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Para citar este art�culo: Rosario, Jimmy, 2006, "TIC: Su uso como Herramienta para el
Fortalecimiento y el Desarrollo de la Educaci�n Virtual". Disponible en el ARCHIVO del
Observatorio para la CiberSociedad en
http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=221
INTRODUCCI�N / RESUMEN
Evoluci�n de da Educaci�n
La segunda fue la aparici�n de las escuelas, donde aparece la figura del maestro.
Y la cuarta, se presenta con la participaci�n de las nuevas tecnolog�as. Hoy en d�a las actuales
tecnolog�as han cambiando al aparecer nuevos soportes, el soporte magn�tico y el soporte
�ptico de la informaci�n. La informaci�n ahora es digitalizada. Se pasa entonces del l�piz y el
papel al teclado y la pantalla.
Hoy, el computador pasa de ser una sofisticada y veloz m�quina de calcular, a ser una m�quina
para comunicarse y transmitir conocimientos; ya que nos permite transmitir informaci�n a
trav�s de textos, y ya hoy el proceso de transmisi�n de informaci�n est� en el �mbito del
entorno multimedia, en donde el sonido, la voz, el texto y la capacidad de trabajar conjuntamente
a distancia son una realidad.
Estamos ante una revoluci�n tecnol�gica; asistimos a una difusi�n planetaria de las
computadoras y las telecomunicaciones. Estas nuevas tecnolog�as plantean nuevos paradigmas,
revolucionan el mundo de la escuela y la ense�anza superior.
La educaci�n es parte integrante de las nuevas tecnolog�as y eso es tan as� que un n�mero
cada vez mayor de universidades en todo el mundo est� exigiendo la alfabetizaci�n electr�nica
como uno de los requisitos en sus ex�menes de acceso y de graduaci�n, por considerar que es
un objetivo esencial preparar a los futuros profesionales para la era digital en los centros de
trabajo.
La mayor�a de las instituciones de educaci�n superior cuentan, en mayor o menor medida, con
equipos inform�ticos que posibilitan el acceso a Internet de los alumnos. As�, los universitarios,
incluso aquellos que por problemas econ�micos no cuentan con computadores en sus hogares,
pueden acceder a un mundo que antes era exclusivo de las clases pudientes, teniendo la
oportunidad de visitar museos y accediendo a conocimientos disponibles gratuitamente. Es en
este sentido, que el papel del profesor universitario es fundamental: Cuanto m�s se inculque en
los universitarios la posibilidad de utilizar las nuevas tecnolog�as, m�s amplio ser� el mundo
que obra para ellos y las oportunidades que tengan de encontrar trabajo.
Caracter�sticas
Inmaterialidad
Instantaneidad
Aplicaciones Multimedia
Educaci�n Virtual
La educaci�n virtual como la educaci�n del siglo XXI, tiene los siguientes principios:
Caracter�sticas
Es oportuno para datos, textos, gr�ficos, sonido, voz e im�genes mediante la programaci�n
peri�dica de tele clases.
Es actual, porque permite conocer las �ltimas novedades a trav�s de Internet y sistemas de
informaci�n.
Todos los alumnos tienen acceso a la ense�anza, no vi�ndose perjudicados aquellos que no
pueden acudir peri�dicamente a clases por motivos de trabajo, la distancia...
Permite a la universidad ofertar formaci�n a las empresas sin los a�adidos que suponen los
desplazamientos, alojamientos y dietas de sus trabajadores.
Permite ampliar su oferta de formaci�n a aquellas personas o trabajadores que no pueden
acceder a las clases pres�nciales.
Mejora el desempe�o del docente, por cuanto parte del tiempo que antes se dedicaba a la clase,
se invertir� en un mejor dise�o curricular e investigaci�n.
Aspectos Negativos
Falta de programas en cantidad y calidad en lengua castellana, aunque existan muchos en lengua
inglesa.
A los estudiantes les gustan m�s las clases cuando reciben ayuda de las computadoras.
Desarrollan m�s actitudes positivas hacia las computadoras cuando reciben ayuda de ellas en el
estudio.
TICs en la Educaci�n
Limitaciones
Falta de capacitaci�n a los educadores para que puedan aplicar de manera adecuada en la
pr�ctica docente los cambios que implica la tecnolog�a en los medios educativos y los recursos
a los que los estudiantes tienen acceso.
Falta de motivaci�n de los educadores por su propia formaci�n y actualizaci�n, ya que esta no
le representa incentivos y/o oportunidades adicionales.
Necesidades
Financieras
Especializar fondos del presupuesto nacional y ley de gastos p�blicos para la ampliaci�n de la
infraestructura existente y la capacitaci�n de los docentes a escala nacional.
Metodol�gicas
Capacitar, sensibilizar y actualizar a los docentes en el uso adecuado de las TICs en el ejercicio
docente.
Desarrollar contenidos locales, regionales y nacionales en l�nea y formato digital como una
manera de optimizar los recursos disponibles y de fortalecer la red.
Adecuar la oferta curricular para que se enfoque bajo competencias laborales en los que el recurso
tecnol�gico sea vertebral y que posibilite la aplicaci�n de mecanismos de
articulaci�n/vinculaci�n para la homologaci�n curricular entre los diferentes subsistemas de
educaci�n tecnol�gica y formaci�n profesional del pa�s.
Log�sticas
Definir y aplicar una estrategia nacional, regional y local para un adecuado monitoreo y una
correcta evaluaci�n de impacto de las TICs en el sistema educativo y c�mo esto impacta la
competitividad y el desarrollo sostenible del pa�s.
Capacitaci�n de todos los docentes de las distintas �reas para integrar la tecnolog�a en la
ense�anza.
Conclusi�n
A medida de conclusi�n podemos decir que con el uso de las TICs en la educaci�n se puede
lograr despertar el inter�s en los estudiantes y profesores por la investigaci�n cient�fica y
posibilitar el mejoramiento de las habilidades creativas, la imaginaci�n, habilidades
comunicativas y colaborativas pudiendo acceder a mayor cantidad de informaci�n y
proporcionando los medios para un mejor desarrollo integral de los individuos.
Tambi�n podemos agregar que el uso de las TICs en la educaci�n, se est� convirtiendo en una
realidad que obliga a los sistemas educativos a tomar posiciones ante la misma.
Bibliograf�a
Villegas, J. Jos�. S�ntesis diacr�nica del sistema tutorial de la uned. Revista interamericana de
Desarrollo Educativo. Num. 105 OEA 1989.Washington, E.U.
CIE (2001) Conferencia Internacional de Educaci�n �La educaci�n para todo, para aprender a
vivir juntos�, Ginebra 5-8 septiembre 2001, 5-8 de septiembre 2001
Bibliograf�a Web
http://www.ugr.es/~sevimeco/revistaeticanet/numero4/Articulos/Formateados/ELIMPACTO.pdf
http://www.cedib.org/redoc/modules.php?op=modload&name=News&file=article&sid=16
http://wwwn.mec.es/cide/espanol/publicaciones/investigacion/estudios/inv2004tic/03.pdf
(http://web.usal.es/~anagv/arti1.htm)
Impacto de las tecnologías de la información y las comunicaciones en la educación y nuevos
paradigmas del enfoque educativo
Impact of the information andc ommunication technologies in education and new paradigms in
the educational approach
Vicente Prieto DíazI; Ileana Quiñones La RosaII; Giselle Ramírez DuránIII; Zoe Fuentes GilIV; Tahimí
Labrada PavónV; Orlando Pérez HechavarríaIII; Melba Montero ValdésVI
ABSTRACT
The information and communication technologies (ICTs) have become significant elements
inherent to the development in all spheres of life. Education is not beyond these realities because
this field embraces an unlimited universe of possibilities as learning resources to be likely
extended to a higher number of users at different scenarios, in order to socialize knowledge. Our
country has been consistent with the imperative demand for the development and
implementation of ICTs, which cover all the educational levels and become very important in the
universalization of the higher education. The functions of these technologies in education are at
the same time their fundamental impacts such as source of information, communication channel,
cognitive and processing instrument, among others. The afore-mentioned imposes new roles on
the leading players of the formative process and brings new challenges for the future professionals
and the formation institutions since the latter will have to deal with technical matters, specialized
formation, information protection and other aspects derived from the ICT expansion. In the field
of health care, the use of ICTs has strengthened and dimensioned since the emergence and
development of the Telematic Network for Health in Cuba, known as INFOMED. These
technologies allow introducing new paradigms in the medical education like student-centered
education, self-learning and knowledge management, which have changed the historical role of
the professors. The ICTs have facilitated the creation of pedagogic model-based virtual educational
spaces that can assure learning by using innovative strategies.
INTRODUCCIÓN
De esta forma, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC's) se han constituido en
uno de los recursos más importantes de la sociedad, trayendo como consecuencia una explosión
exponencial en la transmisión e intercambio de datos, información y conocimientos, a los cuales se
puede acceder sin tener en cuenta barreras geográficas o limitaciones del tiempo, transformando
elementos fundamentales que condicionan la comunicación tales como el espacio y el tiempo, a lo
que se adiciona la capacidad de interacción en el proceso de comunicación. Es por ello que en los
últimos años casi todos los países del mundo han establecido e implementado proyectos, políticas
y estrategias para promover el uso de las TIC's y aprovechar los beneficios y los aportes que estas
ofrecen.
Las TIC´s se han introducido en los más disímiles campos, entre ellos, la enseñanza, donde han
determinado la aparición de nuevos roles para las instituciones educativas, los docentes y los
estudiantes, así como en el desarrollo de materiales de apoyo al proceso de enseñanza-
aprendizaje.2
De esta forma, se hace necesario un replanteamiento de las prácticas de enseñanza, con especial
énfasis en el alumno como centro del proceso, sin desestimar la importancia del docente, que
conduce a un aprendizaje más amplio, en una multiplicidad de nuevos escenarios.3
DESARROLLO
Nuestro país, a pesar de todas las dificultades económicas que enfrentamos no se ha quedado
atrás en cuanto a la implementación y desarrollo de las TIC's dada la voluntad política de nuestro
gobierno. Ejemplo de ello lo es el uso de las mismas en todos los niveles de enseñanza.
La creación del Ministerio para la Informática y las Comunicaciones ha sido una estrategia vital
para el desarrollo de las TIC's en Cuba. La Universidad de Ciencias Informáticas, así como las
MiniUCI, que hoy encontramos en las diferentes provincias, tienen como objetivo fundamental la
formación de recursos humanos en este campo.
La velocidad con que avanza la ciencia impulsa a profesores y educandos, durante el proceso de
enseñanza-aprendizaje, a la búsqueda incesante de información para crear nuevos conocimientos
e introducirlos en la práctica social, además de compartirlos. Para ello se precisa del uso eficiente
de las TIC's como recursos educativos que favorecen la creatividad e independencia de los
estudiantes, incrementa el papel orientador del profesor o tutor, a la vez que obliga al estudiante
a conocer el manejo de la tecnología y utilizarla en la búsqueda de su propio conocimiento.
Algunos autores plantean respecto al impacto de las TIC's en la educación los siguientes
elementos:5
5. Instrumento para la gestión, ya que automatizan diversos trabajos de la gestión de los centros:
secretaría, acción tutorial, asistencias, bibliotecas.
Instituciones de formación
- Asegurar acceso a los recursos de más alta calidad a los estudiantes y facultades.
- Proporcionar a los estudiantes de las habilidades necesarias para su aprendizaje y para la vida.
- Obtener fondos para nuevas tecnologías y construir infraestructuras para dar soporte a todo lo
anterior.
En nuestro sector de la salud, el uso de las TIC's se ha fortalecido y dimensionado a partir del
surgimiento y desarrollo de la Red Telemática de Salud en Cuba, INFOMED, a través de la cual se
brindan servicios de información, se han creado espacios para el aprendizaje a distancia y las
comunicaciones, entre otros.
La utilización de las TIC's en la Educación Médica han introducido es este campo nuevos
paradigmas educativos, como son la educación centrada en el estudiante, el autoaprendizaje y la
gestión del conocimiento, han modificado también el papel histórico de los profesores, pues en
estos momentos con el uso de las TIC's, se convierten en facilitador, modulador y moderador del
proceso.
Las TIC's han propiciado la creación de espacios educativos virtuales que basados en un modelo
pedagógico pueden garantizar el aprendizaje de los estudiantes utilizándose innovadoras
estrategias. Pueden elevar el nivel de motivación en los estudiantes, su capacidad de búsqueda de
soluciones a los problemas propuestos. Las TIC's por sí solas no logran dar respuestas a las
necesidades de los diferentes modelos educativos, tienen que estar contempladas en un modelo
pedagógico bien diseñado donde cada uno de los componentes que interviene en el proceso
enseñanza- aprendizaje tengan bien identificados y establecidos sus roles. Los componentes son:
el estudiante, el profesor, los contenidos educativos (objetivos, contenido, métodos, medios y
evaluación) y el modelo tecnológico a utilizar.7,8
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
3. Valdés MC, de Armas N, Darín SB, Abreu M, Castro A. Una herramienta TIC estratégica para el
crecimiento profesional en la sociedad del conocimiento: La formación transversal curricular de
competencias comunicativas. Revista Electrónica de Tecnología Educativa (EDUTEC). 2008;26.
Disponible en URL: http://edutec.rediris.es/
4. Álvarez Valiente IB, Fuentes González HC. Didáctica del proceso de formación de los
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http://revistas.mes.edu.cu/pedagogia.universitaria/articulos/2005/3
8. Rodríguez MI. Las TIC: ¿Nuevo modelo de comunicación educativa? El caso del grupo IF-26 del
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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
- Fonseca JJ, Mestre U. El nuevo rol del profesor-tutor, la de orientador. Disponible en URL:
http://innovacion.ciget.lastunas.cu/index.php/innovacion/article/view/111/105
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MsC. Vicente I. Prieto Díaz. Instituto Nacional de Higiene Epidemiología y Microbiología. Calle
Infanta y Línea del Ferrocarril. La Habana. Cuba. Correo electrónico: viprietod@infomed.sld.cu
Contribuciones y controversias que genera el uso de las TIC en la
educación superior: un estudio de caso
Carmen Ricoy, Jennifer Fernández
Resumen
Palabras clave
Resumen
Este trabajo comparte la experiencia del uso de la tecnología educativa en un curso universitario
del área de Informática, analizando retrospectivamente cómo ha influido en el desempeño
académico de los estudiantes. Los resultados muestran que el empleo de la tecnología ha
mejorado el rendimiento escolar aunque no de manera significativa, y se confirma que el perfil
académico de un alumno es determinante del desempeño en el curso. Los hallazgos indican que el
desempeño es más predecible para los hombres y los alumnos con mejor perfil académico. El
modelo de análisis y los resultados, aunque específicos para el caso, pueden ser útiles en la
reflexión de cómo las tecnologías de la información y la comunicación están transformando los
procesos educativos de nuestro mundo.
Abstract
This study shares the experience of using educational technology in a university course in
computer science, analyzing in retrospect the way such technology has influenced students'
academic performance. The results show that the use of technology has improved scholastic
achievement although not in a significant manner. The study confirms that students' academic
profile is a determining factor in their performance during the course. The findings indicate that
performance is more predictable for the males and for students with a better academic profile.
The model of analysis and the results, although specific for the case, can be useful in reflections on
the way information and communication technologies are transforming our world's educational
processes.
Problema de investigación
El comienzo del uso de la tecnología en los procesos educativos puede ubicarse en los años
setenta, cuando los medios audiovisuales tuvieron mayor disponibilidad en algunas instituciones
educativas, como un mecanismo de estímulo en la cátedra tradicional del profesor. La exposición
de imágenes con proyectores de diapositivas o acetatos, y más adelante con la televisión y
grabaciones en video, representó la oportunidad para el docente de enriquecer su práctica con
elementos complementarios y motivadores para el alumno. Paralelamente, el desarrollo de las
telecomunicaciones permitió que la radio y la televisión vía satélite fueran medios para llevar a
distancias remotas la educación. Sin embargo, como menciona Brunner (2000), estas tecnologías
no alteraron de fondo la forma de enseñar y aprender. Es realmente al finalizar el siglo XX cuando
el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), a través de las
computadoras y los dispositivos móviles que están al alcance de cada vez más población, junto con
la red de Internet, que el panorama comienza a cambiar dramáticamente. En la medida en que la
tecnología se ha vuelto más interactiva, ha pasado de ser una herramienta de apoyo didáctico
para convertirse en catalizadora de nuevas prácticas en nuevos entornos de aprendizaje. Como lo
menciona Vidales (2005), las evidencias encontradas respecto del uso de las nuevas TIC en la
educación indican que son interactivas, flexibles, entretenidas y capaces de transferir información
amplia e instantánea, pero aún no logran transformar el aula, y no parecen estar en condiciones
de resolver los grandes problemas de la educación en los países subdesarrollados.
Marco teórico
Las TIC han tenido su origen en los mismos ambientes universitarios y, por lo mismo, han sido los
más naturales para utilizarlas, independientemente de que su uso se ha extendido a todos los
niveles educativos y a diversas áreas del quehacer humano.
Quizás el desarrollo más conocido y estudiado de las TIC en el contexto universitario sea el de la
educación a distancia. Peón, Anaya y Olguín (2000) comentan que inicialmente el uso de las
telecomunicaciones y las super–carreteras de la información se asociaban más con la educación no
convencional (como la modalidad a distancia), sin embargo la aplicación de estos medios en la
forma tradicional es cada vez más común. Además, los nuevos ambientes de aprendizaje basados
en TIC ofrecen una forma diferente de organizar la enseñanza y el aprendizaje presencial, creando
una situación educativa centrada en el alumno, que fomenta su propio aprendizaje y desarrolla un
pensamiento crítico y creativo.
Benvenuto (2003) menciona que una actividad de relativa simpleza que evidencia la aplicación de
las TIC es el uso de las páginas web, tanto para asignaturas como para páginas de profesores. Éstas
apoyan e integran las TIC a una clase tradicional, generando un nuevo canal de comunicación con
sus estudiantes, formando redes de colaboración entre grupos de alumnos, transportando la
asignatura y el aula tradicional al lugar y en el momento que los estudiantes lo requieran. En el
estudio realizado por Benvenuto, en Chile, la evaluación que hacen los estudiantes del aporte que
hace la página web en su rendimiento académico es significativa, ya que 67% señala que la de sus
cursos es una contribución a mejorar su rendimiento.
Por otro lado, Peón, Anaya y Olguín (2000) hacen referencia a la incorporación de salones
multimedia en las universidades. Un salón multimedia lo interpretan como el espacio físico en el
que hay acceso a dos o más medios como la televisión, la computadora, el audio o el texto para
propósitos educativos. Remarcan que estas aulas sin una computadora ni un puerto para
conectarse a Internet están incompletas. Finalmente, enfatizan la importancia de incorporar este
tipo de salones con raciocinio y planeación estratégica, para mejorar la calidad y la oferta
educativas.
McAnally–Salas, Navarro y Rodríguez (2006) analizan el impacto de las TIC en las instituciones de
educación superior en México y generan una propuesta para hacer más eficientes los espacios
físicos de las aulas. Su visión es crítica respecto de la forma en que estas tecnologías se han
incorporado en las universidades. Por un lado, mencionan que se han hecho cuantiosas
inversiones en infraestructura tecnológica y, por otro, que el proceso de su integración a la
dinámica de enseñanza–aprendizaje ha experimentado un avance casi nulo en la mayoría de los
casos. Esta realidad de prácticas tradicionales en ambientes de alta tecnología —mencionan los
autores— levanta la paradoja de que el desarrollo tecnológico no ha ido a la par de nuestro
avance pedagógico. Adicionalmente remarcan que la incorporación de las TIC en el aula, por la
manera en que trabajan los docentes universitarios, son más producto de la improvisación que de
un proceso conciente y crítico. Su propuesta se basa en el análisis del tipo de contenidos que se
exponen en un curso e indica que los estudiantes pueden obtener los contenidos explícitos fuera
del aula con apoyo de las TIC en su propio horario y conveniencia, dejando el tiempo en el salón
de clases para la interacción cara a cara, personalizada y grupal, esencial para adquirir el
conocimiento tácito. Los resultados de su estudio indican que es posible aumentar hasta en 60% la
capacidad de aulas y en 120% la atención a los estudiantes, dejando claro el potencial que tienen
las TIC estratégicamente utilizadas para atender las demandas de espacios en muchas
universidades.
Desempeño académico
González Lomelí (2002), haciendo referencia a diversos autores, enfatiza que el desempeño
académico es uno de los indicadores de excelencia que más se utilizan para la medición de la
calidad educativa. Remarca que es posible diferenciar el aprovechamiento del desempeño
académico, observando así dos tipos de definiciones: las que conjugan ambos conceptos como
uno solo y las que lo distinguen.
Para el caso del primer tipo de definición, Chain y Ramírez (1996:76, en González Lomelí, 2002)
especifican que "el desempeño académico es el grado de conocimientos que a través de la escuela
reconoce el sistema educativo que posee un individuo y que se expresa por medio de la
calificación asignada por el profesor". Asimismo, amplían la definición de rendimiento como "el
promedio de calificaciones obtenidas por el alumno en las asignaturas en las cuales ha presentado
exámenes".
Bajo el segundo enfoque de definición, González Lomelí (2002) menciona que el aprovechamiento
está siempre contextualizado en el aula y lo contrasta con el desempeño académico al ubicarlo en
el proceso educativo global, en donde se mezclan interacciones institucionales, pedagógicas,
psicológicas y sociales.
El caso de estudio de Kruck y Lending (2003) sobre alumnos universitarios del área de sistemas de
información, consideró algunos factores cuantitativos y el de la motivación de los alumnos,
obteniendo resultados que indican que el promedio de calificaciones acumulado en el bachillerato
es el factor que más influye en el desempeño académico de estos alumnos.
Los estudios sobre el impacto de las TIC en el desempeño académico son escasos y variados en
enfoque y contexto. López de la Madrid (2007) comenta que en los últimos 10 años la bibliografía
generada en torno al uso de estas tecnologías en la educación superior ha rebasado la posibilidad
de análisis y discusión, pero enfatiza que son pocos los análisis que presentan datos empíricos, la
mayoría se quedan en una base teórica intangible y, a veces, poco aplicable. Por otro lado, gran
parte de los trabajos en este contexto han sido focalizados en el uso de las TIC bajo ambientes
virtuales o de educación a distancia. Ibáñez (2004) menciona que hay muy pocos estudios
experimentales que aborden objetivamente su impacto en el aula, solicitando trabajos sin sesgos
oportunistas sobre el tema de la mejora de la calidad educativa a través de estas tecnologías.
Ramírez (2001, en Organista y Backhoff, 2002) indica que sólo 10% de las investigaciones
realizadas en México sobre este tema hasta 2002 hablan del uso de la computadora en el salón de
clases y la actitud positiva que han tenido los alumnos ante la presencia de las TIC, enfatizando
que son pocas las que miden el impacto en el rendimiento escolar. Por otro lado, Álvarez, Cardona
y Padilla (2002), al hacer una recopilación de las investigaciones hechas en México respecto de
educación apoyada por TIC, encuentra que sólo 27% de estos trabajos están relacionados con el
uso de las computadoras en la educación y señalan el carácter descriptivo o exploratorio de la
mayoría.
Metodología
El estudio que se describe fue ex post–facto o retrospectivo, pues se realizó después de que los
hechos ocurrieron, recolectando sus evidencias. Se trató de un trabajo con un enfoque
cuantitativo y de tipo descriptivo y correlacional. A su vez, fue un diseño de investigación no
experimental, pues se consideraron datos de una muestra que no fue planeada deliberadamente
para ello, su enfoque fue longitudinal de tendencia o evolutivo, ya que se analizaron los cambios
que han tenido las variables de investigación a través del tiempo. Por la naturaleza descriptiva de
este estudio no es posible generalizar los resultados; se basa en un caso con condiciones
particulares y, por lo tanto, los resultados que se obtienen son propios del mismo.
El curso estudiado corresponde a una misma materia llamada Lenguajes de programación, que ha
sido impartida por el investigador en la universidad privada en que labora. Los alumnos que la han
cursado, únicamente son estudiantes de la carrera de Ingeniería en tecnologías computacionales,
en su quinto o sexto semestres de manera regular. Se ha considerado una ventana de tiempo de
13 semestres (de enero de 2002 a mayo de 2008), dado que es el periodo en el que se han
incorporado más elementos tecnológicos. El total de alumnos participantes en la muestra fue de
629. La cantidad promedio de estudiantes en un grupo durante los 13 semestres analizados fue de
48.38. La edad no fue significativamente dispersa, fluctuó alrededor de los 19–20 años, por lo que
no se distinguió esta característica en el estudio. En los grupos, predominaron los varones, patrón
que es consecuencia del perfil mismo de la carrera y su percepción en la comunidad.
Las variables principales para este estudio son: el desempeño académico de los alumnos
(dependiente) y las herramientas tecnológicas que se han utilizado en el curso (independiente). La
calificación final (CF) del alumno en el curso fue la medida de su desempeño académico durante el
mismo. La CF es un valor numérico entre 1 y 100, donde 70 es el mínimo aprobatorio; considera
tanto las evaluaciones formales del curso, como el trabajo que el alumno desarrolla a través del
semestre. La política de evaluación para conformar la calificación final del curso ha permanecido
constante a través de los semestres, lo que permitió comparar congruentemente los resultados de
cada uno. Sin embargo, los elementos que conforman cada rubro de la evaluación han variado a
través del tiempo conforme se han incorporado herramientas tecnológicas en la impartición del
curso.
Por otro lado, el análisis se apoyó también en el desempeño académico del alumno previo al
curso. Para medir esta característica se usó el promedio de calificaciones finales (PCF) de las
materias ya cursadas. Asimismo, se diseñó el perfil académico del estudiante, considerando el PCF
y la cantidad de materias reprobadas; cuyas categorías fueron:
• Alumnos con perfil académico bueno (PAB) si tienen un PCF mayor o igual a 85 y a lo más han
reprobado dos cursos.
• Alumnos con perfil académico deficiente (PAD) si tienen un PCF menor a 70 o si han reprobado 8
o más cursos.
• Alumnos con perfil académico regular (PAR) si son alumnos que no son PAB o PAD.
En cuanto a las herramientas tecnológicas utilizadas en el curso, se partió del año 2002, cuando ya
estaba incorporado el uso de una plataforma tecnológica. La infraestructura de los salones ha
contado con la proyección de la imagen de la computadora del profesor, exponiendo con apoyos
visuales tanto informativos como prácticos. A partir de 2005, los alumnos acuden a las sesiones de
clase con su propia computadora portátil. Con esta facilidad ponen en práctica inmediatamente
los conceptos que se estudian, provocando un proceso de aprendizaje activo.
En 2008 inició el uso de una herramienta que conecta en forma natural los equipos de los
estudiantes a una red interna, a través de la cual el docente puede ver las pantallas de ellos y
proyectar, si lo desea, cualquiera de éstas. De esta manera, el trabajo individual de los alumnos se
comparte, se revisa y se enriquece con los comentarios inmediatos y directos tanto del profesor
como de los compañeros.
Asimismo, se modificó el sistema de evaluación con exámenes en los que se aprovechan las
facilidades del propio sistema para generar pruebas aleatorias y autocalificables y se utiliza la
propia computadora del alumno en exámenes prácticos en los que se demuestra el desarrollo de
las competencias de programación. Esta plataforma permitió generar exámenes de
autoevaluación tanto individuales como grupales. En uno grupal, los jóvenes responden en su
computadora un examen rápido y, posteriormente, el profesor ve en tiempo real las respuestas y
las estadísticas acumuladas del grupo y las proyecta, revisando los resultados y dando oportunidad
a reforzar los conceptos necesarios.
La tabla 2 muestra de manera sintética la evolución del curso por semestre y la incorporación de
los elementos tecnológicos que se han descrito. Se incluye la variable nivel que califica el grado de
intensidad en el uso de tecnología, para relacionarla posteriormente con el desempeño
académico.
La fuente de información principal en este estudio fueron los datos de los alumnos y las
estadísticas correspondientes a los grupos; tomados de los archivos del profesor y de los
proporcionados por la institución. Con estos datos se procesaron estadísticas generales del grupo
para obtener información y clasificar a los alumnos según su perfil académico.
Resultados
Los datos generales que muestran el desempeño académico de los 13 grupos analizados se
presentan en la tabla 3.
Como muestra la tabla 3, el promedio de las calificaciones finales en todo el periodo fue de 74.34.
Esto describe un perfil general del curso donde se puede intuir su grado de dificultad. Asimismo,
las calificaciones máximas identifican claramente la presencia de alumnos sobresalientes en todos
los semestres y las mínimas indican que siempre hay quienes desisten al esfuerzo que se les exige.
También puede observarse que no hay un patrón definido en el comportamiento del promedio de
las calificaciones finales, lo que denota que los resultados están determinados por el perfil mismo
de los alumnos que conforman cada grupo. Ante esto, se analizaron los datos del promedio de
calificaciones acumuladas en la carrera antes de llevar el curso, bajo la hipótesis de que este dato
determina en parte el comportamiento del promedio de la calificación final en cada grupo.
La gráfica 1 muestra comparativamente estos datos. Es notoria una tendencia similar en ambas
líneas. La correlación estadística entre ambas variables, es de 0.862, lo cual comprueba que la
calificación final está relacionada con el promedio de calificaciones acumuladas. Asimismo, se
observa que el promedio de calificaciones finales (línea inferior) tiene una ligera ascendencia a
través del tiempo, mientras el de acumuladas (línea superior) es estable y se mantiene sin
tendencia ascendente.
La clasificación de la muestra en cada una de las categorías indica que 35% de los alumnos tienen
un perfil académico bueno (PAB), 56% uno regular (PAR) y 9% uno deficiente (PAD). La gráfica
3 ilustra el comportamiento de estos grupos comparativamente.
El análisis sobre el grupo de alumnos PAB muestra estabilidad en la línea del promedio general de
carrera (línea superior), mas no en el promedio de las calificaciones finales del curso (barras). Estas
dos variables tienen una alta correlación, de 0.845, lo que indica que los estudiantes PAB tienen un
buen desempeño académico en el curso. En este caso, es muy notoria la tendencia ascendente de
la calificación final, que coincide con el incremento de las herramientas tecnológicas en la
impartición del curso.
El caso de los alumnos PAD tiene una línea del promedio general de carrera relativamente estable
y con una ligera tendencia al alza, en contraste, la línea de la calificación final (barras) es inestable.
Es claramente observable que no hay correlación entre estas variables, y el valor del coeficiente de
correlación es de 0.047. La línea de la tendencia en la calificación final es significativamente
ascendente, lo que denota que este grupo de alumnos ha mejorado su desempeño con el paso del
tiempo, aunque no tan significativamente como el grupo PAB.
Los diversos modelos que se obtuvieron muestran coeficientes de determinación R2 que oscilan
entre 0.45 y 0.48, lo que indica una confiabilidad media en los resultados bajo este enfoque de
análisis. Los resultados para las diversas pruebas demuestran, además, que la variable del uso de
tecnología en el salón de clase no es significativa en el desempeño de los alumnos (a través de la
calificación final), confirmando lo que anteriormente se había observado.
Por otro lado, los resultados indican que las variables del promedio acumulado en la carrera, el
género y el perfil académico son significativas estadísticamente en el desempeño del alumno en el
curso, confirmando algunos de los hallazgos ya mencionados. En particular, sobresale en este
enfoque de análisis el hecho de que los alumnos con perfil de desempeño bueno tienden a
mejores calificaciones en el curso. También se confirma estadísticamente que los hombres tienden
a mejores calificaciones que las mujeres.
Conclusiones
Aunque hay una tendencia a incrementar el promedio de la calificación final del curso a través del
tiempo, ésta no es significativa, por lo tanto, no se puede concluir que el uso de la tecnología está
influyendo significativamente en el desempeño de los alumnos en general. No existe correlación
estadística entre el nivel de tecnología utilizado en el curso y las calificaciones finales. Este caso se
suma a los ya referidos en que se ha concluido que aún la tecnología no es un factor
preponderante para determinar el mejor desempeño académico. Para este curso se confirma que
el perfil académico de los alumnos es una variable que influye en su desempeño a través de la
calificación final.
En los resultados del análisis por género llama la atención la posible tendencia a la mejora en el
desempeño académico por el uso de la tecnología en el grupo de las mujeres y no en el de los
hombres. Aparentemente, a las alumnas de esta carrera les influye más el uso de la tecnología en
su desempeño, por lo que sería valioso estudiar a fondo si las del área de informática son más
susceptibles al uso de las tecnologías de la información y la comunicación. El porcentaje de
mujeres en la muestra es bajo y el hallazgo debe considerarse con cautela. Esto requiere una
investigación más detallada.
Se puede visualizar que el uso de la tecnología estimula y favorece a los alumnos con buen
desempeño académico y en menor medida a los deficientes. Sin embargo, no se observa impacto
en los regulares. Para este caso, es notoria la correlación con los de buen desempeño, situación
que pudiera explicarse al ser alumnos estudiosos de las propias TIC como área principal de su
carrera profesional.
En conclusión, para este caso de estudio no se puede afirmar que el uso de las herramientas
tecnológicas mejora el desempeño académico de los alumnos universitarios del área de
informática. Sin embargo, tampoco se puede sostener lo contrario. La presencia de las TIC en este
curso sin duda ha influido en el aprendizaje de los alumnos, pero sigue siendo un reto el utilizarlas
estratégicamente para lograr significativamente un mayor aprendizaje y un mejor desempeño
académico.
Como mencionan Epper y Bates (2004), es más probable obtener resultados de aprendizajes
diferentes o nuevos usando una tecnología que no imite los objetivos y suposiciones de la
enseñanza en el aula tradicional. Por lo tanto, para este caso, podría ser que los resultados del
aprendizaje no sean mejores significativamente, sino que sean diferentes a los de aulas
tradicionales.
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Universidad Veracruzana
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
METODOLOGÍA
Técnicas de enseñanza
Materiales didácticos
Técnicas de evaluación
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
RESUMEN
El objetivo de este estudio fue analizar la percepción de los escenarios de aprendizaje y las
tecnologías de la información y la comunicación (TIC) por parte de estudiantes universitarios de la
Universidad Veracruzana en México. El tipo de investigación es mixto. Para la parte estadística
descriptiva, se diseñó una encuesta y se aplicó un muestreo probabilístico integrado por 308
participantes de los 1 200 alumnos. En tanto, el elemento cualitativo estuvo conformado por 40
estudiantes en cinco grupos de discusión en tres centros: Veracruz, Xalapa y Orizaba. Los
resultados del estudio señalan que hay una tendencia escasa hacia el uso de las TIC en la
licenciatura en Sistemas Computacionales Administrativos y se aproxima más a un modelo
educativo tradicional. Además, no existen diferencias significativas en las dimensiones de los
escenarios de aprendizaje a nivel centro y género.
Palabras clave:
INTRODUCCIÓN
Los sistemas educativos de todo el mundo se enfrentan al desafío de utilizar las nuevas TIC para
proveer a sus alumnos las herramientas y el conocimiento necesarios para el siglo XXI. La
incorporación de las TIC en el aula universitaria requiere un gran esfuerzo por parte de los
docentes y del alumnado en el entendimiento de las formas en que la tecnología puede apoyar el
proceso de enseñanza-aprendizaje.
A partir de ello, se parte de la premisa que el estudio de los escenarios de aprendizaje están
asociados a las características del modelo pedagógico propuesto por el profesor para una
asignatura dada. Típicamente, estos escenarios están alineados con el modelo educativo que
promulga la institución educativa. En este contexto, conocer la percepción de los alumnos sobre
cómo se imparte su asignatura se convierte en un recurso valioso para medir el grado de eficacia
del modelo pedagógico y el universitario.
Para los fines de este estudio, se estableció que el análisis de los escenarios de aprendizaje fuera
por medio de las características de la dinámica establecida en el proceso de enseñanza-
aprendizaje, con la valoración que hacen los alumnos sobre la agrupación para realizar tareas,
objetivos de las actividades que se les proponen, técnicas de enseñanza y materiales didácticos
utilizados, y prácticas de evaluación. Además, interesa saber en qué medida estas características
están siendo apoyadas con el uso de las TIC.
LOS ESCENARIOS DE APRENDIZAJE Y LAS TIC
Las TIC han sido objeto de estudio desde múltiples perspectivas, particularmente compete revisar
los aspectos relacionados con su uso y aplicación en el ámbito educativo universitario. Los
estudios de García y González (2005) y Guerra, González y García (2010) destacan que las
instituciones de educación superior suponen un escenario idóneo para implementar la utilización
de las TIC como herramientas didácticas que faciliten el proceso de enseñanza-aprendizaje y
evaluación.
A diferencia de los modelos tradicionales que se centran en el profesor, los nuevos modelos
(basados en las TIC) se enfocan hacia el estudiante y prevalecen los contenidos virtuales, trabajos
y proyectos, enlaces a páginas web, ejercicios de autoevaluación y referencias
bibliográficas online.
Duart (2009) y Raposo (2004) plantean que la introducción y el uso de las TIC en la universidad,
por sí mismas, no comportan ni innovación ni mejoría en la calidad del sistema universitario; es
una herramienta más y la utilización que realiza el profesor es determinante. La integración de las
TIC en los procesos de enseñanza-aprendizaje debe facilitar e impulsar formas adecuadas de
organización del conocimiento específico en los estudiantes, al mismo tiempo que permitir la
reflexión sobre sus propias actividades de aprendizaje, de manera que puedan ejercitar y
desarrollar procesos y habilidades cognitivas (Mazzarella, 2008).
Por su parte, Karsenti y Lira (2011) sostienen que en América y Europa las TIC son una prioridad
para la pedagogía universitaria, en especial en los países industrializados. Señalan que el debate
sobre la integración de las TIC en el contexto escolar ya no debe estar centrado en la necesidad o
no de hacer uso de ellas en la escuela, sino más bien en la manera de integrar las TIC a la
pedagogía. Por tanto, se relaciona con el uso de las TIC en el aula; en este sentido, la literatura
sigue mostrando que éstas son poco usadas en el aula tanto en América del Norte como en Europa
(Bauer y Kenton, 2005; Becta, 2006; Cox, 2003; Kessel et al., 2005; Mccrory, 2004; OCDE, 2004;
Ramboll Management, 2006). Por supuesto que en el caso de Latinoamérica impera una situación
similar. De hecho, en este trabajo se presentan evidencias que la avalan en el contexto de una
universidad pública mexicana.
Ello implica que el gran desafío al que se enfrentan día a día los profesores en todos los niveles
tiene que ver con la forma en que las TIC pueden apoyar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se
trata de generar un ambiente de aprendizaje sustentado en el uso de las TIC que requiere un gran
esfuerzo en el diseño pedagógico, en la selección de las herramientas tecnológicas y la generación
de objetos de aprendizaje que induzcan a los alumnos a apropiarse del conocimiento.
Jaramillo et al. (2005) señalan que los ambientes de aprendizaje son espacios diseñados por el
profesor con el fin de crear las condiciones necesarias para que ocurran procesos de aprendizaje
en sus alumnos. Por su parte, Karsenti y Lira (2011) sostienen que es responsabilidad del docente
crear las condiciones necesarias para que el estudiante pueda aprender directamente frente a los
estímulos del ambiente de aprendizaje.
Los estudios de Castro, Guzmán y Casado (2007), Barros, Chavarría y Paredes (2008), Mazzarella
(2008) y Colina (2008) exaltan que los nuevos modelos de enseñanza-aprendizaje consideren al
alumno como centro de la enseñanza y sujeto mentalmente activo en la adquisición del
conocimiento. En ello convergen tres elementos: qué se aprende (resultados o contenidos), cómo
se aprende (procesos) y la actividad o situación para que el aprendizaje se lleve a cabo
(condiciones de aprendizaje).
El uso de las TIC en el ámbito educativo requiere un nuevo tipo de alumno y de docente. Este
aspecto ha quedado atestiguado en los estudios de Salinas (2004), así como Riveros y Mendoza
(2008), quienes sostienen que el profesor deja de ser fuente de todo conocimiento y pasa a actuar
como guía de los alumnos, en tanto la función del alumno ya no se limita a ser mero receptor de
información.
De acuerdo con Pérez y Salas (2009), para una adecuada integración de las TIC a la enseñanza es
necesario que los docentes conozcan y comprendan cómo trabajar con tecnología y cómo
integrarla en sus clases, porque ese conocimiento es el que les permite discriminar cuándo es
apropiado utilizarla y cómo hacerlo. En este mismo orden de ideas, Salinas (2004) comenta que las
tradicionales instituciones de educación, presenciales o a distancia, tienen que reajustar sus
sistemas de distribución y comunicación.
Para que tanto las instituciones existentes como las que están haciendo ex profeso puedan
responder a este desafío, deben revisar sus referentes actuales y promover experiencias
innovadoras en los procesos de enseñanza-aprendizaje, con apoyo en las TIC y haciendo hincapié
en la docencia, en los cambios de estrategias didácticas de los profesores y en los sistemas de
comunicación y distribución de los materiales de aprendizaje; es decir, en los procesos de
innovación docente, en lugar de resaltar la disponibilidad y las potencialidades de las tecnologías.
Los procesos de innovación docente se manifiestan, por ejemplo, en la selección de los docentes
de la licenciatura en estudio seleccionada que han usado las TIC en el aula, ya sea por haberse
apoyado en alguna plataforma tecnológica (como Moodle o Eminus, que es la plataforma
equivalente institucional para bajar contenidos, realizar tareas o presentar evaluaciones en línea)
para la enseñanza a distancia, por la incorporación de herramientas tecnológicas de la Web 2.0
(como blogs, wikis, foros y chats), por haber cursado una asignatura de manera virtual en la
modalidad e-learning en la plataforma tecnológica institucional, por el uso de recursos didácticos
en el aula de clase (multimedia, presentaciones digitales, archivos de video); o bien, por el soporte
de algún software de la disciplina de la licenciatura (bases de datos, lenguajes de programación,
compiladores, simuladores) en la elaboración de ejercicios en el salón de clase o en línea.
Los retos para la organización del proceso de enseñanza-aprendizaje dependerán en gran medida
del escenario de aprendizaje (recursos de aprendizaje). En el contexto universitario actual, las
experiencias de uso de las TIC en la formación se ubican en un continuo que va desde niveles
iniciales de sitios web de las asignaturas hasta los más complejos, representados por programas
formativos en entornos tecnológicos de enseñanza-aprendizaje o universidades virtuales (Area,
2005).
De ahí que se considere averiguar cómo puede estudiarse los escenarios de aprendizaje en el aula
universitaria. Se parte de que el modelo de educación en el que se sustenta la universidad en
estudio está basado en el desarrollo de competencias, en las que el eje del aprendizaje ya no es el
profesor, sino los alumnos, por lo que es pertinente analizar la percepción del alumnado en cuanto
al uso de las TIC en el aula.
Jaramillo, Castañeda y Pimienta (2011) sugieren que el ideal es que el profesor transforme
constantemente sus estrategias pedagógicas y considere al estudiante el centro del proceso de
aprendizaje. En palabras de Clements y Nastasi:
Un elemento en común en este tipo de modalidades tiene que ver con la forma en que el profesor
lleva a cabo su labor, es decir, cómo realiza sus funciones, los recursos que emplea y cómo los
evalúa, junto con los escenarios de aprendizaje. De ahí que la selección de estos últimos se haya
constituido como una estrategia de investigación para comprender el ambiente de aprendizaje
que impera en el modelo educativo adoptado por la Universidad Veracruzana. Los escenarios de
aprendizaje comprenden las características de la dinámica establecida en el proceso de enseñanza,
con la valoración que hacen los alumnos sobre las actividades que se les proponen, técnicas de
enseñanza, tipo de materiales y prácticas de evaluación, así como la identificación del posible
apoyo que les otorga las TIC.
En este trabajo se analiza la situación que impera en el aula universitaria por la utilización de los
escenarios que se apoyan en TIC en el desarrollo de las asignaturas para una licenciatura en una
universidad pública mexicana; el fin es conocer, desde el punto de vista de los alumnos y las
alumnas, sus diferencias en las frecuencias de uso.
METODOLOGÍA
El objetivo de este estudio fue analizar la percepción de los escenarios de aprendizaje y las TIC por
parte de los estudiantes universitarios. El criterio de selección de la muestra fue la licenciatura de
Sistemas Computacionales Administrativos de la Universidad Veracruzana. Aunque ésta se imparte
en los cinco centros, sólo tres de éstos (Xalapa, Veracruz-Boca del Río y Orizaba-Córdoba) tienen
egresados; en los dos restantes (Coatzacoalcos-Minatitlán y Poza Rica-Tuxpan), los alumnos se
encuentran a la mitad de la carrera. Considerando los tres centros con egresados, se tienen 1 200
alumnos. Tras la aplicación de la fórmula estadística de muestras, se estimó 291 alumnos para que
fuera representativa, y se alcanzó un total de 308 alumnos encuestados.
El tipo de estudio fue mixto. En este documento se hace hincapié en la parte cuantitativa y se
contrasta con los resultados cualitativos relacionados en aras de una mejor comprensión. En total,
participaron 308 estudiantes: 289 de la modalidad presencial, 5 de la semipresencial y 14 de la
virtual. De éstos, 158 pertenecen al sexo femenino y 150, al masculino, distribuidos de la siguiente
manera: 43.5% del centro Veracruz, 19.2 del centro Orizaba y 37.3 del centro Xalapa.
Las asignaturas y los programas de estudio son los mismos sin importar el centro donde se
impartan. El modelo de educación integral flexible de la Universidad Veracruzana divide la retícula
de esta licenciatura en cinco grupos de asignaturas: básica, iniciación a la disciplina, disciplinaria,
terminal y de elección libre.
Área de formación
Centro Total
Básica Iniciación Disciplinaria Terminal Elección
disciplina libre
f 35 27 72 0 0 134
Veracruz
% 26.1 20.1 53.7 .0 .0 100.0
f 0 0 59 0 0 59
Orizaba
% .0 .0 100.0 .0 .0 100.0
f 12 42 49 2 10 115
Xalapa
% 10.4 36.5 42.6 1.7 8.7 100.0
f 47 69 180 2 10 308
Total
% 15.3 22.4 58.4 .6 3.2 100.0
El análisis de las percepciones de los estudiantes sobre los escenarios de aprendizaje y las TIC se
abordan por secciones considerando las dimensiones propuestas que la comprenden: tipo de
actividades requeridas a los alumnos, técnicas de enseñanza utilizadas en el desarrollo de la
asignatura, los tipos de materiales utilizados y la evaluación a través de TIC.
Con la prueba de Chi cuadrado no se encontraron diferencias significativas en los tres centros,
dado que el valor de la significación asintótica (bilateral) es mayor que 0.05 en todos los casos.
Los resultados de los tipos de actividades requeridas a los alumnos coinciden en que lectura y
reflexión son consideradas como los recursos de mayor uso, en tanto la categoría descubrimiento
es la que menos se utiliza. Mientras que los valores de reflexión, creación y observación son
intermedios, con un uso de escaso a moderado. En este sentido, surgen nuevas preguntas de
investigación que merecerían ser contrastadas con la percepción no sólo de los alumnos, sino
también de los profesores: ¿están los tipos de actividades de lectura y análisis efectivamente
usados en el aula? ¿En verdad realizan una lectura profunda de todo el material del curso? ¿En
qué medida analizan lo leído? ¿Desarrollan habilidades críticas respecto a los contenidos de las
asignaturas? Ahora bien, los resultados cualitativos de este estudio de Torres (2011) señalan que
los alumnos reconocen que carecen de hábitos de lectura, capacidad de análisis y evitan la
reflexión en los temas de estudio.
De ahí que resulte evidente identificar el concepto de lectura y análisis que poseen los alumnos y
la forma en que realizan dichas actividades, para contrastar el hecho no sólo de la identificación de
ese tipo de actividades, sino también la calidad con que lo están haciendo. Sin embargo, este
aspecto queda fuera del alcance de este estudio.
Técnicas de enseñanza
En la tabla 3 se muestran los porcentajes y los valores de Chi cuadrado considerando los centros y
las variaciones entre hombres y mujeres. La mayoría de las categorías fueron seleccionadas por
hombres y mujeres con la opción algunas veces en los tres centros, las cuales fueron exposiciones
tradicionales, demostraciones, debates y foros (aclarando que los hombres de Veracruz la
seleccionaron como nunca), estudio de casos, resolución de problemas (sólo para Veracruz y
Orizaba), tutoría individual y en grupo (excepto para las mujeres del centro Xalapa, que optaron
por nunca).
La siguiente opción seleccionada con un poco más de frecuencia es nunca (tanto por hombres
como mujeres) y cuyas categorías fueron: exposiciones online y simulaciones, lo que demostró de
nuevo que en los tres centros hay escaso uso de herramientas tecnológicas como técnicas de
enseñanza en el aula. Finalmente, la categoría trabajos por proyectos fue elegida por la mayoría
de hombres y mujeres, de los tres centros, como frecuentemente; también en esta misma opción
se encuentra la categoría resolución de problemas, pero sólo en el centro Xalapa (en ambos
sexos).
Mujeres Hombres
Sig.
Centro
X2* Asintótica
Categoría Algunas Frecuente- Algunas Frecuente-
Nunca Nunca (bilateral)
veces mente veces mente
Exposición
Veracruz 4.5 56.1 39.4 8.8 50 41.2 1.171 0.557
tradicional
Exposición
59.1 31.8 9.1 72.1 25 2.9 3.528 0.171
online
Estudio de casos 15.2 62.1 22.7 30.9 48.5 20.6 4.774 0.092
Resolución
13.6 43.9 42.4 13.2 61.8 25 5.040 0.080
problemas
Trabajos por
4.5 27.3 68.2 5.9 38.2 55.9 2.158 0.340
proyectos
Tutoría
16.7 57.6 25.8 35.3 42.6 22.1 6.134 0.47
individual
Exposición
0 51.6 48.4 3.6 64.3 32.1 2.471 0.291
tradicional
Exposición
71 22.6 6.5 71.4 21.4 7.1 0.020 0.990
online
Orizaba
Debates y foros 12.9 64.5 22.6 28.6 39.3 32.1 4.054 0.132
Resolución
3.2 58.1 38.7 3.6 57.1 39.3 0.009 0.996
problemas
Trabajos por
3.2 22.6 74.2 3.6 28.6 67.9 0.296 0.862
proyectos
Tutoría
16.1 58.1 25.8 25 53.6 21.4 0.741 0.690
individual
Tutoría en grupo 22.6 54.8 22.6 28.6 42.9 28.6 0.845 0.655
Exposición
19.7 52.5 27.9 31.5 48.1 20.4 2.351 0.309
tradicional
Exposición
72.1 27.9 0 79.6 16.7 3.7 4.062 0.131
online
Xalapa
Estudio de casos 18 44.3 37.7 13 44.4 42.6 0.642 0.726
Resolución
14.8 32.8 52.5 7.4 40.7 51.9 1.866 0.393
problemas
Trabajos por
6.6 23 70.5 14.8 33.3 51.9 4.593 0.101
proyectos
Tutoría
41 44.3 14.8 37 40.7 22.2 1.072 0.585
individual
Por otra parte, el estudio de Martínez y Raposo (2006) encontró que 88% de los alumnos no hacen
uso de las TIC en sus tutorías (51.9% se apoyan poco y 36.1, nada). De la misma manera, los
resultados obtenidos en la universidad en estudio son similares y alcanzan 76% en las preferencias
del alumnado (manifestado en 26.9 para poco y 48.1 para nunca).
En resumen, los resultados de las técnicas de enseñanza coinciden en que los trabajos por
proyecto, las exposiciones tradicionales, la resolución de problemas y el estudio de caso son
considerados como los recursos de mayor uso. Aunque hay que mencionar que los trabajos por
proyecto se constituyen como el elemento clave en esta licenciatura. En tanto la categoría
exposiciones online es la que menos se utiliza. Mientras que los valores de demostraciones,
debates y foros de discusión, simulaciones, tutoría individual y en grupo son valores intermedios
con un uso escaso.
Materiales didácticos
En la tabla 4 se muestran los porcentajes y los valores de Chi cuadrado considerando los centros y
las variaciones entre hombres y mujeres. De nuevo, la mayoría de los porcentajes altos se
encuentran en la opción algunas veces y es en los tres centros donde se presenta la misma
tendencia, pues hombres y mujeres parecen estar de acuerdo con ello; dichas categorías son las
siguientes: guías de estudio (excepto para los centros Orizaba y Xalapa, ya que hombres y mujeres
seleccionaron la opción frecuentemente), guías prácticas (en esta categoría se presenta un caso de
igualdad de porcentajes con frecuentemente por parte de los hombres en el centro Xalapa),
archivos de video (con igualdad en frecuentemente, sólo se presenta en los hombres del centro
Xalapa), material multimedia interactivo (excepto para el centro Veracruz, que en esta ocasión los
hombres dicen que nunca lo han utilizado como material didáctico) y ejercicios de autoevaluación.
Guías de 0.11
13.6 43.9 42.4 11.8 45.6 42.6 0.945
estudio 3
Guías de 0.41
22.7 56.1 21.2 26.5 55.9 17.6 0.815
prácticas 0
Apuntes, 5.18
0 31.8 68.2 7.4 32.4 60.3 0.075
esquemas 1
Archivos de 0.51
Veracr 22.7 40.9 36.4 26.5 42.6 30.9 0.773
video 4
uz
Animaciones 3.61
45.5 40.9 13.6 61.8 27.9 10.3 0.164
2
Material 3.62
27.3 53 19.7 38.2 36.8 25 0.163
multimedia 6
Ejercicios
0.32
autoevaluaci 18.2 45.5 36.4 22.1 44.1 33.8 0.850
5
ón
Guías de 0.49
6.5 35.5 58.1 3.6 42.9 53.6 0.779
estudio 8
Orizab
a
Guías de 0.91
38.7 51.6 9.7 32.1 50 17.9 0.634
prácticas 2
Apuntes, 4.77
3.2 22.6 74.2 7.1 46.4 46.4 0.092
esquemas 1
Archivos de 1.43
19.4 45.2 35.5 25 53.6 21.4 0.488
video 3
Animaciones 2.95
58.1 32.3 9.7 35.7 50 14.3 0.229
0
Material 0.02
12.9 58.1 29 14.3 57.1 28.6 0.988
multimedia 4
Ejercicios
0.46
autoevaluaci 32.3 51.6 16.1 39.3 42.9 17.9 0.791
8
ón
Guías de 3.31
9.8 32.8 57.4 1.9 38.9 59.3 0.190
estudio 6
Guías de 2.08
18 49.2 32.8 11.1 44.4 44.4 0.353
prácticas 3
Apuntes, 0.86
4.9 29.5 65.6 9.3 29.6 61.1 0.649
esquemas 6
Archivos de 0.41
26.2 41 32.8 29.6 35.2 35.2 0.811
Xalapa video 9
Animaciones 3.85
52.5 41 6.6 44.4 37 18.5 0.145
8
Material 2.03
39.3 42.6 18 27.8 46.3 25.9 0.361
multimedia 8
Ejercicios
1.95
autoevaluaci 16.4 41 42.6 25.9 31.5 42.6 0.376
5
ón
De ahí que la evidencia destaque la preferencia por hacer uso de materiales didácticos
audiovisuales como una manera de disminuir el tedio y aburrimiento que muchos expresaron les
causa asistir al aula. Este es un indicio que revela la necesidad de modificar la forma tradicional de
impartir clases en aras de promover un mayor dinamismo e interés hacia la búsqueda del
conocimiento.
En resumen, los resultados colocan en primer término a los apuntes, esquemas y presentaciones
de contenidos, así como las guías de estudio como los recursos de mayor uso. En tanto, las
animaciones y simulaciones como las de menor uso. Los demás tipos se mantienen con una baja
incorporación. Sin embargo, cuando se contrastan las variables centro, tipos de materiales
didácticos y género, los resultados son variados entre los diferentes centros, es decir, algunos
preponderan el uso de ciertos materiales sobre otros, pero la tendencia no se altera de manera
significativa.
Técnicas de evaluación
En la tabla 5 se muestran los porcentajes y valores de Chi cuadrado considerando los centros y las
variaciones entre hombres y mujeres. En esta ocasión, la mayoría de las categorías seleccionadas
con la opción frecuentemente fueron: exámenes tradicionales, entrega de trabajos, ejercicios en
clase (en Orizaba sólo las mujeres eligieron dicha opción), participación en clase (para Orizaba sólo
los hombres se inclinaron por esa opción), aportaciones en wikis/blogs (sólo las mujeres de
Veracruz la utilizan con frecuencia) y participación en foros online (solo los hombres del centro
Orizaba).
La opción que tiene un poco más de incidencia es nunca y las categorías que se encuentran en
dicha opción tienen que ver con el uso de las TIC; por ejemplo, exámenes online (sólo los centros
de Veracruz y Xalapa), participación en foros online (presentándose en el centro de Veracruz y
Xalapa), ejercicios online (para el centro Veracruz, los porcentajes se igualan con los de la opción
algunas veces por parte de la mujeres) y aportaciones en wikis/blogs (sólo para los hombres de los
centros Veracruz y Xalapa, y para las mujeres del centro Orizaba).
Por último, la opción con menor incidencia es algunas veces y es en el centro Orizaba donde
ocurre; las categorías son: exámenes online, participación en foros online (sólo mujeres),
aportaciones en wikis/blogs (sólo hombres), ejercicios en clase (sólo hombres) y participación en
clase (sólo mujeres); y para el centro Xalapa, sólo las mujeres se inclinaron por la categoría
aportaciones en wikis/blogs como algunas veces.
Mujeres Hombres
Sig.
Centro
X2* Asintótica
Categoría Algunas Frecuen Algunas Frecuen
Nunca Nunca (bilateral)
veces temente veces temente
Exámenes online 57.6 31.8 10.6 52.9 32.4 14.7 0.577 0.749
Part. foros online 57.6 33.3 9.1 72.1 22.1 5.9 3.086 0.214
Veracruz Aportación
34.8 15.2 50 39.7 23.5 36.8 2.779 0.249
wikis/blogs
Ejercicios online 45.5 45.5 9.1 57.4 32.4 10.3 2.452 0.293
Participación en
3 30.3 66.7 5.9 33.8 60.3 0.952 0.621
clase
Examen tradicional 32.3 29 38.7 17.9 28.6 53.6 1.911 0.385
Part. foros online 6.5 58.1 35.5 25 35.7 39.3 4.924 0.085
Orizaba Aportación
54.8 38.7 6.5 28.6 39.3 32.1 7.605 0.022
wikis/blogs
Participación en
6.5 51.6 41.9 0 39.3 60.7 3.315 0.191
clase
Xalapa Aportación
32.8 37.7 29.5 46.3 20.4 33.3 4.381 0.112
wikis/blogs
Ejercicios online 50.8 36.1 13.1 51.9 29.6 18.5 0.899 0.638
Participación en
9.8 27.9 62.3 20.4 22.2 57.4 2.626 0.269
clase
En este sentido, el estudio cualitativo de Torres (2011) señala que los alumnos de esta licenciatura
consideran que es necesario la coherencia entre lo que se ve en clases y su aplicación en los
trabajos que se deban entregar en la asignatura. Por otra parte, los alumnos que tuvieron la
oportunidad de tomar asignaturas electivas de manera virtual a través de la plataforma
institucional EMINUS se sintieron cómodos haciendo uso de debates y foros de discusión, así como
en las exposiciones en línea, puesto que les permitía optimizar su tiempo.
A pesar de que no son muchas las asignaturas desarrolladas en la modalidad virtual que pueden
tomarse en esta licenciatura, todos los alumnos manifestaron estar de acuerdo con este tipo de
enseñanza, ya que les permitía aprender y evaluarse por medio de las TIC. Existe un consenso en
estos alumnos en adjudicar un aprendizaje efectivo, porque se fomenta de mejor manera el
aprendizaje entre todos los participantes.
El rol de motivador que demandan los alumnos universitarios en sus profesores tiene que ver con
las formas de evaluación que prefieren y que se relacionan con la realización de tareas, ejercicios,
trabajos y proyectos prácticos. Muchos alumnos dijeron que prefieren que se les califique
mediante la elaboración de un proyecto a lo largo del curso. Hicieron hincapié, también, en la
necesidad de establecer actividades en clase para evitar la comunicación unilateral que se suscita
con las exposiciones tradicionales; esto, con el objetivo de propiciar el trabajo en equipo, la
colaboración y la adquisición de conocimientos.
En resumen, los resultados de los tipos de evaluación de la asignatura coinciden en que la entrega
de trabajos, la realización de exámenes tradicionales y la participación en clase son consideradas
como los recursos de mayor uso. En tanto, la participación en foros online y la elaboración de
ejercicios online son las que menos se utilizan. Mientras que los tipos de aportaciones en
wikis/blogs y ejercicios en clase se catalogan con un uso discreto.
CONCLUSIONES
Los resultados respecto a la percepción de los escenarios de aprendizaje y las TIC por parte de los
alumnos de la licenciatura en Sistemas Computacionales Administrativos de la Universidad
Veracruzana muestran que las técnicas de enseñanza se orientan más hacia un modelo tradicional
que hacia uno que se apoye con fuerza en las TIC.
Por su parte, la dimensión referente a las técnicas de enseñanza, coloca en primer término la
realización de trabajos por proyectos como el eje central que reportaron la mayoría de los
alumnos y que coincide con el modelo que promulga esta universidad, aunque marcado también
por una tendencia hacia la resolución de problemas, exposiciones tradicionales y análisis de
estudios de casos. Vale la pena mencionar que ninguna de estas técnicas parece estar apoyada
con fuerza en el uso de las TIC.
La dimensión relativa a los tipos de materiales utilizados coincide con un apoyo de esquemas
tradicionales de la enseñanza al colocar a los apuntes, esquemas y presentaciones de contenidos
de clase, así como a las guías de estudio como las preferencias que reportó el alumnado. Deja en
claro que tendencias como las animaciones, simulaciones, o bien, el material multimedia
interactivo no son objeto de un uso frecuente en el aula.
En cuanto a la dimensión sobre las técnicas de evaluación empleadas, tampoco se denota una
tendencia hacia el apoyo con las TIC. En primer término, aparece la entrega de trabajos, pero se
desconoce si éstos fueron impresos o enviados por algún medio digital. Sin embargo, los siguientes
dos recursos más utilizados (realización de exámenes tradicionales y participación en clase)
resaltan un apego hacia un modelo más tradicionalista.
Considerando los resultados obtenidos en las cuatro dimensiones estudiadas, se concluye que la
licenciatura en Sistemas Computacionales Administrativos de la Universidad Veracruzana no está
orientada al uso de las TIC en el proceso de enseñanza-aprendizaje, es decir, se aproxima más a un
modelo de enseñanza tradicional; no obstante, existen casos aislados de profesores que hacen uso
de alguna plataforma tecnológica.
Finalmente, no se identificaron diferencias entre la percepción que tienen las alumnas respecto a
los alumnos en la mayoría de las características de la asignatura de los escenarios de aprendizaje
usados en el desarrollo de sus asignaturas. Las excepciones a la regla la constituyen la técnica de
enseñanza relacionada con los trabajos por proyectos, los materiales utilizados referentes a
apuntes, esquemas de presentaciones de contenidos de clase, y en la evaluación de la asignatura
que tiene que ver con la participación de foros online. Estos datos revelan que se requiere
desarrollar las competencias necesarias en el profesorado para el rediseño de cada una de las
asignaturas en términos de los diferentes escenarios de aprendizaje; esto, con el fin de incorporar
el uso de las TIC de manera efectiva en el modelo educativo de la universidad en estudio.
De manera particular, la Universidad Veracruzana ha activado, desde 2009, el proyecto aula como
un esfuerzo institucional para hacer operativos los principios de su modelo educativo en los
procesos de enseñanza y aprendizaje que ocurren en sus asignaturas. El propósito de este
proyecto es promover una cultura institucional de innovación continua en la práctica docente
como una estrategia para consolidar el modelo educativo integral y flexible y del diseño curricular
por competencias sustentada en la planeación de la enseñanza, centradas en el aprendizaje de los
estudiantes y en la construcción colectiva del conocimiento. Este proyecto institucional representa
una buena oportunidad para medir la efectividad de las estrategias pedagógicas implementadas
con el uso de las TIC. De ahí que queda pendiente revisar los resultados y la efectividad de este
programa en la licenciatura en estudio una vez que concluya este proyecto.
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La calidad de la enseñanza en educación superior ¿Qué es una buena enseñanza en este nivel
educativo?
Resumen
Las instituciones de educación superior requieren ofrecer una educación de calidad, por ello se
analizan varias investigaciones realizadas en esta década encaminadas a ese fin. Se define
enseñanza de calidad como la que consigue alcanzar las metas de enseñanza, mismas que se
distinguen por su ambición y complejidad como buscar que los alumnos logren un pensamiento
crítico, sean creativos y desarrollen habilidades cognoscitivas complejas. Sin embargo, de acuerdo
con la información disponible, la mayoría de los estudiantes de este nivel no alcanzan esas metas.
Se reconoce el papel central que tiene el docente para conseguirlo; por ese motivo, se revisan las
cualidades y dominios que un docente debiera tener. Los estudios analizados se refieren a las
buenas prácticas de enseñanza. Se dan ejemplos de investigaciones realizadas en diferentes países
y se critica que varias de ellas carezcan de un marco teórico. Al final se aportan algunas
sugerencias para mejorar las investigaciones sobre este tema.
A nivel mundial los sistemas de educación superior están siendo sometidos a fuertes presiones
para elevar la calidad de su enseñanza hasta el punto que ésta se ha convertido en su prioridad
estratégica (Cid et al., 2009 y Hativa y Goodyear, 2002). El artículo analiza las investigaciones
recientes sobre este tema y realiza un balance crítico de sus principales aportaciones para obtener
de ahí sugerencias para mejorarla. Reconociendo que hay muchas definiciones sobre lo que es una
enseñanza de calidad en la educación superior, aquí se entiende como la que logra un aprendizaje
profundo por parte de los estudiantes y alcanza las metas establecidas para este nivel. Antes de
iniciar aclaramos que, para evitar ser monocordes, utilizaremos en este documento los términos
de calidad educativa, enseñanza eficiente y buenas prácticas de enseñanza como sinónimos.
Decíamos que una enseñanza de calidad en la educación superior es la que alcanza las metas
propuestas, entonces necesitamos saber cuáles son esos propósitos. En el siguiente apartado
presentaremos una clasificación de dichas metas.
LAS METAS DE APRENDIZAJE EN EDUCACIÓN SUPERIOR. ¿QUÉ SE ESPERA QUE APRENDAN LOS
ESTUDIANTES?
Uno de los rasgos distintivos de este nivel educativo es buscar resultados de aprendizaje
ambiciosos y profundos por ser ya un nivel terminal de estudios, donde concluye la educación
formal. Por ejemplo, Hativa (2000) indica que, independientemente del tipo de disciplina o
especialidad, las universidades deben formar en sus estudiantes un pensamiento de alto nivel y
convertirlos en aprendices autónomos. Si bien estas metas son compartidas, hay diferencias entre
las disciplinas sobre lo que para cada una de ellas es importante. Por ejemplo, los maestros de
ciencias y matemáticas le dan gran importancia al aprendizaje del dominio factual de los hechos y
principios de susdisciplinas; en cambio, los de humanidades y ciencias sociales otorgan mayor
peso al desarrollo personal del estudiante, a la discusión y a las habilidades comunicativas y
sociales.
Por otro lado, Ramsden (2007) clasifica las metas en dos tipos, los cuales se diferencian
cualitativamente entre sí. Ellas son: a) las abstractas, genéricas y de desarrollo personal, y b) las
referidas al dominio del conocimiento disciplinario incluyendo las habilidades y técnicas
particulares que distinguen a cada profesión. Explicaremos brevemente cada una de ellas.
La primera es un propósito abstracto, genérico y de desarrollo personal, como por ejemplo: "la
función prioritaria de la universidad es la adquisición imaginativa del conocimiento... Una
universidad es imaginativa o no es nada, o por lo menos nada útil" (Whitehead, 1929:139, 145, cit.
en Ramsden, 2007: 21); otro ejemplo es el que establece The Hale Report (1964, cit. en Ramsden,
2007: 21): "Un propósito implícito de la educación superior es lograr que los estudiantes piensen
por sí mismos". Metas formuladas más recientemente señalan que "deben aprender cómo
aprender" y "pensar críticamente" (Dearing, 1997 cit. en Ramsden, 2007:22). La cualidad del
pensamiento crítico es una de las más citadas como meta en este nivel, como se aprecia en lo
establecido por académicos de universidades canadienses y australianas, quienes en una encuesta
señalaron las siguientes como las más comunes:
• Ser capaz de analizar diferentes perspectivas sobre la naturaleza del arte renacentista (arte).
• Entender las limitaciones del concepto de utilidad marginal en situaciones reales (economía).
Como puede verse, los términos empleados son: analizar, comprender, apreciar el significado o
interpretar.
Finalmente, cada disciplina precisa del aprendizaje de ciertas habilidades, estrategias, técnicas y
dominios concretos juzgados como esenciales que el profesional debe desplegar. Estas son las
finalidades de enseñanza usuales de encontrar en los planteamientos tanto de las instituciones de
educación superior como de sus docentes; se trata de propósitos amplios y ambiciosos, cuyo
problema es que la mayor parte de los estudiantes parece no lograrlos. Así lo demuestra Garnier
(1998, cit en Weimer, 2002:19), quien resume así las principales conclusiones de los resultados de
las investigaciones realizadas en tres décadas:
Para la mayoría de los estudiantes de educación superior su experiencia consiste en vivir currícula
pobremente organizados y con temas dispersos, con metas indefinidas, clases que enfatizaban un
aprendizaje pasivo y formas de evaluación que demandaban sólo memorizar el material y un nivel
muy bajo de comprensión de los conceptos.
Si bien pueden retener gran cantidad de información o logran conocer las fórmulas, no saben
dónde ni cuándo aplicarlas, o son incapaces de integrar y dar sentido a lo que han revisado. Otro
punto de preocupación, sobre todo si se desea que sean personas autorreguladas y sepan
aprender a aprender, es que muchos de ellos no tienen conciencia de su ignorancia, mucho menos
de lo que tendrían que hacer para remediarla; es decir, "no saben que no saben".
Lo anterior demuestra que nos encontramos ante una clara contradicción, ya que los propósitos se
asemejan poco a los resultados y en la búsqueda de revertir dicha situación el papel del profesor
es crucial.
Para remediar lo anterior se requiere un cambio profundo en las formas de enseñar, para ayudar a
los estudiantes de educación superior a comprender los fenómenos de la misma manera como lo
hacen los expertos en cada disciplina (Ramsden, 2007). De ahí la preocupación de las
universidades por mejorar sus formas de enseñanza, reconociendo la escasez de trabajos acerca
de cómo hacerlo y agravado por el hecho de que en las universidades se valora más la
investigación que la enseñanza (Cid et al., 2009).
Por otra parte, no puede negarse el contexto donde el docente efectúa su actividad: las
universidades están sometidas a diferentes presiones, como por ejemplo relacionar el
financiamiento con el desempeño; otro asunto es que deben rendir cuentas acerca de en qué y
cómo utilizan los recursos otorgados. Está también la demanda de atender una creciente
población estudiantil con diferentes condiciones socioculturales y lidiar con el problema de contar
con menos recursos (Ramsden,2007). Lo que también es innegable es que lo realizado en este
nivel forma parte de la tendencia mundial para buscar nuevas maneras de crear y utilizar el
conocimiento (Hativa y Goodyear, 2002).
Una de las consecuencias de lo antes descrito es que el profesor de educación superior tendrá que
volverse más profesional, es decir, tendrá que formalizar su preparación, sobre todo en lo que
atañe a la didáctica, y comenzar a impartir clases sólo después de demostrar el dominio de las
habilidades docentes. Actualmente el profesor universitario es considerado un profesional del
conocimiento, con el mismo nivel y demanda que las grandes corporaciones tienen por este tipo
de profesional (Hativa y Goodyear, 2002).
Se espera que sea un excelente maestro, que diseñe cursos y aplique métodos de enseñanza
adecuados para cumplir con los requerimientos de una población estudiantil heterogénea, que
sepa lidiar con grupos numerosos de estudiantes, que utilice apropiadamente las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación, que inspire a estudiantes con cero tolerancia a la
frustración y cuya mente está más preocupada por su siguiente trabajo de medio tiempo que por
el placer de aprender. Al mismo tiempo, se espera que sea altamente productivo en la
investigación, que pueda conseguir nuevos recursos financieros, que haga malabares para sortear
con las nuevas demandas administrativas y rinda cuentas a una amplia variedad de jefes.
Para apoyar esta tarea una de las primeras acciones es delimitar cuáles son los dominios —en el
amplio sentido de la palabra— que un profesor de este nivel educativo debería mostrar. Se
describen en el siguiente apartado.
La clasificación más citada acerca de los campos de dominio del maestro universitario es la de
Shulman (1986, cit. en Hativa, 2000), por eso la expondremos aunque ampliándola con lo
propuesto por Bandura (1977), Ferreres e Imbernón (1999) y McAlpine y Weston (2002), ya que
para ellos ser docente universitario implica lo siguiente:
1. Dominio amplio y especializado de la disciplina que enseña. Está relacionado con saber manejar
los hechos, conceptos y principios de la misma. Abarca también la utilización de las mejores
formas para organizar y conectar las ideas, así como de la propia manera de concebir la disciplina.
Este dominio disciplinar fue destacado como importante por Hernández (1995). Sin embargo, es
considerada como una condición indispensable para ser buen docente, pero no suficiente (Nathan
y Petrosino, 2003)
2. Dominio pedagógico general. Permite aplicar los principios generales de la enseñanza para
poder organizar y dar bien la clase; incluye la capacidad para utilizar pertinentemente distintas
estrategias y herramientas didácticas. Entre ellas están las necesarias para el manejo de la clase y
para crear una atmósfera adecuada para el aprendizaje. Se trata de un dominio amplio que
trasciende lo específico a una materia o tema (Schoenfeld, 1998).
3. Dominio pedagógico específico del contenido. Permite aplicar las estrategias concretas para
enseñar un tópico concreto, lo que ahora se denomina "la didáctica de la disciplina". Tiene que ver
con la manera de organizar, presentar y manejar los contenidos, los temas y problemas de la
materia considerando las necesidades e intereses del aprendiz así como la propia epistemología
de la disciplina y de lo que se espera realice un profesional de la misma. Al hacerlo, el docente
podrá presentar adecuadamente el material siguiendo los lineamientos pedagógicos con la
finalidad de hacerlo comprensible a los alumnos (Schoenfeld, 1998). Ambos dominios pedagógicos
(el general y el específico) pueden influir positivamente en una mejor comprensión del
conocimiento disciplinar (Nathan y Petrosino, 2003). El dominio pedagógico, o "saber enseñar", es
una de las carencias principales de los docentes universitarios y la que menos atención recibe.
5. Claridad acerca de las finalidades educativas. No sólo incluye los propósitos concretos de su
materia, sino de los fines últimos de todo el acto educativo. Abarca metas sobre todo de tipo
actitudinal y de transformaciones personales; es decir, preguntarse si lo que está enseñando
repercutirá positivamente en la vida de los estudiantes y de la utilidad social de lo aprendido.
7. Conocimiento de los alumnos y de los procesos de aprendizaje. Necesita dominar las diferentes
teorías psicopedagógicas que explican el aprendizaje y la motivación. Así mismo, estar consciente
acerca de las diversas características físicas, sociales y psicológicas de sus alumnos; es decir,
requiere conocer quién es el aprendiz y cómo ocurre el proceso de aprendizaje. A partir de este
conocimiento, podrá promover en sus estudiantes la comprensión más que la recepción pasiva de
saberes, ayudarlos a autorregular su aprendizaje, motivarlos explicitando los beneficios que
obtendrán si adquieren lo enseñado, corregir sus realizaciones, enseñarles a trabajar
cooperativamente, a ser críticos, a automotivarse y a empatizar. Requiere la capacidad —por parte
del docente— de identificar las diferentes clases de ideas previas y preconcepciones que por lo
regular tienen los estudiantes, y entonces encaminar su enseñanza a transformarlas.
9. Otra cualidad clave que se ha identificado es la importancia de que el maestro se sienta auto-
eficaz,entendiendo por esto ".. la creencia en las propias capacidades personales para organizar y
ejecutar un curso de acción requerido para conseguir un logro dado" (Bandura, 1977:3, cit. en
Godard et al.2000). Esta cualidad tiene dos componentes: uno es "la expectativa de obtener
resultados" o la estimación que hace la persona acerca de que cierta conducta va a obtener los
efectos deseados; la segunda es "la expectativa de efectividad", o convicción de que tiene la
capacidad de ejecutar la conducta requerida para producir los resultados esperados. Es la
confianza de saber que se cuenta con la capacidad para lograr el aprendizaje de los alumnos. Esta
creencia es importante porque afecta diversas acciones docentes, como son las decisiones
tomadas, los esfuerzos realizados, las formas como se enfrenta la adversidad, el sentirse
responsable por el aprendizaje de los alumnos y, en general, la parte afectiva de la enseñanza. Si
bien podría darse el caso de que un mal profesor pueda sentirse mejor maestro de lo que
realmente es, la diferencia con un docente eficaz es que éste sabría reconocer sus fallas y
limitaciones, sería sensible y abierto a la retroalimentación recibida de sus alumnos; en cambio, el
primero sería soberbio y actuaría con prepotencia impidiendo cualquier crítica y, por lo tanto,
cualquier mejora a su labor.
10. Finalmente, a esta lista se ha añadido recientemente otro conocimiento que debe tener el
profesor universitario: el experiencial (McAlpine y Weston, 2002). Este tipo de saber es utilizado
para justificar las decisiones y actos que el profesor realiza en su salón de clase, no incluido en los
otros tipos de conocimientos antes descritos. Este se distingue por no basarse en una teoría, sino
que alude al uso de sus vivencias personales o experiencia y las maneras como antes enfrentó esas
dificultades. Es un conocimiento plenamente consciente y es típico emplear esta frase: "Hice la
acción porque en el pasado me resultó". Las autoras señalan que muy ligado a esta clase de
conocimiento, hay otro que es tácito o implícito: se trata de las sensaciones o "corazonadas" con
base en las cuales el maestro actúa porque siente que puede resultar pero sin tener mucho
fundamento o estar seguro de que funcionará; es cuando señala "lo hice sin saber por qué". Dado
que muchas veces el docente resuelve así, adecuadamente, dificultades en su enseñanza, es que
resulta valioso sistematizar esas acciones y volverlas conscientes, para convertirlas en principios
que de manera deliberada utilicen para enfrentar de mejor manera futuros problemas.
El estudio de las cualidades del profesor efectivo no es un tema nuevo; se ha venido haciendo
desde hace cerca de cien años en Estados Unidos, comenzando con la recopilación que hizo Butsch
(1931) sobre las investigaciones hechas desde inicios del siglo XX hasta la década de los treinta. A
partir de ese momento su estudio ha pasado por diferentes vicisitudes, cambios conceptuales y
por la ampliación de los rasgos que lo definen: se ha pasado de una visión simplista y de
correlación de variables a otra compleja y holística. En este momento nos concretaremos en
analizar lo investigado durante la primera década del siglo XXI. Describiremos investigaciones
realizadas específicamente en el nivel superior e incluiremos no solamente las hechas en el mundo
anglosajón, sino también algunas efectuadas en España y México.
Uno de los principales debates que hubo a finales del siglo XX es que, debido a los resultados de
las investigaciones desarrolladas en décadas anteriores, se llegó a dudar si el profesor era un
elemento crucial en el rendimiento del estudiante, o si éste era mayormente afectado por otras
variables, sobre todo las de tipo externo al acto educativo. Las investigaciones realizadas en esta
década han demostrado que el docente es un factor clave en el aprendizaje de los alumnos por
encima de otros, tales como la organización escolar, el currículo, el origen socioeconómico del
estudiante, el tipo de institución, etc. (Darling-Hammond y Youngs, 2002; Nye et al., 2004).
Desimone, (2009) coincide en asignar un papel destacado al maestro, resaltando que su continuo
desarrollo, actualización y compromiso es uno de los factores esenciales para mejorar la calidad de
la enseñanza ofrecida.
Ramsden (2007) considera que una enseñanza de calidad en educación superior debe cambiar la
manera como los estudiantes comprenden, experimentan o conceptualizan el mundo que les
rodea. Por otra parte, Kane et al.(2002) destacan que la excelencia en la enseñanza es compleja y
difícil de alcanzar. Refieren lo aseverado por Andrews (1996:101, cit. en Kane et al., 2002:209):
"[Ella].. tiene que ver con la pericia con la que el docente maneje los contenidos y las técnicas
metodológicas, tanto como sentirse partícipe en el valor de la empresa educativa y en querer
alcanzar conjuntamente resultados de calidad". De acuerdo con Hativa (2000), hay un amplio
acuerdo en que los principales indicadores de calidad docente son el logro académico de los
estudiantes y su satisfacción con la enseñanza recibida.
Ramsden (2007) ha postulado seis principios de una enseñanza efectiva en educación superior,
que son: 1) despertar el interés y los deseos de aprender por parte de los estudiantes, donde ellos
acepten el esfuerzo que va requerir; 2) preocupación y respeto por el aprendizaje del alumno, es
decir, todas sus acciones deben estar encaminadas a lograr cambios en su comprensión del
mundo; 3) ofrecer una realimentación adecuada y una justa evaluación, sobre todo la primera, ya
que es la característica de una enseñanza eficiente más citada por los estudiantes (Shute, 2008); 4)
metas claras y retos intelectuales: al estudiante le debe quedar claro lo que se espera de él y
alcanzar esa finalidad debe implicar un desafío; 5) fomento de la independencia y control de su
aprendizaje por parte del alumno y su activo involucramiento: la finalidad para el estudiante es
que al término del proceso instruccional sea un aprendiz autónomo y autorregulado; y 6) aprender
de los estudiantes, lo que implica que el maestro debe ser humilde y estar dispuesto a conocer
cosas nuevas; ser generoso para compartir lo que sabe y conocer a sus alumnos para adaptar sus
conocimientos a sus características, expectativas y deseos, y no al revés.
Un rasgo crucial que distingue a una enseñanza de calidad es la claridad, que consiste en que el
profesor sea organizado, presente el contenido de manera lógica, utilice ejemplos, explique el
tema de manera simple, enseñe paso a paso, responda adecuadamente las preguntas de los
estudiantes, retroalimente sus acciones, enfatice los puntos importantes, resuma lo enseñado en
la clase y pregunte a los estudiantes para verificar que hayan comprendido, además de crear una
atmósfera pro -picia para el aprendizaje y estimular la participación de los alumnos (Hativa, 2000).
Los rasgos más importantes de un buen docente de educación superior son descritos así por
Morton (2009: 60, cit. en Friesen, 2011: 100):
• Plantea preguntas clave para señalar los puntos controversiales de un campo, o los problemas
no resueltos o de las perspectivas existentes.
Presentamos a continuación los resultados de investigaciones que han indagado acerca de lo que
es una buena enseñanza en educación superior.
Esta línea se inicia con una investigación muy influyente que consistió en recabar las visiones de
los buenos profesores universitarios de Estados Unidos realizada por Bain (2004), quien investigó a
63 buenos docentes1 de diferentes carreras y disciplinas, encontrando que tenían los siguientes
rasgos: un gran dominio de su campo disciplinario, adecuada habilidad para simplificar y clarificar
temas complejos, así como para resaltar los puntos cruciales del tópico en cuestión. Poseían un
amplio conocimiento acerca de los mecanismos del aprendizaje y aprecio por la enseñanza,
entendiéndola como una empresa compleja y difícil que demanda una gran capacidad intelectual;
o sea, no la consideraban una tarea sencilla. Su principal preocupación era lograr el aprendizaje de
sus alumnos: tenían altas expectativas de ellos, los confrontaban con retos pero les daban el
apoyo necesario para resolverlos, mostraban absoluta confianza en sus capacidades, creyéndolos
personas que quieren aprender, y sabían conformar "un clima propicio para el aprendizaje".
Concebían a la evaluación no como una actividad que se hace al final del acto docente para
calificar al estudiante, sino como una herramienta poderosa para ayudar y motivarlos a aprender.
Aplicaban, además, formas sistematizadas para evaluar sus acciones y realizaban los cambios
pertinentes basados en la información recopilada. Eran capaces de enfrentar sus propias
debilidades y fallas sin temor de asumirlas, y finalmente mostraban un alto compromiso con la
comunidad académica, es decir, se consideraban sólo una parte de la gran empresa educativa.
Cid et al. (2009) realizaron una investigación con docentes efectivos de una universidad española
para estudiar lo que ellos llamaron las "buenas prácticas de enseñanza en educación superior"; su
finalidad fue identificar y hacer visibles dichas prácticas ya que, para estos autores, es necesario
que los profesores tengan ejemplos o referencias de prácticas docentes efectivas, en tanto que
constituyen ejemplos de procesos y conductas que fueron exitosos (Anne, 2003, cit. en Cid et
al., 2009). Una buena práctica implica el desarrollo de una actividad —con frecuencia
innovadora— que ha sido experimentada y evaluada, y que fue exitosa; es una innovación que
permite mejorar el presente. Los autores prefieren usar el término de "buenas prácticas" en lugar
de "mejores", ya que consideran que este último término se presta a muchas interpretaciones y es
poco claro.
Los docentes reportan que realizan su labor de la mejor manera que pueden, ya que no tuvieron
una preparación pedagógica para hacerlo; por eso sus aproximaciones se derivan más de su
experiencia que de una formación pedagógica. Cuando comenzaron a impartir clases lo hicieron
sobre todo imitando a sus buenos profesores y auto corrigiendo sus propios errores. Son más
descriptivos que explicativos; lo que reportan sobre su práctica docente es más experiencial que
racional. Los profesores están más centrados en las disciplinas que dominan que en las
condiciones requeridas para lograr el aprendizaje de los estudiantes.
Concluyen diciendo que el interés por el aprendizaje de sus alumnos debe ser el gran motor del
cambio en la didáctica universitaria, por eso la identificación de las buenas prácticas puede servir
como punto de referencia para la mejora de la enseñanza de otros, y para ello todavía falta mucho
camino por recorrer.
Sugieren estudiar la relación entre el pensamiento y las acciones del maestro, porque esto es
importante para mejorar los procesos de formación y actualización docente, como lo dijimos
anteriormente. Sobre esta línea de investigación se estudiaron los pensamientos, creencias
docentes y prácticas de enseñanza que dicen realizar 25 profesores de la Facultad de Psicología de
la unam considerados por sus alumnos como buenos docentes (Carlos, 2008). Los referentes
teóricos fueron el pensamiento didáctico y la docencia efectiva. Los docentes fueron
seleccionados luego de aplicar un cuestionario a 1 mil 214 alumnos/ materia2 que cursaban los
primeros seis semestres en la facultad. En él se les pedía que calificaran a su profesor como bueno,
regular o malo, y se dejaba un espacio en blanco para justificar su respuesta.
A estos docentes se les aplicó un cuestionario y una entrevista a profundidad. En cuanto a los
resultados encontrados, hubo dos rasgos que suscitaron los mayores acuerdos entre los 25
entrevistados: uno de ellos fue su gusto por enseñar, ya que su motivación es de tipo intrínseco y
disfrutan del hecho mismo de dar clase. El otro fue buscar tener una buena relación interpersonal
con los alumnos: la desean porque piensan que facilita el aprendizaje, los valoran positivamente y
sobre todo estimulan la retroalimentación a su docencia para mejorarla. Muestran también un
gran compromiso, responsabilidad hacia su labor y se sienten orgullos de trabajar en la unam.
Igualmente quieren mejorar y perfeccionar su enseñanza por medio de una continua auto-
evaluación y actualización disciplinaria. La mayor parte de ellos asumen una visión compleja de la
enseñanza, considerándola una actividad que precisa de esfuerzo y compromiso y cuyos fines son
lograr el aprendizaje de sus alumnos y formarlos integralmente. La mayoría adopta una visión
transmisiva de la enseñanza y la mitad de ellos tiene una postura constructivista sobre el
aprendizaje. Sus respuestas reflejan un deficiente dominio de los aspectos psicopedagógicos y
algunos de ellos tienen opiniones desfavorables sobre la evaluación.
La práctica docente parte de establecer, desde el inicio del curso, reglas consensuadas de
funcionamiento con los estudiantes y crear un clima favorable para su aprendizaje, donde el
respeto y el buen trato hacia ellos es un rasgo distintivo. El acto docente se realiza buscando hacer
comprensible el conocimiento, ser claro y organizado al enseñar, y preocuparse por vincularla a los
intereses y nivel de conocimiento de sus alumnos, simplificando contenidos abstractos. Es decir, lo
encontrado señala la importancia de que el docente de educación superior sea no sólo un experto
disciplinario, virtud que siempre se le ha apreciado, sino que también domine los aspectos
pedagógicos, o sea, que tenga la capacidad para enseñar, simplificar el contenido y mostrar una
buena actitud hacia los estudiantes. Sobre estos puntos hay coincidencia con los resultados de
otras investigaciones y estudios aquí descritos (vgr. Bain, Cid et al., Hativa, etc.).
Si bien existen estas coincidencias, también se encontraron otros aspectos que al parecer son
importantes y que no han sido descritos en las investigaciones reseñadas, como el papel tan
importante que tienen los aspectos socioafectivos de la enseñanza, como son: la búsqueda de
buenas relaciones, las relaciones interpersonales, y el compromiso y la responsabilidad mostrados
por los docentes. Al igual que lo reportado por Cid et al. (2009), la enseñanza de estos maestros es
más un fruto de su experiencia y no de una formación pedagógica; de hecho, mostraron
deficiencias conceptuales y metodológicas en este campo. Si bien sus formas de enseñanza
concuerdan con lo sugerido por el constructivismo o por el enfoque centrado en el aprendizaje, al
parecer ellas se fueron configurando a lo largo de su experiencia docente, resultado de
básicamente dos factores: su apertura a la retroalimentación de sus alumnos, y su deseo de
innovar y mejorar su enseñanza como consecuencia de una continua auto evaluación. Es decir, por
iniciativa propia estos profesores buscan un desarrollo docente permanente, actualizándose y
evaluando su docencia; evitando así el conformismo y la auto complacencia.
Lo reseñado ofrece elementos valiosos para mejorar la enseñanza del nivel superior y nos permite
visualizar hacia dónde deberían conducirse las reformas e innovaciones docentes. Sin embargo,
hay también puntos que necesitarían mejorarse: uno de ellos es que casi todas las investigaciones
analizadas sobre las buenas prácticas de enseñanza carecen de un fundamento teórico y muestran
un "empirismo ingenuo"; es decir, dan por sentado que el tema es unívoco y no lo abordan desde
alguna perspectiva que permita confrontarla y validarla.
Por otra parte, el propio concepto de calidad docente despierta debates, ya que para caracterizar
a un buen profesor se debe de ir más allá de un listado de habilidades de enseñanza; la calidad es
algo más que una descripción de destrezas independientes, por eso hay que tomar en cuenta
otros aspectos tales como su identidad profesional, las creencias pedagógicas y su compromiso
con la profesión.
Otro autor (Cochran-Smith, 2005) duda que la investigación pueda aportar al mejoramiento
docente. Si bien acepta que el factor docente es muy importante —afirmación que coincide con la
de otros autores revisados— ya que su trabajo puede hacer una diferencia en la vida de los
educandos, critica que se tenga una visión estrecha de la calidad docente y se empleen
definiciones circulares como: la calidad del docente se mide por el rendimiento escolar del alumno
e, inversamente, las ganancias en el rendimiento académico se utilizan como evidencia de la
calidad docente.
Asegura que durante el siglo XX la educación tuvo un romance con la cuantificación. El supuesto
de la visión centrada en evidencias es que teniendo las metas claras y reuniendo resultados
derivados de investigaciones los diseñadores de políticas educativas podrían tomar mejores
decisiones. Sin embargo, tal como lo planteó Fenstermacher (1978), debe aceptarse que la
enseñanza es una actividad donde la subjetividad juega un papel muy importante. Por ello
propone que los resultados de la investigación deben someterse a consideración de los docentes
para que decidan si los adoptan o no; debe haber una labor de convencimiento, no de imposición;
no deben emplearse como prescripciones a seguir sólo porque están "validados científicamente",
ya que es el docente, en última instancia, quien acepta si los incorpora o no a su forma de
enseñanza.
Cochran-Smith (2005) afirma que aunque las evaluaciones realizadas por los alumnos son una
parte importante para juzgar el desempeño docente, no debe ser el único criterio. Sugiere incluir
elementos como la búsqueda, por parte del docente, de la equidad y la justicia social. Por lo
anterior, la investigación debería ayudar a vincular lo que sucede en la formación docente con sus
efectos en el salón de clase. Concluye afirmando que los buenos maestros y las buenas escuelas no
pueden por sí solos arreglar las desigualdades e inequidades sociales; para poder realizar ambas
tareas se requiere simultáneamente invertir en la educación y mejorar la infraestructura escolar
sin olvidar la salud, así como incrementar las oportunidades de empleo. Precisa, sin embargo, que
lo anterior no puede usarse como excusa para que los educadores se desliguen de su
responsabilidad en el aprendizaje de sus estudiantes, sino, por el contrario, para reconocer que los
problemas de un país incluyen a las escuelas, aunque va más allá de ellas. El reto es crear
ambientes que ofrezcan variadas oportunidades de aprendizaje para los alumnos, y para eso se
necesitan profesores que sepan proveer las oportunidades para que todos lo logren.
SUGERENCIAS DE ACCIONES
• Ampliar el estudio de las buenas prácticas de enseñanza para abarcar las diversas funciones que
tiene el académico de educación superior (tutoría, asesoría, investigación, etc.).
• Aplicar diferentes enfoques metodológicos para incluir las observaciones en el aula, las
aseveraciones de los docentes al mirar sus actuaciones y los estudios de vida para saber más
acerca de cómo se forman los buenos docentes.
• Utilizar las buenas prácticas de enseñanza como ejemplos que puedan servir a otros para
mejorar su docencia.
• Poner a consideración de los docentes los resultados de las buenas prácticas de enseñanza para
que retomen lo que piensan sea útil para ellos; ofrecerles asesoría y seguimiento a sus esfuerzos
de innovación docente; ser acompañantes, no directores de este proceso.
• Reunir evidencias de los aprendizajes obtenidos por los estudiantes de estos profesores que
vayan más allá de las calificaciones; esto es una tarea complicada en nuestro medio que habría
que enfrentar. Una posible manera es que estos productos se valoren mediante juicio de expertos.
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NOTAS
1
Hubo varios criterios para definir a un buen docente; el principal fue si de acuerdo con la opinión
de sus alumnos, éste logró impactar su vida o les cambió la visión que tenían de las cosas, además
de tomar en cuenta las opiniones de los colegas.
2
Alumno/materia es cuando un estudiante evaluó a varios maestros a la vez; en este caso juzgaba
a cinco que eran los que tenía en un semestre; por eso no hay relación entre un alumno y un
profesor.
Importancia de las TIC en la
educación básica regular
Escrito por: Luz Marina Gómez Gallardo y Julio César Macedo Buleje. Profesora
asociada y alumno de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
INTRODUCCIÓN
En la actualidad los sistemas educativos de todo el mundo se enfrentan al desafío de
utilizar las Tecnologías de la Información y la Comunicación para proveer a sus alumnos
con las herramientas y conocimientos necesarios que se requieren en el siglo XXI. En
1998, el Informe Mundial sobre la Educación de la UNESCO, “Los docentes y la
enseñanza en un mundo en mutación”, describió el impacto de las TICs en los métodos
convencionales de enseñanza y de aprendizaje, augurando también la transformación
del proceso de enseñanza-aprendizaje y la forma en que docentes y alumnos acceden
al conocimiento y la información.
Las TICs son la innovación educativa del momento y permiten a los docentes y alumnos
cambios determinantes en el quehacer diario del aula y en el proceso de enseñanza-
aprendizaje de los mismos.
Las TICs brindan herramientas que favorecen a las escuelas que no cuentan con una
biblioteca ni con material didáctico. Estas tecnologías permiten entrar a un mundo
nuevo lleno de información de fácil acceso para los docentes y alumnos. De igual
manera, facilitan el ambiente de aprendizaje, que se adaptan a nuevas estrategias que
permiten el desarrollo cognitivo creativo y divertido en las áreas tradicionales del
currículo.
Cabe resaltar la importancia de las TICs en las escuelas, por el nivel cognitivo que
mejorará en los niños y los docentes, al adquirir un nuevo rol y conocimientos, como
conocer la red y cómo utilizarla en el aula e interactuar entre todos con los beneficios y
desventajas.
Para muchos docentes el uso de las TICs implica ciertas desventajas, tales como
aprender a usar las tecnologías, actualizar los equipos y programas, sobre todo, implica
ocupar un tiempo fuera del lugar de trabajo , el cual muchos docentes no pretenden
acceder. Según Mumtag (2005), los principales factores que influyen en el uso de las
TICs por parte de los docentes son: el acceso a este tipo de recursos, calidad de
software y equipos, facilidad o simplicidad de uso, incentivo para cambiar las prácticas
pedagógicas usando tecnología, el apoyo y solidaridad de las escuelas para usar las
TICs en el currículo, las políticas nacionales y locales sobre TICs, compromiso con la
superación profesional, y la capacitación formal recibida en el uso de las TICs.
Sin duda las nuevas tecnologías pueden suministrar medios para la mejora de los
procesos de enseñanza y aprendizaje y para la gestión de los entornos educativos en
general, pueden facilitar la colaboración entre las familias, los centros educativos, el
mundo laboral y los medios de comunicación, pueden proporcionar medios para hacer
llegar en todo momento y en cualquier lugar la formación “a medida” que la sociedad
exija a cada ciudadano, y también pueden contribuir a superar desigualdades sociales;
pero su utilización a favor o en contra de una sociedad más justa dependerá en gran
medida de la educación, de los conocimientos y la capacidad crítica de sus usuarios,
que son las personas que ahora estamos formando.
3. Es el método o estrategia didáctica, junto con las actividades planificadas, las que
pronueven un tipo u otro de aprendizaje (recepción, descubrimiento…).
5. Las TICs deben usarse tanto como recursos de apoyo para el aprendizaje académico
de las distintas materias curriculares, como para la adquisición y desarrollo de
competencias específicas en TICs.
6. Las TICs pueden usarse tanto para la búsqueda, consulta y elaboración de
información como para relacionarse y comunicarse con otras personas (tareas
intelectuales y sociales).
7. Las TICs se deben utilizar tanto para el trabajo individual como para el desarrollo de
procesos de aprendizaje colaborativo entre grupos de alumnos (tanto presencial como
virtualmente).
8. Cuando se planifica una lección, proyecto o actividad con TICs debe explicitarse tanto
el objetivo y contenido del aprendizaje curricular como el tipo de competencia o
habilidad tecnológica que promueve.
10. El uso de las TICs no debe planificarse como una acción paralela al proceso de
enseñanza habitual; se debe integrar.
CONCLUSIÓN
La educación es la base del progreso de cualquier país, sobre todo, en aquellos en vía
de desarrollo. Para ello la formación docente es un factor importante para alcanzar una
educación adecuada y a la par con los cambios sociales, culturales y tecnológicos que
van surgiendo con el paso del tiempo.
Los docentes, hoy en día, deben adquirir nuevas estrategias de enseñanzas, las cuales
les permitirán desarrollar capacidades y habilidades en sus alumnos, para lo cual es
fundamental el uso de las nuevas tecnologías. Si un profesor logra desarrollar las
competencias para el uso de las TICs, no sólo le permitirá mejorar su labor docente,
sino que también la escuela en donde se desempeñe, ya que al modificar ciertas
estrategias de enseñanza-aprendizaje, permite modificar el currículo generando
escuelas que se autoevalúen y que mejoren constantemente.
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Fuente:
• http://sisbib.unmsm.edu.pe
Innovación docente y uso de las TIC en la enseñanza universitaria Resumen Para adaptarse a las
necesidades de la sociedad actual, las instituciones de educación superior deben flexibilizarse y
desarrollar vías de integración de las tecnologías de la información y la comunicación en los
procesos de formación. Paralelamente es necesario aplicar una nueva concepción de los alumnos-
usuarios, así como cambios de rol en los profesores y cambios administrativos en relación con los
sistemas de comunicación y con el diseño y la distribución de la enseñanza. Todo ello implica, a su
vez, cambios en los cánones de enseñanza-aprendizaje hacia un modelo más flexible. Para
entender estos procesos de cambio y sus efectos, así como las posibilidades que para los sistemas
de enseñanza-aprendizaje conllevan los cambios y avances tecnológicos, conviene situarnos en el
marco de los procesos de innovación. Palabras clave Educación flexible, comunicación mediada
por ordenador, entorno virtual, educación superior, redes de aprendizaje Jesús Salinas
INTRODUCCIÓN Las instituciones de educación superior han experimentado un cambio de cierta
importancia en el conjunto del sistema educativo de la sociedad actual: desplazamiento de los
procesos de formación desde los entornos convencionales hasta otros ámbitos; demanda
generalizada de que los estudiantes reciban las competencias necesarias para el aprendizaje
continuo; comercialización del conocimiento, que genera simultáneamente oportunidades para
nuevos mercados y competencias en el sector, etc. El ámbito de aprendizaje varía de forma
vertiginosa. Las tradicionales instituciones de educación, ya sean presenciales o a distancia, tienen
que reajustar sus sistemas de distribución y comunicación. Pasan de ser el centro de la estrella de
comunicación educativa a constituir simples nodos de un entramado de redes entre las que el
alumno-usuario se mueve en unas coordenadas más flexibles, y que hemos denominado
ciberespacio. Por otra parte, los cambios en estas coordenadas espacio-temporales traen consigo
la aparición de nuevas organizaciones de enseñanza, que se constituyen como consorcios o redes
de instituciones y cuyos sistemas de enseñanza se caracterizan por la modularidad y la
interconexión. Todo ello exige a las instituciones de educación superior una flexibilización de sus
procedimientos y de su estructura administrativa, para adaptarse a modalidades de formación
alternativas más acordes con las necesidades que esta nueva sociedad presenta. La existencia,
como comenzamos a acostumbrarnos a ver, de oferta on-line y de cursos en Internet, o los
proyectos experimentales de algunos profesores y/o departamentos, no presuponen una
universidad más flexible. 2 www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-580X Tampoco lo es el hecho de que una
institución esté investigando en los últimos avances en temas de telecomunicaciones o de
aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación. Para que tanto las instituciones
existentes como las que están naciendo ex profeso puedan responder verdaderamente a este
desafío, deben revisar sus referentes actuales y promover experiencias innovadoras en los
procesos de enseñanzaaprendizaje, apoyándose en las TIC y haciendo énfasis en la docencia, en
los cambios de estrategias didácticas de los profesores y en los sistemas de comunicación y
distribución de los materiales de aprendizaje; es decir, en los procesos de innovación docente, en
lugar de enfatizar la disponibilidad y las potencialidades de las tecnologías. Al mismo tiempo, estos
proyectos de flexibilización se han de entender como estrategias institucionales, globales, de
carácter docente, que involucran a toda la organización. En resumen, las universidades necesitan
implicarse en procesos de mejora de la calidad y esto, en nuestro terreno, se traduce en procesos
de innovación docente apoyada en las TIC. En nuestras universidades podemos encontrar multitud
de experiencias de «enseñanza virtual», «aulas virtuales», etc., incluidos proyectos institucionales
aislados de la dinámica general de la propia entidad que, aunque loables, responden a iniciativas
particulares y, en muchos casos, pueden ser una dificultad para su generalización, al no ser
asumidas por la organización como proyecto global. Así, este tipo de iniciativas particulares no
hace si no poner de manifiesto la rigidez de las estructuras universitarias para integrar en su
funcionamiento cotidiano la utilización de las TIC en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Se
requiere participación activa y motivación del profesorado, pero se necesita, además, un fuerte
compromiso institucional. La cultura universitaria promueve la producción, la investigación, en
detrimento muchas veces de la docencia y de los procesos de innovación en este ámbito. Y, sin
embargo, procesos de este tipo parecen ser los que oxigenarán de alguna forma a las
universidades. UN CONTEXTO DE CAMBIOS Es habitual hablar de este tiempo de cambios,
propiciado por los avances de las tecnologías de la información y la comunicación, como del inicio
de una nueva era, a la que suele llamarse sociedad de la información. Podemos destacar cuatro
importantes temas que convergen en este momento (Duderstand, 1997): Todos ellos afectan
directamente a la función que las universidades cumplen en la sociedad. Estos cambios de papel
ponen de manifiesto la necesidad del debate público, ya que frecuentemente podemos encontrar
posturas de aceptación acrítica de la tecnología. Pero la respuesta de las universidades a estos
retos no puede ser estándar: cada universidad debe responder desde su propia especificidad,
partiendo del contexto en el que se halla, considerando la sociedad a la que debe servir, teniendo
en cuenta la tradición y las fortalezas que posee. Como señala Toffler (1985), las organizaciones
complejas, como lo son las universidades, cambian significativamente cuando se dan tres
condiciones: presión externa importante, personas integrantes insatisfechas con el orden
existente y una alternativa coherente presentada en un plan, modelo o visión. Así pues, como
cualquier organización que pretende la calidad, la universidad, para llevar a cabo verdaderos – La
importancia del conocimiento como un factor clave para determinar seguridad, prosperidad y
calidad de vida. – La naturaleza global de nuestra sociedad. – La facilidad con la que la tecnología –
ordenadores, telecomunicaciones y multimedia– posibilita el rápido intercambio de información. –
El grado con el que la colaboración informal (sobre todo a través de redes) entre individuos e
instituciones está reemplazando a estructuras sociales más formales, como corporaciones,
universidades, gobiernos. 3 www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-580X cambios y verdaderos procesos de
innovación, debe prestar, en primer lugar, atención al entorno y sus mensajes. Los cambios que
están afectando a las instituciones de educación superior no pueden entenderse sin hacer
referencia al contexto de cambios que ocurren en distintos órdenes y que constituyen esa presión
externa: Obviamente, frente a la presión de estos cambios se producen respuestas institucionales
de distinto tipo, entre otras: Las modalidades de formación apoyadas en las TIC llevan a nuevas
concepciones del proceso de enseñanzaaprendizaje que acentúan la implicación activa del alumno
en el proceso de aprendizaje; la atención a las destrezas emocionales e intelectuales a distintos
niveles; la preparación de los jóvenes para asumir responsabilidades en un mundo en rápido y
constante cambio; la flexibilidad de los alumnos para entrar en un mundo laboral que demandará
formación a lo largo de toda la vida; y las competencias necesarias para este proceso de
aprendizaje continuo (Salinas, 1997). Los retos que suponen para la organización del proceso de
enseñanza-aprendizaje dependerán en gran medida del escenario de aprendizaje (el hogar, el
puesto de trabajo o el centro de recursos de aprendizaje); es decir, el marco espaciotemporal en el
que el usuario desarrolla actividades de aprendizaje. De igual manera, el rol del personal docente
también cambia en un ambiente rico en TIC. El profesor deja de ser fuente de todo conocimiento y
pasa a actuar como guía de los alumnos, facilitándoles el uso de los recursos y las herramientas
que necesitan para explorar y elaborar nuevos conocimientos y destrezas; pasa a actuar como
gestor de la pléyade de recursos de aprendizaje y a acentuar su papel de orientador y mediador
(Salinas, 1998). Como resultado, el profesor acusará implicaciones en su preparación profesional,
pues se le va a requerir, en su proceso de formación –inicial o de reciclaje–, ser usuario aventajado
de recursos de información. Junto a ello, necesitará servicios de apoyo de guías y ayudas
profesionales que le permitan participar enteramente en el ejercicio de su actividad. Los
profesores constituyen un elemento esencial en cualquier sistema educativo y resultan
imprescindibles a la hora de iniciar cualquier cambio. Sus conocimientos y destrezas son esenciales
para el buen funcionamiento de un programa; por lo tanto, deben tener recursos técnicos y
didácticos que les permitan cubrir sus necesidades. – Los cambios en la forma de organizar la
enseñanza universitaria propiciados por el espacio europeo de educación superior, por los
enfoques de esta enseñanza en relación a competencias, por los ECTS, etc. – Los cambios
propiciados por las TIC. – Los cambios en el conocimiento (en la generación, gestión y distribución
del mismo). – Los cambios en el alumno, en el ciudadano, en lo que puede considerarse hoy una
persona formada, etc. – Programas de innovación docente en las universidades, relacionados,
sobre todo, con la incorporación de las TIC a los procesos de enseñanzaaprendizaje. –
Modificación de las estructuras universitarias, en cuanto comienzan a ser consideradas estas
tecnologías en el organigrama y en los órganos de gestión de las universidades. – Experiencias
innovadoras de todo tipo, relacionadas con la explotación de las posibilidades comunicativas de las
TIC en la docencia universitaria. 4 www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-580X Para entender estos
procesos de cambio y sus efectos, así como las posibilidades que para los sistemas de enseñanza-
aprendizaje conllevan los cambios y avances tecnológicos, conviene situarnos en el marco de los
procesos de innovación. LOS PROCESOS DE INNOVACIÓN EDUCATIVA Los procesos de innovación
respecto a la utilización de las TIC en la docencia universitaria suelen partir, la mayoría de las
veces, de las disponibilidades y soluciones tecnológicas existentes. Sin embargo, una equilibrada
visión del fenómeno debería llevarnos a la integración de las innovaciones tecnológicas en el
contexto de la tradición de nuestras instituciones; instituciones que, no olvidemos, tienen una
importante función educativa. Debemos considerar la idiosincrasia de cada una de las
instituciones al integrar las TIC en los procesos de la enseñanza superior; también, que la dinámica
de la sociedad puede dejarnos al margen. Hay que tener presente que, como cualquier innovación
educativa, estamos ante un proceso con múltiples facetas: en él intervienen factores políticos,
económicos, ideológicos, culturales y psicológicos, y afecta a diferentes planos contextuales,
desde el nivel del aula hasta el del grupo de universidades. El éxito o fracaso de las innovaciones
educativas depende, en gran parte, de la forma en la que los diferentes actores educativos
interpretan, redefinen, filtran y dan forma a los cambios propuestos. Las innovaciones en
educación tienen ante sí como principal reto los procesos de adopción por parte de las personas,
los grupos y las instituciones (las cosas materiales y la información son, desde luego, más fáciles de
manejar y de introducir que los cambios en actitudes, prácticas y valores humanos). La innovación
puede ser interpretada de diversas maneras. Desde una perspectiva funcional podemos
entenderla como la incorporación de una idea, práctica o artefacto novedoso dentro de un
conjunto, con la convicción de que el todo cambiará a partir de las partes que lo constituyen.
Desde este enfoque, el cambio se genera en determinadas esferas y luego es diseminado al resto
del sistema. Desde otra perspectiva menos reduccionista, podemos considerar la innovación como
una forma creativa de selección, organización y utilización de los recursos humanos y materiales;
forma ésta, nueva y propia, que dé como resultado el logro de objetivos previamente marcados.
Estamos hablando, pues, de cambios que producen mejora, cambios que responden a un proceso
planeado, deliberativo, sistematizado e intencional, no de simples novedades, de cambios
momentáneos ni de propuestas visionarias. Como proceso que es, supone la conjunción de
hechos, personas, situaciones e instituciones, actuando en un período de tiempo en el que se dan
una serie de acciones para lograr el objetivo propuesto (Havelock y Zlotolow, 1995). Este proceso
se caracteriza por la complejidad derivada del hecho de introducir cambios sustanciales en los
sistemas educativos, ya que implican nuevas formas de comportamiento y una consideración
diferente de los alumnos. Requiere, por lo tanto, un proceso de sistematización, formalización,
seguimiento y evaluación. El cambio en las organizaciones es un proceso que ha sido descrito con
frecuencia, al igual que las etapas o fases del mismo. Muchos autores se han ocupado del tema:
Havelock y Huberman (1980); Fullan y Stiegelbauer (1991); Havelock y Zlotolow (1995); Fullan y
Smith (1999). Curry (1992), por ejemplo, habla de tres etapas fundamentales: movilización, por la
que el sistema es preparado para el cambio; implantación, en la cual el cambio es introducido; e
institucionalización, cuando el sistema se estabiliza en la nueva situación. La incorporación de
nuevos materiales, nuevos comportamientos y prácticas de enseñanza y nuevas creencias y
concepciones, etc., son cambios que están relacionados, 5 www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-580X de
acuerdo con Fullan y Stiegelbauer (1991), con los procesos de innovación en cuanto a mejoras en
los procesos de enseñanza-aprendizaje. Para estos autores, el uso de nuevos materiales y la
introducción de planteamientos curriculares innovadores o de las últimas tecnologías sólo es la
punta del iceberg: las dificultades están relacionadas con el desarrollo por parte de los profesores
de nuevas destrezas, comportamientos y prácticas asociadas al cambio, así como con la
adquisición de nuevas creencias y concepciones vinculadas al mismo. De esta manera,
consideramos la organización de sistemas de enseñanza-aprendizaje en entornos virtuales como
un proceso de innovación pedagógica basado en la creación de las condiciones para desarrollar la
capacidad de aprender y adaptarse, tanto de las organizaciones como de los individuos, y desde
esta perspectiva podemos entender la innovación como un proceso intencional y planeado, que se
sustenta en la teoría y en la reflexión y que responde a las necesidades de transformación de la
prácticas para un mejor logro de los objetivos (Fullan y Stiegelbauer, 1991; Rhodes, 1994; Kofman
y Senge, 1995; Fullan, 2002). Cuando Morin y Seurat (1998) definen innovación como «el arte de
aplicar, en condiciones nuevas, en un contexto concreto y con un objetivo preciso, las ciencias, las
técnicas, etc.», están considerando que la innovación no es solamente el fruto de la investigación,
sino también de la asimilación por parte de la organización de una tecnología desarrollada,
dominada y aplicada eventualmente en otros campos de actividad, pero cuya puesta en práctica
en su contexto organizativo, cultural, técnico o comercial constituye una novedad. Así pues,
cualquier proyecto que implique utilización de las TIC, cambios metodológicos, formación de los
profesores universitarios, etc., constituye una innovación. Y desde esta perspectiva consideramos
que debe abordarse su estudio. Al mismo tiempo, la innovación educativa, como cambio de
representaciones individuales y colectivas y de prácticas que es, no resulta ni es espontánea ni
casual, sino intencional, deliberada e impulsada voluntariamente, comprometiendo la acción
consciente y pensada de los sujetos involucrados, tanto en su gestación como en su
implementación. Ni las estrategias arriba-abajo, ni las abajo-arriba (centro-periferia y periferia-
centro en la nomenclatura de Stenhouse) funcionan por sí solas, sino que se requiere una
combinación adecuada de ambas (Fullan, 1994). Estos cambios ponen de manifiesto, también, la
necesidad del debate público en relación con las consecuencias positivas y negativas que conllevan
las nuevas tecnologías. La reflexión en este tema se hace más necesaria entre los que hablamos de
las tecnologías de la información y la comunicación y las posibilidades que las mismas ofrecen en
el mundo global. Frecuentemente podemos encontrar posturas de aceptación acrítica de la
tecnología, pero la respuesta de las instituciones a estos retos no puede ser estándar. Cada
universidad debe responder desde su propia especificidad, partiendo del contexto en el que se
halla, considerando la sociedad a la que debe servir, teniendo en cuenta la tradición y las
fortalezas que posee. Para responder a estos desafíos, las instituciones educativas deben revisar
sus referentes actuales y promover experiencias innovadoras en procesos de enseñanza-
aprendizaje apoyados en las TIC. En este terreno las universidades convencionales se enfrentan a
dificultades asociadas a la capacidad de flexibilización de sus estructuras (Salinas, 2002). Aplicado
al tema que nos ocupa, las palabras clave para los cambios futuros que ponen en relación las
tecnologías de la información y la comunicación y los nuevos enfoques respecto al aprendizaje
son, de acuerdo con Fullan y Smith (1999): significado, coherencia, conectividad, sinergia,
alineamiento y capacidad para la mejora continua. Y esto contrasta con los modelos lineales de
cambio. Así, la innovación, si bien está próxima a la práctica, está relacionada con todo el proceso,
con perspectivas de globalidad, e implica cambios en el currículo, en las 6 www.uoc.edu/rusc ISSN
1698-580X formas de ver y pensar las disciplinas, en las estrategias desplegadas, en la forma de
organizar y vincular cada disciplina con otra, etc. La aplicación de las TIC en acciones de formación
bajo la concepción de enseñanza flexible abre diversos frentes de cambio y renovación a
considerar: Para ello deben ponerse en juego una variedad de tecnologías de la comunicación que
proporcione la flexibilidad necesaria para cubrir necesidades individuales y sociales, lograr
entornos de aprendizaje efectivos y conseguir la interacción profesor-alumno. La reflexión sobre
todo ello debe hacerse, como es lógico, por medio del análisis de la disponibilidad tecnológica, del
mercado de la oferta formativa y del estudio de costes. Es decir, desde la viabilidad económica y
tecnológica, pero, sobre todo, desde la óptica de la viabilidad didáctica, centrada en la calidad de
los materiales y de los sistemas de enseñanza y en las posibilidades comunicativas que ofrecen
dichos sistemas. Ya dijimos anteriormente que ni las estrategias centro-periferia ni las periferia-
centro funcionan por sí solas, sino que se requiere una combinación adecuada de ambas. Las
estrategias centro-periferia, aun disponiendo de una buena plataforma de difusión, no suelen
tener el impacto deseado. En sentido opuesto, como señalan Fullan y Smith (1999), un buen
desarrollo profesional por sí solo no es efectivo, la cultura organizacional debe cambiar. Para ellos
esto implica desarrollar culturas de trabajo colaborativo o «comunidades de aprendizaje
profesional». La innovación provoca cambios en los sujetos y en el contexto. Por ello, podemos
reconocer dos ámbitos necesariamente interrelacionados para que se produzcan auténticas
innovaciones (Angulo, 1994): el subjetivo y el objetivo. El ámbito subjetivo supone el cambio de
representaciones y teorías implícitas de los actores, desde las cuales interpretan y adaptan las
innovaciones. El ámbito objetivo se refiere a las prácticas que son objeto de transformación:
intencionalidades, contenidos de enseñanza, estrategias metodológicas, materiales curriculares,
enfoques y prácticas de evaluación. La incorporación de las TIC a los procesos de enseñanza
superior requiere este tipo de transformaciones. Como se ha dicho ya, de nada sirve introducir
nuevas tecnologías si no se producen otros cambios en el sistema de enseñanza. Cualquier
proceso de incorporación en este ámbito debe ser analizado y estudiado como una innovación, ya
que presenta cambios y transformaciones en todos los elementos del proceso didáctico. CAMBIOS
EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR Y TIC Los cambios que se dan en las instituciones de educación
superior presentan cuatro manifestaciones que podemos considerar como respuestas desde la
práctica, de gran interés para comprender el fenómeno, todas ellas interrelacionadas dentro de
los procesos de innovación: CAMBIOS EN EL ROL DEL PROFESOR Los cambios que se dan en la
institución, entre los que podemos destacar el impacto de las TIC, conducen irremediablemente a
plantear un cambio de rol del profesor, de la función que desempeña en el sistema de – Cambios
en las concepciones (cómo funciona en el aula, definición de los procesos didácticos, identidad del
docente, etc.). – Cambios en los recursos básicos: contenidos (materiales, etc.), infraestructuras
(acceso a redes, etc.), uso abierto de estos recursos (manipulables por el profesor, por el
alumno…). – Cambios en las prácticas de los profesores y de los alumnos. enseñanza-aprendizaje
en el contexto de la educación superior. Comience el planteamiento por una reflexión sobre este
rol, o comience por la introducción de las TIC en el proceso, habrá que afrontar el binomio rol del
profesor y papel de las TIC en la docencia universitaria. Hay diversos autores que se han ocupado
de las funciones que debe desarrollar el profesor en los ambientes de aprendizaje que explotan las
posibilidades de la comunicación mediada por ordenador. Mason (1991), al igual que Heeren y
Collis (1993), habla de tres roles: rol organizacional, rol social y rol intelectual. Berge (1995) los
categoriza en cuatro áreas: pedagógica, social, organizacional o administrativa y técnica. Por otra
parte, no todos estos roles tienen que ser desempeñados por la misma persona. De hecho,
raramente lo son. Se suele aceptar que el rol del profesor cambia de la transmisión del
conocimiento a los alumnos a ser mediador en la construcción del propio conocimiento por parte
de estos (Gisbert y otros, 1997; Salinas, 1999; Pérez i Garcías, 2002). Se trata de una visión de la
enseñanza en la que el alumno es el centro o foco de atención y en la que el profesor juega,
paradójicamente, un papel decisivo. Adoptar un enfoque de enseñanza centrado en el alumno
significa atender cuidadosamente a aquellas actitudes, políticas y prácticas que pueden ampliar o
disminuir la «distancia» de los alumnos distantes. El profesor actúa primero como persona y
después como experto en contenido. Promueve en el alumno el crecimiento personal y enfatiza la
facilitación del aprendizaje antes que la transmisión de información. La institución educativa y el
profesor dejan de ser fuentes de todo conocimiento, y el profesor debe pasar a actuar como guía
de los alumnos, facilitándoles el uso de los recursos y las herramientas que necesitan para explorar
y elaborar nuevos conocimientos y destrezas; pasa a actuar como gestor de la pléyade de recursos
de aprendizaje y a acentuar su papel de orientador. En otros trabajos (Salinas, 1997; 1998) nos
hemos ocupado de los requerimientos a los profesores en este ámbito. Todo ello requiere,
además de servicios de apoyo y asesoramiento al profesorado, un proceso de formación que
conduzca a: CAMBIOS EN EL ROL DE ALUMNO Al igual que el profesor, el alumno ya se encuentra
en el contexto de la sociedad de la información, y su papel es diferente al que tradicionalmente se
le ha adjudicado. Los modelos educativos se ajustan con dificultad a los procesos de aprendizaje
que se desarrollan mediante la comunicación mediada por ordenador. Hasta ahora, el enfoque
tradicional ha consistido en acumular la mayor cantidad de conocimientos posible, pero en un
mundo rápidamente cambiante esto no es eficiente, al no saber si lo que se está aprendiendo será
relevante. Es indudable que los alumnos en contacto con las TIC se benefician de varias maneras y
avanzan en esta nueva visión del usuario de la formación. Esto requiere acciones educativas
relacionadas con el uso, selección, utilización y organización de la información, de manera que el
alumno vaya formándose como un maduro ciudadano de la sociedad de la información. El apoyo y
la orientación que recibirá en cada situación, así como la diferente disponibilidad tecnológica, son
elementos cruciales en la explotación de las TIC para actividades de formación en esta nueva
situación; pero, en cualquier caso, se requiere flexibilidad para pasar de ser un 7
www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-580X – Conocimiento y dominio del potencial de las tecnologías. –
Interacción con la comunidad educativa y social en relación con los desafíos que conlleva la
sociedad del conocimiento. – Conciencia de las necesidades formativas de la sociedad. –
Capacidad de planificar el desarrollo de su carrera profesional. 8 www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-
580X alumno presencial a serlo a distancia, y a la inversa, al mismo tiempo que flexibilidad para
utilizar autónomamente una variedad de materiales. CAMBIOS METODOLÓGICOS Muchos de los
conceptos asociados con el aprendizaje en la clase tradicional, pero ausentes cuando se utilizan
sistemas convencionales de educación a distancia, pueden reacomodarse en la utilización de redes
para la enseñanza, dando lugar a una nueva configuración formativa que puede superar las
deficiencias de los sistemas convencionales, ya sean presenciales o a distancia. Lo que
frecuentemente se ha procurado es reproducir los modelos de enseñanza-aprendizaje
dominantes, y así encontramos muchos cursos y experiencias que se basan fundamentalmente en
el modelo clásico de enseñanza-aprendizaje. Las posibilidades de las TIC permiten reproducir de
alguna forma estos modelos, y en algunos casos puede entenderse que ésta sea la opción
«adecuada» (la oportuna combinación de elementos tecnológicos, pedagógicos y organizativos).
Para Mason (1998), no se inventan nuevas metodologías, sino que la utilización de las TIC en
educación abre nuevas perspectivas respecto a una enseñanza mejor, apoyada en entornos en
línea cuyas estrategias son prácticas habituales en la enseñanza presencial, pero que ahora son
simplemente adaptadas y redescubiertas en su formato virtual. Así, por una parte, las decisiones
ligadas al diseño de la enseñanza vienen delimitadas por aspectos relacionados con el tipo de
institución (si es presencial o a distancia, el tipo de certificación que ofrece, cuál es la relación de la
institución con el profesorado, de qué espacios físicos dispone, etc.); con el diseño de la enseñanza
en sí (metodología de enseñanza, estrategias didácticas, rol del profesor, rol del alumno,
materiales y recursos para el aprendizaje, forma de evaluación); con aspectos relacionados con el
alumno, usuario del sistema; y con el aprendizaje (motivación, necesidades de formación
específicas, recursos y equipamiento disponibles…). Por otra, las decisiones relacionadas con la
tecnología en sí implican la selección del sistema de comunicación a través del ordenador o de
herramientas de comunicación que resulten más adecuadas para soportar el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Estas decisiones parten del conocimiento de los avances tecnológicos en
cuanto a las posibilidades de la tecnología para la distribución de los contenidos, el acceso a la
información, la interacción entre profesores y alumnos, la gestión del curso, la capacidad de
control de los usuarios durante el desarrollo del curso, etc. En definitiva, diseñar un entorno de
formación supone participar de un conjunto de decisiones a modo de juego de equilibrio entre el
modelo pedagógico, los usuarios –según el rol de profesores y alumnos– y las posibilidades de la
tecnología desde la perspectiva de la formación flexible (Latona, 1996; Salinas, 1997b, 1999;
Moran y Myringer, 1999). IMPLICACIONES INSTITUCIONALES Al margen de la metodología
utilizada, se está dando una transición desde la convencional clase en el campus a la clase en el
ciberespacio. Profesores y alumnos actúan de distinta manera en los dos tipos de clase. Los
productos de aprendizaje son diferentes también. Los cursos y programas de comunicación
mediada por ordenador han aparecido tan rápidamente que, ni educativa ni socialmente, se ha
desarrollado un pensamiento sobre el posible impacto de este método de distribución. Ni
tampoco hay mucho ideología sobre la necesidad de modificar el enfoque educativo: lo corriente
es ensayar con los métodos tradicionales de enseñanza en entornos no tradicionales. 9
www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-580X En este contexto, las instituciones educativas necesitan
involucrarse en procesos de innovación docente apoyada en las TIC, presionadas, entre otros
factores, por el enorme impacto de la era de la información, que hace que la compartimentación
de los sectores profesionales, de ocio y educativo sea superada de tal forma que, al mismo tiempo
que se han generado nuevos mercados para la universidad, ésta también pierde el monopolio de
la producción y la transmisión del saber; por la comercialización del conocimiento, que genera
simultáneamente oportunidades para nuevos mercados y competencias nuevas en el sector; y por
una demanda generalizada de que los estudiantes reciban la competencias necesarias para el
aprendizaje continuo. ELEMENTOS DE ANÁLISIS DE LA IMPLICACIÓN INSTITUCIONAL Entendemos
que las implicaciones institucionales de estos procesos de cambio que supone la introducción de
las TIC en la docencia universitaria se manifiestan en distintos aspectos que veremos a
continuación. CONTEXTO Ninguna innovación puede ignorar el contexto en el que se va a
desarrollar. La introducción de las TIC en la docencia universitaria supone considerar aspectos que
hacen referencia a las características, tanto individuales como colectivas, de los posibles usuarios.
Se hace imprescindible partir de un análisis del contexto donde la innovación se ha de integrar, ya
sea desde el punto de vista geográfico (la distribución de la población, la ruptura del territorio en
islas –como es nuestro caso–, las condiciones sociolaborales en las que nuestros posibles alumnos
se desenvuelven…), pedagó- gico (concepciones y creencias, nuevos roles de profesor y alumno,
mayor abanico de medios de aprendizaje, cambios en las estrategias didácticas…), tecnológico
(disponibilidad tecnológica de la institución y de los usuarios…) o institucional. Por otra parte, es
fundamental atender al contexto organizacional, ya que de él dependerán muchas de las
posibilidades del funcionamiento de la innovación, pero también se ha de prestar atención al
contexto socioeconómico, cultural, etc., del alumno. La integración de este tipo de programas se
realiza en un triple contexto: Se trata de considerar la integración de las TIC a las instituciones de
enseñanza superior en el contexto de la evolución de la sociedad, del cambio social, etc. Debe ser
analizada la oportunidad de «mercado», ya que aparecen nuevas posibilidades para las
universidades en acciones alternativas a las convencionales. Como consecuencia, se debe
reflexionar sobre la necesidad y urgencia de introducirse en este terreno por parte de las universi-
dades, ante la competencia que en el ámbito de las «enseñanzas virtuales» va apareciendo, y
sobre los peligros de la excesiva comercialización del conocimiento. La fortaleza de las
universidades en el terreno de las TIC en la docencia está, como se dijo, en el profesorado y en el
conocimiento. Pero ninguna universidad es fuerte en todos los campos. Se hace, pues,
imprescindible la alianza entre las instituciones, la formación de equipos – Contexto socioafectivo
que el alumno encuentra en el entorno académico: el ambiente de clase, el rol que el profesor
representa dentro de este ámbito, la percepción del papel que el alumno desempeña. – Contexto
de los otros elementos pedagógicos que intervienen en el proceso global de
enseñanzaaprendizaje. – Contexto de la vida fuera del aula. Aquí, no sólo se encuentra la familia o
el entorno social o ambiental; el alumno vive inmerso en una sociedad de consumo, en una
sociedad caracterizada por las nuevas comunicaciones, en una sociedad de la información, global.
10 www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-580X interdisiciplinares, interinstitucionales, que abarquen todos
los aspectos necesarios para la calidad de los programas (técnico, pedagógico, comunicativo, etc.).
POLÍTICA INSTITUCIONAL Si pretendemos preparar a nuestra institución para el futuro, es
importante involucrar a toda la comunidad universitaria, y esto en sus primeros momentos puede
estar reñido con proyectos estrella. Se ha de tener claro qué es lo que se pretende a medio y largo
plazo. Los proyectos propulsados por profesores entusiastas, aunque son loables, no suelen ser
efectivos. Es imprescindible que las instituciones de enseñanza superior se involucren en
experiencias de explotación de las TIC en la docencia. Es importante que el proyecto de innovación
esté integrado en la estrategia institucional y que la comunidad universitaria lo asuma. Se supone
que todos los miembros de la comunidad (dirección, profesorado, etc.) deben mostrar
compromiso con el proyecto. Es primordial el compromiso y el apoyo institucional a este tipo de
experiencias, tanto para la supervivencia de las mismas como para la evolución de las entidades
universitarias. Así como se ve incierto el futuro de las iniciativas particulares de los profesores,
tampoco parece que puedan tener éxito proyectos impuestos desde los órganos de gobierno. Es
necesario concienciar a la comunidad universitaria. Junto al apoyo institucional se considera, por
lo tanto, elemento crucial el convencimiento del profesorado como factor clave del éxito. Ello
requiere fuerte motivación (sensibilización, reconocimiento, incentivos) del profesorado que
participa, o que es susceptible de participar, en experiencias de utilización de las TIC en la
docencia universitaria. Hay que recordar que las innovaciones no tienen éxito si son solamente de
la base a la cabeza, ni a la inversa. De ahí ese compromiso. Se constata la necesidad de concienciar
a los órganos de gobierno de las universidades para potenciar a los grupos establecidos, o por
establecerse, que se dedican a la explotación de las TIC en la docencia. Sería preocupante que los
grupos innovadores en este terreno estén trabajando de forma dual: convencionalmente, en su
quehacer cotidiano, y en experiencias de estrategias innovadoras en proyectos externos a la
universidad. No obstante, parece esencial insistir en la idea de que nos encontramos en unos
momentos cruciales para el despegue de una amplia aplicación de las TIC en la formación, que
lleva a un verdadero proceso de cambio. Como se ha señalado, resulta fundamental, pues, la
necesidad de disponer en las universidades de una estrategia institucional que suponga una
formulación de un enfoque conjunto de futuro sobre el modelo de enseñanza y aprendizaje,
frente a la proliferación de proyectos personales o de centros (Salinas, 1999). La incorporación de
las TIC a las organizaciones ha demostrado siempre la necesidad de un replanteamiento de la
organización interna, una reingeniería de la actividad, de los flujos de información y de los
productos para los que se orienta su labor. En el caso de las universidades españolas,
habitualmente, no existe en el organigrama una ubicación clara de la responsabilidad de los
recursos de TIC para la docencia, ni un canal establecido para su financiación, gestión y desarrollo.
La universidad entendida como organización debe afrontar esta evolución para llegar a ser una
institución plenamente operativa en la sociedad de la información del siglo XXI. IMPLEMENTACIÓN
Es importante considerar los elementos que se ponen en juego para ejecutar el proyecto. A veces
se definen los objetivos a lograr como si ya se hubieran conseguido. La forma en la que cada
organización despliega los recursos y los organiza va a ser importante para el logro de los mismos.
11 www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-580X En la universidad, las actividades ligadas a las TIC y la
docencia han sido realizadas habitualmente por profesores entusiastas, que han conseguido
dotarse de los recursos necesarios para experimentar. Por lo tanto, no ha existido en el
organigrama institucional una ubicación clara de la responsabilidad de los recursos de TIC para la
docencia, ni un canal establecido para su financiación, gestión y desarrollo. Los servicios de
informática han podido, en algunos casos, darles cierto soporte, pero sin la imprescindible
planificación docente y configuración pedagógica. Por otra parte, un cierto número de
experiencias durante los años recientes demuestran que las iniciativas aisladas resultan difíciles,
costosas y limitadas en su eficacia, y que cuando no salen adelante, tienden a producir desaliento
y actitudes negativas por parte tanto de los docentes como de los propios estudiantes. Entre los
aspectos más importantes a considerar de cara a la implantación de los proyectos, proponemos: –
El sistema de apoyo a profesores, que integra tanto las acciones a incluir en el plan de formación y
actualización del profesorado respecto al uso de las TIC en la docencia, como todo el sistema de
asesoría personal que se presta a los mismos y las acciones de asistencia técnica (coordinación de
las actuaciones de los distintos servicios de la institución, la información de los recursos
disponibles, etc.). Estos sistemas de apoyo no sólo se centran en el papel fundamental de la
formación del profesorado. Es indudable que el colectivo docente universitario necesita, en primer
lugar, un proceso de formación, y que la planificación del mismo y la propia existencia de
formadores de formadores constituyen un tema clave. Pero además debemos pensar en términos
de formación continua, de desarrollo profesional. El profesor universitario no sólo debe estar al
día de los descubrimientos en su campo de estudio. Al mismo tiempo, debe también atender a las
posibilidades de las TIC y a las eventuales innovaciones en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
– Apoyo a los alumnos. Los alumnos requieren acciones de formación (destrezas comunicativas, de
selección de la información, de organización, etc.), tal como se señaló; pero, al mismo tiempo,
asistencia técnica y políticas de promoción del uso de las TIC (planes de compra, créditos blandos,
etc.). – Política del equipo. El equipo que va a llevar adelante el proyecto constituye una de las
piezas clave. Su configuración, funciones y lugar en el organigrama de la institución dependen de
la cultura e historia de la entidad. Por eso mismo, la política respecto a dicho equipo constituye
uno de los elementos críticos para el éxito de los proyectos de integración de las TIC en los
procesos de enseñanza-aprendizaje. La forma en que se organizará este equipo también reviste
importancia: el papel del experto en contenido, cómo y quién se encargará del diseño instructivo,
del diseño digital, si consideramos la presencia de programadores, o cuál va a ser el papel del
coordinador del equipo, etc. – Nuevas relaciones. Es indudable que las oportunidades en el
mercado académico se amplían al integrar en la institución universitaria entornos virtuales de
enseñanza-aprendizaje. Ello nos sitúa en una posición distinta respecto nuevos socios que pueden
provenir del campo tecnológico, del sector económico y, sobre todo, de nuestras relaciones con
las otras instituciones (consorcios, redes de universidades, etc.). – Infraestructura de red,
hardware y software. Es indudable que poco se podrá hacer en el campo de la docencia basada en
las TIC sin unas claras líneas estratégicas respecto a la infraestructura. 12 www.uoc.edu/rusc ISSN
1698-580X Un plan tecnológico de la institución será una buena base para el éxito. A pesar de ello,
quiero recordar algo: la innovación es una actividad humana, no técnica. – Modelo de iniciación.
Se caracteriza por ofrecer apuntes y algún otro material en formato web. Generalmente no se
facilitan oportunidades para la interacción o el diálogo, ni se proporcionan recursos extra. La
utilización de Internet como apoyo en el aprendizaje y en la enseñanza requiere un cambio de
cultura, tanto en los profesores como en los estudiantes. Por lo tanto, no sorprende que este
modelo minimalista sea ampliamente usado por quienes son más cautelosos ante tal cambio. En
todo caso, este modelo es aconsejable en aquellos contextos de aprendizaje donde el tiempo de
preparación sea muy limitado, el espacio en el servidor web sea escaso, el instructor sea nuevo en
la distribución basada en web y fallen las destrezas básicas relativas a ordenadores. – Modelo
estándar. Trata de utilizar las ventajas proporcionadas por la tecnología para permitir un cierto
grado de comunicación e interacción entre estudiantes y profesores, además de proporcionar otro
tipo de recursos, como los recursos electró- nicos en forma de enlaces, copias electrónicas de
todos los materiales impresos del curso, diapositivas de las clases, notas de las clases presenciales,
PRÁCTICA, EXPERIENCIAS Y EFECTOS Las prácticas que se desarrollan, aquellas que son el objeto
de la innovación, dependen de la organización de los elementos y recursos a disposición del
proyecto, y pueden concretarse en distintos tipos. En el campo que nos ocupa, puede contribuir
como elemento esclarecedor lo que Roberts, Romm y Jones (2000) describen en sus cuatro
modelos, en función de la evolución del sistema y centrados preferentemente en instituciones
convencionales: tareas y soluciones de talleres, guías para las actividades, lista de discusión
electrónica para el curso, etc. La utilización de este modelo es apropiada cuando el profesor está
experimentando por primera vez con la gestión de la enseñanza a mediante la web, o cuando los
estudiantes están participando por primera vez en un curso de estas características, o cuando se
prefiere, por alguna razón, la distribución de actividades en papel, etc. – Modelo evolucionado.
Mejora el estándar al introducir otros elementos complemen-tarios de cara tanto al entorno de
ense-ñanza (seguimiento de los alumnos, gestión electrónica, etc.), como al de aprendizaje
(distribución en CD-ROM, clases pregrabadas en audio, animaciones, clases en «vivo» como
respuesta a demandas específicas de estudiantes, etc.). Este modelo es apropiado en situaciones
donde es preferible la distribución de actividades en formato electrónico, las clases pueden ser
pregrabadas, el profesor dispone de suficiente tiempo para asegurar la difusión del sitio web, se
pretende la interacción y la retroalimentación, y cuando se van a trabajar aspectos complejos o
técnicos. – Modelo radical. Mientras los tres modelos anteriores tratan, en medida distinta, de
adaptar el patrón de enseñanza presencial a un formato web, el radical ignora el concepto de
clases. Aquí, los estudiantes son organizados en grupos y aprenden interactuando entre ellos y
utilizando una vasta cantidad de recursos web existentes, y el profesor actúa como guía, asesor,
facilitador, o cuando es requerido. Las características diferenciales de este modelo serían, por
ejemplo, el envío de un vídeo a todos los estudiantes al comienzo del semestre, explicando la
forma en la que el curso funciona. Tras una mínima instrucción tradicional, los estudiantes usan
los materiales y localizan otros recursos disponibles en la web, el uso intensivo de las listas de
discusión, la sustitución de clases por presentaciones electró- 13 www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-
580X nicas en línea preparadas por los mismos estudiantes, la organización de los estudiantes en
grupos; etc. Las situaciones en las que la aplicación de este modelo resulta aconsejable serían
cuando se considere beneficioso el trabajo en grupo, para estudiantes que estén familiarizados
con el uso de la web, las herramientas de comunicación y los sistemas de búsqueda de
información, que dispongan de habilidades de investigación y que sean capaces de trabajar de
forma autónoma, sin la presencia continuada del profesor. Éste, por otra parte, debe encontrarse
cómodo actuando primero como guía y posteriormente como facilitador, más que como
distribuidor directo de conocimientos; y cuando existan recursos suficientes y relevantes para el
contenido del curso en la Red. Los nuevos espacios educativos que se crean mediante estos tipos
de prácticas pueden referirse tanto al impacto que la introducción de las TIC tiene en la enseñanza
convencional como a la configuración de nuevos escenarios para el aprendizaje. Entre el aula
convencional y las oportunidades de obtener materiales de aprendizaje desde cualquier punto a
través de las telecomunicaciones, existe todo un abanico de posibilidades de acceso a recursos de
aprendizaje y de establecer una comunicación educativa que debe ser considerado, sobre todo en
una proyección de futuro. La proliferación de experiencias a la que hacíamos referencia al
principio puede suponer, a veces, la aparición de nuevos vocablos –de hecho en los últimos
tiempos hemos oído hablar de enseñanza virtual, campus virtual, universidad virtual y, más
recientemente, de e-learning, blended learning, etc.– en el mundo educativo solamente, sin
constituir otra innovación. La sofisticación de las tecnologías, los brillos de los multimedia no
deben deslumbrarnos, ya que estos fenómenos deben ser abordados con rigor. Todos estos
avances provocan serios interrogantes: ¿Cuál es el nuevo papel que desempeñan los docentes? ¿Y
los alumnos? ¿Cómo se establece la comunicación educativa por medio de estos nuevos canales?
¿Se puede reproducir la interacción que se da en el aula por medios electró- nicos? Todos estos
interrogantes exigen, al menos desde la óptica pedagógica, estudio y reflexión. Requieren
investigación si queremos respuestas contrastadas. Pero también exigen que las distintas
instituciones promuevan proyectos innovadores en este terreno, ya que lo importante en esta
clase de procesos es la utilización de una variedad de tecnologías que proporcionen la flexibilidad
precisa para cubrir necesidades individuales y sociales, lograr entornos de aprendizaje efectivos y
conseguir la interacción de estudiantes y profesores. Las experiencias tienen distinto tipo de
efectos en las instituciones (que dependerán de la toma de decisiones respecto a los
condicionamientos de los que hemos venido hablando), y, aunque son difícilmente transferibles,
muchas de ellas pueden contribuir a definir nuestro modelo de enseñanza-aprendizaje basado en
las TIC. REFLEXIONES FINALES El éxito de cualquiera de estos tipos de proyectos dependerá de
varios factores ya señalados en otro trabajo (Salinas, 1997): el prestigio y la capacidad de
innovación de las instituciones, la flexibilidad de su profesorado, la calidad del contenido, el
entorno de comunicación o la reconstrucción de los ambientes de comunicación personal. En la
medida en la que atendamos a los aspectos tangibles (plataforma, comunicación, materiales,
funcionamiento de la red) e intangibles (comunicación pedagógica, rol del profesor, interacción,
diseño de actividades, proceso de evaluación y grado de satisfacción de alumnos, profesores y
gestores), seremos capaces de construir una alternativa más cercana que la educación a distancia
y diferente de la enseñanza presencial. Creemos que la educación a través de la Red ofrece nuevas
posibilidades de aprendizaje abierto y flexible. Pero el profesorado y el alumnado necesitan
buenas condiciones de trabajo, funcionamiento adecuado de la Red, eficacia en las funciones que
integran el campus virtual, calidad de los 14 www.uoc.edu/rusc ISSN 1698-580X contenidos,
adecuación pedagógica de las actividades, fluidez en la comunicación pedagógica, coherencia con
los proceso de evaluación y acreditación. La flexibilidad debe ser una opción compatible con la
rutina docente, ofreciendo seguridad de conexión y entrada al campus virtual a cualquier hora que
se desee. Sólo así podemos asegurar la calidad que proporcione eficacia y satisfacción a alumnos y
profesores. Durante los primeros años de utilización de las TIC en la formación, los proyectos se
han centrado en la innovación técnica para crear entornos de aprendizaje basados en la
tecnología. Ahora el foco es el alumno mismo, así como la metodología. El nuevo pensamiento
implica demanda de una sólida fundamentación metodológica, al mismo tiempo que un enfoque
centrado en el alumno. Así, desde una perspectiva institucional, los verdaderos objetivos a lograr
serían: – Constituir un medio de solucionar condiciones para una educación más individual y
flexible, relacionada con necesidades tanto individuales (combinación del trabajo y estudio,
reciclaje, relativas al ritmo de aprendizaje, a la frecuencia, al tiempo, al lugar, al grupo de
compañeros, etc.) como sociales (formación a grupos específicos, diferenciación de programas de
estudio dirigidos a una nueva y mejor cualificación en el mercado laboral). – Mejorar el acceso a
experiencias educativas avanzadas, permitiendo a estudiantes e instructores participar en
comunidades de aprendizaje remoto, en tiempos y lugares adecuados, utilizando ordenadores en
el hogar, en el campus o en el trabajo. – Mejorar la calidad y efectividad de la interacción
utilizando el ordenador para apoyar procesos de aprendizaje colaborativo, entendiendo como
proceso de aprendizaje colaborativo aquellos que hacen hincapié en los esfuerzos cooperativos o
de grupo entre el profesorado y los estudiantes, y que requieren participación activa e interacción
por parte de ambos, profesores y alumnos, frente a los modelos tradicionales de aprendizaje
acumulativo. BIBLIOGRAFÍA BATES, A. (2000). Managing technological change. Strategies for
College and University Leaders. San Francisco (CA): Jossey-Bass Inc. CURRY, B.K. (1992). Instituting
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Central de Venezuela. SALINAS, J. (2002, enero-junio). “Modelos flexibles como respuesta de las
universidades a la sociedad de la información”. Acción Pedagógica (vol. 11, n.º 1). Para citar este
documento, puedes utilizar la siguiente referencia: SALINAS, Jesús (2004). "Innovación docente y
uso de las TIC en la enseñanza universitaria". Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento
(RUSC). [artículo en línea]. UOC. Vol. 1, nº 1. [Fecha de consulta: dd/mm/aa].
Impacto de las Tic en la Educación Superior.
7. 7. Acceso a la Biblioteca Dirección de e-mail a cada alumno Espacio web a cada alumno
Web insticional Web de la facultad Web de la asignatura IMPACTO DE LAS TIC EN LA
ENSEÑANZA UNIVERSITARIA
10. 10. IMPACTO DE LAS TIC EN LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA TIC, NUEVOS CONTENIDOS EN
LAS ASIGNATURAS, NUEVAS TITULACIONES Exige una continua actualización de los
contenidos de las asignaturas e incluso la creación de nuevas asignaturas. Además el
impacto de las TIC en algunos campos profesionales es tan fuerte que origina nuevos
perfiles profesionales, lo que exige la creación de nuevos estudios CAMBIOS EN LA
DEDICACION DEL PROFESORADO Elaboración y mantenimiento de la pagina web
Tutorías virtuales Continua actualización tecnológica Horas dedicadas aumentan
Mejora de procesos de enseñanza
15. 15. IMPACTO DE LAS TIC EN LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA IMPACTO DE LAS TIC EN LA
UNIVERSIDAD DOCENCIA INVESTIGACIÓN GESTIÓN Nuevos contenidos y competencias en
el currículum Mayor capacidad para procesar una gran cantidad de datos Gestión
automatizada de los centros, descentralizada y compartida. Nuevos instrumentos y
recursos: para realizar trabajos, para la docencia y para su gestión. Reducción del tiempo
dedicado a las tareas mecánicas de ordenación y almacenamiento de la información.
Nuevas estructuras para la organización y nuevas estrategias de actuación, como la
creación de centros de recursos que apoyen al profesorado en la docencia Acceso abierto
a todo tipo de información (TV, vídeo, CD-ROM, bibliotecas, Internet, intranets...) Acceso a
bases de datos, bibliotecas digitales, documentos diversos con gran facilidad y al instante
Nuevas normativas que reconozcan y estimulen la dedicación del profesorado a las nuevas
funciones y roles
18. 18. IMPACTO DE LAS TIC EN LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA Sobre el docente universitario
Motivar, dirigir, facilitar y crear entornos dinámicos de E/A Las instituciones deberán
tener como prioridad la formación permanente del docente Reestructurar las
recompensas e incentivos del profesorado Comunicación continua por e-mail Existen
estudiantes que aun prefieren las universidades presenciales Le profesorado debe ver la
enseñanza como un proceso de ayuda a aprender Facilitar el aprendizaje creativo El
proceso educativo facilita interacción, integración y transformación de la información
Motivar, fomentar, la participación en la clase, interrogar, orientar, evaluar Aprendizaje
optimo, produce interacción, tiene objetivos Capaz de motivar y generar un sentimiento
de desafío Compromiso directo Ofrece herramientas y actividades Evita
distracciones e interferencias Estimular el trabajo activo
19. 19. IMPACTO DE LAS TIC EN LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA NORMAS CULTURALES EN LAS
UNIVERSIDADES SOBRE DISEÑO DE SISTEMAS EDUCATIVOS (DSE ) Libertad académica
Autogestión Cambio universitario Política institucional Promoción del profesorado
Filosofía educativa Tecnología educativa Implica fases de análisis, diseño, desarrollo,
aplicación y evaluación Centro del proceso es el alumno Tras el análisis se toma en
cuenta: Motivación Objetivos Actualización de conocimientos previos Facilitar
nueva información y relacionarla Evaluar Reforzar o profundizar Elegir medio y
métodos eficaces Procurar versatilidad
20. 20. IMPACTO DE LAS TIC EN LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA SOBRE EL LIDERAZGO Las
organizaciones necesitan lideres laterales Los directivos solo intervendrán para estimular
productividad y creatividad integrar diferencias, resolver conflictos Líder dispuesto a
mejorar, honor, dignidad, franqueza, compasión, valor Directores dedicar mas atención
a las relaciones individuales Las expectativas del líder puede influir La clave para el
crecimiento institucional es la capacidad de liderazgo y el trabajo duro Lecciones a los
lideres Elegir momentos oportunos No trabajar de forma lineal Todo es posible
La confianza ante todo Lealtad Crear conexiones Renovación Ser mediadores en
el intercambio e interrelación El lenguaje es la herramienta mas valiosa
21. 21. IMPACTO DE LAS TIC EN LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA SOBRE LAS ORGANIZACIONES
Cuanto más incierto sea el futuro, más conveniente resulta la coexistencia de múltiples
estructuras organizativas Paso a enfoques más globales Los cambios organizacionales
afectan: normas, estructuras, procesos, objetivos, visiones Cuando los cambios en el
exterior de las organizaciones superan los que hay en el interior, el fin está cerca La
transición exige ajustes que reduzcan la burocracia y aumenten la capacidad de reacción
Las organizaciones generan acciones parcialmente independientes de los objetivos de la
organización Se da la aparición de nuevas organizaciones Los cambios requieren fuerte
presión externa Es necesario que las nuevas perspectivas vengan del exterior