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(Testimonios sobre esta cuestión: S. AUG., Retract— 1,26,16; S. POSSID., Indic. 10,7)
Respuesta: Lo que se conoce a sí mismo, se comprende a sí mismo. Ahora bien, lo que
se comprende a sí mismo es finito para sí mismo. Pero el entendimiento se conoce a sí
mismo, luego es finito para sí mismo. Tampoco desea ser infinito, aunque pueda
(desearlo), porque él quiere ser conocido para sí mismo, ya que él se ama a sí mismo.
CUESTIÓN 16
Sobre el Hijo de Dios
(Testimonios sobre esta cuestión: S. AUG., Retract. 1,26,21; S. POSSID., Indic. 10,9;
EUGIPP., Exc. Aug. 1034)
Respuesta: Dios no está en un lugar. En realidad, lo que está en algún lugar es
contenido por él, lo que es contenido por un lugar es cuerpo. Y Dios no es cuerpo. Por
tanto, no está en un lugar. Con todo, porque es, y no está en un lugar, todas las cosas
están en Él, más bien que Él en un lugar, y no obstante tampoco están en Él de modo
que Él sea un lugar. Realmente, el lugar en el espacio es lo que está ocupado por la
longitud, latitud y altura del cuerpo, y Dios no es algo semejante. En consecuencia,
todas las cosas están en Él y Él no es un lugar.
Sin embargo, se dice abusivamente lugar de Dios al templo de Dios, no porque Él esté
contenido allí, sino porque está presente en Él. Y esto de nada mejor se entiende que
del alma pura.
CUESTIÓN 21
¿No es Dios el autor del mal?
Respuesta: «Saboread las cosas de arriba»6. Se nos manda saborear las cosas de
arriba, es decir, las cosas espirituales; lo cual no debe entenderse que están por encima
de los lugares y partes de este mundo, sino en razón de su excelencia, para que no
fijemos nuestro corazón en parte alguna de este mundo, puesto que debemos
despojarnos del mundo entero. El arriba y el abajo está en las partes del mundo. En
efecto, ni siquiera el universo tiene arriba ni abajo, pues es corpóreo, porque todo lo
visible es corpóreo, y nada hay en el cuerpo universal arriba y abajo. Realmente, aun
cuando el movimiento que llamamos rectilíneo, a saber, el que no es circular, parece
resolverse en seis direcciones: adelante y atrás, a derecha e izquierda, arriba y abajo,
no hay ninguna razón en absoluto de por qué el cuerpo entero tenga nada adelante y
atrás, ni derecha e izquierda, y sí arriba y abajo. Pero quienes lo consideran
atentamente quedan sorprendidos, porque es difícil oponerse a los sentidos y a la
costumbre. Por ejemplo, no nos es tan fácil la orientación del cuerpo que se hace
cuando alguno quiere moverse cabeza abajo, como no es fácil hacerlo de derecha a
izquierda y de adelante hacia atrás. Por lo cual, dejando de lado las palabras, el propio
corazón debe procurar consigo mismo poder distinguir esta cuestión.
CUESTIÓN 30
Si todas las cosas han sido creadas para la utilidad del hombre