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El berenjenal del ordenamiento social de la propiedad en el Meta.

Emilio Garcia Gutiérrez. Contratista ESAP, Regional Once, octubre del 2017

El berenjenal del ordenamiento social de la propiedad en el Meta.

Emilio Garcia Gutiérrez

Contratista ESAP, Regional Once, octubre del 2017

Introducción

El ordenamiento social de la propiedad de la tierra rural en el Meta


y en Colombia es, en gran medida, uno de los asuntos a resolver en
torno a la cuestión de la tierra y el desarrollo rural en el país. A lo
largo de las últimas décadas, se han ampliado y profundizado los
debates acerca de las políticas de acceso a tierras y la formalización
de la propiedad rural, ambas con efectos inminentes sobre las
poblaciones rurales y culturales de los territorios.
La historia rural y agraria en el país se ha caracterizado por una serie
de impactos ligados al carácter sistémico y prolongado de conflictos,
disputas e intereses sobre la tierra. En efecto, estos impactos han
estado asociados al marcado acaparamiento y concentración de
tierras, condiciones de informalidad de los derechos de propiedad,
conflictos de uso sobre la tierra, dificultades en el acceso a tierras
para comunidades étnicas y culturales, un conflicto armado
prolongado que ha conllevado al despojo y desplazamiento de
poblaciones rurales, y también un fortalecimiento en las últimas
décadas de un modelo minero y agroexportador de corte
extractivista que va en desmedro de las economías locales
campesinas ( Daniela Trujillo, Universidad Javeriana de Cali17 de
agosto de 2017).
Según el Censo Nacional Agropecuario (CNA) realizado en el año
2014, en Colombia hay 2,7 millones de productores en el campo,
identificándose un total de 725 mil productores residentes en el área
rural dispersa, lo que equivale a un 26,7 por ciento del total censado.
El berenjenal del ordenamiento social de la propiedad en el Meta.

Emilio Garcia Gutiérrez. Contratista ESAP, Regional Once, octubre del 2017

El censo obtuvo, además, que el 63,5 por ciento de estos productores


cuentan con menos de 5 hectáreas en sus unidades de producción
agropecuarias, ocupando tan sólo el 4,2 por ciento del área rural
examinada. Finalmente, se señala que el 45,5 por ciento de esta
población se encuentra bajo condiciones de pobreza, teniendo como
referente el Índice de Pobreza Multidimensional; lo que en definitiva
los hace más vulnerables en asuntos relacionados con la propiedad
y la tenencia de la tierra.

Los Acuerdos de la Habana y el ordenamiento de los territorios


En el marco del Acuerdo de Paz firmado el 24 de noviembre de 2016
entre las FARC y el gobierno nacional, se plantearon seis puntos a
desarrollar entre los cuales figura primeramente el de Reforma Rural
Integral.
Así pues, el 29 de mayo del presente año se expidió el Decreto 902
“por el cual se adoptan medidas para facilitar la implementación de
la Reforma Rural Integral en materia de tierras, específicamente el
procedimiento para el acceso y formalización y el Fondo de Tierras”.
Este decreto ha puesto nuevamente de relieve la necesidad de
generar desde las institucionalidades nacionales y locales medidas
efectivas que, de alguna manera, resuelvan las dificultades que se
presentan hoy por hoy en la ruralidad colombiana.
En agosto de este año se dio un encuentro en Popayán con
funcionarios de la Agencia Nacional de Tierras –ANT en el que se
realizó la socialización de este decreto. Los puntos que se trataron
fueron: i) el contexto político, social y rural en el que emerge el
decreto; ii) las formas de acceso a tierras; iii) el Registro de Sujetos
de Ordenamiento –RESO; y por último iv) los planes de
implementación del ordenamiento social y el Procedimiento Único.
Varios de los puntos contemplados en esta socialización fueron
discutidos por las partes presentes. Entre éstos sobresalió, en
primera medida, una preocupación frente al claro desbalance que
contiene el decreto-ley en cuanto al reconocimiento igualitario de
todos los actores rurales y étnicos.
El berenjenal del ordenamiento social de la propiedad en el Meta.

Emilio Garcia Gutiérrez. Contratista ESAP, Regional Once, octubre del 2017

Desde el ámbito procedimental, esto se traduce en la aplicación de


derechos asimétricos para algunas comunidades rurales; vulnerando
con ello, no sólo los derechos territoriales de ciertas comunidades
étnicas y culturales, sino también exacerbando entre éstas la
tonalidad de sus disputas y tensiones.
En segunda medida, se discutió el artículo 6 que contempla los
sujetos de formalización a título oneroso. En específico, las
organizaciones campesinas manifestaron estar en desacuerdo con
este punto, pues según ellos, los efectos de su implementación van
en contravía de lo que dispone el artículo 64 de la Constitución, al
no promover estrictamente el acceso progresivo a la propiedad de
los trabajadores agrarios.
Por el contrario, lo que se teme es que se expanda un proceso de
formalización masiva en la que se atiendan igualmente a aquellas
personas que no son sujetos de reforma agraria.
Otro punto que resultó impreciso para estas organizaciones, es el que
hace referencia a la manera como se van a clasificar aquellos
ocupantes indebidos de buena o mala fe en tierras baldías.
En sí, se desconoce el procedimiento para regularizar la ocupación
de pobladores que se encuentran en terrenos de Zonas de Reserva
Forestal de Ley 2da, Zonas de la Sociedad Civil, entre otras figuras
de ordenamiento ambiental y territorial.
Por otro lado, es sabido que se estipula un plazo máximo de un año
para que se implemente el Registro de Sujetos de Ordenamiento –
RESO. Pese a que la implementación del RESO es considerada como
una vía esencial para iniciar con el proceso de Reforma Rural
Integral, surgen serias preocupaciones frente al modo como se
dispondrá de la capacidad institucional requerida para atender el
volumen de registros que se presenten en los territorios priorizados.
Esto, entendiendo que los procedimientos gubernamentales en las
zonas rurales tienden a ser comúnmente ineficientes, dilatados y
desorganizados.
El berenjenal del ordenamiento social de la propiedad en el Meta.

Emilio Garcia Gutiérrez. Contratista ESAP, Regional Once, octubre del 2017

Finalmente, en la socialización se aclaró que los predios que


comiencen a ser adjudicados desde la vigencia de este decreto-ley
estarán regidos por la Unidad Agrícola Familiar que se realiza nivel
predial; mientras que toda aquella adjudicación que quedó irresuelta
antes de esta fecha pasará a ser determinada por la Unidad Agrícola
Familiar calculada por Zonas Relativamente Homogéneas.
En definitiva, este escenario muestra que son múltiples los desafíos
que supone un ordenamiento social de la propiedad en el país.
Sin duda, no sólo se hace preciso que la institucionalidad disponga
de todas las herramientas necesarias que se requieren para
implementar y garantizar que se efectúe de manera óptima una
Reforma Rural Integral; sino que además sea contemplada la
participación de las distintas comunidades rurales en los planes de
ordenamiento, de la mano de la operación de un catastro
multipropósito.
Este panorama resulta ciertamente desconcertante en caso de que sea
aprobada la propuesta del presupuesto General de la Nación, en la
que se ha determinado disminuir el presupuesto del Ministerio de
Agricultura en un 30 por ciento.

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