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Historia de la liturgia. Xavier Basurko

Introducción
El historiador es un ser humano situado en unas coordenadas muy determinadas y
establece un particular círculo hermenéutico con los datos y acontecimientos.
La verdad del mensaje reside entre interpretaciones y acontecimientos.

Capitulo 1: El Culto en el Nuevo Testamento


Contexto multicultural
Desde que Alejandro Magno se lanzo a la conquista del mundo siglo 4 a.C, el mundo
antiguo ha experimentado cambios irreversibles, la introducción del griego común
(Koiné) como lengua oficial, la creación de ciudades nuevas. No escapo a este
movimiento general de helenización (sustituyen el Hebreo y el Arameo por el Griego)
que penetro en la vida cotidiana de los judíos, hasta en las mismas sinagoga.
Cuando Alejandría se convierte en uno de los centros más vitales del Judaísmo, se
realiza la versión de la Biblia en Griego (de los 70)
Y se escriben obras como el libro de la Sabiduría.
Filón de Alejandría, contemporáneo de Jesús (25 a.C 40 d.C) con sus obras constituyen
el mejor ejemplo de difusión de ambas culturas. Sus escritos ofrecen una exégesis
alegórica del Antiguo Testamento.
El apóstol Pablo pertenecía de religión (judío-fariseo), de cultura (griego) y de política
(ciudadano romano) Tres grandes culturas con las que el cristianismo tubo que convivir
o confrontarse en la antigüedad. Esto irá produciendo un vacio creciente en las
conciencias y ansias de hallar otros caminos de salvación. Con este fin, este anhelo
religioso se revitalizó en el tiempo del Nuevo Testamento, el interés por las antiguas
religiones místicas griegas “Misterios” en plural, llamados primitivamente “Orgías”
designaban ante todo al conjunto de cultos secretos que se desarrollaron ya desde el
siglo 7 a.C
La Liturgia Cristiana esta enraizada en el culto Judío, aunque realizando una
reinterpretación radical del mismo. Esta reinterpretación se realiza en el interior del
proceso de inculturación del Cristianismo, en un medio Griego.
De manera espontanea, las primeras comunidades fundadas en el paganismo darán a luz
un cristianismo helenizado, utilizando el griego como lengua litúrgica, el latín tendrá
que esperar hasta el siglo ….para convertirse en la lengua litúrgica de Roma y de la
Iglesia de Occidente.

Raíces Judías del Culto Cristiano


Las religiones como el hinduismo o el budismo, etc. su culto es la transposición ritual
del mito del eterno, del siclo morir-nacer del cosmos. La representación del tiempo es
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el círculo, el mismo Aristóteles afirmaba que el universo es como una serpiente


enroscada sobre sí misma; su movimiento es circular y eterno. (Física 4)
La religión Judeo-Cristiana arranca de acontecimientos que se han desarrollado en la
historia, por eso su culto se vertebra por la categoría Memoria.
La representación del tiempo para los cristianos, ya no es circular, sino lineal
ascendente. Como categoría cultural, el memorial celebra un acontecimiento salvífico
del pasado. El pasado es arrancado de su condición de pasado para convertirlo en
génesis viva del hoy; es recibido como presente, esto es don de gracia.
La Beraká: Es una forma literario-religiosa típica del pueblo de Israel. Significa
bendición, oración de alabanza o acción de gracias.
La Beraká comienza con una explosión admirativa (Bendito sea Yahve) que brota del
“recuerdo” o anamnesis de las grandes obras realizadas por Dios a favor de su pueblo.
Pero el culto, no se limita a la alabanza, el gesto exterior o interior de adoración.
El paradigma historia-culto-ley marca el ideal del pueblo de Dios en el Antiguo
Testamento, aunque demasiadas veces estableció un divorcio entre estos tres
componentes. No tardo en resonar la denuncia profética; “este es un culto hipócrita, que
ilusiona ilusoriamente la confianza mágica en los mismos ritos. Este culto resulta
abominable para Dios.” (Am.5,21-24) (Is.29, 13) (Os.6, 6)

La Experiencia del Culto Nuevo


El Nuevo Testamento nos revela un hecho sorprendente, una, anti-cultualidad,
distanciamiento respecto a las categorías culturales. Templo, Sacrificio, Sacerdote son
utilizados en un sentido nuevo y original

Actitud de Jesús ante el Culto


Jesús vivió dentro del sistema cultual de su pueblo, con tres centros fundamentales; La
casa, la sinagoga y el templo.
En la casa, recita cada día. El Sábado, frecuenta las sinagogas. También participa en el
culto del templo y en las anuales peregrinaciones.
Jesús, más que un Judío piadoso, se convierte en un profeta crítico, una persona non
grata, incomoda para ciertos sectores de la sociedad. Denuncia en público la hipocresía
de ciertos gestos rituales. (Ritos de purificación antes de las comidas)
Cuando llega a la sinagoga o al templo, lo hace para proclamar la palabra de Dios
actualizada en su propia persona.
Jesús resume toda la ley en el cumplimiento del Amor a Dios y al prójimo, establece
también la exigencia fundamental que decide el valor o la nulidad del culto: el Amor y
el perdón del hermano. (Mt.5, 23-24)
Jesús se sitúa en las antípodas de la mentalidad que atribuye una virtualidad mágica a la
reiteración de gestos rituales. (Mc.7, 11; Mt.15, 5) y a la multiplicación de palabras en
la oración. (Mt.6, 7)
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Proclama en el diálogo con la samaritana “el culto en espíritu y en verdad”. (Jn.4, 20-
24) que Dios espera de los adoradores. Jesús no se limita a enseñarlo, lo encarna
personalmente en toda su existencia.
La expresión “en espíritu y en verdad” significa que para la autentica adoración de Dios
es necesario que el ser humano sea capacitado por Dios, sea colmado y penetrado por el
espíritu de Dios.
En el libro del Levítico describe minuciosamente los numerosos sacrificios por los que
la clase sacerdotal servía a Dios en nombre del pueblo.
Ahora bien, cuando Cristo muere en la cruz- ofreciendo un sacrificio existencial, no
ritual- el velo del templo se rasgó en dos. Ese desgarro significa para la comunidad
apostólica que el régimen cultual del templo ha cesado de forma definitiva. La misma
comunidad cristiana, será desde ahora el templo de Dios viviente.

El Fundamento del Nuevo Culto


El culto a Dios se realiza ahora “en Cristo Jesús”
El evangelio es el fundamento del culto cristiano.
Todos los escritos del Nuevo Testamento relativos al culto, están atravesados por dos
afirmaciones;
Jesús, el crucificado, ha sido resucitado por Dios.
El que ha sido resucitado por Dios, es Jesús, el crucificado.
La presencia de Yahve en el templo quedo reemplazada por la presencia de Jesús
resucitado en medio de la comunidad.
A Cristo le son aplicado todos los términos sacrales y cultuales del Antiguo
Testamento; es el Templo, es el Sumo y Eterno Sacerdote, es el Liturgo por excelencia
de los cristianos, el único mediador de una alianza superior.
Toda la existencia de Jesús es considerado como un ministerio sacerdotal de expiación
que culmina en la ofrenda con su muerte, como sacrificio. Él mismo es la ofrenda, el
cordero que purifica y santifica por su sangre.

La Vida Común del Culto


La existencia íntegra del creyente en el mundo, vivida en fidelidad al espíritu de Cristo,
puede llegar a convertirse en culto espiritual.
(Rm. 12, 1) Pablo invita a un culto nuevo, es el culto secular de la existencia presente
en el mundo.
Solamente una comunidad que adora a Dios en espíritu y en verdad, puede ofrecer ese
culto espiritual en el mundo.

En (1Pe.2, 5) las categorías cultuales: Templo, Sacerdocio y Ofrenda sacrificial, son


reinterpretadas por mediación de Cristo.
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Podríamos definir la esencia de este nuevo culto como culto escatológico, pneumático y
cristológico. El culto definitivo del último tiempo, realizado en la vida diaria, bajo la
irrupción dinamizadora del Espíritu y suscitado por el acontecimiento, Jesús.

La Asamblea Cristiana y sus Formas Cultuales


El culto secular, tiene necesidad de la liturgia eclesial. A su vez la liturgia eclesial no
encuentra su lugar e identidad a partir de la existencia cotidiana vivida en la fe y en el
Amor fraterno.
Un tema clave del que depende en gran medida la liturgia primitiva es el de la relación
de la Torá, con la nueva alianza vivida en Cristo. Esto tendrá lugar a posturas
divergentes entre grupos Judeo-cristianos y los helenos-cristianos. Acerca de las
formas concretas en las que se expresaban las asambleas primitivas en la liturgia.
Debemos contar con el contexto geográfico. La primitiva cristiandad se expandió a
través de las aéreas claves del mundo antiguo, desde Siria Oriental hasta Roma. Este
clima geográfico ofrece diversos estilos y practicas del culto.
El rito de iniciación a la comunidad es el “bautismo” en el nombre del Señor Jesús. El
bautismo es presentado como signo de la fe, sello evangélico, de la fe anunciada y sello
de la adhesión interior de la fe aceptada.

La Enseñanza de los Apóstoles


Es palabra viva del apóstol la que resuena en la celebración. (Comenzaban con la
Didaché)
El beso ritual mencionado al final de las cartas:
Rm.16, 16; 1Cor.16, 20; 2Cor.13, 12; 1Tes.5, 26; 1Pe.5, 14 es el beso de paz entre los
hermanos reunidos. Sería el sello de la palabra recibida y preparación para la comida
fraterna que le seguía.
Las cartas paulinas incluyen con bastante frecuencia elementos litúrgicos; himnos,
doxologías, bendiciones, aclamaciones como “Amén”, “Abba”, “Maranathá”
La Didaché de las comunidades cristianas comprenden el recuerdo de las palabras y las
acciones de Jesús, incluye el Antiguo Testamento, a la luz de su cumplimiento en
Cristo.
La comunidad cristiana se convierte en el marco viviente de una palabra nueva. En
1Cor.14 San Pablo nos ofrece una serie de normas para el buen funcionamiento de la
asamblea.

La Comunión Fraterna
La Koinonía o comunión fraterna, como elemento integral de las asambleas.
Los cristianos de Jerusalén se congregan diariamente en la casa, para celebrar juntos la
comida comunitaria y la fracción del pan.
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La Fracción del Pan


Las fuentes neo testamentarias utilizan dos expresiones:
CENA DEL SEÑOR
FRACCIÓN DEL PAN
El nombre Cena del Señor (1Cor.11, 20) indica que iba unida a una comida en principio
signo de la comunión fraterna.
La Fracción del Pan de los cristianos de Jerusalén (Hch.2, 42-46) como repetición del
gesto de la cena.
La Casa: fue la estructura social en la que el cristianismo nació y se desarrollo. La casa
fue la primera forma de constituirse Iglesia y de celebrar la Eucaristía.
Eran reuniones cotidianas, pero se advierte que desde muy temprano “el día primero de
la semana” se convirtió en un día muy especial para los creyentes que se reúnen para
celebrar la resurrección del Señor crucificado.
Las reuniones en Hch.20, 7 se efectúa precisamente en ese día, seguramente en el
marco de la reunión eucarística.
Las Oraciones
Las oraciones de los primeros cristianos estaban muy ligadas a las costumbres judías, en
el rezo de los Salmos. El libro Hch.2, 42 quiere indicar a los 3 momentos de oración
dentro de la jornada judía. (Nona, Sexta, Tercia)
Los cristianos se vieron impulsados a reinterpretar estas costumbres cultuales heredadas
para así introducir costumbres originales.
En el Siglo 1, se prescribe que en la triple oración diaria se recite el “Padre Nuestro”
(Didaché.8, 2-3)
Con su invocación inicial, “Padre” los cristianos pueden mantener con Dios un dialogo
de una cercanía hasta entonces impensada.
El Padre Nuestro fue desde el principio, la oración principal de los cristianos, lo
confirma San Pablo cuando caracteriza a los cristianos por su invocación de Dios como
Abba (Rm.8, 15; Gal.4, 6)

Capítulo II: En la era de los mártires (siglos I y II)


Contexto socio-cultural:
Entre el 70 y el 140 el cristianismo se propaga en el mundo greco-latino. Sin embargo,
en este primer período el desarrollo es más perceptible en la vida interna de la Iglesia,
que en su irradiación exterior.
Proliferan las sectas gnósticas.
Los cristianos eran la única religión que suscita una actitud de repulsa por parte de los
paganos, porque reivindicaban la exclusividad de la verdadera religión y repudiaban el
culto al Emperador.
Luchas con los judíos y judeo-cristianos. En este contexto nacen los apologistas.
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En el fin del siglo II y comienzos del III hay una gran expansión del cristianismo que
traen nuevos obstáculos como el de infundir un espíritu nuevo a los usos y costumbres
de la sociedad. Se buscó qué conservar y qué rechazar de la cultura. Ejemplo: en
filoofía helénica hay una triple postura:
Rechazo: Tertuliano: “no tenemos necesidad de búsqueda después del Evangelio”.
Apertura moderada: Justino: “contemplar a Dios es el fin de la filosofía de Platón”.
Semina Verbi.
Evaluación positiva que llega hasta la defensa del helenismo: Clemente de Alejandría:
“la filosofía y el AT son como tutores que nos llevan a Cristo”. Y Orígenes que insiste
en el conocimiento profundo de Grecia.
En el siglo III, entre persecuciones, hay espacio para la paz que permiten la
evangelización y la organización interna, reflexión teológica, formas más definidas de
culto, etc.
A fines de siglo hay un aumento numérico, el cristianismo es la máxima fuerza
espiritual del Imperio. Aunque también aumentan los apóstatas porque hay una
rutinización del carisma.

Líneas de evolución litúrgica.


Minoría cristiana y clandestinidad.
Acusados de ateísmo por no tener templos ni sacrificios.
Liturgia rica, variada y espontánea. Con la evolución del pensamiento teológico, debido
a las necesidades, se ve un mayor desarrollo creador en lo litúrgico.
Espiritualidad bautismal y martirial. Nutrida de la Eucaristía.
Documentación litúrgica
Durante el primer milenio hay un régimen de tradición oral y de autonomía institucional
de las Iglesias locales.
La ordenación litúrgica brota de la fidelidad a tradiciones interiorizadas. El texto era
solo un auxiliar (donde lo había)
Hay textos apologéticos, homilías, etc. que describen los ritos o aspectos de las
celebraciones. Ejemplos:
Norte de África: Cipriano de Cártago y Tertuliano.
Egipto: Clemente de Alejandría y Orígenes.
Siria: Hechos de Tomás y la Didaché.
Roma: Tradición apostólica de Hipólito.

Catecumenado y Bautismo
“El cristiano no nace, se hace” (Tertuliano)
Para este fin, en los siglos II y III surge el catecumenado que es el proceso básico del
llegar a ser cristiano, garantizado por un sólido marco institucional.
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Lo que impulsa a la Iglesia a someter a los catecúmenos a pruebas de tiempo y


perseverancia es la voluntad de mantener la calidad de nuevos convertidos.
Primero hay un tiempo de evangelización en que toma contacto con la “Buena Nueva”.
Esta iniciativa privada de conocer el cristianismo y el de enseñarlo es tomada por
algunos como por ejemplo San Justino y Orígenes e institucionalizado en forma de
escuelas. Ésta costumbre es alabada por la Iglesia.
El catecumenado dura más o menos tres años y es formación religiosa. Los
catecúmenos deben tener un padrino que los presente a la comunidad; hay condiciones
o trabajos incompatibles con el Cristianismo (prostitución, trabajar en la administración
imperial, etc.). La instrucción se basa en las S.E. luego se lo evalúa para ver si es digno
del Bautismo.
En el sacramento hay: ritos pre-bautismales, el bautismo en sí y ritos post-bautismales;
todo es realizado por el Obispo y sus diáconos. Luego del bautismo participan por
primera vez de la oración comunitaria. Además de la Eucaristía reciben un vaso con
leche y miel.

Eucaristía y asamblea dominical.


Tres momentos:
Cristo: parte el pan, banquete pascual, copa de vino luego del banquete. Él transforma
los ritos.
Época apostólica: los dos ritos son luego del banquete.
Luego se abandona el banquete como soporte de la celebración.
En la mitad del siglo II San Justino testimonia una celebración litúrgica.
Siempre cuenta de: la Palabra, la Eucaristía y la koinonía, es decir, la solicitud por los
hermanos necesitados.
En la mitad del siglo II el domingo ya esta sólidamente fundamentado: “No podemos
vivir sin el día del Señor” (testimonio de un mártir).
La asamblea dominical es el hogar donde se forja el coraje cristiano de los mártires en
estos primeros siglos.
Las primeras plegarias eran breves, y con marcado carácter cristológico y trinitario. En
los primeros tiempos más espontáneas. No hay formas fijas
Pascua y controversia pascual.
Lo que el domingo es en la semana, la Pascua lo es en el año.
Dos factores: su expansión en Pentecostés y la incorporación del Bautismo en la liturgia
pascual.
La Epístula Apostolorum (hacia el 130-140) nos informa de la existencia de esta fiesta
como la más antigua.
Su esquema parece idéntico en Oriente y en Occidente.
En el siglo II los de Asia menor la celebraban en la misma fecha que los judíos (14 de
Nisán). En Roma, por ejemplo, se celebra el domingo siguiente al 14 de Nisán.
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Unos subrayan más la muerte y los otros la resurrección, pero sin descuidar los dos
aspectos. Esto, sin embargo, generó una viva controversia. Nicea dice que la fecha es el
domingo siguiente al 14 de Nisán, o sea, el domingo que sigue al plenilunio
inmediatamente posterior al equinoccio de primavera (entre el 22 de marzo y el 25 de
abril).

Liturgia y lucha contra el gnosticismo


Ante el reto del dualismo gnóstico los autores cristianos deben defender el lado exterior
y corpóreo-material del culto cristiano. Un gran autor fue Ireneo de Lyon. (fines del
siglo II)
Los gnósticos que desaprobaban el vino, tendían a celebrar la Eucaristía con agua. San
Cipriano pone de relieve el significado de la mezcla de agua y vino que es la unión de
Cristo y su pueblo (recurre al AT yNT).
Se toman los términos de Oblatum y Sacrificium para hablar de Eucaristía.
Se comienza a hacer las presentaciones de ofrendas. Esta nueva comprensión de la
Eucaristía trae una nueva forma de disposición del lugar. Se pone un altar de piedra, no
ya una simple mesa.

Oración de las horas y culto a los mártires


La Oración de las horas será la encargada de mantener y fomentar el ideal de la
comunidad apostólica de orar sin interrupción.
En el siglo II se rezaba a la tercera, sexta y nona hora. También las vinculadas al
amanecer y anochecer (son obligatorias).
Pero antes del siglo IV no existe oración comunitaria de las Horas. Eran más bien
individuales o en familia. Aunque ya se ve la comunión al orar a las mismas horas.
El culto a los mártires es el primer culto a los santos (más o menos al final del siglo II).
En los muros de los cementerios y en las inscripciones funerarias se ve la convicción de
que la muerte es el fin del éxodo pascual inaugurado con el bautismo. Había
celebraciones de la Eucaristía y cantos de alegría y esperanza. En Esmirna, en el año
156 se recita el martirio de su Obispo Policarpo y se ve el compromiso de celebrar la
muerte de él todos los años.
Los confesores de la fe son los que no llegan a la muerte pero sufren violentos tratos
para hacerlos apostatar. Éstos leían la Palabra de Dios en la liturgia porque “la voz que
ha confesado al Señor debe ser oída todos los días al leer la Palabra del Señor”
(Cipriano).

Inicios de un arte Cristiano


En el siglo III los cristianos parecen capaces de intervenir en el ámbito de la expresión
artística. Los escritos antenicenos son, por lo general, anto-icónicos con fundamento en
el AT. Aunque en la práctica parece imponerse el uso de imágenes.
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En el siglo III hay transformación de casas particulares en lugares de culto (domus


ecclesiae). Éstas podían tener frescos como la casa de Dura Europos.
A comienzos del siglo III había áreas de sepultura cristianas, las catacumbas que
estaban decoradas con ilustraciones pictóricas.
También son frecuentes las imágenes del Buen Pastor y de Cristo Maestro. Los artistas
cristianos, aunque toman figuras bíblicas o del Evangelio, siguen inspirándose en
figuras familiares de la cultura de su tiempo, que reinterpretan en sentido cristiano.
Así, por medio de imágenes o esquemas artísticos que les eran familiares culturalmente,
los cristianos de la época de los mártires expresan su propia experiencia cristiana.

Capitulo III: En la iglesia del Imperio. (313-590)


Contexto general
La etapa que sigue va desde la ascensión el poder del emperador Constantino el Grande
hasta la época de del papa Gregorio Magno.
A partir del 313 el cristianismo es libre y el representante del poder civil se hace
cristiano. Va a pasar a ser la religión oficial del imperio.
La libertad y tranquilidad de la cual va a gozar ahora el cristianismo influyen en la
calidad de los numerosos adeptos. Abundan las infiltraciones del paganismo en la base.
Ya no se emplea la lucha por la subsistencia del cristianismo. En occidente se inicia
ahora la primera y gran época de la Teología. En los siglos IV y V tienen lugar las
grandes contiendas doctrinales suscitadas por Arrio y Nestorio, a las que darán replica a
los concilios de Nicea (325), Éfeso (432) y Calcedonia (451) y en África el
Pelagianismo que dará lugar a numerosos concilios africanos.
El imperio romano cede a la invasión de los barbaros. El imperio se divide. Los reinos
implantados por los bárbaros no son capaces de sustituir en sus complejas instituciones
al Imperio Romano, así la Iglesia asume un compromiso muy activo en la configuración
de la sociedad.
La otra mitad del orbis romanus que no sucumbe ante la invasión de los bárbaros (el
imperio de oriente) sobrevive hasta el 1453, cuando Mohammed II conquista
Constantinopla. Este cristianismo bizantino tiende a diferenciarse cada ves más del
cristianismo de Occidente, especialmente en el ámbito de la liturgia.
Entre las manifestaciones de la libertad de la Iglesia se empieza a difundir el monacato
y ahora más que el ser cristiano tenía ventajas en el imperio. La institución monacal, la
huida del mundo con la renuncia y la ascesis, viene a suplir ahora aquella entrega del
martirio. También se va dando el fenómeno de las peregrinaciones, que a partir del siglo
IV se ve un crecimiento admirable, los cristianos acuden ahora a Jerusalén y los lugares
de los mártires.
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Líneas de evolución litúrgica.


Fuentes:
Constituciones apostólicas. Compilación de reglamentos litúrgicos. (Didaché, la
Didascalia y la Tradición Apostólica). La compilación parece ser elaborada en Siria en
la región de Antioquía hacia el año 380 (escrita en griego).
Catequesis y predicación. Siglos IV y V edad de oro de la patrística. Dentro de esta
literatura contamos con numerosos sermones y catequesis. Ej. Hipona con Agustín.
Cartas. Que aportan información sobre las celebraciones litúrgicas. Ej. Agustín a
Genaro.
Los eucologios. Colecciones de oraciones diversas. Que contenía 30 oraciones
destinada a la eucaristía, al bautismo, a las ordenaciones, al óleo de los enfermos y a la
liturgia de los difuntos.
El relato de un viaje. Egeria (dama piadosa procedente del norte de Hispana, narra un
viaje por oriente entre los años 381-384 y ofrece una descripción de los celebraciones
en las que había participado en Jerusalén)
Formularios escritos: desde la mitad del siglo IV hasta finales del siglo VII, puede
situarse el periodo de mayor creatividad en cuanto a textos litúrgicos.
El crecimiento de las comunidades cristianas. Hace que se sistematice más las
celebraciones. Se sacan formularios escritos y se deja de lado la improvisación litúrgica.
La necesidad de un cierto control en la realización de la liturgia. La herejía arriana tenía
us formularios y creaba confusión.

Familias litúrgicas.
En oriente tres centros importantes que tiene su actividad y liturgia respectiva:
Antioquia, Alejandría y Constantinopla (son tres patriarcados diferentes).
En occidente no hay ninguna metrópoli ni sede eclesiástica que pueda competir con
Roma. También en occidente nacen y se desarrollan ritos particulares. Se introduce el
latín litúrgico y la iglesia de Roma es la primera.

Evolución del catecumenado.


La iglesia a partir del siglo IV aumenta el número de catecúmenos pero no asi su
calidad. Los intereses para entrar al catecumenado ahora ya no eran puros. Además el
que no era catecúmeno no podía entrar en un cargo público, así algunos permanecían en
el catecumenado 3 o 4 años y no les interesaba seguir en el catecumenado por más
tiempo. Los grandes pastores de esta época detectan el problema y algunos como
Gregorio Nacianceno decían: “hagámoslo bautizar ya, así no tenemos que seguir viendo
sus pecados sin tener que juzgarlos. Ahora el catecumenado se empieza a centrar en la
cuaresma, semanas próximas de preparación para el bautismo, cultivando una triple
dimensión: ascética (ayuno y penitencia), catequética (que en esa época era propia de
los obispos) y una preparación litúrgica”
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En el siglo VI la sociedad a dejado de ser mayormente pagana, el bautismo de adultos


prácticamente desaparece y el bautismo de niños es el que se convierte en regla.

Predicación y liturgia
La eucaristía dominical era el momento principal para crecer en la fe. Esta época es de
grandes predicadores.
En Oriente: Basilio, Gregorio Niceno y el más famoso Gregorio Nacianceno.
En Occidente: Agustín.
Las predicas solían ser largas. Generalmente el predicador se sentaba y el pueblo
permanecía de pie. Idea que a Agustín no le satisfacía mucho, ya que era uno de los
oradores junto con Ambrosio que llegaba a predicar 2 o más horas. Sus predicas estaban
alimentadas por la Escritura y la liturgia. Agustín “hay que orar antes de predicar y hay
que vivir aquello que se predica”. Generalmente todos los presbíteros que asistían a la
celebración eucarística podían decir algo y luego predicaba el Obispo, con el arrianismo
se les prohibió a los presbíteros predicar en las celebraciones públicas.

Anáfora y canon
La cena del señor o fracción del pan (siglo IV) se pasó a llamar en occidente como
misa.
En la misma época afloran las plegarias eucarísticas tanto en oriente como en occidente.
Para designar la gran oración eucarística los griegos utilizaban el término anáfora.
Todos los ritos orientales disponen de una anáfora fija que no admite cambio alguno en
su estructura interna. Y esta formada de forma trinitaria. (Estructura: oración teológica;
parte oikonómica de la acción de gracias hecha con el santo – el santo aparece en el
siglo IV en oriente tomado de Isaias 6- ; anamnesis, parte fundamental y cristológica,
esta parte incluye la epíclesis que es la invocación al Espíritu Santo).
En occidente se componen las plegarias por piezas móviles que al juntarse forman una
especie de mosaico. La estructura del canon romano es la siguiente: 1- diálogo inicial
con la asamblea; 2- prefacio (estructuralmente móvil); 3- canto del sanctus; 4-
intercesiones con elementos de oblación; 5- Epíclesis I; 6- relato de la institución
eucarística; 7- anámnenesis; 8- Epíclesis II; 9- nuevas intercesiones; 10- doxología final
del presidente con Amén del pueblo.

Crisis del sistema penitencial


Desde mediados del Siglo II, en la fase antenicena, dos cuestiones básicas obligan a
precisarla actitud de la Iglesia en este campo. Por una parte, la controversia montanista
acerca del posible perdón de los pecados de fornicación y adulterio, y por otra, la
cuestión de los lapsi, o sea la absolución de los pecados de apostasía.
Se dieron varias apostasías en la persecución de Decio (emperador) en el año 250.
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Documentos básicos del período anteniceno sobre el tema de la penitencia: Pastor de


Hermas en Roma (150), Tratado de la Penitencia de Tertuliano en Cartago (203),
Didascalia de los Apóstoles en Siria (220-230) y las cartas de Cipriano (mártir 258)
Para la época postnicena, poseemos más información sobre todo, de los concilios
celebrados en las Galias de 314 al 540. La idea central de esos escritos es que la
penitencia constituye un “segundo Bautismo”, una segunda oportunidad para la
remisión de los pecados y la integración a la Iglesia. Y profesan que al igual que el
Bautismo, sólo se podía recibir una vez en la vida.
Para los cristianos que pecaban gravemente después del Bautismo (reos de idolatría,
homicidio y adulterio), las Iglesias tenían un itinerario de penitencia y reconciliación
similar al de los catecúmenos.
Tenía una triple fase:
Entrada en el Ordo Paenitentium: Se inicia el proceso en presencia del pueblo reunido
bajo la presidencia del obispo, con imposición de vestidura penitencial, de cilicio y
ceniza y con la expulsión simbólica y medicinal de la Iglesia. Junto a las oraciones
comunitarias.
Tiempo de expiación: Tiempo más o menos largo de purificación por medio de la
oración, el ayuno y la mortificación. Podía durar meses, y hasta años. Debían abstenerse
de comer carne, vivir en continencia y no ejercer funciones públicas. Recibían el apoyo
de toda la comunidad. Sólo participan de la liturgia de la palabra, o si asisten a la
Eucaristía, no podían llevar las ofrendas al altar, ni participar de la comunión
sacramental. Recibían una bendición especial del obispo.
La reconciliación: En vísperas de la Pascua, (Jueves santo en Roma y Milán y viernes
santo en España) cerraba el proceso con una exhortación del obispo y la imposición de
manos, en señal de reconciliación sobre cada uno de los penitentes. Otorgaba el perdón
de Dios, la reconciliación con la Iglesia y el retorno a la comunión sacramental.
Pero el penitente no quedaba plenamente liberado. Pasado el proceso, quedaba marcado
para el resto de sus días, porque no podía desempeñar ningún cargo público, ni entrar en
la milicia, ni ingresar el estado clerical. Y si estaba casado, debía renunciar de por vida
al uso del matrimonio, quedaba obligado a ser monje.
Trajo como consecuencia el retraso de la penitencia hasta la vejez o la proximidad de la
muerte. Quedaba así como una especie de extrema unción o sacramento de los
moribundos que se recibe antes de morir.
La disciplina penitencial perdía así su carácter comunitario-eclesial y ya no quedaba
más que la preocupación individual de asegurarse la propia salvación. Se mantenía el
sentido tradicional de irrepetibilidad del sacramento, pero quedaba vacío en su finalidad
pastoral. Lo mismo sucede en los siglos IV-V.
Siglo VI, constituye la etapa más crítica en la disciplina penitencial de occidente, ya que
eran prácticamente inaccesibles para la mayoría de los cristianos.
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Espacios nuevos
Siglo IV, se intensifican los intercambios cristianismo y entorno socio-cultural (culto
cristiano y cultura pagana). Mientras se desatendían los templos paganos, las iglesias se
multiplican y el culto cristiano, sufre una mímesis con los modelos de las ceremonias de
la corte imperial. Se erigen suntuosos edificios cultuales en las grandes capitales del
Imperio, por impulso del propio emperador y su familia.
Por la donación del palacio de Letrán, se construye en Roma la primera sala de la
liturgia cristiana, datable posiblemente en el año 320.
Constantino en Constantinopla, ordena la construcción de otra gran iglesia. Y por
iniciativa de la familia imperial se erige la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. El
mismo emperador edifica, con los materiales del circo de Nerón y en su mismo
emplazamiento, la antigua basílica de san Pedro, que permanece hasta el S. XVI. San
Pablo Extramuros es del tiempo de Teodosio.
Del S. IV al VI, todo el Imperio romano, oficialmente cristiano, vieron florecer a varias
basílicas. Deja de ser ya el lugar de morada de la divinidad para ser el lugar de reunión
para los fieles, en las que podían realizar adecuadamente los ritos litúrgicos.
Tenían elementos griegos, romanos y asiáticos.
La basílica, género arquitectónico proveniente de la cultura profana, y del término
basileus: rey, emperador, se evocaba un cierto estilo de esplendor y grandeza.
El cristianismo se inspira en el modelo profano de la arquitectura civil, y lo reconvierte
respondiendo a las exigencias litúrgicas, en lugar del estilo de los templos paganos.
Ábside, adecuado para la sede del Obispo o el banco semicircular del presbiterio.
Ambón, se ubicó al comienzo de la nave principal y el altar vario de lugar según la
región.
Eran bellas por la armonía de sus proporciones, la fastuosa decoración, los mosaicos, el
ciborio sobre el altar y las balaustradas alrededor, etc.
La novedad del marco arquitectónico trae una mutación en el estilo litúrgico. La
basílica es lugar de reunión, es reflejo y expresión de la gran asamblea.
Este cambio introducido en las dimensiones transformó la calidad de las relaciones
entre los miembros de la asamblea, el carácter de los dos polos fundamentales de la
celebración cristiana: Palabra y Eucaristía. Pero paga las consecuencias el valor
simbólico del banquete. (S. Agustín las llamaba “casa de oración”, S. Ambrosio “Aula
Dei” y algunos Padres Griegos subrayan el carácter sagrado y tremendo del santuario.)
En los Siglos IV y V, se multiplican los edificios cultuales. El poder imperial sanciona
legalmente en varias ocasiones el cierre de templos paganos y la prohibición de
sacrificios, incluso bajo pena de muerte. La periferia de las ciudades (extra muros) se
dota ahora de edificios cultuales. La veneración de los mártires recibe un fuerte impulso
y sobre los sepulcros se construyen grandes basílicas. Y en los días del nacimiento el
mártir o el aniversario se reúnen los fieles en los cementerios para celebrar la
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Eucaristía. Tendrá ya una nueva fase el culto cuando los restos de éstos se trasladen a
las iglesias intra muros.
En el Siglo V en África aparece la costumbre de que los altares para ser legítimos
debían contener reliquias de mártires.
Además de las basílicas de planta rectangular se dan edificios de planta central, más
frecuentes en Oriente, debido a la proximidad de los modelos persas. Brota el arte
bizantino de los dos mundos culturales, Occidente y Oriente, encontrados en la ciudad
de Constantino.
En el siglo VI, bajo el imperio de Justiniano, la arquitectura bizantina adquiere su plena
madurez, por el impulso que le dio al arte este emperador (Iglesia de Sta. Sofía).
No podemos olvidar los baptisterios de estas épocas. Al comienzo para el Bautismo se
usaban las mismas termas privadas, y a veces consistían en una pequeña habitación
cuadrada o rectangular, integrada en un sistema de dependencias anejas a la basílica.
Otras veces eran construcciones autónomas. Los más repetidos son los redondos u
octogonales. La primera era de origen funerario, recordando que el bautismo es la
muerte y la resurrección en Cristo, y el segundo, evoca el “octavo día”, el día nuevo y
sin ocaso de la eternidad, porque el Bautismo es el nacimiento a la vida eterna.
Encontramos igualmente, la sala cuadrada, y la pila bautismal excavada en el pavimento
en función de la inmersión total o parcial.
Desde el S. V, las basílicas comienzan a estar dotadas de campanarios, que sustituyen
en Occidente las matracas o carracas usadas por los monjes orientales.
Anexo: Los Padre de los S. IV-V, edificaron los hospitales para enfermos, albergues
para transeúntes y forasteros.
Basilio de Cesarea construyó la Basiliada, hospital para pobres, peregrinos y enfermos.

Tiempo cristiano
El Domingo, en los primeros siglos del cristianismo era un día de reunión, cena común
y alegría, pero no era precepto al igual que el sábado de los judíos.
Durante los tres primeros siglos es día laboral, y no muestran los cristianos mayor
interés por un completo descanso en la fiesta semanal del Señor resucitado. Las
primeras leyes fueron de Constantino en el 321. Este emperador era heliolátrico, por lo
que deseaba unir el Imperio bajo una religión solar de tipo monoteísta, apoyando a las
fuerzas emergentes en ese momento, los cristianos monoteístas y los adoradores del sol.
Posteriores decretos en este sentido: Dominicus dies, año 386. Entra el día del Señor en
la legislación civil junto a la denominación pagana día del sol.
389: Ley del reposo dominical, emperadores Valentiniano, Teodosio y Arcadio,
añadiendo los quince días de la Pascua.
392: Prohíben en domingo los certámenes del circo, porque o competían con las horas
del culto o porque se consideraban impropios del día del Señor.
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409: con Honorio y Teodosio, se legisla sobre posibles acciones humanitarias a favor de
los encarcelados como propias del domingo (carácter de liberación social).
Dentro de este trasfondo sincrético del culto al sol y la fe cristiana aparecen las fiestas
de Navidad y Epifanía.
Oriente: lugar desde donde nos viene el sol era considerado por los antiguos como la
sede de la vida, la felicidad y la fuerza, así el sol naciente vino a ser símbolo de una
divinidad.
Desde las raíces bíblicas se lo considera a Dios como “luz del mundo, sol de justicia”.
De manera que los atributos que antes se les aplicaban al sol, y después al emperador
fueron ahora dirigidos a Cristo.
Los Evangelios, no concretan el día exacto del nacimiento de Jesús, por tanto no hay
más fuentes que esta.
Algunos quisieron fijarla en base a especulaciones, sin base histórica.
Así se pretende fijar el 28 de marzo o el 20 de mayo como fecha. Orígenes dirá que
festejar el nacimiento de una persona es una costumbre pagana, y en la Escritura, según
él, sólo los paganos e impíos han festejado este tipo de fiestas.
Solamente en el sigo IV, el 25 de diciembre adquiere carta de ciudadanía y se impone
en Occidente primero y luego en Oriente.
Los Padres de la época predican esta fecha como histórica y se esfuerzan en
demostrarlo.
Esta fecha aparece en Roma, como fiesta cristiana, después de la paz de Constantino.
Aparece por vez primera en el Cronógrafo del 354, entre otras numerosas noticias
civiles, el calendario señala los mártires más célebres, y a su cabeza aparece la fiesta de
Navidad. La lista entera se ha probado que fue compuesta cerca de los años 335-336.
Litúrgicamente no se celebra más que aniversarios o dies Natalis de los mártires.
Similares orígenes tuvo la fiesta de la Epifanía. El primer testimonio es Egipcio. Según
Clemente de Alejandría, hacia los años 120-140 los gnósticos seguidores de Basílides
festejaban ese día el bautismo de nuestro Señor. Celebración relacionada con otra de
tipo pagana, (nacimiento de Aion, dios patrono de Alejandría) También esta fiesta
estaba relacionada, al parecer con el solsticio de invierno y la constatación del
crecimiento de la luz, al igual que la fiesta romana del Natale Solis Invicti.
Siglo IV: Varios testimonios hay en Oriente sobre la celebración de la Epifanía, aunque
las Iglesias no parecen concordar en cuanto al contenido preciso de la fiesta. La Iglesia
de Jerusalén celebraba ese día, 6 de enero, la Natividad junto a la adoración de los
Reyes y los pastores. Egipto, añadía el bautismo del Señor.
Documentos de la fiesta en otros lugares: en 361 en la Galia, en 380 en Zaragoza, en
Nola en el 400.
Después ambas fiestas se cruzan; la Epifanía comienza a celebrarse por Occidente y la
Navidad por Oriente. (fechas: 370-380 en Capadocia, 386 en Antioquia, 430 en Egipto
y siglo VI en Jerusalén)
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Siglo IV, se desarrolla el triduo pascual. La peregrina Egeria (381-384), en su Itinerario


describe la liturgia de la Semana mayor en Jerusalén. Esto añade un nuevo sedimento
que podríamos llamar “mimético”, que rememora los acontecimientos históricos del
pasado en el mismo lugar y la hora en que sucedieron. Se valen de ritos que representan
este hecho pasado, o imitan bajo un aspecto psicológico y devocional más que
sacramental. Este tipo de liturgia “historizante” desde Jerusalén se expandirá después a
toda la Iglesia.
Así a este estrato pertenecen la procesión de Ramos, la misa del Jueves santo, la
adoración de la santa Cruz, introducidos aproximadamente en el Siglo V en Occidente,
especialmente en Galia e Hispania.
Estamos ya ante una liturgia de masas que privilegiaba los sentimientos, la evocación
histórica, el drama y la emoción.
La Pascua adquiere un nuevo relieve en la vida pública desde que Valentiniano I
concede a ese día una amnistía especial para los condenados a prisión.
389, la legislación civil considera la octava de Pascua como semana totalmente festiva,
no labora. En esta época aparece la constitución de un gran ciclo que comporta un
período de cuarenta días de preparación (quadragesima) y cincuenta de prolongación
festiva (pentecostes). El ayuno de preparación o purificación se extendió durante el
siglo IV, a un período de cuarenta días (Quadragesima - Cuaresma) que buscaba imitar
los 40 días de Jesús en el desierto. En tiempos de Agustín y Crisóstomo tiene el perfil
que conserva ahora (ayuno, oración y caridad), tiempo de preparación para el bautismo
de los catecúmenos y para la reconciliación de los que estaban en el Ordo paenitentium.
Pentecostés: al principio era una gran fiesta de cincuenta días, el “Gran domingo” diría
S. Atanasio. Aquí se prohibía el ayuno y la oración de rodillas, la oración se hacía de
pie, en actitud de resucitados. Pero finalmente pasó a significar el último día de éste
período.
Domingo de la Octava de Pascua, los ritos de paso se cerraban: los neófitos dejaban el
vestido bautismal, abandonaban sus lugares y se integraban de lleno a la comunidad
cristiana.
El día de Pentecostés tenía varias celebraciones juntas: Ascensión y descenso del
Espíritu Santo. En el 388, Gregorio de Nisa atestigua que el día cuarenta de éste tiempo
se celebraba la Ascención y el fin de éste período, Pentecostés, como fiesta del Espíritu
Santo.
Segunda mitad Siglo IV, las Iglesias Occidentales celebran el nacimiento de Juan el
Bautista, el 24 de junio, solsticio de verano, para contrarrestar probablemente con los
ritos heredados del paganismo.
El resto del año litúrgico va sumando también otras fechas para contrarrestar las fiestas
paganas. (Fiesta de la Cátedra de San Pedro)
Aunque tampoco faltan los abusos desde las costumbres paganas cristianizadas, por
ejemplo el Refrigerium, que era un banquete funerario celebrado en honor de los
muertos.
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Ceremonial de la corte en la liturgia


Época de los mártires: el culto al emperador era considerado por los cristianos,
idolatría, por eso fue rechazado absolutamente. Negaron el título de Kyrios para el
emperador, a decorar su imagen con flore, tributarle la proskynesis o postración y a
quemar incienso ante la estatua imperial. Esto cambia con Constantino.
El emperador concede honores y privilegios correspondientes a los dignatarios del
Imperio y a su propia dignidad imperial, a los obispos de la Iglesia, en especial al Papa.
Ahora éste adquiere rango de majestad imperial, tiene derecho al anillo, al saludo con
genuflexión y el beso de sus pies. Su efigie podía exponerse en las iglesias. Los
obispos, tenían derecho a los honores del trono, de las luces, el incienso y el manípulo.
Aumenta también la grandiosidad y solemnidad exterior del culto que va adoptando
como modelo precisamente el ceremonial de la corte imperial.
El presidente litúrgico, postrado a la cabeza de la asamblea, ante la majestad divina. El
ministro que hace crear el silencio al comienzo de la liturgia de la Palabra, como los
“silenciarios” del palacio real.
Las vestes sacratae, el pallium, las aclamaciones Dignum et iustum est, también la
ceremonia de la ofrenda de dones, con procesión memoria solemne de los donantes
(corte imperial romano-bizantina.)
Dípticos: Tablillas (2) que pueden plegarse. En el imperio alcanzaron gran difusión,
porque los cónsules acostumbraban a donar tablillas escritas a personajes ilustres. En
las iglesias entro como catálogo de personas vivas o difuntas (obispos, mártires,
bienhechores, fundadores de iglesias, etc.), de las que se hacía memoria en las
celebraciones eucarísticas. Términos empleados para nombrarlas, tabellae, codices y el
término técnico, diptyca.
Tener nomen in sacris diptycis scritum, era señal de comunión con las personas
nombradas y un juicio sobre su ortodoxia. Y borrar el nombre de alguna de éstas, era
señal de condenación.
Durante las luchas cristológicas de los siglos V y VI, la inclusión o exclusión de
nombres en los dípticos dio lugar a controversias.

Controversias cristológicas: su influencia en la liturgia


Desde el S. IV, las luchas cristológicas, que sacudieron sobre todo la parte oriental del
Imperio, condujeron a formular profesiones de fe distintas, incluyeron el conjunto de la
oración litúrgica, por ejemplo, el arrianismo, que sostenía que el Hijo era inferior al
Padre, indujo por reacción en contra a utilizar en la liturgia, no la fórmula “Gloria Patri
per Filium in Spiritu Sancto”, sino “Gloria Patri et Filio et Spiritui Sancto”, afirmando
la igualdad de las personas de la Trinidad.
Además toda la sensibilidad religiosa se vio afectada por un importante cambio de
acento: no se subraya aquello que nos une a Dios en Cristo, sino aquello que nos separa
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más de Dios. Como confrontación con los arrianos trajo además un oscurecimiento de
la idea de mediación sacerdotal de Cristo. Surgieron así varias oraciones litúrgicas
dirigidas a Cristo y con dos sínodos africanos se rechazó con energía tal innovación,
decretando que “durante el servicio del altar, toda oración debe dirigirse siempre al
Padre”. (Tesis defendida por Jungmann sobre el lugar que ocupa Cristo en la plegaria
litúrgica, sirviéndose de Agustín - Su tesis era “orar al Padre por Cristo.”)
Este autor, fue matizado o completado por investigadores como Fischer y Gerhards. El
primero de ellos, afirma una doble actitud o perspectiva, refiriéndose a que hay
oraciones dirigidas al Padre por Cristo, y otras dirigidas al mismo Cristo.
El segundo, remarcó la función de mediador “de arriba hacia abajo” que apenas tiene
relieve en la liturgia romana, y que no corresponde con el pensamiento occidental, que
es de carácter ascendente. Sí corresponde a la tradición oriental, cuya religiosidad se
funda en el movimiento descendente de la gracia divina.
Hoy se puede decir, con precauciones que la oración dirigida a Cristo ha sido desde
siempre una de forma legítima de la oración cristiana comunitaria. Es mérito de
Jungmann mostrar la significación primordial de la oración “por Cristo al Padre”.
La lucha contra el arrianismo deja impronta también en las fiestas nuevas de Cristo,
(Navidad y Epifanía) surgidas en el Siglo IV. La defensa contra las herejías
cristológicas permitieron el fervor por la defensa de la divinidad de Cristo, que además
facilitó la difusión y popularidad de estas fiestas.
Siglo V: La lucha contra la erejía nestoriana, produjo efectos similares. Algunos
partidarios de Nestorio, se mostraron contrarios al titulo “Madre de Dios” concedido a
María, los occidentales replicaron con celo renovado a favor de la exaltación de la
Madre de Dios. Los Orientales se pusieron de pie para reparar la injuria hecha a la
Madre de Dios. Se construyen basílicas en su honor, aparece ensalzada en escritos,
cantos y predicaciones. Junto a esto se originaron dos fiestas marianas importantes,
Dormición o Asunción de la Virgen (celebrada antes del 500 y extendida por todo
Oriente en el siglo VI) y la Natividad de la Virgen. La Anunciación y la del 2 de
febrero, que nacieron en Oriente, se agregan al ciclo de Navidad y posteriormente, con
Gregorio Magno entrarán en la liturgia Occidental.
Finalmente como reacción anti-arriana, se disminuye la práctica de la comunión. Este
fenómeno del siglo IV, es observable en Occidente y Oriente. Los monofisistas, que
niegan la naturaleza humana de Cristo, y sólo reconocen su naturaleza divina, son los
que manifiestan con mayor fuerza los sentimientos de temor y terror ante el sacramente
de la eucaristía.
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Capitulo IV: De Gregorio Magno A Gragorio VII


(590-1073)

Contexto General
1- Durante esta etapa, la población es fundamentalmente agrícola. Este es un hecho de
ruralización que configura la sociedad medieval en una sociedad con terratenientes
más o menos pudientes, bajo la autoridad de un señor feudal o un rey.
- Este es el período de la cristianización de Europa, lo que es el efecto remoto pero
efectivo de la conversión del Imperio. Gregorio Magno, inaugura un programa
misional que tendrá importantes consecuencias eclesiales (manda a Agustín y sus
monjes evangelizar Inglaterra, año596)
- La unidad religiosa de la cristiandad occidental es la característica peculiar del
período occidental.
2- Entre los cuatro siglos que nos ocupan, las transformaciones son lentas en casi rodo
occidente, incluso también en la Iglesia. Sin embargo, en este período se realiza la
fecunda gestación del futuro de la Iglesia.
- Hay un sorprendente auge del Islam . Entre los años 711 – 713, es invadida la vieja
Hispania, y no pocos de sus habitantes son reducidos a esclavos y convertidos a la
fe islámica. Sin embargo, a muchos de ellos se les tolera conservar las tierras y su
religión cristiana. Estos son los mozárabes, que tendrán notable influencia en la
vida del país y en la vida litúrgica.
3- En el año 800 Carlomagno asume como emperador, quien se considera sucesor de
Constantino y, en su derivación, custodio y defensor de la doctrina cristiana. Este
emperador establece una notable simbiosis entre religión y política, que caracteriza
a toda la Edad Media. Promueva una importante cultura literaria y arquitectónica.
- En Bizancio se sufre la crisis iconoclasta (726-843). Provocada por la influencia
del Islam, divide a la Iglesia bizantina en dos partidos. Para poner fin a esta
controversia se celebró el concilio II de Nicea (786-787)
- Es de destacar las personalidades de los hermanos Cirilo y Metodio, creadores una
nueva lengua literaria: el glagolítico. Ellos protagonizaron un polémica con Roma
acerca de la lengua litúrgica.
4- Entre la muerte de San Benito (548) y la de San Bernardo (1156), la vida monástica
es de gran importancia. Aportan una notable influencia en lo que se refiere a lo
espiritual e intelectual, económico, laboral y artístico.
- Está en este período la ruptura con la Iglesia oriental, tras la excomunión del
patriarca de Constantinopla por León IX.
5- Dionisio el Exiguo, es un monje del siglo VI que propuso un nuevo sistema para
contar los años. Ya no se tomaría un hito pagano como la fundación de Roma por
Rómulo y Remo, ni la referencia del perseguidor Dioclesiano, sino la Encarnación
de Jesucristo.
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Figura y obra de Gregorio Magno


1. Gregorio I es una personalidad señera en la historia de la liturgia occidental. Profesó
la vida monástica y, aclamado por el pueblo, fue elegido obispo de Roma.
Para comprender su obra litúrgica, es preciso tener presente las circunstancias de la
época, que influyeron en su episcopado.
2. Valorando la veneración del pueblo romano por las basílicas erigidas sobre las
tumbas de los mártires, potenció un culto estacional. “Statio” designa una asamblea
convocada, según un día y lugar determinados.
Esta fue una estrategia que quería hacer participar a cada bario de la ciudad de
Roma en la Eucaristía común. Los edificios mayores eran reservados para las
celebraciones más importantes: la basílica de Letrán para las fiestas pascuales y la
vaticana para la Navidad. Las demás reuniones se hacía en una iglesia determinada,
desde la que se cantaban salmos y letanías, caminado en procesión hasta la iglesia
de la statio donde el papa presidía la Eucaristía. Este sistema estacional con
procesión seguida de Eucaristía, se trasplantó a Milán y Ravena, a Galia y
Germania.
3. Se advierte una marcada preocupación por simplificar los ritos (abreviaciones
gregorianas), sin renunciar a la solemnidad exterior de las ceremonias, con un
lenguaje directo y accesible al pueblo.
Gregorio realizó diversas reformas en el leccionario, en el sacramentario y en el
antifonario. Redujo las lecturas a dos en lugar de tres.
En un momento, se ve obligado a defenderse ante el obispo Juan de Siracusa quien
le había hecho la acusación de introducir en Roma costumbres griegas, como el
Kirye y el Alleluia para que fueran cantados en Misa.
Gregorio se limitó a actuar como obispo de Roma y ordenó la liturgia de la Urbe, no
la liturgia de las otras iglesias occidentales.
4. Un esfuerzo especial realizó en el canto y la expresión musical, potenciando la
schola cantorum y con ello el lado espectacular de la liturgia de cara al pueblo. La
schola entre el presbiterio y el pueblo, hace de puente entre ambos. Incorpora un
nuevo tipo de participación en la liturgia: los fieles escuchan a quienes ejecutan el
canto y la música, gozan y se conmueven. Posiblemente una participación no tan
interior, pero de gran importancia para las condiciones culturales de la época.
Referente a las imágenes, dice que es de valor educativo tenerlas, y que una cosa es
adorarlas y otra conocer por medio de ellos lo que se debe adorar.

Época clásica de la liturgia romana y sus libros


1. Entre los siglos IV y VIII la Iglesia local de Roma vivió su período de mayor
riqueza y maduración de formas expresivas, fue la “época clásica”, siendo
todavía el rito de la ciudad de Roma.
Las formas romanas, propiamente, comienzan cuando la Iglesia local de Roma
vive el paso del griego al latín, con Gregorio, adquiere un sentido más interior y
monástico.
En este tipo de liturgia, se notan elementos fundamentales: precisión, sobriedad
y brevedad, escasa concesión al sentimiento, disposición general transparente y
lúcida y grandeza de estilo literario.
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2. Libelli missarum: fascículos que reúnen formularios para una celebración


determinada, ya que los autores escribían textos para utilizarlos una sola vez. Es
una etapa de improvisación escrita
El denominado sacramentarium leoniano o veronense es una colección de
libelli, previamente independientes, compilados hacia el año 550.
Estos formularios están clasificados según el calendario civil.
3. En otro momento, los libelli fueron ordenados según el año litúrgico, dando
lugar al Liber Sacramentorum: aquel que contiene las oraciones del presidente,
y que Oriente recibe el nombre de eucológico. Entre estas colecciones están las
llamadas “gregorianas”, destinadas a las celebraciones presididas por el papa y
las llamadas “gelasianas”, para la presidencia de los presbíteros. El gelasiano
antiguo (que se distingue del gelasiano franco del siglo VIII) es un
sacramentario, por tanto, un libro del presidente de la asamblea de tipo
presbiteral.
Este formulario, está ordenado en tres. El primero, contiene celebraciones de
Navidad a Pentecostés, el segundo al santoral y a Adviento, y el tercero, las
misas de los domingos ordinarios.
Así funcionan en Roma tres niveles litúrgicos: el papal, en Letrán y en Iglesias
estacionales, el presbiteral en los títulos, y el que corresponde a las parroquias.
Hay también uno específico para los monasterios.
4. Con el tiempo, surgió el libro Leccionario, para la proclamación de las Sagradas
Escrituras. Que luego, se convierten Epistolarium para los lectores y el
Evangeliarium para el Diácono. Así los leccionarios romanos, contienen estas
formas de lecturas.
Los Antifonarios, son las colecciones de textos y melodías, antífonas y
responsorios
El Gradual compila los cantos que realiza el solista desde el ambón.
5. Ordines Romanis: concretan el modo de desarrollar las acciones sagradas. El
Ordo, elemento del sacramentarium, contiene las indicaciones para la
realización de las acciones litúrgicas, y sirven de guía para el presidente.
6. La oración litúrgica, se orienta al Padre, por Cristo en el Espíritu.

Otros ritos latinos, la liturgia hispánica


1. Existió una liturgia africana. Con la desaparición del Imperio Romano, desaparece
también la Iglesia africana. No tenemos documentos directas de los textos litúrgicos
de esta liturgia, sin embargo os Padres africanos nos informan de ella, sobre todo
Agustín y Cipriano. Esta liturgia africana se celebraba en latín ,mientas en Roma
todavía en griego.
En el norte de Italia existió una gran variedad de liturgias antes de la época
carolingia, de las que se conserva la de Milán, la liturgia ambrosiana. Esta liturgia
recibe el nombre por proceder de San Ambrosio, aunque sin necesidad de que fuera
él solo quien haya tenido el influjo en su configuración.
La liturgia galicana es la que se formón en la Galia Meridional, con un momento de
mayor creatividad en el siglo IV con Cesáreo de Arlés. Su eucología es desde el
punto de vista literario, más difusa que la romana y en cuanto a lo teológico, son
notables las influencias anti arrianas.
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La liturgia céltica, se desarrolló en Irlanda, aunque no llega a ser una liturgia propia
de esta iglesia. Se afirma en la composición de himnos en lengua latina, más que
textos eucológicos.

2. La liturgia hispánica, se desarrolla en España entre los siglos VI al XI. El siglo VII
es la época de grandes creaciones eucológicas. Esta liturgia fue suprimida por
Roma, sin embargo después de un tiempo en Toledo se logra recuperar y
actualmente se mantiene en una capilla de allí.
Las liturgias galicana e hispánica, debieron nacer contemporáneamente y afianzarse
en bases similares: el patrimonio litúrgico procedente del África latina y los textos
eucológicos romanos.
El oficio divino mantiene la distinción entre las horas ad matutinum y ad vesperum,
las de la comunidad eclesial (catedralicia) y monástica. En el santoral la fiesta
mariana del 18 de diciembre, es la única hasta el siglo IX y hay numerosas fiestas
de mártires hispánicos.

Paso de la liturgia romana al mundo franco-germánico


1. La liturgia romana fue llevada a países francos primero por iniciativa de los
peregrinos y más tarde con ocasión de la coronación de Pipino el Breve (754).
Esta última fue una imposición política drástica: se quería cimentar la unidad del
Imperio por medio de una liturgia única y uniforme. Sin dudas hubo también
razones religiosas, ya que la piedad a San Pedro era de consideración.
Carlomagno, en el 783 pidió al papa Adriano I que le enviara auténticos libros
romanos para las celebraciones de todas las Iglesias del Imperio. Como este
sacramentarium solo contenía el culto celebrado por el papa, el emperador
mandó a que sus colaboradores compusieran un apéndice al misal romano para
reparar las omisiones del libro romano: el “Hucusque”. Aquí se incluyeron
textos y ritos tomados de las liturgias hispánicas y galicanas como: la bendición
del cirio pascual, oraciones de ordenaciones, bendiciones, dedicaciones de
iglesias y ciertos exorcismos. Es el momento de hibridación de la liturgia
romana.
2. Entre los años 642-752, papas orientales ascienden a la sede de san Pedro, y dan
un influjo oriental a la liturgia romana como: el Agnus Dei, la adoración de la
cruz del viernes santo, las letanías de los santos y cuatro fiestas marianas: la
Purificación, la Anunciación, la Asunción y la Natividad.
En el siglo IX, el siglo oscuro llega también a la Iglesia. La vida litúrgica se ve
amenazada, y es gracia a la Iglesia franco-germánica que se salva la liturgia
romana. Aquí se compone el pontifical franco-germánico.
Bajo el reinado de los Otones, vuelve a Roma su liturgia, pero ya con la
transformación. Hay elementos que caracterizan ahora la liturgia romana, todos
aportación de los reformadores franco-germánicos: imposición de las cenizas, la
procesión de Ramos, la veneración de la cruz con los improperios, la bendición
del fuego, la aclamación Lumen Crhisti , la bendición del cirio, la Fiesta de
todos los Santos y de los Difuntos. Es lo que se conoce como la aparición del
drama litúrgico, que se desarrolla en el marco de liturgia monástica entre los
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siglos IX y XII. Son representaciones desarrolladas en el curso de los oficios,


como la Visitación del Sepulcro.
3. Lo específico de la aportación franco-germánica: lenguaje sentimental, cálido y
emotivo, riqueza de vocabulario y simbolismo, oraciones privadas durante la
celebración, dirección de la plegaria a “Cristo, nuestro Dios”, y también a la
Santísima Trinidad.
Junto a los libros oficiales surge una nueva literatura litúrgica, como el himno
Veni Creator (siglo IX) y la secuencia Victime Paschali Laudes (siglo X),
mentalidad que tiene también su correspondencia con el arte.

El culto se distancia de la comunidad cristiana


Se verifican cambios importantes en la celebración de los sacramentos con un
denominador común: el progresivo distanciamiento del pueblo respecto a la acción
litúrgica, que conlleva una nueva concepción del culto y del ministerio eclesial. Por otra
parte, a la manera de un sentimiento religioso frustrado, hay una actividad cultual
paralela y periférica a la liturgia oficial: la piedad popular trata de palear el vacío creado
en el culto oficial.
Las tres expresiones litúrgicas básicas que poco a poco se vuelven extrañas a la
comunidad son: el Bautismo, la Penitencia y la Eucaristía.

Factor condicionante: la lengua litúrgica.


Al ser trasplantada al imperio franco-germánico, la liturgia no cambia de lengua porque
allí también aparece como culta, aunque también era entendida solo por pocos (casi se
identificaba con el clero). En el siglo IX se realiza la fijación del latín; pasa a ser una
lengua muerta, ya no hablada en ninguna región, solo se enseñaba en las escuelas,
convirtiéndose en la lengua del clero.
La superioridad reconocida a la lengua y cultura latinas impidió que la Escritura y la
Liturgia fueran traducidas a la lengua de cada pueblo. Aún está vigente la idea de que el
documento litúrgico es exclusivo para el sacerdote, así el latín se convierte en lengua
sagrada pero inaccesible y ajena. La liturgia, la evangelización, la catequesis y la
predicación son en esta lengua.
Contrariamente, las lenguas de oriente (siríaca, copta y armenia) habían logrado un alto
desarrollo y traducen a las lenguas locales dichos documentos.
Esta doble actitud genera un famoso conflicto lingüístico, litúrgico y dogmático en el
siglo IX. Moravia es evangelizada simultáneamente por misioneros germanos y por
misioneros bizantinos, Cirilo y Metodio. Estos encuentran una población dispuesta pero
ignorante. Entonces elaboran un alfabeto, el glagolítico y la utilizan en la liturgia, tal
era la costumbre de oriente. Los misioneros germanos plantean al Papa su ortodoxia y
sus traducciones argumentando que las lenguas válidas eran solo el hebreo, el griego y
el latín tal cual estaba escrito en la cruz de Cristo. El Papa Juan VIII da validez a la
acción de los orientales aunque el Papa Esteban, presionado, da marcha atrás con la
decisión.
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El Bautismo
El siglo VI es el de inflexión en el bilingüismo iniciático (Bautismo de adultos,
Bautismo de niños) que había coexistido. Se da por dos hechos fundamentales:
Se generaliza el Bautismo de niños.
Desaparece el catecumenado como preparación para el Bautismo.
La Iglesia y el derecho civil, con penas y sanciones, consolidan esta práctica haciéndola
obligatoria.
Hay un cambio eclesial que se traduce en estos ritos: no existe la preocupación de
integrar lo nuevo, sino de conservar el pasado. Desde aquí el Bautismo de niños será
considerado como el segundo nacimiento en Cristo y la entrada a la comunidad eclesial.
Pero la transformación en la praxis no corresponde a la transformación ritual porque el
catecumenado no desaparece a nivel ritual, al contrario se multiplican ritos y
ceremonias sobre un sujeto ahora inconsciente. Esto da paso al Ordo Romanus XI que
describe esta práctica bautismal del siglo VII. Entonces:
La comunidad no se siente afectada por el acontecimiento bautismal.
No se siente necesidad de celebrarlo dentro de la asamblea.
El Bautismo se realiza días de entre semana.
Se añaden la entrega de los Evangelios (sustituyen a la catequesis).
Se entrega el credo niceno-constantinopolitano, ya no el de los Apóstoles.
Se puede incluir en la misma celebración la Confirmación y la Primera Comunión.

La “Penitencia Tarifada”
La Institución Penitencial antigua, “Segundo Bautismo” no reiterable era esencialmente
comunitaria.
La solución muy esperada llega de un movimiento monástico de Irlanda y de Gran
Bretaña a partir del 580 con un nuevo sistema penitencial: un sistema de penitencia
cuantificada y repetitiva con posibilidad de perdón ante cada pecado grave. Estos
monjes eran consejeros espirituales de los laicos y comenzaron a establecerles tarifas
penitenciales: a cada pecado correspondía una expiación predeterminada y cuantificada,
que consistía sobre todo en ayunos. Pero admitía “rescate de penitencia” (por ejemplo:
ayuno rescatado por un cupo de Misas con estipendio, o “rescatado” por terceras
personas) que eliminaba la expiación efectiva del pecador y degeneraba en abusos.
Los confesores disponían de “Libros Penitenciales” que proliferaron entre los años 600
y 800.
Lo llamativo es que este paso se dió sin ninguna intervención del Magisterio Romano.
A la hora de tomar posición ante la nueva práctica hay opiniones diversas: el concilio
de Toledo (589) rechaza esta “innovación intolerable”, el de Chalón-sur-Saone (650) la
reconoce como útil, además por la rectificación periódica del comportamiento del fiel.
Esta Penitencia individual y cuantificada no es fruto de una evolución sino que es una
sustitución. Ningún sacramento ha sufrido tan profundas transformaciones como este.

La Celebración de la Eucaristía
El ejemplo más evidente del distanciamiento entre el culto y la comunidad cristiana es
la aparición de la Misa privada o Misa solitaria, celebrada a solas por el sacerdote.
Aparece por los siglos VI-VII y se generaliza en el siglo VIII, en los monasterios (se
multiplican los monjes sacerdotes).
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La Eucaristía pasa a ser patrimonio exclusivo del sacerdote, y ejercicio de piedad


individual, es el resultado de una profunda transformación teológica y eclesial.
El culto viene a ser entendido como ritos destinados a conseguir la salvación de cada
individuo. A la multiplicación de los actos cultuales se atribuye la multiplicación de
gracias. La misa es como remedio inigualable para alcanzar esas gracias.
Se multiplican las misas votivas por personas o necesidades individuales, o para
sustituir obras de expiación (misas Penitenciales). Surgen las fundaciones de misas: el
donante trata de asegurar su Vida eterna. La consecuencia es el enriquecimiento de los
monasterios. Se multiplican las misas y los sacerdotes “altaristas”. Ser presbítero no
significaba estar al servicio de la comunidad, sino la santificación personal por medio
de la celebración diaria de la misa. Doble consecuencia:
Proliferación de altares en una misma Iglesia.
Aparición del Misal completo en los siglos VII-VIII (Misal Bobbio) y su divulgación en
el siglo X. Los celebrantes se ven obligados a recitar solos la misa.

Explicación alegórica
Esto aparece como un intento de salvar la distancia entre el culto y la comunidad. Ya
que los fieles no comprendían los textos y la liturgia les resultaba oscura, se intentaba
dar una interpretación simbólica a todos los gestos y elementos exteriores. Se percibe la
necesidad de explicar las formas litúrgicas heredadas por tradición pero no poniendo de
relieve su sentido real, sino rebuscando en el proceso exterior significados ocultos. Este
género literario consta de pequeños tratados que a partir del siglo IX se conocen como
Expositiones missae, y son como manuales de formación teológica y moral que parten
de los misterios celebrados. Estos comentarios tuvieron gran éxito y difusión por varios
siglos, pero no favoreció la auténtica participación comunitaria en la liturgia.
En oriente aparece como protagonista el Pseudo Dionisio, y en occidente Isidoro de
Sevilla, Alquino, y Amalario de Metz.

Modelos del Antiguo Testamento en la liturgia romana


La cristiandad se define por la presencia e incidencia del mensaje cristiano en las
estructuras públicas. Entonces será lógica la referencia en el contexto medieval a los
modelos vetero-testamentarios, ya que lo específico de Israel consistía en haber sido
formado como pueblo y nación, a la vez que pueblo de Dios.
Tras las invasiones de los pueblos nórdicos, los Obispos, para catequizar y moralizarlos,
recurren al Antiguo Testamento. Los personajes más importantes son Cesáreo de Arlés
e Isidoro de Sevilla. Elementos del A.T. que se introducen:
El Orden Sagrado encuentra su origen y modelo en el servicio cultual de Moisés, así se
introduce la unción de las manos y de la cabeza.
Las Iglesias se consagran ahora con un ceremonial complicado y suntuoso: aspersiones,
unciones, incensaciones, etc.
Mentalidad judaizante en la reglamentación del domingo cristiano: misa dominical
completa, reposo, catequesis, sanciones ante el incumplimiento.
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Canto Gregoriano
Música pre-gregoriana
La evolución del canto asume un papel relevante. La lengua y los condicionamientos
geográfico-culturales, habían propiciado la diversificación de prácticas litúrgicas y
musicales. Se pueden distinguir zonas bien diversificadas: galicana, venebentana,
ambrosiana, hispánica, romana, cada una con sus propias composiciones y prácticas
musicales.
Pero la unificación bajo Pipino y Carlo Magno las redujo al silencio, resistiendo sólo la
ambrosiana.
Antes del canto gregoriano la misa tenía ya una configuración musical heredada de
épocas anteriores, así aparece en el Ordo romano I, donde la misa tiene una distribución
de cantos que, en esencia, pervivirá.
Canto galo-romano
La liturgia de Roma fue madurando y alcanzando una codificación fundamental de
textos ritos y cantos. La eficacia de la schola cantorum estaba garantizada; pronto
comienza su emigración.
Pero la diversidad de usos litúrgicos y musicales fue una de las máximas dificultades
para la restauración carolingia en vista de la unidad, así también es para el encuentro del
canto romano y del canto franco. Para poner en marcha la reforma de unificación (hubo
acercamiento político entre el papado y la dinastía franca) se constituye una comisión
de cantores romanos y galicanos, y surge un mestizaje, una inculturación del canto en
medio galicano que toma un nuevo nombre: el canto romano-franco, o gregoriano,
porque esta remodelación fue atribuida con astucia a una figura muy querida e
influyente, Gregorio Magno. Durante el siglo IX se canta en el imperio carolingio pero
rápidamente traspasa esas fronteras, siendo rechazado solo por las Iglesias latinas más
alejadas o más apegadas a su tradición (Milán, Hispania).
La difusión se llevó a cabo mediante la copia de los nuevos códices: con la escritura
carolina, fecunda por su claridad, versatilidad y elegancia.
La tradición galicana aportó a la romana su liturgia de adviento.
El repertorio gregoriano y sus libros
Se registró y copió en códices como el resto de las formas eucológicas. El pueblo
cantaba las respuestas sencillas pero pronto quedó sin acción con todo el protagonismo
de la schola, la cual tenía gran especialización.
Entre los libros de canto se distinguen los libros de la misa (Antiphonarium misae, o
Graduale) y los del Oficio divino, cuando solo contenían música se llamaban
Antifonarios. Había un libro suelto del cantor llamado Cantatorium, y el Psalterio de
los salmos. Fueron apareciendo colecciones de antífonas, responsorios y demás piezas
que formaron el libro musical por excelencia llamado Antiphonarium officii.
En el siglo IX se inventa y desarrolla la notación neumática: grafía que reproducía el
movimiento melódico y su duración temporal, la cual fue perfeccionándose hasta
alcanzar la notación actual.
El canto gregoriano alcanzó un lugar privilegiado tanto en la historia de la Iglesia como
de la historia de la cultura occidental. Sus géneros más productivos fueron el Tropo y la
Polifonía.

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