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Hongos formadores de micorriza arbuscular

y relación con características edáficas


en agroecosistemas de aguacate
Patricia Prada1, Carmen Usuga2, Esperanza Franco3 y Dario Castañeda4

Introducción
La micorriza arbuscular es una asociación simbiótica entre los hongos
del filo Glomeromycota y la raíz de la mayoría de las plantas, caracteri-
zada por un intercambio de nutrientes y beneficios. Estudios en frutales
han revelado que la micorriza arbuscular es la forma de micorriza más
ampliamente distribuida en los agroecosistemas de aguacate. Hoy en
día, el aguacate, Persea americana Miller, se considera como uno de
los cultivos promisorios del país y como tal, su estudio es significativo
para el progreso del cultivo. Cabe resaltar también, que su relación con
los HMA es muy importante pues está reportado como micorrizógeno
1 obligado, es decir, necesita de la micorriza para su óptimo desarrollo 1.
BSc Investigador
Universidad de Una forma adecuada de comenzar a explorar esta estrecha simbiosis
Antioquia,
papramu@ es realizando una evaluación del recurso micorrizal. Para esto es nece-
gmail.com sario conocer los factores propios del suelo en donde se establecen las
2 plantaciones de aguacate que pueden estar estimulando su desarrollo
MSc, Investigador
Facultad de ciencias o que puedan estarla afectando negativamente.
Agrarias, Politécnico
Colombiano Jaime
Isaza Cadavid,
Factores como la acidez, las concentraciones de materia orgánica y
eusugao@gmail.com de otros elementos importantes como fósforo, calcio, aluminio, hierro y
3 magnesio en el suelo, inciden sobre el buen establecimiento y desem-
PhD, Profesor In- peño de la simbiosis, lo cual se refleja en la capacidad de colonización
vestigador, Univer-
sidad de Antioquia, del hongo y su producción de esporas.
afranco@quimbaya.
udea.edu.co
Materiales y Métodos
4
MSc, Profesor In-
vestigador Facultad Localización del sitio de estudio
de ciencias Agrarias,
Politécnico Colom-
biano Jaime Isaza Con el fin de muestrear cultivos que difirieran en características climá-
Cadavid,
dacastaneda@
ticas y suelos, el trabajo de campo se llevó a cabo en tres municipios,
elpoli.edu.co ubicados en diferentes zonas del departamento de Antioquia (Fig. 1):

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- En la zona Oriente el municipio de Marinilla, a 2120 msnm, con
una temperatura promedio de 17°C.
- En la zona Norte el municipio de Entrerríos, a 2300 msnm, con
una temperatura promedio de 16°C.
- Y en la zona Suroeste el municipio de Angelópolis, a 1900 msnm,
con una temperatura promedio de 18°C.

Figura. 1. Mapa de Antioquia con ubicación de los municipios donde se tomó la muestra, respecto a Medellín.

Selección de fincas

La información básica de la ubicación de fincas productoras de aguaca-


te en cada municipio, se recopiló de los planes de ordenamiento territo-
rial de los municipios, UMATAs (Unidad Municipal de Asistencia Técnica
Agropecuaria), asociaciones productoras y corporaciones autónomas
regionales.

En cada municipio se visitaron 6 fincas, para un total de 18 fincas


muestreadas (Fig. 2), todas con manejo agronómico convencional (uso
de agroquímicos).

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Figura. 2. Finca 13 “Patio Bonito”, en el municipio de Angelópolis.

Toma de muestras

En cada finca se muestrearon 5 árboles de aguacate al azar. De cada


árbol, a una distancia del tallo donde coincida con la proyección de la
copa del árbol y a una profundidad de 30 cm, se tomó una submuestra
de suelo de aprox. 1 kg (Fig. 3) y una submuestra de raicillas de aprox.
3 gramos. Se mezclaron las submuestras del suelo de cada planta y se
obtuvo una muestra de 5 kg o más, la cual se rotuló con el nombre del
municipio en que fue colectada y el de la finca. Así mismo, se mezclaron
y rotularon las submuestras de raicillas, para obtener una sola muestra
por finca. En total, se obtuvieron 18 muestras de suelo y 18 muestras
de raicillas.

Figura. 3. Toma de muestras de suelo.

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De los 5 árboles muestreados, se escogieron 2 al azar y con ayuda de
un cilindro metálico biselado se tomaron muestras sin disturbar, entre 5
y 10 cm de profundidad, para evaluar la densidad aparente del suelo de
cada finca (Fig. 4).

Para el porcentaje de humedad en el suelo, se utilizaron estas mismas


muestras, tomando su peso húmedo y su peso seco y con esta informa-
ción se estimó la fracción de agua que contenía el suelo.

Figura. 4. Toma de muestra para evaluar densidad aparente.

Procesamiento de muestras

La muestra de suelo de 5 kg de cada finca, se separó en dos porciones


para darle los siguientes usos:

Una porción fue enviada al laboratorio para realizar las pruebas quími-
cas: se evaluó el contenido de arena, limo y arcilla por el método del hi-
drómetro (Fig. 5) y se realizó un análisis químico de Ca, Mg, Al, P, Fe,
materia orgánica y pH. La otra porción se almacenó en nevera a 4ºC, en
bolsas selladas y rotuladas, para utilizarse en la extracción de esporas,
usando el método “CIAT, proyecto micorriza” [2] (Fig. 6).

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Figura. 5. Prueba de textura del suelo.

Las muestras de raicillas se lavaron con agua corriente y se almacena-


ron en nevera a 4ºC, en frascos rotulados y sumergidas en solución AFA
(Ácido acético 20 ml, formol 16 ml, alcohol etílico 200ml y agua destila-
da 1000 ml), con el fin de conservar la estructura del Hongo. Posterior-
mente se tiñeron en Azul de Tripán.

Figura. 6. Proceso de tamizaje húmedo durante la extracción de esporas.

Medición del porcentaje de asociación

Se siguió el método en placa[2]. En una caja de Petri se colocaron raí-


ces finas ya teñidas y se cortaron en fragmentos de 1.5 a 2 cm (Fig. 7).
Se tomaron cinco segmentos al azar y se montaron en placas con PVLG
como medio, haciendo una presión suave o squash.

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Este procedimiento se realizó tres veces para cada finca muestreada,
para un total de 54 placas.

En el microscopio con el objetivo de 40X, se recorrió el segmento de


raíz sin hacer intersección con los campos. Se registraron campos ob-
servados y campos asociados. Los campos asociados se determinaron
por la presencia de arbúsculos, vesículas y/o hifas intracelulares de tipo
‘arum’ y/o ‘paris’.

Para cada muestra se aplicó la siguiente fórmula:

El porcentaje de asociación por finca, se determinó con el cálculo pro-


medio de las 3 réplicas.

Figura. 7. Segmentos de raíz listos para montar en placas.

Conteo de esporas

- Se tomaron las cajas de Petri que contenían las esporas almacenadas


con agua destilada y se observaron al estereomicroscopio.
- Con ayuda de un estilete fino se realizaron los conteos, teniendo
en cuenta solo las esporas sanas y completas. Se hizo un conteo
total y un conteo por morfotipos.

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Análisis estadístico

Se usó el programa “R” [3] para calcular la correlación entre las condi-
ciones fisicoquímicas del suelo y el porcentaje de asociación, el número
de esporas y la diversidad.

Resultados
Se encontró un total de 49 morfotipos, pertenecientes a los géneros Glo-
mus, Aculospora, Scutellospora, Entrophospora y Ambispora.

Con el fin de resumir los datos obtenidos se estimó el promedio para


cada una de las variables fisicoquímicas del suelo evaluadas. Estos resul-
tados se agruparon de acuerdo a los municipios (Tabla 1). Se generó un
modelo que seleccionó las variables más significativas, presentadas en
la Tabla 2, donde se muestra el tipo de correlación existente entre ellas.
Tabla 1. Promedios de las características fisicoquímicas de los suelos de las fincas, agrupadas por municipios.

Angelópolis Marinilla Entrerríos


Variables
Media Sd Media Sd Media Sd
Asociación 70,47 8,8 70,14 11,19 76,84 14,16
Esporas 856,7 517,8 720,1 484,39 1077 368,9
HG 0,345 0,04 0,4767 0,02 0,28 0,02
Da 0,79 0,11 0,595 0,01 0,9283 0,11
MO 10,42 3,71 11,3 2,35 10,12 2,01
Arena 31,88 3,91 56,53 6,72 48,27 6,62
Limo 36,31 4,98 26,38 6,21 33,06 7,94
Arcilla 31,8 8,17 17,09 2,47 18,69 2,83
pH 5,42 0,23 5,895 0,08 5,323 0,34
Ca 0,4267 0,3 1,118 0,41 0,5967 0,31
Mg 0,29 0,24 0,26 0,19 0,1517 0,04
Al 0,225 0,15 0,02667 0,03 0,1617 0,24
P 8,067 11,04 42,63 28,31 69,88 48,57
Fe 20,02 5,74 6,053 2,13 9,445 4,7

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Las fincas visitadas fueron similares en cuanto al manejo agronómico
convencional que empleaban, el cual incluía la utilización de agroquí-
micos como fertilizantes y biocidas, así como la adición de materia or-
gánica, en mayor o menor grado. Se encontraron fincas dedicadas a la
producción comercial, con una extensión de 10 ó más cuadras y fincas
pequeñas, que solo tenían alrededor de 6 árboles de aguacate, con fre-
cuencia asociados a otros cultivos como mora, café y fríjol.

Los tres municipios en los que se llevó a cabo el muestreo presentaron


diferencias en cuanto a altitud, temperatura promedio y características
climáticas en general. Pero las diferencias más marcadas y determinan-
tes para este estudio se encontraron a nivel de características del suelo,
un ejemplo de esto es la textura, ya que en Marinilla el suelo resultó ser
franco arenoso, en Entrerríos franco y en Angelópolis franco arcilloso.
Tabla 2. Correlación de las variables más significativas del modelo.

Variable Asociación Número esporas


Marinilla β1 41.028.25
Entrerríos β2 37.254.06
Angelópolis β3 40.011.67
HG β4 -9.917.28
MO β5 230.234
Arena β6 -42.125
Limo β7 -1,6515
Arcilla β8 1,2376 -139.464
pH β9 31,4852 -6.122.18
Ca β10 -73,56
Mg β11 46,671 4.266.58
Al β12 124,2952 -13.860.37
Fe β13 -4,461
R2 0.9854 0.9647
p-valor < 2,2e-16 < 2,2e-16

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Se hizo una comparación por municipio del porcentaje de asociación y
el número de esporas (Gráficas 1 y 2).

Gráfica 1. Comparación del Porcentaje de Asociación entre las zonas muestreadas.

Gráfica 2. Comparación del Número de Esporas entre las zonas muestreadas.

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El municipio de Entrerríos presentó suelo franco en los resultados, así
como el mayor porcentaje de asociación y el mayor número de esporas
(Gráficas 1 y 2). Es posible inferir que la textura del suelo se halla rela-
cionada con estas variables, pues en un suelo franco el tamaño de las
partículas se encuentra equilibrado, permitiendo una mejor aireación y
circulación de los nutrientes, lo que favorece el desarrollo de los HMA.

El establecimiento efectivo de la micorriza arbuscular depende de mu-


chos factores: la existencia de una planta hospedera susceptible y pro-
págulos infectivos, así como la confluencia de factores físicos, químicos,
biológicos, climáticos y de prácticas que favorezcan su formación y fun-
cionamiento. Así mismo, el porcentaje de asociación y el número de
esporas, también dependen de este tipo de factores, que siempre son
específicos para cada sitio, entre ellos el pH, la temperatura, el conteni-
do de humedad del suelo, la fertilización y el uso de agroquímicos [1], [4].

Desde que la investigación en micorrizas existe, se han realizado nu-


merosos trabajos con el fin de determinar los factores ecofisiológicos y
fisicoquímicos que influyen en el desarrollo de esta simbiosis, con re-
sultados que muchas veces son contradictorios, precisamente porque
en campo las condiciones no son controladas y cada sitio de muestreo
y cada individuo estudiado son diferentes y están siendo afectados por
muchísimos factores, como se mencionó anteriormente.

Se ha afirmado que la biomasa total de los organismos del suelo, inclui-


dos los HMA, es mayor en un suelo rico en materia orgánica[5]. En este
trabajo se encontró una correlación positiva entre la cantidad de mate-
ria orgánica del suelo y el número de esporas (Tabla 2). Esto concuerda
con estudios realizados por Castillo y colaboradores[6], quienes encon-
traron una interacción de tipo positiva entre el número de esporas y el
contenido de materia orgánica, en un Inceptisol cultivado con Avena sa-
tiva, lo que sugiere que esta condición le es favorable al hongo para su
desarrollo. Sin embargo Millaleo y colaboradores[7] no obtuvieron dife-
rencias en el número de esporas, al adicionar composta en un Ultisol.

Aunque los registros varían y aún no es claro el efecto de la materia orgáni-


ca sobre los HMA, hay evidencias de que puede afectar positivamente la pre-
sencia de especies de HMA nativos. Este efecto positivo se ha explicado con el
aumento en la disponibilidad de nutrientes para la planta hospedera y el incre-
mento en las comunidades microbianas que favorecen la acción de los HMA [1].

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Se obtuvo que el número de esporas se ve afectado negativamente por
valores altos de humedad gravimétrica del suelo (Tabla 2) y se ha plan-
teado que un déficit en el suministro de agua, al crear una situación de
estrés, promueve la producción de esporas de HMA. Esto explica una
mayor densidad de esporas durante las épocas más secas y represen-
ta una adaptación del hongo frente a escasez de agua. Además, por ser
los micosimbiontes organismos aerobios, el exceso de humedad limita
su establecimiento en la raíz. Aún así, los datos en la literatura relacio-
nados con la humedad son contradictorios, sugiriendo que la densidad
de esporas puede incrementarse, disminuirse o no mostrar cambios con
los contenidos de humedad del suelo o inundación[1], [8], [9].

El análisis estadístico revela que hay un efecto debido a las caracte-


rísticas propias de cada zona: temperatura, altitud, precipitación, tipo
de suelo, intensidad lumínica, etc., aunque no evaluadas, que estan ju-
gando un papel importante en la esporulación. De hecho, autores como
Guerrero[8], afirman que esto es así.

Con respecto a las partículas que conforman el suelo, se halló una co-
rrelación negativa entre la arcilla y el número de esporas. Esto se rela-
ciona con el hecho de que los suelos arcillosos tienden a compactarse,
con lo que ocurre una disminución de la aireación, el drenaje y el sumi-
nistro de O2 y por lo tanto, se crean condiciones poco favorables para la
esporulación y el desarrollo del hongo en general[9]. Del otro lado, se ob-
tuvo que la arena también presenta una incidencia negativa en la canti-
dad de esporas, lo que se puede explicar al considerar que las partículas
más grandes poseen una menor capacidad de retención de agua, dis-
minuyendo la disponibilidad de agua para el desarrollo del hongo[10]. No
obstante, algunas especies de Gigaspora se han visto favorecidas por
los suelos arenosos, además, estudios realizados por Gaur y Adhole-
ya[11] revelaron que la producción de inóculo fue más alta en suelos con
partículas de arena de grado B (0.78-0.50 mm). Por último, se halló una
correlación positiva, aunque muy baja, entre arcilla y asociación, resul-
tado que se contradice con estudios realizados por otros autores.

El pH es uno de los factores abióticos que más influencia puede tener


en el comportamiento de la micorriza y la composición de especies de
HMA. Cada especie tolera rangos diferentes de pH. Estudios realizados
en esta materia revelan que para la mayoría de especies de Glomus el
pH más adecuado se sitúa entre 5.5 y 6.5. Algunas especies de Glomus

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y Acaulospora tienen la facultad de desarrollarse bajo rangos de pH muy
amplios, entre 3.8 y 8 y la mayoría de especies de Gigaspora se desa-
rrollan en suelos con pH 5.3 o menor, donde Gigaspora sp. ha sido re-
portada en suelos con pH de 4.5 a 5 [1], [8], [12].

La relación que se halló entre el pH y el número de esporas fue nega-


tiva, es decir, a menor pH, mayor número de esporas y el rango de pH
encontrado para las fincas muestreadas estuvo entre 5 y 6 aproximada-
mente, que es el más adecuado para el cultivo de aguacate. Un pH li-
geramente ácido como este, es favorable para muchas de las especies
reportadas de Glomus y Acaulospora y confirma los resultados obteni-
dos, pues la mayoría de morfotipos encontrados pertenecen a estos gé-
neros. En contraste, el rango de pH de los sitios de estudio podría no
ser muy favorable para la mayoría de especies de Gigaspora, que se de-
sarrollan a un pH menor, lo cual corrobora la ausencia de este género
en los morfotipos encontrados. Pero Peña y colaboradores [13] proponen
que un ligero aumento del pH en el suelo genera una menor saturación
de aluminio y una mejor capacidad de intercambio catiónico de las arci-
llas, reduciendo el estrés en las poblaciones biológicas del suelo, lo que
se traduce en un aumento de sus densidades poblacionales y en el caso
de los hongos micorrícicos, favoreciendo la esporulación.

La variable aluminio presentó el mismo comportamiento que la varia-


ble pH, indicando que existe una estrecha relación entre la acidez y este
elemento, pues esta condición favorece su solubilización en el suelo.
En general se ha afirmado que el aluminio tiene un efecto tóxico para
la planta y el hongo, sin embargo se han reportado especies que desa-
rrollan tolerancia a la toxicidad por aluminio y aunque este tema es con-
troversial, en suelos ácidos tropicales tipo Ultisol este factor parece no
afectar el desempeño de las micorrizas arbusculares nativas, inclusive
pudiendo el hongo acumular aluminio en su micelio, vesículas y células
auxiliares[1], [8], [13].

Contradiciendo los estudios que proclaman la toxicidad del aluminio,


en este estudio el aluminio jugó un papel muy importante, mostrando la
relación directa más alta el porcentaje de asociación. Habrá que profun-
dizar en la investigación de este tema para poder esclarecer el por qué
de estas diferencias.
En los resultados se observa una relación inversa entre el calcio y la
asociación, es decir que a medida que aumentan los niveles de calcio

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disminuye la asociación. Con el calcio se ha encontrado algo similar a
la situación con el fósforo, donde suelos con baja cantidad de calcio y
magnesio estimulan la simbiosis hongo-planta y sus beneficios[14].

Es importante ahondar más en la investigación de la relación que exis-


te entre la diversidad de HMA y las características físicas y químicas del
suelo, ya que se cuenta con muy pocos estudios que tratan este tema y
si lo hacen, es de una manera superficial.

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