la bondad, la humanidad, la belleza del alma… y la
divinidad

Francisco de Sales

You might also like