You are on page 1of 2

Anarquismo y lucha de clases

Cada vez que me acerco a la historia de aquellos trabajadores ácratas, muy a diferencia de los
intelectuales autodenominados anarquistas, veo una posición de clase por estos primeros que a
diferencia de aquellos provenientes de sectores acomodados o privilegiados. Caso curioso es
poder ver que en el periódico anarquista “Los Parias” este mantenía una posición algo ambigua
con respecto a la lucha de clases, siendo además esta una publicación con limitada relación a la
clase obrera y que contaba más con colaboradores y escritores provenientes de artesanos,
sectores medios y acomodados. Muy a diferencia de periódicos ácratas como “El Hambriento” y el
“Oprimido” donde estos eran sostenidos por obreros asalariados y donde se puede visualizar una
gran colaboración de organizaciones de trabajadores ya sean sociedades de resistencia como
sindicatos. Un Manuel González Prada aristócrata de familia y de crianza privilegiada que con su
verba acida nos podía cautivar, pero su discurso solía ser ambiguo con respecto a la lucha de
clases, y hasta negándola en algunos fragmentos, pero en otros sí la afirmaba. En cambio un Delfín
Lévano, un obrero panadero y ácrata que no acabo la primaria, sostenía la lucha de clases. Es decir
la lucha de clase no era ajena para este anarquista. Viendo esto uno puede sacar sus conclusiones,
es más fácil recordar a un Manuel Gonzalez Prada por ser un hijo de la aristocracia limeña, pero
muy poco es recordado o mantenido en la memoria histórica a un Delfín Lévano, u otros casos
internacionales como un Buenaventura Durruti (Español) y entre otros proletarios que por ser
prole y autodenominarse así fueron algo menos recordados. Pues la clase dominante hoy en día se
ha encargado de estigmatizar y tergiversar la potencialidad que tuvo y tiene la lucha de los
trabajadores en términos de clase pues esta tiene aquel proyecto histórico de cambiar de raíz este
sistema capitalista y dar las bases para una sociedad que en realidad sea humana.

que: “Es innegable el antagonismo económico-social entre capitalistas y obreros, antagonismo


cada vez mas acentuado por cuanto son dos fuerzas diametralmente opuestas en su
funcionamiento, en sus propósitos, en su desenvolvimiento y aspiraciones. Los capitalistas, por
formar una casta dominante, son forzosamente conservadores, pues no de otra manera podrían
perpetuar su régimen social que les favorece con honores, riquezas y poderío. Los obreros, por el
contrario, constituye una clase subyugada que sufre todo genero de exacciones. Por estar
ineludiblemente sujetos al trabajo, vegetan en la servidumbre y carecen de libertad de acción, de
independencia, de dignidad social, toda vez que la pobreza en que viven significa la esclavitud mas
abaldonante.”

Y continuaba con este afirmación: “Siendo, pues, una verdad demostrable e indiscutible el
antagonismo de las clases capitalistas y obrera; siendo otro hecho real que los capitalistas tienden
a conservar sus privilegios y a perpetuar las actuales condiciones de vida; siendo también otro
hecho histórico el que los obreros, hoy podemos decir parias, siervos, asalariados de quienes los
explotan, tienden a libertarse de esa esclavitud, no comprendemos en que razones se fundan
ciertos elementos tildados de “revolucionarios sociales” para pregonar la “armonía” entre el
Capital y el Trabajo, entre los amos y los esclavos, entre el que despoja y el despojado. ¡No!; no
puede haber tal armonía: esta alianza o colaboración con los que gobiernan y los que explotan con
el objeto de “mejorar la triste condición de los desheredados” solo puede fundamentarse en un
errado concepto de lucha de clases y de la misión histórica del proletariado organizado
sindicalmente.”

You might also like