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ETIOLOGÍA
Las pruebas indican que la etiología de la DMJ es multifactorial, basada
en una predisposición génica y en un desencadenante ambiental desconocido.
Los alelos del antígeno leucocitario humano (HLA) como el B8,
DRB1*0301, DQA1*0501 y DQA1*0301 se asocian a una mayor tendencia
a la DMJ en poblaciones seleccionadas. El microquimerismo materno
puede participar en su etiología al provocar una enfermedad de injerto
contra huésped o un fenómeno autoinmunitario. Se han encontrado células
maternas persistentes en la sangre y en muestras de tejido de niños con
DMJ. Un mayor número de estas células maternas es HLA-DQA1*0501,
lo que podría ser útil para la trasferencia o la persistencia de estas células
híbridas. Los polimorfismos de citocina específicos del promotor del factor
de necrosis tumoral a y el número variable de repeticiones en tándem del
antagonista del receptor de la interleucina 1 también pueden incrementar
la proclividad genética. Estos polimorfismos son frecuentes en la población
general. Habitualmente se refieren antecedentes de una infección en los
3 meses anteriores al inicio de la enfermedad; múltiples estudios han fracasado
en el empeño de señalar un microorganismo causante. Predominan
los signos constitucionales y los síntomas de las vías respiratorias superiores,
pero un tercio de los pacientes describieron antecedente de síntomas
digestivos. Los estreptococos del grupo A, las infecciones de las vías respiratorias
superiores, las digestivas, el virus de Coxsackie B, el toxoplasma,
el enterovirus, el parvovirus B19 y muchos otros microorganismos se han
propuesto como posibles patógenos en la etiología de la DMJ. A pesar de
ello, los resultados de las pruebas de detección de anticuerpos séricos y la
amplificación mediante reacción en cadena de la polimerasa de la sangre
y el tejido muscular en busca de múltiples enfermedades infecciosas han
sido infructuosos. Podrían contribuir los factores ambientales, junto al
agrupamiento geográfico y estacional descrito; sin embargo, no ha aparecido
ninguna teoría clara sobre la etiología.
EPIDEMIOLOGÍA
La incidencia de DMJ es aproximadamente de 3 casos/millón de niños/año
sin predilección racial. La edad máxima de inicio está entre 4 y 10 años.
Hay un segundo máximo de inicio al final de la edad adulta (45-64 años),
pero la dermatomiositis de inicio adulto parece ser una entidad claramente
distinta en cuanto al pronóstico y la etiología. En EE.UU., la proporción de
niñas frente a niños con DMJ es de 2:1. Son poco frecuentes varios casos
de miositis en una sola familia, pero las enfermedades autoinmunitarias
familiares pueden aumentar en aquéllas con niños que tienen DMJ, lo que
no ocurre en familias con niños sanos. No se han confirmado informes
de una asociación estacional, aunque pueden aparecer grupos de casos.
PATOGENIA
El interferón aumenta la expresión de genes críticos en la regulación
inmunitaria y de la clase I del complejo principal de histocompatibilidad
(MHC), activa los linfocitos citolíticos naturales y apoya la maduración
de las células dendríticas. En los pacientes con dermatomiositis hay
una mayor expresión de los productos génicos controlados por los
interferones del tipo I, lo que podría correlacionarse con la actividad de
la enfermedad, y pueden ser prometedores como biomarcadores clínicos.
Parece que los niños con predisposición genética a la DMJ (HLADQA1*
0501, HLA-DRB*0301) pueden exponerse de forma prolongada
a células quiméricas maternas y a un desencadenante ambiental desconocido.
Una vez desencadenado el proceso, una cascada inflamatoria
con una respuesta del interferón de tipo I estimula la expresión del MHC
de la clase I y la maduración de las células dendríticas. La expresión
aumentada del MHC de la clase I aumenta las moléculas de adhesión, lo
que influye en la migración de los linfocitos y da lugar a la infiltración
inflamatoria del músculo. En un asa de retroalimentación autorreguladora,
la inflamación muscular incrementa la respuesta del interferón del
tipo I, lo que regenera el ciclo de la inflamación. Las células implicadas
en la cascada inflamatoria son los linfocitos citolíticos naturales (CD56),
subgrupos de linfocitos T (CD4, CD8, Th17), los monocitos/macrófagos
(CD14) y las células dendríticas plasmacitoides. La neopterina, la proteína
10 inducible por el interferón, la proteína quimiotáctica del monocito,
la proteína de resistencia del mixovirus y el factor de von Willebrand, así
como otros marcadores de la inflamación vascular, pueden estar elevados
en los pacientes con DMJ que tienen una inflamación activa.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los niños con DMJ presentan exantema, debilidad progresiva o ambos.
Habitualmente en el momento del diagnóstico se describen fiebre, disfagia
o disfonía, artritis, debilidad muscular y astenia (tablas 159-1 y 159-2).
El exantema es el primer síntoma en el 50% de los casos y aparece
simultáneamente con la astenia sólo en el 25% de las ocasiones. Los
niños suelen mostrar una fotosensibilidad extrema al exponerse a la luz
Diagnostico
PRUEBAS DE LABORATORIO
La elevación de las concentraciones séricas de las enzimas derivadas del
músculo (creatina cinasa, aldolasa, aspartato aminotransferasa, alanina
aminotransferasa y lactato deshidrogenasa) reflejan la inflamación del
músculo.
la alanina aminotransferasa
se eleva con más frecuencia en la presentación inicial
el factor reumatoide es
típicamente negativo.
Imagenologia
biopsia muscular
EMG
La
calcinosis se ve fácilmente en las radiografías, a lo largo de los planos
fasciales y dentro de los músculos.
Tratamiento
El metotrexato disminuye la duración del tratamiento con corticoides, y
por tanto reduce la morbilidad de los efectos tóxicos esteroideos. Las
gammaglobulinas intravenosas se usan frecuentemente como un complemento
del tratamiento de la enfermedad grave.
Los corticoides siguen siendo la piedra angular del tratamiento.
En
un niño clínicamente estable sin astenia debilitante se suele empezar con
2 mg/kg/día de prednisona oral (máx. 60 mg diarios).
COMPLICACIONES
La mayoría de las complicaciones de la DMJ están relacionadas con la debilidad
prolongada y grave, y son la atrofia muscular, las calcificaciones y la
cicatrización o la atrofia cutáneas y la lipodistrofia.
PRONÓSTICO
La mortalidad en la DMJ ha disminuido desde que se emplean los corticoides
de un 33% a aproximadamente un 1% actualmente;
El
período de los síntomas activos ha disminuido desde aproximadamente
3,5 años a <1,5 años gracias a un tratamiento inmunosupresor más intensivo;
los síntomas vasculares, cutáneos y musculares de los niños con DMJ
suelen responder bien al tratamiento. A los 7 años de seguimiento, el 75%
de los pacientes tiene una incapacidad residual o muy pequeña, pero el
25% continúa padeciendo una debilidad crónica y el 40% tiene un exantema
crónico.