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Cómo Comenzó la Epidemia de

Obesidad y Cómo Podemos Acabar con


Ella

Historia en Breve
 La desinformación ha sido promovida por la industria de los alimentos procesados, y han
creado (y siguen impulsando) la epidemia mundial de la obesidad

 Una creencia generalizada es que todo lo que tiene que hacer para normalizar su peso es
comer menos y hacer más ejercicio. Pero así como la moda fitness se extendió en los
Estados Unidos, también lo hizo nuestra cintura. Entre el año 1980 y el 2000, las
membresías en los gimnasios se duplicaron, al igual que la tasa de obesidad nacional

 La recomendación convencional de consumir alimentos bajos en grasas y ricos en


carbohidratos creó la epidemia de obesidad. Si está luchando contra el exceso de peso,
deje de contar las calorías, coma alimentos reales, aumente su consumo de grasas
alimenticias y reduzca sus carbohidratos netos
Por el Dr. Mercola

La obesidad ha sido tema de discusión durante los últimos 30 años. A su


alrededor han crecido industrias enteras. Todo tipo de dietas y programas de
ejercicio han prometido resultados duraderos. Sin embargo, el problema ha
seguido creciendo, al parecer fuera de control.

En el año 2014, la tasa de obesidad entre los adultos de los Estados Unidos,
alcanzó el 38 %--un aumento del 3 % desde el año 2012.1 Los investigadores que
observan las tasas de obesidad en todo el mundo notaron que por primera vez en
la historia, ahora las personas con obesidad superan en número a las de bajo
peso.2,3,4,5

En la actualidad, una de cada 5 muertes en Estados Unidos está asociada con la


obesidad,6 y entre más joven sea, mayor será la influencia de la obesidad sobre su
mortalidad.

Si consideramos que en Estados Unidos un tercio de los niños de entre 2 y 19


años de edad ahora tienen sobrepeso u obesidad, es probable que las
enfermedades crónicas y las tasas de mortalidad aumenten dramáticamente en
las próximas décadas.

El Mito del Equilibrio Energético


Aunque en un principio el combate contra la obesidad se presentó principalmente
en revistas y programas de televisión, hoy en día, la obesidad se ha convertido en
un género de entretenimiento, con programas de tele realidad que detallan las
vidas y las dificultades para bajar de peso de las personas con obesidad.

"Fed Up", documental narrado por Katie Couric, estudia la desinformación que ha
sido promovida por la industria de los alimentos procesados, y cómo estas
mentiras han creado (y siguen impulsando) la epidemia mundial de obesidad.

"Cada día tenemos nuevas soluciones", dice Couric. "Todo en los supermercados
se elabora con menos grasa y menos calorías, sin embargo, nuestros niños siguen
estando cada vez más gordos y enfermos".

¿Podría haber un vínculo entre el problema de obesidad que es cada vez mayor y
las recomendaciones alimenticias de los gobiernos?, pregunta la película. “Eso me
hizo pensar. ¿Y si las soluciones ni siquiera fueran soluciones?", Dice Couric. "¿Y
si en realidad sólo están empeorando las cosas? ¿Y qué tal si nuestro enfoque
sobre esta epidemia ha estado completamente equivocado?"

Una de las creencias más ampliamente difundidas es que lo único que tiene que
hacer para normalizar su peso es comer menos y hacer más ejercicio.

Este equilibrio energético de la teoría de "calorías consumidas y calorías


quemadas", se originó en 1953 con sólo observar ratones. Hasta aquel momento,
el ejercicio fue enérgicamente desaconsejado. Los médicos advertían que
causaba ataques cardiacos y menor apetito sexual.

En su laboratorio, el fallecido nutricionista Jean Mayer notó que los ratones gordos
comían la misma cantidad de comida que los ratones flacos. La diferencia era su
nivel de actividad. Los ratones gordos no eran tan activos como los delgados.

La conclusión lógica a la que llegó Mayer con esta observación fue que la falta de
actividad física debía ser la causa de su aumento de peso. "Su hallazgo
desencadenó la revolución fitness", destaca Couric.

Irónicamente, así como la moda fitness se extendió en los Estados Unidos,


también lo hizo nuestra cintura. Entre los años 1980 y 2000, se duplicaron las
membresías para el gimnasio.

En ese mismo periodo de tiempo, también se duplicó la tasa nacional de obesidad.


Una década después, 2 de cada 3 personas en Estados Unidos sufrían de
sobrepeso u obesidad. La misma tendencia paralela se observó en otras partes
del mundo.

Entonces, ¿cómo es que entre más se ejercitan las personas, tenemos tasas más
altas de obesidad? En los últimos años, también hemos visto una tendencia de los
niños pequeños a la obesidad. Si sabemos que un niño de 6 meses de edad no se
puede ejercitar (o estar a dieta, en todo caso), ¿cómo se explicaría este
fenómeno? Es claro que algo no cuadra.

Porqué el Contar Calorías No Funciona


Como lo señalaron varios expertos en obesidad en esta película, contar
calorías no funciona. Toda la hipótesis de que bajar de peso es cuestión de
quemar más calorías de las que consume, está equivocada de muchas maneras.

En primer lugar, una persona promedio simplemente no puede ejercitarse tan


intensamente y durante el tiempo suficiente como para quemar las calorías que
consume en un día cualquiera.

Para compensar un solo soda de 20 onzas, un niño tendría que andar en bicicleta
durante una hora 15 minutos. Para quemar una sola galleta de chispas de
chocolate, tendría que trotar por 20 minutos; unas papas a la francesa medianas
requerirían al menos una hora 10 minutos de natación.

Simplemente no hay suficiente tiempo en el día para quemar las calorías


consumidas, y mucho menos para quemar más de las que se consumen. Las
investigaciones modernas también han demostrado que no todas las calorías son
iguales.

Algunas calorías se queman mucho más fácilmente que otras, y algunas se fijan
persistentemente en su sistema en forma de grasa. Un punto fundamental que
debe entender es que los efectos metabólicos de los nutrientes (grasas,
carbohidratos y proteínas) son diversos.

Por ejemplo, cuando consume 160 calorías de almendras, la fibra de los frutos
secos desacelera la absorción, lo que da como resultado un aumento más lento de
los niveles de azúcar en la sangre y menor liberación de insulina.

En contraste con un vaso de soda que no tiene fibra y contiene fructosa


procesada, su hígado recibe una dosis de azúcar grande y repentina, lo cual
provoca un aumento dramático en sus niveles de azúcar e insulina, la cual es un
regulador de grasa muy poderoso.

Además, debido a que la fructosa se metaboliza por completo en el hígado, casi


todas esas calorías se convierten directamente en grasa corporal, en lugar de
utilizarla como combustible para obtener energía. Después de la fructosa, otros
azúcares y granos se encuentran entre los alimentos más consumidos que
promueven el aumento de peso y las enfermedades crónicas.

Sin embargo, la industria alimentaria, y en especial la industria de la soda,


continúan diciendo que "todas las calorías cuentan, sin importar de dónde
vengan". Eso sencillamente no es cierto, y la ciencia es bastante clara al respecto.
Otra parte del problema es un error fundamental en la comprensión de la ley de la
termodinámica. En realidad, la energía se utiliza para elaborar los nutrientes
disponibles en su cuerpo. Además de eso, su cuerpo también autorregula la
cantidad de actividad que realiza en función de la energía disponible. El libro de
Zoe Harcombe, "The Epidemic Obesity", explica esto de maravilla.

La Industria Alimentaria Miente


La obesidad tiene su origen en las elecciones nutricionales inadecuadas, no en la
falta de ejercicio. Por desgracia, a la industria alimentaria se le ha permitido
confundir el tema al distraer la atención y los debates hacia el ejercicio, omitiendo
por completo la importancia de las elecciones alimenticias específicas.

Como se puede ver claramente en esta película, todas las familias que tienen
problemas de obesidad están comiendo justo lo que no deberían--por ejemplo,
demasiados cereales y alimentos "de dieta" o bajos en grasa—con la creencia de
que están haciendo lo correcto.

A pesar de seguir los consejos convencionales, sólo siguen engordando más y, no


es de extrañar debido a que las recomendaciones convencionales realmente están
muy equivocadas.

Se supone que los granos integrales ayudan a bajar de peso, pero no. Los granos
integrales engordan igual que otros granos. Los granos y almidones se convierten
rápido en glucosa (azúcar) en el tracto digestivo, y se encuentran entre los
alimentos que debe consumir lo menos posible si está combatiendo el exceso de
peso.

También se supone que los alimentos bajos en grasa le ayudarán a perder peso.
Pero no lo hacen. Por lo general, los alimentos bajos en grasa son muy ricos en
azúcar, y el azúcar es lo que hace que tenga exceso de peso y evita que su
cuerpo queme grasa corporal.

Además, casi todos los granos, en especial los granos integrales, son ricos en
lectinas, que pueden tener graves consecuencias metabólicas negativas al
aumentar su inflamación y enfermedades autoinmunes.

Las consecuencias de esta tendencia de los alimentos ricos en azúcar y bajos en


grasa son desastrosas. En la actualidad vemos ataques cardíacos y derrames
cerebrales en niños de tan solo 8 años de edad. Vemos a personas de 30 años
con diálisis renal después de sufrir insuficiencia.

De acuerdo con la película, en Estados Unidos el número de casos de diabetes


tipo 2 en adolescentes en 1980 era cero. De hecho, la diabetes tipo 2 se conocía
como diabetes de adultos e históricamente no se escuchó de ella en niños ni
adultos jóvenes. En el año 2010, cerca de 57 640 adolescentes de Estados Unidos
fueron diagnosticados con diabetes tipo 2.
Porqué los Alimentos de 'Dieta', Bajos en Grasa Hacen que
Suba de Peso
¿Qué ocurrió en los años 80, en cuanto a los alimentos, para precipitar este rápido
incremento en la obesidad y la diabetes tipo 2?

Como se detalla en la película, el informe de McGovern de 1977,7 que advirtió que


Estados Unidos se enfrentaba a una avalancha de obesidad y enfermedades
gracias al consumo excesivo de grasas de origen animal, colesterol y azúcar, fue
categóricamente rechazado por los grupos de presión de la industria alimentaria.

Y, aunque se publicaron los primeros objetivos alimenticios de Estados Unidos, se


omitió la recomendación de reducir el consumo de ciertos alimentos.

En cambio, se alentó a las personas de Estados Unidos, a comprar carnes más


magras y alimentos más bajos en grasas saturadas y colesterol. Esto generó una
nueva industria de alimentos bajos en grasa o de "dieta".

Entre los años 1977 y el 2000, los habitantes de Estados Unidos duplicaron su
consumo diario de azúcar, y el azúcar--no las grasas saturadas ni el colesterol--es
el principal responsable del aumento de peso. Comer grasa no le engorda,
consumir azúcar sí.

Según el Dr. Robert Lustig, que aparece en la película, el azúcar es una crónica
hepatica dependiente de la dosis. Hoy en día, el 80 % de los 600 000 comestibles
vendidos en el supermercado contienen azúcar añadida.

Por lo tanto, lejos de ser algo exclusivo de los postres dulces, la mayoría de todos
los alimentos procesados que consume contienen azúcar añadida. Por ejemplo,
un frasco de salsa para espagueti contiene 5.5 más cucharaditas de azúcar que
un paquete de M&M’s tamaño snack.

La mayoría de todos los yogures comerciales también son notablemente altos en


azúcar, algunos contienen más de 35 gramos de azúcar en una sola porción--10
gramos por encima del límite diario recomendado para una buena salud.

El azúcar también se esconde detrás de varias docenas de nombres distintos.


Algunos fabricantes de alimentos ocultan todavía más su contenido de azúcar al
mencionar por separado varios tipos diferentes de azúcar en la lista de
ingredientes.

Debido a que los ingredientes se enlistan en orden con respecto a la cantidad total
en proporción con una porción, este pequeño truco hace que parezca que
contienen mucho menos azúcar. Si agruparan todos los diferentes azúcares,
podría tener que haber sido enlistado como el ingrediente principal.

Muchos también cometen el error de cambiar a alimentos y bebidas endulzadas


artificialmente para evitar calorías innecesarias. Por desgracia, las investigaciones
han demostrado de manera concluyente que los endulzantes artificiales se suman
al problema de la obesidad, y tal vez más que el azúcar regular.

La Adicción a los Alimentos es Real


La película también aborda la cuestión muy real de la adicción a los alimentos y en
particular, la adicción al azúcar. Los estudios han demostrado que el azúcar es
ocho veces más adictiva que la cocaína.

Los mecanismos biológicos detrás de la adicción a los alimentos fueron


claramente explicados en una entrevista previa con la Dra. Pamela Peeke, autora
de "The Hunger Fix".

Cuando se le brinda a los bebés alimentos con alto contenido de azúcar desde el
primer día, rápidamente se hacen adictos al azúcar. Pocos padres lo hacen a
propósito.

Simplemente no se dan cuenta de que muchas fórmulas infantiles están


completamente repletas de azúcar. Básicamente le están brindando a su bebé un
equivalente a la soda, varias veces al día.

Muchos, también les dan a sus hijos jugos de fruta en lugar de agua con la
creencia de que es una bebida saludable adicionada con vitaminas, una vez más
sin darse cuenta de que un vaso de jugo de frutas tiene tanto azúcar como un
vaso de soda.

Y, como se señala en la película, la idea de que lo único que necesita es fuerza de


voluntad para resistirse, simplemente no funciona cuando se es adicto.

La otra variable que rara vez se aborda en estos temas es la hora de comer.
Puede consumir la misma cantidad de calorías, pero si lo hace en un periodo de
tiempo limitado, tal como se hace en el ayuno intermitente, entonces puede ayudar
a su cuerpo a quemar grasas como combustible y no sufrir las consecuencias
metabólicas.

Hace poco aumenté mi periodo de ayuno diario hasta entre 18 y 20 horas y


practico el ayuno porque creo que me proporciona mejores resultados
metabólicos.

He descubierto que el ayuno intermitente es una herramienta muy eficaz que


ayuda al cuerpo a pasar del modo de quemar azúcar a quemar grasas como
combustible principal, y con ese cambio, los antojos de comida tienden a
desaparecer.

Aunque el ayuno intermitente no se ha probado específicamente en personas que


cumplen los criterios de adicción a la comida, si está luchando contra los antojos
del azúcar, creo que valdría la pena intentarlo.
Curiosamente, acabo de entrevistar al Dr. Dale Bredesen por su nuevo libro “The
End of Alzheimer’s”, que sale 22 de agosto y él compartió que el temido alelo
ApoE 4 que es un gran predictor del Alzheimer en realidad está diseñado para
darnos la flexibilidad metabólica para poder usar las grasas como combustible y
ser capaces de pasar largos períodos de tiempo sin alimento.

Por lo tanto, si tiene este gen, significa que DEBE practicar el ayuno intermitente a
menos que desee perder la función cerebral a medida que envejece.

Las Recomendaciones de la Industria del Azúcar son una


Receta para las Enfermedades Cardiacas y la Muerte
Prematura
En el año 2002, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe
técnico sobre la alimentación y nutrición para la prevención de enfermedades
crónicas, en el que se recomienda específicamente limitar el consumo diario de
azúcar hasta un máximo de 10 % de calorías con el fin de prevenir la obesidad y la
disfunción metabólica.

No es de extrañar que el informe haya sido enérgicamente rechazado por la


industria azucarera, la cual recomienda obtener el 25 % de sus calorías diarias de
azúcar.

Dos senadores de los Estados Unidos, Larry Craig (R-Idaho) y John Rowe,
pidieron al entonces Secretario de Salud y Servicios Humanos, Tommy
Thompson, que detuviera la publicación del informe debido a que arruinaría a la
industria azucarera.

Thompson obedeció. Viajó a Ginebra y le dijo a la OMS que si este informe se


publicaba, Estados Unidos retendría $ 406 millones de aportes financieros. La
extorsión tuvo el efecto deseado. Después de eso, la recomendación sobre el
azúcar no se incluyó en los informes alimenticios de la OMS.

¿Qué sucede cuando sigue las recomendaciones de la industria azucarera y


obtiene el 25 % de sus calorías diarias en forma de azúcar? Un estudio realizado
en el año 20148 nos dio la respuesta. Descubrió que el 10 % de las personas de
Estados Unidos consumen el 25 % o más de sus calorías diarias en forma de
azucares añadidos, tal como lo recomienda la industria del azúcar.

Aquellos que obtuvieron del azúcar el 21 % o más de sus calorías diarias fueron
DOS veces más propensos a morir a causa de una enfermedad cardíaca en
comparación con aquellos que obtuvieron el 7 % o menos de sus calorías diarias
en forma de azúcar añadida. Entre quienes consumieron el 25 % o más de sus
calorías forma de azúcar, el riesgo fue casi el TRIPLE.

Cómo el Jardín Orgánico de la Primera Dama se Convirtió en


una Campaña de Comida Chatarra
Cuando Barack Obama asumió la presidencia, la primera dama Michelle Obama
adoptó una postura firme en contra de la industria alimentaria, exhortándolos a
reformular sus alimentos con el fin de reducir el azúcar y replantear la publicidad
que está dirigida a los niños.

La industria alimentaria rápidamente tomó el control de la situación al ofrecerse a


colaborar con ella, y de este modo dirigir todo su programa de bienestar lejos de
un cambio concreto para adoptar un enfoque de ejercicio físico y enseñanza para
niños sobre la falsa teoría conocida como balance energético.

Su campaña "Let's Move" fue un fracaso en lo que respecta a tener un impacto


sobre la obesidad infantil y las enfermedades relacionadas. De hecho, las
investigaciones demuestran que la obesidad infantil continuó empeorando
después del lanzamiento de este programa nacional en el año 2010,9 en donde la
obesidad grave se incrementó aun más.

Esto era totalmente predecible, ya que la campaña no se centró en el origen del


problema (los alimentos procesados tóxicos con alto contenido de azúcar) y las
soluciones recomendadas que no funcionan (sólo en ejercitarse más).

Como destaca la película, la industria alimentaria se ha vuelto experta en distraer


la atención al hablar de la necesidad de hacer más ejercicio y los alimentos
transgénicos procesados que son más bajos en calorías—lo cual enmascara la
solución real y perpetúa el problema--en lugar de hablar de comida y cocina
reales.

Incluso el nombre de la campaña, "Let's Move" (movámonos), fue captado y


tergiversado para servir a la industria de los alimentos procesados.

Originalmente, la primera dama dijo que el nombre representaba un llamado a la


acción--necesitamos ponernos manos a la obra sobre el tema de la alimentación
infantil--pero al final, se trató sólo de la actividad física y el tema de volver a la
comida real se perdió por completo .

Cómo Revertir la Epidemia de Obesidad


Sin duda, la recomendación convencional de consumir alimentos bajos en grasa,
ricos en carbohidratos ha contribuido a la epidemia de obesidad.

Si usted o sus hijos están luchando contra el exceso de peso, algunos datos
principales que necesita tomar en cuenta son:

1.Contar calorías no funciona porque la fuente de las calorías es mucho más


importante que la cantidad, debido a que no todas se metabolizan de la misma
forma.

Las calorías de los carbohidratos (es decir granos y azúcares) aumentan su nivel
de insulina y se convierten en grasa corporal, mientras que las grasas alimenticias
y la proteína tienen muy poco impacto en su insulina, y las grasas son un
combustible corporal mucho más eficiente que el azúcar

2.La mala alimentación no se puede compensar con el ejercicio

3.Una alimentación deficiente es aquella que es rica en alimentos procesados,


azúcar añadida (en especial fructosa procesada), grasas dañinas (aceites
vegetales y grasas trans, no las grasas saturadas ni el colesterol que se
encuentran en los alimentos enteros) e ingredientes artificiales

Estoy firmemente convencido de que podemos revertir la epidemia de obesidad,


sin embargo, eso requiere una nueva base de conocimientos. En primer lugar,
tenemos que volver a llevar una alimentación con productos reales, mínimamente
procesados.

En segundo lugar, necesitamos enseñarles a las personas la importancia de


consumir grasas saludables y continuamente evitar comer grandes cantidades de
carbohidratos netos (carbohidratos menos fibra).

Una vez que empecemos a quemar grasas como combustible, necesitamos volver
a consumir carbohidratos saludables en forma de ciclos con el fin de alimentar
nuestros microbios intestinales.

Como regla general, si la grasa proviene de un alimento entero será buena para
usted. Esto incluye a la grasas que se encuentran en la carne, huevos, lácteos sin
pasteurizar, aguacates, frutos secos, cocos, entre otros.

Son las grasas de los alimentos procesados con las que necesita ser cauteloso,
además de los aceites vegetales para cocinar, margarinas y productos untables de
aceite vegetal.

Por último, pero no por ello menos importante, sería prudente limitar su consumo
de proteínas sólo a lo que su cuerpo necesita debido a que el exceso de proteínas
también tiene consecuencias en la salud. No tanto en términos de obesidad en sí,
pero sin duda con respecto a las enfermedades cardiacas y el cáncer.

La mayoría de las personas consumen mucha más proteína de la que su cuerpo


requiere, y la mayor parte proviene de carne de res de baja calidad que fue
producida en CAFOs, cuya composición nutricional se ve comprometida por la
forma antinatural en que estos animales son criados y alimentados.

En mi opinión, el único promotor más importante de la obesidad es consumir más


de 50 gramos de carbohidratos netos al día y el exceso de proteína.

Una vez que su consumo de carbohidratos netos esté por debajo de los 50
gramos, modere su consumo de proteínas a 0.5 gramos por cada libra de masa
corporal magra, junto con mayores cantidades de grasa de alta calidad, su cuerpo
comenzará a recuperar su capacidad para quemar grasas como su combustible
principal.

Una vez que se convierta en un quemador eficiente de grasas, será prácticamente


imposible tener sobrepeso.

Recuperando su Salud con Cada Comida


Muchos terminan por rendirse al tratar de limpiar su alimentación y se quejan de
que una vez que comienzan a leer las etiquetas, se dan cuenta de que no hay
nada que sea "seguro de comer".

Si esto le suena, es probable que todavía esté viendo los alimentos procesados y
tratando de descubrir cuáles son "buenos" para su salud, y ese es el problema. Si
se toma en serio la pérdida de peso, realmente necesita evitar todos los alimentos
procesados y cocinar con ingredientes enteros desde el principio.

La lista de ingredientes a evitar es casi interminable, comenzando con todo tipo de


azúcar añadida y seguirle la pista puede ser realmente desalentador. En su lugar,
la respuesta es crear una lista de opciones saludables, que es mucho más corta y
más fácil de recordar.

La siguiente breve lista de recomendaciones súper simples y fáciles de recordar


no sólo mejorará su nutrición, sino que también le ayudará a evitar incontables
exposiciones a químicos que pueden afectar su peso:

•Consuma ALIMENTOS REALES. Compre alimentos enteros, idealmente


orgánicos, y cocínelos desde cero. Primero que nada, esto reducirá
automáticamente su consumo de azúcar añadida, que es la causa de la
resistencia a la insulina y el aumento de peso.

Si compra productos orgánicos, también reducirá su exposición a los ingredientes


transgénicos y pesticidas, y al dejar de consumir alimentos procesados,
automáticamente evitará los endulzantes artificiales y las grasas procesadas
dañinas.

Para obtener consejos alimenticios más detallados, por favor consulte mi Plan de
Nutrición Optimizado y/o mi nuevo libro, "Fat for Fuel" (Grasas como Combustible)
que son gratuitos.

•Opte por las carnes de animales alimentados con pastura, certificadas por la AGA
con el fin de evitar los ingredientes transgénicos, pesticidas, hormonas,
antibióticos y otros medicamentos promotores del crecimiento

•Elija envases y recipientes de almacenamiento de vidrio con el fin de evitar los


productos químicos que alteran el sistema endocrino
•Reduzca su consumo de carbohidratos netos a menos de 50 gramos al día y
limite la cantidad de proteína a 0.5 gramos/libra de masa corporal magra. Las
calorías restantes provienen de fuentes de grasa de alta calidad como los
aguacates, mantequilla, aceite de coco, nueces macadamias y pacanas

Si aún tiene dificultades después de haber optimizado su alimentación, es posible


que quiera reconsiderar seriamente sus horas de comida.

El ayuno intermitente puede ser muy eficaz para ayudar a su cuerpo a pasar del
modo de quema de azúcares—al de quema de grasas. También considere
incrementar su actividad física diaria.

Lo ideal es que su objetivo sea dar entre 7 000 y 10 000 pasos al día o incluso el
doble si tiene el tiempo. Después, puede agregar una rutina de entrenamiento más
reglamentada, que realmente le ayudará a maximizar todos los otros cambios de
estilo de vida saludable que acaba de implementar. Pero para la salud general y la
longevidad, la prioridad es mantenerse activo durante todo el día y evitar sentarse.

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