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"Vía láctea". Planetas y viajeros.

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Contenido
7 Fabián Sanabria
EDITORIAL
El nudo de nuestra soledad

Ensayos I
13 Carlos Guillermo Páramo
Cosas de la vorágine. Una guía para viajeros «hacia el vórtice de la nada»
La Vorágine’s Affairs. A Travelers’ Guide «to the Vortex of Nothingness»

27 Claudia López
Irrespetuosos, arriesgados, alegres. Apuntes para una pedagogía ética de la lectura
Disrespectful, Daring, Cheery. Notes for an Ethical Pedagogy of Reading

35 Fabio Jurado Valencia


La interpelación y la fuerza crítica de la escritura
The writing’s Interpellation and Critical Force

43 Gabriel Rudas Burgos


La literatura como lucha estética del sujeto (sobre Harold Bloom)
Literature as an Aesthetic Struggle of the Subject (on Harold Bloom)

55 Alejandra Jaramillo Morales


¿Sujeto o simulacro? Conjunción de cuerpo, espacio y alteridad en Oriana de Fina Torres y
Confesión a Laura de Jaime Osorio Gómez
Subject or Simulacrum? Conjunction of Body, Space and Alterity in Fina Torres’ Oriana and Jaime
Osorio Gómez’ Confesión a Laura

63 Carlos Jair Martínez Albarracín


Códigos y textos de larga duración: la diglosia árabe en colombia
Longstanding Codes and Texts: the Arabic Diglossia in Colombia 

75 Gabriel Restrepo
Los arqueos de la excentricidad. Sobre la obra literaria de Andrea Jeftanovic
Excentricity’s Bendings. Notes on Andrea Jeftanovic’s Literary Work

81 Enrique Rodríguez Pérez


Metáforas desde la sombra: poética y contradicción en Residencia en la tierra de Pablo Neruda
Metaphors from the Shade: Poetics and Contradiction in Pablo Nerudas’s Residencia en la tierra

Dossier
97 Caleb Harris y Carlos Valderrama
Seis poemas de J. K. Baxter
Fotografías Max Oettli y Lloyd Goodman

Ensayos II
113 Ricardo Rodríguez Morales
Ernesto Volkening: un habitante del reino intermedio
Ernesto Volkening: an Inhabitant of the Intermediate Kingdom

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123 Elsa Drucaroff
La crítica ante el vínculo insoluble / indisoluble entre literatura y mercado
A Critique of the Insoluble / Indissoluble Tie between Literature and Market

133 Azriel Bibliowitz


La mirada de Medusa
The gaze of Medusa

137 John Gualteros Valenzuela


La temporalidad y la configuración ética en El perseguidor de Julio Cortázar
Temporality and Ethical Configuration in Julio Cortázar’s The Pursuer

147 Sergio Ernesto Perozzo Molina


La fenomenología hermenéutica como método interpretativo. 
Breve análisis de
«Todos los fuegos el fuego» de Julio Cortázar
Hermeneutic Phenomenology as an Interpretative method. A brief analysis of Julio Cortazar’s «Todos
los fuegos el fuego»

153 Gabriel Restrepo


¿Babel, hostilidad, hospitalidad? ¿Podemos «escucharnos los unos a los otros»?
Babel, Hostility, Hospitality? Can We «Listen to Each Other»?

165 Bruno Mazzoldi


Conjeturas de Artaud y cursivas de Derrida
Artaud’s Conjectures and Derrida’s Italics.

181 César Augusto Vásquez García


Lo imaginario en la construcción del Nuevo Mundo o las visiones de «el otro» 

y de «lo otro» en los siglos xvi y xvii
The Imaginary in the Construction of the New World or the New Vision of «the Other» and
«Otherness» in the 16th and 17th Centuries

Conferencias
193 Michel Maffesoli
Ciberespacio y masturbación: «una comunión postmoderna de los santos»

199 Michel Mafessoli


La invención de lo cotidiano hoy

205 Michel Mafessoli


Las artes de lo efímero en nuestro tiempo

209 Fabián Sanabria


Entre Becket y Lacan: cesar de no escribirse

Entrevista
219 Franco Volpi
La «dimensión estética del pensamiento». ‘Cuidar de sí’ como fundamento
de una política publicitaria

antología mínima
225 Yuichi Mashimo
Selección de poemas de Casa tiempo ii

227 Freddy Téllez


En cosas de escritura... Selección de aforismos

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232 Julio César Goyes Narváez
Selección de poemas de Imaginario postal

Reseñas
241 Fernando Zalamea
Filosofía sintética de las matemáticas contemporáneas

243 Fernando Zalamea


América-una trama integral

246 Iván Vicente Padilla


El debate de la hispanidad en Colombia en el siglo xx

248 Fabián Sanabria y Hernando Salcedo-Fidalgo (comps.)


Ficciones sociales contemporáneas

249 Belén del Rocío Moreno


Goces al pie de la letra

251 Varios autores


Educación Estética No. 4. Los escritores como críticos

253 Fred Poché


El pensamiento de lo social en Jacques Derrida. Para comprender la deconstrucción

255 Wolf Lepenies


La seducción de la cultura en la historia alemana

258 Paolo Vignolo (comp.)


Ciudadanías en escena

262 Enrique Rodríguez Pérez (ed.)


La palabra que se entreteje en el tiempo

264 Nicolás Poblete


Nuestros desechos

Lecturas recobradas
267 César Vallejo
Los artistas ante la política

268 Martin Heidegger


«El poema» de Hölderlin

Sobre las ilustraciones


275 Germán Rubiano y R amón Vanegas
Notas a propósito de la obra de Ramón Vanegas

Electroacústica
285 Dos piezas electroacústicas basadas en dos poemas de José Celestino Mutis

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letras,
pensamiento
y sociedad

"Cosmos". Planetas y viajeros.

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Director
Fabián Sanabria Sánchez
Comité editorial
Decano
Fabián Sanabria Sánchez
Vicedecano Académico
Sergio Bolaños Cuéllar
Vicedecano de Investigación y Extensión
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Secretaria Académica
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Dep. Filosofía
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Dep. Lenguas Extranjeras
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Bogotá
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Centro de Estudios Sociales
Javier Sáenz Obregón
Editores invitados UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
Gabriel Restrepo Rector General
Enrique Rodríguez Pérez Moisés Wasserman
Editores de desarrollo Secretario General
Ana Cecilia Calle Poveda Jorge Ernesto Durán Pinzón
Camilo Baquero Castellanos Vicerrector de Sede
Julio Esteban Colmenares
Corrección de textos
Decano de Ciencias Humanas
Nicolás Rojas
Sonia Rodríguez Fabián Sanabria Sánchez
Francisco Thaine Vicedecano de Ciencias Humanas
Sergio Bolaños Cuéllar
Diagramación Director del Centro Editorial
Isabel Sandoval M.
Camilo Baquero Castellanos
Agradecimientos
Max Oettli
Lloyd Godman PALIMPSESTVS
Lawrence Jones Universidad Nacional
(http://lloydgodman.net/baxter/index.html) Facultad de Ciencias Humanas
Ramón Vanegas Edif. Sociología, Of. 224
A. A. 14490 Bogotá, d.c.
Revisión y traducción de abstracts Ciudad Universitaria
Victoria Argoty http://www.humanas.unal.edu.co/cms.php?id=1192

6 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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El nudo de nuestra soledad

En soledad vivía,
Y en soledad ha puesto ya su nido,
Y en soledad nos guía
A solas el querido,
También en soledad de amor herido.
Cántico espiritual
San Juan de la Cruz

U
no de los más notables aportes del estructura- otras que, administradoras de diferentes usos lingüísticos,
lismo consistió en identificar el funcionamiento quedan excluidas de facto por «no poderse comunicar».
de las culturas como lenguas. Del mismo modo, Del mismo modo, dentro de una comunidad, los modos de
la antropología moderna estableció que las sentir, pensar y actuar que forjan al idioma (y que al cabo
lenguas son una expresión privilegiada de las culturas del tiempo él terminará transformando), corresponden a
que las hacen posibles. El lenguaje, en cuanto capacidad un habitus lingüístico grabado en la cultura (que a su vez
universal de comunicación, contiene y manifiesta los determina las maneras de inscripción de la misma). El
modos de sentir, pensar y actuar de individuos y grupos individuo, no obstante, afronta esa característica cultural
que, más allá de las disparidades geográficas, políticas como algo arbitrario. Pero es un arbitrario bien fundado y
e históricas, se identifican a través de un idioma. En ese preexistente, una construcción anclada en lo más profundo
sentido, las disposiciones para hablar una lengua son de la historia, que nos troquela y supera. De allí que resulte
generadoras y clasificadoras de prácticas, hecho que reveladora la expresión «lengua materna».
constituye el mecanismo más expedito para que el lazo
Es un arbitrario bien fundado que en un momento de-
social se realice.
terminado puede indicar lo correcto e incorrecto de esos
Esta consideración, que desborda el ámbito de la lingüísti- modos de sentir, pensar y actuar, expresados en términos
ca, tiene alcances antropológicos y sociológicos, así como de fonética y ortografía. Ese habitus lingüístico corresponde
implicaciones políticas. El término logos —es convenien- a lo que algunos pensadores del postcolonialismo han lla-
te no olvidarlo— designa a la palabra, pero también, y mado la «localización de la cultura». Este concepto alude,
fundamentalmente, al lenguaje. En nuestra tradición, el precisamente, a las condiciones físicas (en sentido de límite,
concepto ha trazado dos caminos. El primero se encuen- de limes) que determinan a los colectivos.
tra circunscrito a la lógica gramática, donde la palabra
Pero existe otro valor en cuanto a la cultura de un indivi-
es un instrumento de comunicación y de conocimiento.
duo expresada en la lengua. Se trata del rasgo de intimidad
Inaugurada por Platón y Aristóteles, esta vía explicita
que un sujeto tiene con los otros: sus expresiones propias
el carácter de duplicación de ideas que tiene el lenguaje
y coloquiales, sus maneras de expresar ternura y rabia,
para expresar los objetos. Al mismo tiempo, ha intentado
sus inflexiones idiosincráticas y maneras singularísimas
explicar las estructuras que posibilitan nuestra capacidad
de decir «yo». Todo, claro, condicionado por un legado
universal de comunicación, fundando en ese empeño el
particular, producto de las hibridaciones y apropiaciones
conocimiento del conocimiento. Estructural, este primer
que hacen del lenguaje un ámbito universal. Tal es el
camino establece en el lenguaje un sistema de signos cuyo
caso de la rehabilitación de arcaísmos y la utilización de
objetivo es la efectividad comunicativa. El segundo camino
expresiones cuyo origen pertenece a otras lenguas. Esto
hace énfasis en el decir, anclado en el verbo leguei. Logos es
sería equiparable a lo que Maurice Halbwacs, refiriéndose
también decir. Un decir que para ser tal necesita de otro,
a las relaciones sociales, denomina «los cuadros sociales
de unos otros donde la enunciación tenga sentido. Por
de la memoria». Cuadros cuyo reconocimiento solo pue-
cuanto es una construcción plural, es la edificación de un
de darse a posteriori y que en palabras de Marcel Proust
nos-otros. Es en este punto donde se fragua la humanidad:
implican una nostalgia:
en la capacidad que tiene el hombre de definirse como
tal, porque le reconoce a otro la capacidad de expresar, Cuando hemos superado una cierta edad, el alma del niño que
de decir. Y más allá del carácter instrumental —vía el fuimos y el alma de los muertos de los que salimos nos lanzan a
llamado «giro lingüístico»—, el lenguaje se convierte en puñados sus riquezas y flaquezas pidiendo cooperación a los nue-
la experiencia identitaria de lo humano. vos sentimientos que experimentamos y, en los cuales, borrando
su antigua efigie, solemos refundarlos en una creación nueva1.
Sin embargo, actualizadas en comunidades concretas,
las identidades se constituyen, precisamente gracias a la
Marcel Proust. À la recherche du temps perdu III (París: Gallimard, 1954), 79.
1.
lengua, en un proceso que de manera inevitable excluye La traducción es mía.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 7

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editorial

El trazo que señala el autor de La muerte de las catedrales gó- hacen de la lengua. Ocurre como en política: similar a la
ticas implica que el hombre circunscrito, espacial y tempo- oposición feroz de Francia y el Vaticano para que Turquía
ralmente, funda su historia en una creación nueva. Habría forme parte de la Unión Europea, persiste la incapacidad
que señalar que incluso en el lenguaje más automático las de reconocer que otros lleven hábitos distintos. Los debates
palabras recrean las cosas. La relación existente entre unas para que un americanismo ingrese al diccionario se multi-
y otras es la misma que existe entre la cultura y la lengua. plican y, cuando se le permite el acceso, a renglón seguido
Y, al cabo del tiempo, esa relación de interdependencia y se subraya el acento de la nueva palabra «integrada».
desarrollo común es de re-creación, de re-presentación, de
De algún modo, lo que ocurre con los distintos tipos de
re-fundación: de hacer y re-hacer la historia.
español en un contexto tecnológico sucede con respecto
Dicho ejercicio correspondería a lo definido por Sartre al inglés cuando la lengua española generalmente tiene
en 1946 para la revista Tiempos Modernos: la historia sería una posición de subordinación. Al utilizar expresiones
entonces la recuperación intencionada del pasado en fun- fraguadas en el uso, en la evocación de arcaísmos, en el
ción del presente. Así, resulta particularmente interesante encubrimiento de significados, se desdeñan universos
insistir en cierto tipo de interpretación, específicamente más utilizados que los determinados por la institución. No
cuando el hablante no se expresa en su lengua materna, poder hablar en tono oficial —es decir, sin acento— resul-
o donde, para el caso del español, el sujeto habla ese ta sospechoso, cuando no una especie de ilegalidad. Tal
idioma con acento distinto —es decir, cuando distintos situación de marginalidad corresponde a lo que algunos
españoles confluyen en un canon que aglutina—, pero especialistas llaman la «lengua del cuarto mundo». Así
que, sin embargo, abre las grietas de la exclusión. Esos como existen jerarquías políticas, día a día se corroboran
distintos acentos, esa diversidad en la unidad, constituye verticalidades lingüísticas. El americanismo integrado
la esquiva identidad hispanohablante. Y esa quizá sea su se convierte normalmente en «lengua de tercera», y, en
riqueza, fraguando de un país a otro, de un territorio a contextos de exilio, donde el español no suele ser la len-
otro, ámbitos culturales bastante heterogéneos. gua «oficial», numerosos murmullos ocupan una «cuarta
Ahora bien, una mirada al génesis del español nos señala categoría», a manera de significantes expatriados ante las
un idioma de viajeros, de desplazados, de personajes y co- lógicas aplastantes de la globalización.
munidades que vivían al paso o siempre de llegada, some- Pero esos ruidos también son palabras que re-crean cosas
tidos a los influjos que su trayectoria les imponía, dejando y, aunque muchos pretenden extinguirlas, tienen vida
huellas imborrables de sus recorridos en el idioma. Así lo propia, y pese a que numerosos poderes quisieran silen-
indican las referencias árabes en almohada, alfombra, tambor, ciarlas, resisten… Como los virus se expanden por medio
alquimia…, o al turco nombrando zapato, sultán, yogur…, o a de astucias y tácticas que día a día reinventan lo cotidiano.
la inclusión coloquial de palabras provenientes de lenguas
indígenas tales como chocolate, tomate, pampa, coca o saco. Orillando estas reflexiones, habría que señalar que así
como los intereses culturales de numerosos individuos se
De ese modo, en nuestro propio idioma vivimos esa identifican con lo más cercano y lejano, así como las nece-
capacidad mágica de la lengua y las palabras para crear sidades y anhelos suelen ser lo más individual y global a la
significantes que estructuran un orden socio-cultural, vez…, del mismo modo ocurre con la lengua: uno puede
inventándose lo cotidiano, incurriendo en hibridaciones, tener expresiones muy singulares y al mismo tiempo te-
en juegos que le dan sentido a comunidades a partir de nazmente universales. Un reto del español sería responder
usos específicos de la lengua, como el lunfardo o, más re- a esas dos dimensiones. En un mundo globalizado que
cientemente, el llamado «parlache». En este punto, cómo no funcionalmente se expresa en inglés, ¿cómo responder
recordar que las creaciones remitidas a la lengua superan a ese desafío? E igualmente, ¿cómo no abandonar los di-
nuestras aspiraciones políticas o económicas, tal cual en chos, refranes, expresiones y derivaciones regionales que
su discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura expresan nuestra corporeidad más arcaica?
lo expresara García Márquez:
Para un hispano-parlante que viaja o debe desplazarse,
Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, tomar conciencia de ello implica sopesar en buena me-
todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido
dida el nudo de su soledad. Afrontar el reto de mantener
que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor
su español en dos niveles: en el ciberespacio y en el nivel
para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencio-
del exilio migratorio. Algo así como saberse miembro de
nales para hacer creíble nuestra vida.
la comunidad de los que no tienen comunidad, y del mismo
Así pues, nuestras apropiaciones, en cuanto emergen de modo, saberse incluido en esa negación: atreverse a «enviar
la subordinación a los poderes económicos y políticos, se mensajes en español».
establecen bajo el signo de la transgresión. Y sufrimos las
Hace algunos meses un cantante colombiano lucía al reci-
instituciones que se presentan para encauzar o rechazar
bir un premio gringo una camiseta negra que resaltaba la
las características a partir de las cuales numerosas comu-
frase: «se habla español». Aunque siguiendo la lógica de
nidades forjan su propia identidad.
los consumos culturales ese gesto puede ser visto como
 Desafortunadamente en el idioma, como en otros terrenos, una postura bastante cómoda…, no dejarse enmudecer,
es más cómoda la uniformidad, hija de la institución. Más no dejarse callar, es eficazmente un atrevimiento que bien
vale ser lingüísticamente correctos. Las instituciones, en la puede asumirse en incontables situaciones. Testimoniar
desenfrenada carrera por mantener el poder simbólico que que existe una comunidad de hispano-parlantes que
ostentan, son incapaces de descentrarse, de deshabituarse reinventan lo cotidiano, también a nosotros, profesores y
e incluir las apropiaciones que comunidades concretas alumnos universitarios, nos compete.

8 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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editorial

¡Qué significativo resultaría decir de otro modo nuestras la soberbia de un Lope de Aguirre, que de algún modo
propias «noticias fantasmales»! Como si desde el «delirio traza la telaraña de nuestra vorágine, hasta la pregunta
áureo» que dominó la colonización nos viniera una extraña de si es posible escucharnos unos a otros superando cierta
apropiación de ciertas palabras. Una especie de terquedad, propensión a la hostilidad en un ámbito más acogedor,
similar al presente ejemplar de la Revista Palimpsestvs, en más sociable y humano: la hospitalidad.
cuyo contenido el lector encontrará ecos de grandes pen-
sadores contemporáneos como Jacques Derrida y Michel Ph.D. Fabián Sanabria
Maffesoli, al igual que reflexiones en torno al sujeto, desde Ciudad Universitaria, mayo 25 de 2010

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"Plumas". 1980. Grabado sobre metal. 70 x 50 cm.

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ensayos i

"Mercurio". Planetas y viajeros.

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“Bacantes”. Pinturas. 1995. Óleo y collage sobre lienzo. 120 x 120 cm.

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Carlos Guillermo Páramo*

Cosas de la vorágine. Una guía para


viajeros hacia «el vórtice de la nada»

Cuente usted con que la novela


tendrá más éxito que la historia
Arturo Cova al rumbero Clemente Silva
La vorágine

E
Resumen n algún momento del incierto año
Desde su aparición en 1924, La vorágine, de José Eustasio de 1933, anclado para su desazón en
Rivera, ha sido un texto que continuamente ha puesto en Puerto Ospina, a orillas del temprano
entredicho la diferencia entre mito e historia, literatura y
etnografía, ficción y realidad. El presente artículo ausculta río Putumayo, Carlos López Narváez,
los motivos y las técnicas del autor para lograr dicha am- entonces auditor de guerra de las tropas colom-
bigüedad textual, y examina su efecto en el contexto del bianas que allí y a lo largo del río se hallaban
conflicto colombo-peruano de 1932 a 1934, cuando la
novela sirvió como introducción a la experiencia selvática dispuestas a entrar en combate contra el invasor
de los combatientes. Asimismo, se destaca La vorágine peruano, escribía en su diario de campaña sobre EL AUTOR:
como tal vez el más logrado mito occidental sobre la selva
y la frontera, y, en ese sentido, como síntesis y puesta en
una de tantas fechas marcadas por el tedio: * Profesor del Departamento de
conjunto de todos los arquetipos que resumen estas ideas. Antropología de la Universidad
De fuegos cenitales, de colores móviles, de brisas Nacional de Colombia.
Palabras clave: La vorágine, José Eustasio Rivera, conflicto tibias, el verano ha abierto su fastuoso bazar. Hay
colombo-peruano 1932-1934, mito, novela de la selva, cgparamob@unal.edu.co
historia de la amazo-orinoquía.
horas en que la temperatura hace verosímil el so-
berbio cañazo de José Eustasio en La vorágine: «Por
1. Hemos unificado delibe-
momentos se oye la reverberación solar». (84)1 radamente la escritura del
Abstract título de la novela, en cur-
Para López Narváez, joven descollante de la in- sivas y sin comillas, negri-
La Vorágine’s affairs. A travelers’ guide «to the vortex of telectualidad payanesa, esta cita de La vorágine, tas o mayúsculas internas.
De esta manera, el título
nothingness» más que un aderezo libresco a su afectada prosa que en este aparte aparece
Since its publication in 1924, José Eustasio Rivera’s La (sus informes periódicamente nutrieron varios escrito como La Vorágine,
ha sido cambiado confor-
vorágine [The vortex (Eng. trans., 1928)] has been a text números de la revista Pan), era la confirmación me este criterio. De aquí
that constantly raises doubts about the difference between
Myth and History, literature and ethnography, fiction and
de aquello que él y sus camaradas de armas en adelante, salvo que se
especifique lo contrario,
reality. This article inquires into the author’s motives and sentían cotidianamente. Lo que narraba el poeta nos serviremos de la edi-
techniques for achieving such textual liminality, and exa- en su diario contrastaba fuertemente con los ción crítica de Montserrat
mines its impact in the context of the Colombo-Peruvian Ordóñez (Rivera, 1998)
conflict of 1932 to 1934, when the novel served com- usuales partes periodísticos sobre el conflicto para citar la obra, y lo ha-
batants as an introduction to their jungle experience. La de Leticia como, por ejemplo, aquellos de Luis remos sirviéndonos de la
vorágine is also highlighted as probably the most achieved convención Lv.
Molina Mendoza (1934), quien poco reparaba
Western myth about the jungle and frontier, and in that
sense as a synthesis and a collection of all the archetypes en el entorno y más bien se concentraba en La frase invocada por Ló-
pez-Narváez sobre la «re-
that summarize these ideas. nutrir a la imaginación del interior del país con verberación solar» se en-
Keywords: La vorágine, José Eustasio Rivera, Colombo- continuos informes sobre combates o intrigas cuentra en Lv 92, pero lo
que allí se lee es: «Por mo-
Peruvian conflict 1932-1934, Myth, Latin American jungle de barraca. El testimonio de López Narváez, en mentos se oía la vibración
novel; Amazo-Orinoquian history. cambio, sobresalía, casi escandalizaba, por su de la luz». Como luego lo
discutiremos en este artícu-
franqueza. Para empezar, pocas eran las pági- lo, este tipo de cambios al
nas consagradas a escaramuzas con el enemigo. original de Rivera no solo
es frecuente sino revela-
Más bien, lo que transpiraba su diario era una dor de cómo quien lo cita
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 malsana quietud; la de una guerra que era más se apropia del texto.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 13

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Cosas de la vorágine. Una guía para viajeros «hacia el vórtice de la nadA»

concreta contra la malaria y la sífilis que contra como una confirmación del escenario. Pocas o
el abstracto cholo. Por eso tenemos derecho a ningunas son las reminiscencias que apelan,
suponer que la traída a colación de Rivera y La por ejemplo, a Miguel Triana o Rafael Thomas,
vorágine no aparecía en este aparte como un ambos importantes viajeros amazónicos, o, más
mero adorno, como un recurso sensacional. El sorprendente aún, a la enciclopédica Amazonía
hecho se explicaba páginas antes, cuando des- Colombiana de Demetrio Salamanca Torres. La
cribía la somnolienta marcha de una escuadra vorágine, en cambio, surge como una autoridad,
hacia La Tagua: como una guía de viajeros. Así se le cita, por
ejemplo, en Caminos de guerra y conspiración, la
Enero 18.
apología política del general Amadeo Rodríguez
Cabeceábamos todos bajo la modorra meridiana, (32), cuestionado jefe militar de Florencia. Y lo
sumidos entre el sopor del agua y del aire. Ricardo mismo sucede con el estudio diplomático La
Sánchez, el hombre feo del corazón bonito, le roncaba guerra con el Perú de Luis María Murcia («de la
un capítulo de La vorágine, que había abierto desde Escuela Libre de Ciencias Políticas y del Ins-
el primer día, dizque para confrontar; ahora soñaba tituto de Altos Estudios Internacionales de la
[…] que aquello era cierto. (20) Universidad de París», como reza su portada),
publicado sobre el humo de las primeras agre-
Así, pues, La vorágine iba en la mochila de más de
siones. Allí no solo se transcribe de manera
un soldado. Iba en la de Carlos López Narváez y
extensa esta célebre «plegaria a la selva» como
Ricardo Sánchez, quienes se servían de la nove-
descripción exacta del paisaje de la zona en
la para confrontar y en últimas confirmar «que
litigio, sino que utiliza fragmentos de la novela
aquello era cierto», que la selva amazónica era la
para que funcionen como leyendas a varias de
misma que se hallaba descrita en la novela, esa
las fotografías acompañantes2 .
selva cruel y entrópica a la cual clamaba Rivera
al inicio de su segunda parte:
¡Oh selva, esposa del silencio, madre de la soledad y
de la neblina! ¿Qué hado maligno me dejó prisionero
en tu cárcel verde? Los pabellones de tus ramajes,
como inmensa bóveda, siempre están sobre mi
cabeza, entre mi aspiración y el cielo claro, que solo
entreveo cuando tus copas estremecidas mueven
su oleaje, a la hora de tus crepúsculos angustiosos.
2. Escribe Murcia: «Como […] Déjame huir, oh selva, de tus enfermizas pe-
ya lo advertimos, no hay
selvas de mayor magnifi- numbras, formadas por el hálito de los seres que
cencia que las del Putuma- agonizaron en el abandono de tu majestad. ¡Tú misma
yo, y para describirlas se
necesita ciertamente una pareces un cementerio donde te pudres y resucitas!
fantasía excepcional que ¡Quiero volver a las regiones donde el secreto no aterra
pueda medir la hermosu-
ra misteriosa de los millo- a nadie, donde es imposible la esclavitud, donde la
nes de árboles gigantescos vida no tiene obstáculos y se encumbra el espíritu a
que se agrupan estrecha-
mente, formando un con- la luz libre! ¡Quiero el calor de los arenales, el espejo
junto siempre monótono y de las canículas, la vibración de las pampas abier-
siempre nuevo. […] Acu-
damos, pues, al gran poeta tas! ¡Déjame tornar a la tierra de donde vine, para
que saludó a la selva con desandar esa ruta de lágrimas y sangre que recorrí
aquella invocación que es,
sin duda, uno de los más en nefando día, cuando tras la huella de una mujer
bellos trozos de nuestra li- me arrastré por montes y desiertos, en busca de la
teratura: “Oh selva, esposa
del silencio” [...]» (32-33). Venganza, diosa implacable que solo sonríe sobre las
El autor, como otros mu- tumbas! (189-190)
chos de entonces y desde
entonces, no parece repa-
rar en que Rivera, al me-
Sánchez y López Narváez no eran los únicos.
nos en el contexto literal de Otro testigo de la campaña, el periodista (y lue-
la acción de la novela, se
estaba refiriendo en este
go célebre publicista) Arturo Arango Uribe es-
aparte a las selvas del Vi- cribió lo siguiente sobre su partida de Florencia:
chada. Aunque el relato es Figura 1. Luis María Murcia. La guerra con el Perú (1932). Fotografía
escrito a posteriori por Ar- Era la civilización entre la selva. En torno nuestro ubicada entre las páginas 32 y 33.
turo Cova en las barracas
del río Guaracú, en el Bra- estaba ya la boca del monstruo verde y nos habíamos
sil, y, por ende, bien puede hecho esclavos del río, de su escenario arbóreo y del
referirse esta invocación a
una selva abstracta (como sol bravo que se resiste sobre las espaldas con uñas
siempre se le ha interpreta- de fuego y cuerpo incendiado. Alguno leía La vorágine Páginas después, una instantánea ribereña
do), no está de más remar-
car que él nunca se acercó para escribir a Bogotá sus impresiones de la selva, es adosada con un texto que, aun cuando no
a las selvas del Putumayo, vista a través del prismático afiebrado del poeta. (31) proviene de La vorágine, refuerza la misma idea
como lo pretende aquí Luis
María Murcia. Como lo ve- lírica de la selva (figura 2).
remos más adelante, no es
En muchas de las crónicas simultáneas con el
este el único traslado de conflicto de Leticia, o en las posteriores memo- El tema de la selva poética, tan tenebrosa como
Cova a escenarios que no
visita en la novela.
rias de sus protagonistas, La vorágine aparece fascinante, también hace parte sustancial de

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Carlos Guillermo Páramo

Figura 2. Luis María Murcia. La guerra con el Perú (1932).Fotografía ubicada entre las páginas 64 y 65.

Caucayá, la novela semiautobiográfica de Rafael Monos, insectos, hojas cortantes, palos de acacia,
Ortegón Páez sobre la guerra y el romance de cacao silvestre, ruidos confusos, cauchos marcados
su protagonista con una «una india cruzada con el hierro de los Aranas, todo latía con pulso
de huitoto y siona». Aunque escrita más de un idéntico, se apretujaba, se unía y se desunía en un
cuarto de siglo después de los acontecimientos, vértigo de locura. (349-350)
esta —que es, por lo demás, un testimonio im-
El que aquí se transcriba mal la «plegaria a la
portante sobre la vida cotidiana de las tropas
selva» y se sustituya «amiga» por «esposa», solo
costeñas en el frente— tampoco puede evitar
puede significar que el autor la está citando de
la referencia a La vorágine:
memoria3; en otras palabras, que ya había hecho
La trocha se distinguía apenas. Alfredo anduvo unos suya La vorágine cuando se lanzó a escribir Cau-
cuantos metros, y ya estaba en medio de la jungla cayá, en una suerte de regreso sobre los pasos
infranqueable y abrumadora, lejos de todo ser hu- que antes había dado en tiempos de la guerra,
mano. Primero recorrió una largo sector inclinado y y que, todavía antes, había dado Rivera. Otra
cubierto de palmeras enanas coronadas de espinas, remembranza del mismo estilo y sobre el mismo
y en menor escala de otras gigantes de tronco es- tema es esta del sargento Jorge Tobón Restrepo
belto y empinadas crestas, casi desvanecidas en las en sus memorias noveladas:
alturas; luego entró en el corazón virgen de la flora
Penetró en la selva siguiendo una vereda marcada
tentacular, en un suelo cubierto de hojas podridas
por los caucheros legendarios y crueles. Lo hizo con
y húmedas, en las que tenían sus viviendas los
el recogimiento con que se penetra en el templo de
lagartos y las arañas, las hormigas y los ciempiés.
un Dios misterioso.
Un mundo interno, oculto al sol, se perfilaba ante
el joven mientras más se internaba en el embrujado Al principio sintió una sensación de frescura en medio
recinto. Bajo las ramas abigarradas y proteiformes, de los árboles coposos que se entrelazan con lianas
crecía en las sombras una avalancha de lianas y y parásitas que no dejan pasar la luz del sol, pero
parásitas, adheridas a las cortezas de los árboles, luego empezó a sudar copiosamente.
hambrientas de clorofila.
Aquella selva pantanosa y entibiada por un sol ardoro-
¡Oh, la selva insondable!, «amiga del silencio y de so que no alcanzaba a secarla, en la cual los troncos
la soledad», como había dicho Rivera en su épica podridos y las aguas estancadas levantan miasmas de
invocación. Alfredo se quedaba corto en distinguirla, muerte, en su constante fermentación, produce sobre
porque las cabuyas del matapalo ceñían los vegetales el que penetra en ella una sensación de temperatura
en huellas hondas y sarmentosas, descolgándose sofocante que hace difícil hasta la respiración.
desde las mustias copas desnudas, hasta el suelo
Tenía temor y no quiso apartarse del camino. Le
donde se erguían al nuevo impulso asesino de sus
parecía ver monstruos y animales feroces por todas
bejucos, para enredarse en este y en aquel árbol,
partes. No daba un paso sin fijarse en que no se pa-
ya fuese roble o jacarandá. Las fibras de las largas
raba en una culebra. Tal era la cantidad de leyendas
parásitas se repartían siniestras, unas horizontales y 3. La sustitución no apa-
que había sobre aquello. […] rece como variante en nin-
otras colgantes, y en estas los monos se balancea- guna de las ediciones de
ban en sus correrías infatigables, emitiendo chillidos Y siguió… A poco pensó si se habría equivocado y La vorágine cuidadas por
Rivera. Véase la edición
escandalosos. quiso volver sobre sus pasos pero ya no se acordaba crítica de Luis Carlos He-
por dónde había venido. rrera s.j. en Rivera (1988).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 15

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Cosas de la vorágine. Una guía para viajeros «hacia el vórtice de la nadA»

Llamó a sus compañeros con voz natural y no le la vida las voces y los murmullos misteriosos que se
contestaron; asustado los gritó desesperadamente y escuchan entre las frondas, poniendo pavor aun en
solo le contestó el eco de su propia voz. los corazones más valientes. (175)

Después no articulaba sino un pavoroso alarido de Y dice La vorágine:


auxilio.
[…] [L]a selva trastorna al hombre, desarrollándole
Pensó en el final de La vorágine, el famoso libro: «Se los instintos más inhumanos: la crueldad invade las
los tragó la selva». (38-40) almas como intricado espino y la codicia quema como
fiebre (245). […] Esta selva sádica y virgen procura
Como es sabido, a Cova y sus compañeros no
al ánimo la alucinación del peligro próximo. El vegetal
«Se los tragó la selva», sino «¡Los devoró la
es un ser sensible cuya psicología desconocemos. En
selva!», conforme al telegrama que el cónsul
estas soledades, cuando nos habla, solo entiende su
colombiano en Manaos envía al Ministro de
idioma el presentimiento. Bajo su poder, los nervios
Relaciones Exteriores, y que de manera tan dra-
del hombre se convierten en un haz de cuerdas,
mática y justamente célebre concluye la novela4 .
distendidas hacia el asalto, hacia la traición, hacia
Pero lo que importa aquí no es la corrección de
la acechanza. Los sentidos humanos equivocan sus
la cita, sino, de hecho, la imprecisión que indica
facultades: el ojo siente, la espalda ve, la nariz explora,
una lectura tan íntimamente apropiada. Para
las piernas calculan y la sangre clama: ¡Huyamos,
4. Con respecto a este Ortegón Páez y Tobón Restrepo, los pasajes
documento, de nuevo sor- huyamos! (297)
prende cómo la crítica correspondientes a La vorágine —y su silente
literaria, incluso la más recitación, si se quiere—, parecen haber servido La narración de Caballero Calderón será más so-
acuciosa, se ha dejado
atrapar con facilidad por como una suerte de cláusula mágica en medio bria, pero la influencia es palpable. Y lo mismo
los artificios del relato. Es del laberinto verde5. Tanto así, que nunca duda- sucede, insistimos, con mucha de la literatura
así como Montserrat Or-
dóñez, usualmente atenta ron de la exactitud formularia de su contenido, de la Guerra con el Perú a la hora de describir
a la sucesión de voces en ni siquiera cuando tuvieron la oportunidad de el medio y, sobre todo, ese «embrujamiento»
la novela, comenta en su
edición que «este cable constatarla a la hora de recordar su pasaje por de la selva que, nos parece, se convierte en un
remite al prólogo, en don- la selva. Evidentemente, no lo hicieron. Y, por locus clasicus luego de ser inscrito en La vorágine.
de el autor ficticio sugiere
no publicar los manuscri- eso mismo, bien podemos creer a pie juntillas Allí cobra los visos de un oráculo 6 . Y huir de
tos de Cova hasta recibir en la veracidad de su relato y lo que significó sus predicciones es imposible, aun cuando se
nuevas noticias de Ma-
naos» (Lv, 385; la cursi-
para ellos. intente negar el poder de la escritura. Esto lo
va es mía). ¿Autor ficticio? intenta Arturo Arango Uribe en sus 180 días
Sabemos que es el propio Incluso cuando no es citada, La vorágine se
en el frente, en un capítulo significativamente
Rivera quien abre la nove- manifiesta en los recuentos de la guerra. Esto
la, pues él mismo firma el titulado «El embrujo de la selva»:
prólogo escrito como oficio ocurre, por ejemplo, en Una historia con alas, las
diplomático (75). Empero, «memorias» del coronel Herbert Boy —as ale- Hay que acabar con la portentosa leyenda de esta
definitivamente no preten-
de ser el escritor del tele- mán de la Primera Guerra Mundial y luego, en selva. Ella no tiene aquella fertilidad grandiosa que
grama final, pues, por una Colombia, comandante en jefe de la incipiente el terror poético le atribuye, en páginas de extraña
parte, en el prólogo, Rivera
solicita al ministro que «se Arma Aérea del Ejército— escritas por Eduardo hermosura. Sus árboles son raquíticos, miserables
sirva comunicarme oportu- Caballero Calderón. Si bien estas también fue- troncos verticales, empinados sobre sus pobres raíces
namente los datos que ad-
quiera para adicionarlos a
ron concebidas a posteriori y en suelo catalán, para encontrar el sol que no les llega.
guisa de epílogo» y tal epí- los ecos de José Eustasio Rivera son evidentes.
logo inicia en consecuen- La selva es toda aspiración, posibilidad grandiosa de
cia con «el último cable de
Raro sería lo contrario, siendo Caballero Cal-
un nuevo mundo. De ella solo subsiste el misterio del
nuestro Cónsul, dirigido al derón no solo otro de los cultores importantes
señor Ministro y relaciona- encantamiento, el embrujo atroz de su sombra y de
de la novela terrígena en Colombia, aunque
do con la suerte de Arturo su inmensidad. Internarse un paso por el laberinto de
Cova y sus compañeros, de una generación posterior, sino alguien que,
dice textualmente: [...]» troncos y de ramas es aprisionar el alma en soledad
por pura reacción al clima cultural de su época,
etcétera. En otras pala- y miedo.
bras, este telegrama bien también debió haber incorporado La vorágine a
puede ser un «dato», es su inconsciente literario. Júzguese si no. Dicen […] Lo único que tiene la selva es el embrujo horrible.
decir, un apéndice docu-
mental no necesariamente las memorias del coronel Boy que: Desde las sombras quietas miran monstruos y ofidios,
escrito por quien compila y ojos sin luz ni clemencia; mira la acechanza voraz del
edita el relato, e, incluso, La selva ejerce sobre el hombre un embrujamiento
pudiera atribuírsele a De- endemoniado espíritu que hace a los indios débiles y
metrio Salamanca Torres,
al cual muy pocos logran sustraerse. Los oficiales
místicos adoradores del demonio, el enemigo oculto
quien por entonces fungía de las guarniciones del Sur, los funcionarios de la
como cónsul colombiano cuya amistad hay que mantener. (53-54)
en Manaos y en esa cali-
intendencia y los viajeros que han pasado por esas
dad se entrevistó con Ri- soledades, jamás olvidan el espectáculo de las no- Tan importante se hizo el «embrujo» derivado
vera en 1923. ches iluminadas por tempestades lejanas y añoran de La vorágine, que se volvió una obligación su-
5. De igual manera, en La siempre el sopor del mediodía y el perfume enervante cumbir ante él. Jorge Tobón Restrepo relata en
vorágine se nos relata que
cuando Clemente Silva se que despiden los árboles, y recuerdan durante toda Sur que, al ser evacuado con un lote de enfermos
vio perdido en la selva «co-
menzó a rezarle […] una
plegaria de desagravio»
(310); plegaria que, para 6. No más durante una toma de yagé, apenas iniciado el ingreso se hacían señas. Tenían deseos de escaparse con las nubes, pero
algunos intérpretes como de Arturo Cova y sus compañeros a la selva, el visionario quien la tierra los agarraba de los tobillos y les infundía la perpetua in-
Montserrat Ordónez, pue- «a veces babeaba su propio vientre, y, sin abrir los ojos, se quería movilidad. Quejábanse de la mano que los hería, del hacha que
de ser la misma que inicia coger los pies», dijo ver los símbolos que luego serán los temas re- los derribaba, siempre condenados a retoñar, a florecer, a gemir, a
la segunda parte de la no- currentes del relato: «procesiones de caimanes y de tortugas, pan- perpetuar, sin fecundarse, su especie formidable, incomprendida».
vela y es invocada por Or- tanos llenos de gente, flores que daban gritos. Dijo que los árboles Y al final exclama Arturo Cova: «¡Selva profética, selva enemiga!
tegón Páez en Caucayá. de la selva eran gigantes paralizados y que de noche platicaban y ¿Cuándo habrá de cumplirse tu predicción?» (213).

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Carlos Guillermo Páramo

al final de la contienda, «le causó mucha risa las tres que el propio José Eustasio Rivera había
encontrar en el vagón la carta de un teniente incluido en la primera edición de La vorágine
Cuellar de guarnición en Florencia, en la que como prueba de la veracidad de lo que narraba.
hablaba a su familia de “el embrujo de la selva”
En la primera se ve un cauchero sangrando,
y otras horribles cosas por el estilo. […] Se rió
o eso parece, un árbol de Hevea. La expresión
porque había visto al teniente en la ciudad
de resignación con que se aproxima al tronco,
dicha tomando frescos en un café de la plaza
a su vez hace eco de aquella pieza conocida
nada selvática de Florencia» (162).
como «el lamento del cauchero», que inicia la
En suma, los soldados colombianos que enton- tercera parte de La vorágine, tal y como lo hace
ces llegaron a poblar ínfimos caseríos a las ori- «la plegaria a la selva» en la segunda.
llas del Putumayo, el Caquetá y el Orteguaza, la
¡Yo he sido cauchero, yo soy cauchero! Viví entre
gran mayoría proveniente del interior del país
fangosos rebalses, en la soledad de las montañas,
o de las costas oceánicas, luego de haber bajado con mi cuadrilla de hombres palúdicos, picando la
desde Bogotá hasta Puerto Colombia por el corteza de unos árboles que tienen sangre blanca,
río Magdalena y haber circunnavegado buena como los dioses.
parte del sur del Caribe para entrar al Amazo-
nas por el neutral Brasil y acceder así al teatro A mil leguas del hogar donde nací, maldije los recuer-
de operaciones, de haber tenido algún manual dos porque todos son tristes: ¡el de los padres, que
de acceso a la selva, este era La vorágine. De su envejecieron en la pobreza, esperando apoyo del hijo
salida de Guadalupe hacia Florencia, escribe ausente; el de las hermanas, de belleza núbil, que
Tobón Restrepo que su héroe autobiográfico, sonríen a las decepciones, sin que la fortuna mude el
escuetamente llamado «Uno de Tropa» ceño, sin que el hermano les lleve el oro restaurador!

Tuvo la visión de la selva desde la última altura. Era ¡A menudo, al clavar la hachuela en el tronco vivo sen-
como una inmensa esmeralda. Un mar verde, ilímite tí deseo de descargarla contra mi propia mano, que 7. El original dice: «El sis-
tema circulatorio de aquel
y sin una sola onda. Y los ríos como serpentinas tocó las monedas sin atraparlas; mano desventurada extraño organismo. La Vo-
de plata por el sol. El sistema circulatorio de aquel que no produce, que no roba, que no redime, y ha rágine!». Conforme a nues-
tra decisión de unificar la
organismo. ¡La vorágine! (13-14)7 vacilado en libertarme de la vida! ¡Y pensar que tantas escritura de la novela, he-
gentes en esta selva están soportando igual dolor! mos modificado la grafía y
actualizado la puntuación
[…] ¡Yo he sido cauchero, yo soy cauchero! ¡Y lo que (aquí, por ejemplo, la excla-
*  *  * mación no se abre). Empe-
hizo mi mano contra los árboles puede hacerlo contra ro, como podrá notarse, el
Puede suponerse que buena parte del vasto los hombres! (287-289)8 hecho de que «Vorágine»
contingente militar colombiano se hallaba lleve mayúscula implica
una incuestionable alusión
constituido por totales o virtuales analfabetas. a la novela.
Pero lo que parece ser un hecho es que entre Más tarde, «Uno de Tro-
muchos de los que sabían leer y escribir, desde pa» fue víctima de la per-
secución de sus superio-
el aristocrático Carlos López Narváez hasta el res, pues amenazó con
soldado raso Rafael Ortegón Páez, pasando denunciar en Bogotá las
irregularidades en la dis-
por «Uno de Tropa», o sea, entre quienes luego ciplina y el suministro de
redactaron alguna forma de reminiscencia la fuerza expedicionaria.
Lo castigaron asignándolo
sobre lo acontecido en ese predio olvidado de al puesto de «El Encanto»,
Colombia, La vorágine no solo había sido su libro antigua estación cauchera
de infame recuerdo. «Des-
de compañía durante la expedición punitiva, pués de ocho meses en el
sino que, entonces y después, le había dado Putumayo —escribe To-
bón Restrepo—, en vez de
sentido a toda la experiencia. La novela, al fin evacuarlo como hacían con
y al cabo, debía haberles parecido profética todos sus compañeros, lo
internaron más en la vorá-
entonces, cuatro, cinco años después de la ma- gine» (93). La alusión, de
lograda muerte de Rivera en Nueva York. Allí nuevo, es obvia.
aparecían la ocupación peruana y el etnocidio 8. Tan célebre y significati-
vo es este pasaje, que (sor-
cauchero, la inoperancia gubernamental y la presivamente) es el único
corruptela diplomática, la frontera como un que cita Michael Taussig
en su Chamanismo, colo-
hecho lejano y la selva como cárcel o infierno. nialismo y el hombre sal-
Más aún, aparecía el gran tema de la selva como vaje como ejemplo del «ho-
rror a la selva» (108). Más
antropófaga, como la naturaleza que se vengaba significativo aún es el he-
sobre sus expoliadores con una furia implaca- cho de que este «lamento»
haga las veces de epígrafe,
ble, conducente a que estos, presos del trastorno en la traducción inglesa de
de los sentidos, se mataran unos a otros. Tanto Earl K. James, de la edición
preparada por Ghillean T.
así, que hasta a los personajes de La vorágine se Prance del diario del cau-
les llamó como testigos de la causa nacional. chero estadounidense John
C. Yungjohann (1989),
De nuevo en La guerra con el Perú de Luis María quien buscó fortuna en la
Murcia, en medio del capítulo concerniente a selva brasilera en épocas
Figura 3. Luis María Murcia. La guerra con el Perú (1932). Fotografía previas a la escritura, e in-
«La invasión peruana, o los crímenes del Putu- cluso a la concepción, de
mayo», aparecen dos fotografías, esta vez dos de ubicada entre las páginas 144 y 145. La vorágine.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 17

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Cosas de la vorágine. Una guía para viajeros «hacia el vórtice de la nadA»

Eso, como dice Juanchito Vega, pasa en Iquitos y


en donde quiera que existan hombres: cuanto más
aquí en una selva sin policía ni autoridades. Líbrenos
Dios de que se compruebe crimen alguno, porque
los patrones lograrían realizar su mayor deseo: la
creación de Alcaldías y de Panópticos, o mejor, la
iniquidad dirigida por ellos mismos. Recuerde usted
que aspiran a militarizar a los trabajadores, a tiempo
que en Colombia pasan cosillas reveladoras de algo
muy grave, de subterránea complicidad, según frase
de Larrañaga. Los colonos colombianos ¿no están
vendiendo a esta empresa sus fundaciones, forzados
por la falta de garantías? Ahí están Calderón, Hipólito
Pérez y muchos otros, que reciben lo que les dan, cre-
yéndose bien pagados con no perderlo todo y poder
escurrir el bulto. Y Arana, que es el despojador, ¿no
sigue siendo, prácticamente, Cónsul nuestro en Iqui-
tos? ¿Y el Presidente de la República no dizque envió
al general Velasco a licenciar tropas y resguardos en
el Putumayo y en el Caquetá, como respuesta muda
a la demanda de protección que los colonizadores de
9. Sobre la importancia de
nuestros ríos le hacían a diario? ¡Paisano, paisanito,
este personaje en la no- estamos perdidos! ¡Y el Putumayo y el Caquetá se
vela véase el interesante pierden también! (277)11
artículo de Oscar Gerardo
Ramos, «Clemente Silva,
héroe de La vorágine», Así pues, La vorágine no solo hacía las veces de
Figura 4. Luis María Murcia. La guerra con el Perú (1932). Fotografía
republicado en la compi- guide de routard para las tropas que se adentra-
lación de Montserrat Or- ubicada entre las páginas 144 y 145.
dóñez La vorágine: Textos ban en la manigua amazónica, sino de docu-
críticos. En otra publica- mento histórico; uno que, para efectos como
ción (Páramo 2009, 62)
adivinamos otra connota- los del libro de Luis María Murcia, resultaba
ción en el mote «brújulo», La otra fotografía es todavía más diciente. Según tanto o más veraz que las denuncias del gene-
que es, de hecho, la de
brujo. Y en Páramo y Fran- la primera edición de La vorágine, aquí aparece ral Rafael Uribe Uribe en Por la América del Sur,
co (2009: 90-94) damos don Clemente Silva, uno de los protagonistas que Las crueldades de los peruanos en el Putumayo
cuenta de los muy intere-
santes problemas que sur- de la novela, conocido como el «rumbero» o «el de Vicente Olarte Camacho, que El libro rojo del
gen de la identificación del brújulo» por su agudo sentido de orientación, y Putumayo o La amazonía colombiana de Demetrio
rumbero.
el único de la comitiva de Arturo Cova que no Salamanca Torres12 .
10. Vé a s e N e al e - S il v a solo sufre en carne propia las atrocidades de la
(1986, 261-299). Y no La Novela se había convertido en Historia. En
solo se le comparó con Casa Arana en el Putumayo, sino que logra salir
Zola. Así, por ejemplo, en
Historia sujeta, incluso, a las propias distorsio-
con vida de la selva9.
From Pacific to Atlantic, nes de la memoria, o, si se quiere, a la inevitable
Kenneth G. Grubb escri-
bió que «La vorágine, en
La inclusión de ambas imágenes refuerza los reacomodación de los datos para darle sentido
tanto [sic] que aboga por testimonios escritos; en este caso, los de los al presente. De esta manera, cuando el sar-
la causa del seringueiro,
puede ser considerada La
colombianos expoliados por la Casa Arana. Por gento Tobón Restrepo visitó la estación de «La
cabaña del tío Tom de la una parte, el virtual mimetismo de las figuras Chorrera», antiguo centro de operaciones de la
vida amazónica» (105).
Ernesto Montenegro fue de
con el entorno natural parece confirmar que, Casa Arana, no pudo evitar hacer la siguiente
la misma opinión en su re- en efecto, a estos y a miles más de caucheros apreciación:
seña de la primera edición
«los devoró la selva», la misma que lo envuelve
de La vorágine para The Estos calabozos fueron testigos mudos de las cruelda-
Saturday Review of Lite- todo en la «Plegaria». Y, luego, para el lector de
rature. (El comentario se des sin nombre y de los crímenes atroces cometidos
la época, empapado como estaba del dossier de
encuentra entre los «con- por los caucheros en los indios, de sangre y espíritu
ceptos» que acompañan la infamias peruanas, la aparición de don Clemen-
quinta edición de 1928, en empobrecidos.
la página 368).
te Silva era como llamarlo a él también a sentar
denuncia. No en vano, desde que La vorágine En el piso alto estaban antes las oficinas de Arana y
Véanse también los ar-
había visto la luz el 24 de noviembre de 1924
11.
tículos que en 1924 pu- hoy las de la Intendencia. Arturo Cova vivió en esta
blicó Rivera en El Tiempo en los talleres gráficos de Editorial Cromos, se casa una parte de aquella odisea vívidamente descrita
sobre el avance peruano
en las fronteras naciona- le había equiparado con el J’accuse de Zola10 . por Rivera en La vorágine. (117)
les (algunos de ellos apa- ¿Cómo olvidar en aquel momento, recién to- Pero, como sabemos, Arturo Cova nunca estuvo
recen en Rivera 1991) y
mada Leticia por un puñado de loretanos, las
el capítulo concerniente medianamente cerca de La Chorrera. Sí lo hizo,
a la «Traición a la patria» proféticas palabras del abuelo Balbino Jácome,
del Presidente Reyes, en en cambio, Clemente Silva en un célebre pasaje,
espetadas a un descorazonado Clemente Silva?
Gómez, Lesmes y Rocha aquel del carnaval que concluye en una grotesca
(19-49). Mientras este pretendía denunciar los crímenes
escena de antorchas humanas. Sea como fuere,
Para la historia de estas ante un visitador legal, Jácome le reconvenía
12.
denuncias, y en especial
todo indica que, durante la Guerra con el Perú,
diciéndole:
las del Libro Rojo, véanse los personajes de La vorágine se convirtieron en
la introducción de Roberto
Pineda Camacho (1995) a
[…] ¿Qué ganaríamos con la evidencia de que fulano puntos de referencia para legitimar la causa
la reedición de este último. mató a zutano, robó a mengano, hirió a perencejo? colombiana, y no solo sus reivindicaciones

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Carlos Guillermo Páramo

geográficas, sino su versión de la historia 99). Reza el sentido común, así expresado por
amazónica. Si se llamaba a Clemente Silva a varios intérpretes de la novela, que Nieto fue
testificar con su enjuta figura; si se recordaban retratado por Rivera en el personaje del viejo y
los parlamentos suyos y los de Cova como amu- desagradable Zubieta, marrullero propietario
leto en la selva; si la tropa creía estar siguiendo de Hato Grande. Sin embargo, de acuerdo con
los pasos de ambos en los antiguos teatros de Charria Tobar, Rivera plasmó a Nieto en «el
la barbarie cauchera, bien pudiéramos colegir Pipa», aquel personaje mitad indio, mitad blan-
que, entonces, los soldados colombianos —y co, quien, al comienzo de la historia, aún en las
no necesariamente los más rasos— también se inmediaciones de Choachí, se presenta como
habían arrastrado «por montes y desiertos, en «Pepe Murillo Nieto»15 . «¡Ahí lo dejé clavado!
busca de la Venganza, diosa implacable que solo ¡Ahí lo atravesé con mi estoque!», dice Charria
sonríe sobre las tumbas» (Lv. 189). La venganza Tobar que le dijo Rivera al aparecer el nombre.
de Cova, de Silva y de las demás víctimas de Y continúa:
la tragedia.
Como a mí me pareciese su intempestiva exclama-
ción un poco semejante a las voces que daba Don
*  *  * Quijote en la Venta al herir las odres, pues no le
13. En estos términos anun-
Pero el efecto del libro no obró solamente en los hallaba relación a sus palabras con las actuaciones ció El Espectador, en su
soldados de 1933. Sabemos por varias fuentes del taimado personaje, al interrogarlo pasó a expli- edición del 28 de agosto
carme que el indio Pipa era nada menos que José de 1924, su pronta apari-
que recién aparecida La vorágine en 1924, y en ción: «La vorágine. Novela
parte debido a una calculada maniobra de Nieto, su enemigo de Orocué, cuyo nombre había original de José Eustasio
trocado para disimular un poco. […] Tan adivinable Rivera. Trata de la vida de
ventas que la mostraba como una suerte de Casanare, de las activida-
novela periodística, esencialmente verídica, es el truco, que poco tiempo después de publicada des peruanas en la Chorre-
La vorágine, muerto ya José Nieto, un hermano ra y en el Encanto [ambas
muchos lectores la tomaron por real 13 . En la estaciones caucheras de
que hasta la fecha sigue siendo la biografía suyo, creo que militar por más señas, se presentó la Casa Arana] y de la es-
de luto, y armado, al susodicho departamento de clavitud cauchera en las
canónica de Rivera —a pesar de contar con selvas de Colombia, Vene-
casi cincuenta años y muchos datos por es- Rivera […] a protestar en tono bastante serio del zuela y Brasil. Aparecerá
ultraje que el novelista infería a la memoria de su el mes entrante». Agrega
clarecer o rectificar—, Eduardo Neale-Silva Neale-Silva que «si es ver-
relata un buen número de incidentes sobre hermano, según se lo informaran varias personas dad, como es de suponer,
que habían leído el libro. Rivera, que jamás sufrió que este anuncio fue pre-
la recepción inicial del libro, muchos de los parado por Rivera, no deja
cuales se refieren a personas que, o bien se de miedo, pero siempre se mantuvo en la línea de de ser significativo el hecho
la caballerosidad, se llenó de pesar y optó por negar de que se refiera todo él al
vieron allí tan bien retratadas que se identifi- contenido histórico-social
caron de facto con los personajes (como aquel categóricamente la alusión; declarado lo cual por el del libro. El poeta quería,
novelista, el visitante justamente quejoso optó por por lo visto, establecer un
Pablo V. Gómez quien —Neale-Silva parece no nexo entre su libro y los
saberlo— escribió en 1913 una interesantísima retirarse, satisfecho de esta especie de rectificación, hechos por él discutidos
crónica de sus correrías por el llano y luego, en que exoneraba de cualquiera mala intención al autor a través de los periódicos
en tiempos recientes, su-
1925, escribió a Rivera para felicitarlo, palabras del desaguisado. (155) brayando de este modo la
importancia de sus desve-
más, palabras menos, ¡por haberse inspirado en Si hacemos a un lado la bonhomía y el legítimo los colombianistas» (1986,
él!14), o armaron campañas para buscar a Arturo miedo a batirse en duelo, vemos que Rivera se 261).
Cova y Alicia. Cuenta Miguel Rasch Isla que cuidó de retratar con suficiente exactitud a los 14. Decía esta carta: «No sé
inclusive una vez vino un sacerdote a buscar a personajes históricos de la vida fronteriza, así
si será pretensión mía, pero
le confieso que, leyendo La
Rivera a Bogotá, a su apartamento de la calle fuera bajo un nombre diferente o encriptado, vorágine, me he figurado,
15 con carrera novena, a fin de que el poeta le acaso porque muchas de las situaciones que
en algunas de sus escenas,
retratado en su protagonis-
facilitara los datos de la pareja y su hijo natu- sucedían en su escrito le habían ocurrido a ta Cova. ¿Acaso en su viaje
ral, y así «legitimara santamente las relaciones él mismo y suponía que, en consecuencia,
al Ríonegro no oyó usted
hablar del coronel Gómez,
escandalosas habidas entrambos» (300-301). podían ser leídas como experiencias autobio- de quien decía el goberna-
dor, general Fandeo, por el
Pero la verdad es que ni el mismo José Eustasio gráficas, apenas veladamente noveladas. En terror que le inspiraba, que
Rivera parece haber estado muy consciente de ese sentido, Rivera dio a entender que la saga al conocerlo lo saludaría
con la boca de su revól-
hasta dónde llegaba la ficción y dónde comen- de Arturo Cova y sus compañeros había sido ver?» (1986, 300). Véase
zaba la realidad en su novela. Otra anécdota esencialmente verídica 16 . Algo similar a lo también los Recuerdos de
un viaje, del propio Pablo
narrada por su amigo cercano Ricardo Charria acontecido con El Pipa pasó con las figuras de V. Gómez (1913).
Tobar es ilustrativa al respecto. Como es bien Narciso Barrera, el antagonista por excelencia
15. Neale-Silva también
sabido, la idea de escribir la primera parte de La de la novela, y la madona Zoraida Ayram —la es de esta opinión (1986,
vorágine, es decir, aquella que ocurre en el llano, impresionante turca que es tan decisiva en la 303).

surgió de la experiencia de Rivera en Orocué, última parte del relato— quienes correspon- 16. Y bien sabemos que
pudo haberse topado Rive-
cuando aún era abogado litigante y especialista dieron de cerca con figuras incidentes en la ra con un censo levantado
en «liquidación de las herencias», el tema de vida de la amazo-orinoquía que Rivera conoció en 1911 por Samuel Darío
Maldonado (258 –259),
su tesis de grado en la Facultad de Derecho de o de las cuales escuchó hablar. Y lo mismo, por gobernador por entonces
la Universidad Nacional (Neale-Silva 136-159; supuesto, ocurrió con el propio Arturo Cova, ese del venezolano Territorio
Federal Amazonas, en el
Franco García). Allí entró a defender la causa de «desequilibrado tan impulsivo como teatral» (Lv cual aparece un cauchero
cierto José Nieto con quien luego se enemistó 235), cuyo temperamento es el verdadero eje del justamente llamado Artu-
ro Cova. Véanse Páramo
por razones un tanto obscuras, llegando incluso relato y con quien Rivera sostuvo una relación (2006), Franco García e
a la agresión física y la amenaza de muerte (98- deliberadamente ambigua de identificación. Iribertegui.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 19

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Cosas de la vorágine. Una guía para viajeros «hacia el vórtice de la nadA»

*  *  * nológico convencional. Todo ello contribuye a


conferirle a la historia cierta base de factibilidad
17. Por ejemplo, escribe Mucho es lo que se ha dicho sobre este vínculo que se ve reforzada en un doble sentido, bien
Charria Tobar que «Cova, desde la aparición de La vorágine17. A poco de sea porque Rivera da a entender que los perso-
naturalmente, se identifi-
ca con el autor en muchos ver el libro su primera edición, el poeta Eduardo najes o hechos no demostrablemente históricos
puntos, afinidad que este Castillo, colega y, en cierto sentido, enemigo sí existieron o sucedieron, bien sea porque los
se complacía en paladear»
(156). Una opinión simi- literario de Rivera18 (más de un elemento hay hechos o personajes «reales» parecen ocurrir en
lar es ventilada por Jorge de este en el personaje de Narciso Barrera), en un escenario fantasmagórico y de pesadilla21.
Añez (1944, 157).
su reseña, por lo demás elogiosa, dio malicio-
18. Los pormenores del
samente a entender que: Rivera hizo aquí algo muy similar al fotomon-
agrio duelo epistolar entre
Castillo y Rivera se deta- taje, que tan de moda empezaba a ponerse
La vorágine es una novela visiblemente autobiográfi-
llan en la compilación de entonces con el ingreso definitivo de la cámara
Vicente Pérez Silva José ca. Rivera mismo se encargó de divulgarlo, con inge-
Eustasio Rivera, polemis- al reportaje gráfico, y lo más probable es que
nua complacencia, al colocar en una de las primeras
ta, entre las páginas 71 lo haya hecho —como todo lo demás en La
y 150. páginas del libro, como retrato del protagonista, su
vorágine— de una manera puramente intuitiva.
En Rivera (1998, 20- propia y verdadera efigie. Pero aunque no lo hubiese
19.
33). Sin embargo, no es-
Recortó y situó en primer plano las figuras
revelado, siempre habría sido fácil adivinarlo en la
tamos de acuerdo con ella de los personajes de existencia cuestionable
cuando, reflejando un vicio delectación con que se nos pinta a su héroe y nos
arraigado entre nuestros
contra un segundo plano (borroso, por fuerza
narra sus hazañas. (Ordoñez 42)
críticos, yerra en aseve- mayor) de datos y figuras históricas. De he-
rar que «las recreaciones
de los procesos mentales En otro lugar (Páramo 2006) hemos señalado cho, al incluir tres fotografías, la novela bien
de Cova parecen ahora de cómo la foto de marras bien pudo haberse tra- pudo haber sido la primera obra literaria en
una excesiva simplicidad
y esquematismo narrati- tado de un montaje en el que se superpuso la el mundo que apeló a este recurso para darle
vo, más cercanos a las di- cara de quien efectivamente era José Eustasio verosimilitud, tanto en el sentido de servirse
gresiones y exploraciones
psicológicas de los siglos Rivera sobre la de un misterioso y acaso legítimo de imágenes presuntamente fieles e inaltera-
xviii y xix que a las com- caboclo; tal vez incluso el Arturo Cova «histó- bles, sincrónicas y testimoniales, como en el
plejas telarañas que Vir-
ginia Wolf, Proust o Joyce rico». En cualquier caso, importa remarcar que antagónico de adulterarlas para «acomodar» la
escriben precisamente en esa fundición de Rivera en Cova (¿o de Cova en realidad. Hasta la fecha no hemos encontrado
la misma época de Rivera»
(27). Nos parece que en Rivera?) es la que hace tan inasible su testimo- referencia a alguna obra que lo haya hecho
este tipo de juicios suele nio; la que en últimas produce el efecto de un antes —con la probable excepción de The lost
confundirse la técnica na-
rrativa con «las recreacio- personaje y una voz que en su camino no dejan world, novela de Arthur Conan Doyle publica-
nes de los procesos men- «más que ruido y desolación». Es «la voz rota» da en 1912, que curiosamente también ocurre
tales», hechos estos que,
justamente, creemos que que identificó Montserrat Ordóñez y que hace en la selva orinoquense—, y ese es uno de los
confieren un valor antro- tan fácil la confusión entre el poeta escritor y el puntos que los críticos literarios suelen pasar
pológico excepcional a
La vorágine. Incluso en lo poeta narrador, incluso en el ámbito de la crítica por alto cuando evalúan su vanguardismo
que concierne a la técnica literaria especializada19. Empero, Arturo Cova y narrativo, que siempre sale desfavorecido en
narrativa, por las razones
que se expondrán acá a los demás personajes liminales se mezclan en la comparaciones con lo que entonces se escribía
renglón seguido, La vorá- narración con personas cuya existencia histórica en el Viejo Mundo 22 . Como ya lo anotamos,
gine pudiera ser considera-
da tanto o más compleja, es incuestionada y cuya identidad Rivera nunca cabe preguntarse si la famosa fotografía de José
vanguardista o «moderna» buscó esconder20. Asimismo, se reportan hechos Eustasio Rivera/Arturo Cova, en la primera
que To The Lighthouse,
À la recherche du temps que otras fuentes documentan, como el ya men- edición, no es justamente un montaje en el cual
perdu o Ulysses. Igual, su cionado episodio de las antorchas humanas, del el autor fijó su cara al tronco de un desconocido
nato barroquismo la hace
hoy en día paradójica- cual es testigo Clemente Silva en La Chorrera, y, si así fue, qué buscaba con ello. De manera
mente mucho más «post- o la masacre de San Fernando de Atabapo en análoga, aunque todo está para que dudemos
moderna».
1913, cuya vista condenó a la ceguera a Ramiro del Clemente Silva de la fotografía antes ilus-
Véanse los artículos de
20.
Estévanez; hechos que incluso parecieran cua- trada —pues aquel parece provenir de una
Neale-Silva (1939) y Pine-
da Camacho (2004), así drar razonablemente dentro de un esquema cro- postal adquirida por Rivera en Manaos 23 —,
como a Pérez Silva (1988).
21. Lo bárbaro de algunos bre su llegada a La Chorrera —que también aparece en la mayoría te el borde, la palabra «Manaos», seguida de numerales, probable-
de los crímenes perpetra- de los compendios de denuncias contra los peruanos (véase nota mente una fecha (1906) y otros rasgos imposibles de descifrar por
dos por los caucheros hace 38)— es el perfecto contraejemplo. Además, resulta irónica la ig- aparecer solo en la parte superior de ellos. En la esquina inferior
que se ponga en tela de norancia de Deas sobre este incidente, ya que fue justamente un izquierda se intentó borrar algo escrito a máquina, cuya parte visible
juicio su veracidad. Eso, nacionalista irlandés, Roger Casement, uno de los personajes que parece decir «ta affect...» Estos detalles inducen a pensar que se
suponemos, es lo que difundió internacionalmente las monstruosidades de la Casa Arana. trata de una tarjeta postal». La fotografía en cuestión se encuentra
hace que Malcolm Deas, (Pudiera argumentarse que el bestialismo cauchero no hace parte entre las páginas 10 y 11 de la edición príncipe. Discrepamos con
en un celebrado ensayo de la violencia política, pero ese argumento también invalidaría la Neale-Silva sobre la cifra, que en vez de «1906» nos parece que
sobre la violencia política comparación con el caso irlandés, por cuanto ambos son manifes- reza «1004-05», y del «ta affect…», pues allí hemos leído «…ta
en Colombia, pueda afir- taciones de la represión colonial). allema…» o «…ta allere…». Pero, incluso así, hay cierta enervante
mar que nada hubo «en lógica en todo ello. Según nuestras cuentas, Clemente Silva pudo
la represión colonial es- 22. Probablemente los contemporáneos de Rivera fueron más cons- haber sido fotografiado en 1905 por el geógrafo Eugenio Robuchon
pañola de estas tierras, ni cientes de esta innovación. Por ejemplo, en De cómo se ha formado —el «mosiú» descrito en la novela (266-267)— y encontrarse en
en la época colonial ni aun la nación colombiana, Luis López de Mesa se refirió a «José Eusta- Manaos a la vuelta de un año, más o menos. De ahí que «1906»,
en las guerras de Indepen- sio Rivera, el lírico que estigmatizó la impiedad de los hombres en si esa es la cifra que se lee, bien podía ser otro rasgo más de sutil
dencia, que pueda compa- la salvaje Amazonia internacional y reveló la tierra patria con pupila autenticidad. Si se tratara, en cambio, de la cifra que nosotros leí-
rarse con las concienzudas de Kodak» (95). Huelga añadir que hasta la fecha ninguna de las mos, esta podría ser simplemente una referencia cualquiera que
atrocidades perpetradas a ediciones que se dicen «críticas», «definitivas» y «completas» de no desmentiría por fuerza mayor que el fotografiado fuese Silva, o
veces por los ingleses en La vorágine (algunas de ellas ciertamente profusas, como las de que el fotógrafo fuese Robuchon, máxime cuando, luego de haber
Irlanda [,] [como] el uso Juan Loveluck, Trinidad Barrera, Montserrat Ordóñez o el padre Luis sido muy probablemente asesinado por agentes de Arana, se ru-
de gorros de alquitrán para Carlos Herrera) incluyen las fotos o justifican por qué no lo hacen. moró por la época que algunas de sus placas le habían sobrevivido
convertir campesinos en y circulaban subrepticiamente por Manaos e Iquitos (véase Chau-
antorchas humanas» (21). 23. Neale-Silva (1986, 298) afirma que «habrá de notarse que la meil, 2009). El mismo Neale-Silva (1939, 324-325) menciona la
El dantesco episodio narra- tercera foto, es decir, la que dice representar a Silva, lleva impresa supervivencia de las fotos de Robuchon, en su clásico trabajo sobre
do por Clemente Silva so- en la esquina inferior de la derecha, donde no se recortó lo suficien- las bases factuales de La vorágine.

20 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Carlos Guillermo Páramo

lo cierto es que el personaje sí existió como juicios aislados; más bien todo lo contrario. La
símbolo de la cauchería colombiana explotada vorágine inventó la selva, o, lo que es lo mismo, le
(y, de cierta manera, del triunfo sobre la selva) otorgó un sentido que antes solo intuía. Esa es, 24. Así se titula el célebre
y en esa virtud halló lugar, con su equívoca por supuesto, la función del Mito. Así, Michael ensayo de Leonidas Mo-
rales, «La vorágine: Un
imagen, entre las denuncias de Luis María Taussig puede escribir, aunque sin advertir las viaje al país de los muer-
Murcia. En el mismo sentido aparecen los verdaderas dimensiones de lo que afirma, que tos», reimpreso en Ordóñez
(149-167).
demás personajes centrales del drama: como «La vorágine […] es más que una novela pues
símbolos, como arquetipos. Todos representan, ha ingresado a la mitología viva (yo mismo he Sobre el género véanse
25.
a de León Hazera (1971) y
cada uno a su manera, las actitudes (a la vez las conocido personas que me manifestaron haber Wylie (2009).
utopías y las pesadillas) del mundo blanco, eso viajado al Putumayo debido a la misteriosa Véase, solo como una
26.

es, de Occidente, frente a la selva y lo salvaje. excitación que el libro transmite en torno a la muestra, a Domínguez
y Gómez (1990; 1994),
Es por eso que La vorágine cumple un papel selva)» (150). Franco García, Gómez Au-
tan eficaz como guía del «viaje al país de los gusto (1991), Gómez, Les-
Como una literal vorágine, la novela hace las mes y Rocha, Iribertegui,
muertos»24 , como texto iniciático, en el senti-
veces de conducto hacia un mundo por anto- Pineda Camacho (2000;
do técnico de la palabra. Aún hoy en día, de 2004), Rausch (1999) y
nomasia desconocido, hacia un vórtice que Stanfield (1998).
manera asaz elocuente, la novela contrapuntea
revuelve todas las categorías del conocimiento. 27. Con respecto a La vo-
con el Macondo garciamarquiano cuando el
Recobra, por ese camino, la unidad fundamen- rágine, dice Lydia de León
inherente colorido de este es sustituido por Hazera que «el sentimiento
tal de la Historia y la Literatura en el Mito mis- de tiempo eterno se expre-
el sentimiento trágico de la vida que exuda
mo. Admite, pues, ser leída efectivamente y en sa en la dimensión tempo-
aquella. Basta con mencionar dos ejemplos ral y espacial. Están per-
forma simultánea —como novela y testimonio
recientes. No hace mucho, una conocida pe- didos en la eternidad del
histórico—, tal como lo ha hecho buena parte tiempo (la penumbra y el
riodista colombo-española intituló como La verdor infinito de la selva,
de los historiadores de la amazo-orinoquía
fascinación de la vorágine su libro de «crónicas los laberintos inacabables);
colombiana 26; y, al mismo tiempo, trasciende en el espacio a la vez infi-
sobre un país incomprensible», esencialmente nito y concentrado: infinito
la sola circunstancia de la unidad espacio-
sobre la violencia contemporánea. Y, todavía en su verdor y en la sali-
temporal para convertirse en algo atemporal, da que no se encuentra,
más, no podemos sino afirmar que hará un concentrado por la vege-
o, mejor, propio del tiempo que da en llamarse
año largo que el «rumbero» Clemente Silva tación densa que sofoca
«mítico» («in illo tempore», dirá Mircea Eliade) 27. al perdido. Todas estas
ocupó los encabezados de los noticieros y de sensaciones confluyen en
El propio José Eustasio Rivera ya era consciente
la prensa encarnado (pues ese es el poder de los una imagen muy acerta-
de ello cuando se lanzó contra el comentarista da, abundante en sus insi-
arquetipos) en el profesor Gustavo Moncayo: nuaciones mortíferas: “un
Luis Trigueros, dedicado a expurgar la novela
otro nariñense que, como «el brújulo», camina agujero en la eternidad”»
de crímenes de lesa escritura, manifestándole (142).
sin descanso en busca de su hijo secuestrado
con desesperación que: 28. Este artículo fue publi-
—como lo fuera Luciano Silva en manos de los cado simultáneamente en
secuaces de Arana—, y al tiempo denuncia el Dios sabe que al componer mi libro no obedecí a otro El Tiempo y en El Espec-
tador el 25 de noviembre
negligente cinismo del Estado. móvil que al de buscar la redención de esos infelices
de 1926 (lo cual también
que tienen la selva por cárcel. Sin embargo, lejos nos da idea de la impor-
de conseguirlo, les agravé la situación, pues solo tancia que entonces tenía
*  *  * todo lo relacionado con La
he logrado hacer mitológicos sus padecimientos y vorágine); las cursivas son
La vorágine ilustra mejor que las crónicas cientí- novelescas las torturas que los aniquilan. «Cosas de nuestras. Resulta pertinen-
te trasladar a esta discu-
ficas o periodísticas lo que Occidente entiende La vorágine», dicen los magnates cuando se trata de sión aquello que González
por selva; otorga inmanencia y corporeidad la vida horrible de nuestros caucheros y colonos en Echevarría anota sobre otra
novela latinoamericana,
a aquello que este, desde sus orígenes, ha la hoya amazónica. Y nadie me cree, aunque poseo y Biografía de un cimarrón
esperado encontrar en la espesura: a saber, exhibo documentos que comprueban las más inicua de Miguel Barnet: «Aun-
que Barnet niega cualquier
la inversión del mundo cultural, la muerte, la bestialidad humana y la más injusta indiferencia intención de escribir litera-
barbarie, el ruido y la desolación. No en vano, nacional. (Ordóñez 69-70) 28 tura, apela al recurso nove-
lístico más fundamental: el
de La vorágine nació el primer género literario de negar que el libro es una
Rivera sabía que su creación había transmutado
auténticamente continental, la «novela de la novela» (231). Por lo de-
rápidamente en Mito, pero apenas si podía más, también es instructiva
selva», género en el cual, según lo dicho por la forma en que Neale-Silva
vislumbrar los alcances del hecho. De seguro
Alejo Carpentier, «hay una especie de añoran- narra cómo fue recibida La
él se guiaba por la intuición pura, como, puede vorágine recién publicada:
za del estado fetal del hombre americano» (26).
argumentarse, le ha sucedido a todo productor «El público se hallaba ante
Y esta es una ontología que se remite a cuando un libro que no sabía cómo
de mitos, anónimo, encubierto o identificado29. clasificar. El relato era una
América fue «descubierta», cuando Occidente
Lejos de ser un autor cosmopolita o erudito, novela, sin duda, pero con
llegó al Nuevo Mundo a confirmar sus mitos25 . el aspecto, en algunas par-
sabemos que Rivera se preciaba de ser casi un tes, de historia verídica; es-
Para Rafael Maya, «La vorágine, en la hora de autodidacta en materia de letras, con grandes taba escrito en prosa, pero
también tenía cadencias de
su aparición, […] fue el primer hachazo que lagunas en su formación, con relativamente poema; en él había auto-
resonó en la selva americana, anunciando la pocas lecturas, pero bien hechas (véase Charria biografía y también ficción»
(1986, 299).
presencia de un explorador que iba, por primera Tobar). No era, pues, su intención la de escribir
29. Rafael Maya, quien co-
vez, a descifrar el sentido de aquel laberinto una saga o una gesta homérica (como sí lo fue noció de cerca a Rivera,
y a hacer resonar las voces que dormían en para el protagonista de Los pasos perdidos de escribió en 1955 que este
«fue un escritor lúcido has-
aquellas soledades desde la mañana del Géne- Alejo Carpentier, esa suerte de hija y secuela ta donde es posible serlo a
sis» (163). R. H. Moreno Durán, por su parte, de La vorágine), y ello se confirma con facilidad un gran poeta que no tie-
ne, ni puede tener, sino
apuntó que «después de La vorágine la selva ya cuando se contemplan de cerca las circunstan- una visión intuitiva de las
no volvió a ser la misma» (331). Y estos no son cias en las que se engendró la novela: una parte cosas» (164).

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Cosas de la vorágine. Una guía para viajeros «hacia el vórtice de la nadA»

se adelantó en el llano, otra, durante la partici- prosa. Y eso que en la carta al «Señor Ministro»
pación de Rivera en la comisión limítrofe con que hacía las veces de prólogo había prometido
Venezuela; otra, su concreción final, en un solo respetar «el estilo y hasta las incorrecciones del
envión durante unas vacaciones en Sogamoso. infortunado escritor» [Lv 75]. No bien concluida
Los hechos dispusieron la escritura y no al La vorágine, a Rivera se le había olvidado que
revés. Tanto así, que luego él mismo demostró quien escribía el relato en las barracas del Gua-
una continua inseguridad frente al producto racú había sido un poeta: ¡el poeta Arturo Cova!
terminado. Adelantó tres ediciones diferentes
de La vorágine (en 1924, 1925 y 1928, esta última *  *  *
poco tiempo antes de su intempestiva muerte), Lo que sí hizo Rivera, eso también lo sabemos,
en las que realizó cambios sustanciales entre fue recolectar toda la información fáctica sobre
versión y versión, recomponiendo párrafos los entornos por los que viajaba y sobre los
y —esto es importante— eliminando las fotos cuales después escribía. Cada vez que le era
en la última ocasión y sustituyéndolas por un posible, se detenía a consultar las fuentes orales,
par de mapas al final 30 . y así pudo entrevistar a cientos de caucheros
Con el tiempo, Rivera parece haber querido y colonos. En ese sentido, Rivera fue más un
borrar las pistas que amarraban su «novela» a etnógrafo que cualquier otra cosa. Un etnógrafo
algún asidero factual. No solo desechó las foto- no del mundo indígena —el cual retrató con
grafías (y con ello difuminó aún más su relación tosquedad y desconfianza tanto en la novela
con Arturo Cova), sino que también prescindió como en sus sonetos—, sino del mundo blanco.
30. Para un minucioso se- de la dedicatoria presente en las dos primeras Sabemos incluso el nombre de algunos de sus
guimiento a la historia edi-
torial de La vorágine, véa- ediciones: «Al/ eximio literato /y /poeta /doctor «informantes»: Custodio Morales, Luis Franco
se el fascinante artículo de don /Antonio Gómez Restrepo»… Ahora bien, Zapata, José de la Espriella, Leonardo Cabrera,
Hernán Lozano (1998).
¿por qué lo hizo? Es curioso que nadie se lo Eulogio Carvajal31. Y decir que fue un etnógrafo
Véanse Neale Silva
31.
haya preguntado, o que no se le haya dado im- no lo hace menos literato. En ese momento (y no
(1986, 103-107; 144-147
y 275) y Pérez Silva (14- portancia. Pero esa dedicatoria era reveladora: necesariamente al otro lado del Atlántico, o en
17).
Gómez Restrepo no solo fue el mentor lírico de un distante archipiélago del Pacífico occidental)
32. En lo único en que in-
Rivera, sino también un diplomático de carrera; el método etnográfico se estaba inventando y
sistiríamos aquí es en re-
lativizar el presunto analfa- de hecho, para la época en que La vorágine vio aún contaba con un campo generoso para la
betismo de muchos de los la luz, fungía como secretario del Ministerio de imaginación poética. Simplemente, entonces,
caucheros. En el caso de como lo fue hasta no hace mucho, la antropo-
«fiebres» provocadas por Relaciones Exteriores, cartera que incluso antes
el boom de cualquier eco- había ocupado en propiedad. Y en 1925, el escri- logía social no tomaba en cuenta como material
nomía extractiva —como
tor español Carlos Sampelayo (1988) saludaba la digno de ser estudiado a las sociedades no abo-
el caucho en la amazo-
orinoquía, o el oro en los aparición del libro en estos términos: rígenes. Aun así, Roberto González Echevarría
Estados Unidos, en el nos recuerda que:
Klondike de Alaska o de Está […] ensamblada de tal modo la ficción artística
California— aparecen tam-
bién, entre las mareas de de Rivera con el diario auténtico del desventurado Uno de los propósitos principales de estas llamadas
buscadores de fortuna, cauchero, que resulta casi imposible, y desde luego novelas de la tierra [en América Latina] era selec-
personajes que entonces,
o luego, consignan por expuesto, discernir a uno u otro escritor de Colombia cionar y consignar información sobre sectores de la
escrito sus impresiones, el lauro que la obra merece. (45) cultura latinoamericana que, si bien contemporáneos
cuando no son ellos mis- y parte de esa cultura, estaban fuera de la moderni-
mo escritores o periodis-
tas. Eso, en últimas, es lo
[…] José Eustasio Rivera, por encargo del gran dad; y, lo que es más importante, eran poblaciones
que legitima en una buena poeta —Ministro a la sazón en el Gobierno de Co- analfabetas, que poseían culturas esencialmente
medida la presencia de Ar- lombia— Antonio Gómez Restrepo, revisó los textos
turo Cova y Ramiro Estéva- orales, llenando así un importante requisito para ser
nez en La vorágine. Para el del compañero perdido o periclitado, antes de darlos objeto del estudio antropológico. En su posición de
caso de las caucheras del a la publicidad en este libro. (46)
Putumayo, contamos, por observador, el antropólogo-autor buscaba el secreto
ejemplo, y solo entre los de su propia singularidad y la clave de su originalidad
que hallaron alguna vez la
Puede que a Sampelayo también lo hubiera
imprenta, con los testimo- extraviado la trama selvática de la novela, que se mediría por su distanciamiento de las rutinas
nios de Ricardo A. Gómez y lugares comunes de Occidente. La insistencia en
(1933), empleado por la
pero también puede que revelara algo más:
Casa Arana en 1904; Joa- el conocimiento que Gómez Restrepo tenía estar ahí, sobre el terreno —para usar la fórmula de
quín Rocha (1932), quien
de los linderos entre La vorágine y el diario del Clifford Geertz (1989, 11-34)— y ser capaz de con-
conoció la zona en 1905
durante las primeras fases malogrado prófugo… Gómez Restrepo bien vencer al lector de la autenticidad de lo que se está
de la explotación; Custodio podía ser el «Señor Ministro» al que se dirigía escribiendo, asume una forma peculiar en el caso
Morales, cuyas denuncias
aparecieron en el expe- Rivera en el prólogo, y esto sería coherente con del autor latinoamericano porque su ficción consiste
diente preparado por Olar- la dedicatoria original, y con el hecho de que en afectar que siempre ha estado ahí, puesto que es
te Camacho (65-70) y Ju-
lio Quiñones (1948), quien esta se borrara para la quinta edición. nativo de la cultura estudiada. (217)32
participó como farmaceu-
ta en una expedición a Pero en este proceso, Rivera terminó siendo «Estar ahí» significó para Rivera acentuar el
la región en 1906 y allí
víctima de su propio encubrimiento. Ante las carácter documental y documentado de La
permaneció hasta 1911,
y que, fruto de esa expe- numerosas críticas por la excesiva cadencia vorágine. Más allá de cerciorarse de que en su
riencia, produjo su novela
poética del escrito, nos cuentan Ricardo Charria narración los hechos históricos pudieran ser
En el corazón de la selva
virgen. Para un mayor con- Tobar (173) y Miguel Rasch Isla (84) que Rivera verificados en otras fuentes, y de adicionarle
texto sobre varios de estos se dedicó, a partir de la segunda edición, a los mencionados mapas y fotografías, dispuso
personajes, consúltese a
Pineda Camacho (2004). «descabezar» los versos, o sea, a tornarlos en el texto de tal manera que diera la imagen de un

22 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Carlos Guillermo Páramo

informe diplomático con visos de seguimiento — ¿Y si lo fusilaran?


detectivesco, verbigracia, positivamente «cientí- — La leería mientras tanto.
fico» 33 . Así, de conformidad, presentó el relato
de Arturo Cova precedido del fragmento de una
carta epónima que nunca se transcribe íntegra- Bibliografía
mente (Lv 77) y emparedado por la trascripción Arango Uribe, Arturo. 1933. 180 días en el frente.
de dos telegramas (75, 385), documentos estos Manizales: Tipografía Cervantes.
que tendríamos todo el derecho a creer que
reposan en algún archivo somnoliento de la Boy, Herbert (con la colaboración de Eduardo
Cancillería. Y aun fuera de La vorágine, Rivera Caballero Calderón). 1955. Una Historia con alas.
insistió, todo a lo largo de los cuatro años que Madrid: Guadarrama.
sucedieron a la novela y antecedieron su muer- Carpentier, Alejo. 1988. La novela latinoamericana
te, en que él —y virtualmente solo él— sí había en vísperas de un nuevo siglo. En Roberto González
«estado allí», donde ningún diplomático había Echevarría (comp.). Historia y ficción en la narrativa
puesto los pies, porque, tal y como lo dice Artu- hispanoamericana. Coloquio de Yale. 19-48. Caracas:
ro Cova, «a esta pobre patria no la conocen sus Monte Ávila.
propios hijos, ni siquiera sus geógrafos» (361).
Castillo, Eduardo. 1924/1987. La vorágine. En Or-
Es así como, durante su célebre polémica con
dóñez, Monserrat (comp.). La vorágine: textos críti-
Hermes García por la navegabilidad de los ríos
cos, 41-43. Bogotá: Alianza Editorial Colombiana.
fronterizos colombianos, reivindicó en varios 33. De nuevo, el caso de
artículos de prensa su condición de viajero Charria Tobar, Ricardo. 1963. José Eustasio Rivera las antorchas humanas en
La Chorrera es un buen
científico e hizo afirmaciones de esta especie: en la intimidad. Bogotá: Tercer Mundo. ejemplo, ya que su real
ocurrencia podía entonces
Yo, que exploré la mayor parte de esas comarcas, Chaumeil, Jean-Pierre. 2009. Guerra de imágenes certificarse fácilmente en
hago […] memoria de cuanto vi, y no hallo en mis en el Putumayo (1902 – 1920). En Chirif, Alberto De París al Amazonas, de
Cornelio Hispano (265);
notas ni mis recuerdos razón ninguna que pueda ser y Manuel Cornejo Chaparro (eds.). Imaginario El libro rojo del Putuma-
matriz de los postulados [de Hermes García], lo cual e imágenes de la época del caucho. Los sucesos del yo, (53), Las crueldades
de los peruanos en el Pu-
me reafirma esta creencia: o el doctor García jamás Putumayo, 38-73. Lima: caaap-iwgia-Universidad tumayo de Vicente Olarte
de los jamases conoció las tierras que nombra, o si Científica del Perú. Camacho (87), La amazo-
nía colombiana, de Deme-
lo hizo, andaba dormido. (Neale-Silva 1986, 293)34 Deas, Malcolm. 1999. Intercambios violentos. trio Salamanca Torres (72)
—fundamentados, en cada
Reflexiones sobre la violencia política en Colombia. caso, en las denuncias he-
Esto, proveniente de alguien de quien ni si- chas en 1907 por el perio-
Traducción de Juan Manuel Pombo Abondano.
quiera tenemos certeza de por dónde realmente dista de Iquitos, Benjamín
Bogotá: Taurus. Saldaña Rocca— y en el
anduvo (si hemos de creerle a sus detractores35), informe de la comisión ju-
puede hacer las delicias de los modernos inqui- De León Hazera, Lydia. 1971. La novela de la selva dicial presidida por el juez
Carlos A. Valcárcel (206).
sidores de la «autoridad etnográfica». Y aun así, hispanoamericana. Nacimiento, desarrollo y transfor-
Y a pesar de su mala inten-
poca relevancia tiene ante el complejo retrato mación. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo. ción, no deja de haber un
que plasma Rivera de la psiquis del colono. Tanto ápice de verdad en la cali-
Domínguez, Camilo y Augusto Gómez. 1990. ficación que —de acuerdo
así, que más bien hemos de suponer que fue él con Miguel Rasch Isla—
La economía extractiva en la amazonía colombiana, hizo Eduardo Castillo de La
quien anduvo dormido, errante y «vagabun-
1850‑1930. Bogotá: Corporación Araracuara- vorágine como «folletín se-
do como los vientos» (Lv 77), describiendo la Tropenbos.
mipolicíaco» (Neale-Silva
1986, 366). Creemos que
geografía del inconsciente occidental como se una de las influencias lite-
define en la frontera, cuando allí deposita sus Domínguez, Camilo y Augusto Gómez. 1994. rarias, tal vez inconsciente,
Nación y etnias. Conflictos territoriales en la Amazonía. sobre Rivera y la escritura
temores y sus vanas quimeras. Pero también de su novela pudo haber
dándole sentido a la selva, que fue, es y será la 1750-1933. Bogotá: Disloque Editores. sido Julio Verne —símbolo
por excelencia del vulga-
antinomia simbólica de lo que Occidente cree Eliade, Mircea. 1980. Mito y significado. Barcelona: rizador científico finisecu-
que es la «cultura». Puede que así, en un sentido Guadarrama.
lar y a quien sabemos que
leyó copiosamente en su
más que metafísico, La vorágine le haya salvado juventud—, en particular
la vida a «Uno de Tropa», a Ricardo Sánchez, al Franco García, Roberto. 1997. Historia de Orocué. ese par de «folletines se-
Bogotá: Kelt Colombia-Ecopetrol. mipolicíacos» que son La
Alfredo de Caucayá e incluso a sus enemigos. jangada (subtitulada 800
leguas por el Amazonas)
Geertz, Clifford. 1989. El antropólogo como autor.
Cuenta Arturo Arango Uribe (137) que días y El soberbio Orinoco. En
Barcelona: Paidós. su reseña de la novela de
después del asalto a Güepí, el 26 de marzo de su protegido, el ya men-
1933, se encontró en Puerto Asís con el teniente Gómez, Augusto. 1989. La vorágine: ¿ficción o cionado Antonio Gómez
Restrepo la interpretó jus-
Teodoro Garrido Lecca, valiente defensor de la realidad?. Revista de Antropología y Arqueología, tamente como «una narra-
Universidad de los Andes 5, n° 1-2: 255-275. ción de viajes y aventuras»
plaza peruana hasta su inevitable rendición. Lo (364), juicio que tiene por
halló tranquilo, esperando con aplomo su juicio Gómez, Augusto. 1991. Indios, colonos y conflictos.
qué parecernos cándido,
pero que subraya esta co-
y quizás la muerte. Preguntó Arango: Una historia regional de los Llanos Orientales. 1870- nexión.

— ¿Qué quiere usted, teniente, que le enviemos del 1970. Bogotá: Siglo xxi -Pontificia Universidad 34. El artículo apareció en
Javeriana. El Nuevo Tiempo el 28 de
interior? septiembre de 1924, como
parte del ciclo «Falsos pos-
Gómez, Augusto, Ana Cristina Lesmes y Claudia tulados nacionales».
— La vorágine, de Rivera. Ya la leí una vez pero quiero
Rocha. 1995. Caucherías y conflicto colombo-peruano. Véase Páramo (2006).
leerla de nuevo. Es muy lindo ese libro. 35.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 23

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Cosas de la vorágine. Una guía para viajeros «hacia el vórtice de la nadA»

Testimonios 1904-1934. Bogotá: coama-Disloque Ordóñez, Monstserrat (comp.). 1987. La vorágine:


Editores. textos críticos. Bogotá: Alianza Editorial Colom-
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quetá. Tercera edición. Bogotá: Imprenta Nacional. cente Pérez Silva. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.

24 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 24 16/11/2010 02:24:48 p.m.


Carlos Guillermo Páramo

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Editorial. ción. Traducción de Hernando Valencia Goelkel.
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José Eustasio Rivera, 1888-1988, 45-51. Bogotá: T. Prance. Oracle, Arizona: Synergetic Press.
Colcultura-Banco de la República.

"Fósil". 1986. Grabado en metal.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 25

REVpalimpsesto_7_2010.indb 25 16/11/2010 02:24:49 p.m.


"Indígenas". 1977. Serigrafía. 35 x 50 cm.

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Claudia López*

Irrespetuosos, arriesgados, alegres.


Apuntes para una pedagogía ética
de la lectura

Resumen Que otros se jacten de los libros


En contra de una pedagogía moral de la lectura que des- que les ha sido dado escribir; yo
cansa en los derechos del autor por sobre los del lector

J
en la construcción de sentido y en las diversas formas me jacto de que me fue dado leer
de control y vigilancia que operan en la calificación y el
juicio, el artículo propone una pedagogía ética anclada en orge Luis Borges se dedicó a construir una
el encuentro con los textos, encuentro que supone abrir imagen de sí mismo como la de un escritor
la literatura a la travesía siempre arriesgada de su lectura. cuyo oficio consideró subalterno al de lec-
Es una pedagogía que, al tomar los derroteros de autores
como Barthes, Borges, Deleuze y Meireu, busca poner en el tor. Con jactancia, a lo largo de numerosas
centro de su preocupación tanto a los procesos interpretati- entrevistas, ensayos, conferencias y prólogos,
vos como a la escritura de ficción de profesores y alumnos se encargó de definirse a partir de un canon de
en el espacio complejo y esencialmente oral de las aulas. 
lecturas que hicieron de su universo de ficción
Palabras clave: pedagogía, literatura, escritura, oralidad, un complejo jardín cuyos senderos transitan los
comunidad lectora, escuela.
críticos y los profesores de literatura. Dado que
la jactancia suele ser más evidente que aquello
Abstract que enuncia, lleva un tiempo darse cuenta de
lo que implica —en la obra de Borges y en las
Disrespectful, daring, cheery. Notes for an ethical
pedagogy of reading lecturas que provoca— el hecho de asumir sin
modestia aquella subalternidad.
The purpose of this article is to work on an ethical peda-
gogy of reading based on encounters with texts that open En la primera edición de sus Obras completas,
literature up to the hazardous job of reading. Unlike a moral
pedagogy of reading, which is not based on the construction luego del prólogo a Fervor de Buenos Aires, Borges
of meaning but on the author’s rights and the various forms escribe a su lector una disculpa que es, al mismo
of surveillance and control operating in the evaluation of
reading, this ethical pedagogy of reading follows the path
tiempo, una advertencia. «Si las páginas de este
of authors such as Barthes, Borges, Deleuze and Meireu, libro consienten algún verso feliz, perdóneme
and focuses on the interpretive process of reading and the el lector la descortesía de haberlo usurpado yo,
writing of fiction by teachers and students within the com- La AUTORa:
plex and essentially oral space of the classroom. 
previamente. Nuestras nadas poco difieren; es
trivial y fortuita la circunstancia de que seas * Claudia López es profesora,
Keywords: pedagogy, literature, writing, orality, reading poeta y ensayista. Actualmen-
community, school.
tú el lector de estos ejercicios, y yo su redac-
te se desempeña como profe-
tor» (15). No es sencillo desembarazarse de las sora de Didáctica Espacial en
imágenes rutilantes de los autores consagrados, Letras de la Facultad de Filo-
máxime cuando se trata de un escritor que hizo sofía y Letras de la Universi-
dad de Buenos Aires y de la
de la ironía un procedimiento para la construc- Escuela de Capacitación Do-
ción de su propia imagen; un riguroso artificio cente del Gobierno de la Ciu-
para la lucidez. Cuesta pensar, entonces, en Bor- dad de Buenos Aires.
ges como un «redactor» al que le fue deparada, claudialopezswinyard@yahoo.
com.ar
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 por obra del azar y del destino, la usurpación

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 27

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Irrespetuosos, arriesgados, alegres. Apuntes para una pedagogía ética de la lectura

de textos ajenos. Cuesta situarse en tamaña mica de lectores especializados (me refiero a
horizontalidad («nuestras nadas poco difieren») los estudiantes de Letras de la Universidad de
cuando la historia de la enseñanza de la litera- Buenos Aires) implica una censura fundacional
tura —imbricada en concepciones, políticas y (y la historia de la literatura se dedica a dar
teorías que bregaron por el sometimiento del ejemplos sobrados de que la producción literaria
lector al autor y a las obras— se ha encargado parece no necesitar de la enseñanza). Necesito
de censurar el irreverente y libertino trabajo señalar esta censura solamente para desnudar la
de la lectura. paradoja. La formación de lectores de literatura
descansa sobre la imposibilidad de «pasar al
Hace unos años, a propósito de la escritura de
otro lado», como diría Cortázar.
un artículo sobre el lugar de la literatura en la
formación de traductores, di con un texto que Esta ley no escrita y naturalizada funciona como
reaparece ahora que acabo de escribir la palabra un principio rector, como un límite insoslaya-
«libertino» (López 30). Se trata del recuerdo de ble y, así mismo, como una moral sobre la que
una humorada en una clase de literatura que descansa la maquinaria didáctica de la litera-
me dio, en aquel momento, la clave para pensar tura. A partir de la asimetría de derechos entre
el tema. El recuerdo pertenece al crítico y pro- escritores y lectores, la pedagogía de la lectura
fesor Enrique Pezzoni; la cita está usurpada de de textos literarios construye sus mediaciones.
un debate que tuvo lugar el 5 de junio de 1981 Formar lectores implica no formar escritores.
en Buenos Aires, en la Escuela Freudiana de la Enuncio de manera grosera esta paradoja con
Argentina. En el debate posterior a la lectura la advertencia de que me refiero a la escritura
de tres traducciones al castellano de la última de ficción. Nada más, ni nada menos.
página del Ulises de Joyce, Pezzoni, en tono
La ley no escrita de que formar lectores implica
autobiográfico, cuenta: «recuerdo que una vez,
no formar escritores lleva en sí una concepción
en una clase de literatura del profesor Giusti,
de la lectura que descansa en una diferencia de
que tenía una manera muy especial de decir
valor y de grado. El renombrado «juicio crítico»
los versos, dijo tan enfáticamente el famoso
del lector encuentra su límite en el autor. En el
verso de Garcilaso “El dulce lamentar de dos
caso de que las interpretaciones sean promo-
pastores” que un alumno escribió un chiste: “El
vidas y aceptadas, siempre deberán anclarse
dulce lamen tarde dos pastores”».
en el texto que se lee (no en aquellos otros que
En esta orientación que damos a los textos evoca ni en la subversión que promueven); es
cuando los leemos en nuestras clases (en el allí donde deberán justificarse. La afirmación
caso de Giusti se trata de un énfasis que altera descansa en la premisa de que la arquitectura
el sintagma y, en consecuencia, habilita el «li- de sentido construida por el autor funciona
bertinaje» del chiste de su alumno) ya está en como legitimación de las lecturas. Los profeso-
funcionamiento esa irreductible libertad del res de literatura cuentan, para lograrlo, con los
lector. Guisti y su alumno, como Borges, son instrumentos sofisticados de la teoría literaria,
lectores en la medida en que usurpan versos. que son los contenidos y los procedimientos
El texto, decía en mi artículo, se actualiza en que garantizan el recorrido de la «buena lectu-
el chiste, en el desajuste. El tan mentado «uso ra». Aprender literatura es aprender a leer «sin
creativo del lenguaje» implica la posibilidad levantar la cabeza» (Barthes 35).
de un uso subversivo. «El dulce lamen tarde
En 1968, Roland Barthes publicó su polémico
dos pastores», decía, es un ejemplo extremo
ensayo «La muerte del autor». Esta «muerte» se
de alteración; quizás, la más reprochable de
explica por una razón: si el autor no es el creador
las traducciones. Sin embargo, presupone a un
del lenguaje ni de los enunciados anteriores
escritor (y, por ende, a un lector) que puede
(por ejemplo, aquellos de los que Borges se
trabajar con las reglas y materiales de su lengua
consideraba un «usurpador») ni de los discursos
y de esta forma distanciarse y acercarse al texto.
en general, tampoco lo es del texto que lleva
En este sentido, una pedagogía de la lectura
su firma. Entiéndase el término «creación» en
de textos literarios cuenta con un discurso que
el sentido de «origen» (65). El autor no es, por
promueve —por la opacidad de su lengua y
lo tanto, la fuente de sentido ni la autoridad
por su carácter fuertemente dialógico con la
incuestionable sobre la interpretación del texto.
tradición— mecanismos de interpretación y
El autor, más que un dios o un demiurgo, es
traducción cercanos al sabotaje y la irreverencia.
un lugar, explica Barthes, donde se cruza un
Me interesa empezar este ensayo señalando complejo sistema de citas y referencias; lugar
una paradoja. Podríamos asumir sin ninguna en el que el trabajo de escritura busca, organiza,
dificultad que los que enseñamos literatura anuda y desanuda, algo de lo que antes de él
formamos lectores. La universidad se encarga, fue dicho. Si la escritura —como composición
con una insistencia sospechosa, en advertir a a partir de otros textos— canaliza, la lectura,
estudiantes y profesores que en ningún caso ese «texto que escribimos en nuestro propio
forma escritores. Aunque «nuestras nadas poco interior cuando leemos», dispersa, disemina el
difieren», queda claro que la formación acadé- sentido (37).

28 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Claudia López

"XV". Cartografía de la memoria. 1999. 55 x 42 cm. Detalle.


Existiría, entonces, una lucha donde el autor La afirmación de las potencialidades de
toma a su cargo la determinación de que siga- estas comunidades lectoras dista mucho de
mos un recorrido obligado y el lector hace suya ser romántica o bucólica. Se relaciona con la
la fuerza explosiva del texto, pues lo interrum- convicción de que cualquier decisión tomada
pe, altera órdenes y señales, se pierde, se dis- en el terreno de la pedagogía cuenta con una
trae. Asumir la formación de lectores supondría certeza: el conocimiento, esto es, la relación
reconocer aquella fuerza explosiva y habilitar, a con un pasado (su crítica, su reformulación, su
partir de esa convicción, que los alumnos lean; actualización y proyección) implica la actividad
es decir, que escriban el texto en sus cabezas, en de la lectura pero —y justamente por esa fuer-
sus cuadernos, en las fugaces conversaciones en za interpretativa que se vierte en el presente
las aulas. Una pedagogía de la lectura de estas y permite imaginar el futuro— esta resulta
características no puede construirse a partir de una de las prácticas más vigiladas. No solo
aquella censura inicial (censurar la potenciali- por las formas más encarnizadas y flagrantes
dad de escritura del lector es abortarlo como de poder, no solo por la quema o censura de
tal), sino que debe arriesgarse a que la lectura libros y la canonización de «libros sagrados»,
suceda. Tomar partido por el lector es aban- sino porque el «control de lectura» participa,
donar la certeza de un sentido transparente y en cualquier caso, del sostenimiento de un
confiar en sus excesos asociativos, en los ecos status quo. En este sentido, las clases de lec-
y referencias que lo habitan, en lo que sabe y tura, cualquiera sea el nivel y ciclo educativo,
en lo que desconoce. pueden dar cuenta de una conducta modelada
de vigilancia.
De más está decir que no es mi intención abrir
un debate sobre nuevas responsabilidades cul- Parte de esta forma de vigilancia se trasparenta
turales del sistema educativo en la formación en «lo que dijo el autor» o «lo que dice el texto».
de futuros autores clásicos. Lo que sí resulta Las diferencias que se suelen plantear entre el
por lo menos curioso es que se haya instalado, autor y los lectores están muy lejos de ser pro-
en relación con la escuela, una especie de «es- ductivas. Aparecen en la forma de un dualismo
cándalo de la lectura» (de la mala, de la nula, de orden vertical: el autor se eleva por encima
de la deficitaria lectura) que conlleva, como del lector. Y aunque se hable de pluralismo y
contrapartida mítica, la imagen de la buena, la multiculturalismo, en las aulas lo que suele
correcta, la lectura culta de la literatura. Algo así valer como conocimiento acerca de la lengua
como un lejano y siempre inaccesible Siglo de y la literatura es lo que los alumnos pueden
Oro de la Lectura. Este contraste, que redunda comprender, esto es, asimilar como la lengua
en la insistencia en el déficit lector de los alum- y la cultura «de otro». Dar cuenta de la lectura
de un texto literario implica, en demasiados
nos (o de los maestros o de los profesores o de
casos, resignar el diálogo y la apropiación para
los padres y un largo etcétera), impide pensar
responder a un cuestionario.
en la riqueza de las actuales comunidades es-
colares de la educación pública; comunidades Cualquiera que tenga la oportunidad de obser-
que leen a partir de diferentes referencias cul- var lo que sucede en las aulas puede participar
turales, alfabetizadas por mundos complejos e de la oralidad desbordante que produce la
ignorados por la cultura «letrada». presencia de un cuento o de un poema. En esta

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Irrespetuosos, arriesgados, alegres. Apuntes para una pedagogía ética de la lectura

oralidad pueden leerse claves interpretativas La ética es necesariamente una ética


únicas e irrepetibles de los textos, donde aquel de la alegría; solo la alegría vale,
usufructo del que hablaba Borges es un derecho solo la alegría subsiste en la acción
de los alumnos. Sin embargo, esta especie de
Gilles Deleuze leyó a Spinoza. Me detendré en
epifanía colectiva suele desvanecerse a la hora
algunos fragmentos de esa lectura que repre-
de evaluar las relaciones entre lector y texto,
senta Spinoza: filosofía práctica. Me detendré en
entre lector y autor. Si el texto, como decía la diferencia entre la ética, «una tipología de los
Roland Barthes «no puede inmovilizarse» y modos inmanentes de existencia», y la moral,
si su «movimiento constitutivo es la travesía» aquello que «refiere siempre la existencia a
(75), la evaluación de la lectura —en términos valores trascendentes» (34). «En el momento en
de vigilancia y control del sentido del texto— que no la comprendemos», dice Deleuze, «una
supone la negación del movimiento, la pereza ley se nos muestra bajo la especie moral de una
y la seguridad de un consenso prefigurado. obligación […]; la ley moral es un deber, no tiene
otro efecto ni finalidad que la obediencia […]. La
La travesía del robo o del usufructo, del chiste o
ley, moral o social, no nos aporta conocimiento
de la parodia presupone la libertad de la lectura
alguno, no nos hace conocer nada» (35).
irrespetuosa; este es el orden temporal fundante
que propone Borges para la relación lectura- Podríamos trasponer algunos modelos de
escritura. Los escritores que solemos incluir en formas de existencia del filósofo al lector. Si-
nuestro canon escolar se concedieron, primera- guiendo a Deleuze, podríamos proponer, por lo
mente, la libertad de leer. Puede ser «fortuito» menos, dos modos: el lector/la lectura triste, el
que sus lecturas devinieran escrituras, y no es lector/la lectura alegre. El primer modo supone
motivo de este artículo sondear esas travesías. un acercamiento a los textos donde se opera una
Solo creo necesario —para los que enseñamos separación de los mismos de la deriva abierta
literatura— redefinir lo que quiere decir «leer» que proponen. Una pedagogía moral de la lec-
tura trabajaría denodadamente por constreñir
o «formar lectores».
la fuerza explosiva del texto. Esta operación
Así como la escuela parece conformarse como sobre los textos constituye una ley no escrita
un escenario evidente de formas de control, en una buena parte de lo que se conoce como
también es en la escuela donde las situaciones «propuestas», «actividades» o «consignas» de
comunicativas permiten instalar una distancia lectura (en casos más flagrantes se habla de
para la recepción de los discursos generados «control» de lectura). Los alumnos tendrán que
afuera. Esta distancia evita el reflejo y la repro- leer, y de hecho leerán, impelidos por un arsenal
ducción y permite la crítica y el aprendizaje. A metodológico moldeado por la «obligatoriedad»,
su vez, los textos producidos por los estudiantes pero serán lectores tristes, esto es, impotentes.
se liberan de las leyes del consumo real al ser Una pedagogía ética de la lectura es posible en
artificiales, es decir, en el sentido de que no la medida en que las potencialidades del lector
pretenden una circulación fuera del círculo en se desplieguen, participen, se encuentren. Así
el que se produjeron. El lenguaje y los discursos enunciado, este imperativo categórico suena,
cuentan en la escuela, entonces, con un lugar en casi siempre, como una utopía (y, en estos
el que es posible decidir con otros criterios, que tiempos, cualquier utopía merece el ridículo).
no necesitan ajustarse al corto plazo y en los que Tal vez sea necesario, entonces, otra afirmación,
se cifra el lugar de la educación formal. otro escándalo: la confianza en la educabilidad
de los otros. Un rodeo por el maravilloso libro
En este escenario, entre el control y el conoci- de Philippe Meireu, La opción de educar, puede
miento, se juega el lugar de la literatura. La par- orientar la definición de una ética pedagógica
ticularidad de su lugar en el universo discursivo posible y deseable.
escolar es que está lejos de poder responder a
las necesidades del mercado. Es necesario con- Como Deleuze, Meireu establece dos vectores:
el de la moral como «un conjunto de normas so-
fesar que la literatura es perfectamente inútil:
ciales que hacen referencia al comportamiento
al frecuentarla se devela que es compleja e im-
de los individuos en una organización social
previsible, y suele desestabilizar a sus lectores
dada» (9) y el de la ética como «la interrogación
proyectando una suerte de desconfianza en del sujeto sobre la finalidad de sus actos» (10).
la transparencia, en la viabilidad y hasta en la Ambos están imbricados en las acciones peda-
existencia misma de la comunicación lingüísti- gógicas y ambos sostienen diferentes repre-
ca. Los lectores de literatura adquieren el hábito sentaciones del otro, en este caso, del alumno.
de la sospecha y se acostumbran a buscar indi- Para la moral, el otro es de alguna manera un
cios para construir otros mensajes. Este efecto «objeto» en la medida en que es considerado
justificaría, en parte, la presencia «tibia» de los como el resultado de las influencias que ha
textos literarios en oposición al lugar confiable recibido (confiar en este «otro» es confiar en
y amplio que ocupan en el corpus curricular los que lo podemos seguir «formando», tener
textos informativos y periodísticos, por ejemplo. garantizada nuestra propia influencia). Para la

30 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Claudia López

ética, el «otro» es una persona «capaz de hablar tienen para contar los lectores docentes. Histo-
finalmente por sí misma, sin limitarse a lo que rias que explican una particular convicción por
le dicta la presión social» (confiar en ese «otro» la lectura y por su enseñanza, y que orientan, de
es asumir su «alteridad radical» y la tarea de una manera lejana y tal vez oscura, las acciones
interrogarse sobre la orientación de sus actos). de una pedagogía ética.
Cita a Ricoeur, en una nota al pie, pues ambos
proponen que «hay que poder recurrir siempre
Creo que esta clase la
a la ética cuando la norma moral conduzca a
dieron los alumnos
“estancamientos prácticos”» (11).
La profesora Cristina Soncini enseña literatura.
La reiteración misma de «el problema de la
Es decir, da a leer «Biografía de Tadeo Isidoro
lectura» habla ya de un estancamiento. Este Cruz (1829-1874)». Por obra del azar (Cristina
estancamiento es central para la pedagogía, en es alumna mía de un ateneo de capacitación
general, y para las didácticas especiales, para para docentes de escuela media cuyo eje es la
cada una en particular, ya que la lectura es una lectura de Borges), me es dado «entrar» a su
forma inevitable de acceso al conocimiento. clase gracias a un registro escrito que ella hizo
Entre la alteridad radical de los lectores y la de la misma; lo que sigue son fragmentos de ese
necesidad de formarlos, los docentes tenemos registro. Escribe Cristina.
muchas decisiones que tomar en el ruedo
siempre imprevisible y, al mismo tiempo fuer- Entré al aula y saludé a los alumnos que hoy
temente predeterminado, del aula. estaban sentados todos juntos, cerca de la pantalla
de gas, por el frío (1 °C de sensación térmica).
Esas decisiones, en el caso de la lectura, no
Tomo lista. […] Les dije que «para entrar en calor»,
solo están ligadas a la formación académica,
íbamos a leer y analizar entre todos el cuento
ni a los imperativos curriculares (más o me-
«Biografía de Tadeo Isidoro Cruz (1829-1874)»,
nos novedosos, más o menos resistidos) ni a
que ya tenían junto a todo el material que les había
las necesidades y normas institucionales. En
proporcionado semanas atrás. A partir de aquí,
muchos momentos, son producto de nuestro
considero oportuno ir transcribiendo literalmente
compromiso de leer con nuestros alumnos y
los enunciados de los alumnos y los míos para no
de asumir las consecuencias de tener la con-
perder detalle de lo sucedido (¡Gracias, Bajtín!).
vicción de que enseñar a leer es posible; lo que
determina nuestras intervenciones está ligado Mientras sacan las carpetas y el material:
a nuestra propia historia como lectores. El texto
Alumno 1: Por este cuento repetí quinto en el
que elegimos, la orientación que damos a las
colegio...
conversaciones que suscita, las actividades que
diseñamos, el entramado de los otros textos Yo: ¡Qué bien! Entonces ya lo conocés...
que evocamos y hasta el tono de nuestra voz Alumno 1: (riéndose) Sí, pero no lo entiendo...
o la decisión de silenciarla tienen que ver con
aquella historia, historia que comienza mucho Yo: Bueno, vamos a leerlo y después vemos qué
antes de nuestra escolarización y que trascurre pasa, ¿sí?
ligada a relaciones formales y no formales con [Leo el cuento. Sonrisas cómplices de algunos, in-
la cultura. terrogativas de otros. Escribo en el pizarrón el título
Muchos maestros, al preguntarles por qué «ese del cuento. Pregunto «¿Qué es una biografía?»]
texto» o en por qué hicieron «tal o cuál cosa» Alumno 1: Es la historia de la vida de una persona
se explayan en anécdotas donde es posible hecha por otra persona.
leer una relación personal, particularísima
con la lectura, con los textos, con los autores. Yo: Bien [Escribo en el pizarrón: «Biografía: historia
Por lo general, estas escenas de lectura en las de vida de una persona escrita por otra»].
aulas —donde aquellas decisiones se tornan Alumno 1: Claro, acá es la vida de Tadeo Isidoro
visibles y estas razones personales juegan un Cruz, que es el personaje del «Martín Fierro». […]
papel protagónico— no constituyen una fuente
«prestigiosa» para la reflexión sobre una peda- Alumno 2: Sí, aparte vos nos dijiste que en el
Martín Fierro el único que tiene nombre y apellido
gogía de la lectura, ni para los propios docentes
es Martín Fierro y que el resto son sobrenombres...
implicados ni para muchos investigadores es-
pecializados en el tema. Pero si convenimos en Alumno 3: Acá dice que la madre se llama Isidora.
una alteridad radical del lector, alteridad que Por ahí le gustaba Tadeo... [risas] […]
no niega el carácter social de la lectura, sino
Alumno 4: Borges le pone nombres a través de su
que lo fundamenta y lo sostiene, tal vez sea en
árbol genealógico. Es una costumbre colocar el
esas escenas donde contemos con las claves del
nombre de los padres y de los abuelos a los hijos.
estancamiento o del despliegue de su potencia-
No los dejan ser libres...
lidad. Y la genealogía de dichos estancamientos
o despliegues de la lectura se ancla fuertemente Alumno 3: Le puso el nombre del abuelo, le da la
en cada una de aquellas complejas historias que apariencia del abuelo...

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 31

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Irrespetuosos, arriesgados, alegres. Apuntes para una pedagogía ética de la lectura

“XV”. Cartografía de la memoria. 1999. Impresión láser digital. 55 x 42 cm. Detalle.


Alumno 4: Yo pienso que es lo que dije antes, que Alumno 1: No, no es así, es Borges el que se ve en
a partir de la descendencia uno está atado a la Cruz y en el abuelo. Lo que pasa es que tenemos
personalidad de sus ancestros... un escritor omnisciente...
Alumno 1: Yo soy Pablo y me cambié el nombre Alumno 2: Es Borges que te está contando todo
por «Juan»... [risas] lo que vio. ¿Cómo se llama el narrador que está
presente? ¿Testigo?
Alumno 6: No tiene nada que ver tener el mismo
nombre que mis antepasados, yo no pierdo mi [Interrumpo para repasar «narrador». Este tema ya
identidad... fue visto en clase y es tema del primer cuatrimestre.
Alumno 7: Entonces ¿Borges se siente identificado […] Entramos en el problema del narrador en
con Cruz? Borges, pero no puedo seguir explicando por la
interrupción «afortunada» de un alumno]:
[Pregunto a los alumnos qué pasa con la identidad
Alumno 8: Pero acá dice que «Mi propósito no es
del protagonista del cuento.]
repetir su historia»... Habla en primera persona.
Alumno 4: Espejo, laberinto, Borges, problema de
Alumno 3: Es Borges que está escribiendo la
identidad, tiene mucho que ver. Borges juega con
biografía.
su identidad, su familia y él...
Alumno 2: ¡Qué vivo! Si ya leyó el «Martín Fierro».
Alumno 7: No tiene identidad, este protagonista la
Así, cualquiera hace una biografía...
está buscando.
Alumno 3: Pero en el resto del cuento es omnis-
[Escribo en el pizarrón: «Búsqueda de identidad».
ciente. ¿No ves cuando dice que el hombre que
Les pido que lean la traducción del epígrafe del
estaba con la madre de Cruz tuvo una pesadilla?
cuento «Yo estoy buscando el rostro que tenía antes
de que el mundo fuera hecho». Les pregunto qué Alumno 2: Pero si es omnisciente tiene que saber
quiso decir Borges en el epígrafe.] qué soñó y acá nadie lo sabe por qué lo mataron...

Alumno 3: Qué maldito, lo puso en inglés... [risas] Alumno 3: Pero la profe dijo que el sueño es para
Borges... ¿Cómo era ese cuento del tipo que soñaba
Alumno 4: Es lo que yo digo: el tipo está buscando para crear a otro?
su destino...
Alumno 8: Sueña, aparentemente, que esa noche
[Escribo en el pizarrón «Destino» al lado de «Bús- va a morir.
queda de identidad» Me pongo contentísima. La
Alumno 3: ¡Claro! Entonces, si lo sueña, le pasa.
discusión sigue y no la quiero interrumpir:]
Soñó que iba a morir y lo mataron.
Alumno 3: Al final dice que él (Cruz) «se vio a sí
[A esta altura de los acontecimientos, me remito a
mismo en un entrevero y un hombre»...
escribir en el pizarrón los temas importantes que
A lumno 4: Los antepasados de Borges eran aparecen: «Sueño pesadilla–realidad». Pienso que
militares... lo mejor va a ser dejar que los mismos alumnos
Alumno 6: Tiene algo que ver con el espejo... Cruz agoten el tema y, luego, hacer una reseña de todo
se ve en Martín Fierro, y se ve en el abuelo de lo que se ha tratado, a modo de síntesis. Entre
Borges tanto, una alumna reflexiona]

Alumno 7: Cómo se va a ver en el abuelo si no lo Alumno 9: Pobre hombre, ¡qué cruz!


conoce, es al revés. Alumno 10: Es la cruz que lleva el personaje.

32 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Claudia López

Alumno 9: Cruz, cruel... Le hicieron la cruz... me vuelven extraño lo que tan naturalmente
[Sigo escribiendo en el pizarrón «Cruz: cruel– se da por sentado (las distancias entre las
sacrificio». Pregunto «¿Cuál es la “cruz” del prácticas reales y los diseños curriculares, los
protagonista? ¿Por qué es “cruel”?»] conflictos epistemológicos entre formación y
actualización, las tradiciones escolares y las
Alumno 10: Mata al peón. búsquedas profesionales, los lugares del deseo
Alumno 7: No sabe para qué vive. y del miedo).
Alumno 3: Sí, pero al final Cruz hace lo mismo que Cristina escribe «la clase la dieron ellos»; una
Fierro: ¿no ves lo del chajá, lo de la policía y las alumna agradece: «nosotros no podríamos com-
espuelas? Es lo mismo. prender un texto de Borges sin una guía como
Alumno 8: ¿No es eso que dice Borges que puede
usted». Durante la lectura, los lugares asimétri-
haber otro en otra parte que está haciendo lo
cos entre docente y alumnos no se desdibujan.
mismo que él?
La profesora «guía»; los rituales, los gestos, las
palabras, son reconocibles («tomo lista», «escri-
Alumno 6: Acá Borges juega con el espejo y la bo en el pizarrón el título del cuento», «leo el
identidad. […] cuento», «pregunto “¿qué es una biografía?”»,
A lumno 3: Lo agarran (a Cruz) porque está «interrumpo para repasar “narrador”»). Pero esa
peleando solo. «guía» no ahoga las voces de los alumnos que
parecen ser las que logran «dar la clase de Bor-
Alumno 4: No sabe para qué vive, no encontró
ges» («me pongo contentísima», «la discusión
todavía su identidad. Tiene fuerza pero no tanto.
sigue y no la quiero interrumpir», «entramos
En cambio Fierro sabe para qué vive.
en el problema del narrador en Borges, pero
Alumno 10: Por eso Cruz se pone del lado de Fierro, no puedo seguir explicando por la interrupción
porque la encuentra en él, y si lo mata es como “afortunada” de un alumno»).
que se estuviera matando a sí mismo.
Resulta por lo menos curiosa esta evaluación
Suena el timbre. […] Por un lado, me siento de que «la clase la dieron ellos». En la lógica de
inmensamente feliz por el trabajo hecho por los su desarrollo, sin embargo, se dibujan sutiles
chicos. Por el otro, siento que me faltó intervenir decisiones de lo que llamaba una pedagogía
más en la clase. Es más: creo que esta clase la ética. Son momentos en los que la intervención
dieron los alumnos. Mientras tomo mis cosas para docente se cifra, muchas veces, en el silencio,
retirarme, alguien (Adriana Nieves) me comenta: en la escucha. Leo en este registro una clave
«Nosotros no podríamos comprender un texto de que podría resumirse casi en una fórmula: dar
Borges sin una guía como usted». Lo único que a leer un texto implica habilitar en un mismo
pude contestar fue: «¿A vos te parece?». movimiento las voces de los autores y la de
Esta es una clase de literatura, sin duda: Borges, los lectores. En esta clase, las interrupciones
los conceptos de «biografía» y «narrador», el son «afortunadas» porque es en el detalle del
pizarrón donde la profesora va inscribiendo entramado de esas voces donde «la clase se da».
palabras surgidas de la conversación, el firme Trabajar en formación y capacitación docente
propósito de leer un texto obligatorio, la evo- nos depara estos encuentros, desbordantes
cación de lecturas anteriores, la superposición textos como estos registros, donde se dibuja la
de comentarios, las risas. Esta escena, que me cartografía de dos pasiones: la de la literatura
permití transcribir casi en su totalidad, podría y la de su enseñanza. Pasiones que configuran
haber sucedido en otra ciudad, en otro país. No una ética, es decir, un modo de existencia, de
hay gestos de ruptura: la profesora está cerca afirmación, de alegría.
del pizarrón, las fotocopias de «Biografía de
Tadeo Isidoro Cruz (1829 – 1874)» en las mesas, Decía que un recorrido posible por estos terri-
los alumnos que hablan, el frío de un aula sin torios imbricados (el de la literatura y el de su
calefacción en pleno invierno. enseñanza) es el seguimiento de la formación
lectora de los docentes. Estas sutiles y determi-
Tal vez lo que resulte significativo es que esta nantes decisiones que tomamos frente a una
clase esté registrada y, con ella, inscriptas las clase dialogan con nuestra historia personal
dudas de la docente y las intervenciones de como lectores, como si algo del habitus pro-
los alumnos. Es un registro escrito de lo que fesional que nos hace poder desarrollar una
permanece invisible a pesar de que construya práctica diariamente se resquebrajara, perdiera
diariamente la escuela cotidiana. su automatismo. Lo que se juega también, en el
campo de la pedagogía de la lectura, es el poder
Tengo en diferentes archivos de mi computa-
de decir y de escuchar vinculado a escenas tal
dora una gran cantidad de registros de clases.
vez lejanas pero presentes en el lector.
Las de mis alumnos de la Cátedra de Didáctica
Especial en Letras me permiten seguir pen- En busca de aquel recorrido por la historia lec-
sando en el complejo pasaje de la formación tora de los docentes, en el Ateneo les pedí como
académica a la enseñanza. La de los docentes primer trabajo que, luego de leer el texto homó-
que trabajan en distintas escuelas de mi país nimo «Borges y yo» (808), escribieran un ensayo

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Irrespetuosos, arriesgados, alegres. Apuntes para una pedagogía ética de la lectura

cuyo título fuera «Borges y yo». Me interesaba coraje de la supervivencia. Me reconozco en el café
explorar con ellos la relación con «su» autor: ver con los amigos, en la colección de objetos que captan
cercanías, distancias, posicionamientos. el instante (una piedra rara, una carta de mi madre,
una cajita de madera de mi abuela) y en el aroma del
Me permito transcribir a continuación el ensa-
tuco casero que revive a la cuna que ya no existe. Como
yo de Cristina Soncini. Este ensayo da cuenta,
Borges, estoy destinada a perderme en los laberintos
para mí, de aquella verdad borgiana («nuestras
de mi propio ser y solo en algunos destellos de la vida
nadas poco difieren») y, al mismo tiempo, ilu-
puedo sobrevivir a mi eternidad. Ahora mismo estoy
mina aquella clase «dada por los alumnos». Lo
intentando liberarme de mí misma, como Jorge, pero
transcribo no sin jactancia y con una profunda
aún no he logrado distraer los espectros para que se
gratitud hacia su autora.
pierdan en mi propio infinito. He tenido la oportuni-
dad de escribir esta página en el peor momento de mi
Borges y yo vida. No sé si eso es bueno o malo. Solo tengo certeza
A veces resulta difícil escribir acerca de mí, sobre de la soledad y la melancolía. Solo sé que «Borges y
todo porque soy tan compleja como para desentrañar yo» lo escribió Borges. Y sé, absolutamente, cuál de
mi verdadero rostro. Quizás sea porque lo conozco los dos escribe esta página.
demasiado bien y recelo de él. En cambio, es extraña-
mente sencillo hacerlo con Borges, puesto que yo lo vi Bibliografía
primero, y me he convertido en uno de esos infinitos
seres que él nunca vio reflejado en su propio espejo. Me Barthes Roland. 1994. El susurro del lenguaje. Bar-
gustan las caminatas al amanecer, sorprendida por el celona: Paidós.
aroma salvaje y los ruidos de la naturaleza que no me Borges, Jorge Luis. 1974. Obras completas. Buenos
dan tregua a estar, indefectiblemente, a solas conmigo. Aires: Emecé.
Y este es el mayor de los corajes, más grande, siento
yo, que el de Jorge. A Borges le gusta andar las calles Deleuze Gilles. 2006. Spinoza: filosofía práctica.
de Buenos Aires, respirando el pasado y atrapando las Buenos Aires: Tusquets Editores.
sombras de algún malevo con el rostro marcado por López, Claudia. 2001. Esa suerte de peligro ince-
la venganza y el honor. Me gustan las viejas fotos de sante. La enseñanza de la literatura en la forma-
mi familia, con un abuelo socialista muerto a balazos ción de traductores. Revista Lenguas Vivas 1: 28-32.
en la vieja Rambla de Mar del Plata, y un padre
demasiado honesto, a quien la corrupción mató en Meirieu, Philippe. 2000. La opción de educar. Bar-
la moderna Rambla de Mar del Plata, de un infarto. celona: Octaedro.
No comparto con Borges el linaje criollo, pero sí el

“Odalisca”. Cartografía de la memoria. 1986. Impresión digital. 50 x 70 cm. Detalle.

34 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Fabio Jurado Valencia*

La interpelación y la fuerza
crítica de la escritura

Resumen Para quién se escribe y para qué se lee

N
Hay una relación dialéctica entre la lectura, la escritura y
la oralidad: la lectura promueve al sujeto a la escritura y adie escribe para sí mismo. Se escribe
viceversa. Pero asumimos la lectura-escritura como una para otros. Pero los otros son una
fuerza crítica, dado el efecto interpelador que se espera en
la actitud del lector-escritor. Este efecto, el del lector crítico, entidad etérea; los destinatarios a
no es propio de aquel que simplemente ha sido alfabetiza- los que el autor dirige el mensaje en
do, incluso a través de muchos años de escolaridad; a los el acto de la escritura solo son un imaginario
gobiernos les interesa alfabetizar, pero no formar lectores
críticos, aunque lo pregonen. No basta con que las familias que todo escritor construye. Estos destinatarios
estén alfabetizadas: esto no garantiza la democracia, el iniciales pueden desdibujarse cuando la obra
criterio y la madurez intelectual en los ciudadanos. Le co- comienza a circular, ya sea porque la escritura
rresponde a la escuela ayudar en el paso del analfabetismo
funcional hacia la formación de lectores-escritores críticos. trasciende el control que sobre ella ejerce el
autor, y entonces (en el ahora de la lectura) dice
Palabras clave: lectura, escritura, oralidad, alfabetización,
lectores críticos, dialogismo. cosas no previstas; o ya sea simplemente porque
los destinatarios, imaginados por el autor, no
ven en la escritura algo suyo.
Abstract
Nunca se sabe cómo será recibida una obra es-
The writing’s interpellation and critical force crita sino hasta cuando comienza a «moverse»
There is a dialectic relation between reading, writing and en una disyuntiva: o entre los lectores, o entre
oral communication: the act of reading stimulates in a
person the act of writing and vice versa. But in this paper, la nada —es la situación de la obra que está en
the reading-writing act is assumed as a critic one, given una vitrina o en una mesa de librería sin que
the questioning effect it is expected to cause in the reader- nadie la (h)ojee—. Si logra moverse entre los
writer. This effect, that the critic reader experiments, is not
present in the reader that has simply been taught to read lectores, por muy escasos que estos sean, en-
and write, not even after many school years. The interest tonces la obra —ya no el autor— continúa con
of Governments is to teach to read and write but not to su proceso de permanente gestación y nunca
create critic readers, although they claim otherwise. It is not
enough to have families taught to read and write: people’s podrá cerrarse, porque cada vez que alguien la
literacy doesn’t guarantee democracy nor the citizens’ interpreta produce plusvalía semántica. Esto
discernment and maturity. It is task of school education to significa que la escritura está funcionando; ella
help in the transition between this functional illiteracy to
the formation of critic readers and writers. existe solo en la lectura.
Keywords: reading, writing, orality, literacy, critical readers, Una obra, cualquiera sea su género, existe por- El autor:
dialogism. * Profesor del Departamento de
que alguien la abre y la interpreta. Entonces
Literatura, Director del Institu-
la obra se hace texto. Al interpretar, el lector to de Investigación en Educa-
completa la obra, produce texto, coopera con ción, Universidad Nacional de
ella para que funcione: sin el lector crítico el Colombia, sede Bogotá.

Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009


libro es una máquina perezosa, dice Umberto fjuradov@unal.edu.co

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La interpelación y la fuerza crítica de la escritura

Eco (1981). Cómo la interpreta es otro asunto; obras de Shakespeare; la Historia del ingenioso
infinitas representaciones, según sea la experti- hidalgo Don Quijote; el Manual del budismo;
cia cognitiva del lector, constituirán ese mundo los evangelios cristianos; el Fausto de Goethe;
interior —propio del pensamiento— en el acto las Mil y una noches; alguna obra de Tolstoi; la
dialógico de la lectura: los puntos de vista se historia de México y de América Latina; los
confrontan en la subjetividad de la interpreta- dramas de Ibsen; Robinson Crusoe; antologías
ción, y entre esas infinitas representaciones que de poetas latinoamericanos; la Historia universal
emergen en los múltiples lectores están las que de Justo Sierra. Y decía José Vasconcelos que «el
se instalan en los límites de la interpretación tiro que se haga de estas obras, será de treinta
que el texto regula. mil ejemplares por lo menos, y se distribuirán
en las bibliotecas y salones de lectura que se
La experiencia dialógica, propia de la interpre-
fundarán hasta en los más humildes poblados.
tación, es interior primero y después exterior,
De esta suerte se repartirán por toda la Repú-
porque no hay ninguna experiencia de lectura
blica libros escogidos en número de más de un
que no desee ser exteriorizada, hablada a otros.
millón» (118).
Allí radica la potencia de la escritura que es
interpretada: nos hace hablar con elocuencia. Hoy las campañas sobre la importancia de la
La lectura existe también por eso, porque se lectura en nuestros países tienden a ser solo
requiere comentar el mundo a otros, y es sobre propaganda, discursos estereotipados, porque
el mundo que hablan los libros; entonces, los de nada sirven si no existen programas para-
textos también pasan de voz en voz. Borges, lelos que propendan por precios asequibles de
tan recurrente y necesario en todo lector, era los libros, como se lucha para que la leche y el
un libro abierto cada vez que hablaba. Y, aun- pan no suban de precio. Hay entidades no gu-
que no tenemos la Enciclopedia tan amplia de bernamentales que supuestamente promueven
Borges, los lectores también somos prisioneros la lectura, pero muchas veces es sospechoso
de los libros: hablamos no cuando queremos, que promuevan más las cartillas y los textos de
sino cuando nos presionan las voces de lo leído instrucción que los libros genuinos. Los edito-
al interactuar con los otros; a veces esto es tan res que participan en la Cámara Colombiana
fuerte que los lectores hablan solos. Nuestra del Libro expresan su preocupación porque
voz es la convergencia de otras voces, las de los los maestros cada vez piden menos libros de
textos que nos han vivido y que nos hacen sentir texto y más libros temáticos, lo cual significa
esa epifanía que buscaba Joyce y ese dialogismo que los maestros han ido apropiándose de
del que habla Bajtin. un sentimiento tan necesario en la escuela: la
oportunidad de palpar el libro y de descubrir lo
Los libros son ellos mismos objetos sugerentes;
que hay en la profundidad de sus contenidos y
nadie puede decir que nunca se ha sentido
compartir esta experiencia con sus estudiantes.
tentado a tocar un libro que está cerca; todo
libro, revista o folleto es tentador, aun para Los gobiernos muestran con preocupación
quienes no viven en la compulsión de la lectu- el bajo índice de lectura entre los habitantes
ra; observen ustedes a los recicladores con sus de nuestros países, pero los impuestos al pa-
carretas, sentados en el andén h(o)jeando una pel —materia fundamental y decisiva para la
revista o un pedazo de periódico. Por eso, el supervivencia del libro— aumentan cada año;
filósofo José Vasconcelos, cuando fue Secretario incluso, en algunos países latinoamericanos
de Educación en México —años después de existe el impuesto de valor agregado a la compra
pactada la revolución, más concretamente en el de libros, como en varias oportunidades se ha
año 1921—, hizo realidad el proyecto de editar querido imponer en Colombia: es una actitud
por centenares obras clásicas de la literatura hipócrita que los gobiernos nos restrieguen el
universal destinadas a las masas analfabetas bajo índice de lectores per cápita.
de un país que comenzaba a renacer luego de
Pero la gente quiere leer. Este es otro llamado
la revolución agraria. Muchos se preguntarán
de atención que muchos profesores hacemos,
por el sinsentido de editar libros para los anal-
y con ello resaltamos las limitaciones de los
fabetas. Pero Vasconcelos estaba apostando por
docentes para poder acceder con facilidad a lo
una idea: en una campaña de alfabetización, los
que hace posible su producción académica: los
libros, mas no las cartillas, deben ir por delante.
libros. Requerimos que los maestros tengan una
Y aún más, decía Vasconcelos, con los libros
biblioteca básica, propia, suya, tan necesaria
en la casa, el analfabeta siente una necesidad
para estar en contacto con las fuentes primarias.
genuina de saber qué hay en ellos; lo demás
Pero cabe la pregunta: ¿hace parte del interés
viene por añadidura: deseará saber, entonces
gubernamental orientar la educación hacia la
deseará aprender a leer.
formación de lectores críticos?
Entre esos libros que Vasconcelos, en la década
de 1920, consideraba imprescindibles para hacer
sentir la necesidad de leer hallamos las obras de
La lectura como un acto de paso
Homero, Eurípides, Esquilo y Sófocles; la obra Cuando hablamos de los libros, hablamos de
de Platón; la Divina comedia, de Dante; algunas aquellos que nos interpelan y nos conducen

36 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Fabio Jurado Valencia

al asombro, seamos lectores niños o lectores de luchar frente a la adversidad y que tenga
adultos. Para los niños, la imagen policromá- la disposición de asimilar las derrotas como
tica insinúa significados en el recorrido visual formas de aprendizaje necesarias en la vida; y
de las palabras, que, a su vez, son generadoras todo esto a partir de la experiencia de la lectura.
de imágenes, porque un rasgo fundamental de No son paraísos de cucañas ni filosofías de la
la literatura destinada a los niños es el poder ilusión lo que requerimos quienes habitamos
que tiene de dibujar imágenes en la actividad en este lado del mundo. Necesitamos que, a
de la mente; pero ello solo es posible con estos través del arte —el arte literario, por ejemplo—,
libros-arte, mas no creo que suceda lo mismo podamos sentir el mundo como es y, con acti-
con los libros-cartilla. Para los adultos, de otro tud inteligente, buscar salidas genuinas a los
lado, ¿cómo hacer para que la propaganda de problemas siempre presentes, propios de la
los libros de «autoayuda» se clausure de una condición humana.
vez y para siempre? Autores como Cuauhtémoc
Sánchez, Walter Riso y Paulo Coelho constitu- Cómo quisiéramos que todo ciudadano pasara
yen un referente de cómo las editoriales tienen —lo que es «pasar» como un rito de iniciación—
el poder de divulgar a quienes les garantizan por los universos de las obras de la literatura
grandes ganancias, sin importar la calidad de universal como ayuda para comprender lo que
lo que ofrecen, tal como lo insinuaba Pedro Sa- somos. Cómo hacer para tener un buen acervo
linas en la década de 1940; la televisión ayuda de estas obras en las instituciones escolares,
a ese propósito. Ya dijimos que la gente quiere en donde estudiantes y profesores las usen a
leer. Pero ocurre que el libro es también una domicilio. La preocupación que exponemos
mercancía y que se le promueve como tal. He está dirigida a que la biblioteca sea el lugar
allí estos libros, como los de autoayuda, que para la salud intelectual y que el ciudadano se
adormecen las conciencias y promueven la constituya como tal solo cuando pueda discu-
individualidad a la vez que, solapadamente, rrir y disentir, porque la experiencia cognitiva
niegan el sentido de comunidad. con los libros le posibilita tener criterio para
reconocer que somos diferentes y que por ello
¿Acaso para ayudarnos a vivir, a comprender podemos estar juntos.
nuestras contradicciones humanas y a afrontar
nuestros dilemas, no son suficientes las novelas Los libros no son solo instrumentos académicos
de Balzac y de Flaubert, los poemas de Neruda, y, como tales, objetos pasajeros; si bien la mayo-
de Vallejo y de Sabines, los cuentos de Rulfo, ría los asume así, la tesis fundamental gira en
de García Márquez y las novelas de Saramago? torno a cómo la vida de los libros anima la vida
Una novela como El viejo y el mar, de Hemin- de la especie humana, pues en ellos se represen-
gway, hace que el hombre tenga la voluntad tan sus mismidades, sus imperfecciones y tam-

“Eros-Fanes”. Cosmogonía. 1993. Sanguina sobre papel. 70 x 100 cm. Detalle.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 37

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La interpelación y la fuerza crítica de la escritura

bién las posibilidades para avizorar condiciones pero no se ha formado para leer y escribir y,
más equilibradas en el modo de vivir. Quien lee, en consecuencia, para actuar con criterio. Es
escribe o reescribe en el pensamiento, y toda decir, las personas han sido alfabetizadas pero
escritura —cuando lo es de verdad— empuja no han logrado penetrar plenamente al mundo
a la mente en la búsqueda de algún equilibrio, asombroso de la lectura y la escritura, tan nece-
sea social o individual. sario para los pactos sociales y para un sentido
de democracia. A los gobiernos autocráticos les
El poder de la escritura interesa erradicar el analfabetismo pero no su
carácter funcional: leer desde el diccionario.
Puede decirse que la escritura ha estado consi-
derada en dos ámbitos opuestos a través de su Están en la cárcel hoy sujetos que hicieron de la
historia: como forma de poder y como forma muerte una bandera y que cursaron dos años de
de democratización. Como forma de poder, preescolar, cinco años de educación primaria,
porque las leyes están reguladas por la escritura seis de secundaria, cuatro de una carrera uni-
de alguien o de un grupo, y porque quien sabe versitaria y tres de posgrados: ¿qué se entiende
escribir está en condiciones de manipular a por «calidad de la educación»? Así como Pedro
otros. Como forma de democratización, porque Salinas afirma que lo que ha producido la es-
la escritura y, por supuesto, la lectura —a través cuela son leedores y no lectores, puede también
del ejercicio de la crítica—, permite establecer decirse que ha producido escribidores y no
relaciones intelectuales con alguna igualdad y, escritores. Pero es un reto para quienes trabaja-
por lo tanto, estar en condiciones para la con- mos en el espacio de la educación escolarizada
certación y para reconocer las diferencias ideo- (escuelas y universidades) propiciar el salto
lógicas con los demás; democratización porque hacia la asunción de la escritura —y con esta
la escritura y la lectura presuponen el acceso al la lectura— como una práctica decisiva para la
saber universal y, con ello, a la comprensión de emancipación y para dar sentido a la existencia:
los fenómenos sociales y políticos. a la vida de uno mismo y a la de los otros.

La escritura es un instrumento poderoso para Es necesario preguntarnos cuándo la lectura y


potenciar el pensamiento, pues implica poner la escritura no logran sus efectos y sus propósi-
en acción un razonamiento fino y un modo de tos y por qué tanto la una como la otra llegan a
obrar cauteloso y ponderado con las palabras. ser inútiles e improductivas. Es decir, en qué cir-
Es paradójico, sin embargo, que hoy, cuando la cunstancias es preferible no leer ni escribir. Una
educación escolarizada ha arropado a índices primera circunstancia es de carácter pragmáti-
amplios de la población, la escritura y la lectura co: si no necesito comunicarme a través de la
no hayan logrado sus efectos en la formación escritura porque no tengo nada qué comunicar
de un ciudadano crítico y comprometido con con alguna trascendencia, entonces, por mucho
un determinado proyecto social. Nos aterra, que me insistan sobre la importancia del escribir
por ejemplo, que personas que han pasado por o de hablar sobre los textos, no podré hacerlo
más de nueve años de escolaridad vendan por de manera natural. Una segunda circunstancia
unos cuantos pesos el derecho al voto en las es de carácter axiológico: si se me impone la es-
elecciones parlamentarias; pero más grave aún critura como un deber (académico, económico,
es en quienes las pagan, que han cursado hasta familiar, etc.) y no como una decisión personal,
posgrados. Esto significa que se ha alfabetizado como posibilidad de interacción con los otros
“Afrodita”. Cosmogonía. 1993. Sanguina sobre papel. 70 x 100 cm. Detalle.

38 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Fabio Jurado Valencia

y de posicionamiento ideológico, entonces Los rastros del lector en


escribir será solo una mimetización en donde, el acto de interpretar
por supuesto, no habrá destinatario, porque el
discurso fingido no forma destinatarios. La comunicación electrónica es otro asunto in-
herente a la educación. El permanente contacto
Vista así, la escritura, y a la vez, la lectura, pare- con la realidad virtual a través de sus diferentes
ce instaurar una necesaria dimensión afectiva mecanismos ha conducido a una reconcep-
y de identidad entre el sujeto que la ejerce y tualización de prácticas tan definitivas en la
la acción misma. Es una identidad entre sujeto escuela como lo son la lectura y la escritura. Es
y hacer: el sujeto hace para auto-reconocerse o necesario reconocer que los efectos obsesivos de
para completarse, aun a pesar de los obstáculos la lectura tienen su origen en esa capacidad de
y las dificultades. Si esta relación de identidad juego de la mente, en donde simultáneamente
—que es búsqueda— no se actualiza en el acto se construyen campos diversos de sentido y, en
del escribir, la «buena voluntad» no basta. Esta- consecuencia, se generan tensiones afectivas y
nislao Zuleta, con Nietzsche, diría que aquí se orgánicas en el lector, y esto es precisamente
trata más bien de una «voluntad de dominio», lo que los niños vivencian cuando viajan por
de un empuje y de una persistencia por hacer Internet o se desplazan en máquinas virtuales.
de la lectura-escritura una posibilidad de la También aquí cabe preguntarse cuándo la aca-
comunicación, con todo lo que le es afín: la demia podrá recurrir a estas experiencias para
persuasión, la divergencia, la provocación, la fortalecer la capacidad de lectura y de escritura,
interlocución. Esto es lo que Rulfo, por ejem- por cuanto son potencialidades de los niños y
plo, logra cuando entre los intersticios de sus los jóvenes. Porque no es que los jóvenes uni-
cuentos introduce la interpelación crítica, como versitarios no sepan leer ni escribir, tampoco
ocurre en el cuento «Luvina»: que no quieran hacerlo, sino que hay unos mo-
Un día traté de convencerlos de que se fueran a dos de leer y de escribir distintos a los modos
otro lugar, donde la tierra fuera buena. ¡Vámonos de canónicos, y es a través de estos modos que la
aquí! —les dije—. No faltará modo de acomodarnos institución educativa, en sus distintos estadios,
en alguna parte. El gobierno nos ayudará. tiene que propiciar condiciones pedagógicas
para su fortalecimiento.
Ellos me oyeron, sin parpadear, mirándome desde el
fondo de sus ojos, de los que solo se asomaba una En general, este es un campo abierto a la in-
lucecita allá muy adentro. vestigación. Lo cierto es que, como lo hemos
dicho, la lectura es posible también por un
—¿Dices que el gobierno nos ayudará, profesor? ¿Tú diálogo con el texto, lo que supone reconocer
no conoces al gobierno? que los textos piensan, provocan y seducen
Les dije que sí. hacia la acción. En otro momento he llamado
la atención sobre la fuerza dialogante con los
—También nosotros lo conocemos. Da esa casua- textos cuando en ellos dejamos huellas, a través
lidad. De lo que no sabemos nada es de la madre de múltiples signos que nos inventamos, como
del gobierno. los tipos de subrayados, dibujitos al margen
Yo les dije que era la patria. Ellos movieron la cabeza e, inclusive, enunciados y remisiones a otros
diciendo que no. Y se rieron. Fue la única vez que he textos: es la escritura paralela a la lectura. Es
visto reír a la gente de Luvina. Pelaron sus dientes decir, el lector simbólico también alega, como
molenques y me dijeron que no, que el gobierno no también lo hace cuando escribe. Alegar en el
tenía madre. trayecto de la lectura es insinuar una fuerza
hacia la escritura. ¿Puede la escuela, incluida
Y tienen razón, ¿sabe usted? El señor ese solo se aquí la universidad, formar sujetos dialogan-
acuerda de ellos cuando alguno de sus muchachos tes? Presumo que sí. Pero el asunto tiene que
ha hecho alguna fechoría acá abajo. Entonces manda ver con la formación pedagógica del profe-
por él hasta Luvina y se lo matan. De ahí en más no sorado universitario y con la identidad en el
saben si existe. (96) oficio de ser maestros.Una manera de rastrear
Ricoeur dice que la escritura es la manifesta- los niveles de lectura crítica en los estudiantes
ción íntegra del discurso, y nosotros diremos consiste en identificar las otras voces que todo
por ahora que la escritura abre camino para acto de interpretación presupone: voces que
comprender lo complejos que son los discursos provienen de la experiencia y de otras lectu-
mismos. De hecho, la actividad de leer (enten- ras. Son voces ya incorporadas en ese proceso
diendo la lectura como producción de sentido) dialógico que se construye en el pensamiento
es un acto de escritura o un acto de representa- interpelador y analítico de la escritura, luego
ción simbólica en nuestro pensamiento: al leer de pasar por muchas lecturas y discusiones.
reconstruimos la escritura que ha suscitado la La escenificación de la experiencia a través de
acción de interpretación, porque dicho acto es, la palabra (la experiencia pedagógica en este
de cierto modo, un acto de escritura. caso) es un indicador del grado de autenticidad
de la escritura y de lo dicho en ella: esto que
está aquí escrito es irrepetible.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 39

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La interpelación y la fuerza crítica de la escritura

Digamos que la escritura es la representación a cualificar progresivamente a los estudiantes


de la representación, pues en ella se intenta en la escritura vincula a los profesores de todas
configurar lo que el pensamiento elabora sobre las áreas curriculares, pues se aprende a leer y
la base de otro pensamiento —el pensamiento a escribir según los códigos propios de cada
vehiculado en los textos—. Lo que resalta aquí, disciplina.
al poner la escritura de los jóvenes en el esce-
El reto pedagógico de todo maestro radica en
nario de otra escritura —la escritura que da
cuenta de una indagación—, es la aprehensión el tipo de problema o de tópico que le propone
de otro modo de ver los procesos de lectura y al estudiante para activar sus competencias
de escritura por parte del docente. Se suspende lecto-escritoras. El profesor debe ayudarse de
la mirada prescriptiva, descalificadora y dis- todos los materiales posibles e interactuar con
criminatoria para reconocer las diferencias y los estudiantes en una relación de pares, como
el aprendizaje, por incipiente que este sea. No pude constatarlo en un colegio del Pozón, en
se trata entonces de buscar la carencia, sino de Cartagena, a propósito de un proyecto de aula
buscar lo que ya se tiene para, desde allí, desde alrededor de la champeta: los estudiantes se
esta forma de balance, definir estrategias que negaban a escribir sobre qué era el romanti-
permitan la cualificación permanente. Esta cismo y optaban por copiar del libro de texto;
cualificación no es más que la continuación mientras que sobre la champeta escribían con
de un proceso que nunca se cierra: aprende- un entusiasmo enorme y tenían discusiones
mos a leer y a escribir durante toda la vida, orales intensas.
descubriendo siempre lo que son esas dos La evaluación en el contexto escolar se asume
acciones; es decir, siempre estamos en el jue- no como una práctica panóptica, sino como una
go metacomunicativo: si quienes escribimos práctica para el fortalecimiento del aprendizaje,
con cierta regularidad dejáramos de hacerlo en donde se espera que los saberes construidos
por unos cuantos meses, tendríamos grandes constituyan redes convergentes y en donde se
dificultades para arrancar de nuevo; de hecho supone que el sujeto sigue aprendiendo con la
ocurre cuando, en el contexto universitario, mediación de los textos. Al respecto, Gardner
nos corresponde abandonar transitoriamen- dice que «en lugar de imponerse de forma
te la escritura propiamente académica para
externa en momentos inoportunos durante el
hacer escritura meramente burocrática, como
curso, la evaluación tendría que formar parte
director de un departamento o de un instituto.
del entorno natural del aprendizaje» (188). La
champeta, hacia la década de 1990, hacía parte
El horizonte pedagógico de del «entorno natural» de los jóvenes de Car-
la lectura-escritura tagena. A partir de la champeta estos jóvenes
El horizonte pedagógico de la metacomunica- hicieron converger sus discusiones hacia la
ción presupone tener la disposición del profesor poesía de Nicolás Guillén, de Candelario Obeso
para leer estructuras profundas en los escritos y de Helcías Martán Góngora, autores repre-
de sus estudiantes y no anclar la mirada úni- sentativos de la «poesía negrista», y, a partir de
camente en las estructuras superficiales (la sus obras, fue necesario hacer un rastreo his-
«deficiente redacción»; los maestros dicen que tórico de la presencia de la cultura africana en
los alumnos «no saben escribir», que «no se América, pero también comprender el carácter
entiende nada»). Leer estructuras profundas subversivo de la poesía cuando en la escritura
en discursos escritos con anomalías sintácticas se le da un lugar a la oralidad y se rompe con
revela un compromiso y una actitud pedagógi- la norma de la convención que aquella impone.
ca consecuente con el oficio de ser maestro: si En «el entorno natural del aprendizaje» los
hay estructura profunda, es decir, si hay cons- saberes dialogan y se representan en esos es-
trucción de sentido, hay entonces un punto de quemas que la psicología cognitiva identifica
partida para la interacción con el estudiante; en como «mapa conceptual» y que aquí podría-
este reconocimiento de la estructura profunda, mos llamar «macroestructura cognitiva». La
el profesor asume el rol de un corrector de estilo: fuerza de la escritura está orientada siempre
aspira a que sus estudiantes descubran la ano- por unos esquemas previos, y estos esquemas
malía y procedan a reescribir, algo inherente a devienen de la experiencia de la lectura: según
quienes escribimos: a todos nos corrigen. como uno lee uno escribe. En esto radica la
Pero aparece el dilema sobre qué tanto escri- potencia de la pedagogía: se trata de analizar
ben los profesores universitarios, tanto para el cómo funcionan los textos para aprender a
desarrollo de sus clases como para los medios dominarlos y a producirlos; no se trata de
académicos: revistas, portales y páginas web enseñar a leer y a escribir, porque esto no es
y libros. Hemos de considerar que solo quien posible; se trata de aprender a interpretar los
escribe con una cierta regularidad puede fungir múltiples textos de la cultura en un proceso de
de interlocutor con otros que también escriben. interlocución para luego producir otros textos;
Y en la academia universitaria se ha de escribir un interlocutor fundamental, insistamos, es
en todas las áreas. El compromiso de ayudar el maestro.

40 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Fabio Jurado Valencia

“Selene-Luna”. Cosmogonía. 1993. Sanguina sobre papel. 70 x 100 cm.


De allí la necesidad de hablar sobre los textos del espectáculo y del atletismo. El visitante del pasado
en los distintos escenarios que comprometen a que reconocía fácilmente las aulas de hoy tendría
la vida académica e, incluso, más allá de dichos dificultades para comprender el mundo extraescolar
escenarios: la lectura se afianza, se materializa, de un niño de diez años. (2000, 46)
en unos tiempos posteriores al del acto mismo
Hay, en efecto, una brecha cada vez más grande
de leer. Los simposios internos de los estudian-
entre el mundo de la escuela y el mundo de
tes en cada carrera constituyen, entre otras, una
manera de socializar la experiencia de trabajo afuera: el mundo de la escuela se rezaga frente
con estos materiales que le dan fundamento a la al movimiento vertiginoso de las herramientas
formación profesional: los textos son dispositi- virtuales; hay que decir que la escuela perdió
vos de los acervos investigativos de un campo. su lucha contra los medios, y ahora hay que
buscar abrirle la puerta al enemigo para con-
Finalmente, es necesario reiterar lo inútil de certar con él, pero sin perder de vista al libro
ofrecer cursos compensatorios para resolver como materia impresa y estética, suscitadora
los problemas con la escritura; estos problemas de asombros.
no se resuelven con cursos remediales, sino
viviendo la escritura a partir de un interés por
un campo y a través de la interacción en el seno El lugar de la oralidad y la
de una comunidad. Al respecto, Gardner nos investigación de los maestros
convoca para tomar conciencia de este abismo Frente a estos dilemas, la investigación con los
y reconocer el carácter conservador de la insti-
maestros puede ayudarnos a ser más propositi-
tución educativa:
vos y a comprender por qué ocurre lo que ocu-
[…] aparte de unos cambios relativamente superficia- rre y por qué somos como somos. En La escuela en
les, personas de 1900 que fueran transportadas por la tradición oral (1999), con un grupo de maestros
arte de magia al mundo de hoy reconocerían la mayor de distintas regiones del país hemos podido
parte de lo que acontece en las aulas: el predominio mostrar que existen muchas posibilidades para
de las disertaciones, la insistencia en los ejercicios, hacer sentir la necesidad de la lectura y la es-
los materiales descontextualizados y actividades que critura entre los niños y los jóvenes, sobre todo
van desde la lectura de textos elementales hasta las cuando las propuestas curriculares se sustentan
pruebas semanales de ortografía […] en proyectos de aula. Una de las experiencias
En la sociedad moderna, los niños tienen acceso a relevantes en este libro es la de Helena Roldán,
un abanico de medios de comunicación que habría quien, con sus estudiantes de grado once del
parecido milagroso en épocas anteriores […] Los Instituto Femenino de Enseñanza Media Profe-
hábitos, las actitudes y los conocimientos de estos sional de Quibdó, adelantó un proyecto sobre la
jóvenes no solo reciben la influencia —que quizá no recopilación de historias orales contadas por los
sea la principal— de quienes pueblan su entorno ancianos de la ciudad y de las veredas cercanas.
inmediato, sino también de los héroes y protagonis- Maestra y estudiantes lograron rastrear huellas
tas que aparecen en los medios de comunicación, de la cultura africana en las historias y leyendas
especialmente las figuras casi irreales de los mundos narradas por los ancianos, así como identificar

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La interpelación y la fuerza crítica de la escritura

las causas de la pérdida paulatina de la tradición confundan frente a lo que la escuela quiere de
oral entre los jóvenes: ellos; tal confusión conduce a estereotipos y a
la instalación de escrituras artificiales, es decir,
Nievelina Palacios, de 37 años, es un ejemplo de
«lo que el maestro quisiera que yo escribiera».
la modernidad; al ser entrevistada por un grupo de
Y es esta artificialidad lo que da lugar a sujetos
estudiantes del curso 11B conformado por Sandra
alienados por el poder y por la trampa.
Carrillo y otras, acerca del conocimiento sobre mitos
y leyendas respondió: «[…] son historias que han pa-
sado, como la existencia del indio de agua que salía a Bibliografía
calentarse anteriormente a los fogones de leña; vivían
metidos bajo las peñas; son cosas que nos contaban
Bajtín, Mijail. 1982. Estética de la creación verbal.
los viejos y que no eran ofensivas, sino cosas creadas
México: Siglo xxi.
por la naturaleza o algo así parecido… mi abuelita nos Bloom, Harold. 2000. Cómo leer y por qué. Bogotá:
contaba esas historias pero yo no me acuerdo pues Norma.
tengo la cabeza ocupada en otras cosas y ni siquiera Eco, Umberto. 1981. Lector in fabula. Barcelona:
tengo tiempo de contarle a mis hijos historias de esa Lumen.
naturaleza, pues llego muy cansada y no me queda Eco, Umberto. 1988. De los espejos y otros ensayos.
tiempo… según contaba mi abuela que le habían Barcelona: Lumen.
contado a ella los abuelos antiguos, esas cosas sí se
Eco, Umberto. 1992. Los límites de la interpretación.
veían, eso era real […]». (Roldán, et al 21)
Barcelona: Lumen.
Obsérvese el concepto de modernidad que Freire, Paulo. 1997. La educación en la ciudad. México:
puede inferirse en este texto y cómo el sentido Siglo xxi.
de comunidad se quiebra frente a los afanes de
Garrido, Felipe. 1999. El buen lector se hace, no nace.
la gente en la búsqueda de la sobrevivencia:
México: Planeta Ariel.
los afanes son otro obstáculo en la posibilidad
de formar lectores críticos y en la oportunidad Gardner, Howard. 2001. La inteligencia reformulada.
para vivir en y con la escritura. En el desarrollo Barcelona: Paidós.
del proyecto de la maestra y sus estudiantes Gardner, Howard. 2000. La educación de la mente y
aparecen algunas de esas historias que eran con- el conocimiento de las disciplinas. Barcelona: Paidós.
tadas en corrillo por los viejos y que ahora son Jurado, Fabio. 1997. Investigación, escritura y educa-
recopiladas y transcritas al computador por las ción. Bogotá: Universidad Nacional.
estudiantes para luego ser leídas y analizadas Jurado, Fabio. 2001. Formación del profesorado
en el aula; veamos una: y prácticas educativas en el área del lenguaje y
La señora Aura Arriaga Manyoma, refiriéndose al de la literatura en América Latina. Revista Textos
duende expresa: 27: 29-38
Jurado, Fabio. 2008. La formación de lectores
Dicen que el duende es un espíritu que bajó del cielo
críticos desde el aula. Revista Iberoamericana de
porque peleó con Cristo y vivía muy enamorado y
Educación 46: 89-105.
llegó a la tierra porque le gustan las mujeres bonitas.
Les demuestra su interés tirándoles piedra; la gente Lomas, Carlos (comp.). 2001. ¿Educar o segregar?
se atemoriza y sigue tirando piedra. Alguien llega y Materiales para la transformación de la educación
le reza una oración para espantarlo y luego él se secundaria. Bogotá: Universidad Nacional de Co-
va causándole estragos. Cuando las muchachas lombia- Cooperativa Editorial Magisterio.
están durmiendo él les sopla el oído y las chicas se Ricoeur, Paul. 1985. Tiempo y narración. 2 tomos.
levantan y el duende sale corriendo. El duende es un Traducción de Agustín Neira. México: Siglo xxi.
hombre pequeño, con un sombrero muy grande que Ricoeur, Paul. 1976. Teoría de la interpretación. Méxi-
lo tapa todo y así él juega con las muchachas. (30) co: Siglo xxi-Universidad Iberoamericana.
Estos son textos que nos ponen en el dilema Roldán, Helena, et al. 1998. Muestra de tradición
sobre qué es la literatura; diría que desde el oral en el Chocó. En La escuela en la tradición oral.
momento en que se lleva a la escritura una Bogotá. Universidad Nacional de Colombia- Plaza
historia ficticia, inventada, y con un cariz es- & Janés.
tético, se hace literatura. Aimé Césaire, llamó Rulfo, Juan. 1987. Obras. México: Fondo de Cultura
«oralitura» a esta expresión cultural mediada Económica.
por la oralidad. La oralidad es una construc- Salinas, Pedro. 1995. El defensor. Bogotá: Norma.
ción discursiva que no puede eludirse en este
Vasconcelos, José. 2001. La editorial universitaria.
proceso de dominio fuerte de la escritura; de
En José Vasconcelos y el espíritu de la universidad.
hecho, solo por la oralidad y su fuerza inter-
México: unam.
peladora —sabemos alegar y reclamar— la
escritura logra constituirse; la escuela peca Voloshinov, Valentin. 1992. El marxismo y la filosofía
cuando censura demasiado a la oralidad, siendo del lenguaje. Madrid: Alianza.
esta la manifestación de la lengua viva. Esta Zuleta, Estanislao. 1985. Sobre la idealización en la
censura es lo que conduce a que los niños se vida personal y colectiva. Bogotá: Procultura.

42 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Gabriel Rudas Burgos*

La literatura como lucha estética


del sujeto (sobre Harold Bloom)

He escrito más versos que verdad.


He escrito principalmente
porque otros han escrito.
Si no hubiese habido poetas en el mundo,
¿sería yo capaz de ser el primero?
¡Nunca!
Sería un individuo perfectamente permisible,
tendría casa propia y moral.
¡Señora Gertrudis!
¡Limpió mal este cuarto:
sáqueme esas ideas de aquí!
Fernando Pessoa

N
Resumen ada más alejado del lugar común
La idea de intertextualidad desafía la noción de un sujeto acerca de la creación literaria que este
más allá del texto, la posibilidad de pensar los textos como poema de Fernando Pessoa. Cuando
originales y la idea de un valor literario independiente. Este
artículo examina cómo las ideas teóricas del crítico literario el poeta se enfrenta a lo establecido,
Harold Bloom abren la posibilidad de continuar pensando cuando se desvía de la moral tradicional, de la
estas categorías en el contexto de la crítica literaria con-
temporánea. Además, propone considerar la expansión del
ideología y de los discursos dominantes, lo hace
sujeto como una función social de la literatura que se deriva como parte de su lectura en la tradición poética.
implícitamente de la reinterpretación que hace Bloom del Es más, el acto de escribir, lejos de tener su origen
concepto de intertextualidad.
en la inspiración de un ser que expresa la verdad
Palabras clave: Harold Bloom, intertextualidad, influencia, esencial de la realidad y de su propia alma, es
valor literario, subjetividad.
causado principalmente por el encuentro del
poeta con la escritura que lo precede. Ahora
Abstract bien, esto puede o no ser cierto para el proceso
Literature as an Aesthetic Struggle of the Subject de creación tal como lo percibe cada poeta. Pero
(on Harold Bloom) cuando el lector se encuentra con el resultado
The idea of intertextuality challenges the notion of a subject de esta creación, parece imposible que ese texto
beyond the text, the possibility of thinking the text as an ori- que está leyendo logre escapar del fantasma de
ginal, and the idea of literature possessing an independent la referencia, de la cita oculta a lo ya escrito.
value. This article examines how the theoretical ideas of El autor:
literary critic Harold Bloom open the possibility to continue Si cada texto supone la existencia de los textos
thinking these categories within contemporary literary criti- * Profesional en Estudios Litera-
cism. Also, the article proposes the expansion of the subject anteriores, entonces no es posible hablar de rios de la Universidad Nacio-
as a social function of literature, implicitly derived from que los textos tengan un sentido final que se nal de Colombia. Ha trabajado
Bloom’s reinterpretation of the concept of intertextuality. como asistente de investiga-
sustraiga a lo que ha sido escrito. La imposibi- ción, profesor y promotor de
Keywords: Harold Bloom, intertextuality, influence, literary lidad de encontrar o fijar el significado último lectura en varias instituciones.
value, subjectivity. Ha publicado los artículos «La
de un texto es una de las ideas que ha tenido
autonomía del crítico: entre la
más repercusiones en la crítica literaria desde originalidad y el situarse en el
el siglo xx; los textos no tienen un sentido en sí mundo (sobre Edward Said)»
(Literatura: teoría, historia, crí-
mismos, sino que lo construyen a través de una tica 6, 2007) y «La poesía en-
infinita red de relaciones con otros textos y otros tre la historia: observaciones
elementos extratextuales. Julia Kristeva, reescri- acerca de la crítica de Octa-
vio Paz» (Phoenix 10, 2008).
biendo las reflexiones de Mijaíl Bajtín sobre el Actualmente adelanta estudios
carácter dialógico de la literatura, retomó estas de posgrado en Literatura His-
consideraciones y acuñó el término intertextua- pánica en la Universidad de
Cincinnati, Estados Unidos.
lidad, con el cual la crítica literaria académica ha
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 abordado este fenómeno: gabrielrudas@gmail.com

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La literatura como lucha estética del sujeto (sobre Harold Bloom)

La palabra [el texto] es un cruce de palabras [de sal» del arte. Esto hace pensar que su postura
textos] en que se lee al menos otra palabra [texto]. no es más que la resistencia tardía frente a
[…] Todo texto se construye como mosaico de citas, las nuevas concepciones teóricas que en gran
todo texto es absorción y transformación de otro texto. medida se desprenden del concepto de intertex-
En lugar de la noción de intersubjetividad se instala tualidad, de modo que es muy común descartar
la de intertextualidad, y el lenguaje poético se lee, al su defensa de la literatura como un episodio
menos, como doble. (Kristeva 190) de conservadurismo o, incluso, pensar que se
trata de alguien que simplemente desconoce las
Aunque el proyecto del estructuralismo y la
reflexiones teóricas actuales.
semiótica ha perdido gran parte de la vigencia
que alguna vez tuvo, el concepto de intertex- El presente artículo se propone rastrear algu-
tualidad, y la idea de que los textos solo se nas de las bases teóricas de la crítica literaria
configuran en su relación con otros textos, de Harold Bloom y el modo en que, muchas
sigue teniendo consecuencias en la lectura veces de un modo no explícito, este crítico ha
crítica de la literatura. Interpretar cada texto respondido a algunas de las reflexiones que han
como intertexto implica que el autor como sustentado las posturas de la crítica contempo-
sujeto productor de textos pierde su prioridad ránea. Específicamente, este artículo se propone
en el análisis, desaparece y se transforma en explorar cómo Bloom reconstruye el concepto
un significante producto de una red discursiva de intertextualidad de tal modo que, aceptando
(Kristeva 204). Por otra parte, considerar un sus implicaciones, sea posible hablar de origina-
texto como original en el sentido de algo nuevo, lidad y, por lo tanto, de un posible valor estético
completamente separado de otras produccio- de la literatura. En segundo lugar, se pretende
nes textuales, se torna insostenible. Además, mostrar cómo la definición de la literatura de
las influencias literarias y no literarias que Bloom, a pesar de él mismo, no implica una
configuran un texto poético hacen que no solo percepción del texto literario independiente de
sea inseparable de otros textos, sino también los problemas sociales, sino una postura sobre
de las fuerzas y circunstancias sociales en las la función social de la literatura: la expansión
cuales es producido y leído; todos los textos, in- estética del sujeto.
cluidos los literarios, dialogan con los discursos
sociales y hacen parte de las fuerzas históricas
que los rodean. Esta interacción del texto con
*
su entorno social, que ocupa buena parte del El hecho de que hasta los poetas más fuertes estén
interés de Bajtín (305), podría implicar que el sometidos a influencias no poéticas es algo evidente
texto se construye principalmente en función incluso para mí; pero, una vez más, lo que me interesa
de las relaciones sociales y se configura como es únicamente el poeta en un poeta o el ser poético
una fuerza social. aborigen. (Bloom 1991, 20)2

De modo que la noción de intertextualidad En esta afirmación se puede encontrar, por


hace que la crítica literaria se enfrente a varias supuesto, el intento de Bloom por reivindicar
cuestiones fundamentales: en primer lugar, la una lectura autónoma de los textos literarios.
imposibilidad de un texto original; en segundo Sin embargo, al leerla detenidamente se puede
lugar, la inexistencia de un sujeto creador de un observar que, en realidad, Bloom está recono-
texto, y en tercer lugar, la inviabilidad de leer ciendo en ella que el poema está construido
un texto literario como algo autónomo. Es así también a partir de lo no poético. La cuestión
como, hoy en día, para ciertos segmentos de la que surge entonces es: ¿cómo es posible, aun
crítica académica contemporánea se ha hecho reconociendo la existencia de elementos no
1. Al respecto véase, por
ejemplo, su prefacio a El imposible leer algún texto como literario y se poéticos en un poema, encontrar algo auténti-
canon occidental (2004, ha preferido hablar simplemente de textos con camente poético? ¿Qué es ese poeta en un poeta?
25-51).
implicaciones políticas. En ausencia de un autor,
2. Ocupado más de cierta De esta última afirmación se desprende que
particularidad textual que de una originalidad y de una autonomía, en
la cuestión del elemento propiamente poético
de la convencionalidad de ausencia, en suma, de un posible valor estético,
los términos, para Bloom, de un poema está fuertemente ligada a lo que
el problema de la diferen- se ha buscado la ideología como el único centro
Bloom llama la teoría de la influencia poética.
ciación de los géneros lite- posible de la interpretación.
rarios no es muy importan- Ahora bien, de todos los planteamientos de la
te. Y como suele suceder
en las corrientes más re-
En medio de esta situación de la crítica acadé- semiótica textual, es justamente la cuestión de
cientes de crítica literaria, mica, podemos ubicar la obra del crítico literario la intertextualidad la que más repercusiones
cuando se habla de poe-
ta, poesía, poético, etc.,
norteamericano Harold Bloom. Bloom es cono- tiene en la teoría de la influencia de Bloom.
él puede referirse también cido como alguien que reivindica a toda costa el Aunque ya en La angustia de las influencias dice
a novelistas, ensayistas o
dramaturgos. Es así como valor estético autónomo de los textos literarios, que ninguna rama de crítica europea de su mo-
Bloom habla de Pynchon, lo que lo ha llevado a acalorados debates contra mento ha contribuido a la comprensión de los
Emerson, Shakespeare y
Freud como poetas. Adop- las escuelas críticas actuales que han tomado poemas (1991, 21), la deuda de sus teorías con
taré de aquí en adelante la el camino de interpretación descrito arriba1. la intertextualidad desarrollada por la crítica
misma flexibilidad de tér-
minos y usaré indistinta- En Bloom encontramos términos como «genio francesa es evidente. Veamos, por ejemplo, este
mente poesía y literatura. literario», «canon occidental» o «valor univer- párrafo de Poesía y represión:

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Gabriel Rudas Burgos

“Alfa centauro”. Cosmogonía. 1993. Sanguina sobre papel. 140 x 180 cm. Detalle.
Hay pocas nociones más difíciles de expulsar que ese partida para su manera de abordar la lectura
«sentido común» que afirma que un texto poético es intertextual de la literatura.
autosuficiente, que tiene un significado o significados
En su Anatomía de la crítica, Northrop Frye afir-
que puedan establecerse sin referencia a otros textos
ma que una pieza literaria puede ser leída a
poéticos. En casi todos los lectores hay algo que in-
partir de varias fases de interpretación, donde,
tenta decir: «aquí hay una poema y ahí un significado,
en primer lugar, existe una lectura literal, y
y tengo la razonable certeza de que ambos pueden
luego se profundiza cada vez más en la inter-
unirse». Desafortunadamente, los poemas no son
pretación hasta llegar a una fase anagógica o
cosas sino apenas palabras que se refieren a otras
referente a la totalidad, a la mejor manera de
palabras, y aquellas palabras se refieren además a
ciertas teorías medievales de la lectura 3. Al
otras palabras, y más aún, se adentran en el mundo
igual que los estructuralistas, Frye defiende la
superpoblado del lenguaje literario. Todo poema es
necesidad de encontrar una unidad mínima del
un inter-poema, y toda lectura de un poema es una
texto para iniciar el proceso de interpretación
inter-lectura. (Bloom 2000b, 17)
crítica; solo que mientras ellos proponen como
Ahora bien, a pesar de la evidente cercanía in- componente mínimo de análisis un elemento 3. Véase, por ejemplo, la
«Carta a Can Grande della
cluso terminológica de Bloom con Kristeva, la lingüístico (signo, sema, etc.), la unidad para Scala de Verona», atribuida
cual corresponde a un momento menos hostil a Dante, donde se dice que
el estudio del poema en Frye, que él denomina los textos literarios, como
de Bloom hacia este tipo de aproximaciones símbolo, es entendida como una imagen poética. los sagrados, deben ser
leídos en dos niveles: uno
teóricas, es importante resaltar que él decide En lo que él llama «fase mítica» de la lectura, los literal, donde se encontra-
reemplazar la noción de intertexto por la de símbolos son interpretados como arquetipos: ría el primer y más obvio
significado, y uno alegó-
interpoeta e interpoema. El primer término rico, donde se buscarían
[El arquetipo es] la imagen típica o recurrente. Quiero
indica que la noción de autor no desaparece del relaciones no literales del
decir por arquetipo un símbolo que conecta un poe- texto. Este nivel de lectu-
todo, como veremos más adelante; el término ra puede ser propiamente
ma con otro y de este modo contribuye a unificar e
interpoema, por su parte, muestra la distancia alegórico, moral o anagó-
integrar nuestra experiencia literaria. [...] La repetición gico, es decir, referente a
que él toma frente a la semiótica en cuanto la divinidad (Alighieri 815).
de ciertas imágenes comunes de la naturaleza física,
a su intento de abordar los textos desde una Aquí también hay una fuer-
como el mar o el bosque, en gran número de poemas, te coincidencia entre Frye y
perspectiva lingüística. En efecto, si bien Bloom el estructuralismo. Nótese,
en sí misma ni siquiera puede llamarse una «coinci-
está retomando la intertextualidad como pers- por ejemplo, que Umber-
dencia», que es el nombre que damos a la parte de to Eco retoma esta misma
pectiva de lectura, su teoría de las relaciones tradición de lectura medie-
un diseño cuando no sabemos cómo emplearla. Pero
poéticas se configura a partir de una tradición val alegórica para construir
sí indica cierta unidad en la naturaleza que la poesía una teoría donde la inter-
crítica diferente a las exploraciones del estruc- pretación esté limitada por
imita y en la actividad comunicante de la que es parte un sentido literal inicial. En
turalismo francés. Específicamente, es en las
la poesía. (Frye 135; énfasis añadido). el caso de Eco, este sentido
propuestas del crítico literario Northrop Frye, literal es lingüístico y parte
de una supuesta estructura
una de sus principales influencias académicas Ya no se trata de encontrar el sentido de un poe- cerrada de cada texto (Eco
(Polansky 237), donde se encuentra el punto de ma, sino el sentido de los arquetipos, es decir, 25-40).

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La literatura como lucha estética del sujeto (sobre Harold Bloom)

de esas imágenes que no están en un poema en todo lo reducen, ya sea a imágenes o a ideas, a
particular, sino entre los poemas, en aquello que cosas dadas o a fonemas. La crítica moral y otros
conecta un poema con otro. Esta forma de concebir tipos descarados de crítica filosófica o psicológica lo
la poesía es sorprendentemente próxima a las reducen todo a conceptualizaciones rivales. Nosotros,
reflexiones acerca de la intertextualidad de las cuando reducimos algo, lo reducimos a otro poema.
cuales nos hemos ocupado: no es en un texto (Bloom 1991, 110)
sino más allá de este donde se encuentra un
La teoría de Bloom no intentaría ver (o por lo
significado, pues los textos siempre remiten a
menos no directamente) cómo cada texto repite
ciertos elementos anteriores y exteriores a ellos.
algo genérico de toda la literatura, sino cómo
Sin embargo, he decidido retomar a Frye pues
esa repetición se da entre un poeta particular
hay un punto fundamental en donde Bloom se
frente a un poema o poemas particulares. Desde
acerca bastante a él: cuando habla de relaciones
esta perspectiva, adquiere sentido la idea de
entre poemas, Bloom no piensa en un espectro
reducir un poema a otro poema. En el estudio
amplio y difuso de relaciones intertextuales;
de la poesía debemos ver cómo, en el poema que
para él, cada poema se relaciona con otros de tal
leemos, se da la presencia de un poema o poe-
modo que su particular tipo de relación puede
mas anteriores. Pero, como bien lo sintetizaba
describirse de acuerdo con ciertas categorías
Edward Said alguna vez refiriéndose a Bloom,
limitadas. Es decir, así como las imágenes poé-
esa relación entre poemas, ese «diálogo» (para
ticas de Frye, al repetirse, pueden entenderse
ponerlo en términos de Bajtín o de Kristeva),
y describirse de acuerdo con algunos arqueti-
no es ninguna «reunión para tomar el té» (Said
pos, para Bloom, las imágenes poéticas de un
210), sino una terrible batalla textual.
poema, en su relación con las de otros poemas,
pueden entenderse y describirse de acuerdo con La poesía les llega solo a aquellos que se encuentran
ciertas categorías limitadas de relación poética. en una horrenda necesidad imaginativa de ella [...]. Y
Estamos hablando, por supuesto, de los cocientes esta necesidad es aprendida mediante la experiencia
revisionistas. que tiene el joven poeta o efebo del Otro cuya funesta
grandeza es aumentada por el hecho de que el efebo
Las proposiciones o cocientes revisionistas
lo ve como una ardiente claridad contra un fondo de
(revisionist ratio) que propone Bloom a lo largo
sombras, como ve [...] Ahab a la Ballena Blanca o
de La angustia de las influencias son seis tipos
Ezequiel al Querubín Protector. [...]. El Querubín sólo
de maneras en las que se da esta relación
protege, es decir, aparece sólo para obstaculizar la
interpoética. No me interesa aquí hacer una
marcha. (Bloom 1991, 46-47)
sinopsis de los cocientes; basta decir que, como
primer paso para la interpretación, proponen La primera experiencia literaria del poeta es
el rastreo de ciertos elementos de un poema lectora, y es a partir de la lectura que encuentra
para relacionarlos con otro. Si recordamos que eso de lo cual «tiene la horrenda necesidad»
el arquetipo es un «símbolo que conecta un de participar como poeta. Pero aquel poeta o
poema con otro», podemos aventurar que los poetas que el efebo ha leído ya han dicho lo
cocientes revisionistas de Bloom son otra forma que este podría decir. En ese sentido, ese poeta
de entender los arquetipos. Es en este sentido en anterior, que Bloom llama precursor, a la vez
que Bloom retomaría una de las implicaciones que le ha mostrado al poeta nuevo la creación,
más interesantes del arquetipo de Frye. Sin le impide crear. Es así como el precursor, al
embargo, aquí también nos encontramos con haber creado ya, cierra al efebo el camino de la
la principal diferencia entre los arquetipos de literatura, obstaculiza su marcha. Para Bloom,
Frye y los cocientes de Bloom. La cuestión para este proceso es análogo a los dramas familiares
Frye consistía en ver cómo ciertas imágenes se freudianos4: la poesía o la imaginación creado-
repetían en la historia de la poesía, mientras que ra se presentan ante el poeta como la madre,
Bloom busca a través de los cocientes revisionis- mientras el poeta precursor se presenta como el
tas «trazar anomalías» entre los poemas (2003, padre que le impide acceder activamente a esta
29), es decir, cómo se presenta la diferencia entre imaginación creadora. La lucha con el precursor
las imágenes de los poemas. La búsqueda de para poder acceder a la creación poética se da a
Bloom consiste, entonces, en hacer un mapa de través de un acto de diferenciación con respecto
Freud desarrolla las
4.
ideas del romance fami-
arquetipos de la diferenciación. Pero ¿es posible a ese precursor. El poeta, para enfrentarse a su
liar a lo largo de toda su hacer un mapa de la diferencia? ¿Cómo lograr padre, intenta desviarse de lo que él dijo (Bloom
carrera. Sus Lecciones
introductorias al Psicoa-
esto sin unificar las diferencias y homogeneizar- 1991, 17). Este intento de diferenciación es lo que
nálisis son un buen lugar las en un único esquema que termine ignorando Bloom llama mala lectura o lectura desplazada
para encontrar una des-
cripción breve tanto del
justamente eso diferente de lo que se quiere dar (misreading): el poeta, en la búsqueda de un espa-
drama familiar (alrededor cuenta? O dicho de otro modo, ¿cómo captar la cio poético, lee mal a su precursor y, a partir de
de la figura del «comple-
jo de Edipo»), así como de
diferencia entre los textos y emitir un discurso esa mala lectura, construye su propia escritura,
algunas formas de realiza- acerca de ella? es decir, asume como poeta fuerte la influencia
ciones desplazadas de del
deseos (por ejemplo en poética de su precursor:
De lo que se trata aquí es de la reducción, y de
la realización onírica de
de los deseos reprimidos) la mejor manera de evitarla. La crítica retórica, la Las influencias poéticas —cuando tienen que ver con
(Freud 1996b, 2249 ss.). aristotélica, la fenomenológica y la estructuralista dos poetas fuertes y auténticos— siempre proceden

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Gabriel Rudas Burgos

debido a una lectura errónea del poeta anterior, su acepción de diferir), es decir, la promesa de
gracias a un acto de corrección creadora que es, en una presencia estable en el futuro, y que esté
realidad y necesariamente, una mala interpretación. despojada también de ese objeto presente fijo
(Bloom 1991, 61) del cual se diferenciaría (en su acepción de ser
Pero si el poema es leído como una desviación diferente):
de un poema anterior, entonces ¿acaso ese poe- El carácter económico de la diferancia5 no implica
ma anterior es un verdadero original a partir de ninguna manera que la presencia diferida pueda
del cual surge el desvío de su poema sucesor? ser todavía reencontrada, que no haya más que una
¿El poema precursor tiene entonces un signifi- inversión que retarda provisionalmente y sin pérdida
cado fijo a partir del cual el efebo se diferencia? la presentación de la presencia, la percepción del
Si esto es así, se podría pensar que, al leer «un beneficio o el beneficio de la percepción. [...] Si
poema en otro poema», al poema precursor sí le la presentación desviada sigue siendo definitiva e
estaríamos asignando un significado último. Al implacablemente rechazada, no es sino un cierto
respecto, veamos dos fragmentos de La angustia presente lo que permanece escondido o ausente; pero
de las influencias: la diferancia nos mantiene en relación con aquello de
El joven ciudadano de la poesía, o efebo [...], desde lo que ignoramos necesariamente que excede la alter-
sus comienzos como poeta, sale en busca de un nativa de la presencia y de la ausencia. (Derrida 55)
objeto imposible, el mismo que buscó su precursor Derrida propone una suerte de diferencia in-
antes que él. (18) transitiva: ya no diferir esto o diferir de esto,
Todas las búsquedas del periodo pos-Ilustración [...] sino diferir. Y con ello intenta en últimas en-
son búsquedas que tratan de reengendrar el propio contrar una forma de lenguaje que logre referir
ser, para que este se vuelva el Gran Original [...]. una manera de pensamiento despojada de un
Desgraciadamente, en el arte, la búsqueda es más centro que lo rija. Se trata de intentar nombrar
ilusoria aún que en la vida. (78) lo innombrable, pero sin pensar, a diferencia de
los teólogos, que esto innombrable tiene algún
Podemos reescribir estas dos afirmaciones de
sentido unívoco y permanente, el cual escapa
la siguiente manera: no hay un poeta auténti-
a nuestra comprensión, pero que igual existe
camente original, todos buscan una originali-
como un todo unitario e infalible que regula
dad imposible, de modo que cada poeta está
toda comprensión posterior. Se trata más bien
intentando diferenciarse definitivamente de
de un continuo juego de ausencias y despla-
un anterior intento de diferenciación, el cual
zamientos, y, de nuevo, de formas de lenguaje
fue a su vez un intento de diferenciación, y así
que intentan dar cuenta de esta imposibilidad
sucesivamente. Si alguien lograra esta sepa-
de sentido último, de esta ausencia de metafí-
ración definitiva de lo ya dicho implicaría la
posibilidad de un significado único separado sica (Derrida 61-62). La teoría bloomiana de la
de los demás significados de la red intertextual, influencia con respecto a la originalidad central
algo que podríamos captar como un todo sepa- o última es, como ya señalamos, muy cercana a
rado y autosuficiente. De ser así, se cumpliría la de Derrida. De hecho, en La cábala y la crítica,
el deseo de la autoengendración que impulsa Bloom afirma que la cábala judía, que sirve de
la poesía. Pero todos los intentos de separación modelo y metáfora de su teoría, ya tenía en
definitiva del precursor, de decir algo por pri- cuenta las ideas que planteó Derrida. La cábala
mera vez, son, por definición, un fracaso. La es, para Bloom, una teoría de la diferencia, pues
poesía fuerte, dice Bloom, no es la superación en ella Dios es a la vez presencia y ausencia, una
de la angustia de las influencias, sino que es totalidad pero también una nada (1979, 52). Solo
la angustia de las influencias (1991, 110). Esto que la cábala detiene el movimiento interpre-
implica que en la poesía no hay, en principio, tativo de Derrida, pues hay un punto en que,
una enunciación fija final expresable de la cual siendo nada, la presencia y la ausencia coexisten
los demás hayan intentado separarse; no hay un (53). Desde la variante bloomiana de la teoría
centro iniciador que exista permanentemente de Derrida, puede entonces pensarse un tipo
y del cual parta toda la poesía, sino que toda la de movimiento de lenguaje que sí tenga un eje,
poesía es la diferenciación misma. aun cuando este eje es una nada despojada de
metafísica. En medio de su argumentación para
Esta aproximación a la poesía se acerca bastante justificar la posibilidad de usar el gnosticismo
a lo que la deconstrucción afirma con respecto judío como tropo para describir las relaciones 5. Différance (con a) viene
de différence (con e), es
al lenguaje en general. El filósofo Jacques Derri-
interpoéticas, donde estas se parecerían a los decir, diferencia. El juego
da, en una conocida conferencia, intenta expo- de Derrida consiste en al-
distintos elementos del cabalismo, Bloom dice terar la palabra sin que su
ner lo que él llama différance. La différance es un
lo siguiente: pronunciación en francés
intento de construir una categoría que se ocupe cambie. La traducción que
citamos optó por escribir
justamente de una forma de diferenciación, La influencia es el gran Yo Soy del discurso literario y «diferancia» para conser-
tanto en su sentido de ser diferente como de descubro cada vez más que su análogo más adecuado var el cambio en la vocal,
aun cuando el efecto de
diferir, pero que esté despojada de la promesa es lo que la Cábala llamaba la primera Sefirah, el «cambio mudo» en espa-
de eso que llegaría después de lo diferido (en primer atributo o nombre de Dios, Keter o la Corona ñol se pierde.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 47

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La literatura como lucha estética del sujeto (sobre Harold Bloom)

“Pléyades y Ménades”. Cosmogonía. 1993. Sanguina sobre papel. 140 x 180 cm.
Suprema. Ya que Keter, como Dios Infinito, es, al marcado por el hecho de que el lenguaje y la
mismo tiempo, ayin, o «nada». (1979, 100) poesía tienen como objetivo la construcción de
Esto significa que la teoría de la diferenciación conocimiento, Bloom considera que su función
poética tendría este eje no enunciable. Las malas va en una dirección completamente diferente:
interpretaciones que guían la influencia poética la construcción de subjetividad (Barceló 53-54).
tendrían un centro final vacío, se estructurarían
alrededor de la nada. Así, la interpretación que *
se construye a partir de las diferencias en los
poetas nunca va a llevar a una última significa- Para comprender cómo se configura la litera-
ción enunciable a la cual se reduzca toda poe- tura alrededor del problema de la subjetividad,
sía, sino que es en la diferencia misma donde hay que retomar una de las consecuencias que
se construye el poema y su lectura. Cuando mencionamos al inicio con respecto a la inter-
Frye decía que la repetición de las imágenes textualidad. Si la significación de un texto está
apuntaba a una «unidad en la naturaleza que volcada hacia otros textos y, por lo tanto, no
la poesía imita» (135), parecía insinuar que se hay un sentido cerrado en ellos, la noción de
podría explorar esta unidad y que la poesía y un sujeto creador que domine el sentido oculto
la lectura de esta tendían a encontrarla. Bloom o explícito de un texto carece de fundamento.
dice entonces que la diferencia, el desvío en De modo que ya no se trata de un diálogo de
estas imágenes, apunta a una unidad indecible, subjetividades, sino de una red intertextual
a una unidad que, en realidad, no existe como (Kristeva 190). Esta concepción de la lectura,
presencia nombrable, asible o comunicable. que Roland Barthes llamó la muerte del autor
(69-70), sería, en principio, aceptada por Bloom.
Pero no es solo en la afirmación de este centro Sin embargo, Bloom considera que la idea de
vacío (frente al continuo movimiento de di- autor, aun desde esta perspectiva, debe seguir
ferenciación interpretativo) donde Bloom se teniendo vigencia. En El canon occidental, por
distancia de Derrida. Aunque Bloom comparte ejemplo, Bloom afirma que «la muerte del autor
con el filósofo francés la aceptación de una es un tropo, y bastante pernicioso, la vida del
imposibilidad del lenguaje para transmitir un autor es una entidad cuantificable» (2004, 47),
significado fijo y verdadero, para Bloom esto y en Vasos rotos, comentando a Milton, escribe
se debe a que el objetivo de la poesía no es ni
lo siguiente:
la significación ni la construcción de conoci-
miento. Es decir, el objetivo de la poesía no Tal vez haya textos sin autores, articulados como
es epistemológico (2003, 26ss.). Mientras en vacíos sobre vacíos, pero igual que el Yahvista y que
Derrida, así como en los posteriores desarro- Freud, Milton tiene la originalidad radical que nos
llos de la deconstrucción del crítico literario permite restaurar nuestra perspectiva de acuerdo
Paul de Man, este fracaso de todos modos está con la imagen agonista del ser humano que sufre,

48 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Gabriel Rudas Burgos

que piensa, que escribe; algo que significa, aunque humana de ese autor, aun cuando no sea la
con humanidad exagerada, en ese agón que el poeta imagen del autor como ser humano de carne
fuerte debe sostener contra la otredad, el yo, lo pre- y hueso. De este modo, podemos pensar que
sente del presente, el pasado y, en cierto sentido, el cuando Bloom se está refiriendo a la imagen
futuro. Incluso Milton es un interpoeta, pero no por agonista del ser humano que sufre, está pen-
eso es menos autor. (1982, 95) sando implícitamente en un autor como una
agrupación de textos alrededor de una imagen
Pero al aceptar la intertextualidad como punto
humana del sujeto en la poesía.
de partida para comprender un texto literario
y que todo poeta es un interpoeta, Bloom debe De nuevo, para describir este sujeto, Bloom
admitir que la vida del autor no puede ser el ele- recurre a categorías freudianas. En su ensayo
mento estructurador de lo que llamamos obra «La desintegración de la forma» dice que la
o, por lo menos, que no se puede establecer tan lucha intertextual a la cual nos hemos estado
fácilmente la idea de una individualidad que le refiriendo se puede identificar con la triple se-
dé sentido a los textos. Sin embargo, Bloom no cuencia freudiana de «narcisismo, amor propio
desarrolla explícitamente cómo es justificable herido y agresión»6.
la existencia de este autor. De modo que cabe
El centro del ser poético, del sujeto hablante que la
preguntarse: ¿cómo sucede ese «a pesar de» deconstrucción derridiana disuelve en ironía, es el
que convierte al Milton interpoeta en un autor? narcisista amor propio. Ese poético amor propio es
Podemos pensar, aunque esto no esté presente herido por la conciencia de su tardanza, y la herida
directamente en Bloom, que dentro de las o cicatriz narcisista provoca en el ser poético la agre-
relaciones intertextuales, además del agón de sividad que Freud dio en llamar sorprendentemente
repetición y diferenciación que constituyen la «defensa»7. (Bloom 2003, 26)
historia de la poesía, hay una cierta contigüidad La cuestión es que, si tenemos en cuenta que,
entre los textos poéticos. Esto significa que la en principio, todo poeta está repitiendo las
lucha por la diferenciación de los poemas no imágenes de otro, lo que el poeta como poeta
se da solo en una imagen poética de un poema ama no es el yo primario poético (es decir, su
con respecto a otra, sino en las imágenes poé- impulso poético inicial), pues ese impulso ini-
ticas de un grupo de poemas con respecto a las cial es simplemente lo que dijo el otro poeta.
de otro grupo de poemas. El modo en que se De modo que, igual que el sujeto freudiano, el
organizan y estructuran estos grupos es lo que poeta debe reprimir ese poeta anterior que está
llamaríamos un autor: una relación privilegiada dentro, en el fondo de él, en función de un amor
de los textos poéticos alrededor del problema propio orientado a un yo ideal, es decir, hacia su
de la originalidad. Es un autor el que se está en- intento de ser único. Además, este yo ideal se ve
frentando con otro en la batalla intertextual por amenazado por la presencia externa del poeta
la originalidad frente a su inevitable repetición. precursor, el cual le recuerda al poeta que, en el
En este sentido se podría entender lo que Bloom fondo, lo que dice es una repetición del pasado.
dice cuando busca, no el poeta como persona, Esta fuerza amenaza la construcción ideal del
sino el poeta como poeta (1982, 18). yo del poeta. Así pues, para poder sobrevivir
Ahora bien, al redefinir la noción de autor como un yo, el poeta efebo debe agredir a su
como una agrupación de textos debemos tener poeta precursor y reprimir lo que de este hay
en cuenta un hecho importante en la teoría en su interior. Es de esta manera que puede
de Bloom. Aunque comparte con el estructu- configurarse como poeta fuerte.
ralismo la noción de intertextualidad, para Ahora bien, no se debe creer, como el mismo
él lo importante no son las diferencias entre Bloom lo insinúa, que el uso de la teoría de
estructuras discursivas sino entre estructuras Freud para describir la angustia de las influen-
de conciencia. Así, lo que agrupa y estructura cias y la conformación del sujeto poético es
los textos no es tanto una serie de marcas de únicamente metafórico. Aunque no se puede
lenguaje sino una conciencia que se está consti- hablar claramente de un sujeto biográfico
tuyendo en su lucha por no desaparecer debido productor del texto, se puede decir que hay
a la estructura de conciencia de su predecesor en los textos una suerte de sujeto que puede 6. Véase Freud (2001, 74-
92).
(Altevers 366-371). Esto le permite revalorar la ser descrito de un modo análogo a una fuerza
noción, descartada por el estructuralismo, de psíquica. La lucha poética por la originalidad 7. La «defensa» consiste
en mantener alejados por
una intersubjetividad subyacente a la inter- tiene, pues, dos centros: el centro inasible del la fuerza ciertos elemen-
textualidad, de modo que puede retomar en que nos ocupamos antes y el autor en cuanto tos del inconsciente. Pos-
teriormente, Freud usó el
su concepción de autoría algo humano, algo que fuerza psíquica en contra del otro textual. término para referirse al
que le permite decir, como vimos arriba, que modo en que se mantenían
Esto es muy importante porque, para Bloom (y alejados de la mente los
«Milton tiene la originalidad radical que nos con esto retomamos lo que habíamos plantea- elementos ya reprimidos,
permite restaurar nuestra perspectiva de acuer- y luego el término despare-
do arriba), es en esta lucha psíquica, y no en el ció del todo a medida que
do con la imagen agonista del ser humano que derridiano problema epistémico del lenguaje, la categoría «represión» fue
adquiriendo todos sus ma-
sufre». Esto es, que el agón por la originalidad donde se encuentra el sentido de la lucha por tices (véase Freud 1996a,
intertextual crea una imagen de alguna manera la diferenciación poética. 1240-1241).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 49

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La literatura como lucha estética del sujeto (sobre Harold Bloom)

En la lucha psíquica por la conservación de un imitar la idea trascendente de la naturaleza o, en


yo se está jugando algo que, en última instancia, términos religiosos, a la divinidad (Abrams 68).
afecta la relación del texto con la realidad, tanto A partir del Renacimiento, esta idea de mimesis
en aquello a lo cual se refiere como en los efectos ideal trascendente del mundo fue variando para
que tiene en el lector. Si tenemos en cuenta que, afirmar que el poema debía explorar el interior
como se señaló al inicio, los textos no solo están de la mente, lo insondable del interior del suje-
inevitablemente vinculados a otros textos, sino to, para encontrar ese «divino arquetipo» (69).
también a la realidad (natural, histórica, social), En Bloom se pueden encontrar ecos de esta
la mala lectura y la noción de autor que propone tradición cuando afirma que la poesía no solo
Bloom debe relacionarse con una posición sobre intenta captar la realidad superficial, sino algo
la relación entre la literatura y el mundo. que va más allá de la realidad; es en este sentido
que la poesía comparte con el gnosticismo judío
(influido por el neoplatonismo) una estructura
* de funcionamiento similar. Pero, a diferencia
Una visión sin idealizaciones del clasicismo revela, no del trascendentalismo romántico, el centro de
que naturaleza y Homero son por doquier la misma la poesía no es un ideal sino, como vimos, un
cosa, sino que la mimesis de la naturaleza esencial vacío, un «ateísmo desde una posición gnósti-
resulta ser generalmente el acto más simple de imitar ca, la negación del Dios extraño y verdadero»
directamente a Homero. Una versión sin idealizacio- (Bloom 1982, 90).
nes del Romanticismo revela que la mimesis excesiva
La poesía parte de una imitación de la realidad,
de la naturaleza resulta ser, generalmente, el acto
pero no una imitación directa y superficial, sino
más simple de imitar a Milton. (Bloom 1979, 102)
una imitación trascendental, indirecta y pro-
No se trata entonces de la imitación de lo real, blemática. En Poesía y represión, Bloom dice que
la imitación de lo trascendente ideal o la imi- «los poetas fuertes se presentan como aquellos
tación de eso trascendente a través de imitar que buscan la verdad en el mundo, rastreando
el interior del sujeto, sino de la imitación de lo en la realidad y en la tradición», pero también
trascendente a través de la imitación de otros textos. dice que esta búsqueda es, a su vez, solo un
Aunque Bloom aquí intenta enfatizar el carácter deseo (2000b, 16). Esto significa que la poesía,
textual de la poesía, considero que revela algo al tiempo que se aproxima a la realidad, señala
fundamental que se hace evidente si le damos su distancia con respecto a ella. En este sentido,
la vuelta a la última frase y decimos que «el Bloom se acerca a Paul de Man cuando este
acto más simple de imitar a Milton resulta ser la afirmaba que la literatura se mueve constante-
mimesis excesiva de la naturaleza». El problema mente entre la alegoría y la ironía. Para de Man,
de imitar a otro poeta, de referirse a él y basarse la alegoría no debe ser entendida en el sentido
en él, que desencadena la lucha intertextual e estrecho de una figura retórica que adorna un
intersubjetiva por la diferenciación, no es, en- significado o lo pone en clave, sino como una
tonces, un movimiento textual carente de todo forma de relacionarse con la realidad donde
contacto con la realidad. Podemos decir, de el signo señala su intento de aproximación a
hecho, que la angustia de las influencias tiene esta y, a la vez, su distancia con respecto a lo
sentido no solo en cuanto teoría de la origina- aproximado. En la alegoría, el signo es, entonces,
lidad, sino en cuanto teoría de la relación de la consciente de su imposibilidad para asir el obje-
poesía con el mundo. to al cual se refiere, y con ello «impide que el yo
se identifique ilusoriamente con el no-yo, que a
Bloom retoma las concepciones de represen-
partir de entonces se le reconoce plena aunque
tación de la realidad de los poetas románticos,
dolorosamente como tal» (De Man 230). Bloom,
cuya defensa había ocupado el inicio de su
que también ve la poesía íntimamente ligada a
carrera como crítico, para entender cómo la
la retórica (2000b, 16), retoma esta postura pero
poesía y la construcción del sujeto en la poesía
va más allá. No solo se trata de que la relación
se relacionan con el mundo (Altevers 364-365).
mimética de la literatura con la realidad tenga
Según el crítico literario M. H. Abrams, quien
que hacerse a través de la diferenciación por-
fuera profesor de Bloom, el romanticismo in-
que se trate de decir lo indecible; la cuestión es
glés fue variando su percepción de la poesía
que, en últimas, la significación de la realidad,
con respecto a su relación con la realidad; de
la comprensión de esta es irrelevante. En otras
ver, primero, el poema como algo que imita la
palabras, el problema de la manera en que la lite-
realidad, pasó luego a percibirlo como vehículo
ratura hace una mimesis desviada de la realidad
de expresión del sujeto. Dentro de los muchos
no es, tal como habíamos dicho con respecto a
matices que tuvieron estas concepciones del
Derrida, epistemológico; y en el caso de Paul
problema de la representación de la realidad o
de Man, Bloom llega a ser explícito al respecto
mimesis, Abrams presenta una vertiente de la
(1982, 43). Pero, entonces, ¿cuál es exactamente
concepción poética romántica fuertemente liga-
el objetivo de la mimesis desviada?
da al neoplatonismo. Allí se dice que el arte no
debe imitar la realidad empírica, o una abstrac- El Querubín Protector es, pues, el demonio de la
ción o tipificación de la realidad, sino que debe continuidad; su funesto encanto aprisiona al presen-

50 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Gabriel Rudas Burgos

te en el pasado y reduce las diferencias a una gris sociedad. Sin embargo, pienso que en su teoría
uniformidad. La identidad del pasado y del presente hay una consideración que apunta a una re-
es una sola cosa con la identidad esencial de todos flexión en esa dirección. En La cábala y la crítica,
los objetos. (Bloom 1991, 50) Bloom dice que el verdadero poema tiene lugar
Ya hemos visto que el problema de la discon- en la mente del crítico (1979, 91). En otro texto,
tinuidad en la escritura de la poesía implica comentando a Emerson, Bloom va más allá y
una discontinuidad con respecto al mundo. afirma que, de hecho, los textos que leemos no
La razón de esta discontinuidad es que, de no importan, sino que importamos nosotros, que somos
existir, desapareceríamos completamente ante quienes los leemos; importa de ellos la marca
lo otro. La cuestión inicial, entonces, no es solo que hacen en nosotros o el modo en que noso-
que hay algo no comunicable en la realidad que tros los mal-leemos (1982, 47-48).
debe decirse desviadamente, sino que la reali- Esto significa que el campo de batalla por la
dad se presenta como una red de continuidad supervivencia literaria sucede en el crítico y, de
que amenaza con hacer desaparecer al yo en hecho, en el lector. Entre la lectura de un poema
la repetición. El sujeto se ve arrojado a una y la lectura de otro, entre eso que conecta al
infinita red de no-yo amenazante, en donde lo poema con otro en la lucha de la mala lectura, el
único que le queda es ese intento de diferencia- lector experimenta su propio proceso de desvío.
ción y esa ilusión de autodeterminación en su Es decir, el lector está leyendo desviadamente
configuración como sujeto. La indiferenciación los desvíos de los poetas, con lo que se está
es la muerte, es la desaparición del yo tanto convirtiendo en efebo de los poetas que lee. De
en el presente como en el futuro, es el olvido este modo, si el poeta es para Bloom un lector,
producto de la contingencia. podemos afirmar también que, aunque el lector
Podríamos reescribir la teoría de Bloom y de- no es necesaria o estrictamente un poeta, es
cir: el poeta, aun si no puede ser identificado en él donde ocurre el hecho poético. Este acto
inmediatamente con un sujeto biográfico real, lector, aunque no es epistémico como no lo es la
está ejerciendo un acto narcisista contra la in- poesía misma, no es simplemente algo textual.
diferenciación, contra la identidad esencial de Lo que se está jugando el lector al hacer que
todos los objetos del mundo. Una vez intenta suceda la batalla poética, y al participar de ella,
este primer acto de diferenciación contra el es una expansión de su propio yo. El hecho de
mundo, una vez pretende conseguir esta pri- que los tropos freudianos puedan ser usados
mera referencia desviada a él, enfrentar el vacío para describir la lucha textual hasta el punto
no comunicable e intentar no desaparecer en de que se puede hablar de un sujeto y un yo
la continuidad, se encuentra con un pasado de textual, adquiere sentido si nos damos cuenta de
poetas que ya lo intentaron del mismo modo que esa configuración del sujeto poético afecta
que él. De modo que, si ha de ser un poeta fuer- la propia configuración del lector como sujeto.
te, debe enfrentarse a esta nueva continuidad
con el pasado poético para así poder realizar su La angustia del poeta es, para Bloom, producto
diferenciación y la afirmación de su individua- de su lucha con lo otro textual. Pero, a pesar de
lidad. Es así como la originalidad intertextual los intentos de Bloom por enfatizar el carácter
es una mimesis contra la indiferenciación de puramente poético de esta relación, de su propia
la realidad, es una mimesis contra el mundo. teoría se desprende que se trata de una relación
con lo otro en cuanto que mundo. Si esto es
De modo que, aunque aparentemente todo el así, podemos decir que la idea de Bloom según
énfasis de la teoría poética de Bloom esté en la cual la influencia entre los textos poéticos
lo textual, la idea del desvío con respecto al ocurre en el acto lector implica que podemos
precursor termina siendo un acto mundano, reescribir su teoría en términos del proceso de
una respuesta a la posición del texto en la red lectura: al participar como lectores de la angus-
de relaciones reales textuales de su momento. tia de las influencias, al hacer que esta suceda
Ahora bien, la originalidad es una respuesta a en nuestro acto creativo de leer los caminos que
los textos y a la realidad a la cual están vincu- conectan un poeta con otro, nosotros entramos
lados en el complejo sistema de relaciones mi- a poner en juego nuestra propia relación con lo
méticas distanciadas; de este modo, en cuanto otro. Lo otro nos penetra e intenta anularnos;
que respuesta a la realidad, la originalidad es la poesía, en su intento de diferenciación con el
un elemento activo con respecto a aquella. mundo, nos presenta una posibilidad de dife-
Esto implica que no solo se ve afectada por la renciación con respecto a lo otro, pero a la vez
realidad, sino que también tiene un inevitable nos limita con sus propios caminos de desvío.
efecto sobre ella.
El lector (quizá debamos decir «el lector fuerte»)
participa, entonces, de ese desvío con respecto
* a lo otro, y él mismo se desvía.
En Bloom no se puede encontrar una teoría Pero, así como el poema está diferenciándose de
que trate sobre el efecto de la literatura en la un otro que está dentro de sí, un otro que en el
realidad, mucho menos en la historia o en la fondo es él en «la indiferenciación esencial de

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 51

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La literatura como lucha estética del sujeto (sobre Harold Bloom)

todos los objetos», el lector se está enfrentando influencias no poéticas, como aquello que no es
a lo otro indiferenciado que hay en él. Es decir, repetición desviada de una repetición desviada
se está enfrentando a sí mismo. Esto es así so- sino repetición desviada de aquello que simple-
bre todo si eso otro incluye (y en el caso de la mente se repite y que, sin embargo, al ser un
poesía es, de hecho, fundamentalmente así) lo discurso generalizado, tiene suficiente fuerza
no comunicable, ese vacío trascendente pero como para anular la individualidad del poeta.
no ideal que conforma lo inasible e irreducible Pero al entender las influencias no poéticas de
de la experiencia. La lectura, tal como después este modo estaríamos hablando justamente de
diría Bloom en sus posteriores textos autodivul- lo que Raymond Williams llamaba discursos
gativos, es, entonces, una cuestión de alteridad hegemónicos dominantes, es decir, discursos
en el sentido de ser otro, de transformación sustentados por tradiciones e instituciones so-
expansiva del sujeto (2000a, 21-24). ciales, vinculados a prácticas de poder, los cua-
les entran en conflicto con discursos emergentes
Hay algo de este proceso de expansión del sujeto que ofrecen versiones alternativas de la realidad
que, sin embargo, debemos tener en cuenta. Esta (Williams 145-148). Desde este punto de vista,
alteridad, al construirse en contra de lo otro, al tanto el surgimiento de la lectura desviada como
ser lo opuesto a darse del todo al otro, es un acto la nunca culminada confrontación poética por
de perversidad. la originalidad podrían compararse con el pro-
Si el don de la imaginación proviene necesariamente ceso de surgimiento de discursos emergentes
de la perversidad del espíritu, entonces el laberinto y su lucha contra la posterior reincorporación
viviente de la literatura está construido sobre las ruinas que de estos intentan hacer los discursos hege-
de todos los impulsos generosos que se hallan en mónicos. Por supuesto, mientras en Williams
nosotros [...]. Nos hemos equivocado al fundar un este proceso es estudiado desde las fuerzas
humanismo directamente sobre la literatura y la frase sociales, que implican procesos grupales, el
«letras humanas» es un oxímoron. (Bloom 1991, 100) interés de Bloom está en la lucha del yo esté-
tico individual por la diferenciación. Pero aun
Posteriormente, Bloom extenderá esta negación cuando el enfrentamiento a estos discursos o su
de la moral humanista en la literatura a las otras incorporación al texto literario en su intento de
formas de moral y ética que se han dado con la representación trascendente de lo no comunica-
secularización, incluyendo la nueva moral de ble se estudien en términos de individualidad y
identidades y minorías posterior al Mayo del no de grupos sociales emergentes, todo parece
68. Desde este punto de vista, se entiende la indicar que, contrario a lo que plantea Bloom,
lucha que sostiene Bloom en El canon occidental estos últimos juegan un papel importante en la
contra lo que él llama lecturas moralistas de la configuración de la literatura. Esto es así aun si
literatura (2004, 28). Bloom no está negando, se trata del estudio del poeta qua poeta.
en principio, la validez de los valores que rei-
vindica la academia norteamericana, sino que Ahora bien, cuando se piensa específicamente
está señalando la imposibilidad de identificar en la dimensión social de la literatura y del
inmediatamente la literatura, o mejor, la estética estudio de la literatura que se desprende de
de la literatura, con estos valores. lo anterior, hay que anotar que, para Bloom,
«todavía sería posible fundar un humanismo
No obstante, aun cuando entendemos que la sobre un estudio más completo de la literatura
originalidad que configura la individualidad del que hasta ahora se ha logrado; pero nunca
(problemática, cambiante y desidealizada) del sobre la literatura misma, ni sobre un reflejo
yo poético y lector solo puede hacerse efectiva idealizado de la misma» (1991, 100). Si enten-
en la lucha intertextual por desviar la repetición demos el humanismo como algo estrechamente
poética, surge de nuevo la inevitable pregunta: ligado a conceptos como «ética» «moral» o
al ser esta configuración de la originalidad, en «sentido social», como, al parecer, el mismo
últimas, algo en contra del mundo y, en todo Bloom lo hace en sus trabajos más recientes,
caso, en contraposición con la sociedad (Bloom podríamos preguntarnos si existe la posibilidad
2004, 33), ¿hasta qué punto puede una lectura de una crítica literaria que se logre ocupar de
de la literatura prescindir de o relegar a un se- este problema. Es decir, que logre afrontar los
gundo plano el estudio de esta sociedad a la cual problemas sociales a través de un estudio no
se contrapone? El desvío poético del precursor, idealizado de la literatura. La cuestión es si por
recordémoslo, parte, en principio, de un intento «estudio más completo» Bloom está insinuando
de diferenciación de lo no poético. La cuestión que podríamos incluir este tipo de construccio-
sería, entonces, cómo tener en cuenta aquellos nes ético-sociales a la vez que se tiene en cuenta
elementos no poéticos que también presionan la originalidad como eje central de la reflexión
por anular la individualidad del yo poético. y el quehacer poético y crítico.
Esto nos lleva al problema de las influencias no Al crítico literario y al lector crítico en general,
poéticas de los textos, con lo cual regresamos en cuanto partícipes de la literatura como lucha
al punto de partida de este ensayo. Debemos estética del sujeto, les queda la cuestión de la
preguntarnos si es posible dejar de lado las posibilidad de una lectura que logre abarcar

52 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Gabriel Rudas Burgos

y asumir su postura social, pero que, a la vez, Bloom, Harold. 2003. La desintegración de la
asuma su posición de enfrentamiento contra forma. En Deconstrucción y crítica, 11-46. México:
el propio yo, la realidad y el vacío. No parece Siglo xxi Editores.
haber una manera fácil de reconciliar estas
Bloom, Harold. 2004. El canon occidental. Barcelona:
dos exigencias; pero tampoco es posible sim-
Anagrama.
plemente evadirlas, pues estas cuestiones se
originan en el problema vital de la relación de De Man, Paul. 1991. Visión y ceguera: ensayos sobre
la lectura y la escritura con el mundo, y, sobre la retórica de la crítica contemporánea. Río Piedras
todo, con la siempre presente posibilidad de (Puerto Rico): Editorial de la Universidad de
desaparición en la indiferenciación total que Puerto Rico.
implica habitar en él.
Derrida, Jacques. 1989. La Différance. En Márgenes
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Editorial Norma. Said, Edward. 2004. El mundo, el texto y el crítico.
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Hidalgo Editora. Barcelona: Península.

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REVpalimpsesto_7_2010.indb 54
“Minotauro”. Pinturas. 1998. Óleo y collage sobre lienzo. 160 x 130 cm.

16/11/2010 02:25:17 p.m.


Alejandra Jaramillo Morales*

¿Sujeto o simulacro? Conjunción de


cuerpo, espacio y alteridad en Oriana
de Fina Torres y Confesión a Laura
de Jaime Osorio Gómez

L
Resumen as películas Oriana y Confesión a Laura
La consideración teórica de las películas colombianas tienen como característica unificadora
Oriana y Confesión a Laura permite desarrollar una no- su condición de textos en los cuales se
ción de subjetivización como acto de representación que
problematiza la unidad del sujeto occidental. En cambio, articula una noción de subjetivización,
se proponen los procesos de simulación, fragmentación, es decir, que son expresiones de la creación o
auto-invención y descentramiento. De manera particular, se
atiende el espacio, el cuerpo y la alteridad como aspectos
representación de un sujeto. Como lo explica
teóricos desplegados en las dos películas, cuya interpreta- Nigel Thrift, al encontrarnos con que el sujeto
ción caracteriza la noción de subjetivización hacia la que ha pasado a ser concebido como descentrado y
se dirige el artículo. Por último, frente a la base conceptual
de la crítica deconstructiva, se sugiere la idea de creaciones fragmentario, vemos cómo la práctica principal
deconstructivas como estrategia de interpretación más de la teoría deja de ser la búsqueda por alcanzar,
aproximada a los planteamientos estéticos hechos por las entender o crear un sujeto de manera unívoca
dos películas.
y pasa a ser, más bien, el intento por situar las
Palabras clave: cine, subjetivización, espacio, descentra- prácticas de subjetivización en las cuales cifra-
miento, auto-invención, deconstrucción.
mos las características del yo. En los dos filmes
que analizo veo una aproximación al sujeto
Abstract que propone una construcción textual cine-
Subject or Simulacrum? Conjunction of Body, Space and matográfica, expresando el concepto de sujeto
Alterity in Fina Torres’ Oriana and Jaime Osorio Gómez’ como parte de una permanente negociación
Confesión a Laura de significados y de lazos o fluidos en los que
The theoretical consideration of the Colombian movies Oria- elementos tales como el espacio, la presencia del
na and Confesión a Laura allows to develop a representation otro y las propias tretas de autorepresentarse y
of subjectivization as a representation act that questions
the unity of the traditional Western subject conception. Ins- mirarse se funden para crear un simulacro de
tead, they propose processes of simulation, fragmentation, creación del yo. Los espectadores asistimos, en
self-invention and de-centering. Particularly, Space, Body este proceso fílmico, a una narración en la que
and Alterity become important theoretical issues in the
movies, which help to interpret the notions of subjectivity se hace énfasis en la pluralidad de elementos
addressed by this paper. Finally, considering the conceptual que constituyen al sujeto, y, especialmente, en
grounds of deconstructive critic, this article suggests the
lo eminentemente simular y contingente de tal
idea of deconstructive creations as a strategy to approach la autora:
the aesthetic proposals of both films. representación.
* Profesora del Departamento
Keywords: cinema, subjectivization, space, de-centering, El acto de subjetivización como forma de repre- de Literatura de la Facultad
self-invention, deconstruction.  de Ciencias Humanas y coor-
sentar al sujeto implica, en primer lugar, que dinadora de la línea de narra-
el sujeto en cuestión es absolutamente inasible tiva de la Maestría de Escritu-
ras Creativas de la Universidad
como entidad completa y localizable, y en se- Nacional de Colombia.
gundo lugar que tal sujeto se crea a sí mismo a
ajaramillomo@unal.edu.co
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 manera de simulacro — el sujeto ha sido despla-

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 55

REVpalimpsesto_7_2010.indb 55 16/11/2010 02:25:17 p.m.


¿Sujeto o simulacro? Conjunción de cuerpo, espacio y alteridad en Oriana de Fina Torres y Confesión a Laura de Jaime Osorio Gómez

zado de la manera en que la filosofía occidental de sí misma. María, la protagonista, regresa a


lo concibe—. Por un lado, si asumimos que el la casa de su tía Oriana, casa en la que pasó
sujeto es descentrado y que la subjetivización unas vacaciones en sus años de adolescente, y
es una práctica de la cual nunca nos soltamos lugar, también, donde descubrió la sexualidad
—que estamos constantemente reinventando y el misterio del incesto que su tía cometió en
coordenadas para auto representarnos—, en- la juventud. Los espectadores no sabemos si
tonces debemos asumir también que el sujeto María descubre la verdad de la historia de la tía
existe siempre de manera cambiante. Por otro Oriana durante las vacaciones del pasado o en
lado, cada nuevo intento por asir al sujeto acaba el momento presente mientras trata de recordar
por encontrarse con un destello de significación lo sucedido, y en realidad esto no es importante,
que luego desaparece. Baudrillard plantea que pues el sujeto que descubrimos es el producto
la simulación, como una forma cognoscitiva de de la conjunción entre pasado y presente y de
aproximación al mundo en el que asumimos que los diferentes discursos y situaciones que la
la realidad como verdad no existe, hace que toda película, como texto-sujeto, recompone en su
la maquinaria de la representación se convierta totalidad. Es decir, el verdadero sujeto no es
en un simulacro; podemos inferir, por lo tanto, ninguno de los personajes a nivel diegético,
que el sujeto es una creación textual cambiante, sino el film como lugar de encuentro de los
y que no tiene relación con ninguna realidad: fragmentos de la historia de un sujeto plural.
él es su pura simulación (6). María es al mismo tiempo las historias de ella
misma y las de su tía, es la casa y los diferentes
El espacio es uno de los elementos que articula
tiempos en que la vive. Así, la identidad ha flui-
el acto de subjetivización presentado por estas
do por diversos niveles para crear el simulacro,
dos películas en la medida en que en él se mo-
la subjetivización que la película articula.
dulan los discursos del sujeto. Es en el espacio
donde se inscriben los actos que determinan la En Confesión a Laura encontramos que la razón
existencia y, al mismo tiempo, es el que propicia por la cual el protagonista masculino, don
la búsqueda de una representación de los suje- Santiago, se encuentra en la casa de Laura es
tos. En las dos películas, la casa (lugar privado accidental. La película nos inscribe en el año
y distante de la realidad del afuera) sirve de ca- de 1948 en los días del Bogotazo. Don Santiago
talizador para que los personajes se encuentren casualmente está en casa de Laura en el mo-
con la situación propicia que les permite crear mento en que empieza el toque de queda, por
una representación de sí mismos. El espacio lo cual debe permanecer con ella, mientras que
de la casa en Oriana, una casa abandonada su esposa ha quedado sola en el apartamento
que la protagonista ha heredado, hace que se de enfrente. Es esta casualidad, este estar en un
encuentre con recuerdos de su adolescencia y espacio ajeno, y la relación que teje con Laura,
componga a través de ellos una nueva noción lo que le permite a este personaje modificar

“Laberinto”. Pinturas. 1996. Óleo y collage sobre lienzo. 120 x 160 cm.

56 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Alejandra Jaramillo Morales

su forma de ser. El apartamento se convierte sexualidad, y en la posibilidad de relacionarse


en el lugar en el que los dos personajes van a con el mundo y tomar de él elementos para au-
reinventarse a sí mismos. El espacio de la casa toinventarse, que el sujeto crea un cuerpo para
es, para ellos, el espacio de la liberación, como sí mismo. El cuerpo para Grosz existe como el
lo es para María la casa de la tía en Oriana1. texto derrideano, que es una escritura del mun-
do, y es precisamente así que mi análisis toma
la idea del sujeto como un texto que se produce
Ensoñaciones del espacio
en la totalidad de las películas, y no solamente
Pensemos en las características que rodean a las en sus personajes como elementos individuales.
casas en cuestión y en el nivel de ensoñación
y de recreación que de tales espacios generan En su discusión, Grosz llega posteriormente a
estas dos películas. La casa de la tía Oriana y el los planteamientos deleuzianos sobre los fluidos
apartamento de Laura son mostrados por la na- y las posibilidades de todo lo que rodea al sujeto
rración cinematográfica como lugares de explo- y él mismo de interactuar, de actualizar estos
ración del ser. La casa de Oriana es un cuerpo fluidos en una realidad momentánea:
cerrado que durante la narración va abriéndose A pesar de esto, la vida es un espacio que se encuentra
poco a poco hasta permitirle al espectador que fuera de lo presente que está lleno de virtualidades,
se asome a un universo donde convergen una movimientos y fuerzas que necesitan soltarse. Es lo
serie de cuerpos, sujetos e historias posibles. que un cuerpo es capaz de hacer, fuera de las necesi-
De la misma manera, el apartamento de Laura, dades, y sin estar capturado por lo que comúnmente
imperfecto en un principio a los ojos de don hace, un océano de (posibles) deseos y máquinas
Santiago, se convierte en un lugar de expansión, esperando el momento de su actualización. (135 —la
de liberación, en el que tanto él como Laura traducción es mía—)
logran inventar un performance de sí mismos.
Como dice Bachelard: «A veces la casa crece, se De esta manera, el espacio puede ser uno de
extiende. Para habitarla se necesita una mayor los fluidos o elementos del deseo que están
elasticidad en el ensueño, un ensueño menos en constante posibilidad de interactuar con el
dibujado» (83). Estos dos espacios privados sujeto. En el capítulo de su libro Space, Time and
adquieren una extensión mayor, son el lugar Perversion: Essays on the Politics of Bodies titulado
de los encuentros con realidades alternas. Los «Bodies-Cities», Elizabeth Grosz desarrolla este
dos filmes muestran el espacio de «la casa» concepto en relación con las ciudades al plantear
como uno de los niveles de narración del sujeto: que ciudad y cuerpo funcionan como fluidos
en primer lugar como espacio en que se da el que se influencian de manera recíproca (108). Mi
proceso de auto representación y, en segundo propuesta es que espacio y cuerpo en estas dos
lugar, y es este el que me interesa, como un películas interactúan en el proceso de subjetivi-
elemento fundamental de la subjetivización: el zación. El espacio en que estos personajes viven
sujeto es, en sí mismo, el espacio en que se vive es parte de ellos mismos, él es constituyente
y se recrea. Si la narración de las películas gira de su realidad y del simulacro que de ella nos
en torno a la creación de un sujeto simular, el muestran los filmes. Veamos cómo sucede esto.
espacio, más que el escenario en que ocurren las En Oriana encontramos el espacio de la casa
cosas, es uno de los ejes de tal creación. como parte de tres narraciones o momentos
Nuestras vidas, igual que en el cine, son una diferentes: el momento presente en que María
narración espacial: somos siempre parte del visita la casa abandonada luego de la muerte
espacio en que vivimos. Como diría de Certeau, de la tía Oriana, el de la adolescencia de María
nuestra práctica de vida es aquella en que hace- misma y el de las historias que vemos de la
mos historias espaciales (24). Así, aunque el es- infancia y de la adolescencia de la tía. En ge-
pacio es parte fundamental de toda película, en neral, la película hace de este espacio, de sus
Oriana y Confesión a Laura son utilizados como peculiaridades, de su proceso de destrucción,
parte de la construcción del sujeto. Esto me lleva una narración total que se inscribe en la sub-
a pensar en las teorías propuestas por Elizabeth jetivización de María, y que es a su vez la de
Grosz sobre las relaciones entre el espacio y el su tía. En la casa, tanto en el presente de la
cuerpo. Grosz explora diferentes posturas sobre narración como en el pasado, María descubre
el cuerpo y la manera que tenemos de represen- su sexualidad; la casa misma se insinúa como
tarlo, como las de Nietzsche, Foucault, Deleuze, cuerpo para producir visiones de la sexualidad.
Lacan y Derrida, entre otros. En el capítulo que El espectador ve la recreación de todas la his-
dedica a explorar las posibilidades del discurso torias y, de la conjunción de todas ellas, se ve
de Derrida en torno al cuerpo, Grosz muestra frente a un sujeto que se reinventa en el proceso
cómo «cada sexo tiene la capacidad (y lo hace de narrarse y de narrar al otro, en este caso
frecuentemente) de jugar, convertirse, en un María y la tía Oriana. El deseo, la construcción
número diferente de sexualidades [...]» (76 —la del sujeto, fluye entre el espacio de la casa, las 1.La película de Fina Torres
está basada en el cuento
traducción es mía—), y es en esta posibilidad historias de la tía —como alteridad-reflejo— y del mismo nombre de la co-
del sujeto de jugar con las visiones de su propia en las de María misma. lombiana Marvel Moreno.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 57

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¿Sujeto o simulacro? Conjunción de cuerpo, espacio y alteridad en Oriana de Fina Torres y Confesión a Laura de Jaime Osorio Gómez

Confesión a Laura presenta el espacio de dos franquearlas; así, la resistencia se inscribe en los
apartamentos que significan diferentes formas mismos espacios en que el poder existe como
de ser. Don Santiago sale de su propio aparta- una proceso de intercambio (18). Y es precisa-
mento, del lugar en que su esposa lo domina mente esa la relación que encontramos en una
de manera tal que es ella quien le inventa una película como Oriana, donde las dos prácticas
personalidad, para ir a casa de Laura, lugar en están permanentemente evidenciadas, donde
donde debe permanecer el tiempo suficiente el acto de consumación de la sexualidad de las
como para redescubrirse a sí mismo. Desde dos mujeres hace que la casa pase a ser más un
el otro lado, en el apartamento de Laura, don espacio de resistencia que una confirmación
Santiago ve su propia vida; es más, en un mo- del poder.
mento se asoma a la ventana y dice: «Es extraño
De la misma manera, el espacio en Confesión a
mirarse uno mismo desde la casa del frente».
Laura inscribe los dos discursos: poder y resis-
Él se encuentra fuera de ese espacio en el que
tencia conviven en el discurso presentado por
ha vivido los últimos años, y mirar su espacio
la película. Los dos apartamentos, y todo lo que
significa verse a sí mismo. Desde el otro lado
sucede en ellos durante ese día, representan las
de la calle este personaje confiesa a Laura y se
contradicciones que tienen sitio en ese mismo
confiesa a él mismo, hasta un punto tal en que
momento en el espacio de la ciudad en guerra.
los dos logran crear una nueva identidad para
Don Santiago sale de su casa, lugar en el que es
el otro. El apartamento de Laura es un espacio
dominado por el orden conservador de su mujer
de liberación que se constituye en uno de los
(no en vano ella lo hace escuchar la emisora del
elementos que permite que los dos personajes
Gobierno y le organiza y decide sobre su vida),
interactúen y creen una noción de sujeto en
y entra en el apartamento de Laura, donde el
tal intercambio. Si vemos estos textos como
sistema de poder se invierte. Laura no solo
escritura del mundo, podemos pensar que
escucha La voz del pueblo —la emisora de radio
funcionan también como una representación
dirigida por los revolucionarios—, sino que le
de las necesidades y los propósitos reveladores
enseña una forma diferente de relacionarse con
del sujeto como expresión del arte (Bhabha 454).
el espacio y consigo mismo. Este lugar no tiene
Estos dos filmes inscriben la relación histórica
la rigidez de su propia casa, y quizás es esto lo
a la que pertenecen en su necesidad de mostrar
que genera una sensación de libertad en don
relaciones nuevas con la creación de un sujeto y
Santiago. Estos dos órdenes son los que están en
sus prácticas corporales y espaciales.
guerra «allá afuera». El poder del Gobierno se
impone en la revolución de afuera, pero en las
Sujeto y resistencia vidas privadas tiene tal repercusión que Laura
y don Santiago ganan esa «revolución» que se
En la medida en que estas dos películas nos
pierde en el afuera.
insertan en el discurso de re-escritura del espa-
cio y el sujeto, nos vemos inscritos también en
un discurso de resistencia. La forma en que el Cuerpos en juego
espacio toma el lugar interactuante en relación
Exploremos ahora el concepto del cuerpo como
con el sujeto, y la manera en que es representado
creación o subjetivización. Aunque estas dos
como productor de significados necesarios al ser
películas no cuestionan directamente la no-
humano, hacen de él una representación de re-
ción de género, creo importante recordar los
sistencia. La casa en Oriana es presentada como
planteamientos de Judith Butler sobre la idea
el campo de la seducción y del crecimiento, pues
del género como construcción performativa.
en ella vemos el encuentro con la sexualidad
El género es una práctica que inventamos,
de la tía Oriana y el de María. La casa, llena
pero esa invención implica una resistencia
de lugares impenetrables, es un llamado a lo
en la medida en que ciertos performances de la
prohibido. Las dos mujeres que la narración
sexualidad tienden a ser castigados o excluidos
nos presenta rebasan los límites de su propio
por la sociedad (139). En el caso de las películas
cuerpo en la medida en que se convierten en
en cuestión podemos retomar el concepto de
caminantes de la casa. Ese espacio en el que ellas
lo performativo en dos niveles: por un lado, en
rompen normas — que han sido impuestas por
la medida en que el texto —es decir, el film en
una sociedad que crea prácticas sexuales para
su totalidad— es un performance de un cuerpo;
las mujeres— es el que promueve la subversión,
más aun, de un sujeto. Y, por el otro, por cuan-
y en tal medida, la casa, que parecería ser un
to este performance está abierto a los flujos que
lugar cerrado donde el poder regía los actos de
vienen de afuera, bien sea del espacio o de la
sus habitantes, se convierte en espacio que se
interacción con otros seres. El cuerpo que estas
contrapone a tal poder a través de la resistencia.
películas nos presenta es un performance en el
De Certeau plantea que todo acto de poder que varios elementos interactúan creando un
implica una resistencia en la medida en que ser complejo y siempre dispuesto al cambio. Lo
las personas que deben acogerse a las reglas verdaderamente importante de la manera en
impuestas por tal orden buscan una manera de que es presentado el sujeto en estos filmes es

58 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Alejandra Jaramillo Morales

“Narciso”. Pinturas. 1999. Óleo y collagesobre lienzo. 160 x 120 cm.


su no estar cerrados, su infinita posibilidad de como un desmembramiento de la inalcanzable
ser parte de un continuo fluir. Si para Butler la unidad del ser, un cuerpo-lleno-sin-órganos
identidad (de género) y el deseo se desestabiliza que se reinventa constantemente.
a través de la performatividad del género, en
En Confesión a Laura, Jaime Osorio presenta
nuestro caso, la desestabilización se produce
al sujeto y su relación con el cuerpo como un
sin que sea el género el punto principal, sino la
absoluto performance. Laura y don Santiago, atra-
identidad en general como construcción textual
pados en una situación totalmente ajena para
(139). Adicionalmente, el cuerpo es recreado en
los dos, empiezan a desarrollar estrategias para
estos filmes como un cuerpo-lleno-sin-órganos
relacionarse. Comienzan haciendo caso a todas
(concepto que se desarrollará más adelante),
las órdenes que la esposa de don Santiago les da
en la medida en que la fragmentación y la
desde el otro lado de la calle, pero poco a poco
pluralidad del cuerpo no buscan una unidad
su conversación se convierte en un campo de
perdida, sino que, por el contrario, muestra las
posibilidades que la esposa no puede controlar.
diversas relaciones que el cuerpo tiene con los
Los dos personajes inventan una historia en
diferentes planos de deseo y sus posibilidades
torno a sí mismos, y es don Santiago en quien el
performativas (Deleuze-Guattari 161).
performance toma mayor auge. Él quiere parecer
Los espectadores vemos todas las estrategias un hombre que fuma, aunque no fuma, pero
de corporeidad planteadas por Oriana desde siente que su cuerpo, sus actitudes corporales
un presente en el que se mezclan todas las no son suficientes para convencer a la gente
historias. La mujer propuesta por el film es un de tal cosa. Sin embargo, él decide mostrarle a
sistema de fluidos que va del incesto de la tía Laura los gestos que él finge en la parada del
Oriana a la casa como provocación y lugar de tranvía, y lo que finalmente consigue es conven-
resistencia, y luego a María como agente de los cerla a ella. Desde este momento él siente que
encuentros de las historias y como practicante puede inventar un cuerpo, una historia para
de tal sexualidad. María misma llega a enten- ese hombre que no fuma pero que sueña con
der que en su adolescencia —en esos días que hacerlo. Entonces empieza el performance. Canta
pasó con su tía en la casa— se aproximó por y baila para ella y le cuenta las hazañas vividas
primera vez a su cuerpo, y como consecuencia en su juventud. Y aunque está tratando de con-
terminó teniendo su primera relación sexual vencernos de que en su juventud bailaba y era
con su primo, hijo del incesto de su tía Oriana. famoso entre sus compañeros de clase, no deja
La película propone que el proceso de creación de sorprendernos que ese hombre enclenque del
de un cuerpo necesita de todos estos encuen- principio de la película haya empezado a mos-
tros, y así poco a poco vamos descubriendo un trarse tan diferente. Más adelante sabremos que
cuerpo compuesto de fluidos diferentes. Es un todo era mentira, es decir, lo relacionado con el
cuerpo construido en lo textual que se presenta pasado, pues el verdadero hombre de éxito es

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¿Sujeto o simulacro? Conjunción de cuerpo, espacio y alteridad en Oriana de Fina Torres y Confesión a Laura de Jaime Osorio Gómez

este que él crea mientras pasa ese día en casa existencia. Para Lévinas, el rostro, que es la re-
de Laura. De Laura no tenemos mucha infor- presentación más evidente de la existencia del
mación, pero también vemos cómo su cuerpo se otro, produce en el ser humano una revelación
transforma, hasta llegar al punto de poder tener de que existe la alteridad, pero —y en esto basa
una relación sexual con don Santiago. Los dos, su teoría de la violencia— esa revelación no es
en su intercambio, inventan un cuerpo y una aceptada en el momento en que ese ser ajeno
personalidad nuevas. Así, el sujeto pasa a ser solo puede ser aceptado si se explica como parte
performance; ese hombre que unas horas antes de esa categoría de «lo mismo» (79). Entonces
salió de su casa ha desaparecido; el proceso de tendríamos que preguntarnos también a qué
subjetivización lo ha llevado a encontrarse con sujeto, o mejor a qué idea de sujeto, correspon-
un ser diferente del que era antes, y Laura se de la idea de «lo mismo», pues creo que en el
siente plena por haber sido lo que quería ser, momento en que nos planteamos el sujeto como
por lo menos, una vez en la vida. cambiante y descentrado estamos cuestionando
la posibilidad de que esta idea exista. Quizás
Sujeto y alteridad este sujeto descentrado del que hablamos en
nuestra época esté no solo en capacidad de
El tercer elemento que veo relevante en la for- reconocer al otro como tal, sino que además
mación del sujeto en Oriana y Confesión a Laura puede crearse a sí mismo en relación con esa
es la alteridad. El sujeto que nos presentan estos alteridad. Pensemos en Deleuze y las máquinas
filmes está relacionado directamente con la pre- deseantes que se actualizan continuamente en
sencia del otro, y esa presencia es, justamente, ese proceso de subjetivización, y en el universo
uno de los fluidos en los que la subjetivización derrideano, donde coexisten los opuestos, el
se produce. Los diferentes encuentros, las histo- yo y lo otro, en los discursos o escrituras del
rias de otros que nos narran a nosotros mismos, mundo que obviamente puede ser el sujeto. Así,
la mirada del otro y su posibilidad de ser parte podríamos decir que el rostro de Lévinas ha
de nuestra propia manera de ver y descubrir pasado a ser una herramienta de autocreación;
el mundo son algunas de las situaciones en el sujeto —en su proceso de invención— puede
que el otro hace parte del yo. Ahora bien, una fluir en diferentes niveles, y uno de ellos es la
pregunta teórica fundamental que debemos presencia del otro como representación recono-
hacernos al tratar de ver al sujeto en interacción
cible y negociable.
con el otro es hasta qué punto el sujeto está en
condiciones de reconocer al otro como tal y no Las dos películas articulan la noción de un
de apropiarse de él hasta convertirlo en parte de sujeto, su narración, en torno a la imagen del
lo que Emmanuel Lévinas ha llamado «lo mis- otro. María, como sujeto en Oriana, es la re-
mo». Es decir, que la aproximación que hacemos presentación o conjunción de su tía: es en esta
del otro lo niega al asimilarlo a nuestra propia relación en la que el sujeto aparece y se recrea.

“Sur”. Pinturas. 1999. Óleo y collage sobre lienzo. 160 x 130 cm.

60 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Alejandra Jaramillo Morales

La película es en sí misma un sujeto cuyo transmutación, desintegración, y fragmentación


enunciado está determinado por alteridades, al afirmar su incesante necesidad de cambio y
por seres diferentes en los que la narración su evidente auto-deconstrucción.
toma sentido como confluencia. Entonces, el
Si pensamos en una crítica deconstructiva, creo
sujeto que nos presenta no solo es descentrado,
que debemos pensar también en creaciones
sino que representa el encuentro de lo otro con
deconstructivas, y ese es uno de los logros de
lo mismo como diálogo y no como negación.
estas películas; ser deconstructivas en su propia
Confesión a Laura articula estos conceptos tanto
manera de crear, y especialmente en que «Esto
a nivel diegético —en la relación entre don
afirma la iterabilidad [iterability], la alterabilidad
Santiago y Laura— como a nivel global, es decir, y otredad de lo Mismo» (234). «Lo mismo», al
como film en su totalidad. Estos dos personajes ser cuestionado y desplazado por el discurso
están llamados a reconocerse el uno en el otro, de las películas, hace que estas sean una de-
y es precisamente en tal proceso que logran construcción. Los textos crean un sujeto que
crear imágenes nuevas de sí mismos. Por otro se auto-deconstruye. El sujeto es un trabajo en
lado, el film muestra un sujeto que en realidad proceso, un permanente convertirse otro, y en
es una fusión entre Laura y don Santiago. El tal proceso de cambio constante es donde los
discurso en torno al sujeto es presentado como elementos que he analizado en este artículo
una articulación entre estos personajes y las confluyen de manera deconstructiva para con-
circunstancias en que se encuentran. Como figurar un sujeto que al mismo tiempo presenta
texto, estas dos películas consiguen crear una las líneas de poder que lo rodean y presenta los
idea de sujeto plural, que logra romper las ba- posibles quiebres de tal sistema.
rreras de «lo mismo» y que puede reinventarse
permanentemente y realizar tal acto siempre
en relación con elementos ajenos a sí mismo. Bibliografía
Espacio, cuerpo y alteridad son los ejes de la Bachelard, Gaston. 1983. La poética del espacio.
subjetivización presentada por las películas México D. F.: Fondo de Cultura Económica.
Oriana y Confesión a Laura: su interacción hace Baudrillard, Jean. 1994. Simulacra and Simulation.
posible que la totalidad de la narración se arti- Traducción de Sheila Faria Glaser. Ann Arbor: The
cule en torno a la posibilidad de crear sujetos University of Michigan Press.
en permanente cambio, sujetos descentrados
y fragmentados para los que los fluidos de Butler, Judith. Gender Trouble. 1990. Feminism and
relación con lo que consideramos externo al su- the Subvertion of Identity. Nueva York y Londres:
jeto hacen parte de su proceso de reinvención. Routledge.
Marcus Doel, en su artículo «Bodies Without Certeau, Michel de. 1984. The Practice of Everyday
Organs, Schizoanalisis and Deconstruction», Life. Londres y Berkeley: University of California
explora las posibilidades de las teorías de Press.
Deleuze y Guattari y las de Derrida de una
manera complementaria. Nos presenta la idea Deleuze, Gilles and Felix Guattari. 1987. A Thousand
de un cuerpo-lleno-sin órganos en el cual la Plateaus. Capitalism and Schizophrenia. Traducción
deconstrucción: «interviene en líneas de fuerza, de Brian Massumi. Minneapollis: University of
deseo y poder para abrir, dislocar, descentrar la Minnesota Press.
estabilidad de las fuerzas en una multiplicidad Grosz, Elizabeth. 1995. Space, Time and Perversion.
abierta» (233 —la traducción es mía—). De la Nueva York y Londres: Routledge.
misma manera, el sujeto presentado en estas
Lévinas, Emmanuel. 1969. Totality and Infinity.
películas es una construcción múltiple llamada
Traducción de A. Lingis. Pittsburgh: Duquesne
a ser deconstrucción por cuanto el sujeto está
University Press.
siendo desplazado en cada momento. Así, el
texto de estos filmes se inscribe en un diálo- Thrift, Nigel. 1997. The Still Point. Resistance,
go entre las dos teorías trabajadas por Doel, Expressive Embodiment and Dance. En Pile, Ste-
en la medida en que el sujeto aparece como ve y Michael Keith (eds). Geographies of Resistance.
conjunción de diversos niveles de dislocación, Londres y Nueva York: Routledge.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 61

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“Destino”. Pinturas. 1995. Óleo y collage sobre lienzo. 130 x 150 cm.

16/11/2010 02:25:24 p.m.


Carlos Jair Martínez Albarracín*

Códigos y textos de larga duración:


la diglosia árabe en Colombia**

el autor:
* Lingüista de la Universidad
Nacional de Colombia. Ha
realizado estudios de filosofía
y se ha desempeñado como
Resumen 1. Formación de las comunidades docente en esta área en algu-
nos colegios Fe y Alegría de la
Este estudio presenta los resultados obtenidos a partir de la de habla árabe en Colombia Compañía de Jesús en Bogotá.

L
implementación de una metodología propia de la etnografía Actualmente cursa la Maestría
del habla con la comunidad de habla árabe de Maicao en la a migración a Colombia y otros países en Lingüística en la Universi-
Guajira colombiana. Se comprueba que en esta comunidad dad Nacional de Colombia y
hay una situación de diglosia árabe emergente dada por la de América de hablantes de árabe es
se desempeña como profesor
distribución funcional complementaria de dos variedades consecuencia directa de la transforma- auxiliar del Departamento de
de una misma lengua en espacios definidos de uso comu- ción que venía atravesando el Estado Lingüística de la misma uni-
nicativo. Esta situación de diglosia árabe en Colombia pone
Otomano a lo largo del siglo xix, y a cuyo im- versidad.
de relieve la relación entre los códigos y textos de larga
duración, los eventos y las prácticas sociales que hacen perio le es inherente la historia social y política cjmartineza@unal.edu.co
que los aproximadamente dos mil individuos que compo-
nen hoy la comunidad de habla árabe de Maicao tengan
del Medio Oriente, los Balcanes y el Norte de ** Este trabajo forma parte de
África. El gobierno Otomano libraba una gue- las investigaciones que viene
la percepción social de estar en un contexto arabizado y
realizando la Universidad Na-
reproduzcan vitalmente la lengua y la cultura árabes dentro rra a intervalos con Rusia desde el siglo xviii, cional de Colombia, sede Bo-
del contexto nacional. 
siendo la de 1877 decisiva por cuanto Bulgaria gotá, con las comunidades de
Palabras clave: migración, bilingüismo, diglosia, árabe habla árabe de Maicao en La
emergió como Estado independiente y «desató Guajira y de San Andrés Isla,
clásico, árabe libanés.
un desplazamiento dentro de los dominios del las cuales continúan a la fecha
imperio de millones de musulmanes que salie- dentro del marco de la Maes-
Abstract tría en Lingüística de la Facul-
ron de Crimea, el Cáucaso, los Balcanes, Túnez tad de Ciencias Humanas de la
y Argelia para asentarse en Siria, Anatolia y misma universidad. Los resul-
Longstanding codes and texts: the Arabic diglossia in Colombia 
el norte de Irak» (Karpat 1972, 248)1. A esto se tados expuestos aquí se obtie-
This paper shows the results obtained by the implementa- nen de la investigación realiza-
tion of a methodology used in the ethnography of speech wi- suman causas económicas como la apertura da con la comunidad de habla
thin the Arabic speaking community of Maicao in la Guajira, del Canal de Suez, que hizo cambiar las rutas árabe de Maicao en La Guajira.
Colombia. It proves that this community represents a case comerciales en dirección Sur; el colapso de la
of emerging Arabic diglossia given by the complementary Agradezco el respaldo y la ge-
functional distribution of two varieties of the same language industria de la seda por una enfermedad que nerosidad en esta tarea de in-
in specific contexts of communicative usage. This situation mató los gusanos locales, así como el estado vestigación a los miembros
of Arabic diglossia in Colombia highlights the relation bet- de la comunidad árabe liba-
ween the codes and the longstanding texts, the events and
administrativo especial que se le dio al Monte nesa de Maicao en la Guaji-
the structure of social practice that make the approximately Líbano en 1861, el cual dejaba a los agricultores ra colombiana, especialmen-
two thousand members of the Arabic speaking community del Valle de la Beqaa, en su mayoría cristianos, te a Samir Waked, presidente
perceive their social and communicative interactions as de la Asociación Benéfica Is-
belonging to an Arabized context and reproduce with vitality abocados a buscar seguridad económica en lámica; a Chady Saab Salame,
the Arabic language and culture within the national context.  la migración. El estimado «indica que el total director de la Cámara de Co-
mercio Seccional Maicao, y al
Keywords: migration, bilingualism, diglossia, classic Arabic, de inmigrantes otomanos a las Américas en profesor de religión del Colegio
Lebanese Arabic. el periodo de 1860 a 1914 llega a 1.200.000. De Colombo-Árabe Dar el Arkam,
estos, aproximadamente 600.000 eran de Siria y Pedro Delgado Moscarella.
Monte Líbano y eran hablantes de árabe; cerca
1. Esta y las demás citas
de 150.000 eran musulmanes de todas las áreas; provenientes del inglés han
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 el resto venía de Albania, Macedonia, Tracia y sido traducidas por el autor.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 63

REVpalimpsesto_7_2010.indb 63 16/11/2010 02:25:24 p.m.


Códigos y textos de larga duración: la diglosia árabe en Colombia

Anatolia Occidental» (Karpat 1985, 185). Ade- de los habitus, en Maicao, al igual que sucedió
más de cristianos maronitas u ortodoxos, migró en Lorica, el dialecto árabe libanés paso a ser el
un considerable porcentaje de musulmanes: vehículo cotidiano de praxis comunicativa con
«un consulado otomano reportó en 1904 que los parientes, vecinos y paisanos, con los cuales
un barco que arribaba a Malta en dirección a las se compartían las mismas condiciones históri-
Américas traía a bordo 201 sirios embarcados en cas de producción de esquemas de percepción,
Trípoli y que la mitad eran musulmanes que no pensamiento y práctica social. La apertura
tenían permiso» (182). de espacios de uso al código árabe generó las
condiciones requeridas para la recuperación de
Unas décadas después, el Imperio de la Sublime
los principios modelizadores de las prácticas y
Puerta pierde la Primera Guerra Mundial con-
representaciones en la naciente comunidad de
tra los países aliados, y los territorios de Siria
habla. Estas nuevas condiciones de existencia
y Líbano pasan a ser protectorados de Francia,
social anularán las funciones del castellano en
desde 1918 y hasta 1943, cuando recobran su
determinados contextos comunicativos y, en
independencia. Palestina quedó bajo el poder
consecuencia, las emergentes comunidades de
británico, y en 1947, por resolución de las Na-
habla árabe iniciarán un ciclo histórico mar-
ciones Unidas, se divide para dar espacio al
cado por el uso social alterno de dos sistemas
Estado de Israel, que ya venía asegurándose un
lingüísticos.
lugar en la zona bajo el amparo de un proyecto
político evidenciado en la activación del hebreo Las comunidades de habla árabe que se han
como lengua materna en la región por cuenta configurado en el país son:
del lingüista hebreo Eliezer ben Yehuda en la
a. La comunidad de habla árabe de Lorica2, en
década de 1920. La instalación del nuevo Estado
el Departamento de Córdoba, ya establecida
bajo el cobijo de una lengua hebrea que recién
en la década de 1920 y de la cual no hay ma-
comenzaba a hablarse en Palestina será causa de
yor documentación social y lingüística. En la
conflictos bélicos permanentes que generarán
actualidad quedan algunas casas de comer-
oleadas migratorias a Colombia, especialmente
ciantes árabes declaradas bienes de interés
de inmigrantes provenientes del sur del Líbano
cultural por el Ministerio de Cultura, pues la
durante la segunda mitad del siglo xx.
comunidad se dispersó cuando Lorica perdió
Desde el momento del desembarco masivo en su posición estratégica comercial por el río
la costa Caribe en la década de 1880, especial- Sinú con la construcción de las carreteras
mente de los buques de la Compagnie Géné- troncales a mediados del siglo pasado.
rale Transatlantique, la lengua árabe entra en
b. La comunidad de habla árabe de Maicao
contacto con el castellano de Colombia. Estos
en La Guajira, conformada a mediados de
emigrantes se asentaban en ciudades como
la década de 1940 con la agrupación de
Barranquilla, Ciénaga de Oro, Santa Marta o se
inmigrantes que ya estaban asentados en
dirigían al interior del país por el río Magdalena.
la costa Caribe nacional. Esta se fortalece
Desde esa década, el flujo migratorio a Colom-
con las oleadas migratorias de 1970 y 1980,
bia fue regular y posibilitó la conformación de
representadas mayormente por inmigrantes
tres comunidades de habla árabe en la historia
musulmanes procedentes del sur del Líbano,
nacional: las de Lorica, Maicao y San Andrés
que huían de las consecuencias sociales y
Isla. Los hablantes de árabe se establecieron en
económicas que dejaba el conflicto bélico
torno a unas relaciones sociales de producción
con el Estado de Israel.
material bien definidas como son la distribución
y venta de productos de manufactura o fábrica. c. La comunidad de habla árabe de San Andrés
Hay que anotar que había inmigrantes que no Isla, establecida por la agrupación de inmi-
se asentaban en estas comunidades, sino que grantes ya asentados en el Caribe nacional
llegaban a otras ciudades del Caribe nacional, a mediados de la década de 1950 en torno a
adonde sus parientes o amigos establecidos allí, la producción de capital a partir de la distri-
o a Bogotá, en donde hubo presencia incluso bución y venta de productos de manufactura
comercial a mediados del siglo pasado; sin y fábrica.
embargo, en estas ciudades no se conformaron
A diferencia de la comunidad de Lorica, las
comunidades de habla árabe aunque la pobla-
comunidades de habla árabe de Maicao y San
ción fuera mayor que en Maicao o San Andrés.
Andrés Isla establecerán, además de unas
En Lorica, Maicao y San Andrés, los inmigrantes relaciones sociales de producción material de-
se agruparon para dar solución a sus condicio- finidas, unas relaciones de significación social
nes materiales de existencia y, en consecuencia, que posibilitarán la generación de escenarios
2. En 1917, el enviado bri- dieron apertura a un espacio social para el de interacción que pondrán de manifiesto la
tánico a Colombia, Robert
Cunninghame Graham,
pasado colectivo estructurante de su memoria, identidad de los miembros como participantes,
afirmó: «nada más común la cual solo era recuperable mediante el recur- con un lugar en el sistema de relaciones y con un
que oír hablar árabe en esa
región» (7, 195, 222 y 241,
so del uso social del código árabe y sus textos. rol que hace manifiesta su reproducción social
citado en Kabchi 258). Aunque la migración ocasionaba una fractura histórica en el contexto colombiano. El sistema

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Carlos Jair Martínez Albarracín

de creencias del islam, que se consolida en las en el colegio colombo-árabe Dar el Arkam.
comunidades de habla a partir de las décadas También es escuchado y leído en los medios
de 1970 y 1980 con la migración de libaneses masivos de comunicación, y es llevado a la
musulmanes y el respaldo de instituciones representación gráfica en los espacios de
pro-islámicas, constituye uno de los elementos interacción virtual que proveen las nuevas
generadores de escenarios de interacción socio- tecnologías.
lingüística. A partir de ese momento histórico
b. El árabe dialectal libanés se emplea en la co-
concreto, el texto del Qur’an y los espacios de
tidianidad para la interacción comunicativa
praxis religiosa creados en estas comunidades
en contextos como el almacén, el hogar y, en
configuraron los elementos que posibilitan hoy
general, cualquier situación o evento social
día su cohesión social histórica y su coherencia
de carácter comunicativo informal. En la me-
con el dinamismo estructural del afuera. Otro
dida que es usado en el hogar, algunos de los
elemento fundamental de por qué los colectivos
individuos que nacen en Maicao afirman que
inmigrantes de Maicao y San Andrés Isla se
es su lengua materna; si bien el árabe puede
mantienen como comunidades de habla histó-
compartir este estatus de lengua nativa con
ricas es la activación de la memoria colectiva,
el español guajiro, hay que subrayar que las
por cuanto pudieron generar la dinámica de
competencias lingüísticas y comunicativas
la interacción de las relaciones del afecto con
de los niños en árabe son más débiles res-
la otredad dialógica que forma parte de su
pecto al castellano guajiro.
cultura y que comparte su lengua y su historia
en la cotidianidad. Además de la activación de c. El castellano es exigido y usado cotidia-
las relaciones sintagmáticas y paradigmáticas namente para la comunicación con los no
a nivel de la cultura por el uso del árabe, las hablantes del árabe, que representan la ma-
comunidades de San Andrés y Maicao dispo- yoría de población dentro de un contexto en
nen de otros dispositivos de cohesión social que el castellano es la lengua dominante y
histórica como son las nuevas tecnologías y los oficial. Su uso es informal en espacios como
medios masivos de comunicación. Con estos se el hogar, el almacén y eventos sociales que
genera la ruptura del espacio en el tiempo y se se lleven a cabo en la localidad, pero también
reproducen hechos y episodios de la cultura es usado formalmente para atender asuntos
árabe y su lengua en la cotidianidad. Este factor administrativos o jurídicos. Dado que se usa
impide su fácil disolución dentro de la cultura en el hogar, comparte el estatus de lengua
dominante, como fue el caso de la comunidad nativa junto con el árabe dialectal.
de habla árabe de Lorica.
Una situación sociolingüística de esta naturale-
za solo devino en la Península Ibérica durante
2. La comunidad de habla el periodo de dominación árabe entre el siglo
árabe de Maicao vii y xiii porque estaban en contacto el romance
occidental, el árabe clásico y el árabe coloquial.
La comunidad de habla árabe asentada en el
Del contacto y la convergencia estructural del
municipio fronterizo de Maicao en La Guajira
romance y el árabe emerge el haz dialectal
está compuesta por aproximadamente mil
hispanoárabe que fue hablado durante varios
ochocientos individuos hablantes de árabe
siglos en la península europea y del que Co-
históricamente asentados. Hoy, esta comunidad
rriente (1977) elabora una minuciosa recons-
de habla emplea tres sistemas lingüísticos que
trucción histórica de sus aspectos fonético,
distribuye funcionalmente en diversos escena-
morfológico y sintáctico. Luego del holocausto
rios de interacción comunicativa. El uso de estos
y expulsión de los árabes de la península, la
tres sistemas lingüísticos en contextos definidos
historia quedó evidenciada en los textos de
es causa de la actual situación de diglosia y
autores como Ibn Quzman o Al Susstari; en la
bilingüismo que caracteriza a la comunidad.
arquitectura árabe y musulmana, y en el nume-
La diglosia hace referencia al uso social alterno
roso listado léxico de origen árabe que se usa
del árabe clásico y de la variedad coloquial del
hoy día en nuestra habla castellana nacional
árabe; por otra parte, el bilingüismo se refiere
para clasificar y designar la realidad, por ejem-
al uso alterno por parte de los miembros de
plo, tarea, cifra, cero, rehén, tarifa, aduana, atún,
la comunidad del español dialectal guajiro y
arroz, zanahoria, acelga, taza, argolla, jabón, etc., y
de la variedad dialectal del árabe usado en el
numerosos ejemplos de unidades compuestas
sur del Líbano. Estos sistemas lingüísticos se
por líquidas en inicio de secuencia silábica, por
distribuyen funcionalmente en la comunidad
ejemplo, alcalde, alcantarilla, alquiler, almohada,
de habla de la siguiente manera:
etc. Estas unidades son evidencia del amplio
a. El árabe clásico o árabe moderno estándar repertorio léxico heredado del árabe, y, a su vez,
es usado cotidianamente en los eventos de reafirman el axioma lingüístico de que la lengua
interacción religiosa que se llevan a cabo en es el código más su historia. En la comunidad
la mezquita Omar Ibn al Khattab, así como de habla árabe de Maicao hay cambios como
en eventos de carácter formal que se realizan resultado del contacto lingüístico histórico

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 65

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Códigos y textos de larga duración: la diglosia árabe en Colombia

árabe-castellano, como la diptongación de /o/ comunidad, y paralelamente posibilitan la ma-


en /au/, existente en el proceso de convergencia nifestación empírica de los actos performativos
estructural del verbo ‘cobrar’, que pasa a ser de su discurso en los usos de metaforización de
realizado por los hablantes no nativos como las acciones, las actitudes y los oficios históricos.
cauber, por causa del estatus fonémico de /u/ Los repertorios en mención también posibilitan
en árabe. Este fenómeno de diptongación, que la observación y medición de la materialidad
ocurrió y deviene hoy en la Guajira nacional, y variabilidad del lenguaje en los fenómenos
permitió el establecimiento de una ley diacró- lingüísticos de la alternancia, la transposición
nica de cambio fonético dentro del marco del y la convergencia sistémica.
contacto sistémico árabe-castellano (la cual se
constituye como un modesto aporte al campo Dado que este estudio se centra en la comproba-
de la lingüística histórica), por cuanto también ción de la hipótesis causal de la situación actual
ocurrió en haz dialectal hispanoárabe hablado de diglosia árabe presente en la comunidad de
hace once siglos en unidades como /xot/ > xaut habla, de la situación de bilingüismo se ofrece
(‘tiquete’) o /posada/ > paujata (‘hotel’)3. Estos una mención en exceso sucinta, dada la multi-
hechos del lenguaje son reflejo de la dinámica plicidad y complejidad de los fenómenos de la
de la interacción sociocultural de la comunidad tipología de adquisición y contacto lingüístico
de habla y por eso se acuñan en el dispositivo que devienen en la comunidad, y que implican,
de la memoria colectiva para definir su iden- por la naturaleza del objeto y el método de acer-
tidad histórica concreta dentro del contexto camiento, una presentación por separado. Sin
nacional colombiano. embargo, hay que señalar que esta situación de
contacto social árabe-castellano en La Guajira
El uso cotidiano de los tres sistemas lingüísticos emerge en la década de 1940 y se caracteriza
por parte de los miembros de la comunidad por la interferencia del español sobre el sistema
de habla revierte en un correlato directo a los dialectal del árabe, y de este último sobre el
repertorios textuales de la cultura libanesa, primero para el caso de los hablantes no nativos
la cultura guajira y nacional, y el sistema de que adquieren el español como segunda lengua
creencias religioso del islam. Estos repertorios en Maicao.
textuales de la cultura configuran el sistema de
interacción histórica que deviene cotidianamen- En los individuos que adquieren el español
te en la comunidad de habla y se reflejan en la como segundo repertorio de comunicación se
experiencia lingüística por el uso alterno del registra la emergencia de una variedad de es-
dialecto libanés, el español guajiro y el árabe pañol de contacto, similar a la que se presenta
clásico. Estos textos de la cultura son, además, en la actualidad en el Norte de Marruecos y por
proveedores de la estructura estructurante del postdicción hace once siglos en la Península
dinamismo de las realidades extrínsecas a la Ibérica, caracterizada por la retención de la /s/

3. Las voces en cursiva o /


entre barras/ son transcrip-
ciones fonémicas y las que
están [entre corchetes] in-
dican transcripciones foné-
ticas. El símbolo > indica
que la unidad precedente
"Emblema II". Cartografía de la memoria. 1999. Impresión láser digital. 40 x 17 cm. Detalle.

deriva en o pasa a ser la


que sigue. El símbolo <
indica que la unidad an-
tecedente viene de o es
producto de la siguiente.
A lo largo del texto se em-
plean una serie de diacrí-
ticos fonéticos usualmen-
te implementados para la
transcripción de la lengua
árabe, que son definidos
antes de ser presentados.
No obstante, se sugiere al
lector disponer del Alfa-
beto Fonético Internacio-
nal para la lectura de los
sonidos del habla árabe
que, por requerimiento del
estudio, se presentan aquí.

66 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Carlos Jair Martínez Albarracín

implosiva por causa de la influencia del sistema presentan un nivel de bilingualidad en los dia-
fonológico del dialecto árabe sobre el sistema lectos árabe y castellano, y que tanto el árabe
del español. Otras evidencias confirmantes del dialectal como el árabe clásico son adquiridos
influjo fonológico del árabe sobre el español son y aprendidos dentro de la comunidad de habla,
la diptongación de /o/ en /au/ y la espirantiza- razón por la cual se presenta un bilingüismo
ción de las oclusivas en préstamos del castellano de carácter endógeno en el que los tres reper-
costeño adaptados al fonetismo del árabe, p. torios de uso lingüístico están en interacción
ej., ragel < ‘regalar’ y ragelo < ‘regalo’. La fri- social histórica dentro la comunidad. De la
cativización de las oclusivas es un fenómeno interacción lingüística a través del uso de múl-
articulatorio propio de las lenguas semíticas, y, tiples símbolos y repertorios de texto derivan
en la medida que estas variantes articulatorias eventos y prácticas sociales que indexan a los
se transmiten a las generaciones que nacen en miembros de la comunidad bajo la categoría
Colombia, constituyen evidencia del habitus de colombo-árabes. Esta categoría social pone
lingüístico que deviene históricamente en la de manifiesto la adecuación de los distintos
comunidad de habla. niveles de interacción de los repertorios cul-
turales dentro del marco de las condiciones de
Los individuos nativos de Maicao, hijos de existencia de la comunidad de habla.
inmigrantes o de sus segundas y terceras
generaciones, adquieren el árabe y el español
como lenguas nativas simultáneamente en la 3. La diglosia
mayoría de los casos; sin embargo, en otros se El fenómeno de la diglosia ha sido objeto de es-
presenta una bilingualidad consecutiva, pues tudio y debate académico. Marçais (1930) acuña
se adquiere primero el castellano y luego el el término para referir específicamente la situa-
dialecto árabe entre los once y dieciocho años. ción lingüística de los países árabes. Ferguson
Como consecuencia, se presentan dos tipos de (1959) lo usa como esquema conceptual y, en
competencia: los individuos con una bilingua- consecuencia, lo amplía a los casos del alemán
lidad simultánea presentan un bilingüismo suizo, el haitiano y el griego. Posteriormente,
balanceado, mientras que en los casos en que Fishman (1968) amplía aún más el concepto
es consecutivo, se presenta una bilingualidad para caracterizar situaciones en las que hay una
dominante en lengua castellana hasta el pro- distribución social funcional de los dos sistemas
medio de edad de los veinte, edad en la que la lingüísticos que devienen en un continuo his-
mayoría de individuos pasan a ser bilingües tórico y que él ejemplifica con la situación del
equilibrados. El concepto de bilingüismo pro- español y el guaraní en Paraguay. El modelo
cura referir una realidad oscilante y dinámica, conceptual se ha aplicado más recientemente
por lo que resulta importante señalar que a las lenguas criollas del Caribe por Winford
todos los individuos nativos de la comunidad (1985), y, dentro de estas, el criollo de base "Emblema II". Cartografía de la memoria. 1999. Impresión láser digital. 40 x 17 cm. Detalle.

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Códigos y textos de larga duración: la diglosia árabe en Colombia

inglesa de San Andrés Isla. La ampliación del El esquema conceptual de la diglosia implica
marco de referencia de la diglosia implica que se la consideración de características en las dos
pueda incluir prácticamente cualquier sociedad variedades de la misma lengua relativas a su
en la que haya una diferenciación funcional por fonología, léxico, gramática, estabilidad, es-
causa de aspectos sociales y culturales. El mo- tandarización, adquisición, herencia textual,
delo es usado para la clasificación tipológica de prestigio y función social. Este estudio se centra
situaciones sociolingüísticas o dentro del marco en las características de los códigos, los textos y
de los estudios de la sociología del lenguaje su función; plantea que, en la situación de di-
para referir la valoración de la diferenciación glosia, la relación establecida entre los sistemas
funcional de los sistemas en uso, dejando en un es dialéctica, y que son constitutivas de esta las
segundo plano los factores genéticos y estructu- relaciones paradigmáticas y sintagmáticas que
rales de los sistemas lingüísticos que devienen establecen los actores con el sistema textual de
en continuo histórico y que eran, en principio, la cultura. Sin embargo, se hace mención de
un axioma constituyente de la situación. Para algunas de las características fonéticas de los
algunos lingüistas y arabistas como Kaye (2001), sistemas del árabe en relación dialéctica con el
fin de constituir la experiencia del lenguaje en
los dos últimos factores son determinantes de
el espacio-tiempo, ya que los actos fonéticos son
las situaciones de diglosia, y rechazan la am-
la evidencia de la materialidad y variabilidad de
pliación del modelo que tiene como base de la
la lengua como hecho social histórico.
valoración la diferenciación funcional que pue-
de dar una característica social y cultural como
Códigos y textos de larga duración
el prestigio. El concepto de diglosia ha sido
aplicado a diversas comunidades de habla; sin Los dos repertorios textuales que configuran la
embargo, hay que reiterar que la situación del situación de diglosia en Maicao corresponden
árabe es la que más claramente ejemplifica este al árabe clásico y al dialecto árabe hablado en
fenómeno social, presente hoy día y desde hace el Valle de la Beqaa y en algunos otros pueblos
varios siglos en los veintidós países miembros como Kemet o Zahle del Sur del Líbano. Con es-
de la Liga Árabe, precisamente porque es de esta tos dos códigos, la comunidad recrea episodios
situación lingüística, social, cultural e histórica de interacción comunicativa cotidiana en los
de donde emerge tal esquema conceptual. que queda plasmada la experiencia del lenguaje,
generando, en consecuencia, la activación del
La diglosia árabe surge como experiencia social mecanismo de organización y conservación de
cuando el sistema significante del árabe clásico información en la memoria de la comunidad
es activado en un momento histórico concreto. de habla. El uso de la lengua árabe posibilita el
Por esta razón, no tiene un origen preislámico: anclaje de sus planos de expresión como dispo-
«esta comienza cuando las fuerzas árabes salen sitivo de larga duración, tanto en los textos como
de Arabia para conquistar tierras extranjeras en los códigos, recreando así la comunidad de
como Egipto en el año 640 d. C.» (Blau 190). habla su propio modelo de extensión temporal.
Cuando el árabe clásico es activado, entra en
Los dos códigos están emparentados genética
contacto social con alguna variedad dialectal
y estructuralmente, por lo que se trata de dos
del árabe y da lugar a una relación dialéctica
variedades de una misma lengua que devienen
entre dos sistemas cuyas principales contra-
en continuo histórico en la comunidad desde la
dicciones se presentan a nivel de la función, el
década de 1980. Sin embargo, hay que señalar
prestigio y la adquisición lingüística.
que, a diferencia del repertorio simbólico, legi-
La diglosia árabe se configura como hecho timado y estático del árabe clásico, la variedad
histórico en Colombia a partir de la década de dialectal del árabe libanés usada en Maicao
1970, cuando en la comunidad de habla árabe se caracteriza por su dinamismo y por poseer
de Maicao entran en contacto social el árabe rasgos distintivos que no forman parte del árabe
clásico y el árabe dialectal libanés, este último clásico, como lo es la presencia del fonema /ə/, el
en situación de bilingüismo funcional con el cual es causa del campo de dispersión alofónica
castellano guajiro desde la década de 1940. Esta de sonidos nucleares breves.
situación de diglosia se va consolidando en la
comunidad con la apertura del primer centro El árabe clásico4
de oración en 1982 y con la inauguración de la El árabe clásico es el sistema estandarizado,
mezquita Omar ibn Al Khattab como espacio de posee una objetivación en la escritura y se
interacción religiosa a finales del siglo pasado. configura como código de larga duración que
Se ve reforzada la situación por la enseñanza del estructura los textos del sistema de creencias
islam y el árabe clásico en el colegio colombo- del islam y de la cultura árabe. El conocimiento
árabe Dar el Arkam, y la presencia de nuevas del árabe clásico proviene de cuatro fuentes
4. Para una referencia so- tecnologías y de los medios masivos de comu- textuales recogidas entre los siglos vi y viii d.
bre los orígenes del árabe
clásico, véase el trabajo de
nicación, los cuales posibilitan el contacto con C.: i) los textos poéticos preislámicos y tempra-
Rabin (1955). las variedades estandarizadas del árabe clásico. nos del islam; ii) el Qur’an; iii) las tradiciones o

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Carlos Jair Martínez Albarracín

hadith, y iv) algunos pocos papiros sobre historia cultura en la comunidad de habla dentro del
que incluyen algunas cartas del secretario del contexto guajiro.
profeta Mahoma, valiosos porque permiten dar
El sistema del árabe clásico se refleja en la
cuenta de la variedad escrita de la época: «la
experiencia comunicativa y del registro de las
lengua de los poemas resulta ser idéntica a la
unidades discretas consonánticas: /ʔ, b, t, t, g,
que se hablaba en la parte occidental y central
x, x, d, d, r, z, s, s, s‘, d‘, t‘, d‘, ʔ‘, g, f, q, k, l, m, n,
de Arabia, y la lengua del Qur’an corresponde
h, w, y j/5, y las discretas vocálicas: /a, i, u,/ y /a:,
al dialecto usado por el profeta y considerado el
i:, u:/. Cada fonema posee un grafema6 con el
más prestigioso, el quraish» (Rabin 22). Las va-
que se hace visible a la cultura y que posibilita
riedades gramaticales de la poesía y del Qur’an
tanto la interacción comunicativa formal como
corresponden básicamente a la misma; sin
la practica del registro textual. Cada uno de los
embargo, se considera que la más clásica, mejor
y más elegante variedad del árabe es la lengua segmentos contrastivos configuran dentro de la
con que está escrito el Qur’an, por lo que ha de unidad léxica unidades silábicas regulares cv,
cv:, cvc, cv:c y las poco usuales pero frecuen-
considerarse un producto «normalizado» en la
medida que es resultado de un proceso extenso tes en los dialectos cvcc y cv:cc7 con las que
de revisión y complejización estructural. se establecerá el intercambio lingüístico. Este
sistema se impone como variedad legítima que
Este producto normalizado es denominado establece la jerarquía de los usos lingüísticos en
árabe moderno estándar, árabe culto o árabe la comunidad de habla por razón del carácter
formal, los cuales emergen como variedades de complejidad gramatical que le adjudicaron
del árabe clásico caracterizadas por distintos sus forjadores.
niveles de adecuación, simplificación y «mo-
dernización». El primer autor en dar cuenta El árabe antiguo, además de ser la base estruc-
de la emergencia de este tipo de variedades tural de las variedades de acrolecto que se em-
es El Hassan (1977), quien la denomina esa plean en los medios masivos de comunicación
(Educated Spoken Arabic, por sus siglas en inglés), del eje árabe, es el fundamento significante del
y posteriormente Mitchell (1986) reitera que sistema de creencias del islam. Es el sistema
este es un dialecto circunscrito a una región que goza de autoridad en las instituciones y,
particular y que no representa el continuo de sobre la base de su percepción como código
alguna variante de árabe específica, sino que objetivado en la escritura, se legitima histórica-
es una variante suprarregional de prestigio mente, configura el sistema en que se acuñan
usada para la comunicación interpersonal en el ideal del libro y de manual, constituyendo
los países de habla árabe. Otras categorías que el sistema modelador de la cultura árabe e
han sido acuñadas para referir estas variedades islámica. El sistema del árabe fusha es el que
de mesolecto árabe usado en la actualidad son: más prestigio tiene entre los miembros de los
«“Árabe urbano culto”, “árabe medio”, “pan- colectivos hablantes de árabe, y en el caso de la
árabe”, “estándar interregional”, “inter árabe”, comunidad de Maicao no es la excepción. Para
“el coloquial koinizado”, “coloquial elevado”, estos últimos, el árabe clásico es el sistema de 5. Estos símbolos represen-

tan cada uno de los sonidos


“koiné internacional” o al-lugha-l-wus Taa, “la mayor prestigio por las siguientes razones: i) del alfabeto del árabe clá-
lengua media”, por su nombre en árabe» (Karin por su alto nivel de complejidad gramatical y sico y son una convención
la tradición literario-poética; características que empleada para la transcrip-
213). No obstante, la base de todo el sistema ción de la lengua árabe al
significante de estas variedades suprarregio- configuran una pauta de orientación estética de alfabeto latino.
nales resulta ser el árabe clásico, referido como valor porque es más bello, más lógico y permite 6. Símbolos grafemáticos

al-lugha l-’arabiyya l-fusha, «la lengua árabe elo- que los pensamientos sean mejor expresados; ii) del árabe clásico: ‫ا‬, ‫ب‬, ‫ت‬,
‫ث‬, ‫ج‬, ‫ح‬, ‫خ‬, ‫د‬, ‫ذ‬, ‫ر‬, ‫ز‬, ‫س‬, ‫ش‬,
cuente», y es esta, la variedad de la literatura por la tradición religiosa manifiesta en el texto ‫ص‬, ‫ض‬, ‫ط‬, ‫ظ‬, ‫ع‬, ‫غ‬, ‫ف‬, ‫ق‬, ‫ك‬,
poética preislámica, islámica y del Qur’an, la del Qur’an; iii) por la tradición manifiesta en la ‫ل‬, ‫م‬, ‫ن‬, ‫ه‬, ‫و‬, ‫ي‬. Los fonemas
vocálicos cor tos se
que más prestigio tiene entre los hablantes de sunna y la hadith, aspecto que permite, dentro representan con diacríticos
árabe sobre todas las demás catalogaciones, del mismo sistema, la oposición oral-escrito que y los largos con ‫ا‬, ‫و‬, y ‫ي‬.
El diacrítico /‘/ designa los
incluidos los basilectos o variedades dialectales lo dota de un carácter bivalente por cuanto los fonos faringalizados.
de árabe denominadas l-’ammiyya, «el común». contenidos sacros y ético-normativos se trans-
7. L a c c orre sp onde a
miten en forma de normas orales estables, y iv) fonemas consonánticos,
Como código de larga duración, el sistema por la influencia que ha tenido el sistema árabe mientras que la v designa
simbólico del árabe clásico organiza y actualiza en otras lenguas y culturas, particularmente en
el núcleo silábico o fonema
vocálico.
la información de la conciencia colectiva de la
el español.
comunidad de habla. Este código se objetiva 8. Para una referencia de­

tallada sobre la realización


en el registro y da forma a los textos de larga de fonos vocálicos y conso­
El dialecto árabe libanés y el amiya8
duración como el Qur’an. La sunna, el hadith nánticos en la comunidad
de habla árabe de Maicao,
o la sharia configuran un factor instrumental Las variedades dialectales del árabe se carac- así como sobre la génesis
que mantiene los contenidos del sistema de terizan por la dinámica de su estructura, la del amiya, entre otros
aspectos referentes a su
creencias religioso del islam a disposición de cual cambia y varía por el contacto con otras situación histórica, social
la experiencia de la comunidad. Este repertorio lenguas9. El dialecto árabe hablado en Maicao y lingüística, véanse otros
trabajos de Mar tínez
de códigos y textos conforma el material reque- por los miembros de la comunidad es el árabe Albarracín (2006, 2008
rido para la reconstrucción de la realidad de la libanés circunscrito a la zona centro sur y el y 2010).

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Códigos y textos de larga duración: la diglosia árabe en Colombia

"VII". Cartografía de la memoria. 1999. Impresión láser digital. 55 x 42 cm. Detalle.


Valle de la Beqaa en el Líbano. Es importante predominen las características articulatorias y
señalar que esta variedad de habla árabe, como estructurales propias de este dialecto del sur del
resultado del contacto histórico con el castellano Líbano en los hablantes que lo adquieren como
guajiro, presenta cambios en todos los niveles segundo sistema en Maicao.
de su estructura, principalmente a nivel léxico.
El inventario de fonemas vocálicos del dialecto
Estos cambios estructurales son heredados por
árabe hablado en Maicao se caracteriza por
los hablantes nativos de Maicao, a tal punto que
su dinamismo, ya que en estos dialectos de la
es posible distinguir esta variedad de cualquier
región del Levante «no se da una distinción fo-
otro dialecto árabe hablado actualmente en
nológica entre /i/ y /e/, por una parte, o entre /o/ y
el mundo; de manera que estamos frente a la
/u/, por otra» (Brague 89). En los dialectos del sur
emergencia de una variedad dialectal de árabe
del Líbano, los fonemas vocálicos presentan un
de origen colombiano que hablan, hoy por hoy,
alto grado de dispersión alofónica. Uno de los
un poco más de mil individuos, y que hemos
fonemas vocálicos que permite establecer una
de denominar amiya. El amiya corresponde,
distinción clara entre las formas significantes
entonces, al árabe hablado por los individuos
del árabe clásico y el dialecto es [ə], del cual deri-
nativos de Maicao, caracterizado por la mezcla
van los alófonos ultrabreves [ĭ, ă, ĕ]. Por ejemplo,
y la alternancia de códigos, y por la herencia de
la [ĭ] ultrabreve, cerrada y anterior es frecuente
la convergencia sistémica con el español guajiro;
en [nemʃĭ], ‘caminar’. El alófono ultrabreve [ĕ]
por otra parte, los hablantes de árabe no nativos
medio y central es realizado con frecuencia en
emplean la variedad del dialecto árabe libanés
unidades como [amĕl], ‘piojo’; [ɾamĕl], ‘arena’,
usado en la región del sur del Líbano.
e [ĭtnaĕn], ‘dos’: su aparición no se registró
Dentro de los estudios lingüísticos realizados en entornos velares, faringales o glotales. El
sobre los dialectos hablados en el Líbano están alófono ultrabreve [ă] fue frecuentemente
los de Henri Fleisch, quien distingue cuatro registrado en relación con segmentos conso-
regiones dialectales en el Monte Líbano, «cada nánticos alveolares o faringales en unidades
una con sus particularidades fonéticas y mor- como [laħăm], ‘carne’; [dăm], ‘sangre’; [emɾa΄ă],
fológicas: la norte, Nahr el-Jaouze; la central ‘mujer’. Uno de los aspectos importantes en la
norte, desde Nahr hasta Bikfaya; la central sur, realización de fonemas vocálicos en el dialecto
desde Bikfaya hasta Nahr Zahrani, y la sur, el árabe hablado en Maicao es la producción de
territorio de Metouales cuyos dialectos eran la ‘imala. Esta consiste en que [a:] > [e:] y en
desconocidos hasta esa fecha» (Fleisch 357). casos de extensión [a:] > [i:]. En lo referente
Fleisch divide los dialectos del Líbano en dos al inventario de fonemas consonánticos, una
regiones mayores basado en la elisión de vocales de las características que permite distinguir al
cortas inacentuadas: «los dialectos del sur para dialecto árabe libanés del árabe clásico, así como
el término ‘pez’ dicen sámake, mientras que los de otras variedades dialectales del árabe, es la
de la región central norte para la misma unidad variación sistemática de la consonante oclusiva
léxica profieren sámke; este fenómeno lo registró uvular sorda [q], que pasa a ser una oclusión
[Fleisch] como patrón de morfología verbal; así, glotal [ʔ], por ejemplo, [alħaqiqa] > [alħaʔi:ʔa],
para la secuencia del español ‘él le pega’, en el ‘la verdad’10. Hay otros aspectos importantes
dialecto norte se pronuncia dárbo y dárabo en el sobre la producción articulatoria de fonemas
9. Para una referencia
central sur» (Killean 279). En la actualidad, el vocálicos y consonánticos dentro de los que se
sobre la historia de los dialecto árabe usado en la comunidad revela destaca la faringalización como característica
dialectos árabes puede
consultarse el trabajo de cambios a nivel morfosintáctico y léxico como fonética predominante en el habla árabe, y que
Owens (2003). resultado de la convergencia estructural con el en Maicao presenta una considerable variación
10. Para una referencia español guajiro, así como una variación sociofo- por el contacto con la lengua castellana, la cual
sobre la variación dialectal
de la oclusión uvular,
nética segmental sistemática en su inventario de no posee este rasgo fonológico dominante.
véase Sallam (1980). fonemas vocálicos y consonánticos que hace que Las variedades dialectales o nativas del

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Carlos Jair Martínez Albarracín

habla suelen ser consideradas como bajas o de un lenguaje para el álter y otro para el ego.
inferiores, tanto por los hablantes usuarios Sin embargo, hay que señalar la relevancia de
del sistema como por algunos académicos las conexiones pragmáticas que los dos tipos
que sustentan, con un alto grado de riesgo, su de textualidad pueden establecer en el devenir
discurso científico bajo un criterio de verdad de la praxis comunicativa en la comunidad de
dado por la percepción de la comunidad. Hay habla. De tal modo, la comunidad de habla
que anotar que tal criterio olvida que en las queda circunscrita a un sistema funcional de
variedades dialectales es donde se manifiesta la cultura proveedor de textos orales y textos
la materialidad y variabilidad del lenguaje escritos, estos últimos constituidos a partir de
en su devenir histórico, y que es mediante la la estandarización del dialecto quraish y de un
interacción comunicativa a partir del vernáculo proceso de complejización y revisión histórica
que la comunidad de habla construye la que lo posiciona como la variedad superpuesta
memoria de su experiencia histórica. El dialecto y legítima en la comunidad de habla. Esta es la
árabe hablado en Maicao se configura en causa principal del grado de prestigio que tiene
mensajes emitidos a interlocutores conocidos, cada una de las variedades del árabe dentro de
presentes y que comparten una identidad. la situación de diglosia presente en esta comu-
En estos, la comunicación establecida pone nidad de habla.
en evidencia una memoria común que se
ancla en el diario devenir, mientras que las El árabe clásico
variedades escritas del árabe clásico son
resultado de esfuerzos artificiales orientados La activación del árabe clásico en la comunidad
a recrear una estructura compleja y ordenada comienza formalmente con la inauguración de
llamada a cumplir un papel metalingüístico la primera mezquita en 1981 y se fortalece con
y de legitimidad, pero que no puede usarse la construcción del colegio colombo-árabe en
como vehículo de comunicación directa 1987 y la mezquita Omar ibn al Katthab en 1997;
porque esta resultaría voluminosa, incómoda esta última cumple con todas las características
y extraordinariamente no económica. La y especificaciones de la arquitectura islámica, y
variedad del dialecto árabe libanés usada en se constituye en el espacio central de interacción
Maicao está emparentada genéticamente con religiosa y de uso del árabe clásico. En Maicao,
el árabe antiguo, y lo más relevante resulta los hablantes de árabe, tanto nativos como no
del hecho de que así sea percibido por la nativos, perciben y usan la variedad del árabe
comunidad de habla; no obstante, los usuarios literario cotidianamente en alguna de las cuatro
de la lengua reconocen que la variedad de uso reuniones religiosas programadas durante el
informal e íntimo no presenta la complejidad día en la mezquita, y es usada en los discursos,
estructural del árabe clásico y, por tal razón, es grados académicos y actividades culturales que
considerada inferior e incompleta. se programan en el colegio colombo-árabe Dar
el Arkam. En la comunidad de habla, la varie-
Funciones dad del árabe clásico ha adquirido el valor de
lengua «legítima» y, por tanto, es en este sistema
Por lo anotado en el apartado anterior, la lingüístico donde se establecen los ritos de ins-
comunidad de habla recrea sus prácticas titución. De otra parte, la mezquita es uno de
comunicativas a partir de dos actividades. los principales centros de atracción turística de
Una está orientada hacia una sistematicidad Maicao, ya que, junto a la arquitectura árabe que
abstracta con la que el destinatario recrea la le rodea y las diferentes opciones de consumo,
memoria, y la otra está dirigida a un interlocutor ofrece la posibilidad a los turistas colombianos y
presente cuya memoria es conocida por venezolanos de pasar un tiempo en «un rincón
el hablante. Las cualidades que permiten del mundo árabe en Colombia».
distinguir los mensajes escritos de los orales
radican en la relación de la oposición funcional El sistema simbólico del árabe clásico se ha ac-
oficial/íntimo. El código y textos oficiales tivado y afianzado en la comunidad de habla
construyen un interlocutor abstracto de cuya particularmente por las relaciones que establece
memoria queda privada la dinámica de la la estructura significante del árabe con los tex-
experiencia individual y de comunidad. Las tos y contenidos del sistema de creencias del
variedades dialectales recrean escenarios de islam. La mayor parte de los individuos de la
interacción lingüística en los que el emisor comunidad se inscribe a la vertiente sunni y en
designa la persona del destinatario no mediante mucho menor porcentaje a la corriente chii. Es
un pronombre sino por su nombre, de manera importante señalar que algunos individuos afir-
que la extensión de su memoria y los contenidos man pertenecer a las dos tendencias islámicas, y,
de esta resultan familiares e íntimamente entre estos, un alto porcentaje de los niños11. Lo
conocidos. que representa un hecho relevante es la firme
tendencia por parte de los individuos de la co-
Desde esta perspectiva, la orientación hacia munidad hacia el sistema de creencias religioso 11. Sobre las creencias

uno u otro tipo de dirección-memoria envuel- del islam, el cual se reproduce históricamente religiosas en la comunidad,
véase el trabajo de Martínez
ve, en este caso particular, el recurso del uso en la comunidad a partir de la activación de la Albarracín (2006).

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Códigos y textos de larga duración: la diglosia árabe en Colombia

variedad del árabe clásico a comienzos de la dé- material bien definidas y logró, de este modo,
cada de 1980. Esta activación social posibilitó la recrear un vínculo transnacional con los pue-
emergencia del continuo diglósico característico blos de Baalul y Kemet en el Líbano. Los prime-
de las sociedades de habla árabe al entrar en ros inmigrantes asentados en Maicao eran en su
interacción con el árabe dialectal, el cual viene mayoría cristianos (en la actualidad, hay en la
de un proceso histórico de cambio por contacto comunidad familias circunscritas a este sistema
evidenciado en la convergencia morfosintáctica de creencias) que mantenían un fuerte vínculo
y léxica con el castellano guajiro. La activación con sus prácticas habituales de cultura, incluido
instrumental del árabe clásico se evidencia tanto el uso de la lengua. El empleo del vernáculo era
en el aprendizaje y desarrollo de la lectura y es- vital porque los inmigrantes lograban recrear
critura del sistema por parte de las generaciones conexiones históricas y culturales con sus luga-
nativas (destacan los concursos de poesía que res de procedencia. Entre estos primeros paisa-
realiza la institución educativa) como en el uso nos árabes asentados en «la vitrina comercial de
de algunas variantes fonéticas o léxicas que América», el uso del dialecto se configuró como
poseen mayor prestigio. medio de comunicación cotidiano.
Uno de los aspectos sociales en que ha reper- El dialecto libanés es usado en Maicao para la
cutido la activación social del árabe clásico en comunicación interpersonal, especialmente
Maicao es la recitación del Qur’an, pues esta entre los jóvenes y adultos nativos y no nativos,
implica el seguimiento de unas normas fono- en tres contextos básicos: el hogar (solo en esta
lógicas tajwid que posibilitan la realización y variedad se corrige a los niños), el almacén y
reproducción tanto de los fonemas del árabe los espacios de entretenimiento en el tiempo
antiguo como de los espacios de significación libre. La variedad vernácula del árabe compar-
a que este sistema significante remite. La te los mismos espacios de uso que la lengua
recitación del Qur’an es significativa porque castellana, teniendo presente que esta debe ser
permite establecer una relación directa con los adquirida o aprendida para la comunicación con
textos y contenidos del sistema de creencias los no hablantes de árabe, quienes representan
del islam. Este habitus sociolingüístico consti- la mayoría de la población nativa. El hecho del
tuye evidencia de la formación islámica que fortalecimiento de la actividad económica co-
se imparte en la institución educativa con que mercial de los miembros de la comunidad (que
cuenta la comunidad en la actualidad (el medio ha quedado plasmada en el rostro que presenta
de instrucción en el colegio colombo-árabe es el centro de Maicao en su arquitectura y en las
el castellano estándar; hay dos materias de prácticas del consumo cotidiano, ya que es po-
árabe, una corresponde a la de árabe clásico, sible adquirir cualquier tipo de producto árabe,
en la que se procura el desarrollo de las cuatro desde las velas hasta las escobas, y también
competencias, y otra correspondiente a reli- tener a disposición cualquier plato árabe en los
gión). Todos los individuos pertenecientes a varios restaurantes que abrieron los inmigran-
la comunidad entrevistados, niños, jóvenes y tes hace varias décadas en La Guajira) generó
adultos nacidos en Maicao, pudieron recitar de el posicionamiento espacial de los objetos y
memoria más de dos sunna del Qur’an. Este es productos propios de la cultura árabe, lo que,
uno de los aspectos que evidencia y posibilita en últimas, posibilita la clasificación del mun-
el sostenimiento del continuo diglósico en la do material y del entorno a través del uso del
comunidad, teniendo presente que la relación código coloquial del árabe en la cotidianidad.
que se establece con la recitación del Qur’an
Con base en el criterio de su simplicidad gra-
es, ante todo, ideológica. Hay que anotar que
matical frente a variedades artificiales creadas
hay espacios de acción lingüística a los que el
y estandarizadas en un momento histórico con-
árabe antiguo no puede acceder, dado que la
creto, los dialectos son considerados inferiores
lengua de la administración es el castellano; sin
en estatus y, en consecuencia, se establecen
embargo, la comunidad activa el uso del árabe
las bases de su rol social conforme a ello. Sin
clásico siempre y cuando les sea posible porque
embargo, los dialectos representan el sistema
es la variedad de prestigio entre sus miembros
más importante, ya que se constituyen como la
por encima del dialecto guajiro y de la lengua
variedad dialectal en la que queda registrada la
nacional de Colombia.
experiencia del momento concreto de interac-
ción o nominalización. Desde esta perspectiva,
El dialecto árabe libanés una de las funciones vitales que cumplen estas
Desde la década de 1950 se habla en Maicao el variedades es la posibilidad de metaforizar las
árabe libanés y, en menor medida, el dialecto acciones o las experiencias; la metáfora es el
palestino en las calles del centro de Maicao. mecanismo dinámico que evidencia la transpo-
Estos hablantes no provenían directamente del sición de contenidos de la cultura a formas solo
Líbano o Palestina, sino que llegaban de otras descifrables por el conocimiento de la simplici-
12.Hassan Homa, miembro ciudades del Caribe colombiano como Santa dad, que solo puede ofrecer un sistema de uso
de la comunidad árabe
libane sa de Maic ao. Marta, Barranquilla o Lorica. La comunidad se íntimo como el dialecto. El uso de este refuerza
Registro de campo 2006. instaló en torno a unas relaciones de producción la identidad en la interacción y adquiere su

72 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Carlos Jair Martínez Albarracín

"VII". Cartografía de la memoria. 1999. Impresión láser digital. 55 x 42 cm. Detalle.


mayor complejidad en el uso metafórico del en árabe entre los individuos que nacen en
lenguaje. Algunas de las metáforas empleadas Colombia y forman parte de la comunidad).
en el dialecto colombo-árabe de Maicao son: Es usado y percibido en los medios masivos
i) tiz l naaleh ma hi shagale, significa que «el que de comunicación del eje árabe y en las nuevas
se mueve mucho de un lado a otro no es buen tecnologías con que cuenta en la actualidad
trabajador, va a todas partes todo el tiempo, va la comunidad de habla. El árabe clásico es la
de un sitio a otro, entonces al fin no hace nada variedad lingüística de mayor prestigio entre los
y no da buen resultado»12; ii) yaṣaber a yub, lite- miembros de la comunidad, y esta legitimidad
ralmente, ‘tener más paciencia que Job’; iii) idri encuentra su fundamento en el código y los
ulait ghataha, literalmente, ‘la olla encontró su textos de larga duración del sistema de creencias
tapa’, significa que alguien encontró su media del islam. El árabe clásico es el fundamento
naranja, y iv) kamha wilah shaiʔri, literalmente, significante tanto del islam como de la cultura
‘traes trigo o cebada’, y el interlocutor contesta: árabe y, dado que la mayor parte de los
kaf ʔdis, literalmente, ‘una manotada de lentejas’; individuos de la comunidad son musulmanes,
esta secuencia metafórica significa que alguien se ejercita históricamente la adquisición,
pregunta a otro si le fue bien o mal, o sea trigo aprendizaje y uso de las dos variedades del
o cebada, y el interlocutor responde que ni lo árabe. La reproducción memorizada de textos
uno ni lo otro, es decir, lentejas. Este ejemplo de las sunna del Qur’an evidencia tanto el
implica una comunicación metafórica entre dos contacto que tienen los individuos con el
interlocutores y, por tanto, se constituye en la repertorio de fonemas del árabe antiguo y sus
evidencia del grado de intimidad implícito en contenidos como el vínculo que se establece
los actores del proceso comunicativo a partir del entre este y el repertorio abstracto del sistema
uso de la variedad dialectal del árabe. de creencias.
De otra parte, el árabe dialectal se usa cotidiana-
Conclusiones mente en Maicao para la comunicación informal
La migración regular de hablantes de árabe a en tres contextos básicos de uso comunicativo:
Colombia desde la década de 1880 posibilitó la el hogar, el almacén y los espacios de tiempo
conformación de tres comunidades de habla libre. El dialecto árabe se encuentra dentro
árabe, primero la de Lorica y posteriormente de una situación de contacto histórico con el
las de Maicao y San Andrés Isla. La distribución castellano que genera toda una fenomenolo-
funcional complementaria del árabe clásico y gía de bilingüismo y convergencia estructural
del árabe dialectal libanés en la comunidad de comparable —guardando las debidas propor-
habla árabe de Maicao desde 1980 es evidencia ciones— con el caso de contacto árabe-romance
sustentadora de la hipótesis referente a la acaecido en la península europea hace once
activación social del sistema del árabe clásico siglos. El árabe dialectal comparte el estatus de
como causa de la actual situación de diglosia lengua nativa con el dialecto guajiro o, en su
árabe emergente que presenta la comunidad. defecto, es adquirido como segunda lengua.
El árabe clásico, estándar o culto, se usa todos Su repertorio de fonemas es percibido desde
los días en contextos de interacción plurilingüe, los primeros años de vida y pasa a formar parte
como la mezquita; se aprende y usa en los de su estructura dialectal adquirida. También
eventos que tienen lugar en el colegio colombo- es exigido para la comunicación a partir de los
árabe (razón por la cual no hay analfabetismo catorce años de edad por los adultos y jóvenes

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Códigos y textos de larga duración: la diglosia árabe en Colombia

de la comunidad. El árabe coloquial tiene un Cunninghame Graham, Robert. 1920. Cartagena


alto grado de vitalidad en la comunidad porque and the Banks of the Sinu. London: s/e.
representa y encapsula la memoria constituida El Hassan. 1977. Educated Spoken Arabic in Egypt
por la experiencia histórica, factor que posibili- and the Levant: A Critical Review of Diglossia
ta, mediante su uso cotidiano, el afianzamiento
and Related Concepts. Archive Linguist 2: 112-132.
de la identidad cultural y la expresión de formas
metafóricas, solo posibles a través del uso de la Ferguson, Charles A. 1959. Diglossia. Word 15:
variedad íntima. 325-340.
Fishman, Joshua. 1968. Bilingualism with and
En la situación de diglosia emergente en Maicao
hay en contacto dos variedades de una misma without Diglossia: Diglossia with and without
lengua con funciones claramente definidas Bilingualism. Journal of Social Issues 23: 29-38.
socialmente, cada una con un nivel de prestigio Fleisch, Henri. 1963. Ethnology in Lebanon. Cur-
distinto y con rasgos fonológicos diferentes rent Anthropology 4: 357.
ejemplificados en la realización de fonemas Kabchi, Raymundo. 1997. El mundo árabe y América
vocálicos. Se comprueba mediante este breve Latina. Madrid: Ediciones Unesco.
estudio que el árabe fusha es la variedad de
más prestigio y que, como texto significante, Karin, Ryding. 1991. Proficiency despite Diglossia:
provee los recursos de significación necesarios A New Approach for Arabic. The Modern Language
para que los miembros de la comunidad Journal 75, 2: 212-218.
cristalicen la subjetividad y ejecuten modos Karpat, Kemal. 1972. The Transformation of the
y prácticas de la cultura propias del islam y Ottoman State, 1789-1908. International Journal of
la cultura árabe. El caso de diglosia árabe en Middle East Studies 3: 243-281.
Maicao, La Guajira, pone de manifiesto una
Karpat, Kemal. 1985. The Ottoman Emigration to
clara relación entre las letras, las formas del
America. International Journal of Middle East Studies
pensamiento y las formas de praxis cultural
17, 2: 175-209.
entre los miembros de una comunidad que ha
visto en este lugar de la geografía colombiana Kaye, Alan. 2001. Diglossia: The State of the Art.
un espacio apropiado para su reproducción International Journal of Sociology of Language 152:
social histórica. La comunidad árabe libanesa 117-129.
de Maicao contribuye, con sus formas de Killean, Carolyn. 1978. Reseña: Études d’arabe
concebir el mundo y las culturas, a la riqueza dialectal de Henri Fleisch. Journal of Near Eastern
de una nación que no le es ajena y que lleva Studies 37, 3: 279.
inexorablemente anclada en su memoria y en
las formas de su identidad. Marçais, William. 1930. La diglosie arabe.
L’Enseignement Public 97: 401-409.
Estos hechos sociales y lingüísticos contribuyen
Martínez Albarracín, Carlos. 2006. Introducción
a la diversidad de la riqueza etnolingüística y
a la situación sociolingüística de la comunidad
cultural de la nación colombiana, y constituyen
un reto académico para la universidad porque árabe de Maicao, Guajira. Estudios de Dialectología
implican la construcción transdisciplinar del Norteafricana y Andalusí 10: 7-51.
saber en torno a una nueva línea de trabajo de Martínez Albarracín, Carlos. 2008. El uso de la
la que aún está todo por hacer. Finalmente, la lengua árabe en Colombia. UN Periódico, junio 8
situación de la comunidad colombo-árabe de de 2008: 112.
Maicao referida en esta modesta presentación Mitchell, Terrence. 1986. What is Educated Spoken
se suma a la situación social y lingüística de
Arabic. International Journal of the Sociology of Lan-
las lenguas aborígenes y las lenguas criollas
guage 61: 7-32.
sanandresana y palenquera, las cuales, junto
a las variedades dialectales del español, Nelson, Kristina. 1985. The Art of Reciting the
configuran el panorama lingüístico colombiano Qur’an. Austin: University of Texas Press.
de cara al siglo xxi. Owens, Jonathan. 2003. Arabic Dialect History
and Historical Linguistic Mythology. Journal of the
Bibliografía American Oriental Society 123: 715-740.
Rabin, C. 1955. The Beginnings of Clasical Arabic.
Blau, Joshua. 1977. The Beginnings of Arabic Di-
Studia Islamica 4: 9-37.
glossia: A Study of the Origins of the Neoarabic.
Afroasiatic Linguistics 4: 175-202. Sallam, A. M. 1980. Phonological Variation in
Brague Gonzales, Javier. 1988. Estudio sobre el Educated Spoken Arabic: A Study of the Uvular
vocalismo en los dialectos árabes. Madrid: Instituto and Related Plosive Types. Bulletin of the School of
Hispanoárabe de Cultura. Oriental and African Studies 43, 1: 77-100.
Corriente Córdoba, Federico. 1977. A Grammatical Winford, Donald. 1985. The Concept of Diglossia
Sketch of the Spanish Arabic Dialect Bundle. Madrid: in Caribbean Creole Situations. Language in Society
Instituto Hispano-Árabe de Cultura. 14: 345-356.

74 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Gabriel Restrepo*

Los arqueos de la excentricidad. Sobre


la obra literaria de Andrea Jeftanovic

Resumen

C
Al revisar la experiencia del proyecto Entresures de inter-
cambio cultural y literario de América Latina (2004-2006), onocí a Andrea Jeftanovic en el proyec-
el autor comenta la obra literaria de la novelista y socióloga to Entresures, creado con la escritora
chilena Andrea Jeftanovic. De ella extrae la noción del mexicana Jeannine Diego en octubre
pretérito imperfecto —o co-pretérito, como lo denominara
Andrés Bello— como figura arquetípica de ese tiempo que 31 de 2004, de cuya fundación hay
pasando no pasa, muy propio de las atmósferas literarias de constancia en mi poemario Fragmentos Capitales.
la región. En ese escenario aparecen las figuras recurrentes Entresures, como su nombre lo indica, propuso
de fantasmas, que indican los vacíos de nuestra conciencia
y la profundidad de aquello que persistimos en desconocer un programa de intercambio de escritores de
como historias apropiadas y que el teatro y la novela están América Latina y del Caribe. Un(a) escritor(a)
llamados a desentrañar en esta época de rememoriaciones
bicentenarias.
anfitrión(a) de una de seis ciudades de la región
recibía a un(a) escritor(a) huésped, unos y otros
Palabras clave: América Ladina, mapas culturales y
literarios, Andrea Jeftanovic, obra literaria, fantasmas y
en edades de 20 a 40 años. Entre ambos inda-
reconocimiento. gaban el «alma» de una capital o de una nación
mediante entrevistas a profundidad a un(a)
Abstract creador(a) mayor de sesenta años, propuesto
Excentricity’s bendings. Notes on Andrea Jeftanovic’s como arquetipo por el (la) anfitrión(a). Para el autor:
literary work enlazar letras y ciencias sociales, un etnógrafo * Bogotá, 1946. Escritor, so-
By reviewing the Entresure project’s experience, which was (yo, en este caso) mediaba en los diálogos a fin ciólogo. Profesor de la Uni-
versidad Nacional de Colom-
intended to increase literary and cultural exchange in the de esbozar algunas cartografías de lo que he bia, sede Bogotá. Este ensayo
Latin American region (2004-2006), the author comments llamado Ladinoamérica. Como producto mayor fue presentado en calidad de
on the chilean sociologist and writer Andrea Jeftanovic’s
de estos cruces de caminos se editó una anto- Coordinador del IX Congreso
work. From the spirit of her works, the author derives the
Nacional de Sociología en el
notion of imperfect past (or «co-pretérito», as named by logía (Diego 2007). año 2006 y como apertura
Andrés Bello) as an archetypical notion of a time that, while
de las mesas 3 y 4: Cultura,
always passing, does never completely pass, a timeless Como los itinerarios no eran recíprocos, pues Sociedad, Letras, Artes y Es-
time present in the region’s literary atmospheres. It is a se insistió en la sorpresa de las triangulaciones, pectáculos. Desde entonces,
scenery full of phantoms, which remarks the gaps in our
acompañé a Andrea en su oficio de huésped en el autor ha repensado muchos
conscience and the depth of what we keep disregarding as
conceptos. En particular, ne-
inappropriate stories, while also claiming for a literally and Lima, donde, con la guía del escritor peruano cesitó dos años para precisar
dramatical rediscovery of our plural past in these bicente-
narial commemoration years.
Enrique Planas se entrevistó en el 2005 al poeta que la diferencia entre aner-
José Watanabe, fallecido en el 2008 (Jeftanovic kennen y anagnórisis radica
Keywords: America Ladina, cultural and literary cartogra- 2007b). Luego, acompañé a la escritora nica-
en que la primera procede de
phy, Andrea Jeftanovic’s literary work, ghosts and social los juegos de poder, mientras
recognition. ragüense Eunice Shade a Santiago de Chile, que la segunda deriva de los
donde fungía como anfitriona Andrea y como principios de piedad. Una di-
ferencia que abre insospecha-
arquetipo de Chile la dramaturga Isidora Agui- dos ámbitos de pensamiento.
rre, cuyos noventa años se celebraron en marzo
garestre@cable.net.co
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 de 2009. Siguiendo las sendas de Entresures,

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Los arqueos de la excentricidad. Sobre la obra literaria de Andrea Jeftanovic

Andrea vino a Bogotá en diciembre de 2006 reseña de sus novelas, puesto que su vocación
para presentar la experiencia del proyecto en es transcontinental.
el ix Congreso Nacional de Sociología.
En la narración de Andrea «El ojo de Watanabe»,
La obra de Andrea es desde ahora canónica para el conflicto de límites, entendidos como metá-
argumentar la complejidad de los mapas cultu- fora del encuentro con todo otro y propuesto
rales ladinoamericanos. Solemos pensar muchas como acertijo narrativo, no es resuelto porque
veces con el deseo y opacar nuestras diferencias es insoluble. El poeta anciano, a punto de soltar
cuando nos imaginamos en bloque como distin- del todo las amarras del vivir, y la escritora que
tos o hasta antagónicos al mundo anglosajón. ausculta su estertor intentan en vano conjurar
Pero de allí solo emerge una identidad postiza, las divisiones geográficas con los hechizos del
la misma que surge cuando se hipostasia lo lenguaje en pleno mareaje de altamar. Solo
telúrico o lo indígena como sustancias imper- permanece en efecto el espíritu, porque el
meables. El precioso retrato de Andrea titulado maelström, como en el cuento de Poe, separa a los
«El ojo de Watanabe», editado en la antología navegantes por las oleadas políticas. Sur, Norte,
de cuentos derivada de Entresures, registra esa Oriente y Occidente colapsan como referentes
multipolaridad que nos caracteriza. ¿Quién absolutos, pero en el naufragio sobrevive la
es o fue ese extraordinario poeta «de la con- lengua de la poesía. Aquella que subsiste con
tención o del refrenamiento», como Watanabe más fuerza cuando el poeta ha partido de modo
calificaba su ars poetica siguiendo el espíritu del irremediable.
haikú? ¿Cómo dar cuenta de ese ser de madre Esta tonalidad de deriva se intuía en la novela
de raigambre incaica y de Japón, como en otra Escenarios de Guerra. Premiada como la mejor
dimensión lo sea el híbrido político Fujimori o, novela de Chile en el 2002, ya había ensayado
en mejor comparación, el Inca Garcilaso de la en ella con enorme acierto Andrea una escritura
Vega, ese bastardo de dos mundos? laberíntica. El teatro infantil, del que hablara
Para Andrea no era fácil el oficio de la arqueo- Freud, también se representa en este libro como
logía del mundo peruano. Cruzar la frontera novela familiar. Pero aunque el psicoanálisis
por Arica o Antofagasta significaba, en el pa- se entrevere en algunos pasajes de la escritura,
limpsesto de las relaciones entre Chile y Perú, estamos lejos de cualquier concesión a analo-
regresar de modo figurado como el libertador gías analíticas. No se necesita ser neurótico o
San Martín, pero también como cualquier ofi- psicótico para comprobar que la familia, cual-
cial austral al frente de las tropas en la invasión quier familia, si es nido cálido, también lo es de
a Lima durante la guerra del Pacífico, poco más serpientes: don y veneno se conjuntan con la
de medio siglo después del ingreso de las tropas lotería de genes, odios y amores, separaciones
libertadoras a la capital peruana. El simple oficio y reuniones, heridas y cicatrices. En el retablo
de recorrer las calles de Lima implicaba algo así de la novela el panorama es aún más complejo,
como ver en negativo la toponimia de Santiago porque se trata de una familia transatlántica,
de Chile: los mártires de aquí podían figurar como en el fondo —y a modo de metáfora— lo
como los villanos de allá. Aparecía así, vecino son todas las familias en el mundo. Historia
y lejano, un mundo invertido, polaridad que es de desplazados, de metecos, de migrantes, de
muy de la entraña de la narrativa de Andrea, gestas, de metoikesis, mudas de residencia y de
aguda para la topografía de los pliegues: del espíritu. Y con mayor razón si se enlazan dos
espacio, de la conciencia, del amor, de la vida. regiones que multiplican las fronteras como son
América Austral y los Balcanes. Esta aleación
Y no obstante, la experiencia de provenir de se trenza mediante una paráfrasis que sería
mundos más anchos que el acotamiento limí- afortunada si no fuera muy trágica: la familia es
trofe, común a Andrea y a Watanabe, permitió la continuación de la guerra por otros medios.
torcer la dura verdad del dicho que indica que
no hay nada más lejano que lo próximo. Wata- Pero lo que quizás me sorprende en la excelente
nabe, quien, como bien lo subraya Andrea en novela de Andrea, además del estilo incisivo de
su relato y como se desprende de sus poemas, una narración en primera persona (niña, ado-
vivía, si es vivir, en la deriva oceánica entre mu- lescente, mujer en la plenitud del desengaño,
chos mundos; llevaba la marca del extranjero, pero también en el epigeo del reconocimiento
trágico), es algo que podría resumir con la figura
duplicada por el oficio del poeta, que consiste en
del pretérito imperfecto.
un entrañable desentrañamiento. En sus narra-
ciones, Watanabe solía ser lírico, épico y hasta Quizás no sea una coincidencia que haya sido
teológico cuando contaba de migrantes chinos Andrés Bello quien en su Gramática de la Lengua
traídos a modo de esclavos a islas peruanas para Castellana haya acuñado en Chile el nombre de
recolectar el guano en el siglo xix: esclavos que, co-pretérito para el pretérito imperfecto (Bello
cuando se difería su remisión, se despeñaban al y Cuervo, entradas 612, 628 629, 630, 631, 633,
mar con la esperanza de renacer en la otra orilla. 670, 671, 673, 688, 687, 695). Un tiempo verbal
Por su parte, el universo narrativo de Andrea que según la Wikipedia se define como «un
carece de lastres absolutos, como se verá en la tiempo verbal absoluto de aspecto imperfectivo,

76 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Gabriel Restrepo

pues es usado para expresar un proceso verbal


pasado, pero visto en su duración, es decir,
en una unidad de tiempo no terminada, sin
importar cuando comenzó ni cuando acabó».
Esta definición es una ganzúa para abrir una
constelación de significados: aquí el pasado
insiste en re-presentarse y, por tanto, no ha ca-
ducado. Pero aún es preciso abrir otras puertas
para hallar algunas maravillas. Bello ofrece
claves preciosas. Apenas exploramos una cru-
cial: «Poniendo el co-pretérito en relación con
el pretérito, ¿se puede expresar con él, no solo
las cosas que todavía subsisten, sino las verda-
des de duración indefinida o eterna?» (Bello y
Cuervo 211). Quizás el buen Bello pensaba el
pretérito indefinido a tono con el enunciado de
Dios, según Las Confesiones de San Agustín: «A
esto me dices tú —porque eres mi Dios—, y lo
dices con voz fuerte en el oído interior a mí, tu
siervo, rompiendo mi sordera y gritando: ¡Oh
Hombre!, lo que dice mi Escritura eso mismo
digo yo; pero ella lo dice en el orden al tiempo,
mientras el tiempo no tiene que ver con mi
palabra, que permanece conmigo igual en la
eternidad; y así, aquellas cosas que vosotros
veis por mi Espíritu, yo las veo; y asimismo, las
que vosotros decís por mi Espíritu, yo las digo.
Mas viéndolas vosotros temporalmente no las
veo yo temporalmente […]» (San Agustín 594).
Pero como debemos descartar lo eterno ante
la huida de los dioses y debemos atenernos a

“Canon místico”. El umbral del paraíso. Grabado en metal. 100 x 70 cm.


la duración indefinida, nos encontramos en el
tiempo sin tiempo, el tiempo que parece una
eternidad, el tiempo que se prolonga sin medi-
da. Es el ámbito del anacronismo de El Quijote,
y no solo en Don Alonso de Quijano el Bueno,
sino en esa caja de pandora de anacronismos
dentro de anacronismos que es el episodio de
La Cueva de Montesinos.
Pero que este pretérito imperfecto sea puesto
en escena en la actualidad literaria de Amé-
rica Ladina es algo que invita a pensar. En la
novela, este co-pretérito está encarnado en la la novela la protagonista debe descifrar en un
extraordinaria figura del padre que aún vive viaje al origen el enigma de los hermanos ge-
en la infancia, aún con las heridas abiertas en melos y la clave de su infancia. El mundo nos
otro continente y a décadas de distancia por la pertenece porque termina siendo igual en todos
guerra que sufrió cuando era niño. Lo singular, sus costados.
empero, de esta figura que suscitaría la idea del
tiempo propio del inconsciente —un tiempo de La lección del pretérito imperfecto es todavía
duración casi geológica— es, en este caso, algo mayor. Una de las observaciones de la etnogra-
que va mucho más allá del valor heurístico del fía nómade derivadas del proyecto Entresures
psicoanálisis. Pues es el pretérito imperfecto fue comprobar la vigencia de los fantasmas en
de la guerra o de las guerras. Porque la guerra la región. «Revenants» se los llama en francés, los
pasada se emparenta con la guerra presente. que vuelven a volver, para expresarlo con una
Los Balcanes son uno de esos punctums, para redundancia; o como lo dicen los campesinos
emplear la metáfora de Barthes en Camera de Nariño, Colombia: «voy viniendo». Son el
Lucida, en donde se condensa en primer plano prototipo del pretérito imperfecto. Están en
lo trágico y lo cómico del mundo. Primera, Se- Rulfo, en Gabriel García Márquez, en Sábato,
gunda Guerra, conflicto de los años noventas: en Isidora Aguirre. Pero sus encarnaciones son
lo sabemos por la obra cinematográfica de Emir diferentes según las topologías anímicas de los
Kusturica, genial por ser tragicómica. Pero la países. Empero, lo que señalan en común es
lección es aquí glocal, como se dice, porque en la gran distancia entre países con mentalidad

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 77

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Los arqueos de la excentricidad. Sobre la obra literaria de Andrea Jeftanovic

performativa, comprendida bajo los términos de dos continentes separados por un océano, sino
Austin, donde el decir es consonante con el ha- de dos hemisferios de un mismo continente:
cer, y países donde el destino no es manifiesto, lo austral y lo meridional se entrecruzan en
sino laberíntico o latente, como los de América un juego mortal de amor por corresponden-
Ladina. Países en los cuales el problema no es cia, tacto digital, ensoñación virtual, amor de
el de Antígona, enterrar el cadáver de Polínice, aeropuertos, romance de hoteles y caridad de
porque ha desaparecido, sino el de velar almas hospitales. Pero también podríamos hablar de
sin cuerpo, ánimas en pena: lloronas, patasolas, hemisferio izquierdo y derecho y de múltiples
la madremonte y tantas otras figuras legenda- oposiciones y polaridades: cuerpo y mente,
rias de tumbas en el aire. soma y sema, sensibilidad y entendimiento,
lengua como habla y lengua como escritura.
La palabra revenants guarda correspondencia
con revenue, y su nexo solo podría comprenderse La palabra ‘hospital’, que subyacía también en
a partir de la distinción trazada por Aristóteles Escenarios de Guerra —de modo explícito como
entre economía y crematística, siendo esta la entropía biológica, de modo implícito por la
circulación alocada y, diríamos con Marx, feti- metáfora que la enlaza con la familia— ad-
chista de un dinero salido de madre (oikos nomos, quiere en Geografía de la lengua una dimensión
justa regulación del hogar). Se podría decir que proteica. Pues el encuentro entre dos hemis-
el revenue, la ganancia, ha dejado en el camino ferios tan distantes, ya más allá de la ingenua
de su vuelta muchos revenants, fantasmas, si el taxonomía de Vasconcelos en La raza cósmica
dinero retorna o ingresa a casa luego de sus (de la cual, empero, quedan restos en nuestros
circunvoluciones por el mundo, o con mayor imaginarios pese a tanta migración al Norte y
razón si las remesas no hallan la gracia de unir tanta tecnología importada en el Sur) produce
al remitente y al destinatario, caso en el cual se en la novela esa tensión entre vocablos como
produce esa figura preciosa de la lengua fran- hospitalidad y hostilidad que en la raíz indo-
cesa: lettres en souffrance, cartas en sufrimiento. europea hostis-spes se reúnen según si el otro
En el primer caso, la plusvalía se suele lograr puede ser domesticado o si permanece hostil.
mediante un sofisticado manejo de la minus- De allí derivan hostal, hospital, hospitalario,
valía de otros y otras. En el segundo, lo que hospicio, hospedería, huésped, hostilidad, hos-
se prefigura es la tragedia de una destinación co y, palabras inmensas, Ghost y Gast, fantasma
que no llega a su destino, en suma: ese pasado y huésped. La cuestión geográfica es un asunto
que se presenta y vuelve a presentarse con la que pasa por la lengua: la lengua del amor y el
duración de una penosa eternidad, el inmenso amor de la lengua. De ambas acepciones hay
co-pretérito. prodigio en la narrativa de Andrea.

Pues bien: la novela Escenarios de Guerra de La novela se inicia de modo justo con un epígra-
Andrea Jeftanovic es una preciosa dramatur- fe tomado de «Las leyes de la hospitalidad», de
gia de tantas cartas o letras en sufrimiento: La Nave de los locos de Cristina Peri Rossi. ¿Cuáles
las letras grabadas con sangre en la infancia, son esas leyes de la hospitalidad en un mundo
las cartas tatuadas por la guerra, las incisiones que multiplica la realidad hasta deshacerla con
de separaciones familiares que son apenas la telaraña virtual? Segundas vidas, second life,
trasuntos de una tremenda muda de pueblos una de las páginas más socorridas de Internet.
enteros de continente a continente, de país a Duplicaciones, mundos paralelos, los eidos
país, de campo a ciudad. Todo se enlaza en la platónicos, las existencias aéreas, los nombres
novela —familia y mundo— a través del teatro más allá del nombre, las fantasías más reales
doméstico: extraordinaria figura de un espacio que la misma realidad. Pero aquí no se trata
que, habiendo perdido el sentido de la tragedia, solo de un paralelismo digital, porque al pulso
la pone en escena día a día, en lo pequeño y en del teclado cibernético se añade la tactilidad
lo grande. de los encuentros de la Sara austral y del Alex
meridional: allí media la barrera de la lengua
La novela reciente de Andrea, Geografía de la y de todo lo que ella designa como cultura.
lengua, prodiga y extiende las metáforas de No existiendo lengua franca, los silencios se
un mundo que sigue la imagen ya anterior a allanan por los cinco sentidos y hasta por ese
Pascal, pero que este recogiera en una preciosa sexto que los reúne en la geografía de la len-
sentencia cuando indicaba que «Dios es una gua, aquí como ese modo primigenio de saber
esfera inteligible, cuyo centro está en todas saboreando. Pero los silencios son en el fondo
partes y su circunferencia en ninguna», como lo irredimibles. La hospitalidad está cercada por
recuerda Borges en el célebre relato «La Esfera muchas barreras. Solo en raros casos, como en
de Pascal». Puesto que no restan dioses, queda la la Malinche, el contagio de la lengua conduce
ubicua esfera con sus millones de centros y sus a una lengua de contactos. En la mayoría de la
radiaciones enervadas, un movimiento centrí- historia de la infamia mundial lo que encuen-
fugo que nos convierte en seres excéntricos, allí tros imperiales o imperativos producen es una
donde los límites se multiplican al infinito. En castración de la lengua, a veces literal, o una
el caso de Geografía de la lengua, ya no se trata de reducción de cabezas.

78 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Gabriel Restrepo

En la novela, todos los diagramas que acercan antes de que en Argentina y luego México,
el Norte al Sur, el Sur al Norte, los dos polos, con muchísimos esguinces y vacilaciones, se
todos los cruces ecuatoriales están surcados por decidieran a ello.
los desgarramientos del cuerpo y del cosmos
Este contexto permite valorar otras dos di-
que estallan en esos ápices del terror: las Torres
mensiones de la obra de Andrea Jeftanovic
Gemelas, Madrid, Londres, Beslán. De nuevo
que muestran su congruencia en la recupera-
aparecen las guerras con sus explosiones y,
ción crítica de nuestra memoria, condición de
lo más significativo para mí, sus implosiones,
conciencia. Ella formó parte, como socióloga y
como cargas de profundidad que revientan en
escritora, de un equipo que realizó documen-
los órganos y los degradan como cáncer, como
tales extraordinarios de revelación de la vida
si en el trópico que lleva su nombre resonara
el tambor de horror del mundo. cotidiana de su nación en este siglo. Titulada
Chile Íntimo, la serie recrea la sexualidad, el
Geografía de la lengua es un tratado de hospi- uso del tiempo libre, el amor, la familia y las
talidad e inhospitalidad, de deseo y desastre, costumbres en el siglo pasado.
de cuerpo y mundo, de palabra y articulación,
de soma y sema. Novela sorprendente por la La otra dimensión de la actividad prolífica de
riqueza semántica y por su intuición del mundo Andrea radica en la exaltación de la trayecto-
digital, muestra ese convertirse de un mundo ria de la dramaturga Isidora Aguirre. Nacida
imaginado en forma clásica de esfera en una en 1919, Isidora es quizás la dramaturga más
extensión opaca de burbujas, pompas de jabón longeva y pródiga del mundo, como se colige
y espumas, propias de un mundo detergente, de la compilación de parte de sus obras, sin
tal cual lo ha vislumbrado Peter Sloterdijk en el contar en ellas la producción novelística, ni su
primer libro de su trilogía de Esferas. labor como editora o su oficio como directora y
animadora del teatro. Andrea prepara una bio-
Prefiero equivocarme, pero no veo por lo pron- grafía de Isidora para el homenaje con motivo
to ediciones inmensas de la novela, pese a que de sus noventa años de vida, alimentada por
las merece como pocas novelas que haya leído un diálogo de amor y de razón sostenido hace
en muchísimo tiempo. La literatura actual se mucho tiempo (Jeftanovic 2009).
construye con el imperativo de una transparen-
cia absoluta y de una linealidad estricta, como Una de las primeras dramaturgas en recrear
para leer de un tirón en un viaje de avión, una a Brecht, sus dramas, pioneros en América
receta para el pronto olvido. Transparencia y Ladina tocaron el tema de los invisibles. Los
linealidad no están ausentes de la narrativa de papeleros data de 1962, antes de que el tema de
Andrea, pero su vocación por la metáfora la la indigencia se convirtiera en tema sociológico
conduce a escribir de un modo tal que el lector o narrativo. No es ejemplo insular, como lo ates-
puede situarse, si lo quiere, en cinco o seis regis- tiguan obras con floristas (La pérgola de las Flores,
tros distintos como en las notas en la partitura comedia musical por lo demás, importante en la
de una polifonía: cuerpo, geografía, deseos, historia de la música chilena), mineros (¡Subien-
lengua y lenguaje, entre otros, se urden entre do…último hombre!), campesinos afectados por
sí. Es lo que realizaba Mallarmé en la escritura la violencia y la pobreza (Los que van quedando
simbolista, una explosión semántica. en el camino), desaparecidos (Retrato de Yumbel),
entre muchos otros.
En Mallarmé el simbolismo se nutría del
artificio del palimpsesto como construcción Pero como si Isidora quisiera conjurar esa de-
destinada a representar lo sucesivo como ficiencia de memoria que se entroniza como
simultáneo. Esta operación de recuperación pretérito imperfecto o co-pretérito, re-presenta
veloz de la memoria, iniciada por Thomas de el pasado como especie de oráculo y médium
Quincey, permite proceder en escala humana para exorcizar fantasmas: una condición cha-
al modo del Dios de San Agustín y resolver mánica —la propia del curador herido que se
el co-pretérito en presente o disolverlo como disgrega para convertirse en centro, o la del
pasado, al menos en pensamiento, incluso en el psicótico que oye infinidad de voces— permite
sentido de la fórmula freudiana: que allí donde desnudar la hipocresía de la historia mediante
estaba el Ello se instaure el Yo. Por poco que nos el distanciamiento brechtiano. Por lo tanto, se
guste, la memoria ladinoamericana es frágil anudan en Isidora las tradiciones raizales de
comparada con la propia del país que encarna la performance y el teatro contemporáneo: allí
el destino manifiesto. Allí el acta fundamen- figuran Lautaro, El adelantado don Diego de Alma-
tal, su Constitución, se evoca y convierte en gro, Manuel Rodríguez, Diálogos de Fin de Siglo.
acto cotidiano, mientras que entre nosotros se Teatro histórico como el de Shakespeare o como
conmemora cada centuria. Con todo, es Chile el de Schiller, para mencionar dos paradigmas,
el país de América Ladina más anticipado en héroes y antihéroes desfilan como el fantasma
la celebración de su efemérides: el bicentenario del padre de Hamlet para señalar las heridas
se constituyó como programa del Estado na- raizales de nuestro destino y sugerir al menos
cional con una década de anticipación, mucho la necesidad de curación.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 79

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Los arqueos de la excentricidad. Sobre la obra literaria de Andrea Jeftanovic

Gracias al proyecto Entresures y a Andrea Jefta- las deudas que nuestros Estados contrajeron
novic conocí a Isidora en Chile y recibí de ella un con los pueblos al declarar la Independencia,
ruego encarecido: estrenar una de los dramas no canceladas en doscientos años, letras en
históricos inéditos que andaba como alma en sufrimiento, remesas que no han alcanzado a
pena pidiendo tablas: Los Libertadores: Bolívar y sus destinatarios.
Miranda. El espacio ideal para realizar el estreno
Gracias a las gestiones de Andrea Jeftanovic, el
era, por supuesto, Colombia, tanto más cuanto
proyecto Entresures continúa ahora enriqueci-
que la obra fue sugerida a la dramaturga por
do: el viaje del Teatro de la Memoria a Santiago
Jorge Cano, uno de los fundadores del grupo
de Chile para el estreno allí de Los Libertadores
de teatro colombiano La Mama, quien estrenó
—en el contexto de los noventa años de vida
en 1969 la pieza Los que van quedando en el camino,
de Isidora Aguirre— quedó asegurado al ganar
tan pronto como se difundió al obtener mención
un premio en concurso abierto del fondart, el
en los premios Casa de las Américas. Según
fondo de las artes de Chile. Por esos guiños de la
diversos testimonios y, entre ellos, el privile-
historia, para Juan Monsalve, el viaje representa
giado de Juan Monsalve, director del Teatro de
un encuentro afuera con sus propios inicios en
la Memoria, que proviene de estas raíces, este
el teatro.
drama fue tal vez uno de los primeros en poner
en escena problemas sociales contemporáneos Quizás con el reconocimiento de estas memo-
en Colombia. La importancia del montaje de rias entrecruzadas y con estos distintos arqueos
esta obra puede colegirse del siguiente pasaje de la excentricidad atisbemos no una recupe-
que resume los estadios del movimiento teatral ración de la memoria —algo imposible por el
colombiano en los últimos cuarenta años: otro pulso necesario del benigno olvido— pero
al menos algunas curas contra esa una suerte
El movimiento Nuevo Teatro puede clasificarse en tres
de amnesia que nos sitúa muchas veces en la
etapas. La primera que abarca el desarrollo del teatro
condición de sonámbulos.
escolar y universitario dirigido al pequeño público
que constituye dichas instituciones. La segunda, se
encuentra en el periodo de represión oficial y recorte Bibliografía
de presupuestos con lo cual se desarrolla el teatro
Aguirre, Isidora. 2007. Antología esencial. Cincuenta
universitario y se inicia el teatro independiente en
años de dramaturgia. Santiago de Chile: Frontera
búsqueda de un público popular. Es la etapa de ex- Sur.
pansión del movimiento y de acercamiento a un nuevo
público. La última se caracteriza por la organización Aldana, Janneth. 2007. El campo teatral bogotano.
gremial a través de la Corporación Colombiana de Consolidación a partir del movimiento nuevo teatro:
Teatro con la que se lograría una expansión nacional. 1960-1975. Bogotá: Universidad Nacional de Co-
Es un teatro «comprometido» con el desarrollo del lombia, tesis de maestría de sociología.
país, por lo cual su acción investigativa se centra Bello, Andrés y Cuervo, Rufino. 1949. Gramática
en la historia colombiana y particularmente en la no de la lengua castellana. Edición de Niceto Alcalá
oficial. (Aldana 134-135) Zamora y Torres. Buenos Aires: Sopena.
La puesta en escena de la obra de Isidora Agui- Jeftanovic, Andrea. 2000. Escenario de guerra. San-
rre en 1969 se instaló de modo justo entre la tiago de Chile: Alfaguara.
primera y la segunda etapa del teatro nuevo
en Colombia. De este modo, la historia del Jeftanovic, Andrea. 2007a. Geografía de la lengua.
teatro chileno y la historia del nuevo teatro Santiago de Chile: Uqbar.
colombiano se articulan en la figura de esta Jeftanovic, Andrea. 2007b. El ojo de Watanabe. En
autora y en este drama que, con mi iniciativa No es una antología. Paisaje real de una ficción vivida.
y producción, se ha representado en Colombia Edición de Jeannine Diego. Lima: Estruendo
por el Teatro de la Memoria, con la dirección Mudo.
de Juan Monsalve, gracias a un generoso apoyo
de la Universidad Nacional de Colombia y del Jeftanovic, Andrea. 2009. Conversaciones con Isidora
Ministerio de Educación, en el marco de los Aguirre. Santiago de Chile: editorial Frontera Sur.
actos del bicentenario. Es necesario agradecer el Restrepo, Gabriel. 2008. Fragmentos Capitales. Bogo-
permanente aliento de Andrea Jeftanovic para tá: Universidad Nacional de Colombia. Colección
no desmayar en esta empresa. Viernes de Poesía, número 46.
La obra es preciosa porque enlaza las ago- San Agustín. 1974. Las Confesiones. Madrid: Biblio-
nías de Miranda y de Bolívar, retomadas por teca de Autores Cristianos.
Monsalve con toda la potencia del teatro de la
Sloterdijk, Peter. 2003. Esferas i. Burbujas. Microsfe-
crueldad, del teatro de las sombras y del teatro
rología. Madrid: Siruela.
hindú, con el tema del destino, la remisión, los
fantasmas, la deuda infinita de Bolívar con Wikipedia. Pretérito imperfecto. http://es. wiki-
Miranda y con Simón Rodríguez y, en suma, pedia.org/wiki/Copret%C3%A9rito (consultado
con nuestro pretérito imperfecto, es decir, con el 17 de agosto de 2009).

80 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Enrique Rodríguez Pérez*

Metáforas desde la sombra: poética y


contradicción en Residencia en la tierra
de Pablo Neruda

El ser no es, sino que acontece. Su acontecer


es el instituirse de las aperturas históricas,
podríamos decir de los «rasgos» fundamentales,
o de los «criterios» (de verdadero y falso,
de bien y mal, etc.) con base en los que la ex­periencia
de una humanidad histórica es posible.
Pero si es así, es decir, si el ser
no es sino que acontece en este sentido,
se deben poder indicar los eventos inaugurales
que rompen la continuidad del mundo precedente
y fun­dan uno nuevo.
Estos eventos inaugurales son eventos de lenguaje,
y su sede es la poesía.
Gianni Vattimo

Resumen
El presente artículo aborda Residencia en la tierra de Pablo
Neruda, a partir de su poética interna. La intención es El juego poético: una dialéctica
mostrar cómo la expresión del poeta y su configuración me-
entre la metáfora y la sombra

E
tafórica recogen las contradicciones históricosociales de un
mundo que ha sido colonizado por la racionalidad científica
y la modernización capitalista. A través una interpretación n la poética de Residencia en la tierra,
de algunos poemas del libro se muestra este conflicto, pues el caos, la confusión, el origen, la ima-
su tono angustioso devela la inquietud del ser humano que ginación conforman metáforas. Estas
lucha contra su propia desaparición. La metáforas surgen,
por tanto, de esas sombras de lo caótico y de lo no raciona- sombras las protegen del intercambio
lizado como efectos de inconsistencia. La reflexión conduce con las cosas y del mundo de las máquinas. La
a plantear de nuevo las relaciones estrechas entre poética,
ética y política con una perspectiva plural.
lucha ocurre en esta poética del surgimiento y la
destrucción: el caos que se libera en el lenguaje
Palabras clave: poética, metáfora, angustia, modernidad,
Pablo Neruda. confuso, en la imagen que se pierde en lo incon-
sistente de su sentido, en la expresión que se
funda en la intuición imaginante. El decurso del
Abstract
poema surge de esa dialéctica histórica que va
Metaphors from the sade: poetics and contradiction in y viene de lo real, de las condiciones culturales
Pablo Nerudas’s Residencia en la tierra de su tiempo, tan semejantes a las de nuestro
This article approaches Pablo Neruda’s book, Residencia tiempo, pero acentuadas por la racionalización
en la tierra, from its internal poetics. The main purpose tecnológica que invade todas las esferas del
is to show how the expression of the poet and his me-
taphorical configuration gathers the social historical and actuar humano. La metáfora crea el juego entre
social contradictions of a world that has been colonized lo visible y lo caótico, entre lo racionalizado y lo
by scientific rationality and capitalist modernization. This
conflict is evidenced through an analyses of some of the
abrumador; este entrelazamiento entre sombra
book’s poems, since their distressful tone reveals the rest- y metáfora produce un efecto interpretativo en
lessness of the human being, who struggles against his el lector que lo lanza al campo de lo incierto,
own disappearance. Therefore, metaphors arise from the
shades of the chaotic and the not rationalized, as effects de lo múltiple, de lo simultáneo. Ahí, el lector
of that inconsistency. This reflection leads to reconsider se ve a sí mismo como evanescente, pero com- el autor:
the close relationships between poetics, ethics and politics
from a plural approach.
prometido con su tiempo y espacio, pues son * Docente del Departamento de
su única propiedad pasajera, su único modo Literatura, Facultad de Cien-
Keywords: poetics, metaphor, anguish, modernity, Pablo cias Humanas, Universidad
Neruda. de acaecer y partir. Estas evidencias poéticas
Nacional de Colombia.
han generado las siguientes aproximaciones a
jerodriguezp@bt.unal.edu.co
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 la poética nerudiana de Residencia en la tierra.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 81

REVpalimpsesto_7_2010.indb 81 16/11/2010 02:25:31 p.m.


Metáforas desde la sombra: poética y contradicción en Residencia en la tierra de Pablo Neruda

El caos como una poética del tierra da presencia a las cosas, solo deja sus au-
lenguaje y de la metáfora: el sencias. En el instante en que se crea la imagen,
efecto de las contradicciones de pronto, desaparece en la nada. Se percibe
el desvanecimiento de las cosas en lo inasible
La palabra en Neruda emerge como la abundan- como mero evento. Así, lo poético funda la
cia de la naturaleza. Existe en el ritmo de cada desaparición. Esta es la condición primordial
poema una fuerza que crece a medida que las del ser humano en la que ahora se encuentra; al
imágenes fluyen de sus versos. El poema neru- estar aquí sufre, abrumado por la fugacidad de
diano es un conjunto de metáforas que brotan las cosas y la desaparición de los fundamentos.
en el caos, y, por ello, nos sitúa en medio de Todo lo existente se vuelve imagen. De ahí que
un mundo resquebrajado, sin fundamento, sin la experiencia poética de este libro inicie con
horizonte de estabilidades. Esto significa que la esta sensación de desapariciones.
metáfora, sin soporte de sentidos verificables,
nace en su misma desaparición. De ahí que En «Barcarola», de nuevo el vacío se vincula al
cada lectura del poema sea una experiencia de amor sin presencia y sin realidad. De inmediato,
este deshacerse que brota irreversible. Así, en las imágenes crean ese mundo de la apariencia
el poema «Barcarola», oímos: que se deshace. Aquí, el amor, a diferencia de
otros temas de su obra, se torna menos pasio-
[…] nal y más doloroso porque se vincula con lo
si soplaras en mi corazón, cerca del mar, llorando, inexistente:
sonaría con un ruido oscuro, con sonido de ruedas Así es, y los relámpagos cubrirían tus trenzas
de tren con sueño, y la lluvia entraría por tus ojos abiertos
como aguas vacilantes, a preparar el llanto que sordamente encierras,
como el otoño en hojas, y las alas negras del mar girarían en torno
como sangre, de ti, con grandes garras, y graznidos, y vuelos.
(89)
con un ruido de llamas húmedas quemando el cielo

[...] Los relámpagos se interponen entre la natu-


raleza y la amada que ya no está nombrada ni
(88) siquiera en el poema. La lluvia entra a los ojos
Ese soplo de nadie, convertido en posibilidad, para que suceda la fusión de lo femenino con
se recrea durante todo el poema. De este modo lo intempestivo del agua: todo se torna dolor en
llega al lector la primera visión de Residencia en las lágrimas que, además, son sordas, sin voz,
la tierra: esta expresión de vacío mediante sensa- encerradas y cautivas. Ocurre como una con-
ciones irreales que se sujetan en la nada. Por eso, dena sobre lo imposible, sobre lo no existente.
este libro muestra una contradicción constante: La imagen se completa con las alas negras del
lo aparentemente consistente no es más que algo mar que terminan con lo escasamente visible.
inconsistente. Por un lado, cuando desaparecen Todo cercado y oscurecido deja ver un universo
las sustancias de las cosas, cuando irrumpe la agobiante y pesado. Se acrecienta la violencia de
imagen, todo queda a merced de lo poético, en las garras y los graznidos en medio de vuelos
este caso, de lo efímero. Por otro lado, en medio que débilmente insinúan algo posible; pero la
de esta relación de inconstancias, el poeta sufre atmósfera se ha nublado, el mundo no tiene luz,
la soledad más aguda, el contacto más agrio con ni aire, ni palabras.
su entorno. Lo sufre porque el racionalismo ha Esta complejidad de la imagen nerudiana de
figurado apariencias estables, estructuras de Residencia en la tierra muestra una simultanei-
soporte del mundo, que contradicen esa expe- dad que cerca y acorrala. La fuerza de ese estar
riencia primordial de la imagen poética y crean entre lo negro insinúa que el universo causa
una falsa sensación de estabilidad y verdad. He dolor y desesperanza. Las imágenes en el libro
aquí la contraposición entre la visión poética del provocan una acumulación poética de la nada
mundo y la perspectiva racionalista de orden y de la soledad. La contradicción de estos poe-
intrumental de las cosas. El poema nerudiano mas está en que, precisamente, en medio de
configura esta honda contraposición. Veamos esa nulidad y de ese vacío ontológico, brotan,
en «Caballo de los sueños» esta imagen: abigarradas, las imágenes. Así, la palabra poé-
tica encuentra su modo de ser al traspasar los
He oído relinchar su rojo caballo límites de lo medible y lo perdurable. El mundo
desnudo, sin herraduras y radiante. como dispositivo racional de uso para el hombre
[...] no puede encontrarse en estas imágenes. Solo
hay desvanecimiento y excesiva presencia de
(14) lo ausente: el mundo ha quedado sin piso, se
En esta visión se oye el color del «caballo de abre el caos.
los sueños»; sin embargo, aquel no existe; está
vacío de materia. A la vez que Residencia en la

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Enrique Rodríguez Pérez

Metáforas de lo irracional, mundo. Solo queda determinado el poeta por


de lo confuso el tiempo y por su evanescencia.

La imagen nerudiana nombra el caos. La sin-


taxis de su escritura es el indicio del desbor- El origen como estado
damiento de lo racional. No hay orden en sus poético del mundo
frases y el texto se construye a partir de lo intui- En el poema «No hay olvido», los siguientes
tivo y lo emocional; predomina una gramática versos enuncian una poética del origen que es
de lo imaginario que rompe con la norma del fuente de lo imaginario a través de la palabra. El
lenguaje objetivo. En «Caballo de los sueños», poema nombra el estado primigenio, la vuelta a
estos versos marcan los vacíos que obligan a lo que hace brotar y desaparecer todo:
una escritura incoherente, o, por lo menos, a
una construcción más compleja y desordenada. Si me preguntáis en dónde he estado debo decir
La palabra está presa del caos que subyace a la «Sucede».
elaboración del lenguaje: Debo de hablar del suelo que oscurecen las
piedras,
Innecesario, viéndome en los espejos
del río que durando se destruye:
con un gusto a semanas, a biógrafos, a papeles,
no sé sino las cosas que los pájaros pierden,
arranco de mi corazón al capitán del infierno,
el mar dejado atrás, o mi hermana llorando.
establezco cláusulas indefinidamente tristes.
(151)
(13)
El poema hace girar la mirada al origen que
Pero en este poema no está presente solo el or- todo lo produce y a la vez lo destruye. La pala-
den quebrantado del discurso, sino, también, la bra nombra lo que nos deja aquí, en este fluir
ruptura semántica de las expresiones: «con un desprovisto de permanencias. No hay un lugar
gusto a semanas, a biógrafos, a papeles», porque dónde estar, solo hay contingencias. Esto indica
estos son objetos que no se pueden degustar. que hay que enfrentar un estado de eventua-
Adicional a esto, las expresiones siguen a una lidades, de acontecimientos momentáneos que
palabra desprendida y sola que da inicio al poe- se disuelven al brillar y que inducen a la des-
ma: «innecesario», que se ha separado del verbo aparición en la brevedad del evento, como un
en esta proposición y que, además, califica lo relámpago en el abismo.
prescindible de verse en los espejos; enfatiza Esta es una poética desestructurante, pero sin
precisamente cuán innecesaria es la condición olvidos; es un retorno al pasado a partir del
del poeta. El caprichoso orden construye imá- instante; una rememoración del origen sin
genes que responden a una fuerza que destruye intención de buscarlo como un fin estable o
las estructuras de sentido y de organización definitivo. Por eso, el poeta dice: «Debo de ha-
semántico-sintáctica. Luego se completa la ex- blar del suelo que oscurecen las piedras,/ del río
periencia cuando dice «arranco de mi corazón que durando se destruye». La imagen insinúa
al capitán del infierno», que, tal vez, nombra el las sombras y un suelo aparente que oscurece
origen de esas fuerzas destructoras. A pesar de las piedras. Lo nombrado no está nombrado,
todo, la palabra libera al poeta de esas pugnas pero se ve. El poeta completa la visión poética
extremas del caos y del fuego, porque las hue- con la evocación del río. Esta duración de la
llas de la energía aniquilidaora quedan en la destrucción sostiene la palabra, la poesía. La
creación del poema como resistencia expresiva: desaparición no se nombra en un tiempo lineal,
«establezco cláusulas indefinidamente tristes». sino que se sitúa en el comienzo y en el fin a
De forma que las leyes determinantes de la la vez: aquí en este mundo evanescente que
ciencia positiva y de la lingüística metafísica abruma, y allá en ese tiempo mítico que per-
ya no ordenan el discurso, sino que el estado dura. Todo sucede en un círculo sin comienzo
de tristeza que matiza la escritura crea el uni- ni fin, simplemente en el desbordamiento de
verso de sentido del poema. El poeta se mira la palabra, en la eventualidad del acontecer.
mientras se disipa: «viéndome en los espejos/ La palabra poética como río destruye el mismo
con un gusto a semanas, a biógrafos, a papeles»; mundo que inventa. Entonces, no es posible
se halla situado ante los espejos que le repro- olvidar la experiencia del origen: aquello que
ducen su inconsistencia y su angustia. En esa produce todo y lo destroza al mismo tiempo. La
construcción y destrucción del caos, emerge la palabra retorna en la inmensidad del acontecer
imagen. Así se está configurando la poética de que se esfuma, cíclica.
la pérdida, de la desaparición y del envejeci-
miento de las cosas. La imagen del caos queda El poeta insiste: «no sé sino las cosas que los
escrita en una poética confusa, como veremos pájaros pierden,/ el mar dejado atrás, o mi
adelante. Se percibe en la imagen la ruptura hermana llorando». El poema devela lo que ya
de las estabilidades, el resquebrajamiento del no está, lo olvidado sin olvidarlo; nombra a la
universo, la fractura semántica y sintáctica del hermana en el preciso momento de partir. Los

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Metáforas desde la sombra: poética y contradicción en Residencia en la tierra de Pablo Neruda

"Ventana II". 1988. Grabado en metal. 70 x 50 cm. Detalle.


ojos se dirigen a la nada porque lo que sucede Con esto se ha completado el giro. Si se pue-
es momentáneo. ¿Cómo distinguir el olvido del de decir que existe una visión coherente del
recuerdo? No es posible. En cambio, tenemos mundo, la llamaríamos «percepción intuitiva
experiencia de que ese pasado está aquí, más e imaginante», esto es, una visión estética del
acá de lo apariencial; en los objetos que pierden mundo. Con la experiencia nerudiana nos
los pájaros, en lo que ha quedado atrás. La ma- hallamos en otra época. En estas condiciones
gia del poema está en indicar, en hacer mirar estético históricas, el mundo es apariencia de
lo no mirable, lo no presente, y sobre todo, en lo imaginario, no hay un mundo inteligible y
dejar sentir hondamente el dolor («mi hermana ordenado que explique este mundo visible. El
llorando») en medio de ese estado del mundo. mundo se percibe a través de la intuición, el
sentimiento y la imaginación. De ahí que el
Quizá Residencia en la tierra sea la experiencia
caos, el desorden y la nada sean la materia que
de ese olvido que duele porque se ha resque-
produce lo que vemos. El poema de Neruda
brajado todo y el tiempo se ha vuelto ajeno a la
recoge esa percepción sensible diversa y la
existencia del poeta.
organiza sin conceptos mediante un juego
misterioso que integra y desintegra a la vez.
Poética del sentimiento, Un lectura detallada del poema «Significa
la intuición y la imaginación sombras» permite ver esta transformación de
las concepciones sobre lo existente. El texto
Finalmente, para hablar en general de la poética comienza con una pregunta:
de Residencia en la tierra es necesario pensar en
el giro de la filosofía y en particular de la esté- ¿Qué esperanza considerar, qué presagio puro,
tica contemporánea respecto a la comprensión qué definitivo beso enterrar en el corazón,
del mundo. En el pensamiento del siglo xx la someter en los orígenes del desamparo y la in-
fenomenología husserliana y la fenomenología teligencia,
poética de Bachelard generan una ruptura res-
suave y seguro sobre las aguas eternamente
pecto de la concepción metafísico racionalista
turbadas?
del mundo porque retornan al principio intui-
tivo del conocimiento: del mundo en Husserl y (77)
de lo imaginario como fuente de constitución
Inicialmente, el poema desata el caos, pues esta
de lo real en Bachelard. De un modo semejante,
pregunta está configurada a partir del desorden
Residencia en la tierra también da cuenta de esa
sintáctico. La inserción del verso «someter en
vuelta radical. En ella se tiene evidencia del
los orígenes del desamparo y la inteligencia» en
mundo porque este se ha intuido y no porque medio de la pregunta rompe con las reglas de
se haya racionalizado. «El conocimiento poético ubicación, de cohesión sintáctica a través de las
del mundo precede, como es justo, al cono- comas; más bien constituye un obstáculo para la
cimiento razonable de los objetos. El mundo lógica de la pregunta, que puede simplificarse
es bello antes de ser verdadero. El mundo es así: ¿Qué esperanza considerar, qué presagio
admirado antes de ser comprobado» (Bache- puro, qué beso definitivo enterrar? Esta es la
lard 1994, 209). La imagen poética irracional, cuestión que persiste en todo el poema, una
la vivencia de lo caótico, el recuerdo del origen pregunta por el «qué». Al analizar en detalle
son manifestaciones de esa percepción intuitiva la expresión, hasta el orden de los verbos (con-
del mundo que nace de una mirada primigenia, siderar, enterrar, someter) tiene una ubicación
originaria, develadora. distinta en cada una de las expresiones: el verbo

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«considerar» está después de la esperanza: no Viene luego otra pregunta por el origen que
hay ningún verbo para el presagio puro; vuelve tiene que ver con el sueño:
a aparecer el verbo «enterrar» después del beso,
y se produce un efecto de ruptura cuando se ¿Qué vitales, rápidas alas de un nuevo ángel de
usa el verbo «someter» en el tercer verso de esta sueños
sección del poema. De manera que la construc- instalar en mis hombros dormidos para seguri-
ción sintáctica no responde a ninguna regla ni a dad perpetua,
ninguna distribución equilibrada. Pero se trata de tal manera que el camino entre las estrellas
de la búsqueda, planteada por el poeta, de un de la muerte
«¿qué?» insustancial para atarlo a los orígenes
sea un violento vuelo comenzado desde hace
del desamparo. He ahí la contradicción: se
muchos días y meses y siglos?
crea un objeto para someterlo al misterio, a la
evanescencia del origen, tanto del desamparo (77)
como de la inteligencia. De la misma manera,
se crea para dejarlo seguro sobre las aguas El poeta se pregunta si el sueño puede, con
que permanentemente se confunden, es decir, la apariencia de las alas de un ángel, situarse
para arrojarlo a una imprecisión inconstante y sobre él para que pueda vivir sin morir. Sin
abandonarlo en el caos. En fin, se experimenta, embargo, el sueño abre un camino a la muerte
a través de una pregunta fragmentada, una con una violencia que viene desde los orígenes
visión fragmentada y contrapuesta. El mundo del tiempo, como está insinuado en el verso «un
no tiene orden, no hay un arjé, ningún principio violento vuelo comenzado desde hace muchos
ordenador; si se encuentra, queda sometido a días y meses y siglos». De nuevo, la construcción
las aguas turbadas, inseguro, desamparado. de la pregunta rompe con las reglas sematico-
Pero lo complejo es que se trata de una búsque- sintácticas del español, lo que acrecienta la
da del origen de lo que hoy, por un lado, está experiencia de ruptura. El sentido y la forma
desprotegido del misterio y, por otro, ajustado se rompen con esta manera metafórica de pre-
a la razón. ¿Qué encontrar ahí? La sensación de guntar. Así se ve que la poética de Residencia
que solo queda la nada sigue abrumando en la en la tierra surge de un constante astillarse en
pregunta en estos versos. distintas direcciones —como evanescencias

“Ventana II”. 1988. Grabado en metal. 70 x 50 cm. Detalle.

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Metáforas desde la sombra: poética y contradicción en Residencia en la tierra de Pablo Neruda

que resguardan cierta eternidad que ya no es inteligible y eterno, numerable, cuantificable y


la eternidad platónica de los arquetipos, sino experimentable.
una sometida al fluir violento del tiempo, que,
En seguida, el poeta se encuentra consigo mis-
a su vez, conduce a la muerte—. De nuevo,
el lenguaje, el caos y la intuición instauran el mo; pero al hacerlo se tropieza con esa contra-
mundo poético en su sentido más elemental. dicción radical del ser humano que surge de un
mundo cuantificado y ordenado a partir de las
Después de estas dos preguntas, el poeta nom- categorías racionales:
bra el deseo de hallar algo perdurable desde la
fragilidad de lo terrestre: Ay, que lo que soy siga existiendo y cesando de
existir,
Tal vez la debilidad natural de los seres recelosos y que mi obediencia se ordene con tales
y ansiosos condiciones de hierro
busca de súbito permanencia en el tiempo y que el temblor de las muertes y de los
límites en la tierra, nacimientos no conmueva
tal vez las fatigas y las edades acumuladas el profundo sitio que quiero reservar para mí
implacablemente eternamente.
se extienden como la ola lunar de un océano
(78)
recién creado
sobre litorales y tierras angustiosamente desiertas. No solo los seres débiles de la naturaleza, ni
(77)
la historia llena de fatigas, sino el ser humano
mismo perpetúa su contradicción esencial: exis-
Quizá la sensación fugaz de lo existente logre tir al tiempo que se desvanece, que se deshace
la sensación instantánea de eternidad, pero entre la brevedad del nacimiento y la muerte.
bajo una forma que se dirige al comienzo del El único lugar asegurado para él es, por lo tan-
cosmos y se vuelve imagen efímera: «como una to, lo inseguro, lo transitorio. A pesar de ello,
ola lunar de un océano recién creado». Esta su lamento reserva en el poema, en su modo
permanencia de la finitud nace en lo recién ima- de nombrar, esa experiencia incesantemente
ginado, en el océano inicial. Resuena aquí un contradictoria. Bajo estas condiciones, el tiempo
canto de la tierra y de la historia que proviene se intuye de otra forma: ya no secuencial, sino
de la visión de lo originario. La debilidad del instantáneo, porque reúne la muerte y el origen
mundo natural y la fatiga humana se entrelazan a la vez. El ser del ser humano cercano al «ser-
con esa eternidad primera. He aquí la poética ahí» de Heidegger, arrojado a la temporalidad
nerudiana del origen, del retorno al mundo que lo consume, pero que al mismo tiempo lo
inicial que no es una vuelta al pasado solamente, vuelve posibilidad viva, evento para la muerte:
sino la acción de situarse en un mundo cercano «El ser ahí tiene el origen en el evento y su vi-
con una condición precaria «sobre litorales y raje» (2003b, 43), y precisamente este carácter
tierras angustiosamente desiertas». En medio de instantáneo del acontecimiento de su existir lo
esta escasez brota un nuevo comienzo, como lo determina como creador.
explica Heidegger en «Cielo y tierra en la poesía
de Hölderlin»: «La venida del gran comienzo En esta última sección del poema se reitera
es lo primero que lleva lo Escaso a serlo. Esto la intención del poeta de caracterizar lo vivo
mismo es —en su manera transformada— la como el «estar siendo» o mejor como el «estar
pertenencia infinita y tiene su sitio en el lugar sucediendo»:
pobre y secreto en los campos donde el poeta
está en su casa» (1983, 188 ). Este vacío no es más Sea, pues, lo que soy, en alguna parte y en todo
que la condición a la que ha llegado el mundo tiempo,
porque se ha olvidado del comienzo; es decir, establecido y asegurado y ardiente testigo,
se ha impuesto un conocimiento del mundo cuidadosamente destruyéndose y preservándose
de orden racional que no permite rememorar incesantemente,
el comienzo, el instante en que lo celeste y lo
evidentemente empeñado en su deber original.
terrestre, lo humano y lo divino se fundían
uno en el otro. Por eso continua Heidegger: «Lo (78)
Escaso es lo occidental. Pero Grecia, lo oriental,
del país de la mañana, es el gran comienzo que Entonces, el ser humano vive un tiempo distinto
viene posiblemente. Lo Escaso es sin embargo al tiempo lineal, ese tiempo ajeno a su vivir co-
solo en cuanto que llega a ser eso a lo que tidiano, medido por los mecanismos del orden
puede llegar un gran comienzo. ¿Puede venir racional. De modo que en cada instante del
todavía?» (1983, 188). Neruda está nombrando, tiempo el hombre se sitúa en el origen, en ese
por tanto, esa lucha contemporánea en la que espacio éticamente propio para ser él ahí autén-
lo recién nacido surge en medio de lo desértico ticamente lo que es, para crearse y consumirse
del mundo organizado bajo leyes de orden simultáneamente.

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En alguna parte indeterminada, pero en medio existencia que posibilidades de actuar en medio
de la totalidad de lo temporal, está situado el de todo lo que sale al encuentro. Sin embargo,
ser humano; testigo de su destrucción y de su en ese estado del mundo tan monstruosamente
surgimiento, condicionado en el ámbito de lo abrumador, el poeta, como ser finito, se sostiene
original. Este modo humano de ser ha roto sus en la exuberancia de lo existente; se asoma a su
vínculos con la permanencia, con el mundo del entorno y responde proféticamente al llamado
más allá y con las esperanzas de una eternidad de las cosas. En detalle se puede observar lo
preparada de antemano y ajena a la experiencia siguiente:
de la finitud humana.
Entre sombra y espacio, entre guarniciones y
En síntesis, podemos decir que este poema de doncellas,
Residencia en la tierra muestra los vínculos entre dotado de corazón singular y sueños funestos,
la metáfora —esa imagen caótica que agobia—
precipitadamente pálido, marchito en la frente
y la condición temporal, finita y angustiosa del
hombre en un mundo sin fundamentos. Así y con luto de viudo furioso por cada día de vida,
como la construcción del poema es caótica y [...]
nombra lo originario, a partir de la imaginación (38)
y la intuición, la experiencia del mundo abruma
Al principio del texto aparecen las condiciones
y se destroza en el poema. Se ha dado un giro
físico-espirituales en las que se halla el poeta. Se
frente a la construcción racional y mecánica del
encuentra en su estar ahí, confinado, abrumado,
mundo; se ha creado una realidad intuida en el
en medio de la multiplicidad de lo que hay en el
poema, pues el poema es el mundo.
mundo. La primera percepción deja ver el con-
El logro poético de este libro de Neruda está en traste entre la sombra que indica lo irreal de las
esa vinculación entre historia y ruptura, entre cosas, lo que ellas dejan tras de sí como aparien-
palabra y caos. El poema expresa la contra- cia de realidad, y el espacio que es un concepto
dicción más aguda de la experiencia histórica de carácter abstracto. El contraste provocado
contemporánea: el hombre que se consume, por los dos términos produce una confusión de
inmerso en la fugacidad de su estar, pero que sus características, de cierta manera, el espacio
incesantemente tiene la posibilidad de hallarse se hace semejante a una sombra y la sombra se
a sí mismo como aquello que es, a un tiempo, pierde en el espacio: «Entre sombra y espacio».
perdurable y efímero. La preposición «entre» erige una imprecisión
y una inmaterialidad que parece constituir un
Sin embargo, solo la existencia es poética en
a priori intuitivo porque el lector queda perci-
la medida en que se distancia de ese progreso
biendo aquello que fluctúa entre lo sensorial
que invade todas las esferas de la vida humana
y lo abstracto. Pero la segunda parte del verso
y que enajena su estadía en el mundo y con los
toma un giro inesperado, «entre guarniciones y
otros. De modo que el poeta entra en conflicto
doncellas»: de una imagen inmaterial se pasa a
con esa sociedad que transita bajo la presión del
las figuras materiales, pero también mantiene el
tiempo de las máquinas, lineal y masificante.
contraste. El término «guarniciones» tiene que
De ahí que el lenguaje en el poema de Neruda,
ver con el ámbito de lo militar, de lo ordenado,
y en particular de este libro, cause desazón,
de la fuerza y de la uniformidad e indica un
inquietud, angustia y haga evidente el conflicto
grado de masculinidad, de racionalización,
del ser humano frente a los avances de la cien-
mientras que la palabra «doncellas», connota
cia, de la política y de la economía modernas
una atenuación de lo ordenado, de la fuerza y
que solo conciben la existencia como mero
de la violencia: evoca lo femenino. En el «entre»
mecanismo de dominación, como objeto de
con que comienza el poema se halla el poeta. Su
información y como instrumento de alienación.
experiencia es angustiosa: soporta la existencia
en medio de fuerzas opuestas.
«Arte poética» y experiencia moderna Pero esta situación se vuelve más angustiosa
Después de reconstruir los orígenes de la poé- para el poeta porque está «dotado de [un] cora-
tica de Neruda es necesario revisar su poema zón singular y sueños funestos». Entre lo irreal
«Arte Poética». En este texto también se estable- y lo corporal, entre la sombra y la guarnición,
ce un vínculo estrecho con las condiciones his- entre el espacio y las doncellas, sobrevive en
tóricas que rodean la creación poética. Neruda una profunda contradicción: tiene la facultad
expone su poética, que contrasta con la actitud de sentir de forma particular, única, y también
alienante del mundo normalizado por el influjo la de soñar lo trágico. Puede ser él mismo, desde
de los criterios de la ciencia y del progreso. su corazón individual, y, al mismo tiempo, soñar
Formalmente, el poema está constituido por la destrucción. Padece de manera sensible el
una única proposición que se caracteriza por mundo, se apropia de él en su autenticidad in-
una configuración compleja. En primer lugar, tuitiva, con su corazón, pero esto lo dispone con
los escasos verbos muestran lo abrumador del mayor agudeza —y con dolor— a reconocer esos
mundo que rodea al poeta. Hay más objetos, vacíos que han quedado, debido al tráfico de lo
más situaciones que acciones; más peso de cotidiano en un mundo racionalmente pensado.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 87

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Metáforas desde la sombra: poética y contradicción en Residencia en la tierra de Pablo Neruda

Entonces, se comprende mejor el primer verso: Nada es determinable ni concreto: el agua que
«Entre sombra y espacio, entre guarniciones y no se ve puede ser el tiempo, el devenir, pero
doncellas»; de manera que el mundo se debate quien la toma está entredormido. Es decir,
entre lo fuerte y lo suave, entre lo violento y poetiza tanto la interioridad del poeta como las
sensible. De ahí que en el poeta y en el lector se cosas del mundo exterior. Todo queda irreali-
reproduzca esta misma contradicción. zado, impreciso, en un velo que no deja ver lo
En el tercer verso: «precipitadamente pálido, real; lo que existe sobrevive en una atmósfera
marchito en la frente», se deforma el mundo intermedia, en el «entre» que da inicio al poema
y se acrecienta el sufrimiento del poeta. Lo y que va a perdurar a lo largo de él porque es el
precipitado se vuelve deslucido de manera clima poético que percibe el mundo. Es preciso
intempestiva. El corazón que intuye el mundo pensar en la poética de la ensoñación de Gaston
intuitivamente se decolora y queda estropea- Bachelard. El poeta no sueña ni está despierto;
do. El verso insinúa la velocidad del mundo tiene ensoñaciones en las que no se puede pre-
moderno que desplaza el don del corazón y cisar qué es lo real y qué lo irreal:
prefija las acciones deconocer y actuar desde la
En la ensoñación poética quise señalar la fuerza
visión pálida de la técnica y la ciencia modernas.
de coherencia que recibe un soñador cuando es de
Pero esa experiencia trágica aumenta, se vuelve
veras fiel a sus sueños y cuando sus sueños ganan
más hiriente: «con luto de viudo furioso por
precisamente coherencia por sus valores poéticos. La
cada día de vida». La imagen parece nombrar
poesía constituye a la vez el soñador y su mundo.
la viudez del tiempo; es decir, estar viudo del
Mientras que el sueño nocturno puede desorganizar
propio tiempo y estar sometido al tiempo de lo
un alma, propagar en el día las locuras ensayadas
común; el tiempo que no es sentido ni intuido,
sino cronometrado. Se suma además el hecho de durante la noche, la buena ensoñación ayuda real-
que no puede apartarse de esa experiencia por- mente al alma a gozar de su reposo, a gozar de una
que el tiempo sigue en su devenir, carcomiendo, fácil unidad. (1993, 32)
deshaciendo. Y el poeta, viudo del día, deja de Sin embargo, esta es la experiencia primigenia,
vivir lo propio en el tiempo que le pertenece. el acto imaginante que vincula imágenes y ma-
Esta pérdida de lo propio se le vuelve llaga. terias. Frente a la perspectiva cartesiana que dis-
En la segunda sección el yo del poeta desapare- tingue el sujeto del objeto, el ensueño vincula al
ce. Con los pocos verbos que hay en el poema mundo con el soñador: no hay diferencia entre
(beber, acoger, tener) se muestra su relación uno y otro; el uno no se impone sobre el otro,
con el mundo. En este caso, el poeta no es un sino que crean un juego primordial. El mundo
sujeto abstracto que se impone sobre el mundo; se abre al soñador, pero al mismo tiempo se
es un fragmento del mismo, un espacio abier- contrae; el soñador se abre al mundo pero a su
to para lo que existe ahí. Bebe agua invisible vez se aleja de él porque no puede retenerlo.La
entre despierto y dormido, recibe el sonido acción de beber («ay, para cada agua invisible
pero tiembla, tiene sed y fiebre; por tanto, su que bebo soñolientamente») ocurre en un es-
relación con lo exterior lo vuelve frágil y de tado de ensoñación, y, por lo tanto, no ocurre
este modo no se eleva sobre él para imponerse; de manera nítida. En estas condiciones, a la
por el contrario, se siente más inmerso en esa vez, el poeta oye lo que sucede en el exterior.
exterioridad debido a que lo agobia, pero, a su Esta experiencia es más íntima y produce tem-
vez, este sentimiento invade lo exterior, y así blor. El poeta es tocado por lo que suena en el
se da una relación recíproca entre el mundo mundo de forma tan directa, que le produce
exterior e interior del poeta: estremecimiento: «y de todo sonido que acojo
ay, para cada agua invisible que bebo temblando». Así, las acciones de beber el agua
soñolientamente y acoger el sonido suceden bajo la ambigüedad
de la ensoñación, por tanto, el efecto sensitivo es
y de todo sonido que acojo temblando,
determinante. De este modo, la experiencia poé-
tengo la misma sed ausente y la misma fiebre fría,
tica de interacción con el mundo se completa;
un oído que nace, una angustia indirecta, ya estaba anunciado en el primer verso: «Entre
como si llegaran ladrones o fantasmas, sombra», que alude a una experiencia visual,
y en una cáscara de extensión fija y profunda, y « espacio», que vincula más con la acción de
como un camarero humillado, como una oír, porque el poeta está sumergido en el espa-
campana un poco ronca, cio donde las cosas le dicen algo, o resuenan y
como un espejo viejo, como un olor de casa sola
provocan la ensoñación. Entonces, desde el caos
y lo intuitivo los elementos del poema se arti-
en la que los huéspedes entran de noche
culan, y por eso el lector percibe ese estado de
perdidamente ebrios,
ensoñación, que de manera misteriosa vincula
y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una lo visible y lo invisible y produce una sensación
ausencia de flores imaginaria pero ordenada, es decir, cohesiona-
[...] da por fuerzas que desbordan la lógica de lo
(38) racional; en este sentido Bachelard dice:

88 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Enrique Rodríguez Pérez

"La cita". 1985. Grabado en metal. 50 x 70 cm.


Las imágenes poéticas suscitan nuestra ensoñación, rables y afectan la percepción imaginaria y no
se fundan en ella, tan grande es el poder de asimila- el entendimiento. Entonces, ¿cómo ligar lo que
ción del ánimo. Leemos y he aquí que soñamos. Una no se puede ligar? En el poema, la experiencia
imagen recibida en el ánimo nos pone en estado de del mundo no está determinada por la dicoto-
ensoñación continua. (1994, 101) mía sujeto/objeto: la sed no es sed, la fiebre no
es fiebre; el sujeto no puede diferenciarse de
Este es el principio de lo imaginario que con-
los objetos porque no hay un sujeto real que
figura lo real; por eso, el ensueño da origen al
padezca esta sensación desde los criterios de la
mundo, antes que toda explicación racional a
ciencia; sin embargo, el poema vincula los dos
priori o construida a partir de conceptos gene-
elementos: la sed y la ausencia. Con este modo
rales. No hay un concepto previo del mundo,
de nombrar la sed, la experiencia de mundo
sino una experiencia imaginante que brota del se torna confusa; indica una conjunción, una
ensueño. El poema, por tanto, elabora una poé- intimidad entre ser humano y mundo. Solo el
tica del origen; el origen mismo de lo que existe poeta logra esa intimidad. Rompe con los presu-
poetiza, mediante la metáfora del ensueño, lo puestos racionales dicotómicos y excluyentes de
visible e, incluso, lo invisible. orden platónico en los que la fiebre se impone
Viene ahora la tercera acción (tener): «tengo sobre la frialdad y no es posible que la sed sea
la misma sed ausente y la misma fiebre fría». ausencia ni que la fiebre congele.
Como se ve, la contradicción se trasluce por Al avanzar en la lectura, se muestra que el
todas las regiones del poema. Tener sed ausente poeta tiene «un oído que nace, una angustia
indica que este deseo se pierde en el vacío de- indirecta,/ como si llegaran ladrones o fantas-
bido a la construcción de la imagen; realmente mas». Paulatinamente, él va de la visión al oído.
el poeta no padece sed porque la sed se vuelve Esta también es una ruptura significativa con
abstracta, inexistente: ausente. Apropiarse del la poética de la visión; se trata de oír imagina-
objeto es desapropiarse de él, tener la sed ausen- tivamente y no de contemplar pasivamente.
te; estar sediento de no estar sediento. Por eso, Lo escuchado tropieza con el oído corpóreo
hay una ligazón con la segunda parte del verso. del poeta. Se oye lo indirecto, y lo indirecto
La sed y la fiebre tienen una relación causal: es angustiante porque no se sabe cómo, por
cuando hay fiebre hay sed, pero aquí la fiebre qué o de dónde procede; está ahí, al lado. El
es fría. De este modo, el poema muestra una ex- símil lo indica: «como si llegaran ladrones o
periencia dialéctica compleja, de tipo barroco. fantasmas». El ladrón que se lleva las cosas
Es decir, crea contradicciones irresolubles que y deja su vacío se aproxima y desaparece.
producen una tensión entre los elementos que Además, los fantasmas también pueden ser
se contraponen: el frío no es frío y la fiebre no ladrones; de todas maneras, son inexistencias
es fiebre. Sin embargo, se experimenta la fiebre que se agolpan en torno al poeta. Entonces,
y el frío como un conjunto de sensaciones al se oye indirectamente la angustia del vacío y
leer el poema; sus componentes son insepa- de lo ilusorio en una aparente extensión fija y

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 89

REVpalimpsesto_7_2010.indb 89 16/11/2010 02:25:35 p.m.


Metáforas desde la sombra: poética y contradicción en Residencia en la tierra de Pablo Neruda

profunda. La angustia indirecta, esa ausencia desbordan la experiencia sobria y racional. Sin
de ser, queda metaforizada en la imagen de embargo, se puede pensar que quienes llegan
una cáscara, en una cubierta sin semilla, la son los seres humanos perdidos en el mundo
hondura que sostiene esa ausencia. Es decir, del comercio, agotados por el progreso y la fasci-
esa ausencia y esa inexistencia provocan la nación a los avances técnicos e industriales en
experiencia poética de lo ahuecado, como si todos los órdenes. Pero no llegan sobrios, sino
fuera un horizonte que deforma y vacía lo real; ebrios de vida. La imagen deja ver esa soledad
de ahí que produzca angustia al poeta. Así, del poeta: quizá llegan pero se van, entran y,
el «cogito del soñador» se desdibuja en medio como están ebrios, no lo ven. En fin, el poeta
del mundo fantasmal que produce ausencias: se mantiene en esa habitación de la soledad. El
hombre moderno oye al poeta, que entra y se
El cogito del soñador es menos seguro que el cogito
va, que, primordialmente ha olvidado que vivir
del filósofo. El ser del soñador es un ser difuso. Pero,
es un habitar poético.
en cambio, el ser difuso es el ser de una difusión.
Escapa a la puntualización del hic y el nunc. El ser Heidegger ayuda a comprender esta situación
del soñador invade lo que toca, difuso en el mundo. del poeta cuando desentraña el sentido del habi-
Gracias a las sombras, la región intermedia que tar poético que se contrapone al simple alojarse
separa al hombre del mundo es una región plena, en el mundo, apresado por la calculabilidad y
de una plenitud de ligera densidad. Esta región la productividad de las cosas:
intermedia amortigua la dialéctica del ser y del no
Entonces, ¿quién de entre los que reflexionan pue-
ser. La imaginación desconoce el no ser. Todo su ser
de pretender ex­plicar, desde unas alturas un tanto
puede muy bien pasar por un no ser a los ojos del
cuestionables, que el habitar y el poetizar sean in-
hombre razonable, a los ojos del hombre de trabajo,
compatibles? Quizás sean compatibles los dos. Más
bajo la pluma del metafísico de la ontología fuerte.
aún. Quizás ocurre incluso que el uno entraña al otro,
(Bachelard 1994, 252)
de modo que este, el habitar, descanse en aquel, lo
Es decir, al desplazarse la percepción al oído, lo poético. Pero si suponemos tal cosa, entonces lo que
que hay en el mundo deja de ser para el poeta. se nos está exigiendo es, por difícil que nos parezca,
Provoca una ambigüedad entre lo presente y lo que pensemos el habitar y el poetizar desde su esen­
ausente, de modo que no es posible determinar cia. Si no nos cerramos a esta exigencia, entonces, a
si las cosas existen o no. He aquí la experiencia aquello que normalmente se le llama la existencia del
de ensoñación del poeta, la ruptura con la ser humano lo pensaremos des­de el habitar. Ahora
metafísica de la presencia o metafísica de la bien, lo que estamos haciendo con esto es abandonar
visión de lo que está ahí enfrente que pretende la representación que habitualmente tenemos del ha-
reducir todo a concepto, a conocimiento racio- bitar. Según ella, el habitar no pasa de ser una forma
nal y verdadero. En la ensoñación, la verdad y de comportamiento del ser humano junto con otras
la apariencia se funden; lo que existe se vuelve muchas. Trabajamos en la ciudad, pero habitamos
inseguro, se diluye en lo irreal. fuera de ella. Estamos de viaje y habitamos ahora
aquí, ahora allí. Lo que en estos casos llamamos
En seguida, el símil se multiplica en esta sección
habitar es siem­pre, y no es más que esto, tener un
del poema, «como un camarero humillado,
alojamiento. (1996b, 164)
como una campana un poco ronca, como un
espejo viejo, como un olor de casa sola/ en la que En esta experiencia moderna, el poeta sufre
los huéspedes entran de noche perdidamente esa ausencia de la esencia del mundo. Lo que
ebrios» (38). La construcción de estas imágenes escucha, lo que llega a su cercanía realmente lo
es caprichosa: del «como si llegaran» se da el abandona y le produce una sensación de me-
giro al «como un camarero humillado»: no lancolía, de soledad. Pero solo así la poesía ha
hay conexión directa entre el primer término logrado captar esa profunda contradicción de la
comparativo y los siguientes. Se oye todo, sobre modernidad: cuanto el hombre más se apropia
todo la campana que no tiene sonido nítido; del mundo, menos habita en su ser, más fuera
el camarero tiene una apariencia disminuida, de sí vive, bajo la alienación del progreso y de
es decir, también tiene un aspecto débil y no la racionalidad. Esta racionalidad se refiere al
se asocia fácilmente a algo; se trata por eso pensamiento que solo explica el mundo a partir
de que todo llega con un aspecto impreciso e de leyes o conceptos generales abstractos como
imperfecto, como si el mundo se hubiese vuel- «sujeto», «objeto», «ley moral», «ley científica»,
to indeterminado debido a la ensoñación del «experimentación», «causalidad», entre otros.
poeta. El sonido es ronco, el espejo es viejo y Este modo de pensar es consecuencia de una
posiblemente el reflejo no brille tanto y produz- lectura superficial de la dicotomía platónica
ca imperfecciones al mirar allí las cosas. Pero el que diferencia el mundo sensible del mundo
ámbito de lo poético, que es como la habitación inteligible y que da valor de verdad al mundo de
del poeta, se llena de huéspedes ebrios en la las ideas y valor de mentira al mundo sensible o
noche. Esto acentúa la percepción ambigua del de la opinión. El pensamiento moderno acentuó
mundo, la vaguedad de la experiencia en medio estas diferencias e invadió todas las esferas de
de la ebriedad, de lo apremiante de las cosas que la vida y de la comprensión del mundo. Bajo

90 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Enrique Rodríguez Pérez

estas miradas se acrecentó la idea de progreso y un golpe de objetos que llaman sin ser
y desarrollo, es decir, de modernización fun- respondidos
damentada en el avance de la ciencia y de la hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre
productiva que proviene de la explotación de confuso.
la naturaleza. Este camino del pensamiento fue
olvidando la dimensión de lo invisible y de lo (38-39)

no explicable. De igual modo, lo sensible quedó No es posible que ese abismo de nadas no pueda
sometido a los principios de lo inteligible; lo ser nombrado. Sin embargo, viene la fuerza del
imaginario y el azar se excluyeron de la com- poema para decirlo con otro modo de nombrar,
prensión del mundo. Esta caracterización de la sin angustia: con el tono aminorado de la melan-
época afectó todas las esferas de la cultura: la colía, como estado intermedio «Entre sombra y
ética, la política, el arte, la ciencia, el ambiente, espacio, entre guarniciones y doncellas», mitiga
la economía. Gianni Vattimo, en El fin de la la angustia: «—posiblemente de otro modo
modernidad, sintetiza este proceso así: aún menos melancólico—». Sin embargo, los
[…] el progreso se convierte en routine también guiones indican una voz extraña y esperanza-
porque, en el plano teórico, el desarrollo de la técnica dora —quizá exterior al poeta— como voz que
fue preparado y acompañado por la «secularización» proviene de su desdoblamiento para anunciarle
de la misma noción de progreso: la historia de las esta posible atenuación de la crisis. En conse-
ideas condujo —en virtud de un proceso que también cuencia, no se puede evadir la verdad, esa otra
puede describirse como lógico desenvolvimiento de verdad que ya no es lógica, sino vital e intuitiva,
un razonamiento— a un vaciamiento de contenido de sensorial: «pero, la verdad, de pronto, el viento
dicha noción. La historia que, en la visión cristiana, que azota mi pecho». En frente, de nuevo, las
aparecía como historia de la salvación, se convirtió cosas, el mundo en plenitud, hecho de materia;
primero en la busca de una condición de perfección el viento y la cotidianidad a la que no se puede
intraterrena y luego, poco a poco, en la historia del renunciar: las noches de substancia infinita caí-
progreso: pero el ideal del progreso es algo vacío y das en mi dormitorio; una cotidianidad cósmica,
su valor final es el de realizar condiciones en que infinita, nocturna. El otro lado de la ausencia
siempre sea posible un nuevo progreso. Y el progreso, emerge, la presencia ilimitada del tiempo, lo
privado del «hacia dónde» en la secularización, llega otro de lo visible y de lo habitual. Lo otro de las
a ser también la disolución del concepto mismo de experiencias racionales, lo otro de la Ilustración,
progreso, que es lo que ocurre precisamente en la como diría Adorno, la sombra que cae como el
cultura entre el siglo xix y el siglo xx. (14) sueño, el tiempo quemante de la existencia: el
ruido de un día que arde con sacrificio:
De ahí que el poeta Neruda, por el hecho de
vivir en esta cultura de la verdad, de la ex- Únicamente en el caso de que se perciba lo otro, lo
perimentación y del dominio de la ciencias que no es arte, y se perciba con uno de los primeros
experimentales fue sintiéndose expulsado de estratos de la experiencia artística, es cuando se lo
la tierra y de la naturaleza. Su intención poé- puede sublimar, cuando se pueden disolver sus im-
tica es retornar a ella para reconocer su origen plicaciones materiales sin que la cualidad de arte de
primordial. ser una para sí se convierta en indeferencia. El arte
es para sí y no lo es, pierde autonomía si pierde lo
En esa habitación, en esa casa sola del poeta hay que le es heterogéneo. (16)
un olor de ropa tirada al suelo y una ausencia
de flores. Entonces, se acrecienta el vacío y la Ese otro lado de la existencia y del estado de las
angustia. La ropa que se usó en el pasado está cosas, esa invisibilidad olvidada por la veloci-
tirada y las flores no están, ni lo artificial ni lo dad del progreso moderno, busca y reclama al
natural le pertenecen. El abismo que se abre poeta su mirada hacia delante: «me piden lo
entre el poeta y el mundo, entre el poeta y los profético que hay en mí, con melancolía». Pero,
otros se hace impenetrable. esa melancolía no es del poeta, es la melancolía
del mundo que ha sufrido la destrucción de
Viene, ahora, el momento final del poema, en sus noches, de sus mitos. De modo que la mi-
el que se completa la relación entre la poética rada del poeta ha de volcarse hacia el porvenir
de Neruda y las condiciones de la modernidad: para profetizar otro modo de ser, otro modo
de existir, otro espacio para la poesía, para la
—posiblemente de otro modo aún menos
melancolía que es su forma más propia, porque
melancólico—,
juega entre el dolor y la alegría. Sin embargo, ahí
pero, la verdad, de pronto, el viento que azota está el mundo; las cosas golpean al poeta. Sin
mi pecho, duda, la angustia perdura, pero es una angustia
las noches de substancia infinita caídas en mi nombrada por la poesía, una angustia que se
dormitorio, hace más profunda: «un golpe de objetos que
el ruido de un día que arde con sacrificio llaman sin ser respondidos/ hay».
me piden lo profético que hay en mí, con Ahora, el abismo entre el poeta y el mundo no
melancolía se ha anulado, se ha abierto en la palabra que

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 91

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Metáforas desde la sombra: poética y contradicción en Residencia en la tierra de Pablo Neruda

lo nombra. El «Entre» del inicio del poema se que se ha conformado en las sociedades y, a su
ha llenado de distancias, de golpes que no se vez, inventar nuevas formas de constitución del
responden, de fantasmas, de ausencias; se ha mundo, integradas a una dimensión ética y una
vuelto abismo. La poesía invoca esa tensión, acción política coherente y sincera.
pero no la resuelve. Así culmina el poema: «y un
Entonces, gracias a esta experiencia moderna,
movimiento sin tregua, y un nombre confuso».
urbana, se reconoce la dimensión mítica del
El devenir sigue y la palabra se vuelve confusa
mundo; esa noche que cae en los dormitorios a
porque nombra ese entre, espacio indiferenciado diario, esos instantes en los que volvemos a oír
de la soledad y ebriedad de los visitantes, entre el poema en medio de los ruidos, de las ciudades
la ternura y la violencia, la fiebre y el frío, la y de las tempestades electrónicas:
sombra y el espacio, la luz y la sombra.
La visión poética en el poema de Neruda, en Entre sombra y espacio, entre guarniciones y
doncellas,
síntesis, da el giro radical. Destruye la racionali-
dad y abre los vínculos más originarios entre las dotado de corazón singular y sueños funestos,
cosas. Nombra esas relaciones sin nombrarlas, precipitadamente pálido, marchito en la frente
da indirectamente indicios de esos ligamentos y con luto de viudo furioso por cada día de vida,
de los opuestos. Deja aparecer lo uno y lo otro,
ay, para cada agua invisible que bebo
se vuelve antiplatónica, estalla de ebriedad y
soñolientamente
sobriedad. La visión poética de Residencia en la
tierra prepara para otra experiencia histórica y de todo sonido que acojo temblando,
que recorra lo invisible, lo no determinable, lo tengo la misma sed ausente y la misma fiebre fría,
ambiguo pero a través del cuerpo, de la carne, un oído que nace, una angustia indirecta,
de la materia, de la cotidianidad. Esta es la im- como si llegaran ladrones o fantasmas,
portancia del libro de Neruda: el nuevo juego
y en una cáscara de extensión fija y profunda,
de la palabra que nombra un mundo desborda
la racionalidad técnico-científica, la comodidad como un camarero humillado, como una
ética, la visión ilustrada y nos deja confundidos campana un poco ronca,
en lo abigarrado de la naturaleza. como un espejo viejo, como un olor de casa sola

Esta lectura del libro de Neruda deja la inquie- en la que los huéspedes entran de noche
tud sobre las íntimas relaciones entre poética perdidamente ebrios,
y política, entre ética y estética. Este modo de y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una
acercamiento abre el campo de estas relaciones ausencia de flores
sin limitar la interpretación a una ideológica o —posiblemente de otro modo aún menos
sociológica simple1. La poética reconstituye la melancólico—,
relación con el mundo de una forma más origi- pero, la verdad, de pronto, el viento que azota
naria y liberada de los discursos preestablecidos mi pecho,
de corte ideológico dogmático. Sin volverse neu-
las noches de substancia infinita caídas en mi
tral incita a la transformación de las condiciones
dormitorio,
mediatas e inmediatas del mundo. En este libro
de Neruda quizá estos vínculos hacen pensar el ruido de un día que arde con sacrificio
acerca del lugar de la poesía en la sociedad y su me piden lo profético que hay en mí, con
riqueza reflexiva y crítica frente a las imposicio- melancolía
nes culturales, las ideologías sutiles de la do- y un golpe de objetos que llaman sin ser
minación y los horrores de todas las violencias respondidos
ejercidas sin armas y con ellas. Con más razón, hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre
hoy, que el capitalismo, las tecnologías y las co- confuso.
municaciones han invadido las decisiones más
(38-39)
elementales de los seres humanos e imponen
la opinión pública y las encuestas, el poema se
1. En un breve artículo de
entreabre como un rumor por entre las grietas Bibliografía
Alfredo Lozada, titulado de estos efectos discursivos de la cultura.
«La interpretación socio- Adorno, Teodor. 1984. Teoría estética. Barcelona:
política de Residencia en
la tierra», se presentan al-
De ahí que el poema sea una de las configu- Orbis.
gunos aspectos de estas raciónes más políticas del pensamiento, pues Bachelard, Gaston. 1994. Poética de la ensoñación.
interpretaciones. A pesar
de lo determinante del con-
el lector, a la vez que va al origen de los vacíos México: Fondo de Cultura Económica.
texto histórico, Neruda se culturales, se distancia de sus determinaciones
sumerge en la experiencia Bachelard, Gaston. 2000. La intuición del instante.
angustiosa del lenguaje
inmediatas y retorna a ese mundo fáctico de
México: Fondo de Cultura Económica.
—en particular en este li- una manera abierta y plural para reconocer
bro— y establece los vín-
diversidades, diferencias y, sobre todo, actitudes Heidegger, Martin. 1983. Interpretaciones sobre la
culos con el contexto ca-
pitalista e industrial de la y actos propios, producto de sus condiciones y poesía de Hölderlin. Barcelona: Ariel.
sociedad actual, sin una
dependencia ideológica posibilidades. Quizá bajo la mirada de lo poéti- Heidegger, Martin. 1988. Qué es metafísica. Buenos
restringida. co se puedan reconocer esas ficciones alienantes Aires: Siglo Veinte Editores.

92 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 92 16/11/2010 02:25:36 p.m.


Enrique Rodríguez Pérez

"Canon antiguo". El umbral del paraíso. Grabado en metal. 100 x 70 cm.

Heidegger, Martin. 1990. De camino al habla. Bar- Jauss, Hans Robert. 2002. Pequeña apología de la
celona: Odos. experiencia estética. Barcelona: Paidós.
Heidegger, Martin. 1996a. Caminos de bosque. Lévinas, Emanuel. 2004. La teoría fenomenológica
Madrid: Alianza. de la intuición. Salamanca: Sígueme.

Heidegger, Martin. 1996b. Conferencias y artículos. Lozada, Alfredo. La interpretación sociopolítica


Barcelona: Odos. de Residencia en la tierra. http://www.jstor.org/sta-
ble/165109 (consultado el 6 de septiembre de 2009).
Heidegger, Martin . 2003a. Ser y tiempo. Madrid:
Neruda, Pablo. 1983. Residencia en la tierra. Bogotá:
Trotta.
Oveja Negra.
Heidegger, Martin. 2003b. Aportes a la filosofía. Ricoeur, Paul. 1987. Tiempo y narración i. Madrid:
Acerca del evento. Buenos Aires: Biblos. Ediciones Cristiandad.
Hölderlin, Friedrich. 1977. Poesía completa. Barce- Vattimo, Gianni. 1989. Más allá del sujeto. Barce-
lona: Río Nuevo. lona: Paidós.
Hölderlin, Friedrich. 1990. Ensayos. Madrid: Vattimo, Gianni. 1990. Fin de la modernidad. Bar-
Hiperión. celona: Gedisa.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 93

REVpalimpsesto_7_2010.indb 93 16/11/2010 02:25:36 p.m.


REVpalimpsesto_7_2010.indb 94
"Sur". Pinturas. 1999. Óleo y collage sobre lienzo.160 x 130 cm.

16/11/2010 02:25:44 p.m.


DOSSIER

"Luna". Planetas y viajeros.

REVpalimpsesto_7_2010.indb 95 16/11/2010 02:25:44 p.m.


REVpalimpsesto_7_2010.indb 96
Lloyd Godman y Lawrence Jones. Mythology of Place. Homage to James K. Baxter. «Baxter 1971» (1993-1994).

16/11/2010 02:25:47 p.m.


Caleb Harris* y Carlos Valderrama**

Seis poemas de J. K. Baxter

James K. Baxter: la poesía del profeta Jerusalem Daybook (1971) y Autumn Testament

E
(1972)—, me marcaron para siempre. Cuando
l cauce selvático del Río Whanganui tenía 21 años viajé a Hiruharama haciendo
está cargado con dos fuerzas elemen- autostop, una manera de llegar que resultaba
tales. Una es el agua oscura, lenta y simbólica puesto que ese poeta-profeta, James
limpia que se escurre de las montañas K. Baxter, hacía lo mismo para llegar a su comu-
del interior de la isla norte de Nueva Zelanda; la na, refugio de jóvenes drogadictos, alcohólicos
otra es la historia vívida de las tribus indígenas y demás gente aplastada y abrumada por la de-
Maorí y de los colonizadores europeos que han vastadora máquina del progreso en las décadas
vivido y viajado a lo largo del río y de los siglos. de los años sesenta y setenta. Llegué caminando
En un codo remoto del Whanganui, penetrado al pequeño grupo de casas de madera que se
para algunos por cierto misticismo natural, se apiñaba alrededor de una iglesia chica sobre la
encuentra un caserío llamado Hiruharama, orilla del río. Pronto me encontré frente a esa
palabra Maorí que significa Jerusalén. roca, cerca de la casa donde armó su comuna
James K. Baxter.
Jerusalén: asentamiento histórico, sitio de
una misión cristiana y más tarde epicentro de Hacia los años finales de su vida, Baxter adoptó
un acontecimiento único e impactante: el en- el nombre grabado en la roca, la versión Maorí
cuentro potente y tumultuoso de la poesía con de su primer nombre, Hemi, como manera de
la acción social, de la palabra con el hecho; el honrar al pueblo originario del país y para
encuentro de un poeta adolorido por la condi- solidarizarse con la lucha de la nación por una
ción de derrota de su comunidad con el mismo posición digna en la sociedad postcolonial. Fue
pueblo roto y vacío. Los dos acompañándose a un momento inolvidable: estar en ese lugar
la orilla del Whanganui en la búsqueda inten- tranquilo y vibrante; sentir algo de la presencia
sa —un tanto desesperada— por la justicia, la del poeta activista cuyos poemas implacables y
verdad, la plenitud y la realidad de la vida. Hoy apasionados por la palabra y el ser humano tu-
lo que queda en Hiruharama de ese momento vieron tanto impacto en Nueva Zelanda y otros
extraño y hermoso de la historia es una roca puntos del globo. Un impacto que aún resuena.
grande traída del río y puesta sobre una tum- Años después, me encuentro en Colombia y los traductores:
ba, una roca milenaria rodeada por el monte tengo la oportunidad de traducir sus versos al * Periodista y profesor neozelan-
fragrante, grabada con una inscripción breve; español. Ha sido un deleite descubrir que esos dés, estudiante de la Maestría
un nombre resonante, un nombre Maorí otor- poemas que amo no solo conservan para mí la en Estudios Literarios de la
Universidad Nacional de Co-
gado a un poeta descendiente de célticos: Hemi. fuerza de siempre, sino que hasta cobran, en lombia.
este país, en este pueblo y en este lenguaje, una harris.caleb@gmail.com
Yo nací en Nueva Zelanda poco después de la
carga aún más resonante.
muerte de esa figura gigante en la historia lite- **Traducción y notas.
raria y social de mi país. Sus palabras escritas en James Keir Baxter usaba la poesía como fósforo car _ vald@hotmail.com
la comuna de Jerusalén en el Río Whanganui, para encender el debate social apasionado en [Las notas fueron hechas por
recogidas en las últimas tres colecciones de un país que no estaba acostumbrado ni a la los mismos traductores. Nota
controversia, ni al cambio, ni a la fuerza activa y de la revista]
poesía de su vida —Jerusalem Sonnets (1970),

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 97

REVpalimpsesto_7_2010.indb 97 16/11/2010 02:25:47 p.m.


Seis poemas de J. K. Baxter

L. Godman y L. Jones. Mythology of Place. «Resonance ix. Sod Hut on Scroggs Hill Road, Brighton» (1994).
determinante de la poesía en la sociedad. Baxter que la poesía no existe para amenizar cenas
era un profeta que usaba sus versos como armas refinadas o adornar torres de marfil, sino para
contra la pereza, el miedo, los prejuicios y la aliviar a los reprimidos y desesperados, para
hipocresía de su medio social, hasta que más alterar el tono adormecido de la vida pública
tarde, cansado de la palabra aislada, optó por e inquietar la complacencia reinante. James K.
la acción (no-violenta y social) para despertar a Baxter es, tal vez, el más conocido y destacado
la comunidad y así apostarle por fin a cambios poeta de Nueva Zelanda, uno de los más leídos
reales, sociales. En sus últimos años caminaba y comentados de Oceanía, y dueño además de
descalzo por todo el país, «desde la cola del un lugar notable dentro de toda la poesía en
pez hasta la nariz», como él mismo escribió. inglés del siglo xx.
Una figura apocalíptica con sus ojos fulgentes,
Oceanía —esa región erróneamente llamada
el pelo y la barba nudosos, los pies maltrechos
«continente» en las escuelas colombianas—
y desnudos, el abrigo largo dando aletazos y la
es un territorio inmenso y extremadamente
voz vibrante tronando desde los atriles de las
diverso, que incorpora tanto a las islas pe-
universidades, colegios, ayuntamientos y plazas
queñas e incontables del océano más extenso
principales de la nación, llamando a la gente a
del planeta, el Pacífico, como a la más grande
una toma de conciencia fundamental de su pér-
de todas —única por ser, a la vez, isla, país y
dida de valores esenciales en medio de la vida
continente—, Australia. Oceanía es una región
occidental, materialista, moderna, antiséptica.
cuya gigante extensión, de casi medio planeta,
Baxter era un poeta que vivía completamente fue explorada y habitada a lo largo de los siglos
electrificado por el poder transformador del por los navegantes más hábiles e ingeniosos de
lenguaje y por la necesidad de relacionarse real- todos los tiempos, los Polinesios; y cuyo borde
mente con sus conciudadanos, de comunicarse extremo sureño está puntuado por unas islas
en forma esencial. Era una figura controvertida aparentemente perdidas en la inmensidad
que perturbaba continua y deliberadamente al azul, islas volcánicas, verdes, húmedas y mon-
establishment con su insistencia en que el poeta tañosas, de una longitud parecida a la del río
tiene que ser escuchado, en su convicción de Magdalena desde su norte subtropical a su sur

98 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Caleb Harris y Carlos Valderrama

L. Godman y L. Jones. Mythology of Place. «Resonance iii. The rock, Prometheus, Brighton Beach» (1993-1994).
subantártico; islas que —a pesar de que uno de James Keir Baxter (1926-1972) era poeta por
los dos idiomas oficiales sea el inglés— yacen vocación. A la edad de 11 años, en su primer
en el punto poblado del planeta más distante de libro de manuscritos, escribió con la pluma de
Inglaterra. Por un accidente de la historia, esas un gallo:
islas llegaron a recibir el nombre de una pro-
Libro 1
vincia holandesa, pero su nombre autóctono,
Poesía Original
en la otra lengua oficial —la lengua indígena
J. K. Baxter
Maorí— significa «Tierra de la larga nube blan-
Nacido el 29 de junio de 1926
ca»: Aotearoa; Nueva Zelanda.
Morirá cuando a él y a la naturaleza les parezca justo.
Nueva Zelanda es una región que no aparece
con trazos definidos a los ojos de América Desde este comienzo prematuro en las letras,
Latina. De algún modo aparecen difusas esas durante sus 46 años de vida produjo unos 13
tierras escasamente pobladas, pero ricas en volúmenes de poesía, cinco de obras de teatro,
historia y cultura, como Samoa, Tonga, Fiji, cuatro de crítica literaria y uno de reflexiones
Hawai, Vanuatu, Tokelau, la Isla de Pascua, las espirituales. Después de su muerte se publica-
Islas Cook, Australia y Aotearoa. Sin embargo, ron otros siete libros de poemas, una colección
a pesar de este desconocimiento, hay paralelos, de sus obras de teatro, dos más de reflexiones
encuentros y semejanzas interesantes, además espirituales y una novela. Además de poeta,
de diferencias sugestivas, entre las sociedades Baxter era comentarista y crítico social y lite-
latinoamericanas y las de Oceanía y, acaso por rario, profesor, dramaturgo, cartero, obrero,
lo mismo, entre sus literaturas. Es en esa co- editor, catequista y filósofo. Su imagen en la
nexión que consideramos pertinente traducir y mente del neozelandés es la del poeta-profeta. A
examinar la obra y la vida de uno de los poetas través de su obra poética y dramática, Baxter se
más importantes de esta región, un poeta que dedica a escudriñar la sociedad y a encontrarla,
personifica las tensiones, contradicciones y por lo general, deficiente; sin embargo, nunca
riquezas humanas y culturales, no solamente dejará de amarla con sinceridad, extáticamente,
de esta parte del globo, sino del mundo entero. y nunca dejará de trabajar para su redención,

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 99

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Seis poemas de J. K. Baxter

L. Godman y L. Jones. Mythology of Place. «Resonance xv. Panorama of Aramoana from Taiaroa Heads» (1994).

ya sea a través de la acción social, ya sea desde freían salchichas, y mientras la nieve llegaba oscura
el atril o con la pluma. yo temía una muerte por congelación en la ingle fría
Poeta bacanal que celebra el goce pagano de la y tramaba una revolución. Sus pulgares negros e
vida y se deleita en escandalizar a las matronas hinchados
y curas mojigatos, Baxter también ahonda pro- explicaban la hermandad del hombre [...]
gresivamente en las tradiciones más místicas de
la iglesia cristiana (cuáquera, anglicana, católi- El pacifismo y los principios de justicia de sus
ca), y en las tradiciones espirituales orientales padres influirían mucho en Baxter, quien par-
y antiguas. Baxter, que denuncia la injusticia ticipó en las protestas estudiantiles de la Uni-
social y el materialismo endémico en una so- versidad de Otago y escribió poemas polémicos
ciedad occidental del siglo xx, se revela a veces en contra de la Guerra de Vietnam de los años
como padre y marido tierno, comprometido y sesenta («Un balde de sangre por un dólar» o «El
apasionado, pero en pocas ocasiones logra vivir lamento del artillero», por ejemplo). La protesta,
tranquilamente con su familia por el miedo a que generalmente se mantuvo fuera del pan-
caer en la trampa de la hipoteca y la domesti- fletismo por su firme compromiso estético y su
cidad acomodada y anestésica. Libró batallas vivaz sentido del humor, era una nota frecuente
durante toda la vida contra su alcoholismo y, en la producción poética de Baxter. Su voz se le-
antes de su temprana muerte, se solidarizó vantó a menudo contra asuntos como el racismo
con los drogadictos, alcohólicos, indigentes y la pobreza institucionalizada, la criminaliza-
y demás seres dañados por la vida urbana y ción de los pobres y de los adictos, la burocracia
desalmada de la sociedad moderna. Al salir desmesurada, la dinámica deshumanizante
de un ambiente familiar saturado por el saber del mercado y de las instituciones educativas,
erudito y académico céltico-anglosajón, Baxter el moralismo barato y fácil, el mojigatismo y
se empeña en comprobar que la cura definitiva la hipocresía social. A veces, Baxter dejó que
para las enfermedades socio-culturales de su sus convicciones predominaran por encima
país, lejos de ser las tradiciones y conocimientos de la propuesta estética; entonces hay poemas,
introducidos por Europa, es la antigua cultura sobre todo tardíos, que tienen un fuerte tinte
tribal, comunitaria y compartida del pueblo moralizante. Sin embargo, en el grueso de su
indígena, los Maorí. obra, el poeta alcanza a subordinar el mensaje
a la palabra poética, y hasta en sus momentos
Su poesía hace de esta vida llena de tensiones
más estridentes hay a menudo un leitmotiv de
y contradicciones una especie de mitología
misericordia, el humor y la solidaridad huma-
personal; en este sentido, vale la pena explorar
na, incluso para con sus blancos preferidos: los
algunos detalles de la biografía del poeta. Su
hipócritas, los sentenciosos, los mezquinos, los
padre tuvo firmes convicciones pacifistas y pasó
violentos y los intolerantes. Se nota este toque
parte de la Primera Guerra Mundial en una
en poemas como «La vida y la muerte sagrada
cárcel especial para los prisioneros objetores de
de Concrete Grady», que describe los juicios
conciencia, aquellos que se rehusaron a ir a la
finales respectivos de Concrete Grady, un indi-
guerra por mantener firmes sus convicciones de
gente alcohólico, y de Cogwarden, un bastión
no-violencia. La imagen de su padre castigado
de la comunidad de la «gente de bien» que se
por creencias ideológicas, morales y sociales
caracteriza, como todo bastión, por su espalda
marcó la vida del joven Baxter. Más tarde, en
recta y su corazón duro:
una de sus colecciones emblemáticas, Cartas de
la Isla de los Cerdos (Pig Island Letters) escribió: Cien taxis suben la colina del Estado
detrás del coche fúnebre que lleva el tapón del
Cuando yo era solo semen en una glándula
mundo,
o menos, mi padre estaba colgado
señor Cogwarden, amigo de Hammarskjöld,
de un poste de tortura en La Granja del Fango
al fuego. ¿Quién escuchó el portazo desde el cielo
porque él no mataría. Los guardias
aquel día azulado en que este mandó a la policía

100 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Caleb Harris y Carlos Valderrama

L. Godman y L. Jones. Mythology of Place. «Resonance xix. Panorama of West Matukituki Valley» (1994).
a quitar al viejo Grady de su puerta? influenciada por el humanismo educado y los
Los medios de Dios son oscuros. Cogwarden principios pacifistas, anti-autoritarios e iguali-
nunca bebía taristas, Baxter se convirtió al anglicanismo y
ni violaba cabras, pero algo hedía. luego al catolicismo, ambas veces, al parecer,
por una fuerte atracción hacia aspectos de las
[...]
tradiciones místicas y humanistas de aquellas
Aunque él tomaba alcohol metílico y es té lo que
iglesias. Su experiencia religiosa era, al parecer,
tú tomas,
profundamente personal, sincera e intensa, no
donde yace Grady, te encontrarás. motivada por el moralismo o la religiosidad hue-
ca y externa de muchos de sus contemporáneos.
Estas actitudes contestatarias tuvieron su gé-
nesis no solamente en la formación familiar La tercera causa biográfica de esa motivación
de Baxter, sino también en tres fuentes claves: social en su obra y vida fue un viaje a Oriente
primero, la influencia del canon de la poesía en que emprendió a finales de los años cincuenta,
inglés, en especial W.B. Yeats, D. Thomas, W.H. como beneficiario de una beca, en el cual visitó
Auden, S. Spender, L. MacNeice y C. Day Lewis. naciones como la India, que estaban sacudidas
Todos ellos lidiaban con las grandes cuestiones hasta los cimientos por la desesperación de la
sociales de su época a través de los temas de su pobreza y la miseria. Esta experiencia chocante
poesía, lo que seguramente tuvo que afectar al y visceral de la desigualdad y del sufrimiento
joven Baxter, que los leyó vorazmente durante humano incendió su espíritu y quedó grabada
toda la vida. De hecho, su niñez estuvo muy en su práctica poética subsiguiente. Esto le dio
marcada por la poesía: sus padres y abuelos el impulso de dejar a su esposa e hijos para
recitaban fácilmente y con frecuencia tesoros irse a Jerusalén, para crear una comuna, para
de la literatura inglesa. Después de un periodo solidarizarse con la gente más destrozada de
juvenil, cuando no logró escapar del peso de su sociedad y para aguantar en carne propia la
la influencia de estos y otros maestros, Baxter pobreza y el dolor. Cuando regresó de la India,
estaba cada vez más seguro de su propia voz empezó a poner sus convicciones en acción,
original, inventiva y perspicaz. diciendo que ya a él la palabra le parecía estéril
En términos de influencias, Baxter también ha y vana, y que lo que necesitaba era acción, praxis.
sido comparado con poetas de la generación Baxter cambió su enfoque principal de la
Beat norteamericana, como A. Ginsberg, y sus poesía al trabajo social y voluntario en la ca-
precursores —W. Whitman y R. Lowell—. El pital, Wellington, y en la ciudad más grande,
estilo de Baxter evolucionó desde unos prime- Auckland, con los abandonados y «desechables»
ros poemas de corte barroco y a veces gran- de la sociedad, los adictos y los indigentes.
dilocuente, hasta un estilo fino, muy propio, Fundó un albergue, intentó armar una socie-
directo, intenso y eficaz en su rechazo de todo dad equivalente a «Alcohólicos Anónimos»
adorno superfluo, de tono escueto y sobrio, pero para drogadictos y luego se fue con su llamada
a la vez poseedor de gracia esbelta, contundente «Tribu de los huérfanos» a Hiruharama. Ahí
y electrizante.
pasó la mayor parte de los últimos años de su
La segunda influencia que explica la orien- vida intentando practicar, con grados variables
tación de Baxter hacia lo social era su interés de éxito y coherencia —y siempre bajo el ojo
innato por la religión, la espiritualidad y la sentencioso de los medios, las autoridades y
mitología. Tal interés le otorgaba una capacidad otros críticos— lo que él llamaba la «filosofía
de ver en cada encuentro específico de su vida comunitaria de los Maorí». Era un esfuerzo en
algo universal que le remitía a la condición contra de lo que él veía como las tendencias ex-
general del hombre. Después de una crianza cluyentes, aislacionistas y elitistas de la sociedad

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 101

REVpalimpsesto_7_2010.indb 101 16/11/2010 02:25:55 p.m.


Seis poemas de J. K. Baxter

L. Godman y L. Jones. Mythology of Place. «Resonance xi. Taieri River near the Mouth» (1994).
occidental, y, aunque no siempre tuvo éxito en los simples lenguajes nacionales solamente
sus metas elevadas, la comuna ribereña sí llegó apuntan, y a la que la poesía en toda lengua
a tener el carácter profético, simbólico e inspi- está consagrada.
rador de su fundador. Hoy en día la memoria
La traducción en conjunto nos ha permitido
del proyecto de Hiruharama sirve como un
llenar los vacíos lingüísticos, musicales y cultu-
llamado a tomar conciencia por el país y, por
rales del otro; cada uno se empeña, frente a cada
qué no, por el mundo.
palabra y cada verso, en descubrir los límites y
Cuando murió en Auckland de una trombosis las profundidades de su propia lengua, que no
coronaria el 22 de octubre de 1972 (quizás par- deja de ser imperfecta y pobre frente al desafío
cialmente ocasionada por su compromiso hasta que impone la poesía. La traducción exige una
el agotamiento con la comuna), dejó dos heren- lectura pausada y atenta. Por lo tanto, esas
cias principales. No solo los cientos de páginas cualidades de los versos de Baxter que siempre
de poemas destacados que se han mantenido me han llamado la atención —ese goce de la
vivos estética y temáticamente a través de los palabra, que asegura que su arte no se ahoga de-
años, sino también el grito de llamada para bajo de la intensidad de su mensaje; ese humor
crear una comunidad más justa y humana, un negro, mordaz y chispeante; esa originalidad
grito cuyo eco ha sabido soportar el paso de y honestidad de su voz; esa mirada profunda
las décadas. a lo universal del hombre desde lo particular;
esa carga enérgica de la palabra primigenia—,
A pesar del tono agridulce de alienación y esos placeres no solamente se han conservado,
dislocación que hay en muchos de sus poemas para mí, en el proceso de traducción, sino que
—o tal vez por ello—, la fuerza dominante de se han intensificado.
la vida y la obra de James K. Baxter se puede
resumir en la palabra Maorí que a él le gustaba, Por tales razones, estamos en vías de producir
quizás, más que todas las de esa lengua elegan- un proyecto más grande de traducción de Bax-
te: ároha, amor. ter, que probablemente constituya el primer li-
bro de los poemas suyos en español. Para tal fin,
Quisiera añadir unas pocas palabras sobre esta hemos buscado y logrado una colaboración con
experiencia particular de la traducción literaria el Centro Neozelandés de Traducción Literaria
y sobre cómo estos poemas, a la vez exóticos y (nzclt), perteneciente a la Victoria University de
familiares, llegaron a las manos del lector. Con Wellington, y con la Fundación Baxter (Baxter
mi compañero de traducción, de lectura, de Trust), con cuyo generoso permiso estamos
poesía y de tertulias literarias, Carlos Valderra- publicando esta pequeña muestra de lo que
ma, he tenido una experiencia muy alentadora esperamos sea algo más extenso. Esperamos
y fructífera de la traducción literaria con los que ese proyecto, a largo plazo, pueda involu-
poemas de Baxter. Muchos piensan que el reto crar al nzclt, al Baxter Trust, a la Universidad
de traducir poesía puede ser ingrato y hasta Nacional de Colombia y a las demás universi-
quijotesco, que casi no valdría la pena por la dades de Nueva Zelanda; extenderse a traducir
imposibilidad de hacer llegar, en otra lengua, otros poetas neozelandeses, colombianos y
la fuerza original de un poema, dado que un latinos, y establecer fuertes lazos de coopera-
poema hermoso y contundente en su lengua ción literaria y cultural entre estos países. Por
original ya es en sí mismo una hazaña. Todo su amable apoyo, consejos y colaboración con
eso es cierto. Pero para nosotros no solamente este proyecto, nos gustaría agradecer a la Dra.
ha valido la pena, sino que ha llegado a ser una Jean Anderson y a la Dra. Carolina Miranda del
experiencia asombrosa, lúdica, enriquecedora; nzclt y Victoria University, al Dr. Paul Millar
una experiencia del poder de ese lenguaje que de las universidades Victoria y Canterbury, a
va más allá del español, del inglés o el suahili, Nancye Bourke de la Sociedad Neozelandesa
el contacto con un habla originaria a la cual de Autores y a John Baxter del Baxter Trust.

102 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Caleb Harris y Carlos Valderrama

Agradecemos al fotógrafo Max Oettli que ha Howrah Bridge (1961)


participado en el proyecto con sus fotografías Three Women and the Sea (obra de teatro, 1961)
y también al fotógrafo Lloyd Godson, que ac-
The Spots of the Leopard (obra de teatro, 1962)
tualmente prepara un libro, Mythology of Place,
con imágenes de los lugares significativos en la Pig Island Letters (1966)
poesía de Baxter y que amablemente ha cedido The Lion Skin: Poems (1967)
algunas de las fotos de ese proyecto para que Aspects of Poetry in New Zealand (crítica literaria,
acompañen esta traducción. 1967)
Para cerrar, esperamos que esta selección de The Man on the Horse (crítica literaria, 1967)
la poesía de James K. Hemi Baxter lleve algo The Devil and Mr. Mulcahy [and] The Band Rotunda
de la fuerza original de los poemas urgentes, (obras de teatro, 1971)
elegantes y profundamente sentidos. También
The Sore-Footed Man [and] The Temptations of
guardamos la esperanza de que esta pequeña
Oedipus (obras de teatro, 1971)
selección pueda ser un barco para que el lector
colombiano llegue a conocer ese país tal vez The Flowering Cross (escritos espirituales, 1969)
exótico y desconocido de Aotearoa-Nueva The Rock Woman (1969)
Zelanda; pero más allá de eso, considero que Jerusalem Sonnets (1970)
ese barco lírico servirá para navegar las almas
Jerusalem Daybook (1971)
de los hombres de todos los países. Vale la pena
leer a Baxter, no solo por lo que tenga de «rare- Autumn Testament (1972)
za» para el lector latino, sino porque es un poeta
Obras póstumas:
cuya voz lúcida y llamativa resuena tanto en
Colombia como en cualquiera lugar del mundo. The Six Faces of Love (reflexiones espirituales, 1972)
Thoughts About the Holy Spirit (reflexiones espi-
Bibliografía rituales, 1973)
Stonegut Sugar Works, Junkies and the Fuzz, Ode to
Obras de Baxter1:
Auckland, and Other Poems (1972)
Beyond the Palisade (1944) Two Obscene Poems (1973)
Blow, Wind of Fruitfulness (1948) The Tree House (poesía para niños, 1974)
The Fallen House (1953)
The Labyrinth: Some Uncollected Poems 1944–72
The Fire and the Anvil (conferencias sobre poesía, (1974)
1955)
The Bone Chanter: Unpublished Poems 1945–72
Traveler’s Litany (1955)
(1976)
The Iron Breadboard: Studies in New Zealand Wri-
The Holy Life and Death of Concrete Grady: Various
ting (crítica literaria, 1957)
Uncollected and Unpublished Poems (1976)
The Nightshift: Poems on Aspects of Love (1957)
Collected Poems (1980)
In Fires of No Return (1958)
Collected Plays (obras de teatro, 1982)
Jack Winter’s Dream (obra de teatro para radio,
1958; publicada y puesta en escena, 1960, y lle- Horse (novela, 1985)
vada al cine en 1979)
Max Oettli. «Globe Hotel, Auckland» (1993).

1. Los títulos hacen refe-


rencia a obras de poesía
a no ser que se indique
otra cosa.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 103

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Seis poemas de J. K. Baxter

El Jesús Maorí The Maori Jesus


Yo vi al Jesús Maorí I saw the Maori Jesus
caminar sobre las aguas del puerto de Wellington. Walking on Wellington Harbour.
Vestía bluyines. He wore blue dungarees.
Su barba y su cabello estaban largos. His beard and hair were long.
Su aliento olía a mejillones y paraoa. His breath smelt of mussels and pararoa.
Cuando sonreía, parecía el alba. When he smiled it looked like the dawn.
Cuando se tiraba un pedo los pececitos temblaban. When he broke wind the little fishes trembled.
Cuando fruncía el ceño la tierra se sacudía. When he frowned the ground shook.
Cuando reía todo el mundo se emborrachaba. When he laughed everybody got drunk.

El Jesús Maorí atracó The Maori Jesus came on shore


y eligió a sus doce discípulos. And picked out his twelve disciples.
Uno limpiaba inodoros en la Estación del One cleaned toilets in the Railway Station;
Ferrocarril; His hands were scrubbed red to get the shit out of
y restregaba sus manos rojas para sacar la mierda the pores.
de los poros. One was a call-girl who turned it up for nothing.
Otra era una puta que se entregaba por nada. One was a housewife who’d forgotten the Pill
Una era ama de casa que olvidó tomar la píldora And stuck her TV set in the rubbish can.
y tiró su tele a la caneca de la basura. One was a little office clerk
Otro era un oficinista pequeñito Who’d tried to set fire to the Government Buildings.
que había intentado prender fuego a los Edificios Yes, and there were several others;
del Gobierno. One was an old sad quean;
Sí, y había varios otros; One was an alcoholic priest
uno era un travesti triste y viejo; Going slowly mad in a respectable parish.
otro era un sacerdote alcohólico
que enloquecía lentamente en una parroquia The Maori Jesus said, ‘Man,
respetable. From now on the sun will shine.’

El Jesús Maorí dijo, ‘Hombre, He did no miracles;


desde ahora el sol brillará.’ He played the guitar sitting on the ground.

No hacía milagros; The first day he was arrested


tocaba la guitarra sentado en el suelo. For having no lawful means of support.
The second day he was beaten up by the cops
El primer día fue arrestado For telling a dee his house was not in order.
por no tener medios lícitos de ganarse la vida. The third day he was charged with being a Maori
El segundo día los policías le dieron una paliza And given a month in Mount Crawford.
por decirle a un sargento que su casa no estaba en The fourth day he was sent to Porirua
orden. For telling a screw the sun would stop rising.
El tercer día lo acusaron de ser un Maorí The fifth day lasted seven years
y le dieron un mes en Mount Crawford. While he worked in the asylum laundry
El cuarto día lo enviaron a Porirua Never out of the steam.
por decirle a un guardia que el sol no saldría más. The sixth day he told the head doctor,
El quinto día duró siete años ‘I am the Light in the Void;
mientras trabajaba en la lavandería del asilo I am who I am.’
sin salir nunca del vapor. The seventh day he was lobotomised;
El sexto día le dijo al director, The brain of God was cut in half.
‘Yo soy la Luz en el Vacío;
yo soy quien soy.’ On the eighth day the sun did not rise.
El séptimo día fue lobotomizado; It didn’t rise the day after.
el cerebro de Dios fue cortado en dos. God was neither alive nor dead.
The darkness of the Void,
El octavo día el sol no salió. Mountainous, mile-deep, civilized darkness
No salió tampoco al día siguiente. Sat on the earth from then till now.
Dios no estaba ni vivo ni muerto.
La oscuridad del Vacío,
una oscuridad gigante, de una milla de
profundidad, civilizada
se sentó sobre la tierra desde entonces hasta ahora.

104 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Caleb Harris y Carlos Valderrama

L. Godman y L. Jones. Mythology of Place. «Resonance xvii. Lower Matukituki Valley» (1994).
Nueva Zelanda New Zealand
para Monte Holcroft for Monte Holcroft

Estas islas sin forma, sobre la mesa del carpintero, These unshaped islands, on the sawyer’s bench
esperan el cincel de la mente, Wait for the chisel of the mind,
cañones verdes al sur, inmensos y pasivos, Green canyons to the south, immense and passive,
penetrados raras veces, sembrados solo Penetrated rarely, seeded only
por las balas que exterminan venados, o si no al By the deer-culler’s shot, or else in the north
norte Tribes of the shark and the octopus,
las tribus del tiburón y del pulpo, Mangroves, black hair on a boxer’s hand.
manglares, pelo negro en la mano de un boxeador.
The founding fathers with their guns and bibles,
Los padres fundadores con sus fusiles y biblias, Botanist, whaler, added bones and names
botanista, ballenero, añadieron huesos y nombres To the land, to us a bridle
a la tierra, a nosotros una brida As if the id were a horse: the swampy towns
como si el Ello fuera un caballo: los pueblos Like dreamers that struggle to wake,
pantanosos
parecen soñadores que luchan por despertar, Longing for the poet’s truth
And the lover’s pride. Something new and old
anhelando la verdad del poeta Explores its own pain, hearing
y el orgullo del amante. Algo nuevo y viejo The rain’s choir on curtains of grey moss
explora su propio dolor, escuchando Or fingers of the Tasman pressing
el coro de la lluvia sobre cortinas de musgo gris On breasts of hardening sand, as actors
o los dedos del Tasmania apretando Find their own solitude in mirrors,
senos de arena que endurecen, así como los
actores As one who has buried his dead,
encuentran en espejos su propia soledad, Able at last to give with an open hand.

como quien ha enterrado sus muertos,


por fin capaz de dar con mano abierta.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 105

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Seis poemas de J. K. Baxter

Max Oettli. «Displaced Citizen, Carpark 1968».


Gato Tomcat
Este gato atraviesa las This tomcat cuts across the
zonas de lo respetable zones of the respectable
a través de cercos, paredes, siguiendo through fences, walls, following
otras rutas, las suyas. Veo other routes, his own. I see
su boca de calavera triste bigotuda, caer the sad whiskered skull-mouth fall
abierta, quejumbrosa, pidiendo wide, complainingly, asking

que lo alcen y alimenten, cuando to be picked up and fed, when


subo a pasos sordos por el monte I thump up the steps through bush
a las 4 de la tarde. Él no tiene at 4 p.m. He has no
dignidad, ¡gracias a Dios! Se ha vuelto dignity, thank God! has grown
más viejo, más desaliñado, ceniciento older, scruffier, the ash-
el pelaje negro ostenta una o dos black coat sporting one or two

flores como estrellas redondas, medallas flowers like round stars, badges
de combates y peleas. La cabeza de serpiente of bouts and fights. The snake head
coronada con cicatrices ásperas, como costuras: is seamed on top with rough scars:
¡viejo Samurái! Se aloja old Samurai! He lodges
en sótanos, y el escroto tieso, in cellars, and the tight furred
afelpado lo empuja a librar guerras scrotum drives him into wars

como un loco, pero revolcándose en as if mad, yet tumbling on


la alfombra parece femenino, en pantalones the rug looks female, Turkish-
turcos. Su alarido de gaita al trousered. His bagpipe shriek at
amanecer gris me arrastró afuera en sluggish dawn dragged me out in
pijama, a buscarlo por el monte pyjamas to comb the bush
(estaba en tratamiento (he being under the vet

por mordeduras infectadas): el viejo tonto for septic bites): the old fool
en pie, rígido como un tablón, stood, body hard as a board,
corazón tronando, pelo en punta, en heart thudding, hair on end, at
la esquina de la casa, espantoso, the house corner, terrible,
gritándole a algo. Dijeron, yelling at something. They said,
‘Cápalo.’ Yo creo que no. ‘Get him doctored.’ I think not.

106 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 106 16/11/2010 02:26:03 p.m.


Caleb Harris y Carlos Valderrama

Max Oettli. «Framklin Road 11 p.m.».


Los íkonos The Ikons
Duras, pesadas, lentas, oscuras, Hard, heavy, slow, dark,
o así las encuentro, las manos de Te Whaea Or so I find them, the hands of Te Whaea

enseñándome a morir. Algún alivio vendrá luego Teaching me to die. Some lightness will come later
cuando el corazón haya perdido su esperanza When the heart has lost its unjust hope
injusta
For special treatment. Today I go with a bucket
de un trato especial. Hoy voy con un balde Over the paddocks of young grass,
sobre los potreros de hierba joven,
So delicate like fronds of maidenhair,
tan delicada como frondas de adianto, Looking for mushrooms. I find twelve of them,
buscando setas. Encuentro doce,
Most of them little, and some eaten by maggots,
la mayoría chicas, y algunas roídas por gusanos, But they’ll do to add to the soup. It’s a long time
pero servirán para echar a la sopa. Ya hace mucho now
tiempo
Since the great ikons fell down,
que los grandes íkonos cayeron, God, Mary, home, sex, poetry,
Dios, María, el hogar, el sexo, la poesía,
Whatever one uses as a bridge
cualquier cosa que uno use como puente To cross the river that only has one beach,
para cruzar el río que sólo tiene una playa,
And even one’s name is a way of saying —
y hasta el nombre de uno es una manera de decir — ‘This gap inside a coat’ — the darkness I call God,
‘Este vacío dentro de un abrigo’— la oscuridad
que llamo Dios, The darkness I call Te Whaea, how can they
translate
la oscuridad que llamo Te Whaea, ¿cómo pueden The blue calm evening sky that a plane tunnels
traducir through
el tranquilo cielo azul que un avión taladra
Like a little wasp, or the bucket in my hand,
como una avispa pequeña, o este balde en mi Into something else? I go on looking
mano,
en otra cosa? Sigo buscando For mushrooms in the field, and the fist of longing
Punches my heart, until it is too dark to see
setas en el potrero, y el puño del anhelo
golpea mi corazón, hasta que está muy oscuro
para ver.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 107

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Seis poemas de J. K. Baxter

El eje frío The Cold Hub


Tendido en vela sobre un banco del parque, Lying awake on a bench in the town belt,
solo, con dieciocho años, más o menos vivo, Alone, eighteen, more or less alive,
tendido en vela entre el sonido de los relojes, Lying awake to the sound of clocks,
el reloj del ferrocarril, el reloj del Ayuntamiento, The railway clock, the Town Hall clock,
el reloj de la Facultad, pulcro, tan exacto And the Varsity clock, genteel, exact
como la conciencia de un presbiteriano, As a Presbyterian conscience,
oí los erizos resoplando en derredor, I heard the hedgehogs chugging round my bench,
más frío que un hacha de hielo, más frío que un Colder than an ice-axe, colder than a bone,
hueso, Sweating the booze out, a spiritual Houdini
sudando el trago, Houdini espiritual Inside the padlocked box of winter, time and
en la caja encadenada del invierno, el tiempo y las craving.
ansias.
Sometimes I rolled my coat and put it under my
Algunas veces enrollaba mi abrigo y lo ponía bajo head,
mi cabeza, And when my back got frozen, I put it on again.
y cuando la espalda se congelaba lo volvía a vestir. I thought of my father and mother snoring at
Pensaba en mi madre y mi padre roncando en casa home
mientras el fuego se consumía en brasas como While the fire burnt out in feathery embers.
plumas. I thought of my friends each in their own house
Pensaba en mis amigos, cada uno en casa propia, Lying under blankets, tidy as dogs or mice.
tendidos, cobijados, tan en orden como perros o I thought of my med. student girlfriend
ratones. Dreaming of horses, cantering brown-eyed horses,
Pensaba en mi novia, estudiante de medicina, In her unreachable bed, wrapped in a yellow quilt.
soñando con caballos de ojos pardos a medio
galope, caballos And something bust inside me, like a winter clod
en su cama inalcanzable, envuelta en una colcha Cracked open by the frost. A sense of being at
amarilla, The absolute unmoving hub
From which, to which, the intricate roads went.
y algo explotó dentro de mí, como un pedazo de Like Hemingway, I call it nada:
tierra en invierno Nada, the Spanish word for nothing.
quebrado por la escarcha. Una sensación de estar Nada; the belly of the whale; nada;
en Nada; the little hub of the great wheel;
el eje inmóvil y absoluto Nada; the house on Cold Mountain
desde el cual, al cual, iban los caminos intrincados. Where the east and west wall bang together;
Como Hemingway, yo lo llamo nada: Nada; the drink inside the empty bottle.
nada, la palabra castellana para nothing. You can’t get there unless you are there.
Nada; la barriga de la ballena; nada; The hole in my pants where the money falls out,
nada; el pequeño eje de la rueda grande; That’s the beginning of knowledge; nada.
nada; la casa en Cold Mountain
donde las paredes del este y del oeste chocan; It didn’t last for long; it never left me.
nada; el trago adentro de la botella vacía. I knew that I was nada. Almost happy,
No puedes llegar allí si no estás allí. Stiff as a giraffe, I called in later
El agujero en mis pantalones por donde caen At an early grill, had coffee, chatted with the boss.
monedas,
eso es el principio del conocimiento; nada. That night, drunk again, I slept much better
At the bus station, in a broom cupboard.
Aquello no duró mucho; aquello jamás me dejó.
Supe que yo era nada. Casi feliz,
tieso como una jirafa, pasé luego
por una fonda abierta, tomé café, charlé con el
patrón.

Esa noche, borracho de nuevo, dormí mucho mejor


en la terminal de autobuses, en un armario para
escobas.

108 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Caleb Harris y Carlos Valderrama

Tiempo en las montañas High Country Weather


Solos nacemos Alone we are born
y morimos solos; And die alone;
Aun así contempla la nube roja, dorada Yet see the red-gold cirrus
que brilla en la montaña de nieve. Over snow-mountain shine.

Sobre el camino alto Upon the upland road


cabalga tranquilo, forastero: Ride easy, stranger:
entrega al cielo Surrender to the sky
tu corazón rabioso. Your heart of anger.

Max Oettli. «Auckland Museum, attendant catching spiders 1972».

Notas
El Jesús Maorí Los íkonos
Maorí: el pueblo indígena de Nueva Zelanda. Íkono: conservamos una particularidad ortográfica
del estilo de Baxter. Normalmente, en inglés, la
Wellington: la capital de Nueva Zelanda.
palabra ícono se escribe también con «c» (icon), pero
Paraoa: un pan tradicional de los Maorí. él insistía, por razones etimológicas y poéticas, en
escribir esta y otras palabras importantes de una
Mount Crawford: cárcel principal de Wellington. manera particular, en este caso ikon.
Porirua: asilo mental en la ciudad del mismo Te Whaea: en la lengua Maorí: la Fuente; la Madre
nombre. de Dios.

Nueva Zelanda
Tasmania: el mar entre Nueva Zelanda y Australia.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 109

REVpalimpsesto_7_2010.indb 109 16/11/2010 02:26:06 p.m.


Max Oettli. «Carved Maori Head, Ian Bretherton».

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ensayos ii

"Tierra". Planetas y viajeros.

REVpalimpsesto_7_2010.indb 111 16/11/2010 02:26:08 p.m.


REVpalimpsesto_7_2010.indb 112
“Esfinges”. Pinturas. 1995. Óleo y collage sobre lienzo. 140 x 180 cm.

16/11/2010 02:26:09 p.m.


Ricardo Rodríguez Morales*

Ernesto Volkening: un habitante


del reino intermedio

Resumen 1.

E
Este texto aborda la condición del emigrado a partir del
diario del ensayista y traductor alemán Ernesto Volkening l 24 de julio de 1934 se reunieron en la
(1908-1983). En la medida en que Volkening vivió cerca terraza del café Alsterpavillon, de la
de cincuenta años en Bogotá, la ciudad y sus gentes
aparecen constantemente en sus escritos. La búsqueda ciudad de Hamburgo, cuatro jóvenes
del reino en el exilio señala un aspecto determinante de para despedir a uno de ellos que quería
su estilo y de sus reflexiones sobre la identidad cultural y hacer la América, como se decía entonces cuan-
el papel de América Latina en la cultura de Occidente. El
reino intermedio aparece, entonces, como el puente que do algún europeo buscaba probar suerte al otro
une culturas, razas y lenguas; labor que también cumple lado del Atlántico. La noche que comenzaba a
el traductor en su oficio. cubrir a Europa con su manto de barbarie deja-
Palabras clave: exilio, trópico, Bogotá, reino intermedio, ría segadas en el campo de batalla las vidas de
cultura de Occidente, autonomía de la obra de arte. dos de ellos, al enrolarse más tarde en el ejér-
cito alemán. Werner Rehm murió en la batalla
Abstract de Stalingrado, a donde lo habían enviado sin
abrigo en pleno invierno. Kurt Hillesheim, un
Ernesto Volkening: an Inhabitant of the Intermediate hombre de una potencia intelectual superior en
Kingdom
muchos aspectos —según el testimonio de uno
This text addresses the condition of the emigrant through the de los sobrevivientes—, también cayó en suelo
diary of German essayist and translator Ernesto Volkening
(1908-1983). Since Volkening lived in Bogotá nearly fifty ruso fulminado por un obús. Walter Herberg
years, the city and its residents appear constantly in his fue llamado a filas en 1944, combatió en el
texts. The search for the kingdom in exile is an important
part of his style and his reflections on cultural identity and
frente occidental del ejército nazi, tomó parte
on Latin America’s role in Western culture. The interme- en la retirada de las tropas y cayó prisionero de
diate kingdom would thus be the bridge that brings races, los americanos que lo mantuvieron detenido el autor:
cultures and languages together; a role also played by the
translator’s art.
durante dos años, al término de los cuales regre- * Cursó estudios de economía e
saría a su patria, donde se casó y tuvo un hijo. historia del arte en la Universi-
Keywords: exile, tropics, Bogotá, intermediate kingdom, dad Nacional de Colombia. Es
Western culture, autonomy of the work of art.
Ernesto Volkening, el emigrado a América, se
autor de diversos ensayos so-
enteró de la suerte de sus tres compañeros mu- bre historia cultural y literaria
chos años después por una carta que le remitió de Colombia, y comentarista
Herberg —desde Tenerife a la librería Buchholz de libros en revistas culturales
de Bogotá. Desde hace varios
de Bogotá—, quien había leído el nombre de años colabora como corrector
su amigo de juventud en un ensayo de Günter de estilo y editor con distintas
Lorenz sobre las letras latinoamericanas. Her- instituciones y casas editoria-
les. En el 2004 publicó el li-
berg se puso en contacto con el autor del ensayo bro Walter Benjamin: salida de
en busca del rastro de su viejo amigo, y aquel emergencia.
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009
le aconsejó que se dirigiera a la revista Eco, de ricrod53@gmail.com

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 113

REVpalimpsesto_7_2010.indb 113 16/11/2010 02:26:09 p.m.


Ernesto Volkening: un habitante del reino intermedio

la cual era asiduo colaborador Ernesto Volk- El encuentro con Bogotá no mejoró el estado
ening. De ese último encuentro en Hamburgo de ánimo del expatriado: «La sensación de
recuerda Volkening que todos estuvieron de extrañeza se me hizo todavía más patente a mi
acuerdo en la manera de apreciar la situación: llegada a Bogotá: un cielo gris, los alrededores
«Cosas terribles habían sucedido, cosas aún más de la Estación de la Sabana pobres, deslucidos.
terribles estaban por suceder». A ninguno de Hasta la bosta de los caballos despedía un olor
ellos se le habría ocurrido contemporizar con la distinto del acostumbrado. (Lo que nada tiene
situación, hacer las paces con el régimen recién de raro puesto que aquí los caballos comen otra
entronizado. Los unía un rechazo total y abso- cosa)» (2004, 48). Volkening estableció su primer
luto al proyecto del Tercer Reich y es casi seguro domicilio en la parte alta de la ciudad, sobre las
que habrían suscrito un pacto de compromiso faldas del cerro de Monserrate, en el barrio de
como si se tratara de los tres mosqueteros y Las Aguas, desde donde se tenía una magnífica
el fiel D’Artagnan. Del destino aciago de sus vista de la ciudad que se adentraba en la sabana.
amigos de juventud se enteró Volkening, por la En esa época, Bogotá tenía unos 375.000 habi-
carta de su amigo, solo hasta el 13 de marzo de tantes y el corazón de la ciudad guardaba casi
1972, es decir, 38 años después de la despedida intacto su aspecto colonial caracterizado por
en el puerto de Hamburgo, cuando el emigrado una gran uniformidad: un mar ondulante de
europeo contaba ya 64 años de edad. «Bocados tejados rojos, en el cual era fácil orientarse por
que no se tragan fácilmente», es el comentario las cúpulas y torres de las iglesias, y por uno que
lacónico con que culmina Volkening la crónica otro edificio bancario, que fungían de boyas y
de este episodio en su diario (2004, 223-224). faros en el piélago urbano.
Ernesto Volkening vivió en Bogotá cerca de Pasará medio año antes de que Ernesto Volk-
medio siglo ejerciendo diversos oficios, pero ening descubra el discreto encanto de la capital
dedicado principalmente a la traducción, a la colombiana, ciudad a la que describe como una
lectura y a la escritura de diversos textos en los belle de nuit: «Luego de empinar el codo con Jesús
que predomina el género ensayístico. Arribó al Antonio Uribe en una de las viejas tabernas de
puerto de Buenaventura, en el Pacífico colom- la calle 13 salimos pasada la media noche, y vi
biano, con 25 años, procedente de Amberes, cómo conspiraban misteriosamente la luz y las
el puerto belga sobre el río Escalda en donde sombras en la pared de enfrente: Bogotá me
nació el 13 de septiembre de 1908; luego de había conquistado» (2004, 48). Cabe suponer,
graduarse de abogado en Alemania —la tierra desde luego, una conquista que tuvo su corres-
de sus antepasados— con una tesis sobre el pondiente grado de resistencia. A partir de en-
asilo diplomático, fue tras los pasos de su padre, tonces se produce un fenómeno que Volkening
radicado de tiempo atrás en esas tierras. Dato denomina su experiencia en el reino intermedio,
curioso: la fecha de embarque de Volkening es espacio entre dos realidades tangibles en que
la misma que figura en la tumba de su padre vive y sueña quien se ha exiliado sin estar lo
en el Cementerio Alemán de Bogotá: 26 de julio suficientemente formado en su cultura nativa
de 1934. ¿Viajó el joven abogado a sabiendas del antes de incursionar y echar raíces en un mun-
estado de salud de su padre (si es que estaba do nuevo. Tal es el estado espiritual que dice
enfermo, eso no lo sé), muerto a los 59 años, o es vivir Ernesto Volkening a horcajadas entre dos
apenas una ironía de la vida el que haya llegado continentes, dos culturas, dos lenguas; los dos
a Bogotá cuando el cadáver de su padre ya se rostros de Jano que, por definición, no pueden
enfriaba en tierra americana? En 1976, recor- conformar un rostro único, el de la identidad
dando este acontecimiento, anota Volkening en cultural que tanto dará que pensar al expatria-
su diario: «En aquella mañana del 20 de agosto do. «Una vez rota la barrera invisible que me
de 1934, cuando la “Odenwald” se acercaba a tenía vedado el acceso al país y su gente [anota
Buenaventura, la angustia, aún agravada por Volkening], fue construyéndose en mí aquello
la reciente noticia de la muerte de mi padre, que no era ni un sumergirse en el nuevo medio,
primaba sobre la emoción que suele preceder ni un consciente y decidido volver la espalda
el arribo a una terra incognita». No obstante, la al pasado, sino, precisamente, lo que se define
contundencia del Nuevo Mundo se impone al como el reino intermedio…» (2004, 49). En el
viajero, que procede a describir sus sentimientos concepto de reino intermedio empleado por
y emociones: Volkening resuena el eco del bardo, ese «estado
intermedio» que el Libro tibetano de los muertos
Era una mañana radiante, y de la costa venía soplando
enseña a atravesar y que no se presenta drásti-
una brisa preñada del dulce y embriagante aroma
camente distinto del mundo de los vivos, pero
de frutas del trópico; pero fue como si delante de mí
que no permite un retorno fácil.
se alzara una pared de tiniebla y, detrás de ella, se
extendiera la tierra del ocaso, tierra de los muertos. En la geografía psíquica del emigrado, este
Algo extraño, muy extraño, más extraño porque en reino intermedio —«esa cosa inmaterial, cosida
ese momento empecé a darme cabal cuenta de que con hilos de ensueño y telarañas [que] podría
por allá ya no me estaba esperando el querido viejo. llamarse el “sexto continente” [dice Volkening]
(Volkening 2004, 48) si no tuviera tanto de archipiélago, hasta de con-

114 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Ricardo Rodríguez Morales

“Démeter”. Cosmogonía. 1999. Sanguina sobre papel. 70 x 100 cm.


dición anfíbica en la que por partes iguales par- Sin embargo, la existencia de este reino inter-
ticipan ambos hemisferios, ¡y el mar, amigos, medio no es una creación meramente subjetiva,
el mar!» (2004, 47)— irrumpe en la madrugada como se podría creer en un primer momento,
del 21 de noviembre de 1976 durante la lectura sino que Volkening le atribuye además un espí-
de un ensayo de Rafael Gutiérrez Girardot (en ritu objetivo, una realidad anterior incluso a su
quien reconoce Volkening a otro habitante del propia «cosmogonía» e independiente de ella,
reino intermedio): «De improviso salió de las porque «el reino intermedio euroamericano
olas estigias del inconsciente, resplandeciente [es] un mundo espiritual de una extensión, una
bajo el sol matutino, la ingente masa flotante profundidad, una plenitud tales que ningún in-
de un ice-berg» (2004, 47). Conjeturando dividuo por sí solo hubiera podido engendrarlo»
sobre el origen de este reino ignorado, anota (2004, 49). Entre estos dos continentes que no
Volkening varios hechos destacados: el pro- han perdido su fisonomía propia hasta fundirse
ceso de asimilación de la herencia occidental en una sola masa indiferenciada, Volkening
bastante fragmentaria que se vio interrumpido cree desempeñar el papel de mediador que su
bruscamente con su traslado a América, que, a oficio de traductor busca materializar, además
los ojos del europeo, representaba lo nuevo de de su propia actividad literaria como ensayista
y divulgador de los valores más destacados de
«por allá» y de lo que tenía apenas una vaga
la corriente humanística que fluía a ambos lados
idea. «Lo nuevo era para mí lo desconocido
del Atlántico. «Veríase entonces que, en último
[agrega], lo extraño, por ende, algo vagamente
análisis [afirma Volkening], huelga inquirir por
amenazador: la esfinge» (2004, 47-48).
lo que sea “aporte subjetivo” y lo que resulte ser
Ahora bien, en la biografía de nuestro personaje “espíritu objetivo” o molde preexistente al cual
también jugaron circunstancias tempranas que se haya colado la masa candente de metal en
lo inclinaban hacia los territorios de ultramar, proceso de fusión» (2004, 50). El hecho escueto
como el hecho de que su padre fuera conocido es la existencia palpable de seres anfibios que
en Amberes como el «viejo suramericano», pueden vivir indistintamente en ambos medios
aquejado además de saudade por las tierras tro- y que juegan un papel clave en la transmisión
picales, y quien fue llenando la casa familiar de de mensajes y saberes para el mutuo enriqueci-
objetos y aromas de ese otro mundo a lo largo miento. En ellos, lo viejo y lo nuevo se conjuga
de sus continuos y prolongados viajes, los que de un modo distinto, y esto mismo los hace
introducía en medio de cuentos y relatos fas- extraños a los ojos de los habitantes de los dos
cinantes. La existencia, incluso, de un «cuarto continentes originarios.
salvaje» en la casa y «el olor a sal marina, yodo El ensayo que le dedica Volkening a La otra
y algas que salía del tarro de Capstan Navy Cut raya del tigre —la novela de Pedro Gómez Val-
en donde guardaba las conchas» contribuyeron derrama que relata el proceso de migración
al hecho, aparte de algunas lecturas ensoñado- alemana, alentado por el gobierno colombiano,
ras como El Amazonas del barón Damián von al Estado Soberano de Santander en la segunda
Schütz-Holzhausen y los libros de Alexander mitad del siglo xix— le permite profundizar
von Humboldt (2004, 49). en la circunstancia que enfrenta el europeo

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 115

REVpalimpsesto_7_2010.indb 115 16/11/2010 02:26:11 p.m.


Ernesto Volkening: un habitante del reino intermedio

transplantado en el trópico. Geo von Lengerke en el prólogo de su libro Los paseos de Lodovico,
lideró el proceso de asentamiento de más de dedicado a su esposa (Volkening 1974, ix).
cien hombres jóvenes —en su mayoría, solte-
Si el hecho de ser un paseante define el talante
ros, comerciantes cultos y de buenas familias,
de una persona, podemos afirmar sin ambages
entre ellos algunos pertenecientes a la nobleza
que Ernesto Volkening poseía el carácter del
imperial alemana— en el Estado Soberano de
flâneur, el caminante que incursiona por los
Santander y es el protagonista principal de esta
senderos del mundo al acecho de lo que pueda
biografía novelada o novela histórica aparecida
depararle el instante. Los hallazgos que arrojen
en 1977. Al preguntarse por la situación vital
tales desplazamientos se dispondrá a consig-
de este hombre en el momento de su llegada,
narlos en su cuaderno de notas como se fija en
y aun después de haber echado raíces en tierra
el corcho la mariposa atrapada en la red. Solo
americana, dice Volkening: «Por experiencia
hay que estar atento para descubrir el hecho, el
propia solo sé que no cabe hablar en tales casos
motivo, y buscar la ocasión propicia para con-
de una ruptura o solución de continuidad entre
signarlo. Un ejemplo de esto lo encontramos en
el pasado y el presente, cual si el mundo que
la anotación del diario del 21 de septiembre de
uno dejó atrás se hubiera hundido en el mar
1975, donde dice: «En mis paseos de la tarde por
del olvido y empezara para el inmigrante una
el viejo Chapinero (o lo que de él queda) surge
como “segunda vida” totalmente distinta de
a veces del estrépito de la gran ciudad una isla
su pretérita existencia» (1977b, 308). Por más
de silencio profundo, absoluto, inverosímil.
maleable que sea el viajero para adaptarse a
Tales instantes me producen una sensación de
sus nuevas condiciones de vida, lleva a cues-
felicidad intensa, si bien fugaz, como no la he
tas todo un bagaje de ideas y costumbres que
conocido desde hace mucho tiempo» (2004, 45-
conforman su patrimonio espiritual, todo un
46). De esta descripción de sensaciones íntimas
cúmulo de «aromas, fragancias, voces, rostros,
pasa enseguida a una reflexión de alto vuelo:
reliquias ancestrales» (1977b, 308) que moldean
«Es como si se oyera entonces el eco de aquel
su percepción y sentimiento del mundo. Y como
silencio solemne que debía reinar en la tierra
si fuera poco, aun antes de pisar la nueva tie-
antes de aparecer el hombre y que volverá a
rra prometida tiene ya en su inconsciente una
reinar cuando de ella haya desaparecido» (46).
imagen fantasmagórica acabada de las Indias,
conformada, de una parte, por el legado hu- Conocer, contemplar, requiere de un esfuerzo
manista del Renacimiento europeo y, de otra, por depurar el objeto de todo aquello que pueda
por los relatos entusiastas de los viajeros, tan contaminarlo, empezando por la misma perso-
cargados de la tradición romántica. nalidad del observador, sus gustos y prejuicios;
un intento de borrarse del paisaje para ver lo
El choque con la realidad del Nuevo Mundo se
que el paisaje es en su propia desnudez. Ya el 7
encargará de corregir la imagen ideal del trópico
de junio de 1959 había consignado Volkening
que el inmigrante traía en su equipaje mental,
en el diario este pensamiento que condensa un
hasta el momento en que de dicha fusión surja
propósito, un programa de vida: «Desarrollar
una especie de «tercer mundo» que se inter-
en mí con la más severa unilateralidad el órgano
ponga entre el de aquende y el de allende el
cognoscente, pero de tal manera que, como el
océano, hasta llegar a configurar en el alma del
imán al hierro, solo atraiga lo que me es afín»
transterrado lo que Volkening también designa
(2004, 89). Al día siguiente complementa esta
como el interregno, ese reino espiritual bicéfalo
idea: «El acto cognitivo requiere un máximum
en el que le tocará vivir en adelante al forastero.
de sacrificio, despersonalización y humilde
entrega al objeto. Nada de veleidades subjeti-
2. vas, no permitirse libertades para con la cosa
contemplada, menos aún querer dominarla.
Es fácil imaginar a Volkening deambulando
Dejarla en el sitio que entre todas las cosas le co-
taciturno por las calles de Bogotá, demorán-
rresponde, pero volverla transparente. Conocer
dose en los cafés y en las librerías del centro,
es hacer que se transparenten las cosas» (90). Y
asistiendo a las salas de cine, al que era tan
más aún, escribe el 9 de junio: «No basta, pues,
aficionado que llegó a mantener durante once
con la contemplación pura: [se] precisa mirar a
años un programa semanal sobre cine en la
través de las cosas» (90).
Radiodifusora Nacional a mediados del siglo;
en fin, hablando con sus gentes, departiendo Un caso logrado de este cometido lo encontra-
con colegas y amigos. En 1935, es decir, al año mos en un escrito aparecido con el título de
siguiente de haberse radicado en Bogotá, se «Extramuros» en las páginas de la revista Eco,
casó con Gertrudis, una dama «oriunda de en 1971, y recogido posteriormente en Los paseos
la desaparecida monarquía austro-húngara de Lodovico, que es el marco en el que encuentra
e hija, pues, del ancien régime», quien aparece su caja de resonancia adecuada. Allí cuenta
mencionada como F. en los diarios, y con quien Volkening que, siendo niño, salió de su casa
compartía don Ernesto «la pasión por las cosas una tarde en compañía de la criada flamenca
viejas y la recherche du temps perdu», como se lee que trabajaba para su familia en busca de un

116 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 116 16/11/2010 02:26:11 p.m.


Ricardo Rodríguez Morales

encargo para la cena. Caminaron en silencio un No obstante, las tonalidades amarillas y marrón
largo trecho, tomados de la mano, hasta cruzar oscuras del establecimiento, aunadas al aroma
la frontera del mundo conocido hasta entonces embriagante del café y al rumor tonificante de
por el niño, cuando arribaron a una ancha calle la charla colectiva, hacían de este sitio un punto
de barriada. La zona era fabril y era la hora de de encuentro obligatorio para la tertulia con los
salida de los obreros. Las altas paredes despor- amigos. Allí, Ernesto Volkening departió largos
tilladas de las construcciones estaban ennegre- ratos en las horas nocturnas con Jesús Antonio
cidas por el humo de las chimeneas, y aquí y Uribe Prada y el doctor Barbosa Manrique, «la
allá se veían manchas de humedad. «Mientras lumbrera entre los jueces de instrucción de
seguíamos caminando [cuenta Volkening] sentí aquel entonces, cuyo ingenio, cuanto más to-
[una] como tristeza vaga que me recordaba maba, más resplandecía» (2004, 35). Pero como
el agua tibia del baño de la mañana, si bien nada dura para siempre, producto del fuerte
parecía venir de muy lejos. Fue una sensación temblor que sacudió a Bogotá el 9 de febrero de
a la vez agradable y un tris inquietante» (1974, 1967, el Café Valencia quedó herido de muerte
151-152). Hasta allí va a remontar el autor su en su estructura, que amenazaba ruina. Por
pasión de trotacalles, «suerte de fascinación tal razón, cuando Ernesto Volkening entró en
que sobre mi mente abierta a lo desconocido dicho establecimiento la tarde del viernes 12 de
e inasible ejercen los arrabales de las grandes febrero, la mesera que lo atendía habitualmente
ciudades, sus avenidas sin fin, tiradas a cordel, le comunicó compungida que ese era probable-
y aquellos parajes donde hinca la ciudad los mente el último «perico» que ella le servía, pues
dientes en la carne sangrante de la campiña». las autoridades le habían dado al dueño del café
Pocas veces se encuentra formulada con tanta la orden perentoria de desocupar el lugar para
claridad la genealogía de un andariego: «Es proceder con su demolición. Este asunto, al de-
una pasión malsana, lo sé, una proclividad de cir de Volkening, «pondrá punto final a todo un
la que nunca me he podido curar ni espero capítulo de casi treinta años de vivir en Bogotá»
curarme» (1974, 153). (2004, 34). No quedaba más remedio, pues, que
buscar otro sitio en donde recalar cuando subía
Pero si la pasión por los extramuros es una la marea urbana.
tentación para el paseante, otra de sentido
contrario es la que hace que en ocasiones se Al sumergirse en el dédalo palpitante que bulle
interne en las entrañas de la ciudad, como el en las ciudades, lo mismo que al respirar el aire
nadador arrastrado al centro del remolino. libre que encuentra en los suburbios, Volkening
Este movimiento centrípeto busca «la matriz no hace más que seguir la pendiente de sus
oscura y cálida de la urbe [dice Volkening] en inclinaciones más profundas, que son, en sus
callejuelas laberínticas, lóbregas, empapadas palabras, «las de un hombre ansioso de localizar
en la humedad de los siglos, y en donde más en su visión del mundo el paisaje de la infan-
irresistiblemente me atrae la ciudad hacia sus cia con todos sus rasgos de patética fealdad y
entrañas» (1974, 153). Uno de esos reductos es poesía sospechosa» (1974, 158). El testimonio
el que descubre Volkening en los viejos cafés más elocuente de esta pasión bipolar lo encon-
bogotanos, sobrevivientes a la ola de moder- tramos en Los paseos de Lodovico, la crónica del
nización que se dio después del Bogotazo de viaje que realizara Ernesto Volkening en 1968
1948, que dio al traste con tantas edificaciones a Europa —34 años después de su partida— en
históricas que quedaron averiadas cuando no busca del paisaje mítico de la infancia, viaje en
en ruinas por el fuego de la ira popular, tras el clave proustiana que, por fuerza, tenía que ser
asesinato en plena calle del líder político Jorge frustrante cuando había estado de por medio
Eliécer Gaitán. El Café Valencia, el predilecto la guerra. Allí acompañamos a Volkening a
de Volkening en el centro de Bogotá, no podía la casa número 12 de la rue Stanley de Ambe-
res, situada en el barrio de Berchen, cerca del
preciarse de ser una maravilla, pero poseía
antiguo fortín de Borbeck, el barrio judío de
ambiente, y fue allí que Volkening tuvo un día
antiguos talladores de diamantes en el día y de
la revelación «de que el café donde dan tinto es
estudiosos del Talmud y la Toráh en la noche, que
para los bogotanos lo que para los romanos fue-
era el vecindario de Volkening niño, y donde
ra el forum» (2004, 35). Este local era uno de los
nada de todo esto encontrará él a su regreso. Ni
últimos antiguos cafés de la capital colombiana.
el colegio donde aprendió las primeras letras,
Tenía paredes ennegrecidas por el humo de miles y como tampoco el café donde cenó el día de
miles de cigarrillos, un cielo raso de vigas peligro- su partida hacia América. Volkening califica
samente combadas, sostenidas por unos delgaditos de «malogrado» el reencuentro con su ciudad
pilares de hierro en los que descansaba el piso alto, natal. La sola contemplación de un mapa de la
un reloj de pared que desde tiempos inmemoriales ciudad-puerto con sus fortificaciones y verdes
había dejado de andar, mesas de tablero de hojalata fosos le suscita «una tristeza sin fin», a la vista
esmaltada y unos destartalados asientos de madera, del pozo del tiempo perdido e irrecuperable.
algunos de los cuales también estaban a punto de Y agrega: «Algo me dice que esa ciudad al-
derrumbarse. (Volkening 2004, 35) berga el secreto clave de mi vida, y que todo

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 117

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Ernesto Volkening: un habitante del reino intermedio

“Hermes”. Cosmogonía. 1993. Sanguina sobre papel. 70 x 100 cm. Detalle.


—realmente todo— para mí depende de lo que sólido conocimiento que tenía Volkening de
saque de aquel malogrado encuentro de junio la historia, las letras, el arte y el pensamiento
y julio» (2004, 102). francés, anglosajón, español, italiano y alemán
le permitían calibrar las obras que aparecían
Tal vez este elemento contribuya un tanto más
en la escena cultural al ponerlas en situación,
a entender su condición de habitante del reino
ahondando en el carácter local para descubrir
intermedio lo mismo que a explicar en parte la
su universalidad peculiar.
insularidad de que goza Ernesto Volkening en
el ámbito de la cultura colombiana; la extrañeza En el caso colombiano, Volkening incursionó en
que suscitan sus temas y la manera tan peculiar la obra de escritores olvidados como José An-
de abordarlos y de expresarse, salpicada de tonio Osorio Lizarazo, a quien reivindica como
modismos propios de estas tierras como llena pionero de la literatura urbana en América
de latinajos y de expresiones en otras varias Latina y a quien redescubre para sus coetáneos,
lenguas que engalanan sus escritos. Personaje al tiempo que seguía con interés la obra literaria
intempestivo cuyas afinidades lo llevaban a de Manuel Mejía Vallejo, Alfonso Fuenmayor,
compartir con los lectores sus descubrimientos Pedro Gómez Valderrama, Elisa Mújica, Jairo
de autores vivos y muertos, de aquí y de allá, Mercado y Óscar Collazos, para solo mencionar
para bosquejar el mapa incierto de una tradición a algunos, todos ellos escritores de provincia, no
rica y compleja. obstante que algunos vivieran en Bogotá; están,
además, los estudios minuciosos y profundos
que realizó Volkening sobre la obra poética de
3. Álvaro Mutis y la narrativa de Gabriel García
Esta pasión exploratoria del paisaje urbano Márquez desde sus inicios como fabulador. Sin
también es perceptible en la forma en que duda, es mérito suyo haber comprendido la
Volkening incursiona en el mundo de las letras, importancia de una novela como Cien años de
las artes y las ideas. Su atracción por lo marginal soledad tan pronto como apareció. No solo pu-
y periférico, por ejemplo, lo lleva a ponderar blicó una larga reseña de la novela en el número
la literatura belga, sobre todo la flamenca, por 87 de la revista Eco (julio de 1967), sino que se
encima de valores más prestantes en el firma- apresuró a enviar a la editorial Kiepenheuer &
mento de las letras europeas. Así, Otto Flake, Witsch de Colonia la traducción al alemán del
Max Elskamp, Franz Hellens, Émile Verhaeren primer capítulo del libro, buscando su difu-
y Maurice Maeterlink entre los escritores; Henri sión en Alemania. La suerte quiso que el libro
de Braekeleer, James Ensor y Evenepoel entre apareciera efectivamente en Alemania, pero
los pintores, y el grabador Charles Méryon no traducido por Volkening, quien, al parecer
ocupan de manera permanente la atención de Peter Schultze-Kraft, hablaba y escribía en
de Volkening, y a algunos de ellos dedica jui- un alemán anticuado, un tanto rancio y hasta
ciosos ensayos y, en el caso de los escritores, estrafalario, lo que significó que la editorial
coloniense le confiara a Kurt Meyer-Clason la
traducciones al castellano de algunos de sus
traducción de la novela.
textos, que los descubren para sus lectores.
Del carácter flamenco dice el ambersiano que El 25 de octubre de 1967 consigna Volkening en
lo atrae su «tendencia mística y la propensión el diario su impresión sobre García Márquez,
a lo macabro grotesco» (2004, 60). El amplio y tras su primer encuentro personal en Bogotá:

118 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Ricardo Rodríguez Morales

Gabriel es hombre de porte sencillo y natural, sin entre los colombianos, pues no circuló comer-
pretensiones. Tiene una manera discreta de mostrar cialmente y no se ha vuelto a editar desde enton-
sus simpatías. Su fama de autor debiera haberme ces. La compensación vino dos años después,
intimidado, pues así me suele suceder en presencia cuando el Instituto Colombiano de Cultura
de gente de peso. Pero, al contrario, fue él quien publicó dos tomos de sus Ensayos, titulado el
dio la impresión de sentirse un sí es no es inhibido. primero Destellos criollos y Atardecer europeo el
Curioso. Parece que me tiene por un pozo de sabi- segundo, en los que se recogen algunos de los
duría. (2004, 6) escritos más sobresalientes del crítico europeo,
Luego de señalar que para él se trató del quedando excluidos por fuerza otros tantos que
encuentro «con un alma hermana» y que, al se encuentran dispersos en periódicos y revis-
igual que con los personajes de sus libros, tas. Es conocido el hecho de que la intención
experimentó en el trato con él «esa sensación del autor era titular estos libros como Los dos
de honda familiaridad que no había vuelto a rostros de Jano, para señalar la doble dirección
sentir desde mi amistad con Benno» (2004, 6), de sus intereses en cuya tensión tal vez radica
pasa a decir: «Para mí —lo veo cada vez más su mérito.
claramente— fue un gran hallazgo encontrar- En los ensayos de Volkening predomina el
me, por fin, con un hombre verdaderamente análisis inmanente de la obra de arte, esto es,
creativo, nada “literario”, y sin pizca de esnob. el reconocimiento de la autonomía estética
En la plática que duró casi tres horas se me frente a los atisbos que puedan lanzar sobre
confirmó la impresión que ya me había dado la ella los enfoques sociológicos y semiológicos
lectura de sus mejores cosas: que su producción —extraliterarios todos ellos, según su punto
tiene raíz visionaria» (7). de vista—, privilegiando, en cambio, el estudio
Desde 1947 empezaron a aparecer en distintas de las leyes que rigen la composición interna
publicaciones colombianas las colaboraciones de la obra poética. Siguiendo en este punto al
literarias de Ernesto Volkening, que se prolon- crítico suizo Albert Béguin, dirá Volkening que
garían hasta el momento de su muerte en 1983. la obra artística —un poema, un cuento, una
La primera de ellas fue un retrato de Hermann novela— es autónoma, «en cuanto obedece a
Hesse que hizo para la revista Vida, con ocasión las leyes de forma y estructura intrínsecas que
de habérsele concedido ese año el Premio Nobel expresan y resumen la individualidad con-
de Literatura al escritor alemán. Colaboró, creta, única, inconfundible del autor» (1977a,
asimismo, con la Revista de las Indias, el Boletín 178). Es esta también la máxima a la que debe
de Programas de la Radiotelevisora Nacional, la ceñirse, según su entender, el intérprete de la
revista católica Testimonio, el quincenario liberal creación literaria, «siempre y cuando le importe
Crítica, de Jorge Zalamea, y unas cuantas más; captarla en esa su singularidad de substancia
pero su legado más importante y permanen- poética e impronta de la garra del poeta» (178).
te lo destinó a la revista Eco, la publicación Por esta razón, Jorge Rufinelli, al reseñar en
mensual que editaba en Bogotá la Librería Eco los Ensayos de Volkening, echa de menos
Buchholz, de la que aparecieron 272 números la perspectiva social y política en el enfoque
entre mayo de 1960 y junio de 1984. Desde el del crítico alemán, al tiempo que señala que
primer número y prácticamente hasta el final, el intento básico de su sistema crítico, en el
casi no hay número de Eco que no contenga caso de Destellos criollos, «parece ser encontrar
una traducción, un ensayo, un comentario, la confirmación, en la obra, de ese nebuloso
una reseña de Ernesto Volkening, dando a “perfil” americano» (Rufinelli 1219). Destaca,
conocer temas y autores de Euroamérica. Allí sí, la amplitud del espacio de escritura en que
mismo fue dando a conocer en sucesivas en- se desenvuelven sus ensayos y la amplitud de
tregas fragmentos de su diario, que presentaba sus temas, además de la «afinidad electiva» de
con diferentes títulos, pero cuyo denomina- Volkening frente a los temas que aborda, en los
dor común era «De mis cuadernos». Incluso, que es notable el entusiasmo y la participación
en 1971, y por cerca de dos años, Volkening en lo que lee y comenta.
asumió la dirección de la revista, publicando
En 1981, la Editorial Temis de Bogotá publicó su
números temáticos, a veces dobles, sobre temas
tesis de grado El asilo interno en nuestro tiempo,
de su predilección: el mito y la mitología, la
una investigación presentada a la Facultad de
crítica literaria, la historiografía, la utopía, la
Derecho de la Universidad de Erlangen en 1933
literatura urbana, entre otros.
para optar al título de abogado. La traducción
De 1974 es la publicación de su libro Los paseos la realizó el mismo Volkening y está dedicada a
de Lodovico, realizada por la Librería Cosmos sus padres y a su esposa. Estos cuatro títulos son
para las Ediciones Sierra Madre de Monterrey, el total de la obra publicada en vida del autor.
México, gracias a la intervención de su amigo Posteriores a su muerte, han aparecido algunas
Álvaro Mutis, ya que no encontró Volkening compilaciones de sus escritos, entre ellas, una
editor en Colombia para este libro encantador desafortunada edición de su diario, incompleta
y personal que es prácticamente desconocido y, por demás, descuidada.

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Ernesto Volkening: un habitante del reino intermedio

4. pesadumbre —y no es como el sello que lleva


impreso mi vida?» (258).
A punto de cumplir cincuenta años, Volkening
se sentía presa del taedium vitae y de las tribu- Es notable la presencia permanente del padre
laciones de la vida que le impedían dormir en los escritos personales de Volkening aunque
bien. Al hacer un balance de su medio siglo de advertida como ausencia, como vacío, como
existencia, Volkening considera que le hubiera falta. Del mismo modo que es diciente el silen-
gustado escribir bien, pero es consciente de no cio casi absoluto que guarda frente a la madre.
hallar la palabra buena y justa para F. (su esposa Del padre, nieto de un revolucionario de 1848,
Gertrudis), «que hace ya casi treinta años lo dice Volkening haber heredado el espíritu de
acompaña lealmente, fielmente, infatigablemen- inconformidad que lo inclinaba hacia el criticis-
te sin quejarse nunca […], a pesar de tener más mo, en tanto que de su madre, hija del último
cicatrices que un legionario romano a su vuelta escribano de la aldea de Herrnsheim, sede de los
de Germania o de la Siria» (2004, 87). Sin mucho altivos señores de Dalberg, cree haber recibido
de qué ufanarse, Volkening dice que en el trance su veneración por una tradición mucho más
de responder a la pregunta por lo realizado en antigua que la del llamado Segundo Reich,
esos cincuenta años, no dudaría en responder: cuyo artífice fue el señor von Bismarck. La re-
«He durado. Tal vez sea esto —haber durado— lación con el padre es problemática para el hijo,
lo único de lo que tengo más viva conciencia» quien acude a una explicación singular para
(87). Además de que, conocedor del pulso de la conjurar el hechizo: mientras no se es padre se
historia, sabía como pocos que «para nosotros sigue siendo hijo. «Solo el hijo desnaturaliza
todo se acabó» (185), consciente de la profunda la dependencia (ontológica) del hijo frente al
decadencia que socava a la cultura de Occiden- padre», escribe. Volkening considera como una
te; una idea que resume Cyril Connolly cuando «tacha existencial» el hecho de no ser padre, ya
dice que «la hora de cierre ha sonado ya en los que delata «cierta falta de calor humano, la pro-
jardines de Occidente». A este respecto, Volk- blemática relación con el mundo, la incapacidad
ening comenta: «Desde tiempo atrás sé dónde para tender puentes y la tristeza que siento por
nos aprieta el zapato, qué resulta aún factible y eso» (2004, 104).
qué es, a todas luces, absurdo, fuego fatuo, puro A todo esto se suma el hecho de saberse un hu-
embeleco. Pero fuera de Nicolás Gómez Dávila, manista crepuscular, una rara avis persistiendo
no veo a nadie que sepa la hora que marca el en una labor marginal, lo que lo lleva a consig-
reloj del mundo» (185). nar en su diario, en 1975, estas palabras escla-
Cuando Volkening sentía que lo acechaba la recedoras sobre su circunstancia existencial:
melancolía o que la depresión lo asediaba, solía A juzgar por mis actividades económicas y —por
hablar de la «pobre bestia» para referirse al lado ende— mi condición social, soy un anacronismo
saturnino de su personalidad, que hacía eclipsar
viviente, aliquid monstruo simile, algo así como el
periódicamente sus facultades. En esto sentía
ternero que nació con dos cabezas. En una época
palpitar la herencia genética del padre, a quien
caracterizada por la tendencia creciente hacia la pola-
el hijo descubría, a veces, solo, con la mirada
rización en torno de los dos extremos del management
perdida en el vacío. De ahí la importancia que
omnipotente y de legiones de sumisos empleaduchos,
cobra la visión del cuadro El hombre de la silla,
heme aquí luchando como un desesperado por el libre
del artista flamenco Henri de Braekeleer, que
ejercicio de la profesión. (2004, 239)
visita Volkening en el Museo Real de Bellas
Artes de Amberes, que le recuerda la mirada Como el artista del trapecio de Kafka, Volkening
ensimismada de su padre y que se convertirá en se mantenía en un precario equilibrio pagan-
un enigma para el hijo: «¡Oh, viejo en tu silla, do por la «independencia antediluviana», tan
dime qué es lo que quiere decir y de dónde viene tenazmente defendida, «con la tranquilidad
la melancolía de tu mirada!», exclama Volkening de dos, la decreciente agudeza visual, los tras-
en una página de su diario (2004, 102). tornos circulatorios, las molestias intestinales,
el merecido y nunca alcanzado otium cum dig-
Volkening recuerda haber visto por última vez
nitate, la desolación y [el] terror de mis noches.
a su padre en el puerto de Hamburgo, al mo-
What price glory?». Para rematar con este apunte
mento de embarcarse este para Colombia, el 27
de amarga ironía: «Si mucho, podré decir un
de agosto de 1927. «Allí murió muy solo, siete
día como el hermano de Margarita en Fausto:
años más tarde» (2004, 257), puntualiza. «El
“Soldado fui y caigo tras brava lid”. Esto se lla-
nombre del barco se me olvidó, pero sí recuerdo
ma enseñanza práctica de economía política»
que ese hombre espartano, que nunca había
(2004, 240).
tenido momentos de debilidad, lloraba a la hora
de la despedida» (257). Al recordar este hecho, Ahondando en esta circunstancia, podríamos
pasado medio siglo, Volkening dice sentir la afirmar que Ernesto Volkening, como le sucede
misma honda tristeza que lo invadía aquella a algún personaje de Musil, nació sin glándula
tarde gris y brumosa de agosto, para agregar a monetaria. No otra cosa puede pensar uno al
continuación: «¿No es extraño el retorno de la leer esta anotación del diario:

120 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Ricardo Rodríguez Morales

“La reina de la noche”. Pinturas. Óleo sobre lienzo. 120 x 150 cm. Detalle.
Hoy hace veinticinco años reabrí la oficina de mi que lo acogió como uno de los suyos, al tiempo
finado padre e inicié lo que, con un eufemismo, se que traza el derrotero de su tarea de escritor:
podría llamar mi vida de comerciante: uno de los
[...] empresa de nunca acabar como la misma urbe
ejemplos más asombrosos de congénita imbecilidad
inconclusa, caótica, monstruosa, Babel del altiplano,
económica de que [dan] cuenta los anales de una
cementerio de los barcos de la esperanza, naufra-
ciudad donde se dan silvestres los talentos mercan-
gados en el promontorio de Monserrate, refugio de
tiles y las mentes de bursátil inventiva. Ayer, el 31 de
apátridas en su propia patria, ciudad que de ahora
agosto de 1959, mi fortuna —o sea el dinero en caja,
en adelante será para él todas las ciudades, todos los
que es la única que tengo— ascendía a $410,50
puertos, todas las grandes avenidas de la Tierra cuyo
m/c. (2004, 90-91)
fin se pierde en las brumas del Comienzo. (1974, 157)

5. Al acoger su destino como un todo, con su


pesada carga de fatalidad, Volkening asumió
Volkening diferencia en la lengua alemana plenamente el absurdo de la vida que alegoriza
dos acepciones de la nostalgia bien distintas: el el mito de Sísifo con una leve sonrisa en los la-
Heimweh (la añoranza del terruño) y el Fernweh bios, como sugiere Albert Camus que debemos
(la añoranza de la lejanía). En su origen, la imaginarlo, bajando tras la roca después de
primera precede a la segunda, que resulta más echarla a rodar cuesta abajo. Su persistencia en
abstracta. A ambas las fundamenta el hecho de el ejercicio literario buscaba apenas «asegurar
que causan mal o dolor en quien la padece y la la duración que me está vedada en otro campo»
«sensación de malestar que se experimenta en (2004, 254), aunque esto es algo que solo pue-
el lugar donde uno se encuentra» (2004, 140). De den validar los lectores. Su labor como crítico
seguro, Ernesto Volkening padecía la añoranza literario, como ensayista y como traductor lo
del terruño, el Heimweh, pero su desgracia con- acreditan como uno de los escritores más finos y
sistió en que dicho terruño había desaparecido sagaces del siglo xx colombiano, un lector atento
con la guerra que cambió la fisonomía y el a la realidad que lo circundaba y a las figuras
espíritu de Europa para siempre. Hombre de que irrumpían en el panorama de las letras, las
dos orillas —una que se desintegraba por efecto artes y el pensamiento, presto a señalar dónde
de la geopolítica y otra en precario proceso de brillaba el espíritu que alumbrara el camino en
consolidación—, aceptó sí su nueva patria, la los tiempos oscuros que corren. Su generosi-
tierra que lo acogió en el destierro y a la que le dad sin límites para reconocer dónde se abría
entregó el fruto de sus desvelos, pero sin dejar paso la lucidez y la humanidad tanto como su
de llevar a sus espaldas el peso enorme de toda rigor para señalar lo que fuera fuego fatuo,
una tradición que se eclipsaba. En una nota mero entretenimiento o puro embeleco dan fe
memorable de Los paseos de Lodovico, Volkening de sus escrúpulos en materia de valores y de
pone en boca de su álter ego estas palabras dignidad. Su magisterio discreto, alejado tanto
admirables que definen el perfil de la ciudad de las candilejas del poder como de las de la

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 121

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Ernesto Volkening: un habitante del reino intermedio

industria cultural, ha mantenido al margen un Adam Carl Volkening (el hijo), muerto en 1983,
testimonio humanístico de primera, un legado reunidos ya no en vida —como era el deseo del
valioso, pertinente e imprescindible. Ignorarlo hijo— sino en la muerte que los juntó en Bogotá,
es un desperdicio que no pueden darse el lujo o en algún lugar del reino intermedio, que no
de hacer los pueblos más necesitados de él, tiene mapas trazados ni caminos conocidos, a
aunque no lo conozcan. En las manos y en la no ser los que traza el anhelo de comunión que
mente del lector reflexivo está la posibilidad de busca sin sosiego el arte.
hacerle justicia a las esperanzas que albergó en
su momento un artista, un hombre de espíritu
que amó sin reservas todo lo nuestro sin ser con-
Bibliografía
descendiente con la impostura y la mendacidad, Rufinelli, Jorge. 1978. Ensayos i y ii de Ernesto
y que quiso sumarse a la corriente de la cultura Volkening. Eco. Revista de la Cultura de Occidente
de esta parte de América. De tal suerte que este 204: 1217-1221. Bogotá: Librería Buchholz.
Jano bifronte, este ternero de dos cabezas, este
Volkening, Ernesto. 1974. Los paseos de Lodovico.
habitante del reino intermedio bebió a la par de
Monterrey: Ediciones Sierra Madre.
la leche del viejo y del nuevo mundo, alentando
con su energía un solo corazón que latía por la Volkening, Ernesto. 1975. Ensayos i. Destellos crio-
humanidad y la naturaleza, en toda su miseria llos. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura,
y en todo su esplendor. Colección Autores Nacionales, n.° 6.
Ernesto Volkening suspendió la redacción de Volkening, Ernesto. 1976. Ensayos ii. Atardecer eu-
su diario el martes 13 de septiembre de 1977, el ropeo. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura,
día que cumplió 69 años, estando su esposa muy Colección Autores Nacionales, n.° 15.
enferma, víctima de una apoplejía. Ella falleció
cuarenta días más tarde, el 22 de octubre, y Volkening, Ernesto. 1977a. La autonomía de la
sus restos mortales reposan en el Cementerio obra literaria. Eco. Revista de la Cultura de Occidente
Alemán de Bogotá. Don Ernesto la sobrevivió 184: 175-179. Bogotá: Librería Buchholz.
poco menos de seis años, y cuando le llegó la Volkening, Ernesto. 1977b. Geo von Lengerke o
hora de bajar mudo al remolino —como bella- la anarquía tropical: sobre una novela de Pedro
mente dice Pavese—, su deseo fue el de yacer Gómez Valderrama. Eco. Revista de la Cultura de
en la tumba de su padre y no en la de su esposa. Occidente 189: 308-326. Bogotá: Librería Buchholz.
Por esta razón encontramos en el reverso de la
erguida lápida de piedra de Ernst Volkening (el Volkening, Ernesto. 2004. En causa propia. Mede-
padre), fallecido en 1934, el nombre de Ernesto llín: Editorial Universidad de Antioquia.

“Destino”. Pinturas. 1995. Óleo y collage sobre lienzo. 130 x 150 cm.

122 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Elsa Drucaroff*

La crítica ante el vínculo insoluble /


indisoluble entre literatura y mercado**

Para Noé Jitrik, que me alentó


a escribir este trabajo

la autora:

A
* Novelista y crítica literaria. Es
investigadora y docente en Fi-
Resumen lgunos críticos académicos apelan a las losofía y Letras y en la Maes-
Se refuta la existencia del arte fuera del mercado y se analiza relaciones entre literatura y mercado tría en Periodismo de Ciencias
qué presuposiciones ideológicas, errores teóricos y objetiva para condenar o salvar obras literarias, Sociales de la Universidad de
defensa de privilegios simbólicos de clase pone en juego Buenos Aires. Ha publicado
la crítica literaria que opone tajantemente la literatura al pero es poco frecuente que se hagan las novelas La última investi-
mercado e ignora sus insolubles pero indisolubles lazos. preguntas teóricas rigurosas sobre el problema. gación de Rodolfo Walsh, La
Relaciona a Bajtín, Marx, Habermas y Raymond Williams patria de las mujeres, Cons-
para historizar el nacimiento del arte y la autonomía que pre-
Sobre las relaciones entre literatura y mercado
piración contra Güemes y El
supone, y demuestra que este es inseparable del nacimiento hay más consenso que examen. El consenso infierno prometido, y el libro
del mercado capitalista. Discute la defensa de Adorno del presupone un punto de vista que, en términos de relatos Leyenda erótica.
fetichismo de la mercancía en el arte. Reflexiona sobre las Ha publicado también los en-
consecuencias políticas para una crítica que defiende lo generales, se considera «de izquierda» y dice sayos Mijaíl Bajtín. La guerra
que Bourdieu llama distinción. que la literatura que está condicionada por el de las culturas y Arlt, profeta
Palabras clave: mercado, autonomía, fetichismo, crítica mercado es mala. A los críticos nos tranquiliza del miedo. Dirigió el vol. xi de
la Historia crítica de la litera-
literaria, capital simbólico, nacimiento del arte. suponer que nuestra producción y nuestro tura argentina, de Noé Jitrik.
objeto de estudio son ajenos al mercado; que Ha publicado más de un cen-
al trabajar con arte, con materiales estéticos, tenar de artículos literarios en
Abstract revistas académicas y masi-
logramos trabajar con elementos ajenos al vas. Actualmente escribe un
A critique of the insoluble / indissoluble tie between sistema económico, y que contamos, para no ensayo sobre narrativa argen-
literature and market contaminar nuestras lecturas, con la firmeza tina de la posdictadura.
This paper belies the existence of art outside the market de nuestra ideología. elsa.drucky@gmail.com
and inquires about what are the ideologic presuppositions,
technical mistakes and objective defenses of symbolic class Sin embargo, la más elemental economía polí-
privileges put at stake by a literary criticism that radically **
Aunque tiene bastantes
opposes literature to market and ignores their insoluble tica marxista demuestra que cuando se vive en agregados, este artículo co-
and indissoluble bonds. For this, Bajtín, Marx, Habermas un modo de producción capitalista, el mercado incide, en lo esencial, con
and Raymond Williams are connected in order to historize la ponencia leída en las xxi
the birth of art and the autonomy it presupposes, thus
no puede ser ajeno a ninguna producción hu- Jornadas de Investigación
showing that this is inseparable from the birth of capitalist mana, no importa si es producción de víveres, del Instituto de Literatura
market. Also, Adorno’s defense of commodity fetichism in Hispanoamericana (Facul-
de ropa, de ideas o de literatura. En nuestros tad de Filosofía y Letras,
art is discussed and reflects on the political consequences
of a criticism that defends what Bourdieu calls distinction. discursos espantamos al mercado como un Universidad de Buenos
Aires), en marzo de 2007,
tábano, despectivamente; hacemos ese gesto y con el artículo «Mercado
Keywords: market, autonomy, commodity fetishism, literary
criticism, symbolic capital, birth of art. y creemos con ingenuidad que basta para que y literatura. Una relación
que molesta», publicado
el mercado se aleje. Sin embargo, más que con en No Retornable, revista
un insecto molesto o una sucia tentación, el virtual, octubre-noviembre
de 2007: http://www.no-
mercado debe compararse con una luz que nos retornable.com.ar/. También
baña a todos (y toda luz produce sombras, ahí hay existe una versión tal vez
demasiado resumida en El
una clave). Lo único que logramos con nuestro despliegue. De pasados y
de futuros en la literatura
gesto airado es engañarnos y desprotegernos. Latinoamericana, coordi-
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 Porque de esa luz no se puede escapar, y el único nado por Noé Jitrik (2007).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 123

REVpalimpsesto_7_2010.indb 123 16/11/2010 02:26:16 p.m.


La crítica ante el vínculo insoluble / indisoluble entre literatura y mercado

modo de encontrarle las sombras es asumirla, Ser mercancía es poder intercambiarse en el


entenderla. Aunque eso sea molesto, aunque nos mercado, es participar de un mundo de obje-
obligue a admitir que hemos dado por resuelto, tos que, gracias al valor que en ellos se lee, se
livianamente, un tema por lo menos difícil y comparan entre sí y fijan las proporciones de
sobre todo demasiado cargado de matices y de intercambio. Este mundo de objetos tiene una
nuestras propias contradicciones. inquietante autonomía que lo lleva al fetichis-
mo: «reviste, a los ojos de los hombres, la forma
Las relaciones entre la literatura y el mercado
fantasmagórica de una relación entre objetos
son tensas, pero son también identitarias. Aun-
materiales», «seres dotados de vida propia, de
que mucho de lo que se planteará acá es extensi-
existencia independiente» (Marx 1946, 38). La
vo a otros lenguajes artísticos, este trabajo sienta
autonomía ocurre porque las mercancías se rela-
bases para pensar la literatura. Para interrogar
los vínculos entre ella y el mercado, debemos cionan entre ellas, comparando sus magnitudes
comenzar afirmando que si la literatura existe de tiempo de trabajo allí objetivado, pero tam-
como tal, es gracias al mercado; lo cual no significa bién porque son las condiciones de producción
que sus lazos con él sean armónicos, pero sí que de cada momento histórico, el desarrollo tec-
sin él no existiría lo que desde hace ya varios nológico y otras variables coyunturales —pero
siglos llamamos literatura. Es más: literatura y nunca la voluntad consciente, individual de los
mercado nacieron juntos, y por eso su relación humanos— los factores que determinan cómo
es indisoluble. Sin embargo, su relación es mal se comparan cada vez las mercancías entre sí. En
avenida, y por eso es insoluble. Indisoluble e la sociedad capitalista, la riqueza se conceptuali-
insoluble: ese es su vínculo. za como mercancía, y la supervivencia, como la
posibilidad de intercambiar las mercancías que
Cuando la crítica habla de literatura y mercado producimos por las que precisamos.
dice, por ejemplo: «tal escritor escribe para el
mercado, se arrodilla ante el mercado. Tal otro, Productores que intercambian y consumen:
en cambio, no es comercial, le da la espalda». productores sociales de mercancías, porque
Posturas físicas: arrodillarse o dar la espalda, producen para los demás: red solidaria de
tienen, no obstante, como centro al mercado. En estos interdependencias. Aunque el rico self-made
casos, la crítica habla partiendo de la literatura, man lo crea, o lo crea el artista, ninguno de
pero no escapa, ella tampoco, de la intención de los dos es Robinson Crusoe. Ambos producen
centrarse en el mercado para juzgar. En cambio, para intercambiar, ambos intercambian horas
aquí queremos partir del mercado, y no de la de trabajo por horas de trabajo de otros. No
literatura. Ni para venerarlo ni para rechazarlo: obstante, el particular tipo de percepción so-
para entender. Y basta recordar la definición cial que construye la forma mercancía hace que
misma de mercancía y de mercado de El capital cualquiera pueda creerse Robinson Crusoe.
de Marx para admitir que él nos atraviesa y Porque las mercancías parecen compararse por
constituye subjetivamente a todos, y constituye su cuenta en el mercado, la ilusión es que son
nuestros vínculos con los demás. independientes, que tienen un poder especial.
Nosotros, los productores, somos quienes
hemos producido los alimentos, las ropas, los
Mercado, mercancía y obra literaria productos culturales y los servicios que se pre-
En El capital, el mercado no es un espacio (de cisan, pero, como hechizadas, las mercancías
los espacios podemos entrar y salir), sino un se intercambian por su cuenta. Intercambiamos
modo de relación social en el que todos estamos nuestros trabajos pero creemos intercambiar
inmersos, más allá de nuestra voluntad, y que productos que tienen sus propias reglas. Nos
está indisolublemente ligado a nuestra super- borramos como protagonistas; hemos delegado
vivencia, dado que a partir de él se produce, en las mercancías nuestro poder de hacer.
distribuye y consume toda la riqueza que existe. De ahí, dice Marx, que las sintamos mágicas.
«La riqueza, en las sociedades donde impera el
Son fetiches. Estamos deprimidos y entramos
modo de producción capitalista, se nos aparece
al negocio a comprarnos algo lindo porque eso
como un inmenso arsenal de mercancías, y la
que brilla ahí, en la vidriera, tiene un poder que
mercancía, como su forma elemental» (Marx
olvidamos en nosotros mismos: el del trabajo
1946, 3). Marx extraerá de esta forma mercancía
social. Y ese poder se vuelve magia.
—de su célebre y ya examinada descripción, y
de su fetichismo— un componente subjetivo, ¿La literatura es una mercancía? La respuesta
profundo e inconsciente para quienes vivimos es evidente: difundimos y adquirimos los libros
bajo su dominio. La mercancía se define por en el intercambio mercantil. Es cierto que la
convención y consenso. Y aunque hay una Internet ha permitido otra opción, pero, sin
realidad no semiótica objetiva en ese promedio negar su importancia (ni los estudios especí-
de horas de trabajo que llevó la producción de ficos que deberán investigar las transforma-
cada mercancía, el hecho mismo de que el tra- ciones de la mercancía cultural a partir de este
bajo humano social se mida así y se lea o no en surgimiento), por ahora el objeto libro no es
un objeto es también convención y consenso. demasiado reemplazable. Y aunque lo leamos

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en una biblioteca, alguien pagó por él. No solo cualquier mercancía que ya cualquiera puede
la llamada industria cultural hace su negocio en comprar, son despreciados por los ricos en ca-
el mercado: ni el libro más exquisito ni el pintor pital simbólico, no siempre porque su superficie
más exclusivo pueden sustraerse al intercambio significante haya dejado de producir nuevos
obra por dinero, y pocos se libran del agente o sentidos sino, a menudo, porque no es prestigio-
editor que se apropia del plusvalor en el proceso so prestarles atención. Como el teléfono celular
de producción de esa mercancía. Los escritores que alguna vez consumieron pero ya todos
precisan dinero como todos: o venden su lite- pueden comprar, los consumidores culturales
ratura, o venden fuerza de trabajo para otras «clase abc1» precisan fetichismo renovado.
tareas, o explotan trabajo asalariado. No hay
Adorno reconoció un fetiche en la obra de arte.
otra opción, salvo robar.
Las obras, sostiene, son producto del trabajo
¿Se salvan del mercado las llamadas editoriales social y, por ende, se someten a su ley o crean
«independientes»? O venden libros a lectores, o una semejante, pero se rebelan al mismo tiempo
venden el servicio de publicación a escritores o contra eso que las constituye. Esa rebeldía les
a políticas de difusión estatal (consiguen subsi- produce «falsa conciencia»: se creen afuera de
dios). A veces son «independientes» del merca- la lógica del trabajo, de la producción material,
do de lectores, pero no del de los escritores que aunque no lo están. Es decir, afirman un or-
pagan, por eso cobran a un poeta desconocido den superior y esto es ilusión ideológica. Caen
pero invierten para publicar a uno consagrado: en el fetichismo. Sin embargo, en su artículo
el consagrado prestigia la editorial y valoriza el «Arte. Sociedad. Estética», Adorno confunde
servicio en el mercado de escritores. la mirada del que consume arte con la del que
lo produce (Adorno 1970, 297-298), porque no
¿Se salvan los artistas o intelectuales que obtie-
repara en que la obra no es un fetiche para
nen subsidios o becas? Intercambian su trabajo
las dos personas. ¿Quién es el que la percibe
por dinero en un mercado. ¿Se salva el mundo
como si estuviera por encima del trabajo ma-
académico? Pagar una inscripción para leer en
terial, el que se rebela contra su lógica laboral
un congreso es comprar un servicio: el que me
de producción? ¿El artista productor? Si bien
otorga un antecedente académico. ¿Por qué, al
algunos creadores proclaman esa ideología,
menos en nuestra especialidad, la literatura, y
muchos asumen que, para su trabajo, por más
al menos en las universidades argentinas, se
«espiritual» o imaginativo que sea, se requiere
convoca a congresos de temáticas extraordi-
práctica, ejercicio material, aprendizaje de un
nariamente amplias, se aceptan sin excepción
oficio1. En realidad, la rebelión del arte contra
todos los resúmenes presentados y se habilitan
el trabajo social que lo constituye pasa más por
cuatro o cinco mesas paralelas con insólita
la recepción que por la producción, tiene más
diversidad de temas, aunque no haya público
que ver con la autonomía del arte (un efecto de
suficiente para asistir a todas? En congresos
recepción, de lectura, al que pronto volveremos)
así de obedientes al mercado se leen a veces
que con el modo de hacerlo2 . Es decir, la mirada
ponencias que acusan a intelectuales de estar
fetichista reside más bien en el propio Adorno
arrodillados ante el mercado. Y si hay congre-
como crítico, o en una sociedad que entroniza,
sos diferentes, organizados desde un criterio
sacraliza el arte, volviéndolo ajeno al trabajo
intelectualmente productivo, es porque pueden
humano social.
financiarse de otro modo, es decir: se insertaron
de otro modo en el mercado y protegieron a su Adorno habla acá del fetichismo mercantil, el
sombra la calidad intelectual. que descubrió Marx, y lo defiende para el arte,
dice que en él es necesario, que esa ilusión, para-
La sombra no es autónoma de la luz, pero es
dójicamente, es condición de su verdad misma.
posible. Para adivinar dónde hay sombra hay 1. Un ejemplo interesan-
Porque para no ser fetiches, las obras deberían
que entender la luz. te de estas diferencias de
asumir que son para-otro y no un para-sí, que perspectiva entre escrito-
res productores se pue-
están hechas para intercambiarse en sociedad. de leer en la «Encuesta a
El fetichismo de la obra literaria Pero ser para-otro, sostiene, sería aceptar el escritores argentinos con-
temporáneos» (2008) que
alienante intercambio mercantil, que es el modo
Como todas, la mercancía literatura es un fe- publicó la revista virtual El
de intercambio social. Es decir que la verdad del Interpretador, dentro de su
tiche: hay quienes exhiben su celular de alta dossier dedicado precisa-
arte, razona Adorno, depende de una paradoja:
tecnología y quienes exhiben leer a Proust en mente al trabajo.
el fetichismo de la mercancía preserva al arte
francés. En la literatura, el fetichismo mercan- 2. Contradiciendo de algún
de ser cómplice del capitalismo. modo las afirmaciones que
til se expresa en exhibir la posesión de lo que estamos examinando, la
Bourdieu (1985) llama capital simbólico. En [...] la verdad misma de las obras de arte, que es conciencia que suele tener
el productor de arte acerca
ciertos ambientes, pasearse con un libro bajo también su verdad social, tiene como condición su de la importancia de la téc-
el brazo es tan efectivo como en otros hacerlo carácter de fetiche. El principio del ser-para-otro, nica, del oficio, del manejo
de las formas y la necesi-
en un bmw. Literatura bella y profunda como aparentemente contradictorio con el fetichismo, es dad de someterse a ellas
El principito, grandes escritores como Cortázar, el principio del intercambio y en él se enmascara el está planteada por el pro-
pio Adorno, por ejemplo,
músicos como Vivaldi perdieron su poder de dominio. […] Las obras de arte son los representantes en «El artista como lugar-
fetiches culturales en ciertos ambientes. Como de esas cosas no corrompidas por el intercambio, de teniente» (1984).

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La crítica ante el vínculo insoluble / indisoluble entre literatura y mercado

Detalle de “Evolución”. Planetas y viajeros.


cuanto no ha sido producto del lucro y de la falsa con- consumimos (leemos) un texto literario olvi-
ciencia de una humanidad deshonrada. (1970, 298) dando que estamos en el nivel abc1, olvidamos
que esa obra nos otorga lo que Bourdieu llama
Adorno se equivoca cuando dice que el «prin-
distinción (un plus de elegancia o refinamiento
cipio del ser-para-otro» es «el principio del
que aumenta el valor de mercado de nuestro
intercambio y en él se enmascara el dominio»,
capital simbólico) y, en cambio, nos deslizamos
al suponer que cualquier intercambio corrompe.
a la sombra de la luz del mercado para entre-
Lo que corrompe, en todo caso, es el intercambio
garnos a su propuesta de diálogo, emoción y
capitalista. Alienado él mismo, equipara «pro-
reflexión; la obra es un ser para los otros y nos
ducción de riqueza para otros» con «producción
vuelve personas mejores.
de riqueza para el mercado capitalista» y entonces
justifica la borradura del proceso material de Ahora bien: Adorno defiende el fetichismo
trabajo en la recepción de la obra como un modo mercantil como necesidad del arte; pero, de
de negarse a circular, a ser parte del proceso de pronto, se desliza a otro fetichismo, sin subra-
producción, circulación y consumo. yar ni subrayarse la inmensa diferencia. A un
fetichismo que sí, coincidimos, es necesario en
Pero ese proceso no tiene por qué ser capitalista.
el arte: la obra conserva mucho del carácter mágico
El capitalismo tiene algunos siglos y la produ-
del arte primitivo, dice de pronto Adorno, mez-
cción de riqueza para otros, los mismos que la
clándolo todo. Siete líneas después de la cita
humanidad. Creer que la única producción y
que se hizo varias líneas más arriba, él sigue
circulación posible de riquezas es la capitalista
insistiendo en la necesidad de comprender al
es olvidar que el capitalismo no es el único y
arte como un fetiche, borrando su pertenencia
eterno orden posible. Marx se refiere explícita-
a la lógica del trabajo (que para él es lo mismo
mente a esta confusión y le parece importante
que el trabajo capitalista, que es apenas una de
evitarla3. Entonces, ser para otros no es nece-
las posiblidades, la de la lógica burguesa del
sariamente equivalente al horroroso «ser para
trabajo económicamente productivo), y, en el
el burgués» (ser para beneficio del burgués)
mismo acto, se desliza a otro tipo de fetichismo:
que Adorno y Horkheimer denuncian en su
brillante Dialéctica del Iluminismo, y que ahora [...] una sociedad liberada estaría [...] más allá de la
lleva a Adorno a justificar que la obra abreve racionalidad medios-fines del lucro. Todo esto está
en la falsa conciencia para resistirse a ser mer- cifrado en el arte y en ello reside su poder explosivo
cancía fetiche. Ser para otros no es horroroso, sociológico. Como los fetiches mágicos son una de las
solo es horroroso en el mercado, y aunque el raíces históricas del arte, sus obras siguen teniendo
arte también es mercancía, por cuanto tiene algo de ese carácter, muy por encima sin embargo
valor de cambio, también tiene valor de uso, un uso del fetichismo de la mercancía. (1970, 298)
que tiene la propiedad de eludir con potencia
3. En el parágrafo signifi-
El desliz es imperceptible, a lo mejor incons-
cativamente titulado «Eter- la lógica mercantil.
nización de relaciones de ciente en el propio Adorno: como la obra de
producción históricas», Hay formas más humanas de ser para otro; una arte es un fetiche desde su comienzo, lo sigue
Marx dice que los econo-
mistas intentan «represen- es precisamente el modo en que la obra de arte siendo hoy y por eso es su verdad ser percibida
tar a la producción […] se lanza como mensaje, significación que busca en la borradura de un real proceso de trabajo
como regida por leyes eter-
nas de la naturaleza, inde- decirse aunque, en el capitalismo, solo circule humano. Sin embargo, ese carácter mágico, ese
pendientes de la historia, encerrada en la forma mercancía. Nosotros, los fetichismo, es otra cosa. Si el fetichismo mercan-
ocasión esta que sirve para
introducir subrepticiamen- lectores críticos de literatura, conocemos la til ocurre solamente en el capitalismo y, leído en
te las relaciones burguesas emoción de ser esos otros para los cuales se ha la obra, oculta el trabajo del artista como obrero,
como leyes inmutables de
la sociedad en abstracto». producido la obra, y es todo lo contrario de estar el otro, el que Adorno coloca «por encima» (y
(Marx 1971, 5). sometidos al intercambio alienante. Cuando más que estar encima o debajo, es, en verdad,

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cualitativamente diferente), no supone una que un artista no sea comparable con un alba-
magia que nace de borrar el trabajo humano, ñil o una cocinera, pero es lo suficientemente
sino una que construye la ilusión de incidir en brillante como para darse cuenta de que el
el orden del universo. Es decir, nace de otro oficio artístico tiene mucho de eso, aunque no
aspecto, de hecho es muy anterior al capitalis- sea elegante reconocerlo, aunque el fetichis-
mo: un fetichismo atávico que acompaña al arte mo eleve el trabajo artístico a algo etéreo, a la
desde los orígenes de la humanidad. inspiración, a la sensación sublime. Entonces
registra el fetichismo del arte pero le atribuye un
La hipótesis de este artículo, demostrada en
carácter revolucionario, de repudio al sistema,
otros lugares, es que el fetichismo capitalista
para justificarlo, sumergirse en él sin culpa. Así
nace de la objetivación del cuerpo femenino4:
puede consumir las mercancías culturales que
primero se lo objetualiza, se borra a la persona
ama (que no casualmente son las suntuarias) y
de esa carne «bella» y fecundable, productora
repudiar sin culpa las que desprecia (no casual-
de vidas humanas, que se vuelve en sí misma
mente, las populares). Como plantea Bourdieu,
una cosa mágica, irresistible y poderosa que
el capital simbólico también otorga plusvalor a
los varones pelean por manipular y poseer;
quienes lo acumulan, y ese plusvalor supone un
entonces se la pone a circular y los poderosos
modo de poder al que nos hemos referido y que
que lo hacen atribuyen a ese cuerpo, a ese ser-
el sociólogo francés llama distinción (Bourdieu
objeto, el poder que, construido socialmente
9-104). Confundiendo los dos fetichismos, Ador-
como fálico, en realidad les pertenece a ellos,
no resguarda la distinción de su crítica política.
porque son los que lo dominan, entregándolo y
recibiéndolo. Apropiarse de una mujer expresa
el poder que tiene el hombre apropiador, pero De cómo la crítica se arrodilla (de
él ha perdido esa conciencia y le atribuye a frente o de espaldas) ante el mercado
«su» preciosa criatura (o a cualquiera de esa
Bourdieu muestra cómo el capital simbólico
condición, «circulable» por definición) oscuras
otorga poder y propone el concepto de distinción
capacidades de dominio y seducción5.
para mencionar ese plusvalor de capital que
El fetichismo atávico del arte nada tiene que marca la diferencia de clase en lo simbólico. No
ver con estos procesos. Se refiere, por ejemplo, se trata de un poder necesariamente económico,
a la magia por la cual el animal dibujado en desde luego, y mucho menos en nuestros países
la cueva funciona como la caza efectivamente latinoamericanos, pero sí de uno simbólico que
conseguida. Es esa fe imposible que es condi- quienes lo poseemos abrazamos con fruición,
ción para la verdad en el arte, es la pulsión que como compensación tercermundista a nuestra
lleva a los humanos sensibles a resistir, creando pobreza monetaria. Es un poder que un sector
algo alternativo al mundo doloroso o injusto. En de la academia, al menos en las letras, tiende a
ese fetichismo reside la fuerza de negación que sostener con celo porque es una de las claves
Adorno y Horkheimer exigen, de la que Adorno que justifica la necesidad de su existencia en
ha sido un maestro extrayendo consecuencias una sociedad dividida en clases.
teóricas. Ese fetichismo sí es necesario. Pero no
Es, de todos modos, criticable la equiparación
el mercantil, no el que borra el trabajo humano
mecánica de Bourdieu entre riqueza material
en el producto.
no semiótica y semiótica. Bourdieu olvida que
Es cierto que ese fetichismo primitivo que la primera es finita y la segunda no. El produc-
acompaña al arte desde su humano nacimiento to interno bruto de una nación es una cifra, y
consiguió (como veremos) legitimar su estatus, esa cifra se reparte entre muchos de un modo
ganar su derecho de ciudadanía, únicamente desigual. La discusión es quién come la tajada
gracias al surgimiento, recién avanzada la más grande de la torta. Pero la riqueza material
modernidad, de la autonomía del arte (es de- semiótica no es igual. Para poder leer a Proust
cir, en definitiva, gracias a la mercancía). Pero no necesitamos privar a otros de que lo lean… a
eso no hace que ambos fetichismos puedan menos de que pretendamos que Proust se vuel-
confundirse. va una marca de clase, de distinción. El capital
Se trata de una tesis
simbólico acumula una riqueza, en realidad, 4.

Ya hablaremos de cómo comienza la autono- doctoral en preparación,


infinita, de reproducción y distribución de al- aunque algunas de estas
mía del arte y por qué es recién allí cuando el ideas pueden vislumbrarse,
cances cada vez mayores, si seguimos la historia
fetichismo de las obras encuentra una suerte con menos sistematicidad,
que va de la imprenta a la Internet. en Arlt, profeta del mie-
de legalidad institucional. Por ahora, pregun- do (Drucaroff 1998) o en
témonos: ¿por qué Adorno se desliza imper- Por eso se precisan instituciones (la crítica, la «Máquinas de guerra. Una
saga de poemas de Daniel
ceptiblemente de la defensa de un fetichismo academia) que trabajen en contra de la distri- Durand» (Drucaroff 2001).
(el mercantil) a la del otro (el de la magia con bución democrática y controlen la circulación 5. En la tesis doctoral en
que el arte se percibió desde su nacimiento)? del capital simbólico infinito, que administren preparación están explica-
dos todos los presupuestos
Postulamos que es un lapsus: Adorno, el aris- la distinción. Para preservar la distinción hay teóricos de este razona-
tócrata del consumo artístico, precisa sostener que convencer a muchos de que no tienen de- miento; para el problema
de la circulación de mu-
la división entre artista y trabajador, que es una recho a leer a Proust y transformar todo lo que jeres, véase Gayle Rubin
división alienante, ilusoria y de clase. Prefiere leen por su cuenta, espontáneamente, en capital (15-74).

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La crítica ante el vínculo insoluble / indisoluble entre literatura y mercado

simbólico devaluado, sin prestigio; no porque nuestra literatura y aprovecha hasta hoy su tra-
sea necesariamente de mala calidad (a veces dición, y otra es entender al boom de literatura
no lo es), sino porque la distribución desigual latinoamericana y al éxito de esa gran novela
de poder simbólico lo requiere. La finitud, que, como un puro fenómeno de marketing. Este auge
en economía, es inherente al excedente de pro- se debió a ciertas condiciones históricas y polí-
ducción, no caracteriza al material semiótico. ticas, junto a la notable calidad y originalidad
de las propuestas literarias de García Márquez,
Para justificar su solapada función de protecto-
José Donoso, Augusto Roa Bastos, Jorge Luis
res del poder simbólico, los críticos demonizan
Borges y otros autores que conscientemente o
al mercado. Según ellos, este solo consagraría
por azar aprovecharon el boom, que no fue sola-
las obras por operaciones de marketing siempre
mente una fiebre de mercado pronto olvidada:
infalibles y maquiavélicas, capaces de convencer
la vigencia de muchas de sus obras continúa
fervorosamente a cualquiera. No se entiende
hoy en gran parte de los casos6.
así cómo algunas de las obras y autores más
estudiados por el canon fueron en su momen- En este contexto, quienes pertenecemos a la
to éxitos de venta (el Quijote, el Martín Fierro, academia y nos dedicamos a la crítica literaria
Charles Dickens, León Tolstoi, Dostoievski, podemos cumplir la función que una sociedad
Roberto Arlt). Dediquemos breves renglones al dividida en privilegiados y pobres nos solicita,
poder que efectivamente tiene la publicidad en o podemos usar nuestro poder simbólico para
el mercado: un viejo adagio del marketing dice combatirla.
que una buena campaña de un mal producto
En Argentina, los críticos literarios nos consi-
sirve para que muchos descubran muy rápido
deramos a nosotros mismos, mayoritariamente,
que el producto no sirve. Así se explica que una
intelectuales de la izquierda. Si somos cohe-
operación orquestada pueda imponer apenas
rentes con ello, una crítica literaria arrodillada
por un rato libros que salen de la vidriera y se
ante el mercado para darle la espalda, o para
pierden para siempre, fervores de unos meses,
aplaudirlo, debería resultarnos repugnante. Si
y que, en cambio, permita conocer otros que
despreciamos por definición toda literatura que
sobreviven hasta hoy. Claro que una política
los lectores leen sin nuestra intervención defen-
de marketing ayuda y su ausencia invisibiliza,
demos la distinción; lo mismo si reivindicamos
pero no garantiza el éxito de lo que publicita.
únicamente la literatura que solo paladean los
En Argentina, las diversas suertes de los títu- bienaventurados consumidores «abc1» de capi-
los que ganaron el Premio Clarín de novela lo tal simbólico (dicho sin ninguna ironía, hay que
demuestran. El éxito de Las viudas de los jueves agradecer esa buena ventura). Por el contrario,
de Claudia Piñeiro (Premio Clarín 2005) no si con idéntica posición de rodillas miramos el
puede compararse al que tuvo antes El lugar mercado en lugar de darle la espalda, reivindi-
del padre, de Ángela Pradelli (Premio Clarín camos cualquier literatura que sea buen negocio
2004). Ambos libros tuvieron igual operación por el puro hecho de ser «exitosa» en términos
de marketing, pero la novela de Pradelli es de lucrativos. Ahí defendemos el capital a secas, no
un delicado minimalismo de trama quieta, su- el simbólico. Pero en ambos casos colaboramos
mamente íntima, que gira alrededor del duelo con la injusticia social.
de la hija por el padre y exige un gran esfuerzo
¿Cuántos prejuicios académicos contra el arte
de los lectores, que deben aceptar esa propuesta
masivo son modos de proteger la distinción? En
estética y consonar con sus acordes especiales; la
Argentina, al menos, la crítica académica ante-
novela de Piñeiro, en cambio, tocó un conflicto
rior despreció como objeto de estudio el policial
de fuerte presencia y actualidad en la sociedad
o la ciencia ficción en los años cuarenta, cuando
argentina posterior al estallido económico de
eran géneros masivos. Borges no; fue un gran
diciembre de 2001, y planteó una autocrítica de
lector de esos géneros y los tomó muy en serio.
las clases media-alta y su conducta durante el
Recién ahora, muchos académicos también los
gobierno de Carlos Saúl Ménem, que se apoya
leen y los toman en serio. Hoy, Philip Dick o
en el popular género policial y maneja ritmos y
los cuentos de Walsh en Leoplán son objetos de
procedimientos de la buena narrativa de trama
culto. ¿Cuánto de lo que buena parte de la aca-
fuerte. La misma intensidad de marketing inicial
demia desprecia hoy será prestigioso tema de
consiguió difusión moderada en el caso de Pra-
las tesis doctorales y los programas académicos
delli y un éxito avasallador en el de Piñeiro. Eso
dentro de sesenta años?
no hace, por supuesto, que la novela de lectura
más ardua sea mejor o peor que la otra.
Otro ejemplo: Cien años de soledad, de Gabriel
El arte tiene fecha de nacimiento
García Márquez, inició un boom de mercado Retrocedamos: dijimos que la literatura, tal
editorial de autores latinoamericanos en 1967 y como hoy es, como hoy la concebimos, debe su
es hasta hoy uno de los libros que más se sigue existencia al mercado, y que su poder mágico,
6.Para una aguda mirada vendiendo en el mundo. Una cosa es decir que revulsivo, de oponer un mundo alternativo al
sociohistórica del boom,
véase González (405 - el mercado aprovechó el interés que estalló por mundo horrible que nos rodea, debe al mercado
429).

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haberse desplegado, haber ganado el respeto ángeles en los que leemos el agobio del pueblo
social. Para demostrarlo, tenemos que hablar oprimido y la rabia de un artista rebelde. Pero
de historia. para fortuna del Aleijadinho, así no lo leyeron
sus amos; lo percibimos nosotros, parados en
Los dibujos de las cuevas de Altamira, los púl-
una sociedad donde el arte es autónomo. Citan-
pitos en madera tallados por el Aleijadinho en
do nuevamente a Adorno: «antes de formarse
las iglesias de Ouro Preto, los vitrales de Notre
la conciencia de la autonomía, el arte estaba ya
Dame hoy forman parte de las expresiones ar-
en contradicción con el poder social y su pro-
tísticas de la humanidad; los Milagros de Nuestra
longación en las mores, pero no era todavía un
Señora, de Gonzalo de Berceo, o la Odisea hoy
para sí» (1970, 295).
son obras de la literatura. Pero no se produje-
ron ni se leyeron así. Sabemos que carecían de ¿Cuándo se transforma en un para sí? Con el
autonomía, que dibujar bisontes en las paredes arribo de la autonomía. Adorno la teoriza bri-
era el modo de empezar a cazarlos, que los llantemente; la historizan (sin darle ese nombre)
Milagros de Gonzalo de Berceo eran verdades Habermas y Bajtín. Los tres coinciden: a la
educativas y la Odisea, un relato colectivo sobre autonomía la trae el triunfo de la burguesía,
el auténtico origen heroico de toda una cultura. la trae el capitalismo. La trae el mercado. «Su
Como la autonomía del arte no existía, eso no autonomía [dice Adorno], su robustecimiento
era arte. Asistir a una representación de Edipo frente a la sociedad es función de la conciencia
Rey no era ir al teatro; escuchar a un juglar que burguesa de libertad que, por su parte, creció
recitaba no era ver a un artista a la gorra. juntamente con las estructuras sociales» (1970,
295). Durante la larga y tan estudiada transición
Como plantea Jürgen Habermas (1981), lo que
del feudalismo al capitalismo, que tiene a la acu-
hoy llamamos arte fue, antes de ser autónomo,
mulación mercantil y la feria en la plaza como
una herramienta con la que las instituciones
protagonistas, el arte se va volviendo autónomo.
del poder político, seculares y religiosas, exhi-
En eso coinciden Marx, Habermas y Bajtín.
bieron su dominio. Publicidad representativa,
llama Habermas a este modo en que el arte El Manifiesto Comunista de Marx y Engels rinde
representaba el poder ante el pueblo: cuadros, justo homenaje (ambiguo, encendido) al rol
poemas, música dedicados a señalar ante el democratizador de la burguesía y del dinero:
público pasivo quién manda, a legitimar al
[...] la burguesía ha desempeñado en la historia un
que manda con belleza. Es razonable, entonces,
papel altamente revolucionario. [...] las abigarradas
que el bufón que recita para el rey tenga que
ligaduras feudales que ataban al hombre a sus
elegir con cuidado sus palabras, que el pintor
«superiores naturales» las ha desgarrado sin piedad
no pueda decidir cuál retrato pinta, que el
para no dejar subsistir otro vínculo entre los hombres
escritor escriba para promover principios de
que el frío interés, el cruel «pago al contado», [...] ha
la Iglesia. Entender eso como arte, hoy, es una
despojado de su aureola a todas las profesiones que
operación ex post facto. No en vano, la palabra se
hasta entonces se tenían por venerables y dignas
refería a oficios tan terrenos como la zapatería
de piadoso respeto. Al médico, al jurisconsulto, al
o la carpintería, incluía a talladores de santos
sacerdote, al poeta [...] los ha convertido en sus ser-
y herreros de caballos.
vidores asalariados. [...] Una revolución continua en
Es cierto que entre zapatos y herraduras, un la producción, una incesante conmoción de las con-
leproso hijo de una esclava, el Aleijadinho, talló diciones sociales [...] distinguen la época burguesa de
Detalle de “Evolución”. Planetas y viajeros.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 129

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La crítica ante el vínculo insoluble / indisoluble entre literatura y mercado

todas las anteriores. Todas las relaciones estancadas «uso o consumo (conspicuo) de obras, más que
y enmohecidas, con su cortejo de creencias y de en su producción» (Williams 49; la traducción
ideas veneradas durante siglos, quedan rotas. [...] lo es nuestra).
sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven
Mientras la burguesía no adquirió fuerte con-
forzados a considerar serenamente sus condiciones
ciencia para sí, sus hábitos de uso o consumo
de existencia y sus relaciones recíprocas. (35; el
de literatura fueron parte esencial de su cons-
énfasis es nuestro)
titución como clase revolucionaria; no se impu-
En esa «consideración serena» entra la de leer sieron a toda la sociedad como equivalentes de
sin literalidad y sin remitir de inmediato los la verdad del gusto, la sensibilidad y el talento,
signos a las cosas: leer artísticamente, leer desde sino que le sirvieron para pensar en su tarea
la autonomía del arte. Como plantea Habermas, histórica, para consolidarla y legitimarla, para
cuando la monarquía y, con ella, la publicidad su proceso de adquisición de conciencia para sí.
representativa son derrotadas por la publicidad Pero después la burguesía triunfó y fue cuestio-
burguesa (por una concepción de lo público ya nada como clase dominante; en este punto, su
no pasiva, espectadora, sino de público como lo «gusto», sus lecturas y hasta su canon debieron
que forma opinión, factor de gobernabilidad), entrar en crisis, algo que por cierto ocurrió y
entonces hay espacio social para que el pintor se ocurre cada vez que se arman luchas por el
ría del rey, el poeta de Dios, para la peculiaridad sentido en el campo literario. Sin embargo, hoy,
de la referencia estética, poética, para que los dice Williams, el lugar de la crítica en la acade-
signos remitan antes que nada a sí mismos y, de mia muestra la resistencia de esta institución a
allí, mediatizados, al mundo: para que exista la abandonar su función de clase:
literatura. En esa coartada, los textos se ofrecen [...] lo que evidencia, al menos, su hegemonía residual
como espacios laboratorio que piensan impune- es el hecho de que la crítica (tomada como una nueva
mente (a la impunidad la garantiza la autonomía) disciplina consciente de sí en las universidades) se
la sociedad humana. haya vuelto una nueva profesión para-nacional y así
Habermas historiza: todo eso nace en el siglo se practique, reteniendo estos conceptos de clase
xvii, por ejemplo en pubs ingleses donde los que estuvieron en su fundación, pese a sus inten-
burgueses discutían mientras tomaban los tos por establecer criterios nuevos abstractamente
entonces suntuarios cafés y chocolates, e iban objetivos. (49)
comprendiendo que quienes ganan como para ¿A qué se refiere Williams con estos «intentos»?
pagarse el chocolate tienen más poder que el La crítica intenta erigirse como una ciencia obje-
noble parásito que les pide préstamos para tiva (algo que de ningún modo es la pretensión
poder beberlo. El individuo está naciendo, de la crítica que este artículo defiende); pero
¿pero dónde? En la relación libre e igualitaria debajo de esa postura, lo que subsiste es una
que supone, en su legalidad, el mercado. En perspectiva conservadora de clase. Williams
ese espacio, por primera vez en la historia, no lo dice con todas las letras. Si antes la crítica
es legítimo usar la violencia para apropiarse de exhibió «gusto» y «sensibilidad», y pretendió
algo: se exige el común acuerdo (el consenso, que con eso bastaba, ahora, puesta en crisis
el antojo) de comprador y vendedor, sean éstos la legitimidad del dominio burgués, intenta
leprosos, mujeres, siervos o nobles, de la raza encontrar un fundamento que parezca más
y religión que fuere. Se exige tener algo para objetivo… para justificar lo que es, en última
comprar o algo para vender, es el único requisito instancia, su privilegio de detentar el poder de
para participar del juego. decidir dónde está el buen gusto y la verdadera
Nacen el individuo y la igualdad jurídica, y sensibilidad:
el derecho a escribir desde la imaginación y Más seriamente, la crítica se concibió como una
leer desde la autonomía. Leer textos es criticar, definición natural de los estudios literarios, definidos
pensar el mundo libremente: la crítica literaria, estos por la categoría especializante de literatura
dice Habermas, surge en los pubs ingleses. No es (obras impresas de cierta calidad). Por lo tanto, estas
todavía la institución que protege a los podero- formas de los conceptos de literatura y crítica son,
sos en capital simbólico, pero, como denuncian desde la perspectiva del desarrollo histórico social,
Bourdieu o Raymond Williams, luego lo será. formas de una especialización y un control de clase
sobre una práctica social general, y una limitación
Este último analiza el surgimiento del término
de clase sobre las preguntas que la crítica podría
crítica en el contexto del afianzamiento eco-
plantear. (Williams 49)
nómico y político de la burguesía en el siglo
xvii. Sostiene que nació «siempre en difíciles Entonces, mientras la burguesía fue clase re-
relaciones con su sentido general y persistente volucionaria, la crítica aún fue un arma para la
de señalar faltas», y que «desarrolló desde “co- conciencia para sí de la clase revolucionaria del
mentarios” sobre literatura [...] hasta el ejercicio momento. Con ella se legitima ante la nobleza
consciente del “gusto”, la “sensibilidad” y la de sangre, fortalece lo que Habermas llama
capacidad de “discriminación”». La crítica, dice, publicidad burguesa, discute tradiciones y lina-
entendió la literatura poniendo el énfasis en el jes estéticos que suponen definiciones nuevas

130 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Elsa Drucaroff

de nación y lleva al mercado, o difunde en él, Relaciones peligrosas


libros donde leer estas ideas, imponiendo una
nueva versión del mundo y nuevos criterios La literatura nació en el mercado, pero es una
de prestigio, democráticos, contra la nobleza. mercancía molesta. Que el arte es una mercancía
incómoda para el sistema es el aspecto que la
A las de Habermas hay que agregar las ideas crítica académica subraya, aunque a veces lo use
de Mijaíl Bajtín: la burguesía trae el reinado para deslizarse (igual que Adorno) a la función
de la autonomía del arte, pero no la inventa. de conservar los privilegios de la distinción.
¿De dónde toma esa condición de autonomía? Pero ese desliz no niega la verdaderamente
Del carnaval, donde vivía desde tiempos in- incómoda posición de la mercancía arte. Re-
memoriales. Allí estaba la ficción autónoma: mitimos para ello al extraordinario análisis de
limitada y encerrada en un puñado de fechas y Adorno y Horkheimer (1969) del episodio de
en un espacio único (la plaza pública); la orgía Odiseo y las sirenas: la verdad del arte es ajena
carnavalesca venía produciendo un estallido a la razón instrumental y atenta contra el orden
cíclico de significaciones sociales no punibles social. La misma autonomía que hace posible al
por el poder. Tenía sus respectivas músicas, burgués oír a las sirenas condena su canto y a
poemas, teatralizaciones. Pero ese estallido quien lo escucha a la impotencia: para poder oír-
controlado en el que participaba la sociedad las y no dejar de ser el empresario pujante que
toda, sin separación entre actores y público, surca los mares, Odiseo paga el precio de estar
y donde no regían privilegios de clase, no era atado a un palo; pero además debe garantizar
considerado arte, lo que hoy entendemos por la distinción: que el canto llegue a los señores,
tal. Era un mundo paralelo y popular que la no a los remeros. Escuchado por los remeros,
publicidad representativa de la «alta cultura» el arte sería peligroso: podrían dejar de remar,
no tomaba en cuenta. Después de muchos o conducir el promisorio barco a la derrota del
siglos de carnaval comunitario, en un lento burgués. El arte es peligroso, desconfiable,
periodo que crece, junto con la burguesía y el porque no se acopla a la razón instrumental,
mercado, entre finales del siglo xiv y fines del incluso si, como mercancía, circula en un mun-
xvi, los lenguajes estéticos «cultos» empiezan do dominado por ella. Pero su valor de uso es
a abrevar en el carnaval. Bajtín estudia cuida- inexistente en los términos de estricta economía
dosamente el caso de Rabelais, monumento, de producción y reproducción de riquezas, su
junto con Shakespeare o Cervantes, en este consumo proyecta sombras que el mercado no
surgimiento de una literatura cada vez más logra iluminar.
autónoma que se nutre de la autonomía de la
cultura popular7. Adorno teoriza con alto vuelo esas sombras. La
obra de arte, dice, representa lo no corrompido
Es evidente no solo el carácter profundamente por el intercambio, el lucro y la falsa conciencia.
revolucionario de la obra de estos autores, «En medio de la total apariencia, la apariencia
sino la incidencia que el mercado tuvo en de su ser-en-sí es una máscara de la verdad»
ellas. Invade y condiciona la producción y las (Adorno 1970, 298). Es decir, frente a la super-
representaciones en el teatro isabelino; es el ficialidad del lo mismo, donde cada mercancía
motivo para que Cervantes, encarcelado por puede equipararse con cualquier otra, donde
deudas, escriba su Quijote; es el lugar donde todo es transformable al significante dinero,
se pregona y se vende Gargantúa y Pantagruel, su apariencia, su materialidad significante
que, a su vez, se nutre del lenguaje que nace como opacidad —eso que para Jakobson es la
en el gran mercado de la plaza pública. Bajtín función poética8 — es en el signo artístico una
dice que el mercado surge, nada casualmente, superficialidad profundamente verdadera. Es
en el mismo lugar donde se hace el carnaval: interesante esta reivindicación política de la
la plaza. En la feria mercantil, las formas de la función poética (o de eso que la antigua opo- 7. Para una caracterización
fiesta carnavalesca reaparecen, pero ahora sin sición forma-contenido llamaría la «forma»), este del carnaval y su aparición
el cerco temporal estricto de las fechas de fiesta. señalamiento de que la superficie opaca del en la cultura «alta», véase
el indispensable trabajo de
En la feria mercantil, los privilegios de sangre significante resiste en el arte como algo no trans- Bajtín La cultura popular
se borran porque lo que vale es el dinero, las formable, no intercambiable, un puro y potente en la Edad Media y en el
Renacimiento. El contex-
fronteras monárquicas se quiebran porque se palpitar de la forma que se opone provocativa, to de François Rabelais
precisan mercaderes viajeros y mercancías de eficazmente a la lógica del lo mismo. Acá hay (1987).

todas partes, las fronteras lingüísticas se inter- una sombra a la que la luz mercantil no llega; 8. «La orientación hacia el
mensaje como tal, el men-
penetran. En el dialogismo carnavalesco de la en esa sombra, los lectores nos conmovemos saje por el mensaje, es la
feria mercantil se construyen las características y sentimos con certeza que toda la alienación función poética del lengua-
je. […] Esta función, al pro-
esenciales de lo que será el gran género literario capitalista y falo-logocéntrica no puede arrasar mocionar la patentización
burgués: la novela. ese instante de verdad. de los signos, profundiza
la dicotomía fundamental
de signos y objetos. De ahí
Hasta acá hemos visto por qué el mercado y la En conclusión, entonces, digamos que las que, al estudiar la función
literatura no solo no están enfrentados, sino que relaciones entre literatura y mercado son poética, la lingüística no
pueda limitarse al cam-
tienen una relación indisoluble. Pero dijimos: complejas, conflictivas, necesarias y ambiguas. po de la poesía» (Jakob-
además insoluble. Cualquier cosa menos la simplificación típica son 358).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 131

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La crítica ante el vínculo insoluble / indisoluble entre literatura y mercado

que explica que «lo comercial» es «malo». En Adorno, Theodor W., y Max Horkheimer. 1969.
la sociedad en que vivimos, el arte precisa del Concepto de iluminismo. En Dialéctica del ilumi-
mercado, precisa que este haga negocios con el nismo. Buenos Aires: Sudamericana.
arte. Se pueden hacer con quienes compran la Bajtín, Mijaíl. 1987. La cultura popular en la Edad
mercancía artística o el derecho a consumirla Media y en el Renacimiento. El contexto de François
(los lectores), se pueden hacer con quienes la Rabelais. Madrid: Alianza Editorial.
producen o quienes dan el servicio que permite
consumirla (las editoriales autodenominadas Bourdieu, Pierre. 1985. ¿Qué significa hablar? Ma-
«independientes», cuando le cobran a un au- drid: Akal.
tor). ¿Por qué tanto empeño de las editoriales Drucaroff, Elsa. 1998. Arlt, profeta del miedo. Buenos
que cobran en que ello no se sepa? ¿Por qué Aires: Catálogos.
tanto empeño de los escritores en disimular
que les interesa o que merecen ganar dinero Drucaroff, Elsa. 2001. Máquinas de guerra. Una
por su oficio? No es necesario que eso ensucie saga de poemas de Daniel Durand. Los Rollos del
las tareas de editar o de escribir, no es preciso Mal Muerto i, 3.
prostituirse para vender el trabajo. Que el arte Encuesta a escritores argentinos contemporáneos.
esté afuera del mercado es una tragedia social; 2008. El Interpretador 34. http://www.elinterpreta-
que exista una demanda mercantil por él, el dor.net/numero34.htm (consultado en septiembre
único modo de difundirlo y darle oportunidad de 2008).
de llegar a muchos.
González, Horacio. 2000. El boom: rastros de una
Tal vez críticos y escritores debamos asumir palabra en la narrativa y la crítica argentina. En
sinceramente nuestra inserción en el mercado Historia Crítica de la Literatura Argentina, vol. 11. La
para poder preguntarnos con honestidad en narración gana la partida. Dirección del vol. 11 de
qué términos la haremos; tal vez esa sea una Elsa Drucaroff. Dirección integral de Noé Jitrik.
obligación ética que nos preserve de la prostitu- Buenos Aires: Emecé Editores.
ción. De esa disyuntiva hay mucho para pensar,
pero no es objetivo de este análisis. Habermas, Jürgen. 1981. Historia crítica de la opinión
pública. Barcelona: Gustavo Gili.
Sí es un objetivo, no obstante, responder a la
disyuntiva que abre la función social de la Jakobson, Roman. 1985. Lingüística y poética. En
crítica: su función no debería ser, por cierto, Ensayos de lingüística general. Barcelona: Planeta-
contribuir a tapar con cera los oídos de los Agostini.
remeros para que Odiseo disfrute de un poder Jitrik, Noé (coord.). 2007. El despliegue. De pasados
simbólico exquisito y exclusivo. Tampoco acu- y de futuros en la literatura Latinoamericana. Buenos
mular con mezquindad, en la cuenta bancaria Aires: Instituto de Literatura Hispanoamericana,
de nuestro capital simbólico, cantos inefables Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de
de sirenas cuyo disfrute es exclusivo. Se trata Buenos Aires.
de lo contrario, de ayudar a la democratización
del capital simbólico y, sobre todo, de pensar Marx, Karl. 1946. El capital. Crítica de la economía
constantemente por qué una sociedad lee lo política. México: Fondo de Cultura Económica.
que lee, qué cosas dice de ella lo que lee, qué Marx, Karl. 1971. Introducción del tomo i (1857).
cosas dicen de la sociedad sus obras canónicas En Elementos fundamentales para la crítica de la
o las que se están escribiendo. Quienes hacen economía política (borrador) (1857-8). Buenos Aires:
crítica dan cuenta de su tiempo histórico, son Siglo xxi.
intelectuales que intervienen activamente en
Marx, Karl, y Friedrich Engels. s/f. Manifiesto del
la lucha por el significado, personas que pro-
Partido Comunista. En Obras escogidas. Moscú: Edi-
fundizan o racionalizan ese vínculo entre vida
torial Progreso.
y literatura que tan bien conoce cualquiera
que ama leer. Rubin, Gayle. 1998. El tráfico de mujeres: notas
sobre la «economía política» del sexo. En ¿Qué
son los estudios de mujeres? Compilación de Marysa
Bibliografía
Navarro y Catharine Stimpson. Buenos Aires:
Adorno, Theodor W. 1970. Teoría estética. Buenos Fondo de Cultura Económica.
Aires: Hyspamérica.
Williams, Raymond. 1977. Literature. En Marxism
Adorno, Theodor W. 1984. El artista como lugarte- and Literature. Oxford, New York: Oxford Univer-
niente. En Crítica cultural y sociedad. Madrid: Sarpe. sity Press.

132 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Azriel Bibliowicz*

La mirada de Medusa**

C
Resumen ada escritor tiene la obligación de
¿Cuál es la mirada particular de un escritor? ¿De qué ma- buscar, enfrentar y crear sus propias
nera trasciende y simultáneamente aprehende la realidad? metas, necesidades y obstáculos, como
La mirada de Medusa es una visión ambigua e insólita,
trágica y terrorífica en la mitología; una mirada terrible decía Paul Valéry. Pero para lograr este
que convierte en piedra para siempre a quien la ve. De fin es necesario aprender un oficio y buscar la
la misma manera, el escritor joven que se asume como compañía de grandes escritores y teóricos. El
artista debe buscar en su escritura una visión o perspectiva
sorprendente, insólita, novedosa. Una mirada que obligue a oficio, afirmaba el poeta Paul Celan, demanda
ver el mundo de una forma distinta y que le permita llegar absoluta precisión, condición previa de toda
a la imagen y a la poesía, donde la realidad puede fijarse
finalmente en forma de literatura.
poesía. Y, en últimas, todo escritor se encamina
hacia el encuentro con la poesía que subyace en
Palabras clave: escritura creativa, mirada del escritor, todos los géneros literarios.
literatura, arte.
Todo estudiante que aspira a ser escritor debe
Abstract ser consciente de que el poema, el cuento, la
novela, el cine y el teatro guardan secretos que
The gaze of Medusa solo se revelan a aquellos que se acercan con
What’s the particular view of a literary author? How does entrega y dedicación. El arte implica un destino:
this vision transcend and simultaneously apprehend reality?
In mythology, the tragic and terrifying story of Medusa
la escritura creativa un compromiso.
represents an ambiguous and uncanny kind of vision: a
terrible gaze able to turn men into stone. Similarly, a young La literatura es el territorio de la presencia en
author, assuming himself as an artist, must try to reflect in la ausencia, de las incógnitas y perplejidades,
his writing an amazing, uncanny and innovative perspective. de la memoria y el olvido, de la distancia infi-
A new way of seeing the world that forces him to see the
world differently and allows him to reach the image and the nita entre la vida y la muerte, del absurdo y el
poetry, where reality can finally become fixed as literature. humor; es el lugar donde se vuelve posible lo
Keywords: creative writing, author’s vision, literature, art. imposible, así como el terreno en que se le piden el autor:
peras al olmo. También es el ámbito en el cual * Profesor de la Escuela de Cine
se rompen las barreras producto de nuevas mi- y Televisión y Director de la
radas. Los opuestos —que a primera instancia Maestría en Escrituras Creati-
vas, Universidad Nacional de
podrían resultar inadmisibles— convergen y Colombia, sede Bogotá.
prosperan en sus páginas como la leche negra,
azbiblio@cable.net.co
o como lo audible en la boca o como lo cercano
equivalente a todo lo perdido, al decir de Paul
**Ponencia presentada
Celan. Por ello, el escritor, si se asume como en el «Seminario interna-
artista, necesita plantearse una serie de inte- cional, escritura creativa y
creatividad en su enseñan-
rrogantes y dilemas que enfrentará a diario. za». Bogotá, noviembre 6
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 Debe preguntarse: ¿cuál es la perspectiva que al 9 del 2007.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 133

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La mirada de Medusa

debe encontrar para su obra literaria? ¿Cuál es a pesar de haber sido decapitada, la mirada de
la mirada trascendental del artista? Medusa continuaba fulgurante y convertía en
piedra a quien la mirara. En otras palabras, la
En verdad, no son preguntas sencillas, y si bien
mirada de Medusa era una poderosa arma en
procuramos aproximarnos a sus respuestas para
manos del héroe.
intentar compartirlas con los jóvenes escritores,
estas se nos escapan en el momento en que pen- Hay algo extraño y sorprendente detrás de este
sábamos que estábamos cerca. Tal vez se deba mito, ya que el monstruo se vuelve indestructi-
a que el arte, con todo lo que les es propio, es ble exactamente porque ha sido asesinado. Y su
capaz de transfiguraciones, y a su vez es resis- mirada terrorífica acaba por ser parte integral
tente y de larga vida, es decir, eterno. Pero su de la égida de Atenea, diosa de la sabiduría, de
eternidad también resulta paradójica, porque, los entramados y los textos. La figura de Medusa
citando de nuevo a Paul Celan, «declaramos está llena de contradicciones y ambivalencias.
eterno lo que es pura mortalidad y en vano». Aun cuando Perseo la ha derrotado, cuida con
sigilo su cabeza, la consiente y trata con genti-
Ahora bien, ¿cómo nos acercamos a la mirada
leza, como señala Italo Calvino, pues la pone
del artista, a esa visión particular, que en últi-
sobre una cama de hojas frescas nacidas bajo
mas refleja un cambio de aliento?
el agua para que repose.
Se ha repetido en infinitas ocasiones que el arte
Medusa es una figura terrible, pero a su vez
es un espejo de la realidad, pero fue Shakespeare
trenza la belleza y el terror en una sola realidad.
quien señaló que, si bien podía ser un espejo,
Así lo entendió el gran artista del siglo xvii,
era, ante todo, un espejo roto. En otras palabras,
Michelangelo Merisi da Caravaggio, al pintarla
la mirada del artista no es un reflejo de la rea-
sublime y pavorosa a la vez. Son múltiples los
lidad, sino una visión dislocada, si se prefiere,
elementos opuestos que se entretejen en este
desviada e insólita.
mito y que vuelven a Medusa tan extraña, sor-
Siempre me ha llamado la atención que Gustave prendente e insólita.
Flaubert se hubiera referido al bardo inglés
Por un lado, nos enfrentamos a su naturaleza
como un ojo. Permítanme citar a Flaubert, quien
trágica. En una de las versiones del mito, se
le escribe a Louise Colet el 27 de septiembre de
nos cuenta que era una joven hermosa que fue
1846 diciéndole: «Cuando leo a Shakespeare me
violada por Poseidón en el Templo de Atenea,
vuelvo más grande, más inteligente, más puro.
la diosa virgen, ultrajando este sacro lugar. Me-
Llegado a la cima de una de sus obras, me parece
dusa, aun cuando fue la víctima de la deshonra,
que estoy en una alta montaña: todo desaparece
no logró apaciguar la furia de la diosa, a quien
y todo aparece. Ya no se es hombre, se es un
le importaron poco las justificaciones, ya que
ojo; surgen horizontes nuevos, las perspectivas
el hecho mismo era imperdonable. En el mito,
se prolongan hacia el infinito […]» (s.p.). Es el
como en la literatura, las excusas cuentan poco
propio Flaubert quien subraya la palabra ojo.
y solo valen las obras. Pero existe otra tradición
Ese ojo al cual se refiere el gran novelista que se refiere al error que cometió Medusa al
francés, o esa mirada particular, viene a ser la aseverar que era más bella que la propia Ate-
clave del asunto. Y quizás si pensamos en tér- nea. En otras palabras, osó compararse con la
minos de miradas probablemente nos veremos diosa, un acto de soberbia inadmisible. No es
abocados a enfrentar la más paradigmática de casual que Atenea transformara su cabello en
todas, aquella capaz de congelar y transformar serpientes y afilara sus dientes. La serpiente era
la realidad en piedra, para volverla eterna: la símbolo de esta deidad.
mirada de Medusa.
Cuando Perseo le corta la cabeza a Medusa, la
El mito de Medusa parece acompañar al arte sangre derramada también goza de una doble
con su visión escalofriante y excepcional desde propiedad: curar y envenenar. Por ello, Atenea
hace siglos. Más aún, es un mito cargado de le entrega dos gotas de la misma a Asclepios.
ambigüedades, y nos invita a reflexionar sobre La primera gota será un veneno mortal, pero la
el oficio del escritor. segunda tendrá la cualidad de curarlo todo y de
resucitar a los muertos. De ahí que la sangre de
La historia de Medusa, como bien saben, está
Medusa sea el pharmakon, la cura por excelencia.
relacionada con la del héroe Perseo, quien, con
Así pues, no debe sorprendernos que la máscara
sus sandalias aladas, viajó a los confines del
de Medusa evite el mal de ojo. De nuevo, nos
mundo para hallar a la famosa Gorgona de tres
encontramos con el ojo, la mirada extraña, la
cabezas, cuya única mortal era la de Medusa.
óptica perversa.
Aprovechando que la Gorgona estaba dormida,
y protegiéndose con su escudo-espejo, Perseo Este juego de dobles, esta ambigüedad caracte-
le cortó la cabeza a Medusa —con su cabellera rística de Medusa también la hallamos reflejada
colmada de serpientes— de un solo tajo. Pero no en el tema del espejo que usa Perseo para evitar
la dejó ahí, no la abandonó: la escondió en un la mirada que no parpadea. En otras palabras, el
saco y la llevó consigo. Nos cuenta el mito que espejo se transforma en un tercer ojo. El poeta

134 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 134 16/11/2010 02:26:20 p.m.


Azriel Bibliowicz

“XXIII”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 55 x 42 cm. Detalle.


Ovidio señala que la grandeza y maravilla de no son necesariamente los temas o materiales
Perseo fue verle la cara a Medusa sin que fuese insólitos los que nos acercan a él, como a ratos
transformado en piedra. Perseo es quien des- tienden a pensar los jóvenes escritores. James
cubre el espejo, y, desde entonces, la literatura Joyce afirmaba que el escritor siempre debe
ha visto en dicho objeto —que reproduce la escribir sobre lo ordinario. Lo extraordinario e
imagen al revés— la otra cara de la realidad, la insólito se le debe dejar a los periodistas.
visión reveladora de Perseo.
Lo extraordinario del artista viene a ser su
Los héroes griegos siempre buscaban y conquis- mirada, su punto de vista, la perspectiva que
taban lo extraño, lo insólito —lo que los ingleses genera un cambio o una vuelta del aliento.
han llamado «uncanny»—, y que termina por ser También es cierto que el ámbito del periodista
una característica del arte y el corazón de toda es exactamente el opuesto al del escritor. Y si
gran aventura. Por cierto, el término «uncanny» bien la confusión radica en que ambos trabajan
es difícil de traducir con exactitud, porque el con la misma materia prima —las palabras—,
paisaje de la palabra, como diría Horacio, es el periodismo pertenece al contorno del día,
extenso, y se refiere tanto a lo extraño como a mientras que la literatura corresponde al de la
lo insólito, asombroso, desviado, excepcional, noche. Y la diferencia entre el día y la noche
aquello que persiste en la mirada de todo gran viene a ser más filosófica que metafórica.
artista. Y por ello, al igual que Perseo, el joven
La idea de que la obra de arte se sitúa en el reino
escritor que se lanza a la aventura se arriesga
la noche es de Maurice Blanchot. En su ensayo
a equivocarse, pero también solo caminando
sobre Blanchot, el filósofo Emmanuel Lévinas
sobre la faz del abismo se logra descubrir el
nos recuerda que para este pensador la obra
misterio de la noche y del arte.
de arte está fuera del reino del día. La realidad
La cabeza de Medusa es, a su vez, una máscara y racionalizada por el trabajo y la política son
un espejo. Su mirada no deja de ser aterradora. comportamientos que Blanchot encierra en la
Pero tengo la impresión de que el buen arte categoría del día. También ubica el mundo, el
siempre tiene algo de aterrador. Muchos escri- poder, en donde se aloja toda la extensión de lo
tores anhelan esa mirada de Medusa, capaz de Humano. En el exterior se encuentra el arte que,
capturar y aprehender lo natural como natural en cambio, da acceso a otro espacio, a la noche.
por medio del arte. Buscan una mirada que También nos recuerda Lévinas que la lechuza de
logre salir de lo humano a un ámbito dirigido Atenea solamente alza vuelo en el crepúsculo.
a lo humano y a lo insólito: quizás es ahí donde
La obra de arte es una extranjera en el mundo
anida el arte.
y en los trasmundos. La literatura supone, para
No es casual que Dante nos diga que ha logrado Blanchot, una experiencia original en los dos
transformar su vista con una inefable esencia sentidos de este adjetivo: experiencia funda-
al final de la Divina Comedia. En otras palabras, mental y experiencia del origen. Todo «desin-
ha conquistado una nueva visión después de terés» artístico en relación con las cosas ha sido
culminar su recorrido. Ahora, si por un lado ya esta experiencia. No vamos de la cosa a la
lo inesperado y extraño nos aproximan al arte, imagen por simple neutralización de lo real, ni

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La mirada de Medusa

del lenguaje cotidiano a la imagen del lenguaje, de cinco o seis libros, fuentes que deben releerse
que sería el hablar poético, por disminución. todos los días [...] ¡Pero es que hay tantas maneras
Hace falta, según Blanchot, una trascendencia diferentes de leer, y leer bien exige también tanto
previa para que las cosas puedan ser percibidas ingenio! [...]. (s.p.)
como imagen y el lenguaje como poesía. En ese
[...] El autor, en su obra, debe estar como Dios en
sentido, la imagen precede a la percepción. Pero
la pregunta fundamental vendría a ser: ¿cuál es el universo, presente en todas partes y visible en
la mirada trascendente? ninguna. Como el Arte es una segunda naturaleza,
el creador de esta debe obrar con procedimientos
De nuevo desembocamos en esa mirada indis- análogos. Que se note en todos los átomos, en todos
pensable para hacer literatura. Pero al referirme los aspectos una impasibilidad oculta e infinita. El
a la mirada de Medusa y al ámbito de la noche efecto para el espectador debe ser una especie de
no puedo dejar de invocar las obras de un autor, estupefacción ¿Cómo se ha hecho todo esto? ha de
que si bien murió joven, su visión y compren-
decir, y ha de sentirse aplastado sin saber por qué
sión de ese mundo oscuro que envuelve al arte,
[…]. (s.p.)
marcó la literatura para siempre. Me refiero a
Georg Büchner. La mirada de Büchner también De nuevo nos encontramos frente a la mirada
lleva consigo un terrible enmudecimiento. que aplasta, la mirada de Medusa. Como se
Büchner confiesa que quisiera ser a veces una darán cuenta por las frases que he escogido
cabeza de Medusa para aprehender lo natural de Flaubert, la tarea del escritor no es sencilla
como natural por medio del arte. y tiende a ser de largo aliento. Pero, ante todo,
En su obra Lenz, nos dice que, «el artista que el joven escritor debe asumirse como artista,
anda de cabeza tiene el cielo como abismo a pensar en el oficio, buscar en los clásicos esa
sus pies» (s.p.). Otra vez estamos frente a esa mirada insólita que siempre acompaña a los
mirada sorprendente, tan simple, pero extraña, grandes autores.
que nos obliga a recorrer y ver el mundo desde Perseguir y conquistar esa visión continua sien-
una nueva perspectiva. El punto de vista, el do el reto y el deber de todo escritor. La cabeza
lugar desde donde se está parado, desde el cual
de Medusa vive escondida en un saco, y por ello
se observa la realidad, la determina y deja su
es indispensable escudriñar y encontrarla para
huella en la literatura como en el arte.
tratarla con cuidado y delicadeza, ya que solo su
Pero, ¿cómo acercarnos o, mejor, cómo vamos mirada es capaz de fijar la realidad, congelarla,
al encuentro de esta mirada sobre la que he aun cuando sea por un instante, volverla eterna.
intentado reflexionar? Todo escritor sabe que es
a partir de la lectura de los grandes autores que
se alimenta y enriquece la sensibilidad. Son los Bibliografía
grandes textos los que afinan el ojo y el intelecto Alighieri, Dante. 1977. Comedia. Barcelona: Seix
para identificar, dentro del vértigo infinito, los Barral.
múltiples planos y niveles de los sueños. Y el
escritor debe ser leal a los sueños, más que a Borges, Jorge Luis. 2001. Arte Poética. Barcelona:
las circunstancias, como bien lo afirmaba Jorge Editorial Crítica.
Luis Borges. Brunel, Pierre. 1996. Companion to Literary Myths,
Y ya que entré al terreno de las lecturas y los Heroes, and Archetypes. Londres: Routledge.
sueños, quiero terminar esta intervención Buchner, Georg. 1991. Complete Works and Letters.
dirigiendo mi mirada de nuevo hacia Gustave
Nueva York: Continuum.
Flaubert: siempre acudo a Flaubert. Quiero
entretejer algunas frases provenientes de su Calvino, Italo. 1989. Seis Propuestas para el próximo
maravillosa correspondencia con Louise Colet, milenio. Barcelona: Ediciones Siruela.
en la cual nos devela su arte poética y nos acerca
Celan, Paul. 1999. Meridian. En Obras Completas.
a su mirada sobre el oficio. Dice Flaubert:
Barcelona: Editorial Trotta.
No se escribe con el corazón, sino con la cabeza,
y por bien dotado que esté uno, siempre hace falta Flaubert, Gustave. 1989. Cartas a Louise Colet. Bar-
esa vieja concentración que da vigor al pensamiento, celona: Ediciones Siruela.
relieve a la palabra. Graves, Robert. 1992. The Greek Myths. London:
Pero, ¿cuándo se hará historia como debe escribirse Penguin Books.
novela, sin amor ni odio por ninguno de los persona- Hamilton, Edith. 1942. Mythology. Nueva York:
jes? ¿Cuándo se escribirán los hechos desde el punto Mentor Book.
de vista de una broma superior, es decir, tal como los
ve Dios, desde arriba?. (s.p.) Lévinas, Emmanuel. 1975. Sobre Maurice Blan-
chot. Madrid: Minima Trotta.
[…] Me dedicaré a Sófocles, que quiero saber de me-
moria. La biblioteca de un escritor debe componerse Ovidio. 1995. Metamorfosis. Madrid: Alianza.

136 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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John Gualteros Valenzuela*

La temporalidad y la configuración
ética en El perseguidor de
Julio Cortázar

D
Resumen el grupo de relatos que componen
Del grupo de relatos que componen Las armas secretas, Las armas secretas, ninguno destaca
ninguno destaca tanto por su agudeza semántica en el tanto por su agudeza crítica y se-
análisis del tiempo como El perseguidor. La apertura a
diversas formas del tiempo artístico diluye en variados mántica en el análisis y ponderación
ángulos la imagen unívoca del tiempo como dinámica lineal del tiempo en la existencia humana como El
del pasado, presente y futuro. Al final de El ser y el tiempo, perseguidor. El relato narra las vivencias del
Heidegger suscita una contienda similar, considerando
la temporalidad ligada a la autenticidad de la existencia virtuoso saxofonista Johnny Carter (personaje
humana. Esta conjunción nos lleva, subrepticiamente, del basado en Charlie Parker), inmerso en el mare
análisis temporal al debate ético. magnum de sus impulsos violentos y lúbricos, a
Palabras clave: temporalidad, ética, autenticidad, artista. quien el crítico Bruno persigue para construir
una biografía espléndida. La elaboración de
Abstract esta biografía desencadena el encuentro de
dos mundos con temporalidades distintas,
Temporality and ethical configuration in Julio Cortázar’s desembocando en universos éticos dispares y
The Pursuer en juegos de desconocimiento y grandeza. La
The Pursuer (El perseguidor) is the most remarkable short explicación y la apertura a diversas formas del
story of the book The Secret Weapons (Las armas secretas)
because of its semantic sharpness of time analysis. The
tiempo diluyen en diversos ángulos la imagen
openness to different forms of artistic time dilutes the uni- unívoca del tiempo como dinámica lineal del
vocal image of time as a linear dynamics of past, present pasado, presente y futuro. Al final de El ser y el el autor:
and future, in several angles. At the end of Being and
Time, Heidegger provokes a similar confrontation when he tiempo, Heidegger suscita una contienda similar * Estudió Español y Filología
contra la concepción del tiempo de Husserl y Clásica en la Universidad Na-
considers temporality bound to the authenticity of human
cional de Colombia. Actual-
existence. This union surreptitiously leads from the temporal Agustín, considerando la temporalidad «pro-
analysis to the debate of ethics. mente cursa la Maestría en
pia» y la temporalidad «impropia» de la exis- Estudios Literarios de la mis-
Keywords: temporality, ethics, authenticity, artist. tencia humana para determinar la existencia ma universidad, donde dicta
las clases de Teoría Literaria,
auténtica y la no- auténtica. Esta diferenciación y Literatura y Cultura Clásica.
nos lleva, subrepticiamente, del análisis tem- En las iii Jornadas Filológicas
poral al debate ético: la temporalidad define la (2006), realizadas en honor al
profesor Noel Olaya, participó
autenticidad humana. con la ponencia «Aproxima-
ciones a épicos epileos», un
análisis y traducción de dos
La temporalidad y el tiempo de textos del poeta latino Catulo.
Johnny Carter: el conflicto del Para optar por el título de ma-
gíster está realizando una in-
«continuo de la vida» y la unidad vestigación comparativa entre
del fenómeno de la temporalidad el poeta peruano César Vallejo
y el poeta alemán Paul Celan.
Para la comprensión de los conceptos de El ser
jegualterosv@unal.edu.co
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 y el tiempo que fundamentan la temporalidad,

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 137

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La temporalidad y la configuración ética en El perseguidor de Julio Cortázar

debemos realizar un pequeño recorrido por las El análisis del «continuo de la vida» se plantea
estructuras de la última parte del texto filosófi- generalmente desde definiciones que proceden
co. Una vez que los hayamos acuñado, podre- del habla común, del conocimiento popular.
mos establecer relaciones con las peculiaridades El cuestionamiento a esta habla común nos
temporales de El perseguidor. brinda la posibilidad de entender el pasado,
el presente y el futuro como éxtasis continuos
Heidegger define la temporalidad (numeral
en el ser humano y nunca ausentes. El habla
lxvi) como el «fenómeno unitario» de «advenir
común afirma que el «continuo de la vida» es
presentando que va siendo sido» (354), y le asig- una secuencia de vivencias en el tiempo. Te-
na a tal fenómeno la cualidad de permitir que el niendo en cuenta esta definición del «continuo
«ser ahí» (ser humano) sea en su «poder ser total de la vida» como secuencia, se infiere que solo
y propio». Este «poder ser total» es la cuestión la vivencia presente, el ahora, aquello que está
principal del tiempo, pues el no ser «integral» «ante los ojos» es real; lo pasado y lo por venir
o «total» transfiere el ámbito del tiempo a una no lo son. El ser humano solo sería real en los
esfera no-originaria. Heidegger busca lo origi- diferentes «ahoras» que recorre. Pero a pesar
nario de la temporalidad, es decir, determina la de ser real solo en los presentes, hay algo que
prelación del «poder ser total y propio» del ser persiste y se mantiene en el «ser ahí». El «ser
humano. Esta deducción instaura la primera ahí» se mantiene él «mismo» en una cierta «mis-
jerarquía de la temporalidad: lo originario y lo midad». En el cambio del «continuo de la vida»
no-originario. La temporalidad concede al ser algo permanece, se niega a variar con el tiempo.
humano la posibilidad de «ser total». Ante la
pérdida de esta posibilidad, se avanzaría hacia El primer encuentro entre Johnny y Bruno re-
la temporalidad no-originaria. Cada una de sulta esclarecedor para entender la diferencia
estas temporalidades tomará respectivamente el entre la concepción vulgar del «continuo de
nombre de temporalidad propia e impropia (de- la vida» y la nueva explicación que se plantea
rivada). Esta oposición deriva del concepto de Heidegger. Pero también el relato de Cortázar
tiene su explicación en el texto de Heidegger.
temporalidad dos formas nuevas: historicidad
Los dos textos se complementan a lo largo del
e intratemporalidad. Ricoeur considera que este
análisis que sigue. Aunque el narrador-perso-
movimiento de Heidegger hacia el «poder ser
naje Bruno se encarga de detallar los diferentes
total» tiene «como desafío la unidad articulada de
matices de un jazzman venido a menos por su
los tres momentos del futuro, pasado, presente»
particular manera de encarar la vida, el tema de
(724). Esta «unidad articulada» puede ayudar-
la primera conversación es claro: «Ya para enton-
nos a comprender el intrincado significado de la
ces he advertido que Johnny se retraía poco a
temporalidad, enunciado antes como «advenir
poco y que seguía haciendo alusiones al tiempo,
presentando que va siendo sido».
un tema que le preocupa desde que lo conozco.
La pregunta por la totalidad del ser humano He visto pocos hombres tan preocupados por
(instancia que permite llegar a la temporalidad todo lo que se refiere al tiempo. Es una manía,
originaria) guía la investigación hacia una res- la peor de sus manías, que son tantas. Pero él la
puesta: el ser humano se dirige relativamente despliega y la explica con una gracia que pocos
hacia el fin. El fin del ser humano radica en pueden resistir» (Cortázar 87). Cuando Johnny
la muerte, como posibilidad más auténtica. habla del tiempo, diferencia su comprensión de
Heidegger introduce la coexistencia de otro la concepción general que comparten los demás;
fin: el nacimiento. El ser humano, como todo hace suya una interpretación del tiempo que
buscado, es aquello que está oscilando entre el tiene raíces en la música. Infiere mordazmente
nacimiento y la muerte, entre los dos fines. El ser que su inmersión en el tiempo posee una ori-
humano solamente había sido abordado en El ginalidad particular. Y si habla de ese tiempo
ser y el tiempo en un movimiento que implicaba de los otros, no disimula la creencia de que ese
un avance hacia adelante, olvidando aquello tiempo los enmarca a todos, menos a él; todos
que deja atrás, y que será conocido desde ahora y cada uno de los que lo rodean están bajo el
como lo «sido», lo sido que complementa el ad- manto acuoso y sospechoso de un tiempo que
venir (ligado al futuro) y el presentar (ligado al el músico no comparte. Johnny es un paréntesis
presente). Este proceder había omitido, también, en el jazz y es un paréntesis en el tiempo.
el análisis del «ser relativamente al comienzo» Gracias a este primer diálogo entre el crítico
y del extenderse del ser humano entre el naci- y el artista, podemos reconocer una jerarquía
miento y la muerte. Heidegger reconoce que el establecida entre las particularidades de un
análisis del ser total había eludido el «continuo tiempo personal, íntimo, ilógico, y el tiempo
de la vida». Si antes se había dado prelación público ampliamente elaborado en el pasar
al adelante, al proyectarse, en el análisis del esquemático del «contar», del utilizar los núme-
«ser ahí» la investigación vuelve los ojos a los ros y los espacios como guías fijas del tiempo.
orígenes, al pasado, y a la relación establecida Cuando Johnny se abstrae de la comprensión
entre los dos fines del ser humano: nacimiento del tiempo colectiva vislumbra un tiempo que
y muerte. su música puede manipular y subvertir como

138 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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John Gualteros valenzuela

“Tríptico de los guerreros o de la justicia”. El umbral del paraíso. Grabado en metal. 70 x 100 cm.
plastilina. Entonces las dilataciones, dilaciones las orejas con la frazada—. Hubiera jurado que
y espacios no obedecen a reglas; en el tiempo era esta noche, y que esta tarde había que ir a
cabe más tiempo del que el número indica. Así, ensayar» (86).
la primera frase del encuentro nos enseña a
En las primeras líneas que Johnny dedica al
un Johnny siempre a la defensiva frente a ese
tiempo apenas hay un brillo de sentimientos
tiempo público:
volubles hacia ese tiempo sospechoso que lla-
—Hace rato que no nos veíamos —le he dicho a mamos público. Pero ha sido posible establecer
Johnny—. Un mes por lo menos. la antipatía contra el número (en el contar y
el fechar), signos básicos de la linealidad del
—Tú no haces más que contar el tiempo —me ha
tiempo. Heidegger ha esbozado la inautenti-
contestado de mal humor—. El primero, el dos, el
cidad de estas acciones porque son incapaces
tres, el veintiuno. A todo le pones un número, tú. Y
de abordar el tiempo tal como es: «Ese tiempo
esta es igual. (84)
“universalmente” accesible en los relojes resulta
Sin embargo, Johnny persiste en la dubitación así encontrado delante como, cabe decir, una
súbita y teme que su pensamiento realmente multiplicidad de ahora “ante los ojos”, sin que la
represente algo que no puede explicar. Sus medición del tiempo sea dirigida temáticamente
alaridos contra ese tiempo de todos parecen al tiempo en cuanto tal» (449). Solo resta sumar
intuiciones, mecánicas desbordadas, cosas que, al análisis anterior el carácter público que otorga
como él mismo afirma, le llegan sin pensar; son Heidegger al contar y al fechar, que determina
elucubraciones instigadas por el saxo, por los de principio a fin El perseguidor: «La medición
movimientos «irracionales» de una música que del tiempo lleva a cabo un pronunciado hacer
puede configurar otros tiempos y otros mun- público el tiempo, de tal suerte que únicamente
dos. Pero, aunque lo suyo sea una dubitación, por este camino se llega a tener noción de aque-
lo acecha la sospecha de ese tiempo del contar llo que llamamos comúnmente “el tiempo”»
y fechar que, como en Heidegger, aparece bajo (451). La manifestación espacial del pasado,
el signo de lo no-originario, de lo derivado. Más presente y futuro dentro de una dinámica don-
allá de querer afirmar una similitud diáfana de el presente tiene prelación para establecerse
entre el pensamiento filosófico y literario, esta como centro de esta linealidad se pone en juego.
mirada que se extiende en El perseguidor y El Heidegger ha condenado esta postura lineal
ser y el tiempo desde el tiempo originario hacia del continuo de la vida antes de avanzar en su
el tiempo público o derivado muestra la simul- comprensión de la temporalidad. El ser humano
taneidad de experiencias comunes al sentir no existe para él como una suma de vivencias
humano, elaboradas desde distintos hemisfe- ni es un recipiente que se va llenando de ellas.
rios del pensamiento. Johnny ha empezado Por lo tanto, el «ser ahí» no está ubicado entre
por rivalizar con el tiempo público, pero esta el nacimiento y la muerte; la relación entre el
rivalidad solo es el inicio de una proyección nacimiento y la muerte se incluyen en él. El
propia que se concretará con su propia visión «ser ahí» no sigue una línea continua que posee
de lo que en Heidegger se denomina el «conti- fases, principio y fin. Nacimiento y muerte están
nuo de la vida»: «Todo el mundo sabe las fechas presentes en él, pues ni el nacimiento es pasado
menos yo —rezonga Johnny, tapándose hasta ni la muerte está ausente; estos dos continuos o

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 139

REVpalimpsesto_7_2010.indb 139 16/11/2010 02:26:24 p.m.


La temporalidad y la configuración ética en El perseguidor de Julio Cortázar

“Tríptico de las ofrendas o de la pureza”. El umbral del paraíso. Grabado en metal. 70 x 100 cm.
«éxtasis» constituyen al ser humano. El «ser ahí» Johnny refiere el encuentro con el instrumento
es nacimiento, muerte y el «intervalo» de estos musical en su más tierna infancia, ampliando
dos fines. El «ser ahí» fáctico existe naciendo, así la referencia a esta contienda entre tiempos
y naciendo muere en el acto, en el sentido del diversos que engendran rasguños existenciales
«ser relativamente a la muerte», concepto sobre o paliativos eternos. Por ahora, la pregunta no
el que hablaremos posteriormente (Heidegger es qué es el tiempo, sino cuáles y cómo se ma-
407). Nacimiento y muerte son «continuos». El nifiestan en la vida de este artista:
«continuo» como fenómeno operante en el «ser
—Por eso en casa el tiempo no acababa nunca, sa-
ahí» cierra el paso a la comprensión lineal del
tiempo, para abordar la «unidad» de los tres bes. De pelea en pelea, casi sin comer. Y para colmo
momentos del tiempo en cada paso humano: la religión, ah, eso no te lo puedes imaginar. Cuando el
esta unidad es lo que reconocemos como tem- maestro me consiguió un saxo que te hubieras muerto
poralidad. de risa si lo ves, entonces creo que me di cuenta en
seguida. La música me sacaba del tiempo, aunque no
El fenómeno artístico, la música, el saxofón es más que una manera de decirlo. Si quieres saber
son para Johnny mecanismos de escape (¿in- lo que realmente siento, yo creo que la música me
mersión?) en el tiempo, o mejor, mecanismos metía en el tiempo. Pero entonces hay que creer que
que permiten ir de un tiempo a otro. Cuando este tiempo no tiene nada que ver con… bueno, con
analicemos cada uno de estos tiempos con sus nosotros, por decirlo así. (Cortázar 90)
particularidades vislumbraremos con más faci-
lidad la diferencia entre la concepción vulgar La palabra tiempo ha aparecido tres veces. La
del «continuo de la vida» y la concepción de primera y la tercera coinciden por la caracte-
Heidegger. El trueque de tiempos en la vida de rización pública del tiempo que compartimos
Johnny solo es posible a través del saxofón. De con otros, fustigada por peso existencial. La
allí que tiempo y música se entrelacen en una segunda insinúa ya un tiempo nuevo, el tiempo
persistente relación que develará al final su del artista, que se elabora a través de múltiples
rasgo más peculiar: el ámbito originario (vale metáforas para trazar definitivas fronteras
para Heidegger en el sentido de totalidad del ser contra el tiempo público; el tiempo público une,
humano y para Johnny en el sentido artístico) desde estas primeras intervenciones de Johnny,
determina nuestra posición ética. La elección la racional dinámica del contar y del fechar con
de un tiempo o de una temporalidad implica una herida monótona y puntiaguda sobre la
la elección ética de la existencia (Ricoeur 729). existencia del ser humano. Pero cuando Johnny

140 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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John Gualteros valenzuela

se refiere al tiempo del artista, donde las medi- humanidad. Johnny salta, luego, a la metáfora
das se rompen y los relojes se tronchan como de la valija: tienes una valija que llenas con un
en los cuadros de Dalí, la epifanía y el gesto par de zapatos y un traje; la medida de una
de perpetuidad se revela para el ser humano lógica formal. Y entonces la música (la poesía
que halla su inmortalidad en su posibilidad de del sonido) amplía la valija, todo cabe en ella:
hacer tiempos y no en la eternidad como reloj el ropero lleno de sus diversas ropas allana la
de infinitos números: «Te das cuenta de lo que valija y apenas logra acaparar un minúsculo
podría pasar en un minuto y medio… Entonces lugar; sobra espacio. Y Johnny dice que existe
un hombre, no solamente yo sino esa y tú y to- un «ascensor del tiempo»: afuera se pueden
dos los muchachos, podría vivir cientos de años, recorrer cientos y miles de pisos, pero en su
si encontráramos la manera podríamos vivir interior, el hombre escapa cadenciosamente
mil veces más de lo que estamos viviendo por hacia tiempos más breves o más amplios, noches
culpa de los relojes, de esa manía de minutos llenas de días y días llenas de ciclos eternos, de
y de pasado mañana» (98). rumores que evaden la muerte de la monotonía
y los susurros de un reloj asmático que no cesa
Hasta ahora hemos eludido los pensamientos en su respiración agitada.
del crítico Bruno. Esto tiene su justificación en
el lugar que ocupa para la comprensión de las El saxofonista que nos evoca a Charlie Parker
formas de la temporalidad no-originarias o de- sobreentiende que existe la posibilidad de am-
rivadas, tema que se desarrollará en la segunda pliar la bolsa del tiempo, de saturar los rincones
parte de este análisis. del límite con éxtasis concentrados: «Lo mejor
es cuando te das cuenta de que puedes meter
Heidegger ha interpretado la movilidad de la una tienda entera en la valija, cientos y cientos
vida como un «prolongado prolongarse», es de trajes, como yo meto la música en el tiempo
decir, ha opuesto a la linealidad la forma de cuanto estoy tocando a veces. La música y lo
una elasticidad continua que parte de la tempo- que pienso cuando viajo en el metro» (92). Re-
ralidad original del ser humano. Para Johnny, cordemos que Heidegger ha especificado que
el tiempo es algo así como una cosa «elástica», el «continuo de la vida» no se erige como un
«una elasticidad retardada» (93). A estas de- recipiente que se va llenando de vivencias —así
ducciones han llegado el personaje y el filósofo lo suele asumir la comprensión vulgar—, pues
después de distanciarse de la comprensión el complejo continuo de la vida supone que este
vulgar del tiempo y el «continuo de la vida». El continuo está inmerso y proviene de la tem-
«continuo de la vida», para Heidegger, incluye poralidad del ser humano. Y es precisamente
muerte, nacimiento e «intermedio»; ninguno la metáfora del metro la que permite explicar
está ausente en la existencia del ser humano. la vivencia del tiempo del personaje como una
Para conocer el contraste de tiempos, debemos elaboración compleja que posee diferentes ins-
abordar los pensamientos que Johnny forja con tancias que se complementan en una jerarquía
el pudor de un niño que se da cuenta de que que depende de la originalidad de la existencia:
ha descubierto algo que no debía. Sus lances de temporalidad, intratemporalidad e historicidad.
pensador ensayan la diferencia entre el tiempo La fácil dicotomía entre temporalidad y atem-
público, lleno de las punzantes alternancias del poralidad del artista y el crítico, impuesta por
relojero, y ese tiempo donde la lógica señalada fácil análisis, nos ocultaría la oportunidad de
por las marcas se desintegra: en el tiempo artís- constatar las varias instancias del tiempo en
tico, el tiempo se abre a posibilidades espaciales los personajes de El perseguidor, es decir, en los
que no concuerdan con el reloj, porque el reloj seres humanos. La dramática tensión temporal
es una atadura y una máscara. presente en El perseguidor de Cortázar podría
El ascensor es la primera imagen de la música ser interpretada como la colisión generada por
que manifiesta el tiempo como «elasticidad las reflexiones de Johnny Carter y su biógrafo.
retardada» o «prolongado prolongarse». Para Esta contraposición amplía y determina el
Johnny, el misterio está en ascender cincuenta centro de la interpretación del tiempo en el
pisos mientras todavía no se ha terminado una relato. Sin embargo, calificar de atemporales las
experiencias de Johnny evidenciaría la imposi-
frase que se empezó a pronunciar en el primer
bilidad de interpretar aspectos complejos de la
piso. El espacio exterior se altera de manera
temporalidad humana, aspectos que el análisis
radical y adentro del ascensor no pasa nada, no
de Heidegger ha revelado desde las estructuras
se puede terminar la frase y ya se ha cambiado
ontológicas del ser humano, y llevaría a estable-
del piso primero al último. El mundo avanza
cer como salida definitiva la negación de esas
y se distribuye en intervalos conmensurables,
experiencias del tiempo.
cuando el tiempo en el interior del ascensor
apenas tantea los límites de un estertor comu- El relato desencadena sus más secretas rupturas
nicativo que no se logra concluir. Pero es posible con la revisión biográfica de Bruno, que intenta,
el caso contrario: mientras el mundo resume en vano, traducir la experiencia temporal de
un estertor frío de muerte cotidiana, dentro del Johnny con un modelo lineal del «continuo de
ascensor tiene lugar toda la conversación de la la vida», reflejando lo éticamente aceptable y,

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 141

REVpalimpsesto_7_2010.indb 141 16/11/2010 02:26:26 p.m.


La temporalidad y la configuración ética en El perseguidor de Julio Cortázar

finalmente, siendo infiel a toda la experiencia Las experiencias del metro y la metáfora de la
musical y vital del artista. Bruno narra desde valija se precisan en la desconcertante frase
su comprensión lineal del tiempo aquello que de Johnny: «Esto lo estoy tocando mañana»
Johnny ha explicado como «elasticidad retarda- o «Esto ya lo toqué mañana» (87). Una sin-
da». Bruno es un perseguidor pero termina sien- gularidad temporal que el lenguaje no puede
do perseguido, instigado por ese hombre que expresar sin vulnerar las reglas gramaticales,
parece un chimpancé entre los hombres (129), sintácticas y lógicas. La música infringe gol-
un ángel entre los hombres o un hombre entre pes de desmesura al tiempo lineal, pero no al
los ángeles (122), el artista. El crítico realiza in- tiempo, mejor, a la temporalidad tal como nos
cursiones esporádicas en el mundo (tiempo) del la ha explicado Heidegger: «advenir presen-
jazzman; atraviesa un manto acuoso y penetra tando que va siendo sido» (354). Los tiempos
con perturbadora desesperación en otro tiem- surgen en una unidad que desconcierta al
po, otro orden; intenta habitar las palabras del músico, al mundo, al crítico. ¿Han acudido los
tres tiempos en una experiencia presente? ¿O
músico, sus paradojas, el cosquilleo de su locura,
es acaso ingenuo hablar del presente en una
subasta su razón en ingenuidad o genialidad. Y
soledad que no alcanza los otros dos éxtasis de
al final, se resuelve éticamente por mostrar una
la temporalidad? El artista puede asir su tem-
imagen no-auténtica desde una temporalidad
poralidad que echa a la linealidad de cabeza
impropia. He ahí toda la fuerza del epígrafe que
desde el último piso del edificio humano. Esta
Cortázar extrae del Apocalipsis: «Sé fiel hasta la vez, el crítico Bruno interpreta juiciosamente
muerte»; una noción ética de elección que el esta frase por su alcance ético: «“Esto lo estoy
artista lleva hasta sus consecuencias postreras tocando mañana” se me llena de pronto de un
sin atender a la opinión pública y que el crítico sentido clarísimo, porque Johnny siempre está
rechaza para terminar siendo infiel con una tocando mañana y el resto viene a la zaga, en
máscara que hace para el hombre. este hoy que él salta sin esfuerzo con las pri-
Johnny introduce su segunda experiencia sobre meras notas de su música» (Cortázar 91-92).
el tiempo a través de la imagen del metro para El presente pierde su primacía obvia abriendo
revelar la oposición entre el tiempo propio y paso para los relegados éxtasis; el pasado y el
el tiempo público. Intenta explicar cómo su futuro toman presencia en la existencia y sub-
vierten la línea en todas sus formas; ni siquiera
mente invoca recuerdos, reminiscencias que tal
podría explicarse esta temporalidad delinean-
vez ocupan quince o veinte minutos mientras
do círculos: no hay trayecto, el éxtasis se hace
viaja de Saint-Germain-des-Prés a Odeon: viaje
eterno. También en Heidegger, el análisis de la
que solo toma minuto y medio: una valija en la
temporalidad desplaza el centro de esta hacia
que cabe todo el ropero, un minuto en el que
el futuro, discutiendo la perenne posición pri-
caben varios minutos. El ingreso al metro es la vilegiada del presente (Ricoeur 736).
inmersión sucinta y rápida en la temporalidad
de un tiempo propio, auténtico. El «prolongado
prolongarse» rebasa los límites sincrónicos, cabe La intratemporalidad y el
más tiempo en el tiempo, y el tiempo público tiempo público en el conflicto
(intratemporalidad) solo figura como un paisaje biográfico de Bruno
de fondo. El ser humano está inmerso en sus Cuando se origina el paso hacia temporalida-
propias preocupaciones. Esto no niega el tiempo des donde el ser humano no se presenta como
público; sin embargo, ese tiempo solo se hace totalidad, se inicia un proceso de decadencia
visible cuando el metro se detiene y Johnny en la autenticidad del ser humano, es decir,
ve salir a los pasajeros y ve entrar a otros. Las el carácter originario desaparece. Es entonces
estaciones se convierten en un reloj: un reloj cuando la temporalidad se une al ámbito ético.
que no niega el otro tiempo del ser humano: Si el hombre se mueve en el tiempo público
(intratemporalidad), su existencia se traba en el
—Apenas un minuto y medio por tu tiempo [el de
espacio no-auténtico, desligándose, como conse-
Bruno] [...]. Y también por el del métro y el de mi
cuencia radical, de sus posibilidades originarias,
reloj, malditos sean. Entonces, ¿cómo puede ser que de la tradición que hace de sí mismo; pierde, en
haya estado pensando un cuarto de hora, eh, Bruno? última instancia, su «destino individual». Si El
¿Cómo se puede pensar un cuarto de hora en un perseguidor se ha establecido al final como una
minuto y medio? Te juro que ese día no había fumado contienda de la imagen biográfica del artista
ni un pedacito, ni una hojita —agrega como un chico es precisamente porque esta biografía instaura
que se excusa—. Y después me ha vuelto a suceder, nexos con la parte no-auténtica del ser huma-
ahora me empieza a suceder en todas partes. Pero no, produciendo una áspera máscara cuya
[...] solo en el métro me puedo dar cuenta, porque elección ética menosprecia la temporalidad y la
viajar en el métro es como estar metido en un reloj. elección resuelta del arte para configurar una
Las estaciones son los minutos, comprendes, es ese imagen de deslealtad y disimulo. Al principio,
tiempo de ustedes, de ahora; pero yo sé que hay otro, el saxofonista intuye que la biografía del crítico
y he estado pensando, pensando… (97) Bruno puede emancipar su elección ética. En

142 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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John Gualteros valenzuela

“Tríptico heráldico o de la familia”. El umbral del paraíso. Grabado en metal. 70 x 100 cm.
Heidegger, el aspecto «existencial» ha sido cia capital del epígrafe del relato, otro verso
designado por Ricoeur como «la elección con- de Dylan Tomas: «O make a mask» (83). Bruno
creta de una manera de estar-en-el-mundo, traiciona la temporalidad y la existencia de
el empeño ético asumido por personalidades Johnny al presentar su biografía con una ética
excepcionales, por comunidades, eclesiales o que gusta pero que también oculta los gestos
no, por culturas enteras» (725). La conexión enfermizos y vibrantes del artista. La biografía,
entre el tiempo y la manera del hombre de que aparece como un texto dentro del texto
existir en el mundo parecen anudarse secreta- pero que solo conocemos de oídas, disimula
mente. Por ello, Johnny espera la revelación de la autenticidad, la conspiración de órdenes
su temporalidad y su elección ética al transmitir que constituyen el mundo del músico y que
sus obsesiones a Bruno. Tal esperanza se des- evaden la ética vulgar que todo lo sanciona. El
vanece en la soledad marginal del artista loco y relato literario que se antepone a la biografía
desenfrenado que no encuentra más respuesta surge como un método altivo para plasmar
que las explosiones de su arte. Johnny recuerda auténticamente la existencia humana dejan-
un verso de Dylan Thomas que dice: «Ando do atrás los modelos temporales y éticos por
solo en una multitud de amores» (Cortázar su naturaleza narrativa. Habría que empezar
103). Esta evocación se vuelve una paradójica por recordar el inicio del relato que se incluye
confesión de soledad tan ilógica como «Esto lo antes del que nos ocupa, «Las babas del diablo».
estoy tocando mañana». La nostalgia de Johnny Cortázar esgrime allí su inconformismo frente
se atraviesa como un pedido de autoafirmación a un lenguaje que se hace obsoleto para narrar
sobre su elección genuina y resoluta, ligada dia- las experiencias humanas: «Si se pudiera decir:
mantinamente con su temporalidad, frente a la yo vieron subir la luna [...], tú la mujer rubia
vida. Es así como el artista se separa del mundo eran las nubes que siguen corriendo delante
público por su ética y por su temporalidad: de mis tus sus nuestros vuestros sus rostros.
«Bruno, si un día lo pudieras escribir… No por Qué diablos» (65). Heidegger no menosprecia
mí, entiendes, a mí qué me importa. Pero debe
la historicidad y la intratemporalidad (tiempos
ser hermoso, yo siento que debe ser hermoso.
sumergidos en el contar, fechar, y que se hacen
Te estaba diciendo que cuando empecé a tocar
siempre públicos), pero admite que la elabo-
de chico el tiempo cambiaba» (91).
ración de sus estructuras es derivada y ajena
Finalmente, el crítico opta por presentar a a la autenticidad, es decir, aplica un tipo de
Johnny con una máscara, de ahí la importan- jerarquía que otorga más cuantía a la tempora-

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 143

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La temporalidad y la configuración ética en El perseguidor de Julio Cortázar

lidad. La historicidad y la intratemporalidad se El «estado de resuelto» permite que el ser


relegan a ámbitos públicos donde el tiempo es humano sea el que es con la autenticidad irre-
acaparado por todos pero no pertenece a nadie. vocable de mirar la posibilidad de la muerte.
Es este modo de ser a partir de las formas de
Aunque el paso del perímetro temporal al
la temporalidad lo que manifiesta la aparición
contorno ético parece haberse dado de forma
de la esfera ética. Ricoeur ha revelado esta
abrupta; la explicación estriba en un concepto
conexión en los pensamientos de El ser y el
que ya se ha esbozado en el análisis del «con-
tiempo: «En efecto ¿no es en una configuración
tinuo de la vida». El «ser para la muerte» que
ética, particularmente marcada por cierto esto,
enlaza al ser humano con su posibilidad más
particularmente marcado por la incidencia de
auténtica, la muerte, le permite a Heidegger
lo existencial (modos de ser en el mundo) sobre lo
cimentar las posibilidades de los hombres bajo existenciario (estructuras que distinguen al ser hu-
los calificativos de auténticas y no-auténticas. mano), donde la muerte es considerada como po-
Así, solo aquel que asume la posibilidad de sibilidad extrema, incluso el poder más propio,
muerte en el vivo momento presente puede inherente a la estructura esencial del Cuidado?»
romper el conglomerado de posibilidades, el (Ricoeur 729). El «estado de resuelto» facilita el
azar y la suerte, para hallar la única y auténtica retroceso del ser humano hacia sí mismo, pues
posibilidad (Heidegger 414). Esto constituye el retrocede como una posibilidad de avanzar
«destino individual». Por eso, cuando el «ser en su posibilidad fáctica dentro de lo propio.
para la muerte», el «ser para el nacimiento» y Al regresar a estas posibilidades anteriores, el
el «entre» que se percibe en medio de los dos «ser ahí» recibe la tradición de posibilidades
surgen del ser humano para crear aquello que trasmitidas. Al volver la vista sobre posibilida-
denominamos el «continuo de la vida», unimos des ya recurrentes que conforman su tradición,
el concepto de temporalidad al ámbito de la éti- el humano emprende una labor interpretativa
ca. Dentro de la temporalidad, el hombre puede con el fin de tomar la posibilidad elegida en su
cerrar el paso a sus posibilidades azarosas con poder ser «en el mundo».
una mirada sobre la muerte. Recuérdese el cam-
po de urnas en el cual Johnny busca su tumba. Si el ser humano se resuelve con propiedad,
puede acceder a su posibilidad más peculiar y
Anticipar la muerte para el «ser ahí» es una for- señalada, sin ambigüedad alguna. El anticipar
ma de conseguir su posibilidad más auténtica, la muerte pone de manifiesto esta posibili-
resolviendo las vicisitudes de la suerte incierta. dad sin las frivolidades de la duda. En esta
Este «estado de resuelto» está presente en John- resolución, el ser humano encara su auténtica
ny. Sus intempestivas notas musicales, en una posibilidad, deshaciendo los matices de acciden-
improvisación infinita que persigue el oculto talidad y azar en la elección. A esta auténtica
orden del caos que el jazzman intenta compren- posibilidad, ajena a las vicisitudes provisionales,
der, son las búsquedas de una alusión a esa le reconoceremos como «destino individual».
temporalidad que el artista adquiere: improvisa Si el gestarse histórico fue denominado como
en lo efímero el infinito. El saxofonista recoge el prolongado prolongarse del «ser ahí», el des-
los tiempos en sus sonidos sin orden, anega de tino individual debe entenderse como aquel
eternidad los pocos minutos que dura una com- «gestarse original» del «ser ahí». Este gestarse
posición. Se pone en evidencia esplendorosa el está ya implícito en el «estado de resuelto», y
argumento de Heidegger: el nacimiento no es se transforma en tradición cuando el «ser ahí»
pasado ni la muerte está ausente. El artista lanza entiende esta posibilidad arrancada al «estado
en el rostro del oyente, con la música que es tan de resuelto», como una posibilidad transmitida
originaria como la palabra, todos los tiempos: y elegida (Heidegger 414).
Johnny lanza nacimiento y muerte sobre sus
admiradores, sin ser entendido. Y en el aspecto El destino de Johnny Carter es la música, la
improvisación acuosa de los ritmos: su saxo es
menos entendido de su encontrarse está el an-
una mano que pasa y traspasa a sus oyentes.
ticipar su muerte, que para Heidegger lleva al
Para el jazz, Johnny, o su álter ego Charlie
estado de resuelto:
Parker, «pasaron la hoja de su género»: este es
Campos llenos de urnas, Bruno. Montones de urnas su destino individual, encontrado y arrancado
invisibles, enterradas en un campo inmenso. Yo an- a su «estado de resuelto». Al ver la posibilidad
daba por ahí y de cuando en cuando tropezaba con de la muerte nos entregamos a nuestra única
algo. Tú dirás que lo he soñado, eh. Era así, fíjate: posibilidad auténtica en la vida: caminamos el
de cuando en cuando tropezaba con una urna, hasta sendero proyectado en los ojos de la muerte;
darme cuenta de que todo el campo estaba lleno de es el reflejo de una plena vida, afín a todas sus
urnas, que había miles y miles, y que dentro de cada manifestaciones: «Existiendo, bajo esta forma
urna estaban las cenizas de un muerto. Entonces me de “destino individual” en el “estado de resuel-
acuerdo que me agaché y me puse a cavar con las to” que hace tradición de sí mismo, es el “ser
uñas hasta que una de la urnas quedó a la vista. Sí, ahí”, en cuanto “ser en el mundo”, abierto para
me acuerdo. Me acuerdo que pensé: «Esta va a estar “dar la bienvenida” a las circunstancias “feli-
vacía porque es la que me toca a mí». (Cortázar 117) ces” y para la crueldad de los accidentes» (414).

144 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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John Gualteros valenzuela

No es otro el desbocado aliento de los mártires: crítico nos llegan como una confesión pública
manifestar con sus muertes las exaltaciones al lector pero secreta dentro del mundo público
de la vida. de su fama:
La temporalidad y la ética se unen como coro- Como es natural mañana escribiré para Jazz Hot una
lario de la jerarquía establecida por la tempora- crónica del concierto de esta noche. Pero aquí, con
lidad humana y las derivaciones de esta que se esta taquigrafía garabateada sobre una rodilla en los
compenetran con el tiempo público. Un ejemplo intervalos, no siento el menor deseo de hablar como
oriental —que puede ayudarnos a vislumbrar el crítico, es decir de sancionar comparativamente. Sé
«estado de resuelto» que genera la mirada anti- muy bien que para mí Johnny ha dejado de ser un
cipada de la muerte como posible camino para jazzman y que su genio musical es como una fachada,
hallar el «destino individual», sugerido en la algo que todo el mundo puede llegar a comprender y
propuesta ética de Heidegger— es la resolución a admirar pero que encubre otra cosa, y esa otra cosa
y el atrevimiento espiritual que acompañaba es lo único que debería importarme, quizá porque es
al guerrero samurái en las meditaciones mati- lo único que verdaderamente le importa a Johnny.
nales. Tales reflexiones invocaban la previsión (Cortázar 110)
de la muerte para ensanchar su corazón en la
La inútil objeción que Bruno siente hacia su
aplicación de su vida guerrera. La convicción de
propia vida está presente en todo el relato por
la muerte constituía un principio de disciplina
mor de su responsabilidad como crítico. El
que diluía el miedo para que la senda única de
incumplimiento y la deslealtad con el artista
combate se mostrase definitiva. El Hagakure,
se fortalecen ante las contundentes opiniones
libro de los preceptos samuráis, esboza esta
que el mismo Bruno nos trasmite. Resulta
decisión en un apartado intitulado «Lealtad a
paradójico que ciertas señales nos indiquen
la muerte»:
que el relato es una suerte de confesión escrita
La absoluta lealtad respecto de la muerte debe ser de Bruno, aunque a veces se entrelace con el
puesta en práctica todos los días. Debemos comenzar monólogo, mientras que la biografía de Johnny
cada amanecer meditando tranquilamente, pensando solo la conocemos por quienes pueden cuestio-
en el último momento e imaginando las diferentes nar su autenticidad: el crítico y el artista. Bruno
maneras de morir: muerto por una flecha, por un admite el carácter sesgado de su biografía y
cañonazo, atravesado por un sable, sumergido por condena la pantomima inventada con la figura
las olas, saltando en un incendio, golpeado por el de Johnny:
rayo, aplastado por un terremoto, cayéndonos desde
Mientras volvía a casa he pensado con el cinismo
un risco, víctima de una enfermedad o súbitamente.
necesario para recobrar la confianza, que en mi
[...] «Cuando abandonáis vuestro tejado, entráis en
libro sobre Johnny solo menciono de paso, discreta-
el reino de los muertos; cuando abandonáis vuestro
mente, el lado patológico de su persona. No me ha
umbral, encontráis al enemigo». Esta sentencia no
parecido necesario explicarle a la gente que Johnny
preconiza la prudencia sino la firme resolución de
cree pasearse por campos llenos de urnas, o que las
morir. (Tsunetomo)
pinturas se mueven cuando él las mira; fantasmas
Si en la primera parte del relato se hace patente de la marihuana, al fin y al cabo, que se acaban con
el universo temporal del artista, que se concen- la cura de desintoxicación. (127-128)
tra en su música como camino de inmersión en
Los vericuetos ocultos del enmascaramiento
tiempos íntimos que desvían el rumbo de los
del artista se prolongan en dos etapas sucesivas
anquilosados metrajes del reloj, en la segunda
que concluyen con las moribundas palabras de
parte comprendemos la imposibilidad del
Johnny como epitafio. Johnny lee el libro y sufre
crítico por llevar estos matices a la biografía
el mismo espasmo que le ha recorrido el alma
escrita. La conjunción de temporalidad y ética
mientras se miraba en el espejo y se daba buena
auténtica se corrompen en la historia que hil-
cuenta de que el rostro que lo miraba no era el
vana el crítico. Si el lector se enfrentara a esa
suyo. Las objeciones y los mínimos reclamos
hipotética biografía de la que sabemos que se ha
del saxofonista no son tan cruentos como se
traducido a varios idiomas y ediciones dentro
esperaría por su carácter; le colma una nostalgia
del mundo ficcional, no podría vislumbrar el
que se intuye como la imposibilidad de ver en el
conflicto de elecciones morales y temporales.
espejo su propio rostro, de ver en la biografía su
El relato literario nos acerca, desde la primera
propia vida. El juego de ocultamiento satura el
persona del crítico, a la oculta traición de la
entendimiento que frustra deslealmente aquel
biografía, a la secreta mácula que ensucia con
parco deseo de poner en letras sus búsquedas
máscaras la vida del artista. Bruno no es cínico;
artísticas y vitales. Su propia ética, es decir,
sabe que puede engañar a sus lectores, aman-
el conjunto de sus elecciones para estar en el
tes del jazz, pero no a sí mismo. El aire de su
mundo, se pierde en la historia.
confesión nos llega en toda la segunda parte
del relato porque Johnny ha leído su biografía Heidegger ha percibido la no–autenticidad del
y se ha desconocido hasta el insulto, al no ver proceder histórico cuando no se tiene una com-
en ella nada de lo que es. Los pensamientos del prensión adecuada de la historicidad del hom-

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 145

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La temporalidad y la configuración ética en El perseguidor de Julio Cortázar

bre. La explicación ontológica del «continuo de a Johnny: abandonar el alcohol, las drogas, la
la vida» debe realizarse desde la constitución desesperación. Pero ese flirteo con la muerte
temporal del ser humano. La movilidad de la hace parte, quizá, de lo que es. Entretenido
vida como fenómeno se definirá en términos como Orfeo en tocar desde el infierno, Johnny
de un «prolongarse». A este prolongarse del ser no puede ser bueno y tocar como un demonio.
humano se le denomina «gestarse histórico». Su personalidad, su manera de estar en el
Poner en claro la «estructura del “gestarse mundo y su temporalidad proclaman con su
histórico”» y sus condiciones existenciario- música la autenticidad del ser humano.
temporales de posibilidad se determinarán
ahora como historicidad. «El análisis de la his- Aquel Johnny que sentado sostiene entre sus
toricidad del ser humano trata de mostrar que piernas el saxofón y que atisba la epifanía de
este ente no es “temporal” por “estar dentro de su arte, pero que fracasa, está oculto: solo el
la historia”, sino que, a la inversa, solo existe y relato literario lo refracta. Entonces el epígrafe
puede existir históricamente por ser temporal del relato adquiere toda su significación: «O
en el fondo de su ser» (Heidegger 407). Preci- make me a mask». La traición, la revuelta contra
samente la estructuración de los hechos que el auténtico Johnny está fraguada, y este, como
plantea Bruno en su biografía comprende el un rey moribundo, dicta en los salones eternos
ser humano dentro de la historia pero oculta de su locura las últimas palabras contra aquel
la temporalidad que, como ha especificado que no ha sabido ser fiel:
Heidegger, permite que el ser humano sea
histórico. Así, cuando Johnny lee su biografía Antes de que se me olvide, un día en Bellevue pregun-
y cuestiona su autenticidad reúne cada uno tó mucho por ti, se le mezclaban las ideas y pensaba
de los elementos hasta aquí tratados sobre la que estabas en Nueva York y que no querías ir a verlo,
conjunción entre ética y tiempo: hablaba siempre de unos campos llenos de cosas, y
después te llamaba y hasta te decía palabrotas [...].
—Eres la mar de bueno, Bruno —se burla Johnny—.
Tica le dijo a Bob Carey que las últimas palabras de
El compañero Bruno anota en su libreta todo lo que
Johnny habían sido algo así como: «Oh, hazme una
uno le dice, salvo las cosas importantes. Nunca creí
máscara». (152)
que pudieras equivocarte tanto hasta que Art me
pasó el libro. Al principio me pareció que hablabas de Detrás de esta máscara se hallará el tiempo:
algún otro, de Ronnie o de Marcel, y después Johnny la temporalidad del artista. La música ataca el
de aquí y Johnny de allá, es decir que se trataba de tiempo, desborda la linealidad; aniquila y crea
mí y yo me preguntaba ¿pero este soy yo?, y dale la eternidad, haciéndola fugacidad y esplendor.
conmigo en Baltimore, y el Birdland, y que mi estilo… Sax and sex: la analogía y percusión de estas
Oye —agrega casi fríamente—, no es que no me dé palabras son el único juego benévolo de la bio-
cuenta de que has escrito un libro para el público. grafía del crítico. En los dos actos los tiempos
(Cortázar 143-144) se inundan y se repliegan; allí, vuelto sobre sí
mismo, anida el ser humano eternizado: sexo
La jerarquía temporal y ética que hemos aclara- y saxo.
do desde los planteamientos de Heidegger y las
reflexiones de Johnny se resuelve de manera
paradójica en El perseguidor con la muerte de
Bibliografía
Johnny y la fructífera fama de la biografía Cortázar, Julio. 2001. El perseguidor. Bogotá: Biblio-
escrita por Bruno, aunque esta biografía sea teca El Tiempo.
un recipiente lleno de algunas vivencias fáci- Heidegger, Martin. 2002. Ser y tiempo. México:
les de leer, fáciles de comprender. El Johnny Fondo de Cultura Económica.
lleno de enmarañamientos sobre el tiempo, la
música, Dios y la muerte se oculta. La historia Ricoeur, Paul. 1995. Tiempo y narración, tomo iii.

que Bruno escribe necesita evadir la resolución México: Siglo XXI.


en la posibilidad más propia del ser humano Tsunetomo, Yamamoto. s/f. Hagakure. http://www.
pues la moral lo vitupera. No es extraño que oshogulaab.com/zen/textos/Hagakure.pdf (con-
todos los personajes del relato quieran cambiar sultado el 13 de noviembre de 2009).

146 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Sergio Ernesto Perozzo Molina*

La fenomenología hermenéutica
como método interpretativo.
Breve análisis de «Todos los fuegos
el fuego» de Julio Cortázar

el autor:
Resumen De lo fantástico a lo neofantástico

L
Julio Cortázar es uno de los escritores más populares del * Profesional en Estudios Lite-
siglo xx, no solamente por abordar, principalmente en sus a obra narrativa de Julio Cortázar, en rarios de la Universidad Na-
novelas, temas de carácter existencial, sino también por cional de Colombia. Ha sido
especial sus cuentos, ha sido y continúa docente de interpretación de
la presencia de elementos fantásticos en sus relatos. La
mayoría de los textos dedicados al estudio de los cuentos siendo objeto de diversos análisis e textos, expresión oral y escri-
de Cortázar suelen aproximarse a estos por la vía de tales interpretaciones muy variadas. Dentro ta, y literatura colombiana y
tópicos, muchas veces desde un enfoque epistemológico. latinoamericana en la Escue-
de dichas interpretaciones pueden mencionarse la de Artes y Letras. Ha dic-
Sin embargo, Martin Heidegger propone una mirada diver-
gente y nos ofrece la interpretación fenomenológica como aproximaciones desde la perspectiva psicoana- tado conferencias y talleres
alternativa. A partir de la noción del desocultamiento del ser lítica, el enfoque budista y los acercamientos en varias sedes del Banco de
como punto de partida se propone un ejercicio interpretativo la República sobre literatura y
de «Todos los fuegos el fuego» que busca entrever que la
a partir del punto de vista fantástico. A pesar sobre el cómic como alterna-
verdad en la obra de Cortázar es fuego y tiempo. de la variedad de aproximaciones factibles, la tiva para promover la lectura.
óptica fantástica suele ser la más difundida y Es autor del Cuaderno de tra-
Palabras clave: aletheia, desocultamiento, Lichtung, bajo de lenguajes y Saberes
fuego, tiempo. acreditada al momento de acercarse a la obra 8 y coautor de Misión lectora:
de Cortázar. Postulados como los esgrimidos la aventura comienza. Nivel 9
por Borges1, Callois2, el propio Cortázar3 y Jaime (Editorial Educar).
Abstract
Alazraki confirman una idea bastante extendi- desvampires@hotmail.com
Hermeneutic phenomenology as an interpretative method. da: los cuentos de Cortázar son, en su mayoría,
A brief analysis of Julio Cortazar’s «Todos los fuegos el Los argumentos que Bor-
fantásticos. Sin embargo, Alazraki se diferencia 1.

ges considera propios de la


fuego» de los autores anteriores al proponer el término literatura fantástica pueden
Julio Cortázar is one of the most popular writers of the encontrarse en el texto Bor-
neofantástico, entendido como el paso siguiente ges, por él mismo de Emir
twientieth century, not only for approaching, mostly in his
novels, subjects of an existencialist character; also for the de lo fantástico. Rodríguez Monegal. Es a
presence of fantastic elements in his stories. Most of the partir de esos conceptos
texts devoted to studying Cortazar’s short stories usually La idea de lo neofantástico surge de un ejercicio que decide incluir el cuento
de Cortázar «Casa tomada»
approach them through topics as such, and generally from de lectura paralela que Alazraki lleva a cabo. Por en la Antología de la litera-
an epistemologic approach. However, Martin Heidegger un lado, lee los cuentos contenidos en el popular tura fantástica.
proposes a divergent view and offers the phenomenologic
interpretation as an altenative. This paper proposes, from Bestiario de Cortázar y, por el otro, la Introducción 2.En su Antología del
the notion of unconcealment of the being as a start point, a la literatura fantástica, de Tzvetan Todorov. La cuento fantástico pue-
an alternative interpretative exercise of «Todos los fuegos den encontrarse un par de
el fuego», which seeks to glimpse that truth in Cortazar’s
lectura comparada de ambos textos le revela cuentos de Cortázar.
work is fire and time. que si bien existen elementos fantásticos en los 3. Su concepto de lo fantás-

Keywords: aletheia, unconcealment, Lichtung, fire, time. relatos de Cortázar, estos tienden a despren- tico en la literatura puede
derse de las rígidas formulaciones de Todorov. encontrarse en su confe-
rencia El sentimiento de
lo fantástico, dictada en
Los resultados obtenidos por Alazraki quedan la Universidad Católica
consignados en su libro En busca del unicornio: los Andrés Bello. Allí, Cortá-
zar reemplaza el término
cuentos de Julio Cortázar, y sus conclusiones dan fantástico por el de extra-
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 la sensación de buscar el quebrantamiento de ñamiento.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 147

REVpalimpsesto_7_2010.indb 147 16/11/2010 02:26:29 p.m.


La fenomenología hermenéutica como método interpretativo. Breve análisis de «Todos los fuegos el fuego» de Julio Cortázar

los severos axiomas de las lecturas puramente esencia de los entes6 que presenta o, en otras
teóricas. Esto lo logra valiéndose de las nocio- palabras, para transmutarse en una dimensión
nes de lo fantástico y resignificándolas a partir de desocultamiento7 donde la esencia de los
de su experiencia de lectura de los cuentos de entes acontezca.
Bestiario:
Para llegar a esta conclusión, Heidegger analiza
Si para la literatura fantástica el horror y el miedo4 dos temas muy amplios en «El origen de la obra
constituían la ruta de acceso a lo otro y el relato se de arte». Por una parte, examina el carácter de
organiza a partir de esa ruta, el relato neofantástico cosa de las cosas; es decir, su onticidad8. Por otra,
prescinde del miedo, porque lo otro emerge de una explora el carácter de cosa de las obras de arte.
nueva postulación de la realidad, de una nueva per- La reflexión sobre el primer tema le revela que el
cepción del mundo, que modifica la organización del trato constante con las cosas tiende a reducirlas
relato, su funcionamiento, y cuyos propósitos difieren a su carácter de uso o de utilidad. Pero es gracias
considerablemente de lo fantástico. (Alazraki 28) a sus cavilaciones acerca de la obra de arte que
El enfoque de Alazraki es seductor porque cons- es capaz de entrever esta particularidad, pues
tituye un intento por ir más allá de la poética de las obras de arte son, al mismo tiempo, cosas
lo fantástico en relación con la obra de Cortázar. en el mundo y mundos posibles que contienen
Sin embargo, su propuesta no es más libre que cosas o entes.
la planteada por Todorov. Entonces, si bien se No cabe duda de que las cosas a nuestro al-
trata de una noción más abierta, también está rededor poseen un carácter de útil. Tampoco
4. Aunque esté de más limitada o encasillada por los conceptos de una puede negarse que las obras de arte también
mencionarlo, Alazraki aso-
cia el miedo y el horror al
poética. Antes que dejar que un texto le hable, poseen un carácter de cosa, pues se encuentran
estado dubitativo que go- Alazraki está interesado en encontrar el punto en el mundo de los entes. Sin embargo, reducir
bierna al lector de una na-
rración fantástica.
donde convergen los relatos de Bestiario. No se los entes a su utilidad, incluyendo las obras de
siente atraído por lo que cada relato tiene que arte, es excluir los múltiples sentidos que, bajo
5. «El origen de la obra de
arte» continúa con el mé- decirle a su lector. De acuerdo con esto, la pro- las circunstancias adecuadas, se desprenden
todo propuesto antes por puesta esbozada por Jaime Alazraki aparenta
Heidegger en Ser y tiempo. tanto de las cosas como de las obras. Heidegger
Solo que mientras en Ser y ser, a su manera, una forma novedosa de aproxi- advirtió esa exclusión y en razón de ella formuló
tiempo el filósofo indaga-
ba por el ser de los entes
marse a los relatos de Cortázar; sin embargo, la siguiente idea: si bien los entes y las obras de
a partir de su reflexión so- su método se sustenta sobre procedimientos arte tienen un sentido que transforma en útiles
bre el ser de los humanos
(Dasein) y su intrincada
que buscan la concordancia estructural y no el a las primeras y en cosas a las segundas, ese no
relación con los entes que diálogo abierto con el lector. Alazraki no nos es más que su primer significado. Si vamos más
constituyen su mundo, en
«El origen de la obra de
invita a vivir la obra de Cortázar, nos presenta allá de este, encontraremos una multitud de
arte» emprende su inda- su idea de lo neofantástico y los parámetros que sentidos que se desprenden de ambas. La idea
gación a partir de las ma-
nifestaciones artísticas;
la delimitan. En ese sentido, su postura no está que Heidegger postula se encuentra en clara
ámbito donde el ser de los muy lejos de la de Todorov. oposición con la visión de mundo imperante.
entes, incluido el del Da-
sein, acontece. Ahora bien, los postulados de Alazraki son Por ello, adentrarse en los sentidos de las cosas,
6.Por entes debemos en- apenas opciones de lectura y, por lo tanto, no o entes, no es una labor sencilla; sobre todo
tender no solamente las
son inquebrantables. No tenemos que ceñirnos cuando se considera lo complejo que es pensar
cosas, sino todo aquello
que se encuentra en el a ellas si nuestro objetivo es entablar un diá- en los entes desvinculados de su propósito o su
mundo y que lo confor- contexto. Aun así, existe una dimensión donde
ma. Los entes van desde logo interpretativo más abierto con una obra
una hoja de papel hasta en particular. Además, para hacerlo, contamos las cosas, más que desvincularse, permiten que
una de las facetas del ser
humano. con varias alternativas. Tal es el caso de la me- sus sentidos se manifiesten: la obra de arte.
7. A diferencia de la episte-
todología propuesta, a lo largo de su obra, por Tal como se mencionó, las obras de arte son
mología tradicional, Heide- Martin Heidegger. entes en la medida en que están en el mundo.
gger recupera un término
olvidado: la aletheia. La Sin embargo, también son mundos posibles;
aletheia es el desoculta-
miento de la verdad en- La verdad en la obra de arte: mundos donde aparecen representadas las co-
tendida como ser. Eso el camino de Heidegger sas de nuestro entorno, pero no como simples
quiere decir que la ver-
dad, para Heidegger, no útiles que podemos usar a nuestro antojo, sino
En su ensayo «El origen de la obra de arte»5, el
es algo dado, sino algo como seres que se desocultan.
que se desoculta en cada pensador alemán Martin Heidegger, célebre
oportunidad, que acontece
cada vez. por su Ser y tiempo, afirma que acercarse a una El papel de desocultamiento que Heidegger le
obra desde los conceptos y las teorías propias confiere a la obra de arte, por medio del que
8. Heidegger llama cosi-
dad a la esencia o ser de de la historia del arte no hace más que poner espera que el ser de los entes se revele, está
las cosas. A pesar de las notablemente distanciado tanto de los métodos
apariencias, las cosas no
velos sobre la esencia de la obra. Esta afirmación
solamente existen en la no solo confirma lo dicho acerca de Alazraki, convencionales de indagación como del concep-
medida en que nos sirven. to mismo de verdad. A la verdad, usualmente
Existe una esencia que las
sino que también nos invita a considerar otras
sostiene y que está llena formas de aproximarnos a una obra. Y es que, aceptada, se llega a través de un proceso de de-
de sentidos. Sin embargo,
el uso constante de ellas
para Heidegger, la importancia de una obra no mostración cimentado en el método de prueba y
y el contexto en el que se se fundamenta en la clasificación que pueda error. La verdad, en esta clase de métodos, con-
encuentran inmersas impi-
den que su ser acontezca
hacerse de ella ni de sus estructuras; se susten- siste en la correspondencia entre un concepto
o se desoculte. ta en la capacidad de una obra para develar la y un ente. Pero, para Heidegger, la verdad no

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Sergio Ernesto Perozzo Molina

es algo dado e inmutable; es un acontecer que En la metafísica de la luz, la verdad, el ser y Dios son
ocurre cada vez y que puede variar. aprehendidos, antes que nada, como luz clara, como
claridad ya presente y siempre disponible. (192-193)
Cabe resaltar que el carácter mutable de la ver-
dad no se genera cuando la dimensión donde Frente a la noción de la luz como verdad siempre
se indaga por esa verdad es nuestro mundo. presente, Amoroso recuerda que Heidegger
En cambio, cuando el vínculo entre el ente y su acuñó un término mucho más adecuado para
intérprete se da a través de una obra de arte, la hablar del acontecer del ser, es decir, de su mos-
verdad se postula como un acontecer. Solo en trarse de manera velada: Lichtung. En sentido
circunstancias semejantes los sentidos de los literal, la Lichtung es el claro de luz que luce en
entes pueden despertar. Sin embargo, cuando un bosque oscuro. La luz corresponde al ser
los sentidos de los entes acontecen, no se pre- de un ente, pero, a diferencia de las metáforas
sentan de la misma forma en que se presenta la usuales en las que la luz es la verdad y las som-
verdad, tal como suele entenderse. No se trata bras son el error, la Lichtung está conformada
de una verdad absoluta e inamovible, y, mucho por las sombras y la luz. En pocas palabras,
menos, luminosa. Por el contrario, el acontecer la luz necesita de la sombra generada por el
del ser de los entes es una verdad velada. Pero bosque para no confundirse con otras luces y
¿a qué se debe el hecho de que el ser de los entes para desocultarse.
acontezca de esa forma tan particular?
La Lichtung de Heidegger se nos ha presentado como
Por una parte, el ser de los entes no es similar a un intento de «superar» la metáfora metafísica de la
nuestra noción de la verdad, tal como se entien- luz, es decir, de concebirle de manera más originaria,
de en la vida cotidiana o, incluso, en ámbitos ya que la Lichtung, con su esencia verbal y ambiva-
tan especializados como el científico. Allí la lente, es la dimensión más originaria, en cuanto solo
verdad es única e inamovible. El ser, por su dentro de ella puede resplandecer la luz del ser, la luz
parte, no es inamovible; por eso no se presenta de lo sagrado y la luz de la verdad […]. Efectivamente,
de manera directa. Por otra parte, debido a que el rasgo esencial de la experiencia hermenéutica es su
la naturaleza del ser de los entes se encuentra índole lingüística: en ella el lenguaje es «medio», no
en directa relación con el lenguaje, el mundo tanto en el sentido de instrumento, cuanto más bien
cotidiano no resulta ser su hábitat idóneo. En en el de elemento o ámbito, en el de dimensión de la
el mundo habitual, las cosas reciben nombres interpretación y la comunicación. (Amoroso 221, 226)
que las señalan y que, hasta cierto punto, las
La Lichtung es la obra de arte entendida como
definen. Pero al decirlas parecen perder su
la dimensión lingüística donde el ser puede
sentido; esto se debe a que el lenguaje cotidiano
acontecer o desocultarse. Hablar de la Lichtung
es, también, el lenguaje del uso. No es posible
es muy semejante a hablar del lenguaje poético
que el ser de los entes se revele a través de un
propio de las obras de arte, pues dicho lenguaje
lenguaje que también carece de su propio ser.
es capaz de decir lo evidente, pero también de
Debido a estas razones, el acontecer del ser pre- significar lo que no es evidente, es decir, el ser
cisa de un lenguaje que, además de referir, se de los entes. La obra de arte es la conjunción
constituya en un terreno propicio para albergar de la luz y la sombra, entendida como lo dicho
su carácter movible. Para Heidegger, la única y lo no dicho. En esa medida, la Lichtung se
dimensión capaz de hacer algo semejante es la asemeja a lo que el filósofo Paul Ricoeur llama
obra de arte. Pero ¿por qué la obra de arte es metáfora viva.
capaz de establecerse como la morada del ser?
Leonardo Amoroso tiene un planteamiento que
La metáfora viva de Ricoeur: otra
vale la pena abordar.
forma de proponer la Lichtung
En su Teoría de la interpretación, Paul Ricoeur
La Lichtung de Heidegger: introduce una expresión que sobresale, en
el acontecer del ser
principio, por su sonoridad: la metáfora viva.
En el texto «La Lichtung de Heidegger como lu- A diferencia de la concepción de la metáfora
cus a (non) lucendo», incluido en el volumen de como una figura retórica que reemplaza un
ensayos titulado El pensamiento débil, Leonardo término por otro, la metáfora viva alude a los
Amoroso aborda el tema de la verdad a lo largo sentidos que se desprenden de una obra de arte.
de la historia de la filosofía y se centra en un La metáfora viva es, en otras palabras, el ser
fenómeno que, para él, es de gran importancia: de los entes que acontece en una obra de arte.
el vínculo invariable entre el ideal de la verdad
Como puede observarse, la metáfora viva de
y las metáforas de la luz.
Ricoeur equivale a la Lichtung de Heidegger.
¿Qué es lo pensado mediante la metáfora de la luz, La diferencia es que mientras Heidegger la re-
ya desde hace tiempo convertida en estereotipo e laciona con todas las manifestaciones artísticas,
introducida en el lenguaje cotidiano? La verdad, el ser, Ricoeur la vincula directamente con la escritura
Dios mismo. La verdad es concebida como aquella artística, es decir, con la literatura. Ahora bien,
claridad que nos permite ver las cosas como son […]. ¿es viable vislumbrar el acontecer del ser en

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La fenomenología hermenéutica como método interpretativo. Breve análisis de «Todos los fuegos el fuego» de Julio Cortázar

una obra literaria o es simple especulación? A Mientras la venganza toma forma en la lejana
fin de responder esta pregunta, se realizará un provincia romana, el relato se interrumpe
ejercicio de interpretación desde la óptica de la de manera abrupta y lleva al lector a París, a
fenomenología, es decir, teniendo como punto muchos años de distancia del Imperio. Allí, el
de partida la aletheia y la Lichtung en el relato cuento nos presenta otra tríada de personajes:
«Todos los fuegos el fuego» de Julio Cortázar. Jeanne, Roland y Sonia. Cuando el lector es
Pero este proceso se llevará a cabo a la par que consciente del cambio de tiempo y de lugar,
se aborda el análisis desarrollado por Manuel encuentra a Jeanne, que trata de dar con las
Benavides en torno al mismo cuento. Así ve- palabras precisas para decirle a Roland que sabe
remos la diferencia entre aproximarnos a una de su relación con Sonia. Roland permanece si-
obra desde la óptica tradicional, en la que la lencioso del otro lado de la línea, pues el diálogo
verdad está dada, y un acercamiento desde la se produce a través de una llamada telefónica.
fenomenología, donde la verdad es el ser que No siente deseos de extenderse en explicacio-
se desoculta. nes y, mientras busca un fósforo para encender
su cigarrillo, se lamenta de no haber tenido el
coraje de contarle todo a Jeanne en lugar de
«La abolición del tiempo» esperar a que se enterara por otros medios. La
de Manuel Benavides
conversación se ve interrumpida por la llegada
La principal idea que postula Benavides en su de Sonia al apartamento de Roland. Sonia se
texto es que en «Todos los fuegos el fuego» la siente dichosa, pues ha sido ella quien le ha
temporalidad10 es abolida por completo, debido, contado a Jeanne sobre su relación con Roland.
entre otras cosas, a dos estructuras que funcio- A pesar de estar molesto con Sonia, Roland se
nan como espejos asimétricos y que correspon- deja seducir por sus encantos y se olvida de
den a las dos historias paralelas que se narran. Jeanne, que, al igual que el gladiador Marco,
no tiene más opción que afrontar su destino.
Como se sabe, el cuento de Cortázar desarrolla
Sin embargo, mientras Marco debe enfrentar
dos situaciones en dos tiempos cronológica-
el acero de la espada, Jeanne escoge morir por
mente distintos. La primera historia transcurre
su propia mano.
en una provincia romana, durante la época del
Imperio. A ella pertenecen personajes como el Pero el porvenir de los demás personajes no
procónsul, su esposa Irene y un gladiador lla- será distinto al de Marco y Jeanne. Por un lado,
mado Marco. La trama de este lado del cuento el procónsul e Irene caerán bajo el abrazo del
se despliega a partir de la atracción que Marco fuego que les impedirá escapar del coliseo. Por
despierta en Irene, atracción que no pasa des- el otro, Roland y Sonia morirán calcinados por
apercibida para el procónsul. Irene no es afecta las llamas en un apartamento de París. Son los
a los combates entre gladiadores, pero Marco destinos comunes de casi todos los implicados
despierta en ella emociones olvidadas que la en las historias lo que llevará a Benavides a
impulsan a acompañarlo desde la tribuna. afirmar que el tiempo que separa a los relatos
Mientras tanto, el procónsul, que ya tiene sos- no existe y que el fuego, en «Todos los fuegos el
pechas de la relación platónica entre su esposa fuego», es sinónimo de la abolición del tiempo.
y el gladiador, ha urdido un plan que le costará
La pirámide que construye Cortázar es una pirámide
la vida al imbatible guerrero.
de tiempo; si el amor destruye unas vidas y el fuego
“Ariadna”. Cosmogonía. 1993. Sanguina sobre papel. 70 x 100 cm. Detalle.

9. Se entenderá el término
temporalidad como el paso
cronológico del tiempo.

150 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Sergio Ernesto Perozzo Molina

consume unos cuerpos, dos consunciones separa- un único acontecer que ya no es tiempo. (Benavides
das se funden en una, son una: el tiempo ha sido 489-490)
desmentido, abolido, triturado entre dos historias
paralelas, cuya alternancia en la narración se acelera,
se adelgaza hasta fundirse en una sola […]. Lección
El desocultamiento del ser en
del fuego, del humo y de la ceniza: somos nadie,
«Todos los fuegos el fuego»
nuestro nombre es ninguno; nombres y rostros son Si bien la hipótesis de Benavides parece viable
máscaras de la nada: todo es nada, somos polvo y en una primera lectura, deja de lado la multipli-
ceniza. Oriente y Occidente se dan la mano: la reali- cidad de sentidos del fuego, es decir, descuida el
dad es el no-ser, el yo es el no-yo, etc. Entre nosotros acontecer del ser del fuego. Y es que, aun cuando
y el mundo romano, la ascética medieval instaura uno de los relatos es la muestra evidente de la
el rito de la ceniza; en nuestra periferia temporal y pasión y el otro de la frialdad, no es posible veri-
espacial otras civilizaciones cumplen los ritos del ficar cuál de los dos es el causante del incendio.
fuego, ritos de la vida y de la muerte, de purificación Aparentemente, los rayos del sol que se concen-
y transformación. (Benavides 484-485) tran en la arena romana, analogía de los celos
del procónsul, serían los causantes del fuego
No cabe duda de que la pirámide construida
que acaba con todos. No obstante, sostener esa
por el narrador del cuento es una pirámide
afirmación implicaría pasar por alto un detalle
temporal; pero, a diferencia de lo que cree
de gran importancia, y es que, narrativamente
Benavides, no se trata de un tiempo que des-
hablando, el cigarrillo en el contexto parisino se
aparece ni de historias idénticas pero invertidas
presenta antes que las llamas que se propagan
y complementarias. Se trata de una tempora-
en la escena romana. Desde esta perspectiva, la
lidad que se despliega, y de dos historias que
hipótesis que sostiene que el fuego comienza en
se afectan mutuamente. La metáfora del fuego
la provincia romana pierde fuerza.
que vislumbra Benavides se sustenta sobre el
rostro destructor del fuego, dejando de lado Fumemos. Tantea en la mesa baja hasta encontrar
cualquier noción de simultaneidad, de tiempos cigarrillos, pone uno en los labios de Sonia, acerca el
que confluyen en el fuego. suyo, los enciende al mismo tiempo. Se miran ape-
nas, soñolientos, y Roland agita el fósforo y lo posa
En la escena contemporánea, un descuido de Roland
en la mesa donde en alguna parte hay un cenicero.
al dejar el cigarrillo incendia la gasa, en la escena
Sonia es la primera en adormecerse y él le quita muy
romana el velario ha empezado a arder: chispas de
despacio el cigarrillo de la boca, lo junta con el suyo y
las armas de los combatientes, calor, rayos filtrándose
los abandona en la mesa, resbalando contra Sonia en
por el velario; tal acumulación de elementos ígneos
un sueño pesado y sin imágenes. El pañuelo de gasa
tenía que provocar el incendio por la parte más infla-
arde sin llama al borde del cenicero, chamuscándose
mable; el circo tenía que arder; la causa remota, un
lentamente, cae sobre la alfombra junto al montón
procónsul inflamado por la pasión de los celos […] la
de ropas y una copa de coñac. Parte del público
diferencia de ese diálogo en la escena romana y en
vocifera y se amontona en las gradas inferiores; el
la francesa no solo no invalida la acción cauteriza-
procónsul ha saludado una vez más y hace una seña
dora del fuego y del amor sobre el tiempo, sino que
a su guardia para que le abran paso […]. Irene es la
la confirma: la consunción de vidas y cuerpos por
primera que huele el aceite hirviendo, el incendio de
el amor y el fuego no solo iguala hechos separados
los depósitos subterráneos; atrás, el velario cae sobre
por el tiempo, sino que los unifica, los transforma en
las espaldas de los que pugnan por abrirse paso en
“Sin título”. Pinturas. 1996. Óleo y collage sobre lienzo. 120 x 140 cm. Detalle.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 151

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La fenomenología hermenéutica como método interpretativo. Breve análisis de «Todos los fuegos el fuego» de Julio Cortázar

una masa de cuerpos confundidos que obstruyen de nuestra experiencia cotidiana, es decir, como
las galerías demasiado estrechas. (Cortázar 588; algo más que su dimensión contable. El cuento
énfasis mío) de Cortázar nos ofrece una posibilidad del
tiempo que escapa a nuestro control y nos deja
Como se evidencia, Irene es la primera en oler
ver que el tiempo no siempre sigue los caminos
el aceite hirviendo, pero el fuego no proviene
trazados o estipulados, ni siquiera para aseverar
directamente de la provincia romana, a pesar
su supresión.
de todas las alusiones al calor de la arena o al
brillo del metal. La llama se origina en París, «Todos los fuegos el fuego» se postula como una
alejada por la distancia geográfica, pero, sobre dimensión de desocultamiento del acontecer de
todo, por la temporal. De ahí que no sea nada la verdad, tal como decía Heidegger respecto
viable aseverar que el tiempo se anule. Por el de las obras de arte en general. El acontecer
contrario, estamos ante el ser del fuego que interpretado en este breve acercamiento a
brilla en mitad del bosque oscuro. La Lichtung «Todos los fuegos el fuego» ha dejado entrever
que es «Todos los fuegos el fuego» pone de ma- una variación de la percepción habitual del
nifiesto el sentido del fuego como un tiempo transcurrir del tiempo, un quebrantamiento
que se extiende en todas direcciones. Esto puede de las nociones acostumbradas que va más allá
comprobarse desde el título del cuento, es decir, del género al que pertenece el relato. Una obra
desde una parte de su dimensión lingüística. No puede ser realista, simbolista o fantástica. Pero
debe olvidarse que el relato se titula «Todos los si en ella no se establece una interpretación
fuegos el fuego», sin ninguna clase de signos de vinculada con la afectación de los presupuestos
puntuación. De llamarse, por ejemplo: «Todos que dictaminan la percepción cotidiana del
los fuegos: el fuego» sería factible afirmar la mundo del lector, entonces estamos frente a un
existencia de un punto donde los fuegos con- simple juego estructural, una obra que puede
verjan o, incluso, donde se anulen. No obstante, clasificarse y archivarse, pero que carecerá de
en la medida en que se trata de una expresión trascendencia dentro de la existencia del lector.
completa, al igual que el despliegue del fuego, En «Todos los fuegos el fuego» encontramos
debemos entender que se trata del despliegue esa trascendencia al nivel de lo temporal, pero,
del ser del fuego como tiempo. como se sabe, la verdad es un acontecer que
varía en cada ocasión; por lo tanto, aún quedan
Esta idea, evidentemente, va en contra del con-
muchos sentidos por interpretar y muchos más
cepto ordinario del tiempo y de su direccionali-
fuegos por suceder.
dad. Pero debido a ella tampoco puede sostener-
se, como dice Benavides, que «dos situaciones
iguales —y los seres que las soportan— son la Bibliografía
misma, son los mismos; son una, son unos. El Alazraki, Jaime. 1983. En busca del unicornio: Los
intervalo temporal que los separa es mera ilu- cuentos de Julio Cortázar. Madrid: Gredos.
sión; el tiempo se volatiliza, como se volatiliza
la identidad personal» (493). La distancia no Amoroso, Leonardo. 1995. La Lichtung de Heideg-
es una ilusión. Lo ilusorio es nuestra forma de ger como lucus a (non) lucendo. En El pensamiento
entender la distancia o el tiempo. Por lo general, débil. Madrid: Cátedra.
se cree que los sucesos pasados podrían incidir Bachelard, Gaston. 1992. Fragmentos de una poética
en los futuros, y eso en el mejor de los casos; del fuego. México: Editorial Paidós.
«Todos los fuegos el fuego» insinúa, mediante
su lenguaje poético, que esa incidencia causal Benavides, Manuel. 1980. La abolición del tiempo.
no tiene por qué responder al orden establecido; Análisis de «Todos los fuegos el fuego». Cuadernos
que el pasado y el futuro no corresponden a un Hispanoamericanos: 364-366.
antes y a un después estáticos; que el fuego no Cortázar, Julio. 2004. Todos los fuegos el fuego. En
solamente incinera, sino que es el vehículo de Cuentos completos 1. Madrid: Alfaguara.
una dimensión alterna a todo lo que damos por
sentado. La forma en que acontece el fuego en Heidegger, Martin. 1994. La cosa. En Conferencias
«Todos los fuegos el fuego» es el acontecer de y artículos. Barcelona: Editorial Odos.
su ser en la Lichtung del relato. Heidegger, Martin. 1996. El origen de la obra de
La metáfora del fuego en el cuento de Cortázar arte. En Caminos de bosque. Madrid: Alianza.
es una metáfora del tiempo; pero del fluir del Heidegger, Martin. 2003. Ser y tiempo. Madrid:
tiempo y no de su anulación. No debe olvidarse Editorial Trotta.
que los relatos solamente se encuentran en el
Ricoeur, Paul. 2003. Teoría de la interpretación.
fuego y que las coincidencias entre los persona-
México: Siglo xxi Editores.
jes no son equivalencias. La temporalidad, como
el fuego, nunca llega a detenerse, y lo que ocurre Todorov, Tzvetan. 1972. Introducción a la literatura
es un desocultamiento del tiempo que permite fantástica. Buenos Aires: Editorial Tiempo Con-
entreverlo como algo más que un objeto de uso temporáneo.

152 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Gabriel Restrepo*

¿Babel, hostilidad, hospitalidad?


¿Podemos «escucharnos
los unos a los otros»?**

Uno ha de ser enfermo de su tiempo el autor:


para tener algo que decir respecto * Bogotá, 1946. Escritor, soció-
al posible diagnóstico de la época logo. Profesor de la Universi-
dad Nacional de Colombia.
Peter Sloterdijk Este ensayo fue presentado en
calidad de coordinador del ix
Congreso Nacional de Socio-
logía en el año 2006 y como

E
apertura de las mesas 3 y 4:
Resumen n el 2007 se conmemoró el bicentenario Cultura, Sociedad, Letras, Ar-
En el 2007 el pensamiento mundial halló motivo de re- de la primera edición de la Fenomenolo- tes y Espectáculos. Desde en-
flexión intensa con la celebración de los doscientos años tonces, el autor ha repensado
gía del espíritu (Hegel 1807/1966). Uno muchos conceptos. En parti-
de la publicación del libro de Hegel, Fenomenología del
espíritu. Uno de sus principales problemas, el concepto de de los pasajes más iluminadores de la cular, necesitó dos años para
Anerkennen, reconocimiento, suscitó no pocas reinterpre- obra, el tránsito de la certeza sensible a la con- precisar que la diferencia en-
taciones examinadas como drama global del presente. ¿Es tre Anerkennen y anagnórisis
ciencia de sí, enuncia el problema del recono- radica en que la primera pro-
posible repensar este concepto crucial en términos de las
ideas griegas de anagnórisis y parresia, lo mismo que con la cimiento (Anerkennen) ya no solo en la relación cede de los juegos de poder,
herencia psicoanalítica y las tendencias teóricas orientadas de cada ser con la multiplicidad de apetencias mientras que la segunda deri-
a comprender la acción social como drama y representación va de los principios de piedad.
(Begierde), sino en la lucha de amo y esclavo, o Una diferencia que abre insos-
estética? En este ensayo se evalúan estos posibles nexos
a la luz de la llamada crisis de representación. El autor señor y siervo, por satisfacerlas1. El amo es amo pechados ámbitos de pensa-
contrapone conceptos de red y trama para argüir a favor porque ha afrontado la muerte y ha vencido miento.
de una estrategia para contrabalancear los cuernos del en la guerra. El esclavo lo es por temor a una garestre@gmail.com
Minotauro (euforia como espectáculo, melancolía como
terror, sea natural, social o personal) con una puesta en muerte súbita que trueca por una muerte lenta
escena alternativa pensada en el legado de Schiller como en una vida subordinada a la voluntad del amo. **Dedicatoria: a estos
una fiesta de la sabiduría, la cual comienza por el propio compañeros de mi genera-
reconocimiento de sí mismo.
Amo o esclavo, ambos precisan del otro para su ción que fueron mis amigos
reconocimiento. y de los que aprendí mun-
Palabras clave: Anerkennen, anagnórisis, parresia, biopo- do y nación, letras y cien-
der, crisis de representación, trama y red. Reconocimiento, es decir, desconocimiento: las cias sociales. Por las letras:
Rafael Humberto Moreno
polaridades son inevitables. El amo desconoce Durán; Miguel de Francisco;
Abstract al esclavo en la misma medida en la que soli- Arturo Alape; Jorge Val-
derrama. Por la economía,
cita su reconocimiento como amo. Ambos se Jesús Antonio Bejarano;
Babel, hostility, hospitality? Can we «listen to each other»?
desconocen y recelan; empero, el amo reclama por la antropología, las le-
In the year 2007 a book published two centuries ago was tras y el humanismo, Her-
un saber superior, porque es el saber de poder nán Henao; por la sociolo-
part of the global thinking agenda: Hegel´s Die Phänome-
nologie des Geistes. One of his main problems, the concept subordinar. Relación de poder lo es también gía y el compromiso con
la justicia: Alfredo Correa
of Anerkennen, recognition, aroused many reinterpretations, del saber. Poder saber. Saber poder. Saber del D’Andreis: estos tres asesi-
which in turn were reviewed as a global drama for the
present. ¿May this cornerstone concept be thought today
poder y poder del saber. Y, en cualquier caso, nados por los «Treinta Tira-
nos», a los cuales se alude
in the terms of the greek ideas of anagnorisis and parresia, en este ensayo. Y antes de
as well as with the psychoanalitical heritage and the theo- todos ellos, a tres maestros:
retical trends intended to understand social action as drama 1. Se excusará la no referencia al género, por no haberla en Hegel María Cristina Salazar, so-
and aesthetic representation? This paper evaluates these (salvo muy conservadoras en la Filosofía del Derecho), pero el asunto cióloga, que enseñara el
possible links, enlightened by the so called representation merece glosas apasionantes, porque la relación antagónica de amo valor de los derechos hu-
crisis. The concepts of web and plot are presented as oppo- y esclavo se plantea como juego de suma cero que, además de ser manos y de los derechos
propio de la guerra (desde el potlach a las guerras napoleónicas, de niños y niñas; a Ernesto
sed in order to intercede for a strategy to compensate the
para no salirnos de la órbita del filósofo), recuerda el estado natural Guhl, que encarnara la
Minotauro horns (eufory as spectacle, melancholy as terror, pasión por la tierra colom-
be it natural, social or personal) with an alternative misse de Hobbes y permite medir la distancia entre la solución de aquel,
El Leviatán, y la solución de Hegel, el Estado Universal como Saber biana; y a Camilo Torres,
en scene viewed in Schiller´s legacy as a feast of wisdom, Absoluto del Espíritu. Pero situado el asunto en el escenario más que mostró el compromi-
which begins with the proper Anerkennen, self recognition. «público» y «espectacular» por excelencia que es la guerra, permite so de cambio, aunque ello
repensar por qué la oclusión de la perspectiva de género en Hegel no signifique en mi caso
Keywords: Anerkennen, anagnorisis, parresia, biopower, y por qué el Estado Universal como Saber Absoluto se convierte de su adhesión a la lucha ar-
representation crisis, web and plot. entrada en una propuesta irrealizable sin el espíritu de la mujer, o mada, que rechazo por los
sin lo que Simmel llamara «cultura femenina» se emancipe de su motivos que expongo en
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 mímesis varonil (en relación a este tema, véase Restrepo 1995). este ensayo.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 153

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¿Babel, hostilidad, hospitalidad? ¿Podemos «escucharnos los unos a los otros»?

saber y poder remiten al poder de dar la muerte faz —anatómica y biológica, individualizante
o cambiar la muerte por una muerte perpetua y especificante, vuelta hacia las realizaciones
porque el esclavo configura su existencia como del cuerpo y atenta a los procesos de la vida—
una vida para el Otro. caracteriza un poder cuya más alta función no
es ya matar sino invadir la vida enteramente»
Confieso aquí que me sorprendo a mí mismo
(Foucault 1991, 169).
al repensar este problema del reconocimiento
hegeliano (Anerkennen) en términos de los Este «invadir la vida enteramente» es represen-
conceptos clásicos de anagnórisis (Aristóteles tado por Foucault como sujetamiento, un modo
35-67; Mcleish 48-53) y parresia (Foucault 1994, de relación que ya no es el de la dominación
97-103). La primera, anagnórisis, significa esclavista o feudal (amo a esclavo, señor a sier-
la «conversión de una persona desconocida vo), ni tampoco el de la explotación capitalista
en conocida» (Aristóteles 45-46), algo que (capital y trabajo), sino uno basado en lo que ya
después del psicoanálisis vale para sí mismo Tocqueville anticipaba con tremenda visión en
tanto como para los demás, con la dificultad el segundo tomo de La democracia en América,
ya señalada en Hamlet: «pretender conocer a publicado ocho años antes de que Marx redac-
otro es pretender comprenderse a sí mismo»; tara El manifiesto y con visión más duradera a
la segunda, parresia, es «decirlo todo» o «decir largo plazo:
verdad», algo alejado de la retórica (Foucault
1994, 98) o de esa retórica de la escuela que Pienso pues que la especie de opresión que amenaza
es la didáctica y que Lacan enunciaba como en la actualidad a los pueblos democráticos no se
«palabra plena», una palabra de vida o muerte. parecerá en nada a aquellas que la han precedido en
Pero mi sorpresa se intensifica aún más cuando el mundo […]. Contemplo a una multitud incontable
examino la pertinencia de estos conceptos en de hombres semejantes e iguales, que dan vueltas
términos de la propuesta de Jeffrey Alexander: sin cesar en torno a ellos mismos para procurarse
«Pragmática cultural: un nuevo modelo de placeres pequeños y vulgares […]. Encima de todos
performance social», que considera a la acción aquellos se eleva un poder inmenso y tutelar, que se
social como una puesta en escena guiada por la encarga él solo de procurar sus goces y vigilar por
interpretación de libretos cifrados en los mitos, su suerte. Es absoluto, detallado, regular, previsor
al distinguir en la historicidad momentos de y dulce. Parecería la potencia paternal si como ella
fusión y des-fusión de los mismos. Una teoría tuviera por fin preparar a los hombres a la edad viril;
que, si le añadiéramos la pertinencia del papel pero por el contrario, no persigue más que fijarlos
de los fantasmas en sociedades como las de de modo irrevocable en la infancia […]. (Tocqueville
América Latina y Colombia (en las cuales, desde 1850 t. ii, 357-360; la cursiva es mía).
el espiritismo chileno hasta la Comala de Rulfo, Sea el Estado de bienestar keynesiano, sea la
los fantasmas se funden y confunden con los supuesta y encantadora «mano invisible» del
mitos en el registro aleatorio y onírico de los mercado en la teoría clásica y neoclásica, la
imaginarios y de los sueños —por ejemplo, la predicción de Tocqueville formulada un siglo
vuelta de Quetzalcoalt, el regreso de Bolívar, la antes de la revolución digital resultó profética.
vida como purgatorio, los espectros de Perón o
de Haya de la Torre—) esclarecería muchas de La muerte prematura de Foucault quizás impi-
las penumbras que nos pueblan. dió que esclareciera los fundamentos contempo-
ráneos del biopoder más allá de su arqueología.
La sorpresa de esta súbita asociación deriva de Por mi parte, he sostenido que el sujetamiento
una hipótesis cuyo argumento apenas se puede se induce hoy por telesoematización (neologismo
enunciar aquí para un desarrollo en otro mo- forzado para expresar una producción a control
mento: el fin de la tragedia aparece como la tra- remoto de soma y sema, de cuerpo y de significa-
gedia del fin. Situemos el asunto de otro modo: dos, en esa muerte que asoma entre soma y sema),
con la Primera Guerra Mundial —la Napoleóni- y se ampara en dos cuernos complementarios
ca, que debería considerarse así por ser matriz (entiéndase como alusión al minotauro y al
de las otras— el género de la tragedia llegó a
laberinto contemporáneos), uno de los cuales
2. Solo en esas condicio- su fin como representación teatral porque la
nes es posible que un au- produce disforia y el otro la euforia compulsiva
tragedia comenzó a ponerse en escena en gran
tor genial como Thomas que mitiga la angustia generada por la primera.
de Quincey escriba sobre escala a través de los ejércitos y de los simulacros
las ejecuciones públicas, La disforia concierne a la dimensión hoy más
el antiguo espectáculo su-
o espectáculos en el escenario real del mundo2 .
blime del Soberano, esa El asunto podría considerarse en apariencia pa- global de lo sublime ecuménico: la amenaza de
obra irónica: Del asesina- extinción absoluta, sea por terrorismo o contra-
to considerado como una
radójico si sopesamos que a partir de entonces
de las Bellas Artes. Lo su- se instauraba el régimen del biopoder, uno en el terrorismo, total o parcial, la misma que explica
blime (de ello hablaremos
luego) ha dejado de serlo
cual, según Foucault, la soberanía ya no reposa los más de mil millones de dólares de gasto
para situarse en el terreno más en el poder de dar muerte (el «hacer morir» anual militar en los países en los que habita el
de lo bello, una categoría
enteramente distinta. La
propio del Amo Absoluto), sino en el dejar vivir, 1% de la población que se apropia el 57% de la
proliferación de la muer- pero también caracterizado por el control casi riqueza mundial. No es, pues, del todo cierta la
te en la guerra banalizó el
espectáculo de la muerte total sobre la vida: «El establecimiento, durante indicación de Foucault. Como Agamben no se
en la plaza. la edad clásica, de esa gran tecnología de doble ha cansado de señalar al apuntar a los campos

154 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Gabriel Restrepo

“Cartografía de la memoria I”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 28 x 42 cm. Detalle.
de concentración, el antiguo Soberano —aquel uno de nosotros habita una bestia terriblemente
que exhibe el poder de hacer morir— se aga- racional, diferente a los animales, porque aun-
zapa en las fronteras del nuevo régimen del que ellos no tienen noción de la compasión,
biopoder, listo a saltar a escena cuando el otro habitan en la economía de la cadena trófica sin
cuerno de la euforia no cumpla el papel del desbordarla.
sujetamiento dócil. El minotauro —el capital
Ahora bien, frente a estas tres dimensiones de
anónimo, flotante, disperso y a la vez concen-
lo sublime: naturaleza, sociedad partera de vio-
trado— sabe esperar en los recodos. Ello ha
lencia, individuos que estallan en locura, el bio-
sido puesto de presente en la guerra con Irak
poder se sustenta «normalmente» en el cuerno
y en las suspensiones de libertades civiles en
de la producción de euforia. El caso extremo es,
un país donde su retórica y su fuerza han sido
por supuesto, el de las drogas, tema paradójico
sagradas3. Pero además de producir disforia, los
porque el encuadre prohibicionista pareciera
gastos en seguridad amparan una distribución
negar su legitimidad, y produce, empero, como
muy desigual de la riqueza mundial, por ejem-
antes con la prohibición del alcohol, un «encare-
plo los $600.000 millones de dólares anuales en
cimiento» de su uso; «encarecimiento» en el do-
subsidios a productos agrícolas cuya reducción
ble sentido del término: precio artificialmente
en un simple 30% haría irrelevantes los exiguos
elevado y aura falsamente sagrada de lo secreto.
$56.000 millones de ayuda anual externa que se
Baste decir, sin embargo, que las drogas son la
dedican al «desarrollo» y que son la mitad de
punta del iceberg de la producción de euforia.
los necesarios cada año para cumplir las metas
Asociada al terror psíquico, forma una suerte de
del milenio de disminución de la mitad de la
sístole y diástole que ya ha sido tema canónico
pobreza absoluta de aquí a más de una década.
de la literatura mundial, desde los más célebres
Hay otras dos modalidades de lo sublime dis- escritos de Thomas de Quincey (Confesiones de
tintas a las producidas por el horror geopolítico. un comedor de opio y Suspiria de Profundis), a Bau-
La una, lo sublime de la naturaleza: terremo- delaire, Walter Benjamin y al ya clásico William
tos, maremotos, inundaciones, sequías, hoy Burroughs, con muchos ecos en Colombia. El
acentuados por el mal uso de la tecnología, primero observaba en su propia persona esa
responsable del recalentamiento global, o por oscilación entre eudemonismo y terror que
poblaciones situadas en zonas vulnerables y sin fuera tema de toda la literatura romántica. Allí
socorro. La otra, lo sublime de lo abismal de los se representa en vivo, entre clamores y sordina,
individuos, como se ejemplifica en la puesta en entre contra-dicciones e inter-dicciones, una 3. La devaluación del dis-
curso clásico de los padres
escena de tragedias contemporáneas: el caníbal tragedia cotidiana de millones de personas li- fundadores ha sido objeto
de Rottemburgo en Alemania o el violador de gadas a la producción, al consumo o al reciclaje de la ironía reciente de un
excelente video de Heartly
niños Luis Alfredo Garavito en Colombia, casos de los dineros de la droga en venta de armas, White, titulado Crítica taxo-
por supuesto entroncados con disrupciones corrupción, concentración de tierras o dineros. nómica, inscrito en YouTu-
be y reproducido en Co-
sociales y con sutiles cadenas de sujetamiento Las explosiones de afuera son experimentadas lombia por Esfera Pública:
en donde se adivinan bisagras insospechadas por el adicto —el gran esclavo entre los esclavos, http://esferapublica.org /
infblog/?p=60 (consulta-
entre familia y sociedad, psicogénesis y socio- como dijera Burroughs en El almuerzo desnudo— do el 14 de noviembre de
génesis. Nos recuerdan, además, que en cada como implosiones estupefactas dentro de sí, 2006).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 155

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¿Babel, hostilidad, hospitalidad? ¿Podemos «escucharnos los unos a los otros»?

“Cartografía de la memoria IV”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 28 x 42 cm. Detalle.
estallidos de profundidad en los umbrales de la mayores ventajas al reduplicar la concentración
conciencia. Contra-dicciones e inter-dicciones de ingresos con las cadenas de producción, dis-
en las cuales la dicción se ahoga; el decir se que- tribución e inducción telemática del consumo
branta; el quejido obtura el paso hacia la queja; para la producción de esas dosis de euforia
la palabra se rehúsa; la persona se sepulta en la dispuestas para olvidar que somos el estado
cripta de lo inefable o indecible. nacional que encarna más a la perfección en el
mundo el síndrome de Jekyll y Hyde: el pueblo
Otras adicciones se manifiestan en el consumis-
más feliz del mundo, según algunas encuestas,
mo en general o en algunos consumos obsesivos
y el pueblo más sufrido y trágico de todos los
específicos como la pornografía, pero, ante todo,
que habitan el planeta. Resulta muy curioso que
en la dependencia de euforia producida por lo
la célebre novela de Stevenson se hubiera publi-
que, primero entre todos, Guy Debord examinó
cado en 1886, ¡el mismo año de expedición de la
de modo ejemplar como Sociedad del espectáculo4;
Constitución de la Regeneración! ¡Una que duró
luego, por lo que Paul Virilio develó con ojo críti-
hasta 1991 y cuyos trasfondos aún se camuflan
co en muchas obras (1989, 1993); y de modo más
en la Carta que supuestamente quería borrar las
reciente y polémico, por lo que Peter Sloterdijk
huellas del régimen presidencial omnímodo y
tematizó en tono milenarista como «el fin de la
de los Estados de excepción y de las emisiones
era del humanismo literario» (1999). Los libros y
y manejos de dinero autoritarios!
el pensar contenido en ellos ya no tienen poder
vinculante ni calado social. Pese a que se editen Las anteriores tesis apuntan a un nudo muy
y reediten, se lean y relean, ellos son el alimento denso de problemas, cuya relevancia se exa-
de una «inmensa minoría» frente al consumo mina a partir de unas preguntas: ¿por qué
mediático e inmediático. ¿Cuál es el gasto anual todos los avances en el pensamiento, desde
en la industria del entretenimiento? Quizás cien Hegel, en la admisión, extensión e intensidad
veces más que el relativo a la seguridad, y ello del problema del reconocimiento no penetran
abona a las tesis del sujetamiento por telesoema- a la sociedad en su conjunto y en particular a
tización, para emplear de nuevo el neologismo. la estructura de un poder que parece inmune
La multiplicidad de ofertas de goce telemamario al nuevo saber? En sentido figurado, ¿por qué
y su velocidad mercurial obturan el nacimiento el Minotauro, global o local, vence todos los
en los sujetos de una visión periférica del mun- hilos de Ariadna tramados por el saber y con
do, hoy precaria, huérfana y desheredada. Se ellos mismos fabrica en cadena redes para una
recuerda en Colombia la desaparición de una redada planetaria que cruza toda geografía?
gran emisora cultural, la hjck, suplantada por ¿Por qué aquel pensamiento complejo que
«Los cuarenta principales» (una emisora de emerge de las múltiples crisis de representación
música popular), tema que fuera motivo de una parece naufragar ante el automatismo de la re-
razonada denuncia por parte de la Revista El producción de mitos sometidos una y otra vez a
Malpensante. El asunto prosigue con la obstina- la crítica en los tribunales al parecer inocuos de
ción de la Hacienda por grabar con un Impuesto la razón? ¿Por qué la refusión del pensamiento
4.Versiones completas se al Valor Agregado del 10% la edición y venta contemporáneo en nuevos mitos como el de la
consiguen de modo fácil
de libros, mientras la televisión cuenta con las sabiduría se destejen a cada noche como en el
en Internet.

156 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 156 16/11/2010 02:26:37 p.m.


Gabriel Restrepo

telar de Penélope a favor de una acumulación gente de las diferencias entre sexo (constitución
de riqueza e imagen del 1% que controla el 57% biológica del cuerpo) y el género (construcción
del producto planetario y de los imaginarios cultural de la identidad corpo-social) y por la
globales? nueva conciencia del papel de la mujer en la
sociedad; en las ciencias sociales, con el des-
En efecto, la crisis de representación carac-
cubrimiento de Marx cuando indica que se
teriza el pensamiento contemporáneo, llá-
habla a partir de una posición social; con las
meselo como se quiera, aunque extiende sus
distinciones entre juicios de valor y juicios de
raíces desde hace siglo y medio hasta ahora.
realidad y, más allá, gracias a la aparición de una
Es algo que atraviesa todos los campos: en la
conciencia autorreflexiva o autoetnográficaa
filosofía, con la crítica a la tradición metafísica
de tercer grado; con el llamado a romper con
emprendida por el martillo de Nietzsche, con
el paradigma de la simplicidad en aras de un
la derruición (Zörsterung) de Heidegger, con la paradigma de la complejidad que atienda a la
deconstrucción de Derrida; en la matemática, multiplicidad de movimientos sociales.
con la aparición de geometrías no euclidianas
y el principio de indecibilidad de Gödel; en la Pero nada de lo que allí emerge como pensa-
física, con el principio de incertidumbre y con miento complejo rompe la simplicidad de los
la teoría de la relatividad; en la teología, con la mitos que sustentan una globalización injusta
conciencia de la multiplicidad de creencias y la o un Estado por lo general intolerante frente
relación no unívoca de fe y razón, ya enunciada al clamor de la justicia. La lucha por el reco-
en Kant; en las ciencias de la salud, con la com- nocimiento, planteada por Hegel, no ha hecho
plejidad de la tecnología, la nueva conciencia más que ahondarse porque, pese a todo, ni el
de la relación entre salud y sociedad, con la pensamiento que irrumpe con la fuerza de la
puesta en escena de medicinas y modos de cura promesa, ni la universalización del Espíritu
5. Se hablará de ello más
alternativos, sean tradicionales o de nueva era, Absoluto, ni la extensión del supuesto porta- adelante. Por ahora, baste
las urdimbres entre genética, neurología, psi- dor de la historia, la clase obrera, han sabido citar el famoso cuadro de
Magritte: «Ceci n´est pas
cología y socioantropología; en la estética, con realizar más que simulacros de ilustración o une pipe», como una fór-
la multiplicación de la imagen en la época de espectáculos de un cansino socialismo real. La mula casi matemática en
su ironía deconstructiva.
«la reproducción técnica», el fin de la ilusión de caída del Muro sirvió para anunciar con euforia
Prefigurada en poesía
«la verdad en pintura»5 y la aparición de otros a los cuatro vientos la buena nueva del fin de la 6.
con el célebre poema de
medios y modos de representación; en el teatro, historia repensado como ideología liberal por Bertold Brecht «Preguntas
de un trabajador que lee»:
con Pirandello y Brecht con el llamado «teatro parte de Francis Fukuyama (1992), pero pronto «¿Quién construyó a Te-
dentro del teatro», con el distanciamiento o la desmentido por el anuncio de un Apocalipsis bas, la ciudad/de las siete
puertas?/ Los libros desta-
conciencia de que el teatro se juega en escena- Universal formulado por el renacimiento del can los nombres de los re-
rios de poder; en la psicología, con la conciencia fundamentalismo White Anglo Saxon Protes- yes./ ¿Se arrastraron ellos
de la cantera a la ciudad
aportada por el psicoanálisis en relación con el tant de Huntington (1997). La aguda crítica de con los bloques a cues-
papel del inconsciente en la configuración de Derrida (1995) al primero no movió un milíme- tas?/ ¿Quién reconstruyó
a Babilonia,/ tantas veces
los sujetos, pero además con la crítica al mismo tro el eje de gravedad del poder, como tampoco destruida?/ ¿En qué casas
psicoanálisis de dentro o fuera, al igual que lo había logrado la sorprendente predicción de de la iridiscente Lima vi-
vieron los constructores?/
por la fuerza del conductismo o los estudios Morin y Castoriadis, cuando en el diálogo entre ¿A dónde fueron los alba-
de etología o de la psicología cognitiva o de ambos el primero anunciaba como balance de la ñiles aquella noche cuando
se alzó/ del todo la Muralla
la comprensión; en la etnografía, con la toma Primera Guerra del Golfo en 1991: «Esperemos China?/ Roma, la gran ciu-
de conciencia de la multiplicidad de los otros, lo inesperado» (1997), mucho antes de la caída dad, multiplicó arcos de
triunfo. ¿Quién los levantó?/
minorías o no, y con la lucha contra las repre- de las torres gemelas el 11 de septiembre. En ¿Contra quiénes triunfaron
sentaciones estereotipadas de sus identidades; estos pensadores críticos, no obstante, el acon- los Césares? Bizancio, tan
cantada,/ ¿solo albergaba
en la economía, con el cambio de patrones fijos tecer de un nuevo advenimiento, la utopía como en palacios a sus habitan-
de oro o plata como referentes absolutos a favor un lugar del no lugar —como el lugar común tes? Hasta en la legendaria
Atlántida, /tragada por el
de patrones de convertibilidad o de flotación depurado de los lugares comunes de los mitos mar, en la noche del nau-
de monedas; en la política, con la crisis de la patriarcales, como el lugar de lo común en un fragio los habitantes/ bra-
maban suplicando ayuda
representación y la entropía de los discursos mundo de iguales y diferentes, según la expresión a sus esclavos./ El joven
de ideologías y de partidos en una época hiper- de Touraine (1998)—, sostiene resquicios de es- Alejandro conquistó India./
¿Él solo?/ César venció a los
peranza para el advenimiento de una multitud
mediummática, en la cual hasta los presidentes Galos./ ¿No llevaba consi-
reconciliada en la sabiduría del reconocimiento, go siquiera a un cocinero?/
resultan pintores de paletas, actores y cantantes Felipe ii de España lloró al
la anagnórisis y la parresia de la justicia.
en clave de Do o en registro del Si, y en la cual saber hundida/ Su flota.
¿Nadie más lloró?/ Federico
se ha pasado, como en Colombia, de una nación Pero en el lugar común de multiplicación hiper- ii venció en la Guerra de los

casi sin Estado (1850 a 1886) a un Estado casi mediática de los mitos camuflados es como si Siete Años. ¿Quién la ven-
ció además?/ En cada pá-
sin nación (1886-1986, 1981 y quizás más allá) la disforia y la euforia produjeran una especie gina una victoria./ ¿Quién
en una globalización que torna extraños y casi de «sonambulismo civil» en una esfera que ha cocinaba los banquetes de
los vencedores?/ ¿Un gran
inanes ambos conceptos; en la historia, con la perdido su carácter público, el koinon por el cual hombre cada diez años?/
sustitución de la Historia representada en los ¿Quién pagaba sus gas-
han velado los filósofos desde que la filosofía tos?/ Tantas historias. Tan-
héroes a favor de la historia potenciada por el se constituyera como poder de interrogación tas preguntas.» (Traduc-
ción del alemán por Gabriel
albergue a la multiplicidad de las historias6; en continua de los mitos (Sloterdijk 2001; Casto- Restrepo, del libro Historias
los estudios de género, con la conciencia emer- riadis 2004). Lo que naufraga en un mundo del calendario, 1939)

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 157

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¿Babel, hostilidad, hospitalidad? ¿Podemos «escucharnos los unos a los otros»?

contemporáneo adocenado en responder es la sobre-representación del 1% que capta el 57% de


capacidad de ser responsable en la capacidad la riqueza global con la invisibilidad no solo de
de preguntar. Es cierto que la constitución del los otros, sino de las condiciones trágicas de su
globo sigue la teleología de un pensamiento ya existencia (en sentido etimológico como el vivir
abierto en el medioevo con la irrupción primera fuera de sí). Así, desanuda cualquier referencia a
de las ciudades: el mundo concebido como una lo sublime (muerte, mal, miseria) con la inunda-
circunferencia cuyo radio está en todas partes ción de cánones de belleza pautados por el goce
y cuyo centro no radica en ningún punto (Slo- escaso y moviliza con ello la envidia social como
terdijk 2004). Todos somos ahora el ombligo y poder de succión mimética. La red es asimétrica,
la sobrebarriga del mundo, pero, como tales, apropia, expropia, desplaza, triza, fragmenta,
experimentamos lo que en la cocina argentina diluye, dispersa, pero mantiene el dominio de
se denomina «el vacío», aquello que tanta carne los flujos al no fluir; la red es objetiva e instru-
reviste. El descentramiento y el desplazamiento mental, medida y calculada, cosifica, nulifica,
constantes no siguen la lógica de la equivalen- empareja en raseros de tasas intercambiables
cia, ni el camino a una domesticación global en aquello que es diferente e inconmensurable; la
la patria-tierra (Morin y Kern 2006) de la mano red oye, pero no escucha; mira, pero no ve; care-
reparadora de la mujer y de la piedad que ella ce de sentimiento; es abstracta; la red sí sabe de
ha reservado como fuego votivo y no como la historia como su propia historia que cosifica a
botafuego: como Geist, fuego controlado, y no los otros en la aritmética del deber y del haber;
Gheis, fuego desbordado, según la distinción de la red encarna el mito patriarcal desde Odiseo,
Derrida (1987). quien, contra lo imaginado por lo inacabado del
mito, no radicó nunca en Ítaca, fugándose hacia
La nueva esperanza aparece como una mul-
nuevas guerras, fundando mundo en la expro-
titud diferenciada de la masa que sea capaz
piación, la expatriación y en el abandono. Nos
de construir conciudadanía global a partir del
dejó como Telémaco en la tarea de reconciliar
reconocimiento, la anagnórisis y la parresia de
el mundo con la casa.
las diferencias, pero también con fundamento
en una solidaridad dirigida a la comprensión de La trama, en cambio, es horizontal, rizomática,
los otros mediante el ejercicio de la comprensión equivalente. Es par, se funda en la solidaridad
radical de sí mismo. La conciudadanía se dife- y en la cooperación más que en la competen-
rencia del concepto liberal clásico de ciudada- cia; procede del cum pannis, compañero; de la
nía, tanto como de los conceptos comunitaristas, comensalidad, el compartir la mesa; es, como
porque al reconocer la igualdad abstracta de distinguió Rodolfo Kush en un libro magistral
los individuos propia de la tradición liberal, lo (1999), más estar que ser, siendo el estar un estar
mismo que la existencia de comunidades de con otros, junto a otros (distinción que retrotrae
adscripción o de sentido, parte de las diferencias a la comunidad en la tipología de Tönnies antes
ontológicas y postula la creación de tejidos de que a la sociedad, que suele ser anónima cuando
A diferencia de la peda-
7.

gogía (Paidos agein), que solidaridad y urdimbre cultural, pero más allá la otra es distintiva: distingue, como dicen, al
consiste en conducir a los de los conservadurismos comunitarios para otro); es igualitaria; reparte a cada cual según la
niños en su etimología y
en su arrastre esclavista
extenderla por encima de los ámbitos de raza, necesidad; obra según el principio de lo circular
o domesticador burocrá- pertenencia a una cultura o adscripción a una antes que de lo piramidal; irradia la palabra y la
tico (imperio latino, impe-
rio católico, imperio esta-
región. Ese es el sentido de la revolución psica- pregunta; escucha; es solidaria; se guía por la
tal, imperio trasnacional), gógica, mistagógica7 y socioantropológica que, piedad, la comprensión y la compasión; respon-
la psicagogía busca guiar pasando por la transformación de los deseos, de; encarna el mito matricial, la madre tierra,
en el diálogo de la psique,
al modo del psicoanálisis, produzca comprensión crítica y recíproca, y el saber no solo de la vida sino el saber que da
reconociendo al otro como genere en ella, más que tolerancia, hospitalidad vida; es próxima a la naturaleza, senti-pensante:
sujeto porque el que ense-
ña se enseña como sujeto; como apertura hacia el otro, comenzando por como se dice, hospitalaria. La figura encarna en
la mistagogía (guiar a tra- los múltiples otros que en cada uno anidan prototipos como los koguis (las mujeres hilan,
vés de lo secreto) —pese
a la tonta herencia de como fantasmas en un mundo en apariencia ellos traman como metáfora del permanecer en
los ocultismos y esoteris- liberado de la historia. Esta habría de ser una la comunidad), pero también en la resiliencia
mos— es sencillamente
algo que se puede empa- revolución antes espiritual, educativa, estética del pueblo, en la paciencia de la multitud, en la
rentar con el arte mayéu- y cultural que material, aunque prefigure en las espera de su propio adviento.
tica (el arte de parir con-
ideas —en el pensar y ante todo en un pensar
ciencia) aplicado aquí a Una distinción se impone. Una red puede
examinar lo que hay de no encarnado en la benevolencia— nuevos modos
común en el lugar común. contener tramas, como la red global de comu-
de coexistencia en la equidad económica o en
Una filosofía, si se quiere nicaciones, lo que la torna fascinante por la
«de la calle», que escudriñe la justicia política.
en ella lo que está oculto en multiplicación de los horizontes horizontales,
el tránsito y en el tráfago, Ello supone diferenciar entre estructuras de para expresarlo en una redundancia. En ella,
que devele aquello que no se
deja leer («Es lässt sich nicht red y estructuras de trama. La red, tal como se y gracias a esta cualidad, Michel Serres adi-
lesen») en el hombre de la manifiesta en el biopoder global, es un dispo- vina ángeles, Hermes mensajeros, duendes,
multitud, el hortus animae,
«el jardín de las almas», con sitivo piramidal: transforma energía social en encuentros inusuales, sorpresas fascinantes
toda su maleza, pero tam- información para el control; apropia plusvalía (1995). Pero como China, India, Brasil y otros
bién con toda su floración
(recordando a Poe en «El
mediante la devaluación cultural de los otros; países han denunciado, el control final de la
hombre de la multitud»). configura una aparición mediática simétrica a la red depende de una empresa privada ligada

158 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 158 16/11/2010 02:26:38 p.m.


Gabriel Restrepo

“Cartografía de la memoria IV”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 28 x 42 cm. Detalle.
a los intereses de Estados Unidos. La trama glorioso, temprano y turbio precursor. Todo lo que es
también puede convertirse en red cuando igualmente puro, como falto de un sentido, antes de
establece jerarquías o elige y erige centros: por la aparición, ahora, de la multitud, debe ser restituido
ello la palabra trama posee el doble sentido de al dominio social. La piedra nula, que sueña el oro,
la urdimbre amable o de la astucia perversa. La llamada filosofal: pero, en las finanzas, esta anuncia
red se recubre como trama para tramar redada. el crédito futuro, que precede al capital o lo reduce
Pero la distinción, pese a sus vaivenes y trasla- a la humildad de la moneda. (Mallarmé 123-124)
pos, se sostiene. El control de la red siempre será En este horizonte se explica el afán del sistema
piramidal, tenderá a ganar espacio quitando financiero mundial por coronar su dominio
espacio, se definirá como un juego de suma con el atesoramiento de las obras de arte para
cero. De estas vacilaciones entre red y trama procurarse el aura de lo sagrado. Todo se pre-
surgen los juegos astutos de una resistencia o, figuraba ya en la escisión entre Van Gogh y
mejor, de las disidencias creativas que escapan Theo, el pintor y su hermano el mercader de
a la seducción de erigirse en centro, de un juego arte, entre el llamado a redimir la miseria en las
de voluntad de ser centro siempre excéntrico; minas de carbón y la vocación de transformar
de jugar al poder en la exhibición del no poder, el padecimiento en símbolo de plusvalía. El po-
del desclasamiento y del desplazamiento por- der del Amo o del Minotauro se expresa como
que aquí el juego más sublime y bello consiste poder no solo de la palabra, sino como poder
en poner a circular la palabra y en señalar a de adueñarse de la imagen, sea en pintura o en
cada cual como centro suscitando la pregunta movimiento: el control mágico y ahora pseudo-
por su «vacío». Esa también es la diferencia racional del mundo representado.
entre masa y multitud, entre igualdad forzada Es aquí, en este contexto, donde un pensamien-
y diferencia, entre un socialismo real de uni- to como el de Friedrich Schiller se extraña y
formes y paradas, y un socialismo posible, de se postula al mismo tiempo como una carta
libertades y reconocimientos en la diferencia, de navegación posible. De meteoros, el del
o como prefiera llamarse (por mi parte prefiero poeta y filósofo alemán es más estelar que el
la noción de un centro radical). por cierto fulgurante de Rimbaud, que tanto
Todo, decía Mallarmé, se juega en la herencia se cita cuando se infla más allá de lo debido la
bifurcada de la alquimia medieval: dimensión psíquica de aquello que Jung llamaba
el Puer Aeternus. La diferencia entre uno y otro
Alguna deferencia, mejor, respecto del apagado en el saludo al porvenir es empero abismal. Y
laboratorio de la gran obra, consistiría en recuperar, la distinción entre ambos estriba no solo en la
sin humo, las manipulaciones, venenos, enfriados de capacidad filosófica de Schiller (1952), sino en su
distinto modo que en la pedrería, para continuar por propia exigencia de reconocimiento de sí mismo
la simple inteligencia. Como solo están abiertas, a como Anerkennen, anagnórisis y parresia, de la
la búsqueda mental, nada más que dos vías, en las que careció Rimbaud. Como he señalado en otro
que se bifurca nuestra necesidad, a saber, la estética lugar, la mitificación de la experiencia africana
de un lado y la economía política del otro: de esta de Rimbaud no se sostiene en los hechos, por-
última concepción, principalmente, la alquimia fue el que aun si no se admite como parece probado

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 159

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¿Babel, hostilidad, hospitalidad? ¿Podemos «escucharnos los unos a los otros»?

que no comerciaba con esclavos —por lo menos comedia; esa voluntad de transformar la dificul-
no para otros— traficaba armas en las guerras tad en oportunidad; el padecimiento en pasión;
interétnicas lucrándose de ellas: se guiaba por el resentimiento en reconocimiento. Esa unción
la codicia. Y lo que más produce piedad es su de poesía, drama y pensamiento filosófico.
falta de propio reconocimiento crítico porque,
Ponerse en los zapatos de otro. La alusión es
sin saberlo, seguía los pasos de un fantasma,
obligada a la pintura y, en este caso, a la in-
su padre, nunca esclarecido en su conciencia.
terpretación crítica de Derrida en torno a las
Cierto: su intento de visión y su poesía son un
hermenéuticas de los zapatos de Van Gogh en
anuncio del porvenir. Su expresión «Je est un
el libro La verdad en pintura (1978). En un reco-
autre» («yo es otro»), pudiera asemejarse a ese
rrido por distintos campos del sentimiento y
relato formidable de Borges, «El Etnógrafo»,
del pensamiento, desde el pintor hundido en
cuando predica que cruzar fronteras, ponerse
los socavones a la exégesis de su obra por un
en los zapatos ajenos (a ello nos referiremos) y
crítico, Shapiro, o por un filósofo, Heidegger,
atreverse a soñar los sueños ajenos es la condi-
el gran pensador francés nos denuncia el pre-
ción para devenir bibliotecario o arconte de los
sente y nos anuncia el porvenir. Denuncia el
secretos de la gran biblioteca del universo. Pero
presente, por ejemplo, allí donde en la hiper-
la etnografía africana del Rimbaud extraviado
complejidad de las instituciones de la indus-
en las rutas de traficantes de armas reveló en la
tria cultural ni críticos ni curadores «pueden
práctica el peor tipo de aproximación axiológica
indicar a los otros el sitio de un tesoro» (según
imperial hacia «los negros», con los cuales se
dice Borges en «El Aleph»). En este caso, el
había apareado como poeta : «car nous menons
tesoro de Van Gogh es la verdad en pintura, el
un triste existente au milieu de ces nègres», «pues
significado del par de zapatos. Denuncia el pre-
nosotros [sic] llevamos una triste existencia en
sente, por ejemplo, allí donde la porno-miseria
medio de estos negros» (Rimbaud 1992, 47; la
es incapaz de ponerse en los zapatos de otro,
cursiva es mía).
urbanos o rurales, porque no se anuda como
Las ideas precursoras de Friedrich Schiller nos par a ellos, sino que juzga la miseria desde la
parecen procedentes como arquetipos para posición del amo que pisotea o la evade con
una América Latina y una Colombia que son la profusión de baratijas. Anuncia el porvenir
y se declaran senti-pensantes: allí esa gracia en del arte porque nos pone a pensar en andar a
la conciliación de lo sublime y de lo bello, ese la par en la «verité torride», la «verdad tórrida»
empeño por obligar a que la razón sea sensible (Derrida 1978, 434), a expresar lo inexpresable
y el sentimiento sea razonable por medio de las mientras descendemos a las minas de carbón
artes, el humor, el amor, la fiesta y la creación; para encontrar el registro iridiscente de la
esa imaginación como hilandera del pensa- noche oscura del alma después del paso por
miento a través de la profusión de metáforas, la negritud del carbón, tal como lo hace Primo
imágenes y pensamientos como se potencia en Levi en El sistema periódico, donde termina su
Italo Calvino; ese sentido de la tragedia y de la escritura con un punto de grafito. Como si se

“Cartografía de la memoria V”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 55 x 42 cm.

160 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 160 16/11/2010 02:26:41 p.m.


Gabriel Restrepo

pintara al carbón o al carboncillo, tal cual lo dieron mayor celebridad a ese nombre. (Diógenes
hacía Lorenzo Jaramillo. Laercio, 1274)

Y para mencionar tristes carbones, ¿quién se Es cierto que la historia enseña lo indomable
acuerda, por ejemplo, de ponerse en los zapatos de los poderes que surgen y resurgen con las
del otro en la noche del seis de noviembre de distintas máscaras de los treinta y más tiranos
1985 en la plaza de Bogotá, la de la doble toma en todas las épocas, de aquellos de Atenas a los
del mal llamado «Palacio» de la Justicia? ¿Tantos del nazismo y el socialismo real de los gulags o a
zapatos sin dueño? ¿Tantos zapatos deshabita- los campos sin ley de la guerra de Irak diseñados
dos? ¿Tantos pies pisoteados? ¿Alguien podría por el Pentágono, a los distintos fascismos de
decir contra quién jugaba el equipo de fútbol Argentina, Chile, Brasil y a los autoritarismos
Millonarios aquella noche que marcó época, y más camuflados de Colombia y otros Estados
qué juegos se jugaban, qué guayos se calzaban de América Latina.
y qué jugarretas se jugaban durante y después
de uno de los partidos más compulsivamente Si esta alusión a distintos zapatos y zapatazos
televisados de la era del fútbol colombiano se hace aquí es porque el juego nos concierne
para tapar el drama de la plaza pública some- como espectáculo y nos constituye como pue-
tida a doble escarnio? ¿Alguien puede aludir blos. Y porque pensar estos temas es pensar en
allí —distinto a Doris Salcedo, a Gustavo Zala- asuntos que interesan a casi todos. Permítaseme
mea, a Álvaro Restrepo o a Arnaldo García— lo una referencia muy personal: nunca crucé con
que significa el arte contra los treinta rostros mi padre palabra de epistemología, pero hablé
sin rostro de los distintos tiranos en esa nueva con él poniéndome en sus guayos y midiendo
Stoa conjurada por la poesía, las artes, las letras tiros certeros a su cabeza cuando ya era cana y
y la filosofía ante la plaza ensangrentada por casi cadáver.
los treinta tiranos? ¿Cuándo una nueva Stoa
Si menciono el tema de ponerse en los zapatos
puede disolver los fantasmas de los poderes
de otro de modos tan distintos, es también
absolutos con una nueva filosofía y otra estética
para subrayar con una metáfora una reflexión
impuestas ante el horror de la plaza?
en torno a la sociedad colombiana: su ser
Problema viejo, la disputa por la plaza es tam- impar, su existencia nona, su ser constituido
bién nuevo. Emplazamiento, aplazamiento, por fragmentos, sus patasolas, sus lloronas; se
reemplazo y desplazamiento configuran la diría las alpargatas rotas, las derivas en tantas
destinación (Schicksaal) de la humanidad desde cotizas, de tantos pies descalzos, los trasiegos
una domesticación parcial, la del neolítico, a de tantos fantasmas, sus divorcios con tantos
una domesticación global hoy en una historia carramplones, sus aporías en pies de juanetes,
(Geschichte) que si algo revela es que la especie sus interdicciones y contradicciones, sus apo-
configurada por el Gran Selector, la del humus rías, sus irresoluciones, las luchas infinitas, los
erectus, no se ha domesticado a sí misma. De callos de tanto pisar, el dolor de tanto andar en
ahí que la historicidad (Geschichtlichkeit) del vano, el horror de salir con los pies en polvorosa,
envío (schicken) aparezca como inacabada y su humus hollado por tanta parada de fuerzas
trunca, mientras no se halle la formación en contrarias. Y con ello me refiero a los productos
sabiduría necesaria para habitar con justicia de una violencia ciega de mil rostros.
la ecúmene.
Hay que derivar de allí el oficio de resiliencia
La vocación de la filosofía responde desde de una creación tramática ante una sociedad
Heráclito con la vigilia del Koinon, espacio o traumática: situarse a la par, a ras de piso,
esfera común, desde el poder de interrogación buscar pasajes en los recovecos de la ciudad
permanente del cual surgieron tanto la demo- como Walter Benjamin y, con él, hallar signos
cracia como la filosofía griega, hasta su carta de en las encrucijadas, crear tramas, comprenderse
nacimiento como filosofía para el mundo con para comprender, producir cada cual su pro-
los estoicos al intento de domesticar por razón, pia Anerkennung en las luchas contra los amos
ética y estética el poder indómito que figura en internos, la anagnórisis en la admisión de las
cualquier plaza: tragedias íntimas y públicas, la verdad como
Retirándose pues al pórtico Pecil (llamado también palabra plena y parresia contra tanto secreto,
Pisianactio y Pecil por las pinturas de Polignoto), segregación, apartamiento. Una épica de cada
comenzó a pronunciar allí (Zenón de Citia) algunos individuo, cualquiera, contra su legión de fan-
discursos, con designio de que aquel lugar fuese tasmas significaría un passover o pasaje para la
frecuentado de gentes, ya que bajo los treinta tiranos multitud. El cruce del nuevo Mar Rojo. En cada
habían sido muertos en él hasta mil cuatroscientos llave para un candado se fabrica la cerrajería
ciudadanos. Concurrían además sus discípulos y por para pasaportes de la multitud. En cada chateo,
esto fueron llamados estoicos […] Y aunque también alguna brizna del pedestal celeste alumbra. En
se habían antes llamado estoicos algunos poetas que cada noche de agonía superada se encierra un
vivieron allí, como dice Eratóstenes en el libro viii De canto al universo de los nuevos visionarios de
la Comedia Antigua, pero los discípulos de Zenón la escala.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 161

REVpalimpsesto_7_2010.indb 161 16/11/2010 02:26:41 p.m.


¿Babel, hostilidad, hospitalidad? ¿Podemos «escucharnos los unos a los otros»?

Retomo las preguntas del título de la conferen- debe mirar a los ojos a la persona que va a matar.
cia. ¿Babel? Habladuría, Rederei, Causerie, ruido, Pero él me miraba con esa cara de decirme ayúdeme,
incomunicación por exceso, embarras du richesse, porque yo era la única mujer y yo no tenía cara de
estupefacción por exceso, sociedad estupefacta y mala. Los muchachos me decían: mátelo. Le hablé
estupefaciente. Hostilidad, la que nos es tan duro y le dije: ¡arrodíllese! Y no lo miraba a la cara.
constitutiva en un país donde la confianza Le disparé tres tiros en la cabeza. (El Tiempo 1-4)
interpersonal es de solo 10% y donde muchas
Ante ello, ¿qué queda de la expresión de
veces gozamos jugando el juego de suma cero:
Lévinas: «ver a Dios en el rostro del otro»?
es preciso quitar a otro y otra dinero, poder,
Se recuerda más bien ante esa escalofriante
mujer o fama para ganarla. Hospitalidad, la
confesión la frase final de Italo Calvino en Las
que nos viene también de lejos por albergar
ciudades invisibles con su insistencia en el tema
el universo y por ser metecos y desplazados y
de la visibilidad y la mirada tan presente en su
descentrados a través de nuestra existencia de
legado, como lo dice en la frase final de su relato:
siglos de abandono y deriva. Haber sido la «cloa-
ca universal» —como en algún pasaje llamara a El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno,
nuestra condición Simón Bolívar— nos puede el que existe aquí, el infierno que habitamos todos los
situar con la frente en alto en un mundo que días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras
es hoy día un vertedero de todos los desechos. de sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el
infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar
Quizás nos movamos aquí en esta latitud
de verlo. La segunda es riesgosa y exige atención y
criolla un poco, algunos metros más (cerca de
aprendizaje continuos: buscar y saber quién y qué, en
las estrellas) mientras podamos «escucharnos
medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure,
los unos a los otros», como indica el subtítulo
de este ensayo, tomado en préstamo al poema y dejarle espacio.
de un loco, Hölderlin, en su canto Fiesta de paz: Pero no se crea que esta mirada extrema de la
«Desde la mañana, desde cuando somos un mujer paramilitar conminada por «los mucha-
diálogo y nos escuchamos los unos de los otros, chos» a ser como ellos, impasible, sea insular.
mucho ha sabido el hombre; mas pronto somos La guerra no es asunto, digámoslo de paso,
canto [...]». Hay que advertir entonces entre el del patriarcalismo: en ella naufragamos todos,
ruido y las habladurías, en el silencio de la vigía desde la Helena de Troya hasta esta pobre chica
del mundo, en la desolación de la noche, en el mandada a ser como los muchachos, pese a que
abandono del mundo, el canto que ya desde su rostro de mujer enunciaba esa bondad propia
antiguo se entona. Polifonía quizás, asonante del dar la vida. El asunto es más complejo: todos
y disonante. Y la Obra, la gran Obra, se adver- los cánones de las urbanidades hasta ahora se
tirá en cada cual como anuncio de la promesa. fundan de modo explícito o implícito en «una
Porque la escucha engendra una palabra plena mirada cruel», la propia de los amos con distin-
y subvierte el monólogo del Minotauro, según tos rostros, los mismos responsables, 1%, de que
la expresión de Blanchot: la apropiación del 57% de la riqueza mundial
El amo adquirió el derecho de palabra porque fue signifique el olvido y la sombra para el 99% de la
hasta el fin del peligro de muerte: solo el amo habla, población. Mirar de otro modo, mirar con sutile-
palabra que es mandamiento. El esclavo solo oye. za, mirar a fondo, mirar de modo radical, mirar
Hablar, he aquí lo importante. El que no puede sino en el lugar común lo que no hay propiamente
oír depende de la palabra y viene solamente en se- de común: hacia allí ha tendido siempre el arte,
gundo lugar. Pero la audición, esa parte desheredada, como la música nos prepara para acercarnos a la
subordinada y secundaria, se revela finalmente como polifonía ecuménica, como la danza nos alista
el lugar del poder y el principio del verdadero dominio para subir y descender por la escala de Jacob.
(40-41; la cursiva es mía). Fiesta de la paz, la espera de un advenimiento
Potenciar una nueva mirada para la obra del que nos marque el camino de una utopía llana
arte es tan importante como elaborar palabra y tan sencilla como la que ya nos viene desde
nueva desde la escucha, como ensayaron Bono el humus, el arcano, la arqueología y el mismo
de u2 y otros músicos al escenificar una puesta dolor que es el máximo maestro que enseña en
en escena a favor de la población de África en el vía crucis del experimento de cada uno los
un show que, al utilizar los recursos de la so- límites de sí mismo. Siempre que el estupor del
ciedad del espectáculo la retuerce. ¿Qué significa sufrimiento se transforme en palabra de razón y
la mirada? Desde los griegos, sabemos que los el quejido se formule como queja, para que haya
ojos dan vida, hacen aparecer, producen aletheia. reconocimiento, anagnórisis y parresia en nuestro
Pero también dañan y matan, como se dice en drama colectivo. En los cuales se fundan, no lo
Colombia del mal de ojo y como se urdía el mito olvidemos, la verdad, la justicia y la reparación.
de la Gorgona entre los griegos:
Quizás todo ello se precipite como revelación de
El señor me miraba —confiesa una integrante de los las historias en nuestros bis-centenarios de la In-
paramilitares encargada de una ejecución—. Yo no dependencia, en la reflexión retro-prospectiva
lo miraba a la cara, porque a uno le enseñan que no de nuestras cartas en sufrimiento, en nuestras

162 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 162 16/11/2010 02:26:41 p.m.


Gabriel Restrepo

cartas perdidas en La estación central (entiéndase Debords, Guy. 1967. La sociedad del espectáculo http://
la metáfora de la película de Walter Salles como sindominio.net/ash/espect0.htm (consultado el 20
las cartas que se pierden en la plaza del poder, de noviembre de 2009).
como la de El coronel no tiene quien le escriba) en Derrida, Jacques. 1978. La Vérité en Peinture. París:
las dead letters o cartas muertas e incineradas del Champs-Flammarion.
célebre cuento de Melville, en nuestras cartas
Derrida, Jacques. 1987. De l´esprit. París: Galilée.
constitucionales tan distintas a la Carta a García
Derrida, Jacques. 1995. Espectros de Marx. Madrid:
(las cartas imperiales que alcanzan su destino…
Trotta.
manifiesto), en nuestra Cartas Constitucionales
a la deriva; en la promesa de la refundación de Foucault, Michel. 1991. Historia de la sexualidad. 1-La
Estado y nación, allí cuando, como he dicho, voluntad de saber. México: Siglo Veintiuno Editores.
hemos sido muchas veces una nación casi sin Foucault, Michel. l994. Hermenéutica del sujeto.
Estado y un Estado casi sin nación, abiertos Madrid: Ediciones de la Piqueta.
al nuevo mundo que ya se atisba porque se Fukuyama, Francis. 1992. El fin de la historia y el
anuncia donde la perplejidad es resuelta en último hombre. Colombia: Planeta.
complejidad pensada. Hegel, G. W. F. 1966. Fenomenología del espíritu.
Ocasión para hacer del pensamiento de la fiesta México: Fondo de Cultura Económica.
una fiesta del pensamiento. Y del pensamiento, Hegel, G. W. F. 1970. Phänomenologie des Geistes. Werkel
una fiesta de la oración, de la acción y de la in Zwanzig Banden. Vol. 3. Frankfurt: Suhrkamp.
curación poética. Para abrir una nueva puerta, Huntington, Samuel P. 1997. El choque de las ci-
para que un nuevo día no sea el desvelo de vilizaciones y la reconfiguración del orden mundial.
muchos, seamos los fabricantes de fabulosas Barcelona: Paidós.
ganzúas y forcemos la cerradura para el pasa- Kusch, Rodolfo. 1999. América profunda. Buenos
porte de la multitud, ahora atrancada ante las Aires: Biblos.
puertas de la ley, como en el breve y profundo
Lacan, Jacques. 1990. Escritos 1. México: Siglo
relato de Kafka.
veintiuno Editores.
Desde aquí, desde esta querida Universidad Lacan, Jacques. 1995. Escritos 2. México: Siglo
Nacional de Colombia en Bogotá en muchas veintiuno Editores.
noches del octubre y del noviembre del 2006, Mcleish, Kenneth. 1999. Aristóteles. La Poética de
y luego, en otro amanecer del 2009. Con toda el Aristóteles. Bogotá: Norma.
alma. Y pensando en mis maestras y maestros y
Mallarmé, Sthéphane. 1993. Variaciones sobre un
amigos muertos, por la vida de los vivos.
tema. México: Vuelta.
Morin, Edgar, y Anne Brigitte Kern. 2006. Tierra-
Bibliografía Patria. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión.
Agamben, Giorgio. 1998. Homo Sacer. El poder Restrepo, Gabriel. 1995. Prólogo al libro Diez histo-
soberano y la nuda vida. Medios sin fin. Valencia: rias de vida, de Rocío Londoño y Gabriel Restrepo.
Pretextos. Bogotá: Fundación Social y Tercer Mundo.
Agamben, Giorgio. 2000. Lo que queda de Auschwitz. Rimbaud, Arthur. 1992. Lettres d´Afrique. París:
El archivo y el testigo. Homo Sacer ii. Valencia: Pre- Vertig Graphic.
textos. Schiller, Friedrich. 1952. Cartas sobre la educación
Agamben, Giorgio. 2001. Medios sin fin. Notas sobre estética del hombre. Madrid: Espasa-Calpe.
la política. Valencia: Pretextos. Serres, Michel. 1994/1995. Atlas. Madrid, Cátedra.
Agamben, Giorgio. 2004. Estados de excepción. Sloterdijk, Peter. 1999. Reglen für den Menschenpark.
Homo Sacer ii. Valencia: Pretextos. Ein Antwortschreibens zu Heideggers Brief über den
Humanismus. Frankfurt: Suhrkamp. (disponible
Alexander, Jeffrey. 2005. Pragmática cultural:
en http://www.antroposmoderno.com/antro-
un nuevo modelo de performance social. Revista
articulo.php?id_articulo=759).
Colombiana de Sociología 24: 9-67.
Sloterdijk, Peter. 2001. Extrañamiento del mundo.
Aristóteles, 1948. El arte poética. Buenos Aires: Valencia: Pre-textos.
Espasa-Calpe.
Sloterdijk, Peter. 2003. Experimentos con uno mismo.
Blanchot, Maurice. 1991. El libro que vendrá. Cara- Valencia: Pre-textos.
cas: Monte Ávila. Sloterdijk, Peter. 2004. Esferas ii. Madrid: Siruela.
Castoriadis, Cornelius. 1999. El ascenso de la insig- Touraine, Alain. 1998. Iguales y diferentes. Informe
nificancia. Valencia: Frónesis. Mundial de la cultura. París: unesco.
Castoriadis, Cornelius. 2004. Sobre el político de Virilio, Paul. 1989. La máquina de visión. Madrid:
Platón. México: Fondo de Cultura Económica. Cátedra.
De Tocqueville, Alexis. 1850. De la Démocratie en Virilio, Paul. 1993. El arte del motor. Aceleración y
Amerique. París: Pagnerre. realidad virtual. Buenos Aires: Manantial.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 163

REVpalimpsesto_7_2010.indb 163 16/11/2010 02:26:42 p.m.


REVpalimpsesto_7_2010.indb 164
“Eurídice”. Cosmogonía. 1993. Sanguina sobre papel. 100 x 70 cm.

16/11/2010 02:26:45 p.m.


Bruno Mazzoldi*

Conjeturas de Artaud y
cursivas de Derrida**

C
Resumen omenzando por los míos, desconfío
Glosas y tangentes en la margen de Forcenar al subjectil, de penachos que presuman plumas
ensayo de Jacques Derrida dedicado a los dibujos y las de Artaud, si alguna vez desplegó al-
pinturas de Antonin Artaud. La particular atención pres-
tada a dos dibujos de 1946 excita algunas resonancias guna parecida a las del pavo real de la
susceptibles de aludir a los efectos producidos por la India que el cazador de la fábula quiso herir en
hipersincronización mediática de nuestros días, y provoca, un bosquecillo de cañas, acabando por matar a
por ende, abruptos traslapos cronométricos.
Santo Tomás, el apóstol metido en los estigmas
Palabras clave: Djed, invademécum, kama, dibbuk, del Señor, por querer saber, ver, agarrar dema-
praesidens, egregore.
siado, ocelos en uñas.

Abstract Que no las tuvo. Lo que se dice «tener». Ni


uñas ni plumas. Señor mucho menos. Ni en
Artaud’s Conjectures and Derrida’s Italics una espesura oriental, ni sobre un escenario
Notes and commentaries in the margin of Forcener le parisino, ni a lo largo de un caminito mexicano.
subjectile, a Jacques Derrida’s essay that addresses the Por deseo de soplo, por soplar y ser soplado, el
drawings and paintings made by Antonin Artaud. The spe- el autor:
cial attention devoted to two 1946 drawings excites some poseído se desposee. Imposible pavonearse tras * En Italia desde 1942. En Co-
resonances able to allude the effects caused by today’s él, sacarle espina de Imitatio Antichristi o chispa lombia desde 1960. Ha ense-
mediatic hyper-synchronization, and therefore provokes de Antimitatio. ñado en la Escuela Normal de
sudden chronometric overlaps. Fonseca, el Colegio Junín de la
Keywords: Djed, invademecum, kama, dibbuk, praesidens, ¿Cómo aprender, entonces, sin procurar se- Isla de Providencia, la Univer-
sidad del Cauca y la de Nari-
egregore. guir sus trazas, al derecho o al revés, si no ño. Se ha desempeñado como
con devoción, por lo menos con temblorosa cantante en el grupo de jazz de
simpatía? ¿Qué resta de las trazas, del seguir Dromgold y Díaz. Ha traducido
textos de Jacques Derrida.
o del perseguir, cuando la enseñanza es de
semejante maestro? ¿Qué resta de la semejanza
y del maestro mismo? ¿Qué de la mismidad? **Lecturas parciales de
este escrito se ofrecieron
¿Qué de la pregunta? en la lección inaugural de
la Maestría en Teatro y Ar-
Como de costumbre, desde la particularidad de tes Vivas de la Universidad
la costumbre, la repartición misma, quisiera de- Nacional de Colombia el
día 5 de febrero del 2008,
cir: vayamos por partes. Mas ni parte ni partida y, una semana más tarde,
se vislumbran donde todo habría ya empezado con ocasión de la Jornada
Téorico-Experimental del
por quitarse. Festival Bogotrax, en com-
pañía del tornamesa y el
(Fig. 1) En algún lugar de la columna, se chutea teclado de Rafael Alejan-
dro Castellanos, Parataxia,
gráficamente. Sangredo: el otro nombre del y Daniel Broderick, Dan-
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 alacrán sugiere vagas alianzas entre la primera ny Boom.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 165

REVpalimpsesto_7_2010.indb 165 16/11/2010 02:26:45 p.m.


Conjeturas de Artaud y cursivas de Derrida

Figura 1. Acompañado por Minouche Pastier, en el paradero de buses de Ivry, Artaud oprime un lugar preciso mediante la punta de un
lápiz. Foto de Georges Pastier1.

1. Este registro fotográfico y la leyenda correspondiente, así como la siguiente imagen de Georges Pastier, acompañaron a pocas páginas
de distancia las de Forcener le subjectile, el ensayo de Jacques Derrida dedicado a los dibujos y pinturas de Artaud sin el que estas líneas
no habrían tenido lugar o lo que se le pueda parecer, ensayo que se cita aquí siguiendo la traducción inédita de Rafael Alejandro Caste-
llanos y Bruno Mazzoldi a partir de la versión publicada por Ediciones Gallimard.

166 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 166 16/11/2010 02:26:49 p.m.


Bruno Mazzoldi

nota de la escala y una hemorragia sin modestia neumáticos, y de la caña que he forjado—. (Artaud
ni orgullo de martirio. Ronronea de nuevo el 1978, 144-145)5
sans de la coupure pure («sin/ sangre/sentido del
No todavía. La indemnización se le demora
corte puro») (Derrida 1978, 101; cf. González y
desde la llamada noche de los tiempos. Vacía la
Scavino [trads.], 98)2 . Casi nada que ver con el
bolsa del reembolso en la punta del chuzo que
Marat de Abel Gance en su tina parergonal3.
le clavan en Montmartre, el ápice del estilete
Autotransfusión no del todo en contra del
toledano que le regalan en Cuba o, casi soplos
virtuosismo. Ninguna apología del desgreño
arriba, el extremo de la barra de hierro cainita
o del tortazo a la crema. Do de sangre en lugar
que en Dublín se le derrumba sobre el espinazo,
de do de pecho.
trauma de pilar Djed, inseparable de la ceremo-
En la interrupción de la catarata de peldaños nia del mismo nombre en que el faraón pone en
dorsales ni sombra de descansillo. Obsérvese escena la trayectoria del astro a lo largo de la
de paso el riojanismo puntido inherente a la pia- bóveda celeste corriendo alrededor del templo
dosa pausa de la gradería: mientras el cirineo, para manifestar la renovación de las energías
centurión en los fines de semana, ahorquilla los psicopolisomáticas que le ciernen y conciernen.
clavos de su cronómetro suizo para tormento
En este caso, la preposición para no indica fina-
del momento, señala el fin del sacrificio en
lidad o propósito: de tranco en tranco, la órbita 3. En 1927, Napoléon, la
la conciencia del calvario, meta anticipada,
perfectamente reflexiva del ritual Djed se engen- película de Abel Gance,
negación del progreso del trabajo, oscura pla- restituía al semblante de
dra como despropósito absoluto, espectáculo de Artaud el fúnebre marco
nicie del lapso, tregua que exaspera y relanza
irrelevancia universal y a la «vez» (es decir, una de la bañera de Jean-Paul
rivalidades de estratos, conflictos de soportes, Marat pintada por David
vez más, perdonarán la carambola comparativa en 1793.
envidias de capas y socapas, hace el punto y el
digna de un personaje de Edmundo de Amicis,
puente entre uno y otro tramo el bendito bandi- 4. El cacto que Huicholes y
en los Apeninos volta, ‘vuelta’ y ‘comba’, voûte Tarahumaras llaman Hiku-
do, inscribe la punta del mínimo descanso a la
o ‘bóveda’ del ‘hechizo’, envoûtement, en los ri o Ciguri viene a ser de la
altura de un paréntesis dilatado en la sucesión, misma imposible ralea del
Andes kuti, ‘giro’, ‘revuelco’, vértigo de polilla hermético subjectil, es cier-
borrando ritmo de parada y paradero, cance-
en torno del candil, movimiento de la azada al to: todo lo negocia y aguanta
lando la estación en su ofrecimiento. sin sostener ni ganar nada.
revolver la tierra y, en composición con pacha, Sin embargo, del escarnio
Meterse en sí mismo. A espaldas de sí. En una trastrueque de un orden sociohistórico deter- a la Lophophora wiliamsii la
transacción intriga: «Esta ti-
ranura del rallador de sí, râpe de peyote4, mella radera [raillerie], esta forma
de guacharaca. En trance de hurtarse. No se de tiradera, da razón al Littré
que hace derivar railler “del
dibuja, no se diseña, no se designa. En trance latín rallum, raspador; de
2. Conceder a la homofonía sans/sens («sin/sentido») un papel se-
de haberlo hecho, el 8 de febrero de 1947: manera que railler sería pro-
cundario y atribuir a sans/sang («sin/sangre») ecos parergonales más
piamente raspar, frotar”. Así
intensos sería presunción vana, como si la difusa corte de vampiros
que la tiradera, como el Pe-
Pues magia para entrar en Artaud, conceptuales y vocablos semimuertos fuese argumento suficiente
yote, es una raspa [râpe]. El
para entregar la palma de la turbulencia homofónica, sea en atención
es magia para reventar [crever] en Artaud, al discurso científico que, ante la belleza vaga o libremente errática,
retorno de Artaud el Momo
sería entonces el retorno de
es así que Antonin Artaud ha aprisionado a sus pulchritudo vaga, «ya no dispondrá de concepto suplementario, es
esta raspa, esta raspa que
decir de concepto en tanto que generalidad saturante que viene a
enemigos, beber o borrar el sin/sangre/sentido del corte puro [venant boire ou
le hace escoger el decirse
Momo, afirmarse Momo»
pues yo, Antonin Artaud, durante nueve años oficial- effacer le sans de la coupure pure]» (Derrida 1978, 110, 108; cf.
(Thévenin 1970, 78).
González y Scavino [trads.], 104), sea respecto de la serie de pre-
mente convencido de delirio y de guntas que, a propósito de la belleza de la flor kantiana, ahíta de 5. Tornados y retornados
locura, ahora hago magia. sí, solar, cruenta porque pletórica, remiten a una cita de Artaud re- traicioneros, ciclones y
sonante en otro texto de Derrida, «Tympan»: «Pero esta falta no la anticiclones cruciformes,
Tres años hice de aquello en Rodez, tres años de priva de una parte. Esta falta no la priva de nada. No es una falta. los «resoplidos y remoli-
El objeto bello, el tulipán, es un todo y es el sentimiento de su ar- nos [reniflements et tour-
aquello hice en Ville-Évrard, antes de moniosa entereza el que nos entrega su belleza. El sin/sangre/sen- noiements]» que le valen
Rodez, tido del corte puro es sin falta, sin falta de nada. [...] ¿Es traducible atroces reprensiones in-
este sin? ¿Su cuerpo se dejará arrancar de su lengua sin perder en tervienen en la guerra de
y allá eran los resoplidos y remolinos que los médicos- ello un resto de vida? ¿Sine? ¿ohne? ¿without? ¿aneu? («Música he- carteles neumáticos que
jefes me reprochaban. matográfica» del Tímpano). La belleza no va sin este sin/sangre/ compromete también la fe
sentido, no va sino con este sin/sangre/sentido-allá, no deja ver de su amante lejana: «Y si
nada, máxime ella misma a no ser con este sin/sangre/sentido-allá no os he vuelto a ver ni si-
Como magia tengo y tomo mi soplo espeso, y por y ningún otro. Y tampoco (se) deja ver con este sin/sangre/sentido quiera con los ojos del es-
medio de mi nariz, de mi boca, de mis [La beauté ne va pas sans ce sans, elle ne va qu’avec ce sans-là, píritu he sentido pasar el
elle ne donne rien à voir, surtout pas elle-même qu’avec ce sans- soplo de vuestra fe en mu-
manos y de mis dos pies lo proyecto contra todo là et aucun autre. Et encore ne (se) donne-t-elle pas à voir avec ce chísimas circunstancias en
lo que puede molestarme [me gêner]. sans-là], ya que no tiene nada que ver, acabamos de decirlo, con la que Ud. combatía contra
vista, o por lo menos, en todo rigor, con lo visible» (Derrida 1978, el Mal y más exactamente
Y cuántos no hay ahora en el aire, cajas, cajones, 102-103; cf. González y Scavino [trads.], 99, 100). los dos días de las batallas
de las cruces y anoche en
tótems, hechizos [gris-gris], paredes, Partitura sanguínea sobre o alrededor de la que valdría la pena vol-
que habéis combatido con
ver, aunque sea para disipar las dudas que puedan surgir al con-
superficies, bastones, clavos, cuerdas, y centenares siderar la nota que los traductores dejaron caer inmediatamente
el soplo prana. —Aquí ya
no aguanto más ofensas y
de clavos, corazas, cascos, después de haber restañado otros flujos del texto-fuente: «(Músi-
dolores de toda clase veni-
ca hematográfica del Tímpano). La belleza no es independiente de
blindajes, máscaras, cardadoras, picotas, tornos, este sin•, no funciona sino con este sin, no ofrece nada para ver, y
dos de la Raza de los Abo-
minadores del Mal. —Este
garrotes, horcas y cuadrantes, mucho menos a sí misma, sino con este sin y ningún otro. Y ni si-
suplicio impío debe acabar
quiera se deja ver con este sin, puesto que no tiene nada que ver,
por mi voluntad proyectados. acabamos de decirlo, con…
pues perjudica a la totali-
dad de los seres e insulta la
obra de Dios. —Hasta aquí
Les diré cuando habré obligado la sociedad a devolver •
Sobre todo en este párrafo, Derrida juega con la proximidad
he luchado con todas mis
entre sans y sens, es decir, entre ‘sin’ y ‘sentido’. Este juego es
los mil millones de toneladas de intraducible pero hay que tenerlo presente cada vez que se lea fuerzas pero temo que me
traicionen» (Artaud 1969,
cocaína y de heroína que me ha robado, —con la la palabra ‘sin’. [N. de los T.]»
305-306; A Génica Atha-
ayuda de los nueve pequeños cañones (Las traducciones son nuestras cada vez que no se menciona a su nasiou, Ville-Évrard, oct.
autor. Las letras cf. pueden señalar ocasiones de disenso.) 30 de 1940).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 167

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Conjeturas de Artaud y cursivas de Derrida

Figura 2. Cabecera de la cama en Ivry. Marcas parecidas a las del cepo que el doctor Achille Delmas hizo instalar en su cuarto, destinado
a recibir los golpes de navaja, martillo o cualquier otro instrumento con los que él respondía a la necesidad de percutir acompasadamente
para acompañar sus declamaciones y canturreos. Foto de Georges Pastier.

168 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Bruno Mazzoldi

minado, ‘revolución’6) resurrectio de las fuerzas menesteres de una causa que exigiese algún forcejeo
de autodefensa de lo creado, autorreelección de de la lengua. Ahora bien no es así, forcener existe,
la Luz descaminando el regreso al Caos, mejor aunque su empleo sea raro y antiguo. Pero bajo una
dicho, sobra esencial de gêne y gésine, «males- forma solamente intransitiva. En francés no se puede
tar» y «trabajo de parto», sin la que y gracias forcenar a un subjectil sin forzar en el mismo lance
a la que ninguna recapitulación proyectiva es la gramática del mote. La forcenería o el forceneo,
posible, ningún retorno, ni siquiera el de nada. el acto o el estado del forcenato consisten muy
Ningún proyecto a partir de aquello. El soplo simplemente, e intransitivamente, en forcenar o en
es proyección hecha y desecha. En su espesor, forcenarse, en perder la razón, más precisamente el
la inercia de lo echado y la energía del echar. sentido, en encontrarse sentido de fuera (fors y sen).
(Derrida 1986, 59)
En la gramática de 1927, el jeroglífico se descri-
be con alguna redundancia como «columna que Forcenea al subjectil (acusativo personal: la
imita un atado de cañas amarradas juntamente preposición articulada se hace inevitable cada
[bundle of stalks tied together]» (Gardiner 502), vez que la argucia del soporte soportado deja
a lo largo de dos párrafos
ancestro del fascinus de la Roma imperial ya suponer el extravío de una intencionalidad de de una tesis para optar al
cosa, fiera o ente poco al tanto de sí, a la vera Doctorado en Antropolo-
fundido en el consabido patriotismo fascista, gía Médica, apoyada por
sempiterno con de lo sabido. Para Boris de de la simpatía por lo anahumano comúnmente la Economic and Social Re-
definida por unos como «animismo», por otros search Council of England
Rachewiltz, la pilastra Djed sintetiza el tron- and Wales y condensada
co del Árbol sagrado y la columna vertebral como «superstición», vestíbulo del ser-a-medias en vista de un simposio
comprendido en el Con-
(Rachewiltz 105). El diccionario de Faulkner que a nada se niega). Término casi interminable, greso de Americanistas de
define el valor abstracto correspondiente como empleado tres veces para hablar de sus diseños, 1988, ofrecerían abundan-
te materia de reflexión para
«estabilidad, permanencia» (Faulkner 325). en 1932, 1946 y 1947. otra tesis: «El modelo pa-
chacuti integra el concep-
(Fig. 2) Donde está echado se echa en contra Pedante desenfoque. Miro las fechas en las que to cosmológico de pacha
del subjectil. Se adormece coronado de impac- debería detenerme para que no resulten vanas, con los de hampi-laija [sc.
bondad-maldad, brujo que
tos. No propiamente mientras canta lo saca de justificarlas una por una, exponer las circuns- cura y brujo que enferma] y
sí. Su canto, relativamente suyo, golpe que se tancias pertinentes, porque precisar a cercén es el de la dinámica de la mo-
ción o K’enko. Este mode-
golpea, penetración penetrada. «Destinado a lo que toca, lo que escarba, no perder la cabeza lo incorpora la concepción
recibir [destiné à recevoir]», miente la leyenda. De ante la cabeza que vuela y recae zumbando, chamánica del zigzagueo
de la historia, que a su
hecho y desecho lo que aguanta las heridas del gélida peonza de cortazariana memoria e inme- vez deriva de la tradición
mientras-tanto (de agguantare, «coger», «empu- morial escupo de incendio, praecisus hay que ser, dualista del pensamiento
andino. Este carácter dua-
ñar») no es destinado sin más, ni se contenta con «cortado a pico», «sucinto», casi modernamente lista determina una percep-
recibir soportando, pues el forceneo del subjec- eficaz, saber rebanar el tiempo entre cálculo ción de la historia no sólo
definida en relación con la
til consiste precisamente en perturbar tanto la y azar mientras alguien silba distraídamente propia cultura sino también
por la calle desierta a estas horas de la noche, en relación con otra. En un
destinación cuanto el recibo y el receptáculo. nivel más específico, esta
circuncidar el prae del praecidere, «truncar», de concepción los ha llevado a
Forcenar: el léxico a mi alcance no abarca esta prae-caedere, literalmente, «percutir», «golpear», construir una estrategia de
forma verbal, por más que la repercusión de supervivencia cultural —la
«violar», «deshacer», «despedazar», «matar», estrategia hampi— funda-
un forcing de última escena me persiga co- «inmolar», eso sí, a punta de prae sacrificar me- mentada sobre una consi-
jeando confusamente, acoso de una carrera deración binaria de los pro-
diante una afilada membrana de antecedencia cesos culturales.
de condenados discípulos. Deshaced esto en demostrativa, tris de confrontable y confortable El término pachacuti está
recuerdo mío. despliegue que respecto de la diferencia común
conformado por dos pala-
bras quechuas y aymaras
En una de las lenguas del autor de Forcenar al y corriente debería marcar la diferencia, tan —pacha y cuti— y com-
pendia el contenido de este
subjectil y antes de la publicación de dicho en- poco común que de tanto correr se guarda, sea modelo. Como ya vimos, el
sayo, el uso de forcener se consideraba arcaico y en el orden espacial como en el cronológico, a concepto de pacha alude
a las nociones de tiempo,
rebuscado. Su empleo en sentido transitivo es la letra, la más cursiva (¿a quién se le ocurriría espacio y cultura; el térmi-
casi exclusivo de Artaud. Lo resalta Derrida en reafirmar «le pré, toujours le pré»?), procurando no cuti o Kuti significa “re-
torno, tiempo y tiempos”.
cursivas, letras cuya oblicuidad podría sugerir no apartarse de las unidades de sentido ni por Kuti es la raíz de términos
los deslizaderos del exceso de significado de un pelo, desesperadamente, a ras de suelo inte- que expresan el retorno (en
quechua, Kutichy: “reponer
la palabra que ellas componen, gríficas portu- ligible, agarrar el poder del cráneo que llaman [reply], inducir el regreso”.
guesas, habida improbable cuenta del aliento arutam entre Colombia y Ecuador, donde es Kutimpuy: “regresar, regre-
sar a la casa o al lugar de
quimérico que las insinúa y las doblega, itálicas preciso ahumarlo, mimarlo, reducirlo y erguirlo origen después de una au-
sencia larga o breve”. Ku-
a fuer de una esquivez no exclusivamente atri- timuy: “retornar, voltear en
buible a las mañas venecianas de Manuzio, el ti- 6. No solo en razón de las opciones de los recientes movimientos la dirección del que habla”.
emancipadores de América Latina, indisociables de los llamados Kutiy: ‘retorno’) y de otros
pógrafo que las habría impreso en primer lugar: saberes tradicionales, resultaría provechoso confrontar los ámbitos términos inherentes a las
expresivos inherentes a esos conocimientos y esas opciones (no mayores preocupaciones
Forcené, este mote que tenía ganas de dejar subrepti- siempre compatibles con los presupuestos filosóficos de la política de la vida en los Andes:
cultural y de la cultura política imperantes, empezando por los que la labranza y el ritual de
ciamente, subjectilmente descomponerse en for, fort, suelen darse por entendidos hablando de «proceso cultural», «cul- ‘pago’ a los ancestros y a
force, fors y né, ganas de dejar incubar ahí, incluso tura» y «política») con el repertorio terminológico de la academia los dioses para mantener
euronorteamericana característico de una generación de universita- con ellos la tradicional re-
ver nacer en sub-yacencia todos los motes en or, rios que, en años anteriores, buscaron ocasiones de traducibilidad lación de reciprocidad (en
hors, sort, lo creía limitado a su empleo adjetivo de y cuya herencia es aconsejable cuestionar pacientemente. Es así aymara, Kutijaña: ‘arar,
que el sesgo estructuralista y la entonación depresiva de las fórmu- barbechar’; Kutichi: ‘pago
participio pasado. El infinitivo me parecía excluido, las (tales como «modelo», «consideración binaria», «supervivencia ritual a los espíritus’)» (Kre-
forcluso precisamente, y creía inventarlo para los cultural», etc.) empleadas por una brillante psicoanalista peruana imer 31).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 169

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Conjeturas de Artaud y cursivas de Derrida

Figura 3. La máquina del ser o diseño para mirar de través. Lápiz, tizas de color y papel. 68,5 x 49,5 cm. Colección Luis Cardoza y Aragón.
Circa enero de 1946.7

para que crezca la estela del meteoro de espanto «ni esto ni aquello», interrumpir la melindrosa
y ondule en el umbral de la casa, sin represen- hecatombe, sacrificar el sacrificio, mirarme
tarlo propiamente: casi a propósito, casi todo lo ciego, escucharme sordo, verme dormido, no
contrario, habrán observado, en cierta lengua la preguntarme nada, nacer amputado de mí,
acción de mimar parece haber perdido el nexo emputado conmigo, aborto de mí, eso viene a
con la mimesis, como si toda representación ser precisamente, si acaso viene, se aproxima,
no fuera condescendiente, toda mímica suma- sin ser todavía ni mucho meno.
mente consentidora, capaz de sentir y resentirse
con la otredad, la de un nene, por ejemplo, (Fig. 3) Trazas que exfolian la cercanía de cual-
aunque sea yo, prenacido más bien, a punto de quier miembro o trozo de la familia significante,
salir de este torno uterino, cuando mimarme cercas cancerosas de celofán estético, picha
con todas las de la ley vendría a ser represen- reliquia de pre-prepucio y grave flatulencia
7. Véase Derrida, Jacques tarme despartido de mi placenta, tanto más si terminológica de proyectil relampagueante
y Paule Thévenin. Antonin intentase a toda costa parar en seco y en puro, expulsado al filo de una terminación imposi-
Artaud. Dessins et por-
traits, 165 (n.º 57 vº del
cortar el corte de este lapso relapso, acabar con ble, al borde de la impresionabilidad que pide
Catálogo General). el ne de lo neutro, ne de ne-uter, búdico neti-neti, e impide la tregua entre el fin de la bajeza y el

170 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Bruno Mazzoldi

inicio de la altura retorciendo los trayectos de de febrero de 1947, poco más de un año antes
la expresión del conflicto que divide victoria y de que Artaud muriera de cáncer del recto:
derrota, eximpresión ubicua del subjectil pues, «Con, del sánscrito (no del francés), quiere de-
como se acostumbra decir, después de un pri- cir precisamente con, exactamente lo contrario
mer acercamiento: de sin. De tal manera que por parte de con no
hay dificultades ni evasivas» (Greiff 365). Antes
la noción pertenece al código de la pintura y designa
y después de todo porque el con de la conjetura
aquello que de alguna manera se encuentra echado
no quiere decir. Si acaso afecta.
debajo (sub-jectum) como una substancia, un sujeto
o un súcubo. Entre el abajo y el arriba, es a la vez En efecto, lo que sea o no sea es de una super-
un soporte y una superficie, a veces también la ficialidad insoportable. Y sin embargo, falso
materia de una pintura o de una escultura, todo lo mueble de jeta tetona y pezones picudos, es él lo
que en ellas se distinguiría de la forma, a la vez que que está a cargo y en carga. In charge, que dicen.
del sentido y de la representación, aquello que no es
Excursión térmica: al interior del mismo marco
representable. Su profundidad o su espesor presuntos
meduseo, a pocos minutos de intervalo, incan-
no dejan ver más que una superficie, la del muro o de
descente claro de bosque en pleno día y fría
la madera, pero desde ya la del papel, del textil, del
asepsia de alocución nocturna.
panel. Una suerte de piel, agujereada de poros. Se
distinguen dos clases de subjectil, y según un criterio Deja libre el primer botón de la camisa, blanca,
que en la cirugía de Artaud decidiría de todo: en esta de mangas cortas.
operación aparentemente manual que es un diseño,
Salvo la mano izquierda sobre los apuntes y la
¿el subjectil se deja atravesar? Pues justamente se
derecha asomada por dos o tres veces encima
oponen los subjectiles que se dejan atravesar (se les
de la columna del atril, puño crispado o índice
dice porosos, yesos, argamasas, maderas, cartones,
teso, cuando no curvo cerrando con el pulgar el
textiles, papeles) y los otros (metales o aleaciones),
bucle de la verdad rotundamente pronunciada,
que no dan paso [...]. (Derrida 1986, 56)
la estaca de un cercado de la residencia de Camp
Derrida se arresta en proximidad de los inextri- David no sería más impasible.
cables traslapos de jacēre y jacĕre, «estar echado»
A su derecha, un poco más allá del césped que
y «echar», voces jimaguas como dicen en Cuba
bordea el piso de grava blanca, el mimoso aba-
de las palmeras gemelas, brotadas de una sola
nico de una palmera enana.
maraña raizal, la misma de la que proceden
«objeto» y «sujeto», «deyección» y «proyección», La palidez de su efigie se acuña al interior de
«yactura» y «proyecto», «interjección», «ab- un perímetro de hojas y flores rozadas por el
yección» y «eyaculación», gésir, «yacer», gêner, tricolor nacional. La naturaleza civilizada de la
«estorbar», jetée, «malecón», jet, «chorro»… seguridad democrática consentida en horas de
la noche se sobrepone a la naturaleza inhuma-
La muelle muralla, el blando blindaje de ob-
na propuesta en horas de la tarde, la toma, la
sujeto, ni blanco ni proyectil, oscilante entre
retoma, la emplaza, la reemplaza.
intransitividad y transitividad, la llama «con-
jetura»8. En realidad sería doble si alguna vez A no ser por el cuerno verde, hoja de navaja,
la hubiese sencilla. Innumerable legión, si en penca de agave o como quieran llamarla, en
algún momento se atuviera a la ejemplaridad que se prolonga el extremo superior derecho del
de un caso, tenido y mantenido el medio-ser- rectángulo sobre el que está parado, diría que el
uno participado en y por la creación, la que personaje azul celeste, cubierto de hematomas
no sale propiamente de sus manos y de la que desde el cuello hasta las canillas y con un punto
él pretende así restarse, jetando (lance que en negro justo en medio de la frente, camina sobre
otras circunstancias y acatando el juicio de una escalera automática, cuyo movimiento se
la Academia habría que remitir al aragonés encargaría de sugerir fricciones marginales… Si
jetar, del latín jactare, «arrojar», intensivo de fuera un personaje. Porque ganas de tener parte
jacĕre, admitido en primer lugar como antiguo personalmente en alguna acción o de asumirla
verbo transitivo, «echar», «jitar», al tiempo en cuanto lo que se dice sujeto, no se le notan.
que Cuervo enlaza «echar» con el portugués
Nada es notable. Cualquier nota en cuanto tal
arcaico geitar, el aragonés jetar, «desleír», y el
es masacrada, mascarada, vuelta y revuelta en
catalán gitar, «vomitar», por lo que resta de mi
detalles de detalles atónitos. Toda plaza reem-
cuenta, muy cerca del napolitano iettare, «echar 8. «Ni objeto ni sujeto, ni

plaza. Todo cupo preocupa. pantalla ni proyectil, el sub-


mal de ojo»): el con del origen traba la cuenta jectil puede devenir todo
mientras la suelta, hasta refutar la agudeza Su huevo perfecto absorto en atonía, pupilas esto, estabilizarse bajo tal
forma o moverse bajo tal
de otro artífice doblegado y erguido por sus puntuales y cachetes discretos, se inclina otra. Pero la dramaturgia
impropios desdoblamientos, cada vez que un ligeramente hacia el hombro izquierdo, y si de su propio devenir oscila
siempre entre la intransiti-
álter ego concilia el tajo de carencia y plenitud las orejas no fueran substituidas por tenazas vidad de jacere y la transi-
suscitando enjambres de obstáculos gelatino- de autaudifónos de estructura análoga a los tividad de jacere en la que
llamaré la conjetura [con-
sos, nubes de barreras que no contradicen de corchetes que encasquetan el glande antropo- jecture] de los dos» (Derri-
frente la sentencia de la Columna de Leo del 15 morfo en la base del mecanismo ontológico, da 1986, 65).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 171

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Conjeturas de Artaud y cursivas de Derrida

electrodoméstico a su vez firmemente entabli- de todos los seres según la teología tikuna (Ca-
llado, se podría suponer que el hombre [según macho 149-150), máxime considerando el texto
el catálogo general establecido por Thévenin, de Artaud que el Catálogo llama «comentario»
un hombre, y así parece señalarlo Artaud en el (Derrida recoge la definición de Thévenin una
llamado «comentario» dedicado a este diseño, y otra vez con pinzas de comillas, esquivando
aunque la ley del género quede colgada del de refilón la idea del itinerario ideal de un autor
abanico digital que, no obstante el brazalete poco interesado en aconsejar la interpretación
del pulso tajado al rojo vivo, eventualmente, correcta de su obra, vida y vía de sinovia am-
seguiría velando algún sexo en incógnito, niótica):
amén de los cuatro semicírculos parentéticos
[...] en esta obra hay una idea. La de dos colum-
atravesados por las sílabas après le ka (las que
nas y dos troncos, los dos costados laterales del
más vale no poner aquí entre comillas, consi-
ser de los que cada uno es una única subida,
derando que si algo podrían querer y querer
como los troncones de un cuerpo mutilado cuan-
decir esas letras es no ser citadas, no evaluadas
do en la tumba crisol secreta del hombre que lo
como si quisieran decir o quisieran, cándido y
preparaba, los dos troncos del soplo estallado se
jodidísimo legado de furioso Chespirito ante
litteram, a la letra «antes de la letra», y que de condensan como mamas, mamas suspendidas
todas formas, pero de todas, podría también de un hogar que flamea sobre este hombre
no solo ser citado sin mayor compromiso, sino arcano que atormenta en él la materia para ha-
además llegar a ser sentido y consentido por cerle surtir seres a la plaza de cada idea. - Y los
quien se crea autorizado a trasladarlo de uno a troncos laterales del alma son los miembros de
otro ámbito lingüístico-cultural, del parisino al esta idea. - Irá la idea. Adónde irá. Ella irá mas
bogotano, por decir algo, durante la ocupación, no irá la cosa. La conciencia la vomitará. Rula
escasez de alimentos en trincheras psiquiátricas que rula en la rótula mientras que el ser sobre el
para delirantes a ojo de funcionario nazifascista hogar sombrío de su sinovia se hará [roule que
desechables no menos que gitanos, indios, ho- roule dans la rotule pendant que l’être sur l’âtre
mosexuales, comunistas y judíos, por repetir sombre de sa synovie se fera]. ¿Y dónde está la
algo, a no ser del egipcio predinástico, cuando el sinovia? En esos glóbulos estallados del cuerpo,
triunfo del astro ya anunciaba el éxito de la glu- que toda alma tiene suspendidos en su vacío
tinosa réplica del alma, mejor dicho trasegarlo para bombardear con ellos los átomos de un ser
del contexto francoegipcio al colombofaraónico, que no existe.
dondequiera que la inmaculada voluntad de [...] Si «atormenta en sí la materia para hacerle surtir
exterminio ritual pretenda imponerse en aras seres», lo que oculta y muestra así, lugar del tormento,
de la construcción de un futuro piramidal) in- dicho de otro modo del trabajo, es bajo la mano, una
sinuando que los eventuales residuos de algún sola mano, la materia fálica y uterina, el proyectil y el
pectoral cristalino o colgandejo por el estilo orificio del parto: el subjectil matricial, el doble órgano
podrían ser de otra cosa, senos pletóricos por de una genitriz fálica, padre y madre a la vez. «Ahora
ejemplo, de los que el sintagma «después del ka» bien, soy el padre-madre, / ni padre ni madre, / ni
se escurriría en lugar de leche mapaterna, para hombre ni mujer […]» (Derrida 1986, 91-92).
que el vástago eventual, el embrión del evento,
relama antes de tiempo las gotas de lápiz más Si la posición vertical y la supina no fueran
allá de la zona de inscripción de la máquina del igualmente válidas (la tangente del llamado
ser y se prenda «del ka», si acaso relacionando modo condicional distorsiona la forma verbal,
un segmento con otro, las letras del pecho y del la forma a secas y a húmedas, electrocuta la vez
vientre con las que rozan el otro lado del dispo- una vez más, quema su circuito, desarticula afir-
sitivo metafísico, tal como Thévenin propone: mativamente la incondicionalidad), supondría
«Después del ka del ka / el hueso del polvo / mo- el paso hacia delante de quien exhibe un par
ler tibias» (Thévenin 1986, 261), ni peor ni mejor de muñecas all’ossobuco, suficientes para con-
dicho la mujer, quien o lo que sea, la que presta vertir a cualquiera en personaje, por supuesto
oídos a una pieza de artillería arrimada por la y, como suele decirse, sobre todo si los peldaños
derecha, cuyos soportes no necesariamente o costuras del colchón no recondujeran a otro
modifican testículos, tal vez ruedas idénticas a presunto piso de estas páginas, en proximidad
las de la pieza de más abajo, cañón de Gruyère de la inconducente laguna del espacio-tiempo
aquí y allá agujereado, enmuescado, ulcerado, acumulativo cuya dilación habría puesto en
decentado, al nivel del codo apuntando precisa- entredicho ya no sé cuál puntido o descan-
mente contra la otra ambigua armita de fuego, sillo, ¿recuerdan?, páginas que voy a firmar
los extremos inferiores de los aros un poco más como se acostumbra, de mi puño y letra, de mi
arriba de las rodillas, una suavemente doblada, atril y uña, a partir y regresar de mí, en vista,
ceñida por una cinta de orificios oculares o revista y reventón de un envío de lectura del
presillas de ojales parecidos a los huecos de la que me reconocería responsable en beneficio
cintura que atan compases entre los antebrazos, de la relativamente sólida legibilidad de una
otra de rótula hinchada como la de un dios de construcción tipográfica determinada, aunque
la selva, prolífica sinovitis de Gútapa, el creador sea de carrera, muy cursiva, meramente sonora,

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Bruno Mazzoldi

ahora mismo a duras penas sostenida de ama- que tropiece más bien la idea con otros modos
go en amago narcisista, la que se supone aquí y sin modos ni módulos de ser, sin con ni sin, en
presente y presentada, casi casi representada. más de una lengua frustrando idiotez de sobra
y pecado de merma) «la esencia se ejerce así
En últimas y en primeras, no tendría mucha
como una invencible persistencia en la esencia,
dificultad al insinuar que los pies en cuestión
llenando todo intervalo de nada que vendría
yacen sin descansar sobre un medio de trans-
a interrumpir su ejercicio. Esse est interesse. La
porte o lecho cornudo, si de tal manera yo no
esencia es interesamiento [intéressement]» (Lé-
manifestase un descarado interés interpretati-
vinas 4; cf. Pintor-Ramos [trad.] 46 manifiesta
vo. Interés. Del Yo. Interés. Y punto.
un “interés” más afín a interêt que a otra cosa),
Para admitir que el ego interpres, ‘yo mediador’, y, por eso mismo, por la verminosa colisión de
‘yo negociador’, ‘yo expositor’, ‘yo traductor’, los términos,
‘yo comentarista’, tiene todo el interés en ser el
la esencia, así, es el extremo sincronismo de la guerra.
primer interpretado, en este caso por un diseño
La determinación es diseñada; y ya desecha por el
que no solo se designa como algo que ha de
choque [La détermination est dessinée; et déjà dèfaite
mirarse de soslayo, sino también como lo que
par le heurt]. La determinación se hace y se deshace
sirve para mirar justamente así, confundiendo
en el hervor [grouillement]. Extrema contempora-
con el uso las instrucciones para el uso, anains-
neidad o inmanencia. (Lévinas 5; cf. Pintor-Ramos
trumento pasiactivo de una torcida precisión
[trad.] 47 prefiere una determinación «marcada y ya
que no es ni trabajo ni influjo, pared saltona de
abatida por el choque»)
saltaparedes, latidos de trasgo tras trasgo late-
ral… para ese fin que no para, no es necesario Así, una y otra vez así.
remontarse a la formación del sustantivo intér-
Procurando más bien evitar la confusión de inté-
prete atribuida a pretium, ‘precio’ (el Calonghi de
ressement e interêt favorecida por Pintor-Ramos,
mi bachillerato clásico se limita a mencionar la
para que el desempate del don no corra el riesgo
hipótesis), pues en este regateo de casualidad
de aliarse con el «sin-interés» de la experiencia
y cálculo el rendimiento de lo interpretable se
kantiana de lo bello o con el «contra-interés» de
rinde. Se devalúa la limosna de la conciencia.
lo sublime, digamos que no propiamente mien-
Se gasta, se desangra, se derrama.
tras sino por expropiada diacronía, de una vez
Apenas la suposición embiste humildemente, por todas no hay así que valga en esta conjetura
no más al presumirse un desnivel tan altivo, se de paz y combate, amigo y enemigo, verdad y
deshoja en otra la hypóthesis (a la letra, una letra mentira, rostro y ruina, ahora y jamás.
tan huidiza como la de antes: «tesis de abajo»,
A la izquierda del observador, una cachicom-
argumento inferior, sumiso a un proyecto de
parsa de piernas reunidas en un solo tubo
comprobación, esclavo y amo del deseo de
de cuyo extremo sobresalen seis pedúnculos.
llegar a ser nación de súcubos e íncubos) sin
Seamos precisos: la radiografía del zigzagueo
dejar que ningún grado se repliegue de hecho
de las vértebras lumbares, ni esvástica, ni hoz
y derecho.
y martillo, reitera la cifra del portazo de la có-
Las angulosidades fervorosas registran requie- pula, línea golpeada por su perpendicular que
bros del acontecer desinteresadamente, a recon- se desdobla y amplifica estallando por fuera, si
trapelo de dualidades significantes, antítesis hubiese afuera, crash de inconfluencia a uno y
rentables y antagonismos productivos a corto otro lado de los bafles del ser que se hará. Un
o largo plazo. K’enko: el nombre del antiguo bocio de mamas pendientes y una bufanda
oráculo cuzqueño, que hoy remite al motivo del de carne le rodean la garganta. Por delante, la
zigzagueo geométrico en los tejidos andinos y mano repasa el chorro ideográfico, se acaricia el
a la silueta del jorobado carnavalesco, evocaría vómito barbudo, masturba el exceso de aliento
el ritmo de una discontinuidad digna de quien viscoso, a la vez que dos brotes contrarios, cables
en marzo de 1946 se retrata a sí mismo como El colgantes sobre la nuca, en rojo y en azul, salen
Inca (n.º 63 del Catálogo General), desdeñoso de de la carúncula lagrimal del ojal desplazado, a
las fronteras étnicas y culturales en nombre de no ser que se introduzcan en la esquina de un
un supersubstrato refractario a la yuxtaposición párpado hermético.
de los estratos.
En la margen opuesta, solicitada por tres pre-
El agobio, el desplome del como y del así mismo, la sumibles armas arrojadizas y largopunzantes,
vergonzosa retirada de las tropas de los tropos, cuchillazos de matadero bantú, mitosierras de
el escape de la metáfora, del sentido propio y del limitadísima edición, otro aparecido de nariz
figurado, acentúan singularmente la fragilidad sacerdotal queda en equilibrio sobre tres pun-
de las entablilladas paralelas del ser, trajinadas zones devolviendo el motivo del doble flujo: el
tribulaciones congénitas, grandes maniobras de mentón serpentino es tan protuberante como
ejércitos esenciales en formación de combate. el badajo que prolonga en giba las cervicales.
Desinflando el amor pleni ontoteológico, porque Lo frota dejando que el antebrazo se complique
(no hay que recordarlo, saberlo no es preciso: en sinuosidad de ubre y rectitud de mamelón

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Conjeturas de Artaud y cursivas de Derrida

Figura 4. El desatino sexual de dios. Lápiz, tizas de color y papel. 63 x 49 cm. Colección privada. Circa febrero de 19469.

imperativo. De la muñeca indecisa cuelga otro las circunferencias en que Thévenin reconoce
mártir priápico. uno y otro âtre, «emplazamiento embaldosado
sobre el que se prende el fuego», informa el
En la margen superior, paralelepípedos, sar-
léxico de Picoche, hogar de dos pistas por ende
cófagos, armarios, gavetas de cruces, rayos
y allende, desdoblamiento del hogar cuyo es-
diarreicos y agudezas de pañuelos doblados
tatuto en la topología de lo inquietantemente
absolutamente incompatibles.
doméstico remite al testero del fulgor original
Más abajo, entre los parlantes del toque into- trepanado por el estertor del grupo consonán-
cable, indecibles decibeles de bajos asiduos, tico tr, que Derrida persigue en su être y su âtre,
graznar de faisanes, crujir de muelas, crepitar su arte, su teatro y su patronímico, troncón ile-
de zarzas de los que Artaud no considera pre- gible de cada catre de sílaba penetrando hasta
cisamente diseños: «[…] una especie de moral el tuétano, desde el tuétano. Partición intestina
música que he hecho viviendo mis trazos no de la atroz testarudez del ir naciendo atascado,
9. Véase Derrida, Jacques,
con la mano solamente, sino con el carraspeo íntima divergencia del fundamento individual,
y Thévenin, Paule. Anto- del soplo de mi tráquea-arteria, y de los dien- familiar y patrio, bifurcación de la luz de lo
nin Artaud - Dessins et
portraits, 169 (nº 60 del
tes de mi masticación» (Oeuvres complètes XXI, idéntico, no menos caótica que su ausencia.
catálogo general). 266, citado en Derrida 1986, 67), se encienden

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Bruno Mazzoldi

(Fig. 4) El término más recurrente es «firmeza». al otro como quien se identifica mágicamente,
De las mujeres liberadas resalta la «gran capa- entre «La palabra soplada» y el capítulo de El
cidad de control». teatro y su doble intitulado «El teatro balinés»:
A continuación la lista numerosa: «Madamina, Entonces la crueldad quizás se calme en su absoluta
il catalogo è questo delle belle, che amó il padron proximidad reencontrada, en otra reasunción del
mio: un catalogo egli é, che ho fatto io» (Don Gio- devenir, en la perfección y la economía de su nueva
vanni, Acto 1.º, Cuadro 2.º). La continuación puesta en escena [sa remise en scène]. «Yo, Antonin
en persona. Artaud, soy mi hijo, / mi padre, mi madre, / y yo». Tal
es, según el deseo declarado de Artaud, la ley de la
Los crímenes del otro son sus méritos. De todas
casa, la primera organización de un espacio de habi-
las víctimas todavía por rescatar, enumeradas
tación, la archi-escena. Esta está entonces presente,
por nombre y apellido, fecha y lugar del secues-
concentrada en su presencia, vista, dominada, terrible
tro, el capitán detenido en junio del año pasado y apaciguadora.
es el único que merece una indicación relativa
a las circunstancias del apresamiento: «[…] du- No es gracias a la escritura sino entre dos escrituras
rante sus vacaciones, mientras las disfrutaba». como había podido insinuarse la diferencia furtiva,
poniendo mi vida al margen [hors d’oeuvre] y convir-
A los ojos del representante del pueblo, cam- tiendo su origen, mi carne, en el exergo y el yacente
peón de la fatiga redentora, la culpa más atroz sofocado [gisant essoufflé] de mi discurso. Era ne-
coincide con la negación del dominio de la cesario, por medio de la escritura hecha carne, por
disyuntiva entre la figura del trabajo y su inne- medio del jeroglífico teatral, destruir el doble, borrar
cesariedad, contraste equivalente al del verde la escritura apó-crifa que, al sustraerme el ser como
próspero y disciplinado de su finca por una vida, me mantenía a distancia de la fuerza oculta.
parte, verde podrido y subversivo de la selva Ahora el discurso puede alcanzar su nacimiento en
por otra, terror de ejército ejemplar y terror de una perfecta y permanente presencia a sí. «Sucede
ejército monstruoso. que ese manierismo, ese hieratismo excesivo, con
Si Leporello y la estatua del Comendador se su alfabeto rodante [roulant], con sus gritos de pie-
incorporasen en un Don Juan tan naturalmente dras que se parten, con sus ruidos de ramas, sus
sobrenatural, en la humanidad espectadora ruidos de talas y arrastre de leña [bruits de coupes
sería preciso reconocer a Doña Elvira, inclinada et de roulements de bois], compone en el aire, en el
sobre la pantalla de su propio pecho. espacio, tanto visual como sonoro, una especie de 10. La cita de Artaud pro-

susurro material y animado. Y al cabo de un instante cede de «Sur le théatre


De todas formas, ya que indecidibles simbiosis se produce la identificación mágica: sabemos que somos
balinais» (1964, 64-81).
No sobra del todo obser-
y combinatorias transfigurativas se expanden y nosotros quienes hablábamos [nous savons que c’est nous var que una de las traduc-
contraen aquí, en el inventario de una inquisi- qui parlions]» (80; el subrayado es de Artaud). Saber
ciones más difusas de las
páginas dedicadas al tea-
ción tanto más chapucera cuanto más rigurosa, presente del pasado-propio de nuestra palabra. tro balinés, redactadas en
a lo largo y a lo corto de un invademécum que 1931 y comprendidas en
Identificación mágica, desde luego. Bastaría para Le Théâtre et son double
no intenta revesar la «codificación totalitaria» (traducción reeditada, a
(Derrida 1967, 288; Peñalver [trad.] 266) de los testimoniarlo la diferencia de los tiempos. Llamarla lo largo de las últimas dé-
mágica es decir poco. Se podría mostrar que es la cadas, por Sudamericana,
jeroglíficos actorales auspiciados por Artaud, Edhasa, Coyoacán, etc.),
ni por los forros —como si de tanto desfile esencia misma de la magia. Mágica y por añadidura publicada en La Habana,
[de surcroît] inencontrable. (Derrida 1967, 288-289; una de las más respetables
de modas dialécticas opositivas y especula- no solo por la dignidad del
res para héroes uniformados y traficantes de Peñalver [trad.] 267)10 prólogo que la escolta, sino
también por la significación
armas no quedasen apenas piltrafas de pieles Injerto del coraje del otro latiendo en mi cobar- de su aparición en la co-
preciosas carcomidas— desvirtuar y cicatrizar yuntura histórico-política
día, pusilanimidad de un abnegado descontable pertinente, restituye a las
el control del descontrol y el corte del azar de formas eventuales y eventos formales, para coordenadas cronológicas
de la representatividad
paradójicamente favorecidos por el rescate de medio servirles, presunto praesidens de conjetu- productiva la sentencia sin
lo reprimido, tajante egología del inconsciente ras, soberana y perramente «sentado delante» la que se enervarían las
identificaciones mágicas,
ya señalada desde 1965, poco antes de transitar de ellas, por ende y allende «protector» y «custo- tanto la de Artaud como la
de la tercera persona a la primera asumiendo dio» de morfologías que deberían seguir siendo de Derrida, por no hablar
de las eventuales identi-
la gesticulación de Artaud tal como acontece efímeras, más aún, no seguir siendo ni haber ficaciones de los lectores
también al extraño interior de Forcenar al sub- sido, digo y dice deberían, considerando que a de entrambos: «Sabemos
que éramos nosotros quie-
jectil, por ventriloquia de la misma suplemen- través de este cruel teatro un mero contrintér- nes hablábamos». (Alonso
tariedad abusiva que indujo más de un experto prete apura también el peligro de refractarse y Abelanda 95)
en escénicas piedras de Rosetta a creer que la en desafueros interceptados ad nauseam por En otros contextos, la so-
inmediatez de la clausura de la representación brecorrección positivista
millares de millones de toneladas de sustancia logra descomplicaciones
hubiese encontrado en Derrida el portavoz de ciudadana telesecuestrada, nacencia nacional aún mayores. Es el caso
su portasoplo, de un lado al otro del salto de tres de la versión de «La parole
de crispetas y muchachada inconforme en calor soufflée» (Derrida 1967)
renglones que templa y dilata la cópula discre- de visibilidad, imagínense: «Nación Rock presen- en que el párrafo de Ar-
taud ha sido reducido a la
pante de quien cita y quien es citado, quien no ta la incursión y apropiación en el país de un economía presencial más
tiene bajo control su presencia y quien la tiene género musical internacional, que se constituyó cristalina: «sabemos que so -
mos nosotros los que habla-
a sus anchas y a sus estrechas, quien no se iden- en un referente de identidad e hizo visible a la mos [sappiamo che siamo noi a
tificaría mágicamente sin acabar de identificar juventud colombiana como actor social (Museo parlare]» (Pozzi 251).

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Conjeturas de Artaud y cursivas de Derrida

Nacional, del 16 de noviembre de 2007 al 11 de mayo explica en suma el desatino del diseño, es su causa,
de 2008)», nacionaciente en mezcla de excretas lo imprime y se imprime ras en ras con el subjectil,
de prototrabajador y mártir guerrero, empaste sobre la página. El lápiz negro se encarniza en atestar
astral de campos morfogenéticos, fundamento este desatino así como en enderezarlo. Es al mismo
de todo fundamentalismo étnico y nacionalista, tiempo una corrección infligida a dios para tumbarle.
mucho más estruendoso que la hegeliana voz en Coerección y detumescencia. (Derrida 1986, 81)
off de la Historia tal como la transcribiera el film
Correcto: erguirse con dios contra dios. Sería
de 1928 dedicado a santa Juana de Arco, en que
comunitaria la casta arrechera, compartida en
Artaud tomó parte interpretando a un monje
abismo, si tuviera partes, si partirla orgánica-
del cotarro11, más bien egregore12 de todos los
turnos y coturnos, encantamiento orgiástico, mente no fuese dejársela substraer, fractio penis
consumístico y sacrificante a escala planetaria de misa negra mediática.
que el firmante de Para acabar de una vez con el jui- Sacrosanto despiste del Yahvé Sebaot, dios de
cio de dios no se ha cansado de denunciar mucho los ejércitos. Más allá de la victoria prometida,
antes de que se hablara de hipersincronización vislumbra «siglos de seguridad». En serio.
mediática, aplomado extravío de surcoït o «de Ahora bien, ahora mal, para disipar y disparar
sobrecoito» con el que hay que acabar, acabar- la sospecha de impotencia afectiva inseparable
se y cumplirse mediante la práctica del soplo de una garantía tan compacta e inamovible, mo-
mágico, dándose y dando los aires de estar a la difica versos de antaño, rimas de un poeta del
escucha, a la vista, al tacto, al gusto, al olfato y al entrañable terruño, en atención a un complejo
amor de sí mismo más que sí mismo, a la escuela modelo de inocencia infantil agresivamente
de las caletas de sí propio para no confiscarse ni necia, invulnerable por rendición absoluta,
un gramo de soberana narcoidentidad en medio realidad ipso ficto ultraproyectiva, ni popular
de la sintonía de tanto consumidor consumido, ni populista: evento del anuncio y anuncio del
11. «Después de la últi-
ma imagen, al levantarse
para que hable la estatua del muerto tendido, evento naturalísimo de una percusión verbal e
la estaca en primer pla- que vuelva a cantar el gisant discursivo, y que icónica tan asentada que no necesita hacerse ni
no sobre la cruz distante, el marco epigráfico, discriminado y perseguido
aparecen palabras que no ofrecerse. Hecho hechizo, «hechicería» que por
pueden atribuirse a ningún lastime la presunción de la obra: allá llaman fattura. Trabajo esencial. Trabajo de
personaje: « “[…] y entre
las llamas el alma blan- El desatino que se ejercita en conjurar («los hechizos la venganza del trabajo, a la hora de una tor-
ca de Jeanne sube a los
cielos, esa alma que ha para volver al hombre»), bien sabe a qué toca venir mentosa siesta siciliana, fuocu all’arma cuando
llegado a ser el alma de y a quién toca revenir, apuesta su tino, su diestro «son fuego al alma los momentos de descanso,
Francia, así como la mis-
ma Jeanne ha llegado a ser desatino contra el desatino adverso. El nombre del de recreación, de refrigerio» (Sciascia 61), por-
la encarnación de Francia adversario es dios. «Desatino» podría leerse como que precisamente en la firme bonanza de lo
imperecedera”. La frase
condensa la dialéctica his- un sinónimo o un pseudónimo, uno de los nombres consabido y su exceso de pedagogía meridiana
tórico/espiritual de los dis- de dios. Varios nombres en uno. Antes que nada, se desatan las furias.
cursos del film: la nación y
por supuesto, la inexperiencia y la torpeza de quien
la mártir alcanzan por igual En efecto y por efecto, después de los roces obs-
la inmortalidad. Como en hace mal lo que hace. No habrá logrado el éxito de
Vampyr, semejante omnis- cenos, efusiones y promiscuidades selváticas de
su obra, todo esto debe retomarse, debe ser retomado
ciencia es posible tan solo todo el día, el mero préstamo de una emoción
gracias a la voz sin origen pues, en segundo lugar, el desatino de dios no le
[sourceless voice] del títu- sin moción, lejos de inducir escalofríos ante un
lo» (Bordwell 92).
empuja solamente a hacer algo mal sino a hacer el
aplomo más inamovible que nunca, debería de-
mal, le empuja al entuerto o al desafuero: en ello es
12. Habiendo aclarado que
ducho y se escucha, y su tino es el desatino del mal;
jar adivinar un recato varonil bien erguido ante
«la reunión de varias Enti-
dades constituye un Egre- luego, como su desafuero consiste a las claras en un
una exuberancia sensual tan abusiva, revelar
gore», así distingue y defi-
desvío de destinación, el tino del mal se escucha y
la modestia de un censor capaz de reducir al
ne las primeras un iniciado
masón que ha gozado de se entiende a las claras bajo el nombre del desatino. tamaño de histrionismos bajamente circenses
cierta popularidad entre
Mas no es todo, ni quizás lo esencial, pues en tercer la descarada extroversión del doble mentiroso,
quienes suelen enfati-
zar los consabidos rasgos lugar, todos estos desatinos traicionan al macho. En el hermano extranjero, el enemigo que se atreve
fundamentales, raciales y
tanto que macho dios no la endereza bien, no se le a usurpar mis funciones patrieróticas, para así
nacionales: «Las Entida-
des se determinan según para derecho, su erección cae en falta, hace el tuer- dejar retorcidamente saber, por intermedio del
las razas, las religiones y
to, ella misma se tuerce. El desatino sexual de dios elocuente silencio de otro suplemento, verdade-
las épocas. Dioses, dio-
sas, serafines, querubi- ro de toda verdad, que en últimas él también
nes, arcángeles, ángeles
Llámese megarquetipo patrio, curva de noosfera sin clases o Cuer- es humanitario, yo también soy sensible, él
devas, gandarvas, daimo-
nes, genios, etc., y desig- po Espástico de Cristo, cada egregore precipita hacia la beligeran- también sufre por amor, aunque yo no lo de-
nan naturalezas distintas te estandarización de las retenciones secundarias como reino de
la miseria simbólica: «Cuando diez millones de personas miran el muestre y en más de una ocasión haya llegado a
en el detalle, pero única
en cuanto al principio. En mismo programa [émission] —el mismo objeto temporal audiovi- dejar atisbar cierto sadismo (comparen su avara
su pequeña esfera y en el sual—, ellas sincronizan sus flujos. Es cierto, sus criterios de se-
plan en que evolucionan, lección en las retenciones son diferentes, y por ende no perciben el sonrisa con el guiño escalofriante de Richard
su fin es colaborar, tanto mismo fenómeno: no todas piensan lo mismo de lo que ven. Pero Widmark), más aún, aunque no disponga ni
en la creación como en la si no se puede dudar que las retenciones secundarias forman los
conservación del Universo. criterios de selección en las retenciones primarias, el hecho que las haya dispuesto de ninguna palabra, por dispo-
El Logos creador se sirve mismas gentes miren todos los días los mismos programas condu- ner de todas en potencia, por identificarse con la
de ellas para administrar ce necesariamente a que sus ‘conciencias’ acaben por compartir
su Obra. En cuanto tales y un número siempre mayor de retenciones secundarias idénticas,
limpidez de una naturaleza identificada a su vez
en el sentido integral de la y en consecuencia por seleccionar las mismas retenciones prima- con la nación entera, surtidor de esencia virgi-
palabra, se trata por ende rias: terminan por quedar tan bien sincronizadas que han perdido
de los demiurgii (obreros su diacronía, es decir su singularidad — es decir, su libertad, que
nal, purísima e inalienable, fisiología anterior a
divinos)» (Ambelain 167). es siempre su libertad de pensar» (Stiegler 42). cualquier lenguaje que no sea compulsivamente

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Bruno Mazzoldi

glosolálico, diáfano abismo de simplicidad au- chos flotantes son transverberados por virotes
toevidente: «Permítanme tomar del poeta unas cuneiformes y trompos tenebrosos.
bellísimas palabras sobre el amor y aplicarlas
Tres cucuruchos tan enérgicos cuanto los esta-
al amor que nuestros corazones tienen que
llidos azules soportan e impulsan el mueble de
estimular todos los días por esta patria, la de
la izquierda. La superficie y el borde pechugón
los mayores, la patria de los niños, de quienes
son escarificados por rasgones algébricos de
habrán de venir. Dice bellamente el poeta, y
cuchillos, tenedores, vasijas, copas, mondaduras
podríamos decirle a Colombia: “Colombia,
y residuos de comida vagamente fisonómica. El
yo te quiero así. Simplemente / como el agua
guardabolsillo de escudete azul, suspendido
al paisaje, como el día / a la rosa que alza su
entre la mesa tetona y la nalga del tipo increí-
ufanía / frente a la primavera floreciente. / Yo
ble, no es solitario: su cintillo negro conecta las
te quiero con sencilla transparencia, / yo te
quiero con un amor apenas insinuado / que se sobras de la cena con la turbulenta zona erógena
vuelve silencio en tu presencia. / Colombia, te del todopoderoso.
queremos con tan dulce corazón herido / que Un presidio de negrura hirsuta, negrura de usa-
así no te dijéramos lo que te hemos amado / dos corchetes, monta la cáscara del huevo que
lo sentirías oyendo su latido”. Buenas noches, su propia pupila perfora. El cuello de la cara de
compatriotas». póker es abolido por el azote azul que le vacía
Se coerige y se tumba, dándose figura cumplida el pecho expandiéndose en otros dos pencazos
mientras se desvanece en y con las hojas del explosivos. Mangas de carne excoriada, semi-
fondo, horizonte del horizonte de la naturaleza salamis ardientes como las piernas de pezuñas
por él presidida y mimada. tentaculares, la escuadra del brazo izquierdo
y la flojera del derecho entrecruzan muñones
La armazón de quien y de lo que a primera vista encima del relajo genital. La congestión de cuer-
podría parecer atril viviente, púlpito animadísi- pos cabalmente cavernosos subvierte el alto y
mo, lápida que grita o ídolo preprehistórico, se el bajo vientre del tremendo trabajador sexual.
complica y contradice sin empezar desde abajo,
por el cajón macizo azul y bruno del que brota Un tumor excremental habita la flor ufana del
una pareja de protuberancias rojas, idénticas y sexo amado, como para preguntarse:
simétricamente opuestas a los colmillos sobre- ¿Qué es el metahorizonte del horizonte, el otro lado del
salientes del margen inferior de la tabla, con su horizonte, que recorta [aussschneidet / gives contour
carota romboidal y antena anexa de paralelas to] la figura del trabajador? Es el otro lado del horizonte
contrastadas por una rejilla de tajos rapidísimos que en primer lugar permite que esta figura se yerga,
entre cejas rojas. Sobre el espacio abierto entre pero que por este otro lado se caiga.
los cuatro dientes se habría levantado el telón
de boca de un escenario en azul remachado. Por ¿Qué es el espacio —es eso y es eso algo— en que
esas fauces, el pitillo, un telescopio, el bolillo el trabajador arma su laboratorio [seine Werkstätte
sin colorear sondea una sombra sangrienta. aufschlägt / sets up his workshop]?
Incolora también, marcada por una cruz, un ¿Qué no se conforma con esta figura, aunque sin
guion y un monóculo, se levanta la que no me resistirle? ¿Y qué le resiste sin ser eso mismo un objeto
atrevería a definir como protuberancia cefálica, -Und was widersteht ihr, ohne selber Gegenstand
guante de boxeo obtuso, hocico de Snoopy, zu sein- And what resists it without itself being an
holoturia albina, algodonoso cohombro de mar, object-?» (Hamacher 2000, 184; Hartman [trad.] 41)
mucho menos espárrago exangüe cortado por
un paréntesis peludo. Sobre el mismo escenario, —Subjectil —contestaría, tal vez o tal otra, si el
la curva empuñadura de un bastón se enreda cuerpo invasor de su enseñanza indefensa, que 13.«Estoy en guerra contra
con otro paréntesis capilar para esfumarse en ni es ni es algo, no desequilibrase de antemano la mí mismo, es verdad, us-
ted no puede saber hasta
seguida. seguridad frontal del que inquiere, guardándo- qué punto, más allá de lo
se de convertir en beatería pacifista la movida que usted adivina, y digo
Al otro lado, al pie del gran zigzagueo verdea- impresidencial de un interrogante cegatón, sin cosas contradictorias, que
están, digamos, en ten-
zul de la tubería neumática que atraviesa el chasquido de bofetada ni mejilla que se encan- sión real, me construyen,
cuerpo del demiurgo desatinado y humilde dile, ningún Gegenstand de metida y arremetida
me hacen vivir, y me harán
morir. Esta guerra la veo a
megalómano, la única rueda de la pieza de
campantes, pues campo no abarca el espacio del veces como una guerra te-
artillería disfuncional podría ser una vagina rrorífica y penosa, pero al
subjectil, mucho menos de batalla. No empata mismo tiempo sé que es la
desdentada. Opuesto al brocal un círculo de
en combate de ignorancia y saber la batida que vida. Paz encontraré tan
letras eventuales: ti. sólo en el eterno descanso.
debería arrojar la diferencia entre pradera de Entonces no puedo decir
que asumo esta contradic-
Tres glóbulos de transparencias urticantes se sueño nevoso y plaza de voces tronantes. La ción, pero sé también que
tambalean en el aire. En orden descendiente, caza epistémica y el adversario de la razón no es lo que me deja en vida,
y me hace plantear la pre-
las respectivas inclusiones vendrían a ser a) un se ojean ni se atajan donde es preciso comer gunta, justamente la que
instrumento de cuerdas sin identificar; b) una en el mismo plato, donde no cabe la cabeza, usted recordaba, “¿cómo
aprender a vivir?”» (Derrida
silueta semihumana; c) una tibia compuesta por sorber en el regazo del brujo, chakak, habitante 2004, 13; cf. Hernández
dos vergas encajadas recíprocamente. Los ni- de chaka, «umbral» y «puente», cuerpo de chaku, [trad.] 38).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 177

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Conjeturas de Artaud y cursivas de Derrida

«diferencia», «desmonte» y «teta», de chakuna, […] (pues sigo convencido, un poco como el niño
«cazar», «capturar», «sobar», «destruir», «rajar». [comme l’enfant], que tenían el poder de morir y por
ende el poder de no morir). Suya es la falta del estar
Cosa de un desentendido explorador de la
yo en falta; suya la deuda del estar yo en deuda.
cripta que une y separa laboratorio y oratorio,
Y viceversa: es por mi falta si están en falta y me
labor y plegaria, fragua de infante sin nitidez de
hacen falta, soy culpable de que sean culpables: soy
Ausschnitt ni contundencia de Schlag, sin «corte»
yo la muerte que me los arrancó, yo su muerte que
que no sea impuro ni «golpe», a no ser de joroba
sufro, yo los muertos que soy. Y esa es la escena
o jiribilla, diez días después del entierro del
pasablemente bestia, necronarcisista y luctuosa que
que se declaró en guerra consigo mismo13, en
sobreviene cuando pienso en los muertos que he
la sede del Colegio Internacional de Filosofía
conocido, aunque apenas un poco. Cuando pienso en
fundado por el desaparecido, Werner Hamacher
ellos su imagen se enturbia, mi imagen se enturbia:
evoca una agonía de la reflexividad que para
ya no es la de ellos ni la mía, no es ninguna imagen,
anunciarse no habría esperado el cáncer del
asimismo ninguna palabra, es el arresto de las esce-
páncreas, ninguna diagnosis, ninguna gnosis.
nas y la parálisis de toda palabra. [...]
Ese pliegue agónico, palabras de muy baja de-
finición lo suscitan no solo manifestando un Y la fórmula posible —la de Nietzsche— del último
franco desdén del egregio puntaje de muertos filósofo, ¿acaso no significa tanto más que es más
acumulados a la espalda de cada cual, según las filosófico que la filosofía cuanto más ella misma es
14. «“Magia”, he aquí una
palabra tentadora, he aquí buenas costumbres del consenso comunitario incapaz de pensarlo? ¿Lo que acaso no quiere decir,
una tentación peligrosa de base y sotobase, sino, además, a punto de si se intenta recoger todo esto en un solo gesto, que
para nombrar esta omni-
potencia. No se trataría convertir en ultraje el homenaje, ensañándose él, Derrida, es más Derrida de lo que jamás Derrida
aquí, al invocar la invoca- no propiamente en contra, debajo y sobre los sabría ser? ¿Qué es más que él mismo, más viejo y
ción mágica, de describir
un fantasma de omni-po- celos, no precisamente sobre, debajo o en contra más joven que él, él mismo su padre, su madre y
tencia animista e infantil, de la «ansiedad de emulación» o la «sobremar- él mismo, y sus hijos [ses enfants], sus textos, sus
ni encantamientos ocul-
tos tomados en serio por ca» [surenchère de «surenchérissement» (Hamacher efectos - y por ende, Artaud redivivus, más que todos
un saber obscurantista. Al 2005, 59), burbuja diplomática soplada por los ellos juntos, ellos, y al mismo tiempo nada de ellos?
contrario, una cierta explo-
ración —teórica y prácti- jugadores de bridge que en la jerga jolivúdica, «Yo soy más yo que yo mismo, por ende más que yo,
ca— de la letra, la tekhnè según informa un diccionario de bajos y frívo- por ende otro y más otro que otro».
de una cierta pragmática,
la fuerza performativa de los fondos, se diversifica en «‘envite psíquico
la escritura que saluda- [psychic bid]’, con la intención de perturbar los Es lo que digo en discurso indirecto libre, hablando
mos aquí, todo esto servi- como si él hablara, él, dice/digo que él habla como
ría como analizador expe- envites de los oponentes. Mientras ‘oscilar [to
rimental para la eficacia swing]’ corresponde a un envite descomunal, si hablara, como si él hablara y dijera de él que él
irrecusable de tales phan- hablaba en tanto que otro y otramente que otro [par-
tasmata, palabra griega llamado también ‘las películas [the movies]’»
mediante la cual nos refe- (Dalzell 69)] del difunto que no se resiste a ex- lant come s’il parlait, lui, dis qu’il parle comme s’il
riríamos aquí, según el uso parlait, comme s’il parlait et disait de lui qu’il parlait
mismo del término, tanto trañar semejante residuo, resto de semejanza,
a los fantasmas cuanto a sobreviviente, sotoviviente, mediosobrevivien- en tant qu’autre et autrement qu’un autre] desde
los sueños y sus apareci- un sitio absolutamente no localizable - y ya estoy a
dos [revenants]. Este sería te, sobreviviente y medio o como se llame, y que
por ende el lugar de una de de hecho no extraña ni por asomo, porque tan punto, por introyección o incorporación (¿quién sabe?)
aquellas explicaciones con de fusionar o amalgamar estos yo(es), de desfigurar
Freud de las que todavía hondo lo carga y tan a la ligera hasta hacerse
no puedo sino indicar la cargar por él, mimar, acunar, envuelto y revuel- a entrambos, de hurtarlos, de localizarlos y por ende
necesidad en el momento
de renunciar a ellas. to impasablemente con quien y lo que no es ni de arrestar lo que debería ser el movimiento de la
uno, ni doble, ni muchos, ni singular, ni plural: ultranza [outrage], de la ironía estructural o de la
Volteados hacia el tío
Freud, hubiéramos podi- trascendencia. (Hamacher 2005, 59-60)
do tratar de complicarle un del ‘pueda’, aún no estaría asegurada la frontera entre la seducción
poco las cosas alegando lo real y el fantasma de seducción, esta cruz histórica del psicoaná- Pueda que sí —oblicua tangente de la pueda o
que sigue: para que la po- lisis freudiano. Allí donde la seducción fantasmática no anda, es
tencia pueda hacer venir que no tiene suficiente potencia, siendo auto-inmune la ley de la
del pueda (que nadie se engañe: las diez cursivas
hasta donde pueda [pour potencia, enfrentada con lo imposible [aux prises avec l’impossible], antecedentes no aluden a una forma verbal
que la puissance puisse lo que complica sensiblemente las cosas» (Derrida 2002, 94-95).
faire venir autant qu’elle substantivada: el embrujo adictivo y suicida
puisse], en la misma ins- En otras circunstancias, habiendo empezado por preguntarse: «Un del poder hecho sustancia, magia malamente
tancia de esta potencia del genio, ¿qué es eso? / ¿Qué hay del genio [Quoi du génie]?» (Derrida
‘pueda’ o de la ‘pueda’, 2003, 9), no termina de prenderse lateralmente de complicacio- dicha negra, no cristaliza en el modo pseudo-
allí donde ella toma lugar, nes otramente geniales: «Estaríamos equivocados si pensáramos subjuntivo de las teclas de tablas y tablas de
¿acaso no se hace nece- que esta experiencia del genio es apenas aquella de la obediente y
sario que el deseo pueda pasiva lectura, ella se pone a la prueba del aguante que nos echa teclas otramente pisadas por Hélène Cixous14,
acudir allí donde todavía [l’endurance qui nous jette] en la escritura. Y si esta palabra de bastidores de soplos y soplos de bastidores en-
no tiene lugar, ni lugar de potencia [puissance], de potencia otra de la literatura, está concha-
ser [là où elle prend place, bada, en el mismo conchabo [a partie liée, du même lien], con lo cantados que sería vano arrimar en este lugar
le désir puisse se rendre là que poco a poco definiré, aunque de muy distinta manera, como ficticio, renglones serviles y atrabajados, defi-
où n’a pas encore lieu, ni el genio, el genio de la literatura o los genios de Hélène Cixous, se
lieu d’être], la distinción debe al hecho de que ahí se trata de una palabra, la puissance, nitivamente muy poco espontáneos, hechizos
entre el fantasma y la reali- recientemente entrada a la vieja nueva lengua francesa mediante de rabo a cabo y de obra a boca).
dad dicha actual o exterior? una operación cuya gramática mostré, en otro lugar, de qué mane-
Sin que por ello esta distin- ra había sido forzada por Hélène Cixous a partir de un uso inaudi-
ción resulte desacreditada, to del subjuntivo presente (pueda [puisse]) y del cuasi-participio
Esperando que un colombianismo genial
lejos de tal cosa, más bien presente ‘potente [puissant]’ que de golpe se pondría a derivar de —«Caña. f. fig. y fam. Mentira con exageración.
habría que repensarla des- aquel, demostración sobre la que tengo que apostar [miser] pero
de este lugar donde ella to- que no quiero reproducir aquí. Tengo que dejarla de lado [de côté],
// 2. Balandronada»— endulce el jugo de la so-
davía no tiene lugar. Para justamente, como todo aquello que, en esta demostración, con- bremarca que, a no dudarlo, fluye del alquimista
tomar tan solo este ejem- cierne indisolublemente al léxico, la lógica y la topología paradóji-
plo, en este lugar, allí don- ca de la costilla/costa y del costado/lado [de la côte et du côté] en
balinés capaz de acabar con el doble apócrifo
de se enuncia la potencia la obra de Cixous» (67). hasta impregnar muchos años más tarde un

178 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Bruno Mazzoldi

saludo dirigido al muerto que habla por la fue víctima» (21), régimen del pioncer à mort,
boca de quien lo saluda, ignorando más bien «dormir a muerte», mort du pion, «muerte del
tanta dudosa representación de la clausura de peón», morpion, «ladilla» metida entre los pelos
la representación promocionada a lo largo y a de toda labor que se crea al control de sí, reacia
lo ancho del mundo del espectáculo, fijándonos a revuelcos de homo-humus (la expresión pro-
no más en el oxímoron derridiano, siempre listo cede de un poeta que no bromea alrededor y a
para facilitar el traslado de contenedores uni- través de «el tesoro de la excreta y la excreta del
15. «Sabemos que la mem-
versitarios hacia frentes epistémicos comunes, tesoro») en la oración del frente, no más del otro brana del tímpano, tabi-
tráfico sumiso a convenios teóricos adversos ladito, trufa de barro en la garganta del otro, que delgado y transparen-
te, que separa el conducto
a la movilidad del loxôs al interior del logos, de muerto a ultranza, aquel o eso absolutamente auricular del oído medio
lo «oblicuo», «torcido», «equívoco» a través de incompatible, óptimo adversario: (la caja), está tendida obli-
cuamente (loxôs). Oblicua-
la exterioridad del verbo enquistada en sus mente de arriba abajo, de
adentros, del icono, de la posición y de su toma, [...] lo que voy a decir hoy, como ya lo dije hace afuera adentro y de ade-
treinta años, pero creía deber situarlo aquí, aunque lante atrás. No es, pues,
desfachadas fachadas ignaras de su propio perpendicular al eje del
lokhos, «emboscada», «acecho» y «escondite», fuese en una palabra, el frente, una suerte de guerra conducto. Uno de los efec-
incesante que, como la antipatía misma, hace para tos de esta oblicuidad es
ladeo al que él pica el oído15 acariciando la aumentar la superficie de
intraducibilidad de una partícula separativa y mí de Artaud una suerte de enemigo privilegiado, un impresión y, por tanto, la
capacidad de vibración. Se
negativa que normalmente, sin dificultades ni enemigo doloroso que porto y prefiero en mí, en la
ha observado, en particular
evasivas, denota carencia, sans, casi lo contrario máxima cercanía de todos los límites sobre los que en los pájaros, que la finura
del oído está en relación di-
de con, es no decir tan solo el «sin» que en su me arroja [jette] el trabajo de mi vida y de la muerte. recta con la oblicuidad del
idioma molesta sang y sens, ‘sangre’ y ‘sentido’, Esta antipatía resiste pero sigue siendo [résiste mais tímpano. El tímpano biz-
quea [louche].
mientras husmea los efluvios de la flor de Kant elle reste] una alianza, comanda una vigilancia del
citándose a sí mismo en el acto de citar a Artaud pensamiento, y me atrevo a esperar que Artaud, el Consecuencia: dislocar el
oído filosófico, hacer tra-
en el desvío que de «Párergon» remite a la co- espectro de Artaud, no la habría desaprobado. Y bajar el loxôs en el logos,
lumna izquierda de «Tímpano» (Derrida 1978, antes de acusar a Artaud de esta rabia metafísica de es evitar la contestación
frontal y simétrica, la opo-
103; cf. González y Scavino [trads.] 100), unas la reapropiación, creo que más bien sea necesario sición en todas las formas
cuantas páginas antes de rociar la duda de una de la anti-, inscribir en to-
tomársela con [s’en prendre à] una maquinación, con dos los casos el antismo y
posible glosa al pie de la eventual analítica del la máquina social, médica, psiquiátrica, judiciaria, el derrocamiento [renver-
«diestro desatino» del demiurgo, desmesura de sement]••, la denegación
policíaca, ideológica, es decir, con una red filosófico- doméstica, en una forma
torpeza impecable cuya presentación, como la política […]. (Derrida 2002, 19-20) completamente distinta de
del sublime coloso kantiano, también resulta emboscada, de lokhos, de
maniobra textual.
«adecuada a su inadecuación» (151; González y Se trata y retrata en y del mismo armatoste que
excita las ganas museo-galerísticas de la Virgen
••
Sobre la problemática
Scavino [trads.] 140) — que se pretenda hablar del derrocamiento y del
como Derrida es lo de menos. María o una «meterología cristiana», menos desplazamiento, (cf. La di-
seminación y Posiciones).
metáfora de la maternidad que metáfora he- Dislocar, timpanizar el au-
Otra cosa es que unas cuerdas vocales de un cha madre, «metérfora», palabra de Hamacher tismo filosófico, esto no se
vivo puedan vibrar como las de un redivivo opera nunca en el concepto
en boca de Derrida para el público del Museo y sin ninguna carnicería de
que habla como otro redivivo: que alguien,
de Arte Moderno de Nueva York (88), bajo el la lengua. Esta, entonces,
salvo quien aparentemente la enuncia, pueda revienta la bóveda, la uni-
título de Artaud el Moma censurado por las au- dad cerrada y encaracola-
adherir a esta múltiple conjetura es lo que no
toridades de ese establecimiento: si los ángeles da del paladar. Ya no es
salta a la vista. Salta, resalta, estalla, pero no a la lengua.
de la cultura resplandecen en el manto de la
la vista o a cualquier otro órgano. Música hematográfica
Inmaculada, el Museo es el cielo que merecen
“El júbilo sexual es una
No porque prescinda de ellos en aras de un los egregores correspondientes, firmamento elección de glotis,
cuerpazo de gloria digno de la poda de algún sobre y a través del que Artaud arroja y recuesta de la esquirla del quiste
de una raíz dentaria,
padre de la Iglesia, sino por substraerse a la sus caras de cutre. una escogencia de
evidencia de la idea clara y distinta en con- canal de otitis,
comitancia con la edificante promoción del de un mal zumbido
fenómeno y sus articulaciones orgánicas, salta * auricular,
de una mala instilación
la hipótesis del dibbuk, al ritmo del alma del «La situación es muy grave, créame. Nunca lo ha de sonido,
muerto que, según la tradición hebraica, puede sido a tal punto desde el comienzo del mundo»,
de corriente gorjeado
[courant ramagé] sobre
habitar el cuerpo de un viviente, salta el lado reza una carta a Génica Athanasiou del 10 de el tapete de fondo,
por todos los lados la adhesión a la hipótesis noviembre de 1940 (Artaud 1969, 307). del opaco espesor,
la aplicación elegida
del desmedro de la hipótesis de la identidad de la escogencia
original, la de un Supremo Técnico Laboral en Grandes expectativas: mandarlas a recoger en de este aplique
Administración de Desastres Creativos, mirilla la mandorla de con y cum por más de un loro en hilo tallado, para
escapar a la música
de Providencia atinada y ubicua costrícula de de cuatro lenguas desplumadas no responde prolífica avárica
piojo público, cangrejo de las playas del pubis a la urgencia de repensar el mandato de la [avarique] obtusa,
autóctono, presencia modelante y autoadhesi- crueldad bien cortada, extraída de sí, cortísimo sin gor ni jeo, ni gorjeo
[san ram, ni âge
va que Artaud habría mimado en razón de su circuito conjetural de guerra civil resumido en ni ramage],
«rabia metafísica de la reapropiación» (Derrida el exinsorcismo «vade-mecum-retro Satanas» o y que no tiene ni
tono ni edad.”
2002, 20), en sinrazón del armatoste del ser cuya «vademecumvaderetrosatanas» (Derrida 2002, 23, Artaud (diciembre de 1946)»
maqueta es preciso mirar de soslayo, «sistema 46), sacado casi en limpio del divino desajuste (Derrida 1972, vii-viii; cf.
de límites y máquina expropiadora de la que que convoca la descarga del rayo. González [trad.] 21-22)

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 179

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Conjeturas de Artaud y cursivas de Derrida

Desprenderse de la supuesta sustancia gene- Derrida, Jacques. 2002. H. C. pour la vie, c’est à dire…
síaca, de la prenda de sí, de la fórmula prensil, París: Galilée.
de la mínima forma de la cola del caso, de la Derrida, Jacques. 2003. Genèses, généalogies, genres et le
génie. Les secrets de l’archive. París: Galilée.
estela de la caída dizque ejemplarmente nuestra
Derrida, Jacques. 2004. Je suis en guerre contre moi-
porque mía ante todo y en frente de todo, no
même (propos recueillis par Jean Birnbaum). Le Monde,
irrita la culpa, ninguna falta que en los Andes 19 de agosto, 12-13.
no se vierta en kama, «fuerza», «delito», «muela» Derrida, Jacques. 2004. Estoy en guerra conmigo mismo.
y «verdad», potencia de trasgresión, digresión Traducción de Ernesto Hernández. Sin fundamento 5-6:
agresiva revertida en «facultad» y «talento», 23-39.
de la misma raíz de kamaku y kamara, «piojo» y Derrida, Jacques, y Michel Leiris. 1972. Tympan. En
«regalo», si a partir y a retornar de la poderosa Marges de la philosophie. París: De Minuit.
exigencia de tomarla con, s’en prendre à, prendersela De Souza, Geraldo Gerson (trad.). 1998. Enlouquecer o
con qualcuno o qualcosa, con la legión del mejor Subjétil. São Paulo: unesp.
Faulkner, Raymond O. 1972. A Concise Dictionary of
enemigo, «consurrectus in semetipsum [alzado
Middle Egyptian. Oxford: Griffith Institute.
contra sí mismo]» (Mc 3, 26).
Gance Abel (dir.). 1927. Napoléon. Société Générale des
Si acaso este desprendimiento desnuda la atroz Films.
necesidad de preguntarse y perdonarse cada Gardiner, Alan. 1927/1976. Egyptian Grammar. Being an
vez que el sol bate las alas. Pueda que sí. A lo Introduction to the Study of Hieroglyphs. Oxford: Griffith
Institute / Ashmolean Museum.
mejor delirando y blasfemando en la margen de
Greiff, León de. 1995. Obra Dispersa 1. Poesía. Prosa
más de una religión y de una filosofía, a lo peor 1913-1953. Edición de Hjalmar de Greiff. Medellín:
teniendo el cuidado de tergiversar la profesión Universidad de Antioquia.
de fe islámica: en vez de «Lâ Ilâha illâ’l-Lâh: Non González Marín, Carmen (trad.). 1989. Márgenes de la
Deus nisi Deus»16, non ego nisi ego, no yo salvo yo. filosofía, de Jacques Derrida. Madrid: Cátedra.
González, María Cecilia, y Dardo Scavino (trads.). 2001.
3 de febrero de 2008
Párergon. En La verdad en pintura, de Jacques Derrida,
27-153. Buenos Aires: Paidós.
Bibliografía Hamacher, Werner. 1995/2000. Arbeiten Durcharbei-
ten. En Archäologie der Arbeit, 155-200. Edición de Dirk
Abelanda Alonso y Francisco Abelanda (trads.). 1969. El Baecker. Berlín: Kadmos.
teatro y su doble. Selección y prólogo de Virgilio Piñera, Hamacher, Werner. 2005. Pour dire un mot, á la fin,
de Antonin Artaud. La Habana: Instituto del Libro. pour commencer… Traducción de Martin Ziegler. Rue
Ambelain, Robert. 1951/1992. La cabale pratique. París: Descartes 48: 56-61, 59.
Bussière. Hartman, Matthew (trad.). 1996. Working through
Artaud, Antonin. 1969. Lettres à Génica Athanasiou. Working. Modernism/Modernity, 3. 1: 23-56.
Précedées de deux poèmes à elle dédiés. París: Gallimard. Kreimer, Elizabeth. 1991. An Andean View of History
Artaud, Antonin. 1978. Oeuvres complètes xiv. Suppôts et and a Strategy of Cultural Survival. En Otra América
suppliciations II. París: Gallimard. en construcción, 46 ICA. Memorias del simposio «Identidad
Artaud, Antonin. 1964. Le théâtre et son double. En Cultural, Medicina Tradicional y Religiones Populares»,
Oeuvres complètes iv. Le théâtre et son double; Le théâtre de 22-43. Compilación de Carlos Ernesto Pinzón y Rosa
Séraphin; Les Cenci. París: Gallimard. Suárez P. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura /
Bordwell, David. 1981. The Films of Carl-Theodor Dreyer. Instituto Colombiano de Antropología / Universidad
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«Así que la pregunta se En The secret art of Antonin Artaud, 61-157. Cambridge:
16.
La escritura y la diferencia, 233-270. Barcelona: Anthropos.
transforma en la siguiente:
¿En qué hadd o límite, en MIT Press. Pintor-Ramos, Antonio (trad.). 1987. De otro modo que
qué horizonte, la divinidad Corbin, Henry. 1955. Épiphanie divine et naissance ser, o más allá de la esencia, de Emmanuel Lévinas. Sala-
se levanta de su abismo
de absoluta incognoscibi- spirituelle dans la gnose ismaélienne. En Mircea Eliade manca: Sígueme.
lidad? Es decir el límite en et al. 1954. Eranos Jahrbuch. xxiii. Mensch und Wandlung, Pozzi, Gianni (trad.). 1971. Artaud: la parole soufflée.
el que se personifica, se 141-249. Zurigo: Rhein. En La scrittura e la differenza, 219-254. Turín: Einaudi.
revela como una persona,
se hipostasia eternamente, Dalzell, Tom. 1998. The Slang of Sin. Springfield: Me- Sciascia, Leonardo. 1984. Occhio di capra. Turín: Einaudi.
de manera que una defini- rriam Webster. Stiegler, Bernard. 2003. Aimer, s’aimer, nous aimer. Du 11
da relación de devoción y
de amor hacia ella devie- De Rachewiltz, Boris. 1958. Il Libro dei Morti degli anti- septembre au 21 avril. París: Galilée.
ne posible. En términos chi egiziani. Traduzione del papiro di Torino. Milán: Pesce Thévenin, Paule. 1969. Entendre/Voir/Lire. Tel Quel 39:
ismaelitas, este hadd o d’Oro. 31-63.
este límite absolutamente
original es la Epifanía divi- Derrida, Jacques. 1965/1967. La parole soufflée. En Thévenin, Paule. 1970. Entendre/Voir/Lire. Tel Quel
na primordial, y en cuanto L’écriture et la différence, 253-292. París: Editions du Seuil. 40: 67-99.
tal la angeología inicial. Su Thévenin, Paule. 1986. Catalogue. En Jacques Derrida
misterio es el de una litur- Derrida, Jacques. 1978. Parergon. En La vérité en peinture,
gia eterna, llevando a cum- 19-168. París: Flammarion. y Paule Thévenin, Antonin Artaud. Dessins et portraits,
plimiento en la preeter- Derrida, Jacques. 1986. Forcener le subjectile. En Jacques 253-268. París: Gallimard.
nidad esa Unificación de
lo Único (tawhîd) que re- Derrida y Paule Thévenin. Antonin Artaud. Dessins et Werle, Simon (trad.). 1986. Das Subjektil ent-sinnen. En
produce la profesión de fe portraits, 55-108. París: Gallimard. Antonin Artaud - Zeichnungen und Portraits, de Jacques
islámica, la ‘shahâdat’, Lâ
Ilâha illâ’l-Lâh: Non Deus Derrida, Jacques. 1996/2002. Artaud le Moma. Interjections Derrida y Paule Thévenin, 51-109. Munich: Schirmer/
nisi Deus» (Corbin 173). d’appel. París: Galilée. Mosel.

180 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 180 16/11/2010 02:27:30 p.m.


César Augusto Vásquez García*

Lo imaginario en la construcción
del Nuevo Mundo o las visiones
de «el otro» y de «lo otro» en
los siglos xvi y xvii

La información sobre las sociedades indígenas fue


generada en su mayor parte por los europeos. El
acontecimiento vivido el 12 de octubre de 1492 señala
el comienzo de una paradoja, la «de un proceso de
desconocimiento, instrumentalización y destrucción de
la nueva realidad americana que se iba a prolongar
durante una historia posterior de más de cuatro siglos»
José Pereira

Resumen L as realidades mentales de los


Este trabajo aborda de forma intertextual una manera de europeos medievales y de
comprender la construcción de los imaginarios realizados
los indígenas americanos

L
por los europeos y por los indígenas americanos sobre «el
otro» y sobre «lo otro» en el proceso de reconfiguración del
Viejo Mundo y, por ende, en la configuración del Nuevo as relaciones entre el campo semántico
Mundo durante los siglos xvi y xvii. A través de un tejido del mito (lo mítico, lo mitológico) se
elaborado con los hilos de lecturas literarias, antropológi- refunden en nuestras preconcepciones
cas, políticas, sociológicas, iconográficas, psicológicas,
cartográficas e historiográficas es posible reconocer una con lo imaginario o lo producido por
otredad desconocida, exótica y diferente en los procesos la imaginación para evidenciar las posibles
identitarios de las culturas latinoamericanas desde hace maneras de enunciación y representación de la
más de 400 años. 
realidad a través de múltiples formatos —orales,
Palabras clave: imaginarios, otredad, procesos identitarios, icónicos, escriturales, audiovisuales, hiperme-
culturas latinoamericanas, siglos xvi y xvii.
diales— producidos a lo largo de la historia. Por
ejemplo, fenómenos que a nosotros nos parecen
Abstract «naturales», gracias a las explicaciones cientí-
ficas, como la caída de la lluvia («el agua de la
The Imaginary in the Construction of the New World or the
new vision of «the other« and «otherness» in the 16th and superficie de la tierra sube convertida en vapor
17th centuries a la atmósfera, forma nubes y vuelve a caer a la
This work deals, from an intertextual approach, a possible tierra»), son sobrenaturales para el pensamiento
way to understand the construction of imaginaries created mágico-mítico de las culturas prehispánicas,
by both Europeans and native Americans about «the other» misterios solo explicables como acciones de se-
and «otherness» in the process of reconfiguration of the Old
World, and therefore, in the configuration of the New World res omnipresentes. Para su pensamiento mítico
during the 16th and 17th centuries. Through a fabric woven la causa de la acción es siempre un acto de los
with literary, anthropological, political, sociological, iconic, dioses (Westheim 14-17).
psychological, cartographic and historiographic readings, it
is possible to recognize an unknown, exotic and different De igual manera, en todas las culturas —inclui-
otherness in the identity processes of Latin American
cultures since over four hundred years ago.  das las europeas y las americanas prehispáni-
cas—, el mito recurre a los animales fabulosos
Keywords: imaginaries, otherness, identity processes, Latin
American cultures, 16th and 17th centuries.  como representación sensible de lo misterioso
y de lo fabuloso: el dragón, el grifo, el centauro,
la serpiente emplumada, el hombre jaguar, etc., el autor:
son seres en donde se hacen visibles ciertas * Docente investigador. Univer-
características de los dioses. Esta estimulación sidad Santo Tomás (Bogotá,
de la fantasía y la imaginación mítica evidencia Colombia).
una relación mágica de los hombres primitivos cesarvasquez@usantotomas.
Recibido: agosto, 2008/ Aceptado: junio, 2009 con los animales que ya enunciaba Cassirer edu.co

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 181

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Lo imaginario en la construcción del nuevo mundo o las visiones de «el otro» y de «lo otro» en los siglos xvi y xvii

en la idea-fuerza de que «en la concepción sociales en la naturaleza de las cuales es producto,


de los “primitivos” los animales, sobre todos sino que estas mismas son su fuente. (197)
los demás seres, aparecen dotados de fuerzas
Esta preciosa idea de que el mito no redunda
mágicas» (60).
simplemente en la esfera fantasiosa, sino que
El mito, pues, es una energía que se arraiga en está anclado también en sedimentos de orden
los estratos psíquicos y profundos del individuo social, cultural y natural, es reiterada por Ha-
y en las colectividades con una fuerza mayor bermas —a partir de las investigaciones de C.
que la ejercida por la razón, pues el hombre no Lévi-Strauss, subrayadas por M. Godelier— en
solamente adquiere sus conocimientos median- el sentido de que el mito contiene diversos tipos
te procesos de abstracción, sino que también de conocimiento que reflejan el sustrato «de
recurre al mito en el momento de resolver sus lo real» de un saber no racional basado en las
problemas vitales. Frente a este propósito, vale relaciones de semejanza y de contraste, pues los
la pena resaltar el lugar que le da la filosofía mitos contienen informaciones diversas que van
contemporánea al asunto del mito. Así, en este desde conocimientos geográficos, astronómicos,
contexto, rescatamos el debate que plantea Ha- pasando por las prácticas curativas o la direc-
bermas sobre la «comprensión mítica y la com- ción de la guerra, hasta llegar a la descripción
prensión moderna» del mundo, para abordar las del entorno cultural y social de los pueblos
implicaciones que tiene el pensamiento mítico: que los originan (74). De hecho, en la literatura
indígena el mito recobra su sentido especular
En las sociedades arcaicas los mitos cumplen de
a partir de este doble mecanismo de semejanza
una forma paradigmática la función de fundar uni-
y contraste entre la naturaleza y el hombre. En
dad, propia de las imágenes del mundo. Al tiempo,
un texto citado por León Portilla, proveniente
dentro de las tradiciones culturales que nos resultan
del Códice Matritense de la Real Academia de la
accesibles, ofrecen el más agudo contraste con la
Historia —Vol. viii, Fol. 115 v.— y transcrito pro-
comprensión del mundo que prevalece en la moder-
bablemente por Bernardino de Sahagún a partir
nidad. Las imágenes míticas del mundo están lejos
de lo escuchado por informantes indígenas, se
de permitir orientaciones racionales de la acción en
presenta la relación entre el hombre (Tlacatécatl)
el sentido en que nosotros entendemos el término
y los animales (águila, tigre) para describir al
«racional». (71-72)
supremo general de los ejércitos aztecas:
En ese mismo sentido, Habermas retoma las
El Tlacatécatl: comandante de hombres,/ el Tla-
tesis de Levy-Brühl acerca de la «mentalidad
cochcálcatl: señor de la casa de las flechas,/ jefe de
primitiva», en donde plantea que la racionalidad
águilas, / que habla su lengua. / Su oficio es la guerra
de las imágenes del mundo no se mide por las
que hace cautivos, / gran águila y gran tigre. Águila de
propiedades lógicas, sino por las categorías de
amarillas garras / y poderosas alas, / rapaz, / operario
que disponen los individuos para interpretar su
de la muerte. (101)
mundo (citado en Habermas 72). Existe enton-
ces esta otra forma mítica de conocimiento que Por su parte, el hombre europeo medieval
se expresa a través de signos, de símbolos, de —contemporáneo del indígena prehispáni-
acertijos que sustituyen las cosas. En este ámbito co— suspende las leyes, las prohibiciones, las
no racional tiene que producirse una relación restricciones que determinan el desarrollo de
entre signo y cosa; en este caso, la relación de la vida cotidiana en la puesta en escena del
índole mágico-mítica transforma la realidad carnaval, para asumir de forma «libre» y «es-
fáctica en «otra» realidad, pero ahora de carácter pontánea» una visión de mundo desprovista de
imaginario, lo que permite que el fenómeno todo tipo de regulaciones sociales y culturales.
natural adopte una nueva significación en una Estas regulaciones están determinadas por
existencia trascendental, tal como lo aclara De el peso de la institucionalidad —que tiene su
Paz: «[…] la conceptualización es una activi- centro en la Iglesia y el Estado—, que reubica
dad derivada: lo originario es la experiencia la idea de la existencia de un destino azaroso e
vivencial del mundo, que desde la corporeidad inexorable regido por fuerzas sobrenaturales e
y a través del simbolismo de raigambre mítica incomprensibles dentro de sus preocupaciones.
remite a una realidad trascendente común» (3). Transforma las «energías» naturales suscepti-
Esta idea se ve reforzada por la aclaración que bles de manipulación por parte de los hombres
hace el profesor Correa sobre la aparente des- y mujeres, es decir, los brujos y adivinos; los
vinculación del mito de los referentes sociales conjuros y manifiestos recitativos de carácter
y culturales, que lo hacen ver como un asunto esotérico para manipular los elementos de la
de fantasía absoluta: naturaleza; y, por último, las manifestaciones de
seres invisibles y demiúrgicos que se visibilizan
Contrario a la frecuente interpretación de que el mito
en los sueños y posesiones.
es el resultado de la imaginación o, como más fre-
cuentemente se la concibe, resultado de la fantasía, Este mundo carnavalesco, tal como lo define
el texto anterior evidencia cómo la simbología regis- Bachtin, tiene sus «raíces profundas en el pen-
trada en la mitología no solo se debe a las relaciones samiento humano y las estructuras sociales

182 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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César Augusto Vásquez García

"Cartografía de la memoria XI". Cartografía de la memoria. Impresión láser digital.55 x 42 cm. Detalle.
primitivas», que se manifiesta en la risa como propone una representación. De esta forma, el
expresión de irreverencia e insubordinación: «imago cultural» recurre con frecuencia a las
representaciones, a las puestas en escena de
La risa del carnaval mismo es profundamente am-
una realidad ya existente y conocida; a la cons-
bivalente. Genéticamente, remite a las formas más
trucción imaginaria del mundo. De acuerdo
antiguas de la risa ritual. Esta estaba orientada hacia
con Mar Augé, las imágenes mentales —ligadas
lo alto. Se hacía burla, se ridiculizaba al sol (divinidad
a las percepciones o a los efectos de la imagi-
suprema) y a los otros dioses, lo mismo que al poder
nación— pueden configurarse en una forma
terrestre soberano, para obligarlos a renovarse. Todas
material (gráfica, plástica, arquitectónica) como
las formas de risa estaban ligadas a la muerte y al
representación de un referente material, moral
renacimiento, al acto de procreación y a los símbolos
o intelectual. Así, «la calidad de una simboliza-
de la fecundidad. La risa ritual era la recreación a
ción nos reenvía a una experiencia sociológica
las crisis en la vida del sol (solsticios), en la de las
(por ejemplo, por su capacidad de movilización)
divinidades del universo y del hombre (risa fúnebre).
o a una experiencia psicológica (por su actitud
La burla y el júbilo se combinan. Esta orientación
para provocar imágenes mentales)» (1).
ritual antigua hacia lo alto (los dioses, el poder) ha
determinado los privilegios de la risa en la Antigüedad De esta forma, los imaginarios sociales como
y en la Edad Media. (311) productos de las imágenes mentales compar-
tidas producen valores, apreciaciones, gustos,
Así las cosas, es innegable que el mundo mítico
ideales y conductas en las personas que hacen
no es exclusivo de las culturas prehispánicas: el
parte de una cultura. En este sentido, el ima-
valor incuestionable de la risa como manifes-
ginario es el efecto de una compleja red de
tación carnavalesca que subvierte los órdenes
relaciones entre discursos y prácticas sociales
preestablecidos por Dios, por los poderosos, por
que se constituye a partir de las coincidencias
la naturaleza, configura una modalidad premo-
valorativas de las y personas dentro de una co-
derna, contemporánea a la del mundo indígena
munidad y, al mismo tiempo, se manifiesta en el
americano. En 1492, estas formas de visión de
ámbito simbólico a través de las diversas formas
mundo se enlazaron y lograron crear una crisis
de lenguaje (oral, escrito, icónico, audiovisual,
en los imaginarios y en las mentalidades de los
hipermedial, etc.) y en el accionar concreto de
hombres y mujeres de los dos continentes; esta
las personas (prácticas sociales). En otras pala-
crisis pervive aún, y no podemos resistirnos a
bras, el imaginario comienza a actuar como tal
sus encantos híbridos representados sobre todo
tan pronto como adquiere independencia de
en las artes plásticas, la literatura, la arquitectu-
las voluntades individuales, aunque necesite de
ra y otras manifestaciones culturales.
ellas para materializarse: se instala en las distin-
tas instituciones que componen la sociedad para
Los imaginarios: el problema de las poder actuar en todas las instancias sociales.
mentalidades europea e indígena en Esto permite que se pueda trazar un patrón en
relación con «el otro» o «lo otro» las tendencias de pensamientos, sentimientos y
emociones individuales y colectivas.
De la palabra imago provienen ‘imaginación’,
‘imaginario/a’ e ‘imagen’. Una imagen, cual- Así, por ejemplo, la imagen del cosmos del
quiera que sea su formato, siempre es un espejo, Tonalámatl —mediada por la escritura meso-

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 183

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Lo imaginario en la construcción del nuevo mundo o las visiones de «el otro» y de «lo otro» en los siglos xvi y xvii

americana de carácter esotérico— representa un real» de Dios mediante la reiteración de los ritos
vínculo esencial con los símbolos en el lenguaje eucarísticos en donde se renueva su presencia
indígena, con las representaciones del mundo por medio de la transubstanciación del pan y
que no son necesariamente racionales; míticas del vino —actos físicos por naturaleza, signifi-
en la mayoría de los casos, alógicas, si se quiere cante y significado integrados—. Por su parte,
decir con Durand: en el mundo contemporáneo, la producción de
presencia está mediada por una tradición de
Lo imaginario, en sus manifestaciones más típicas
pensamiento racional, es decir, por una produ-
(sueño, ensueño, rito, mito, relato de imaginación,
cción de sentido en donde la simbolización llega
etc.), es […] alógico con respecto a la lógica occi-
a un punto tan alto que deja de existir cualquier
dental desde Aristóteles, por no decir desde Sócra-
conexión físico-material entre un fenómeno y su
tes. Identidad no localizable, tempo no disimétrico,
representación; esto genera, por consiguiente,
redundancia, metonimia «holográfica», definen una
la desestructuración del signo en significado y
lógica «completamente otra» que la de, por ejemplo,
significante, y pone toda la carga semántica del
el silogismo o la descripción de los acontecimientos,
signo en el significado.
pero muy cercana, en ciertos aspectos, de la de la
música. (106) Sin embargo —propone Gümbrecht—, es posi-
ble encontrar todavía espacios de «producción
Por otra parte, la visión de mundo occidental
de presencia» a la manera medieval en las cul-
basada en la razón de carácter causalístico que
turas latinoamericanas, acontecimientos que
fundamenta el conocimiento en los órdenes
involucran de alguna forma referentes concre-
lógicos formales de la ciencia, la técnica y la
tos de representaciones mentales que pueden o
tecnología nos muestra un considerable despre-
no estar determinadas por la funcionalidad y la
cio por otras formas de saber que han existido
productividad (características propias de la mo-
desde hace más de dos mil quinientos años;
dernidad), simplemente porque lo importante
desprecio evidenciado por medio de la autori-
no es el «sentido» de lo que se hace, sino el «acto»
dad del logocentrismo, que privilegia el espacio
mismo, como ocurre en los conciertos de rock
de la razón en detrimento de lo imaginario, de
o en los partidos de fútbol. Allí se ejerce una
lo fantasioso, de lo intuitivo: para Platón, por
función física que no representa necesariamente
ejemplo, los conceptos de phantasia, phantasma
algo: a lo sumo le dan forma como evento puro
y phántasmata tienen un valor de apariencia ilu-
de una sorprendente y fugaz improvisación
soria que nos alejan de la «verdad», dejándonos
de guitarra o una buena jugada (Vásquez 2-4).
navegar por los mares de la ilusión, la mentira
y el engaño. Sin embargo, la visión logocéntrica Tal vez el carnaval sea uno de los actos más re-
del mundo ha imperado sobre todo a partir de presentativos de la cultura occidental donde se
la modernidad, inaugurada precisamente en manifiesta con mayor fuerza esta «producción
el momento del «encuentro» de las culturas de presencia». De hecho, los latinoamericanos
europea e indígena, cuando todavía el europeo heredamos de los europeos medievales la fiesta
estaba vestido con las ropas del mito, de lo pre- del carnaval y, con ella, la costumbre de enmas-
lógico, de lo primitivo, características propias cararnos. Por otro lado, el imaginario europeo
de la cultura medieval. medieval, en el inicio de la modernidad, se
visualiza en la concepción espacial y geográ-
A propósito de esta última idea, retomamos
fica a través de la construcción de mapas, de
aquí algunos de los conceptos desarrollados
planos, de coordenadas topológicas, es decir,
en el Coloquio Internacional Interdisciplinario
de la cartografía:
de Estudios Culturales sobre América Latina
(Bogotá-Cartagena 1996-1999), en donde en más Los cartógrafos medievales llamaban al mapa Imago
de una ponencia se hizo evidente la importancia o Pictura Mundi. El mapa medieval, decorado con
de ubicar centros de interés común alrededor escenas imaginarias en brillantes y dorados colores
de las «culturas de producción de presencia» era a menudo la obra de un artista más que de la de
actuales, que, como las latinoamericanas, recla- un cartógrafo. Los mapas del mundo de los siglos
man un soporte analítico y teórico para poder xvi y xvii sirvieron de vehículo para divulgar las mara-
entender su complejidad. villas de las tierras recién descubiertas y estuvieron
decorados con papagayos y gigantes en Brasil, llamas
En este coloquio, el profesor alemán Hans Ulrich
en Perú, pingüinos en la Tierra de Fuego, elefantes
Gümbrecht presentó su ponencia titulada
en la India, negros y animales fantásticos en África.
«Culturas contemporáneas como producción de
Por su parte, el océano aparece siempre surcado de
presencia», ponencia a la que tuve la oportuni-
naves, tritones y toda clase de divinidades de las
dad de asistir. En ella reinterpretaba el concepto
aguas. (Cavanagh 5)
de «producción de presencia» en oposición al
concepto de «producción de sentido» como cate- En esta esfera de los mapas y de las represen-
gorías básicas para entender el mundo contem- taciones icónicas del «Nuevo Mundo», se hace
poráneo en contraposición al mundo medieval. necesario recordar que lo que se concreta plás-
En la Edad Media existía una integración del ticamente, o de manera figurativa, es la men-
hombre con la cosmología, con la «presencia talidad de unos hombres que consideraban la

184 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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César Augusto Vásquez García

Tierra como algo que era completamente suyo, Aunque el tópico de la controversia «civilización
propio, y que de pronto «descubren» su propia vs. barbarie» sea de vieja data en la cultura
ignorancia e ingenuidad. Solamente la recono- europea, es con el «encuentro» de las culturas
cerán pasados cien años después del encuentro indígenas y europea que se aviva la discusión,
de Colón con las Indias Occidentales, tal como pues pone en entredicho el status cultural y
lo describe el inca Garcilaso De La Vega: antropológico del ser que habita desde hace
más de 10.000 años el continente americano. Los
Mas confiado en la infinita misericordia, digo que lo
antecedentes de esta controversia se registran
primero que se podría afirmar es que no hay más
en las visiones que tienen los europeos sobre
que un mundo, y aunque llamamos Mundo Viejo y
los «otros», llamados bárbaros:
Nuevo Mundo, es por haberse descubierto aquel
nuevamente para nosotros, y no porque sean dos, Es esta una dimensión clave del tema del hombre
sino todo uno. Y a los que todavía imaginasen que salvaje, porque con ella se rebajaba a la condición
hay muchos mundos, no hay por qué repudiarles, de monstruos a buena parte de las culturas situa-
sino que se estén en sus heréticas imaginaciones das más allá de la Europa cristiana o del mundo
hasta que en el infierno se desengañen de ella. (9) antiguo o mediterráneo conocido, poniendo así en
entredicho la condición humana de sus integrantes,
Los cosmógrafos de la época —europeos, na-
pero también porque con ella se tenía por salvajes
turalmente—, partieron de unos cuantos datos
no solo a hombres aislados, como ocurría con los
iniciales en el trazo de los mapas del «Nuevo
salvajes europeos, sino a pueblos enteros, bastante
Mundo», señalando islas donde existía tierra
mal conocidos, y descritos de modo fantasioso como
firme, formando un continente donde había
trogloditas, ictiófagos, acéfalos, gigantes, pigmeos,
islas, vaciando el mar en lo que era río. Este mal
cíclopes […]. (Acosta 1992b, 128-129)
trato de las representaciones cartográficas de
los siglos xvi y xvii está presente todavía en el El conocimiento de los salvajes por medio de
siglo xxi. En un artículo titulado «La Tierra no la observación directa o a través de los libros, o
es como nos la pintan» (El Tiempo, abril 22, 2001) de la combinación de estas dos formas, domina
Carlos Dáguer hace alusión a la idea de que en las descripciones de los pueblos indígenas
desde hace más de cuatro siglos el mapamundi americanos. Así, como antecedente en el siglo
con que se enseña geografía muestra a América xiv, encontramos la descripción que hace Marco
del Norte y Europa más grandes de lo que son: Polo de los negros de Zanzíbar como seres sal-
vajes, gigantes, gruesos y muy fuertes, capaces
Tradicionalmente, la imagen que se tiene del mundo
de llevar la carga de cuatro hombres y de comer
es un planisferio hecho en 1569 por el cartógrafo
como cinco de ellos:
flamenco Gérard de Cremer, mejor recordado como
Mercator. Este muestra descomunales los países Son completamente negros y van totalmente desnu-
del Norte del globo y, en contraste, pequeños los dos, salvo que se cubren la cabeza. Y hacen muy bien,
del Sur. Si a esto se suma que entre los siglos xv y porque la tienen muy gruesa, vil e incluso horrible de
xvi se adoptó la convención de pintar arriba el Norte ver. Tienen los cabellos tan crespos que apenas se
de los mapamundis, la imagen que queda es que los pueden alisar con agua. Tienen tan gran boca, la
definitivamente esa parte es la más importante. nariz tan chata y respingada como la de los monos
y las aletas de la nariz tan espesas que es maravilla.
Indudablemente, detrás de esta anécdota his-
Tienen las orejas vastas, y los labios tan gruesos,
tórica se encuentra un problema ideológico
vueltos hacia afuera, y los ojos tan grandes e inyec-
presente desde el siglo xvi hasta el día de hoy;
tados, que es cosa horrible, porque quien los viera en
la supremacía de unos y la subordinación de
otra comarca diría que son diablos; pero son grandes
otros. De hecho, el concepto de «supremacía»
mercaderes y hacen gran comercio. (427-428)
va a imperar en las relaciones entre europeos
e indígenas americanos desde 1492, amparado Este texto nos recuerda las descripciones tam-
en la idea de que lo que no es europeo, es decir bién ingenuas de los cronistas sobre el hombre
civilizado, debe ser subordinado. La carto- indígena americano, en donde se alcanza a per-
grafía, por lo tanto, también nos muestra los cibir ese sesgo «bestial» y hasta «monstruoso»
imaginarios de los europeos del siglo xvi, tal con que veían a los seres que encontraron al
como refiere Gómez: llegar a América. Un buen ejemplo de este tipo
de descripciones lo encontramos en Fernández
La cartografía ocupa en los estudios del imaginario
De Oviedo:
americano una posición de privilegio […]. El cartó-
grafo es, con el navegante, protagonista del descu- Tienen las frentes anchas y los cabellos negros y muy
brimiento de América. Junto a la línea de la costa, llanos, y ninguna barba ni pelos en ninguna parte
del río, de la montaña, dibuja plantas, animales, de la persona, así los hombres como las mujeres; y
hombres y monstruos, poniendo al alcance de los cuando alguno o alguna tiene algo de esto, es entre mil
europeos una realidad fantástica que había dejado uno y rarísimo: andan desnudos como nacieron, salvo
de percibirse con la irrupción del comercio en la ruta que en las partes que menos se deben mostrar traen
de la seda. (21) delante una pampanilla, que es un pedazo de lienzo o

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 185

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Lo imaginario en la construcción del nuevo mundo o las visiones de «el otro» y de «lo otro» en los siglos xvi y xvii

otra tela, tamaño como una mano; pero no con tanto dios diciendo que tenía «semblante de oso y grandes
aviso puesto, que se deje ver cuánto tienen. (115) y brillantes ojos del material pulido (obsidiana) con
que hacían los espejos». (Pendergrast 40)
Aquí de todas formas conviene distinguir entre
la percepción de primera mano hecha por los De los textos de Vignolo y de Pendergrast
viajeros europeos —como es el caso de Fernán- anteriormente citados vale la pena aclarar dos
dez de Oviedo, quien es considerado el «primer elementos: el primero es que no solamente la
cronista oficial» de la corona española— de las imagen de monstruosidad es concebida, pen-
referencias de segundo o tercer orden sobre sada e imaginada por los europeos al ver el
algunos pueblos y gentes indígenas, concebidos mundo indígena, sino también por los indíge-
como salvajes librescos e inexistentes. Existe, nas al observar las indumentarias, las armas y
pues, una especie de mezcla, a veces confusa, de los caballos de los conquistadores, tal como nos
fantasía libresca con experiencia antropológica, lo describe Fuentes:
mediada esta última por dificultades serias para
Entre todas las novedades producidas por mi capitán
aceptar la otredad:
don Hernán Cortés para impresionar a los indios —
El latín monstrum, versión del griego teraj, se supo- fuego de arcabuces, espadas de fierro, abalorios de
ne que deriva de monere, advertir, pero también de cristal— ninguna importó tanto como los caballos
monstrare, mostrar o enseñar. Esto quiere decir que de la Conquista. Una escopeta lanza un estallido
hay aquí una doble etimología y con ello un doble y que se desvanece en humo; una tizona puede ser
simultáneo significado, pues el monstruo es algo que vencida por una espada india de dos manos; el vidrio
se muestra o que se ve, dada su forma excepcional engaña, pero la esmeralda también. En cambio, el
(contra natura o contra la naturaleza conocida); y al caballo es, está allí, tiene vida propia, se mueve, tiene
mismo tiempo es advertencia o señal de algo que la suma de poder del nervio, el lustre, el músculo,
está por suceder. Algo nefasto, por supuesto. Y así, el belfo babeante y las pezuñas como alianza del
desde su origen, el monstruo es asociado a presagios, terreno, resortes del trueno y gemelas del acero. Los
a advertencias divinas, a anuncios de Dios o de la ojos hipnóticos. El jinete que la monta y desmonta,
providencia. (Acosta 1992a, 17) añadiendo a la metamorfosis perpetua de la bestia
vista ahora y jamás imaginada antes, no digamos por
Premonición monstruosa, advertencia vaga de
los indios, ni siquiera por uno solo de sus soles. (50)
algo que puede ocurrir en el futuro. Presenti-
miento, noción de que un suceso más o menos El segundo elemento hace referencia a los espe-
concreto está por acaecer y que estremecerá a jos, al espíritu especular ligado al espíritu gue-
la naturaleza y al hombre. De hecho, algo simi- rrero, que en la Conquista y en la colonización
lar experimentaban los aztecas para la época de América es clave para entender el proceso
cronológica en que se dio el «encuentro» de las de imaginar al «otro» y «lo otro» desconocidos,
culturas europea e indígena americana, hecho exóticos, distintos y diferentes; realidad espe-
que generó imaginarios de una parte y otra, y cular generada no únicamente para confirmar
que confirmó sus preconcepciones de mundo, las pre-figuraciones de los indígenas a través
a saber: los europeos comprobaron que las y los de sus mitos mesiánicos, sino proyectada en
antípodas existen: las mentalidades de los europeos por el efecto
reflexivo de las imágenes en los textos escritos
Las antípodas son las tierras, y quizás los pueblos,
que son como espejos de sus propias fantasías:
ubicados al otro lado del mundo; un lugar simétri-
camente opuesto a nosotros, un anti-mundo o una En los vívidos textos de los denominados cronistas
anti-Tierra. Se produce entonces un hecho curioso: aparecían como seres reales —que otros testigos o el
la transformación de los antípodas en monstruos cronista mismo pretendían haber visto— toda clase
[…] los antípodas terminan por ser asimilados a de extrañas y fabulosas plantas, animales, hombres y
los demás seres extraordinarios y deformes. En las mujeres, así como seres híbridos, cuyos modelos se
compilaciones medievales, los antípodas ya no son encontraban en la mitología griega, en la imaginería de
los habitantes de un misterioso continente, sino gente las iglesias y en los libros (riquísimamente ilustrados)
con una malformación física, literalmente con los pies en la Edad Media europea, así como en los cuentos
al revés. (Vignolo 25-28) y relatos populares de la época. Se hibridaba, a su
vez, con los imaginarios acuñados por las poblaciones
Los indígenas confirmaron, por su parte, que el
autóctonas. Eran narrativas, ideas-imágenes, que
tiempo del quinto sol se acababa, se extinguía
influenciaban el pensamiento y la sensibilidad de los
con la llegada del dios, del gran señor:
habitantes del Nuevo Mundo. (Jaramillo 276)
Cuando llegó Hernán Cortés, en 1519, lo tomaron
Este hecho se ve ampliamente confirmado por
por el dios que regresaba, en parte porque llevaba
Pupo-Walker:
unos anteojos brillantes que convertían sus ojos en
espejos mágicos, prácticamente idénticos a los ojos Era de esperar que los primeros libros que describie-
convexos de pirita de la máscara en forma de cráneo ron el Nuevo Mundo aprovecharan una gran variedad
de Tezcatlipoca. Más adelante, uno de los hombres de antecedentes literarios y visiones ilusorias, que
de Cortés descubrió una gigantesca imagen de este a su vez encontraban el escenario más propicio en

186 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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César Augusto Vásquez García

“Cartografía de la memoria XI”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital.55 x 42 cm. Detalle.
aquellos sitios remotos de América […]. En esos porque los espejos existen y, por ende, los refle-
relatos, el Nuevo Mundo se configuraba, una vez jos, las visiones, las copias y las reproducciones:
más, a imagen y semejanza de leyendas populares
—La peor de todas las enfermedades nacidas de tu
y de libros de ficción. (55-57)
ambición no ha sido la viruela, ni la sífilis. La más
De igual forma, los indígenas americanos se grave de todas las enfermedades son tus malditos
ven envueltos en sus propias fantasías, deslum- espejos. Su luz hiere, como hieren las bolas de fuego
brados por lo que consideran de origen divino: que con tus cañones escupieron sobre mi gente. Tú
el regreso del origen, la vuelta a lo primigenio trajiste los espejos plateados, nítidos, tirantes, lumino-
incorporado ahora en seres «superiores» de sos. Mirarme en ellos me duele, pues el rostro que el
barbas amarillas y rayos que provocan el espejo me regresa es un rostro que no es el mío. Es
vómito y la sangre. El alumbramiento y la un rostro angustiado y culpable. Un rostro envuelto
muerte al mismo tiempo: el renacer y el dolor por tus besos y marcado por tus amargas caricias. Tus
juntos (Tovar 1997, 20). En este recorrido por espejos devuelven a mi vista el espanto de las muecas
el imaginario colectivo del Descubrimiento y abiertas que tienen los rostros de los hombres que
de la Conquista hasta ahora representada por se han quedado sin lenguaje, sin dioses. Tus espejos
hombres indígenas y europeos, la presencia de reflejan a la piedra sin volcán y al futuro sin árbol.
la mujer ha sido históricamente desfocalizada. Tus espejos son como pozos secos, vacíos, que no
Por eso hay que hacer un reconocimiento a una tienen espíritu ni eternidad. En las imágenes de tus
de las pocas mujeres protagonistas en las his- espejos hay gritos y crímenes devorados por el tiempo.
torias oficiales sobre la Conquista de América. Tus espejos distorsionan y enloquecen al ser que se
De hecho, la Conquista es atributo masculino; mira en ellos; lo contagian de miedo, le deforman el
si existe la figura femenina en este contexto, corazón, lo destrozan, lo sangran y lo maldicen; lo
de resultas surge el ser débil, sugestionable, engañan con su alma escurridiza, quebradiza, falsa.
manipulable, tanto que hasta puede llegar a ser Mirarte tanto tiempo en tus espejos te ha enfermado,
«chivo expiatorio» de la rabia, el dolor y el des- te ha mostrado una gloria y un poder equivocado. Lo
engaño. La mujer se oculta y hasta se la agrede peor de todo es que el rostro que miras en tu espejo
en los procesos imaginarios de este desarrollo creyendo que es tu cara existe. Tus espejos lo han
de encuentro de culturas: la voz «hijo/a de la desvanecido y en su lugar te muestran un infierno
chingada» es una interesante expresión que alucinante. ¡Infierno! Esa palabra que aprendí contigo,
hay que indagar más allá de los estereotipos esa palabra que no entiendo, ese lugar creado por tus
culturales ligados a los mexicanos y vehicu- gentes para maldecir eternamente todo lo que vive.
lados a través de los medios de comunicación Ese universo aterrorizante que has fabricado, ese es
masiva. Suena hasta simpática la expresión; sin el que recorta tu imagen y la congela en el espejo.
embargo, está cargada de una historia compleja ¡Tus espejos son tan terribles como tú! Lo que más
porque complejos fueron sus protagonistas: el odio, Hernán, es haberme mirado en tus espejos. En
conquistador, la conquistada y el(la) mestizo(a). tus negros espejos. (182)

En una documentada novela de Laura Esqui- Es importante destacar cómo históricamente el


vel se presenta a la Malinche como una mujer llamado «mundo masculino» ha sido coherente
no reconocida por el otro, no visualizada, no consigo mismo a pesar de encontrarse atrave-
reflejada en los ojos del otro. El dolor aflora y sado también por una serie de contradicciones
la irremediable historia no cesa simplemente en la afirmación de la «identidad» y de la «sub-

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 187

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Lo imaginario en la construcción del nuevo mundo o las visiones de «el otro» y de «lo otro» en los siglos xvi y xvii

jetividad». El «mundo femenino», al jugar sola- Desde esta perspectiva, en el ideario indige-
mente como imagen, como un no-masculino, nista liberal de la revolución mexicana, por
como pasividad que se pliega, ha permitido que ejemplo, la figura de la Malinche recrea el
estas contradicciones sucedan en la formación mito de la traidora a su pueblo; es una alegoría
de su identidad y subjetividad. Y aun cuando de la claudicación ante el conquistador. Ante
en algunas ocasiones existe una queja, no ha esta perspectiva, las propuestas feministas a lo
logrado expresarse más que a través de sínto- sumo lo que han hecho es reivindicar la figura
mas: su territorio se ha utilizado como campo poética de la Malinche, ubicándola como un
de conquista; su silencio (a nivel del lenguaje instrumento de poder. En este sentido, Díez
sintáctico) no ha encontrado expresión más retoma a Lavrin (1978) para considerar que
que a través de la posible metáfora que viaja y existe un vacío historiográfico, y por lo tanto
se transforma, que dice y no dice, que sugiere ideológico, entre la figura de la Malinche y Sor
y que se esconde. Como no se siente realmente Juana Inés de la Cruz.
representada en ese lenguaje, ha convertido su En relación con la figura de la mujer en la época
cuerpo en terreno a través del cual su subjetivi- colonial —siguiendo a Díez—, actualmente
dad se puede apenas esbozar de manera sutil. se reconoce un temprano interés por estudiar
Así, la llamada «subjetividad femenina» en los la vida conventual femenina, pues el tema de
siglos xvi y xvii no comienza más que a sugerirse, las religiosas estuvo siempre en una posición
toda vez que es solo a través de «afirmaciones» secundaria respecto a la jerarquía masculina,
y «nombramientos» como se pueden lograr lo que reforzaba el modelo historiográfico
transformaciones. positivista de configurar cuadros de «mujeres
Un ejemplo de dichas afirmaciones es «Pers- excepcionales» en contextos masculinos. De esta
pectivas historiográficas: mujeres indias en la forma, el rastreo sobre el monacato femenino
sociedad colonial hispanoamericana» de María indígena es escaso, en el que se da cuenta de
Teresa Díez, donde propone una mirada a las indias en situación semi-religiosa o hermanas
posturas historiográficas de fines del siglo xx serviciales o donadas, aun cuando estas hubie-
con relación a los estudios de mujeres y género ran sido caciques o hijas de caciques.
en el periodo colonial. Por lo general, estos La polémica imperante a fines de siglo xx con
estudios se realizan generalmente a través de relación a los análisis históricos sobre la mujer
monografías regionales sobre microhistorias desde las propuestas feministas basadas en
y estudios de caso y, en menor proporción, a el concepto de complementariedad cuestiona
través de trabajos históricos de carácter com- «los papeles tradicionales de las mujeres como
parativo. naturales, obviando las tensiones de género y,
por tanto, perpetuando la visión androcéntrica»
De acuerdo con Díez, una de las dificultades en
(Díez 2). Este cuestionamiento ha hecho que in-
este tipo de trabajo historiográfico es la escasa
vestigadoras e investigadores provenientes de la
información obtenida sobre las mujeres indí-
antropología, la sociología y la psicología social,
genas y negras en el periodo de la Colonia en exploren los sistemas de género como parte de
Hispanoamérica, lo que empieza a subsanarse los análisis sociales en directa relación con el
en la década de los noventa por la incorporación estudio de las estructuras de producción y la
de espacios ideológicos que abren las reivindi- división sexual del trabajo y que fundamenten
caciones neoindigenistas e indianistas y «por una línea de investigación sobre la condición
la misma extensión teórica del feminismo hacia socioeconómica de las mujeres en la Colonia
las propuestas postmodernas del multicultu- (Díez 5).
ralismo y los enunciados postcoloniales» (Díez
1). En este sentido, un modelo historiográfico Otro claro ejemplo de la «imagen» y el «imagi-
imperante sobre la mujer en la Colonia es el pro- nario» de la mujer en la Colonia es un texto de
puesto por el positivismo propio de los estudios 1986 titulado «Análisis de trabajos escritos sobre
americanistas. Allí, la interpretación de y sobre la mujer latinoamericana durante los periodos
lo indígena pasa de la épica beligerante de la de la Conquista y la Colonia» de la investigadora
Conquista al discurso de la evangelización y la colombiana Susy Bermúdez. Bermúdez parte
aculturación, lo que reduce las investigaciones de la tesis de que actualmente se hace evidente
a las categorías de «utopía indigenista» e «indio la ausencia de investigaciones en el campo
arqueológico». Estos estudios le apuestan a un histórico sobre la mujer latinoamericana, pues
discurso que incorpora la herencia indígena dicha historia se concentra en los casos heroicos
precolombina como elemento legitimador de las y traidores de mujeres extraordinarias que esca-
pan a una visión humana y cotidiana de quienes
identidades nacionales, pues, en este contexto, la
conforman el género femenino, una mayoría
experiencia histórica de las mujeres indias que-
anónima de «mujeres comunes y corrientes»
daba reducida, inevitablemente, a los arquetipos
(2), desconocida para el resto de humanidad.
del imaginario nacional que, así mismo, recogía
otras elaboraciones del hispanismo, ya fuera del Desde el enfoque del estudio de «las mentalida-
conservador o del liberal (Díez 1). des», Bermúdez desarrolla su investigación en

188 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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César Augusto Vásquez García

cuatro partes correspondientes a su vez a cuatro latinoamericanos. Por ello se hace necesario
periodos de la historia, a saber: la Conquista, los retomar las palabras de Sor Juana Inés de la
años de transición (siglo xvi), la sociedad colo- Cruz como metáforas de la mujer-lengua en-
nial (siglos xvii y xviii) y, finalmente, los últimos carnada inicialmente en la Malinche —con lo
años del siglo xviii. De esta manera, a partir de que provisionalmente cerramos este ensayo de
una juiciosa revisión documental y bibliográ- «imaginería textual», especie de collage referen-
fica sobre el tema de las formas de «historiar» a ciado, autorizado y mixturado—. Este artículo
la mujer en la Colonia en la América hispana y nos ha permitido realizar un acercamiento a los
portuguesa, llega a las siguientes conclusiones:
imaginarios colectivos de culturas en procesos
1) existe una falta de información para estu-
diferentes pero estructuralmente orientadas
diar temas históricos sobre la mujer «común y
hacia percepciones de mundo similares, lo
corriente» en la América colonial; 2) son pocos
los estudios que se conocen sobre este periodo que confirma la idea de que el problema de «el
y menos los que analizan en forma detallada otro», de «lo otro», es, ante todo, un problema
la vida cotidiana de las mujeres, soportados de la mismidad, es decir, de las imágenes que
en fuentes primarias; 3) se conocen hasta ese se tienen de sí misma(o):
momento (1986), algunos avances investigati-
vos en México, Perú y, en menor medida, en Yo no entiendo de esas cosas;
Brasil y demás países de la región; 4) las y los solo sé que aquí me vine
investigadores, en la mayoría de los casos, son porque, si es que soy mujer,
de procedencia norteamericana y europea, con ninguno lo verifique.
formación académica, en su gran mayoría, en Y también sé que, en latín,
antropología, sociología, e historia; 5) los estu- solo a las casadas dicen
dios coloniales no han prestado atención a la uxor, o mujer, y que
problemática femenina y mucho menos a los es común de dos la virgen.
periodos iniciales de la Conquista y la Colonia Con que a mí no es bien mirado
(siglos xvi y xvii); la mayor cantidad de informa- que como a mujer me miren,
ción y fuentes documentales proviene, como en pues no soy mujer que a alguno
la mayoría de los estudios sobre este periodo, de mujer pueda servirle;
del siglo xviii y, finalmente; 6) los parámetros y solo sé que mi cuerpo,
de pensamiento de la investigación sobre la sin que a uno u otro se incline,
mujer en la Colonia están determinados por los
es neutro o abstracto, cuanto
modelos de trabajo académico; también resalta
solo el Amor deposite […]
la labor realizada por mujeres investigadoras
en América y en Europa por sus aportes a una
nueva forma de ver a la mujer en el periodo Bibliografía citada
colonial.
Sobre cultura prehispánica
Este documento de trabajo, publicado por el
Departamento de Historia de la Universidad Correa, François. 2005. Sociedad y naturaleza en
de los Andes (Bogotá), reviste importancia, la mitología muisca. Tabula Rasa 3: 1-26.
por un lado, por el aporte inicial que hace a Fuentes, Carlos. 2000. Prefacio. En Los cinco soles
la historia de la Colonia en América Latina,
de México. Memoria de un milenio, 7-28. Barcelona:
aporte hecho a mediados de la década de los
Seix Barral.
años ochenta —aporte significativo, pues fue
el comienzo de las investigaciones sobre este León Portilla, Miguel. 2005. Los antiguos mexicanos
periodo en Colombia (por ejemplo, los trabajos a través de sus crónicas y cantares. México: Fondo de
de Renán Silva, Bernardo Tovar, Diana Soto, Cultura Económica.
Guiomar Dueñas)—; por otro lado, reviste im-
Valencia, David, y Pablo Bacca. 2008. Pensamiento
portancia por el posicionamiento de la mujer
mágico amerindio. En Los aztecas, 9-30. Bogotá:
en el contexto de la sociedad colonial; contexto
Educar.
que demarca unas relaciones de subordinación
y sometimiento generalizadas a los patrones y Westheim, Paul. 1997. La concepción de la reali-
modelos masculinos construidos por la diná- dad. En Ideas fundamentales del arte prehispánico en
mica patriarcal de dicha sociedad. México, 11-60. Madrid: Alianza.
Es claro, entonces, que la visión histórica e
historiográfica sobre la mujer en la época co- Sobre la Conquista y la Colonia
lonial en la América hispánica y portuguesa Esquivel, Laura. 2006. Malinche. Bogotá: Santi-
—resultado de un proceso de construcción llana.
imaginaria resultante de múltiples variables
sociológicas, económicas, políticas y cultura- Fernández de Oviedo, Gonzalo. 1996. Sumario de
les— requieren de investigaciones documen- la Natural Historia de las Indias. México: Fondo de
tales todavía inexistentes en nuestros países Cultura Económica.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 189

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Lo imaginario en la construcción del nuevo mundo o las visiones de «el otro» y de «lo otro» en los siglos xvi y xvii

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190 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 190 16/11/2010 02:27:35 p.m.


conferencias

“Evolución”. Planetas y viajeros.

REVpalimpsesto_7_2010.indb 191 16/11/2010 02:27:35 p.m.


REVpalimpsesto_7_2010.indb 192
“Leda y el cisne”. Pinturas. 1998. Óleo y collage sobre tela. 140 x 120 cm.

16/11/2010 02:27:37 p.m.


Michel Maffesoli*

Ciberespacio y masturbación:
«una comunión postmoderna
de los santos»**

¿
Acaso no es propio del pensamiento «circun-navegación» donde los exploradores el autor:
auténtico inventar algo real que sea audaces descubrieron esos nuevos mundos y
* Director del Centro de Estu-
contrario a las verdades comunes? Sí. ampliaron de esta manera las percepciones dios de lo Actual y lo Cotidiano,
He dicho inventar algo real. Lo que no habituales, las formas de ser y los diversos Universidad de París V (Sorbo-
es reductible a aquel principio de realidad con imaginarios de sus contemporáneos. na). Nacido en Graissessac,
Hérault, Francia. Hijo de emi-
el cual a menudo es confundido. Así mismo, la
Los juristas de espíritu agudo, tales como Carl grantes italianos, estudió en la
invención —nunca sobrará repetirlo— consiste Universidad de Grenoble, don-
Schmitt, han mostrado cómo es este vagabun-
en hacer manifiesto (invenire) aquello que está de obtuvo los doctorados en
deo conceptual el que estaba en los orígenes Ciencias Humanas y Sociolo-
ahí. Aquello que ya está allí. gía (1973 y 1978). Titular de
del ius publicum Europaeum. Un nuevo orden de
la cátedra Émile Durkheim de
Por ello, no hay que refrenar en absoluto la cosas se estaba diseñando en esa ocasión. Un la Universidad París V desde
libertad que tiene el creador de exagerar. Tipo nomos de la Tierra, es decir, una lógica interna, 1981.
ideal (Weber), forma (Simmel), caracteres una nueva racionalidad del vínculo social que Ha sido director de las re-
esenciales (Durkheim), arquetipos (Jung)…, se constituye mediante y gracias a los descu- vistas Sociétés y Cahiers de
l’Imaginaire. Actualmente es
es larga la lista de tales exageraciones que brimientos inducidos por la circunnavegación el director del Centre d’études
resquebrajan las certidumbres establecidas, en cuestión. sur l’Actuel et le Quotidien
pero que permiten, así mismo, resaltar de la (ceaq) de la Sorbonne y vice-
mejor manera las especificidades de lo real, ¿Acaso no se puede decir que algo de orden presidente del Instituto Inter-
similar está ocurriendo a partir de la nave- nacional de Sociología (iis).
lleno de prosaísmos, grandezas y bajezas, cuyo Le han sido otorgados los pre-
conjunto constituye toda la vida social. gación electrónica: el descubrimiento de un
mios de ensayo André Gautier
Nuevo Mundo? ¿La elaboración de una cultu- y Grand Prix de las Ciencias
Es mediante un esfuerzo de la voluntad contra ra totalmente diferente de aquella que había Humanas de la Academia
las teorías convenidas y mediante la observa- caracterizado la modernidad? Se trata de algo Francesa.
ción intensa contra las evidencias intelectuales que, en todo caso, influirá en los modos de vida Entre sus obras se cuentan
Logique de la domination
como la originalidad del pensamiento se acerca y los imaginarios sociales. (1976), La violence fondatrice
a este ser conjunto, a la vez auténtico y soterra- (1978), La violence totalitaire
do, propio de la vitalidad específica de lo que Recordemos a Thomas Kuhn, quien, al reflexio- (1979), La conquête du pré-
siempre se ha denominado un estado naciente. nar sobre los descubrimientos científicos y sus sent (1979), L’ombre du Dio-
nysos (1982), Le temps des
consecuencias tecnológicas pudo demostrar tribus (1988), Au creux des
Dicho status nascendi es el que se encuentra cómo estas eran causa y efecto de lo que se apparences (1980), Éloge de
presente en las diversas ciberculturas, conta- denominaba un paradigma. Se trata de aquello la raison sensible (1996), Du
minando de múltiples formas la vida cotidiana que puede comprenderse como una matriz
nomadisme (1997), L’instant
de nuestras sociedades. De hecho, es en térmi- éternel. Le retour du tragique
que en sentido estricto permite la eclosión de dans les sociétés postmoder-
nos de epidemiología como debe plantearse una nueva vida. Es un nuevo paradigma que nes (2000). La mayoría de
el problema. De esto se trata, pues de modo en nuestros días se encuentra en gestación y
ellas han sido traducidas al
casi imperceptible pero de manera obstinada, español.
que se denomina cibercultura. Pero, con el fin Sus sensibles análisis de las
los diversos medios de comunicación interac- de establecer todas las consecuencias, quizá dinámicas de las sociedades
tivos han ganado terreno y se han impuesto resulte útil hacer un pequeño desvío para contemporáneas lo han con-
simultáneamente en todo lo que tiene que ver vertido en uno de los sociólo-
comprender todas aquellas que pueden ser gos vivos más reconocidos, no
con los servicios, los trámites administrativos
las reticencias o las sospechas de las cuales es solo por la academia, sino por
o burocráticos, pero también en todos los el público en general.
objeto. «Pequeño desvío» es sin duda un eu-
momentos lúdicos, donde el sueño tiende a
femismo, pues es siempre durante un periodo **Artículo traducido por
sustituir la realidad misma.
prolongado que se pueden comprender las Sergio Bolaños Cuéllar,
profesor asociado de la
Se ha podido hacer notar que uno de los mo- raíces de los temores, los miedos o los tabúes Universidad Nacional de
mentos clave de los tiempos modernos fue esta que constituyen una cultura determinada. Se Colombia.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 193

REVpalimpsesto_7_2010.indb 193 16/11/2010 02:27:37 p.m.


Ciberespacio y masturbación: «una comunión postmoderna de los santos»

sabe que el individuo no es reducible a su parte cierta unión cósmica. Un matrimonio místico
emergente y no existe sino en función de un con la tierra, centro de la unión. ¡Símbolo —si
sustrato inconsciente. Lo mismo vale para la lo hay— de la comunidad humana!
vida social que también tiene sus criptas más
Estas observaciones alusivas tienen por objeto
o menos laberínticas. Otra manera de decir
llamar la atención sobre el hecho de que la
inconsciente colectivo. Una raíz constante de
cibercultura es a la vez expresión del poder
la cultura occidental es el miedo-pánico de la
de la imagen y del goce inútil. El juego del
imagen. Esta iconoclasia de memoria antigua
imaginario ocupa allí un lugar de elección y la
ha sido analizada a menudo. Pero estos elemen-
dimensión onanista en el sentido que acabo de
tos esenciales deben ser bien entendidos para
indicar está lejos de ser desdeñable.
comprender el temor que inspira en nuestros
días el mundo virtual. La rebelión del imaginario se manifiesta con
fragor en los juegos de roles, los foros de discu-
En pocas palabras, recordemos la lucha de los
sión y los diferentes blogs y home pages donde la
profetas del Antiguo Testamento contra los
fantasía, los fantasmas y otras fantasmagorías
íconos y otros ídolos hechos de piedra o de
ocupan lo esencial del espacio y el tiempo. La
madera. Combate feroz con el fin de llegar a
razón, la funcionalidad y el autoritarismo no
un Dios único que conviene adorar en «espíritu
están totalmente ausentes pero se les atribuye
y verdad». El énfasis está puesto en el cerebro,
una porción conveniente. Ahora bien, más
en lo cognitivo, y en la Verdad que esto nos
exactamente, por una interesante inversión
permite alcanzar. El ídolo, es importante recor-
de polaridad, van a servir de coadyuvantes de
darlo, era de esencia femenina, causa y efecto
algo real lúdico. De señores, pasan a ser siervos.
de cultos a la «tierra madre»; así, el ídolo no
A este respecto resulta ilustrativo señalar cómo
apelaba a la razón sino al vientre. Hay algo de
lo festivo, lo imaginario, lo onírico colectivo se
histérico en él. Es el uterus lo que se demanda.
convertirán en normas del «ciber-espacio». Y
¿Qué es el vientre sino el símbolo de los senti-
de esta forma contaminan el territorio privado
dos en su diversidad? El vientre por su posición
y la esfera pública. En la racionalización gene-
central es el signo de la completud del ser. Para
ralizada de la existencia, cuando se constituye
utilizar un oxímoron ilustrativo, es un vector
el contrato social, se ve cómo se erige aquello
de una razón sensible que alía los contrarios,
que se denominó familiarmente el «muro de
haciéndolos interactuar en coincidencia.
la vida privada». Bajo los ataques bruscos y
Además, recordemos que dicha iconoclasia se violentos de los juegos de rol y los blogs, este
volvió filosófica con Descartes y Malebranche muro, si no cae completamente, al menos se
que incitan a desconfiar de esta imaginación torna poroso.
como si fuese la «imaginación cotidiana». Es
Rumores, buzz, chismes, noticias falsas y ver-
decir, la que no permite el buen funcionamien-
daderas, en un curioso mecanismo de conta-
to de la facultad racional. Es esta estigmatiza-
minación, el «ciber-espacio» vincula el rol de
ción la que vamos a encontrar de nuevo a lo
la plaza pública, del café del centro comercial o
largo de la modernidad, como en Jean-Paul
de la antigua ágora. En su sentido etimológico,
Sartre y su libro sobre la imaginación, que va
el for interno es suplantado por el for externo:
a alimentar las diversas condenas de la imagen
todo se convierte en foro accesible a todos.
en general, la publicidad, los juegos de video,
los juegos de roles, cuya importancia en la ac- El gran especialista francés de los imaginarios,
tualidad no se puede negar. Y esto en relación Gilbert Durand, lo ha señalado acertadamente:
tanto con la existencia individual como con la la imagen es un mesocosmos entre el micro-
vida colectiva. cosmos personal y el macrocosmos colectivo.
En sentido estricto, se trata de un mundo del
En correlación con la iconoclasia, también
medio. Establece un nexo. Forma un enlace.
vale la pena subrayar —por sorprendente que
Hay, pues, una dimensión comunal en la par-
esto pueda parecer— que una de las raíces del
tición de las imágenes electrónicas. Más allá
temor a lo virtual es la condena del onanismo.
del encerramiento individual, ellas son causa y
En el marco general, que —como se sabe— va
efecto de un verdadero cuerpo social. Es claro
a ser uno de los valores dominantes de la tra-
que este no es reducible a la racionalidad mis-
dición judeocristiana, la figura de Onán es en
ma, a aquello que convenimos en denominar
cierta medida un paroxismo, precisamente en
la Sociedad. Este se difracta en multiplicidad
cuanto su goce es aparentemente individual,
de tribus de diversos órdenes y se basa en la
inútil. Su semilla se pierde en la tierra. Cuando
partición de un gusto común. Tribus musicales,
se observa más de cerca, la correlación resulta
deportivas, culturales, sexuales, religiosas, to-
evidente en la medida en que en la masturba-
das reposan en imágenes producidas y vividas
ción requiere contarse una historia, hacer un
en común.
escenario, en pocas palabras, visualizar una
imagen. La pérdida de la semilla en la tierra El «cogito, ergo sum» cartesiano se basaba en
es así mismo ilustrativa en cuanto se realiza una revolución epistemológica importante:

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Michel Maffesoli

el hecho de pensar por sí mismo. Y esto se este pegamento es el hecho de un ideal lejano,
presenta en el encerramiento, en la fortaleza como sucedió en el caso de la Modernidad. En
del espíritu individual. Todo lo contrario se cambio, en otras oportunidades, el pegamento
expresa en el «telón», donde la partición de se elabora cuando se comparten afectos, emo-
las imágenes hace que uno sea pensado por ciones, pasiones comunes, aunque estos hayan
el otro. No se existe sino por los otros y en sido anodinos y sin importancia.
relación con ellos. Esto genera aquello que se
Aquí se ubica el enlace que está presente en
puede denominar, retomando una expresión
todos estos sitios. Además, la palabra no es
de Durkheim, «conformismo lógico».
neutra. El tiempo se contracta en espacio. Se
Pero este, contrario a lo que se ha convenido convierte en un «sitio» que yo comparto con
decir, no es la expresión de un simple narcisis- otros y a partir del cual puedo «crecer». La
mo. Entonces es necesario modificar el sentido Historia con ‘H’ mayúscula, la Historia de la
que se le asigna en general a la palabra narci- Modernidad, ella misma asegurada, deja su
sismo. En lugar de lo que dicen las interpre- lugar a estas pequeñas historias, sin contenido
taciones comunes de este fenómeno, Narciso real, pero que aseguran el vínculo, permiten el
no se pierde en su imagen, sino en el estanque enlace. En estos sitios comunitarios, jugando
donde se proyecta su imagen. La diferencia es con la eufonía de las palabras, el lugar enlaza.
importante por cuanto el estanque simboliza la
Second Life, MySpace, Facebook, todas estas
naturaleza en su totalidad, el dato mundano, el
son declinaciones del juego de imágenes y
estuche donde la persona, al perderse, alcanza
del gasto improductivo. Todo ello no sirve
su plenitud en un conjunto más vasto.
para nada, pero pone de relieve el precio de
Es lo que yo denomino un «narcisismo de las cosas sin precio. Estos sitios son las formas
grupo», un narcisismo colectivo que está pre- postmodernas del Potlatch premoderno. Lo
sente en todos los fenómenos de la virtualidad que se sustrajo como forma residual en la
electrónica. Retomando la metáfora de la se- sabiduría popular que «conoce» muy bien el
milla de Onán, en verdad hay pérdida, pero saber incorporado de «el que pierde gana».
esta tiene lugar en un conjunto que supera Y que en lo inútil del chatear, en la falta de
al individuo y participa de esta manera en la interés del blog o del foro de discusión o en la
conformación del cuerpo colectivo. obscenidad de la home page, se (re)encuentra
la consolidación del vínculo social.
Se trata de un proceso de masturbación colec-
tiva con el cual uno se enfrenta en los famosos Hay de alguna manera algo sagrado, es decir,
«sitios comunitarios». Cada cual, bajo la impu- algo que hace visible una fuerza invisible. En
nidad del anonimato, se revela a los otros. ¡Hay este sentido, lo virtual de las ciberculturas es
conexión, tactilidad en el aire! Los filósofos una manera de expresar el deseo de «estar-
de la Edad Media se interrogaban sobre el conjuntamente». A través de los estremeci-
glutinum mundi. ¿Cuál es este «pegamento del mientos, del hormigueo, lo virtual percibe
mundo» que hace que, a pesar de los diversos los temblores de una vida en gestación. Se ha
egoísmos, se mantenga unido? Algunas veces, podido comparar este nuevo vínculo espiri-
“Tríptico de las bacantes o de la danza”. El umbral del paraíso. Grabado en metal. 70 x 100 cm.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 195

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Ciberespacio y masturbación: «una comunión postmoderna de los santos»

tual con la «noosfera» del padre Teilhard de plantear un interrogante. El peer to peer hace
Chardin. Esta vinculación no es anacrónica enloquecer las reglas económicas comunes.
por cuanto permite apreciar que en los enlaces Pero, así se quiera o no, es un comercio que se
invisibles de los intercambios virtuales hay establece. Comercio que conviene comprender
una cosa adicional a la dimensión económica, stricto sensu: comercio de bienes, comercio de
más allá de la cuantificación positivista, de las ideas, comercio de amores. Estas antiguas ex-
infraestructuras materiales, se asegura una presiones francesas (y españolas) manifiestan
cohesión social cuyas consecuencias aún no muy bien cómo, al lado del mercadeo de los
se han medido por completo. Los jugadores objetos, también se encuentran en Internet los
en línea, de Tokio a Londres, pasando por São intercambios filosóficos, religiosos o afectivos.
Paulo o Los Ángeles, sin olvidar aquella aldea
remota de los Alpes o de los Cárpatos, se con- Sin duda, en estos diversos dominios, el último
sumen en combates interminables, enlazados en particular, el paso al límite allí ya es rápido.
por los vínculos mágicos de lo virtual. Pero ¿Acaso no es propio de todo estado naciente
su (mundo) real tiene una eficacia más fuerte ser potencialmente excesivo, paroxístico o
que los principios de realidad, admitidos co- anómico? Pero según un adagio bien conocido,
múnmente. Y esto porque su vida cotidiana lo anómico de hoy es lo canónico de mañana.
estaría, en su sentido fuerte, determinada por A este respecto, aquello que puede chocar con
estos juegos que les fascinan. Se hallan como los valores morales establecidos, ¿no constituye
imantados por polaridades lejanas e invisibles. una fuerza ética para las tribus postmodernas
Esto sería, pues, la noosfera de lo virtual en la involucradas?
cibercultura. La moral remite a principios abstractos, en
En un momento importante para la moderni- cierta medida, desencarnados. La ética, en el
dad, ante el surgimiento de la Reforma, Max sentido etimológico más cercano, es el produc-
Weber había prestado atención a la fuerza de to de las costumbres vividas cotidianamente.
lo inmaterial. Testimonio de ello es su obra Es dicho inmoralismo ético el que se encuen-
capital: La ética protestante y el espíritu del capi- tra en las infinitas discusiones de Myspace.
talismo. Cierta interpretación de la Biblia en el Todo, sin importar de qué se trate, se cuenta
protestantismo genera una nueva organización allí. Es el imaginario y el onanismo colectivo
del mundo: el capitalismo. Esto es resumido por a lo largo del tiempo y, por lo tanto, un ideal
Weber bellamente cuando recuerda que no se comunitario que allí se crea. Las solidaridades
puede «comprender lo real sino a partir de lo se originan allí y las generosidades se expresan
irreal». Se podría agregar que lo que sea consi- con fortaleza.
derado como tal no tiene una fuerza innegable.
«Eppur si muove», decía el gran Galileo a sus
Esto va a servir de fundamento para un nuevo
detractores. El dogmatismo en su límite ya
orden de las cosas.
no pudo más. Terminó el geocentrismo. Algo
Es, pues, dicha natura rerum lo que está en similar podemos decir en la actualidad: y, sin
juego en el «telón». Sin excedernos en el juego embargo, esto vive. Aunque sea virtual hay un
de palabras se podría decir en francés en jeu o estremecimiento cultural, existencial, social
enjeu (estar en juego o puesto). Esto porque a en el telón. En Japón se ha podido hablar de
partir de lo virtual el vínculo social es a la vez la «generación Otaku». En el sentido más cer-
sólido y línea punteada. Es esta nueva forma cano a su etimología, se ha acantonado en la
que no retiene lo esencial de los observadores «casa». Pero, a partir de entonces, los mensajes,
sociales quienes, demasiado obnubilados por los vínculos, las relaciones de dicho arraigo se
sus concepciones de lo social, heredadas de difunden a través del mundo para crear comu-
los siglos xviii y xix, tienen dificultades para nidades a la vez virtuales y reales.
comprender y analizar o, simplemente, admitir
una socialidad cuyos ingredientes son este Allí se trata de una complexio oppositorum, el
imaginario lúdico u onírico en cuestión, el cual tejido conjunto de elementos compuestos,
atraviesa de una parte a otra la cibercultura. pero complementarios. Estos son encuentros
en los sitios comunitarios y a partir de ellos se
En particular, en cuanto a un punto esencial permite vivir vidas múltiples, unas «Second
que trata sobre el supuesto individualismo Life». Al hacer esto vuelven a representar el
contemporáneo y en relación con este Leitmotiv, vagabundeo, fundador de toda cultura verda-
a menudo machacado, del repliegue sobre la es- dera. Suscita un «Wanderlust», un goce de va-
fera privada, aquí encontramos muchos lugares gabundear que es el hecho de los exploradores,
comunes donde se llevan a cabo análisis cien-
de todos los conquistadores, de aquellos que
tíficos que pasan de lado por el «ciber-mundo»
descubren los nuevos mundos.
donde las relaciones se crean, los intercambios
se elaboran, se comparte y todas las cosas Llamado de lo desconocido o, como decía
constituyen, para bien o para mal, una nueva Durkheim, «sed del infinito». Es esto lo que
vida social. Para bien y para mal, por supues- está en juego en el caso de estos caballeros
to, porque el intercambio de archivos puede postmodernos. Navegan por Internet en busca

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Michel Maffesoli

de un grial que, como todo grial, no tiene con- induce un nuevo orden: el de lo inmaterial, de
tornos ni contenido preciso. Aquí importa solo lo virtual con eficacia contagiosa.
el camino, solo el vagabundeo, solo el hecho de Resulta útil observar de lejos retrospectivamen-
«navegar». te para poder apreciar lo que está sucediendo.
Tal como lo señalé arriba, la imagen y/o el Por mi parte, a menudo he dicho que la post-
onanismo suscitan una forma de goce tanto modernidad naciente podría compararse a
más fuerte que inútil. Quizá por ello es que ese otro momento fundador que fue el fin del
durante mucho tiempo han sido estigmatizados Imperio romano, en los siglos tercero y cuarto
en la tradición judeocristiana y ahora moderna. de nuestra era.
Hago la precisión de que la libido en cuestión Las instituciones oficiales están allí, aparecen
no es simplemente sexual, sino que connota sólidas y ya carcomidas por dentro. Las ideolo-
una manera más amplia, una energía, una gías establecidas son los únicos discursos auto-
pulsión vital, en pocas palabras, un querer vivir rizados, pero nadie presta atención. Todo tiene
irreprimible. el gusto insípido de lo ya visto y escuchado. Es
Se trata de cierto instinto que no se preocupa entonces cuando los espíritus exigentes buscan
por razonamientos precisos. Es esto lo que sacar provecho.
apesadumbra a los observadores sociales que se Más precisamente, en el seno del Imperio
resisten a admitir que esto pueda tener sentido romano pululaban esos cultos misteriosos
(finalidad). De esta manera, el filósofo alemán que llegaban a su fin. Nacían Orfeo, Mitra,
Romano Guardini definía el espíritu de la li- el cristianismo. Entre otras, aparecen las
turgia: «Zwecklos aber sinnvoll». Es una liturgia comunidades donde uno no se contenta con
que se realiza en los blogs, foros de discusión los encantamientos trasnochados y un poco
y múltiples sitios comunitarios que marcan el mortíferos. Estos son los «sitios» donde se
telón electrónico. El contenido importa poco; vive la «religión verdadera». Esta se ocupa de
solo el continente es necesario. «Continente» los otros, de los viejos, de los enfermos, de los
quiere decir que espacializa el tiempo. Crea jóvenes. Se encuentra en sintonía con la vida
a partir del estar conjunto donde el hecho de cotidiana. En pocas palabras, mediante ella se
estar en contacto es la realidad primordial. Con logra el enlace con la alteridad. Es decir, con el
Internet se pasa de una tradición logocentrada, otro en la proximidad (lo social), y con el otro
donde la palabra era soberana, a otra tradición en la lejanía (la deidad).
mucho más «locus-centrada», donde prevalece
solo el espacio, solo el «sitio» compartido con El «misterio» es lo que une a los iniciados entre
los demás. De donde surge la impresión de «ha- ellos, entre aquellos que comparten los mismos
blar para no decir nada». De hecho, no se dice mitos. ¿Pero cómo fue posible que ante el flore-
nada, pero este nada es esencial, es matricial. cimiento de estos cultos, que tenían especifici-
Genera un ser y así produce cultura. A través dades muy cercanas, solamente el cristianismo
de pseudoroles jugados, home pages verdaderas haya sobrevivido? Es claro que debe haber
o falsas, cada uno, investido de figuras arque- múltiples razones. ¿Se puede privilegiar algu-
tipales, se inscribe en la línea, la concatenación na? Como un cuerpo que secreta aquello que
que asegura la perduración de la comunidad permite su supervivencia, las pequeñas sectas
humana. No es por nada que las pequeñas tri- cristianas van a secretar el dogma de la comu-
bus que navegan por la red utilizan máscaras, nión de los santos, mediante el cual se unen los
nombres y vestimentas de caballeros de antaño muertos con los vivos y los vivos entre sí.
o de mitologías antiguas. Hay primitivismo De esta manera, la comunidad de Roma se une
en el aire. Pero lo que este hace es subrayar la en espíritu a la de Lyon, Narbonne y Milán. Así
fuerza y el vigor de las cosas arcaicas que se se crea, mediante línea punteada, una unión
creía haber superado. que va a dar nacimiento a una iglesia impor-
Al comienzo de El nacimiento de la tragedia, tante y a una cultura de la cual es producto
Nietzsche recuerda la importancia de lo que él toda Europa. Gracias a esta «comunión» se es-
denomina «figuras incisivas». Figuras emble- tablecerá un comercio entre las diversas iglesias
máticas en torno de las cuales se agrega. Figuras locales. Intercambiar y compartir constituye un
que fundan la comunidad. Es eso mismo lo que corpus mysticum de donde se extraen todas las
está en el origen de la cultura. Por lo tanto, esta consecuencias doctrinales y organizacionales
tiende a debilitarse en civilización, hasta que, del enlace al que nos hemos referido.
al acabarse un ciclo, renace una nueva cultura. Volvamos a aquello que está sucediendo ante
Quizá es esto lo que está sucediendo con la ci- nuestros ojos. Se trata del mismo proceso de ini-
bercultura. La civilización aburguesante y mo- ciación; se intercambia y comparte de la misma
ribunda deja el lugar en Internet para el regreso manera en todos los órdenes. El peer to peer está
de las figuras arcaicas que, en perjuicio de los a la orden del día en numerosos dominios. Así
racionalistas de todos los pelambres, subrayan mismo, no es mediante contaminación electró-
que asistimos a un verdadero reencantamiento nica como se desarrollan los fenómenos alter-
del mundo. La «circunnavegación», he dicho, mundialistas, la difusión de la información, los

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 197

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Ciberespacio y masturbación: «una comunión postmoderna de los santos»

encuentros frívolos o serios. Un término traduce participado en la desmagificación del mundo y


todo aquello de manera adecuada: flashmob, la contribuido al aislamiento de los individuos, lo
movilización instantánea. que se puede denominar la soledad gregaria, se
invierte en su contrario y contribuye a un nuevo
Incluso en el orden del conocimiento, con sus enlace: estar siempre en contacto, en unión, en
errores mayúsculos y perjuicios conocidos, Wi- comunión, estar informado.
kipedia es el punto de referencia, un símbolo, si
se quiere, que indica que el saber ya no viene de Sí, con Internet se desarrolla una nueva cultura.
lo alto, que ya no emana de un poder vertical, El «ciberespacio» es un vínculo con contornos
sino que se extiende a imagen del poder de base, indefinidos e infinitos, donde de una manera
de una manera horizontal. matricial se elabora el encuentro con el otro y
se reafirma el cuerpo social. Por ello, podría de-
No se trata sino de índices de la cibercultura cirse que constituye la comunión postmoderna
naciente. El desarrollo tecnológico que había de los santos.

“8:30 p.m.”. 1987. Grabado en metal. 100 x 70 cms.

198 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Michel Maffesoli

La invención de lo cotidiano hoy* **

C
onsidero que esta iniciativa del Banco sugerencia que connota el hecho de levantar lo
de la República es espléndida. Lo de- que se considera que está abajo. Desde esta pers-
cía hace un rato, esto me hace pensar pectiva, el título que ustedes han propuesto me
en ese gran momento que fue el Re- parece importante por inscribirse dentro de esta
nacimiento y que el rol que jugaban la Banca línea genealógica, de la cual Michel Foucault
y el Comercio no se limitaba al comercio de es uno de los grandes pensadores, aportando
bienes, sino que también tenía su función en el la idea de invención: invención de algo. Les re-
comercio de las ideas, le commerce des idées y en cuerdo que la palabra «invención» no significa
el comercio de los afectos, le commerce des affec- una creación a partir de la nada; esta es nuestra
tions. Pienso que es esta concepción holística la concepción judeocristiana de invención: la
que está en juego en nuestros días, y desde ese de una creación, en latín, ex nihilo, a partir de
punto de vista creo que existe un desafío que nada. Mientras que en su sentido etimológico,
nos es lanzado por la sociedad y expresado en precisamente, el vocablo latín invenire es traer a
lo que fue dicho por el gran filósofo francés la luz del día lo que ya está ahí. Y, en el fondo,
Jean-François Lyotard, que nos llevaría a pensar la invención de lo cotidiano es esto: tomar en
en la saturación de los grandes relatos que se serio, hacer resurgir; es una epifanía, puesto en
querían como certeza de nuestras existencias. términos barrocos. Se puede asemejar esto a
Saturación en el fondo de una gran historia que la conocida obra literaria de Edgar Allan Poe,
según Hegel tenía una dirección asegurada, y La carta robada. Esta carta robada está siempre
era esta seguridad la que constituía los grandes visible sobre la chimenea y, sin embargo, no se
momentos de la modernidad. Yo prefiero hablar ve porque no se espera que esté a la vista de todo
de «saturación» más que de fin de la historia. Lo el mundo. Y es, justamente, ese ahí el que toca
cual, para mí, quiere decir «saturación» de una tomarse en serio. Este es el verdadero desafío
Historia escrita en mayúscula y que al mismo que nos propone la posmodernidad y para esto
tiempo sugiere una reinversión de todas esas creo que es necesario continuar un lento trabajo
pequeñas historias que constituyen la existen- de hacer visible eso que va de Schelling a Jung,
cia. Es esto el corazón de lo cotidiano. pasando por Schopenhauer y Nietzsche, que
es difícil de aceptar y que se debe hacer con
Desde hace unos 30 años esta ha sido una de las
matices, con sutileza, con temor, de hecho.
ideas que me obsesionan. Consiste en focalizar
todos los pequeños hechos de nuestra vida Esto correspondería a la puesta en cuestión de
cotidiana, que son los que constituyen verda- la razón soberana que debe ser prudentemente
deramente la cultura. Trataré de dar algunas formulada para no caer en irracionalismos. Lo
ideas concernientes a esta reemergencia de que yo llamaría la razón sensible. La conjunción
la cultura, ya que no hay que considerar a la de esta característica humana es la razón com-
cultura como algo separado o apartado. Desde plementada por los sentidos, por lo sensible, y
ese punto de vista habría que sustantivar un entonces llegar a apreciar lo no racional como * Conferencia dictada en
cierto número de verbos tales como comer, algo irracional. El filósofo español Ortega y el marco del ciclo «Cua-
tro entrecruzamientos con
habitar, vestir, etc., para volver a todas las cosas Gasset nos ofrece una pista que es el racio- Michel Maffesoli y Fabián
humildes que nos conducen a eso que se conoce vitalismo, importante por su coincidencia con Sanabria» en la Biblioteca
Luis Ángel Arango. Abril 30
como humanismo integral. En este sentido, este la construcción de lo cotidiano. La segunda idea de 2009.
oxímoron propuesto por Max Weber me parece simple está ahí y, del mismo modo, da miedo ver- ** Traducción simultánea:
particularmente esclarecedor: «estar a la altura la desde la gran perspectiva fenomenológica; y Fabián Sanabria. Transcrip-
de lo cotidiano». Digo bien oxímoron por la digo bien «fenomenológica», en tanto que sitúe ción: Camilo Tous y Este-
ban Giraldo.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 199

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La invención de lo cotidiano hoy

al hombre como estando en el mundo, aunque bajo el carácter de principio en cuanto ofrezca
sea una idea cargada de banalidad. Es justamen- una comprensión estricta desde ella. Lo real, por
te esta banalidad la que conviene tomar en serio otra parte, habría que entenderlo a la manera del
porque habría que analizar la curiosa obsesión surrealismo como lo surreal, que no se limita a
de buscar un mundo afuera sabiendo que, lo estrictamente real sino que integra los sueños,
precisamente, somos de este mundo. Obsesión las fantasías, las fantasmagorías, que también es
que considero verdaderamente esquizofrénica, estructural dentro de lo que somos, pero que
en el sentido amplio del término. Y paralelo a bajo el lente de la abstracción se nos ha hecho
esto, esta concepción del mundo no se quiere secundario y sin importancia.
solamente esquizofrénica, sino también asépti-
He ahí lo que sería, para mí, la invención de
ca. Puesto en términos más simples, se podría
lo cotidiano desde un punto de vista episte-
hablar de una concepción metafísica, no de lo
mológico: adoptar un punto de vista concreto
físico —que, a propósito, no es interesante—,
en acuerdo con lo concreto de nuestras vidas.
sino que se buscaría el más allá, la búsqueda de
Y desde lo etimológico lo concreto recogería la
otro mundo. Era Nietzsche el que nos hablaba
idea de crecer con, concretere, en relación con la
de esos mundos de atrás, mundos de cualquier
idea de conocimiento, connacere, que quiere decir
tipo, sea religioso o político. Yo pienso que
«nacer con». Entre estos se da una relación, por
sería más allá de estas dificultades en donde
decirlo así, de va y viene, entre un pensamiento
se daría ese tomarse en serio que supondría un
concreto y la bella idea del conocimiento. Así
pensamiento, albergando una idea muy simple
se constituiría lo opuesto a la idea de abstrac-
también: la idea de desacuerdo entre lo vivido
ción llevándonos a una serie de raíces que son
y lo pensado, que tiene un aspecto estructural.
las nuestras. Si lo vemos en otros términos,
Pensemos en cómo Platón formulaba que la
podemos pensar que como la modernidad ha
reflexión es una enfermedad, algo que no nos
olvidado la animalidad, nos ha llevado a la
permite vivir simplemente. Hay un momento
bestialidad. Si fuera posible hacer un retroceso
en que estos desacuerdos se vuelven falsos y
podríamos pensar en deshacer la bestialidad
pienso que, en la actualidad, vivimos en uno
moderna. Si yo resumiera esta introducción
de esos momentos. Momento en el que la inte-
en pocas palabras debo decir que no debemos
llegentia está en desacuerdo con lo que se vive,
buscar lo que debiera ser, ni lo que uno quisiera
entendiendo intellegentia dentro de un nosotros
que fuera, ni lo que pudiera ser, sino apreciar lo
que se esfuerza por pensar, por comprender, por
que es, darle un precio a lo que es.
reflexionar. Esto convierte a la universidad en
el escenario del problema por verse abstraída, Lo dicho por grandes espíritus en su idea de
entendiéndola como lo que ha sido retirado.… temporalidad y de proceso de abalanzamiento
No quiero ser provocador, pero hay que decir nos hace retomar y tener en cuenta la tempo-
que, en esencia, la producción universitaria ralidad. Grosso modo, cada tres o cuatro siglos
se da en esta lógica de abstracción; lo mismo recomienzan nuevos ciclos. Si lo digo de manera
sucede con la mayoría de las disciplinas que tajante, trayendo a lugar otros análisis como el
nos son familiares, que pasan por una suerte de Nietzsche en filosofía y el de Walter Ben-
de encantamiento que debe ser entendido en jamin en historia del arte, podemos concebir
su sentido más simple. Encantamiento visto la historia en grandes periodos racionalistas
como aquello que se canta sin estar convencido y otros sensualistas. Si recurro a las figuras
de eso, se canta para convencerse. Frente a esto emblemáticas, pensaríamos en la abordada
habría que ir más allá del principio de realidad, por Durkheim, la del Tótem, alrededor de la
llegando a saber revelar o inventar lo real. cual consciente o inconscientemente uno se
Entonces, vale la pena establecer la distinción reencuentra con figuras dionisiacas o apolíneas.
entre la realidad y lo real, entendiendo realidad Puesto de esta manera resulta bastante tajante

“Cartografía de la memoria XIX”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 55 x 42 cm. Detalle.

200 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Michel Maffesoli

pero, en realidad, se da de una manera mucho justamente lo que va a ser el principio del capita-
más sutil. Vale la pena fijarse en los grandes lismo a partir de la racionalización generalizada
periodos humanos para darse cuenta de que de la existencia. Todo está sometido a la razón,
ha habido grandes valores dominantes y que todo debe dar sus razones. La palabra «social»,
nuestro valor resulta alternativo y expectante. utilizada a veces con desatención, se refiere a un
Está ahí pero no tiene un espacio importante estar juntos racional. Cuando se quiso traducir,
en la plaza pública. Así, la cultura moderna a comienzos del siglo xx, los autores franceses
fue una cultura racionalista. Me parece que la y alemanes al japonés no tenían traducción
cultura racionalista es la que presenta dificul- para «social»; no había ese estar juntos racional.
tades, aunque continúa estando oficialmente Como bien lo muestra Michel Foucault, todas
ahí mientras que la verdadera vida está afuera. las instituciones sociales, sean instituciones de
Sociológicamente, los protagonistas de hoy con- salud, de educación, carcelarias, reposan bajo
tinuamos inscritos dentro de valores modernos, esa gran idea de la racionalización. Bajo la óptica
mientras que lo que decimos es otra cosa. En de Weber es esta racionalización generalizada la
una bella imagen aportada por la astrofísica se que va a conducir al famoso desencantamiento
puede ver esto, como la estrella que, estando del mundo que pasa por la deshumanización.
muerta, continúa arrojando luz. Su luz nos Entre otras cosas, para mostrar esa capilaridad
sigue llegando al mismo tiempo que su foco ya de la racionalización, nos dice Weber que en el
se encuentra apagado. Los valores modernos cuerpo social aún encontraríamos, al final del
del siglo xvi al siglo xix pueden seguir estando siglo xix, esa cosa instintiva, animal, que era la
presentes hasta en el siglo xx, en cierta medida, sexualidad, que en el psicoanálisis también es
acabándose bajo la forma de remanencia. No sometida a la razón y tenía que dar sus razo-
siempre fue ni será el caso, pero en un momento nes. Esto muestra bien cómo este racionalismo
dado el valor trabajo se hizo esencial. No sabría se constituye como sistema. En el sentido de
cómo es el caso colombiano, pero dentro de Michel Foucault sería una verdadera episteme,
todos los protagonismos sociales expresados por cuanto es una representación que se aplica
el valor fundamental y esencial es el valor tra- y se organiza; vemos bien cómo esta raciona-
bajo, bien sea proveniente de la izquierda o la lización resulta, pues, una representación y
derecha política. una aplicación. También fue una especificidad
importante el utilitarismo, que postula que solo
Hoy en día esto constituye un encantamiento, vale lo que sirve para algo. Citaba al comienzo
se sigue cantando pero ya no se está conven- de mi exposición lo que fue la gran etapa del
cido. Cuanto más se utiliza una palabra, más Renacimiento y cómo hay otros momentos que
esa palabra pierde su significado. Y si se canta hicieron cultura y que hicieron sociedad más
de manera repetitiva un valor es porque en allá o más acá del simple utilitarismo.
realidad ya no está. Piensen en una pareja en
el momento de la separación, que hablan en El utilitarismo va a prolongarse sobre una larga
exceso del amor que se tienen. Detengámonos duración. Un autor muy importante del siglo
xx, que es Heidegger, nos muestra a fondo su
en el valor trabajo, que a partir de la definición
que nos da Immanuel Kant quiere decir rea- análisis del utilitarismo para hablarnos de la
lización de sí y al mismo tiempo realización del utensiliaridad, que nos sugiere la idea de aque-
mundo. Y a partir de esto es que se concibe la llo que está a la mano, aquello que se puede
gran construcción conductivista y colonicista manipular, maniobrar, es decir la naturaleza
del mundo. Está la idea de acción sobre sí y de y nosotros como objetos. Recuerden lo que fue
acción sobre el mundo, que atraviesa el meca- desde ese punto de vista una frase fundadora
nismo de educación elaborado en el siglo xix. y pensemos en Descartes: «El hombre maestro
Así, la organización de todas las instituciones y poseedor de la naturaleza». Yo diría que ahí
halla su base ideológica en este valor. Siguiendo está el comienzo de la propia naturaleza sobre
con la referencia a Immanuel Kant, cabe des- la naturaleza-ambiente. Y uno comienza a darse
tacar la justa expresión de imperativo categórico, cuenta de que esa dominación de la naturaleza
el «tú debes» que resulta irrefutable como la en el fondo conduce a esa famosa devastación
imagen de un bebé que no se niega a chupar la del mundo y, si lo pensamos, la devastación
ecológica es la expresión más simple de esto.
leche materna. A lo largo del siglo xix habrá que
Entonces, en cierto momento, es un valor que
saber situarse con respecto a este valor, situarse
después de todo va a morderse la cola. Si lo digo
a favor o en contra. Esto representa lo mismo, y
en términos más sofisticados, esto sería una
aun estando en contra, la postura se va a ver de-
heterotelia, es decir, tener otra finalidad distinta
terminada por y en función de este valor. Otra
a la que fue trazada desde un principio, lo que
gran característica es la del racionalismo, con
en últimas llevaría a un efecto perverso.
toda su especificidad, que no tendría el sentido
de la simple racionalidad y que no ha existido A manera de punto final, yo les digo muy segui-
siempre ni existirá para siempre. Es un sistema do a mis estudiantes que uno puede entender
que va a ser establecido a partir de esta idea de muy bien una sociedad mientras sepa y com-
razón. El gran sociólogo Max Weber caracterizó prenda sobre qué elemento de la tríada reposa

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 201

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La invención de lo cotidiano hoy

principalmente: pasado, presente y porvenir. He ahí características humanas, parámetros,


Ha habido grandes momentos culturales que como también son llamadas. En el caso de la
han reposado sobre la fascinación del pasado, modernidad se dejaron de lado. Un ejemplo
las sociedades tradicionales. Tradición nos aporta que fue dado por un gran historiador de las
la idea de traslado, de transportar lo que ha ideas, Thomas Kuhn, en sus estructuras de las
pasado bajo la premisa de «ya todo fue hecho, revoluciones científicas es el de China y Europa
ya todo fue dicho». La Edad Media es un bello que hasta el siglo xvii tenían un mismo tipo de
ejemplo de una sociedad tradicional que hizo cultura. Piensen en la invención de la pólvora y
cultura. Hay otros momentos en los que se pone de la imprenta y en la estructuración tan similar
el acento sobre el presente. Estén atentos a esos de ambas sociedades en estos dos lugares. En
hechos, lo que fue la temporalidad consciente ese momento, debido a que Europa enfatiza
o inconsciente de la modernidad. La sociedad sobre el problema de la razón y el racionalismo,
futurista se focaliza en el mañana. Busca la va a tener un gran conocimiento científico, tec-
sociedad perfecta, mañana todo será gratis. Y nológico y societal. Hasta el siglo xix China va a
lo dije en un comienzo, es esa la filosofía de la quedarse en la misma situación en la que estaba
historia y los dos grandes relatos del siglo xix, el en el siglo xvii. Lo que mostraría Thomas Kuhn
marxismo y el freudianismo, reposaban sobre es que para hacer este proceso preformativo
la concepción del futuro. se dejó al lado del camino toda una serie de
En lo que concierne al marxismo eso lo sabemos, elementos inútiles y que Europa va a seguir la
pero aún los mecanismos de sublimación de vía recta de la razón, descartando ese equipaje
la analítica freudiana se basan en posponer el inútil. ¿Cuál es ese equipaje inútil? Lo lúdico,
goce. Así, lo que en principio es algo animal, lo lírico y lo imaginario. Lo que quiero decir es
esperamos que se vuelva humano. La frase que funcionó, que permitió la performatividad
que utilizo para esto es una frase formulada y que fuimos directo al fin. O de pronto fuimos
por Freud: «posponer el goce». Es algo que es directo contra el muro, lo que de alguna manera
importante y que va a difundirse en nuestra hace que pensemos en retomar ese equipaje
manera de pensar, de pensar la sociedad, de anteriormente inútil, muy concretamente en
pensar la educación, de organizar las insti- las producciones culturales, en la vida de to-
tuciones, siempre en un más tarde. He ahí ese dos los días, empíricamente. El juego tiene su
conjunto que es la cultura moderna y lo que lugar como la festividad y podemos ver cómo
está en la base misma de nuestras instituciones. las construcciones de lo imaginario son estruc-
He ahí lo que está ahí, lo que existe, lo que es turadas en la vida social. A eso es a lo que yo
oficial. Queda por ver lo que sería emergente; llamo la creación. Hay saturación del valor trabajo,
en términos sociológicos, al lado de lo que está lo que no quiere decir que no se haga nada. Al
instituido está lo instituyente. Pero, como he contrario, se va a enriquecer con todos estos
venido diciendo, no es tan fácil. Hay una bella parámetros. Yo hablo muy seguido con gerentes
frase metafórica que propone Carlos Marx, de empresas y ellos están de acuerdo en que
que se proponía a sí mismo y que produjo esa para movilizar las energías juveniles se deben
bellísima cosa que fue su obra; él decía: «Hay integrar esos parámetros. El sueño no puede
que saber escuchar la hierba que crece». Este seguirse dejando de lado, el juego no puede
sería, entonces, el desafío. quedarse en el cuarto de los niños sino que va
entrar más y más y a capilarizarse dentro del
Voy a dar cuatro palabras que a mi juicio están cuerpo social. Como lo dije hace un rato eso está
en este estado emergente, recordándoles el ahí, empíricamente, es lo vivido y corresponde
punto de método que propuse. La idea simple a nosotros pensarlo. Esa es mi primera palabra
de saturación propone que un cuerpo químico acerca de lo cotidiano; no más con el imperativo
puede ser saturado dentro de su propia estruc- categórico del trabajo sino con la dimensión
tura, y al mismo tiempo hay otra composición mucho más lenta de la creación.
que surge con los elementos de la base de lo que
fue desestructurado. En otras palabras, el fin Segunda palabra: no es más el simple raciona-
de un mundo no es el fin del mundo y lo digo lismo lo que va a prevalecer. Como lo dije al
para evitar discursos catastrofistas, en que nada principio, el caso de la razón soberana —hay
tendría valor. Yo pienso que es eso la invención que comprenderlo— condujo a las mismas
de lo cotidiano. Para mí, el valor trabajo se ha cosas. No se puede negar lo que fue la per-
acabado, está saturado. Pero al mismo tiempo, formatividad de la razón y la organización de
se pueden ver emerger cosas con potencial de la vida social. Y ocurre que van a haber otros
ser prospectivas y aquí viene la primera palabra, factores. Entonces mi propuesta —y la dificul-
creación. En el fondo es enriquecer, complemen- tad estaría en encontrar los términos menos
tar lo que estaba reducido por el trabajo. Dicho falsos posibles— es el cuerpo, el corporeísmo.
simplemente: integrar en esa idea de creación La construcción del cuerpo, entendiéndolo como
parámetros que son humanos pero que fueron fineza, deporte, levantar pesas dentro de esta
dejados de lado por razones de eficiencia, entre idea de corporeísmo pronunciada en otro
otras cosas. Lo imaginario, lo lúdico y lo lírico. momento histórico por pensadores tales como

202 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Michel Maffesoli

Nietzsche, Simmel, Flaubert, Paul Valéry, cada La cuarta y última palabra sería la palabra
uno a su manera. Ellos tenían esta fórmula: en presente, el presenteísmo. En uno de mis prime-
ciertos momentos la profundidad se encuentra en la ros libros denominé esto como la conquista
superficie de las cosas. La piel se vuelve entonces del presente, el carpe diem. En el fondo, lo que
una constatación simple, un cuerpo no puede concibo es una energía que se va a focalizar
existir si no tiene piel. A un cuerpo social se le sobre lo que vivo con otros, aquí y ahora. Yo
recuerda en ciertos momentos que tiene piel: vería en este presenteísmo la quintaesencia de
es eso el corporeísmo. Esta es una pista que esa invención de lo cotidiano. Y pienso que si
emerge en el nivel de lo cotidiano y que va a se quiere comprender lo que es esa cultura en
ser, una vez más, estructural, estructurante. emergencia, más real que la realidad, surreal,
hay que tomarse en serio esa dimensión presen-
El tercer término es estetización de la existencia.
teísta, recordándoles una vez más que algo de
La palabra estetización —recuerdo su etimología,
esa naturaleza se produce.
estesis— consiste en el hecho de encontrar emo-
ciones y pasiones comunes. Entonces, desde Hice, si se quiere, una larga dicotomización
Platón hasta el final del siglo xviii, uno va a y puede resumirse a través de dos palabras:
sentir emociones delante de una estatua, frente civilización y cultura. La cultura es fundadora,
a un cuadro, escuchando una pieza musical; así da la dinámica de los instintos primordiales.
pues, hay una dimensión dinámica. A partir del La civilización es razonadora, ella vive sobre el
siglo xix se va a llamar estética al objeto sobre el capital cultural, y en el fondo creo que lo que
cual se porta la emoción. Habría entonces una se está saturando es esta civilización moderna
dimensión estática. Y regreso a la etimología tan racional; al mismo tiempo hay una gestación
para sugerir la idea de un vasto proceso en el que esa cultura del instinto nos recuerda: somos
cual todo está bien, en el que todos vibramos animales humanos. Pienso que es importante
juntos para sentir emoción, compartir pasiones: recordar esa animalidad en el humano. Para
emociones deportivas, musicales, religiosas, mí eso es el humanismo integral. Pienso que
políticas. En cada uno de esos fenómenos que es en ese movimiento de las cosas mismas que
yo llamo multitudes y congregaciones está la vamos a llegar a las raíces, a esa Terra. Des-
pasión compartida. El conjunto de la vida social de ese instante entran las palabras-camino,
va a ser puntuado por esos momentos emocio- palabras-camino que inventan el mundo, en
nales. No sería entonces el racionalismo el que el sentido de invención que antes definí. Las
va a prevalecer sino esta dimensión emocional. palabras-camino que contra las evidencias nos
Comprendámoslo bien en su sentido ambiental hacen ver lo que es evidente. Hay una frase de
y pensémoslo en términos de climatología. Pero Kafka que él atribuye justamente a las palabras,
una vez más, pienso que esta estetización de la al compararlas con el hacha que corta el mar
vida va a ser una de las grandes realidades de helado en nosotros. Esa es la frase de vida que
las sociedades posmodernas. nos permitirá comprender la vitalidad en acto.
“Cartografía de la memoria XXIII”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 55 x 42 cm. Detalle.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 203

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“Ventana III”. 1988. Grabado en metal. 70 x 100 cm.

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Michel Maffesoli

Las artes de lo efímero en


nuestro tiempo*

M
ás como una conferencia, tómenlo allá de lo que es el gran mito de Occidente, el
como una invitación.… Recuerdo mito de la modernidad, el mito de la tradición
que estuve en esta universidad judeocristiana, que es el progreso. ¿Quién
el 21 de abril de 2004, y comencé aquí osaría decir que no es un hombre o una
diciendo: «vamos a intentar pensar». Ese es el mujer del progreso? Ingenuamente podríamos
verdadero problema: llegar a pensar. Ese el decir que todos somos progresistas. Creo, no
drama de nuestra situación actual. Y, en par- obstante, que hay que llegar a purgarse de
ticular, el drama de la universidad en general. este mito del progreso que reposa sobre una
Nos contentamos con frases muertas, con en- concepción lineal de la historia. La filosofía de
cantamientos, con cosas antiguas y finalmente la historia hegeliana es una expresión de esto,
con poco interés. Y si queremos ser fieles a la algo que es ineluctable. Es una concepción a la
vocación de la universidad, desde mi punto de vez optimista y dramática del mundo, es decir
vista debemos regresar a tener un pensamiento que ha consentido siempre una solución y una
vivo. Algo que en el fondo es difícil de decir y resolución de los problemas. Mientras que
difícil de admitir. Decir y admitir el fin de lo que cuando uno está allegado a lo que es y no a lo
caracterizó a nuestras disciplinas modernas: que quisiera que fuera, habría que aludir a una
sociología, psicología, filosofía, etc. La palabra expresión de Giambattista Vico: el corsi e ricorsi.
«disciplina» es, entre otras, una palabra intere- El curso y el regreso de las cosas. Una suerte
sante, es algo que nos duele: darse a la discipli- de reposamiento, como las olas del mar, que
na. Y en contra de ellas, ¿no habría que regresar ni avanzan ni regresan y sin embargo tienen
un poco al aspecto alegre del pensamiento, a energía. La cuestión es esta: ¿podemos acaso
la famosa gaya ciencia nietzscheana, el regreso imaginar una energía que no sea progresista
al piso mismo del pensamiento? y que no sea regresista, una energía que se
focaliza en el momento?
Esto a propósito de lo que quería decirles hoy
sobre el tema de lo efímero, puesto que, en Hoy estamos probablemente en el punto de
efecto, es la pregunta esencial sobre la especie regresión, en que el malestar que fue inducido
humana. ¿Cómo nos comportamos con res- por una idea progresista del mundo puede
pecto al tiempo? Yo le digo a mis estudiantes y revertirse con toda plenitud. Una entrega en el
a mis investigadores: uno no comprende una seno mismo del abismo. En términos poéticos, a
sociedad sino cuando ha atrapado la tempora- la manera de Hölderlin: «allí donde crece el pe-
lidad en que esta sociedad se inscribe. Cuando ligro crece también lo que salva». O, en términos
miramos la larga duración de las historias hu- más simples, es la idea de saturación. En química
* Conferencia dictada du-
manas vemos que no hay una seguridad, algo la saturación se alcanza cuando las moléculas rante el ciclo «Cuatro en-
que marque la seguridad del pensamiento. Este que componen un cuerpo no pueden seguir trecruzamientos con Mi-
chel Maffesoli y Fabián
es el verdadero sentido trágico de la existencia. estando juntas; hay entonces desagregación y Sanabria» en el marco de
divorcio, al mismo tiempo, esas mismas molécu- la Cátedra Marta Traba de
la Universidad Nacional de
La primera fórmula de nuestra tradición occi- las entran en la composición de otro cuerpo. En Colombia. Auditorio Virgi-
dental, que encontramos en Anaximandro, es el fondo creo que eso es lo que puede caracteri- nia Gutiérrez. Abril 27 de
2009. Traducción simul-
el griego: genesis-caipstora. Genesis, la génesis. zar lo que se ha llamado bobamente «la crisis». tánea: Fabián Sanabria.
Caipstora, la caída. La dialógica que existe entre La crisis no existe. O no existe más que para Transcripción: Camilo Tous
y Esteban Giraldo.
un inicio y un final. Pienso en esta fórmula de los periodistas. La crisis está en la cabeza de la
[Nota: la revista no se hace
la filosofía alquímica: muere y devienes. ¿Por gente. «La crisis» quiere decir que uno no puede responsable por las etimo-
qué doy este contexto? Es para recordar, más comprender que el fin de un mundo sea el fin logías aquí presentadas.]

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 205

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Las artes de lo efímero en nuestro tiempo

del mundo. Entonces la idea de saturación per- metafóricamente: nuestro cerebro reptiliano,
mite comprender que otra temporalidad puede aquello en lo que no ponemos atención, va a
esbozarse a partir de una temporalidad que se constituir nuestra interpretación sobre la reali-
agota. Estamos en otro registro del tiempo, ya dad. Esto va a llegar a constituir lo que llamamos
no el del futuro, en efecto, no solamente aquel el estilo —en el sentido de Georg Simmel— de la
del «proyecto», sino del presente. Uno de mis modernidad. Retomando la etimología griega
primeros libros, hace ya un buen tiempo, lo ti- de la palabra estilo, stylo: aquello mediante lo
tulé La conquista del presente. Hay una conquista: cual una época se escribe. Stile: aquello median-
lo que he llamado ese otro registro del tiempo te lo cual una época se puntúa, se acentúa. Esta
que vemos, entre otras cosas, volver cada vez en es una definición un poco caricaturesca, pero
las historias humanas. Doy un ejemplo que me sirve retomándola como «estilos» que fueron
parece importante: el Renacimiento. Lorenzo estilos artísticos: estilo clásico, estilo barroco…
el Magnífico en Florencia toma como divisa: el Simmel muestra que el estilo de la modernidad
tiempo vuelve. Y hace pintar a Veroccio esa idea: es un estilo óptico. Tomemos el término óptico
«el tiempo regresa». Ese tiempo que regresa es en su sentido más estricto, es decir, la perspec-
una paradoja, puesto que es el presente. Eso es tiva, la puesta en distancia, lo que aleja; eso es
el carpe diem. Es lo que hace que en el fondo haya el futuro, el político, el proyecto. Y aún eso nos
una energía individual, colectiva, que no se interesa: constituye una concepción teórica del
proyecta hacia el futuro pero que está focalizada mundo. Volvamos a la etimología del término
en el momento, en ese lugar, que se vive en el teoría en griego, teorien: es en el fondo una visión
momento. Me mantengo; es ahí donde hay que de lo lejano. Pienso que este estilo del futuro,
llegar a encontrar la palabra menos falsa posible la temporalidad moderna, constituye alejar
para intentar cernir este problema. Según mi la alteridad del otro, la sociedad, la alteridad
método sería: ver lejos hacia atrás para ver lejos de la naturaleza que vamos a culturalizar y la
hacia adelante o, a la manera de Foucault, una alteridad de esa cosa un poco misteriosa que es
genealogía de la modernidad. lo divino y lo sagrado que vamos a racionalizar:
la teología, la teodicea, y los grandes sistemas
Por supuesto, hay muchas maneras de caracteri-
sociales del siglo xix que, no hay que olvidarlo,
zar la modernidad. He aquí dos características.
son simplemente una manera de gestionar lo
Y cuando digo características lo digo a la mane-
sagrado. Una de las frases iniciales de La cues-
ra de Durkheim, cuando dice que uno puede
tión judía de Marx dice: «La política es la forma
definir una época a partir de sus «caracteres
profana de la religión». Entendemos entonces
esenciales». La palabra carácter, en griego, es
que no hay más que un proceso de sustitución.
la huella. El carácter personal es la huella que
Eso es lo que llamo «estilo óptico», es decir, la
hará que uno sea esto o aquello. La primera
reducción del otro a lo mismo. Esta reducción,
característica entonces es un tiempo finalizado.
que se encuentra en el fondo de la concepción
Me explico: en todas las lenguas neorromanas
futurista del mundo, va a proyectar hacia el
existe la ambivalencia de la palabra sentido,
futuro el goce. Esta idea, freudiana, es el meca-
que es a la vez la finalidad y la significación.
nismo de la sublimación. Cuando Freud quiere
No tendrá significado sino aquello que tiene
definir el mecanismo de la sublimación dice:
una finalidad. Y aquello que no va a ninguna
«posponer el goce».
parte, que no tiene finalidad, se convierte en
algo sin sentido. Esta es la primera caracterís- Estas dos características: el estilo y aquello a lo
tica. Cuando se comprende la ambivalencia de cual llega, y la temporalidad futura, en el fondo
esta palabra sentido, se ha comprendido a la constituyen la gran perspectiva que va a ser la
modernidad, se ha comprendido el judeocristia- creadora del paradigma moderno. Si retomamos
nismo. En el fondo, lo que vivimos aquí no tiene una idea de Max Weber hablaríamos del famoso
ninguna importancia puesto que lo que tiene «desencantamiento del mundo». Aunque yo di-
importancia es el paraíso celeste o terrestre. Ese ría que una mejor traducción puede ser: «quitar
es el tiempo que se ha finalizado. La segunda la magia a lo que está en el mundo».
característica, correlativa de la primera, otra
De ahí venimos. Es nuestra genealogía. Ahora
excepción en la tradición judeocristiana —tomo
bien, mi hipótesis concierne a la posmoderni-
aquí una expresión weberiana—, es la racionali-
dad. Y tomémosla en su sentido estricto, «post»:
zación generalizada de la existencia. ¿Cómo de
que va a llegar después. Brevemente les daré dos
alguna manera todo está sometido a la razón?
características, un poco a manera de caricatura.
Todo tiene que dar su razón de ser. Hay una
Con Heidegger, podríamos decir «este nivel
frase de San Agustín que resume esto: «La razón
existencial», es decir, aquello que se ha vivido
humana conduce a la unidad, un solo dios, un
y no se piensa; y ahí es donde hay un desafío
solo valor, una sola idea». Si lo digo desde un
frente a la universidad. Pensar lo que fue vivido.
punto de vista sociológico, Auguste Comte va
Es lo que decía al principio: reducir la distancia
a decir reductium ad unum, todo se reduce a uno.
entre lo que es vivido y lo que es pensado. Lo
Estos dos caracteres esenciales van a marcar vivido es la caída de un tiempo finalizado.
nuestra representación del mundo. Para decirlo ¿Cómo se expresa esto? Para mí es el retorno

206 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 206 16/11/2010 02:27:45 p.m.


Michel Maffesoli

“Emblema I”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital.


a la idea de creación. Podremos declinar de me parece ser la pregunta esencial de nuestra
diferentes maneras la bella idea nietzscheana especie humana, formulada por los filósofos
de hacer de la vida una obra de arte. Vamos a de la Edad Media. ¿Cuál es la glutinum mundi?
ver cómo, cuando uno hace un análisis de lo ¿Cuál es el pegante del mundo? Es una pregunta
cotidiano (más adelante daré más elementos en importante. ¿Qué es lo que hace que todo per-
este sentido), la relación con los objetos vuelve manezca junto?, ¿que tenga cuerpo individual
a ser una creación mágica. ¿De qué manera nos y que haya cuerpo social? Porque en el fondo
comportamos con estos elementos: celulares, hay egotismo, egoísmo, agresividad, algo que
computadores? Hay un elemento pasional. Los es centrífugo, algo que debería ser, que fuera
tiramos, los insultamos si no funcionan bien. Se una desagregación permanente. Y a pesar de
trata típicamente del retorno a la magia; es lo la agresividad, la desagregación, etc., ahí está,
que yo llamo la creación. Ya no en el aspecto frío, hay un cuerpo. Esa es la idea del pegante del
puramente racional del trabajo, sino empleando mundo. En ciertos momentos ese pegante del
la expresión de relación emotiva, emocional mundo se expresa en el proyecto, la sociedad
con la alteridad, aunque sea la alteridad con los futura, el futuro, el ideal democrático, etc. En
objetos técnicos. Retomando la ambivalencia otros momentos ese pegante del mundo se vive
que propuse antes, algo que no tiene sentido en el orden de lo próximo, de lo cotidiano, de la
en el sentido de finalidad y que está repleto proximidad, ese es el actus, lo áctico, que cesa la
de sentido en el sentido de la significación. viscosidad. Miren ustedes un poco lo que son
Miren a su alrededor, mírense ustedes y verán las masas postmodernas: deportivas, consumi-
cómo eso que llamo saturación de un tiempo doras. Son verdaderas formaciones de masas,
finalizado se expresa. en las que el único principio es el de pegarse
al otro, nuestros objetos técnicos. Se trata de
La segunda característica es lo que describe
volver a aquello que es lejano-próximo: «telé-
la palabra emocional. Aquí también semánti-
fono», «tele-visión». Thelos: lejano. De alguna
camente el término «emocional» no quiere
manera, ese lejano va a volverse proxémico. Esto
decir necesariamente algo que es emotivo.
es para mí la dimensión del presente, ese punto
«Emotivo» es una característica sicológica,
de reversa, de regreso del que hablaba antes. Es
individual. Lo «emocional» es un ambiente
la idea de religio, no en el sentido de gestionar la
en el cual nos sumergimos. Y aquí hay que
alteridad, la reducción del otro al mismo, sino
entenderlo exactamente como un neologismo:
en la idea de «re-liance»: el otro sigue siendo el
es una atmósfera. Habría que analizarlo en
otro, el otro de la naturaleza, el otro del grupo,
términos de climatología; entonces tenemos
el otro de la deidad. Esa no reducción del otro
situaciones emocionales, deportivas, musicales,
al mismo es la característica del presente y del
religiosas, sexuales, etc. He aquí la segunda
presenteísmo.
característica que ya no tiene esa dimensión de
racionalización generalizada; por el contrario, Dos parejas de palabras que pueden resumir
es emocionalidad generalizada. En muchos sen- este propósito: en un primer lugar, la historia
tidos la dimensión estética de estas situaciones y el destino. En un momento inicial, lo que
hay que comprenderla en la órbita de la clima- predominó en el fondo fue esa concepción
tología. La consecuencia… ¿cuál sería su estilo histórica del mundo, la historia de la salvación
de estos nuevos tiempos?… Retomemos la idea y la filosofía de la historia. San Agustín-Hegel.
de Simmel del Barroco. La característica del Ahí está justamente esa línea de la historia ase-
estilo barroco no es la «óptica» sino la «áptica», gurada por sí misma, con la dialéctica que es su
del verbo griego aptos, que en francés también expresión epistemológica. Es esta concepción,
se traduce por la idea de lo táctil. Se puede en el fondo histórica, la que va a producir la idea
decir de una manera mucho más simple, algo del Contrato Social, el concepto mismo de con-
del orden de lo viscoso. Y volvemos a lo que trato económico, social, político, de los afectos…

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 207

REVpalimpsesto_7_2010.indb 207 16/11/2010 02:27:46 p.m.


Las artes de lo efímero en nuestro tiempo

Luego entra esa suerte de futuro del que vamos al futuro sino de una repatriación del goce; eso
a ser maestros. La reversa que está operándose, es el paganismo. El tiempo no está ya finalizado
que es la predominancia del destino. Somos sino cristalizado. Es lugar en el que vivo con
maestros de la historia. Hay un interactuar con otros; he ahí la cristalización del tiempo. Lo que,
el destino en el sentido de lo que nos ofrece: no por supuesto, en otro objeto, corresponde con
hay seguridad, hay riesgo, aventura, todo pue- la vieja idea dionisiaca; el retorno a una suerte
de siempre advenir. La historia es dramática y de erotismo social. El eros es un tiempo que se
el destino es trágico. Una de las pistas que les enraíza. Dionisos era una divinidad ectónica,
doy es que la postmodernidad es trágica. Hay una divinidad autóctona («autos-xhtonos»: la tie-
sangre que corre, pero nos quedamos en el rra que está aquí), mientras que los otros dioses
concepto oficial de la sociedad. Nos quedamos eran dioses uranianos, dioses del cerebro, dioses
en un concepto dramático que reposa sobre la de la razón. El xthonos (autóctono) es la misma
historia, lo que ha sido vivido sin que haya con- idea en griego de lo pagano. En este sentido, el
ciencia de ello. Y eso nos lleva necesariamente al presenteísmo nos remite al eros social. Es lo que
destino. Podríamos enumerar una cantidad de he llamado la orgía. Y no hay que confundir lo
expresiones sobre esto; las más simples serían, orgiástico con el orgasmo, dado que la orgía no
por ejemplo, los juegos de azar, la sinceridad es solo sexual; es un cuerpo místico. La orgía es
sucesiva en el amor; eso es lo trágico, está en el el compartir de las pasiones. Allí es la relación
orden de la aventura… André Breton lo llamó: «el con la alteridad lo que está en juego. Y procede
azar objetivo». Lo trágico en estado puro. Y así un cambio de topología. Como dije antes: uno
ha sido presentado el azar. Nuestra intención capta una sociedad en función de su tempo-
hacia un proyecto, cualquiera que sea, está en ralidad. Pero también puede atraparla a través
tensión dentro la intensidad de la relación; en de la topología: una topología del ser. La topo-
la medida en que es más intensa, sabemos que logía moderna, reposa sobre dos polaridades:
está siendo trabajada por la finitud; la fiesta es la linealidad y la circularidad. Siendo breve:
un buen ejemplo… es la «homeopatización» de la Hegel y Nietzsche; asegurarse del futuro y el
muerte. Una manera de vivir la muerte de todos eterno retorno de lo mismo. Mi propuesta, para
los días consiste en homeopatizarla, integrarla. quedarnos en el ámbito de la metáfora,… lo que
La segunda pareja es la saturación de la trascen- en mi sentido tendría esa topología posmoderna
dencia y lo que nos envía a la inmanencia. La (sin olvidar la topología premoderna), es la ima-
trascendencia es esa gran verticalidad que viene gen de la espiral. Una espiral siempre abierta y
de la ley del padre, ese viejo concepto patriarcal, dinámica: lo que he llamado el enraizamiento
masculino, de la tradición judeocristiana. Para de lo dinámico. Es una figura, en últimas, del
definir inmanencia, hasta hace poco utilizaba la oxímoron. Y no como superación dialéctica, sino
idea weberiana del «politeísmo de los valores». como una integración conflictiva de los diversos
No obstante, hoy considero que hay que ir un elementos entre sí. El oxímoron fundador, que
poco más lejos y volver a la expresión «paga- ayuda a pensar lo que fue vivido, es el del «ins-
nismo», un poco más lejos que el politeísmo (la tante eterno». Ya no una eternidad proyectada
palabra sabio, entre otras, implica el no-teismo). sino una eternidad cristalizada en la que vivo
«Paganismo» viene de «la tierra que está aquí». aquí y con los otros, ya no la utopía ni la liber-
Paganus es el campesino. No esperamos otra tad, sino esas pequeñas utopías, esas pequeñas
tierra porque nos identificamos con esta. De libertades intersticiales. Ya no un proyecto de
aquí resulta una «einstenización del tiempo». Es futuro sino vivido en el presente. Dejamos al
decir, un tiempo que será cristalizado en espa- padre y volvemos a la tierra, al hueco. Se trata
cio. Ya no se trata del mecanismo de proyección de la invaginación del sentido.
“Emblema III”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 40 x 17 cm. 40 x 17 cm.

208 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 208 16/11/2010 02:27:46 p.m.


Fabián Sanabria*

Entre Beckett y Lacan:


cesar de no escribirse...**

A la memoria de Mitzú...

L
as frases del último escrito que el autor que dediqué a un par de amigos. Pero, como
de Rumbo a peor no alcanzó a traducir al dice la proposición 7a, de la misma Tercera parte
francés son cotejadas cuidadosamente de la Ética de Spinoza:
con el Seminario xx de Lacan: Aun.
Conatus, quo unaqueque rei in suo esse perse-
Porque esos dos textos invitan a construir a
verare conatur, nihil est praeter ipsius actualem
partir de la ausencia. A bordear un vacío que no
essentiam...
busca resolverse en ninguna presencia Salvo la
de la escritura. Dar lo que no se tiene a quien no El esfuerzo con que cada cosa se esfuerza por
lo quiere. De algún modo aquello que no alcanza perseverar en su ser, constituye la esencia de la
a llegar se transforma en elemento multiplicador. cosa misma...
Hallazgo errante que no se funda en ocultar lo Si abandonamos el aún (encore), más nos vale
que se sabe Sino en reconocer lo que justamente seguir el consejo de Rainer-María Rilke al joven
se ignora. En un mundo donde enfrentamos a poeta: «Si usted puede prescindir de escribir
diario la re-apertura de una intersección vacía... poesía... mejor dedíquese a otra cosa». Porque
Donde lo trascendental cede al pragmatismo... hay otro elemento que acaba redondeando la
Donde tal vez el sustituto del Otro se ha vuelto tozudez de perseverar (aún), tal cual lo señala la
virtual —pequeño objeto a transformado en 8a proposición de esa Tercera parte, de la misma
@... ¿Quizá debamos re-inventar Fantasear y obra, del judío excomulgado de su sinagoga:
Por qué no Re-escribir o Si se quiere Ficcionar?
Conatus, quo unaquaeque res in suo esse perse-
Aún es el nombre propio de esa falla verare conatur,
De donde en el Otro parte la falta de amor. nullum tempus finitum,
Jacques Lacan Sed indefinitum involvit.

Je n’ai rien à dire, mais je veux simplement dire O sea:


Jusqu’à quel point je n’ai rien à dire. El esfuerzo con que cada cosa (ser) se esfuerza
Samuel Beckett por perseverar en
su ser, no implica tiempo finito sino indefinido...
La necedad
No es para nada gratuito que así comience
Pensando en el nombre propio que vale como también la inmortal obra de Don Miguel de
el autor:
aún y estar dentro del cuerpo (encore-en-corps), Unamuno: Del sentimiento trágico de la vida en los
* Antropólogo y doctor en Socio-
es bueno evocar la proposición 6a, de la Tercera hombres y en los pueblos. logía de la Escuela de Altos Es-
parte de la Ética del judío portugués desterrado tudios en Ciencias Sociales de
a Holanda, que reza: Y es que eso y esto es pura necedad. Necedad París. Actualmente se desem-
que puede volverse necesaria. Aunque para peña como decano de la Fa-
Unaquaeque res, quatenus in se est, in suo esse algunos sobre. Mas para quienes sobre..., estos cultad de Ciencias Humanas
donde dirige el Grupo de Es-
perseverare conatur. jamás conocerán las claves de su breve dicha tudios de las Subjetividades y
Es decir: sobre la tierra —como dice la Canción del Este Creencias Contemporáneas —
gescco —.
de nuestro poeta Álvaro Mutis—:
Todo ser (cosa), en cuanto es (cosa), se esfuerza ** Texto integral de la Con-
A la vuelta de la esquina
por perseverar en su ser. ferencia pronunciada ante
un ángel invisible espera... la Nueva Escuela Lacania-
na, en la Alianza Colom-
Proposición que alguna vez usé como epígrafe una vaga niebla, un espectro desvaído bo-Francesa de Bogotá, el
para una novela inédita (Alter Ego Academicus), te dirá algunas palabras del pasado. 4 de diciembre de 2007.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 209

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Entre Beckett y Lacan: cesar de no escribirse...

Como agua de acequia, el tiempo Lo mínimo minimísimo


cava en ti su arduo trabajo (Meremost minimum).
de días y semanas, Con el yo a cuestas y despojándose del otro...
de años sin nombre ni recuerdo. No hay futuro en esto Por desdicha Sí.
A la vuelta de la esquina
(No future in this Alas yes).
te seguirá esperando vanamente
ese que no fuiste, ese que murió
Beckett y Lacan son dos sujetos que cambian la
de tanto ser tú mismo lo que eres.
lengua. La retuercen, la estiran. Beckett quiere
Ni la más leve sospecha,
abandonar su lengua (matar en cierta forma
ni la más leve sombra
al padre Joyce)... Pero no puede en Rumbo a
te indica lo que pudiera haber sido
peor. Eso duele demasiado. Lacan, por su parte,
ese encuentro. Y, sin embargo,
elabora nudos des-palabrados, de espaldas al
allí estaba la clave
público. Y llega al nudo borromeo: porque solo
de tu breve dicha sobre la tierra.
hay goce en el Uno:
Pero en fin..., desde que me inventé un ritual
para esparcir —en compañía de dos amigos— ¿Qué hay detrás del telón-libro?
las cenizas de mis padres, al mar, empecé a en- ¿Qué me ocultas?
tender —de otro modo— las tremendas frases ¿Dónde te encuentras?
que el autor de Rumbo a peor no pudo traducir ¿Jugamos a las escondidas?
al francés: Donde entonces sino allí ve ahora...
Aún Di aún Sea dicho aún De algún modo aún (Where then but there see now—).
Hasta en modo alguno aún Dicho en modo alguno
aún1. Asistimos a una estética de la perplejidad: des-
Mucho más breves en inglés: cubrir un vacío indefinible. Lenguaje que se
nombra y repite a sí mismo, sin esperanza de
On Say on Be said on Somehow on Till nohow on llegar a ningún lado. Redundancia que resulta
Said nohow on. heroica en su enloquecida determinación de
Frases que, como buena parte de las últimas pro-seguir. Porque teme un vacío que no puede
palabras de Beckett, construyen con la ausencia conquistar, pero que desea describir si se parte
—una ausencia que no busca ser resuelta en pre- de que la descripción es la incapacidad que tiene
sencia alguna, sino que en sí misma posibilita y el escritor para describir...
encausa la escritura: ¿Sin cambiar? ¿Vuelven de repente sin cambiar?
Di un cuerpo Donde ninguno Sin mente Donde Sí Di sí Cada vez sin cambiar De algún modo sin
ninguna Al menos eso Un sitio Donde ninguno cambiar Hasta que no Hasta decir no De repente
Para el cuerpo Que esté Que salga Vuelva No No vuelven cambiados De algún modo cambiados
se sale No se vuelve Sólo se está Dentro Dentro Cada vez de algún modo cambiados
aún Quieto. (Each time somehow changed).
Búsqueda de lo sublime entre des-palabras,
queriendo rondar el silencio, gestualmente, su-
surrando..., deseando orientarse hacia la salida Lo que queda del día (Mitzú)
de la selva de los símbolos: El narrador es un ser de papel, efecto del dis-
Luz tenue fuente por saber Saber lo mínimo Saber curso que, al pretender decir la verdad sobre
nada no Qué más quisiera Como mucho lo mínimo sí, no puede sino nombrar el lenguaje que lo
mínimo constituye:
“Cartografía de la memoria XX”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 55 x 42 cm. Detalle.

1. Todas las citas de Worst-


ward Ho (Rumbo a peor)
corresponden —omitiendo
siempre los puntos segui-
dos— a la magnífica edi-
ción bilingüe, publicada
en la Colección Pocas Pa-
labras de Editorial Lumen,
Barcelona, 2001.

210 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Fabián Sanabria

El vacío ¿Cómo probar a decir? ¿Cómo probar a un largo viaje de barco y tren. El niño domestica a su
fracasar? Nada de decir ni fracasar Decir sólo... mascota rompiendo frecuentemente la monotonía de
(Say only). los suyos. Llega incluso a amarrarlo, pues desconfía
del corazón aventurero de su compañero. Lo bautiza
En Rumbo a peor, cualquier intento de rechazar
Mitsú. El gato se adapta fácilmente a las nuevas
la ficción fracasa. Así como yo soy otro y el otro
condiciones de vida de manera dócil y alegre. Luego
es ficción... También Yo soy ficción.
desaparece. No obstante, no es nada serio. Muy
El vacío ante los ojos que miran Miran adonde sea pronto lo encuentran jugando por ahí... Balthus, en
A lo largo y ancho Por alto y por bajo Ese campo vez de reprimir a su desertor, lo instala cerca de la ca-
angosto No saber más No ver más No decir más lefacción, en su habitación, señalándole que segura-
Eso sólo Todo ese poco de vacío sólo mente el pobre Mitsú ha estado tan angustiado como
(That little much of void alone). él. Pasan los días, juegan, se divierten..., parecen
inseparables. Lamentablemente es solo una tregua.
Leyendo a Beckett con Lacan, esa literatura
Llega Noel con su alegría y regalos, Balthus juega con
constituye un errar que «salva su honor», preci-
otros niños y se olvida un poco de Mitsú. Esa noche
samente porque en sus escritos trata de ceñir lo
duerme con él pero... tal vez el gato se aburre de ver
que no pertenece al otro. El desecho que asoma
a su amo soñar y se evade... Balthus despierta, lo
en el paisaje de la historia humana —enmu-
busca por todas partes y, ¡Dios mío!, ni debajo de la
deciendo. Una mutilación en su horizonte de
cama, ni en los más recónditos rincones de la casa,
verdad: el honor de cercar el horror.
ni en el jardín, ni en la calle... Mitsú desaparece. El
Y, sobre ese quedarse mudo cercando el horror, condenado gato se pierde. El niño recuerda extraños
¿qué queda del día? Se dio lo que no se tuvo a presentimientos. Vuelve a casa, se desespera, llora,
un otro que no lo quiso... Ese otro se desvaneció, pierde la voz. Y no solo eso: enmudece.
enmascarando su duelo en la huida... Y aquí
Encontrarse algo es genial, pero encontrarse un gato
nuevamente aparece el autor de las Cartas a un
es fantástico. Perder algo es terrible, pero... perder un
joven poeta. De la misma manera que la mujer
gato... Es la muerte. Pues bien, la muerte es perder
(ese otro de Lacan) no existe (pues en sus textos
lo que se ignora. ¿Qué se ignora? Que cuando se
está tachado...), mi semejante —lector—, el hi-
encuentra algo, ese ser se quiere poseer. Y la pérdida
pócrita y hermano, también se ha ido. Alguien
reafirma toda posesión.
podría decir que jamás existió... Entonces
tendríamos que invocar «al otro de ese otro» A Balthus no le queda otra que aceptar el
o, como en Compañía, «Al otro de ese otro O de consejo de Rilke, el visitante que frecuenta su
él O de otro aún»... nueva casa: afirmar de otra manera, tal vez más
duradera, la posesión de Mitsú.
Lo cierto es que (a principios del siglo pasado),
en 1919, Rainer-María Rilke conoció en Génova Muy pronto Rilke le regala al niño —que ha
a Baladine Klossowska y a sus dos hijos: Pierre enmudecido— un cuaderno y algunos lápices
y Balthus. Este último contaba con once años de para que inmortalice lo que perdió. El pequeño
edad, se encontraba en un estado de profunda Balthus se apresta a dibujar en cuarenta bellas
tristeza pues, un año antes, se había encontra- láminas —las cuales circulan hoy por los mu-
do un gato al que adoptó, cuidó y domesticó, seos más prestigiosos del mundo— la historia
perdiéndolo definitivamente meses después. de Mitsú. Un año después, Rilke lo encuentra
completamente recuperado y alegre refiriéndo-
Según lo relata el mismo Rilke, los hechos
se a Mitsú. Con el tiempo se convierte en uno de
ocurrieron así:
los más renombrados pintores del siglo xx. Suele
Balthus a los diez años encuentra un gato. Su madre pintar gatos y sexos de mujeres. Rilke continúa
le permite llevarlo a la nueva casa en Génova, tras escribiéndole: «nuestros anhelos pueden ser
“Cartografía de la memoria III”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 28 x 42 cm. Detalle.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 211

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Entre Beckett y Lacan: cesar de no escribirse...

eternos y el mundo debe ser más sólido. Feliz- ce. Porque lo que no llega, es lo que se valora y
mente los gatos siguen ronroneando»2 . destaca. Una suerte de lejanía multiplicadora...
Ausencia no basada en el ocultamiento de lo
Rondando los 28 años tuve la ocasión de ver
que se sabe sino en el reconocimiento de lo
la mayor retrospectiva de Balthus en Venecia,
que se ignora.
en el Palazzo Grassi. Allí aprendí la historia
de Mitsú. Regresé a Colombia conmovido. En Luego el susodicho vacío El susomaldicho Ese
aquél entonces vivía en Medellín y muy pronto campo angosto repleto de sombras Bien mal dicho
celebraría mi cumpleaños. El 29 de enero de ese así Vacío plagado de sombras ¿Cómo mejor peor
año, una inolvidable amiga me sorprendió: su decirlo mal así?
regalo fue un animalito blanco con negro que,
(How better worse so-missay?).
a pesar de gruñir y refunfuñar, cabía en mi
mano. Contaba una semana de nacido. Después
de acariciarle el cuello y calmarlo, ronroneaba. A otro de ese otro O de
¿Qué más debía hacer? No tuve otro remedio él O de otro aún
que llamarlo Mitzú —esta vez con z. Durante
Ese es otro epígrafe, también de Beckett, que
casi siete años me acompañó. Se perdía, se en-
por ahora se lo debo a mi fantasía... De algún
fermaba. Tuve que reencontrarlo de mil mane-
ras y, en casa, todas las noches, entre mis cobijas modo habíamos dicho que si el narrador es un
retozaba. Montó un montón de veces en avión... efecto del lenguaje, su conciencia representa-
Se volvió un consentido y sinvergüenza. Obvia- da (repetida y reiterada) en Worstward Ho es
mente no voy a contar cómo lo quise..., lo cierto igualmente de papel. El sujeto en Beckett no
es que todas las mañanas, religiosamente, Mitzú es espíritu ni fuerza, sino actor relativamente
me despertaba. Sigilosamente se acercaba... Me condicionado por mecanismos que escapan a
tocaba con su mano, emitía ciertos sonidos y, su comprensión. Él también es ficción, como
normalmente cuando veía que abría los ojos... en otra de sus magníficas obras: Compañía.
con todas sus fuerzas bostezaba. ¿Cuántas veces nos inventamos a un otro para
perseverar (y poder ser) nos-otros?
Para Mitzú, el mío —perdón por lo de mío—,
todo era bostezo: el hambre, la sed, el cansan- Una voz alcanza a alguien de espaldas en la oscu-
cio, las ganas de jugar, el consentimiento... en ridad. La espalda para no nombrarlo sino a él Él ya
fin... Mitzú me ha ilustrado —como nadie hasta mencionado y la manera en que cambia la oscuridad
ahora— la mejor manera de graficar el deseo: cuando él abre los ojos y también cuando los cierra.
un bostezo. Solo puede verificarse una mínima parte de lo que
se dice. Como por ejemplo cuando él escucha, Tú
Y bien, ¿qué es lo queda del día, entre Beckett estás de espaldas en la oscuridad. En este caso él
y Lacan? Lo mismo: un hueco, un vacío... mejor no puede sino admitir lo que se dice. Pero de lejos la
aún: un bostezo. Y, ¿a cuántos de nosotros no mayor parte de lo que se dice no puede verificarse.
nos enseñaron a bostezar tapándonos la boca? Como por ejemplo cuando escucha, Tú naciste tal y
Creo que aquí el único autorizado para boste- tal día. A veces sucede que las dos frases se combinan
zar, con todas sus fuerzas, es Mitzú... Porque si como por ejemplo, Tú naciste tal y tal día y ahora
el otro me bosteza así... salgo corriendo y, por estás de espaldas en la oscuridad. Truco que tal vez
supuesto, a la inversa. Entonces nuevamente, intenta hacerse repercutir sobre la irrefutabilidad de
eso es lo que queda del día: un bostezo: lo dicho. Esa es entonces la proposición. A alguien
Aún Mira aún Di aún Sea aún De algún modo aún de espaldas en la oscuridad una voz desmenuza
De cualquier modo aún Hasta que lo tenue ya no un pasado. Cuestión también por momentos de un
Que por fin ya no Que todo por fin ya no De una presente y rara vez de un futuro. Como por ejemplo,
mala vez por todas De apenas la mejor peor vez Tú acabarás tal como eres. En otra oscuridad o en la
por todas. misma otra. Imaginándolo todo para tener compañía.
Silencio de inmediato3.
(For poor best worse and all).
Más allá de Compañía, en Rumbo a peor ya no
De las presencias del mismo a las cada vez ma- hay otro, ni yo. Ni alteridad ni identidad. Pero,
yores ausencias del otro hoy (como fugas de Fi- de algún modo, también deambulan ambos.
bonacci). El espejo en el espejo que nos traduce
Esto y aquello y ni esto ni aquello. Sí y No y ni
una pérdida, cuyo único remedio consiste —tal
sí ni no, o tal vez un poco de sí y no susurra-
vez— en fantasear... Si bien el otro nos deja sus
do, paulatinamente ronco. Ambigüedades y
2. Véase (2002). Mitsou. restos, pequeños objetos a..., estos —en el mundo
Histoire d’un Chat. París; ambivalencias relacionales. Una vez más, los
contemporáneo— ya no bastan... En Beckett, la
Seuil — Archimbaud — dominios conquistadores de la ficción.
París. espera es sencillamente absurda. Porque sabe
3. La presente cita —y que el otro siempre falla. Y si el Otro no falla, Alguna vez Lacan señaló que el sujeto que
las dos que siguen— co-
rresponden a una traduc-
hace que el otro falle. Ausencia y no-saber que creía poder acceder a sí mismo, nombrándose
ción personal de Beckett, en Esperando a Godot son perfectos. La paradójica a través de un enunciado, no es más que un
Samuel. 1985. Compag-
nie. París: Éditions de
presencia-ausente de Godot es más elocuente objeto. Habría que preguntarle a Beckett cómo
Minuit. que su aparición. Es una ausencia que produ- vivió las angustias de sus páginas en blanco

212 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Fabián Sanabria

para saber cuánta intensidad le generaron las Ahora bien, ¿es acaso posible de un litoral pro-
sombras de sus fantasmas. Porque los fantas- ducir un semblante? ¿Un significante?
mas no solo deambulan por ahí, como en las
Releyendo a Beckett y a algunos escritores de
casas antiguas, sino que también, bajo ciertas
vanguardia que, al final de sus obras (y vidas)
condiciones, hablan... prefirieron prescindir de personajes, susti-
Si no es a él al que habla la voz es forzosamente tuyéndolos solo por voces —algunas de ellas
a otro. Así con lo que le queda de razón razona. entrecortadas—, descubro las máscaras de seres
A otro de ese otro. O de él. O de otro aún. A otro profundamente vulnerables que por pudor pa-
de ese otro O de él O de otro aún. A alguien recían invulnerables. Solo grietas. Eso es lo que
de espaldas en la oscuridad en todo caso. De traducen: huecos, bostezos, abismos. Y un vacío
alguien de espaldas en la oscuridad ya sea el solo puede llenarse con otro vacío. Sus deseos
mismo u otro. Así con lo que le queda de razón son al fin de cuentas el deseo de otros o, si se
razona y razona equivocadamente. Porque quiere, a sus faltas les falta que el otro les falle.
si no es a él al que habla la voz sino a otro es Están abandonados pero tratan de satisfacerse
forzosamente de ese otro del que habla y no de con la escritura y la palabra del Otro:
él ni de ningún otro. Porque habla en segunda Inventor de la voz y del auditor y de sí mismo. Inventor
persona. Si no es de él a quien habla la voz que de sí mismo para tener compañía. Quedarse ahí. Él
habla no hablaría en segunda persona sino en habla de sí como si se tratara de otro. Él dice hablando
tercera. Por ejemplo, Él nació tal y tal día y ahora de sí, Él habla de sí como si se tratara de otro. Él
está de espaldas en la oscuridad. Es entonces también se imagina a sí mismo para acompañarse.
evidente que si no es a él al que habla la voz sino Quedarse ahí. La confusión también acompaña.
a otro tampoco es de él sino de ese otro y de Hasta cierto punto. Más vale la falsa esperanza que
ningún otro. Así con lo que le queda de razón ninguna. Hasta cierto punto. Hasta que el corazón se
razona equivocadamente. Para acompañarse fatiga. De la compañía también hasta cierto punto.
debe mostrar una cierta actividad mental. Pero Más vale un corazón fatigado que ninguno. Hasta que
no necesita brillar. Incluso se podría adelantar comienza a podrirse. De este modo hablando de sí
que mientras menos brilla mejor resulta. Hasta él concluye por el momento... Por el momento ahí.
cierto punto. Mientras menos brilla le es más
fácil tener compañía. Hasta cierto punto.
In girum imus nocte et consuminur igni
Sentirse acompañado hasta cierto punto. ¿Por
Es bien sabido —de todos modos— que ningún
qué? Porque da miedo la soledad. Y ese sí que
significante es eterno, a pesar de su absoluta
es otro fantasma. Pero en los párrafos anteriores
singularidad. No obstante, el ruido del otro —
hablábamos de una voz, dirigida a otro de ese
permítanme seguir con la fonética— podemos
otro O de él O de otro Aún. Una suerte de eco
ordenarlo. Establecerlo como grafía (escritura),
forzado que insiste y persiste. Que persevera...
y como sonido (palabra). De cierta manera,
Pues ese eco obstinado es, de algún modo, lo
podemos seguir su cauce, trazar el curso por
que Lacan llama el significante. Y un hombre
donde corre... y, a lo largo del curso..., quedan
no es más que un significante. Recrearlo es re-
trazos, restos, huellas. Algo así como cicatrices.
producir esa mitad sin par por la que el sujeto
Porque no todo se logra y hay recovecos, vueltas
—a pesar de todas sus alienaciones— subsiste.
y revueltas: «el objeto es una falla. La esencia
Tremenda recreación la de ese ruido. Producir, del objeto es fallar»4.
emitir de algún modo, así sea en delirio, la voz Por otro lado, y del mismo modo, la falla no
del otro. A mi modo de ver, con una buena cesa de escribirse... tal vez sería muy aburrido
dosis de adiestramiento y cultura se puede un cuerpo sin cicatrices (si no, preguntémoselo
ser un correcto etnógrafo. Un buen descriptor al autor de El condenado a muerte)... No es que
de lo que ocurre, del paisaje, del contexto, de necesitemos la falta, sino, como dijo Lacan el 13
las cosas. Un coherente pintor de cómo pasan de febrero de 1973, «lo que nos hace falta es que
ciertos hechos. Pero definitivamente el quid hace falta que no». Pero sí, falta y sigue faltando.
de la literatura está en ponerle voz al otro. En ¿Qué tal que no?
que lo que el otro diga Suene y sea creíble. En
Los trazos del otro que —de algún modo aún—
que en ese balbuceo de grafías, precedidas
nos recuerdan su semblante, se alojan en
generalmente por un guión que indica «aquí
nuestra falta, en nuestro deseo. Y por ahí anda
viene una voz»..., eso se traduzca en ruido con-
el pequeño objeto a. Empero, el irlandés afran-
sentido del otro.
cesado que sabía acomodar restos, en Rumbo a
Es más o menos dar la impresión de que llueve peor no hizo otra cosa que mostrarnos el fracaso
y, efectivamente, que caiga agua. Porque al de semejante «acomodación». Agujeros y más
margen de la página desde donde se escribe o bostezos. Nuevamente el vacío. Una suerte de
re-escribe la ausencia del otro (esta vez perso- saber en jaque que, en modo alguno, es fracaso
naje evocado), hay un litoral... Y por ahí aparece de saber. Más bien es como una mancha —ta-
4. Lacan, Jacques. 1991.
la palabra literatura. Agua que cae y corre, y si chadura diría Lacan— por donde corre el agua Seminario xx: Aun. Barce-
choca con rocas, produce una cascada... desbarrancada. Litura pura, literatura... lona: Paidós, 73.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 213

REVpalimpsesto_7_2010.indb 213 16/11/2010 02:27:51 p.m.


Entre Beckett y Lacan: cesar de no escribirse...

Primero vuelta aún a decir lo tenue puede irse De de campo flotando... Quizá ese cuadernito
algún modo vuelta aún Lo tenue no puede irse Lo ferrocarril de Claire-fontaine me salvó pues,
tenue para irse ha de ser del todo La verdad lo tenue reaccioné, salí del agua y lo puse a secar... En
puede irse Si es del todo Uno puede irse no del todo ese instante me acordé de otra frase de Rainer-
Dos también Tres no si no es del todo Si lo tenue falta María Rilke que me sirvió de epígrafe para el
del todo El vacío no si no es del todo Si todo falta artículo que semanas antes me habían pedido:
del todo Lo tenue puede empeorar De algún modo «¿A dónde irá a sonar aquél que era tan claro?».
empeorar No irse Si no es de todas todas Así comienza mi artículo sobre K. Zanussy o la
(If not for good). gracia que se escapa, el cual me hace pensar ahora
en ciertos semblantes o, mejor, en algunos tra-
El pequeño objeto a se aloja de algún modo. zos de otros... en bellos gestos que también se
Aunque se pierda el tiempo hablando de eso. me escapan. Porque hoy más que nunca, cuando
En todo caso se acomoda. Pero no basta. Sigue el otro ya no puede darnos la cara, recibimos de
nuevamente aún. Una vez más la insistencia ese otro un «emoticón»...
—la inadecuación... Y, ¿qué pasa cuando la
inadecuación es tan amplia que, en términos Y ¿qué es un emoticón? Una carita feliz o triste, o
de literatura, «faltan las palabras»? a veces iracunda..., de un otro ausente que, muy
probablemente, huye de nosotros sin saber que
¿Qué cuando falten las palabras? Ninguna para qué al evadirse huye de sí mismo... —Entramos así
entonces Pero di a modo de algún modo aún de algún en el terreno de lo líquido: modernidad líqui-
modo que tenga que ver con la vista Con menos vista da, amor líquido, vida líquida, miedo líquido...
Todavía tenue y así y todo... No En modo alguno así recurrentes títulos de los más recientes ensayos
aún Di mejor peor palabras que faltan cuando en del sociólogo polaco Zygmunt Bauman donde
modo alguno aún Todavía tenue y en modo alguno se evidencia la fragilidad de los vínculos huma-
aún Todo visto y en modo alguno aún ¿Qué palabras nos hoy. Y es en ese campo donde me parece
para qué entonces? Ninguna para qué entonces Sin adecuada la impertinencia de señalar que el
palabras para qué cuando falten las palabras Para pequeño objeto a —del otro— se transforma en
qué cuando en modo alguno aún De algún modo en @. Porque en las sociedades actuales lo frontal
modo alguno aún. anda en vías de extinción y en buena medida lo
(Somehow nohow on). trascendental ha sido sustituido por el pragma-
tismo. Además hoy casi nadie da la cara porque
En los párrafos siguientes de Rumbo a peor no la mayoría replica: «¿Acaso soy guarda de mi
hay diferencia ni indiferencia. Solo el presente hermano?». Hemos ingresado definitivamente
de una constante ausencia: no saber, en reali- al universo de lo virtual, donde todo es simu-
dad, a dónde ir... entonces huir (s’enfuir)... lacro y una imagen vale más que mil palabras.
Así rumbo a lo menos aún Mientras todavía tenue Lo
Pero el mayor número de imágenes de hoy son
tenue sin atenuar O atenuado a más tenue todavía
fabricadas, y ya no estamos seguros de saber si
Hasta lo tenue tenuísimo Lo minimísimo en lo tenue
hemos visto al otro real o virtualmente. ¿Acaso
tenuísimo La suma tenuidad Lo minimísimo en la
nos engañamos? En buena medida sí, como con
suma tenuidad Lo peor impeorable
el pequeño objeto a. Por eso ahora, con el pequeño
(Unworsenable worst). objeto @, creemos tener acceso al otro de inme-
diato. ¿Y para qué tan rápido? ¿No será para
Hace unos años conocí en Medellín al cineasta
desecharlo? ¿Para sustituirlo cuanto antes por
Krzysztof Zanussy. Tras su partida, el Centro
otros @s? Pero, ¿quién es hoy ese @utre?
Colombo Americano me pidió un artículo sobre
las películas que durante una semana había «El abismo estará siempre ahí», afirmó en algu-
visto en compañía de ese realizador polaco. na conferencia Heidegger. Hoy la inmediatez
Recuerdo que pasaba vacaciones en Río de pretende hacernos creer que no... Y, de golpe,
Janeiro y prometí escribir, desde la playa, el creemos que todo está arreglado... Pero no.
texto pedido. Tras numerosas anécdotas vividas Nuevamente el otro falla o nos-otros hacemos
con un amigo francés en Brasil, llegó mi última que nos falle. Entonces aparece en el mercado
jornada de estadía en Río de Janeiro, y nada que un nuevo videojuego. Y, ¿qué tal que este sí? Así
escribía el artículo. Mi amigo viajó un día antes nos entusiasman. Como Mitzú. Pero, felizmente
a París y yo me quedé tratando de atar cabos él todas las mañanas bosteza. Y, ¿si comprara
sobre Zanussy. Me levanté tarde, sentí mucha un gato que bostezara todas las mañanas ten-
hambre y sed. Caminé durante un par de horas dría necesidad de Mitzú? Felizmente ningún
hasta que llegué a un restaurante donde probé robot-gato podría bostezar con tan milloné-
el más exquisito bacalao que jamás haya gus- simas variaciones como Mitzú. Empero, en el
tado, acompañado de algunas caipiriñas. Tras mundo virtual, ¿nos hemos dado cuenta de
el suculento almuerzo, fui caminando hacia la eso? Los alienados de la virtualidad juran que
playa de Ipanema y, sin desnudarme entré al no necesitan bostezar porque cada nuevo soft-
mar. En realidad no sé si quería suicidarme tras ware y hardware les hace creer que «todo está
mi «goce gastronómico»..., solo sé que el agua bajo control», sin darse cuenta de cuán abiertas
me llegaba al cuello cuando descubrí mi diario tienen sus bocotas...

214 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 214 16/11/2010 02:27:51 p.m.


Fabián Sanabria

Y sigue habiendo roces y goces, jamás relación. irlandés afrancesado le habló de la «alegría de
Pero goces del uno sin semblantes del otro hoy... escribir». De escribir palabras... ¿No sería esa,
su alegría, similar a la de Freud, ese otro genio
Anhelar la mente susodicha largo tiempo perdida para
el anhelo La susomaldicha Hasta ahora susomaldicha
completamente pesimista respecto al destino
A fuerza de largo anhelo perdido para el anhelo Leve
humano, cuyo nombre quiere decir «alegría?»
anhelo en vano aún A más leve aún A lo levísimo
«Las palabras, ¿quién las habrá amado tanto
Leve anhelo en vano del mínimo anhelar El mínimo
como él? Ellas fueron sus compañeras y su
anhelo indisminuible Inaquietable mínimo en vano
único sustento», agrega Cioran en su retrato de
de anhelar aún
Beckett6. Y ¿pensar que el autor de Rumbo a peor
buscaba el silencio? —Sí, pero el silencio que
(Unstillable vain least of longing still). solo pueden producir las palabras...
«Girábamos en la noche y nos consumía el Huecos para cuando se vayan las palabras Cuando
fuego» dice el célebre canto que de principio en modo alguno aún Entonces todo se ve como solo
a fin repite lo mismo en la Eneida. Guy Dé- entonces Inatenuado Todo lo inatenuado que atenúan
bord lo enunció como prólogo de la sociedad las palabras Todo lo así visto desdicho Y sin rezumar
de consumo. Quizá debamos recitarlo como Y sin huella en la blandura cuando de ella rezuma
canto de nuestra agonizante vida líquida... otra vez En ella rezuma otra vez Rezumar sin más
A menos que sepamos dar —de alguna otra para cuando se vea como visto al rezumar Atenuado
forma Aún— la cara... Nada de rezumar para cuando se vea inatenuado Para
Dicho en modo alguno aún cuando en modo alguno aún Nada de rezumar para
cuando el rezumar ya no
(Said nohow on)
(No ooze for when ooze gone).
En su mismísimo Aún (Encore) dice Lacan: «lo En los últimos párrafos de Rumbo a peor hay
que habla solo tiene que ver con la soledad, equívoco en las palabras, mortificación y satis-
sobre el punto de la relación que no puedo facción al mismo tiempo. Cientos de im-pases
definir sino diciendo, como hice, que no puede y aparentes contradicciones. Peticiones de re-
escribirse. Ella, la soledad, en ruptura del saber, chazar lo que se nos ofrece porque tal vez eso
no solo puede escribirse, sino que además es lo no es lo que se nos da. Y luego No. Anuncios de
que se escribe por excelencia, pues es lo que de fin que, sin querer, vuelven al comienzo. For-
una ruptura del ser deja huella»5. zamientos gratos y transgresores que bordean
—Y, ¿qué es lo que de una ruptura del ser deja el horror: de nuevo el abismo. Y lo que importa
huella? — La muerte. son los obstáculos para llegar a él. La situación
límite como punto de partida. El aparente fin
En la obra de Beckett por todas partes hay
— La despedida— como encuentro:
cadáveres. Siempre un cuerpo, un cuerpo que
se va a morir... Pero para morir hay que haber De algún modo otra vez y todo en la mirada otra vez
vivido. Y ese vivir, sabiendo que se va a morir, Todo de una vez como una vez Mejor peor todo Los
implica una inversión constante en la pérdida, tres encorvados La mirada Todo el vacío angosto
en la ausencia, como una suerte de apuesta por Nada desdibujado Todo claro Claro tenue Negro
el fracaso, enunciando reiterativamente desde agujero de par en par en todo Que todo deja entrar
las primeras líneas de Worstward Ho... Que todo deja salir
Todo de antes Nada más jamás Jamás probar Jamás (Inletting all. Outlettin all).
fracasar Da igual Prueba otra vez Fracasa otra vez ¿Y de eso es qué habla? En buena medida el
Fracasa mejor abismo que pinta Beckett es un hueso duro de
(Fail better). roer. Porque al fin de cuentas no puede asirse. A
lo largo de tantos párrafos ha tratado de ponerle
¿Acaso con Lacan no hemos aprendido que un punto final al aún y no ha podido. Tampoco
el inconsciente es falla, tropiezo, fisura? Por podrá esta vez traducir —ni traicionar— su
supuesto no se trata del fracaso como destino o delirio, a otra lengua distinta de la de su Padre
salida melancólica ante la falta i-reductible. Se Joyce. Simplemente porque es insoportable.
trata del fracaso como repetición, como búsque- Porque en medio de ese dolor debe seguir y, de
da que construye un camino fracasando mejor. nuevo, dilatarse y contraerse...
Y Beckett plantea su obra como un fracaso del
lenguaje, que es también impotencia del cuerpo Lacan también estaba cansado o, al menos eso
frente al ruido del otro, frente al significante. decía al final de su Seminario xx: «fatigado de
Algo así como el sentido de un amor insensato venir cada año a enseñar lo mismo durante 20
que solo es posible yendo hacia otro amor más años. ¿No será hora de decir Basta? Hagan sus
insensato... apuestas [...] porque saber lo que la pareja va a 5. Lacan, Jacques. 1991.
hacer no es una prueba de amor». Seminario xx. Aun. Barce-
En Beckett ese egoísmo supremo no excluye la lona: Paidós, 145.
exasperación. En un emotivo texto de Cioran, el —¿Entonces? Cioran, E. M. 1986.
6.
Exercises d’admiration.
filósofo rumano nos habla de un Beckett alegre. Basta De pronto basta De pronto lejos todo Sin mover- Essais et portraits. París:
¿Quién lo creyera? Parece que alguna vez el se y de pronto lejos todo Todo lo menos Tres siluetas Galimard, 101.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 215

REVpalimpsesto_7_2010.indb 215 16/11/2010 02:27:52 p.m.


Entre Beckett y Lacan: cesar de no escribirse...

Un contorno En lo tenuísimo tenue Inmensidades Seguramente habrá que interesarse mejor por
de distancia Hasta los límites del vacío sin límite De la ficción y, tal vez, para dar cuenta de ella,
donde no más allá Lo mejor peor no más allá En re-escribirla.
modo alguno menos En modo alguno peor En modo Respecto a mí —perdón por el egotismo— ten-
alguno nada En modo alguno aún go que repetir con Beckett la frase que aún me
(Nohow on). corresponde callar:
En cuanto a nos-otros, tal vez debamos inves- Dicho en modo alguno aún
tigar más a fondo al nuevo pequeño objeto @. (Said nohow on).

“Cartografía de la memoria XVII”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 55 x 42 cm.

216 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 216 16/11/2010 02:27:53 p.m.


entrevista

“Júpiter”. Planetas y viajeros.

REVpalimpsesto_7_2010.indb 217 16/11/2010 02:27:54 p.m.


REVpalimpsesto_7_2010.indb 218
“El caminante”. Pinturas. 1995. Óleo y collage sobre tela. 140 x 180 cm.

16/11/2010 02:28:01 p.m.


Franco Volpi*

La «dimensión estética del


pensamiento». ‘Cuidar de sí’
como fundamento de una
política publicitaria**
el autor:
* (Vicenza, 1952 - San Germa-
no dei Berici, 2009). Filósofo
italiano. Uno de los más re-
nombrados estudiosos de la
filosofía alemana y gran co-
nocedor de la obra del colom-
biano Nicolás Gómez Dávila.
Fue profesor titular de filosofía
La filosofía contemporánea: ‘Pensamiento débil’ y ‘dimensión en la Universidad de Padua y
analíticos y continentales estética del pensamiento’ Standing Visiting Professor en
la Universidad de Staffordshi-
re (Inglaterra). Enseñó en la
La estética es una dimensión determinante El concepto de pensamiento débil, acuñado cátedra de filosofía de la Uni-
del pensamiento filosófico contemporáneo, por Gianni Vattimo, es una idea que nace versidad de Witten/Herdecke
porque la conexión con la estética modifica la originalmente de la escuela de Palo Alto, de la (1991-1998). También dictó
clases y conferencias en otras
comprensión de la tarea del pensamiento en el psicología de Betison, de Watzlawick, es decir, importantes universidades
mundo de hoy. de científicos que empezaron a ver que una europeas y americanas, entre
forma de pensar demasiado rígida, esclerotiza- ellas la Universidad de Laval,
En principio, la filosofía contemporánea se en Canadá, la Universidad de
da, dura, en lugar de comprender y capturar lo
caracteriza por una división fundamental: Niza, en Francia, las universi-
esencial del mundo, choca contra este. Incluso dades de Valparaíso y Santia-
filosofía analítica y filosofía continental. Esta
en el discurso científico se habla de una lógica go, en Chile, y la Universidad
división tiene su sentido y problemas propios, Nacional de Colombia. Fue be-
fácil, de una lógica que tiene un carácter vago,
y, aunque es asimétrica, vale como criterio para cario de la Fundación Alexan-
indeterminado y elástico que le permite fun- der von Humboldt, miembro
comprender y abarcar el pensamiento de hoy,
cionar mejor, capturar mejor la complejidad del de la Academia Olímpica y del
indicándonos que hay dos maneras distintas de Istituto Veneto di Scienze, Let-
mundo, el carácter complicado y complejo que
entender la tarea de pensar. Según la primera, tere e Arti.
el mundo tiene. De esta idea, que surgió para
la filosofía consiste en el análisis de las condi- Obtuvo los premios literarios
desarrollar un tipo de discurso científico más
ciones bajo las cuales podemos hablar de ma- «Montecchio» (1989), «Capo
adecuado a la realidad compleja de algunos Circeo» (1997) y «Nietzsche»
nera correcta, coherente y científica de nuestro
fenómenos científicos, Vattimo construyó un (2000). Entre sus publica-
mundo; concibe la filosofía como el análisis de ciones en español, además
enfoque general y posmoderno que abandona
las condiciones para una descripción adecuada de sus valiosas ediciones de
el pensamiento duro, monolítico, unitario e Schopenhauer (Alianza), Hei-
y consistente del mundo. En la continental, sin
inflexible de la tradición moderna, y que trata degger (Adelphi), Carl Sch-
negar la legitimidad de esta tarea de la filosofía, mitt (Trotta) y Nicolás Gómez
de mostrar que para corresponder mejor a la
hay una visión de lo que es pensar que lo acerca Dávila (Villegas), sobresalen:
realidad multiforme y polifónica del mundo Los titanes venideros: Idea-
al terreno de la poesía, de la estética, del arte,
contemporáneo hay que renunciar a las cate- rio último. Conversaciones
porque para los grandes representantes de la con Ernst Jünger (Península,
gorías rígidas y asumir una actitud, por decirlo
filosofía continental, como Nietzsche y Heide- 1998, con A. Gnoli); Enciclo-
así, receptiva frente a las cosas que son, que pedia de obras de filosofía (3
gger, y para Wittgenstein —un pensador que
nos permita corresponder mejor a sus matices; volúmenes, Herder Barcelona,
se encuentra entre las dos tradiciones— la tarea 2005), El solitario de Dios (Vi-
entonces, enfoques como la ruptura de los
del pensar no se limita únicamente al análisis llegas Editores, 2005), El nihi-
géneros fijos y el discurso transgenérico, en el lismo (Siruela, 2007), El dios
de condiciones de un discurso verdadero, sino,
sentido del discurso transversal, hacen posible de los ácidos -Conversacio-
más bien, trata de mostrar cómo la filosofía y nes con Albert Hofmann (Si-
pensar en atravesar sectores y áreas del saber
el pensar tienen también una tarea análoga y ruela 2008, con A. Gnoli), y
que normalmente están aislados en sus especi- Sobre la fortuna del concepto
comparable a la de la poesía, a la del arte, es
ficidades. El pensamiento posmoderno hace de decadencia en la cultura
decir: abrir horizontes de sentido, intentar crear alemana (1995). Era colum-
fracasar el muro de la especialización y se hace
recursos simbólicos merced a los cuales pode- nista habitual de los diarios
móvil, elástico y débil, en el sentido positivo La Repubblica, Frankfurter
mos tratar de abarcar nuestro mundo dentro
de la palabra, para lograr una descripción más Allgemeine Zeitung; también
de una experiencia, dentro de un imaginario. escribía para la revista sema-
eficaz del mundo.
Entonces, en esta segunda comprensión de la nal Panorama.
filosofía, la cercanía entre estética y pensamien-
** Entrevista otorgada a
to es particularmente evidente. UN Radio en 2009.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 219

REVpalimpsesto_7_2010.indb 219 16/11/2010 02:28:02 p.m.


La «dimensión estética del pensamiento». ‘Cuidar de sí’ como fundamento de una política publicitaria

Cultura latinoamericana y el pensamiento contemporáneo, modificando


pensamiento débil [cultura e incluso revolucionando la comprensión de la
europea y pensamiento duro] filosofía práctica, de la ética, de la moral típica
de la época post kantiana, poniendo el enfoque
Hay lugares del pensamiento donde este puede sobre la idea del cuidado de sí, en la necesidad
encontrar raíces y establecerse, y también hay de desarrollar un pensamiento que nos ayude
lugares donde, por decirlo de alguna manera, a brindar a la vida una forma bella, así como el
no puede encontrar un arraigo suficiente, se artista proporciona su estado a una forma logra-
agota y muere. Este enfoque de ‘pensamiento da, invitando a concebir la tarea de la filosofía
débil’ tiene en América Latina una tierra espe- de esta manera. En este sentido, Foucault ha
cialmente fértil para poder producir resultados sido un maestro sin par; hizo una contribución
fructíferos, porque la cultura latinoamericana, insuperable en el rescate del concepto de una
según lo que he aprendido de ella gracias a mis filosofía práctica, en oposición a la idea que
viajes y conversaciones con amigos y colegas de había dominado la filosofía hasta poco antes
esta región, es muy rica en matices, es compleja, de su participación en ella; es decir, antes de
es casi un mestizaje cultural; lo que se observa Foucault la mayoría de los planteamientos éti-
desde Europa es que en América Latina no cos, de las reflexiones morales contemporáneas,
hay lugar para lo que se llama, por otro lado, eran de tipo prohibitivo: ¿qué está permitido
el pensamiento único, hay un pensamiento hacer?, ¿cuáles son las reglas universales de com-
articulado que florece y en ese sentido Amé- portamiento? Eran propuestas éticas formales y
rica Latina tiene un potencial que no ha sido de la virtud; no para alcanzar la felicidad o la
aprovechado. Si uno considera lo que se conoce autorrealización, no para llegar a ser lo que uno
como la world literature, la literatura mundial, se es, sino más bien normas éticas del imperativo
da cuenta de que los escritores latinoamericanos categórico, post kantianas. Uno de los proble-
representan un porcentaje muy alto de lo que se mas más importantes, graves y sin solución,
está leyendo en el mundo; no solo la generación después del fracaso de los modelos tradiciona-
de los fundadores (Márquez, Fuentes, Mutis), les, religiosos y morales que ya no funcionan,
sino también las generaciones jóvenes tienen es la misma inutilidad de las prescripciones y
un nivel internacional, una consideración inter- la misma estupidez de las prohibiciones, que
nacional altísima. Algo similar podría ocurrir parecen dejar al hombre contemporáneo —a los
también con el pensamiento latinoamericano; jóvenes— sin modelos a seguir, sin ideales, sin
hay fragmentos, ideas muy originales que han valores, sin consejos e indicaciones. Todo queda
nacido y circulan, y que poco a poco cautivarán en manos de la espontaneidad en la que impera
la atención actual internacional, así como suce- la dinámica hedonístico-consumista del mundo
dió en el caso de la literatura latinoamericana. actual. Este es un problema fundamental de las
generaciones jóvenes: la falta de orientación y
La dimensión estética, ‘el cuidado de imágenes, recursos simbólicos e imaginarios
de sí’ y el placer de vivir [estoicos capaces de formar identidad compartida. En ese
vendedores de pseudo-hedonismos.
sentido, tal vez, el verdadero problema no es
Latencia de la muerte, y conveniencia tanto, o no es solamente, el imperativo categó-
de la hipótesis apocalíptica]
rico, los límites que debemos poner a nuestros
actos, sino, más bien, cómo definir las metas, los
Un pensamiento que se aleja demasiado de la fines que vale la pena percibir. El saber científico
vida y se abstrae de la vida sin repercutir sobre actual nos enseña a hacer miles de cosas, pero
esta, tiene legitimidad, por supuesto, pero un no nos dice cuáles vale la pena intentar y cuáles
pensamiento que logra tener un efecto en la no valen la pena y es mejor dejar.
vida con consecuencias que contribuyen a su
realización es mucho más interesante. En este
sentido la categoría del cuidado de sí o la estética
De la estética y la ética
hacia la política
de la existencia, como un ejemplo de las tareas
de la filosofía moral o de la filosofía práctica, En cuanto a la relación entre ‘estética’ y ‘ética’,
abre perspectivas de interés que van más allá de entre ‘bello’ y ‘bueno’, no hay cosa que sea
América Latina y que hacen parte, en general, verdaderamente bella que no sea a la vez bue-
de un pensamiento que ya, gracias a Internet, na, y no hay cosa que sea buena que a la vez
puede considerarse como globalizado. Tal vez la no sea bella; entonces, ‘bello’ y ‘bueno’ están
comunicación entre los pensadores, entre los estrechamente conectados. Por su parte, la
intelectuales, es una de las poquísimas formas política debe no solo regular y reorganizar el
de globalización que se han logrado con éxito. tráfico social, sino que también tiene la tarea
de proponer semánticas culturales, recursos
simbólicos, esquemas simbólicos interesantes,
Foucault y el ‘cuidado de sí’ metas y propósitos que valga la pena realizar
Foucault tuvo el mérito de descubrir esta cate- en una comunidad política. La búsqueda in-
goría antigua y de proponerla nuevamente bajo dividual de la autorealización contribuye a la

220 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 220 16/11/2010 02:28:02 p.m.


Franco Volpi

transformación de la antigua idea del Estado los sonetos? Cambia mucho en la semántica de
como garantía de una imparcialidad y de un la palabra ‘Shakespeare’. Y, ¿qué cambia si des-
tráfico normal o normalizado; la idea tradi- cubrimos que Shakespeare es el autor del Novum
cional era que el Estado no se mezclaba en los Organum de Francis Bacon? Cambia muchísimo
asuntos individuales, sino que garantizaba las en la identidad de la obra y del autor, y no solo
libertades de los individuos; esta es una con- de Shakespeare, sino también del filósofo Fran-
cepción formal de la libertad. Cada vez más nos cis Bacon. Todo esto para decir que moviendo
damos cuenta de que estamos pretendiendo un los imanes se mueve toda la organización del
Estado que no es más un Estado soberano, es material textual. En la cultura posmoderna este
decir, que ejerce el poder imponiéndolo, sino es un fenómeno particularmente vivo, como un
uno en el que se desarrolla la gobernabilidad, volcán, que está alimentando toda una reflexión
que ofrece y propone beneficios a sus ciuda- interesantísima, que está alejando la crítica
danos y que se preocupa por el bienestar de la literaria de algunos esquemas fijos de la tradi-
nación. Esta idea transformada de un Estado ción y que produce ideas nuevas a la luz de las
que tiende a una democracia no solamente cuales podemos iluminar de manera diferente
formal, sino de contenidos, con la garantía de la historia de la literatura mundial.
los derechos fundamentales para todos, com-
plementa directamente la búsqueda individual
de la autorrealización, gracias a los recursos que
la política puede ofrecer al individuo. De modo
que el trabajo político se conecta con la idea del
cuidado de sí. En la obra del último Michael
Foucault, como hemos hablado, esta conexión
es evidente y particularmente interesante.

Una concepción que supera la


dicotomía Individuo-Estado
La idea hobbesiana del Estado-Máquina, que
únicamente se preocupa del orden interno del
cuerpo social y deja la realización de la felicidad
de los individuos a merced de la espontaneidad
de la dinámica económica, genera injusticias
que conducen a la guerra de todos contra todos.
Un Estado que, al contrario, forma su soberanía
alrededor de la idea de la gobernabilidad, es un
estado que se preocupa de llenar con conteni-
dos completos el derecho simplemente formal,
al bienestar que otorga a todos sus ciudadanos.

La escritura, la estética, la obra;


el autor en la obra de hoy
La idea puede explicarse con una imagen: te-
nemos los textos. Allí se sedimenta la escritura;
el material textual se puede comparar con un
polvo de hierro en el que es posible formar un
orden, un esquema. Si ponemos un imán en
ese polvo, este se cataliza según un determi-
“Canon andrógino”. El umbral del paraíso. Grabado en metal. 100 x 70 cm.

nado campo magnético; por lo tanto, autor y


obra son dos conceptos de la crítica literaria
que funcionan como imanes que catalizan el
material textual y lo organizan de una cierta
forma, pero no de manera absoluta y siempre
igual, sino modificable. Por ejemplo, Shakes-
peare es un hombre catalizador, es el autor del
Merchant of Venice; es un hombre que ordena y
co-ordena todo un conjunto de informaciones.
¿Qué cambia si descubrimos, por ejemplo, que
él no nació en la casa que todos los turistas
van a visitar en Inglaterra?; no cambia mucho.
Pero, ¿qué cambia si, por ejemplo, un estudioso
demuestra que Shakespeare no es el autor de

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 221

REVpalimpsesto_7_2010.indb 221 16/11/2010 02:28:04 p.m.


“Monserrate”. 1984. Grabado en metal.

REVpalimpsesto_7_2010.indb 222 16/11/2010 02:28:05 p.m.


antología m í n i m a

“Saturno”. Planetas y viajeros.

REVpalimpsesto_7_2010.indb 223 16/11/2010 02:28:06 p.m.


“Estribaciones”. 1987. Grabado en metal. 50 x 70 cm.

REVpalimpsesto_7_2010.indb 224 16/11/2010 02:28:06 p.m.


Yuichi Mashimo*

Selección de poemas**

Rezo La vuelta

Camino Volvamos, aunque al volver no se den más vueltas.


sobre una inmensa superficie de agua Volvamos, porque ya no hay más lugar al que volver.
con pasos cautelosos. El hueco que quedó en la partida nos aguarda muy adentro.
Volvemos a rehacer lo que nunca se ha hecho.
Camino
sin dejar estelas Atravesando mil historias,
sin provocar ondulaciones. husmeando mil puertas,
si sobras de todo porvenir,
Camino el tiempo ya no te engaña.
tratando de no avanzar
y procurando no permanecer. Como no se opone la noche al día,
tampoco lo hacen los ojos al corazón,
Camino entre arriba y abajo no hay nada,
concentrado en mi peso mínimo el comienzo no está tan lejos del fin.
para no inventar suficiencia.
Hablo de la metáfora que te transporta.
Temo nacer. Es la vuelta que se da más allá de la memoria
a donde regresan las palabras
todas con sus alas remojadas.

* Yuichi Mashimo (1965, Takasaki, Japón) es magíster en Literatura Latinoamericana de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. Es profesor universita-
rio y se dedica a investigar sobre poesía hispanoamericana. Reside en Japón.
mashi-mora@msj.biglobe.ne.jp
** Publicados en Casa Tiempo II. Bogotá: Común Presencia, 2008.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 225

REVpalimpsesto_7_2010.indb 225 16/11/2010 02:28:06 p.m.


selección de poemas

Ciudad/poema

Cada palabra que descubre al Tiempo Cada minuto herido de muerte


como tuyo, amanece lo humano; seguiremos naciendo y lamentándonos
será de tu fundación con trazos de que la humanidad sea asesina,
no por entrañables menos visibles. de que la vida nos sobre y desoriente.

Cada aliento que recupera nuestro Sabemos, la dignidad es la altura.


hábito de crecer en lo que vive Miramos lo inalcanzable por divino.
te habitamos, ciudad, en tu forma Pero nunca hemos visto lo invisible
natural de huésped indiferente. por buscarlo solo en lo que no se ve.

Abandoné mi habitación. Tus calles Si de nosotros depende tu gloria,


matutinas todavía mantienen nada hicimos para merecerte.
el resquemor de otras épocas, Tanto indulto por nuestra ingratitud
que vuelve huraño tu buenos días. que es el olvido lo que nos desvela.

Ir y venir, tantos vanos trajines, Así ningún silencio te es fortuito.


atravesando los itinerarios Con aquella indestructible materia
siempre sobra o falta algo inesperado de la que está hecha nuesta fugaz vida
que resulta un presagio trasnochado. nos piensas. Así cuesta más callarnos.

Lo mismo, pasa nuestra soledad, Hasta que todo lo que no se ha hecho


lo mismo, se ignora nuestro abandono, y no se hará nunca se alcance pleno
lo mismo, se amansa nuestra desgracia, no dará tregua esta perforación
lo mismo, se mustia nuestra esperanza. en el cimiento mismo de tu lengua.

Fuente de delirios, aguas profundas, Cada palabra que descubre al Tiempo


leyes sobre leyes gobernándonos, como tuyo, amanece lo humano;
cuando la locura es la fruta viva es tu otra fundación con trazos nuestros
de todo cuanto respiramos de ti. no por entrañables menos patentes.

Como el pan que no comeré nunca Apenas el frío entre tus callejas
como el vino que ya no sabrá igual. nos recuerda tu verdadero nombre.
Alguien descubre la necesidad Ya no hay más éxodo que te entierre
de consagrar lo que puede el sabor. y deje estos versos deshabitados.

226 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 226 16/11/2010 02:28:06 p.m.


Freddy Téllez

En cosas de escritura...*
En cosas de escritura, lo único propio es el acto mismo. El resto viene siempre de
otras partes. Soy yo el que escribo, pero a través de una buena cantidad de cosas más.

*
El inicio de un libro es el inicio del mundo. Todo empieza cuando todo ha comen-
zado ya. Y el misterio alrededor, ineludible: lo que otros llaman silencio y que es
el límite del sentido, allí donde nada y ser son lo mismo.

*
Un libro es, desde el comienzo, creación de un lector.

*
Solo los años lo llevan a uno a tomar un libro con la seriedad que merece: la de
contener el misterio del mundo mientras se lo lee. Y, sobre todo, a aceptar que, al
cerrarlo, el mundo continúa imperturbable su lenta marcha.

*
Leo en Escrituras de Max Ernst que el pintor y coleccionista belga Servranx decidió
un día romper todo contacto con el mundo. No salió más y no recibía a nadie. Nadie
supo dar razón de su decisión. He ahí un Rimbaud que desaparece en el trópico
de su propio cuarto, me digo meditativo al concluir la lectura. Y rememoro una
idea de Pessoa:
«Vivir no es necesario,
lo necesario es crear».

*
La música expresa el mundo porque el mundo no es sino misterio. Misterio y
melodía.

*
La música es la única variante soportable de la ilusión.

*
El aforismo, un reto máximo: allí donde la complejidad del mundo se detiene en
pocas frases.

*
«Quien no esté hambriento de arte está cerca de la decrepitud». Egon Schiele

* Esta selección de aforismos forma parte de un libro inédito del autor, prolongación, en el mismo orden de ideas,
de Del pensar breve, publicado en Bogotá en 1993.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 227

REVpalimpsesto_7_2010.indb 227 16/11/2010 02:28:07 p.m.


En cosas de escritura...

*
Se me acaba de ir un pensamiento. Aquí dejo testimonio de su paso fugaz.

*
Los libros leídos, ¿dónde se quedan? Y los sólo hojeados, ¿adónde se van?

*
Aquí estoy viviendo este momento, y escribiéndolo. Me aterra pensar que algún
día solo quedará de mí esta frase. ¿Adónde va este instante que pasa, adónde esta
luz, este sabor del día? ¿Todo no es, entonces, sino un asunto de escritura?

*
El mejor libro es el que nos motiva al propio libro.

*
¿A qué otra cosa sirve una autobiografía sino a soportar los propios errores?

*
El triunfo de lo escrito sobre lo vivido es el triunfo del futuro sobre el presente,
de lo eterno sobre lo fugaz y de la letra sobre el sonido. Triunfo del silencio de lo
ausente, sobre lo existente y su ruido.

*
Lástima que el mundo no esté hecho de letras y comas, sino de una espesa y abu-
rridora materialidad: sueño de escritor.

*
Un aforismo es abandonar a su suerte lo que no necesita ser dicho, es decir, casi todo.

*
El buen libro: aquel que resiste a la relectura.

*
Triste papel el de todo contemporáneo: vivir el presente sin llegar a conocerlo,
pues toda novedad se vive en la distancia, es decir, en una de las formas del olvido.

*
Todo el meollo de una obra, es decir, su atracción y obstáculo a la vez, radica en
que proviene de un ser. Es este el que debe imponerse para imponer la obra, sin
que la oculte, no obstante. La dificultad para el contemporáneo radica en aceptar
la obra sin poder ver aún al ser que la subtiende. Toda posteridad es una forma
de concebir obra y ser como un conjunto significativo, interesante. En el fondo, la
creación es una cuestión de personaje.

*
Toda lengua crea el mundo. Basta abrir la boca para creerse Dios.

*
Dedico este libro a los que lo rechazarán sin comprenderlo, porque así me indican
un mundo desconocido. No hay ceguera, sino ciegos.

228 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 228 16/11/2010 02:28:07 p.m.


Freddy Téllez

*
Más allá de esta frase: el vacío.

*
La admiración por un creador, una vez muerto, es proporcional a la indiferencia o
a la envidia que lo rodeó en vida.

*
Quejarse, quejarse de no ser famoso para darse cuenta después, en un arranque de
felicidad inconsciente, que no hay nada comparable a quedarse quieto en un rincón.
He ahí lo que podría llamarse la estúpida banalidad de ser escritor.

*
Desconfía de las grandes alabanzas. Desconfía del gran ruido alrededor de ti. Deja
que sea solo el viento el que te acaricie: dietética de buena salud.

*
Un hombre se esfuerza por dejar escrita una obra y no sabe que no deja sino simples
huellas de su vida, cabeza y corazón incluidos, claro está.

*
Toda obra que se impone al tiempo se produce por fuera de él.

*
Toda creación inquietante es una sinrazón de la razón.

*
Un libro en preparación es un devorador selectivo de ideas, sentimientos y viven-
cias de su autor.

*
Un creador es alguien que deja su huella en lo que hace.

*
Entre la grandilocuencia del adulto y el silencio del anciano, quizá la única salida
valedera sea la indiferencia lúdica del niño. Es decir, una vez más, ¿el arte?

*
En toda creación incomprendida en su presente hay dos errores: el del creador,
vicio de soledad, y el del público, vicio de ceguera.

*
El creador: alguien que encontró el medio adecuado para expresarse. Eso es todo.

*
Un buen libro es una lucha encarnizada contra sí mismo y contra los contemporá-
neos, que por lo general no entienden otra cosa que de vestirse y comer bien. Y todo
eso para acabar simplemente en los estantes de un vendedor de segunda mano...

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 229

REVpalimpsesto_7_2010.indb 229 16/11/2010 02:28:07 p.m.


En cosas de escritura...

*
Estamos unidos a los libros que poseemos por lazos invisibles y misteriosos. Si
estos se rompen, aquellos se vacían sin que sepamos por qué. Toda escritura vive
adentro, en realidad.

*
El misterioso viento del pensar. Hay días en que escribir se asemeja a franquear
una pesada puerta. Una frase hace chirriar los goznes de tal manera que lo mejor
es abandonar el esfuerzo. La frase escrita queda ahí, abandonada a su propia ab-
surdidad, como un testigo impotente de la vanidad de la tarea. Al día siguiente, por
el contrario, la misma frase da lugar a todo un paisaje inesperado, sorprendente,
como si la puerta hubiera sido abierta por un simple viento.

*
La escritura, una cierta manera de envolver las cosas.

*
Un autor: alguien que no deja de ser fiel a sí mismo en todo lo que hace, y sin que
lo sepa muy bien.

*
Hay libros que nos adormecen, otros que nos despiertan, otros que nos pellizcan y
otros que nos mantienen en estado de permanente excitación. El valor de un libro
es una historia de voltaje. La corriente, ¿de dónde viene?

*
«Todo escribe a nuestro alrededor». Marguerite Duras.

*
El aforismo: una totalidad sin esfuerzo, una totalidad dispersa, una totalidad sin
pruebas.

*
«Hay que optar entre buscar el éxito o hacer una obra. Eso supone aislamiento.
Tienes que elegir entre ser un hombre del espíritu o ser un hombre del poder».
José Ángel Valente

*
El inmenso valor del aforismo: contentarse con el sólo dar a ver, pues demostrar
poco le importa.

*
El arte: individualidades que se muestran para perderse enseguida en el mar de
la historia, para alinearse en esta, para tomar posición y llegar a ser monumento o
simple piedra, parte del paisaje en todo caso. Otra manera de ser, dejando de ser.

*
Un libro que no nos conmueve es un somnífero.

*
No se debería leer sino a los autores que incitan a ser uno mismo.

230 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 230 16/11/2010 02:28:07 p.m.


Freddy Téllez

*
Qué vanidad, y qué error más grande, pensar que al escribir un libro se ha encon-
trado la verdad.

*
El arte: una manera de escaparse del presente, alcanzando lo eterno. Y el kitsch,
una forma de aferrarse a aquel en exceso, alejándose irremediablemente de este.

*
¿El arte? El compromiso total, tiránico y monomaniaco con lo que se hace.

*
«Se escribe como si aleteáramos para no caer». Jean-Marie Le Clézio

*
Todo libro encierra su pepita de oro: para verla hay que tener un tamiz.

*
«Cuando en una obra no se reconoce el hombre, en tal caso, o bien el hombre, o
bien su obra, no valen nada». B. Traven

*
La novela: el arte de lo minúsculo.

*
La originalidad en cuestiones de pensamiento es una mezcla indefinible de in-
genuidad, destreza y osadía ante lo tradicional y evidente: verdadera barrera por
superar para alcanzar la cima, es decir, para crear un espacio propio.

*
«Me aterroriza la idea de que la tontería acecha siempre a cualquier autor después
de cuatro páginas». Augusto Monterroso

*
Aquí se encuentra el presente eterno. Aquí fluye inmóvil en esta frase banal, en
este ensamblaje voluntario de letras que se burlan del tiempo. Renacientes, ince-
santes ante los ojos del lector. Presentes para siempre en el susurrar secreto que las
pronuncia para hacerlas vivir.

*
Todo lo que me constituye desaparecerá un día conmigo. Solo esta frase quedará:
en los ojos eternos del lector.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 231

REVpalimpsesto_7_2010.indb 231 16/11/2010 02:28:07 p.m.


Julio César Goyes Narváez*

Julio César Goyes Narváez1*

Selección de poemas de
Imaginario postal**

Borrador para celebrar unos cuantos versos


Después de tu definitivo vuelo de urraca hacia el Imera
se han multiplicado los peces del hambre
y las máquinas empacan sueños en bolsas para el pelo.
Fíjate bien, Salvatore Quasimodo,
hombre de una terrible pasión por el delirio,
si vuelves a ver a Vice Boneti agradécele
el haberte amado sin lamentos,
cuéntale que todavía hay obreros sorprendidos
por esa otra Colombia adivinada por gitanos.
Esta es una trizadura de silencio a nuestros muertos,
una postal al país que los olvida;
después de todo corta es esta vigilia de esperanzados trémulos,
cantores sin márgenes en la travesía del corazón.
Inmensa ha de ser la derrota de una ciudad extranjera
habitada por extranjeros que dicen historias extrañas.
Qué tan definitivamente solo y transparente
es el verso de la muerte.

*
Nacido en Ipiales (Nariño, Colombia) en 1960. Profesor e investigador del Instituto de Estudios en Comunicación
y Cultura, ieco, de la Universidad Nacional de Colombia. Candidato a doctor en Ciencias de la Información, espe-
cialidad «Teoría y Estética Cinematográfica», de la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado Tejedor de
instantes (Bogotá: Si Mañana Despierto Editores, 1992); El rumor de la otra orilla: variaciones en torno a la poe-
sía de Aurelio Arturo (Premio de Ensayo Morada al Sur 1995; Bogotá: smd Editorial, 1997); Imago silencio (Premio
de Poesía Sol de los Pastos; Fondo Mixto de Cultura de Nariño, 1997); El eco y la mirada (Bogotá: Editorial Trilce,
2001). Aparece junto a otros escritores colombianos en Artesanías de la palabra. Experiencias de quince escritores
colombianos (Bogotá: Editorial Panamericana, 2003), y forma parte de Desde el umbral (antología de poesía colom-
biana en transición; Tunja: Universidad Pedagógica y Tecnológica, 2004). Como realizador ha dirigido ‘Morada al
Sur’, la rapsodia de Aurelio Arturo, beca de Arte Audiovisual y Fotografía, Fondos Mixtos de Cultura de Occidente,
y El pacto, una película sobre la tradición oral de Nariño, coproducida por el ieco y un Televisión-Unimedios de la
Universidad Nacional de Colombia (2003).
**
Selección de poemas del libro inédito Imaginario postal.

232 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 232 16/11/2010 02:28:07 p.m.


Julio César Goyes Narváez

Una breve temporada en las ardenas


Que el río Mosa te atraviese como puñal de gracias,
te saque de Charleville, te pasee por Arabia y Abisinia
y te desemboque en el vientre imaginario.
Hubiera sido simple si todos te entendieran Rimbaud,
sencillo si tu padre te abrazara.
Odiaste tanto a tu madre que tuviste que ser Otro para amarla.
La vida está más allá de la espera de una carta jamás remitida,
más acá en el infierno que escancia un manojo de mañanas,
en edificios surcados por palomas grises
y por vallas con senos bondadosos.
Las muertes se te aparecieron entre selvas y fieras,
agonías y carcajadas.
La civilización comercia lo que abominó en ti,
lo que cayó en tus ojos al filo del mar.
Yo sé crápula que la inocencia estaba en tu rodilla de Zeus,
allí viste desparramados tus orígenes en frutas y mapas escolares.
La sociedad pudrió tu cuerpo porque el alma limpia estaba.
Baudelaire y Verlaine te esperarán siempre en París:
el uno con un ramo fugaz lleno de gusanos eternos,
un grabado de Guys y una pipa con opio a orillas del Sena;
el otro con una extraña ternura musical y una bala de Bruselas.
Un siglo es muy poco para que digamos cosas nuevas,
tú sabes, para que abramos nuestro ojos al Edén.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 233

REVpalimpsesto_7_2010.indb 233 16/11/2010 02:28:07 p.m.


Imaginario postal

Y no podrán los ángeles evitar su vino de nostalgia


También te decimos adiós muchacho Daniel Santos del bolero,
anoche encendí una veladora tal como hacía mi madre
cuando sus hijos partían para sus guerras,
sé de alguien que debió haber encendido su música
y tal vez hasta escribe un poema
con la paciencia de los que todavía aguardan.
Orantes del amor y del desengaño, todos nos perdimos alguna vez
por una mujer que no se le dio la gana de regalar sus besos.
Jorge, se nos fue el jefe de los enamorados
y no podrán los ángeles evitar su vino de nostalgia,
qué vamos a hacer con toda esa serenata trasnochada en la memoria,
con esas imágenes de barrio pobre, soleado por adolescentes revolucionarios;
domingos de bicicleta y minifaldas estelares;
fútbol y cine de segunda con palomitas de maíz.
Y la rocola que resuena en el cabaret de al lado
porque alguien decidió iniciarse en el despecho.
Las que fueron hermosas, Rosa, la loca Margarita y María Inés,
tararean a Benny Moré arrimadas en la puerta
y las golondrinas llevándose uno a uno sus encantos.
Dile a Carlos, a Fredy, a Germán, escríbele a Gabriel,
que enciendan el altar antes de ir al parque por un helado,
no vaya ser que a otro de la gallada le dé por irse.
De esto ninguna palabra a nuestras madres,
que no piensen que hemos vuelto a las andanzas.
Bien, adiós muchachos, esta carta es breve,
saluden por mi parte al último de sus amores
y no olviden que el casete se termina en seguidita
de Charlie Figueroa buscando su recuerdo.

234 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 234 16/11/2010 02:28:08 p.m.


Julio César Goyes Narváez

Retazos de un sueño donde Olga Orozco


conversa con Rosario Castellanos
Querida Rosario, hoy amanecí llena de pájaros
y en el acantilado de mi boca antiguas ofrendas
mojan sexos imposibles;
quedo hueca ardiendo con un cuchillo de silencio,
tanteando las migas de eternidad con los codos en la mesa.
Me pregunto si tú que tenías práctica en no verte en los espejos
encendiste la lámpara en Tel Aviv para alumbrar
con tus senos el olvido;
por qué no seguiste quemando tu desnudez con leños silábicos,
pudiste echarte para adentro como Alfonsina y tragarte el mar
o abrirte al sereno de la noche como nuestra Alejandra
y envenenarte con misterio.
Te cuento que anoche vino Alejandra a peinarme el cabello,
me miró tras las penumbras del tocador antiguo,
solo dijo que te envía su retórica de silencio,
que la diferencia de la palabra nos ata, que la entenderíamos
y se esfumó con el tinto de la madrugada.
Sabes, boca arriba espero que caiga el agua del alba
y me preñe de símbolos agoreros.
Qué voy a hacer con este cactus de Chiapas en mi ventana,
recorro Chapultepec y Tlatelolco empapada de noticieros,
llorando a intervalos publicitarios;
no quiero aullar por teléfono ni desgastarme
yendo a los seguros sociales o de compras a los bulevares;
no quiero imaginarme aguantando nietos que patalean
y arrancan mis canas por dinero.
Me revolcaré desnuda entre el pasto recién llovido
y luego, cuando mi angora se enrede entre el sol y la luna,
dejaré que las máscaras de Buenos Aires se beban mi sagrario,
y cuando llegue la noche, Rosario, en la alta noche,
mi saliva se empapará de sueño.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 235

REVpalimpsesto_7_2010.indb 235 16/11/2010 02:28:08 p.m.


Imaginario postal

Pintor con realidad o realidad con pintor


Vemos una mujer desnuda cubierta de ojos,
un toro en la pradera con soles en los cuernos,
un trigal manchado de cuervos y espejos amarillos
que cuelgan de la noche.
La realidad fluye solo cuando la miramos,
cuando nos inclinamos para asirla con los dedos.
Van Gogh y Picasso la aman, la destruyen,
la manchan, la delinean,
la sugieren.
Hay colores que van con nosotros,
como el amor y el dolor viven a perpetuidad
en la memoria que sangra o en la sutileza del colibrí
que jamás asienta su vuelo.
No vemos la realidad sino al pintor que la pinta,
al que la venera en su sacrificio de fauno
para que surja de la agonía el poema.

Recado para John O’Kuinghttons celebrando


La poesía del hortelano
El otro día escuche bufar a un toro
y pensé en ti, Miguel Hernández,
supuse que estarías con Ramón Sijé,
hablando de cómo las manos de los hombres
son arados de amor con lunas llenas.
Como un regalo traído por el incesable rayo,
llegó a mis manos «Sangre a Sangre» del Brasil;
son tus compadres los que te nombran
chaval del olivo, hijo de la sombra y de la luz.
Buscabas en la muerte el canto y el vino
para tus madrugadas del alma;
porque no cesarán nunca tus coléricas esperanzas
de ver al hombre unido;
no terminará la ofrenda de tu sangre obstinada
con tal de reparar el corazón.
A la Orihuela de la memoria te escribo,
bien sé que tu deseo fue toro apalabrado,
cuchillo hendido en tu fruto campesino.
Ahora dime, ¿escribes todavía nanas
al hijo que no conociste?,
¿es la muerte una faena interminable,
una ciudad de cuerpos caídos,
es realmente como dicen?

236 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 236 16/11/2010 02:28:08 p.m.


Julio César Goyes Narváez

Balada para Léolo


Desde este sueño, exijo que se me llame Léolo Lozone
Jean-Claude Lauzon
Tampoco yo soy Leo, ni siquiera Léolo Lozone,
acaso ciudadano de lo ilímite del corazón.
Todos los lugares son demasiado bonitos
para ser solo de los que han nacido allí.
Nunca he dejado de soñar por eso no estoy loco,
aunque esté incorruptiblemente solo.
En esta ventana desde la cual me habito
escucho la voz de una joven que huele a sexo,
no la veo, la presumo porque alucino,
porque anhelo sus besos y sus senos.

No soy Leo, tampoco Léolo Lozone,


escribo sin saber que escribo
y la luz que entra por la ventana
aclara el libro que delira en mi cuerpo.

Porque imagino no dejo que el silencio sea un puñal,


sino la voz dulce y apasionada de alguna Bianca
cantando desnuda donde mis dedos no la alcanzan.

Al otro lado del patio mis ojos otean contenidos,


cada rincón puede ser un refugio para la luz
que alumbra una bota vieja como Italia.
El sueño no cesa por eso no,
por eso todavía no estoy loco.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 237

REVpalimpsesto_7_2010.indb 237 16/11/2010 02:28:08 p.m.


Imaginario postal

También caí en la postal


Dije que volvería y volví, Pessoa, a visitarte.
Dormí en una pensión cutre pero tomé Oporto,
subí en tranvía y fumé Ventil mientras llovía.
En La Alfama y Belén hacía el mismo sol medieval
que entonces, cuando las siete colinas nublaron
la ciudad que había imaginado.
Me tomó más de una década reencontrar el Tajo
en dirección a tu Lisboa de acuarelas y fados que inundan
la persona terrible que somos, que sos
sentado en un bar de turistas que no regresan a sus países
sin una foto de tu incansable pena.
La mayoría saben que fuiste uno entre varios
—qué poca cosa saben— navegante moderno
de saliva antigua.
También yo, Fernando Reich Caeiro Pessoa,
también yo caí en la postal.
Me consuela que la utilizaré para presumir con mis amigos
y entre Oporto nacional decir «el pastor de rebaños»,
fumar hasta que la salud coincida con la saudade,
hasta que a alguno le dé por el destajo de su corazón,
de su familia o de su persona.

238 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 238 16/11/2010 02:28:08 p.m.


reseñas

“Urano”. Planetas y viajeros.

REVpalimpsesto_7_2010.indb 239 16/11/2010 02:28:08 p.m.


REVpalimpsesto_7_2010.indb 240
“Laberinto”. Pinturas. 1996. Óleo y collage sobre lienzo. 120 x 160 cm.

16/11/2010 02:28:10 p.m.


libros

Fernando Zalamea

Filosofía sintética de las matemáticas


contemporáneas
Bogotá: Editorial Universidad Nacional de Colombia, 2009.

por John Alexander Cruz Morales*

F ilosofía sintética de las matemáticas


contemporáneas se inscribe en la mi-
noritaria y alternativa línea de trabajos
de las matemáticas» —emprendido por
el gran matemático francés— a la filo-
sofía de la matemática, como se verá en
que, desde la filosofía, intentan acercar- la tercera parte del libro.
se a las matemáticas contemporáneas,
Los tres siguientes capítulos contienen
apartándose de las líneas tradicionales
un estudio detallado de la obra de doce
restringidas al estudio de la lógica y la
de los más grandes matemáticos de
teoría de conjuntos de inicios del siglo
nuestro tiempo2, en coherencia con su
pasado. Desde las primeras páginas
propuesta de un estudio filosófico de las
queda claro que este trabajo «no consiste
matemáticas contemporáneas3. De esta
en un tratado sobre filosofía analítica
manera, hace una descripción de un
de los fundamentos de la matemática
amplio espectro de teorías matemáticas
en la primera parte del siglo xx», sino
y acerca al lector al mundo de la alta
que, por el contrario, busca «introducir
creatividad matemática.
al lector en un muy ancho espectro de
realizaciones matemáticas en el ámbito En su búsqueda por comprender las
contemporáneo» (11). formas del tránsito entre lo uno y lo
múltiple, entre el ascenso y el descenso,
El trabajo está dividido en tres partes, se-
búsqueda presente en todo el libro, Za-
llo característico del espíritu peirceano
lamea introduce una interesante carac-
que se encuentra detrás de toda la obra
terización de los ámbitos matemáticos
de Zalamea. La primera parte (capítulos
(matemática eidal, quiddital y arqueal),
uno, dos y tres) presenta una defensa
adoptado por Zalamea: el uso de una que intenta «otorgar una orientación
argumentada sobre la necesidad de dis-
metodología diferencial e integral don- débil en medio de un relieve complejo»
tinguir entre matemáticas elementales
de se entrelazan matemáticas, filosofía (99). Más que una «simple guía», como
y matemáticas avanzadas, exhibiendo
e historia (73). modestamente Zalamea lo plantea, esta
algunos elementos característicos de las
caracterización presenta un cuadro
matemáticas contemporáneas que las La segunda parte (capítulos cuatro, cin-
innovador del mundo matemático. Un
apartan de las elementales. Estos son: co, seis y siete) es uno de los aportes más
mundo formado por tres regiones4 que
impureza estructural de la aritmética, originales del trabajo. El capítulo cuatro
se cruzan y relacionan incesantemente
la geometrización de los entornos de es uno de los estudios más profundos,
y que proporcionan un marco de refe-
la matemática, la liberación de restric- desde una perspectiva filosófica, que se
rencia unificador «à la Connes»5 de la
ciones conjuntistas, la deformación de haya escrito en cualquier lengua, sobre
actividad matemática, manifestación
los linderos usuales de las estructuras la obra matemática de Grothendieck1.
clara del ir y venir entre lo múltiple que
matemáticas y la reflexividad de teorías En este capítulo, Zalamea presenta,
es característico de esta disciplina; un
y modelos sobre sí mismos (31). Estos de manera conceptual, los principales
marco que no es fijo, sino que está en
aspectos no son apreciados, y ni siquiera aportes de este autor a las matemáticas,
constante evolución.
señalados, en los tratados convenciona- así como un detallado análisis de la me-
les de filosofía de la matemática, lo que todología usada en su proceso creativo. Como representantes de la matemática
desde el principio resalta la importancia eidal (capítulo cinco), que expresa un
La elección de Grothendieck no es
y originalidad de la monografía. movimiento de ascenso, un «elevarse
arbitraria, y no solo responde al reco-
al mundo de las ideas», Zalamea escoge
El capítulo dos hace un amplio recorri- nocimiento de su monumental obra
do bibliográfico por algunos trabajos técnica. El análisis del trabajo de este
filosóficos de figuras como Lautman, autor le permite a Zalamea, en ese ir y
Pólya, Lakatos, de Lorenzo, Wilder, Kli- venir entre la filosofía y la matemática, 2
Para Zalamea es claro que la forma de compren-
der la creatividad matemática es ir a las fuentes de la
ne, Kitcher, Tymoczko, Mac Lane, Rota, trasladar el programa de «hacificación cuales emerge dicha creatividad.
Badiou, Maddy, Patras y Corfield, en los 3
En el sentido pleno de la expresión, pues la mayo-
que la reflexión sobre las matemáticas ría de los matemáticos escogidos para los estudios de
avanzadas se hace presente. Pero es en 1
Esta afirmación la hacemos teniendo en cuenta los caso están activos en este momento.
el capítulo tres donde emerge el enfoque trabajos publicados en el «Grothendieck circle», el 4
Aparece una vez más ese espíritu peirceano del
portal de Internet creado por Leila Schneps y Pierre que ya hablamos.
Lochak en el que se encuentra digitalizada la obra de
* Graduate School of Mathematics. Tokyo Metropoli- Grothendieck, así como los principales estudios rea- 5
Ver Alain Connes «A view of mathematics». Dis-
tan University. alekosandro@gmail.com lizados sobre esta. ponible en http://alainconnes.org

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 241

REVpalimpsesto_7_2010.indb 241 16/11/2010 02:28:11 p.m.


reseñas

a Serre (geometría algebraica, teoría de los más diversos estudios de casos de avanzadas se convierta en una robusta
de números, topología), Langlands alta creatividad matemática, ausentes dirección de investigación, gracias a que
(programa de Langlands, interrelacio- en cualquier otro libro de la materia, ahora se cuenta con un concepto rector
nes entre teoría de números, álgebra la apuesta ontológica y epistemológica que permite abordar de forma filosófica
y análisis), Lawvere (teoría de catego- que emprende Zalamea en la parte las altas matemáticas.
rías) y Shelah (lógica). La matemática final de su libro es brillante. Parte de
Los últimos dos capítulos (diez y once)
quiddital (capítulo seis), «descenso una ontología transitoria «á la Badiou»
se ocupan de algunas formas de circula-
entre altas construcciones abstractas (capítulo nueve) donde la matemática es
ción interna, dentro de las matemáticas
de las matemáticas y su aplicación al un «cuasi-pensamiento de un cuasi-ser
mismas, y externa, dentro del ámbito
mundo físico» (117), es ejemplificada distribuido en cuasi-objetos» (157) que
general de la cultura, que ayudan a
con el trabajo de Atiyah (K-teoría, teoría evolucionan y se distribuyen entre redes
explicar ciertos modos de creatividad
de Riemann-Roch, física matemática), de realidad e idealidad, para volver a la
matemática.
Lax (ecuaciones diferenciales, teoría de pregunta inicial sobre cómo pasar de
la computación), Connes (álgebras de lo múltiple a lo uno. Aquí se presenta Al final del trabajo se encuentra una
operadores, geometría no conmutativa, el concepto de haz como un elemento completa bibliografía que sirve de guía
física matemática) y Kontsevich (física esencial en esta nueva apuesta filosófi- para que el lector continúe su camino de
matemática, geometría algebraica y ca. Así, el programa de «hacificación de exploración por el mundo de la filosofía
diferencial). Por último, la matemática la filosofía de la matemática» empieza a y las matemáticas contemporáneas.
arqueal (capítulo siete), «búsqueda de aparecer, ya que la noción fundamental
La gran cantidad de aportes, un trata-
invariantes en las matemáticas contem- de pegamiento en el haz hace surgir
miento nuevo y fresco a antiguos inte-
poráneas» (136) es representada por progresivamente las nociones de cohe-
rrogantes, una presentación conceptual
Freyd (teoría de categorías), Simpson rencia, cubrimiento y vecindad (163)
de las matemáticas contemporáneas,
(matemáticas en reverso), Zilber (cru- necesarias en la ontología del tránsito.
acompañada con detalladas notas a
ces entre lógica, geometría y álgebra) y
pie de página de carácter técnico, y
Gromov (geometría riemanniana, ecua- En el capítulo «Epistemología compa-
una visión de conjunto sobre lo que
ciones diferenciales, teoría de grupos). rada y hacificación» se llega al punto
una filosofía de las matemáticas debe
más alto de esta nueva filosofía de la
Puede apreciarse cómo en esta segun- ser, hacen de Filosofía sintética de las
matemática mediante la introducción
da parte Zalamea exhibe un cuadro matemáticas contemporáneas una lectura
de un concepto fundamental y director
bastante completo de las matemáticas obligada para filósofos, matemáticos y
dentro del entramado teórico construi-
contemporáneas, con algunas omisio- pensadores en general.
do por Zalamea: el de «transformada
nes, pues sería imposible abarcar todo
de Grothendieck». Este concepto, que Quisiera terminar esta breve reseña
ese complejo entramado de redes6. Este
revoluciona y transforma las perspecti- citando las palabras con que Zalamea
hecho no resta mérito a la monografía;
vas epistemológicas usuales, es la herra- termina su extraordinario trabajo: «Es-
por el contrario, resalta aún más su
mienta teórica que permite comprender peramos que esta Filosofía sintética de
valor, pues se puede apreciar cómo la
el complejo mundo de las matemáticas las matemáticas contemporáneas ayude a
propuesta del autor abre nuevas líneas
contemporáneas7. Es, sin lugar a dudas, conformar parte de ese reflejo requerido
para posteriores trabajos en filosofía de
uno de los grandes aportes expuestos –en honor del espíritu humano— por
la matemática.
en la monografía y, parafraseando a una de las más asombrosas aventuras
La tercera parte del libro es una verda- Langlands, es un concepto que invita del pensamiento en nuestro días» (207).
dera revolución —no en sentido kuhnia- a soñar. En nuestro caso, invita a soñar
no, sino en sentido grothendickiano— con que la línea minoritaria de trabajos
de la filosofía de la matemática. Si la en filosofía de las matemáticas que
segunda parte sorprende por la eclosión atienden el llamado de las matemáticas

6
Quedan fuera del estudio de Zalamea importantes
figuras como Manin para la matemática quidittal o Tao 7
Creo con esto explicar por qué escribí que la propues-
para la arqueal, solo por citar dos ejemplos ta de Zalamea es una revolución grothendieckiana .

242 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 242 16/11/2010 02:28:12 p.m.


libros

Fernando Zalamea

América-una trama integral


Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2009.

por Omar Alejandro Hernández Salgado*

L a cadena montañosa que atraviesa a


América, de Norte a Sur, o viceversa,
parece unir las piezas de un continente
Descenso, ascenso y caída libre
El primer ensayo de América-una trama
que se divide en América del Norte y integral es «En el signo de Jonás» (2002),
Latinoamérica. Las razones de la par- rigurosa construcción que propone el
tición pueden ser históricas, políticas, descenso al abismo como rasgo del pen-
o, incluso, entre muchas otras singula- samiento del siglo xix norteamericano,
ridades, consecuencias del poder o de analizado a partir de Herman Melville,
la lengua. No solo la geografía intenta Albert Pinkham Ryder y C.S. Pierce. El
mantener la unidad; los procesos cultu- recorrido nos presenta el viaje de Jonás
rales, las imágenes del arte, la presen- a bordo de la ballena, la profundidad
cia de abismos y de oscilaciones son que recorre para llegar al conocimiento
búsquedas que enlazan las dos partes y la estadía en el cetáceo, hecho que le
del continente. Fernando Zalamea nos permitió aclarar su mente para cumplir
ofrece dos singulares ensayos sobre las el destino divino. Zalamea nos recuerda
posibilidades del pensamiento tanto en la preocupación de los románticos por
América del Norte como en Latinoamé- dar cuenta de las profundidades y las
rica. Estas reflexiones quieren realizar tinieblas del Yo dentro del Universo,
la cartografía de los pensadores de una la posibilidad que tiene el sujeto de
América integral, territorio donde el interpretar el mundo en su conjunto,
tránsito de las ideas transforma sus en las profundidades o desde el abis-
fronteras constantemente, a la par que mo. En los movimientos continuos
diversifica tiempos y hace plásticos sus entre la profundidad y el universo
bordes. Esta no es una compilación de del estadounidense F. William Lawvere. surge Moby-Dick, que representaría «el
hitos o accidentes pronunciados de la También juega un papel importante la descenso a los fondos abismales de lo
cultura, es la búsqueda de relaciones capacidad para comprender el punto de real y el ascenso a las altas cimas de la
entre los pensadores del siglo xix y del xx intersección de ambas disciplinas, en la imaginación» (65). El relato de Melville
en una América que se teje en una trama frontera de dos saberes unidos desde su propone la experiencia del mito: el
tan compleja como dócil al movimiento. origen. Estas tres condiciones, sumadas relato aparece para entender lo que no
a la intención de compilar la literatura, la explica la información sobre las ballenas
Zalamea nos invita a encontrar caminos dada por la ciencia «la superabundante
novedosos, paradójicamente incluso a pintura, la arquitectura, los estudiosos
de la sociedad y la cultura en una misma acumulación de lo particular produce
veces previstos, a través de los diferen- en Moby-Dick un mito donde todo el
tes pensadores americanos estudiados. mirada, hacen original la propuesta de
sus ensayos1. La presencia de Herman universo confluye» (56).
De la misma forma, en los campos de
su formación académica se pueden ras- Melville, Jorge Luis Borges, Charles San- La necesidad de explicar las profundi-
trear los autores que le permiten trazar ders Pierce, Ángel Rama, Frank Gehry, dades del alma también está presente
el itinerario del libro. Primero, en la Pedro Henríquez Ureña, Juan Rulfo y en Albert P. Ryder, quien utiliza el
filosofía de C. S. Pierce (el autor dirige Néstor García Canclini, entre otros, en tema de Jonás en una de sus pinturas;
el Centro de Sistemática Peirceana del un mismo lugar y sin perder su singula- allí llega a mostrar la fuerza de Dios, la
Departamento de Filosofía de la Uni- ridad, hace que los ensayos expliquen y incertidumbre del mundo, la fuerza del
versidad Nacional), de quien toma el generen propuestas para la percepción mar cuando el náufrago es tragado por
procedimiento lógico que explicará sus e interpretación del pensamiento ame- la ballena. Las fuerzas del Yo se hacen
acercamientos a las «Américas». Segun- ricano como multivocal, polifónico y presentes, casi llegando hasta la frontera
do, en la matemática, (es Ph.D. en Lógica diverso, en una trama dinámica, una donde irrumpe lo onírico, ahí donde
Matemática), que le permitirá encontrar cartografía del pensamiento. también se representa el universo en su
caminos siempre creativos en la frontera infinitud. La oscilación entre la profun-
del conocimiento, como son los trabajos didad y la superficie de lo real implica
1
Fernando Zalamea es autor de diversos ensayos so-
una visión en conjunto del sujeto, la
bre filosofía, matemática y cultura. Cabe destacar que construcción desde la sombra, la pre-
los dos ensayos reseñados tienen como antecedentes: sencia de mito platónico, de las sombras
«Ariel y Arisbe. Evolución y evaluación del concepto de
* Estudiante de la Maestría en Estudios Literarios, América Latina en el siglo XX» (Premio Andrés Bello como motivación para buscar lo ideal o
Departamento de Literatura, Universidad Nacional
de Colombia. smagolazo@gmail.com
2000) y «Ariadna y Penélope. Redes y mixturas en real. El punto de partida en la trama de
el mundo contemporáneo» (Premio Jovellanos 2004).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 243

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reseñas

América es la oscuridad, el descenso de interactúan en ella, con ella. El mapa La mirada de los Maestros,
lo sombrío en el hombre. del pensamiento se hace más complejo de los Creadores y
en las ciudades; la pluralidad pronto de los Críticos
La fuerza que cohesionará la presencia
se hace presente con una tendencia a
de la ballena en el primer ensayo será El segundo ensayo de América-una
criticar el progreso de la metrópolis. El
C. S. Pierce, quien, a partir de sus tres trama integral se titula «Los bordes y el
artista deja de ser el ciudadano común
categorías fundamentales propuestas péndulo. Formas de la frontera y del
cuando es capaz de mostrar los matices
para el pragmaticismo modal, nos abrirá tránsito en el pensamiento hispanoame-
de la urbe que crece incesantemente.
el sondeo del abismo —el ámbito de lo ricano 1928-2004». Allí los modelos de
Es un Jonás desde el revés, que puede
posible—: «La primeridad: inmedia- pensamiento de Hispanoamérica no se
lanzarse a la profundidad desde las al-
tez, posibilidad; segundidad: acción-
turas; desde las edificaciones que crean acomodan a los conceptos tradicionales
reacción, actualidad; terceridad: me-
universos aparte, por pisos. europeos como modernidad o postmo-
diación, necesidad» (66). La propuesta
dernidad. El pensamiento americano
del filósofo hace posible una «semiótica La reflexión de Zalamea toma como pone en emergencia (como «lo que
universal» en la que «el conocimiento ejemplos centrales a Edgard Varèse, emerge» y como «emergencia», crisis) la
del signo actual equivale al conocimien- quien, a través de la composición de noción de pureza, que es capaz de en-
to de las relaciones necesarias de las «una serie de esqueletos libres de notas contrar la síntesis en el borde del mundo
subdeterminaciones del signo en todos puras», experimenta las estructuras occidental. Los recorridos descritos por
los posibles contextos de representación» rítmicas y las armonías; otro ejemplo es Zalamea son experimentos de visiones
(68). Es una lógica flexible, plástica, que Frank Gehry, arquitecto que desarrolla panópticas, microscópicas y telescópicas
tiene consecuencias en la presencia del formas ondulantes, que hacen posible el descritas a partir de las oscilaciones de
signo, que compromete su interpreta- back-and-forth (el «ir y venir», propuesto la cultura. Las diversas trayectorias son
ción; también, una postura amplia sobre en el ensayo); la plasticidad del artista pobladas por nuevas categorías que
lo real que se escapa a lo objetual (una invita a considerar nuevas daciones de tienden redes singulares. Al describir las
nueva lógica no-objetual), donde las forma. La posibilidad de otras miradas, miradas, las nuevas redes y relaciones
relaciones desaparecen o aparecen en otros sonidos, será el contexto que hace de una América actual, el autor propone
los momentos de la primeridad o de la ter- posible la creatividad: una Norteaméri- alternativas para una región que sinteti-
ceridad. Las asociaciones entre Melville ca, con nuevos signos desde el abismo,
y Pierce propuestas por Zalamea hacen za la cultura occidental y abre fronteras
desde las alturas. a nuevos conocimientos.
válida la visita a las profundidades para
explicar lo real o incluso para explicar El tercer pensador singular de una Una de las rutas trazadas sobre la
a Dios. La necesaria inspección del cos- Norteamérica diferente es F. William
cartografía del pensamiento latino-
mos se hace presente en las relaciones Lawvere, un matemático que impulsó
americano contiene a los «Maestros de
entre las pinturas de Ryder y la lógica la teoría de las categorías, que busca
América» (como llama Zalamea a Pedro
de Pierce. La transformación de la reali- «crear una concepción dinámica de las
Henríquez Ureña, Alfonso Reyes, Fran-
dad es posible a través de las relaciones matemáticas con la cual capturar tanto
cisco y José Luis Romero, Fernando
que alimentan el signo y lo entretejen el continuo devenir del mundo físico
Ortiz y Mariano Picón Salas): estos
con el universo. «Tejedores del cosmos, como el continuo plegarse del tinglado
pensadores concibieron su continente
Melville, Ryder y Pierce saben que el te- de relaciones lanzado sobre el mundo»
como un lugar de síntesis. América reci-
jido de lo real se embebe y se impregna (139). La frontera entre las ciencias se
bió oleadas de poblaciones tan diversas
de nuevas tinturas racionales en cada ensancha para analizar nuevos objetos,
que fueron necesarias las síntesis, no
nueva mirada al mundo» (87). Mirar las relaciones establecidas entre ellos
para determinar la identidad del con-
«más allá» es una acción propia del y sus contextos. Las redes dinámicas
tinente, sino para reconocerla en su
hombre, establecer la distancia ante el deben estar en la cartografía del pen-
complejidad. No se puede ser purista
objeto observado permite su extrañeza y samiento americano.
en un lugar donde predomina la diver-
explicación a través de la creatividad. La Las tres propuestas (Varèse, Gehry y sidad. El estudio de los Maestros per-
experiencia del abismo, propuesta por Lawvere) permiten pensar en ideas mite encontrar la necesaria búsqueda
los románticos, continuará en el siglo que generan la búsqueda de lo nuevo de un americanismo que no excluya su
xx en «otros notables ámbitos creativos
a partir de la incertidumbre, de nuevas poder plural; la frontera de América no
de la contemporaneidad» (105), como explicaciones, nuevos contextos para termina en el océano; en él se refleja y
anuncia Zalamea. el signo actual (según Pierce). En «El expande la frontera. Fernando Zalamea
En el segundo capítulo de «En el signo signo de Jonás» no se agota en estos retoma El deslinde de Alfonso Reyes,
de Jonás», las formas cambian en la tres casos, sino que abre otras puertas donde es latente la necesaria mirada
Norteamérica de comienzos del siglo (autores) que permiten los «Descensos al fenómeno literario desde diversos
xx; la frontera ya no es natural, no está y ascensos del entendimiento» (capítulo puntos de vista, desde otras ciencias,
en las profundidades, está en las altu- a manera de epílogo). Aquí se analiza no solamente desde la concepción
ras. Las creaciones arquitectónicas de la estructura de Ramon Llull (siglo xiv) de literatura como «obra de arte». La
las nacientes ciudades proponen más llamada «Ascenso y descenso del enten- oscilación del péndulo muestra varios
retos al pensamiento y al conocimiento. dimiento» —que inspira el nombre del recorridos que pasan sobre nuestras
La verticalidad de las construcciones capítulo— donde representa el conoci- cabezas y van hasta el borde (el autor
invita al ascenso, que necesariamente miento en una cartografía con algunos hace la analogía de ese recorrido con
nos lleva a mirar hacia abajo: la caída caminos, trazados y otros por realizar, «El pozo y el péndulo» de Edgar Allan
libre se construye con los edificios. La que se dejan grabar en su superficie. Los Poe). Los Maestros observan a través de
entrada en el siglo xx es, en el ensayo, caminos que propone Zalamea son de la «Panoscopía americana»: ese edificio
como la confrontación de las grandes la misma índole, el conocimiento como que deja ver todo su interior si se mira
ciudades con las individualidades que profundidad, verticalidad y caída libre. desde un punto específico; es el lugar

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libros

privilegiado para ver los tránsitos, los posibles. La cartografía americana se ha tura dinámica que supera las fronteras
trayectos, los bordes de una América poblado de lugares universales creados físicas (como en el caso de Tijuana en
que se transforma constantemente. El por la literatura, impone una frontera México); encontrar las relaciones en
resultado de los asomos y los asombros aún más plástica y menos convencional lo simultáneo constituye su aporte.
son los ensayos sobre un continente al pensamiento tradicional europeo. Para los tres Críticos se hace necesaria
que se dibuja de muchas formas sobre la mirada telescópica que es capaz de
En las miradas trazadas hace falta una
la cartografía del pensamiento, y que acercar lo lejano y buscar observaciones
que identifique las relaciones, denuncie
por ello hace necesaria su mirada generales o particulares de América.
y abra nuevos tránsitos para las tramas
panóptica. Fernando Zalamea propone, como
americanas. Son los «mediadores críti-
necesidad frente este mapa, una razón
El segundo devenir del mapa nos lleva a cos» (Ángel Rama, Néstor García Cancli-
transversal que entienda fenómenos de
los Creadores, esos que tienen miradas ni, Jesús Martín-Barbero): aventureros
la misma naturaleza en América Lati-
regionales y transforman lo local en que superan el límite de las rupturas
na. Su propuesta conduce al concepto
universal. Las fronteras imaginarias de y las muertes, que, en su dinámica de
de transmodernidad —de la española
Macondo, Santa María, Buenos Aires, pensamiento admiten la permeabilidad,
Rosa María Rodríguez—, es decir, de
Comala son las localidades universa- la movilidad ante lugares no descritos
tránsitos de idas y vueltas a la frontera
les de García Márquez, Juan Carlos o que superan la lógica establecida: lle-
de la cultura donde el crítico habilita los
Onetti, Jorge Luis Borges y Juan Rulfo: gan a encontrar los contextos donde se
mundos posibles de las relaciones del
umbrales de lo universal. Son caminos mueve el signo peirceano. Ángel Rama
fenómeno estudiado.
del pensamiento para el hombre que construyó el proyecto de la Biblioteca
parten de la sencillez espacial, de la Ayacucho, unido a una crítica multidis- Los dos ensayos alimentan una car-
mirada microscópica. Borges propone ciplinaria de la cultura —a través de la tografía que no debe reflejar solo las
una obra compleja llena de transgre- crítica literaria—. A partir del concepto características físicas o políticas de una
siones a un conocimiento universal, neoculturación trabaja la respuesta a región. Demuestra que la trama ameri-
hecho que le permite transitar por las una cultura o totalmente europea o cana es un conjunto de redes que son
culturas del mundo e ir en busca de la totalmente costumbrista tradicional; urdidas por los pensadores o los artistas
frontera sin límite, de lo humano en to- allí busca la autonomía americana a (desde el abismo, la profundidad, la
dos los lugares. La limpieza de la prosa través de la multivocidad dinámica oscilación, la caída libre, la ósmosis y
de Rulfo nos deja entrar en un mundo de la literatura sometida a una crítica las diferentes miradas) de una América
de carácter mítico que es atravesado por rigurosa. García Canclini, por su parte, diversa, transversal, de tránsitos ines-
murmullos que nos llevan al borde de encuentra que hay culturas híbridas perados y tiempos simultáneos. La ne-
la cultura occidental, a la experiencia de en las relaciones establecidas sobre la cesidad de un pensamiento acorde con
un pueblo sin lugar y a la muerte como cartografía americana. Allí conviven estas características se hace urgente, y
experiencia universal. El umbral de la premodernidad, la modernidad y la Zalamea nos da ejemplos cercanos o le-
Onetti es ambiguo, pues su narración postmodernidad; las lógicas antinómi- janos que piensan caminos alternativos
sesgada confunde voces y juicios ge- cas se mezclan en soluciones prácticas; para nuestro lugar y nuestra historia. De
nerando extrañeza en los lectores. Los las contradicciones aparecen, y por eso ahí que la dicotomía entre Norteamérica
Creadores son capaces de llevarnos a lo exigen un mediador que sea capaz de y Latinoamérica sea producto de una
microscópico, a los lugares alejados, a comprender estos tránsitos complejos. mirada única que excluye los diversos
veces sin tiempo, sin lugar, sin vida. La Así, Jesús Martín-Barbero decide carto- fenómenos que expanden su frontera o
pluralidad de lo universal se encuentra grafiar lo simultáneo de la cultura, las crean redes en la cartografía del pensa-
en la frontera, en la profundidad de lo ósmosis de estos procesos en los países miento de una América esencialmente
humano, en la lejanía de los mundos de América, los diagramas de una cul- plástica.

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reseñas

Iván Vicente Padilla Chasing

El debate de la hispanidad en Colombia en el siglo


xix. Lectura de la Historia de la literatura en Nueva
Granada de José María Vergara y Vergara
Bogotá: Editorial Universidad Nacional de Colombia, 2008.

por Jorge Enrique Rojas Otálora*

E l extenso título enuncia claramente


la propuesta investigativa del profe-
sor Padilla, pues su estudio se inscribe
La obra está constituida por tres capítu-
los que originalmente eran tres ensayos
escritos en diversos momentos, aunque
dentro de la historiografía de la literatu- apuntaban en una misma dirección. El
ra colombiana y, dentro de él, se centra primer capítulo, «La Historia de la litera-
en un debate específico que, según lo tura en Nueva Granada y el debate de la
demuestra, sustenta la concepción de hispanidad en Colombia en el siglo xix»,
Vergara y Vergara sobre la producción se convierte en el núcleo de la investiga-
literaria neogranadina. Lo primero que ción, que intenta dar cuenta de las cir-
se debe destacar en este trabajo es su cunstancias históricas que determinan
introducción, en la medida en que no la obra de Vergara y que se sintetizan
solamente cumple cabalmente su come- en el debate acerca de la modernización
tido de ubicar al lector en los aspectos de las estructuras coloniales y, por esa
fundamentales de la propuesta que vía, en las diferencias entre liberales y
desarrolla el libro, sino que se convierte conservadores respecto a la concepción
en un modelo en sí mismo, ya que en de la sociedad y del Estado; del mismo
ella se establecen claramente el objeto modo, se centra en el discurso utilizado
de estudio, la hipótesis de trabajo, la por el historiador y en las circunstancias
metodología utilizada, el contexto en lingüísticas e históricas del debate entre
el que se produce la obra estudiada y el tradición e innovación desarrollado
entorno en el que se desarrolla la inves- en la prensa de la época. Merece es-
tigación; estudiantes e investigadores pecial consideración el análisis de las
Esta introducción ubica a la Historia de
podrán utilizarla como modelo digno circunstancias que determinaron la
Vergara en el contexto hispanoamerica-
de ser imitado. fundación de la Academia Colombiana
no subrayando su primacía —aspecto
Ante todo, se señala en esta intro- que no se desarrolla en la medida en que de la Lengua como resultado de un
ducción que el eje de la indagación lo no parece ser pertinente— y la sitúa con proyecto personal de Vergara, quien
constituye la magna obra de Vergara y especial énfasis en el contexto neogra- orientó el proceso a partir de los ideales
Vergara, entendida, a la vez, como tes- nadino, pues la entiende como resultado del hispanismo.
timonio escrito de un movimiento que de la reacción a unas circunstancias El segundo capítulo, «La Historia de la
pretende afirmar la importancia de la históricas que constituyen el centro literatura en Nueva Granada y la cuestión
tradición hispánica en nuestro medio y de la indagación del profesor Padilla y religiosa», estudia la figura de Vergara
como «un documento de cultura puesto que lo llevan a revisar la polémica de y Vergara, entendido como individuo
que al englobar en sus contenidos las
Vergara con Manuel Murillo Toro acerca problemático por su perspectiva con-
circunstancias históricas de su adveni-
de la necesaria modernización del país. servadora en sus relaciones con una
miento puede ser leído como un modelo
Del mismo modo, el investigador da sociedad compleja y en proceso de cam-
de representación y conceptualización
cuenta de la producción periodística bio; este acercamiento permite entender
de la situación colombiana de mediados
aparecida en diversas publicaciones de los móviles religiosos implicados en la
del siglo xix» (16). Del mismo modo, el
la capital como parte de la controversia polémica. Vale la pena destacar, como
autor precisa claramente su hipótesis
estudiada. Finalmente, la introducción núcleo de este capítulo, el prolijo estudio
de trabajo cuando señala que la Historia
de Vergara entreteje lo que denomina el explica como este libro es resultado de que Padilla hace de las estrechas rela-
«debate de la hispanidad» para reivindi- un amplio trabajo realizado por el gru- ciones entre el proyecto de Vergara y el
car los valores del grupo tradicionalista po Historia y Literatura, conformado Genio del cristianismo, de Chateaubriand,
con el que se identifica; el investigador alrededor del proyecto de la Maestría motivado por el descubrimiento de
plantea que esta polémica deja ver, al en Estudios Literarios de la Univer- amplias coincidencias en la exaltación
mismo tiempo, las diversas posiciones sidad Nacional de Colombia, que se de la religión cristiana como fermento
que los intelectuales de la época asumie- enriqueció también de la perspectiva de la cultura, en este caso, la española
ron frente a la cultura española. desarrollada en el Seminario Permanen- heredada por los neogranadinos.
te de Literatura Comparada, concebido El tercer capítulo, «Raza, herencia y
como otra línea de investigación del tradición: la idea de literatura y de
*
Profesor asociado del Departamento de Literatura
grupo de profesores del Departamento escritor en la Historia de la literatura en
de la Universidad Nacional de Colombia. de Literatura. Nueva Granada», intenta explicar los

246 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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libros

criterios historiográficos utilizados por analítica sobre la obra de Vergara. Se de los intelectuales contemporáneos,
Vergara en la selección de obras y au- pueden resaltar algunos aspectos como alrededor de temas como la educación,
tores. Es de destacar, entre los muchos el hecho evidente de que la Historia de la herencia hispánica y el culto católico,
aspectos significativos que desarrolla la literatura en Nueva Granada se inscribe y que se resumen en la defensa de la
la investigación, la muy interesante re- en el contexto de la reforma liberal im- tradición castellana.
flexión alrededor del procedimiento del puesta en Colombia entre 1848 y 1875, En síntesis, El debate de la hispanidad en
historiador que, centrado en la relación uno de cuyos aspectos cardinales es el Colombia en el siglo xix es un importante
vida-obra y en la tendencia a extraer de papel de la religión, pues los liberales aporte al estudio de la historiografía
la propia producción reflexiones sobre consideraron al catolicismo como «un literaria y de las relaciones entre cultura
la biografía de los autores estudiados, se elemento antiprogresista», mientras y sociedad. La revisión documental es
decanta alrededor de la idea de la raza que los conservadores quisieron «de- prolija y amplia, la exposición es clara
española como elemento estructurador mostrar que el progreso y la religión y sistemática, aunque, a menudo, el
de toda la obra y como eje de la exalta- podían ir de la mano» (225); según lo investigador peca por acudir a diver-
ción de la tradición hispánica, propósito demuestra Padilla, a partir de esta pre- sas fuentes teóricas que no siempre se
final del proyecto de Vergara.
misa se estructura el texto de Vergara. exploran en su merecida amplitud. Se
En la conclusión, el autor intenta hacer Igualmente, la investigación precisa la trata, sin duda, de un paso más en el
una apretada síntesis de los múltiples forma como las ideas de Vergara se desa- camino hacia una historia crítica de la
elementos que enriquecieron la mirada rrollan en diálogo polémico con muchos literatura colombiana.

“Cartografía de la memoria XX”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 247

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reseñas

Fabián Sanabria y Hernando Salcedo-Fidalgo

Ficciones sociales contemporáneas


Bogotá: Facultad de Ciencias Humanas, colección ces, 2009.

por Gabriel Restrepo* **

¿ Por qué podemos escribir con tanta


propiedad sobre la realidad de las
ficciones desde estas latitudes y altitu-
el fantasma de La gata, en las pirámides,
en las burbujas especulativas y en las
extraordinarias ganancias financieras
des aéreas, 2.600 metros más cerca de La lotería de Babilonia, hasta el punto de
las estrellas, que de nosotros mismos? ser el pueblo del mundo más parecido
Ensayo breves ideas, suscitadas por el al obrar mágico de ese puer aeternus que
formidable libro que obra como llave a es Harry Potter.
nuevas investigaciones, camino abierto Porque celebramos el centenario del
por la heterodoxia bendita de Fabián centenario y el bis-centenario, cuya
Sanabria y de Hernando Salcedo, cuyo retórica giraba en contra de la perpetua-
relato sobre esa ficción patente que ción en el poder como un prodigioso y
fuera el Hospital San Carlos sobrecoge fascinante escamoteo de la democracia
a cualquier lector de los palimpsestos liberal clásica por cuenta de una demo-
urbanos. cracia plebiscitaria.
Porque «Ser colombiano es un acto de Porque somos con razón uno de los pue-
fe», según argumenta un profesor de la blos más felices del mundo por su sazón,
Universidad de los Andes que prefiero sexo, juego, liviandad, pero también los
nominar en minúscula en diálogo con más infelices por su violencia.
la noruega Ulrika, en el cuento de
Borges. Y fe es la creencia elevada a Porque siendo pueblos cuya esencia es
una tercera potencia más espesa que la ser desplazados, descentrados y fan-
de doble vía y con la doble plusvalía
reflexividad que se supondría su cura, tasmales, nos instalamos con júbilo en
del camino de Flandes y sus holandas
una imposible. algo que es del orden más etéreo que
a cambio del oro y del hayo.
el purgatorio o el limbo, la región más
Porque respiramos en el país que honra Porque somos donde no estamos y no limítrofe entre el ser y el no ser, entre
a Colón, un arquetipo del vivir entre la estamos donde somos. Porque somos lo simbólico y lo imaginario, el punctum
ilusión y la realidad. Porque el nombre potencia mundial en el melodrama utópico donde el goce estalla sin saber
fue propuesto por Miranda suscitado gracias a que descreyendo del paso del si es placer o dolor.
por su compasión por una poetisa es- mitologema al filosofema revivimos el Porque por fin nos hemos decidido a
clava liberta pero muerta como esclava mito del amor engendrado por Poro, la argumentar barajando, catando, con-
de la miseria debido a un desarraigo riqueza, y Penía, la indigencia, en Café tando y cantando, pareciéndonos a lo
similar a nuestro vivir en una casa en con aroma de mujer, en Betty la fea y en su que somos.
el aire. más perfecto negativo: Sin tetas no hay
Porque habitamos en una Nueva Gra- paraíso. Porque por ello mismo hemos
nada y en una nueva Santa Fe como si configurado una cosmovisión original
acampáramos al borde de Granada a la en lo que he llamado Alquimia del semen,
espera de purificarnos con una nueva esa suerte de eros-tele-teo-logía.
Reconquista.
Porque por ello mismo vivimos la máxi-
Porque somos el doble del doble al ma ficción al creer en la profundidad y
agraciarnos con el nombre de Atenas tridimensionalidad del plasma y de las
Suramericana, título que pretendiera pantallas líquidas con una complaciente
Buenos Aires antes de nosotros. envidia que, en su etimología, es un ex-
ceso de ver sin ver, una de las especies
Porque vivimos en el Camino de Jerusa-
del mal de ojo.
lén, la ruta escatológica de los sefarditas
antillanos del siglo xviii que tomaban a Porque reencarnamos como ningún
Bogotá por la nueva Sión, en un tráfico otro pueblo del mundo en el chance, en

* Escritor, sociólogo. Profesor de la Universidad Na-


cional de Colombia, sede Bogotá.
** Palabras con ocasión del lanzamiento del libro.

248 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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libros

Belén del Rocío Moreno C.

Goces al pie de la letra


Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2008.

por Santiago Mutis Durán* **

L a escritura solo tiene nombres pro-


pios, y aquí, en este nuevo libro de
Belén del Rocío Moreno, se llama Mar-
Duras deplora los libros pudibundos
y hasta encantadores «pero sin poso
alguno, sin noche. Sin silencio». «Dicho
guerite Duras, Fernando Pessoa, César de otro modo», habla la propia Duras,
Vallejo, Jorge Semprún... largas horas «sin autor».
de lectura deslumbrada.
Duras atrae y desafía a Belén del Ro-
Aunque Belén del Rocío sea una escri- cío «porque [en ella] el cuerpo queda
tora —no lo digo por asuntos de estilo, expuesto a la fuerza de revelaciones
sino de riesgo y lúcida honradez—es, que ningún velo cubre, [...] porque la
también, principalmente, psicoanalista, escritura hace desaparecer el refugio
una psicoanalista en quien la literatura de la significación; porque fractura el
compromete toda su atención y su saber. cuerpo del lenguaje, lo despedaza y lo
extiende sin vacilaciones; porque nos
El libro no es una compilación de ensa-
evoca la oscuridad originaria de la que
yos independientes, es una ambiciosa
salimos sin siquiera balbucir», porque
obra con fisuras. Ella lo piensa de otra
es la «voluntad del máximo despoja-
manera. Dice que no es un conjunto,
miento», porque sabe «escuchar» su
pero lo divide en capítulos. Encuentros,
oscura voz interior, porque escribir para
los llama en la Introducción. Y comienza
ella es contarlo «todo a la vez», porque
con lo sublime, ¡tan distinto de la belle-
«hierve» en su interior sin «agitarse»,
za! Así empieza Belén del Rocío su aden-
porque abre los ojos ante lo que nos
trarse en la literatura y en la poesía que
en semejante experiencia; como en los está «vedado», porque no ha extraviado
ha escogido, toda en el límite, extrema,
tiempos que denuncia Longino —cita «su inclinación a lo imposible», porque
rasgada por la experiencia, abismada, y
Belén—por su «precariedad literaria [...] «todo» lo ha convertido en «escritura».
a veces con el alma misma en peligro.
la búsqueda insaciable de riquezas y su En fin, porque la considera «un oráculo
Belén ausculta en el secreto de lo su- correlato necesario, “el gran derroche” que no da tregua».
blime y deja ante nosotros la oscura [...] seres obnubilados por atesoramiento
fuente de la experiencia y de la creación La poesía se interna en la subjetividad
de objetos y luego, encartados con el
literaria, un misterio que no pretende con una lámpara que admira el psicoa-
hartazgo [...], buscando modos de im-
descifrar. Digamos que a su manera, nálisis. Sin duda, es «un agudo lector».
probables pérdidas, en despilfarros que
Belén se abre a otra estética, en donde «Soportar la vida» —dice Freud citado
anuncian un nuevo ciclo de lo mismo».
el hombre puede llegar a ser más hondo, por Belén— «es y será siempre el deber
Los escritores saben, desde siempre,
más despojado, más entero, más terri- primero de todos los vivientes». Duras
que la obra de arte se hace a pesar de su
ble, más humano, más conocedor de soportó la vida escribiendo. «No hay que
época, contra ella, cuando esta envilece, arrojarse a la muerte. Eso es todo»
sí mismo. Qué lejos me siento aquí del desborda o extravía la experiencia. Por
hombre del común, ciego a las fuerzas (Marguerite Duras).
eso, las «metáforas del loco y el solita-
que lo nombran, claudicante, negado a rio», escribe Belén del Rocío, «no son El siguiente encuentro es con una sola
toda revelación, limitado, reducido, es- meras caricaturas del creador. Es que de las novelas de Duras, «lacónica en
quivo a las experiencias que lo pondrían para construir el modo particular, el cuanto a los acontecimientos, [...] parca
en comunión con ese más allá interior estilo propio, se requiere una separación en acciones fundamentales», severa en
del que habla el poeta Cintio Vitier. Pa- su economía de los sucesos y «organi-
del grupo: soledad buscada, encierro
reciera que nuestra cultura dominante zada toda en torno a la mirada». De una
deliberado o exclusión forzada». Solo
ya no es capaz de guiarnos sabiamente bella manera, Belén compara «la hierba
así parece posible prepararse para vi-
vencias que acechan en la oscuridad, doblada mansamente por el viento» con
como lo sublime. «las letras enfiladas en los renglones» in-
* Fue Director de la revista en estudios de cultura y clinadas por una misma pasión, que rige
psicoanálisis Desde el jardín de Freud. Es tutor en la
Maestría de Artes Plásticas y Visuales de la Univer- El segundo y tercer encuentro son con la novela: la pasión de escribir, la pasión
sidad Nacional de Colombia. En 2009 publicó los la obra novelística de Marguerite Duras, de mirar, la pasión por el instante. «Im-
libros de poesía Quiero alguien que responda, en
compañía de Marco Antonio Campos, y La esbelta «revelaciones de nítida factura poética». posible reconstruir un instante en un
sombra, una antología de su obra realizada por Jineth Leyéndola —nos dice Belén— «volve- instante —dice Belén—, requiere de la
Ardila y Alejandro Burgos. santiagomutis@etb.net.co
mos a la tierra deshabitada de la que eternidad para instalarlo nuevamente
** Palabras con motivo del lanzamiento del libro. fuimos desalojados». [...] es la insondable eternidad del goce,

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reseñas

atrapado en su fugacidad» —observa encuentro abriendo las puertas: «Solo


el psicoanálisis, mirando a quien tanto en cuanto la palabra no sea eliminada
ha mirado—. ni amordazada habrá un lugar para la
dignidad humana».
Otro encuentro es con la poesía de
César Vallejo, porque para Belén él Aquí debería terminar, advirtiendo
«restituye a la palabra su condición de que quedaron por fuera los «capítulos»
acto», y, para esto —exprese muerte, sobre Fernando Pessoa, Jorge Semprún
religiosidad o dolor— hace que su es- y el titulado «Un oficio literal», donde
critura tenga «la pulsión del cuerpo» Belén hace explícita lo que me apresuro
y le da al poema —que respira— «una a llamar dependencia en la relación del
concepción orgánica»: psicoanálisis con la literatura: «Freud
anota que en general los artistas siempre
«Que el poeta», dice el propio Vallejo,
han precedido a los psicoanalistas en la
«conozca y sienta directamente, sobre
revelación del alma humana; [...] siem-
su propia piel». «Enamorado de la lengua»,
pre nos han anticipado». Según parece,
Vallejo declara su «fobia a la sugestión
es el psicoanálisis quien ha tomado «en
cuidada y minuciosa, a la meticulosa
serio el saber que posee la obra literaria».
férula que corrige todo salto y todo
abismo». Él quiere ser libre: «Siento He dejado por fuera la insustituible
gravitar sobre mí, una hasta ahora lección de Jorge Semprún, quien narra
obligación sacratísima, de hombre y sus muertes en el Campo de Concentra-
de artista, ¡la de ser libre! Si no he de ción de Buchenwald, de donde nunca
serlo hoy, no lo seré jamás». Y para eso saldría, y que Belén del Rocío titula «El
forja incluso —dice Belén— su propia objeto de la memoria y el olvido». «Me-
gramática, donde escucha la lengua de moria de la muerte», y necesario olvido
sus mayores, el quechua: para «volver a habitar la vida». Contra la
voluntad de exterminio del siglo xx na-
«Con la lengua española se sirvió [...] del
ció el deber de memoria —dice Belén—:
ritmo de las invocaciones sagradas del
«Los crímenes contra la humanidad
cristianismo [...] y de la tradición barro-
[...] son de carácter imprescriptible».
ca, con la lengua quechua hizo escuchar
La escritura o la vida, titula Semprún la
[...] el cantar lírico [y] melancólico [...]
dificultad vital de cumplir este «manda-
del yaraví». Este rechazo a «una lengua
to». Difícil, complejo, abismal proceso,
inmaculada», este doloroso señorío
donde la angustia es solo el umbral.
sobre las palabras, nombren lluvias o
puñales, le entregan un secreto al poeta: En cuanto a Fernando Pessoa voy a
«Los grandes movimientos animales, los dejar virgen este «encuentro», como
grandes números del alma, las oscuras creo que en verdad he hecho con todo
nebulosas de la vida [...] residen en un el libro, y leerles a cambio una página
giro del lenguaje». del escritor Manuel Vicent, que hasta el
mes pasado era inédita. La leo porque
Pero aquí Belén del Rocío se permite
creo que despierta el deseo de saber lo
algo que no habrá de repetirse, y que
que Belén dice de esta poesía, y lo que
podríamos llamar Colombia; tal vez por
encuentra en ella, a cuyo autor califica
eso se arrojó a autores que encarnan la
de genio. Vicent nos habla aquí solo de la
muerte y el dolor: «Mi dolor es del viento
persona que padeció esa genialidad...1.
del Norte y del viento del Sur [...] Nadie
sabe que estás en mí». Los poemas de
Vallejo —dice Belén— tienen su peso
real en la intensidad y persistencia del
dolor. «Toda es escritura del dolor del
duelo. Un escenario de pérdida y des-
pojo [...] Triste de sus muertos se niega
a comer». Y ella nos responde: «Sé que
hay una pregunta que no dejará de
retornar cada vez que nos acerquemos
a la función de la poesía en medio de
un panorama de miseria e indignidad:
“¿Para qué los poetas en tiempos de
penuria?” [...] Para devolver a la pala-
bra su condición de acto. Si para este
momento ese carácter de la palabra se
ha extraviado es porque en sus usos ha-
bituales queda carente de efectos». Pero
ante «la cruda desazón de Casandra»
a la que los tiempos han condenado a 1
Dado que el fragmento de Vicent es inédito, no pue-
la poesía, Belén del Rocío cierra este de publicarse. [Nota de la revista].

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revistas

Varios Autores

Los escritores como críticos


Educación Estética n.º 4
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2009.

por Vicente Jarque*

F iel a la línea de coherencia y de


profundidad que ha venido carac-
terizando a la revista desde sus inicios,
más enraizada en la tradición y menos
involucrada en la lógica de la mercancía.
El texto de Pablo Montoya, «Julien Gracq
Educación Estética ha presentado su
y los gozos de la crítica», nos presenta
cuarta entrega, esta vez dedicada a re-
al escritor francés en su faceta de crítico
flexionar sobre Los escritores como críticos,
esto es, al examen de la relación entre las libérrimo, nómada y fragmentario, en
tareas propias de la escritura creativa y un comentario sobre Lettrines, En lisant
las determinadas por la manera en que en écrivant, Carnets du gran chemin y La
los creadores toman en consideración, littérature à l’estomac. Salvo en este últi-
en términos críticos, las otras escrituras. mo texto, en donde Gracq la emprende
En este contexto, acertado por fecundo, contra el chauvinismo característico
encontramos en este volumen ensayos del mundo literario francés (y contra
debidos a Fernando Urueta (sobre la inanidad experimental del nouveau
Paul Valéry), Iván Carvajal (sobre Luis roman, «La théologie s’installe et la foi
Cernuda), Iván Padilla (sobre Denis s’en va»), su actitud predominante es,
Diderot), Pablo Montoya (sobre Julien por decirlo en las palabras de Montoya,
Gracq) y David Jiménez (sobre Walter la de un «lector vacuno», un rumiante de
Benjamin). la literatura, que «no lee sino que relee».
Su punto de vista es el gozo; por eso pre-
Las dos primeras contribuciones tienen fiere la vitalidad de Stendhal frente al
en común el hecho de que se ocupan artificio de Flaubert o el tono farragoso
mesiánico», investido del poder de dar
de poetas. Iván Carvajal, en «La ex- de Balzac. El rumiante Gracq entiende
periencia poética en la crítica de Luis expresión a la voz del pueblo.
la crítica como exposición de un sueño
Cernuda», acierta plenamente cuando, En «La paradoja de la racionalización: revelador («Quand il n’est pas songe…
al comienzo de su texto y al hilo de la Paul Valéry como crítico de la cultura», le roman est mensonge») y, por cierto,
idea de la «meditación» de la cual surge Fernando Urueta aborda lúcidamente como una especie de manifestación de
la obra poética, nos recuerda que «no un problema que no era solo de Valéry. amor: «Quelle bouffonerie, au fond,
hay escritura de poesía sin lectura de A diferencia de Cernuda, el francés ha- que le métier de critique: un expert en
poesía». Ahora bien, esta lectura requie- bía reflexionado muy seriamente no solo objets aimés!».
re interpretación y, por ende, crítica. De
sobre la poesía, sino sobre la situación
hecho, en los Estudios sobre poesía española En «Estética de la novela y fatalismo
del arte en general en un mundo poco
contemporánea, aquí comentados, Cernu- en Jacques el fatalista y su amo de Denis
propicio. En conexión con las ideas de
da se muestra como un caso notable de Diderot», Iván Padilla Chasing ofrece el
Adorno sobre Valéry, Fernando Urueta
«artista-crítico», es decir, de intérprete pormenorizado análisis de un texto pe-
insiste en la visión de este último sobre
que no puede sino plantearse el asunto culiar. En el marco de la cultura francesa
desde dentro, como poeta que confronta el carácter problemático del arte en una del xviii, en donde la novela no era toda-
la poesía de su tiempo con el propósito época dominada por el debilitamiento vía demasiado bien vista como género
implícito de poner en claro su propia del sujeto en cuanto que «hombre superior, Diderot compuso una especie
poética. Esto explicaría su «frialdad completo», en donde la conexión entre de «antinovela» de sesgo irrepetible. Pa-
apasionada», así como el sesgo peculiar la habilidad manual y el pensamiento, dilla la describe con acierto, subrayando
de sus parámetros: la relación perspec- entre el cuerpo (tal vez las emociones) y su estructura «episódica y digresiva» (al
tivista con la tradición —así como la el intelecto, se ha echado a perder. «Lo estilo de Las joyas indiscretas), así como
extraña ausencia de Hispanoamérica en que llamo Gran Arte es simplemente su condición ambivalente, su mezcla de
esta (Huidobro, Neruda, Vallejo…)—, o arte que exige que en él se empleen todas géneros (diálogo o conversación polifó-
su europeísmo, su retórico «asco por la tie- las facultades de un hombre», escribió en nica, elementos teatrales, relato oral…).
rra nativa» y su cierta admiración de la Degas Danza Dibujo. Un ideal propio de Por lo demás, bajo esta configuración
lírica inglesa, o su desinterés por Rubén Humboldt, pero difícilmente practicable heteróclita yace una intención filosófica,
Darío, o su desconfianza respecto de en el presente. Valéry siguió defendién- un fatalismo próximo al materialismo y
la concepción del poeta como «bardo dolo, al igual que defendió el métier del al escepticismo. Ilustrado heterodoxo,
artista en la misma dimensión en que se Diderot fue muy consciente de la con-
* Profesor titular de Estética en la Universidad de
movía el artesano medieval: como una traposición insoluble entre los dominios
Castilla-La Mancha. actividad tanto más humana cuanto de lo moral y lo natural, y de lo proble-

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mático que resulta afirmar la libertad entre ambos períodos benjaminianos, contenido de verdad en forma de pro-
humana como un dato positivo. Tal vez y es por eso que pueden ser llevados sa, de una prosa precavida frente a las
por eso se refugió de tanto en tanto en el a iluminación mutua. Jiménez pasa ilusiones propiciadas por ese «velo» que
ámbito de la literatura, bajo cuyo abrigo revista a los textos críticos de Benjamin es la belleza aparente en el arte.
podían confrontarse more oblicuo estos desde sus tempranas tentativas sobre
problemas, sin exigencias argumentati- Hölderlin hasta su libro sobre el drama En conjunto, este número permite ha-
vas, ni mucho menos sistemáticas. barroco alemán (con su recuperación del cernos una idea sobre algunos de los
concepto de alegoría, frente al símbolo ro- caminos por los que puede discurrir esa
El volumen se cierra con un extenso relación entre la práctica y la crítica de
ensayo de David Jiménez, «Walter Ben- mántico), pasando por sus escritos sobre
el lenguaje (en un registro claramente la literatura. Obviamente, esos caminos
jamin. La crítica literaria y el romanti-
místico, pero no sin consecuencias en son infinitos, pero bien cabe sostener
cismo en su obra temprana (1914-1924)».
su posterior confrontación de la facultad que los propuestos en Educación Estética
Ante todo, hay que felicitarse de que el
autor haya prestado atención a ese «pri- mimética), su texto sobre Dostoievski y, no solo se encuentran entre los más
mer» Benjamin tantas veces oscurecido por supuesto, su ensayo sobre las Afini- sugestivos, sino que se nos presentan
por la gloria del «segundo», esto es, el dades electivas de Goethe, que el propio aquí rigurosamente tratados por todos y
«converso» al «credo marxista». En rea- Benjamin consideró como un «modelo» cada uno de los autores. Cabe felicitarse
lidad, y aunque no es este el lugar más de crítica. A todo ello subyace su concep- de que este proyecto de revista, nacido
oportuno para ponerlo de manifiesto, ción de la crítica como «mortificación» hace pocos años, siga dando muestras
existen importantes hilos conductores de la obra, esto es, la extracción de su de una plena consolidación.

“Cartografía de la memoria VI”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 55 x 42 cm. 55 x 42 cms.

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libros

Fred Poché

El pensamiento de lo social en Jacques Derrida.


Para comprender la deconstrucción
Bogotá: Universidad de San Buenaventura, 2008.
Víctor Florián Bocanegra, trad. Serie filosófica n.º 9.

por Sonia Carolina López·*

L a intención de este texto, tan afortu-


nado como oportuno para nuestro
tiempo, es ofrecer una invitación a com-
Jackie se convierte, luego de una difícil
relación con la institución escolar y de
atravesar por penosos procesos para
prender, a partir de la interrogación, el ingresar a la École Normale Supérieure de
legado y herencia1 del pensamiento social París, en un filósofo «subversivo» que
derrideano. El autor, con tono tranquilo cuestiona las normas, procedimientos y
y firme, anima a su lector para que le jerarquías que más le incomodan de las
acompañe y se despoje de los prejuicios instituciones educativas desde la propia
de hermetismo y dificultad que por tra- academia. Es tal la mirada cuestionado-
dición las miradas del siglo xxi podrían ra del filósofo, que dedica buena parte
cubrir el significado de los conceptos, de su trabajo investigativo a analizar las
las definiciones, y, en general, de la estructuras institucionales y las prác-
propuesta filosófica de Jacques Derrida. ticas de enseñanza desde el Groupe de
Recherche sur l’Enseignement Philosophique
Tanto la presentación por parte del
(greph), y a poner en duda el hecho de
autor, como el esfuerzo, por lo demás,
que la filosofía solamente sea enseñada
doblemente exigente de su traductor
a partir de la educación superior.
hacen posible que hoy en día nuevas
generaciones de filósofos, entre estu- La «deconstrucción» —que a grandes
diantes y pensadores inquietos, dentro rasgos resume la idea de «lo imposible
y fuera de la academia, puedan contar como lo que ocurre»— y la noción de
con un trabajo tan cuidadoso, limpio y mestizaje cultural y el contexto social «Diferancia» (différance) son trabajadas
de gran profundidad sobre la propuesta y político en su pensamiento— hasta en la segunda y tercera parte del texto,
derrideana; acogida también y con gran llegar a expresiones filosóficas y polí- respectivamente, a partir de un cuida-
aprecio en ámbitos literarios, gracias a ticas más elaboradas, al planteamiento doso seguimiento del contexto social
los aportes sobre los conceptos de escri- y definición de lo que será el eje de su y político que dio lugar a esta original
tura y texto, y fundamentalmente, sobre pensamiento: la «deconstrucción». Re- propuesta. Hay una necesidad vital de
la relación entre literatura y filosofía. flexiones tan importantes como oportu- deconstruir aquellos presupuestos po-
Gide, Nietzsche, Valéry y Rousseau nas sobre el don, la hospitalidad, el perdón, líticos, económicos, éticos, ideológicos
fueron, desde muy temprano, la puerta la justicia, la amistad, la globalización, la sobre los cuales está montada (o cons-
de entrada a la relación literatura y democracia por venir, el terrorismo, el poder truida) toda la dinámica social para así
filosofía, según Poché le manifiesta a mediático, entre otras, hacen parte de retomar finalmente la pregunta hecha
François Ewald. su propuesta teórica, política y ética, y por Touraine: ¿qué es vivir juntos?, ¿qué
son retomadas en la obra como signos es un semejante?, o más aún ¿se debe
El texto se compone de cuatro grandes
visibles de su permanente preocupación vivir solo con un semejante?, pregun-
partes, cada una dividida, a su vez, en
por comprender y otorgar significado tas que surgen desde la óptica de una
capítulos. En ellos se plantea de forma
a la realidad social de nuestro tiempo. democracia por venir.
progresiva, vertiginosa y compleja, pero
también con un lenguaje sencillo y en En la primera parte de la obra, Poché La cuarta parte del texto muestra la
extremo generoso con el lector, el grupo vuelve sobre la agitada vida del filósofo relevancia que tiene el legado de toda
de temáticas, problemas, conceptos, re- en los años de infancia y juventud, mar- una vida dedicada a reflexionar sobre
flexiones y significados que encierran la cados principalmente por el mestizaje aquello que marca y determina nuestra
extensa producción derrideana. El autor cultural 2 . Para el autor, el mestizaje es el existencia y condición humana, para la
transita por la experiencia de infancia detonante que explica las inquietantes comprensión de nuestra realidad. La
y juventud de nuestro filósofo —sus búsquedas tanto filosóficas como políti- angustia que genera la pregunta por el
marcas y significados, lo que representó cas de Derrida, manifiestas en su interés futuro del mundo luego de los ataques
su paso por la escuela, la influencia del por el tema de la pluralidad de sentidos, del 11 de septiembre, y la necesidad de
la equivocidad, el monolingüismo y pensar nuevas formas de convivencia y
las relaciones entre la voz y el acento. solidaridad son algunos de los proble-
* Filósofa. Estudiante de la Maestría en Educación Poché nos muestra cómo el pequeño mas sociales cuestionados por Derrida
de la Universidad Nacional de Colombia.
hacia el final de su vida. Como señala
sclopezs@gmail.com
Poché, la pertinencia de las propuestas
1
Herencia en el sentido derrideano como promesa 2
La cultura del Magreb, la cultura judía y la cultura filosóficas y políticas del padre de la
o como reto. francesa (del colonizador).

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deconstrucción, como se le conoce por en general, en la mirada a la problemá- Conviene destacar el valor pedagógico
derecho propio, siguen vigentes hoy tica social y económica generada por la del texto de Poché, magistralmente
más que nunca y se convierten en alia- globalización. Esto es lo que da paso a logrado, con profundidad y rigor con-
das seguras para nuevas generaciones la pregunta de cierre que formula Poché ceptual, ante un pensamiento que juega
de pensadores sociales. sobre la necesidad de pensar una ética con las palabras, los neologismos, que
derrideana a partir de los elementos de presenta maneras diferentes de leer a los
La crítica social derrideana más aguda la deconstrucción, de lo im-posible, de lo filósofos y un nuevo estilo de escritura
se manifiesta en las reflexiones sobre que ocurre, y su repercusión en la nueva filosófica.
«las diez plagas del nuevo orden mun- formulación de los conceptos de justicia,
dial», en el cuestionamiento y la decons- amistad y responsabilidad.
trucción de la noción de «terrorismo» y,

“Cartografía de la memoria XV”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 55 x 42 cm. detalle.

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libros

Wolf Lepenies

La seducción de la cultura en la historia alemana


Madrid: Akal, 2008.

por Alexander Caro*

i cristiana, a imponer o censurar algún


tipo de culto, la actitud luterana puede
Wolf Lepenies abre su itinerario por la tomar dos caminos relacionados entre
historia de las ideas en Alemania con sí para sortear la situación a favor de la
una premisa: el sentimiento de superio- obediencia a Cristo. O bien puede hacer
ridad cultural y el gusto estético por los
un llamado al cristiano a ser esclavo en
grandes monumentos emblemáticos del
el exterior, acatando la ley, pero libre
espíritu germano estarían directamente
en el interior, siguiendo la fe. O, por el
vinculados a la relación que existe en
contrario, puede seguir el modelo cal-
ese país entre melancolía y creatividad,
vinista, el cual, de hecho, recoge lo que
destrucción y construcción, genocidio y
suicidio, sobriedad y locura. En dicho tiene de potencialmente revolucionario
sentimiento no se expresaría un carác- el luteranismo, y hace un llamado a
ter nacional, como si se hablara de una destronar al príncipe y sus instituciones,
esencia atemporal del pueblo alemán; pero esta vez no con la idea de defender
se trataría más bien de actitudes e ideas la democracia o el derecho a la libertad
que conforman el cuerpo de lo que Le- de cultos, sino de defender la conciencia
penies denomina «romanticismo». De interior cristiana. Para esta conciencia,
este deriva la misma expresión pueblo la libertad no tiene un sentido democrá-
alemán, en cuyo uso vendría implícita la tico, sino de obediencia; una obediencia
inclinación de los alemanes a reconocer- que encuentra en la interioridad moral
se frente a sus mayores logros culturales grandes motivos para levantarse y
y frente al papel que dicho pueblo ten- a una tendencia alemana a la interiori- romper cabalmente con un enemigo,
dría en el destino de Europa, al margen zación y a la sustitución de la política tan pronto este la amenace.
de los espinosos problemas con que por la cultura; a considerar que la vida
dicha nación ingresó a la modernidad política —especialmente la política par-
y que, de una manera despectiva, el lamentaria— da cuenta de un estado de iv
discurso nacionalista remite al ámbito la humanidad que está por fuera de su
Ahora bien, si históricamente los inte-
de la civilización. esencia misma, y que, más allá de la idea
lectuales germanos han asumido que
de ciudadanía, solo se podría rescatar al
la ética alemana estaría amenazada en
remitir su existencia a la vida del espíri-
ii forma permanente por la ideología uni-
tu y a la moral. El alemán que se levanta
versalizante de la civilización, entonces,
Alemania sería así el pueblo cultural contra el mundo occidental, heredero de
sería preciso sostener con Lepenies la
por excelencia (Kulturnation), mientras la antigüedad romana, es examinado
por Lepenies en la figura del apolítico, tesis de que dicho romanticismo ha es-
el resto de Europa pertenecería a la tado en la base, tanto del conflicto bélico
civilización; en términos escuetos, a la una consecuencia de la ética luterana.
y cultural de Alemania con otros países
tradición de origen romano-cristiano como de la propia historia de las ideas
que se cristaliza con los valores france- iii políticas y culturales de esa nación. Para
ses de la Revolución, desde los cuales
La revolución luterana comienza por desencantar a quienes esperan del libro
toman vuelo las ideas norteamericanas
purificar la religión de todo contenido una apología del pensamiento nórdico,
sobre la democracia. Así pues, una
político: denuncia la depravación del Lepenies diría que esta es la historia de
primera consideración, previa a la lec-
papado y hace ver al poder como aquello la astucia de la razón alemana vuelta
tura del libro, consiste en que Lepenies
llama «romanticismo», no únicamente que debe ser bloqueado con el fin de evi- ironía contra los propios pensadores
al movimiento literario liderado por tar la perversión de la buena conciencia que creyeron alguna vez rescatar las
los Schlegel en Jena y a la visión del interior cristiana. Para ello, Lutero con- claves de la identidad alemana a través
mundo que él expresa, sino, de un modo dena el poder del Papa, pero en cambio de la devoción por su pasado cultural.
más general pero no menos profundo, se lo otorga a los príncipes alemanes, Con lo anterior es claro el propósito de
cuya máxima atribución en asuntos reli- Lepenies: contribuir a la historia de di-
giosos sería permitir la libertad de culto cho romanticismo en la política interior
* Egresado de la carrera de Estudios Literarios de la y exterior alemana, la cual abarca un
Universidad Nacional de Colombia.
religioso, necesaria para la práctica de la
fe protestante. Si un príncipe tirano lle- gran espectro de tiempo, desde Kant
alexander _ caro@hotmail.com gase a interferir en la conciencia interior hasta la inauguración del monumento

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REVpalimpsesto_7_2010.indb 255 16/11/2010 02:28:22 p.m.


reseñas

conmemorativo del Holocausto, levan- intelectual a la locura o el suicidio; los ix


tado en el 2005 en Berlín por Eisemann. ejemplos de esta especie son realmente
múltiples en el ámbito alemán, pero El autor recuerda que Hitler se había
cabe recordar con el autor que Ludwig esforzado por convertir la política en
v Fulda, el redactor del manifiesto An die una pomposa ópera; en ello no había
Obediencia servil e idealismo efusivo, Kulturwelt, se suicidó en 1939. ninguna invención específicamente hi-
dos tendencias contradictorias, convi- tleriana, sino, más bien, la continuación
virán, entonces, en las figuras intelec- de la recepción de Wagner en Alemania,
vii extendida desde finales de siglo xix con
tuales y traducirán lo que Goethe llamó
Lepenies llama la atención hacia una la victoria de Prusia sobre Francia y las
«el mal del siglo»; aquella situación en
figura privilegiada, en quien serían ideas de Willamowitz-Mollendorf. Los
la que un hombre que se siente llamado
visibles tanto la actitud intelectual de primeros decepcionados del nazismo
a separarse de la existencia mediocre
interioridad como la coherente denun- no serían quienes fueron conscientes
para realizar grandes obras instaura
cia de esta, pues los logros de su obra se del horror y la depravación, sino aque-
un conflicto con su realidad, tras el que
habrían basado en la conciencia lúcida llos que lamentaron el hecho de que el
termina convertido en un vagabundo
sobre las ambivalencias que este roman- Führer hubiera arremetido contra al-
y agonizante en medio de la locura,
ticismo implicaba: Thomas Mann, el gunos artistas como Goya y Van Gogh.
como Lenz en su anonimato ruso. Sin
último romántico alemán que hizo de Sin embargo, la admiración estética
embargo, como el mismo Heine ade-
la ironía la principal herramienta de continuaba porque ese hombre había
lantara, esta filosofía hecha con ideas
conocimiento estético de sí mismo y de demostrado que, para un alemán, la for-
altisonantes y un cuerpo menesteroso,
su mundo. En la actuación intelectual ma más elevada del arte era la política,
que en su apariencia romántica cam-
de Mann, a Lepenies le parece signi- mientras que el Estado se constituía en
biaba las armas por el pensamiento,
ficativa la decisión de un artista por su obra maestra. Como no se podía rela-
estaba cargada de una advertencia; en
entrometerse en la política. Este giro cionar el arte con la moral, por lo menos
algún momento el trueno alemán des-
marcaría la clausura de su apolitismo no de una manera burda, intelectuales
cendería a la tierra desde el reino de la
manifiesto en sus Consideraciones de opositores de la talla de Thomas Mann
abstracción en una revuelta frente a la no tuvieron menos que reconocer su
que, pese a que imitara a sus grandes 1918, y que solo se podía sostener en
los años siguientes con la decisión de admiración, así fuera para afirmar que
ideólogos jacobinos, Francia sería solo no había más forma de pelear contra
un preámbulo menor. Con la victoria de tomar partido contra el nacionalsocialis-
mo, tanto antes como durante su exilio la belleza del diablo que entendién-
Prusia sobre Francia y la fundación del dolo. Hacia el final de ese camino, se
norteamericano. Una primera premisa
Reich, los alemanes vieron en la unión llegó a la conclusión —expresada por
de esta oposición consistiría, según Le-
simbólica entre Goethe y Bismarck, el Mann en su ensayo «Este hombre es
penies, en la resistencia a la seducción
poeta y el político, las claves del poderío mi hermano»— de que, en esencia, el
estética del fascismo, con el fin de abrir
alemán. Desde entonces, para un pen- arte contemporáneo era más proclive
su trabajo literario y político hacia otro
sador alemán apolítico se formó la idea al autoritarismo. Este arte no se podía
propósito más general: «Dar a la nueva
de que para preservar la grandiosidad condenar moralmente, puesto que su
democracia un lustre de familiaridad
de Weimar se necesitaba a Berlín, la esencia era estética, de tal modo que la
[entre los alemanes], vinculándola con
organización del ejército, la disciplina denuncia de Mann consistió en revelar
el romanticismo alemán» (82).
del pueblo alemán, la obediencia y un la forma en que, «con la sustitución de la
Estado autoritario. política por la cultura, se aceptó además
viii con facilidad la ausencia de moralidad
vi Con todo, dicho giro no podría ca- pública» (59). Con ello, según Lepenis,
racterizarse como el de un pensador Mann mostró que el problema de la
Lepenies recuerda que en este contexto nacionalista que abandona su credo pro- seducción estética del fascismo no era
nació el manifiesto An die Kulturwelt, vinciano para convertirse a los valores una simple moda superficial, sino que
suscrito por 93 intelectuales alemanes democráticos universales, sino el de un tenía que ver con la esencia misma del
en 1914, en el cual se apoyaban las accio- alemán tradicional que lleva el derrum- fascismo, en la cual estaban imbricadas
nes del Reich en nombre de la herencia be de su propia moral hasta sus últimas muchas actitudes alemanas.
de Goethe. Nietzsche, sin embargo, lo consecuencias, con el fin de preparar
suficientemente honesto como para el camino para lo nuevo, razón por la
alejarse de este nacionalismo estrecho, x
cual sus Consideraciones son un docu-
observó, después de abanderar la idea mento de época más rico en problemas El periplo de Lepenies por la obra de
de la victoria prusiana, que el nuevo que aquellos otros en los que el autor Mann se detiene en el temprano trabajo
peligro para la ética alemana no era manifiestamente asumió la defensa de literatura comparada entre Los himnos
Francia con sus ideales democráticos, del republicanismo. Gracias a esta obra, a la noche de Novalis y Hojas de hierba de
sino la misma Prusia victoriosa. La Mann habría mostrado «las dificultades Walt Whitman, porque allí Mann in-
decadencia espiritual en una época en que se oponen a una “democratización” tentó construir una suerte de seducción
la que, según decía Nietzsche mordaz- alemana, real, intrínseca y no solo de estética contraria, basada en la visión de
mente, Bismarck era el último poeta que acuerdo con el derecho público». Y lo un principio universalizante que estaría
quedaba en Alemania, se constituía, al habría mostrado precisamente en el en germen en el pensamiento alemán,
mismo tiempo, en la caída de los gran- terreno de un intelectual conservador pero que no podría desplegarse en él
des sabios ilustrados en una trampa que que se autoanaliza, que escribe una debido a la contradicción entre naciona-
podía verse como una tragicomedia. La obra de artista para revelar desde esa lismo y cosmopolitismo. En efecto, del
misma tragicomedia que desde el siglo subjetividad un posible camino para poeta de Nueva York, Mann dice que
xviii había llevado a más de un poeta e esa democracia real. es el único maestro que habría sabido

256 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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libros

«elevar el principio social democrático un buen alumno de Tomas Mann— marxista, como conciencia de una clase
a la embriaguez lírica, dotándolo de alcanza en este punto su mayor finura que, al abolir su propia opresión, se ubi-
un contenido sentimental poderoso, porque señala, tras un análisis de la ca en el punto de vista de una liberación
deliciosamente mezclado de espíritu y recepción de dichas obras artísticas, universal. Algunos días antes de la caída
sensualidad» (82). cómo esta cultura monumentalista fue del muro, la consigna tuvo un pequeño
la misma que ayudó a la moral pública cambio. Ahora las multitudes gritaban
alemana a seguir a Hitler, si no cons- Wir sind ein Volk (nosotros somos un
xi
cientemente, por lo menos de manera pueblo). El campo semántico de esta
El libro de Lepenies, sin embargo, obediente y romántico-nacionalista. El expresión no podía ser diferenciado de
no es optimista. El capítulo final está autor recuerda además el engaño en que algunos viejos lemas nazis.
dedicado al análisis crítico cultural de cayeron los intelectuales socialistas de
algunos monumentos conmemorativos la antigua r.d.a., cuando, apoyando en
del Holocausto, que han sido erguidos Leipzig a las multitudes que acudían a
Bibliografía citada
en Berlín durante los últimos años por derribar el muro, se entusiasmaron con Mann, Thomas. 1945. Orden del día: en-
artistas de gran nombre. La ironía de el grito Wir sind das Volk (nosotros somos sayos políticos y discursos de dos decenios.
Lepenies —quien se muestra aquí como el pueblo), que interpretaron en clave Buenos Aires: América Lee.

“Cartografía de la memoria VIII”. Cartografía de la memoria. Fotolitografía. 50 x 70 cms. Imagen intervenida.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 257

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reseñas

Vignolo, Paolo (ed.)

Ciudadanías en escena. Performance y derechos


culturales en Colombia
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2009.

por Bruno Mazzoldi*

¿ Algo habrá cambiado en la cabeza


del vehemente simpatizante del cric
(Consejo Regional Indígena del Cauca)
de la esquina se dilate y la corazonada
se justifique micrológicamente, a la
altura del equívoco de Boggie, el tío
que hoy ocupa un alto cargo admi- del que me habló el violinista Willi B.
nistrativo y que en 1976, en Popayán, Archbold, del barrio de Old Town en
por encima de una asamblea en que se la isla de Providencia, que sus buenas
debatía la redacción de un comunicado razones tenía para confundir el pito
de protesta, tomó la palabra para exigir de una gloriosa nave-escuela con el
que donde se decía «sugerimos» se di- llamado de cierta ave de corral1 . Porque
jera «exigimos»? Es lo que me pregunté el impulso sugestivo de las doce sesio-
al encontrármelo pocos días después nes que contaron con la participación
del paso de los 15.000 indígenas de la de decenas y decenas de ponentes,
Minga llegados a Bogotá en el 2008 para performeros, actores, músicos y desco-
reclamar el cumplimiento de la ley por nocidos de muchos colores y naciones,
parte del gobierno. no corresponde apenas al embozo de
Pero fue al leer las memorias de las la suggestio, es decir, a esa manera de
sesiones de la Cátedra Manuel Ancízar subgerere o «llevar por debajo» común y
—que se llevó a cabo durante el segundo familiarmente endosada a la proverbial
semestre del 2008 en el auditorio León malicia indígena, vicio y virtud del di-
de Greiff, en la Plaza Che y, Minga a bor- simulo pseudojesuítico que cada cual
do, regada por el campus de la Univer- sabe consentir o desdeñar según el caso,
sidad Nacional, sede del 7º Encuentro lado más blando de la papaya comu- eventualmente al mismo tiempo.
Hemisférico de Performance y Política, nidentitaria que se obstina en pasar
Abundan soplos a primera vista escon-
bajo el título general de Ciudadanías en por núcleo duro, blindaje del pasado
didos, maliciosos o no, y el censor del
Escena— cuando empecé a consentir la convertido en «capital simbólico» (518),
día podría perfectamente destacar dos
eventual idea (no propiamente idea) de señalado por Francisco Ortega con oca-
inclinaciones mayoritarias en la multi-
la virulencia transformativa del sugerir, sión de la plusvalía icónica bolivariana
tud de los participantes por el expreso
rumiando dos o tres motivos a favor de por dentro y por fuera del Bicentenario
costado profesoral, no necesariamente
modalidades de resistencia cuyos soplos de la Independencia.
más discretos acentuarían la firmeza del interpretables como representantes de
reclamo en lugar de aflojarlo, por más No sé si me explico, y poco me importa la obsoleta y de la nueva Universidad 2,
insignificantes que resulten a juicio del saberlo, mejor dicho, la explicación no
activista convencional, el casi indispen- vendría a ser tan importante donde y
1
«Uncle Bogg’ was under the reef
sable verraco de buena voluntad que cuando las nociones de porte, reporte y El tío Bogg estaba en el arrecife
sigue gritando «el pueblo unido jamás transporte de la importancia están más when he hear the rooster crow
será vencido» como si la condición de la que en juego, y con ellas la categoría del y cuando oyó cantar un gallo

lucha efectiva pasara por la unitotalidad haberse portado bien o mal a lo largo y a when he hear the rooster crow
y cuando oyó cantar un gallo
siguiendo la derrota del punteado entre lo ancho de unas jornadas en que arte e
he tought that Gloria* blew
derrota diaria y radioso horizonte de insurgencia, estudio y responsabilidad creyó que era el Gloria el que pitaba
triunfo eterno, enredo de premisas que ético-política se entrelazaron de manera * Se refiere al velero colombiano Gloria, pero en
la canción se alude por antonomasia a cualquier
no son mías, sino del rumbo trazado inextricable y graciosa, imprevisible buque.» (Coral Group - Nobody Business but my
desde el cenit ideológico de un bulto y obstinada. Mezclas intergenéricas, own - Música popular y tradicional de Providencia,
colectivo al control de sí mismo y por interdisciplinarias e interculturales Segmento 12, dm-ma- tcoloo2-cd96. Grabación y
edición musical Egberto Bermúdez, montaje Jean
ende claramente visible y controlable capaces de dilatar fisuras de espacio- Chopin Thermes -plegable adjunto, 26)
por cualquiera que se le encarame, el tiempo incondicionalmente abiertas al 2
Universidades y enseñanzas nuevas porque más
más allá del mismo claustro universita- antiguas, allende el antagonismo arcaico/moderno,
al paso de la transformación que se abre camino en
rio como tal, susceptibles de modificar Brasil, por ejemplo. Considérense no solo las presiones
* En Italia desde 1942. En Colombia desde 1960. Ha las buenas costumbres de toda lección, ejercidas y las tareas asumidas por el «Movimiento de
enseñado en la Escuela Normal de Fonseca, el Cole- las Cuotas» (véase De Carvalho, José Jorge. 2006.
gio Junín de la Isla de Providencia, la Universidad del conferencia, congreso o encuentro por Inclusão Étnica e racial no Brasil - Cotas no Ensino
Cauca y la Universidad de Nariño. Se ha desempeña- venir, dondequiera que resten en entre- Superior. São Paulo: Attar, segunda edición - de próxi-
do como cantante en el grupo de jazz de Dromgold ma aparición en Colombia), sino también el ulterior
y Díaz. Ha traducido textos de Jacques Derrida. dicho jerarquías de señales, rankings de desarrollo de los logros ya obtenidos en el orden del
mataplata@yahoo.com barruntos y epifanías, donde el detalle más ecuánime y armonioso acceso de estudiantes

258 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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libros

apenas dos maneras de inclinarse o los alivios culturales no menos que de intrumentos musicales ad hoc sin que
doblarse ante la fuerza de los hálitos los programas de anestesia a destajo y previamente se hubiesen distribuido
a los que deseo aludir: la tendencia de de los descuentos de angustia para co- entre el público (que dejó de serlo, así
quienes procuran reprimirlos, rebajar- mitivas cuando se trata del espectacular como en otras circunstancias perfor-
los o desperdiciarlos y la de quienes los trueque de Erinias por Euménides (en máticas) los habituales audífonos de
acogen francamente. Por una parte, la la mejor de las ocasiones y vulgarmente la traducción simultánea, imagínense:
tiesura del ciudadano acostumbrado a hablando, trance de erinas, ganchos que por acá quien percibe las sonoridades
concebir la lucidez transformativa a par- sirven para apartar los bordes de una en cuestión como partidarias (por así
tir y a regresar de la propiedad privada herida durante determinada operación decirlo, sin que tengamos aquí y ahora
del sujeto en pequeña y en gran escala, quirúrgica, con la intención de abrirla que sugerir manifiestamente la ur-
individual y masiva, verbidesgracia el para cerrarla lo más rápidamente po- gencia de examinar el container de la
Grupo de investigación Ciudadanías Inclu- sible), espectáculo por excelencia cuyo primera persona plural comprometida
yentes, aliado de «memorias colectivas objetivo es la fusión del duelo de cada con la inveterada noción de «partido»)
que inciden en la constitución de ciu- cual en el claror del Cuerpo Místico de la hipnoinsurgencia, yajecera o
dadanías diferenciadas» (44), cuando Nacional, Crist-o-matic más o menos se- no pero, aunque desvinculadas de
no partidario de la bendita cultura cularizado, no del todo desconocido por la cadeneta causal de antecedentes y
aprovechable como recurso patrimo- los violentólogos que intrigan a María consecuentes, después de todo, sílabas,
nial o fuente de prestigio consolador, Jimena Dussán, «la mayoría de ellos de palabras, sintagmas, frases que ventilan
justamente mientras el Grupo parece re- izquierda, que trabajaron de manera el derecho a la contigencia contra los
signarse a admitir la presencia de unos independiente y han desarrollado un carteles teórico-publicitarios: «Sueño
«aspectos organizados en gran parte trabajo muy grande en las ciencias so- luego existo. Creo que el artista más
de modo inconsciente» (45), sin dejar ciales, hoy bajo los reflectores de Uribe» bien sueña y luego existe. ¡El sonido
de pregonar en últimas una renovación (126), amén de las joyas terminológicas de la proclama pierde la magia cuando
de los obsoletos hábitos investigativos exhibidas por el Grupo de Memoria se repite ideológicamente!, ¡el sentido
estimulada por la fórmula «vivir en Histórica y la Comisión Nacional de depende del contexto!, “¡el pueblo unido
crisis»: «Este concepto nos remite a una Reparación y Reconciliación, perlas jamás será vencido!” ¿A qué se refiere
noción de agencia que va más allá de del «momento social de la memoria» eso?, ¿a los alemanes rodeando a Hitler
los modos estáticos que han dominado y de la «memoria colectiva nacional»3. en su demencia nacionalista?, ¿o a los
las ciencias sociales —sujeto/sociedad, En contradicción con esas muestras, no gringos apoyando la guerra en Irak? ¿o
acción/estructura, etc.— para explorar se pierdan el «gesto “transestratégico”» al 85% de este país?» —401—); supues-
de manera dinámica los modos como los (138) de Ileana Diéguez, reacia al ex- tamente por allá, quien carece sobre
sujetos sociales padecen y reaccionan pedito molde edificante y dispuesta a todo de los otros audífonos, los que no se
frente al sufrimiento social» (46), pero sostener la nota justa: «La singularidad consiguen en el mercado, y que por ende
ahorrándose, de hecho, la urgencia de de la memoria horada el consenso y percibe esas mismas sonoridades como
saldar sus propias deudas con una caja el perdón que engendra la idea de la vanas efusiones verbales por empaque-
fuerte de herramientas teóricas (varian- responsabilidad colectiva, problema- tar y devolver al remitente, Teto casi en
te de una infeliz metáfora de los años tizando también la tan repetida frase persona, presunto sujeto de una perfor-
sesenta) comedidamente volcada para de la memoria colectiva. En sentido mancia que no se sabe cuándo empieza
aplastar tan buenos propósitos. Por otra estricto no existe lo que se llama “me- ni dónde acaba, peor dicho: « [...] un
parte, la agilidad de quien desconfía de moria colectiva”, nos recuerda Susan discurso previo a su intervención, muy
Sontag» (138). largo, como una especie de asociación
libre. Él no es un científico social y yo
Fíjense nomás en la coyuntura ejemplar
negros e indígenas, singularmente los compromisos no le puedo pedir que hable con el rigor
que excitaría las veleidades analíticas
inherentes a la Maestría y al Doctorado en Estudios de un científico social» (407), como si
Culturales y al Proyecto Encuentro de Saberes de la del hipotético censor con el que no
Universidad de Brasilia, expansión de reciprocidades la ciencia, entre otras cosas, sirviera
quiero identificarme, personaje que
que desbordan tanto la generosa dialéctica de Paulo para discriminar a quienes han de con-
Freire como la intelectualidad autodenominada «post- sin ningún problema contrapondría
tentarse con botar corriente y quienes
colonial»: «Traeremos a los jóvenes negros e indígenas esas tendencias, si la transestrategia
como estudiantes, pero traeremos también a maestros, estarían oficialmente autorizados para
sabedores negros e indígenas para que actúen como de la segunda no evitara la frontalidad
enchufar el canapé de Freud (ese gran
profesores de la universidad. Es una revolución todavía opositiva de la primera, doble reacción,
mayor. Probablemente por primera vez en la historia estratega de la privacidad sómnica),
alérgicos por un lado y entusiastas por
de las universidades latinoamericanas, grandes sabios como si la cópula de arte y ciencia (otra
y sabias, como artesanos, chamanes, mestres de ca- el otro (que no lo es), ante la ofrenda
poeira, mestres de las artes performáticas tradicio- redundancia, de acuerdo, ningún saber
del polílogo de Teto Ocampo y Mucho
nales, conocedores de las plantas medicinales, entre sin belleza de la pesada) no implicara
otros, dictarán cursos que valdrán créditos regulares Indio, virtuosi sognanti, conjunto de
una exigencia que, por no decir algo
para los alumnos, en una perspectiva interdisciplina- ultracámara responsable del sainete
ria. El Encuentro de Saberes es una revolución epis- más en nombre de las clandestinaciones
témica y también una innovación pedagógica radical joyciano en que tres jóvenes de diferen-
inchuzables, desbarata el sánduche co-
en lo que atañe al formato de la clase, la transmisión tes grupos étnicos, distantes y próximos
de contenidos, el tiempo cronológico de la lección, municativo (emisor/mensaje /receptor +
como pueden serlo la Sierra Nevada y
los criterios de evaluación de lo que significa apren- salsa de ruido al gusto) no por defecto,
der y, por supuesto, el diálogo entre distintas formas el Amazonas, Pasto y Providencia, tren-
de conocimiento y sabiduría que deberán manifes- sino por exceso de rigor. El catedrático
zaron los respectivos idiomas llamados
tarse no solamente en el plano mental o intelectual, Álvaro Moreno-Hoffmann bosquejó la
sino también en los planos corporales y espirituales. maternos con el de Teto y las voces de los
El Proyecto Encuentro de Saberes corresponde a un coyuntura reconociendo la sombra de
convenio del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnolo- una especialidad académica definida
gía (inct) de Inclusión en la Enseñanza Superior y la
Investigación —con sede en la Universidad de Bra- 3
Véase La Masacre de El Salado - Esa guerra no era
como «Identity Management»: «Euclides
silia— con el Ministerio de Educación y el Ministe- nuestra - Segundo gran informe del Grupo de Memo- queriendo desplazar a Moebius por
rio de la Cultura. La primera versión del Encuentro ria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación subvertirle su espacio. La situación así
se realizará de marzo a diciembre de 2010» (J. J. de y Reconciliación, editado en el 2009 por Taurus y la
Carvalho, comunicación personal, febrero 1 de 2010). Fundación Semana. construida no solo demostró la viabili-

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reseñas

dad y coherencia de la ciencia nómada contexto de las operaciones caracterís- experiencias colectivas que se desarro-
de Mucho Indio, sino que expuso al ridí- ticas de los llamados «laboratorios ana- llaron en la segunda mitad de 2008 en
culo la impostura de la ciencia colonial humanos» (más allá de la proliferación Colombia: la cátedra Manuel Ancízar y
enquistada en un discurso académico del sedicente humanismo, abiertos a las la Minga de resistencia indígena y po-
decimonónico» (410), diagnóstico que sugestiones de esta piedra, este arbusto, pular» (19), el papel que el ágil editor de
atañe también al decepcionante aporte este bicho, este rostro sin fin echándome las memorias, Paolo Vignolo, atribuye a
de Diana Taylor —añadiría a mi cuenta su aliento en la cara que me obstino a la movilización de casi todas las etnias
y riesgo— destacada promotora de la guardar como si fuera cosa mía, ojo a del país asumida como el rostro cami-
serie de Encuentros Hemisféricos por Anthony Henman hablando de plan- nante de la cátedra, es porque a lo largo
el lado de Estados Unidos, en nombre tas: «Una de las cosas que nos enseña y a lo corto de Ciudadanías en escena la
de «actos vitales de transferencia, la coca es la posibilidad de perder una «ampliación del detalle de una imagen»
transmitiendo saber social, memoria y perspectiva exclusivamente humano- (repasen las fotos de Dioscórides Pérez
sentido de identidad a través de acciones céntrica del Cosmos en que vivimos» y los grafitis de Bastardilla en el dossier
reiteradas», más preocupada por «con- —287— y ojo a Hernán Darío Correa que complementa el volumen), blow
sensuar» (sic) el significado del vocablo hablando de las aguas del Magdalena: up de cortazariana memoria, pide ser
performance que por otra cosa (29). «Pero este río joven es un río que tiene percibida también como «soplo cuesta
miedo. El estado del alma de un país arriba», no por marcar el tránsito de la
Por encima del guijarro episódico y
se puede ver y palpar en el estado del supuesta periferia al centro presunto, de
evitando el ídolo de lo sublime chama-
alma de sus ríos» —470—), operaciones Tierradentro a Bogotá, sino por señalar
ñoso construido a partir de lo que se
todavía extracurriculares que no serían la verticalidad de una justicia que en
substrae a la mirada, miremos a ver lo
transformativas sin el canto y el rezo las varas de mando de los indígenas
que habría de visible en los soplos de
que Atahualpa Yupanqui aprendió del levanta el fiel de su balanza, sin desde-
tanto sugerimiento. «Aura»: el término
Viento casi en persona: «El peso de la ñar «el caminar invisible […] el caminar
daría el toque del caso por resultar
pena. La carga del misterio. El solemne acéfalo» (319) del Profesor Moncayo, el
familiar al investigador metropolitano,
temor del hombre-niño.»5 hombre que prometió seguir encade-
inquietantemente familiar, en especial
nado hasta el fin del secuestro de su
a los convencidos de que la reproducti- De hecho si «este libro relata los en-
hijo; en armonía con «esa condición
bilidad técnica entraña una devaluación cuentros (y los desencuentros) de dos
de hallarse al socaire del viento» (223)
omnímoda de la maraña espacial y
que al aguzado oído de Carlos Páramo
temporal de distancias y proximidades,
distingue la sensibilidad exasperada de
una palabra que, ante todo —antes y entretendría con sueños, espectros y trazas anahuma- la música de frontera, la destinerrancia
después de Benjamin (lector de Marx nas, considérense los recientes comentarios de una
profesora de la universidad de Chicago en la margen del corrido, en contraste con «la postura
atento a los suburbios enigmáticos
de la foto de Karl Dauthendey al pie de la cual el au- fundamentalmente cínica» insepara-
de lo normal)— entre otras cosas ha tor de «Pequeña historia» tramó las mencionadas ob-
ble del triunfalismo vallenaturibicuo
significado y sigue significando «aire- servaciones, particularmente las páginas 341-345 del
ensayo de Miriam Bratu Hansen, «Benjamin’s Aura» (227); en sintonía con el testimonio del
cillo», flujo y reflujo, chiflón chupativo (Critical Inquiry. xxxiv, 2: 336-375), reflexiones que, integrante de la Comisión de la Verdad
susceptible de roces eficaces, sea en el no sin impulso de ventoleras casuales, podrían soplar
en el sentido de una estrecha analogía entre el reduc- y Reconciliación del Perú, Carlos Iván
ámbito de los contrapuntos fotogénicos cionismo positivista de las traducciones de Benjamin Degregori, quien afirma que «las cosas
de altísima redefinición, retroproféticos tendientes a la focalización espectacular propia de la
catolicidad mediática y los reparos que la izquierda hay que “verlas“ en sueños» (145), pala-
porque oníricos y espectrales4, sea en el convencional dirige al subcomandante Marcos por bras citadas por Miguel Rubio-Zapata al
«haber “autoexcluido” al zapatismo de la escena mexi-
cana e internacional», en gran parte a consecuencia
relacionar la antiquísima «práctica del
de «su discurso paradójico», según se vocifera, «que soñar» (143) con videos y registros foto-
4
Siempre y cuando quien se creía mero observa- a menudo divide más de lo que la humildad que ex-
dor «se siente irresistiblemente forzado a buscar en hibe dejaba traslucir» (Bernard Duterme, «Zapatistas
gráficos al servicio de la memoria singu-
la imagen la minúscula chispa del azar (das winzige pasados de moda, pero siempre vivos», en Le Monde lar y denunciando de paso la saturación
Fünkchen Zufall), de aquí y ahora, con que la reali-
dad ha abrasado su carácter de imagen, a encon-
Diplomatique-Edición Colombia, octubre de 2009, tra- mediática de lo representado (144-146);
ducción de Teresa Garufi), objeciones perfectamen-
trar el invisible lugar (die unscheinbare Stelle) en te coherentes con un soberano desconocimiento de ejercicios eólicos y talleres neumáticos
el cual, en una determinada manera de ser de ese
minuto que pasó hace ya tiempo, anida hoy el por-
aquellos escenarios sobre los que andar embozado en no siempre compatibles con el consabi-
mortaja nocturna equivale a dejarse ver y rever por
venir y tan elocuentemente (das Künftige noch heut entes insignificantes y anónimos, no por importantes do y calculado consenso comunicativo
und so beredt nistet) que, mirando hacia atrás, po- reporteros, máxime cuando el ciudadano soñante ca- que Antanas Mockus hubiera podido
dremos descubrirlo» (Benjamin, Walter. 1931/1977. mina la palabra desde Chiapas, donde «-ets’tik sig-
«Kleine Geschichte der Photographie». Gesammelte nifica “fotografiar” o “hacer eco”, simple y lógica ex-
correr el riesgo de olvidar en medio de
Schriften. vol. ii. Tomo 1, 371. Frankfurt: Suhrkamp). tensión del sentido original correspondiente a “mirar una de sus hazañas emblemáticas, esa
Al confrontar la más flamante versión de «Pequeña fijo en los ojos de alguien” [...] porque en atención al
historia de la fotografía» asequible en el ámbito his- vez en Medellín, cuando «el público es-
simbolismo onírico de los lacandones soñar la mirada
panohablante (Jorge Navarro Pérez, (trad). 2007. W. fija (entre humanos) anuncia el encuentro entre una taba como si hubiese soplado un viento»
B. Obras. vol. ii. Tomo 1, 302. Madrid: Abada.) con
un par de traducciones ya gastadas por el uso, la de
persona y un animal» (Bruce, Robert D. 1975. Lacan- (450); ni qué decir de las picadas de ojo
don Dream Symbolism. vol. i: Dream Symbolism and
Jesús Aguirre (1973. Discursos interrumpidos I, 67. Interpretation among the Lacandon Mayas of Chia- al propio, al mismísimo Aristóteles, muy
Madrid: Taurus) y, en otra área, la de Enrico Filippini pas, 115. México: Euroamericanas Klaus Thiele), cada al tanto de los efluvios que no pierden
(1966. L’opera d’arte nell’epoca della sua riprodu- vez que la raíz «way» de la palabra «wayak», «sueño»,
cibilità tecnica - Arte e società di massa, 62. Turín: compromete en lengua mayence la vertiente raizal de
de vista ni de otros sentidos quienes es-
Einaudi), tal vez no sobre del todo confirmar que los toda traducción o permuta del sostén de lo mismo, timan que la transpolítica del sueño no
cuidados de Navarro Pérez alejan definitivamente de pues «remite a la brujería (‘x-way’ o ‘Äx Way’, ‘bruja’,
la imagen de Benjamin algunos detalles susceptibles y ‘Äh Way’, ‘mago’, ‘brujo’, ‘nigromante’), mientras la
se confunde con el irenismo escapista6,
de echar más leña encantada a su hoguera: mientras raíz de ‘way-äl’ viene a ser ‘metamorfosis’ (por ejemplo,
la «individualidad» reemplaza puntualmente la peli- de gusano en mariposa, cuando no de hielo o granizo
grosa sobrexposición al «caso» o a la «contingencia» en agua —según parece consideradas como transmu-
(Zufall), no solo desaparece el nido del gárrulo porvenir tación de elementos). Eventualmente no se excluye la
6
Por lisa desertificación del pensamiento o por aco-
(no propiamente identificable con un fénix azaroso), raíz de ‘way-s-ik’, ‘crear’ (que asimismo podría ana- metida melancólica; sea en lo que concierne a los
sino que de un solo tajo queda eliminada también la lizarse como: ‘way’, ‘aquí’ + -s, sufijo causativo = entristecidos disparados en sus vendas paranocom-
singular rama en cuestión, junto con lo que el lugar ‘causar [el estar] aquí’)» (15). binatorias, orgullosos de su tino detectivesco y des-
del caso tiene de «inaparente» (Aguirre) o «invisibile» atino forcejudo, misiles casuales, dados oraculares o
(Filippini), en otras palabras: invisibilizando la invisi- 5
Yupanqui, Atahualpa. 1976. El canto del viento. Si- telepoleas contingentes, micromovimientos templados
bilidad. En cuanto a las alianzas que el efecto aurático glo Veinte Editores: Buenos Aires, 94. en «serie», «seirά», es decir también en «cuerda»,

260 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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libros

junto con Pitágoras y Alberto Magno,


uno de los «grandes caminantes» (303)
celebrados como para dejar en claro que
desconstruir no significa promocionar
la destrucción del legado occidental ni
mucho menos — cada cual trasvasando
más bien a su manera confluencias muy
distintas de la cohesión unitotalitaria,
las del senti-pensamiento del Consejo
Regional Indígena del Cauca en que
resuena la voz de Quintín Lame: «Va-
mos caminando la palabra por Colom-
bia, avanzamos para mejorar, pues la
Minga tiene mucho de profundidad y
tiene espiritualidad, hoy está unida la
Madre Naturaleza , el aire y el viento
nos acompañan»— (327).
Febrero 2 de 2010

velas y rimas factuales en «conexión», «συνειρµός»;


sea en lo que atañe a los irreflexivos consumidores
de ideas, consumidos y desgravados por la norma-

“Cartografía de la memoria IX”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 55 x 42 cm.


lidad hipertélica, cuyos tránsitos mentales «son dis-
persos por el soplo» («ἀπορρiπίζονται», de «ριπίζειν»,
«aventar», soplar sobre el fuego», aunque el traductor
prefiera «emportés comme dans un souffle»), vórti-
ces de pavesas llevadas por afinidades poco electivas
procedentes de lejanías desconocidas o contigüidades
familiares que pueden transportar tanto hacia lo obvio
como hacia lo totalmente ignoto, digresiones difusas
más allá de la coherencia coincidencial de las copias
barajadas por Demócrito, cuya teoría se propone en-
mendar el autor del De divinatione, la que por ningún
motivo habría que perseguir en este contexto, faltaría
más, mucho más, para no perder los hilos de tanta
cerbatana anemológica y respectivos virotes de al-
bur... Aristóteles, quien atribuye los lances nocturnos
del acontecer a la movilidad del aire y a las circun-
voluciones de los vapores corpóreos (véase 1953.
«Du sommeil et de la veille». Petits traités d’historie
naturelle - Texte établi et traduit par René Mugnier,
457a y 457b, 64-76. París: Les Belles Lettres), mien-
tras considera normal el sueño lúcido («Des rêves»,
461b, 77-87), entre otras reflexiones dignas de quien
pretende reflexionar alrededor y a través de una hip-
noinsurgencia que no respalde la inocuidad utópica,
en el tratado De divinatione per somnum, el quinto de
los Parva naturalia, manifiesta: «Y estos movimientos
producen una sensación en los cuerpos a causa del
sueño, porque unos pequeños movimientos internos
se perciben más intensamente cuando se duerme que
estando despierto. Por eso este estado se encuentra
entre los advenedizos («τοῖς τοχοῢσι», «chez les pre-
miers venus») y no entre los más sensatos. Durante el
día, existiría también entre los sabios, si Dios lo produ-
jera. Resulta verosímil que los advenedizos prevean, ya
que el pensamiento de tales personas no es llevado a
la reflexión, sino que, por así decirlo, es desierto y va-
cío de toda idea, y, una vez puesto en movimiento, es
conducido por aquello que lo activó. Lo que hace que
algunas personas fuera de sí prevean el porvenir, es
que los movimientos que les son propios no los per-
turban, sino son dispersos como en un soplo. […] En
cuanto a los melancólicos, a causa de la violencia de
sus sensaciones, dan fácilmente en el blanco, como si
tiraran de lejos; y a causa de su movilidad, imaginan
rápidamente lo que sigue» («De la divination dans le
sommeil» 463b, 92).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 261

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reseñas

Enrique Rodríguez Pérez (ed.)

La palabra que se entreteje en el tiempo


Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2009.

por Yesenia Escobar Espitia*

L a palabra que se entreteje en el tiempo:


Ejercicios de escritura sobre poética y fe-
nomenología del tiempo en el curso de Teoría
de la palabra y, en particular, a través de
la palabra poética, de la poesía.
Los autores de los diferentes textos plas-
de la Historia Literaria iii de la Maestría en
Estudios Literarios de la Universidad Nacio- man con aciertos (y, ¿por qué no?, con
nal de Colombia, publicado en el mes de algunos desaciertos) la conexión exis-
febrero de 2009, es un texto que recoge tente entre el ser humano y la poesía; el
la reflexión de siete estudiantes autores significado que la palabra poética tiene
sobre diferentes temáticas relacionadas como conciencia del tiempo y como
con la poética, la hermenéutica y la horizonte de la esencia del ser humano
historia literaria. mismo, a su vez producto y experiencia
de la temporalidad. Es muy importante
De acuerdo con su editor y prologuista, destacar la forma en que, para ilustrar
el profesor Enrique Rodríguez, el tra- este fenómeno, los autores, además de
bajo muestra un proceso de escritura exponer un análisis sobre las teorías
que partió de la reflexión y la discu- estudiadas, demuestran en la diserta-
sión dada en cada una de las clases del ción sobre las obras literarias de Pablo
seminario, en donde «cada una de las Montoya, Jorge Luis Borges y Rodrigo
experiencias de clase, cada discusión,
Fresán cómo el elemento del tiempo y
cada proceso de lectura y de escritura
los distintos problemas del ser humano
compartida durante el transcurso del
en su concienciación de la temporalidad
semestre tuvieron como motivación una discusión es el tiempo. ¿Qué es el tiem- quedan reflejados y encuentran pleno
publicación» (1). po?, ¿cómo darle sentido al tiempo que sentido en la palabra poética.
El texto se divide en tres capítulos: vivimos?, ¿qué es el instante?, ¿dónde
queda el tiempo del reloj? son, entre En el segundo capítulo, «Poética y
«Fenomenología del tiempo», «Poética
otras, algunas de las preguntas que temporalidad», los trabajos continúan
y temporalidad» y «Tiempo y decons-
trucción». Esto obedece a los diferentes enfocados hacia la preocupación por el
se hacen los autores y que obedecen
momentos en que se dividió el curso vínculo entre el ser y el tiempo, pero,
a la preocupación (y a la vez a la con-
para abordar el problema de la relación esta vez, centrados en la reflexión sobre
cienciación) del hombre como ser que
entre poética, hermenéutica e historia la palabra como fenómeno de la tempo-
existe y como ser histórico. Aunque no
en la teoría de la historia literaria. ralidad, como acto narrativo del tiempo
se trata de discursos homogéneos, no
Cada uno de estos capítulos consta de y como evento en sí misma. Para ello,
solo por la visión particular que cada
ensayos, reseñas y relatorías en los que se abordan autores como Paul Ricoeur,
autor imprime en su texto, sino por la
se esbozan los puntos de vista de los Hubert Dreyfus, Martin Heidegger y
diversidad de escritores abarcados, se
estudiantes autores sobre los artículos Gianni Vatimo, quienes muestran una
hallan unos puntos de encuentro en lo relevante preocupación, entre otras,
leídos, sobre el pensamiento de los
que respecta a la concepción del ser del por el sentido del ser del Dasein (del ser
escritores estudiados y sobre la discu-
ser humano como Dasein, es decir, como humano); por la esencia del habla; por la
sión conjunta en torno a los problemas
un fenómeno del tiempo que está ahí… relación entre el tiempo y la narración, y
de la teoría de la historia literaria que
surgieron en cada encuentro a partir temporalmente en medio de las cosas; por el mundo del lector como intérprete
del trabajo sobre estos textos. esas cosas que, a su vez, también están desde su condición temporal.
constituidas en el tiempo.
En el primer capítulo, «Fenomenología En una primera mirada a los textos
del tiempo», se encuentran, por ejem- Por otra parte, el ser humano que habita que componen el capítulo, pareciera
plo, cuatro ensayos, tres reseñas y tres en el tiempo, viviendo en un transcurrir no haber una conexión aparente entre
relatorías. En ellos se abordan escritores cotidiano, puede romper con la horizon- algunos de ellos, especialmente entre
como Blumemberg, Bachelard, Husserl, talidad de su trasegar y hacer conciencia aquellos que enfocan la mirada hacia
Merleau-Ponty, Lévinas, Heidegger, de su propia temporalidad y de su ser la narración y el mundo del lector. No
Sartre, Ricoeur y Borges. El eje de la histórico junto a otros. Así constituye obstante, después de una acuciosa lec-
un tiempo vertical, distinto al de las tura de los mismos, no solo se evidencia
secuencias del reloj y de la cotidianidad. la fuerte relación entre el planteamiento
*
Estudiante de la Maestría en Estudios Literarios de ¿Cómo puede entonces el ser humano de Ricoeur y los demás teóricos, sino
la Universidad Nacional de Colombia. expresar esta condición? Pues a través la complejidad del ser del Dasein y de

262 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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libros

la palabra misma, propuesta por los Por otra parte, los estudiantes autores se cuentran, al igual que las relatorías, dan
demás autores. aproximan a la discusión de la noción cuenta del concepto de deconstrucción
heideggeriana de cuidado del Dasein derridiana de la palabra misma. Se trata
Como una forma de concatenar las ideas
como el modo más propio de ser para la de encontrar su significado no en lo que
de los teóricos analizados, los autores
muerte, ya que no solo basta con proyec- ella nombra sino en lo que ella es, en lo
de los textos esbozan en sus ensayos,
tarse en el tiempo del mundo, sino que que fenomenológicamente representa,
reseñas y relatorías las interpretaciones
también es necesario cuidar del tiempo en la verdad que constituye, en lo que
que van surgiendo tras la lectura de
de la vida, ocuparse de su auténtico representa la metáfora y en lo que crea
cada uno de sus textos, alimentadas con
existir. Esta noción de cuidado la ligan como luz dentro de la caverna del len-
las discusiones dadas en el seminario.
simultáneamente con la visión del ser guaje, en el mundo sensible.
Recogen, además del pensamiento de
de Hölderlin, quien considera que, al
los escritores leídos en este momento En conclusión, es posible afirmar que
llegar la modernidad, el hombre se ha
del curso, los escolios de las lecturas este texto se constituye en un especial
alejado de lo sagrado, y entonces es él
dadas en la sección anterior, de la que referente para el estudio de la teoría
quien, como puente entre la tierra y el
se da cuenta en el primer capítulo. Es de la historia literaria desde una feno-
cielo, como poeta, debe estar al cuidado
así como, para abrir este capítulo, se menología hermenéutica dentro de un
de la vida.
encuentra el texto «De magos, lecturas proceso de formación académica, no
y realidad», de Omar Hernández, en el El tercer y último capítulo de este solo por la riqueza que se encuentra en
que se muestra la narración como un texto, denominado «Tiempo y decons- su contenido (bibliografía, análisis de
evento de tres actos: apertura, narración trucción», se centra en la disertación fuentes, autores reseñados), sino por la
y cierre; tres actos que representan a la derridiana de la escritura. Para ello, invitación a abordar los problemas de la
vez la circunstancia del Dasein (del ser se analizan textos como El fin del libro teoría de la historia literaria y por el mo-
del ser humano): nacimiento, estar ahí y el comienzo de la escritura, La retirada delo que propone para avivar la acade-
y muerte. de la metáfora y Las fuentes de Valéry de mia dentro de las distintas instituciones.
Jacques Derrida. A pesar de que es este Además, el hecho de que sea el resultado
No obstante, esta relación va más allá
el capítulo más corto y es el que aborda de ejercicios de escritura abre también
del simple hecho del nacer, del estar ahí
menos discusiones, no por ello es menos la posibilidad para que se trastoque la
y del morir. Para entender esa tripartita
complejo. En realidad, podría realizarse mirada que se ha tenido siempre del
cualidad de su ser, el Dasein encuentra
un análisis bastante concienzudo de proceso escritor como algo acabado que
en la palabra una forma de proyectarse
las interpretaciones dadas al tema de- tiene que cumplir con unos estándares
más allá de la realidad, crea una míme-
rridiano. Es posible pensar que, al ser para poder ser publicado. Si bien no se
sis o realidad configurada que lo lleva
esta perspectiva una oportunidad para trata de empezar a atestar el mercado
a trascender lo instantáneo y a dejar
la revisión y puesta en común en otros o la academia con escritos sin calidad
una marca histórica en el tiempo del
seminarios, este tercer capítulo es el que alguna, tampoco se puede desdeñar la
mundo para desbordar así el tiempo de
más puertas abiertas deja para generar opción de dejar en manos de otros esa
la vida, en palabras de Blumemberg.
la discusión. palabra leída, escrita y discutida para
En la palabra (narrada o hecha poema),
que se siga entretejiendo en el tiempo.
el ser para la muerte del Dasein se abre En general, el capítulo versa sobre la
como posibilidad al futuro a través de importancia de la escritura no como
la lectura, para que el tiempo se siga significado, sino como significante del
desplegando. significante. Las reseñas que allí se en-

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reseñas

Nicolás Poblete

Nuestros desechos
Santiago de Chile: Editorial Cuarto Propio, 2008.

por Gabriel Restrepo*

L a literatura joven chilena actual nos


sorprende por la densidad de su
exploración temática y por la búsqueda
Ahora, Nuestros desechos se desarrolla como
un relato de intimidades relevantes. Hay varios
pasados oscuros o tenebrosos, hay un país
de nuevos estilos narrativos, pero quizás impiadoso, hay cuerpos débiles y hay un
más por su extraordinaria libertad. Es futuro que no promete sino más oscuridad. La
como si tras la presión y represión de tragedia sobrevuela Nuestros desechos, pero
Pinochet una creatividad nunca atajable una literatura crepuscular como la de Poblete
por tiranuelos hallara miles de caminos cree más en las intenciones que en las certezas.
para representar de nuevo al mundo, Y este relato promete no enseñarnos nada:
aquello en lo que consiste el oficio poé- cumplir con ello es su gran mérito. Lo difícil de
tico de la literatura. Paradigmas como alcanzar es una literatura que no se arrogue la
Bolaño o Lemebel son conocidos en verdad. Esta novela habla en ese idioma. (7-8)
nuestro medio, no así otros narradores
Y, no obstante, para un sociólogo como
como Andrea Jeftanovich y Nicolás
el que escribe esta reseña —que acepte
Poblete.
el riesgo de incursionar en algunos ri-
Poblete (Santiago, 1971) nos asombra tuales chamánicos amazónicos como el
con una novela a la que no le sobra un del vermífugo yagé, y al mismo tiempo
adjetivo, como si fuera escrita con escal- se aventure a interpelar a la literatura—,
pelo: irritante como ha de ser una na- ve aquí en esta novela una verdad de a
rrativa que se respete porque mira con puño. Porque comprueba que la frase de
sorpresa e ironía nuestros más comunes San Agustín: «Nacemos entre lágrimas
lugares, y en este caso la metáfora es y excrementos» no se remite solo a la
como nunca la más apropiada. como eufemismo nuestras intimidades infancia. Nuestra civilización se fundó
y pudores para revelarnos con tremenda en el Neolítico en una violencia fuera
La novela, casi en clave de un nouveau
de medida que tajó a la especie de la
roman más fresco que el francés, co- ironía de qué modo vivimos ocultando
naturaleza y al hombre del hombre. Y
mienza, prosigue y concluye con los y ocultándonos. Sucede como si Nicolás
en ese gran tajo vivimos una vida que
desechos, desde los carros de basura hubiera leído con la mayor seriedad un
transcurre entre el eufemismo y la vio-
(«Santiago basural», 11) que desfilan en- pasaje del Ulises de Joyce en «La Gran-
lencia. Es allí donde reside como punto
tre las sombras y las sobras en el puntual deza que fue Roma»:
de partida quizás la actualidad de la
ritual nocturno de la bella ciudad, hasta
— ¿Cuál fue su civilización? Vasta, lo conce- sabiduría indígena, pues su conviven-
la comunidad de una deposición canina
do: pero vil. Cloacas: alcantarillas. Los judíos cia con la naturaleza y con su propia
y humana en cualquier parque urbano
en el desierto y sobre la cima de la montaña sociedad es más graciosa que la propia
(186). En el medio, doble nacimiento
decían: Aquí se está bien. Levantemos un de nuestros infinitos detergentes.
(Renata), mediante inseminación ar-
altar a Jehová. El romano, como el inglés
tificial, y la muerte —otro desecho—
que sigue sus pasos, aportó a cada nueva
nuestro mayor desecho, la vida-muerte.
playa donde posaba sus plantas (nunca las
No faltan el cómico deambular en pos
posó en nuestras playas), su única obsesión
de un «sopapo» (el instrumento para
cloacal. Envuelto en su toga miraba alrededor
desatorar el baño), la flora intestinal,
de él y exclamaba: aquí me parece bien.
el zorro cazando ratones, la bióloga
Construyamos una letrina. (146)
midiendo reacciones de ratas, el papel
higiénico, las hemorroides. No sé si el gran Roland Barthes leyó este
No hay, empero, procacidad en medio pasaje del irlandés, pero en una parte
de tanta procacidad aparente. Sucede de Mitologías, cuyo lugar se me escapa,
más bien como si el autor sorprendido define la civilización como una gran
y lúcido levantara el velo que cubre producción de detergentes, espumas,
velos.
Es cierto, como dice el sobrio prologuis-
* Escritor, sociólogo. Profesor de la Universidad Na- ta de la novela, Sergio Chejfec, que Ni-
cional de Colombia, sede Bogotá. colás Poblete «promete no enseñarnos
garestre@cable.net.co nada» en un pasaje que merece citarse:

264 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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lecturas recobradas

“Neptuno”. Planetas y viajeros.

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REVpalimpsesto_7_2010.indb 266
“La reina de la noche”. Pinturas. Óleo sobre lienzo. 120 x 150 cm.

16/11/2010 02:28:32 p.m.


César Vallejo*

Los artistas ante la política

E
l artista es, inevitablemente, un sujeto político. Su como determinante en primer lugar económicamente de la
neutralidad, su carencia de sensibilidad política orientación de la referencia a los consumos y, en segundo
probaría chatura espiritual, mediocridad humana, lugar, como factor psicológico capaz de encauzar la mente
inferioridad estética. Pero ¿en qué esfera deberá y la voluntad proletaria por el trayecto más corto hacia la
actuar políticamente el artista? Su campo de acción polí- consecución de lo que conviene a sus intereses de clase».
tica es múltiple: puede votar, adherirse o protestar, como Olvida Diego Rivera que el artista es un ser libérrimo y
cualquier ciudadano; capitanear un grupo de voluntades obra muy por encima de los programas políticos, sin estar
cívicas, como cualquier estadista de barrio; dirigir un fuera de la política. Olvida que el arte no es un medio de
movimiento doctrinario nacional, continental, racial o propaganda política, sino el resorte supremo de creación
universal, a lo Rolland1. De todas estas maneras puede, sin política. Hablo del arte verdadero. Cualquier versificador,
duda, militar en política el artista; pero ninguna de ellas como Maiakovski, puede defender, en buenos versos fu-
responde a los poderes de creación política, peculiares a turistas, la excelencia de la fauna soviética del mar; pero
su naturaleza y personalidad propias. La sensibilidad po- solamente un Dostoievski puede, sin encasillar el espíritu
lítica del artista se produce, de preferencia y en su máxima en ningún credo político concreto y, en consecuencia, ya
autenticidad, creando inquietudes y nebulosas políticas, anquilosado, suscitar grandes y cósmicas urgencias de
más vastas que cualquier catecismo o colección de ideas justicia humana. Cualquier versificador, como Deroulede,
expresas y, por lo mismo, limitadas, de un momento polí- puede erguirse ante la muchedumbre y gritar los gritos
tico cualquiera, y más puras que cualquier cuestionario de democráticos que quiera; pero solamente un Proust puede,
preocupaciones o ideales periódicos de política nacionalis- sin empadronar el espíritu humano en ninguna consigna
ta o universalista. El artista no ha de reducirse tampoco a política, propia ni extraña, suscitar, no ya nuevos tonos po-
orientar un voto electoral de las multitudes o a reforzar una líticos en la vida, sino nuevas cuerdas que den esos tonos.
revolución económica, sino que debe, ante todo, suscitar Diego Rivera fabrica un disco y pretende dárselo a los
una nueva sensibilidad política en el hombre, una nueva artistas de América, para que se ocupen de darle vueltas.
materia prima política en la naturaleza humana. Su acción Todo catecismo político, aun el mejor entre los mejores, es
no es didáctica, transmisora o enseñatriz de emociones o un disco, un cliché, una cosa muerta, ante la sensibilidad
ideas cívicas, ya cuajadas en el aire. Ella consiste, sobre creadora del artista. Esta acción política está bien en ma-
todo, en remover, de modo oscuro, subconsciente y casi nos segundonas de artista copiador o repetidor, pero no
animal, la anatomía política del hombre, despertando en manos de un creador. Por lo demás, bueno sería que
en él la aptitud de engendrar y aflorar a su piel nuevas se lograse descubrir la pólvora, aun dentro de la teoría de
inquietudes y emociones cívicas. El artista no se circuns- Rivera; pero la historia del arte no ofrece ningún ejemplo
cribe a cultivar nuevas vegetaciones en el terreno político, de artista que, partiendo de consignas o cuestionarios
ni a modificar geológicamente ese terreno, sino que debe políticos, propios o extraños, haya logrado realizar una
transformarlo química y naturalmente. Así lo hicieron los gran obra. Las teorías, en general, embarazan e incomodan
artistas anteriores a la Revolución Francesa y creadores de la creación.
ella; así lo han hecho los artistas anteriores a la Revolución El artista debe, antes que gritar en las calles o hacerse
Rusa y creadores de ella. La cosecha de semejante creación encarcelar, crear, dentro de un heroísmo tácito y silencioso,
política, efectuada por los artistas verdaderos, se ve y se los profundos y grandes acueductos políti­cos de la huma-
palpa solo después de siglos, y no al día siguiente, como nidad, que solo con los siglos se hacen visibles y fructifican,
acontece en la acción superficial del pseudo-artista. precisamente, en esos idearios y fenómenos sociales que
Diego Rivera cree que el pintor latinoamericano debe más tarde suenan en la boca de los hombres de acción, o
tomar como motivos y temas artísticos la naturaleza, los en la de los apóstoles y conductores de opinión, de que
hombres y las vicisitudes sociales latinoamericanos, como hablaremos más adelante.
medio político de combatir el imperialismo estético y, Si el artista renunciase a crear lo que podríamos llamar
por ende, económico de Wall Street. Diego Rivera rebaja y las nebulosas políticas en la naturaleza humana, reducién-
prostituye así el rol político del artista, convirtiéndolo en dose al rol, secundario y esporádico, de la propaganda o
el instrumento de su ideario político, en un barato medio de la propia barricada, ¿a quién le tocaría aquella gran
didáctico de propaganda económica. «Es una verdad taumaturgia del espíritu?
indiscutible —dice Rivera— el poder del factor estético

* Texto tomado de Mundial, 30 de diciembre de 1927. Reproducido en Nueva


estafeta 13: 48-79.
Hace referencia al escritor francés Roman Rolland, premio Nobel de Literatura
1.
en 1915 (N. de la revista).

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 267

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Martin Heidegger

«El poema» de Hölderlin*


Texto revisado de la conferencia para el 70° cumpleaños de toda claridad la índole propia de su poema, lo dice en la
Friedrich G. Jünger el 25 de agosto de 1968 en Amriswil. tercera estrofa de la elegía Pan y vino, que dedica a su amigo
poeta Heinze, al que apela:

H
ablar sobre el poema querría decir: desde lo alto, y
¡Ven pues! para que miremos a lo Abierto,
por tanto desde fuera, averiguar qué es el poema.
para que busquemos algo propio, por distante que esté.
¿Con qué derecho, con qué conocimiento po-
dría ocurrir eso? Faltan ambas cosas. Por tanto, sería arro- ... a cada cual también se le asigna algo propio,
gancia querer hablar sobre el poema. Pero ¿qué hacer si no? ahí va y viene cada cual hacia donde puede.
Más bien así: que nos dejemos decir por el poema en (StA ii, 91, vv. 41 y ss.)
qué consiste su peculiaridad, en qué descansa.
Lo propio de su poema no lo ha inventado el poeta.
Para percibirlo de un modo suficiente, debemos estar
Le ha sido asignado. Se acomoda a su determinación y
fami­liarizados con el poema. Pero verdaderamente fami-
sigue la vo­cación. Hölderlin la nombra en una variante
liarizado con el poema y el poetizar solo lo está el poeta.
del mismo canto.
El modo apro­piado al poema de hablar de él solo puede
En la obra poética de Hölderlin y su transmisión en
ser el decir poético. En él, el poeta no habla ni sobre el
ma­nuscritos hay una situación especial con las variantes.
poema ni del poema. Poe­tiza lo peculiar del poema. Pero
Las pa­labras y giros que no se aceptan en el poema ter-
eso solo lo logra cuando poetiza a partir de la disposición
minado contienen a veces bruscas y profundas miradas
de su poema y poetiza única­mente esa misma.
penetrantes en lo peculiar de su poema. El modo de leer
Un poeta extraño, si es que no misterioso. Existe: se
de los versos 45/46 de Pan y vino dice:
llama Hölderlin.
Solo que él —así parece— nunca está tan cerca de no- ¡Antes del tiempo! es vocación de los cantores sagrados y
sotros que nos alcance su palabra, que nos haya alcanzado, así también
que sea­mos nosotros los alcanzados — y lo sigamos siendo. sirven y transforman adelantándose a un gran destino. (StA
En la poesía de Hölderlin experimentamos poética- ii, 597)
mente el poema. «El poema» — esa palabra revela ahora
«¡Antes del tiempo!». ¿Antes de qué tiempo dicen su
su ambigüedad. «El poema» puede significar: el poema en
pala­bra los poetas vocados a ello? ¿Qué es ese gran destino?
general, el concepto de poema, válido para toda la litera-
Hölderlin habla del tiempo en referencia al cual el poeta
tura universal. Pero «el poema» puede significar también:
habla antes de tiempo, en el cántico Mnemosyne:
el poema excepcional, marcado por el hecho de que él sólo
nos afecta por destino, porque él nos poetiza a nosotros Largo es / el tiempo. (StA ii, 193, vv. 16 y s.)
mismos el destino en que es­tamos, lo sepamos o no, tanto
Qué largo entonces, preguntamos. Tan largo, que llega
si estamos dispuestos a aceptar un destino en él como si no.
in­cluso más allá de nuestra presente época sin dioses.
Que Hölderlin poetiza al poeta y su determinación, y
Corres­pondiendo a ese largo tiempo, debe también estar
por tanto lo peculiar del poema, lo suyo propio, lo mues-
mucho antes —aguardando hacia mucho más allá— la
tran títu­los de poemas como Vocación de poeta, Ánimo de
palabra antes de tiempo del poeta. Debe poetizar la venida
poeta, y estos poemas mismos en sus diversas versiones.
de los dioses pre­sentes.
Además, el pensar poético de Hölderlin trata también
Pero ¿debe entonces advertir todavía lo que está
de la poesía en forma de artículos y esbozos: Sobre el modo
«presen­te»? «Advenimiento» no quiere decir aquí: haber
de pro­ceder del espíritu poético, Sobre la diferencia de los modos
llegado ya, sino el acontecer del advenimiento temprano.
de poetizar, Sobre las partes del poema (StA iv, 241 y ss.)1; y
Los que así ad-vienen se muestran en un peculiar acerca-
más ampliamente aún por la comprensión poética, en sus tra­
miento. En ese venir están a su manera en presencia del
ducciones de las Tragedias de Sófocles, en las Observaciones
poeta: los que advienen son dioses presentes, en presencia.
sobre el Edipo, en las Observaciones sobre Antígona (StA v,
Los dioses presentes que lo son porque advienen así, claro
193 y ss., 263 y ss.).
que no son los dioses huidos que regresan, los dioses de
Solo que esos Artículos sobre... y Observaciones sobre... re-
la antigua Grecia, aunque también estos permanecen
posan en la experiencia poética de su poema y su determi­
presentes a su manera para Hölderlin, en cuanto que son
nación que constantemente se pone a prueba.
los huidos, y afectan al poeta. El comienzo de la segunda
Que Hölderlin, por razón de su manera de ser, fácil-
estrofa del himno Germania dice así:
mente destructible y a menudo replegada en sí, sabe con
¡Dioses huidos!, también vosotros, oh presentes, entonces
* más verdaderos, ¡vosotros tuvisteis vuestro tiempo!
Traducción de José María Valverde, tomada de la edición de las Interpretaciones
sobre la poesía de Hölderlin realizada por la Editorial Ariel en Barcelona (1983). (StA ii, 149)
1
Las referencias remiten a la edición alemana de las Obras completas de Hölder-
lin utilizada por Heidegger, la Stuttgarter Ausgabe (StA).

268 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 268 16/11/2010 02:28:33 p.m.


Martin Heidegger

Los presentes antaño más verdaderos no han pasado, El primero de los siete versos da la respuesta, que
no se han extinguido, sino que solo se han apartado. El abarca todo lo sucesivo:
adveni­miento de los dioses presentes no significa, por «Porque están tan cerca los dioses presentes».
tanto, de nin­g ún modo el regreso de los antiguos dioses. Es extraño, se pensaría, si los dioses presentes están
Del advenimiento que Hölderlin percibe poéticamente, tan cerca del poeta, entonces el nombrar sus nombres
habla más claramente otra variante de la elegía Pan y vino: surgiría por sí mismo y no requeriría de ninguna apelación
especial al poeta. Sin embargo, el «tan cerca» no significa
Larga y difícil es la palabra de ese advenimiento pero
«suficientemente cerca» sino «demasiado cerca». El himno
blanco es (esto es, luminoso) el instante. Servidores de los
Patmos empieza:
celes­tiales son
«Cerca está y difícil de captar el dios». El «y» significa
pero, sabedores de la tierra, su paso es contra el abismo de
«y por eso». El dios está demasiado cerca para que sea
los hombres. (StA II, 603, vv. 19 y ss.)
fácil de captar. La misma palabra que «cerca» [nahe] se
Si pudiéramos interpretar bien este texto, nos ofre- manifiesta en «exacto» [genau]. El antiguo genau significa:
cería una ayuda para percibir lo peculiar del poema aproximán­dose. En el mismo himno Patmos leemos estos
que Hölderlin se aprestó a poetizar. Pero este texto ofrece versos difíciles de entender:
para la meditación a que ahora nos atrevemos dificultades
Amaba el portador de tempestades la sencillez
demasiado grandes; por tanto, elegimos otra palabra del
del discípulo y veía al hombre atento
poeta.
el rostro del dios exactamente [genau] ... (StA ii, 167, vv.
Inmediatamente nos sale esa palabra, con toda la den-
78 y ss.)
sidad poética de su articulación, al encuentro de nuestra
pregunta por el poema de Hölderlin. Las palabras del poe- Demasiado cerca, acercándose demasiado, están los
ta a continua­ción comentadas son también una variante, dioses que advienen en la dirección hacia el poeta, en
y precisamente de su gran cántico El archipiélago (StA ii, presencia de él. Patentemente, ese venir dura mucho
111, vv. 261-268). tiempo, por eso es aún más opresivo y por tanto más difícil
Son siete versos. Los publicó por primera vez Friedrich de decir que la presencia completa. Pues también esta no
Beissner en 1951 en la segunda mitad del segundo tomo la puede percibir el hombre inmediatamente recibiendo
de la edición hölderliniana de Stuttgart. El texto dice así: así el bien otorgado. Por eso se dice al final de la quinta
estrofa de Pan y vino:
Pero porque están tan cerca los dioses presentes
debo estar yo como si estuvieran lejos, y oscuro en las Así es el hombre, si está ahí el bien, y le provee de dones
nubes un dios mismo para él, él no lo conoce ni ve.
debe estarme su nombre; solo que, antes que la mañana Llevarlo debe por adelantado; pero entonces nombra a su
se me ilumine, antes que la vida arda al mediodía, más querido,
me los nombro yo en silencio, para que el poeta tenga entonces, entonces deben surgir para ello palabras, como
su haber, pero cuando desciende la luz celeste flores. (StA ii, 92-93, vv. 87 y ss.)
me gusta pensar en la del pasado, y digo: ¡florece sin em-
Hasta que se ha encontrado la palabra y ha florecido,
bargo! (StA ii, 646)
es preciso sustentar lo difícil y pesado. Este difícil lleva el
Tan pronto como Hölderlin tiene «lo suyo» está firme- decir poético a la necesidad. Obliga. Viene de la «esfera del
mente en la determinación que le corresponde, es el poeta dios». El elemento de lo divino es lo sagrado. Por eso dice
de su poe­ma. Preguntamos por la peculiaridad de este. Hölderlin en el cántico A la fuente del Danubio:
Ha de percibirse cuando nos metamos en las siguientes
Te nombramos, movidos por sagrada necesidad, te nom-
preguntas:
bramos
¿Qué es «lo suyo» para el poeta? ¿Qué es lo propio
¡oh Naturaleza!, y nuevo, como del baño surge
que le ha correspondido? ¿Hacia dónde le obliga a ir su
de ti lo divinamente nacido. (StA ii, 128, vv. 89 y ss.)
necesidad? ¿De dónde viene esa necesidad? ¿De qué modo
obliga? «Movidos por sagrada necesidad» — esas palabras solo
las oímos una vez en este lugar dentro de toda la obra
Pero porque están tan cerca los dioses presentes
poética de Hölderlin. Expresa la exigencia dominante por
debo estar yo como si estuvieran lejos, y oscuro en las
todas partes en ella sin expresarse y bajo la cual está su
nubes
poetizar. Esas pala­bras significan para nosotros el «debe»
debe estarme su nombre ...
que obliga al poeta «para que tenga su / haber».
Oímos dos veces «deber». Una, al comienzo del segun- ¿Hacia dónde se encuentra el poeta obligado?
do verso, otra al comienzo del tercero. «Debo» se refiere a la
Pero porque están tan cerca los dioses presentes
relación del poeta con la presencia de los dioses presentes.
debo estar yo como si estuvieran lejos, y oscuro en las
El otro «debe» se refiere al modo de los nombres con los
nubes
que el poeta nombra a los dioses presentes. En qué medida
debe estarme su nombre; sólo ...
el uno y el otro «deber» se corresponden mutuamente y
...
afectan a lo mismo, esto es, el poetizar, se echará de ver
me los nombro yo en silencio ...
en cuanto se haga más claro a qué modo de poetizar debe
ajustarse el poeta. El poeta se ve «obligado» a un decir que «solamente»
Pero antes preguntamos: ¿De dónde viene esa obliga- es un nombrar en silencio.
ción? ¿Por qué ese mandato de dos vertientes? El nombre en que habla ese nombrar debe ser oscuro.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 269

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lecturas recobraDAs

El lugar desde el que debe nombrar el poeta a los dioses «Antes» es una determinación temporal, y precisamen-
debe ser de tal modo que los que han de ser nombrados en te del tiempo que se temporaliza solo por advenimiento y
la presencia de su venida le estén lejanos, y así precisamen- cercanía, por huida y elusión de los dioses.
te sigan siendo los que vienen. Para que esa lejanía se abra El nombrar por sagrada obligación debe acontecer antes
como lejanía, debe el poeta retrotraerse de la cercanía de que empiece el verdadero advenimiento en la mañana del
los dioses que le apremia y «nombrarles solo en silencio». día de los dioses y llegue a su plenitud en el mediodía,
¿De qué índole es tal nombrar? ¿Qué significa en cuando arde el fuego en el cielo. En ese tiempo aparece
general «nombrar»? ¿Consiste el «nombrar» en que algo «El dios envuelto en acero». Así dice Hölderlin en la es-
sea dotado de un nombre? ¿Y cómo llega eso a tener un trofa final del Himno al Rhin (StA ii, 148, vv. 210 y ss.). En
nombre? el esbozo para una poesía posterior (StA ii, 249, vv. 6 y ss.)
El nombre dice cómo se llama algo, cómo suele llamarse habla del «acero de fuego del hogar con calor de vida». (El
algo. El nombrar está remitido a un nombre. Y el nombre acero produce chispas y queda así referido al fuego). «El
re­sulta del nombrar. Con esa explicación damos vueltas dios envuelto en acero» significa: el dios envuelto en el
en un círculo. fuego del cielo, o en nubes. El fuego celeste que ciega los
El verbo «nombrar» deriva el sustantivo «nombre», ojos no es menos velador que la oscuridad de las nubes.
nomen, ônoma. En él se esconde la raíz «gno», gnsiς, esto La determinación temporal «antes» significa ese «antes
es, cono­cimiento. El nombre da a conocer. Quien tiene un del tiempo» al que los poetas están lanzados por delante
nombre, es conocido de lejos. Nombrar es un decir, esto es, con su decir nombrador. «Sólo ... / me los nombro yo en
mostrar que abre como qué y cómo ha de percibirse algo y silen­cio» — el «me» podría referirse al Yo de la persona
mantenerse en su presencia. El nombrar desvela, patentiza. de Hölderlin, si no siguieran, excluyéndolo directamente,
Nombrar es el indicar que deja percibir. Pero si esto ha de estas pala­bras en el mismo verso:
ocurrir de tal modo que se aleje de la cercanía de lo que se
... para que el poeta tenga / su haber ...
ha de nombrar, entonces tal decir de lo lejano se convierte
en decir en la lejanía para llamar. Pero si lo que hay que «Me», es decir, al poeta le están asignados los dioses
llamar está dema­siado cerca, su nombre debe ser «oscuro» pre­sentes, los que se acercan desde lejos, como los que
para que lo llamado permanezca preservado en su lejanía. hay que nombrar en la llamada. Su presencia demasiado
El nombre debe velar. El nombrar es al mismo tiempo un cercana le obliga a retrotraer su decir nombrador al lugar
ocultar en cuanto llamada desveladora. ya citado de la lejanía.
La palabra «Naturaleza» que acabamos de oír es el ¿Qué le aguarda allí? Hölderlin lo dice en el comienzo
nombre verdaderamente oscuro, velador y desvelador, en de su último gran himno Mnemosyne, que surgió en el
la poesía de Hölderlin. Si precisamente el nombrar está año 1800:
«divinamente obli­gado», entonces los nombres en que ella Y mucho
llama, deben ser nom­bres sagrados. como en los hombros
En la estrofa conclusiva de la elegía Retorno a la patria, una carga de leños
que surgió poco después del regreso de Hölderlin desde ha de mantenerse. (StA ii, 197, vv. 5 y ss.)
Suiza —el poeta había residido allí sólo unos pocos meses
como pre­ceptor doméstico en Hauptwil, cercana aquí a La lejanía del dios que se acerca relega a los poetas en
nosotros— se dice: la dirección hacia ese lugar de su existencia donde se le
hunde y desaparece a esta el suelo, el fundamento susten-
Callar debemos a menudo: faltan nombres sagrados ... tador. La ausencia de ese fundamento es lo que Hölderlin
(StA ii, 99, v. 101) llama el «abis­mo». En la citada variante de la elegía Pan
Callar; ¿significa esto solamente no decir, permanecer y vino que em­pieza «Larga y difícil es la palabra de ese
mu­dos? ¿O solo puede verdaderamente callar quien tiene advenimiento», dice Hölderlin de los «servidores de los
algo que decir? En este caso callaría en suprema medida celestiales», esto es, de los poetas:
quien fuera capaz de dejar aparecer lo no dicho en su decir Su paso va contra el abismo / de los hombres.
y precisamente únicamente mediante este, y precisamente «Contra» significa: en dirección hacia el abismo.
en cuanto tal.
Hölderlin confiesa: Al poeta le está asignado durar tenazmente en el decir
de la palabra del advenimiento: «para que tenga su / ha-
... solo que, antes que la mañana ber». El acento no está puesto solo en la palabra «lo suyo»,
se me ilumine, antes que la vida arda al mediodía «su haber», sino igual y aún más en el «haber», palabra que
me los nombro yo en silencio ... está destacada en el comienzo de la siguiente línea. Se trata
¿Va a significar esto que el poeta se guarde meramente de llevar a ple­nitud el auténtico haber de lo propio. Se trata
para sí lo que hay que nombrar y no deje resonar nada de de «mantener la carga». Se trata de prevalecer y durar en
eso ante los demás hombres? Si así ocurriera, entonces se la necesidad del decir nombrador del advenimiento. Se
habría hecho infiel a su vocación poética. trata de llevar «en si­lencio» ese nombrar.
El poeta se nombra «en silencio» «los dioses presentes». Pero lo suyo no le pertenece tampoco al poeta como
«En silencio» significa: acallado, llegado al reposo, a ese una posesión que se haya ganado él mismo. Lo suyo con-
reposo en que reposa el ajustarse a lo asignado, en cuan- siste más bien en que el poeta pertenezca a aquello para
to que corres­ponde a la sagrada obligación y con ello se lo que se le necesita. Pues el decir del poeta está tomado,
contenta. En el cán­tico de Hölderlin Fiesta de la paz vuelve indicando, velando al desvelar, en su uso de dejar aparecer
a hablar una vez y otra la palabra «en silencio». el advenimiento de los dioses, que necesitan la palabra
El nombrar silencioso ocurre «antes que la mañana / se del poeta para su apari­ción, para que empiecen a ser ellos
me ilumine, antes que la vida arda al mediodía». mismos en su aparecer.

270 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Martin Heidegger

En la octava estrofa del himno El Rhin se dice: condición poé­tica. Para pensar esa experiencia conforme
a la realidad, para preguntar por el dominio en que se
Pues como
desarrolla, todavía no se ha puesto a la altura debida el
los más bienaventurados nada sienten por si mismos,
es preciso, si está permitido decir
pensamiento hasta ahora.
tal cosa, en los nombres de los, dioses El poema, el poema de Hölderlin reúne el poetizar
tomando parte, que sienta Otro, como el nombrar, por sagrada obligación, necesitado por
el que necesitan ellos ... (StA ii, 145, vv. 109 y ss.) los celestia­les, de los dioses presentes en ese decir articula-
do que, desde que lo ha dicho Hölderlin, habla en nuestra
Y en el canto surgido un año antes (en torno a 1800) El lengua, tanto si se lo oye como si no.
ar­chipiélago dice Hölderlin: La oda titulada Animación, acabada por el poeta a
Siempre necesitan, como los héroes la corona, los consa- comien­zos del año 1801, empieza con una llamada: «¡Eco
grados elementos, para gloria, el corazón de los hombres del cielo!». Ese eco es el poema de Hölderlin.
que sienten. (StA ii, 104, vv. 60 y ss.)
Pero porque están tan cerca los dioses presentes
Gloria y glorificación han de pensarse aquí en el senti- debo estar yo como si estuvieran lejos, y oscuro en las
do pindárico y griego, como «dejar aparecer». El que siente nubes
por delante del corazón de los hombres que sienten es el debe estarme su nombre, solo que, antes que la mañana
poeta. Es el Otro, el necesitado y usado por los dioses. se me ilumine, antes que la vida arda al mediodía
Con esa palabra arriesgada tímidamente sobre la ne- me los nombro yo en silencio, para que el poeta tenga
cesidad de los dioses y el correspondiente ser necesitado su haber, pero cuando desciende la luz celeste
del poeta, Hölderlin reposa en la experiencia básica de su me gusta pensar en la del pasado y digo: ¡florece sin embargo!

"Tríptico de los rapsodas o de la poesía". El umbral del paraíso. Grabado en metal. 70 x 100 cm.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 271

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“Sueño”. Planetas y viajeros.

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sobre las ilustraciones

“Plutón”. Planetas y viajeros.

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“Lectura nocturna”. 1982. Grabado en metal. 70 x 50 cm.

Ramón Vanegas: Licenciado en Bellas Artes de la Universidad de Bogotá Jorge


Tadeo Lozano (Bogotá, Colombia, 1978). En 1969 asistió a un curso de literatura
contemporánea en la Universidad de Pittsburgh (Pennsylvania, EE. UU) dirigido
por Octavio Paz. En 1980 estudió fotograbado y técnicas a color del grabado en
metal en el estudio Camnitzer, dirigido por Luis Camnitzer y Swietlan Kraczyna
(Lucca, Italia). En 1985 fue becado para estudiar litografía y fotolitografía artística
en la Universidad de Costa Rica, estudios dirigidos por Anthony Gorny (Creagraf-
OEA). Obtuvo el título de magíster en Artes Plásticas y Visuales en la Universidad
Nacional de Colombia en el 2003 con su tesis El paisaje ausente en fotografía.
Ramón Vanegas ha sido profesor en prestigiosas universidades de Bogotá y en su
propio taller. Actualmente es profesor asociado de la Escuela de Artes Plásticas de la
Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. Ha realizado numerosas exposiciones
individuales y ha participado en exposiciones colectivas en el país y en el exterior.

274 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Germán Rubiano y Ramón Vanegas

Notas a propósito de
la obra de Ramón Vanegas

El dibujo en Colombia*
Germán Rubiano

Durante su extensa carrera, en la que ha realizado numerosas exposiciones indi-


viduales y colectivas, Ramón Vanegas —1950— se ha distinguido por poseer una
iconografía particular: en su obra se han visto desde desnudos masculinos hasta
mapas, pasando por escenas teatrales, paisajes nocturnos, elementos naturales,
objetos cotidianos, patrones decorativos e innumerables citas de la historia del arte
de cualquier tiempo y de cualquier parte del mundo. Pintor, grabador y dibujante,
el artista ha presentado estos temas y varios más de una manera especial, más
cerca del naturalismo que de la figuración distorsionada, pero siempre tratando
hacer que las imágenes tengan más de una lectura y aparezcan envueltas en poesía.
Los primeros dibujos conocidos de Vanegas datan de 1978, año en que expuso
individualmente en la Biblioteca Luis Ángel Arango. En esa muestra presentó un
conjunto de figuras indígenas en diferentes actitudes y expresiones, acompañadas
de paisajes, objetos precolombinos y marcas de pintaderas prehispánicas. Aunque
el punto de partida de los personajes era la fotografía, Vanegas no hizo hiperrea-
lismo; las representaciones tenían imprecisiones y, sobre todo, daban cuenta de
una aproximación emocional muy difícil de encontrar en el realismo fotográfico.
Vinieron luego dibujos de diversos temas, entre los que se destacaron los desnudos
femeninos. Todos estos trabajos fueron realizados con medios secos: grafito, pastel
y carboncillo. Excepcionalmente incluyó algo de acuarela.

Cosmogonía**
Germán Rubiano

En primer lugar hay que destacar la independencia artística de Ramón Vanegas.


Pintor, grabador y dibujante, Vanegas ha presentado variados temas de una manera
muy especial, más cerca del realismo que de la figuración distorsionada, pero siem-
pre tratando que las imágenes tengan más de una lectura y aparezcan envueltas
en poesía, es decir, en forma «huidiza e indefinible» para recordar a Octavio Paz.
Viajero, lector —especialmente de poesía—, amigo del teatro y del cine, el mundo
de Vanegas es rico y variado. El artista no solo se inspira en motivos de sus múltiples
intereses, sino que fácilmente los entrevera. En sus obras hay claras referencias al
pasado, al presente y también es frecuente la intemporalidad. Respecto del espa-
cio existe la misma diversidad; puede ser limitado o específico, puede ser neutro
o aludir al infinito. Es evidente que Vanegas no quiere restringirse jamás a lo

* Tomado de Rubiano, Germán. 1997. De Vásquez de Arce y Ceballos a los artistas de hoy. Bogotá: Planeta.
** Tomado del catálogo de la exposición «Ramón vanegas. Dibujos. Centro colombo-americano». Bogotá, septiembre-
octubre de 1995.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 275

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sobre las ilustraciones

objetivo. Y tampoco desea que su trabajo sea exclusivamente de su mundo interior.


Constantemente oscila entre lo externo y lo privado, entre lo real y lo vivencial.
Esta exposición está constituida por un conjunto de sanguinas realizadas en 1993.
De dimensiones afines, estos trabajos tienen unidad cromática, formal y conceptual.
Pese a la variedad de rojizos combinados con el blanco y los varios tratamientos
del dibujo que van de las líneas a las manchas, salta a la vista que las obras tienen
una misma matización, que resultan igualmente entonadas. A esta homogeneidad
de color se suma el parecido de las formas, de los temas y de los contenidos. La
mayoría de las sanguinas tienen una enorme libertad espacial y las representacio-
nes parecen collages de imágenes dispuestas sobre un escenario abierto que, casi
siempre, puede asociarse con cartas astronómicas, con detalles de constelaciones.
Los temas provienen de muy diversas culturas. Aunque sin duda hay un marcado
predominio griego, no faltan las referencias precolombinas —una figura maya de
un templo de Copán, un símbolo de la muerte de Teotihuacán, dibujos terrestres de
la cultura nazca, etc.—, ni las orientales, egipcias, medievales y modernas —desde
un romano de El rapto de las sabinas de Jacques-Louis David, hasta un Minotauro de
Picasso, pasando por Paulina Borghese de Canova y la barca de El pobre pescador de
Puvis de Chavannes—. Los contenidos, por su parte, remiten a la historia del arte
y a la historia de la cultura y, de manera específica, a los símbolos y a las metáforas
que surgen de aquí y allá. Lo que el artista recolecta, organiza y presenta en un viaje
libérrimo por los reinos de las creencias y de las concepciones del mundo que han
llegado hasta nosotros en una extraordinaria mescolanza. Todo dispuesto sobre un
mapa cósmico que invita a pensar en lo infinito y, al mismo tiempo, en lo relativo
y perecedero de lo concebido por el hombre.

Recreaciones. Versiones colombianas de la historia del arte*


Germán Rubiano

El género de las recreaciones artísticas es muy abundante en las artes plásticas.


Baste recordar cuatro exposiciones sobre el tema: la primera muestra se llamó «Art
about art» (Arte en torno del arte), realizada en el museo Whitney de Nueva York
en 1978, en la que se presentaron recreaciones artísticas en trabajos de muchos
artistas norteamericanos de los últimos años. Sus organizadores, Jean Lipman y
Richard Marshall, destacaron la franqueza de las citas históricas que, muchas ve-
ces, empujan a los espectadores al descubrimiento de los orígenes de las obras, así
como la actividad ambivalente de estas realizaciones en las que, generalmente, se
mezclan la admiración y la irreverencia. Según los curadores, esta vertiente llena
de ejemplos muy interesantes, en los más variados estilos y procedimientos, puede
deberse a la conciencia de plena independencia de sus modelos seculares europeos
que ha logrado el arte norteamericano y al deseo de volver a mirar el arte del viejo
continente para reinterpretarlo de acuerdo con la experiencia contemporánea de
Estados Unidos. Si los artistas pop —a fines de los cincuenta y a comienzos de
los sesenta— desmitificaron las obras maestras de la historia del arte (como ya
lo había hecho Duchamp muchos años atrás) para reforzar la confianza de los
norteamericanos en sus propias posibilidades artísticas, los hiperrealistas, a fines
de los setenta, intentaron recrear las pinturas famosas en forma exacta, aunque
dentro de circunstancias temáticas e incluso maneras diferentes. Algo en común
entre los artistas pop y los hiperrealistas en su deseo de enfatizar que trabajan
con reproducciones y no con originales. De allí que en los cuadros algunas veces
aparezcan los bordes blancos de las reproducciones y los colores sean un poco más
planos. Por esta misma razón, a muchos artistas les interesa conocer a fondo los
procedimientos de la impresión fotográfica en las reproducciones para tratar de
aplicarlos en sus propias realizaciones pictóricas.

* Tomado del folleto de la exposición del mismo nombre llevada a cabo en el Centro colombo-americano. Bogotá,
septiembre de 1997.

276 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Germán Rubiano y Ramón Vanegas

“Somos viajeros en el tiempo”. Pinturas. 1995. Óleo y collage sobre lienzo. 180 x 140 cm.

Cartografía de la memoria*
Germán Rubiano

«Cartografía de la memoria» es el nombre de esta muestra de Ramón Vanegas


constituida por veinticuatro grabados —que integran un libro-maleta— realizados
en un complejo proceso que utiliza muchas técnicas actuales de multiplicación de
las imágenes.

* Tomado del folleto de la exposición homónima llevada a cabo en el Centro colombo-americano. Bogotá, noviembre
de 1999.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 277

REVpalimpsesto_7_2010.indb 277 16/11/2010 02:28:41 p.m.


sobre las ilustraciones

Sobre mapas digitales colombianos el artista ha instalado un variadísimo surtido


de imágenes de muy diversas culturas.
A partir de Colombia, pero en el cosmos, Vanegas presenta numerosas obras de arte
y algunos símbolos entreverados con elementos tomados de periódicos, revistas
y mass media en general. Su propósito es crear un universo fuera del tiempo en el
que cohabiten diferentes creencias, pensamientos y concepciones de la realidad.
El resultado es afortunado no solo por la imaginativa relación de las innumerables
figuras, sino por el tratamiento técnico de los colores y de la reproducción de las
imágenes. Además, porque logra expresarse con verdadero cosmopolitismo en
una época en la que el planeta es una aldea y en la que no existen barreras en las
comunicaciones.
El artista espera que cada espectador haga su propia lectura, emprenda su propio
viaje y tome conciencia con Margaritte Yourcenar de que «todo viene de más lejos
y va más lejos que nosotros. Dicho de otro modo, todo nos rebasa y uno se siente
humilde y maravillado de haber sido así rebasado y atravesado».
La presencia poderosa de Colombia y Latinoamérica demuestra que Ramón Vane-
gas —quien ha querido que estos grabados se exhiban acompañados de música del
grupo «Dead Can Dance» y de Lisa Gerard— comparte la idea de Carlos Fuentes de
que « […] nos hemos dado cuenta de que nuestra cultura es multirracial: indígena,
europea, negra y sobre todo mestiza, mulata. Nos hemos sentido herederos de una
policultura con raíces en la América precolombina, el África negra, y una Europa
de rostro múltiple […]».

“Tríptico”. 1986. Grabado en metal. 50 x 70 cm.

278 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Germán Rubiano y Ramón Vanegas

“Nocturno”. Fotolitografía en color.


Sobre cartografía de la memoria
Ramón Vanegas

Este trabajo es una investigación en las técnicas actuales de los medios masivos
e industriales de la multiplicación de la imagen buscando una conciencia de mi
territorialidad y un sentido de lo sagrado, en el campo de la memoria. Es un con-
junto de veinticuatro obras gráficas en donde aflora nuestro mestizaje cultural. En
estas composiciones se ve claramente el sincretismo de nuestras ideas y principios
estéticos, derivados de nuestros antepasados precolombinos, la cultura occidental
con base en la griega y, desde tiempos más recientes, las culturas orientales.
La utilización de los mapas en mi obra se inició con un largo viaje realizado en 1994.
Allí usaba los mapas para saber dónde me encontraba, y esta experiencia despertó
mi interés por estos instrumentos, su información y características. El hecho de
que estuvieran impresos en papel me permitía integrarlos en mis pinturas como
collage. Son también un contrapunto entre un espacio universal y lo planetario, y
entre la posibilidad de utilizar lenguajes masivos y personales.
En mi labor de profesor de dibujo y grabado —y como admirador de la utilización
del lenguaje fotográfico de muchos artistas pop como Rauschenberg y Warhol—
comencé a utilizar la transferencia de fotocopias como un medio para la realización
creativa que nos permitía acercarnos a cualquier imagen proveniente de la Historia
del arte o de los mass media y utilizarla en un nuevo contexto. Observé que, en ge-
neral, la transferencia era utilizada siempre monocroma y con muy poca calidad
de imagen. Me interesó la investigación y el mejoramiento de esta técnica, porque,
conceptualmente, en mi trabajo se presenta como una oportunidad para enriquecer
y expresar mis ideas de creación.
Encontré mapas de las regiones colombianas que tenían cualidades y calidades
que buscaba: eran mapas digitales producidos con la última tecnología de satélite,
con solución de relieve y color sobrios y controlados, además de tener los primeros
nombres utilizados en la cartografía del suelo colombiano en el siglo xvi. Nombres
sonoros que nos relacionan directamente con los indígenas, primeros habitantes
y creadores en estos suelos.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 279

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sobre las ilustraciones

“Cartografía de la memoria XXI”. Cartografía de la memoria. Impresión láser digital. 55 x 42 cms


Utilicé una fotocopiadora en blanco y negro Minolta 5400 que me dio la calidad
de limpieza y posibilidades de ampliación y reducción de la imagen. Con las
fotocopias realicé una primera etapa, aplicándoles disolventes a las imágenes y
transfiriéndolas por medio de una prensa de grabado, sobre los mapas. Algunos
fueron intervenidos con color y dibujo. Una vez terminada la elaboración de estas
imágenes me interesaba la posibilidad de la serialidad, cualidad que han tenido
siempre el grabado y las técnicas de estampación.
Investigué entonces la fotocopia en color láser digital. Los plóters Canon ci 700 y
Docucolor 40 de Xerox me dieron la posibilidad de copiar la imagen con el efecto
espejo, reduciéndola o ampliándola, permitiendo que al transferir la composición
y el texto imprimieran correctamente. Un punto muy interesante en este proceso
es la opción de la manipulación del color, las dimensiones y la carga de tinta; este
procedimiento logró hacer que la imagen fuera lo más cercana a mis propósitos.
Deseaba que la imagen final estuviera impresa en papel de grabado, y, después de
ensayar disolventes y su orden de aplicación, logré transferirla con el tórculo a un
papel Magnani de 310 gramos.
En el nivel de las ideas intervienen figuras, símbolos y elementos, muchos de ellos
provenientes de la Historia del arte, la ciencia y la cultura, como también informa-
ción visual cotidiana de libros, periódicos, revistas y mass media en general. Todo
esto se compone en el espacio relacionándose con mitos, momentos de conexiones
y revelaciones poéticas personales. Son también imágenes con una lectura abierta
al espectador, que evocan un recorrido por una tradición plástica y vivencial en
donde conviven relaciones a nivel estético, conceptual, histórico y espiritual. Con
esta experiencia logro también expresarme como un ser planetario, como lo somos
casi todos los nacidos en los últimos cincuenta años, cuando han desaparecido todas
las barreras en las comunicaciones lo que nos permite asumir nuestras vivencias
no solamente como seres locales, sino como pobladores del universo.

280 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 280 16/11/2010 02:28:48 p.m.


Germán Rubiano y Ramón Vanegas

.“Variaciones”. 1987. Grabado en metal. 70 x 100 cm.


“Variación I”. Grabado en metal. 70 x 100 cm.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 281

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sobre las ilustraciones

“La promesa”. Pinturas. 1996. Óleo y collage sobre lienzo. 112 x 142 cm.
Pinturas*
Hace un decenio Ramón Vanegas viene trabajando como dibujante —las sangui-
nas de la serie Cosmogonía— como grabador —las fotolitografías y las impresiones
digitales reunidas en el conjunto Cartografía de la memoria— y como pintor —la
producción reciente que se presenta ahora en esta exposición—. Es es una obra
que, según sus propias palabras, «relaciona espacios atmosféricos y cósmicos con
geografías ensambladas de mapas reales» para crear un gran escenario que sirve de
fondo o se confunde con numerosas representaciones de las más diversas culturas
y de muy distintas épocas de la historia.
El artista propone en estos óleos con collage un viaje libérrimo por el tiempo y el
espacio que evidentemente destaca el rico acervo de pensamientos y creencias que
ha concebido la mente del hombre. Para este periplo presidido por la teoría de la
relatividad y una especie de sincretismo ideológico, Ramón Vanegas instala como
mojones emblemáticos diferentes figuras relacionadas con las culturas precolom-
binas, el pueblo de Vikingo, Egipto, Grecia, el arte occidental moderno, etc.
Estos cuadros realizados entre 1995 y 2000 se distinguen por el dibujo minucioso de
las imágenes, el cromatismo bien entonado del espacio —fondo, primeros planos,
planos intermedios— y las composiciones balanceadas en las que en la mayoría
de los casos hay muchos elementos y un sinnúmero de contrastes. Son composi-
ciones en las que, además, de acuerdo con el análisis del propio artista, abundan
el movimiento y la fragmentación para sugerir así que «cada obra es parte de un
todo amplísimo».
Los trabajos de Ramón Vanegas, ahora Maestro en Artes Plásticas y Visuales, se
han caracterizado por el afán de presentar una iconografía en la que se ponen de
relieve los valores de la cultura y se hace hincapié en su permanencia aleccionadora.
Las pinturas de esta exposición así lo corroboran.

* Tomado del catálogo de la exposición «Ramón Vanegas. Pinturas». Mauricio Ruiz Galería. Bogotá, septiembre-
octubre de 2003.

282 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

REVpalimpsesto_7_2010.indb 282 16/11/2010 02:28:52 p.m.


Germán Rubiano y Ramón Vanegas

“Sin título”. Pinturas. 1996. Óleo y collage sobre lienzo. 120 x 140 cm.

palimyHstos - PALIMPSESTVS - PALIMPSESTO 283

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sobre las ilustraciones

“Himeneo”. Cosmogonía. 1993. Sanguina sobre papel. 100 x 70 cm.

284 FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

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Dos piezas electroacústicas
basadas en dos poemas de
José Celestino Mutis* 1*

Las piezas «Poema de Mutis con ocasión de remitir a don José Antonio Flórez, hijo del
Exmo. Sr. Virrey de este Reyno, cuatro problemas de álgebra» y «Dar nuevo nombre a los
montes» fueron compuestas por los músicos Rodrigo Restrepo Pabón y Mauricio Bejarano,
respectivamente a partir de los dos poemas homónimos de José Celestino Mutis aparecidos
en el número 6 de la Revista Palimpsestvs traducidos del latín al español. El audio de estas
composiciones está disponible en http://www.humanas.unal.edu.co/cms.php?id=1512

* Rodrigo Restrepo Pabón (Bogotá, 1979). Músico de la Universidad de los Andes, fue ganador del concurso de composición electroacústica del Ministerio de Cultura.
Es estudiante de Maestría de CalArts. Fue elegido por esta Academia para representarla en conciertos en todas las Universidades de California en el 2010. Mauricio
Bejarano es profesor del Conservatorio de Música de la Universidad Nacional de Colombia. Es investigador y creador de música electroacústica y arte sonoro. Ha es-
tudiado composición electroacústica en el Groupe de Recherches Musicales, GRM, en París. Premios: 4° Concurso Internacional de composición de música acusmática
Noroit 95, Francia; 1° Salón del Juguete, Bogotá 96; Beca Nacional de Creación en Arte Sonoro, Ministerio de Cultura 96, Premio Nacional de Composición, Ministerio
de Cultura, 03 y Premio en Arte Sonoro, convocatoria Madrid Abierto 2007. En 1998 funda «Murciélago», museo sonoro dedicado a la investigación, colección, con-
servación, creación y diseño de objetos y paisajes sonoros.

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"Ofrenda". El umbral del paraíso. Grabado en metal. 100 x 70 cm.

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PAL I MPS E STVS , n ú m . 7,
«Letras, pensamiento y sociedad»,
ha sido editada por la Facultad
de Ciencias Humanas de la
Universidad Nacional de Colombia,
sede Bogotá. Fue ilustrada con
pinturas, grabados y collages del
maestro Ramón Vanegas. El texto
principal, compuesto de 288 páginas
se armó en caracteres Palatino, las
acotaciones, resúmenes y títulos
en News Goth. En la carátula
aparece “El palomar”, pintura de
Ramón Vanegas. La selección de
ilustraciones y curaduría general
estuvo a cargo de Ramón Vanegas.
El cuidado de textos estuvo a cargo
de Nicolás Rojas, Sonia Rodríguez,
Francisco Thaine y Ana Cecilia
Calle, y la diagramación de Isabel
Sandoval. La puesta en carátula y
acabado final se terminó en Bogotá
d.c., en la Ciudad Universitaria en
e l m e s d e o c t u b r e d e 2 010 .

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“Cosmos”. Planetas y viajeros.

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